Derechos humanos y fenómeno migratorio: Entre el abismo del discurso y los hechos

September 8, 2017 | Autor: J. Mejía Rivera | Categoría: International Law, International Migration
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Descripción

Encuentro 

Remesas y pobreza Migración e identidad Feminismo y mujeres migrantes Políticas y migraciones internacionales

Revista Académica de la Universidad Centroamericana

ISSN 0424-9674 • AÑO XL • N° 80 / 2008

Historia

Revista Encuentro Fundada en 1968, Encuentro es una publicación cuatrimestral de la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua, cuya edición está a cargo de la Dirección de Investigación y Proyección Social de esta universidad. Es una revista con un perfil académico y científico, destinada a investigadores, profesores y estudiantes de educación superior. Su contenido puede ser reproducido citando la fuente y enviando copia de lo publicado a la Dirección de Encuentro. Los artículos publicados expresan las opiniones de sus autores y no necesariamente la opinión editorial de la revista. La Universidad Centroamericana (UCA) de Managua, fundada por la Compañía de Jesús en 1960, es una universidad privada, de servicio público e inspiración cristiana; recibe apoyo estatal y posee cuatro facultades: Humanidades y Comunicación; Ciencias Jurídicas; Ciencias Económicas y Empresariales; y Ciencia, Tecnología y Ambiente. Para la organización y gestión de la investigación, la UCA cuenta con: el Instituto de Investigación y Desarrollo Nitlapán, el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), el Centro de Análisis Sociocultural (CASC), el Instituto de Educación de la UCA (IDEUCA) “Xabier Gorostiaga, s.j.”, el Instituto de Acción Social Juan XXIII, el Centro de Investigación de Ecosistemas Acuáticos (CIDEA), el Centro de Malacología y Diversidad Animal, la Estación Solar VADSTENA-UCA, el Herbario Nacional, el Centro de Gestión Empresarial (CEGE), el Área de Desarrollo Agrario (ADAA) y el Centro de Biología Molecular (CBM). Encuentro 80 Migrantes transformando Centroamérica No. 80 / 2008 - 158 páginas 350 ejemplares IMAGEN DE PORTADA Edad de oro / Hugo Palma Ibarra Serigrafía Colección Luis Rocha Urtecho

Créditos Jorge Alberto Huete Pérez DIRECTOR

Wendy Bellanger EDITORA

Complejo Gráfico TMC IMPRESIÓN

Francis Mejía

DISEÑO Y DIAGRAMACION COMITÉ EDITORIAL

Rogerio Medina

ASISTENTE DE PUBLICACIÓN ENCARGADO DE MERCADEO Y DISTRIBUCIÓN

Jorge Huete José Luis Rocha Manuel Ortega Hegg

COMITÉ CIENTIFICO

Alfred Vernis Andrés Pérez Baltodano Ángel Castiñeira Carlos Sandoval Dennis Rodgers Eduardo Brandt de Oliveira Jean Michel Maes Jeffrey McCrary Johan Bastiaensen José Luis Rocha Luis de Sebastián Manfred Liebel Manuel Ortega Hegg Marta Valdez Velara Miguel Izard Llorens Ove Faurby René Olate

Página Web de la UCA: www.uca.edu.ni



Encuentro 2008/ Año XL, N° 80

Presentación

3

Abstracts

4

Artículos

7

El efecto de las remesas familiares en el bienestar de los hogares guatemaltecos Sibyl Italia Pineda Salazar Crónica de la prensa salvadoreña: imaginarios que migran Amparo Marroquín Parducci

7 23

Diáspora Salvadoreña: identidades y mapas culturales en el ciberespacio José Luis Benítez

46

Feminismo y mujeres migrantes en Costa Rica. Articulaciones pendientes en torno al trabajo doméstico remunerado Karina Fonseca Vindas

57

Derechos humanos y fenómeno migratorio: entre el abismo del discurso y los hechos Joaquín A. Mejía R. y Yolanda González C.

71

Avances investigativos Localidad y globalización en la dinámica migratoria hacia los Estados Unidos desde áreas urbano-marginales y rurales: el caso de los municipios de El Progreso y El Negrito en el departamento de Yoro, Honduras Marvin Barahona Coyuntura migratoria Migración y refugio en Panamá Kevin Evandro Sánchez Saavedra

83

83 97 97

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108

Resúmenes de libros

Migración retornada y juventud indígena (Zacualpa, 108 Guatemala) Ricardo Falla, sj. 127

Propuestas

Categorías de emigrantes y líneas de acción en el sector 127 público nicaragüense José Luis Rocha 155

Relatos

Un visitante en la ruta del migrante. Experiencia en Los 155 Chiles, Costa Rica Daywing Duarte, sj

ISSN 0424-9674

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Presentación ‘Enchilada’ es una palabra común en inglés. ‘Feeling’ tiene carta de ciudadanía en español. En cuestión de semanas, la palabra ‘cora’ –una deformación de ‘quarter’- sustituyó a la centenaria ‘peseta’ para designar la moneda de 25 centavos en El Salvador. Fue un efecto conjunto de la dolarización y las migraciones. El spanglish ha prosperado tanto que a su simpática mixtura han sido vertidos capítulos enteros de El Quijote. Junto a la lengua, todo o casi todo cambia, viaja y se transnacionaliza. Las pupusas y semitas salvadoreñas son platillos habituales en Long Island. Un poema de la escritora nicaragüense Daysi Zamora se exhibe en un mural de San Francisco, la ciudad cuya casa de la mujer ostenta un gigantesco retrato de Rigoberta Menchú. Si hay un incendio en el barrio panameño de Curundú, las víctimas son… colombianas. Es más fácil conseguir los dulces folklóricos llamados espumillas y polvorones en La Carpio –el famoso barrio de San José, Costa Rica, donde habitan decenas de miles de nicaragüenses– que en la mayor parte de los barrios de Managua. No es necesario esperar el viaje de un familiar para comer queso chontaleño en California. Basta con ir a los puestos de venta en el Mission District de San Francisco o la zona de centroamericanos en Los Ángeles. Las pandillas juveniles conocidas como Mara 13 y Mara 18 tienen presencia en Washington, Nueva York, Los Ángeles, el sur de México y no menos de 20 ciudades de Guatemala, Honduras y El Salvador. Se colocan letales filtros en las fronteras, y la gente, sin embargo, se mueve. Y suscita la inspirada solidaridad de los artistas. Sus hazañas y sufrimientos están en la lírica de artistas tan disímiles como Molotov, Manu Chau, Calle 13 y Los Tigres del Norte. Esos movimientos poblacionales están transformando los intercambios culturales, la economía, los hábitos alimenticios, los patrones demográficos, los dilemas familiares, los requerimientos de la gobernabilidad, las imágenes de identidad y alteridad, las comunidades imaginadas –nacionales, regionales o globales–, las modalidades de la exclusión, los desafíos de los movimientos sociales, las tareas de las ONG y las formas de concebir la globalización. Después de que la Little Havana se convirtió en Little Managua, los más ambiciosos empezaron a hablar de Puebla York y Massayachussets. ¿Todo esto es bueno o malo?, se preguntan políticos y estudiantes, juristas y periodistas, párrocos y catequistas. Todo esto es un proceso o una maraña de procesos conflictivos y variopintos. La globalización que imaginan las y los migrantes de la clase obrera es muy distinta de la que imaginan los artistas que logran colocar sus obras en el Museo de Artes Modernas de Nueva York. El sentido que las remesas tienen para los migrantes es muy distinto del que tienen para las empresas transnacionales que les lanzan certeras tarascadas a lo largo de su camino y una vez en su destino. El retorno de migrantes indígenas es un dato apenas perceptible para los diseñadores de políticas y un fenómeno para un antropólogo. Antes de aplaudir, llorar, denostar o reformar, hay que conocer. Y eso es lo que intentan hacer y promover los artículos reunidos en este volumen. Con aportes de todos los países de la región, investigadores de universidades jesuitas y del Servicio Jesuita para Migrantes procuramos mostrar distintas aristas de la migración. A partir de los dolores y logros de los recién idos, retornados, cibernautas, discriminados y empleadas domésticas, presentamos un abanico muy amplio de las etapas, coyunturas, enfrentamientos, estrategias y políticas que las y los migrantes protagonizan, padecen y transforman. Abarcan desde el camino erizado de obstáculos (Duarte), el enfrentamiento con políticas xenófobas (Sánchez) y el contraste entre el discurso y la práctica de los gobiernos (Mejía y González) hasta la conciencia del papel de las remesas en la mitigación de la pobreza (Pineda y Barahona), el conocimiento de la complejidad y nuevas visiones que traen los retornados (Falla) y la alarma ante el sesgo discriminatorio de los permisos laborales en Costa Rica que plantea un desafío a los movimientos sociales (Fonseca). Se proponen nuevas políticas y programas (Rocha) y nuevos tratamientos en los medios de comunicación donde las y los migrantes no aparezcan escenificando un destino fatal previamente trazado y sean presentados más como sujetos de derechos que como personajes de relatos (Marroquín), pues sabemos que son sujetos en la medida en que urden y ejecutan nuevas estrategias que incluyen la explotación de las múltiples potencialidades que ofrece el Internet para relacionar a la diáspora con sus familiares en los países de origen (Benítez). José Luis Rocha Gómez Servicio Jesuita para Migrantes de Centroamérica



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Abstracts Assessing the Impact of Remittances on Poverty in Guatemala Sibyl Italia Pineda Salazar This paper analyzes the impact of international remittances on poverty in Guatemala using micro level data from the national household survey ENCOVI2006. To analyze the effect of remittances on poverty, I applied an econometric model proposed by Richard Adams (2004) that uses the household expenditure as a welfare measure.



The study finds that remittances reduce the level, depth and severity of poverty in Guatemala and that these flows are fundamental to partially finance education and health services of the families that receive them. Keywords: Remittances / Welfare / Poverty / Expenditure patterns

Chronicle of the Salvadoran Written Press: Social Imaginaries that Migrate Amparo Marroquín Parducci The article presents a study of the narratives that the Salvadoran written press has been constructing regarding the phenomenon of migration. It states that through the topic of migration a poetics of the imagined nation is constructed. At the same time, there is a construction of the alterities which have remained valid through the oficial discourse. Palabras clave: Migration / Narratives / Written Press / Culture

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Salvadoran Diaspora: Identities and Cultural Maps in Cyberspace José Luis Benítez The phenomenon of international migration poses new research challenges to the academic field of communication. Indeed, some communication studies have analyzed the role of the mass media and media narratives about migration, the configuration of the social imaginary about the experience of migration, and the importance of new information and communication technologies for immigrants’ daily practices. In this context, this article explore some contents and formats that immigrant groups and communities put together thorough web sites, web pages, national and local media available over the Internet, and new networking platforms such as blogs, Myspace, Facebook and YouTube. The article also draws some characteristics of cultural maps and collective identity expressions that the Salvadoran diaspora build every day in cyberspace.

Feminism and Migrant Women in Costa Rica: Pending Articulations Around Paid Domestic Work Karina Fonseca Vindas This article looks critically at the situation faced by thousands of female domestic workers in Costa Rica. Of utmost interest are the labor conditions of Nicaraguan migrant women who work in Costa Rican households, who, in comparison with Costa Rican domestic workers, they suffer more abuses and experience the highest degree of vulnerability. The adopted perspective recognizes, on the one hand, the need to discuss the existence of an evident difficulty in forging a synergy between class conditions, national background and payment received by domestic workers, and on the other hand, the need to analyze the dominant feminist consciousness. Although there is a feminist agenda aiming to subvert historical inequalities between men and women, it is urgent to recognize that women are not a homogenous group. Instead they experience internal tensions and contradictions that make it really difficult to accomplish real gender equality. Keywords: Paid domestic work / Migrant women / feminism / Public sphere / Private sphere / Labor legislation / Gender equity

ABSTRACTS

Keywords: Salavadoran diaspora / Transnational communication / Internet and migrants / Mass media



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Human Rights and Migration: Between the Abyss of Discourse and the Facts Joaquín A. Mejía R. y Yolanda González C. Migration has become the greatest challenge for developed societies, especially in Europe and the United States. It puts to the test the values of liberty, equality and fraternity that sustain the emancipating discourse of human rights these regions have been promoting for 200 years. Paradoxically, while the universality of human rights and equality is still proclaimed, developed countries put into practice criminalizing and restrictive migration policies that condemn millions of people to illegality.



This article aims to provide evidence of the schizophrenia that lies beneath the attitude towards migration in receiving countries. They proclaim that human rights are for everybody. However, this vision is fractured when a migrant arrives at their borders and his or her rights, which should be universally recognized, disappear under the obligation of presenting a document that determines whether the person has rights. Keywords: Migration / Discourse and practice / Human rights / International community / International human rights treaties

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El efecto de las remesas familiares en el bienestar de los hogares guatemaltecos Sibyl Italia Pineda Salazar

Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IDIES), Universidad Rafael Landívar, Ciudad de Guatemala. Correo electrónico: [email protected], [email protected]

Recibido: mayo de 2008 / Aceptado: junio de 2008 tenido las remesas familiares en el bienestar de los hogares guatemaltecos. El análisis se realizó a través de los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) del año 2006. EL PRESENTE ESTUDIO TIENE COMO OBJETIVO MEDIR EL EFECTO QUE HAN

En base a las estimaciones derivadas, se logró determinar que las remesas familiares han generado una disminución en la incidencia, la brecha y severidad de la pobreza en el país. Asimismo, se estimó que estos flujos son fundamentales para financiar los servicios educativos y atención en salud de los hogares receptores. Por lo tanto, las remesas recibidas por los hogares guatemaltecos no solamente tienen un efecto positivo en el bienestar desde la perspectiva del gasto, sino que también generan retornos sobre la inversión en capital humano. Palabras clave: remesas familiares / bienestar / pobreza / patrones de consumo 1. Introducción El flujo actual de las remesas demuestra cuantitativamente su importancia en cuanto a que financian el sostenimiento de un buen número de guatemaltecos, tanto por el volumen de la población beneficiada, que asciende a 3.7 millones, como por los ingresos promedio para los hogares que reciben estos recursos, $338 dólares mensuales por hogar (OIM, 2007). De acuerdo a Terry (2007) las remesas en los países latinoamericanos son una señal de debilidad en la economía, tanto por la incapacidad de la sociedad de generar las oportunidades de desarrollo, como los costos sociales que traen consigo las migraciones masivas, por lo que una economía en desarrollo debe capturar estos flujos de manera

Artículos

Para determinar el efecto que tienen estos flujos, se aplicó un modelo econométrico1 planteado por Adams (2004) que utiliza el Agregado de Consumo como medida de bienestar.



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oportuna y utilizarlos de forma productiva para estar preparados cuando este flujo cese en el largo plazo. Debido a la influencia que tienen las remesas familiares en los más de tres millones de beneficiarios en Guatemala (OIM, 2007) y la importancia de estos flujos en las economías en vías de desarrollo, investigadores y formuladores de políticas buscan cuantificar los beneficios que pueden traer estos flujos y maximizarlos.



Por lo tanto, el objetivo de esta investigación es aportar evidencia con respecto al posible vínculo que tienen las remesas familiares y la condición de bienestar de los hogares guatemaltecos. Los objetivos específicos son: a. Establecer las características de composición, nivel educativo y acceso a servicios básicos de los hogares receptores y no receptores de remesas familiares. b. Estimar el efecto de las remesas familiares en el gasto per cápita de los hogares. c. Estimar la magnitud del efecto de las remesas en el nivel de bienestar de los hogares receptores de remesas. d. Establecer patrones de consumo de los hogares receptores y no receptores de remesas en términos de su nivel de gasto en alimentos, en bienes de consumo, en vivienda, en educación, en salud y en otros bienes. Para alcanzar los objetivos se utilizó la Encuesta de Condiciones de Vida 2006, que al ser una encuesta de condiciones de vida, no fue diseñada para medir el fenómeno de las remesas familiares y la migración de manera explícita. Por lo tanto, el bienestar de los hogares fue medido de acuerdo a las limitaciones presentadas por la encuesta y de acuerdo a los datos del gasto familiar reportados en la misma. 2. Las remesas familiares en Guatemala En Guatemala, los ingresos por concepto de remesas familiares se han intensificado durante los últimos cinco años. De acuerdo al Departamento de Finanzas, Sector Privado e Infraestructura del Banco Mundial (2006a), el incremento de transferencias unilaterales fue registrado especialmente a partir del año 2001 como consecuencia no solamente de la crisis cafetalera que generó migraciones masivas, sino posiblemente de las mejoras en los sistemas de contabilización de estos flujos, la disminución de los costos de envío en medios formales, así como la liberalización del mercado de divisas a través de la implementación de la Ley de Libre Negociación de Divisas por parte del Banco de Guatemala (Decreto 94-2000 del Banco de Guatemala). Para 2007, de acuerdo a la CEPAL (s.f.:134), “la economía guatemalteca creció un 5,6%, lo que obedeció al dinamismo del consumo privado, impulsado por un elevado flujo de remesas familiares (12,5% del PIB)”, lo que equivaldría a casi el 60% del valor total de las exportaciones del país (FOMIN, 2007). El flujo actual de las remesas demuestra cuantitativamente su importancia en cuanto a que financian parcialmente el sostenimiento de un buen número de guatemaltecos, tanto por el

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volumen de la población receptora de remesas beneficiada –que asciende a 3.7 millones– como por los ingresos promedio para los hogares que perciben estos recursos, US$338 mensuales (Q.2,240), que resultan superiores al ingreso mensual mínimo en todo el país (Q.1,503.50 para trabajo no agrícola y Q.1,457.00 para trabajo agrícola, según el Acuerdo Gubernativo No. 625-2007). La OIM reportó que en 2007 un 48.8% de las remesas se destinaron al consumo (consumo familiar en alimentos, ropa, zapatos y los gastos para la adquisición de mobiliario, equipo y otros gastos personales), el 15.2% al consumo intermedio (inversión en medios de producción), el 22.7% a la inversión y ahorro, y el 13.4% a la inversión social (salud y educación). 60.0 % 50.0 % 40.0 % 30.0 %

2004

20.0 %

2005

10.0 %

2006 2007 Consumo

Consumo Intermedio

Inversión y Ahorro

Inversión Social (Salud y Educación)

Fuente: Elaboración propia con datos de OIM (2006)

Ilustración 1. Destino de las remesas familiares. Período de 2004 a 2007. 3. Marco teórico Existen diversos enfoques o teorías que abordan la medición del bienestar; entre ellos el enfoque utilitarista, el de necesidades básicas insatisfechas, el Índice de Desarrollo Humano, y el Agregado de Ingreso y Consumo. A continuación se presenta la teoría relacionada con la medición del bienestar a través del Consumo. La medición del agregado de consumo de los hogares permite definir un parámetro de comparación entre los hogares. El modelo aplicado en este estudio utiliza esta medida, pues a partir de ésta se establecen las líneas de pobreza general y extrema que ayudan a identificar la condición de bienestar de los hogares. a. La pobreza La pobreza es un fenómeno socio económico complejo que no solamente se limita a la falta de ingresos, sino a la privación de las oportunidades para acceder al desarrollo humano. Los pobres dependen de un conjunto de activos que les permita el acceso a mejores oportunidades, como capital humano, activos físicos, financieros y capital social (SEGEPLAN, 2001). Para la medición de la pobreza es necesario: definir una medida de bienestar que refleje las condiciones de vida de las personas, definir una medida de comparación y clasificación de

 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

0.0 %

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la unidad de medida (hogares o individuos) de acuerdo a su nivel de bienestar, y determinar un indicador que permita la agregación de los individuos en una medida de pobreza. Las medidas de bienestar comúnmente utilizadas para el estudio de pobreza son: las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), el Agregado de Ingreso, el Agregado de Consumo y el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Cuadro 1. Principales medidas de bienestar Medida de bienestar

Ventajas

Desventajas

Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI): Insatisfacción o ausencia de alguna necesidad.

Datos relativamente fáciles de obtener. Resultados con un alto nivel de desagregación geográfica ajustable a cada país

Periodicidad de la información censal. Componentes limitados. No cuenta con un indicador agregado de bienestar ampliamente aceptado.

Agregado del Ingreso: Ingresos del hogar, expresado en moneda local per cápita.

Puede relacionarse con medidas macroeconómicas. Medida clara y de fácil comprensión. Captura cambios recientes en los hogares.

Subestimación por posibles confusiones con ingresos laborales. Sensible a cambios temporales (sector agrícola / informal). Posible renuencia a dar información.

Agregado de Consumo: Valor del consumo del hogar, expresado en moneda local per cápita.

Tiende a uniformizar situaciones transitorias. Anuencia a brindar información. Provee información para el cálculo de líneas de pobreza.

Periodicidad de encuestas de esa naturaleza. Es más costosa la obtención de la información.

Índice de Desarrollo Humano (IDH): Considera tres dimensiones: la salud (esperanza de vida al nacer), los conocimientos (alfabetismo y años promedio de educación) y el nivel de vida (PIB per cápita)

Datos relativamente fáciles de obtener. Los componentes son ajustables a cada país. Permite comparaciones entre países.

Componentes limitados. Arbitrariedad de algunos pesos y rangos.

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Fuente: Mapas de pobreza en Guatemala al 2002. (SEGEPLAN, 2006).

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Al seleccionar una medida de bienestar se debe tomar en cuenta la disponibilidad de los datos, la definición de pobreza que se utilice y el uso que se quiera hacer de la medida. En los años 80 tres autores, Foster-Greer-Thorbecke (FGT), desarrollaron un índice para medir tres aspectos fundamentales de la pobreza: la cantidad de pobres que hay en determinada área geográfica, la brecha que existe entre los pobres y la severidad de la pobreza. El índice permite identificar no sólo la heterogeneidad de la pobreza sino la distribución del ingreso al interior de una población considerada como pobre (León, s.f.). El índice FGT de FosterGreer-Thorbecke es expresado por2: P (y; z) = 1n α

q



i=1

α

gi z

De la fórmula anterior se pueden derivar tres medidas de pobreza: incidencia, brecha y severidad de pobreza. La incidencia de pobreza, P0, (cuando α = 0) es una medida que corresponde a la proporción de personas que se encuentran en determinada área geográfica cuyo consumo se encuentra por debajo de la línea de pobreza. La brecha de pobreza, P1, (cuando α = 1) además de considerar el número de pobres, mide qué tan alejadas de la línea de pobreza están las personas. Representa la distancia que hay entre la línea de pobreza y el consumo de los hogares pobres. La severidad de pobreza, P2, (cuando α = 0) eleva al cuadrado la brecha de consumo de los pobres y está expresada como una proporción de la línea de pobreza. Esta medida sirve también como un indicador de desigualdad entre los pobres. 3 b. Las remesas familiares y la pobreza A pesar de que la evidencia empírica es limitada y poco concluyente, se argumenta que las remesas juegan un papel muy importante para reducir la pobreza en las economías en desarrollo, así como para reducir la incidencia y la severidad de la pobreza. Según Yang y Martínez (citados en Banco Mundial, 2006a), las remesas no solamente parecen reducir la pobreza de los hogares con migrantes, sino que también tienen efectos beneficiosos aún para los hogares que no reciben remesas y que pertenecen a una misma comunidad.

11 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Donde y = (y1, y2, …, y3) es un vector de ingreso de los hogares en orden creciente y para el que se asume que z > 0 es una línea predeterminada de pobreza; gi = z - yi es el déficit del ingreso del i-ésimo hogar; q = q (y ; z) es el número de hogares pobres (que tienen un ingreso no mayor a z); n = n(y) es el número total de hogares y α es la medida de aversión a la pobreza. A mayor valor de α, mayor es el énfasis que el índice hace de los hogares pobres.

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Las remesas familiares, según el Banco Mundial (2006a), no solamente pueden reducir la pobreza, sino suavizar el consumo, mejorar el acceso a capital de trabajo e incrementar la inversión en capital social (como educación y salud). “En el corto plazo, las remesas afectan el precio de los bienes no comerciables, mientras que en el largo plazo el aumento de ingresos generado por la migración reduce las restricciones de liquidez para invertir en actividades productivas” (PNUD, 2007:92). Esquivel y Huerta-Pineda (2006), en el estudio del impacto de las remesas en México, citan a Kapur (2004) para explicar que debido a que los migrantes no provienen de los hogares más pobres, sus efectos directos en los grupos más desfavorecidos son limitados y los beneficios en la estructura de la pobreza son de naturaleza indirecta. Adams (2004), utilizando datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) del año 2000, encontró evidencia que sugiere que las remesas tienen un impacto mayor en el alivio de la severidad de la pobreza que en el nivel de pobreza propiamente dicho y tienen poco o ningún impacto en la desigualdad de ingresos.

12

Por otro lado, Escobar (2006; citado en PNUD, 2007:148) sugiere que “las remesas reducen la desigualdad y la pobreza. No obstante, éstas serían menores si los migrantes no hubieran migrado” debido a que la migración puede implicar una descapitalización tanto de recursos humanos como económicos, así como también existe la posibilidad de que los fondos recibidos simplemente compensen la pérdida de capacidad productiva generada por la ausencia del migrante, por lo que no habrá acumulación de activos generadores de ingreso al destinarse fundamentalmente al consumo del hogar. En contraste, Székely y Rascón (2005; citados en PNUD, 2007) argumentan que la posible reducción de la pobreza no puede atribuirse a las remesas, así como tampoco es claro el efecto que han tenido las remesas en la reducción de la desigualdad. Pero según Wodon, Urdinola, Gonzales, Ojeda y Siaens (2004; citados en PNUD, 2007:150), en el sur de México “los hogares no pobres tienden a recibir más remesas que los hogares pobres, lo que puede implicar que las remesas incrementen la desigualdad”. En cuanto al gasto de los hogares, Cohen (2005) dice que las remesas familiares destinadas principalmente al consumo distorsionan la economía local, y crean conflictos y desigualdades locales. Asimismo, señala que la dependencia de los hogares a estos flujos provoca que más miembros del hogar busquen migrar a destinos en el extranjero. De acuerdo al autor, los retornos monetarios de estos flujos son relativamente bajos, pues un porcentaje mínimo es utilizado para ahorro e inversiones productivas que puedan generar efectos multiplicadores del ingreso, así como creación de empleos. Debido a que las preferencias de los hogares son distintas aún no se ha logrado determinar qué genera más beneficios, si invertir o consumir. Pero desde la perspectiva de bienestar, trae más ganancias invertir un dólar que gastarlo (Banco Mundial, 2006a), por lo que es muy importante que el hogar tenga incentivos para ahorrar o invertir el dinero recibido por remesas y de ésta forma maximizar los beneficios de estos flujos.

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3.1. Modelos de Adams (2004, 2005) a. Remesas y pobreza Para analizar el efecto de las remesas familiares en los hogares es necesario crear una medida que sirva como base de comparación de cuál sería la situación de bienestar de los hogares si no recibieran remesas. Adams (2004) utiliza un modelo econométrico lineal que busca predecir o estimar cuál sería el gasto per cápita de los hogares receptores de remesas familiares si no recibieran este ingreso y de esta forma cuantificar la variación del gasto cuando se incluyen estos flujos en el presupuesto familiar.

Debido a que las decisiones del hogar están condicionadas por una serie de variables geográficas, políticas, sociales y económicas, el modelo de Adams supone que el gasto per cápita del hogar (excluyendo las remesas) puede ser estimado en función de un conjunto de variables características del hogar, tales como: variables de composición del hogar, educación de los miembros del hogar, su acceso a servicios, la ubicación geográfica (área y región) y el grupo étnico al que pertenece. b. Remesas, gasto del hogar e inversión Además de determinar qué efecto han tenido las remesas directamente sobre el gasto per cápita de los hogares, Adams (2005) utiliza variables socio demográficas de los hogares para determinar cuál ha sido el efecto que han tenido las remesas en los patrones de consumo de los hogares y comparar así sus decisiones de consumo con aquellos hogares que no reciben remesas. Al comparar la conducta de gasto de los hogares con diferentes niveles de ingreso, se deben tomar en cuenta varios factores socioeconómicos y de ubicación además del gasto. De acuerdo a Adams (2004), las diferencias observadas en la conducta de gasto pueden deberse, por ejemplo, a las diferencias en la composición del hogar (tamaño del hogar, número de hijos, etc.), educación, área urbana o rural, región geográfica, o si el hogar recibe o no remesas familiares.

13 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Hay tres razones por las que Adams utiliza el gasto per cápita del hogar en vez del ingreso familiar. Primero, el propósito de la medición es estimar el efecto de las remesas en el bienestar, y el consumo es una medida más estable en comparación con el ingreso. Segundo, en países en vías de desarrollo como Guatemala, los gastos son más sencillos de medir por la dificultad que involucra medir y definir el ingreso de aquellos que son auto empleados en la agricultura, que representan un gran porcentaje de la fuerza laboral. Tercero, la medición de la línea de pobreza que será utilizada en el estudio para categorizar a los hogares está basada en información del gasto del hogar.

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c. Muestra Se utilizaron datos recolectados por la ENCOVI 2006 en el período de marzo a septiembre de 2006. El universo de la encuesta se divide a nivel nacional por área urbana y rural en 22 dominios de estudio. Cada uno corresponde a los 22 departamentos del país con información de 13,693 hogares distribuidos en todo el territorio nacional. El análisis permitió un nivel de desagregación válido para todo el país, por región y por área (urbana y rural). 4. Resultados A continuación se presentan los resultados obtenidos de la aplicación del modelo de Adams a la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2006 para establecer el efecto que las remesas familiares tienen en el bienestar de los hogares. 4.1. Características de los hogares que reciben remesas familiares

14

Del total de hogares encuestados, 88.65% (12,132) de los hogares reportó no recibir remesas familiares mientras que el 11.36% (1,554) sí reciben remesas del exterior. En relación a las características de los hogares, como se muestra a continuación, los resultados sugieren que los hogares que reciben remesas son distintos a los hogares que no reciben remesas. a. Composición del hogar En relación a la composición de los hogares, los que reciben remesas son en promedio diferentes a los hogares que no las reciben en varias dimensiones (ver Ilustración 2). El número de integrantes de los hogares receptores es menor debido a la migración de algunos de sus miembros. El fenómeno de la migración se ve reflejado directamente en el número de hombres mayores de 15 años que conforman los hogares que reciben remesas debido a que la mayoría de los migrantes son los hombres jefes de hogar4 que dejan atrás a sus familias. Los hogares receptores de remesas están conformados por un número mayor de mujeres mayores de 15 años, lo que sugiere que los beneficiarios de estos flujos son mujeres. Asimismo, el número de niños menores de 5 años es menor en los hogares receptores, lo que puede estar relacionado con el hecho que es el jefe de hogar el migrante que reside en el exterior.

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6.00

4.91

Porcentaje

5.00

4.80

4.00 3.00 2.00

1.36 0.95

1.00

1.54

1.66

No reciben remesas

0.79

0.74

0.00 Tamaño del Hogar

Hombres mayores de 15 años

Mujeres mayores de 15 años

Sí reciben remesas

Niños menores de 5 años

b. Educación

Porcentaje

Respecto al nivel educativo de los miembros del hogar, los miembros mayores de 15 años que pertenecen a los hogares que reciben remesas parecen tener en promedio menor educación en el nivel primario y superior (diversificado y universitario) en comparación con los hogares que no reciben remesas. Por lo que en cuanto a sus características educativas, las personas que reciben remesas son menos educadas a nivel primario y superior.

1.50 1.00

1.22

1.16

0.50

0.34

0.31

0.54

0.36

0.00

No reciben remesas Educación Primaria en Mayores de 15 años

Educación Secundaria en Mayores de 15 años

Educación Superiror en Mayores de 15 años

Sí reciben remesas

Ilustración 3. Características de los hogares por su nivel académico Nota: N= 13,686 hogares. Todos los valores son medias ponderadas y significativas al 5%. Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), (INE, 2006).

15 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Ilustración 2. Características de los hogares por su composición Nota: N=13,686 hogares. Todos los valores son medias ponderadas y significativas al 5%. Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), (INE, 2006).

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 7-22

c. Acceso a servicios básicos Los resultados muestran que de los hogares que reciben remesas un 89% cuenta con el servicio de electricidad y un 86.33% tiene acceso a agua entubada. Por otro lado, los hogares que no reciben remesas tienen acceso al servicio eléctrico en un 78.92%, mientras que al servicio de agua un 92.54% tiene acceso. Al cuantificar el acceso a los servicios por área, de los hogares que no reciben remesas en el área urbana el 92.19% tiene acceso a electricidad y el 97.12% a agua entubada. Mientras que de los que reciben remesas, el 96.18% tiene acceso a servicio de electricidad y el 96.65% al servicio de agua. En el área rural, de los hogares que no reciben remesas, tienen acceso a electricidad y agua potable un 68.58% y 87.75% respectivamente, y de los hogares que sí reciben remesas, el acceso es de 85.62% a electricidad y del 80.88% al agua entubada. 4.2. Efecto de las remesas en los niveles de bienestar

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A continuación se presentan los resultados obtenidos al aplicar el Modelo de Adams para calcular el efecto de las remesas en los niveles de pobreza de los hogares. Para la estimación del efecto de las remesas entre hogares, es decir, al comparar los hogares receptores con aquellos que no reciben remesas, de acuerdo a su clasificación de pobreza se obtiene que los hogares receptores de remesas no pobres gastan en promedio un 1.93% más, mientras que el aumento en el gasto de los hogares pobres y pobres extremos es de un 2.25% y 7.41%. Cuadro 2. Efecto de las remesas en el gasto per cápita anual entre hogares Por rango de pobreza (En quetzales)  Gasto de los hogares

No pobres

Pobres

Pobres extremos

Que no reciben remesas

Q 17,413.24

Q 4,803.02

Q 2,496.85

Que sí reciben remesas

Q 17,748.73

Q 4,910.93

Q 2,681.81

Q 335.49

Q 107.91

Q 184.96

Efecto de las remesas

* Gasto estimado. Fuente: ENCOVI 2006 (INE, 2006).

Para estimar el efecto que han tenido las remesas en el hogar receptor de acuerdo a su clasificación de pobreza, se hace evidente que las remesas tienen un mayor efecto en los hogares no pobres. Al recibir las remesas el hogar no pobre incrementa su gasto per cápita anual en un 15.56%, mientras que para los hogares en situación de pobreza y extrema pobreza recibir remesas solamente representa un aumento en su gasto del 3.26% y 4.06% respectivamente.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 7-22

Cuadro 3. Efecto de las remesas en el gasto per cápita anual en los hogares receptores de remesas familiares Por rango de pobreza (En quetzales)  

No pobres

Pobres

Pobres extremos

Excluyendo las remesas*

Q 15,358.25

Q 4,755.85

Q 2,576.30

Incluyendo las remesas

Q 17,748.73

Q 4,910.93

Q 2,681.81

Q 2,390.48

Q 155.08

Q 105.51

3.26%

4.06%

Efecto de las remesas Aumento porcentual del gasto

15.56%

* Gasto estimado. Fuente: ENCOVI 2006 (INE, 2006).

Cuadro 4. Efecto de las remesas en la pobreza, Guatemala (2006) (Porcentajes) Hogares No reciben remesas (1)

Reciben remesas (2)

Variación Porcentual

Pobreza

56.75%

55.86%

0.898%

Brecha de pobreza Severidad de pobreza

36.21% 17.55%

35.57% 16.71%

0.648% 0.841%

Gasto per cápita promedio

 Notas: La columna (1) mide la situación de pobreza de todos los hogares si se excluyen las remesas. La columna (2) mide la situación de pobreza al incluir las remesas. El cálculo de pobreza se calculó en base a la línea de pobreza del Instituto de Estadística Nacional (INE) de Q. 6,574.00 por persona al año. Fuente: ENCOVI 2006.

17 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Adicionalmente, se puede ver que la incidencia, la brecha y la severidad de la pobreza disminuyen con la presencia de remesas familiares. Para 2006 se estimaba que la pobreza en Guatemala alcanzaría a un 56.75% de la población si no recibieran remesas, por lo que se puede atribuir a las remesas familiares una disminución en la incidencia de pobreza de un 0.898%. Por otro lado, al estimar la brecha de pobreza se calcula que sería de un 36.21%, pero al recibir remesas ésta disminuye a un 35.57% (un 0.648%) en la brecha, y en cuanto a la severidad de la pobreza las remesas generan una disminución de un 0.841% y pasa de 17.55% (al excluir las remesas) a un 16.71%.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 7-22

Es decir que estos flujos tienen un mayor impacto en la disminución de la incidencia de pobreza y su severidad, y menor en la disminución de la brecha entre los pobres. a. Remesas y el gasto per cápita anual de los hogares Las remesas familiares aumentan el nivel de gasto de los hogares. Los hogares guatemaltecos que reciben remesas gastan un 7.96% más que aquellos que no las reciben. Los resultados obtenidos demuestran que si el hogar receptor no tuviera acceso a estos ingresos, el gasto per cápita anual del hogar sería equivalente a Q11,427.50 mientras que el gasto real observado es de Q13, 017.91. Ello significa que su gasto, en promedio, aumenta un 13.92% (equivalente a Q1,590.41) al recibir las remesas, por lo que el efecto neto de las remesas es de un 2.73%.

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Al desagregar el efecto de las remesas según el área de residencia de los hogares, se obtiene que los hogares del área urbana que reciben remesas gastan en promedio un 14.46% más que los hogares que no las reciben. Para los hogares receptores de esta área, esos recursos han significado la posibilidad de aumentar su gasto per cápita anual en un 12.40% (equivalente a Q2,048.47). Respecto a los hogares del área rural, los resultados muestran que los receptores gastan en promedio un 33.70% más que aquellos que no las reciben. En cuanto al efecto que han tenido estos flujos específicamente en los hogares receptores, se puede cuantificar que su gasto per cápita anual ha aumentado en un 16.94% (equivalente a Q.1,275.35). El efecto de estos recursos adicionales en los hogares, por lo tanto, es mayor en el nivel de gasto de los hogares que residen en el área rural, por lo que en comparación con los hogares urbanos, éstos tienen una mayor dependencia de estos flujos. 4.3. Patrón de consumo de los hogares Para establecer el patrón de consumo de los hogares se calculó la propensión media y marginal de consumo de seis bienes. Mientras que la propensión media explica cuánto destina el hogar al gasto de determinado bien respecto a su gasto total, la propensión marginal explica cuánto gasta el hogar en un bien al recibir un quetzal adicional en su ingreso. Para 2006, de acuerdo a la estimación de la propensión media de consumo, los hogares que recibían remesas destinaban un 43.5% de sus gastos totales al consumo de alimentos, el 18.7% al consumo de bienes de consumo y durables, el 12.7% al gasto en vivienda, el 17.8% al gasto en otros bienes (servicios para el hogar) y un 7.30% a la inversión social (salud y educación). Por otro lado, las propensiones marginales del consumo muestran un interesante contraste en las decisiones de gasto entre los hogares que reciben remesas y los que no las reciben. Ambos tipos de hogares destinan más del 35% de su gasto total al consumo de alimentos. Sin embargo, al recibir un quetzal adicional, los hogares que reciben remesas gastan un 5.40%

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 7-22

menos en alimentos. Este resultado es consistente con el presentado por Adams (2004) en el que obtiene que la propensión marginal en alimentos es menor para los receptores de remesas, lo que sería consistente con la hipótesis de que los hogares que perciben remesas son en promedio más ricos que los no receptores. Los hogares que reciben remesas destinan, por cada quetzal adicional que reciben en sus ingresos, un 4.60% en salud y 13.3% en educación, mientras que los hogares que no reciben remesas destinan un 3.02% y 5.25% respectivamente a estos rubros. Para ambos grupos de hogares casi el 40% del presupuesto está destinado al consumo de alimentos. Respecto al consumo en bienes durables y de consumo, los hogares que reciben remesas gastan más al margen que los hogares que no reciben remesas y esto puede estar relacionado con una mayor compra de activos para el hogar, así como también con el gasto para el pago por servicios de electricidad y agua, pues como se discutiera anteriormente estos hogares tienen mayor acceso a ambos servicios.

5. Discusión a. Las remesas y el bienestar de los hogares Los resultados obtenidos demuestran que las remesas familiares tienen un impacto positivo en el bienestar de los hogares guatemaltecos en términos de su gasto per cápita, así como también en la disminución de las tres dimensiones de la pobreza: el porcentaje de pobres, la brecha de pobreza y la severidad. Al comparar el gasto entre hogares, es decir, los hogares que reciben remesas y los que no, los resultados muestran que el bienestar de los hogares receptores de remesas es mayor, pues generan un aumento en el gasto per cápita de los hogares que las reciben en un 7.96%. Por otro lado, al estimar el aumento del gasto en los hogares receptores, se encontró que al recibir remesas el gasto aumenta en un promedio de 13.92%. La disminución de la pobreza relacionada con las remesas está por debajo de un 1%, lo que puede estar explicado por el hecho de que los mayores beneficiarios de estos flujos son los hogares clasificados como no pobres (o que están por encima de la línea de pobreza). Consecuentemente, el gasto de los hogares receptores no pobres es mayor en un 18.24% en comparación con los hogares que no reciben remesas, mientras que para los hogares que están debajo de la línea de pobreza y extrema pobreza, las remesas solamente representan un aumento de 2.25% y 7.41% respectivamente.

19 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Contrario a lo esperado y presentado por Adams, la propensión marginal del gasto en vivienda de los hogares que reciben remesas es menor en comparación con los hogares que no reciben remesas. Este resultado puede estar relacionado con la forma de medición del gasto en vivienda, pues éste solamente considera los gastos del hogar para el pago de alquiler de la vivienda actual y no toma en cuenta posibles gastos en mejoras a la vivienda ni otros gastos de construcción que sean financiados por las remesas familiares.

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b. Comportamiento de gasto de los hogares Respecto al patrón de gasto de los hogares, es importante considerar que los hogares que reciben remesas son distintos (en promedio) a los hogares que no las reciben y por lo tanto toman decisiones de consumo de una manera distinta a los hogares que no reciben estos flujos de ingreso. Al estimar las propensiones marginales de consumo, se obtiene que ambos grupos de hogares destinan una buena parte de los gastos para el consumo de alimentos y bienes de consumo de primera necesidad. Sin embargo, al comparar estas propensiones marginales, mientras que los hogares que no reciben remesas destinan un 39.28% para los alimentos, los hogares que sí reciben remesas destinan solamente un 37.16% por cada quetzal adicional que reciben en su ingreso.

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Por otro lado, los hogares que reciben remesas gastan más (en términos marginales) en inversión social (salud y educación) que los hogares que no reciben remesas, lo cual revela el potencial de desarrollo de las remesas. El comportamiento de gasto de los hogares que tienen migrantes genera expectativas sobre los retornos que podría tener esa inversión en capital humano en el largo plazo. Según Adams (2004), mientras que los alimentos son un bien de consumo, los gastos en salud y educación corresponden a inversión social en capital humano que en el largo plazo podría generar desarrollo. Con relación al gasto en vivienda de los hogares que reciben remesas, hay expertos del Banco Mundial5 que afirman que el gasto en vivienda de los hogares que reciben remesas debe ser mayor que el gasto de los hogares que no reciben remesas. Es importante mencionar que esto puede estar relacionado directamente con la medida utilizada por el INE y el cálculo del gasto (consumo) agregado del hogar. La medición del gasto en este rubro solamente involucra el gasto de los hogares para el alquiler o renta y no toma en cuenta las posibles mejoras que el hogar pueda realizar a su vivienda con las remesas. La encuesta incluye un capítulo que captura los gastos en mejoras de vivienda, la medida agregada que se utiliza en este estudio no la incluye. 6. Conclusiones En lo que se refiere a los hogares guatemaltecos receptores de remesas, son los hombres jefes de hogar los que mayormente constituyen el grupo migrante. Éstos cuentan con un nivel educativo mayor que el resto de miembros en la familia. Debido a lo anterior, los resultados confirman que los beneficiarios de estos flujos son en su mayoría mujeres y que, en términos relativos, su nivel educativo primario y superior es menor. En el caso de Guatemala, las remesas familiares tienen un efecto positivo en los niveles de bienestar de las familias receptoras en comparación con los que no reciben remesas. Al cuantificar el aumento del gasto de los hogares receptores de remesas se concluye que estos hogares gastan un 7.96% más que los hogares no receptores, lo que equivale a Q959.47.

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Al determinar el efecto de las remesas en los hogares receptores de remesas, se concluye que al recibir estos flujos como ingresos adicionales el hogar receptor aumenta su gasto un promedio de 13.92%, lo que equivale a Q. 1,590.41. El efecto de las remesas es mayor para los hogares receptores no pobres que registran un aumento en su gasto de un 15.56%, mientras que el efecto para los hogares pobres y extremadamente pobres es solamente un aumento de 3.26% y 4.06% respectivamente. Las remesas familiares disminuyen la incidencia, la brecha y severidad de la pobreza. El presente estudio demuestra, para el caso de Guatemala, que los tres índices de pobreza (incidencia, brecha y severidad) disminuyeron por debajo del 1% con la presencia de estos flujos en el año 2006. Si bien los ingresos por concepto de remesas familiares se han intensificado durante los últimos cinco años y representaron más del 10% del PIB, los resultados muestran que las remesas aún se concentran en los hogares menos pobres del país y el beneficio para los hogares más pobres está por debajo de un 5%.

Notas 1 2 3 4 5

Si desea mayor información sobre la metodología aplicada comunicarse con la autora. Expuesto por León, E. (s.f.) en Dinámica de la pobreza de los hogares en México: 2001-2002. Definiciones de P0, P1 y P2 obtenidas de Mapas de pobreza en Guatemala al 2002. (SEGEPLAN, 2006). Para el 2007, la OIM reportó que en el extranjero residen 1,482,247 personas, de las cuales el 72% corresponde a hombres. Ver Banco Mundial (2006b) y Fajnzylber y López (2007).

Referencias bibliográficas ADAMS, R. (2005) Remittances, Household Expenditure and Investment in Guatemala. World Bank Policy Research Working Paper 3532. Washington, D.C.:The World Bank. ADAMS, R. (2004) Remittances and Poverty in Guatemala. World Bank Policy Research Working Paper 3418. Washington, D.C.: The World Bank. BANCO MUNDIAL (2006a) Global Economic Prospects 2006: Economic Implications of Remittances and Migration. Capítulo 5. (Versión Electrónica) Disponible en: www. worldbank.org/prospects/gep2004. Consultada: BANCO MUNDIAL (2006b) Análisis del corredor de remesas Estados Unidos-Guatemala. Departamento de Finanzas, Sector Privado e Infraestructura Región de Latinoamérica y el Caribe del Banco Mundial. COHEN, J. (2005) “Remittance Outcomes and Migration: Theoretical Contests, Real

21 EL EFECTO DE LAS REMESAS FAMILIARES

Los resultados obtenidos demuestran que los hogares receptores de remesas gastan marginalmente un 5.43% menos para el consumo de alimentos y destinan más recursos para inversión social (salud y educación) equivalente a un 7.30% más que los hogares no receptores. Por lo tanto, las remesas son fundamentales para financiar los servicios educativos y atención en salud. Se puede concluir que estos flujos no solamente tienen un efecto positivo en el bienestar desde la perspectiva del gasto, sino que también genera retornos sobre la inversión en capital humano, pues la inversión en salud y educación incide favorablemente en el mediano y largo plazo.

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Opportunities”. Studies in Comparative International Development, Spring 2005, Vol. 40, No. 1, pp. 88-112. COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (Sin fecha). Balance preliminar de las Economías Latinoamericanas 2007 – Guatemala (Versión electrónica). Disponible en: www.eclac.cl/publicaciones/xml/3/31993/Guatemala.pdf. Consultada: 9 de octubre de 2007. ESQUIVEL, G. & HUERTA-PINEDA, A. (2006) Remittances and Poverty in Mexico: A Propensity Score Matching Approach. Working Paper. México: Colegio de México. Presentación Power Point (Versión electrónica). Disponible en: www.dallasfed.org/news/ research/2005/05us-mexico_esquivel.pdf. Consultada: 25 de agosto de 2007. FAJNZYLBER, P. & LÓPEZ, H. (2007) Cerca de casa: Impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina. Presentación del Banco Mundial “Corredor de Remesas Impacto en el desarrollo” realizada en Guatemala. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (2006) Encuesta de condiciones de Vida ENCOVI 2006, marzo – septiembre 2006: Guatemala: INE. LEÓN, E. (sin fecha) Dinámica de la pobreza de los hogares en México: 2001-2002. (Versión electrónica). Disponible en: catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lec/ leon_b_e/capitulo2.pdf. Consultada: 25 de noviembre de 2008. ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2006) “Encuesta sobre Remesas 2006 Inversión en Salud y Educación”. Cuadernos de Trabajo sobre Migración No. 23 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2007) “Encuesta sobre Remesas 2007. Perspectiva de Género”. Cuadernos de Trabajo sobre Migración No. 24 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (2007) Informe sobre Desarrollo Humano México 2006-2007. Migración y Desarrollo Humano. México, D.F.: PNUD. SECRETARÍA DE PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN DE LA PRESIDENCIA – SEGEPLAN (2006). Mapas de pobreza en Guatemala al 2002. Volumen I, Guatemala: Gobierno de Guatemala. TERRY, D. (2007) Las remesas a Latinoamérica alcanzarán los 72.000 millones de dólares en 2007. Disponible en: http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/ noticias/183351/01/70/Las-remesas-a-Latinoamerica-alcanzaran-los-72000-millones-dedolares-en-2007.html. Consultada: 13 de agosto de 2007.

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Crónica de la prensa salvadoreña: imaginarios que migran Amparo Marroquín Parducci

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, San Salvador. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: abril de 2008 / Aceptado: junio de 2008 escrita ha venido construyendo en El Salvador en torno al fenómeno de la migración. Se argumenta que a través del tema de la migración se construye una poética de nación imaginada, y conjuntamente, se da la construcción de las alteridades que desde el discurso oficial se han mantenido vigentes. EL ARTÍCULO PRESENTA UN ESTUDIO DE LAS NARRATIVAS QUE LA PRENSA

Palabras clave: migración / narrativas / prensa escrita / cultura 1. Introducción: de medios y migraciones Se suele representar la inmigración como si fuera una foto fija, sin perspectiva histórica o sociológica. Se olvidan frecuentemente los lazos existentes en el pasado, y se representa una alteridad desvinculada de nuestra historia. Como son los “otros”, no forman parte de nuestra historia. Así se producen curiosos ejercicios de amnesia histórica. También se olvida que sociológicamente los migrantes son muy dispares. A aquellos que no cumplen el estereotipo se les suele considerar una excepción. Miquel Rodrigo Alsina (2003) El investigador español Miquel Rodrigo Alsina lo dice con una imagen clara. Solemos representarnos el fenómeno de la migración con una serie de fotos fijas. Un álbum familiar que nos cuenta de las remesas, la familia que se queda y su influencia en las dinámicas locales. Olvidamos en ciertos momentos que la migración debe ser historizada. El Informe de Desarrollo Humano (2005) del PNUD habla de tres etapas sucesivas de la migración salvadoreña que inician en 1920, otros historiadores sitúan la lectura sobre la migración incluso más atrás en el tiempo, algunos analistas más dirán que siempre ha acompañado a los grupos humanos. El presente estudio se aproximará a los discursos que la prensa escrita de El Salvador ha elaborado en relación con el fenómeno de la migración en los últimos veinte años y la manera como los salvadoreños nos situamos frente a dichos discursos. El punto de partida es la idea de la comunicación como un espacio estratégico desde el cual es posible pensar lo que somos, las contradicciones y los dinamismos que nos mueven. Al aproximarnos a los discursos mediáticos, podemos saber qué sucede con nuestras sociedades que, a decir de Jesús Martín Barbero (1998), se encuentran a medio camino entre el subdesarrollo acelerado y la modernización compulsiva.

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En El Salvador existe ya un número significativo de estudios que abordan el tema de la migración desde distintos ámbitos, sin embargo, el territorio de la cultura sigue siendo marginal en esta reflexión. Muy poco se ha elaborado en relación con los discursos sociales que construyen ciertas representaciones sobre la migración en la sociedad. Tal y como menciona Yúdice (2006:107), “la cultura como un estilo de vida integral crea lo que Butler llama un horizonte de inteligibilidad, dentro del cual se dan luchas interpretativas mediante prácticas más o menos institucionalizadas para establecer hegemonía”. Los medios de comunicación no sólo presentan noticias y dan visibilidad a discursos y actores, además de ello los re-presentan. Dan prioridad a ciertas imágenes en detrimento de otras, es por ello que hablamos de un imaginario, de una representación que desde los medios de comunicación ha visibilizado el fenómeno de la migración y lo ha asociado con ciertos discursos e imágenes que en su momento han sido convenientes para ciertos grupos en el poder. De nuevo para decirlo con Yúdice (2006:107) “la cultura, además de ser trascendencia, enaltecimiento e identidad compartida, es también delimitación que respalda jerarquías y relaciones de poder”.

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El objetivo de esta reflexión es conocer qué se ha escrito sobre la migración en la sociedad salvadoreña y cómo se ha vivido este discurso de los medios, qué postura se ha tomado en relación con los múltiples y complejos temas que de ella se desprenden. Los medios de comunicación son uno de los espacios más importantes de negociación de representaciones. El Latinobarómetro (2006) muestra cómo siete de cada diez personas confían en la radio y la televisión, y cuatro de cada diez en la prensa escrita. En el caso salvadoreño, después de la Iglesia, los medios de comunicación suelen presentarse como la institución en la que más confían las personas.1 Existen muchas percepciones que los investigadores han intentado matizar, como que la emigración “es una mala influencia para la familia” (Lungo y Kandel, 2002:918), que las familias que reciben remesas “malgastan en consumos superfluos las remesas” (Andrade-Eekhoff, 2003:21) o que “los deportados son la causa del aumento de la violencia de las pandillas” (PNUD, 2005:315 en adelante). En este estudio me acercaré a este discurso mediático a lo largo de veinte años e intentaré mostrar qué ha cambiado y qué se mantiene del mismo. En el estudio sobre los medios de comunicación y sus discursos, el tema de los efectos que éstos tienen sobre las personas, se ha discutido desde muchas teorías y enfoques. De hecho, algunas teorías, se han aproximado a elaborar en qué medida el discurso de los medios afecta la manera como las personas configuran sus propias reflexiones. También se ha discutido en qué medida las noticias responden a intereses institucionales, a lógicas de producción o se establecen desde mediaciones culturales y son, desde ahí, recibidas por los consumidores.2 No se pretende en este estudio determinar estas relaciones cuya complejidad es difícil de abarcar. Sin embargo, sí resulta importante anotar lo que señaló en su momento el historiador Roger Chartier sobre las prácticas de lectura: “La representación es un objeto de lucha entre la representación propuesta y la impuesta” (Chartier en Ceballos y Alba, 2003:13). En este sentido, importa tanto lo que los medios proponen sobre la migración, como lo que desde el colectivo termina imponiéndose. Muchas veces lo que se impone no es necesariamente lo que los periodistas buscaron decir, en otras ocasiones, mediaciones y presiones que no tienen directamente que ver con la estructura del medio llevaron a que una manera de interpretar la migración domine el discurso.

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Los expertos insisten que en los medios de comunicación no sólo se ponen en común acontecimientos, sino sobre todo, se negocian significados. Los salvadoreños, por ejemplo, tienen la percepción de que en el país la mayoría de los hechos delictivos y violentos son producto de las riñas entre pandillas, cuando ésta es una hipótesis policial que aún no ha podido ser probada (Cruz y Santacruz, 2005). Lo que muchos ciudadanos piensan sobre los jóvenes que pertenecen a pandillas es posible encontrarlo reproducido en las noticias que a diario se transmiten. En los productos mediáticos, en los noticieros en radio y televisión, en las notas y artículos de la prensa escrita e internet se pueden encontrar los gustos y los miedos, las alegrías y las represiones que se viven dentro de una sociedad y desde una cultura. Los medios de comunicación re-crean, negocian sus sentidos, exaltan un elemento mientras hacen que otro más sea olvidado. Al reflexionar sobre los medios de comunicación y las migraciones, una primera constatación es en qué medida estos medios visibilizan la realidad de la migración. ¿Cuánto y qué muestran los medios de comunicación? El aumento de la información sobre migraciones es evidente en los últimos años. Y no sólo es la nota informativa.

Justamente de la prensa escrita me ocuparé de manera detallada, si bien el medio de mayor penetración entre las audiencias sigue siendo la televisión, la prensa en El Salvador tiene una audiencia cautiva que, algunos calculan, llega al millón de personas.3 Tiene además, al igual que el resto de los medios, un efecto multiplicador a través de comentarios y discusiones que se establecen, va de mano en mano y es muy utilizado por líderes de opinión en espacios que van desde los comunitarios hasta los nacionales. Las noticias tienen además la facilidad de encontrarse archivadas en hemerotecas e institutos de investigación. Este texto se divide en tres apartados. El primero pretende hacer una breve crónica de la metodología utilizada en el estudio, y algunas reflexiones que surgen de la misma. El siguiente apartado trabaja de manera extensa cuatro grandes imaginarios que la prensa escrita salvadoreña ofrece desde las distintas páginas de los informativos. Un apartado

CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

La prensa escrita ha multiplicado la información sobre migraciones. Hasta ahora, la institución periodística que en el país ha sabido unificar las distintas transformaciones tecnológicas para presentar un periodismo más complejo y completo en relación con la migración es el equipo de La Prensa Gráfica. Además de tener circulación diaria en el territorio nacional, el periódico se vende desde 2002 de manera periódica en las cinco ciudades de Estados Unidos con mayor porcentaje de población salvadoreña: Los Ángeles, San Francisco, Houston, Nueva York y Washington. En diciembre de 2004, el más reciente proyecto multimedia fue una alianza con dos cadenas nacionales de radio y una internacional: Univisión radio. Este matutino cuenta, además, con una sección diaria en el medio impreso desde 2000: Departamento 15. La página en internet de dicha sección, (http://www.laprensagrafica.com/dpt15/), ofrece información adicional que no aparece en la edición impresa, como la ubicación de los consulados salvadoreños en México y Estados Unidos o los datos de contacto de las organizaciones de salvadoreños en el mundo. Una alianza televisiva de Departamento 15 con la cadena Univisión, canal 34 en Los Ángeles, ofrece reportajes que pueden ser vistos en la página web.

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más se aproximará a los itinerarios de la recepción. Discursos que algunos salvadoreños han manifestado sobre la prensa escrita y la manera como este planteamiento estandariza una historia y maneja en su estructura profunda cierto tipo de categorías. Finalmente desarrollaré unas conclusiones iniciales que intentan ser más bien una provocación para continuar con la discusión. Inicio, pues, la reflexión, desde una relectura del método. 2. Materiales y métodos Para entender cómo en nuestra sociedad salvadoreña se ha configurado una imagen sobre la migración y sobre aquellos que han tenido que salir fuera del país, se ha rastreado lo que la prensa escrita ha contado en relación con el tema. Esta búsqueda abarca dos décadas, desde 1985, mientras se desarrollaba el conflicto armado, hasta el año 2004, cuando las discusiones sobre la problemática del país pasaban por otras temáticas más globales y múltiples. La falta de archivos sistematizados tanto en radio como en televisión vuelve casi imposible un estudio de este tipo en dichos medios. Le prensa escrita, por su formato y la permanencia de su lenguaje, se presta mucho más a un trabajo diacrónico.

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Debido a la falta de estudios sobre los medios de comunicación y su tratamiento sobre el tema de la migración, en El Salvador hay pocas posibilidades de comparación y de profundización de estas primeras conclusiones. Se revisaron los periódicos cada cinco años: 1985, 1990, 1995, 2000 y 2004. Ninguno de los periódicos se revisó de manera digital en esta etapa, todos fueron rastreados en hemerotecas y bibliotecas con colecciones especiales. En total, el análisis tiene como base el estudio de 667 noticias publicadas en los cuatro periódicos mencionados. A partir del año 2000 se han añadido algunas notas que se encuentran fuera de la periodización establecida pero que permiten ilustrar aspectos fundamentales que no aparecieron de forma clara dentro de la muestra. Este es el caso del suplemento especial sobre los viajeros, publicado en febrero de 2004 en La Prensa Gráfica o algunas notas de 2005 y 2006 que serán citadas a lo largo del trabajo. Como las noticias sobre el tema cada vez son más, se optó por recolectar las notas de un mes, cada cuatro meses del año: abril, agosto y diciembre. Por un lado, abril fue un mes en el que, en algunos años, se celebró la semana santa, y en otros no hubo una fiesta religiosa o política que convocara a los migrantes del exterior. Agosto continúa siendo un mes en el que los salvadoreños celebran la fiesta de “La Transfiguración”, conocida por los capitalinos como “la bajada”, y por otros como “la fiesta del Divino Salvador”; además, es todavía un mes de verano y vacación en muchos países del norte, por lo que la afluencia de migrantes y las noticias sobre las celebraciones en otros países cobran protagonismo. Finalmente, diciembre, que en un inicio se pensó como la época de mayor afluencia y en los últimos años estudiados se mostró como “un mes más” que acoge en el aeropuerto a miles de emigrantes que vuelven a pasar unos días en sus lugares de origen. El estudio es cualitativo. Su preocupación fundamental es rastrear discursos. En este sentido se utilizará como apoyo la cuantificación de las noticias, pero no será desde una representatividad estadística, sino más bien desde criterios de diversidad como se trabajarán las conclusiones. Aún así, esta cuantificación de las notas publicadas me ha permitido en algunos casos iniciar una comparación temporal. Para el trabajo se recogieron todas las

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notas sobre migración que fueron publicadas en cuatro periódicos: La Prensa Gráfica (LPG), El Diario de Hoy (EDH), Diario El Mundo (EM) y Diario CoLatino (CL). Los críticos de la metodología de análisis discursivo piden con urgencia ir hacia las audiencias que reciben el mensaje. Por ello, en la búsqueda de una aproximación más compleja, se realizó un sondeo durante los meses de octubre y noviembre de 2005 a personas que viven en distintos municipios del país para conocer qué opinan sobre la manera como se abordan las noticias sobre migración en los medios de comunicación –particularmente en la prensa escrita– de El Salvador. El sondeo se llevó a cabo como parte de un trabajo de campo mayor que será motivo de otra discusión posterior: una observación de las fiestas patronales y los procesos de migración de las localidades.4 Los comentarios ilustran mejor qué es lo que las y los salvadoreños interpretan sobre los relatos que el periodismo maneja.

El cuadro 1 muestra el crecimiento en la cantidad de noticias. Un dato significativo es que los dos matutinos con mayor difusión, La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, asignaron espacios importantes para trabajar exclusivamente el tema de los migrantes. Cuadro 1. Número de notas encontradas sobre el tema migración y migrantes LPG

EDH

EM

CL

Total por año

1985

9

8

1

1

19

1990

20

28

15

6

69

1995

41

23

12

7

83

2000

86

58

17

22

183

2004

157

139

17

10

323

313 256 62 46 Fuente: Elaboración propia.

677

Total

LPG inició en el año 2000 la sección Departamento 15 que al principio apareció como una sección noticiosa que servía como espacio de contacto con los habitantes repartidos en el espacio transnacional: el decimoquinto departamento del país. El 4 de julio de 2003 pasó a ser una sección diaria con noticias de lunes a sábado. Por su parte, EDH inició en 2002 el proyecto Elsalvador.com, distinto del sitio web que lleva el mismo nombre. El objetivo del proyecto era publicar en la edición impresa noticias sobre la migración, aunque se

27 CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

En relación con el discurso de la prensa escrita, una constatación esperada fue documentar cómo la cantidad de noticias aumentó con los años. La necesidad de la población de informarse y discutir sus dudas sobre cuestiones legales, los peligros en el viaje, la información sobre sus seres queridos, ha hecho que en todos los medios, como se mencionó con anterioridad, se multipliquen los espacios semanales o los reportajes especiales dedicados a solventar las inquietudes de sus audiencias. Con la llegada de las nuevas tecnologías, especialmente con la aparición y difusión de internet desde 1995, las noticias sobre migración no sólo se leyeron en el país, sino también en los distintos países donde los salvadoreños han migrado.

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mantenía una información mucho mayor en la página Web. A lo largo de los últimos tres años el proyecto ha llegado a ser una sección diaria con corresponsales en Estados Unidos y México. Es necesario notar que periódicos como El Mundo y Co Latino aparecen con frecuencias de noticias sobre migración bastante inferiores. Sin embargo, si consideramos el promedio de páginas de sus ediciones diarias, en realidad también le han otorgando un espacio significativo al tema. Frente a La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, cuyas ediciones suelen tener un promedio de 110 páginas, las ediciones de El Mundo mantienen 45 páginas y las de CoLatino 20 páginas en promedio.5 Al acercarnos a la información sobre migración en la prensa escrita surgen varias preguntas. ¿Qué relatos de identidad de los salvadoreños privilegia la prensa al hablar sobre la migración? ¿Cuáles son las imágenes y los relatos que más se anclan en los lectores salvadoreños? ¿Hay algún tipo de imagen sobre el migrante que destaque?

28

En la presente revisión se ha podido constatar que la prensa escrita del país mantiene un discurso diverso en el tratamiento del tema de la migración. La temática migrante es abordada desde distintas perspectivas, pero ello no implica necesariamente complejidad. Los discursos se mantienen más bien reproduciendo estereotipos y lugares comunes. En algunos casos, se encontró ambigüedad en la postura editorial; en otros, se reflejaron matices por el abordaje particular de cada periodista. La apuesta de los medios impresos salvadoreños, en otros casos, se diluye en medio de una saturación de información que no logra mantener un discurso complejo y respetuoso sobre la realidad migrante. En algunos casos, sin embargo, se documentó en la muestra notas que intentan mostrar la densidad del tema. Para comprender mejor estas afirmaciones, el siguiente apartado explora las temáticas y las imágenes que la prensa salvadoreña va configurando sobre un tema que tiene muchas aristas, y su particular diversidad. 3. Imaginarios que migran: compatriota vrs. deportado Cuatro grandes relatos se han encontrado en la información de prensa en torno a la migración: uno político, otro económico, otro más cultural y finalmente uno social. Estos cuatro relatos muestran enfoques diferenciados en el tiempo. En el relato político, las identidades van desde los refugiados políticos, hasta los pandilleros deportados; en el económico, aparecen los migrantes que envían remesas, los viajeros y los empresarios exitosos gracias a la migración tanto en el país como en el extranjero; en el relato cultural se recoge el éxito de los salvadoreños en otros países, y vivencias como las fiestas patronales, el lenguaje, la comida y las costumbres salvadoreñas en este país ampliado que se encuentra en muchas naciones; en el relato social se presenta el largo camino recorrido antes de llegar a la tierra prometida, los salvadoreños que fracasan en el camino y los responsables de ese fracaso (policía, pandilleros o coyotes inescrupulosos). En la muestra que se utilizó para el estudio se encontraron dos propuestas en relación con el migrante. La primera es la que privilegia este término de com-patriota que connota un sentido de inclusión en el cual todos compartimos la misma patria y que amplía hacia fuera

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la noción de territorio. La segunda propuesta representa al migrante como alguien lejano, incluso a veces como alguien no querido cuando es deportado al territorio salvadoreño. Algunas notas presentan a los migrantes como sujetos de derecho y en otras se les estereotipa de tal forma que se puede propiciar la marginación. Para comprender mejor estas afirmaciones se desarrollan a continuación cuatro temáticas o relatos de la prensa salvadoreña sobre el tema. 3.a. Lo político: del refugiado que huye al marero que vuelve

Lo que más se encontró fueron algunas reflexiones. En la mayoría de los casos se toma una clara distancia del discurso estadounidense, insistiendo en que la población salvadoreña es víctima de la guerra, lo que diverge son las causas de esta victimización, para unos será la guerrilla, para otros el ejército y los grupos paramilitares. Ciertas notas muestran una clara preocupación por que no se deporte a los salvadoreños. Algunas noticias incluso citan a organismos internacionales como el Movimiento Santuario que trabaja para que los salvadoreños no sean deportados pues pueden llegar a ser perseguidos políticamente en su país. Aun y cuando estas notas presentan a los salvadoreños como “non gratos”, su visión de los mismos suele ser positiva. No hay enjuiciamientos de valor ni toma de distancia con respecto a estos compatriotas. El relato sobre el refugiado político es protagónico en 1990 y poco a poco va desapareciendo. Después de la firma de los acuerdos de paz, en la muestra de periódicos se encuentran algunas historias puntuales donde estos refugiados políticos llevan una nueva vida o buscan a sus familiares. Se retoma en algunos momentos la discusión sobre los niños desaparecidos y cómo algunos de ellos llegaron a Estados Unidos. En la muestra, a partir del año de 1995, posterior a la guerra, una serie de notas convierten la imagen del deportado en hegemónica dentro de las noticias sobre el tema de migración. Muchos otros temas quedan relegados en la muestra de ese año. Pero el tratamiento

29 CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

Durante la guerra la discusión más grande en la muestra de periódicos fue definir cuál era el estatus de los salvadoreños que salieron fuera del país. En 1985 la discusión se dividía en dos argumentos correspondientes a dos posturas políticas: ¿los salvadoreños eran refugiados que sufrían la persecución debido a sus ideas y adscripciones políticas o más bien migraron por razones económicas y debían ser tratados como cualquier ilegal que llegaba a Estados Unidos en busca de un trabajo? Los medios se volvieron un espacio de discusión. Las posturas fueron diversas: por un lado, el discurso oficial de Estados Unidos fue recogido por las noticias. En estas notas se presentaban declaraciones de altos funcionarios norteamericanos que insistían en no reconocer a las personas que venían de El Salvador un estatuto de refugiado. Por el otro, la opinión pública salvadoreña, tanto desde un discurso más crítico como desde una postura más conservadora, no ponía en duda la problemática de guerra en el país y el hecho que muchos salvadoreños y salvadoreñas tuvieran que salir huyendo, perseguidos y agobiados por la violencia. Aún así, no hubo una confrontación abierta sobre el tema ni se pudieron rastrear notas que hicieran un análisis más detallado.

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es distinto al anterior: aquí no se habla ya de compatriotas, el deportado adquiere una connotación negativa, de amenaza para la seguridad pública. Se vuelve “el otro” del que hay que cuidarse. Si el refugiado político era una realidad salvadoreña, al deportado criminal debería negársele la entrada al país. El problema de este discurso es que en algunos momentos y por el planteamiento del lenguaje, llega a criminalizarse la deportación en el imaginario social. El cuadro 2 muestra la multiplicación de notas relacionadas con aquellos que los medios denominaron “mareros deportados” a partir de 1995. Cuadro 2. Deportaciones: el problema de las maras

30



LPG

EDH

EM

CL

Total por año

1985

0

0

0

0

0

1990

0

0

1

0

1

1995

8

6

2

0

16

2000

10

15

0

0

25

2004

18

9

6

0

33

Total 36 30 9 Fuente: elaboración propia.

0

75

Las caricaturas publicadas en los periódicos matutinos (LPG y EDH) ilustran muy bien este discurso. En el dibujo y sus respectivos textos los caricaturistas ponen en evidencia el discurso hegemónico. Se burlan de aquellos que han sido deportados al país y asumen que todos ellos han regresado “por haber cometido algún crimen” y se ridiculiza a sus familiares. Desde 1995, la imagen del salvadoreño deportado empieza a ser caracterizada de manera peculiar: “los deportados, quienes vestían atuendos flojos, con tatuajes en sus cuerpos y que a simple vista eran identificados como miembros de las ya famosas ‘maras’ arribaron al aeropuerto de Comalapa6” (LPG, 06/04/95). El discurso que se multiplica crea esta sensación de que los deportados son cada día más y que la mayoría de ellos han sido criminales. Una nota secundaria en LPG, sin embargo, presenta otros datos: “entre agosto y diciembre de 1994, [la DAN registró] el retorno de 259 personas, de las cuales el 90 por ciento fueron expatriadas por haber ingresado ilegalmente a los Estados Unidos y el resto por tráfico, consumo, venta y posesión de droga, especialmente cocaína”. En estas noticias, la prensa no hace ninguna diferencia entre el consumo y la posesión de drogas y el tráfico o la venta de las mismas. Los diputados de ARENA y el entonces presidente Calderón Sol refuerzan la línea de preocupación. Esto pone en discusión una ley de seguridad ciudadana: “Los antisociales deportados de los Estados Unidos representan una bomba de tiempo que debe ser desactivada con una ley que proteja a la ciudadanía honrada” indicó René Figueroa como diputado del partido de derecha (LPG, 07/04/95). Esta imagen de “bomba de tiempo” será retomada por la prensa escrita y repetida en varias notas. El gobierno de El Salvador inicia una queja formal contra el gobierno de Estados

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Unidos que está deportando salvadoreños, pues, explican los periódicos “es absolutamente inaceptable que cualquier país del mundo exporte reos condenados… atenta contra los derechos personales del resto de salvadoreños que estamos pretendiendo luchar contra la criminalidad” (LPG, 08/04/95). Estos relatos del miedo se mantienen durante los diez años siguientes, como lo muestra la nota publicada en 2005 donde la entradilla explica que “El Salvador [está], preocupado por las deportaciones, ante la falta de un marco legal para detenciones”. En esta nota, el ahora ministro de Gobernación, René Figueroa, pide al gobierno de Estados Unidos “que no deporte a todos los pandilleros detenidos en las últimas semanas” (LPG, 03/08/05).



Ilustración 1. Caricaturas Arriba, izquierda: Los Deportados, Caricatura publicada en LPG en abril de 1995. Once años después (derecha): Los Deportados, Caricatura de EDH del 8 de noviembre de 2005. Abajo: Maras, Caricatura publicada en LPG el 25 de agosto de 2005.

31 CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

Los pandilleros mantendrán su presencia y no será exclusivamente el discurso relacionado con la migración el que los convertirá en unos “estigmatizados” (Goffman, 1970). Diversos estudios como el de Vasilachis (2004) y el de Martel (2006) muestran cómo los relatos de la prensa escrita presentan a los jóvenes de pandillas con metáforas que remiten claramente al “otro” social. En la muestra de periódicos de los años 2000 y 2004 “las maras” son relacionadas además con los grupos de asaltos que se aprovechan de los migrantes que van en su ruta a la “tierra prometida”. Los pandilleros piden dinero, trafican, asesinan, lanzan a sus víctimas a los rieles del tren donde son mutilados. En algunas notas son relacionados con actividades terroristas y con los problemas de la seguridad nacional que a partir de septiembre de 2001 se vuelven prioridad en las agendas de los Estados.

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Esta identidad marcada del deportado marero se ilustra muy bien en las declaraciones recientes de un empresario, que son retomadas en la prensa. La nota retoma los relatos de varios migrantes: “un profesor de Long Island que ayuda a los jóvenes a terminar sus estudios de bachillerato; la de un oficinista que da cursos comunitarios a las policías de Manhattan y Nueva Jersey; o la de una mujer que administra programas dedicados a traer a Estados Unidos a niños salvadoreños que necesitan operaciones que no se pueden realizar en El Salvador. “[Estas historias, afirma el empresario] nos quitan el chuquillo que nos dejan los mareros. Estoy seguro de que esas personas [pandilleros] representan un número ínfimo respecto a todas las personas trabajadoras que viven en esta ciudad y en este país” (LPG, 17/06/05). 3.b. Lo económico: de viajero frecuente a magnate gigante

32

Junto con el ámbito político, quizá lo que sucede con la economía sea el relato más discutido y que más ha sido objeto de análisis en nuestro país. Dos son las temáticas que la prensa escrita salvadoreña privilegió sobre la economía migratoria: por un lado, un tema cuantitativo, el crecimiento propiciado por una nueva realidad migrante, crecimiento de la economía, de la población salvadoreña en el mundo, crecimiento de las organizaciones de migrantes; por el otro, un tema más bien simbólico pero con un sustrato económico fundamental: el éxito que muchos salvadoreños alcanzaron al volverse empresarios exitosos en Estados Unidos. La importancia del tema se discute con interés sobre todo después de la firma de los acuerdos de paz, cuando las remesas apuntalan la naciente democracia. Como se muestra en el cuadro 3, aun y cuando el crecimiento de las remesas cobró particular importancia a partir de 1995, ese año la mayoría de las notas de la muestra no tocaron este tema pues la preocupación por los jóvenes de pandillas, que se ha presentado en el apartado anterior, ocupó buena parte de la agenda. Cuadro 3: Noticias sobre comunidades y organizaciones de migrantes, sobre el aumento de la población migrante y las remesas



Año

LPG

EDH

EM

CL

Total por año

1985

1

2

0

0

3

1990

3

5

2

1

11

1995

0

0

0

0

0

2000

14

2

0

8

24

2004

17

14

1

1

33

3

10

71

Total 35 23 Fuente: elaboración propia

El crecimiento económico reportado por la migración es documentado por la prensa desde mucho antes que tuviera fin el conflicto armado. Ya en 1985, aparecieron algunas notas sobre el tema, como lo muestra la noticia que informó que: “[El Presidente del Banco Central

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de Reservas, Lic. Alberto Benítez Bonilla, afirmó que] después del café, el otro sector que genera más divisas es la ayuda familiar al exterior” (CL, 05/12/85). En ese momento empezaron a aparecer algunas notas que contaban cómo las comunidades de salvadoreños en el exterior empezaban a crecer tanto en población como en poder adquisitivo, reflejado en parte en las remesas.

En 1995 empezaron a multiplicarse las noticias sobre salvadoreños exitosos, como aparece en el cuadro 4. A medida que el interés por los migrantes creció, las notas del éxito de “los compatriotas” en tierras extranjeras se diversificaron. Se resaltaron más notas de personas que pasaron “de mojados a empresarios”, salvadoreños residentes en el extranjero desde hace ya un largo período y que destacaron en alguna rama del deporte o el arte, escritores que publicaron sus novelas en otros países y su talento fue reconocido, científicos que destacaron, deportistas importantes. Se cubrió también a salvadoreños que residían en el país, pero que fueron llamados por las autoridades de otros países a colaborar, a competir, a montar exposiciones y a poner “en alto” el nombre del país. Un personaje que destaca en el ámbito económico es el encomendero, conocido también como viajero, que aparece muy poco en las noticias de la muestra, pero que ha sido objeto de un reportaje especial en la revista Enfoques de LPG (01/02/04). En esta nota se presenta a los viajeros como “los nuevos magnates de oriente, los pequeños que se volvieron gigantes”, y se explica que hasta antes de las restricciones de seguridad impuestas por el 11 de septiembre, los viajeros podían ganar “casi el salario de un ministro” (el énfasis es mío). Con una serie de testimonios personales se muestra cómo algunos viajeros se han convertido en empresarios y muchos otros dejaron empleos formales para dedicarse de lleno a una “profesión” en la que llevan 25 años. Aunque la visión sobre los encomenderos suele ser positiva, en algunos casos es posible encontrar un relato más bien negativo, el viajero como un personaje oscuro que se dedica al tráfico ilegal. Tal es el caso de una nota de EDH. Se recuerda que los policías de la División Antinarcóticos “tienen cuidado con los encomenderos, porque usualmente la droga se las ocultan entre los artículos que son enviados a Estados Unidos o Europa” (EDH, 10/07/05).

33 CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

En 1990, una noticia retomada de AP mostraba que el incremento de la población hispana hizo que hablar español fuera cada vez más común. Esta constatación se asoció a actividades cotidianas de consumo: una guía telefónica de páginas amarillas en español se publicaba en California; en Nueva York los autobuses y subterráneos tenían publicidad en este idioma; mientras, en Miami, algunas tiendas “llegan al extremo de proclamar ‘se habla inglés’”. Las comunidades de migrantes latinoamericanos empezaron a ser presentadas como poblaciones consumidoras, esto es, con un cierto poder adquisitivo. En 2004, una noticia comenta que la población centroamericana en Estados Unidos “casi se duplicó en la última década, con El Salvador como el principal país emisor de emigrantes”. La nota explica que hay 817 mil compatriotas que residen en EE.UU (LPG, 14/12/04). Como ya se mencionó anteriormente, este término de com-patriota connota el sentido de inclusión, de transnacionalización en la cual todos somos los que compartimos la misma patria. La noción de territorio se amplía hacia fuera, ellos también son parte del Nosotros.

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En la muestra no se encontraron noticias concretas que plantearan los “costos” económicos del viaje, ni se ahondó en las noticias sobre remesas sobre los costos de transferencia de las mismas, el uso que las familias salvadoreñas daban al dinero recibido o sobre los proyectos de desarrollo que se llevaron a cabo gracias a las remesas colectivas. Es posible que estas noticias hayan entrado en la agenda con periodicidad tan reducida que no llegaron a ser abarcadas en la muestra que se recolectó. Como ya se mencionó al inicio de este apartado, el éxito del migrante conlleva un elemento económico no sólo “monetario”, sino también simbólico. Es por ello que la categoría de los salvadoreños exitosos gracias a las migraciones se traslapa con el análisis del discurso cultural. 3.c. Lo cultural: los festejos, el éxito, el retorno

34

Una temática que expresamente se ha querido rescatar desde algunas apuestas editoriales de los medios impresos tiene que ver con documentar e informar del éxito que las y los salvadoreños han tenido en el extranjero. La migración exitosa es la temática que más noticias presenta en la muestra; un total de 227 contabilizadas.7 En esta muestra, hay una variedad de personajes que aparecen destacados. En general, se hace énfasis en cómo estos “destacados compatriotas” fueron capaces de triunfar en espacios donde muchos otros no lo lograron. Se pone de relieve la fuerza y la tenacidad de los salvadoreños y su capacidad de levantar proyectos, en muchos casos, de la nada. Ya en 1985 se mostró el renombre de personalidades que pertenecen a grupos socioeconómicos aventajados y el éxito de grupos de becarios de clases menos favorecidas: “La salvadoreña Doris Masear García, de 27 años, presentó como tesis de graduación la construcción del Coliseum de Nueva York como una estructura hexagonal que, según renombrados arquitectos, aventaja en su proyecto a las más importantes firmas de arquitectos norteamericanos” (EDH, 11/08/85); “80 becarios a EE.UU. para técnica vestuario. La industria del vestuario en El Salvador no se quedaría muy atrás de otros países famosos por sus productos de alta costura. Pero, como en todo, siempre hay campos abiertos a la adquisición de nuevas técnicas” (LPG, 15/08/85). A partir de 1995 se volvieron frecuentes, además, las noticias que cuentan de la muerte de compatriotas migrantes en suelo extranjero. Estos relatos periodísticos mostraron el significativo aumento de la población que se estableció fuera del territorio nacional, pero que conservó los lazos con su país que, en estas historias, esperaba los cuerpos de estos (com)patriotas lejanos. Se evidencia aquí la fuerza simbólica de la repatriación de los cuerpos que aparecerá también en la encuesta dirigida a salvadoreños residentes en Estados Unidos. El cuadro 4 muestra el aumento de las noticias sobre salvadoreños emigrantes exitosos, pero al mismo tiempo, la constancia de este tema a lo largo del estudio.

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Cuadro 4. Sociales: Los migrantes exitosos



LPG

EDH

EM

CL

Total por año

1985

4

1

0

0

5

1990

6

6

7

2

21

1995

18

12

5

4

39

2000

19

20

12

8

59

2004

46

38

6

3

93

Total 93 77 30 Fuente: elaboración propia

17

217

Al mostrar a los migrantes exitosos, la prensa también retomó aquellas actividades que los migrantes han realizado en el extranjero. La vida cotidiana tiene matices, pero los salvadoreños han celebrado “la bajada” de su patrono, El Salvador del Mundo, en los Ángeles (LPG, 09/08/00), Panamá (LPG, 24/08/00), Montreal (LPG, 24/08/00), México (EDH, 02/08/90), Australia (LPG, 07/08/05), Suecia (LPG, 04/08/05); o el Carnaval de San Miguel en Houston que en 1990 celebró su octava edición (LPG, 09/12/90). Muchos de ellos empiezan a volver al país para las fiestas. Primero en diciembre y luego para cada fiesta en la que es posible volver. Estas noticias muestran que, cada vez más, los salvadoreños mantienen prácticas transnacionales, desterritorializadas (García Canclini, 2001), son aquí y allá. La prensa documenta procesos de sustitución de un sentido, un valor o una norma por otro distinto de la nueva cultura a la que los salvadoreños se han enfrentado. Documenta procesos de mantenimiento del significado, o de recreación y resignificación. También momentos de sincretismo de los cuales surge una propuesta de identidad nueva que toma de todas partes, pero que es novedosa y distinta del resto de vivencias culturales (Zapata, 2003). Son 69 las noticias de la muestra que recogen estas historias. En 1985, la prensa informó que “[eligieron] a la señorita El Salvador en Los Ángeles”, que este concurso se inició desde hace cuatro años, es decir, desde 1981, y que se buscó mantener unida a la comunidad de salvadoreños de la zona que ya para esa fecha sobrepasaba los cien mil (EDH, 12/08/85). La comida típica empezó a ser exportada: “Welcome, pupusas y yuca frita Made in El Salvador” (LPG, 03/04/00). La prensa escrita constató que “en cualquier lugar donde haya ‘guanacos’, generalmente cerca hay una venta de comida típica salvadoreña, propiedad de un compatriota” (LPG, 03/04/00).

35 CRÓNICA DE LA PRENSA SALVADOREÑA

Las historias del éxito adquirieron un carácter especial cuando los medios de comunicación presentaron el rostro del salvadoreño que, gracias a las remesas, se convirtió en un “embajador” que defiende la causa de la migración: el presidente Elías Antonio Saca completó sus estudios gracias a las remesas que envió su hermano, quien se ganó la vida “lavando platos y pisos, manejando buses hasta que logró convertirse en médico internista” (LPG, 20/08/04).

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En la construcción periodística de este anclaje con la vida cotidiana, destacó en la muestra la función de enlace que los medios facilitaron a partir del año 2000. Varias familias logran reunir de nuevo a sus seres queridos y otros más aprovecharon el espacio brindado por los medios para enviar mensajes y fotografías a sus conocidos en El Salvador. La agenda mediática sobre el tema de la migración posibilitó, en alguna medida, que los ciudadanos, los lectores, se apropiaran de espacios en los medios y pudieran contar sus historias en primera persona, sin la mediación del profesional que, desde su propio estilo, entreteje muchas veces los relatos. 3.d. Lo social: el éxodo hacia la tierra prometida

36

El éxodo es salida, marcha, emigración de una comunidad o un grupo de personas, explica el Diccionario de la Lengua Española (RAE, 2005). En la muestra, la prensa escrita ha presentado este éxodo con un cierto carácter religioso de ese pueblo que marcha hacia la tierra prometida. Una de las grandes preocupaciones sobre el tema de la migración pasa por la crónica del difícil trayecto que siguen los migrantes. En esta temática, el relato de la prensa escrita retoma un estilo dramático, una narrativa donde el héroe o la heroína8 se enfrentará a su destino y podrá evadirlo. Contradictoria. Difícil. Dura. Inacabada. La narración es la historia de aquel que se aventura en la ardua prueba. Si logra sortear todos los obstáculos obtendrá la recompensa de la “tierra prometida” (EDH, 02/05/05). Pero para alcanzar su objeto de deseo, nuestro héroe o nuestra heroína deberá enfrentarse a los malvados intereses de los coyotes, derrotar el hambre, el abrasante calor del desierto, la implacable “migra” y los recientes patrulleros.

Ilustración 2. Fotos de EDH. Septiembre de 2004. Aquí los “mojados” pernoctan en pensiones improvisadas, en donde en cada cuarto duermen hasta veinte personas por una tarifa de 50 pesos. Para evadir la estrecha vigilancia migratoria norteamericana, caminan jornadas de hasta 36 horas por la zona desértica hasta llegar a Tucson, Arizona, que se localiza a 68 millas del rancho La Sierrita. El último punto antes de ingresar

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a la “tierra prometida”. La travesía es un sorteo con la muerte porque en estas tierras abundan víboras, alimañas y... asaltantes que se cubren el rostro con gorros pasamontañas.9 Como el cuadro 5 presenta, las noticias sobre esta temática aumentan en cada año estudiado. En estas notas los personajes suelen aparecer de la misma manera, sus variaciones son mínimas a lo largo de la muestra. Desde 1985, el coyote es presentado como delincuente, se hace un llamado a la comunidad para que lo denuncie y se asocia el término coyote con el de estafador. Cuadro 5: Noticias sobre la ruta del migrante, el coyote, los mojados EDH

EM

CL

Total por año

1985

2

2

0

0

4

1990

1

2

2

0

5

1995

9

0

0

1

10

2000

15

10

1

0

26

2004

34

44

4

5

87

7

6

132

Total 61 58 Fuente: elaboración propia

La figura del coyote se complejiza en la información de los siguientes años. Por un lado se mantiene la imagen del estafador que muchas veces deja a las personas engañadas a medio camino o les cobra más de lo acordado. Pero poco después, ya en 1990, el crimen se agrava, como lo muestra un titular de La Prensa Gráfica que habla de “tráfico de menores secuestrados”. El coyote no sólo engaña a los ciudadanos, sino que se ensaña particularmente con aquellos que son el futuro de la sociedad y que no pueden protegerse del engaño. Posteriormente, ya en el año 2000, en la muestra aparecerá además como un secuestrador que pedirá rescate a las familias de los que se aventuran en el viaje. En esta temática es importante hacer notar que la población salvadoreña parece tomar distancia del discurso hegemónico pues, como lo muestra la encuesta reciente de LPG Datos, cinco de cada diez salvadoreños no está de acuerdo en castigar con la cárcel a las personas que se dedican a llevar a otras a Estados Unidos por vías ilegales (LPG, 06/03/05). En 1995 las noticias recogieron la preocupación por la deportación masiva de los salvadoreños. Este tema se relacionó mucho con la preocupación por la deportación de criminales y pandilleros que se trabajó en la primera temática. Ya para 2000 y 2004, la cantidad de noticias sobre este tema, en la muestra, fue mucho mayor. La diversidad de temáticas que se trabajaron varió mucho más. Los titulares dieron cuenta de ello. Se dio paso a historias personales: “Un día en la vida de la heroína” (LPG, 06/04/04). Se presentaron intentos fallidos que tuvieron como consecuencia la mutilación o la muerte de las víctimas: “Mueren cuatro compatriotas” (EM, 11/08/04) y se discutió la

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LPG

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forma en que estos salvadoreños volverían al país. La historia de vida apareció como el género más usual y también aquellas historias con “función social”, donde se solicitó a los lectores ayuda para los casos más impactantes.

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En estas historias se hizo énfasis en la condición de pobreza de los migrantes, pero sin problematizar esta categoría, más bien mostrándola como un elemento más entre los atributos de las personas trabajadoras que buscaron salir adelante. El tono de varias de estas historias es trágico: “Queríamos ayudar a la familia… pero no se pudo” (LPG, 18/08/04). En algunas notas se encontraron historias que enfatizan la posibilidad de lograr “el sueño americano” y que alientan a continuar la ruta del migrante. Esto se ilustra en una nota que publicó el Diario CoLatino: “Insólito: liberan a salvadoreños ilegales”. En la noticia se relata cómo, tras una persecución, la policía capturó a diez salvadoreños. Fueron remitidos a las autoridades de migración para su deportación, pero éstas tenían tanto trabajo que la policía terminó dejando a los detenidos en libertad. “Los salvadoreños arrestados pudieron seguir su camino… Qué suerte… tenían que ser salvadoreños… Dios estaba con ellos” (CL, 06/12/04). El elemento religioso presente en la cultura popular fue reforzado por este tratamiento periodístico que hizo ver al migrante que logró pasar esta prueba como alguien que tenía a Dios de ayudante en su travesía. Dentro de la temática social, las historias de vida abundan mucho más que las discusiones sobre los derechos que los migrantes tienen. Antes de ser sujeto de derechos, el migrante ha sido protagonista de relatos. 4. Ventana a los lectores Hasta ahora he trabajado la construcción discursiva desde la prensa, desde este medio impreso salvadoreño. Sin embargo, las teorías sobre comunicación nos recuerdan que un mensaje no necesariamente es entendido y representado de la manera como el emisor del mensaje, en este caso el periodista, quiso que éste fuera imaginado. En 1973, Stuart Hall planteó ya un modelo de codificación-decodificación de mensajes que rechazaba el determinismo con el que las primeras teorías plantearon la recepción. Sostuvo que las audiencias se apropian de los mensajes de manera activa y dialéctica, aunque planteó como muy relevante el papel que la clase social ejercía en dichas interpretaciones. En la actualidad, los teóricos y estudiosos hablan de las mediaciones culturales que nos determinan, momentos en los cuales recibimos el mensaje, contextos políticos en los que nos hemos construido como personas (Orozco, 2002). En muchos casos las matrices culturales de aquellos que reciben un texto harán posibles nuevas interpretaciones, énfasis no necesariamente buscados, distancia, en fin, negociaciones. En los primeros estudios de audiencia que se han llevado a cabo en el país sobre este tema, se han encontrado negociaciones como las que Chartier (en Ceballos y Alba, 2003) mencionaba entre las representaciones propuestas por el discurso oficial, gubernamental y los medios de comunicación. Y en las impuestas desde los públicos existen matices y distancias que vienen de la vivencia cotidiana familiar sobre la migración y de otros discursos populares como el religioso, el de consumo musical, particularmente de corridos sobre migrantes y de hip-hop (Martel y Marroquín, 2003 y 2007).

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¿Qué rescatan los lectores de los periódicos de las noticias sobre migración? ¿Qué opinan del tratamiento que sobre ello se hace? Dos son los discursos esenciales que los lectores, consecuentes con el esfuerzo de la prensa escrita, identifican una y otra vez en sus intervenciones: migrar es bueno, nos llevará al éxito y migrar es algo peligroso, puedo morir en el intento. Estos dos discursos se corresponden con las dos constantes que aparecen en la prensa escrita a lo largo de la muestra, por un lado la visión del salvadoreño que alcanza el éxito en el extranjero, y por otro, el discurso que cada vez crece más de los muchos peligros que el migrante encontrará en su travesía. Hay una toma de distancia clara entre la conformación del coyote como un personaje oscuro y la opinión de los lectores que piensan que el coyote no debería ser juzgado por las leyes salvadoreñas como delincuente, como lo muestra una encuesta de La Prensa Gráfica retomada en el Informe de Desarrollo Humano (PNUD, 2005).

Cuadro 6. Sondeo: ¿Recuerda usted noticias sobre migración en el periódico? ¿qué le parece la manera como la prensa aborda el tema?

• Son noticias muy tristes, muy fuertes (hombre, 17 años, Chalatenango). • Se exagera muchas veces… (mujer, 19 años, San Miguel). • Creo que los medios tienen interés en que la gente se vaya (hombre, 45 años, San Miguel). • Dicen que los emigrantes van a tener mejores condiciones allá; dicen que el gobierno está buscando eso para ellos. La gente compara la noticia con lo bueno y lo malo de irse del país (mujer, 59 años, Ahuachapán). • Me imagino que jamás van a dar la verdad de lo que ha sucedido, sólo pasan lo que les interesa (hombre, 23 años, San Miguel). • Son bastante conmovedores, el leer el periódico y saber que mucha gente, por alcanzar el sueño americano, pierden la vida (mujer, 18 años, San Miguel). • Es un poco exagerado, a veces no presentan el lado malo y no ven el positivo (mujer, 19 años, Apopa). • El tratamiento es muy bajo porque no aceptan que hoy por hoy, las remesas es el principal sostenimiento de nuestro país y no les dan el tratamiento a nuestros compatriotas que están allá como se les debería de dar (hombre, 20 años, La Unión). • Siento que debieran haberlo hecho mejor porque considero que lo presentan como algo necesario para la gente, migrar para superarse, cuando tendríamos que tener las mismas oportunidades para todo (hom-

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Algunas personas tomarán distancia y se situarán de manera crítica ante el discurso que los periódicos salvadoreños ofrecen. Esto muestra que las y los salvadoreños no necesariamente creen todo lo que los medios de comunicación presentan. Muchas de las exageraciones (positivas o negativas) aquí documentadas, también son anotadas. Los lectores, en este sentido, son exigentes. El cuadro 6 recoge la postura crítica de algunos de los lectores entrevistados.

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bre, 41 años, Ahuachapán). • Pues yo no sé si es por darle pánico a la gente o será cierto que los van a deportar, yo creo que es por darle temor a la gente (Mujer, 56 años, Meanguera). • Pues lo que se ha estado viendo y escuchando es lo que les sucede a los que intentan irse, lo mucho que sufren. Y yo creo que presentar así las noticias ayuda mucho a que otros desistan de irse creyendo que allá está la superación, pues según cuentan los que se han ido, no es así (hombre, 54 años, Salcoatitán). • Algunas veces está bien y otras no porque son noticias demasiado impresionantes (mujer, 42 años, Usulután). • Sale que es bien duro cruzar. A veces salen programas donde le dicen a la gente cómo hacer para irse, pero es paja, sólo mojado se va uno (hombre, 38 años, Apopa).

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Fuente: elaboración propia

Además de la constatación sobre el discurso de la prensa escrita, los instrumentos del análisis del discurso nos permiten buscar qué es lo que los textos nos presentan, tanto en su estructura superficial como en su estructura profunda. Al analizar la estructura superficial de los discursos periodísticos, en un primer momento podemos evidenciar cómo los textos se presentan en forma de relato. El relato del migrante que pasará por distintas pruebas y peripecias. Como todo relato puede ser leído desde aquellos actores que lo protagonizan. El migrante, héroe, va en busca de la tierra prometida, su objeto de deseo. Pero este viaje de partida no es tan sencillo. Se lo pensará mucho, se resistirá a salir de su lugar de origen. Los discursos de los medios de comunicación y los testimonios de aquellos que ya hicieron el viaje le contarán que hay muchos peligros esperándolo, que en el camino enfrentará muchas pruebas. Sin embargo, el héroe conocerá a un mentor, una persona (o un mensaje) que le hará ver que es necesario partir y buscar una vida mejor. Nuestro héroe tendrá que abrirse camino, comprometerse, sacar sus papeles, un suéter, la botella de agua y su mochila, y con ello emprenderá el viaje. Cuando el migrante cruza hacia el mundo especial se encontrará con dos situaciones básicas. Habrá pruebas, y si éstas son superadas, entonces este mundo espacial le mostrará sus secretos y obtendrá su recompensa. Hay, sin embargo, un bache en el relato de la prensa, que se comprueba cuando se profundiza con las y los salvadoreños que han vivido la migración de manera directa: que entre enfrentarse a sus peores temores y lograr ser recompensado pueden pasar muchos años. Prácticamente no se encuentran en las noticias trabajadas desde la muestra, relatos sobre lo difícil y duro que puede ser encontrar trabajo en Estados Unidos, los problemas que se pasan para lograr la legalización y lo que puede suceder al ser deportado.10

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Este discurso ya ha sido anotado por otras investigaciones que trabajan sobre el tema. Se advierte sobre los peligros del camino pero se idealizan, o al menos se omiten, las dificultades que existen una vez que se ha llegado al mundo especial. Esta omisión y “maquillaje” de la realidad en Estados Unidos está retomada en los trabajos de Diana Santillán y Sarah Mahler. Según Mahler (1995), un salvadoreño recuerda que cuando era niño escuchaba los relatos del primer emigrante de Intipucá, que le contó a todo el mundo que el dinero literalmente estaba desparramado por las calles. Santillán (2005:117) cuenta el caso de un emigrante que había oído que los dólares estaban tirados en las calles y que “podían recogerse con la escoba”. Al no presentar de manera significativa una discusión sobre las dificultades de la vida en Estados Unidos, la prensa escrita salvadoreña contribuye a mantener esta visión idealizada.

No son estas categorías las únicas, leído este esquema desde otras coordenadas, desde otras oposiciones se resaltarán matices distintos y otras particularidades: riqueza y pobreza; identidad individual y colectiva; el ciudadano común y el pandillero; la nación frente a lo local, el pueblo de donde se sale con rostros concretos y calles conocidas; la vida que lucha frente a la muerte que espera en el aire del desierto. La historia es dinámica y cualquier fotografía fija es sólo una instantánea. Este retrato del relato de la prensa carece de la movilidad del objeto que ya se ha movido de lugar en el tiempo transcurrido en revelar –todavía sin la rapidez de la tecnología digital– la imagen. Como se dijo anteriormente, este trabajo intenta ser una provocación, un mapa que ayude a leer el rumbo que hasta el momento han seguido los estudios. 5. Primeras conclusiones El lenguaje tiene el poder de clasificar. Foucault (2004) insistirá en que las palabras muestran nuestras posibilidades y límites para pensar lo mismo y lo otro. Esto sucede en esta crónica que ha recorrido el discurso que la prensa escrita ha utilizado para nombrar la migración. En ella encontramos, como consecuencia de sus formas de nombrar, propuestas de identidad que adquieren una particular importancia en nuestra sociedad salvadoreña. Una sociedad que todavía no termina de acostumbrarse a escuchar la diversidad en sus discursos sociales y políticos. Como lo explica Rodrigo Alsina: “los medios de comunicación son uno de los principales, aunque no los únicos, instrumentos de construcción de imágenes de identidad y de alteridad. Pero en aquellos casos en que no hay otras fuentes de información (comunicación interpersonal, libros, etc.) su predominio es notorio” (2003:99).

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Si la estructura superficial nos muestra un relato, la estructura profunda recogerá categorías que se oponen dentro de los discursos. Aún con su diversidad, las noticias sobre migración manejan los relatos dentro de dos binomios básicos: se tiene éxito al llegar a Estados Unidos y enviar luego remesas o se fracasa y se vuelve deportado (o incluso muerto); se hace una opción por el bien y se parte sacrificando la felicidad propia por la de los seres queridos o se vive desde el mal y se cede a las tentaciones del tráfico, el dinero, las pandillas. En este sentido, en el trasfondo del discurso de la prensa escrita, se muestran cuatro grandes categorías: el bien, el mal, el éxito y el fracaso.

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Una mujer salvadoreña, residente en Los Ángeles, sostuvo que sus sentimientos hacia su país eran contradictorios: “hay amor a mi patria, pero también hay mucho resentimiento, porque cuando mando los dólares soy hermana lejana, pero cuando deportan a mi hijo ahí ya no soy nada”. Desde este recorrido por el discurso de los medios, es importante recordar que la comunicación no es sólo cuestión de conocimiento, sino también de re-conocimiento, de re-apropiación de la historia. La migración es una historia que exige ser narrada mostrando su complejidad.

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Hay tres elementos que se encuentran repetidos en los relatos que la prensa salvadoreña ha privilegiado hasta hoy. Primero, la noticia que predomina suele ser informativa y el espacio que hasta ese momento se daba a otros géneros periodísticos como el reportaje, la crónica o el editorial ha sido muy poco. Segundo, se presenta una postura oficial y en muchos casos ambigua en relación con la migración: es una realidad que lleva al éxito, pero también a la muerte; es algo bueno, pero malo; es algo que puede llevar a un reconocimiento social importante, pero también al estigma de la delincuencia si se fracasa y se llega a la deportación. Tercero, las distintas narrativas utilizadas por la prensa escrita se encuentran en la base de un nuevo imaginario de nación del que habla el Informe de Desarrollo Humano 2005 y muchos otros investigadores. El relato periodístico privilegia narrativas deterministas. Las personas no pueden escapar de su destino. Los malos serán siempre malos, los jóvenes de las pandillas no podrán huir de esta realidad, tampoco los mojados. Con culpa o sin ella, la suerte está dada de antemano. En este relato, las y los salvadoreños se vuelven héroes que luchan por obtener el favor de su dios en el largo éxodo a través del desierto. Esta narrativa recoge los fracasos, pero sobre todo “canta” los éxitos. Conlleva una visión positiva de la realidad migratoria. Al migrar, los salvadoreños pueden progresar y alcanzar la tierra prometida. Como se mencionó, no se encontraron en la muestra notas que cuenten a los que quieren migrar cómo hay muchos que, aunque lleguen a la tierra prometida, no logran salir de la pobreza. Muy pocas noticias priorizaron una difusión de los derechos de los migrantes y casi ninguna de las noticias analizadas se detuvo a reflexionar sobre las medidas que el país toma con las personas que llegan al país de una manera ilegal. El periodismo ha contrastado muy poco la realidad que vivimos como país expulsor y receptor a un tiempo. Hace falta que los medios analicen a profundidad el trabajo que hasta ahora se ha hecho sobre la migración y que se discuta más sobre este fenómeno. Pero no sólo el periodismo tiene retos y deudas pendientes con la sociedad salvadoreña. También la academia tiene mucho por hacer. Por un lado, continuar profundizando investigaciones rigurosas sobre lo que ha sucedido con las migraciones y poner estos hechos en perspectiva histórica. Se debe sistematizar la experiencia de los distintos estudios locales y ponerlos en un diálogo no sólo nacional, sino regional que permita obtener nuevas conclusiones. Se debe atender la migración en su compleja realidad que no se reduce sólo a la migración hacia Estados Unidos, y recordar que esta última difícilmente puede ser explicada sin dialogar con las dinámicas locales, la migración del campo a la ciudad y el papel protagónico que está jugando la migración hacia otros países como Italia. Por otro lado, es necesario visibilizar y discutir, desde las publicaciones teóricas, los distintos esfuerzos por profesionalizar el tratamiento

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de la migración que algunos medios de comunicación de la región están llevando a cabo. Es un desafío de la academia distinguir, dentro del discurso de los medios, a los distintos actores que se involucran en la producción de las noticias, y diferenciar el trabajo y los objetivos de los periodistas de la apuesta editorial de las industrias mediáticas desde las cuales trabajan. No es pues la idea, condenar el trabajo periodístico, sino servirse de estos nuevos sociólogos, para decirlo con Bauman (2006), y propiciar junto a ellos la reconciliación con una parte de la identidad salvadoreña, ésa que se ancla fuera de los veinte mil kilómetros que marcan nuestro territorio. Agradecimientos

Notas 1

Algunos estudios del Instituto de Opinión Pública (IUDOP) de la UCA dan cuenta de ello, así como estudios que han observado la relación que existe entre percepción de la inseguridad, construcción de ciudadanías del miedo y discursos sobre violencia en los medios de comunicación (Martel, 2006; Vasilachis, 2004 2 Una buena recopilación sobre la discusión de los enfoques con los que se aborda la influencia sobre los medios de comunicación puede encontrarse en Eric Maigret (2005) 3 Los dos periódicos principales tienen cobertura nacional e incluso secciones especializadas para los distintos departamentos. Su tiraje no es algo que pueda confirmarse desde fuera, pero los investigadores hablan de 100,000 ejemplares al día, el número de lectores se multiplica por cinco en cada caso. 4 El sondeo se realizó con 80 personas que residían en los municipios de Salcoatitán en el departamento de Sonsonate, Meanguera en Morazán, Apopa en San Salvador, San Antonio de la Cruz en Chalatenango, y en las cabeceras de Ahuachapán, Usulután, La Unión y San Miguel. Las personas se encontraban en los parques y plazas públicas y ahí fueron entrevistadas, cuidando que hubiera diferenciación de sexo y edad. 5 El promedio de páginas de los periódicos varía de una temporada a otra y con los años, en algunos casos, el número ha aumentado. Este promedio no contempla los suplementos especiales que en la mayoría de los casos suelen ofrecerse los días lunes, viernes, sábado y domingo. 6 En la foto podemos ver a este “inconfundible miembro de las maras”. Junto a la foto, la caricatura de La Prensa Gráfica. 7 La siguiente temática que aparece con un número alto de notas es la de los relatos sobre coyotes y migrantes, con 132 publicaciones, aún así, las historias sobre la “tierra prometida” están muy por debajo de las 227 de las historias de salvadoreños exitosos. Estos datos ilustran, con un nivel aceptable de significatividad, dónde se encuentran los énfasis en las notas periodísticas de estos años estudiados. 8 Los protagonistas de estos relatos serán tanto femeninos como masculinos, desde las primeras notas documentadas de la muestra en 1985. 9 El Diario de Hoy. Suplemento Vértice. El éxodo al norte. Caminos de dolor. 19 al 26 de septiembre de 2004. 10 Es importante recordar que estos relatos pueden haber cobrado protagonismo a raíz de los incidentes y las protestas recientes de 2006. Sin embargo, esta hipótesis tendría que ser parte de un estudio posterior.

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El presente texto fue elaborado gracias a la investigación “Exploración de los patrones culturales y las formas de comunicación surgidas por las migraciones” para el proyecto “Migraciones internacionales y transformaciones económicas, políticas y culturales en El Salvador” UCA-SKM. Una versión preliminar de este ensayo fue preparada y presentada para el capítulo “Migraciones y diversidad cultural: al encuentro de un nuevo nosotros” del Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2005: Una mirada al nuevo nosotros. El impacto de las migraciones, PNUD, San Salvador, 2005. El presente estudio agradece a los lectores y periodistas de la prensa escrita salvadoreña, en particular a Margarita I. Funes: lectora, periodista y amiga desde siempre.

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Diáspora salvadoreña: identidades y mapas culturales en el ciberespacio José Luis Benítez

Universidad Centroamericana ‘José Simeón Cañas’ (UCA), San Salvador. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: abril de 2008 / Aceptado: mayo de 2008 desafíos de investigación al campo académico de la comunicación. En esta perspectiva, algunos estudios de comunicación han analizado el papel de los medios de comunicación y sus narrativas mediáticas sobre la migración, la construcción de imaginarios sociales acerca de la experiencia de emigrar, y la importancia de las nuevas tecnologías en las prácticas cotidianas de los inmigrantes. En este contexto, este artículo explora algunos contenidos y formatos que grupos y comunidades migrantes salvadoreñas construyen desde sitios y páginas web, usos de medios de comunicación local y nacional accesibles desde el Internet, y nuevas plataformas de redes sociales como los blogs, Myspace, Facebook, YouTube, entre otros. Por tanto, este artículo intenta dibujar algunos trazos de mapas culturales y expresiones de identidades colectivas que la diáspora salvadoreña construye día a día en el ciberespacio. EL FENÓMENO DE LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL PLANTEA NUEVOS

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Palabras clave: diáspora salvadoreña / comunicación transnacional / Internet y migrantes / medios de comunicación 1. Introducción Los procesos de migración internacional han generado nuevas dinámicas económicas, sociales, políticas y culturales en las sociedades tanto emisoras como receptoras de flujos masivos de personas. De hecho, la migración internacional es considerada como una dimensión constitutiva de la globalización (Koser, 2007:28). Al menos hay tres aspectos en los cuales se interrelaciona la globalización con las dinámicas de migración internacional. Primero, la reconfiguración de nuevos mercados laborales y las demandas de mano de obra en países desarrollados. Segundo, la visibilidad que adquieren en el plano global las desigualdades socio-económicas entre países y regiones en el mundo, particularmente en el nivel de ingresos y de calidad de vida de las personas. Tercero, estas condiciones replantean la búsqueda de opciones sustentables y coherentes al tema de la pobreza y la necesidad de nuevos modelos y formas de desarrollo humano. Los procesos contemporáneos de migración internacional también generan nuevas dinámicas de vinculación y prácticas transnacionales; es decir, acciones sociales que se desarrollan entre al menos dos Estados nacionales y que se apoyan, particularmente, en las

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nuevas tecnologías de información y comunicación. De esta forma se habla hoy en día de la construcción de un campo social o espacio social transnacional por parte de los migrantes y sus comunidades de origen (Pries, 2001:18). Así, se puede identificar una serie de procesos y prácticas económicas, políticas, sociales, culturales, religiosas y comunicacionales que establecen, nutren y transforman las redes de comunidades migrantes. Además, esta noción de procesos transnacionales pone en cuestión ideas tradicionales de absorción, integración o asimilación cultural que se han tendido a estudiar en los procesos de migración internacional. Este campo transnacional posibilita que muchos inmigrantes, ya sean documentados o no, puedan mantener y reproducir vínculos familiares, sociales y simbólicos con sus comunidades y países de origen.

Desde esta perspectiva, este artículo examina las representaciones, narrativas y expresiones culturales que los inmigrantes salvadoreños construyen en el ciberespacio. El Internet no puede dejar de analizarse como un medio de comunicación –para algunos con mayores posibilidades de democratización y amplia participación– desde el cual se construyen representaciones socioculturales, historias populares y sentidos sociales de las experiencias de migración. Se plantean algunas reflexiones acerca de las relaciones entre estudios de la diáspora y el campo de la comunicación. Finalmente, se perfilan algunos elementos de lo que se podría denominar mapas culturales en el ciberespacio, desde los cuales se puede profundizar y ampliar este tipo de análisis para otros grupos o comunidades de migrantes centroamericanos. Algunos datos sobre la diáspora salvadoreña De acuerdo al reporte de 2007 del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, un total de 2.2 millones de salvadoreños viven fuera del país. Esto significa que de los 5.8 millones de salvadoreños, cerca del 35% reside en el exterior. El número más importante de inmigrantes se encuentra en los Estados Unidos, en donde hay 1, 842,100 salvadoreños

47 DIÁSPORA SALVADOREÑA

Desde el campo académico de la comunicación, el fenómeno de la migración internacional ha sido objeto de diferentes investigaciones que intentan comprender las vinculaciones de la comunicación interpersonal y colectiva con la experiencia de la migración. Al menos hay tres áreas en las cuales se pueden delinear los aportes que la comunicación ha hecho a los estudios sobre migración internacional, tanto en América Latina como en otras regiones del mundo. Un área de interés ha sido estudiar el papel de los medios de comunicación en la construcción y circulación de narrativas, discursos y visiones acerca de la migración. Otro ámbito de investigación ha buscado analizar la formación de representaciones mediáticas y reproducción de imaginarios simbólicos que se fabrican en torno a la migración y sus personajes: los coyotes, los policías, los migrantes, los oficiales de migración, los empleadores, etc., y cómo se cuentan y se representan las experiencias de migración. Una tercera área de investigación ha sido explorar los usos y las significaciones socioculturales que las nuevas tecnologías de información y comunicación tienen en la vida cotidiana de los migrantes y de sus comunidades de origen, particularmente el uso del Internet, teléfonos celulares, videoconferencias y videojuegos. En este último punto, también se ha prestado atención al fenómeno de la brecha digital y de qué maneras estas desigualdades en el acceso y usos de las nuevas tecnologías se manifiestan en el nivel local, nacional, transnacional y global.

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que se concentran primordialmente en el estado de California y el área metropolitana de Washington D.C. Otros países donde se encuentran números significativos de migrantes salvadoreños son: Canadá (135,500), México (36,049), diferentes países de Centroamérica y el Caribe (137,449), Italia (32,130), Australia (18,755), España (3,200) y Suecia (2,320).1

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Una pregunta importante que algunos autores se plantean es ¿hasta qué punto esta gran cantidad de salvadoreños que han emigrado hacia diferentes países puede ser considerada como una diáspora? A pesar que el concepto de diáspora es controversial en el campo de las ciencias sociales, me parece que es apropiado como metáfora que ayuda a comprender las prácticas y procesos transnacionales de comunicación entre las comunidades migrantes y sus comunidades de origen en El Salvador. La noción de diáspora implica, además, una consideración sobre las maneras en las que se transforman las identidades colectivas y nacionales, y se configuran nuevas identidades híbridas personales y colectivas. En esta discusión considero central la perspectiva de Clifford, para quien el término diáspora es un significante, no simplemente de transnacionalismo y movimiento, sino que al mismo tiempo expresa las luchas políticas por definir las características específicas de una comunidad en un contexto histórico de desplazamiento (Clifford, 1994: 308). Sin duda, la experiencia de migración supone un desplazamiento físico y un proceso de desterritorialización o desanclaje cultural que se reterritorializa en un nuevo sistema social (Giddens, 1991:141). De esta forma, la organización de una comunidad en la diáspora genera nuevas condiciones en las cuales elementos de clase, raza, religión, sexo, etnicidad y pertenencia generacional se interrelacionan en la construcción de nuevas identidades híbridas (García Canclini, 2001:96). De igual forma, es importante analizar cómo los diferentes medios de comunicación colectiva: programas de televisión y radio diseñados para las comunidades en la diáspora, música popular, periódicos, revistas, videos caseros, teléfonos celulares, sitios web, entre otros, crean y mantienen recursos simbólicos para la producción y negociación de identidades colectivas en el espacio social transnacional (Karim, 2003:2). 2. Materiales y métodos Este estudio se basa en una combinación de métodos de investigación. Por un lado, se ha utilizado el método de la etnografía de la comunicación, que consiste en una observación y descripción cercana de cómo los medios de comunicación son consumidos y la manera como éstos se insertan en las prácticas cotidianas de la gente. He tomado como referencia entrevistas y apuntes etnográficos realizados en el verano de 2004, específicamente en la comunidad salvadoreña inmigrante en el área metropolitana de Washington D.C., en los Estados Unidos.2 Por otro lado, desde las posibilidades de buscadores como yahoo y google he realizado una búsqueda de diferentes sitios y páginas web relacionadas con inmigrantes salvadoreños. Al mismo tiempo, me he auxiliado de sitios web que proveen diferentes enlaces y conexiones a otros sitios de la diáspora salvadoreña. Estos materiales recopilados han sido analizados desde la metodología del análisis textual, y tratando de establecer ciertas tendencias y características de contenidos y formatos de las auto-representaciones de grupos migrantes en el ciberespacio.

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3. Resultados y discusión Diáspora salvadoreña y usos del Internet Estudios sobre los usos del Internet por parte de comunidades migrantes se han enfocado en procesos de auto-representación de las voces y perspectivas de los migrantes, y en cómo las posibilidades de comunicación que provee el Internet se constituyen en un elemento central en la producción y mantenimiento de identidades colectivas en el ciberespacio (Mitra, 2001:29). Si bien no existe un consenso sobre los significados y el sentido del concepto de “comunidades virtuales”, considero que es un término útil para evaluar y describir los procesos y prácticas de comunicación por medio del Internet y otras tecnologías de información y comunicación, especialmente los procesos que tienen lugar en el espacio social transnacional.

Un ejemplo de sitio web de la diáspora salvadoreña en este nivel de intra-diáspora es Centro Deportivo (www.centrodeportivo.com). Este sitio fue desarrollado en 2001 por un joven salvadoreño que vive en el área de Washington D.C. La idea original era crear un sitio web dedicado exclusivamente a brindar información sobre fútbol. Sin embargo, el nivel de aceptación y popularidad del sitio web amplió su orientación a otras áreas como eventos sociales, culturales, religiosos, políticos y musicales de la comunidad salvadoreña y latina en esa área de Washington D.C. De hecho, a muchas personas les interesó este sitio web porque encontraban una gran cantidad de fotografías de los partidos de fútbol de sus comunidades, y de alguna manera se experimentaba un proceso de reconocimiento social en el espacio público del Internet. De esta forma, estos sitios en la web se constituyen en espacios de reconocimiento colectivo y también en espacios donde se mezclan algunas características de la cultura visual con las tradiciones de la cultura oral que prevalece en algunos inmigrantes salvadoreños. Al mismo tiempo, este sitio web puede incluirse en la segunda categoría de comunicación en el nivel de la inter-diáspora, pues de acuerdo al administrador de este sitio, recibe correos electrónicos de salvadoreños inmigrantes en diferentes ciudades de los Estados Unidos. Otros sitios web de la diáspora salvadoreña podrían ser considerados dentro de la categoría de inter-diáspora, por ejemplo el sitio www.guanacos.com. Este sitio fue lanzado en 2004 y ha sido un instrumento muy útil de comunicación para salvadoreños dispersos alrededor del

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Tyner y Kuhlke (2000) proponen cuatro categorías para analizar los procesos de comunicación de las comunidades de la diáspora que se desarrollan por medio del Internet: intra-diáspora, inter-diáspora, diáspora y país de origen, diáspora y sociedad receptora. El nivel de intradiáspora incluye sitios web y usos del Internet entre los migrantes que residen en una comunidad específica o espacios cercanos de interacción social. Por ejemplo, una joven inmigrante salvadoreña que reside en el área metropolitana de Washington D.C. comenta: “yo uso mucho el Internet en el trabajo y también en el plano personal para comunicarme con mis amigos a través del Internet, además yo tengo todas mis cosas en el Internet”3. Así, para esta joven inmigrante, el Internet cumple una doble función: desempeño de su trabajo y como plataforma desde donde almacena sus informaciones, documentos, fotos, datos, etc., y mecanismo para comunicarse con sus redes sociales inmediatas.

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mundo. El sitio tiene información muy diversa: temas de migración, salud, turismo, cultura, deporte, música y venta de inmuebles. El sitio, además, tiene un enlace con el programa “la charamusca”, www.lacharamusca.net, que se transmite semanalmente desde Los Estados Unidos. “La charamusca” es un programa en el que se habla sobre eventos culturales y tradiciones salvadoreñas como las fiestas patronales de diferentes pueblos, las memorias de la navidad y las historias personales de salvadoreños que viven en el exterior. El sitio web de “la charamusca” ofrece podcast de audio y video, un blog, recibe mensajes de texto y correos de voz, y contiene un mapa virtual de su audiencia alrededor del mundo.

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Otro sitio web con características multimedia es www.salvadorenosenlinea.com, que presenta información sobre El Salvador, comidas típicas, leyendas y personajes de la tradición oral salvadoreña. Por otro lado, este sitio web cuenta con la capacidad de escuchar una radio local y ver en línea la señal de un canal local de la ciudad de Usulután, El Salvador. El sitio web http://cipotes.net ofrece una opción donde la diáspora salvadoreña tiene la oportunidad de participar y discutir sobre diferentes temas y noticias de actualidad de El Salvador. Este sitio abre diferentes chats y foros en línea para que los salvadoreños en la diáspora puedan expresar sus opiniones sobre temas sociales y políticos. Hasta enero de 2008, este sitio registraba un total de 734 miembros, en su mayoría salvadoreños migrantes que viven en diferentes países del mundo. Sin duda, este sitio web no sólo ofrece una opción para contactos individuales entre los salvadoreños en la diáspora, sino que además se convierte en un espacio particular en el que se despliegan y refuerzan características específicas de un sentido de identidad nacional salvadoreña. Con el objetivo de establecer un medio de interconexión entre la diáspora salvadoreña se ha establecido el sitio www.salvadorenosenelmundo.org, administrado por la organización Salvadoreños en el Mundo con sede en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. Este sitio web contiene información sobre El Salvador, la diáspora salvadoreña, la cantidad de remesas que envían los salvadoreños en el exterior y noticias de actualidad. También cuenta con una serie de foros en línea para que los salvadoreños puedan expresar sus opiniones. En enero de 2008 este sitio contaba con foros sobre los siguientes temas: política salvadoreña, organizaciones salvadoreñas y alrededor del mundo, el voto de los salvadoreños en el exterior, arte y cultura, temas sobre la mujer y temáticas sobre migración. A pesar de la diversidad de temas que se proponen para comentarios y discusión, hasta ahora la participación en estos foros es muy baja. Por otra parte, la organización Salvadoreños en el Mundo ha sido la principal promotora de convenciones anuales de salvadoreños en la diáspora. Además, lidera la búsqueda de apoyos políticos y sociales para que se reconozca el derecho a participar en el proceso electoral a los salvadoreños en el exterior. En el ámbito de los medios masivos de comunicación, en diferentes ciudades de los Estados Unidos se producen y transmiten diferentes programas de radio que están dirigidos hacia la comunidad salvadoreña inmigrante. Además, algunos de estos programas pueden ser escuchados por medio del Internet, de manera que pueden llegar a una audiencia más amplia y a la diáspora salvadoreña en diferentes países. Por ejemplo, en el área metropolitana de Washington D.C. existen dos estaciones de radio en español que tienen una importante audiencia en la comunidad salvadoreña: radio América (www.radioamerica.net) y radio La Campeona (www.lacampeona1420.com). Dada las posibilidades de escuchar estas

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emisoras en el Internet, éstas suelen recibir llamadas telefónicas y correos electrónicos desde otras ciudades en los Estados Unidos, incluso desde otros países. Una locutora de radio La Campeona comenta acerca de estas interacciones mediáticas que se dan al nivel de inter-diáspora: “hemos recibido llamadas telefónicas de gente fuera del estado, de North Carolina, California, Houston. Además nuestros oyentes nos recomiendan a otras personas y a la gente le gusta mucho que por medio del Internet no sólo nos pueden escuchar, sino también ver a través de la webcam que tenemos en la radio”4. Otro sitio web que posibilita la comunicación entre la diáspora salvadoreña fue lanzado en 2006 por la Casa de la Cultura de El Salvador en Los Ángeles. Esta organización promovió la creación de la radio Pipiles (www.radiopipiles.org), que se define como una radio que transmite exclusivamente en Internet y busca convertirse en un punto de enlace para la diáspora salvadoreña alrededor del mundo. Esta radio está basada en Los Ángeles, California y espera poder ser un medio de intercomunicación entre los salvadoreños del sur de California, de otras ciudades del país y de otros países. Además, este proyecto radiofónico cuenta con el apoyo de organizaciones sociales locales y voluntarios comunitarios de Los Ángeles.

Adicionalmente, muchos salvadoreños inmigrantes demandan de los medios de comunicación de El Salvador más noticias locales, particularmente de sus diferentes pueblos y departamentos de origen. Además de los periódicos, la diáspora salvadoreña puede acceder a diferentes estaciones de radio y de televisión de El Salvador por medio del Internet. Por lo tanto, las opciones de estar en contacto con el país y las comunidades de origen a través de los medios de comunicación con presencia en el Internet se han ampliado significativamente en los últimos años. Desde la perspectiva de las identidades locales, las posibilidades de comunicación del Internet permiten establecer y potenciar nuevos vínculos entre comunidades inmigrantes y sus familias, amigos y comunidades de origen. Un caso que ilustra esta dinámica es el sitio

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Desde la perspectiva de procesos de comunicación entre la diáspora y el país de origen existen diferentes sitios web y medios de comunicación masivos a los que se puede tener acceso desde el Internet. Algunos inmigrantes salvadoreños afirman que la posibilidad de leer o escuchar algunos medios de comunicación de El Salvador les permite sentir un lazo de contacto y comunicación con lo que sucede en su país. Hasta hace algunos años, solamente algunos periódicos –como El Diario de Hoy (www.elsalvador.com) y La Prensa Gráfica (www. laprensagrafica.com)– estaban también disponibles en el Internet; sin embargo, hoy en día hay más opciones de medios impresos salvadoreños que tienen una versión en la web. De hecho, estos dos periódicos salvadoreños han incorporado desde 2007 un nuevo elemento en sus sitios web: el e-paper, que consiste en un formato electrónico que permite leer el periódico tal y como aparece en la versión impresa completa. De acuerdo a algunos informes, esta decisión se produjo por la misma presión de la diáspora salvadoreña que quiere tener acceso a la misma versión impresa que circula en El Salvador. Esto revela la importante influencia de la diáspora salvadoreña en el consumo de periódicos por medio del Internet. De acuerdo a algunas estimaciones, entre el 70 y 80% de las visitas a los sitios web de estos dos periódicos provienen de personas que se encuentran fuera del país.

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www.intipucacity.com, el cual busca interconectar la ciudad de Intipucá en el departamento de La Unión en El Salvador con los inmigrantes que viven en el área de Washington D.C. Este sitio web contiene noticias, fotografías de eventos sociales y culturales, comentarios, espacios de chat y otras actividades que ocurren en ambos espacios sociales: en Intipucá y Washington D.C. Este sitio web pudiera ser considerado como una “comunidad virtual” o “ciudad virtual” que permite la interacción transnacional de dos comunidades y promueve elementos que son considerados propios de la identidad colectiva de Intipucá. El fundador y administrador de este sitio web que vive en Estados Unidos comenta: “yo tengo algunos patrocinadores y una persona que me envía información desde Intipucá. La gente usa mucho el chat, sobre todo desde allá para acá. El chat lo usan sobre todo los jóvenes”5.



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En el mismo nivel de relación diáspora y país de origen, diferentes asociaciones u organizaciones de salvadoreños en la diáspora han creado sus propias páginas web para fomentar la participación de la comunidad inmigrante y mantener lazos de contacto con el país de origen. De las diferentes organizaciones de salvadoreños existentes, algunos sitios web que he podido encontrar y analizar son los siguientes. El sitio de la diáspora salvadoreña en Canadá (www.elsalvadorencanada.com), que fue lanzado en 2006 y pretende ser un portal de comunicación e interacción para los salvadoreños que viven en Canadá. Hasta enero de 2008, este sitio registraba en sus estadísticas un total de 231 miembros inscritos. El sitio permite subir videos, bajar música y participar en espacios de chat y foros de discusión. Otra comunidad migrante que cuenta con una presencia en el Internet son los salvadoreños residentes en Suecia (www.conase.se). Este sitio provee información y noticias de El Salvador y América Latina, eventos locales en Suecia, fotografías y datos generales sobre ambos países. De igual manera existe una página web, aunque con poco desarrollo en los contenidos y herramientas, de los salvadoreños residentes en Italia (http://web.tiscali. it/comunidad/gruvisal.htm). En los Estados Unidos también se pueden encontrar diferentes sitios web que se usan como medio fundamental para informar sobre actividades, y presentar opiniones y representaciones de parte de organizaciones de inmigrantes salvadoreños. Entre estos sitios está el de la Asociación de Salvadoreños en Los Angeles (ASOSAL), www.asosal.org. También está el sitio de la Asociación Internacional de Mujeres Salvadoreñas, www.aimsal.org, asociación que fue fundada en 1996 y busca ayudar en proyectos de desarrollo –particularmente a través de becas educativas– a las comunidades de origen de sus integrantes. Por otro lado, algunos grupos de inmigrantes salvadoreños están usando cada vez más los blogs como plataforma para compartir puntos de vista y generar discusión en este nivel de esfera pública. Algunos ejemplos de estos blogs son: http://elsalvadorcomite.blogspot.com. Este blog incluye comentarios, noticias y artículos con posiciones muy críticas frente al gobierno del presidente Antonio Saca. Otro blog que está orientado a la diáspora salvadoreña es el de la Asociación de Salvadoreños en el Mundo, http://salvadorenosenelmundo.blogspot.com. Este blog ofrece oportunidades para enviar comentarios y participar en diferentes debates sobre temas de actualidad y de interés para los inmigrantes salvadoreños de la diáspora. Finalmente, en el nivel de análisis de la interacción diáspora y sociedad receptora de los inmigrantes, hay muy pocos ejemplos en el caso de los salvadoreños en el exterior. En cierta

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4. Reflexiones finales Las categorías de análisis sobre las formas de interacción que establecen las comunidades en la diáspora a través del Internet son útiles para distinguir algunos espacios y actores en dichos procesos. Sin embargo, es importante señalar que algunos de estos niveles de interacción se traslapan y adquieren su propio dinamismo en las prácticas de uso y de apropiación de los migrantes. Hace falta todavía profundizar en el análisis sobre los usos y sentidos que los migrantes le dan a sus prácticas de comunicación a través del Internet. Algunos métodos, como la etnografía del Internet, o la observación participante de sitios web como algunos de Myspace y Facebook –orientados hacia personas o comunidades migrantes– nos pueden dar mayores elementos de reflexión en el campo de la comunicación. El estudio de los procesos de comunicación en la experiencia de las comunidades migrantes aporta nuevos elementos para el análisis de la integración social en nuestras sociedades. Al mismo tiempo, plantea nuevos desafíos desde la configuración de complejas sociedades transnacionales (Giddens, 1984:139). Es evidente que los medios de comunicación masivos han sido fundamentales para generar nuevas experiencias de convivencia y prácticas en las comunidades migrantes, ya sean en el nivel de co-presencia, interacción mediada o quasi-mediada (Thompson, 1995:84). Los medios tradicionales: radio, televisión, periódicos y revistas, han sido los mecanismos de contacto de muchas comunidades de salvadoreños migrantes con sus países de origen, especialmente cuando estos medios han comenzado a

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forma, una de las dificultades es que los sitios o páginas web que se han creado están en español y buscan promover sobre todo el nivel de interacción intra-diáspora, inter-diáspora y diáspora con El Salvador. No obstante, he encontrado algunos sitios que podrían ser considerados dentro de esta categoría de interacción con la sociedad receptora. Algunos inmigrantes, especialmente jóvenes o hijos de inmigrantes de la primera generación, están empleando cada vez más los nuevos mecanismos de interacción y creación de redes sociales que ofrece el Internet como blogs, Facebook, Myspace, entre otras opciones. Por ejemplo, un grupo de jóvenes salvadoreños que viven en los Estados Unidos, han creado un sitio en Myspace desde el cual intentan llegar a un público bilingüe o que usa más frecuentemente el inglés: www.myspace.com/salvadorenosenelmundo. Este sitio ofrece contenidos en el idioma inglés, información sobre eventos comunitarios de comunidades inmigrantes de salvadoreños, galería de fotografías y enlaces a videos sobre El Salvador que están disponibles en YouTube. Otros enlaces de este sitio refieren a un sitio de Homies Unidos en Los Ángeles que intenta promover opciones y alternativas creativas para evitar la violencia, las pandillas juveniles, y el consumo de drogas entre los jóvenes latinos. Otro sitio es http://groups.myspace.com/salvadorpride, que integra a 6,094 miembros registrados de acuerdo a las estadísticas del sitio hasta el mes de enero de 2008. Este grupo intercambia fotos, facilita la creación de redes de amigos y amplía otras redes sociales especialmente entre los jóvenes. Este tipo de redes sociales integra jóvenes de origen salvadoreño, pero también otras personas que pueden compartir intereses sociales y culturales. Este nivel de interacción, en el que se usan formas virtuales de comunicación, representa también una forma de incidir en la configuración de identidades individuales y colectivas entre personas y grupos migrantes en el ciberespacio.

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estar accesibles en el Internet. Más recientemente, la creación de sitios y páginas en la web han ofrecido nuevos mecanismos para expresar y recibir nuevas perspectivas ideológicas, opiniones y experiencias. Por esta razón, me parece importante continuar estudios que puedan ir dibujando un mapa de la presencia de los grupos migrantes en el ciberespacio. Al mismo tiempo, han surgido nuevas posibilidades de medios de comunicación que utilizan únicamente el Internet, tal es el caso de la Radio Pipil, que intenta interrelacionar a la diáspora salvadoreña. Todavía con mayores posibilidades de acceso y uso son los blogs y plataformas de redes sociales como Myspace y Facebook, las que ofrecen posibilidades para la creación de nuevas expresiones y representaciones de las comunidades migrantes. Aunque por ahora pareciera que el uso de estas plataformas es muy limitado entre la comunidad salvadoreña inmigrante, representa un potencial de interacción y promoción de elementos identitarios para personas y grupos migrantes.

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Obviamente, no podemos plantear estas posibilidades de usos del Internet entre las comunidades migrantes sin hacer algunas reflexiones del problema de la brecha digital.6 Aunque algunas personas piensan que no tiene sentido hablar de la brecha digital, este fenómeno debe analizarse desde su complejidad y sus consecuencias. Tal como lo plantea Castells, el problema de la brecha digital no es únicamente una cuestión de conexión y usos del Internet, sino sobre todo, de entender de qué maneras la brecha digital genera una distribución desigual de conocimiento, poder y capacidad de vinculaciones sociales que dependen cada vez más de las nuevas tecnologías de información y comunicación. (Castells, 2001:265). De esta forma, es necesario analizar cómo los migrantes en las sociedades receptoras tienen o no acceso al Internet y relacionar esa situación con el acceso tan limitado que tienen países emisores de migrantes como El Salvador.7 De acuerdo a las estadísticas proporcionadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), en 2006 El Salvador tenía 127,410 suscriptores a Internet (1.85 por cada 100 habitantes) y 637,000 usuarios de Internet (9.26 por cada 100 habitantes). Por otro lado, Escobar (2000:57) subraya que la comprensión de la brecha digital demanda la incorporación de una agenda de investigación sobre la cibercultura. Esta agenda tendría que incluir la indagación sobre los nuevos discursos, metodologías, prácticas y economía política de las tendencias originadas desde la cibercultura. En resumen, las diversas formas de comunicación que tienen como base el Internet: medios de comunicación, sitios web, páginas web de organizaciones, blogs, espacios de chat, intercambio de materiales y otras plataformas virtuales para redes sociales, ofrecen nuevas posibilidades para la expresión de representaciones desde la perspectiva de los inmigrantes. Aunque algunas de estas posibilidades todavía tienen un uso limitado entre las comunidades migrantes, éstas pueden constituirse en espacios claves de expresión de identidades. Al mismo tiempo, las narrativas, historias, opiniones y preocupaciones de los migrantes que aparecen en estos sitios virtuales se entrelazan con una serie de símbolos de identidades colectivas y demandas de reconocimiento social y político. En el caso de El Salvador, hay todavía una deuda, de parte de la sociedad y del sistema político salvadoreño, de reconocer los derechos ciudadanos y de participación política de los migrantes que contribuyen significativamente a la economía del país por medio de las remesas familiares. Hasta el año 2007, las remesas familiares recibidas en El Salvador han alcanzado el monto de US$3,695 millones de acuerdo a las estadísticas oficiales del Banco Central de Reserva de El Salvador.8

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De cara al futuro sería importante comparar las prácticas de comunicación basadas en el Internet que realizan los inmigrantes salvadoreños con las realizadas por migrantes de otras nacionalidades, particularmente de otros países centroamericanos. Por otra parte, hace falta profundizar en el análisis denso de las expresiones de identidad que se construyen, se transforman y se confrontan en luchas simbólicas que toman lugar en el ciberespacio. También hace falta explorar cómo los discursos y las narrativas oficiales entran en disputa con nuevas visiones, experiencias y necesidades de las comunidades migrantes que se sienten a veces sin referentes, sin raíces y sin el respaldo de un estado-nación. O por el contrario, habría que valorar hasta qué punto nuevas plataformas de redes sociales en el Internet generan más dispersión de las comunidades migrantes, y en definitiva, promueven una reducción sensible o incluso invisibilidad de los migrantes en las esferas mediadas de discusión pública. En última instancia, hace falta seguir dibujando los nuevos mapas culturales y las nuevas identidades colectivas que los grupos migrantes trazan desde sus prácticas de comunicación en el ciberespacio. Notas 2 3 4 5 6 7 8

Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, disponible en: http://www.rree.gob.sv/sitio/sitiowebrree.nsf/pages/ ssalvext_asuntoscomunitarios. Consultado el 14 de octubre de 2007. Ver Benítez, J.L. (2005). Disertación doctoral: Communication and collective identities in the transnational social space: a media ethnography of the Salvadoran immigrant community in the Washington D.C. metropolitan area. (Ohio University). Disponible en el sitio: http://www.ohiolink.edu/etd/view.cgi?acc_num=ohiou1121349361 Martínez, A. (2004). Comunicación personal. Parada, V. (2004). Comunicación personal. Velásquez, C. (2004). Comunicación personal. Ver Benítez, J.L. (2006) Transnational dimension of the digital divide among Salvadoran immigrants in the Washington D.C. area. Global Networks 6 (2), 181-199. Ver Pew Internet & American Life Project, 2007. Disponible en: http://www.pewinternet.org/pdfs/Latinos_Online_March_14_ 2007.pdf. Banco Central de Reserva de El Salvador. Comunicado No. 1/2008. Disponible en: http://www.bcr.gob.sv/publicaciones/ comunicados/2008/main_comunicado12008.html

Referencias bibliográficas BENITEZ, J.L. (2005). Communication and collective identities in the transnational social space: a media ethnography of the Salvadoran immigrant community in the Washington D.C. metropolitan area. Tesis doctoral. Athens, Ohio. Ohio University. CASTELLS, M. (2001). The Internet galaxy: reflections on the Internet, business and society. Oxford: Oxford University Press. CLIFFORD, J. (1994). “Diaspora”. En Cultural Anthropology 9 No. 3, 302-338. ESCOBAR, A. (2000). “Welcome to Cyberia: notes on the anthropology of cyberculture”. En The cyberculture reader, Bell, D & Kennedy, B (eds). London: Routledge. GARCÍA CANCLINI, N. (2001). Consumer and citizens. Globalization and multicultural conflicts. Minneapolis: University of Minnesota Press. GIDDENS, A. (1984). The constitution of society. Berkley: University of California Press. GIDDENS, A. (1991). Modernity and self-identity. Stanford: Stanford University Press. KARIM, K. (2003). “Mapping diasporic mediascape” En The media of diaspora, Karim, K.

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(ed). London: Routledge. KOSER, K. (2007). International migration. A very short introduction. Oxford: Oxford University Press. MITRA, A. (2001). “Marginal voices in cyberspace”. En New Media & Society 3, No. 1, 2948. THOMPSON, J.B. (1995). The media and modernity. A social theory of the media. Cambridge: Cambridge University Press. TYNER, J.A. y KUHLKE, O. (2000). “Pan-national identities: representations of the Philippine diaspora on the World Wide Web”. En Asian Pacific Viewpoint,Vol. 41, No. 3: 231-252.

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Feminismo y mujeres migrantes en Costa Rica. Articulaciones pendientes en torno al trabajo doméstico remunerado Karina Fonseca Vindas

Servicio Jesuita para Migrantes Costa Rica, San José. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: mayo de 2008 / Aceptado: junio de 2008 enfrentan miles de mujeres trabajadoras domésticas en Costa Rica, principalmente las difíciles condiciones laborales que deben soportar mujeres migrantes nicaragüenses al ser contratadas en casas de habitación costarricenses. Ellas son quienes sufren los mayores atropellos y suelen experimentar un grado más alto de desprotección respecto de las nacionales. ESTE ARTÍCULO PROPONE UN ACERCAMIENTO CRÍTICO A LA SITUACIÓN QUE

Las vivencias de las trabajadoras domésticas evidencian los serios conflictos que rodean los esfuerzos orientados a la concreción de articulaciones teóricas y prácticas entre la condición de ser mujer, la clase social a la que se pertenezca y la nacionalidad. Para efectos de este trabajo, cobra especial interés además, la necesidad de reconocer la labor doméstica como una ocupación homologable a los otros trabajos contemplados en la legislación laboral de Costa Rica, así como la urgencia de que las reivindicaciones asociadas al trabajo doméstico remunerado adquieran mayor protagonismo en las agendas derivadas de la conciencia feminista dominante. Si bien las organizaciones de mujeres han abierto significativas rutas hacia la reducción de la desigualdad histórica entre hombres y mujeres, es indispensable reconocer que las mujeres no son un grupo homogéneo, sino que experimentan tensiones y contradicciones a lo interno de su condición, que vuelve sumamente compleja la justificada búsqueda de una real equidad de género. Palabras clave: Trabajo doméstico remunerado / mujeres migrantes / feminismo / ámbito público / ámbito privado / legislación laboral / equidad de género

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1. Introducción En las últimas décadas se ha dado un desencadenamiento paulatino de importantes logros para las mujeres en Costa Rica. La mayoría se asocia a cambios de orden legislativo vinculados a la protección de la integridad física y emocional, de incremento en la participación política, educacional y de inserción en ocupaciones remuneradas fuera del hogar. A mediados de la década de los 90 en Costa Rica se ratifica la Convención de Belem do Pará (1995) y se aprueban diversas leyes sobre hostigamiento sexual, violencia doméstica, pensiones alimentarias, uniones de hecho, niñez y adolescencia, explotación sexual comercial, derechos sexuales y reproductivos, entre otros temas relativos a la ampliación de derechos de las mujeres y de otras poblaciones particulares (Sagot, 2006:280).

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Además, Costa Rica se ha convertido en uno de los países a nivel mundial con más alta participación de mujeres en el Congreso, a pesar de que aún es insuficiente respecto de la ley vigente.1 Notables también han sido los avances en la esperanza de vida de las mujeres (81,6 años y 76,6 en los hombres) (PNUD, 2007); en el incremento en la participación neta en el empleo remunerado en los últimos años y en el hecho de que cerca del 60 por ciento de los estudiantes graduados en las universidades estatales son mujeres, siendo además la población femenina total la que cuenta con un número mayor de años de estudio promedio, en relación con los hombres. Los efectos positivos que tales avances tienen sobre las poblaciones femeninas en Costa Rica son innegables y ubican al país como pionero en América Latina en lo que respecta a la promulgación de leyes dirigidas hacia la igualdad entre mujeres y hombres (PNUD, 2007). El justo activismo de las mujeres se ha empeñado en consolidar modificaciones de orden jurídico, tanto para regular la violencia de género, como para ampliar la participación femenina en los espacios reservados históricamente para los hombres, siendo una de las preocupaciones principales el tema laboral. No obstante, el acceso a empleos en igualdad de condiciones sigue planteando enormes desafíos a pesar del incremento que se registra en la ocupación femenina remunerada. La desatención histórica de la que han sido objeto las mujeres por parte de las políticas gubernamentales se materializa en la notoria inequidad que prevalece en las formas de inserción, el subempleo, el acoso y los bajos salarios, que son sólo algunos ejemplos que muestran que el camino está a medio andar. Además, la obtención de empleos “puerta a afuera” por parte de las mujeres favorece el recrudecimiento de materias irresueltas en los espacios domésticos, específicamente la responsabilidad –aún en manos femeninas– de la ejecución de los deberes propios de dicho ámbito. La solución de algunas de las tensiones más importantes entre hombres y mujeres no se logra únicamente con el aumento de la participación en la esfera pública de determinados sectores de mujeres, sino también pasa por el reconocimiento masculino de que el trabajo en el hogar sigue siendo una asignatura pendiente cada día, que tiene un valor, que debe ser compartido y que si existe una persona externa contratada para realizarlo, él es corresponsable del ofrecimiento de un trato justo y digno para quien lo desempeñe.

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Por otra parte, una arista poco tematizada en las agendas reivindicativas de género son las desigualdades que existen (¿y aumentan?) entre ciertos grupos de mujeres respecto de otros, sobre todo porque las formas de contratación que prevalecen en el trabajo doméstico evidencian que aún estamos lejos de resolver prácticas subordinantes hacia sectores femeninos que se han quedado fuera de muchas de las transformaciones sociales, económicas y culturales planteadas desde el feminismo.

Varias interrogantes confluyen y tratan de ser articuladas a lo largo de las páginas siguientes: ¿Por qué ha sido incipiente la participación de grupos feministas de capas medias en modificaciones de las condiciones laborales de los empleos “menos calificados” para mujeres?; ¿cuáles elementos mitigan la limitada incorporación de los hombres en las responsabilidades dentro del hogar?; ¿podríamos hablar de prácticas subordinantes de unas mujeres hacia otras mujeres, especialmente en detrimento de las migrantes?; ¿por qué podría pensarse que son insuficientes las transformaciones ideológicas en los roles de género? 2. Feminismo, ámbito privado y contradicciones Como es sabido, en muchas de las argumentaciones más prominentes sobre equidad de género uno de los hilos articuladores o desencadenantes clave ha sido la dicotómica relación entre los ámbitos público y privado. Un sinnúmero de elementos están profundamente arraigados a los debates sobre estas dos esferas que evidentemente tienen su origen en la relegación al plano doméstico que millones de mujeres a lo largo de la historia han sufrido y siguen sufriendo. Como bien señala Moller Okin (en Sagot, 2006), a pesar de que se han concretados cambios, sobre todo en las sociedades occidentales, persisten concepciones ancestrales que se remontan a Aristóteles, cuya teoría de la justicia confinaba a las mujeres a la esfera del hogar, un lugar ocupado por personas que no eran iguales a los hombres libres, aquellos que podían participar activamente en la justicia política. De hecho toda la teoría política occidental y consecuentemente la estructura de las instituciones sociales ha estado influida por estas concepciones que consideran a la mitad de la humanidad –o la cuasi-humanidad, es decir a las mujeres– como encargadas de áreas de la vida definidas como fuera del ámbito de la justicia.

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Las hondas diferencias que se establecen entre mujeres con oportunidades de desarrollo académico o profesional, visibilidad pública y acumulación de riqueza y las que no tienen esas posibilidades, desnudan las contradicciones internas que persisten en los debates de género. La lucha por la equidad, la solidaridad “intra-género” y las mujeres atrincheradas en un frente común son nociones que merecen formas alternativas de abordaje y autocrítica.2 En este contexto, se vuelve pertinente alentar discusiones que confronten el encuadre dominante sobre las luchas por la equidad de género que han prevalecido en Costa Rica, que sirvan a la vez para dejar al descubierto varias materias inconclusas sobre los roles que desempeñan las mujeres y los hombres, las relaciones de poder, la subordinación y la legitimización del orden patriarcal como elementos que cobran relevancia al lidiar con las formas habituales de comprender el trabajo doméstico remunerado.

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Lo cierto entonces es que en todas las discusiones sobre el hogar y la esfera privada, uno de los elementos centrales en los movimientos feministas, como bien afirma la investigadora social Hildete Pereira, ha sido el de intentar promover la igualdad entre los sexos y crear una sociedad donde la división sexual del trabajo sea abolida y donde los hombres consagren una parte de su tiempo a los quehaceres domésticos en igualdad de condiciones con las mujeres, quienes podrían, por fin, participar en la vida política y social (Pereira, 1993). Lamentablemente en la mayoría de los núcleos familiares dicha consagración o compromiso hacia el trabajo hogareño compartido no es una realidad. Es a la base de esta no apropiación masculina de las obligaciones domésticas que se pone de manifiesto uno de los aspectos más contradictorios en el trabajo pro equidad de género: la indispensable supresión del trabajo doméstico concebido como una labor netamente femenina. Como apunta Pereira:

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…el servicio doméstico remunerado tiene efectos nocivos para las relaciones familiares. La empleada doméstica es como un amortiguador entre el esposo y la esposa que impide que explote la contradicción de quién tiene que hacer los quehaceres domésticos, para los cuales la han empleado. Es precisamente esa contradicción la que ha dado origen al movimiento feminista en los países donde la empleada doméstica prácticamente ha desaparecido (1993:230). De esta manera, parte de los logros obtenidos en el marco de la proclamada liberación femenina3, no son beneficios que hayan llegado producto de una justa división en los quehaceres del hogar y el cuido de los hijos, o mejor aún, por el declive del orden patriarcal que se impone en casi todas las esferas públicas y privadas. El aumento en el acceso a ocupaciones externas para mujeres que buscan “superarse”, pero también para aquellas que asumen la lucha diaria por sobrevivir, ha sido posible –mayoritariamente– porque abuelas, tías, hermanas, vecinas o trabajadoras domésticas han minimizado los eventuales conflictos que desencadenan la ausencia femenina en el hogar. En el caso costarricense, ante la afluencia de personas migrantes, sobre todo nicaragüenses, la posibilidad de contratar mano de obra barata para suplir el rol tradicional femenino en las familias, ha ido entorpeciendo y retardando, aún más, la participación masculina en los espacios domésticos y a la vez ha aplacado el disgusto, frustración y dobles jornadas de muchas mujeres que ahora forman parte del mercado laboral externo. En este sentido, diferentes estudios referidos a la feminización de las migraciones dan cuenta de que la persistencia de un orden patriarcal en la división social del trabajo y la asignación de roles según sexo deben mucha de su vigencia a la preeminencia de un modelo económico que resulta incompatible con la equidad y una justa distribución de la riqueza en los países subdesarrollados como es el caso de Costa Rica y el resto de los países centroamericanos. Al respecto sostiene Gloria Moreno-Fontes: …los procesos económicos relacionados con la liberalización del comercio y los movimientos de capital, así como la búsqueda de una rentabilidad cada vez mayor del capital y la reorientación de las políticas para

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responder a las exigencias del mercado, han repercutido poderosamente en los mercados laborales mundiales, donde se contrata cada vez más a trabajadores migrantes no documentados por constituir una fuerza laboral barata y flexible y porque están dispuestos a aceptar condiciones de trabajo y empleo que los trabajadores autóctonos rechazan. De hecho, la precarización del empleo menos remunerado y su carácter cada vez más informal, así como la eliminación o relajación de las normas y reglamentaciones gubernamentales de los mercados laborales, han hecho principalmente que numerosos empleadores contrataran a trabajadores migrantes no documentados y, en muchos casos, preferentemente a mujeres (2002:48).

El trabajo doméstico sigue siendo un asunto de mujeres, la incorporación de los hombres a las labores del hogar es aún insuficiente. Las mujeres asumen mayoritariamente la figura de “patrona” frente a las mujeres que ahora “las suceden en sus tradicionales obligaciones”. ¿Cómo entonces manejar la enorme contradicción y el fracaso, tanto de un modelo socioeconómico injusto, de una equidad de género que beneficia a sectores femeninos muy específicos y del predominio de un orden patriarcal que continúa construyendo legitimidad para el tan discutido binomio “mujer/hogar”? La esfera privada, como un eventual espacio de atropello, marginación y limitaciones para las mujeres, no es una historia acabada para amplios sectores femeninos de las sociedades actuales. No es tampoco un ámbito que queda vaciado de contenido o que pierde relevancia, todo lo contrario, adquiere nuevas tonalidades, múltiples significados y preocupantes expresiones de vulnerabilidad femenina, no para la mujer que trabaja como funcionaria de un banco o una ONG, para citar un par de ejemplos entre los múltiples posibles. Preocupa aquella “otra” que asume ahora los roles de cuido de niños, limpieza, cocina y un gran número de tareas domésticas que no se detienen dentro del hogar y que aún así, son precariamente reconocidas tanto por las legislaciones locales e internacionales, como por el ideario prevaleciente de subvaloración a las labores que se ejecutan dentro de una vivienda. La homologación del trabajo doméstico a cualquier otro trabajo, no es un logro que esté tan próximo, la inacción de los Estados, la falta de priorización del tema, y la presión que ejercen sectores empresariales y otros que pudiesen sentirse afectados y que entorpecen el curso de transformaciones significativas, van en detrimento de las condiciones laborales de miles de mujeres en América Latina y otras regiones del mundo.

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Siguiendo a la misma autora, al analizar los sectores donde existe una demanda de mano de obra femenina migrante –como sucede en Costa Rica– se observa una prolongación del papel que se asigna tradicionalmente a las mujeres y un fortalecimiento de los estereotipos femeninos. Ello, aunado a las contradicciones presentes en las iniciativas de las agrupaciones feministas interpeladas discursivamente por el trabajo doméstico y su visibilización, pero que con frecuencia deben lidiar con la ambivalencia entre su propia dinámica familiar y la retórica reivindicativa que sostienen, sirve la mesa para la discusión sobre equidad de género y las limitaciones que aún se registran.

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En el año 2006, durante encuentros de distintos sectores para discutir las modificaciones a la actual ley migratoria en Costa Rica, una de las preocupaciones que manifestaron varias mujeres profesionales cercanas al tema migratorio era la inminente irrupción en “su espacio privado” que significaría las inspecciones que la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica y el Ministerio de Trabajo pueden llevar a cabo en casas de habitación para corroborar la situación laboral de las trabajadoras domésticas. Alusiones como: “Es mi casa cómo se van a meter ahí, mi hogar no es una empresa”, sintetizan una de las tensiones irresueltas entre feminismo y derechos laborales de las mujeres trabajadoras domésticas.

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Las mujeres trabajadoras domésticas merecen que se acabe con la errónea noción de que la casa de habitación de sus patronos/as es un espacio privado. Una de las principales banderas de las feministas alrededor del mundo ha sido la de denunciar los grandes abusos que históricamente millones de mujeres han sufrido y siguen sufriendo en el denominado “ámbito privado”. Razón por la que representa un enorme retroceso darse cuenta de que mujeres insertas ahora en espacios laborales externos, otrora reservados para hombres, secunden las nuevas y viejas formas de subordinación que prevalecen en los espacios domésticos. Miles de viviendas en Costa Rica y muchas otras en distintos países, son ahora el espacio público de muchas mujeres trabajadoras. Se podría hablar incluso de nuevas formas – alternativas a las nociones dominantes– de liberación femenina, una modalidad de liberación muchas veces incomprendida por los movimientos feministas y que se propone como un llamado de atención para revisar críticamente los enfoques investigativos sobre el trabajo doméstico, algunos de los cuales se instalan de forma inamovible en perspectivas cuya peculiaridad es la revictimización. Ello se nota más en las referencias sobre emigración femenina. Laura Agustín señala, por ejemplo, que: es notable que [en] el año 2001 se siga considerando a las mujeres como empujadas, obligadas, coaccionadas o forzadas, cuando salen de sus países por la misma razón que los hombres: para progresar mediante el trabajo. Pero tan arraigada está la idea de la mujer como parte esencial de la casa, y hasta como la encarnación misma de la casa, que se les niega sistemáticamente el protagonismo que implica la decisión de emigrar. Se considera que los problemas dañarán irreparablemente a las mujeres que son evaluadas, junto a los niños, mientras que se espera que los hombres enfrenten y superen los problemas de manera rutinaria (Agustín, 2002; citada por Balbuena, 2003). El aporte de la autora muestra el encuadre tan limitado que algunas veces impera en torno a la idea de “la liberación femenina”, pues lo que para unas mujeres puede significar desarraigo y subordinación para otras puede ser una ventana al progreso, una estrategia para tomar control de sus vidas y posibilitar la sobrevivencia de sus familias. Sin embargo, tampoco se debe entender lo anterior como una aceptación de las empobrecidas condiciones de vida de los países de origen que impide que sus habitantes puedan quedarse en forma digna, mucho menos aplaudir las precarias formas de inserción laboral y las violaciones de derechos que

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se cometen en los países de arribo como mecanismos facilitadores y promotores de una modalidad de superación femenina. Lo que sí interesa es dar cuenta de que el espacio doméstico de una mujer puede ser el espacio público o externo de otra y que la emigración, como un fenómeno en extremo complejo, posibilita perspectivas alternativas para problematizar en torno a los distintos roles ocupados por las mujeres, aunque ello no implique que se pueda abandonar el orden patriarcal que articula, aún con mucha fuerza, las dinámicas en la mayoría de las sociedades contemporáneas.

El trabajo doméstico remunerado es la principal fuente de empleo para las mujeres en América Latina y el Caribe y evidentemente las mujeres más pobres son las que de manera mayoritaria se incorporan a este tipo de ocupación, sufriendo explotación laboral, desprotección jurídica, exclusión y discriminación. La ausencia de datos confiables sobre el número de mujeres ocupadas en dichas tareas en Costa Rica es una gran limitante. Algunas estimaciones apuntan a 80 mil o más y más del 40 por ciento, se calcula, son mujeres migrantes nicaragüenses. (ASTRADOMES, 2004:23) Una encuesta realizada por ASTRADOMES4 permitió distinguir tres tipos de jornadas de trabajo: por un día en una sola casa, por horas en varias casas y fija con dormida. Como consecuencia del desarraigo de su lugar de origen, el comportamiento de la población migrante en cuanto a forma de trabajo se refiere, hace que prevalezca una mayor concentración en la forma fija con dormida, esto es, de cada 100 trabajadoras inmigrantes, 56 se desempeñan en dicha forma de trabajo, de las cuales 52 son nicaragüenses (ASTRADOMES, 2004:25). A esto habría que sumarle que la necesidad de vivir con la familia contratante tiene que ver también con la incapacidad de costear un lugar propio por el bajo salario recibido y por la presión que suelen ejercer muchos patrones, pues saben que contar con la trabajadora doméstica en el hogar de forma permanente significa una disponibilidad laboral mayor y a veces irrestricta en jornadas y tipo de tareas asignadas. Por otra parte, se ha afirmado que la delegación de trabajo doméstico a terceras personas en condición remunerada es sólo posible para una minoría de empleadores costarricenses,

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3. Trabajo doméstico remunerado en Costa Rica: logros y asignaturas pendientes Las líderes de las trabajadoras domésticas han desconfiado profundamente de quienes deberían ser sus aliados naturales: mujeres en organizaciones profesionales y grupos feministas. De las primeras desconfían porque sus esfuerzos por ayudarlas en muchos casos se han convertido en proyectos para proporcionar a las mujeres de clase media y alta sirvientas más eficientes. Sobre los segundos se plantean dudas por la ambivalencia de algunas feministas, que no desean alterar la actual relación patrona/ empleada, de la cual depende su propia libertad para llevar a cabo su trabajo y actividades. Tampoco grupos feministas, salvo raras excepciones, han asumido la causa de las trabajadoras domésticas (Chaney y García, 1993:14).

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pues para sostener una empleada doméstica, se requiere ganar por lo menos dos veces el sueldo mínimo, a no ser que: no se le pague; se le pague en especies equivalentes a montos inferiores al salario mínimo; se le pague menos de lo que corresponde por ley; se arregle el pago a través del intercambio de favores; o se contrate por horas y para tareas puntuales (Lerussi, 2008:60). Sin embargo, más que el carácter excepcional o reducido para la contratación del servicio doméstico, es fácilmente presumible que lo que impera es el auge de formas extendidas de subcontratación laboral, remuneraciones exiguas y evasión sistemática de las responsabilidades patronales (indemnizaciones, seguridad social, etc.). En la actualidad, el empleo doméstico remunerado representa en Costa Rica alrededor de un 16% de la población ocupada femenina, superado únicamente por una categoría a la que se denomina “comercio mayor y menor”5 con 18% y por encima de una ocupación tradicionalmente femenina como es la docencia con 10,5% del total de los trabajos desempeñados por mujeres (INAMU, 2008).

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Lo cierto entonces es que sin desmerecer la significativa y creciente participación de las mujeres en distintos espacios laborales extra-domésticos, se debe insistir en que parte importante de estos accesos se han ido gestando a costa de grupos femeninos en mayor grado de vulnerabilidad que asumen la carga de las labores domésticas en miles de hogares costarricenses. El imaginario que rodea el trabajo doméstico remunerado y la comprensión del mismo como una tarea desvalorizada e inherente a las mujeres, ha provocado que no sea reconocido en los mismos términos que el resto de las ocupaciones amparadas en el marco jurídico costarricense. Aunque aquí no se pretende ahondar en el engranaje ideológico-histórico que explica el débil marco legal que prevalece en Costa Rica para las personas ocupadas como trabajadoras domésticas, merece la pena hacer un breve recuento que muestre cómo la legislación laboral y otras asociadas han heredado muy poco de los debates contemporáneos en materia de equidad de género. El espacio privado y las labores domésticas siguen ocupando un lugar marginal y la legislación vigente en esta materia no está a tono con las demandas y logros en otras esferas que las mujeres han alcanzado en las últimas décadas. En el año 1943 se aprueba el Código de Trabajo, dentro del cual se incluye el capítulo VIII: Del trabajo de los servidores domésticos (art. 101 a 112, vigente hasta la fecha con modificaciones). En el artículo 101 se define a los/las trabajadores/as domésticos/as como “aquellos(as) que se dedican en forma habitual y continua a labores de aseo, cocina, asistencia, y demás propias de un hogar, residencia o habitación particulares, que no importen lucro o negocio para el(la) patrono(a)”. A éste le sigue toda la serie de artículos referidos a los derechos y las obligaciones por parte del/la trabajador/a y del/la empleador/a. A su vez, respecto al contrato de trabajo, en el inciso b) artículo 22, se indica que “el contrato de trabajo podrá ser verbal cuando se refiera al servicio doméstico”, característica que perdura hasta la actualidad y que agrava aún más la situación de discriminación en la que se encuentran las trabajadoras domésticas, dejando fuera el control de las autoridades administrativas (Agenda Política de las Mujeres et al. 2003 citado por Lerussi, 2008:5).

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Casi 20 años después de la entrada en vigencia de dicho instrumento jurídico, nace en el año 1962 la Asociación de Servidoras Domésticas de Costa Rica, como un primer esfuerzo organizativo de las trabajadoras domésticas en Costa Rica y con el apoyo del ala sindical de sectores de la Iglesia Católica. Durante la década que estuvo activa, se planteó como objetivo reformar el Código de Trabajo en el capítulo del servicio doméstico, produciéndose las siguientes modificaciones legales: la regulación de la jornada laboral a 12 horas ordinarias, anteriormente la jornada laboral era ilimitada; las limitaciones a jornadas laborales en caso de menores de 18 años y desde los 12 años de edad; el establecimiento del derecho a feriados y descanso semanal de media jornada y el derecho a 15 días de vacaciones anuales (ASTRADOMES, 2004).

Además, una de las principales preocupaciones de ASTRADOMES ha sido lograr que las trabajadoras del gremio se perciban como tales y no como sirvientas o criadas y es desde ese esfuerzo de autoreconocimiento que se articula toda la lucha para que el trabajo doméstico remunerado sea equiparado con cualquier otro trabajo que regule el Código de Trabajo (ASTRADOMES, 2004). Quizás quien mejor reseña la trayectoria de ASTRADOMES y sus múltiples batallas en materia de reformas legislativa es Romina Lerussi en su reciente estudio sobre trabajo doméstico en Costa Rica (2008), que a continuación se detalla: Desde 1994 y de manera continua, ASTRADOMES, organizaciones de mujeres y feministas, INAMU (Instituto Nacional de las Mujeres), entre otros actores y actoras, vienen presionando a la Asamblea Legislativa por un cambio en las leyes; sin embargo han recibido escaso apoyo. Por ejemplo, en el voto N° 3150 –1994, la Sala Constitucional argumentó en relación a la discriminación referida a las trabajadoras domésticas, diciendo que el régimen de la jornada laboral de las mismas constituye un caso de excepción autorizado por la Constitución Política y, en consecuencia, no hay ninguna inconstitucionalidad con este extremo. En el bienio 1995 – 1996, en la Asamblea Legislativa se discutió una reforma al artículo 104 del Código de Trabajo, que reducía la jornada de las trabajadoras domésticas a 9 horas diarias, incluyendo una hora de descanso, acumulables durante los primeros cinco días de la semana, y mantenía la posibilidad de una jornada extraordinaria de 4 horas diarias. Este proyecto fue vetado por el presidente de la República, José María Figueres Olsen (1994 – 1998) (RUIZ ARCE, J. y VARGAS MADRIGAL, O. F. 2001:13).El 24 de noviembre de 2005, se llevó adelante una acción de inconstitucionalidad por parte de ASTRADOMES en relación al art. 104,

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Estas reformas se mantuvieron hasta la década de los 90. En 1991 nace ASTRADOMES, que tuvo desde sus inicios como reivindicación central la equiparación de la normativa que regula el trabajo doméstico con cualquier otro trabajo contemplado en el Código de Trabajo y la eliminación de las discriminaciones presentes en la legislación. A su vez, lleva desde entonces una fuerte labor de sensibilización y difusión de información en materia de derechos de las trabajadoras domésticas, dirigida a ellas y a los/las empleadores/as (Lerussi, 2008).

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incisos c), d) y e) del Código Laboral que regula la jornada laboral, los días de descanso y los feriados. En marzo de 2007, la Sala Constitucional (resolución N° 3043 – 07) dio lugar a una serie de puntos de dicha acción, llevando a un día completo el día de descanso (por lo general el domingo) y a día completo los feriados (en ambos casos, antes eran de sólo media jornada; Código Laboral, art. 104, punto d y e) y declarando inconstitucionales tres párrafos dentro del inciso c), referidos a: la posible división en fracciones de la jornada laboral que la extendería a 15 horas, la jornada de máximo doce horas para personas de entre 12 y 18 años y la eventual extensión de la jornada laboral a cuatro horas de carácter extraordinario (es decir, de 12 a 16 hs). (AGENDA POLÍTICA DE LAS MUJERES et al 2003) (Lerussi, 2008:58).

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Sin embargo, a pesar del avance positivo que representó este fallo de la Sala Constitucional, emitido el 8 de marzo de 2007, día internacional de la mujer, la señora Rosita Acosta6 insiste en que los logros obtenidos fueron parciales, al no aprobarse una de las modificaciones fundamentales solicitadas, que es la equiparación de la jornada laboral de las trabajadoras domésticas a la del resto de trabajadores/as, es decir, llevar el horario diario de 12 horas a 8 horas. Falta también que las reformas logradas pasen a formar parte del documento oficial en materia laboral, es decir, el Código de Trabajo de Costa Rica. Adicionalmente a todo este arduo proceso, existe una agenda paralela que atañe a casi la mitad de las trabajadoras domésticas y que tiene que ver con las difíciles condiciones que enfrentan las mujeres migrantes, que no sólo sufren la discriminación presente en la legislación laboral que rige en el país, sino que son víctimas de olvido reivindicativo del feminismo costarricense que aún es incipiente en el tema de mujeres migrantes y la política migratoria nacional. Claramente el tema migratorio ha permanecido muy desvinculado de las discusiones sobre equidad de género que se han articulado con mucha vehemencia en otros escenarios políticos, económicos y sociales. 4. Mujeres nicaragüenses, ausentes en las agendas pro equidad de género “Ya te compré, ahora no te me podés ir”.7 Ese fue el comentario que le hizo “una patrona” a la trabajadora doméstica que contrató al finalizar los engorrosos trámites para obtención del permiso laboral en la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, cuyo costo estimado oscila entre los $200 y $300.8 Y pareciera que no hay nada de exagerado y mucho menos de broma en la expresión, los permisos laborales para trabajadoras domésticas en Costa Rica son complicados de gestionar, “atan” a la persona a una determinada patrona o patrón (en el momento que se acaba la relación laboral se pierde el permiso) y se debe gestionar casi en su totalidad con extrema colaboración del contratante. Tanto antes como después de obtener el permiso laboral, las mujeres migrantes sufren la amenaza latente y el temor fundamentado de que su patrón o patrona (es más frecuente que la figura contratante o de autoridad sea otra mujer), ante un disgusto “le eche Migración”9, lo que obliga a muchas de ellas a adoptar un estilo de vida de gran sumisión y miedos. Cientos de mujeres son explotadas, se les irrespetan sus derechos laborales (tanto en

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jornadas, funciones, paga, prestaciones y aguinaldo, etc.). Paradójicamente el salario de las trabajadoras domésticas no supera siquiera los $200, siendo el más bajo entre todas las categorías salariales, a pesar de que debe cumplir la jornada laboral más extensa entre todos los trabajadores y trabajadoras mencionados en el Código de Trabajo costarricense, pues el horario puede alcanzar hasta doce horas diarias y no las ocho que estipula dicho instrumento jurídico para todos los demás trabajadores, y según el cual, después de ocho horas se pagarían horas extras, no así para las trabajadoras del hogar.

Quien diga que ya no existen formas manifiestas y solapadas de esclavitud en países con índices de desarrollo medianamente alentadores, debería prestar oídos a las desgarradoras historias que cuentan trabajadoras domésticas en Costa Rica.10 El propósito de este apartado no es desmerecer el trato hospitalario y la justa relación de intercambio que existen entre muchas mujeres trabajadoras domésticas y sus empleadores, pero sí poner énfasis en el hecho de que el irrespeto de derechos laborales, atropellos a la dignidad humana e incluso relaciones de servidumbre y explotación, son circunstancias que muchas mujeres siguen experimentando. Las trabajadoras domésticas migrantes, especialmente nicaragüenses, son quienes deben sortear los mayores obstáculos para incorporarse laboralmente en Costa Rica. En primera instancia, existe una institucionalidad establecida que refuerza la discriminación hacia las mujeres migrantes que deseen acceder a empleos en Costa Rica, lo que resulta notable en el hecho de que uno de los tres únicos empleos para el que se están emitiendo permisos laborales en Costa Rica es la ocupación doméstica en casa de habitación, a menos que sea una profesional de “alto nivel”, para lo cual se establecen algunas excepciones en la legislación vigente. En otras palabras, una mujer extranjera con bachillerato concluido e incluso con estudios universitarios que desee optar por un empleo como oficinista, contadora, médica, dependiente de una tienda, entre otros, no puede hacerlo por la vía legal mediante la gestión de un permiso de trabajo, aun cuando su patrono esté en total disposición de apoyar en la engorrosa tramitología para la contratación. Las mujeres migrantes que deseen trabajar en Costa Rica deben conformarse con ser trabajadoras domésticas, casi independientemente de su calificación. Los tres tipos de trabajo a los que de manera realista, según las disposiciones del Ministerio de Trabajo y de la Dirección General de Migración y Extranjería, pueden acceder las

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En buena teoría, el bajo salario de las trabajadoras domésticas se compensa con el salario en especie que se les otorga (hospedaje, alimentación), y debe ser contemplado en el pago de indemnizaciones y otras garantías laborales, pero tal responsabilidad patronal con frecuencia es irrespetada o sólo favorece a quienes viven de forma permanente en la vivienda donde son contratadas y no a quienes trabajan por horas o en una jornada diurna parcial o de día completo. Lo que sí parece imperar es la noción retrógrada e históricamente discutida por las agrupaciones feministas, según la cual el trabajo doméstico remunerado sufre las consecuencias de ser visto aún como una ocupación inherente a las mujeres, escaso de valor y fácil, lo que incide en que la remuneración sea baja y que con suma frecuencia escape a la protección y reconocimiento jurídico.

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personas nicaragüenses, específicamente las pobres que viajan en busca de mejores condiciones de vida son: la agricultura, el sector agroindustrial y el doméstico. Más allá de esas opciones quedan vedadas otras posibilidades, a menos que el extranjero arribe a Costa Rica como inversionista o que sea un profesional amparado por compañías multinacionales. La justificación principal es que las autoridades del país temen el desplazamiento de la mano de obra costarricense. Uno de los desafíos que se le presenta a los movimientos sociales preocupados por los sectores más vulnerables en los países expulsores y de acogida -incluyendo el trabajo de los colectivos feministas- es la acogida no sólo de las críticas y acciones sobre las relaciones históricamente desiguales entre hombres y mujeres, sino también el impacto que tienen en las mujeres las relaciones crecientemente desiguales entre quienes acumulan capital y quienes cada vez están más desprotegidos/as y más aún cómo incidir de forma consistente en las relaciones desiguales entre unas mujeres y otras.

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No cabe duda de que el feminismo se encuentra frente a una gran encrucijada, claramente señalada por Hildete Pereira, que es la enorme “dificultad de articular la conciencia feminista y la condición de clase” (1993:228). En gran medida es un avance que las [trabajadoras] domésticas hablen tan claramente de su condición de clase social y de la fuerza que les da este planteamiento y que las militantes feministas consideren que, pese a la contradicción de clase, la solidaridad entre las mujeres es posible por el mero hecho de ser mujeres, aunque se trate de una solidaridad en proceso de construcción (Pereira, 1993:233). Es urgente crear condiciones más justas para las mujeres que se enfrentan a mayores niveles de desprotección, violencia e inequidad. Las mujeres migrantes resumen muchas de las principales imágenes de discriminación por razón de género, sobre todo la hostilidad y malos tratos que con frecuencia enfrentan por parte de sus empleadoras/es, así como el no reconocimiento pleno de sus derechos por la ausencia de documentos que certifiquen su permanencia “legal” en los países que arriban y los débiles cambios ideológicos relativos a la subvaloración del trabajo que realizan. Género, clase y nacionalidad son palabras sobre las que queda aún mucho por decir y hacer. La autocrítica y balance a lo interno de las representaciones feministas, la reconfiguración del espacio privado como escenario laboral de muchas mujeres (remuneradas o no) y las modificaciones legislativas de orden migratorio y laboral, representan luchas que ya se están dando y en el caso costarricense aún deben eludir muchas dificultades. Sobre todo porque el modelo económico dominante y el encuadre patriarcal que articulan gran parte de las relaciones interpersonales hoy día, se coloca a la base de muchísimo del trabajo que lideran importantes grupos que creen y aspiran por una bien entendida equidad de género. Una más inclusiva y más justa.

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Notas 1

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En 1990 se aprueba en Costa Rica la Ley de Igualdad Real de la Mujer, cuyo artículo 5 habla de la obligación de los partidos de dotarse de mecanismos efectivos para nombrar un “número significativo de mujeres” en sus estructuras internas y en las papeletas electorales. Una primera formulación de dicha Ley, planteando un 40% de representación femenina, tuvo que ser retirada ante la fuerte resistencia encontrada en ese momento en la Asamblea Legislativa. Posteriormente, se interpreta este “número significativo” como un 40% mínimo, y así queda recogido en las reformas al Código Electoral del 10 de diciembre de 1996, pero aún los partido encontraron portillos para no hacerlo efectivo, colocando a las mujeres en puestos no elegibles y en las suplencias. En el período 1998-2002 el número de diputadas fue de sólo un 19.3% del total. Una serie de resoluciones del TSE a lo largo de 1999 y 2000, obliga a poner el 40% de mujeres en puestos elegibles de acuerdo a los puestos que históricamente cada partido ha logrado, y tanto en listas de titulares como de suplentes. Aún así, en el último período 2002-2006, las 20 diputadas electas sólo representaron el 35% del total. Sólo el Partido Acción Ciudadana acogió realmente esta recomendación e incluyó en sus estatutos la paridad. En el otro extremo, la bancada del Partido Libertario destaca por una total ausencia de mujeres, a pesar de contar con seis representantes. (Información tomada de la página web: www.nuevaligafeminista.org) Consultada: 11/04/08. 2 Esto sin la mínima intención de menoscabar los incansables esfuerzos y logros de los grupos feministas en la confrontación de “la violencia contra las mujeres [entendida] como un componente estructural de sistema de opresión de género” (Sagot, 2006:273). No cabe duda de que estamos siendo partícipes de una época en la que se producen profundas transformaciones en la búsqueda de un orden político que reconfigure la institucionalidad de los Estados y la creación de políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de las mujeres. 3 Gran cantidad de los cuales sólo impactan a algunos sectores específicos de mujeres en las sociedades modernas. 4 Siglas de la Asociación de Trabajadoras Domésticas en Costa Rica. 5 La categoría “comercio mayor y menor” incluye a ambos sexos, así que vale la pena recalcar que el trabajo doméstico es la ocupación a la que se dedica la mayor cantidad de mujeres que habitan en Costa Rica. 6 Entrevista personal, Sra. Rosita Acosta, presidenta y fundadora de ASTRADOMES, quien laboró durante más de 30 años como trabajadora doméstica en casas de habitación. Fecha de entrevista: miércoles 30 de abril 2008. Lugar: Casa de ASTRADOMES, Curridabat, San José, Costa Rica. 7 La expresión “Ya te compré, ahora no te me podés ir”, fue compartida por una mujer migrante nicaragüense a Evelyn Solís, funcionaria del Servicio Jesuita para Migrantes en Costa Rica, en el momento en que la primera concluyó la tramitación de un permiso laboral en el mes de mayo de 2008. 8 Los requisitos que se solicitan en la Dirección General de Migración y Extranjería son el pasaporte ordinario con visa de turista vigente para ingresar a Costa Rica, si no tiene el pasaporte debe solicitarlo en el Consulado de Nicaragua en Costa Rica ($55) y visa de entrada a Costa Rica ($20), hoja de delincuencia del país de origen debidamente consularizada y certificada ($50 aproximadamente), y certificado de nacimiento debidamente consularizado y certificado ($50 aproximadamente). Si se le aprueba el permiso debe cancelar $20 por impuestos y confección de documentos (los montos indicados a lo largo de este artículo se presentan en moneda estadounidense). Estos gastos sin contemplar algunos asociados como: traslados, días laborales perdidos para realizar gestiones, contratación de abogado, y si debe viajar a Nicaragua para gestionar la visa de turista, se debe añadir a la lista de gastos: pasajes, alimentación y hospedaje (de requerirlo). En algunos casos los empleadores se comprometen tanto económicamente, como ofreciéndole otras facilidades para que la trabajadora pueda llevar a buen término los trámites, pero en la mayoría de los casos, los contratantes consideran que es muy complicado y que el permiso los fuerza a responsabilizarse formalmente de la trabajadora, por lo que obligan a su empleada a mantenerse laborando de manera irregular a pesar de que se exponen a multas y a la posible deportación de la persona migrante. 9 Es una expresión que se utiliza como amenaza y que indica que “el o la nacional” puede llamar al cuerpo policial adscrito a la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, que tiene potestad para trasladar a personas “sospechosas” de mantenerse de forma irregular en el país al Centro de Detención, sea para iniciar la verificación de su estatus migratorio o bien para iniciar el proceso de deportación a su país de origen. 10 Para acceder a historias documentadas al respecto se puede consultar Sandoval (2000).

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Derechos humanos y fenómeno migratorio: entre el abismo del discurso y los hechos Joaquín A. Mejía R.1 y Yolanda González C.2 1

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Candidato a Doctor en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid, España. Correo electrónico: [email protected]. Coordinación de la Coalición Española de la Campaña Mundial por la Educación/Entreculturales. Madrid, España. Correo electrónico: [email protected]. Las opiniones aquí vertidas no comprometen a institución alguna.

Recibido: mayo de 2008 / Aceptado: mayo de 2008 mayor desafío para las sociedades desarrolladas, especialmente de Europa y Estados Unidos, ya que pone a prueba los valores de libertad, igualdad y fraternidad que fundamentan el discurso emancipador de los derechos humanos que dichas regiones promueven desde hace más de 200 años. Paradójicamente, mientras se sigue proclamando la universalidad de tales derechos y la igualdad de las personas, la práctica de los países desarrollados se caracteriza por la implementación de políticas migratorias restrictivas y de criminalización que condenan a la ilegalidad a millones de personas. En este sentido, la intención de este artículo es aportar una prueba más de la esquizofrenia que subyace en la actitud de los países receptores en torno a la migración, pues por un lado proclaman una visión de los derechos humanos de todas las personas sin discriminación alguna, pero por otro lado, tal visión se fractura cuando un migrante llega a sus fronteras, y sus derechos, que deberían ser reconocidos “universalmente”, se esfuman ante la exigencia de un documento que finalmente determina si tiene o no derechos. EN LA ACTUALIDAD EL FENÓMENO MIGRATORIO SE HA CONSTITUIDO EN EL

Palabras clave: Migración / discurso y práctica / derechos humanos / comunidad internacional / tratados internacionales de derechos humanos 1. Introducción En las últimas décadas, la migración se ha convertido en una de las manifestaciones más agudas de la crisis social y económica que golpea a diferentes regiones del mundo; en el caso específico de América Latina el aumento de los movimientos migratorios está asociado a la implementación de un modelo económico que ha aumentado la pobreza y ha expandido la marginalidad rural y urbana, condenando a la exclusión social a un alto porcentaje de la población, que directa o indirectamente se ve forzado a buscar opciones de sobrevivencia en otros países, especialmente en los más ricos y desarrollados (PIDHD 2008:13).

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Paradójicamente, mientras estos grupos humanos son expulsados por sus propios gobiernos al privarlos de las condiciones necesarias para vivir dignamente, su aporte en remesas es fundamental para el sostenimiento económico de los países de origen, y en consecuencia, para reducir el conflicto social que genera la pobreza. A su vez, a pesar de que su trabajo representa una contribución importante para la economía de los países receptores –que se benefician de la juventud y la fuerza de trabajo de los países emisores1–, las personas migrantes son una de las poblaciones de mayor vulnerabilidad y víctimas fáciles de violaciones a sus derechos humanos.

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Debido a ello, el fenómeno migratorio ha cobrado una trascendencia sin precedentes en la agenda y el debate político de muchos gobiernos y de la comunidad internacional, lo cual ha motivado a que se tomen medidas para garantizar que las personas que se desplazan de un país a otro puedan ejercer sus derechos que les confiere el derecho internacional. Entre tales medidas destaca la adopción en 1990 de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares (en adelante la Convención de 1990) por parte de la Organización de las Naciones Unidas (en adelante la ONU). Pese a ello, la mayoría de los trabajadores migrantes siguen corriendo serios riesgos de explotación y abuso porque tienen poco poder para hacer valer sus derechos y porque muchos Estados no respetan las normas de derechos humanos que han prometido cumplir. En esta línea, el presente artículo tiene como objetivo mostrar a grandes rasgos cómo el discurso liberador de los derechos humanos, teóricamente dirigido a todas las personas, parece tener efectos prácticos únicamente para los ciudadanos y los migrantes documentados que se encuentran en los países receptores, especialmente en las sociedades ricas y desarrolladas de Europa y América del Norte, mientras los migrantes “sin papeles”, son condenados a un limbo jurídico que aumenta su vulnerabilidad. Paradójicamente, en estas dos regiones del mundo donde nacen los derechos humanos como concepto histórico, su disfrute efectivo se ve condicionado al estatus migratorio y por tanto, la proclamación de que “las personas nacen y permanecen libres e iguales en derechos” queda reducida a un simple mito político y jurídico. 2. El proceso de concreción de los derechos de las personas migrantes La historia moderna de los derechos humanos ha estado marcada por varios momentos importantes que, con la adopción de ciertos documentos de gran influencia nacional e internacional, han significado un avance fundamental en la lucha por la dignidad humana. Por su relevancia política y jurídica podemos señalar que la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 (en adelante la Declaración Francesa) y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 (en adelante la Declaración Universal), representan el parteaguas que marca el inicio de una nueva era caracterizada (i) por la adopción generalizada de los principios fundamentales del derecho constitucional moderno en el que los derechos humanos constituyen un elemento esencial de legitimación de todo poder –público y privado–, y (ii) por la aceptación de la internacionalización del reconocimiento, promoción y tutela de tales derechos por encima de las fronteras nacionales que conlleva el consentimiento de que su protección ya no es más un asunto exclusivo de la competencia interna de los Estados, sino de toda la comunidad internacional. En otros términos, estos

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documentos representan dos de los hitos históricos más trascendentales en el lento y penoso camino de la consagración normativa de los derechos humanos, a los cuales les imprimieron el carácter de universalidad (Rodríguez y Rodríguez 1991:198-199). Como concepto histórico, los derechos humanos han pasado por varias fases de desarrollo que nos ofrecen una visión general del largo proceso recorrido hasta nuestros días y que nos facilitan la detección de las contradicciones y paradojas del discurso de los derechos humanos, sobre todo hoy cuando el fenómeno de las migraciones pone a prueba los valores sobre los que descansa dicho discurso: la libertad, la igualdad y la fraternidad.

En tercer lugar, la adopción de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (en adelante la Carta) y de la Declaración Universal representa la máxima expresión del proceso de internacionalización de los derechos humanos, dado que se da un proceso de humanización y socialización del derecho internacional a través del reconocimiento de la dignidad humana, lo cual propició las condiciones favorables para considerar a las personas sujetos del derecho internacional como portadoras de unos derechos que los Estados deben salvaguardar y que generan un tipo de obligaciones que todos los Estados deben cumplir (Carrillo 1999:16). Finalmente, se da un proceso de especificación de los derechos humanos que supone el paso de una titularidad genérica y abstracta a una titularidad concreta; es decir, se pasa de los derechos de la persona en abstracto, a los derechos de las personas situadas y concretas, y en situaciones especiales de vulnerabilidad que exigen una mayor protección, como ser, los derechos del niño, de la mujer, del consumidor, de los pueblos indígenas, de los trabajadores, del migrante, etc. (Bobbio 1991:15). Es en el marco de los procesos de generalización y especificación que se sitúan los esfuerzos por garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes, comenzando con la celebración de la Primera Conferencia Mundial para Combatir el Racismo y la Discriminación Racial, celebrada en Ginebra en 1978, en la que se recomienda la elaboración de una convención especial sobre los derechos de los trabajadores migratorios. Posteriormente, la Asamblea General de la ONU formuló una recomendación destinada a

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En primer lugar, el proceso de positivación supuso la toma de conciencia de la necesidad de dotar a los derechos –que aparecieron en un primer momento histórico como derechos naturales– de un estatuto jurídico que permitiera su aplicación eficaz y la protección real de sus titulares, ya que sin su incorporación al corpus juris constitucional o internacional, quedan relegados al ámbito de los valores y de los ideales morales (Peces-Barba 1999:156160); en segundo lugar, el proceso de generalización supuso una profunda transformación para convertir en efectivas las afirmaciones de las primeras declaraciones de que las personas “nacen y permane­cen libres e iguales en derechos”, ya que en la realidad los derechos eran disfrutados, a principios del siglo XIX, exclusivamen­te por la burguesía, mientras extensas capas de la población permanecían al margen de sus beneficios. Por ello, si bien es cierto que los derechos humanos nacieron como “expresión ideológica del triunfo de la burguesía” (Díaz 1981:29), destinados a proteger un grupo específico de la sociedad –el hombre, el blanco y el propietario–, también es innegable que con este proceso de generalización su reconocimiento se ha ido ampliando progresivamente a un número de personas cada vez mayor (Peces-Barba 1990:11-12).

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tomar todas las “medidas para mejorar la situación y garantizar el respeto de los derechos humanos y la dignidad de todos los trabajadores migratorios” (Resolución 33/163). Fue así como en diciembre de 1979, se decidió crear un grupo de trabajo abierto para que elaborara dicha Convención, proceso que duró 10 años (1980-1990) y que culminó con la aprobación y apertura a firma, ratificación y adhesión de la Convención del 90, la cual constituye un paso concreto para la protección de los derechos de los trabajadores migratorios al establecer un modelo moral y jurídico a seguir por los Estados del mundo.

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En términos generales podemos señalar que el objetivo principal de esta Convención es que los trabajadores migratorios tengan garantizado el goce y ejercicio de todos sus derechos –independientemente de su estatus migratorio– durante todo el proceso de migración que comprende (i) la preparación para la migración, (ii) la partida, (iii) el tránsito (iv) y todo el período de estancia y de ejercicio de una actividad remunerada en el Estado de empleo, así como el regreso al Estado de origen o al Estado de residencia habitual. Está estructurada de una manera práctica que permite identificar primero un Preámbulo en que los Estados (i) ratifican los principios universalmente aceptados sobre la protección de los derechos humanos; (ii) reconocen los altos niveles de vulnerabilidad en que viven los trabajadores migratorios y sus familiares, lo cual involucra a millones de personas y afecta a gran número de países en el mundo; y (iii) reconocen que la condición irregular o regular de un trabajador migratorio no significa que sus derechos pueden ser violados. El contenido de la Convención se encuentra diseminado a lo largo de nueve partes en las que se distribuyen los 93 artículos con que cuenta. En la primera parte se establecen los alcances y definiciones de la misma, y señala que se aplica “a todos los trabajadores migratorios y a sus familiares sin distinción alguna por motivos de sexo, raza, color, idioma, religión o convicción, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o social, nacionalidad, edad, situación económica, patrimonio, estado civil, nacimiento o cualquier otra condición”, y durante todo el proceso de migración, “que comprende la preparación para la migración, la partida, el tránsito y todo el período de estancia y de ejercicio de una actividad remunerada en el Estado de empleo, así como el regreso al Estado de origen o al Estado de residencia habitual” (art. 1.1). En la segunda parte se establece la obligación de los Estados de “respetar y asegurar a todos los trabajadores migratorios y sus familiares que se hallen dentro de su territorio o sometidos a su jurisdicción los derechos previstos en la presente Convención, sin distinción alguna por motivos de sexo, raza, color, idioma, religión o convicción, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o social, nacionalidad, edad, situación económica, patrimonio, estado civil, nacimiento o cualquier otra condición” (art. 7). En la tercera parte reconoce los derechos de los trabajadores migratorios, tanto aquellos que se encuentran en una situación regular como los que se hallan en situación irregular, reafirmando de este modo el principio sobre el cual toda persona, sea nacional o extranjera, que se encuentra bajo la jurisdicción de cualquier Estado, tiene el derecho a que éste le garantice el goce y ejercicio de todos los derechos humanos reconocidos en los instrumentos internacionales ratificados por dicho Estado. Es importante resaltar que la Convención de 1990 reconoce los derechos de las personas indistintamente de su estatus migratorio (arts. 8-35).

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En su cuarta parte reconoce otros derechos a los trabajadores documentados y sus familiares (arts. 36-56); y en los restantes apartados establece la necesidad de favorecer la migración regular, la adopción de medidas para promover condiciones satisfactorias, equitativas y dignas para los migrantes y la adopción de medidas contra el ingreso irregular y la imposición de sanciones a las personas, grupos o entidades que se aprovechen de la vulnerabilidad de los migrantes para promover la migración irregular.

Sin duda, esta Convención representa un avance importante en el reconocimiento normativo de los derechos humanos de todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio, y se constituye, junto con la Declaración Universal y otros tratados internacionales, en un instrumento fundamental e indispensable para atacar de raíz las causas que provocan la migración forzada y que condenan a la ilegalidad a millones de personas cuya dignidad es vulnerada por países democráticos que promueven un discurso de respeto por los derechos humanos pero que lo contradicen en la práctica mediante sus políticas migratorias restrictivas y de criminalización. Por tal razón, no es extraño constatar que hasta la fecha, de los 37 países que han ratificado la Convención de 1990, ninguno pertenece al mundo enriquecido y desarrollado, pese a que la mayoría de trabajadores migratorios (100 de un total de 175 millones) viven en Europa, Estados Unidos y Canadá. Tampoco la han ratificado otros países que reciben grandes cantidades de migrantes como India, Japón, Australia y los Estados del Golfo; solamente lo han hecho países que expulsan decenas de miles de migrantes cada año, tales como México, Marruecos, Lesotho, Honduras, Guatemala, Filipinas, El Salvador, Nicaragua, entre otros. A pesar de esta falta de ratificación por parte de los países desarrollados, para los países centroamericanos el hecho de que la Convención de 1990 haya sido ratificada por México y Guatemala implica que tenemos entre manos una herramienta fundamental para exigir que estos países, por donde obligatoriamente pasan miles de migrantes con destino a Estados Unidos, prevengan, respeten y promuevan sus derechos humanos e investiguen y sancionen a los responsables de las violaciones de los mismos, ya sean particulares o funcionarios públicos, so pena de incurrir en responsabilidad internacional. De cualquier forma, no se puede ignorar que el bajo número de ratificaciones genera un impacto limitado de esta

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También hay que destacar que la Convención de 1990 reconoce que los migrantes deben gozar de un trato que no sea menos favorable que el que reciben los nacionales del Estado de empleo en lo relacionado con el salario, la seguridad social, atención médica para preservar su vida y para evitar daños irreparables a su salud, los derechos a la libertad de movimiento, a la formación de asociaciones y sindicatos y a participar en los asuntos públicos, el respeto a su identidad cultural y los vínculos culturales con sus países de origen, así como el facilitar la reunión de los trabajadores migratorios documentados con sus cónyuges o con aquellas personas que mantengan con el trabajador una relación que produzca efectos equivalentes al matrimonio. Asimismo, el derecho a que todos los hijos de los trabajadores migratorios gocen del acceso a la educación en condiciones de igualdad de trato con los nacionales del Estado de empleo. Por otro lado, también contiene una serie de disposiciones específicas referentes a la igualdad de trato de los migrantes regulares o documentados en relación con el acceso a la educación, la formación profesional, los servicios sanitarios, la vivienda y los derechos culturales.

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Convención, ya que la mayoría de Estados ven con recelo el hecho que el reconocimiento de los derechos de los migrantes indocumentados implicaría la adopción de medidas legislativas y de otra índole para revertir y cambiar las políticas restrictivas que criminalizan la migración y que convierten sus fronteras en verdaderas fortalezas, con su consecuente mantenimiento del statu quo entre la opulencia del Norte y la miseria del Sur.2 Como consecuencia, y aún a pesar de la vigencia de otros instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos como la propia Declaración Universal y los Pactos de 1996 –el de derechos civiles y políticos, y el de derechos económicos, sociales y culturales– , la violencia contra la población migrante continúa y se perpetúa bajo el amparo de la impunidad y la vulnerabilidad que ofrece la migración irregular, en la que millones de personas arriesgan sus vidas huyendo de la miseria siendo vistos, contrariamente, como “intrusos”, “usurpadores”, “ilegales”, en vez de víctimas de un sistema que se alimenta de carne humana exportada por los filántropos del Fondo Monetario y del Banco Mundial3, en palabras de Eduardo Galeano.

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3. Las verdades del discurso y las prácticas de los enunciadores Anteriormente señalamos que ni los países europeos ni Estados Unidos han ratificado la Convención de 1990. Paradójicamente, en estas regiones del mundo nacen los derechos humanos mediante la elaboración de las distintas declaraciones adoptadas en los siglos XVI y XVII, cuyos valores de libertad, igualdad y dignidad humana han fundamentado una concepción del ser humano igual en derechos y “libre del temor y la miseria”, la cual se ha generalizado y ha sido aceptada como un fin que deben perseguir los Estados que se precien democráticos y civilizados. No obstante, más de 200 años después de la adopción de la Declaración Francesa, sus valores han quedado reducidos, para millones de personas en el mundo, a una “libertad contra la igualdad y contra la solidaridad” (González 2002:2) y las “grandes promesas de la modernidad permanecen incumplidas” o su cumplimiento “ha redundado en efectos perversos”4, los cuales se sienten con mayor intensidad en la periferia de los países desarrollados. En el mismo sentido, ahora que estamos a punto de conmemorar el 60º aniversario de la adopción de la Declaración Universal, el ejercicio de los derechos en ella contenidos siguen siendo conceptos vacíos y una utopía lejos de alcanzar en muchas partes del mundo. Su universalidad se quiebra cada vez que se pretende que se reconozcan esos derechos a los migrantes, a “los no ciudadanos”, con lo que se constata que la ciudadanía se constituye en la actualidad en el último privilegio de estatus, el último factor de exclusión y discriminación, el último residuo pre-moderno de la desigualdad personal en contraposición a la proclamada universalidad e igualdad de los derechos humanos (Ferrajoli 1999:117). Por ello, ahora que el fenómeno de la migración pone a prueba los valores de libertad e igualdad que acompañan los discursos de las sociedades desarrolladas y democráticas, el criterio de la ciudadanía parece fortalecerse cada vez más, sobre todo en las regiones y países más ricos, lo que está generando una nueva clase de sujetos que viven bajo la sombra de la ilegalidad como producto de la migración indocumentada y su tratamiento. En este sentido, sólo basta constatar la forma en que es manejada la migración por parte de los Estados

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desarrollados para darnos cuenta que su discurso universal de los derechos humanos contrasta con sus prácticas institucionales. “Se afirma de forma reiterada la defensa de los derechos humanos y al mismo tiempo se construye un modelo de injusticia estructural global. Este es un paradigma esquizofrénico (o cínico) que insiste de forma exhaustiva en la defensa formal de los derechos humanos y produce estructuras e instituciones de negación real de los mismos” (Bartolomé 2006:37-38).

En ese orden de ideas, la Unión Europea y Estados Unidos manejan un discurso de adhesión a unos valores fundamentales concretados en los derechos humanos, pero ante los retos actuales que plantea la migración parecen dispuestos a negarlos en la práctica. Además de los ya conocidos “Corralones” en Estados Unidos, también conviene echar un vistazo a los nuevos “campos de concentración” en que se han convertido los llamados “campos de internamiento ilegales para extranjeros” que forman parte “de una auténtica política europea de seguridad en materia de inmigración que subcontrata el control y la represión de ésta a los países situados fuera de las fronteras de Europa, a los que, en general, el respeto de los derechos humanos no les quita el sueño” (Naïr 2006:153). Desafortunadamente, este tipo de situación se ha generalizado a tal punto que no es una simple excepción, sino que es parte de una institucionalización como herramienta de gestión de los flujos migratorios en Europa. Por tanto, la política migratoria promovida por las autoridades europeas descansa esencialmente en la contradictoria idea de que la inmigración es a la vez una necesidad debido a las exigencias del mercado laboral y una amenaza debido a que la presión migratoria es muy importante y el desempleo cada vez mayor en Europa. De esta forma, se esclarece que los países desarrollados mantienen una concepción utilitarista de la inmigración, esencialmente determinada por las necesidades del mercado laboral europeo o estadounidense; por tanto, la migración que se constituye en la única forma de sobrevivencia para millones de personas en el mundo, es concebida por los Estados receptores como una simple mercancía.5 Con este escenario, se puede concluir que en la actualidad existen tres categorías de personas que viven en los países ricos y desarrollados, especialmente en Europa: (i) los nacionales que disponen de todos sus derechos; (ii) los ciudadanos europeos que disponen tendencialmente de derechos equivalentes; y (iii) aquellos a los que se les aplica el derecho de los extranjeros, los migrantes, que generalmente llevan mucho tiempo instalados en ese continente (Naïr 2006:201-202). Pero también es necesario resaltar que dentro de la tercera

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Así mismo, también existe un discurso interno que moldea diariamente la opinión pública de los países ricos, un discurso alarmista y paranoico frente al peligro, la amenaza, la invasión y la avalancha que constituyen las personas migrantes. El migrante se convierte en la encarnación del nuevo enemigo, culpable de todas las crisis, por lo que su tratamiento debe estar a la altura de otros graves problemas de la humanidad como el narcotráfico y el terrorismo. En el caso europeo, sólo es cuestión de leer los textos oficiales de la Unión Europea y de la mayoría de sus Estados miembros para comprobarlo: “la lucha contra la ‘inmigración clandestina, la droga, la criminalidad y el terrorismo’ es una fórmula hoy común en el lenguaje para comparar así la inmigración y formas de delincuencia. Como es moneda corriente la asimilación de la inmigración con la inseguridad, la violencia de los barrios periféricos, el miedo a los vecinos en los barrios pobres” (Naïr 2006:13-14).

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categoría se pueden identificar dos sub-categorías: (a) el migrante documentado, al que se le reconocen derechos más o menos razonables, pero de muy complicado acceso; y (b) el migrante indocumentado o el mal llamado “ilegal”, al que se culpabiliza y criminaliza por su situación de ilegalidad y de vulnerabilidad, impidiéndole además salir de ella (Lucas 2004:83). Finalmente, dentro de esta última sub-categoría se encuentran (a.i) aquellos migrantes que viven y trabajan de forma clandestina en los países receptores; y (a.ii) aquellos que se encuentran detenidos en los mencionados campos de internamiento.

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En consecuencia, de cara a la titularidad y al ejercicio de los derechos humanos, se puede sostener que estas dos últimas clases de sujetos se encuentran dentro del estatus de “los socialmente insignificantes”, de “los nadie”,6 lo que plantea serios desafíos para la democracia y el Estado de derecho, ya que indudablemente todas estas divisiones son injustas, no igualitarias y generadoras de todo tipo de conflictos al vulnerar el principio de igualdad en tanto que existe una distinción en derechos entre inmigrantes, y entre inmigrantes y ciudadanos, y para el principio de control popular, en tanto que existe una población inmigrante que se ve afectada directamente por las decisiones políticas sobre las que no tiene los mecanismos para controlarlas (Zapata 2004:208-210). 4. Conclusiones No hay duda de que este divorcio entre el discurso y los hechos responde a la necesidad del actual sistema económico de convertir a la migración en un vector fundamental de la ley de la oferta y la demanda, gestionada por y para el mercado. Y en esta gestión, tanto los Estados de origen y de destino, así como las fuerzas del mercado, conviven en perfecta armonía y complicidad (Naïr 2006:200). Ciertamente la crudeza de la realidad descrita puede generar un pesimismo que implique una actitud conformista frente ella. Sin embargo, es necesario denunciar esta concepción restringida de los derechos que contradice las propias cartas constitucionales que adscriben algunos de ellos a todas las personas, y también denunciar los tratados internacionales que los garantizan en general sin imponer ningún tipo de criterio, pues de esta forma se devela la ilegitimidad de la desigualdad y de las fronteras y, con ello, se da el primer paso necesario para una profunda movilización democrática, es decir, la concientización de los diferentes sectores de la sociedad (Pisarello y Suriano 1998:192). Evidentemente, de la noche a la mañana no se pueden detener los flujos migratorios ni acabar con las causas que los provocan. Lo que sí es posible hacer ya es (i) lograr que todo tratamiento al fenómeno de la migración se realice con estricto apego al respeto de los derechos humanos, pues aunque los Estados tienen el derecho soberano de decidir quién puede entrar y permanecer en su territorio y en qué condiciones, ello no es justificación para promover acciones y políticas racistas y xenófobas; y (ii) garantizar la solución de los problemas de pobreza y desarrollo de los países expulsores de migrantes, lo que implica tomar en serio la necesidad de cambiar el actual modelo de relaciones internacionales desiguales, de la ayuda al desarrollo que muchas veces es sustituida por la concesión de préstamos en condiciones severas, de reconocer la ilegitimidad e ilegalidad de la deuda externa, de cambiar el intercambio comercial perfectamente diseñado para garantizar a las grandes empresas y a los países más ricos actuar con total libertad y sin ningún tipo de

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obstáculo ético o jurídico en relación con los derechos humanos, condenando a los países más pobres a la continua dependencia y subdesarrollo; y en conclusión, ampliar el concepto de libertad, lo que supondría que los hombres y mujeres de todas partes del mundo puedan verse “libres de la miseria, de manera que se levanten para ellas las sentencias de muerte que imponen la pobreza extrema y las enfermedades infecciosas” (Annan 2005:5-6). Es de destacar que lo anteriormente expuesto no es un asunto que solamente pertenece al mundo de los deberes morales, sino que también constituye una obligación jurídica de los Estados desarrollados, ya que en el caso de los países miembros de la Unión Europea, y en menor medida Estados Unidos, todos ellos han adoptado la mayoría de normas consuetudinarias y convencionales internacionales cuyas disposiciones –especialmente las de los tratados de derechos humanos– son de obligatoria observancia, y cuya transgresión genera la responsabilidad internacional de los Estados que las incumplen.

La historia ya nos ha demostrado en repetidas ocasiones que dentro de estas manifestaciones violentas del poder van surgiendo grietas que han permitido la construcción de espacios fundados en los derechos humanos como agentes de emancipación y cambio. De esta forma, la burguesía del siglo XVIII resistió y rompió el sistema de relaciones mantenido por el Ancien Régime, logrando el reconocimiento de los derechos del hombre y del ciudadano, que desafortunadamente se restringió al hombre, al blanco y al propietario. Sin embargo, los sectores marginados de las ventajas de ese proceso emancipatorio impulsaron con sus luchas nuevas grietas que permitieron desbordar los límites de las fronteras burguesas y universalizar el disfrute de esos derechos a sectores cada vez más amplios de la sociedad.7 Por consiguiente, la superación de los distintos criterios de inclusión/exclusión, incluida la ciudadanía, es una cuestión urgente que sólo podrá realizarse concibiendo los derechos humanos como procesos de lucha que transformen profundamente las estructuras económicas, sociales, políticas y jurídicas del antidemocrático modelo de la sociedad globalizada. Ello implica cuestionar y replantear el argumento de que las personas, debido a su condición migratoria, no se pueden beneficiar de los valores democráticos y del ejercicio pleno de los derechos que les corresponden como seres humanos, ya que si se mantiene el abismo existente entre el proclamado universalismo de los derechos humanos y la práctica cotidiana que niega el disfrute de los mismos a la gran mayoría del género humano que contingentemente nació en la periferia del mundo desarrollado, será insostenible mantener

79 DERECHOS HUMANOS Y FENÓMENO MIGRATORIO

Sin embargo, hay que tener presente que estos instrumentos internacionales deben verse como uno de los varios mecanismos para luchar por la dignificación de la migración, y a la par de esta lucha jurídica, también es necesaria la lucha política, ya que sólo a través de la batalla por los derechos humanos y su constante ejercicio y defensa tenaz frente a todo obstáculo posible, amenaza o violación, se puede garantizar su posesión efectiva y la consiguiente valorización de la persona, independientemente de su condición migratoria. En ese sentido, es claro que los derechos humanos no caen nunca del cielo, ni tampoco son algo dado y construido de una vez por todas con la Revolución Francesa de 1789 o con la adopción de la Declaración Universal de 1948, sino que se trata de procesos llenos de dinámicas y de luchas históricas como resultado de la resistencia de individuos y colectivos contra las diversas formas violentas de manifestación del poder (Herrera 2005:219).

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la credibilidad de un modelo de sociedad democrática y de Estado de derecho, cuya característica fundamental es el respeto de todos los derechos humanos a todos. Notas 1

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4

5

6 7

“Las nuevas corrientes migratorias […] reflejan las condiciones de la economía en los países de origen y destino de los migrantes. En éstos operan factores de atracción que reclaman el aporte de la mano de obra de esos trabajadores, que concurren a la creación de riqueza y contribuyen de manera muy significativa -como han reconocido los analistas de estos procesos- al bienestar y desarrollo de los países receptores […] Las condiciones en que se producen algunos de estos procesos y los resultados que tienen implican, de hecho, una especie de subsidio a las economías más desarrolladas, además de su significado como fuente de recursos para los migrantes que prestan sus servicios en aquellas y para las familiares que residen en los lugares de procedencia” (García OC-18/2003: párr.6). Como lo señala Lucas, “si los inmigrantes no vienen, si no se hacen visibles con sus duras biografías a cuesta, nada impulsará al mundo satisfecho a revertir la violenta organización del mundo que hemos consentido” (Lucas 2004:85). Galeano, E. (13 de nov. de 2005) Objetos prohibidos. APIA (Agencia Periodística de Información Alternativa). Disponible en: http://www.apiavirtual.com/2005/11/14/articulo-8937/. Consultado el 04 de abril de 2008. En lo que concierne a la promesa de igualdad, los países capitalistas avanzados con el 21% de la población mundial controlan el 78% de la producción mundial de bienes y servicios y consumen el 75% de toda la energía pro­ducida […] En el siglo XX han muer­to más personas por hambre que en cualquiera de los siglos precedentes. La distancia entre países ricos y países pobres y entre ricos y pobres en el mismo país no ha cesado de aumentar […] En lo que respecta a la promesa de libertad, las violaciones de los dere­chos humanos en países que viven formalmente en paz y democracia asu­men proporciones avasalladoras […] En lo concerniente a la promesa de paz perpetua, que Kant formuló tan elocuentemente, mientras que en el siglo XVIII murieron 4,4 millones de personas en 68 guerras, en el siglo XX murieron 99 millones de personas en 237 guerras. Entre el siglo XVIII y el siglo XX, la población mundial aumentó 3,6 veces, mientras que los muertos por guerras aumentaron 22,4 veces […] Finalmente, la promesa de dominación de la naturaleza ha sido cumplida de un modo perverso bajo la forma de su destrucción y de la crisis ecológica. Apenas dos ejemplos. En los últimos 50 años el mundo perdió cerca de un tercio de su cobertura forestal. A pesar de que el bosque tropical propor­ciona el 42% de la biomasa vegetal y de oxígeno, 600.000 hectáreas de bos­que mexicano son destruidas anualmente. Las empresas multinacionales detentan hoy derechos de tala de árboles en 12 millones de hectáreas en la selva amazónica (Sousa 2003:23-25). Estos centros instalados fuera del espacio comunitario son muy heterogéneos en cuanto a sus dispositivos administrativos (cerrados/abiertos) y su nivel de institucionalización (oficiales/informales). La característica común es, no obstante, la indeterminación de su estatuto jurídico y de su duración. Contamos con pocos datos precisos, y menos aún con estadísticas sobre la existencia de estos campamentos, su ubicación geográfica, número de personas que residen en ellos, estancia media o condiciones de internamiento. En pocas palabras, el silencio sobre lo que ocurre en esos lugares sin nombre es prácticamente total y está muy bien organizado […] A los periodistas e investigadores independientes les resulta muy difícil acceder a ellos, salvo con motivo de alguna que otra visita oficial de los organismos internacionales […] Además, estas visitas suelen estar preparadas y la idea que de ellas se saca no tiene nada que ver con la experiencia de los extranjeros que han residido en esos centros (Naïr 2006:154). El término “los socialmente insignificantes” corresponde al Teólogo Gustavo Gutiérrez y el de “los nadie” a Eduardo Galeano. En ese contexto se inscriben “la lucha de Olimpo de Gouges por sus reivindicaciones de género; Babeuf y su lucha por la sustitución de la igualdad formal ante la ley por una igualdad real de todos; Toussaint L’Ouverture y sus prácticas antiesclavistas y antirracistas; o, por poner un punto final, Marx y su análisis científico del funcionamiento del capitalismo como base de prácticas alternativas a los mecanismos de explotación del capital. Todos estos actores antagonistas lucharon teórica y prácticamente contra el determinismo de esa fuerza inscrita en las relaciones sociales, construyendo las posibilidades de otro proceso -de la inscripción de otra fuerza- en la que esos derechos de los ciudadanos no funcionaran como obstáculos para prácticas sociales diferentes. ¿Qué decir de los movimientos feministas de los años setenta y ochenta empeñados en lucha antipatriarcalista? ¿Dónde debemos contextualizar los esfuerzos de los colectivos negros, latinos, indígenas sino en la construcción de nuevos procesos y nuevos espacios de lucha por la dignidad humana?” (Herrera 2005:221-223).

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Marvin Barahona

Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC-SJ), El Progreso, Honduras. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: mayo de 2008 / Aceptado: junio de 2008 ESTE INFORME SE ENFOCA EN EL FENÓMENO MIGRATORIO HACIA LOS Estados

Unidos desde los municipios de El Progreso y El Negrito, en el departamento hondureño de Yoro. Destaca las tendencias y consecuencias principales de dicho fenómeno, los sectores de población a los cuales afecta y las características significativas del contexto social, económico y político en el que éste se produce. Se exploran algunos datos relevantes contenidos en la base de datos –en proceso de construcción– del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC-SJ). Palabras clave: Migración / Honduras / Estados Unidos / tendencias 1. Ubicación de El Progreso y El Negrito en el valle de Sula Con una extensión territorial de 539.69 Km.2, el municipio de El Progreso presenta dos áreas con diferente relieve, la primera corresponde al valle de Sula y la otra a la cordillera de Mico Quemado (Instituto Geográfico Nacional, 1980). El municipio de El Negrito tiene una extensión territorial de 524.6 Km2. Su relieve se asemeja al ya descrito

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Avances investigativos

Localidad y globalización en la dinámica migratoria hacia los Estados Unidos desde áreas urbano-marginales y rurales: el caso de los municipios de El Progreso y El Negrito en el departamento de Yoro, Honduras1

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para el municipio de El Progreso, con una zona de valle perteneciente al valle de Sula y un área montañosa en la cordillera de Mico Quemado. El valle de Sula, valle aluvial más grande del país, tiene una extensión territorial de 6,116.6 Km2 y una población que varios años atrás contaba con 1.380,456 habitantes. Se le percibe como la zona de mayor crecimiento económico y poblacional de Honduras, tanto por ser un polo de desarrollo industrial como por la fertilidad de sus suelos de vocación agrícola. El corredor industrial se sitúa entre los municipios de Puerto Cortés (zona libre), Choloma (zona maquiladora) y La Lima (zona maquiladora), El Progreso (zona libre), Búfalo y Villanueva (zonas maquiladoras) que en total suman seis parques industriales. Alrededor del 55% del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras se genera en este valle, alcanzando hasta el 40% de las exportaciones nacionales. El Progreso ocupa el segundo lugar entre los municipios de la zona metropolitana del valle de Sula que más aporta al PIB (Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, s.f.:3).

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La porción del valle de Sula en la que se ubican los municipios de El Progreso y El Negrito tiene suelos aluviales muy fértiles y con mucho potencial para el desarrollo agrícola. Una muestra de ello es el crecimiento de la agroindustria a través de productos como la caña de azúcar, la palma africana, el plátano y el banano, la crianza de ganado bovino y el cultivo de maíz y arroz (Barahona, 2008:13-14). De acuerdo con el último informe del PNUD sobre el Desarrollo Humano en Honduras, el departamento de Yoro ocupa un nivel medio del Índice de Desarrollo Humano (IDH), menor que el de su vecino departamento de Cortés y mayor que el de los departamentos de Occidente. Su tasa de alfabetización es de 82%, frente al 90% de Cortés, pero su ingreso per cápita supera la media nacional. Estos indicadores también son diferentes entre los municipios en cuestión. El Negrito tiene con respecto a El Progreso: un IDH menor en 9 puntos, un grado de alfabetización menor en 13 puntos y un ingreso per cápita inferior en 43%. Con relación al acceso a servicios básicos cabe destacar lo siguiente:  Escasa cobertura y calidad de servicios de educación y salud.  Deficiente cobertura de carreteras y caminos.  Deficiencias en el acceso a energía eléctrica.  Baja cobertura y baja calidad del agua potable y de saneamiento básico (Ramírez Mejía, 2008:7). La agroindustria se ha abierro paso como modalidad dominante en ambos municipios en la zona de los ex campos bananeros y otras zonas importantes como la de Guaymas. A esto se suma el incremento de la industria maquiladora, del comercio y otras actividades que, en definitiva, han modificado el antiguo esquema establecido por las plantaciones de banano y la agricultura tradicional. En general, se observan:  Modalidades tradicionales (agrarias) de empleo, pero en evidente tránsito hacia las nuevas modalidades que implican el comercio y la industria.  Estructura socioeconómica más diversificada, especialmente con relación a los

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omnímodos centros de poder que impusieron las compañías bananeras.  Nuevas capas de trabajadores (mujeres y jóvenes), que en determinadas condiciones plantean conflictos de género y de tipo generacional.  Incorporación de contingentes de trabajadores informarles, sin organización gremial propia y con ingresos inferiores.  Disminución a su mínima expresión de los antiguos sindicatos obreros (Ramírez Mejía, 2008:7). 2. Antecedentes de la corriente migratoria hacia los Estados Unidos desde la Costa Norte de Honduras

Este fenómeno ha coincidido, además, con la crisis política, económica y social que afectó al istmo centroamericano desde los últimos años del decenio de 1970 hasta finales de la década de 1980. Asimismo, la corriente migratoria desde Honduras hacia los Estados Unidos se ha fortalecido por los cambios operados durante el mismo período en la sociedad y la economía estadounidense, como lo destaca un estudio de la OIT: …en los países de destino persisten factores de atracción de los flujos migratorios, tanto originados por una escasez de mano de obra para determinados componentes del mercado de trabajo, como por razones de orden demográfico, incluido el envejecimiento de las poblaciones de los países industrializados y sus efectos sobre los mercados de trabajo y los sistemas de pensiones. La participación de América Latina y el Caribe en la población extranjera en los Estados Unidos ha aumentado espectacularmente en los últimos cincuenta años (OIT, 2004:3).

85 LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

La migración desde la Costa Norte de Honduras hacia los Estados Unidos no es un fenómeno nuevo ni casual, sino más bien un caso recurrente desde la segunda mitad del siglo XX, como lo reconocen muchas familias de La Ceiba cuyos parientes emigraron a Nueva Orleáns desde la década de 1950. Entre las principales causas de este fenómeno deben considerarse las siguientes: 1) el puente económico y comercial creado por las compañías bananeras estadounidenses basadas en esta región desde las primeras décadas del siglo XX; 2) la vecindad de las costas del Mar Caribe con algunos puertos de los Estados Unidos; 3) el deterioro constante de los salarios y el incremento permanente del desempleo en Honduras; 4) la búsqueda de oportunidades fuera de Honduras para mejorar su calidad de vida por parte de muchas familias de esta región; 5) la difusión masiva de la cultura popular y el modo de vida de los Estados Unidos a través de los medios de comunicación social, que genera expectativas para buscar y alcanzar el “sueño americano” a través de formas por lo general irregulares de inmigración desde Honduras hacia los Estados Unidos; y, 6) el creciente deterioro ambiental y catástrofes como el huracán Mitch (octubre, 1998), que en los últimos años han dejado al descubierto y profundizado la vulnerabilidad ambiental y social de muchas comunidades de esta zona.

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3. Economía nacional y migración internacional: las tensiones entre el mundo local y el mundo global Otro factor relevante que contribuyó a acelerar el fenómeno migratorio desde Honduras hacia los Estados Unidos en la década de 1990 derivó de la implementación de programas de ajuste estructural1 en la economía nacional en el marco del modelo neoliberal de economía y sociedad promovido desde el Consenso de Washington (1983) y los organismos financieros internacionales que lo sustentaron. Las consecuencias de los programas de ajuste económico aplicados en Honduras: 1) afectaron el valor de cambio de la moneda nacional frente al dólar –el lempira se cotizaba hasta ese momento al 2x1– iniciando así una devaluación monetaria hasta entonces desconocida en el país; 2) provocaron inflación y desempleo que impactaron principalmente en los sectores más pobres y vulnerables; 3) debilitaron la agricultura y la producción de alimentos agrícolas, generando mayor pobreza y hambre en el campo, y carestía y encarecimiento del costo de la vida en la ciudad. En suma, como destaca un estudio regional:

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El cambio de orientación de las políticas públicas que conoció la región desde los años ochenta se caracterizó por la crítica a la visión universalista y a la responsabilidad exclusiva del sector público, al proponer la reducción del papel del Estado, la mayor participación de actores privados, la selectividad de las políticas hacia los sectores más pobres y el impulso de procesos de descentralización, aunados al convencimiento de que el crecimiento económico automáticamente redundaría en un beneficio social, que se debería acompañar de esfuerzos asistencialistas. La experiencia ha demostrado el poco éxito que ha tenido esta orientación en alcanzar sociedades más equitativas (CEPAL, 2000:72). En suma, los cambios introducidos en Honduras desde la aplicación de medidas de corte neoliberal en la economía a inicios del decenio de 1990 no lograron metas satisfactorias para la mayoría de la población. Por el contrario, generaron, en amplios sectores de la sociedad afectados por la vulnerabilidad y el escaso dinamismo de la economía hondureña, expectativas que fortalecieron la corriente migratoria hacia los Estados Unidos. En consecuencia, la aceleración del fenómeno migratorio desde Honduras, tanto en el tiempo como en el ritmo de su crecimiento, ha continuado en esta primera década del siglo XXI hasta registrarse un incremento diario en el número de personas, especialmente de indocumentados, que emigran de Honduras y la cantidad de éstas que retorna en circunstancias irregulares. 4. ¿Cuántos se van y cuántos vuelven? El flujo invisible de ida y vuelta de la localidad a la globalidad Aunque no se conocen cifras fiables respecto al número de hondureños que han emigrado y fijado su residencia temporal o permanente en los Estados Unidos, algunas fuentes sitúan en aproximadamente un millón la cantidad de hondureños que reside actualmente en aquel país en forma legal o ilegal.3 Si se contara con cifras objetivas, fiables y actualizadas, se podría calcular con mayor realismo el porcentaje de hondureños emigrados a los Estados

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Unidos en relación con el total de habitantes del país, perfilando a la vez las consecuencias económicas y sociales de este hecho. Según el Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras (INEH): Las migraciones internacionales constituyen un fuerte componente de la dinámica demográfica del país, sobre todo los de salida. Sólo el censo de los Estados Unidos de América del año 2000 reportó 283 mil hondureños residentes en ese país, los cuales ya representaban el 4.3% de la población censada en Honduras en el año 2001 (INEH, 2007:11).

Los emigrantes, hombres y mujeres, que son obligados por las autoridades migratorias de los Estados Unidos a regresar a Honduras por carecer de permiso de residencia legal en aquel país, se cuentan por miles. Si nos atenemos a la información que a diario ofrecen los medios de comunicación social de Honduras sobre este hecho, destacando que los forzados a retornar suman más de cien por día –y a veces muchos más– no cabe duda de que el flujo de retorno forzado ha estado en alza en los últimos años y de momento no se observan signos de reversión de esta tendencia ni se considera la totalidad de sus implicaciones para la sociedad hondureña. 5. Las remesas familiares de los trabajadores emigrados Otra evidencia cuantificable, consecuencia de la aceleración del fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos, es el incremento del valor monetario de las remesas enviadas a sus familias en Honduras por los trabajadores emigrados. Éstas constituyen una de las fuentes más importantes, y potencialmente la más importante, para el ingreso nacional en divisa extranjera. La encuesta socioeconómica elaborada para recopilar datos para este estudio indica la existencia de una porción considerable de comunidades urbano-marginales y rurales de los municipios bajo estudio que se encuentran en la condición de receptoras de remesas procedentes de trabajadores emigrados a los Estados Unidos. Esto evidencia tanto el crecimiento del número de inmigrantes como la continuidad de sus relaciones familiares y afectivas con su parentela, así como el surgimiento de vínculos de dependencia de los habitantes de estas comunidades respecto de la remesa, efectiva o potencial, procedente de los Estados Unidos.

87 LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

A falta de otras evidencias, no existe un conocimiento objetivo sobre el número de hondureños, hombres y mujeres, que se van desde Honduras hacia los Estados Unidos y regresan a su país en condiciones migratorias irregulares. Lo que demuestran los medios de comunicación social –nacionales e internacionales– así como las estadísticas económicas, es que especialmente desde la década de 1990 Honduras vive inmersa en un flujo invisible de expulsión de migrantes nacionales hacia los Estados Unidos que no sólo altera el comportamiento económico del país sino que también refleja un comportamiento político interno carente de solidaridad, transparencia y legitimidad social en la conducción de los asuntos públicos.4

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El incremento del número de emigrados así como del volumen y valor monetario de las remesas, desde la década de 1990 a nuestros días, se refleja en el ascenso que registra Honduras en la escala de las naciones receptoras de remesas, figurando conjuntamente con Nicaragua, Ecuador, Perú y Haití entre los países de “integración tardía” al club de receptores de remesas con un flujo cercano o superior a los mil millones de dólares anuales (CEPAL, 2006:27)5. A pesar de este notorio crecimiento del valor monetario de sus remesas, Honduras se encuentra por debajo del nivel ya alcanzado por otros países centroamericanos y latinoamericanos, entre éstos, algunos vecinos cercanos como El Salvador, Guatemala y México, además de Colombia, Brasil y la República Dominicana que se cuentan entre los “grandes receptores de remesas” del continente con flujos similares o superiores a los 2.500 millones de dólares anuales (CEPAL, 2006:27).

88

A pesar de que la corriente migratoria desde Honduras hacia los Estados Unidos ha crecido en las últimas décadas y sigue creciendo en la actualidad, aparejada al incremento del volumen de las remesas familiares y su peso en la economía nacional, en Honduras no existen aún espacios apropiados para generar debate y conocimiento sobre los procesos migratorios y sus consecuencias en la sociedad hondureña a corto, mediano y largo plazo. Este hecho ha impedido, y sigue impidiendo, la elaboración de una agenda nacional para tratar, desde una perspectiva crítica y estratégica, temas como el de las remesas familiares, el impacto socioeconómico y sociocultural de los procesos migratorios, la transnacionalización de los espacios sociales y familiares a partir de los procesos migratorios en curso, la redefinición de las políticas de desarrollo en relación con la expulsión de emigrantes y los desafíos que el país enfrenta actualmente. 6. Estructura económica, estructura social y migración a los Estados Unidos: del modelo local al modelo global En el territorio de los municipios de El Progreso y El Negrito se observan varios modelos relevantes de organización económica, cuyas características responden principalmente a: 1) un alto grado de vinculación con el mercado interno y externo (agricultura de plantación, industria maquiladora); 2) una alta concentración de capital; 3) una alta concentración de fuerza laboral masculina y femenina (agrícola e industrial); y 4) un uso intensivo y extensivo de los recursos naturales, especialmente de la tierra y el agua, como manifestación de las formas específicas que asume la explotación económica de esta fértil porción territorial. Estos modelos de organización económica (agroindustria transnacional, cooperativismo local, pequeños y medianos agricultores, industria maquiladora) coexisten en el mismo territorio y generan diversos estratos de productores y trabajadores, configurando así un sector agroindustrial y una industria manufacturera más vinculados a la economía globalizada que al mercado nacional o local. Los altos y bajos que se puedan presentar en los componentes de esta economía afectarían la situación de los actores sociales involucrados, tanto en relación con el mundo globalizado como con el tejido social local (intención de emigrar a las metrópolis globalizadas, intención de asociación ilícita en las aldeas locales).

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7. El perfil de los emigrantes de los municipios de El Progreso y El Negrito hacia los Estados Unidos La exploración realizada en la base de datos sobre emigrantes del ERIC-SJ considera la información recopilada en 27 comunidades urbano-marginales y rurales de los municipios de El Progreso y El Negrito. El total de encuestas levantadas hasta fines de septiembre del año 2007 es de 1,152 y el total de hogares en el área encuestada asciende a 4,679. La encuesta se llevó a cabo únicamente en aquellos hogares que reportaron tener parientes emigrados, especialmente en los Estados Unidos. Los porcentajes obtenidos reflejan el grado de incidencia que el fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos tiene en cada una de las comunidades encuestadas, que en general registraron índices considerables de migración. Conviene tener en cuenta que las comunidades urbanas encuestadas se ubican en zonas marginales del municipio de El Progreso, mientras que la totalidad de las comunidades encuestadas en el municipio de El Negrito se ubican en el área rural.

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8.1. El primer aspecto a destacar es el elevado número de hogares afectados por el fenómeno migratorio en los municipios de El Progreso y El Negrito, notándose en algunos casos (comunidad rural de Las Chumbas) porcentajes que van más allá de la mitad del número de viviendas del lugar, lo que acentúa la incidencia del mismo fenómeno en el área rural (Cuadro 1). Cuadro 1. Porcentaje de hogares con parientes emigrados por comunidad, municipio y área de residencia  

 

 

 

Total

Total

 

No.

Comunidad

Municipio

Área

viviendas

encuestas

1

Bo. Suyapa

El Progreso, Yoro

Urbana

450

85

19

2

Col. Suazo Córdova

El Progreso, Yoro

Urbana

614

180

29

3

Col. INVA

El Progreso, Yoro

Urbana

338

87

26

4

Col. Las Paredes

El Progreso, Yoro

Urbana

300

94

31

5

Col. Policarpo Paz García

El Progreso, Yoro

Urbana

360

51

14

6

Cerro Prieto

El Negrito, Yoro

Rural

105

18

17

7

Mealler

El Progreso, Yoro

Rural

140

49

35

8

El Cayo

El Progreso, Yoro

Rural

140

57

41

9

El Tibre

El Negrito, Yoro

Rural

24

11

46

10

Las Chumbas

El Progreso, Yoro

Rural

40

22

55

11

San José de El Negrito

El Negrito, Yoro

Rural

260

50

19

%

LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

8. Hallazgos y comentarios relevantes al tema

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

90

12

Santa Lucía

El Negrito, Yoro

Rural

44

8

18

13

La Fragua

El Progreso, Yoro

Rural

120

23

19

14

Corocol 1

El Progreso, Yoro

Urbana

100

35

35

15

La 70

El Progreso, Yoro

Rural

109

16

15

16

Corocol 2

El Progreso, Yoro

Urbana

243

58

24

17

Corocol 3

El Progreso, Yoro

Urbana

222

71

32

18

Naranjo Chino

El Progreso, Yoro

Rural

55

23

42

19

Pavón 1

El Negrito, Yoro

Rural

47

13

28

20

Pajuiles

El Progreso, Yoro

Rural

80

19

24

21

Los Catrachos

El Negrito, Yoro

Rural

159

29

18

22

Veracruz

El Progreso, Yoro

Rural

125

35

28

23

Esfuerzos de Jesús

El Progreso, Yoro

Rural

93

16

17

24

Birichiche

El Progreso, Yoro

Rural

91

14

15

25

Campo Palomas

El Progreso, Yoro

Rural

89

32

36

26

Omonita

El Progreso, Yoro

Rural

33

7

21

27

Kilómetro 45

El Progreso, Yoro

Rural

298

49

16

4679

1152

8.2. El porcentaje de habitantes afectados por el fenómeno migratorio es mayor, en términos generales, en el área urbana, cuyo número de encuestados (661) supera la mitad de la muestra. Sin embargo, se encuentran porcentajes más elevados en la zona rural considerando singularmente algunas comunidades de alta tasa de incidencia (Las Chumbas, hasta el 55%), mientras que en la zona urbana el umbral más elevado es del 35% considerando singularmente a algunos barrios y colonias de elevada tasa de incidencia (Corocol 1). No obstante, en cuanto a la distribución del emigrante por área de residencia, el área urbana se ve afectada en un 59.4% y el área rural en sólo 40.6%. En la comparación por municipio, El Progreso aparece con más del 87% de la muestra y El Negrito con un poco más del 12%, lo que se debe a que las comunidades de este último son más pequeñas y todas ubicadas en el área rural (en total 6). Aunque la muestra representa a 21 comunidades urbano-marginales y rurales del municipio de El Progreso, se debe reconocer que este fenómeno comienza a extenderse también en El Negrito. 8.3. El análisis comparado por género indica una tendencia creciente favorable al incremento del número de mujeres participantes en el proceso migratorio, lo que en esta muestra representativa de 27 comunidades urbano-marginales y rurales en los dos municipios mencionados eleva hasta un tercio la participación de las mujeres y deja los dos tercios restantes a los hombres (Cuadro 2).

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

Cuadro 2. Distribución del emigrante por género y área de residencia en Honduras (%) Área de residencia

Género del Femenino emigrante Masculino Total

Rural

Urbana

Total

%

%

%

9.90%

22.92%

32.81%

30.73%

36.46%

67.19%

40.63%

59.38%

100.00%

91 LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

El incremento de la participación de la mujer en la corriente migratoria se observa tanto en el área urbana como rural, sin embargo es la primera la que cuenta con el mayor número de efectivos, tanto de hombres como de mujeres. A pesar de ello, lo que debe registrarse es el significativo incremento del porcentaje de mujeres rurales que en los últimos años se están incorporando a este proceso. Es notorio, además, que el porcentaje de hombres y de mujeres en el área urbana tiende a estrechar el margen de diferencia entre sí a partir de los últimos años, hasta casi igualar el nivel. Para explicar este fenómeno se debe ahondar en otros factores implicados por la presencia de la mujer, que muchas veces emigra después de que lo ha hecho su pareja para mantener la unidad familiar o satisfacer otras expectativas. La encuesta, sin embargo, no nos permite encontrar respuestas certeras a este fenómeno que involucra a la mujer. No obstante se debe profundizar en este tema, dado que ya se conoce el antecedente de que la industria maquiladora local emplea a más mujeres que hombres y que la economía informal local también absorbe a otra porción de la mano de obra femenina en edad de trabajar en ambos municipios. Por otra parte, esta variación porcentual que registra el crecimiento de la participación de las mujeres en la corriente migratoria hacia los Estados Unidos es ya una pauta importante de cambio respecto al perfil del inmigrante tradicional de esta zona, que con mayor peso ha reflejado el perfil del género masculino. Este cambio, sin embargo, no hace más que reflejar la transformación que se viene operando en esta zona desde la introducción de la industria maquiladora en la Costa Norte de Honduras desde mediados de la década de 1980. Además, concuerda con otros datos estadísticos que registran la participación de la mujer en otros espacios sociales y económicos, para el caso el incremento del número de mujeres que actúan como cabezas de familia, que a pesar de las variantes regionales supera el 30%. La diferencia estriba en el carácter, formal o informal, subordinado o independiente, de esta incorporación de la mujer a la diversidad de espacios en los que ahora participa. Asimismo, el incremento de la participación de la mujer en la corriente migratoria hacia los Estados Unidos también señala el límite y la insuficiencia de la industria maquiladora –así como de otras fuentes de empleo para la mujer hondureña– para absorber el dinamismo del segmento mayoritario de la población, representado por la mujer. Las insuficiencias de la economía, así como las causas estructurales de la pobreza, contribuyen a estimular la emigración y aportan una cuota importante para mantener el modelo de desigualdad social que prevalece en Honduras y que afecta principalmente a las mujeres.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

8.4. En cuanto a los rangos de edad afectados por el fenómeno migratorio, la porción mayoritaria se concentra en los rangos de edad comprendidos entre los 18 y los 39 años que alcanzan más del 67% de la población inmigrante, elevando la participación mucho más si a este segmento se incorpora el rango que cubre hasta los 49 años, que constituyen en conjunto el rango de edad que reúne los requisitos necesarios para participar activamente en el mercado laboral. Los números decrecen hacia atrás y hacia delante de los rangos mencionados, con todas las consecuencias que ello puede implicar para el futuro de la economía nacional y los beneficios que esta mano de obra local le puede aportar a la economía global una vez ubicada en una de las metrópolis del mundo globalizado.

92

8.5. La vinculación entre economía y migración es también evidente cuando se analiza el período en el que se puede observar la incidencia más alta del fenómeno migratorio en el área bajo estudio, específicamente los años en que se registró el porcentaje más alto de emigración hacia los Estados Unidos. En este caso aparecen varios aspectos relevantes para este estudio, por ejemplo, el segmento más alto (89%) se ubica en el estrato 19902007 (Cuadro 3), reflejando así los devastadores efectos del fracaso, para la mayoría de la población, de las medidas de corte neoliberal en la economía y del huracán Mitch a finales de la misma década (1998). Sin embargo, el porcentaje más elevado corresponde al período 2000-2007, reflejando así una secuela cargada de consecuencias dejada por el huracán Mitch en dos municipios que padecen de un alto grado de vulnerabilidad ambiental y social. Cuadro 3. Año de emigración desde Honduras por género y área de residencia (%) Género del migrante

Año en que migró de Honduras (Categorizada)

Femenino

Masculino

Total

Área de residencia

Area de residencia

Area de residencia

Rural

Urbana

Total

Rural

Urbana

Total

Rural

Urbana

Total

%

%

%

%

%

%

%

%

%

No sabe

.1

.4

.5

.2

.7

.9

.3

1.1

1.4

Antes de 1979

.1

.4

.5

.3

.4

.7

.3

.9

1.2

Entre 1980 a 1989

.6

3.9

4.5

.8

3.1

3.9

1.4

7.0

8.4

1990 a 1999

2.3

8.0

10.3

5.1

11.4

16.5

7.5

19.4

26.8

2000 a 2007

6.8

10.2

16.9

24.4

20.8

45.2

31.2

31.0

62.2

Total

9.9

22.9

32.8

30.7

36.5

67.2

40.6

59.4

100.0

Asimismo, estos datos nos ponen ante fenómenos migratorios de nueva generación, de cientos de jóvenes que inician su travesía hacia un mundo protegido por nuevos muros y defendido por tecnología de máxima seguridad, también de nueva generación. De estos nuevos emigrantes, más del 50% se fue con apoyo de su propia familia, en algunos casos con efectivos residiendo ya en el país de destino, lo que indica una vinculación estricta entre las estrategias de supervivencia que surgen entre los sectores sociales vulnerables y los lazos filiales enraizados en su tradición cultural. Esta característica es evidente, además, en el

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

hecho de que por lo menos el 50% de los emigrantes del área bajo estudio ha llevado a uno o más parientes suyos al país receptor y más del 30% de ellos intentó la travesía migratoria más de una vez. 8.6. El perfil del emigrante de los dos municipios objeto de este estudio se completa con su grado de educación formal, que según revela la base de datos del ERIC-SJ manifiesta índices bajos de formación, resultando ubicado el 75% de los emigrantes en las categorías de educación primaria completa e incompleta (Cuadro 4). Cuadro 4. Educación del emigrante por género y área de residencia en Honduras (%) Área de residencia Rural

Urbana

Total

Género del migrante

Género del migrante

Género del migrante

Femenino Masculino

Femenino

Masculino

Total

Femenino

Masculino

Total

%

%

%

%

%

%

%

%

%

Primaria completa

6.42%

16.23%

22.66%

12.15%

19.01%

31.16%

18.58%

35.24%

53.82%

Primaria incompleta

1.56%

9.38%

10.94%

3.73%

7.03%

10.76%

5.30%

16.41%

21.70%

Secundaria completa

.78%

1.48%

2.26%

3.47%

3.91%

7.38%

4.25%

5.38%

9.64%

Secundaria incompleta

1.04%

2.26%

3.30%

2.43%

4.60%

7.03%

3.47%

6.86%

10.33%

Formación técnica completa

.00%

.09%

.09%

.09%

.69%

.78%

.09%

.78%

.87%

Formación técnica incompleta

.00%

.00%

.00%

.26%

.09%

.35%

.26%

.09%

.35%

Formación universitaria completa

.00%

.00%

.00%

.09%

.26%

.35%

.09%

.26%

.35%

Formación universitaria incompleta

.00%

.00%

.00%

.17%

.09%

.26%

.17%

.09%

.26%

Analfabeta

.00%

.95%

.95%

.26%

.61%

.87%

.26%

1.56%

1.82%

Otros

.09%

.35%

.43%

.26%

.17%

.43%

.35%

.52%

.87%

Total

9.90%

30.73%

40.63%

22.92%

36.46%

59.38%

32.81%

67.19%

100.00%

A pesar de que el nivel de este indicador sigue siendo bajo, este hecho muestra una de las particularidades de la Costa Norte de Honduras, donde las posibilidades de acceder a este servicio básico son más altas que en otras regiones del país debido a la mayor complejidad de su estructura económica vinculada con la industria, la manufactura y el comercio. La industrialización temprana de esta región, en comparación con otras regiones de Honduras, ha facilitado un progresivo incremento de la educación formal, especialmente en el nivel básico y en las áreas más urbanizadas. La primacía de lo urbano sobre lo rural

93 LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

Nivel educativo alcanzado por el migrante

Total

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

es también evidente en los resultados de la encuesta en lo que respecta al perfil educativo del emigrante, reafirmando así el patrón de desigualdad social que predomina en Honduras según la adscripción territorial y su grado de integración a la economía nacional. Estos datos contrastan con la insignificancia de los registros obtenidos en otras categorías, tanto hacia arriba (formación universitaria), como hacia abajo (analfabeta). 8.7. El estatus del emigrante de esta zona es comparable con su nivel educativo, el 70% de éstos se ubicó en la categoría “indocumentados”, a lo que se agrega que el 67% del total de la muestra no se encuentra registrado en el permiso temporal de estancia concedido por el gobierno de los Estados Unidos y conocido como TPS. Todo esto indica el carácter marcadamente irregular de la inmigración desde el área bajo estudio hacia los Estados Unidos, siendo más marcados los porcentajes en lo que respecta al área rural que a la urbana.

94

8.8. Las remesas familiares constituyen otro fenómeno relacionado directamente con el proceso migratorio hacia los Estados Unidos, con una elevada incidencia en los hogares receptores y la economía hondureña en general. Al perfil del inmigrante de esta zona corresponde asimismo un nivel bajo de ingresos y por lo tanto también bajo de remisión de remesas desde los Estados Unidos. Los resultados de la encuesta indican que el 70% de las remesas enviadas a familiares de los dos municipios estudiados fluctúan en montos que van de 50 a 150 dólares de los Estados Unidos (Cuadro 5), siendo éstas las cantidades más bajas de la escala. Cuadro 5. Monto de las remesas familiares por género y área de residencia en Honduras (%) Area de residencia

De 50 a 100

Importe del dinero De 100 a 150 enviado De 150 a 200 (en dólares) De 200 a 300

Rural

Urbana

Total

Género del migrante

Género del migrante

Género del migrante

Femenino

Masculino

Total

Femenino

Masculino

Total

%

%

%

%

%

%

Femenino Masculino

5.38%

13.54%

18.92%

9.72%

18.92%

28.65%

15.10%

32.47%

47.57%

1.65%

8.07%

9.72%

5.64%

7.47%

13.11%

7.29%

15.54%

22.83%

1.39%

4.17%

5.56%

2.69%

3.13%

5.82%

4.08%

7.29%

11.37%

%

%

Total %

.35%

2.34%

2.69%

1.91%

3.21%

5.12%

2.26%

5.56%

7.81%

Más de 300

.26%

1.56%

1.82%

.78%

1.13%

1.91%

1.04%

2.69%

3.73%

No envía

.52%

.69%

1.22%

1.13%

1.30%

2.43%

1.65%

2.00%

3.65%

no respondió

.26%

.09%

.35%

.17%

.52%

.69%

.43%

.61%

1.04%

No sabe

.09%

.26%

.35%

.87%

.78%

1.65%

.95%

1.04%

2.00%

9.90%

30.73%

40.63%

22.92%

36.46%

59.38%

32.81%

67.19%

100.00%

Total

Es probable que, excepcionalmente, estas sumas sean más altas de lo que los parientes receptores reconocen por discreción y desconfianza, pero las cifras bajas concuerdan también con otros elementos de bajo nivel identificados en otras categorías de la misma encuesta. La frecuencia en los envíos de estas contribuciones familiares es predominantemente

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

mensual y quincenal; al sumarse estas dos categorías alcanzan el 72%. Esto responde a la tradición de pago de salarios al final de la quincena o del mes, predominante en la zona desde la época de las grandes compañías bananeras. El bajo monto de las remesas se refleja asimismo en la orientación que se le da a su utilización por parte de las familias receptoras. Un 90% se invierte en sostener las necesidades básicas de la familia (alimentación, vivienda y vestuario), especialmente la alimentación. Otro aspecto relacionado con las remesas familiares originadas en las metrópolis de la globalización, que aparece matizado por la cultura y el peso de la organización familiar, es que el 46% de los receptores formales de las remesas son las madres de los remitentes, un porcentaje seguido de lejos por los cónyuges (19%).

8.10. La percepción en la mejora sociocultural también forma parte de la encuesta. Un elevado 72.5% de los encuestados afirmó que no ha habido cambios o mejora sociocultural tras la partida de algún pariente suyo a los Estados Unidos, lo que representa el triple del número de entrevistados que reconoció no haber registrado mejoras socioeconómicas por la migración de parientes al extranjero. Esto puede demostrar una realidad objetiva, pero también puede responder a carencias psicológicas relacionadas con una baja autoestima o a la falta de conocimiento de la situación en la que viven otros pobladores del mismo vecindario que no reciben remesas del exterior por no tener parientes emigrados. En último término, puede tratarse de que la mejora sociocultural se encuentra en proceso, pero no al ritmo ni en la proporción de las expectativas que pudieran prevalecer entre los encuestados de estas comunidades, especialmente de los poblados rurales. Otros indicadores incluidos en la encuesta tienden a demostrar que los parientes de los emigrantes tienen acceso a recursos tecnológicos, especialmente los relacionados con la comunicación a larga distancia (Internet, telefonía celular, transacciones bancarias transnacionalizadas), que de hecho les incorpora a una de las tendencias más activas de la globalización y más atractivas en el microcosmos local, en el que contribuye a crear cierto grado de diferenciación social y de adelanto o rezago sociocultural.

95 LOCALIDAD Y GLOBALIZACION EN LA DINÁMICA MIGRATORIA HACIA LOS ESTADOS UNIDOS

8.9. La percepción de la situación socioeconómica en la que se encuentran los parientes de los trabajadores emigrados contribuye asimismo a completar el perfil del emigrante de esta zona y su incidencia en el núcleo familiar al que pertenece y del que sigue formando parte. En cuanto a la percepción socioeconómica, los parientes de los emigrados de estos dos municipios reconocen que sus mejoras se sitúan principalmente en lo que respecta a la alimentación y la vivienda, que pueden ser sostenidas e incluso mejoradas cuando se cuenta con flujos regulares de remesas enviadas por un pariente residente en el extranjero. Sin embargo, una cuarta parte de la muestra sostiene que su condición socioeconómica no mejoró con la migración de un pariente. La suma de estos datos indica que las remesas familiares que llegan a estos dos municipios contribuyen al sostenimiento de sus núcleos familiares, pero pocos encuestados se ubicaron en una categoría en la que se pueda deducir una situación de bonanza.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 83-96

Notas 1 2 3 4

5

96

6

Resumen del avance de investigación presentado ante el Servicio Jesuita para Migrantes (SJM) y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC-SJ) en octubre de 2007. Las medidas más impactantes y aceleradas se dieron durante el gobierno de Rafael Callejas Romero (1990-1994), pero otros programas de ajuste se llevaron a cabo en gobiernos posteriores. Discurso del Presidente de Honduras, Ricardo Maduro, ante la ampliación del TPS (Programa de Residencia Temporal) correspondiente al año 2004. En los medios de comunicación social de Honduras alternan las noticias relacionadas con la deportación de hondureños desde los Estados Unidos, los riesgos y hasta la muerte que muchos inmigrantes enfrentan en los países de tránsito y las estadísticas reales o previstas de las remesas familiares, con escandalosas noticias sobre la corrupción en las altas esferas del Estado. Esta correspondencia en el espacio público creado por los medios de comunicación social no es casual, refleja objetivamente las características que los fenómenos sociales y económicos asumen en la realidad presente de Honduras. A su vez, los protagonistas principales de estas historias periodísticas representan los polos de extrema pobreza y extrema riqueza que prevalecen actualmente en el país. La prensa hondureña destacó en el primer semestre del año 2007 que el monto de las remesas podría llegar a fines de ese mismo año a una cifra cercana a los tres mil millones de dólares, una cifra sin precedentes. Programa de Residencia Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).

Referencias bibliográficas BARAHONA, M. (2008) 10 años después del huracán Mitch: la vulnerabilidad ambiental y social en los municipios de El Progreso y El Negrito en el departamento de Yoro, Honduras. El Progreso: ERIC-SJ. CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIAS DE CORTÉS (CCIC) (s.f.) Diagnóstico ambiental de El Progreso, Disponible en: www.ccic.hn2.com/pdf/EL%20PROGRESO.pdf. Consultado: julio de 2007. CEPAL (2006, 20–24 de marzo) Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe, Síntesis y Conclusiones, Trigésimo Primer Período de Sesiones, Montevideo, Uruguay. CEPAL (2000) Equidad, desarrollo y ciudadanía, versión definitiva. Santiago de Chile: CEPAL. INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL (1980) Hojas cartográficas, Tegucigalpa. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS DE HONDURAS (INEH) (2007, 4 de julio), Migración y el Comportamiento de las Remesas en los Países Centroamericanos. Experiencia del INE de Honduras en levantamiento de la investigación de migración y remesas, CEPAL, Cuarta Reunión de la Conferencia Estadística de las Américas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, 25 al 27 de julio de 2007, Documento de Referencia DDR/4. OIT (2004) Discusión general sobre trabajadores migrantes basada en un enfoque integrado, Documento de Antecedentes, Consulta tripartita de los Estados Miembros de la OIT de las Américas, Oficina Internacional del Trabajo/Sector de la Protección Social/Programa de Migraciones Internacionales, Ginebra, 11-13 de junio. RAMÍREZ MEJÍA, M. (2008) Propuesta de políticas públicas para reducir la vulnerabilidad ambiental y social a nivel local. Caso: Municipios de El Progreso y El Negrito en el departamento de Yoro. Tegucigalpa: Propuesta auspiciada por el ERIC-SJ en el marco del proyecto DIPECHO (2007-2008).

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

Migración y refugio en Panamá Kevin Evandro Sánchez Saavedra

Responsable de comunicación e investigación en el Servicio Jesuita para Refugiados-Panamá e investigador del Servicio Jesuita para Migrantes de Centroamérica. Ciudad de Panamá: Correo electrónico: [email protected]

Recibido: mayo de 2008 / Aceptado: junio de 2008 y el refugio en Panamá y su relación con la situación social, política y económica de este país. Brinda pistas para reconocer el incremento del flujo migratorio hacia el país. ESTE ARTÍCULO SEÑALA LA REALIDAD ACTUAL DE LA MIGRACIÓN

Palabras clave: inmigrantes / migración / Panamá / refugiados / colombianos 1. Introducción Este artículo señala la actual realidad de la migración y el refugio en Panamá y su relación con la situación social, política y económica del país. Brinda pistas para reconocer el incremento del flujo migratorio hacia el país. Resaltan dos puntos importantes. Primero, el cambio radical de la actual Ley de Migración a inicios de 2008, que implica transformaciones en el trato a inmigrantes y solicitantes de refugio en Panamá. Este cambio fue realizado mediante decisiones exclusivas del Ejecutivo. El debate que debió existir con organizaciones de la sociedad civil para discutir dichas transformaciones no estuvo incluido de forma responsable en la agenda de gobierno. Segundo, que la presencia de refugiados e inmigrantes en Panamá es concebida por la sociedad como un problema. El gobierno y los medios lo traducen como un asunto de seguridad que debe resolverse de una manera selectiva que, aunque no oficialmente, queda resumida en la consigna: "Empresarios, turistas y pensionados, ¡Sí! Solicitantes de refugio, ¡No!". 1.1. La expansión urbana Panamá se establece como república independiente a partir de 1903, luego de separarse de Colombia.1 Buena parte de su desarrollo económico, social, cultural y político, desde aquel entonces hasta la actualidad, ha estado relacionado e influido directa o indirectamente por el Canal de Panamá y la presencia militar norteamericana durante todo el siglo XX. El país está dividido política y administrativamente en nueve provincias y cinco comarcas indígenas.2 Tiene una extensión territorial de 75,517 Km2. Limita al norte con el Mar

97

Coyuntura migratoria

Las investigaciones del Servicio Jesuita para Refugiados-Panamá sugieren que la presencia de refugiados e inmigrantes en Panamá es concebida por esta sociedad como un problema. El gobierno y los medios de comunicación lo traducen como un asunto de seguridad que debe resolverse de una manera selectiva que, aunque no oficialmente, queda resumida en la consigna: "Empresarios, turistas y pensionados, ¡Sí! Solicitantes de refugio, ¡No!".

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

Caribe, al sur con el Océano Pacífico, al este con la República de Costa Rica y al oeste con la República de Colombia. El Istmo se encuentra en las latitudes bajas, en la región tropical. Actualmente cuenta con una población de poco más de 3 millones de personas. Más de la mitad de esta población reside en el área metropolitana (Ciudad de Panamá, San Miguelito, Chorrera y Colón), influida por todo lo relacionado con el Canal de Panamá y su zona adyacente. Según estimaciones de la Dirección Nacional de Estadística y Censo, a mediados de 2006 la población urbana alcanzaría el 64% del total de la población nacional (de ese porcentaje, el 49.4% son hombres y el 50.6% mujeres). El 90% de la población de la Provincia de Panamá es urbana y representa el 71.3% del total de la población urbana del país.

98

La experiencia del Servicio Jesuita para Refugiados-Panamá (SJR-Panamá) en los últimos cinco años ha demostrado que la mayor cantidad de refugiados e inmigrantes ingresan al país vía aérea por el Aeropuerto Internacional de Tocumen (Ciudad de Panamá). Por tanto, a esta gran y creciente masa de población urbana (migrantes internos) en el área metropolitana se le suma ésta otra (migrantes externos). En los últimos 30 años ha habido un aumento significativo en la cantidad de migrantes externos y refugiados en el país. Según datos del Censo, el total de inmigrantes en 1980 era 34,567; en 1990 era 54,551; y en el 2000 era 68,886 personas.3 Las nacionalidades más representativas son: colombianos, chinos, dominicanos y mexicanos. En Panamá habitan también siete pueblos indígenas (ngóbes, buglé, bribri, naso, emberá, wounaan y kuna) y representan cerca de un 10% del total de la población.4 El último censo evidenció que casi la mitad de la población de cada pueblo indígena reside en áreas urbanas, contrario a su patrón de asentamiento en áreas rurales y fronterizas. Buena parte de esta población indígena urbana se ubica en sitios periféricos a la Ciudad de Panamá donde han establecido barrios indígenas.5 Según estimaciones hechas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la pobreza alcanza a cerca del 98% de la población indígena. En áreas rurales y comarcales indígenas los niveles de vida son los más bajos del país.6 1.2. Riqueza y pobreza Casi el 40% de la población total del país es pobre; es decir, cuatro de cada diez personas (PNUD, 2003:59). Cerca de medio millón se encuentra en pobreza extrema. Para 2003, en áreas rurales la pobreza alcanzaba al 62.7%, mientras que en las áreas urbanas a cerca del 20%. Para agravar más la situación, el 54.1% de los niños menores de 6 años vive en situación de pobreza y el 29.4% de ellos en pobreza extrema.7 En contraste con este panorama cuantitativo de pobreza, Panamá se ubica en el ranking mundial de los 57 países con índice de desarrollo humano (IDH) alto, y entre los ocho países de Latinoamérica con el IDH más alto detrás de Argentina, Chile, México, Costa Rica o Cuba. Como ya lo señaló el mismo PNUD, este índice general enmascara el desigual reparto de la riqueza, la educación, la sanidad o las diferencias existentes entre áreas urbanas y rurales. Zonas del país tienen un desarrollo casi igual al de países del primer mundo y otras, un IDH igual al de países africanos.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

Sin duda Panamá ha tenido, en los últimos años, un crecimiento económico sostenido y alto con respecto a otros países de Latinoamérica. Este año el producto interno bruto (PIB) creció hasta un 11.2%. Se cuenta con un buen ambiente de negocios, circulación del dólar norteamericano, ampliación del Canal, importante inversión extranjera y ampliación de la infraestructura portuaria. La ciudad de Panamá muestra su costanera llena de grandes y lujosos edificios, en semejanza directa a Miami Beach. En los últimos dos, años el boom inmobiliario ha promocionado 100 megaproyectos que incluyen 20 rascacielos (grandes especulaciones en los precios y las ventas se han dado también) y viviendas para pensionados de hasta un millón de dólares.8 Sin embargo, el país mantiene un déficit habitacional de 200 mil viviendas y carece de la infraestructura mínima necesaria que conlleva la construcción de las obras de magnitud considerable. Este panorama de contraste entre riqueza y pobreza9 demuestra claramente una alta desigualdad económica y social en el país. En 2004, la ex embajadora de Estados Unidos en Panamá, exageradamente alarmada, advirtió sobre esta realidad por la posibilidad de abonar el camino al terrorismo y la violencia. Dijo que cerca de 80 personas en Panamá controlan más del 50% del PIB, que estimó en unos 12 mil millones de dólares.10

2. Incremento del flujo migratorio El flujo migratorio es constante, las salidas y entradas por el Aeropuerto Internacional de Tocumen se han ido incrementando año tras año. Sin embargo, debe distinguirse entre aquel que es producto del turismo (donde la inmigración norteamericana ocupa el primer lugar) y aquel que tiene que ver con la migración económica o la búsqueda de refugio. La experiencia de trabajo del SJR-Panamá revela una mayor cantidad en el flujo de ciudadanos colombianos hacia Panamá. Debido a la situación de conflicto que se vive en Colombia, una gran parte de los que ingresan a Panamá se encuentra en situación de refugio. Sin embargo, la opinión pública y los gobiernos panameños han visto este flujo como una simple y llana inmigración económica. Las opiniones sobre ellos se encuentran prejuiciadas y frecuentemente se puede percibir prácticas discriminatorias.

MIGRACIÓN Y REFUGIO EN PANAMA

Se une a lo anterior las desigualdades que existen en el acceso a la justicia y la percepción generalizada de la corrupción que existe en el sistema judicial panameño. La gran mora judicial persiste en el país, principalmente para aquellos que carecen de los medios económicos necesarios para agilizar los trámites administrativos o judiciales. Existe pues una corrupción aislada y una corrupción sistemática en el sistema judicial, siendo mucho más peligrosa y menos atacada esta última.11 A pesar de esto, Panamá es imaginado aún como paraíso fiscal, económico y de seguridad no sólo por empresarios de otros países, transnacionales o pensionados, sino también por la masa de empobrecidos, excluidos y perseguidos de los demás países de América Latina. Muchos han escuchado sobre los supuestos 5,650 millones de dólares para la construcción del tercer juego de esclusas, sobre los 40 mil empleos directos e indirectos para su construcción o sobre el aparente bajo costo de la vida.12

99

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Cuadro 1. Registro de inmigrantes en Panamá por distintos puntos de entrada y salida: 2005-2007 Años País

2005

2006

Entrada Argentina

Entrada

Salida

Entrada

Salida

18,880

18,170

24,933

23,690

37,992

2,513

2,512

2,947

2,886

2,587

2,235

134,197

130,730

156,496

146,622

209,138

178,895

Costa Rica

73,664

63,322

95,230

84,328

117,924

103,564

Ecuador

19,683

18,862

21,775

20,432

22,544

19,367

El Salvador

13,946

12,428

15,471

14,801

16,126

13,076

182,045

178,072

205,848

194,325

229,311

201,323

17,761

16,926

21,467

19,933

23,483

20,920

Bolivia Colombia

Estados Unidos Guatemala Haití

100

Salida

2007 32,811

5,514

5,356

6,761

6,366

8,421

7,147

México

28,837

27,301

34,299

32,216

44,990

38,927

Nicaragua

15,721

14,496

19,126

18,231

22,379

19,578

Perú

10,262

8,898

13,231

12,401

15,903

13,759

Rep. Dominicana

7,995

7,601

10,282

9,744

12,479

10,779

19,494

19,340

31,604

29,655

108,539

91,157

Fuente: Dirección Nacional de Migración y Naturalización Nota: Actualizada hasta el 31 de diciembre de 2007.

Cuadro 2. Visas aprobadas y denegadas por país de nacionalidad: 2005-2007

Cuadro 3. Cantidad de deportaciones por país: 2005-2007

Visas de Migrantes País Aprob. Argentina

2005-2007 Deneg.

País Ttal.

188

65

253

36

4

40

2,809

1,861

4,670

Costa Rica

254

113

367

Ecuador

149

67

216

88

32

120

495

171

666

Guatemala

62

26

88

Haití

27

49

76

México

198

58

256

Nicaragua

167

81

248

Perú

309

195

504

Rep. Dominicana

598

615

1,213

Venezuela

608

128

736

Bolivia Colombia

El Salvador Estados Unidos

Argentina Bolivia Colombia Costa Rica

Años 2005

2006

1

2

2007 8

Total 11

3

3

0

6

697

808

1076

2581

7

13

13

33

103

134

89

326

El Salvador

16

10

4

30

Estados Unidos

19

16

23

58

Guatemala

13

9

27

49

Haití

10

48

20

78

5

9

20

34

Nicaragua

40

46

46

132

Perú

73

91

52

216

Rep. Dominicana

43

47

47

137

6

11

9

26

Ecuador

México

Venezuela

Fuente: Sección de Asesoría Legal de la Dirección Nacional de Migración y Naturalización. Nota: Actualizada hasta el 31 de diciembre de 2007.

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“¡Ave María, pues! Pa’ qué van a quitar el tapón del Darién si ya todos estamos acá (Paisas en Panamá)”. La Cáscara, un programa televisivo nacional de burla, humor y sátira, colocó esta frase el 19 de marzo de 2005 como parte de su sección “El pensamiento de hoy”. El 30 de marzo del mismo año, en la parada de buses de Paraíso, en San Miguelito (Ciudad de Panamá), un policía de tránsito le dice a un amigo conductor de bus colectivo: “sólo los que tengan mil dólares podrán conducir en el futuro, en el famoso transmilenio”. Su amigo le responde: “entonces los que manejarán sólo serán colombianos”. A finales de 2006, uno de los programas televisivos de mayor audiencia en Panamá fue Bailando por un sueño. En su primer día de difusión el presentador no solamente dio la bienvenida a una teleaudiencia compuesta por más de 3 millones de panameños sino que también a 100,000 colombianos y 300,000 chinos que, según él, habitan en el país. “Hay más de 80 mil paisas en el país”, “Seguridad los atrae”, son titulares de El Panamá América, periódico de circulación nacional que, el 28 de febrero de 2007, señala las causas por las que miles de colombianos salen de su país y menciona que las cifras reales siguen siendo una incógnita. Hace énfasis en que muchos vienen en busca de protección y que casi en su totalidad los solicitantes de refugio son colombianos.

En éstas cifras no aparecen los vejámenes y violaciones a los derechos humanos hacia los inmigrantes presentes en el país. Estos hechos no son sacados a la luz pública con mucha frecuencia. De hecho, muchos permanecen en el anonimato debido a que gran parte de los inmigrantes presentes en el país mantienen un estatus irregular. Debido al temor de ser detenidos y deportados, frecuentemente callan los malos tratos, las burlas, la explotación laboral, las extorsiones, entre otras muchas situaciones que atentan contra su dignidad. Muchos inmigrantes terminan asumiendo como algo normal estas prácticas discriminatorias o desconocen sus derechos inherentes, trascendentales que adquieren como seres humanos. A raíz del primer incendio que se suscitó en Curundú (Ciudad de Panamá), una de las medidas adoptadas por el gobierno para supuestamente frenar la inseguridad, fue disminuir el tiempo de las visas de turista. De tres meses fue rebajado a un mes. La realidad de la migración y el refugio en Panamá, tal como sucede en otros países de América Latina, es tratada como un asunto de seguridad nacional. Se cierran fronteras, se limitan las entradas y se violentan libertades fundamentales. Cabe destacar que, desde 2006, el SJR-Panamá ha denunciado esta situación13 así como la persecución más directa a inmigrantes a partir de la segunda mitad de 2007.14 Durante 2007 el SJR-Panamá denunció también el aumento de la xenofobia y la discriminación contra inmigrantes y refugiados colombianos.15

101 MIGRACIÓN Y REFUGIO EN PANAMA

De una u otra forma, estas cuatro apreciaciones seguramente son las mismas de muchos ciudadanos y ciudadanas de este país. Sin duda son inspiradas por la propia realidad. En la vida cotidiana del área metropolitana es común coincidir con ciudadanos colombianos. En las últimas décadas ha habido un aumento considerable y progresivo de ciudadanos colombianos. No solamente figuran en los titulares de los periódicos de circulación nacional, sino también en las cifras de solicitudes de visa o en las deportaciones, aunque en las cifras de deportados también sobresalen otras nacionalidades como: ecuatorianos, haitianos, nicaragüenses, peruanos y dominicanos.

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3. Realidad del refugio Como señalamos, el flujo de ciudadanos colombianos hacia Panamá, especialmente hacia la Ciudad, es visto como un asunto de inmigración económica y seguridad nacional por parte del gobierno panameño y la opinión pública. Son las personas de esta nacionalidad las que aparecen en las cifras de la Oficina Nacional para la Atención a los Refugiados (ONPAR) como los que mayormente solicitan refugio. La atención hacia la realidad del refugio tiene su antecedente en la década de 1970 y 1980 cuando el gobierno militar de aquel entonces brindó protección a un buen número de refugiados centroamericanos. Sin embargo, es a partir de 1996 que se produce un recrudecimiento en el enfrentamiento de paramilitares, guerrilla y ejército en zonas fronterizas con Colombia, en el Departamento del Chocó, y se produce una entrada masiva de Población en Situación de Refugio (PSDR) hacia comunidades fronterizas en la Provincia de Darién. Inicialmente la política del gobierno fue la deportación, pero por presiones de organismos nacionales e internacionales estas malas prácticas pudieron frenarse.16

102

Desde entonces hasta la actualidad, el gobierno panameño, utilizando lo que establece el Decreto Ejecutivo Nº 23 del 10 de febrero de 1998, ha reconocido una categoría subsidiaria al estatus de refugio. A las personas que se encuentran en Darién desde finales de la década de 1990 se les reconoce como Protegidos Humanitarios Temporales (PHT) o protegido provisional por razones humanitarias. El estatus se ha aplicado específicamente a la población en frontera. Hasta 2006, ONPAR mantenía un registro total de 829 PHT, viviendo en comunidades de frontera. Se supone que es un estatus temporal, pero la gente que lo ostenta tiene 10 años de permanecer en las comunidades en Darién. Se otorga en situaciones de “afluencia masiva”, pero no se especifica cuántos deben ser para utilizar dicho concepto. Los PHT son exactamente: 320 en Jaqué, 120 en Puerto Obaldía y 389 viviendo en Darién Centro (Matugantí, Sobiaquirú, Boca de Cupe, Yape, Pinogana, El Real, La Palma, Yaviza).17 A esta cifra debe agregarse 70 indígenas emberá, recientemente reconocidos como PHT, que residen en las comunidades de Tortuga, Riosito y Alto Playona. El principal problema por el que atraviesan estas personas –que es el agravante o la raíz de otras dificultades laborales, económicas, educativas, de salud y psicológicas– es el confinamiento al que son sometidos en las comunidades que los han acogido en Darién (comunidades receptoras). La práctica gubernamental restringe la libertad de movimiento de esta población. Para poder hacerlo, deben solicitar el permiso correspondiente a las autoridades locales (ONPAR, Oficina de Migración o la Policía). Éstas, a su vez, deben tramitar los permisos correspondientes en la Ciudad de Panamá. Debido a ello, por los problemas de comunicación en la región de frontera, la concesión de un permiso pueden tardar mucho tiempo o ser negado, a discreción de funcionarios de menor rango administrativo. El hecho de que la concesión de un permiso esté supeditado a la decisión de un funcionario público, ha generado preferencias o discriminación hacia algunos PHT. A criterio del funcionario, se otorga permiso a unos y se les niega a otros. No existen, pues, criterios establecidos o claros con respecto a este tema. Aunque en zona de frontera la mayoría de la PSDR fue reconocida como PHT, a unas cuantas personas se les ha reconocido el estatus de refugio.18 En estos casos, el reconocimiento

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

fue otorgado luego de demostrar persecuciones directas por parte de paramilitares o la guerrilla, o en todo caso, después de demostrar el asesinato de parientes cercanos (algunos de estos casos fueron llevados por la Comisión de Justicia y Paz). Aunque desde Colombia existe una gran movilización de la PSDR hacia Panamá, el reconocimiento del estatus de refugio es mínimo si se compara con otros países de Latinoamérica. Hasta 2006, según cifras de ONPAR, Panamá había reconocido el estatus de refugio a 947 personas. Esta cifra incluye a aquellos reconocidos desde décadas anteriores. Cuadro 4. Refugiados reconocidos en Panamá, 2006

  

103



    RV

RP

RO

&

RV

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DQ

EL

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VH

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U GR

J

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Q H

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1

D LF

RV

WU

2

5HIXJLDGRV

En el Cuadro 4 el registro de Otros incluye a: peruanos, haitianos, iraníes, libaneses y de los países de Europa del este. A este total de refugiados debe sumarse la cifra de 47 indígenas wounaan que ingresaron a Panamá en 2006 a través de Jaqué y actualmente residen en la comunidad de Vista Alegre (Darién). Un estudio realizado en 2003 (bajo el auspicio financiero del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, la Embajada Sueca en Costa Rica y la Corporación Andina de Fomento) sugirió que la cantidad de personas colombianas en Panamá desplazadas por la violencia es de 12,104. Este total se distribuye de la siguiente manera: 4,712, en Colón; 2,026, en Darién; 5,223, en Ciudad de Panamá; y 143, en la Comarca Kuna Yala. Según el mismo estudio, esta población representaba el 6% de cerca de 200,000 colombianos que han salido de Colombia a países fronterizos debido al conflicto (a Venezuela ha ido el 73% y a Ecuador el 21%) (FUMPADEM, 2004). Nuestra experiencia, junto con las cifras que conocemos sobre la cantidad de ingresos registrados a través del Aeropuerto Internacional de Tocumen y por vía marítima, nos sugiere que la cantidad de personas en situación de refugio puede ser mucho más de las 12 mil que presenta este estudio. Además, el aumento de la cantidad de población colombiana

MIGRACIÓN Y REFUGIO EN PANAMA



Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

en Panamá y países fronterizos de Colombia parece sugerir que el conflicto colombiano está lejos de solucionarse.19 De entrada, el problema que enfrenta la PSDR es precisamente la dificultad de su reconocimiento oficial por parte del estado panameño. El procedimiento administrativo para la solicitud de refugio es largo y el solicitante es sometido a un primer filtro donde se recibe o se deniega su solicitud. Otra dificultad con la que se enfrentan las organizaciones que defienden y acompaña a esta población es, por consecuencia, las estadísticas de las solicitudes denegadas y aceptadas. Como menciona el director del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH): “nos preocupa la falta de estadísticas en cuanto a las personas que solicitan refugio y no son aceptadas en la etapa preliminar, como también aquellos casos que ni siquiera han realizado los trámites de la entrevista y pasan a engrosar las filas de los inmigrantes económicos al no tener acceso a la jurisdicción administrativa producto del desinterés del ONPAR. Lo que refleja el interés de no actualizar las cifras por parte del Gobierno Nacional y de mantener la compleja situación del refugio en un bajo perfil”20.

104

La PSDR que no es aceptada a trámite, como menciona este activista de derechos humanos, es catalogada como inmigrante económica. Debido a ello, puede ser sujeta de deportación. Es precisamente esta contradicción la que necesariamente debe visibilizarse21 y además solucionarse mediante la reforma del Decreto Nº 23 o la propuesta de una Ley sobre Refugio. Por su parte, aquellos admitidos a trámites también permanecen en indefensión y con serias vulnerabilidades económicas. Contradictoriamente, su admisión a trámite no les permite trabajar.22 Dependen de la ayuda humanitaria que, en Ciudad de Panamá, únicamente brinda la Cruz Roja mediante fondos del ACNUR, o el SJR-Panamá. Pueden pasar muchos meses para que el caso sea considerado por la Comisión de Elegibilidad (entidad compuesta por autoridades ministeriales o de instituciones públicas vinculadas al tema, que reconoce el estatus de refugio).23 En ese lapso, las ayudas no son suficientes, la espera es larga y las necesidades mayores de acuerdo al tipo de solicitud (individual o familiar). Además, el reconocimiento del estatus de refugio no brinda un pronto permiso de trabajo. El refugiado debe tramitar su permiso de trabajo en distintas instancias gubernamentales como: ONPAR, Dirección Nacional de Migración y Naturalización y el Ministerio de Trabajo. Este proceso puede tardar años. Existen refugiados que han tardado de uno a dos años para, finalmente, conseguir su permiso de trabajo que les garantice un mejor acceso al empleo. Otros problemas asociados al empleo tienen que ver con el acceso a la salud, a la educación y a la vivienda. Aunque resulta una dificultad tanto en frontera como en la ciudad, las condiciones estructurales de esta última, junto con una cultura más individualista y de dependencia total hacia el ingreso, hacen más vulnerables a los refugiados en la Ciudad. En resumen, los problemas que enfrentan los refugiados en Panamá son: • Aumento del rechazo hacia la población colombiana presente en Panamá. Existe un desconocimiento de la magnitud e impacto del conflicto armado en Colombia. Los inmigrantes y refugiados, principalmente los de nacionalidad colombiana, son

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107







estereotipados como delincuentes, narcotraficantes, prostitutas, guerrilleros, quita empleos, etc. Restricciones gubernamentales hacia el reconocimiento del estatus de refugio. El fenómeno de la inmigración y el refugio es entendido, principalmente, como un asunto de seguridad nacional. La PSDR puede ser sujeto de deportación, al ser rechazada su solicitud. En frontera, los PHT permanecen confinados a las comunidades receptoras. Esta situación plantea consecuencias en el empleo, la economía doméstica, la vida social, el acceso a la educación, la salud y estados emocionales. Los PHT carecen de los derechos que puede tener un refugiado reconocido oficialmente. Tanto los solicitantes de refugio como los refugiados reconocidos oficialmente tienen serios problemas para obtener permisos de trabajo. Los trámites son extensos y muy burocráticos. En la ciudad, esta situación genera mayores vulnerabilidades en el acceso al empleo, la educación, la salud y la vivienda.

4. Perspectiva

¿Cuál es la respuesta del gobierno panameño frente a la realidad del flujo migratorio? Como se dijo, es visto como un asunto de seguridad. La política migratoria concebida es entonces de tipo selectiva. Se dieron los primeros pasos con la aprobación de la Ley Nº 1, del 2 de enero de 2008, que concedió poderes extraordinarios al Ejecutivo para reformar la Ley de Migración. La propuesta de Ley impulsada por el Ejecutivo, como en su momento se dijo para Mirada Global24, determinaba que la definición general de la política migratoria panameña es potestad exclusiva del presidente Martín Torrijos y su gabinete de gobierno. Contrario a promesas y retórica gubernamental, quedaron excluidas de toda participación las organizaciones de la sociedad civil que desde hace varios años han estado brindando aportes sustanciales a las cuestiones de la migración y el refugio en Panamá. El 22 de febrero de 2008 se aprobó el Decreto Ley Nº 3 que crea el Servicio Nacional de Migración, la Carrera Migratoria y dicta otras disposiciones. Uno de los aspectos más llamativos de esta Ley es la posibilidad de perseguir a los inmigrantes irregulares como si fueran delincuentes comunes. Para ello se contará con funcionarios capacitadores para tal fin, que posiblemente recibirán una formación policial. La Ley también discrimina por

105 MIGRACIÓN Y REFUGIO EN PANAMA

El flujo de personas hacia Panamá no parece detenerse y posiblemente continuará durante los próximos años. A este panorama de refugio e inmigración se une otro proceso regional: la situación política y social de Venezuela. Como quedó reflejado en los cuadros del acápite 2, la cantidad de venezolanos que ingresan a Panamá se va incrementando año tras año. De 2005 a 2007 las cifras aumentaron casi seis veces. Resulta importante comenzar a analizar la inserción y el nivel socioeconómico de esta población venezolana en Panamá. Se están dando los primeros pasos, no totalmente visibles, que van armando redes transnacionales de personas entre Panamá y Venezuela. La tensa situación de Venezuela, que parece haber disminuido luego del referéndum, podría traer consigo una posible masa de solicitantes de refugio.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 97-107

razones económicas. Podrán entrar al país y tendrán privilegios los turistas pensionados de países del norte, los rentistas retirados y los inversionistas. Mientras que aquellos inmigrantes expulsados de sus países por razones económicas, difícilmente podrán realizar los trámites correspondientes por lo oneroso que representan. Muy probablemente los asuntos migratorios y de refugio, y su relación con el respeto de los derechos humanos, no sean de gran preocupación para la sociedad panameña, que se prepara para lo que será el inicio de un año electoral, donde todo se enfoca en candidaturas, campañas, torceduras de brazo, jugosos fondos electorales y generosos aportes empresariales. Sin duda, un carnaval electoral, escenario propicio para que posibles desmanes legales puedan pasar con facilidad. Notas 1

106

2 3 4 5

6 7 8

Por 82 años el istmo panameño permanece unido a Colombia, luego de su independencia de España en 1821. Para detalles y referencia de estos sucesos puede verse: Beluche, 2006; Figueroa Navarro, 1978. Estas provincias son: Darién, Panamá, Colón, Coclé, Herrera, Los Santos, Veraguas, Chiriquí y Bocas del Toro. Las comarcas son: Kuna Yala, Ngóbe-Buglé, Emberá-Wounaan, Wargandí (kuna) y Madugandí (kuna). Evidentemente estas cifras son inexactas porque seguramente sólo representan a aquellos migrantes que se encuentran con documentos o con residencia definitiva en el país. De la del 2000, 21,069 corresponde a la población colombiana. Entre la provincia de Panamá y Colón habita más del 80%. Todos estos pueblos tienen sus contrapartes en los países fronterizos. Ngóbes, nasos o teribes y bribris también habitan en zonas de Costa Rica, mientras que kunas, emberá y wounaan habitan regiones de Colombia. Sólo en el corregimiento de Curundú (sitio donde el SJR-Panamá focaliza su labor), según el censo del 2000, la población indígena era de 1,717 personas (kunas 382, ngóbes 26, buglé 24, teribe 4, bokota (buglé) 7, emberá 979, wounaan 262, bribri 27, no declarado 6). En otras palabras, la población indígena en el corregimiento de Curundú representa el 9.1% de la población total.

Por ejemplo, en la Comarca Ngóbe-Buglé cerca de un 45% de la población es analfabeta.

Ver estos y otros datos en www.undp.org.pa/portal/lang__es/tabID__3507/DesktopDefault.aspx Consultado: 7/9/2007. Con sólo colocar en el buscador electrónico Google las palabras “boom inmobiliario en Panamá” obtendrá cerca de 110,000 datos. Podemos rescatar de Camilo Andrés Sastoque, director de metrocuadrado.com, algunas de las razones para este boom inmobiliario: 1) los incentivos tributarios para la inversión extranjera, 2) la legislación especial para los pensionados, 3) el estatus que tiene el país como ‘paraíso’ fiscal, 4) los instrumentos para establecer estructuras off shore, 5) el tránsito anual de 14 mil barcos, 6) la construcción del tercer juego de exclusas del Canal, y 7) la visita de cientos de miles de turistas, entre otros. Un estudio de UNICEF llamó a esta realidad Los dos Panamá (Cordero, 2002).

9 10 Ver El Panamá América: 30/6/2004. Hughes y Quintero (2000) hablan de 76 personas y un PIB de 9 mil

millones de dólares.

11 Para ver detalles de estos datos y conceptos de corrupción aislada y sistemática puede verse el reciente

estudio llevado a cabo por la Fundación para el Debido Proceso (2007) (DPLF, por sus siglas en inglés).

12 Casi todos los servicios básicos (luz, agua, teléfono) han aumentado en más del 60% desde que la mayoría fue privatizada a partir de 1995. La canasta básica familiar actualmente puede llegar a más de 300 dólares mensuales. El precio del combustible también ha ido en aumento y junto con él muchos servicios y artículos de primera necesidad. Según el ranking mundial del costo de la vida, elaborado por Human Resource Consulting (MERCER), durante el 2005 la ciudad con el más bajo costo de vida en Latinoamérica era Asunción (Paraguay) y la más cara era San Juan (Puerto Rico). Curiosamente, Cuidad de Panamá se encontraba como ciudad más cara que Bogotá (Colombia), Quito (Ecuador), Caracas (Venezuela) y Sao Paulo (Brasil), entre otras. 13 Para ver esta nota puede revisar el siguiente enlace: www.jrs.net/alerts/index.php?lang=it&sid=999 Consultado: 1/8/2006. 14 Para ver esta nota puede revisar los siguientes enlaces: www.jrs.net/alerts/index.php?lang=es&sid=2576 Consultado: 1/9/2007. www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=631&Itemid=9&nw=1&lang=es§ion-

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=19 Consultado: 22/9/2007. 15 Para ver esta nota puede revisar el siguiente enlace: www.latinamerica.jrs.net/news/index.php?lang=es&sid=1972 Consultado: 10/5/2007. 16 Para conocer otros detalles puede verse SERVIR Nº 41, septiembre de 2007. Disponible en: www.jrs.net/pubs/servir/index. php?lang=es Consultado: 1/11/2007. 17 Para 2005, según cifras del Vicariato Apostólico de Darién, la población PHT estaba distribuida de la siguiente manera: 10 en Matugantí, 159 en Boca de Cupe, 61 en Yape, 8 en Pinogana, 2 en El Real, 8 en La Palma y 38 en Yaviza. 18 Para 2005, según cifras del Vicariato Apostólico de Darién, en Yape existían 10 refugiados reconocidos y en Jaqué 22. 19 Puede verse la reciente entrevista del director nacional del SJRM de Ecuador, Rodrigo Rovayo. Para él, el fenómeno del refugio se está invisibilizando, lo que conlleva una negación de los derechos humanos de la población en situación de refugio. Disponible en: www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=702&Itemid=9&nw=1&lang =es§ion-=19 Consultado: 28/11/2007. 20 Puede verse El Monitor Fronterizo, boletín informativo del CNR, Nº 1, noviembre de 2007. Disponible en: www.nrc.org. co/boletinfronterizo/html/panama_cif.html Consultado: 20/11/2007. 21 Algunos esfuerzos menores se han hecho: “¿Inmigrantes sin documentos o refugiados?”. El Panamá América,

Panamá, 4 de febrero de 2007. “¿Inmigrantes sin documentos o refugiados? II”. El Panamá América, Panamá, 5 de febrero de 2007.

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22 Esta afirmación debe relativizarse, pues aunque legalmente no tienen permitido trabajar, la gran mayoría sí lo hace en pequeños negocios informales. De hecho, el SJR apoya iniciativas de este tipo mediante micro créditos. 23 Para conocer más detalles sobre la Comisión y la legislación panameña en materia de refugio puede verse: www.asamblea. gob.pa/NORMAS/1990/1998/1998_157_1146.PDF Consultado: 7/3/2007, www.acnur.org/secciones/index.php?viewCat=88 Consultado: 9/9/2007. 24 Puede verse el siguiente enlace: www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=776&Itemid=9&n w=1&lang=es§ion-=19 Consultado: 29/3/2008.

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Migración retornada y juventud indígena (Zacualpa, Guatemala) Ricardo Falla, sj.

Plataforma indígena de la Compañía de Jesús, Centroamérica.

Resúmenes de libros

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En este artículo resumo una investigación que acaba de ser publicada en forma de libro sobre la juventud indígena y la migración retornada en Zacualpa, Guatemala.1 De entrada advierto que los resultados de esta investigación reflejan la situación de principios de 2007. Ya se estaba enrareciendo entonces el ambiente con deportaciones masivas en los Estados Unidos, como fue la de las fábricas Swift el 12 de diciembre de 2006. Pero el repunte del número de deportaciones de 2007 no se había sentido tan fuertemente. Tampoco la depresión económica en los Estados Unidos se había dejado sentir, como a fines de 2007 y principios de 2008. Por un lado, el cambio de coyuntura hace que los resultados de esta investigación no correspondan exactamente al momento actual. No es un artículo periodístico. Pero, por otro lado, ese cambio hace que el enfoque de la migración retornada se haga cada vez más importante, puesto que las dificultades para la población migrante en Estados Unidos, tanto de tipo laboral (desempleo) como político (amenazas de deportación), incidirán en que más compatriotas centroamericanos decidan regresar a sus tierras de origen. Guerra, huída al interior y migración transnacional Zacualpa es un municipio de unos 30 mil habitantes (ahora), casi todos ellos k’iche’, del departamento de El Quiché, Guatemala. Es uno de los tantos pueblos que durante el conflicto interno armado sufrieron la represión más horrenda de parte del ejército de Guatemala. Allí el ejército ocupó el convento y puso su cuartel de operaciones de 1981 a 1986. Quedan vestigios de los lugares de tortura –convertidos ahora en capillas– como los garfios donde se colgaba a las víctimas o el pozo donde se enterraba a los asesinados. Zacualpa fue un lugar donde el gobierno y el ejército de entonces practicaron sistemáticamente el genocidio, como lo ha comprobado la Comisión de Esclarecimiento Histórico que escogió ese municipio como prototipo del genocidio en la etnia k’iche’. La brutal represión de esos años –unos 1,500 muertos en un lugar de cerca de 20 mil habitantes entonces– fue como una bomba que hizo que la gente migrara en busca de refugio a las fincas de la costa y la bocacosta de Guatemala y a la ciudad de Guatemala. La distancia de la frontera mexicana les impidió correr en masa a refugiarse a México. La migración estacional a las fincas de café, iniciada desde fines del siglo XIX, y la migración estacional a las fincas de caña (ingenios) y de algodón se convirtió entonces en migración permanente de varios años.

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No fue sino hasta principios de la década de los 90, cuando la migración a los Estados Unidos se convirtió en una opción migratoria masiva. Para esos años ya el país comenzaba a salir de la oscuridad de la guerra, se iniciaba de nuevo el movimiento económico en las áreas reprimidas y la movilización geográfica era más libre. La población refugiada en la bocacosta, en la costa y en la ciudad se atrevió, entonces, a retornar poco a poco a su pueblo de origen por pequeños núcleos familiares y el sueño americano empezó a obsesionar con cada vez más fuerza a la juventud que buscaba el dólar frente a una moneda nacional que se iba depreciando. El cambio del quetzal pasó de 1 por 1 a 7 por 1.2 Ese deslizamiento rápido de la moneda tuvo un efecto de boom en esa década y en la actualidad se puede estimar un cálculo conservador de una población de 5,000 personas en el norte para el total de 30 mil habitantes de Zacualpa. Mirada hacia el norte

Como los efectos de esta salida se sufren aquí, también la literatura se ha ido llenando de estudios sobre el impacto económico, social, político y cultural de la emigración, en el lugar de origen. Ordinariamente estos estudios tienen una visión peyorativa del fenómeno, debido, en parte, a que los informantes son los que no han viajado y defienden los valores tradicionales. Dentro de estos estudios toma especial relieve el efecto de la remesa. Aparece la remesa constantemente en estudios micro de comunidades y en estudios cuantitativos a nivel nacional, ya que las remesas son dentro del PIB el renglón más importante, por encima del turismo, del café, de la industria… A la vez, se prioriza el aspecto cuantitativo del proceso de la migración: la cantidad en dólares de la remesa por mes y por año. Luego se ha ampliado el concepto de remesa económica al de remesa cultural, como son hábitos, valores, formas de pensar... Algunos autores critican este préstamo del concepto económico porque los hábitos, valores, formas de pensar, etc. no son comparables con el dinero y porque la facilidad de la cuantificación no se puede trasladar de la misma manera de lo económico a lo cultural. El Banco de Guatemala cuantifica las remesas cada mes, pero ¿cómo cuantificar el cambio de valores solidarios a valores individualistas? En este artículo proponemos, siguiendo a autores que han estudiado la migración en las islas Caribe, la necesidad de enfocar el fenómeno de la migración desde una perspectiva distinta: desde el retorno (Conway y Potter 2006). El cambio de perspectiva lleva a un cambio de método, dándole más campo a la capacidad transformadora (agency) de los sujetos. En este sentido, se insiste en no ver los valores, pensamientos, hábitos… en abstracto, desligados de los sujetos activos, sino desde el análisis del sujeto. Aunque todo tiene su riesgo, podríamos

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Ante este movimiento de personas y pueblos que migran hacia los Estados Unidos, la literatura de las ciencias sociales se ha enfocado casi únicamente en una dirección: la migración hacia el norte. Este enfoque ha abarcado la decisión para emprender el viaje, la institución explotadora de los intermediarios, el viaje mismo, las violaciones a los derechos de los migrantes en el país de paso, la adaptación en el país de llegada, la formación de comunidades transnacionales, etc. La mirada de la investigación se nos ha ido hacia el norte y las personas investigadoras se han ido también a veces al norte para comprender cómo viven y trabajan allá los connacionales.

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decir que no nos interesa tanto la remesa económica, ni la remesa social y cultural, cuanto “la remesa viva”, que no es “remesa” porque nadie la mandó, sino que la persona misma decidió retornar. Aun en el caso del deportado que fue forzado a volver, nos interesa seguir todo el proceso activo del sujeto que intenta quedarse, se frustra, escoge alternativas que le presentan los abogados y tiene que decidir al volver si emprende de nuevo el viaje o se queda en su tierra. El enfoque sobre el sujeto del retorno nos da una valoración distinta, tanto de la migración a los Estados Unidos y de la estancia allá, como del retorno, la adaptación a la comunidad de origen y los cambios de ésta necesarios para desarrollarse. Aunque no negamos el valor de la perspectiva de la persona que no ha migrado al norte, es necesario atender a la persona retornada: conoce el aquí y el allá. Retorno de la perspectiva

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¿Cómo llegamos a este cambio de perspectiva? No soy un especialista de la migración, ni conozco toda la literatura que se ha escrito en el área guatemalteca, centroamericana, latinoamericana y mundial. Son toneladas de libros y artículos. No llegué a este cambio de perspectiva a través del estudio bibliográfico, sino a través del trabajo de campo que me puso en contacto con las personas en esa comunidad que expulsa migrantes. Después de la recolección de mucho material de todo tipo, me pregunté por dónde comenzar el análisis. El trabajo de campo había sido orientado al tema todavía muy amplio de juventud y migración. Entonces, en vez de hacer una monografía de temas superficialmente conectados, comencé a analizar las entrevistas más ricas, más articuladas, más inmediatas del fenómeno migratorio. ¿Quiénes las daban? Eran jóvenes que conocían la migración de primera mano porque ellos mismos habían sido migrantes. La riqueza de la entrevista, entonces, me llevó al cambio de perspectiva. El análisis de caso se constituyó en análisis de un sujeto vivo migrante retornado. Había entrevistado a tres jóvenes varones, de los cuales uno explicaba más la ida a los Estados Unidos, otro la estancia allá y un tercero el retorno y la reintegración en la comunidad. Volví al terreno, más orientado, para buscar a la joven retornada que me diera su punto de vista como mujer. Su relato fue tan rico que con ella pude cubrir las mismas tres fases, la ida, la estancia, y el retorno y reintegración. Fue en este momento cuando acudí a José Luis Rocha que conoce más del tema de la migración dentro de la red del SJM-CA3. Él me orientó a la literatura actual sobre la migración retornada del Caribe. Allí fue donde me di cuenta que dentro de la literatura social esta perspectiva abría un capítulo todavía poco explorado.4 Los autores atribuyen este rezago a diversos factores: las personas retornadas eran los viejos y retirados que ya no tienen capacidad de transformación, se decía; los que retornan son una despreciable minoría frente a los que se van… Los autores explican las innumerables formas de capacidad transformadora de estos sujetos que han ido creciendo en número. Las famosas remesas económicas, tan atendidas por los economistas, en muchos casos son manejadas por las personas retornadas.

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Luego me fui enfocando en la capacidad transformadora de estas personas. Reconozco que esta investigación es muy inicial. Hay más formas de analizar el aspecto transformador de los sujetos que no es sólo a través de la narración de ellos mismos. Me centré en algunos hechos: en el caso de un joven, cómo logra introducir a nivel de toda la parroquia (centro y aldeas) los instrumentos musicales electrónicos en contra de la tradición de los mayores, y en el caso de la joven, cómo logra desarticular la mara de su aldea. El estudio se inició como un estudio de la juventud. En el proceso de análisis hubo un desplazamiento del objeto material. De la juventud que acaba de atravesar la adolescencia me desplacé a la juventud adulta, la que ya tiene un compromiso en la vida. Los cuatro tienen hijos pequeños y están casados. Pero ellos y ella mantienen la experiencia juvenil fresca. Una ampliación del estudio será comparar juventud adulta con “juventud joven”, por un lado, y por otro, con personas adultas retornadas.

Arco iris del retorno Desmenucemos los tipos de retorno para precisar más el enfoque. Según la organización del retorno nos encontramos con un arco iris de formas. La primera, que conocemos más de cerca y que sí ha sido objeto de algunos estudios en Guatemala, es la colectiva, como fue el retorno de los refugiados desde México en diversas oleadas. Hubo retorno organizado por el gobierno en un plan de contrainsurgencia (repatriados, se les llamaba), y luego, retorno organizado por los mismos refugiados desde los campamentos con el apoyo de la cooperación internacional (retornados, se llamaron). En nuestro estudio no nos hemos fijado en esta forma de retorno. La hemos tocado en un estudio de la Juventud del Ixcán, donde la población retornada se contrastó con la resistencia.5 Una segunda forma de organización del retorno es la individual. Por ejemplo, la de estudiantes que salen becados al exterior; algunos se quedan allá, otros retornan. Nosotros mismos hemos pasado por esta experiencia. Jamás se nos ocurrió quedarnos fuera, porque habíamos ido con una meta de tiempo clara, un objetivo de aprovechar esos estudios para trabajar aquí, teníamos una matriz organizativa que nos apoyaba afuera, nos exigía volver y nos daba trabajo aquí. Volvimos con cierta capacidad transformadora, la cual se puso de manifiesto al ver cómo nos apoyábamos al retornar acá, aunque no formáramos una organización formal para ello. Tampoco en esta forma nos estamos fijando aquí.

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En todo el estudio, hay que advertir, ha habido un esfuerzo metodológico de neutralidad. Nos ha interesado detectar la capacidad transformadora de la juventud adulta retornada, ya sea para introducir cambios alienantes, como para introducir cambios liberadores, suponiendo, cosa que puede ser cuestionada, que esa capacidad es dúctil. El esfuerzo por la neutralidad no cancela, sin embargo, una opción de fondo por la solidaridad y los cambios en esa dirección. Por eso, al final del estudio, sin poder entrar en más detalle, terminamos con una frase exclamativa: ¡Hace falta formación política! La hipótesis a la que llegamos como conclusión es que una formación política seria podría abrir la mente y conducir la acción hacia metas solidarias, y que hay que aprovechar a la población retornada que tiene experiencia de la globalización para fomentar cambios hacia la justicia en esas comunidades atenazadas por estructuras de opresión, desde las relaciones económicas, hasta las culturales, como son el racismo y la opresión de género.

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Una tercera, que es la que estudiamos aquí, es la que podríamos llamar organización en red y es la típica de la globalización.6 Los migrantes, al viajar a Estados Unidos están sostenidos por una red, completamente informal, de parientes, amigos, paisanos, gente de la misma etnia…, una red que se cruza y se forma de muchas redes, porque la de parientes no es la misma que la de amistades. Esta red es la que tiene como referencia a la comunidad transnacional, la cual no necesariamente consiste en un grupo compacto de originarios de la misma comunidad, sino de una red de redes con una red más fuerte que es la de paisanos. Esta red es la que sirve para la vuelta del migrante, no porque se regrese de la misma forma como se fue (se fue mojado, vuelve en avión), sino porque, si no estuviera en la red, no volvería, así como si no estuviera en la red, no hubiera podido viajar al norte. Esta tercera es la que hemos estudiado aquí. Toca el trabajo… no el estudio. Son redes para conseguir trabajo y residencia… no para obtener becas. Por supuesto, es un estudio inicial y hace falta analizar más la forma organizativa de esas redes.

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También según la voluntariedad del retorno encontramos todo un arco iris. Usamos la metáfora del arco iris porque entre una forma y la otra no hay una separación completa. Un color se cambia en otro, el amarillo en verde, y sin embargo el amarillo no es el verde. Una primera forma es el retorno voluntario. En este nos hemos fijado aquí. Por ser voluntario, el tema de la identidad está muy presente. Nos hemos fijado en los sujetos que activamente han decidido volver a la comunidad de origen y nos hemos fijado en los procesos de cambio de identidad de la que se generan las decisiones. Ordinariamente se dan crisis profundas. Una segunda es el retorno forzado/voluntario. Puede ser por la economía o por otras razones, como el ambiente de zozobra que se vive en el norte. En el caso de la economía, se trata de sopesar en la balanza: ¿dónde estoy mejor? No es solamente el cálculo cuantitativo en dinero lo que se pone en la balanza, dónde gano más. Sino el valorativo de lo que gano, lo que trabajo, las condiciones de trabajo, las posibilidades del descanso, la situación de esclavitud… sólo trabajar versus trabajar cuando quiero. Una tercera es el retorno forzado, especialmente por las autoridades, léase en el caso norteamericano, las de la ICE (Immigration and Customs Enforcement) que deportan al migrante, hombre o mujer. Hay diversos tipos de retorno según el tiempo previsto de permanencia en el lugar de origen. Éste puede ser definitivo, cuando el migrante vuelve para no regresar al norte; temporal, si vuelve de visita, por ejemplo de paseo, durante unos meses; o pendular, si su vuelta tiene un patrón de permanencia por un tiempo en el lugar de origen y permanencia por otro tiempo en el norte. Aquí nos hemos centrado en el retorno definitivo. Hay que distinguir la identidad (las raíces) de las personas del tiempo calculado en meses o años. En el primer caso, las raíces están en el lugar de origen, en el segundo, en el norte y en el tercero, en ambos lugares, con dos identidades o con una identidad fluida o híbrida. Evidentemente, si hay facilidad de movimiento de un lugar a otro, por ejemplo, a través de visa, el retorno pendular es posible y la identidad doble, fluida o como se la quiera llamar, es una realidad casi diaria. Si existe un desierto que hay que atravesar, el penduleo se hace difícil y la identidad supone una opción.

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Hemos visto el penduleo en otros movimientos migratorios, también del tipo globalizado con la organización de red, que no se dan de Guatemala a Estados Unidos. Por ejemplo, la juventud que nació en México en campamentos de refugiados y que migró colectivamente al Ixcán guatemalteco, pendulea entre Guatemala y México y se siente de ambas patrias a la vez. La doble nacionalidad jurídica, que no es lo mismo que la identidad nacional, le facilita ese movimiento. Por la facilidad del traslado de un país al otro (sin un desierto y una muralla en medio) esta situación suponemos que tiene semejanza con la de nicaragüenses que migran a Costa Rica y retornan y vuelven a migrar y vuelven a retornar. Estos tipos de retorno según tiempo también se sitúan en un arco iris porque un tipo se encuentra contiguo al otro como el amarillo al verde, pero no son iguales. En el estudio que venimos realizando, sin embargo, nos hemos centrado en el retorno definitivo, aunque muchas veces nos engañamos cuando la gente dice que ya volvió para quedarse y a los meses desaparece y nos enteramos que se fue al norte. Los resultados del análisis de la identidad dependen de las circunstancias. No se puede decir que así se da en todas partes.

Hemos dicho arriba que las redes de una comunidad transnacional permiten la migración en ambas direcciones. También al revés, la migración en ambas direcciones fortalece a esa comunidad transnacional. Pero no se puede hablar de un solo tipo de comunidad transnacional. La flexibilidad de los conceptos depende de las circunstancias y del análisis. Es peligroso, no sólo conceptualmente, sino para la práctica pensar en conceptos unívocos. Hay una tendencia reciente a enfatizar la continuidad de identidades en la comunidad transnacional. Esta tendencia enfatiza el hecho de que las fronteras de los países y de las comunidades se han extendido sorpresivamente dentro de los Estados Unidos. Guatemala ya no está limitada por el Suchiate. Guatemala es mucho más extensa, Guatemala está en Nueva York. Esta tendencia resalta la comunidad de identidad guatemalteca –no estamos hablando de nacionalidad jurídica–, como si los guatemaltecos que ya optaron por quedarse en el norte fueran igualmente guatemaltecos que los que se quedaron en Guatemala. Si dentro de la identidad existe la perspectiva del que la tiene y la del que la observa, esta tendencia es más propia de los que se dicen guatemaltecos y viven en el extranjero y desde allá romantizan a la patria, pero no vuelven. No vuelven, aunque también dentro de ese romantizamiento esté presente la ideología del retorno: “volveré”. Ideología, porque nunca vuelven. Es una manera de ver la realidad que enfatiza la continuidad entre los dos polos de la comunidad transnacional. Hay otra tendencia que marca la ruptura de identidades en la comunidad transnacional. Esta es más propia de la perspectiva de los que se quedan en el país de origen y de los cientistas sociales que no se han dejado invadir por el fenómeno nuevo de la migración y sus identidades. Es una perspectiva más tradicional. Según ésta, los guatemaltecos en el extranjero, aunque se digan guatemaltecos, ya no lo son. Nacieron en Guatemala, pero perdieron “la mente”, el no’jib’al se diría en k’iche’. Se parecen a los indígenas que dicen

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Matriz del retorno: la comunidad transnacional

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que son indígenas pero ya no piensan como indígenas porque se integraron en estructuras de poder o de convivencia social de riqueza. Ellos dirán que son indígenas, pero quienes los miran de fuera piensan y dicen que ya son ladinos. Finalmente, hay otra tendencia más dialéctica que admite que hay continuidad pero a la vez hay ruptura. La hemos encontrado entre los migrantes retornados, hombres o mujeres, que han vivido ambas experiencias, la de enraizamiento en el norte y la de la vuelta. Pueden situarse en ambas perspectivas. Sin embargo, debido a que el retorno ha sido voluntario (en esta suposición de estudio estamos, ya lo dijimos) resalta la ruptura en la dialéctica. Desde lejos aprendieron a valorar su patria y su comunidad, pero no se quedaron añorándola, sino que tomaron la determinación de volver, aunque ese retorno les haya costado sangre por haber dejado, por ejemplo, a una mujer que amaban. Las crisis de identidad vividas por los retornados voluntarios son expresión de esa dialéctica, dentro de la cual privó la ruptura sobre la continuidad.

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Los casos estudiados no nos dan para saber cómo se darán estas perspectivas en aquellos retornados en penduleo. Es posible –lo imaginamos solamente– que en ellos la dialéctica se viva sin que un extremo de ella prive sobre el otro. En cuyo caso se nos abre el horizonte a la investigación de una identidad más profunda que la nacional o que la de la comunidad de un lado o del otro, una identidad independiente del lugar, que se define por la misión que siente la persona en su vida. Entonces también la identidad se entiende no sólo como el contraste del yo y del otro, sino primariamente como el sentido de la vida.7 Migración y retorno indígena Los indígenas de Guatemala heredaron de sus abuelos míticos y de sus pueblos históricos la capacidad de explorar nuevos terrenos y sociedades. Su cultura siempre ha estado abierta a la migración, a veces con retorno, a veces sin él. En este estudio hemos enfocado la migración de la juventud indígena. No partimos del estudio de la migración para estudiar la juventud en general, sino al revés, de la juventud indígena al de la migración. Esa fue la opción de una serie de estudios, conocer el impacto de la globalización en una juventud que no se estudia ni se suele mencionar al hablar de las costumbres y los cambios de la juventud de las ciudades y de las ciudades de culturas occidentales. Sin embargo, habiendo plantado nuestra tienda de investigación en el campo de Zacualpa, hemos tenido que contrastar a la juventud indígena con la no indígena (ladina), ya que ese municipio, especialmente en su casco urbano, tiene una constitución biétnica según la cual tradicionalmente la sociedad ladina ha sido dominante y explotadora –cosa que actualmente va cambiando– pues tras la guerra, las alianzas del indígena se vincularon más con la revolución y las de la población ladina con el ejército.

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Resultados de la investigación Cuando hacemos una investigación cualitativa que se basa en el análisis de casos, las conclusiones a las que llegamos son siempre hipótesis. Necesitan sustento numérico para comprobarse. Son resultados provisionales que pueden no satisfacer, porque siempre podemos encontrar casos que contradicen la hipótesis. Además, el resultado se va logrando en el curso del análisis al comprender la interconexión de factores que sorprenden. Por eso, este artículo (resumen) se queda corto ante el libro. Carece de la riqueza de los testimonios, del avance dinámico del análisis y de esa sorpresa que el autor comunica al lector cuando encuentra algo nuevo. Por eso, si en este artículo mencionamos resultados lo hacemos con esa insatisfacción de que al trasladar al abstracto los procesos de los sujetos se empobrecen enormemente. La base del empoderamiento

Lo primero que hemos observado en ella es que esa juventud retornada no tiene identidad de retornada. Este descubrimiento es contrario a la suposición con la que empezamos, pues estábamos acostumbrados a la población de los retornos colectivos que se marcaban con una identidad muy distinta frente a las poblaciones que no habían salido al refugio y se habían quedado resistiendo en las montañas de Guatemala. La juventud retornada en redes de globalización no tiene identidad de retornada, porque al optar por el retorno opta por ser de la comunidad de origen y de identificarse con ella. La opción del retorno la funde en su identidad con la identidad de origen, con su etnia, con el país del que ella salió. Recordemos que estamos hablando del retorno voluntario, muchas veces decidido después de crisis profundas de autovaloración y de valoración de los dos países. Sin embargo, en el curso del análisis fuimos descubriendo que esa juventud posee una especie de “aura” que consiste en la conciencia de ella de que estuvo en el norte y en la conciencia de todos los que la ven en la comunidad de que es una retornada con experiencia de Estados Unidos. Esa marca que tiene no se convierte en identidad, pero es un elemento que se tiene en consideración cuando se planifican acciones en la comunidad por parte de otras personas. Tratan de que la persona retornada de los Estados Unidos se integre para que le dé peso al plan que se piensa. Por ejemplo, la invitan al llegar para ganarla. La experiencia del norte se expresa en temas recurrentes que encontramos en casi todas las historias de los migrantes. Esta juventud retornada cuenta cómo decidió viajar al norte, cómo pasó el desierto, cómo se acomodó allá los primeros días, qué trabajos hizo al llegar, cómo fue subiendo en la escala de salarios, qué escalas de discriminación encontró, cómo sintió que le imponían una identidad de ilegal, cómo comenzó a enviar remesas a su familia,

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Nos hemos preguntado desde el principio qué capacidad de transformación hemos encontrado que tiene esta juventud adulta en un pueblo indígena de Guatemala, como Zacualpa. ¿Pretende hacer de Guatemala otro Estados Unidos? ¿Se olvida de la gente pobre a su alrededor cuando viene cargada de televisores, tal vez, en un carro de segunda? ¿Hacia dónde se inclina?

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qué crisis pasó con la pareja que dejó en la comunidad, en qué vicios cayó, etc., etc. Hay historias más propias de hombres e historias más propias de mujeres. Pero todas ellas son el resumen de la experiencia del norte. Estas historias son comunes a las personas migrantes que se encuentran en Estados Unidos y no han retornado. Sin embargo, la juventud retornada no tiene la identidad del migrante que se quedó. Ella tiene en su tesoro de aventuras la decisión del retorno (no sólo la añoranza), la cual le da una perspectiva distinta.

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La decisión del retorno voluntario supone una valoración de lo que es Guatemala (o Zacualpa) y lo que son los Estados Unidos. En el proceso de valoración esa juventud descubre que los Estados Unidos no son sólo un país donde abunda el dinero, sino que son, con palabras de un joven, “una realidad muy fea”, donde los millonarios se suicidan, se derrocha la comida en los restaurantes, el trabajo esclaviza, la discriminación está instituida en toda la estructura social. También descubre que Guatemala, a pesar de su pobreza y la suciedad de sus calles y muchas lacras que le chocan al volver, ofrece oportunidades para vivir “con humildad”, con felicidad y tranquilidad, con las satisfacciones insustituibles de la familia, la belleza del lugar y el sentido de la autoestima. Estas son palabras casi textuales de un joven adulto medio filósofo que retornó, no por tener un mal trabajo, sino por opción de estar con su esposa e hija. ¿De dónde encontramos que nace la opción del retorno? Según este joven, nace de un proceso de autovaloración que ha acompañado al proceso de valoración de Guatemala. Es un proceso empapado de experiencia, que la juventud ha vivido cuando estaba por cortar la identidad de origen a través de una fuerte crisis o cuando sufre la crisis de la imposibilidad de adaptarse a la comunidad de migrantes en los Estados Unidos. Este proceso de autovaloración parece que tiene dos extremos de donde se vive: uno, del exceso de relaciones de experiencia que lo enraízan en el norte (enamoramiento, por ejemplo) o de la falta de esas relaciones que la mantienen como una extraña que continuamente piensa en sus hijas hasta que por fin retorna. En el contraste de nuestros casos, el primer extremo es más propio de los varones y el segundo de las mujeres. Recordemos, sin embargo, que estamos siempre en el terreno hipotético. Nos parece que estos procesos de valoración y autovaloración son los que construyen las bases del (posible) liderazgo de la juventud retornada. ¿Por qué? Encontramos cuatro razones principales. Primero, porque la valoración implica una posibilidad objetiva de vivir dignamente (aunque sea “humildemente”) en la comunidad y país de origen. Es decir, supone que esa juventud retornada tiene recursos, oportunidades de trabajo y cierto poder económico para salir adelante en Guatemala. Alguien que se va a morir de hambre en Guatemala difícilmente opta por volver. Segundo, porque esa juventud tiene un elemento subjetivo por el que esa posibilidad objetiva se le convierte en realidad para ella misma: es la confianza de que mejorará su vida en el lugar de origen. Sin esa confianza, muy emparentada a la autoestima y a la autovaloración, el retorno se le hará negro y cuesta abajo hacia un fracaso, aunque tenga la posibilidad objetiva. Tercero, porque esta juventud que retorna se sabe partícipe de una historia colectiva de millones de personas que han migrado, aunque no retornen. Esa conciencia e identificación le da la sensación

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de pertenecer a una etapa de la historia y a un pueblo que sufre y lucha como si fuera una revolución universal. Tal vez no lo dice así, pero su imaginario ha cambiado completamente de lo que podía haber sido el imaginario colectivo de los años ochenta en que el heroísmo se relacionaba con la sobrevivencia de las grandes masacres y la revolución. Ahora es otra cosa. Esta juventud está consciente de estar participando de un río humano que invade el país más poderoso de la tierra. Esto le da fuerza. Y cuarto, esta juventud trae al lugar de origen nuevos conocimientos tecnológicos, destrezas aprendidas, visiones más amplias, tal vez otro idioma. Pero ante todo, lo que más fuerza le da es el descubrimiento comparativo del aquí y del allá y el descubrimiento de sí misma en la crisis de identidad que vivió o en la falta de adaptación que la hizo sufrir. Por eso, su palabra se respeta y su apoyo se aprecia, aunque también se resiente como amenaza y se puede mirar como señal de orgullo.

Capacidad de liderazgo político Aunque esta juventud adulta vivió de niña la persecución y las masacres, huyendo a las fincas, y experimentó la pobreza extrema antes de emigrar al norte, esta experiencia, como hemos dicho, no se encuentra en el centro de su imaginario, como se encuentra en sus padres que narran los horrores vividos. Para esta juventud la hazaña del norte focaliza las aventuras heroicas, siendo el paso del desierto, como la puerta de entrada, no sólo a los Estados Unidos, sino a todas sus narraciones. Pero no ha sido todo dolor. Ha experimentado, aunque no la haya gozado plenamente, la afluencia de los Estados Unidos, y al retornar la compara con la de su pueblo y le choca la situación de pobreza de Zacualpa. Entonces le nacen inquietudes por mejorarla, aunque muchas de ellas se quedan en planes y puras palabras. Esas inquietudes no nacen desde la pobreza, sino de la conciencia de clase emergente a la que pertenece ya. Pero no trae experiencia política para encauzar esta inquietud y fácilmente se dispersa en esfuerzos individuales para metas que no son del bien realmente común o claudica ante la dificultad de la empresa. En el norte, por su destitución legal, tampoco tuvo experiencias de enfrentamiento con autoridades o patronos. Está acostumbrada a una práctica de diálogo subordinado. Al retornar, sin embargo, el contexto legal es otro y vuelve a ser ciudadana. Entonces, el diálogo al que está acostumbrada deja de ser subordinado y puede pasar al enfrentamiento. ¿Pero ante quién va a luchar? ¿Cuáles son sus amenazas? Hemos encontrado dos principales. La primera es la violencia común. Contra ella se inclina entonces a oponerse, concentrando

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Sabemos que estamos idealizando un poco las cosas, pero nos han influido las palabras de la juventud con que hablamos. El filósofo decía que hay juventud retornada que se cree la gran cosa y exagera las historias que vivió en el norte, pero que también hay juventud retornada que se desviste de las señales de prestigio que trae, porque lo que desea es de verdad sumirse en su comunidad, identificarse con ella, retornar profundamente y ser aceptada a pesar de que venga del norte. Nos llamaba la atención, por ejemplo, cómo la joven con quien hablamos contaba que tardó un mes en presentarse en público porque volvía muy blanca y se quería quemar un poco la piel. El joven diría que todo depende de la autoestima para que el retorno sea verdadero.

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su atención en la juventud más joven, por un lado, y en la ausencia de ley y orden, por otro. Allí es donde ya en Zacualpa idealiza un aspecto del sistema norteamericano: la ley. La idealiza, aunque ella misma la violó permanentemente y aunque decidió volver a su tierra porque había descubierto que Estados Unidos es “una realidad muy fea”. Por eso, esta juventud se inclina a ser partidaria de la mano dura, por proteger, como dijimos arriba, sus bienes y sus hijos pequeños. Otra amenaza más lejana que siente en el horizonte es la deportación de los emigrantes. Aunque es juventud retornada, no favorece que muchos, ni menos todos, vuelvan: “nos comeríamos unos a otros”. Por la competencia de muchos contra muchos le estorbarían el negocio, el espacio de empleos, las decisiones y el poder. ¿Pero qué hacer en Zacualpa o Guatemala para presionar al gobierno de allá? No ve qué. Las comunidades transnacionales no dejan de encontrarse divididas por los límites de los Estados nacionales.

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Y la pobreza de Zacualpa, ¿no es una amenaza para esta juventud? ¿Hay formas de resolverla? Según su experiencia, la poca riqueza que tiene Zacualpa ahora le ha venido del norte. Entonces, según ella, la solución debe venir de fuera. El modelo de la entrada de riqueza ha sido la divisa. Se manda de allá, pero se administra aquí. Es un modelo que lleva tensión y la juventud retornada la conoce perfectamente. Entonces, no puede tampoco venir toda la solución de allá. Si se envían remesas colectivas, por ejemplo, (en Zacualpa no hemos encontrado que se haya dado ese paso) para proyectos comunales, esa juventud puede servir de puente para canalizarlas, evitando que todo se decida en el norte, y para administrarlas evitando la desconfianza de la comunidad local. Y lo que se dice de remesas económicas puede trasladarse a remesas sociales y remesas políticas. Esta juventud retornada ha venido destituida de una experiencia política del norte, pero no se puede descartar que tenga luego un liderazgo político que de alguna manera reciba fuerza de allá (por ejemplo, del movimiento de migrantes) y la encauce aquí.8 El hecho de que en el período electoral pasado el candidato más importante de la oposición para la alcaldía de Zacualpa fuera un retornado adulto del sector ladino de la ciudad indica que nada impide que también un hombre o una mujer retornada indígena pueda serlo. Se trata de juventud abierta al aprendizaje, como esponja, y una juventud que ha vivido de cerca el sistema de explotación global y conoce sus debilidades. Es una juventud que al entrar en la arena política sabrá centrarse mejor en esta época de la globalización y en las inmensas posibilidades de las identidades que la globalización misma suscita y se le vuelven en contra. Relación de género Para un varón entrado en años que no ha tenido formación en el terreno de género, como un servidor, al entrar en este terreno lo hace de puntillas. Con esta salvedad, intentamos concluir un par de cosas sobre la juventud retornada y la relación de género. No podemos ocultar que la migración indígena en Zacualpa expresa el patriarcado. El patriarcado no respeta las diferencias étnicas. Está también instalado en la cultura indígena. Según el patriarcado, el hombre es para la calle (el norte) y la mujer es para la casa (la patria). Alrededor del 16% de la población que emigra es femenina.

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Por el mismo patriarcado –es nuestra hipótesis– el retorno es más propio de las mujeres que de los varones. Alrededor del 24% de la población migrante retornada del casco urbano es femenina. La relación entre hombre y mujer, originada más frecuentemente por la migración, es la del varón que sale y manda remesas desde los Estados Unidos y la mujer que se queda y las administra en la comunidad. El varón que retorna, en este caso típico, retorna al hogar de la mujer que no ha migrado. Esta juventud masculina retorna con la experiencia de haber vivido casi como soltera en los Estados Unidos, con compañeros de trabajo y de vivienda varones. Trae en su boca una historia que suele invisibilizar la relación con otras mujeres allá, a no ser que esté dispuesta a contar de su rica y aventurada vida privada. En los relatos de nuestras entrevistas mencionaron a las mujeres muy de paso: la viajera por el desierto, la supervisora, la mujer policía, etc. Por el contrario, esta juventud masculina destaca la relación desde el norte con las mujeres de su hogar en Zacualpa, la madre, la novia, la esposa, las hijas. Ellas son su principal polo de referencia en la comunidad.

En cuanto al menor número de mujeres jóvenes retornadas, éstas suelen ubicarse en el tipo que incluye a mujeres que han migrado con sus maridos o siguiéndolos y que después retornan, ya sea antes que sus esposos, ya sea con ellos. Sobre ellas versan estas conclusiones hipotéticas. Esa juventud femenina que ha estado en los Estados Unidos ha pasado en el norte por la experiencia agotadora de un trabajo que apenas le da tiempo para descansar. Si va como doméstica o como empleada de limpieza, por ejemplo, su trabajo no tiene nada que ver con el trabajo de ama de casa que desempeñó en Zacualpa. Ese trabajo, sin embargo, le permite igualdad económica frente al marido allá y puede entrar así en una nueva relación de amor que le va transformando el modelo de mujer que traerá al regresar a la comunidad. Comprueba también que es posible ser esposa sin tener hijos. Los hijos que ha dejado en Guatemala siguen siendo su polo de referencia y la jalonan más a ella que a él, por el patriarcado mismo. Entonces, cuando retorna, esta joven adulta proyecta en los hijos, sobre todo en las niñas, la imagen de lo que ella no pudo ser como mujer y como esposa. De allí que el patriarcado se vaya erosionando generacionalmente.

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Pero hemos encontrado entre nuestros entrevistados que ellos son muy conscientes del contraste de género que existe entre la situación de la mujer que está en Zacualpa, controlada socialmente por mil ojos que la siguen y mil lenguas que hablan de ella, y la situación del hombre que está en el norte, quien goza de libertad de movimiento y no tiene casi control social: para él “todo se vale”. La relación de estos jóvenes adultos con sus esposas en Zacualpa suele entrar, entonces, en crisis por el tipo de relaciones de experiencia que viven en los Estados Unidos. La solución de la crisis a favor de la esposa es un ingrediente importante para el descubrimiento de su propio yo íntimamente unido a la valoración a favor de Guatemala. Descubre el verdadero amor, se descubre a sí mismo y descubre a Guatemala. Este proceso, que tampoco puede idealizarse, unido al control social en Zacualpa, dará por resultado la tendencia a una relación de género más equilibrada, cuando él retorna, aunque la inversión en casa, terreno, negocio, riego, carro… haya provenido exclusivamente de su trabajo en Estados Unidos (no del trabajo de ella) y lo coloque en un nivel de mucho poder frente a ella.

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Cuando ella retorna, la relación transnacional con el esposo se mantiene y ella participa en una empresa familiar en la que él manda las divisas y ella las administra. En esta relación, ella se diferencia de las esposas que no han viajado al norte (viudas blancas) y reciben la remesa del marido, porque ella ya tuvo la experiencia de vivir y trabajar en los Estados Unidos y la casa, o el terreno o el agua potable, o el negocio son producto, al menos parcial del trabajo de ella en el norte. Esas inversiones no son sólo del esposo que está allá, sino de ella también. Entonces, el esposo en su regateo económico por teléfono no la puede fácilmente engañar, ni hacerla depender de su autoridad como si estuviera vendada de los ojos.

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Esta relación a distancia no deja de ser tensa, pero ella prefiere el diálogo al enfrentamiento, pues el pleito podría afectarla a ella y a los hijos dejándola sin la remesa. Por otro lado, dicha relación le da liderazgo público en la comunidad, porque la gente sabe que tiene conexión con el norte. Pero ese liderazgo se basa también en la valentía que le ha dado la experiencia del norte donde ha aprendido a moverse en espacios implícitamente prohibidos a la gente indígena en Guatemala, especialmente a las mujeres, como restaurantes, oficinas públicas, bancos, y en espacios machistas (calles donde se juntan jóvenes varones) que ella ya no teme atravesar aunque le digan cualquier semipiropo ofensivo. También trae la valentía para enfrentarse a la autoridad masculina, aunque sea de más edad, si se trata de la defensa de sus hijos. Cuando el esposo retorna más tarde, esta mujer retornada sufre un recorte de su autoridad y de la iniciativa para planes de superación económica que arreglaba en la ausencia de él. Se le recortan también los planes de educación para sus hijos. Si ella insiste en que a las hijas hay que darles educación a toda costa para que dejen de quemarse la cara frente al fogón, él se mostrará más resistente para hacer este sacrificio, aduciendo sus limitaciones económicas, y preferirá que se empleen como domésticas de hogares más ricos, ya sea en el municipio o en la capital del país. Nada más opuesto al ideal de ella, que antes de migrar a los Estados Unidos fue también migrante interna en el territorio guatemalteco y por eso se quedó sin la educación que le abre puertas para un empleo mejor remunerado. Las nuevas y múltiples formas de hogares de mujeres que tienen esposos en Estados Unidos se vinculan con otras formas de hogares donde, por ejemplo, un hermano o una hermana están en el exterior. Se vinculan con hogares de la misma familia extensa que viven en pueblos vecinos a Zacualpa o en otros lugares de Guatemala. El hogar de los padres adultos en Zacualpa suele ser, entonces, el centro de esta verdadera telaraña de mujeres (hermanas o cuñadas) que se apoyan horizontalmente entre sí y que expresan la suerte de tener parientes íntimos en el norte en fiestas religiosas, de cumpleaños o inauguraciones de casas. Son momentos en que ellas se experimentan con poder, aunque esas fiestas sean posibilitadas por el dinero de los parientes varones desde Estados Unidos, cosa que se hace sentir por las llamadas telefónicas continuas, apenas audibles en el trueno de los instrumentos electrónicos. Algunas pocas de estas mujeres pueden ser retornadas, otras no. Dentro de estos hogares con parientes en Estados Unidos van apareciendo a veces las clases sociales entre las dueñas de los hogares y las domésticas traídas de la montaña, es decir, de

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aldeas apartadas del mismo municipio o de municipios vecinos. El trabajo doméstico del que la mujer se liberó al regresar del norte se reproduce, siendo ella la patrona. Clase emergente La juventud adulta retornada es un sector social doblemente emprendedor porque tiene la doble experiencia de haberse arriesgado a buscar un sueño en el norte y de haberse arriesgado a reintegrarse en su pueblo. Allá experimentó los trabajos peor pagados y más despreciados, el ritmo exigente de la jornada diaria (a veces doble), la debilidad de la negociación (por ser ilegal) frente a los patronos y muchas otras cosas que aparecen en los temas recurrentes de las historias. En la experiencia de la dureza del trabajo vio muchas veces retratado, como en un miniespejo, lo que son los Estados Unidos.

Pero al retornar, ya no pertenece a la clase campesina del municipio. Comienza a ver de lejos a los pobres, especialmente a los pobres de las aldeas. Ha dado un salto cualitativo, aunque pequeño. A su vez esta juventud adulta es vista por la gente pobre como si ya se hubiera olvidado del sufrimiento de su familia y de la pobreza de su origen. Pero esta juventud dice que no se ha olvidado y argumenta a partir de ese mismo sufrimiento para enaltecer su propio esfuerzo. No se siente amenazada por las clases pobres, a las que considera sumisas y bastante desvalidas, incluso dignas de compasión. Se siente amenazada por la juventud más joven que se organiza en grupos callejeros y puede tener contacto con maras externas más fuertes. La amenaza puede venir contra el negocio, carro y casa, y contra los hijos, que si son varones pueden integrarse en esos grupos, y si son mujeres pueden ser abusadas e incluso violadas. La amenaza se vive con ambigüedad, porque en el caso de los jóvenes retornados, ellos mismos estuvieron en los bordes de esos grupos y los conocen de cerca. Pero todos, jóvenes retornados y retornadas, se valen del conocimiento de los hábitos juveniles callejeros para defenderse. Debemos distinguir a la juventud adulta retornada de una clase social más adinerada, más estable, más adulta y más reducida. La primera pertenece en su mayoría a un sector que ha emergido de la pobreza y está en transición hacia consolidarse como clase social más identificada con la segunda o hacia volverse a empobrecer o a estancarse en su medianía. La segunda está compuesta por gente adulta retornada o no retornada y tiene, entre algunos de sus miembros, amarre con el negocio del coyotaje y, según se comenta, con el narcotráfico u otros poderes ocultos. Cuando hablamos de la capacidad de transformación de la juventud adulta retornada no nos estamos refiriendo a la segunda.

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Pero allá también experimentó el ascenso laboral, el agrado de muchos patronos con su comportamiento y cierto éxito económico que muchas veces fue el principio de “vicios”, accidentes, la pérdida misma del empleo y de otros papeles, como licencia de conducir, que le eran necesarios para trabajar. El relativo éxito económico, en comparación con otra juventud que no ahorró, le dio perspectivas abiertas de inversión en Zacualpa. Si no hubiera tenido esas perspectivas, no hubiera vuelto.

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Además, hay que insistir que esa juventud retornada es sólo un elemento pequeño de la clase media emergente, generada en gran parte por las remesas del norte, pero no únicamente por esas razones. Alianzas interétnicas La identidad étnica de la juventud retornada indígena no se discute. ¡Retornó a su pueblo! El retorno supone el afianzamiento de una identificación con Zacualpa, con la familia, madre, padre, esposa, hijos, todos ellos indiscutiblemente indígenas. En esta juventud no ha habido pérdida de identidad, aunque sí una erosión grande de muchos elementos culturales que desde fuera pueden ser considerados como señales de identidad. Se da, entonces, una contradicción de miradas y de opiniones. Una cosa es oír a esta juventud adulta retornada hablando sobre lo que siente ella misma y otra oír a quienes no salieron al norte.

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En el norte se le rompió el paradigma bipolar ladino indígena, pues fue identificada como migrante o hispana, es decir, se la revolvió a ella en una misma identidad (adscrita), donde caben mestizos, ladinos, mexicanos... También fue identificada como guatemalteca y ella misma prefirió muchas veces autonombrarse como guatemalteca, no como zacualpense, ni indígena, porque Guatemala suena más que Zacualpa en Estados Unidos.9 Sin embargo, hay otro paradigma también bipolar que ella no conocía y experimentó. Este paradigma es el que distingue al “ilegal” (casi igual a “emigrante”) del “legal” dentro de un sistema de discriminación complejo, en el que el ilegal es la víctima más baja que recibe el peso de la discriminación de otras poblaciones también discriminadas, como la guatemalteca residente o la chicana. Los testimonios son muy claros en este respecto. El chicano o la guatemalteca residente han aprendido a repetir hacia el emigrante “ilegal” la discriminación que han sufrido y siguen sufriendo. En este sistema, las fibras raciales se entretejen con las económicas, las sociales, las legales, a veces coincidiendo, a veces no. No parece sencillo analizarlo, menos desde lejos. Sin embargo, en el fondo vemos que se repite la bipolaridad (los millones que viven “en la sombra” y los que están en la claridad) y la juventud retornada trae la experiencia de haberla vivido constantemente.10 Pero cuando esta juventud retorna y en su tierra vuelve a ser “legal” le resulta muy fácil relacionarse con la población ladina de su pueblo con la cual comparte una misma posición de clase frente al campesinado indígena. Entonces, dentro de la misma etnia aparece una discriminación social entre indígenas de aldea e indígenas de la ciudad, la cual a su vez provoca migración de las aldeas al casco urbano y tiende a fortalecer la desigualdad. Allí es donde se genera esa doble mirada, la propia, la de la juventud retornada que se afirma indígena, y la externa a ella, especialmente de la gente rural, que considera que esa juventud ya cambió de “pensamiento” y se volvió ladina, tanto más que el aspecto externo (incluso la piel) se va asemejando al del ladino. Entonces aparecen sutiles discriminaciones raciales –no sólo de clase– internas a la etnia, cosa que la juventud retornada consciente (es decir, la que tiene una autoestima bien fundada) vive con mucha sensibilidad y podría ser el motor hacia una mayanización más amplia a base de personas con experiencia no rural. Si

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dijéramos que el proceso de mayanización es como una flor que se va abriendo, en Zacualpa todavía no se ha abierto, aunque los brotes de esas flores están allí y sólo requieren un contexto más favorable de formación y organización.11 Religión sicologista La migración al norte no se vive como pecado. Más aún, en medio del brillo del consumismo, se encuentra con frecuencia una atracción del norte a la que las historias le dan rasgos religiosos, como si esa migración hubiera sido una llamada de Dios.12

Al retornar, esta juventud tiende a reintegrarse en las redes de iglesia que son mediación para la aceptación de la comunidad. Entonces, desarticula la participación religiosa externa, no convencida, que tuvo en el norte, de otras actividades de descanso. La socialización de los hijos en la familia le exige también educarlos religiosamente y dar el ejemplo con la práctica. La integración en la iglesia puede ser intensa, aunque tendiente a las manifestaciones exclusivas de espacios religiosos (cantos, celebraciones, sacramentos, cultos, fiestas) sin conexión con la justicia. Las interpretaciones religiosas tienden a ser más intimistas y sicologistas, y menos sociales. Es lo que está en el ambiente. Mucha plática sobre autoestima y poco sobre justicia social. Sin embargo, como religiosidad de clase emergente, en vaivén, mirando para arriba y mirando para abajo, así como puede fortalecer la ideología del trabajo, del ahorro, de la bondad y bendición de la riqueza, de la clase escogida por Dios, así puede también fortalecer una concientización de las causas estructurales de la pobreza y una búsqueda de formas organizadas para superarlas. Para esto hace falta formación, relaciones de experiencia hacia la justicia, y organización, aunque sea de pocas personas. Como esto es difícil, la tendencia será que la religiosidad emergente legitime el status quo. Todo lo cual nos deja en la última conclusión que ya mencionamos arriba: ¡necesita formación política! No aisladamente, puesto que ella rechaza la identidad de retornada –aunque lleve el aura que decíamos arriba de haber estado en el norte–, sino en unión con otra juventud adulta sedienta de conocimientos y de orientación para la transformación de la comunidad y del país en una etapa de globalización.

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La juventud migrante tiene una religiosidad mamada en los hogares. Luego, aunque ella se olvide de practicarla en público por la falta de tiempo (“aquí vinimos a trabajar”) o por las relaciones de descanso agitado (trago, drogas y otros “vicios”) o por otra razón, esta religiosidad resurge como fuego entre cenizas en las crisis de identidad, en el sufrimiento de la no adaptación o en el debate interno entre quedarse o volver, entre tomar una nueva compañera o volver a la esposa. Se trata de expresiones religiosas no culturales (misa o servicios) y no institucionales (iglesia), que, sin embargo, a veces impulsan a buscar la iglesia. Cuando se llega a dar una relación institucional, ésta puede impedir el retorno, al contribuir a generar la identidad de allá.

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Repetimos al final… … lo que dijimos al principio. Estamos en un mundo de rápidos cambios. El ambiente de hace un año cuando se terminó el libro que aquí resumimos era distinto del que estamos hoy viviendo. Y el de hace un año también distinto del que vivieron los informantes cuando retornaron voluntariamente a Guatemala. En la actualidad el ambiente del norte se está haciendo cada vez más hostil para la población migrante, no sólo por las deportaciones, cada vez más numerosas, sino por la recesión económica. Todo esto se nota en la desaceleración del ascenso en el monto de las remesas: 19% entre 2000 y 2006 y 6% entre 2006 y 2007, según cifras recientes del Banco Mundial.

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El enrarecimiento del ambiente en el norte respecto a la población migrante tiene dos repercusiones en el tratamiento de la migración. Primera, que cada vez se hará más importante el tema de la migración retornada, pues se espera que cada vez habrá más población retornada “voluntaria” (no deportada).13 Y segunda, que estaremos ante un retorno voluntario/forzado, más del tipo intermedio entre el voluntario y el forzado que ante un retorno voluntario, que ha sido el tema de este artículo. El análisis se va desplazando según se mueve la coyuntura. Notas 1 2 3 4 5

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A fines de abril 2008, mientras terminamos este artículo, ha salido ya de la imprenta el libro intitulado Migración transnacional retornada. Juventud indígena de Zacualpa, Guatemala. En 1985 el quetzal estaba a 2.67 por un dólar; en 1990, a 4.95; y en 1995, a 6.03. SJM-CA: Servicio Jesuita para Migrantes, Centro América. Se trata de una red de obras de la Compañía de Jesús que intentan responder al reto de la migración desde la investigación, la incidencia política y la pastoral en CA. Esta red se une a otras del flujo norte: SJM México, SJM Norteamérica, etc.

Dice un autor que “la migración retornada es el gran capítulo que está por escribirse en la historia de la migración” (King 2000:7).

Para Guatemala: se ha estudiado el retorno colectivo de refugiados guatemaltecos de México, incluso jóvenes (North y Simmons 1999; Hurtado 2002; Falla 2005; Falla 2006; Mateo y Camus 2007, entre otros), pero no el retorno individual desde Estados Unidos, aunque en muchas monografías y artículos se hace referencia a casos de personas retornadas. La excepción es un estudio sobre el deseo de retornar de guatemaltecos/as y salvadoreños/as de Phoenix, Arizona (MoranTaylor y Menjívar 2005). Para El Salvador: el magnífico Informe sobre Desarrollo Humano de ese país (PNUD 2006), al mencionar la inmigración hacia El Salvador, sólo toca sistemáticamente el caso de “los deportados” y el de la migración desde otros países de CA (p. 40 - 45), no el de la migración retornada (voluntaria), aunque se supone su influjo político (p. 256, p. 261). Según Castells, la sociedad en red es la forma de organización propia de la globalización. De los tres volúmenes de su obra, el primero está dedicado a este tema. (Castells 2001). Estudiando el Popol Wuj vemos el caso de la princesa Ixkik’, nacida de padres de Xibalbá pero migrada a los reinos de la superficie del mundo. ¿De dónde se siente ella? Nunca puede negar que es xibalbeña. Su nombre mismo lo dice, porque en ese término aparece la raíz kik’ que quiere decir, sangre. Ella es del reino del miedo, de la violencia y de la muerte. Pero su opción ha sido por los reinos de la superficie del mundo, no porque allí se sienta ella más aceptada, ya que la abuela de los héroes la desprecia, sino porque tiene la identidad de una misión que es la de dar a luz y criar a los héroes que derrotarán las tinieblas. Quizás la que venga con las experiencias de las grandes manifestaciones de migrantes en Estados Unidos a partir de 2006 venga distinta. Depende de contextos. Si hay mucha población de un pueblo o de un área lingüística (q’anjob’al) en una ciudad de Estados Unidos y tienen organizaciones visibles, entonces es más fácil ostentar la identidad local que la nacional, por ejemplo en

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Los Ángeles (Popkin 1998) y Jupiter, Florida (Palma, Girón y Steigenga 2007). Compárese, por el contrario, con Phoenix, Arizona (Moran-Taylor y Menjívar 2005) e Immokalee (Williams 2005), donde la población guatemalteca se encuentra muy revuelta y es dispersa o estacional. En el caso de Zacualpa, la concentración más mencionada se da en Providence, Rhode Island, pero allí hay tanto población ladina como indígena de Zacualpa. Al hablar de la reforma migratoria, el siguiente autor maneja a la población “ilegal” como si estuviera en la sombra. La reforma permitiría “a los inmigrantes ilegales que ya están aquí [en Estados Unidos] obtener su salida de la sombra” (Jacoby 2006: 61). Para ver un proceso de mayanización q’anjob’al apoyado por la iglesia católica en los Estados Unidos, véase (Popkin 1998). Recordemos a Abraham que fue llamado por Dios a salir de Ur, según el Génesis (12,1). Véase el flujo de retorno fuerte de migrantes brasileños desde Estados Unidos iniciado ya en 2007 por razones económicas (Bernstein y Dwoskin 2007).

Referencias bibliográficas

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MORAN-TAYLOR, M. & MENJÍVAR, C. (2005) Unpacking Longings to Return: Guatemalans and Salvadorans in Phoenix, Arizona. International Migration. Phoenix Arizona. Mimeo. NORTH, L. L. & SIMMONS, A. B. (1999) Journeys of Fear. Refugee Return and National Transformation in Guatemala. Canadá: Mc Gill Queen’s. PALMA, S. I., GIRÓN, C. & STEIGENGA, T. J. (2007) “De Jacaltenango a Jupiter: negociando el concepto de familia en el espacio transnacional y el tiempo” (171-204). En Camus, M. (ed.) (2007) Comunidades en movimiento: la migración internacional en el norte de Huehuetenango. Guatemala: Instituto centroamericano de Desarrollo y Estudios Sociales (INCEDES) y Centro de Documentación de la Frontera Occidental de Guatemala (CEDFOG). PNUD (2006) “Una mirada al nuevo nosotros. El impacto de las migraciones”. Informe Nacional de Desarrollo Humano, San Salvador. POPKIN, E. S. (1998) In Search of the Quetzal: Guatemalan Mayan Transnational Migration and Ethnic Identity Formation. University of California, Los Angeles: UMI Company. WILLIAMS, P. J. (2005) “Looking for Lived Religion in Immokalee, Florida”. Programa CIESAS Peninsular. Florida. Presentación a la Conferencia auspiciada por la Fundación Ford: Latinos in Florida: Lived Religion, Space and Power. Antigua, Guatemala.

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Categorías de emigrantes y líneas de acción en el sector público nicaragüense José Luis Rocha

Servicio Jesuita para Migrantes - Nicaragua. Universidad Centroamericana, Managua. Correo electrónico: [email protected], [email protected]

proporcionando información sobre el estado de las migraciones, las necesidades de distintas categorías de migrantes y el rol de distintas organizaciones estatales y sus tareas, al tiempo que explicitan o sugieren conexiones entre unas y otras. Su propósito es identificar necesidades, sugerir colaboraciones, rescatar la relación con los planes de desarrollo, revelar problemáticas derivadas de distintas situaciones migratorias, y finalmente proponer esbozos de programas que sean respuestas específicas y en los que se pueda ver actuar al unísono a las organizaciones a las cuales les compete la gestión de migraciones internacionales. La finalidad del conjunto es proponer una gestión migratoria que disminuya los efectos perniciosos y multiplique las consecuencias benéficas de las migraciones. ESTE ARTÍCULO OFRECE APORTES A LAS POLÍTICAS MIGRATOTRIAS

Introducción La efectividad de la gestión de las migraciones depende de que ésta responda a las necesidades existentes. La variedad de programas y normativas debe corresponder a la diversidad de problemáticas, que es imprescindible desentrañar y distinguir. Las distinciones posibilitan diseñar políticas de regulación de los flujos, políticas de integración, políticas hacia el retorno, políticas de admisión y políticas de protección en el extranjero. Discernir los eventos es un paso elemental para producir políticas mejor enfocadas. Profundizaremos en las diversas categorías de migrantes y sus problemáticas para después proponer algunos programas específicos de atención a los mismos en distintas entidades estatales. De esta forma se hará evidente que esos programas están abocados a responder a diversos ámbitos y dimensiones de las migraciones. 1. Categorías de emigrantes 1.1 Migrantes en tránsito Los migrantes en tránsito requieren especial atención. Mujeres y hombres que deciden abandonar Nicaragua son víctimas de abusos de las autoridades y de los delincuentes

Propuestas

Palabras clave: migraciones / políticas migratorias

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comunes durante su camino. Diversos factores aumentan su indefensión y vulnerabilidad: el llevar algún dinero, necesario para los gastos de viaje y alojamiento; la necesidad de pasar inadvertidos; el desconocimiento de la geografía y el ámbito social y cultural por el que transitan; la incapacidad para reconocer a las autoridades y sus ámbitos de competencia; la ignorancia de sus derechos más elementales y la necesidad de recurrir a agentes poco escrupulosos que emplean medios ilegales y en extremo riesgosos para la vida de los migrantes.

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Honduras, Guatemala y, especialmente México, constituyen la extensa frontera vertical que deben atravesar los nicaragüenses que se dirigen hacia los Estados Unidos. A lo largo de su trayecto muchos son aprehendidos, desaparecidos, asesinados y prostituidos. Las más vulnerables son las mujeres. Es imprescindible que el gobierno nicaragüense, en conjunto con los gobiernos centroamericanos, negocie con México acuerdos que garanticen los derechos de los migrantes en tránsito. Guatemala es el único país del área que ha suscrito acuerdos con los mexicanos (OIM, 2005). La protección consular y la operativización eficiente de consulados móviles de los países centroamericanos a lo largo de la región podrían jugar aquí un papel destacado. Las redes de la sociedad civil podrían facilitar flujos de información y denuncias. Por otra parte, el Estado de Nicaragua también tiene que velar por el respeto a los derechos de los migrantes que atraviesan su territorio. Nicaragua es un país de fácil tránsito debido a los acuerdos tomados por las autoridades migratorias al eliminar los requisitos de visado a diversas nacionalidades. Con la globalización de las migraciones y debido a su posición geográfica, Nicaragua ha visto incrementarse el flujo de migrantes que atraviesan su territorio rumbo a los Estados Unidos. La policía migratoria nicaragüense ha multiplicado los reembarcos, deportaciones y rechazos de extranjeros. En 2004, 711 ciudadanos de otros países fueron afectados por estas medidas. Entre 1996 y 2004, sumaron 8.119. En ese mismo período fueron retenidos 5.743 extranjeros, entre los que destacaba una mayoría de 2.156 peruanos, 1.604 ecuatorianos, 487 colombianos y 210 dominicanos (DGME, 2005). Entre los migrantes que transitan por Nicaragua no faltan los africanos –nigerianos y somalíes– y los asiáticos –chinos, indios y nepalíes– (OIM, 2000). La garantía de sus derechos es un reto para el Estado de Nicaragua. En Nicaragua, el artículo 21 de la Ley 240 de Control del Tráfico de Migrantes Ilegales aprobada en noviembre de 1996, condenaba a tres meses de arresto y deportación a todo extranjero que ingresara al país de forma irregular. Esta ley establecía penas de cuatro a ocho años de prisión y multas de entre 10 mil y 50 mil córdobas aplicables a los traficantes (OIM, 2001). La Red Nicaragüense de Organizaciones de la Sociedad Civil para las Migraciones promovió una reforma de esta Ley 240. Su propuesta tenía por objetivo hacerla acorde con la normativa internacional, que no discrimina a los indocumentados para el ejercicio de sus derechos. Las motivaciones principales de esta iniciativa giran en torno a la consideración de la precaria situación que impulsa a los migrantes a buscar mejores condiciones de vida en el extranjero y al hecho de que, siendo Nicaragua un país emisor de migrantes, sería inconsistente mantener una política dual que defienda los derechos de los connacionales

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en el exterior y atropelle los derechos de los migrantes extranjeros que transitan o se establecen en Nicaragua. La Ley 513 de Reforma y Adición a la Ley 240, aprobada el 26 de noviembre de 2004, reduce el arresto de tres meses a una detención de 48 horas en el Centro Nacional de Retención de Migrantes y sus casos son puestos en conocimiento de su respectiva embajada o consulado, si las hubiere en el país, a fin de que esas instancias inicien el proceso de repatriación de los detenidos. A los traficantes, la reforma incrementó la pena –que era de cuatro a ocho años de prisión– a una privación de libertad de entre 5 y 10 años. La multa se transformó de entre 10 mil a 50 mil córdobas a entre 35 y 100 salarios mínimos. Para los encubridores, se mantuvo la pena de uno a cuatro años de prisión, pero en adelante se les aplicará una multa de 10 salarios mínimos en lugar de los 5 mil córdobas anteriormente establecidos. El cambio más revolucionario de la reforma se refiere a la posibilidad de que el matrimonio entre un migrante ilegal con un ciudadano o ciudadana nicaragüense le conceda el derecho a solicitar su estatus migratorio ante las autoridades competentes. La Ley 240 negaba el otorgamiento inmediato de ese derecho. La reforma establece que la unión de hecho estable por un período de al menos dos años convierte al migrante ilegal en acreedor de ese derecho.

Muchos traficantes han sido y pueden ser detenidos por un lapso breve. Durante su corta detención, promotoras de la Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinoza (AMNLAE) acuden a las celdas e imparten charlas de sensibilización, instando a los traficantes a dar un trato digno a los migrantes que contratan sus servicios. El hecho de ser identificados por instituciones que trabajan con migrantes y sus familiares puede operar como una medida preventiva contra los abusos. La Conferencia Regional sobre Migración ha puesto énfasis en el combate al tráfico ilegal de migrantes. La OIM ha realizado estudios de caso presentando a los migrantes como víctimas de los “coyotes” y sus redes, descritas insistentemente como vinculadas al narcotráfico y el crimen organizado. Los estudios de la OIM insisten en que por todo el mundo operan bandas internacionales organizadas para el tráfico de migrantes (OIM, s/fa,b,c,d,e,f). Sin embargo, los traficantes no pueden ser subsumidos en bloque en una sola categoría. La asociación de los traficantes de personas con el narcotráfico no debe generalizarse. La insistencia en este vínculo, unida a otras afirmaciones criminalizadoras, tiende un velo sobre la realidad de que el tráfico ilegal de migrantes no está siendo llevado a cabo exclusiva ni mayoritariamente por redes de traficantes, sino por individuos que operan en forma aislada y poco sistemática, así como por familiares de los mismos migrantes. Este hecho sugiere que una política adecuada no debe poner el énfasis en un combate indiscriminado a los traficantes. Se precisa un esfuerzo para diferenciar ese mundo heterogéneo de facilitadores

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Otro avance importante de esta reforma es la especificación de actividades tipificadas como tráfico de migrantes ilegales: la falsificación, suministro o posesión de documentos de viaje o de identidad falsos; la utilización, posesión o presentación de documentos falsos para introducir migrantes clandestinamente; y la organización o dirección de otras personas para que utilicen, posean o presenten documentos falsos o la participación como cómplices en dichos actos.

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del tránsito, en el que encontramos desde simples vigilantes y conductores hasta guías que cubren todo el trayecto. Y aún entre éstos cabe distinguir entre quienes están motivados por el lucro y quienes realizan un servicio comunitario como parte de las redes sociales. La presentación de todos los traficantes en masa como individuos insertos en redes criminales de contrabandistas y narcotraficantes hace el juego a las abusivas políticas de control migratorio y a la ideología criminalizadora de las migraciones. Poco se dice que el tráfico ilegal y los traficantes prosperan cuando las barreras y los controles a la migración son más severos y criminalizadores en los países de tránsito y destino. A más controles, mayores los costos que deben pagar los migrantes y peores los riesgos que corren durante su travesía (Massey y Espinosa, 1997:939-999). Mientras más férrea y de mayor cobertura es la vigilancia de las autoridades involucradas en el control migratorio, el tránsito debe realizarse por lugares más inhóspitos, donde los migrantes son frecuentemente presa fácil de los abusos y robos de delincuentes comunes o incluso de sus mismos baqueanos.

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1.2 Retornados Los retornados -forzados o no- son otra categoría que merece políticas específicas. Las repatriaciones de nicaragüenses que a inicios de la década de los noventa siguieron a la firma de los acuerdos de paz y el cese del conflicto bélico, encontraron al gobierno nicaragüense totalmente desprevenido, sin programas de reubicación y sin previsiones para manejar los conflictos sociales y ambientales derivados de la colisión entre los abruptos asentamientos espontáneos de población y las directrices de ordenamiento territorial. El retorno y repatriación de flujos importantes de refugiados –que no siempre pudieron dirigirse a sus lugares de origen porque con frecuencia sus viviendas y parcelas habían sido ocupadas durante su ausencia o incluso reasignadas por el gobierno– sorprendió a la autoridad nicaragüense sin políticas adecuadas ni infraestructura institucional. El asentamiento en zonas que ulteriormente han sido declaradas reservas forestales hizo de estos retornados un problema visible, especialmente por los conflictos entre antiguos colonos, repatriados y desmovilizados (Nygren, 2000:807-830). En la zona de amortiguamiento de la reserva Indio-Maíz, los proyectos de reasentamiento y titulación de tierras se extendieron hasta la segunda mitad de la década de los noventa (Oficina de Ordenamiento Territorial/ DANIDA, 2000). En el norte de Nicaragua, el hecho de que entre los retornados procedentes de Honduras existiera una numerosa representación de poblaciones indígenas -mískitos y mayangnas- complejizó aún más la situación (Instituto de Investigaciones Itztani, 1989). A ello se añadió el problema de que algunos desplazados y sus familiares se asentaron en tierras que, además de haber sido demarcadas como reserva biológica, habían sido ocupadas tradicionalmente por mayangnas, erigidos en guardabosques por la cooperación alemana. Entre los re-establecidos mayangnas y los nuevos asentados –más depredadores en su relación con los recursos forestales– surgieron brotes de violencia que una política previsora pudo haber evitado. En los últimos años, dentro del grupo de retornados es previsible que los deportados adquieran mayor importancia. La tendencia hacia el endurecimiento de las legislaciones y

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controles migratorios de los Estados Unidos y Costa Rica hace prever un próximo incremento de deportados. En México, los nicaragüenses deportados han ido en aumento: 1.396 (2002), 2.043 (2003) y 1.564 sólo entre enero y agosto de 2004. Estas cifras palidecen frente a los deportados por México del resto de países centroamericanos en 2003: 81.361 guatemaltecos, 58.630 hondureños y 28.318 salvadoreños, datos que son sintomáticos de cuánto se han endurecido las políticas migratorias.1 Los controles se han reforzado significativamente en los últimos 30 años. México es la frontera vertical: filtra y merma el número de migrantes centroamericanos que buscan alcanzar los Estados Unidos. La cifra de nicaragüenses deportados es probablemente mayor, teniendo en cuenta que muchos centroamericanos se hacen pasar por guatemaltecos para no ser retornados tan al sur y, con menores costos, hacer un nuevo intento. La cantidad de expulsiones, deportaciones, devoluciones y rechazos de centroamericanos pasó de 1.472 en 1970 a 125.238 en 1999 (Castillo, 2000:144).

Cuadro 1. Nicaragüenses, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños deportados y naturalizados en los Estados Unidos 3 DtV ( O6 DOYDGRU * XDWHPDOD +RQGXUDV 1LFDUDJXD

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Fuente: Statistical Yearbook of the Immigration and Naturalization Service. Los nicaragüenses han sido relativamente más beneficiados por las naturalizaciones que afectados por las deportaciones. Los porcentajes de nicaragüenses deportados sobre el número de sus connacionales naturalizados se mantienen muy por debajo de los calculados para Honduras, Guatemala y El Salvador. Pero, igual que en esos países, tienen una tendencia a subir. Aunque la posición relativa de Nicaragua –en el contexto centroamericano y en este ámbito– sea favorable, hay indicios de que las deportaciones desde los Estados Unidos y el número de deportados en relación al de naturalizados tienden a aumentar.

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Aunque Nicaragua ha sido un país menos afectado por las deportaciones y relativamente más beneficiado por las naturalizaciones en los Estados Unidos que sus vecinos centroamericanos, con el endurecimiento de las políticas migratorias de los países de tránsito y destino es posible que las deportaciones se multipliquen. La Dirección General de Migración y Extranjería de Nicaragua calcula que en 2004 hubo 857 nicaragüenses reembarcados, deportados y rechazados por los Estados Unidos, es decir, más del doble que los 424 de 1996, los 263 de 1999 o los 386 de 2002.2 Entre 1992-1996 hubo sólo 1.585 nicaragüenses deportados desde los Estados Unidos, según las estadísticas oficiales del Servicio de Inmigración y Naturalización de ese país. Un promedio de 317 al año. Los nicaragüenses detenidos para ser deportados entre 1998-2004 fueron 7.745, un promedio de 1.106 por año. Aun así, estas cifras son insignificantes comparadas con los deportados de otros países centroamericanos (Immigration and Naturalization Service, 1996, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004).

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Por otro lado, en Costa Rica las deportaciones de nicaragüenses se redujeron a 17 en 1998, después de alcanzar los 1.686 en 1996. Pero en el 2000 llegaron a 822. A ellos hay que agregar a muchos de los rechazados, porque las autoridades de Costa Rica expulsan con frecuencia a nicaragüenses tramitando su repatriación como un rechazo, esto supone una ventaja porque al rechazado, a diferencia del deportado, no se le prohíbe el ingreso a Costa Rica en los diez años siguientes a su expulsión. Según la Dirección de Migración de Costa Rica, entre 1995-2000 fueron rechazados 308.942 nicaragüenses (CEPAL/OIM/BID, 2002:79). La Dirección General de Migración y Extranjería de Nicaragua estima que, entre 1996 y 2004, hubo 391.059 nicaragüenses rechazados, reembarcados y deportados desde Costa Rica.3 Las redadas en La Carpio, reconocidas por el sistema de justicia costarricense,4 provocaron tensiones entre los nicaragüenses en Costa Rica.

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En cualquier caso, la pertinencia de una política hacia los retornados en la agenda gubernamental no se deriva exclusivamente de la magnitud de su volumen y de su ritmo de crecimiento, sino también de aspectos más cualitativos, como los problemas asociados a su reinserción, a la transferencia tecnológica, a la relación de las comunidades de retornados con el medio ambiente, a los cambios culturales que quienes regresan van introduciendo en las comunidades y a su participación activa en la dinámica social. La ratificación por parte del Estado de Nicaragua de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares supone el compromiso, según su artículo 67, de que “los Estados Partes interesados cooperarán de la manera que resulte apropiada en la adopción de medidas relativas al regreso ordenado de los trabajadores migratorios y sus familiares al Estado de origen cuando decidan regresar, cuando expire su permiso de residencia o empleo, o cuando se encuentren en situación irregular en el Estado de empleo” (ACNUR, Universidad Iberoamericana y Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2002:266). Lo que compete a un Estado es el diseño de condiciones de recepción favorables, con garantía de sus derechos y facilidad para el trámite de documentos, así como de mecanismos para que superen la vulnerabilidad que caracteriza el retorno de muchos. Otros gobiernos centroamericanos tienen experiencias en este sentido. Los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras empezaron a implementar en 2002 un plan piloto para atender a los ciudadanos de esos tres países que estaban siendo deportados desde la ciudad de México por vía terrestre. Dichos países establecieron un mecanismo de colaboración para conducir a los repatriados hasta un albergue en la ciudad capital de Guatemala, donde recibían atención de diverso tipo y, previa comunicación y trámites con las embajadas respectivas, se les proporcionaba documentación y se les trasladaba a sus países de origen. Aun cuando el énfasis de este programa está en la devolución de los migrantes a sus países de origen de manera rápida y eficaz, es notable el hecho de que también sea segura y ordenada, y el logro de la cooperación fronteriza. Es un reconocimiento de que el enfoque debe ser regional, apoyándose en convenios y acciones de instancias extra-regionales. El programa “Bienvenido a casa” existe en El Salvador desde 1999 y está catalogado como un programa de emergencia. Conocido formalmente como Programa de Atención a los Inmigrantes Salvadoreños (PAIS), “Bienvenido a casa” tiene por objetivo dar atención inmediata a los ciudadanos salvadoreños deportados de los Estados Unidos, asegurándoles

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su reinserción laboral y ofreciéndoles asistencia psicosocial y atención médica. Este programa es también un modelo de concertación de actividades complementarias efectuadas por diversos organismos, pues se estableció en el marco de una comisión integrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y el del Interior, la OIM, la Universidad Don Bosco, la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), Catholic Relief Services, el Arzobispado de la Iglesia Católica, la Iglesia Americana de El Salvador y la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP). Algo así se podría emprender en Nicaragua. En el futuro, una política de repatriación, con ofertas atractivas para que los migrantes regresen y se inserten de forma productiva en el país podría ayudar a su reintegración y a la recuperación de ese capital humano una vez perdido y ahora posiblemente acrecentado con los conocimientos adquiridos en el extranjero. 1.3 Trabajadores migrantes temporales

Lelio Mármora (2002:144-145), al analizar la oferta laboral migrante, distingue entre mano de obra supletoria (migrantes que desempeñan oficios en los cuales no existen suficientes nativos calificados), complementaria (migrantes que ocupan plazas que los nativos desprecian en busca de mejores posiciones), adicional (migrantes que aceptan empleos que los nativos rechazan debido a su baja remuneración), competitiva (migrantes que compiten por los mismos empleos que los nativos, cuando éstos podrían satisfacer la demanda) y marginal (migrantes que crean empleos marginales, ajenos al eje oferta-demanda). La inserción laboral estacional de los nicaragüenses ha tenido históricamente un efecto supletorio, complementario y adicional en diversas ramas de la economía costarricense. En los cortes de café, la mano de obra de los migrantes nicaragüenses tiene una larga historia de suplir la escasa oferta de mano de obra costarricense. Desde 1960, el considerable aumento del área cultivada y el salto en la productividad de Costa Rica incrementaron la demanda de cortadores. En los años ochenta, los refugiados centroamericanos cubrieron esa demanda temporalmente. Al finalizar los conflictos armados, retornaron a sus países y la escasez de cortadores reapareció, con gran alarma de los empresarios costarricenses. La solución “permanente” vino de los migrantes nicaragüenses (Alvarenga, 2000:53). Las afirmaciones indiscriminadas que resaltan el papel negativo de la mano de obra nicaragüense, aduciendo supuestos efectos competitivos o incluso marginales, carecen de fundamento. El gobierno de Nicaragua debe apelar al tipo de inserción y de efecto sobre el

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Estudiosos de las migraciones calculan que en el año 2000 alrededor de 105 mil nicaragüenses migraron temporalmente a Costa Rica. Esta cifra ha ido creciendo año con año. Se estima que sólo el sector agroexportador agrícola costarricense absorbe estacionalmente a 60 mil trabajadores nicaragüenses (CONPES, 2001:33). Acuden durante las temporadas de corte de caña, café, banano o melón. Alvarenga Venutolo (2000:47) estimó que el 75% de las labores agrícolas en Costa Rica las realizan trabajadores originarios de Nicaragua y que las fincas bananeras suelen depender de un 40% de mano de obra nicaragüense. Baumeister calcula que la mano de obra estacional nicaragüense es el 83% de la fuerza laboral en el cultivo de caña de azúcar, el 75% en el cultivo de frijoles, el 66,7% en el de naranja, el 63,2 % en el café, el 50 % en el melón y el 45,7% en el banano (Baumeister, 2006).

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mercado de trabajo de los migrantes nicaragüenses, para que el gobierno de Costa Rica no adopte políticas migratorias simplistas aconsejadas por la peligrosa correlación bruta entre el número de inmigrantes y el número de nativos desempleados. Entre Costa Rica y Nicaragua se han producido intentos que van más allá de las amnistías migratorias. Con pretensiones de fuerte impacto y alcance en el tiempo, el Ministerio del Trabajo, bajo la administración de Calderón Fournier, estableció un Convenio Marco de mano de obra migrante 1993. Los sujetos de dicho convenio fueron los trabajadores nicaragüenses temporales del sector agrícola, principalmente los cortadores de café y caña de azúcar. En consideración a que apenas el 10% de los trabajadores estacionales nicaragüenses migraron acogiéndose a este convenio, fue extendido al sector de la construcción y al del trabajo doméstico.

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Posteriormente, dentro del mismo convenio, la administración de José María Figueres creó la Tarjeta laboral (Decreto Nº.141 del 26 de julio de 1995), destinada a regularizar principalmente la mano de obra nicaragüense empleada en labores agrícolas estacionales. En poco más de un año, 27.300 nicaragüenses tramitaron en la Dirección General de Migración y Extranjería el pasaporte especial requerido para obtener la “Tarjeta laboral”. En la práctica, la tarjeta no cumplió con sus objetivos. Los requisitos establecidos para su tramitación redujeron sustancialmente el número de beneficiarios. La mayoría de los nicaragüenses carecían de certificados de nacimiento originales u otra identificación, indispensables para el pasaporte especial. El proceso lento y complicado de estos trámites elevó los costos de transacción. Esto fue reforzado por el hecho de que los empleadores costarricenses no ofrecieron ventajas a los trabajadores que migraban en el marco del convenio sobre quienes lo hacían de forma irregular. El gobierno de Costa Rica decidió suspender el convenio en 1997 (Acuña y Olivares, 1999). Actualmente el gobierno de Nicaragua se colocó en la senda de regularizar las migraciones laborales temporales con el “Acuerdo sobre la puesta en marcha de una política laboral migratoria binacional entre Costa Rica y Nicaragua”. Suscrito el 21 de enero de 2005 por los Ministros del Trabajo de Nicaragua y Costa Rica, este acuerdo reconoce como positivos los efectos de las migraciones ordenadas y señala la necesidad de que se garantice el respeto a los derechos humanos de los migrantes nicaragüenses en Costa Rica, de manera que gocen de las mismas condiciones que los trabajadores costarricenses. A fin de avanzar en esa dirección, dichos ministros aprobaron una matriz de trabajo para administrar los flujos migratorios, encaminada a adoptar una agenda acorde con las políticas públicas de empleo en ambos países y respetuosa de los principios de la OIT. La promoción de permisos temporales, en el marco de una regulación de las migraciones estacionales, podría proporcionar a los migrantes una oportunidad de trabajo, ingresos y protección social libre de las tensiones y riesgos que la condición de indocumentados entraña durante el tránsito y la estadía. A los empleadores se les facilitaría una mano de obra adecuada y oportuna bajo el compromiso de cumplir con sus obligaciones. Nicaragua instalaría los canales para satisfacer la demanda de empleo de sus pobladores y podría garantizar que los derechos de sus connacionales sean respetados. Costa Rica, los Estados Unidos, o incluso Canadá y otros países, podrían satisfacer su demanda de mano de obra y

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ofrecer igualdad de condiciones a nacionales y extranjeros, ahorrando los recursos antes invertidos en controles migratorios.

Guatemala y México están implementando un proyecto –con el financiamiento de la OIM– cuya finalidad es contribuir al inicio del sistema informático de registro y control del flujo migratorio laboral. El proyecto contempla: descentralización de los programas fronterizos del Ministerio de Trabajo; un sistema de información sobre el flujo de trabajadores migrantes; una bolsa electrónica de empleo en las zonas fronterizas; una identificación única del trabajador migrante; ejecución de reuniones y talleres que promuevan la concientización de empleadores de trabajadores migrantes en relación al respeto y cumplimiento de los acuerdos bilaterales (Guatemala –México) en materia laboral y derechos humanos de los migrantes; propiciar el funcionamiento del observatorio del mercado laboral en la zonas fronterizas; y fortalecer la capacidad de gestión de los consulados guatemaltecos en el sur de México, en apoyo a los trabajadores migrantes (OIM, 2005). Con la gestión de este tipo de proyectos, el Estado nicaragüense podría velar por el acceso a diversos servicios de sus conciudadanos que migran temporalmente. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social impulsan en dicho país el Programa de Protección Social al Trabajador Agrícola Migrante. Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, este programa propone dar satisfacción a la demanda de servicios de salud de los trabajadores temporales en los lugares de origen y de destino. Hasta el 2002, el programa benefició a 50 mil trabajadores migrantes, sus esposas e hijos menores de 5 años. Conviene tener presente que el acceso a servicios sociales sólo se puede negociar abordando otros aspectos y disponiendo de mayor información. Los mercados laborales binacionales requieren el establecimiento de acuerdos formales orientados a proteger no solamente los derechos de los migrantes, sino también los intereses de otros actores afectados y los

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Canadá tiene una larga tradición de migraciones temporales regulares. Los trabajadores temporales pioneros fueron jamaiquinos que comenzaron a llegar en 1966 con el Programa para los Trabajadores Agrícolas Temporales, conocido como SAW (siglas en inglés de “Seasonal Agricultural Workers”). En 1974, se extendió el programa a los trabajadores mexicanos y después se sumaron trabajadores de Trinidad y Tabago, Barbados y la Organización de los Estados Caribeños del Este. El programa SAW es un acuerdo entre Canadá y los países de origen de los trabajadores temporales. Este acuerdo determina los derechos y las responsabilidades de los trabajadores y de sus patrones, está autorizado por el gobierno federal a través del Departamento de Recursos y Desarrollo Humano de Canadá y es administrado por el Servicio de Administración de los Recursos Agrícolas Extranjeros. Los países que proporcionan los trabajadores temporales tienen el derecho de seleccionarlos. Actualmente el programa SAW opera en Alberta, Québec, Manitoba, Nueva Escocia, Nuevo Brunswick, La Isla del Príncipe Eduardo y Ontario, que recibe el 90% de los trabajadores. Anualmente llegan a Canadá aproximadamente unos 15.000 trabajadores agrícolas temporales del Caribe y México para trabajar en los campos, huertos e invernaderos. Se está planificando extender este tipo de programa para “trabajadores invitados” a otros sectores como las industrias de la construcción, la hostelería y el turismo.

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intereses de ambos países. Un manejo adecuado de las migraciones temporales descansa sobre dispositivos que permitan una regulación de las distintas dimensiones de los flujos de personas: magnitud, composición, destinos, períodos de duración, actividades a realizar en los lugares de destino, requerimientos de servicios sociales, cotizaciones en el seguro social, entre otras. 1.4 Migrantes asentados

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El número de migrantes que se asientan en Costa Rica va creciendo, no así el ejercicio de sus derechos. Las reacciones xenofóbicas son comunes incluso entre los intelectuales, que ven en la presencia de migrantes nicaragüenses una amenaza a la identidad nacional costarricense (Sandoval, 2004:434-445). Diversos estudios han demostrado que con frecuencia los patrones no reportan a los migrantes a la Caja Costarricense del Seguro Social. Las denuncias de estas anomalías son mínimas porque los nicaragüenses indocumentados asumen que su situación migratoria irregular los excluye de los beneficios de la seguridad social. La Caja da cuenta de que el 40,5% de los nicaragüenses registrados por el censo de 2000 –con más de seis meses de residir en Costa Rica– no están asegurados (Caja Costarricense del Seguro Social, 2004). Esta situación es más grave para las mujeres, situadas en la base de la pirámide laboral y expuestas a salarios inferiores (Acuña, 2004). Las mujeres nicaragüenses que trabajan en el servicio doméstico en Costa Rica reciben casi 32% menos salario que sus colegas costarricenses (OIM, 2001:23). Muchas de ellas viven durante años sin documentos, prácticamente recluidas en sus centros de trabajo, porque ni siquiera disponen de los documentos que las acreditan como ciudadanas nicaragüenses. La situación irregular de muchos migrantes nicaragüenses multiplica las penurias y abusos mencionados. La ratificación de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares compromete al Estado de Nicaragua con la negociación de convenios de regularización. Según el artículo 69 de dicho instrumento: “Cuando los Estados Partes interesados consideren la posibilidad de regularizar la situación de dichas personas de conformidad con la legislación nacional y los acuerdos bilaterales y multilaterales aplicables, se tendrán debidamente en cuenta las circunstancias de su entrada, la duración de su estancia en los Estados de empleo y otras condiciones pertinentes, en particular las relacionadas con su situación familiar” (ACNUR et al., 2002:267). Y aunque los Estados de destino de los emigrantes nicaragüenses no han ratificado dicha convención, existen precedentes de programas masivos de regularización migratoria que en esos Estados han beneficiado a los nicaragüenses. En los Estados Unidos, la situación particular de los migrantes nicaragüenses no ha sido muy estudiada. Pero sí lo ha sido en abundancia la situación de los latinos y ciertos tópicos de la situación del conjunto de centroamericanos. Abundan testimonios sobre su difícil situación. Son muchos los problemas que enfrentan los migrantes asentados tanto en Costa Rica como en los Estados Unidos: elevados costos de los servicios consulares, discriminación, problemas de adaptación sociocultural, escasa comunicación con sus familiares, carencia de documentos, informalidad laboral, bajos salarios, acceso a servicios sociales, entre otros

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Muchas también pueden ser las soluciones. Los consulados podrían ofrecer variados servicios con apoyo de la sociedad civil: información, tramitación de cédula de identidad y permisos, fomento de organizaciones de migrantes, denuncias antes el Ministerio del Trabajo y las instituciones que defienden los derechos humanos Existen experiencias exitosas de los consulados de otros países centroamericanos. El Programa de Atención de Comunidades de Salvadoreños en el Exterior, adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores, pretende facilitar mecanismos de comunicación, trabajo conjunto y protección del gobierno salvadoreño a sus coterráneos.

2. Base institucional y líneas de acción en el sector público La posibilidad de ratificar los tratados internacionales referentes a las migraciones, de adecuar la legislación nacional a dicha normativa y de aplicarla de manera efectiva, descansa sobre un tejido multi-institucional. Sólo esa urdimbre puede posibilitar el diseño de programas que incidan simultáneamente sobre varias aristas del fenómeno migratorio, y llevar a efecto una gestión que aborde la mayoría de los aspectos cuyo tratamiento podría mitigar los efectos adversos y multiplicar los efectos benéficos de las migraciones. A fin de caminar en esa dirección, es necesario que cada entidad disponga de un plan de acción que incluya tareas bien definidas y que los planes de acción de todas las instituciones implicadas en la gestión migratoria sean complementarios y contemplen la coordinación de actividades. Aquí únicamente proponemos un modelo de cómo podrían distribuirse algunas funciones, competencias y tareas. Se trata de una propuesta preliminar, cuya mayor elaboración debe ser el producto del diálogo entre diversas entidades y la consulta con migrantes. Las funciones que a continuación se mencionan han sido distribuidas a partir de competencias formalmente establecidas. Su distribución es un paso para jerarquizar las coordinaciones necesarias y garantizar un conjunto articulado de acciones que atiendan al volumen de los movimientos migratorios y a los factores que condicionan dichos movimientos, que se vinculen a los planes nacionales de desarrollo, que apliquen la legislación internacional migratoria y propicien su adopción en el cuerpo jurídico nacional, que aprovechen las competencias

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Los derechos humanos aparecen como un reto de los países emisores y receptores. Son un reto para el gobierno de Nicaragua. Como gobierno de un país emisor de migrantes, debe velar por la situación de sus ciudadanos. Como gobierno de un país de tránsito y receptor de migrantes, debe garantizar los derechos humanos de quienes se asientan en su territorio. Conviene también tener presente el potencial de desarrollo que muestran las redes y comunidades transfronterizas, su fomento y aprovechamiento productivo debe ser un punto de agenda en las negociaciones binacionales. La región fronteriza binacional de Nicaragua y Costa Rica es paradigmática en este sentido. Sus pobladores, independientemente de en cuál lado de la línea divisoria tengan su domicilio, comparten familiares de ambas nacionalidades, intereses ambientales, relaciones comerciales y uso de los servicios públicos de ambos países. El reconocimiento formal de esta situación, que ha consagrado un espacio binacional fecundo en interrelaciones, puede ser un paso hacia una serie de programas sinérgicos conducidos por los gobiernos locales.

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y potencialidades de las organizaciones nacionales, que atiendan a los diversos tipos de migrantes y sus requerimientos, que incidan sobre la percepción dominante en torno a las migraciones y que multipliquen los vínculos existentes y posibles entre el sector público y las organizaciones no gubernamentales. En este sentido, las instituciones son los nudos de una política migratoria que comprende leyes, objetivos, coordinaciones y programas de actividades. 2.1 Ministerio de Relaciones Exteriores

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En relación a las migraciones, la ley establece que al Ministerio de Relaciones Exteriores le corresponde formular, proponer y ejecutar la política exterior del Estado; organizar, acreditar, dirigir y supervisar las misiones diplomáticas, representaciones permanentes, oficinas consulares y misiones especiales; proteger los intereses de los nicaragüenses en el exterior; negociar y suscribir por delegación expresa del Presidente de la República instrumentos jurídicos internacionales y depositar los instrumentos de ratificación correspondientes; y coordinar con el Ministerio de Gobernación las políticas y normas de migración a ser aplicadas por las misiones diplomáticas y oficinas consulares en el exterior.5 Por consiguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores es una entidad con un rol protagónico en el cumplimiento de lo establecido por el artículo 65 de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares: “Los Estados Partes mantendrán servicios apropiados para atender las cuestiones relacionadas con la migración internacional de trabajadores y sus familiares. Sus funciones serán, entre otras: a) La formulación y la ejecución de políticas relativas a esa clase de migración; b) El intercambio de información, las consultas y la cooperación con las autoridades competentes de otros Estados Partes interesados en esa clase de migración…” (ACNUR et al., 2002:265). La ley de Servicio Exterior en su artículo 4 establece que el Ministerio de Relaciones Exteriores, por medio de su Servicio Exterior, deberá “proteger los intereses nacionales del Estado, y los derechos fundamentales de los nicaragüenses en el extranjero; de conformidad con la Constitución Política de la Nación, la legislación nacional y con las normas y los principios del Derecho Internacional”.6 Por su parte, el artículo 28 de la Constitución Política de Nicaragua señala que “los nicaragüenses que se encuentren en el extranjero gozan del amparo y protección del Estado, los que se hacen efectivos por medio de sus representaciones diplomáticas y consulares”. Estas obligaciones son parte de los compromisos que adquieren los Estados firmantes de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, según reza el inciso 2 del artículo 65: “Los Estados partes facilitarán, según corresponda, la provisión de servicios consulares adecuados y otros servicios que sean necesarios para atender a las necesidades sociales, culturales y de otra índole de los trabajadores migratorios y sus familiares” (ACNUR et al., 2002:265). El Ministerio de Relaciones Exteriores podría ser una instancia clave en la coordinación del resto de organismos involucrados en la gestión de las migraciones y una de las que mayores vínculos mantenga con instituciones de la sociedad civil. Como entidad gestora de

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las relaciones internacionales del Estado de Nicaragua, le corresponden funciones vitales en una política migratoria. La adopción de la legislación internacional en el cuerpo legal nicaragüense es un proceso que requiere capacidad técnica y voluntad política. El Ministerio de Relaciones Exteriores podría ser un agente clave en dicho proceso, así como en las negociaciones y suscripción de convenios con los países relacionados con la emigración de nicaragüenses. Fortalecer los consulados de los países de tránsito y destino, difundir información sobre las migraciones y coordinar la protección de los derechos humanos de los migrantes con la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos son algunas de las acciones de mayores consecuencias que este ministerio podría emprender. En algunas de estas acciones, como en el fortalecimiento de la gestión consular para la creación de consulados móviles, la colaboración con organismos de la sociedad civil ha mostrado ser especialmente benéfica. Las principales líneas de trabajo a emprender podrían desglosarse en: Impulsar el proceso de adecuación de la legislación nacional a la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.



Suscribir acuerdos con los Estados donde residen o transitan nicaragüenses para regular los flujos, disminuir riesgos del tránsito, evitar que se prolongue la detención, garantizar el respeto a la persona y propiedad de los deportados nacionales y extranjeros, velar por un retorno digno y obtener información estadística actualizada. Indudablemente, en esta línea de trabajo, le corresponde un rol protagónico a la Directora General Consular y a la Dirección de Protección a Nacionales, conforme a lo establecido en el artículo 63 del reglamento de la Ley 290, que asigna a dicha dirección la misión de “brindar atención y asesoría a funcionarios del Servicio Exterior en la solución de casos de protección a nacionales” y “brindar asesoría legal en casos en los que se presuma que sus derechos humanos han sido o están siendo violados”.7



Establecer comisiones binacionales (Nicaragua y Costa Rica, Nicaragua y los Estados Unidos) y regionales (Centroamérica y los Estados Unidos) para la negociación de acuerdos en torno a los eventos e instrumentos asociados a las migraciones: amnistías, procedimientos para la detención y deportación de indocumentados, estatus de protección temporal, mecanismos periódicos de inserción de trabajadores temporales, transferencia de remesas, garantía de derechos humanos de los migrantes, protección especial para la niñez y adolescencia, programas de reunificación familiar, repatriación de nacionales fallecidos en el extranjero, entre otros. La Conferencia Regional sobre Migración (CRM) es una instancia privilegiada para este tipo de negociaciones.



Fomentar y participar en comisiones multinacionales (Centroamérica y México) para gestionar políticas de atención a los migrantes en tránsito. Se trata de articular una coalición sobre la base de intereses comunes.



Ejecutar un programa de protección consular para garantizar el respeto a los derechos de los migrantes nicaragüenses en los países de tránsito y destino. Parte de ese programa,

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en colaboración con el Consejo Supremo Electoral, debe agilizar la tramitación de cédulas. La apertura de consulados móviles es un hecho reciente, un gran paso para impulsar la documentación de nicaragüenses en Costa Rica y una pieza vital de las políticas migratorias. •

Fomentar las asociaciones de migrantes nicaragüenses a través de los consulados y de instituciones de la sociedad civil de los países de destino. Mantener una estrecha relación con dichas asociaciones y canalizar sus demandas hacia las instituciones relevantes. En este sentido, el Ministerio de Relaciones Exteriores desempeñará un rol vinculante con la comunidad migrante.



En coordinación con el Ministerio del Trabajo, ejecutar programas para que las migraciones laborales temporales se realicen de manera ordenada y sin peligro para los migrantes. Esos programas incluirían la negociación de cuotas de trabajadores temporales, la difusión en Nicaragua de información referente a oportunidades de trabajo temporal en el exterior, el establecimiento y verificación de requisitos para aplicar a los programas, la tramitación de la incorporación a los programas y el monitoreo del ejercicio de los derechos de los migrantes.8



Diseño y ejecución de mecanismos de coordinación entre las oficinas consulares y la Procuraduría de los Derechos Humanos para tramitar denuncias de violación de derechos humanos. La Procuraduría es la instancia a la que corresponde la defensa de los derechos humanos. Pero debido a sus limitaciones de presupuesto y personal, el apoyo de los consulados puede constituir un refuerzo particularmente benéfico.



Difusión de información en torno a las migraciones: estadísticas migratorias de Nicaragua y los principales países de destino, derechos de los migrantes, políticas migratorias de Nicaragua y los principales países de destino, programas de migraciones temporales, organismos a los que pueden acudir los migrantes para defender sus derechos en los países de destino y tránsito, programas de protección consular, programas y acuerdos de la CRM y la OCAM, acuerdos con los países de destino y avances del trabajo de las comisiones binacionales.



Negociar con sus homólogos de Costa Rica la definición de las sanciones que serían aplicadas a quienes atenten contra los extranjeros.

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2.2 Dirección General de Migración y Extranjería Como entidad responsable de la emisión de pasaportes y del registro, estadísticas y trámites migratorios y su homogeneización en el área centroamericana, la Dirección General de Migración puede estudiar y proponer modificaciones a la normativa en materia de migraciones, garantizar que la misma sea compatible con cuerpos legales referidos a otras materias, precisar y agilizar los procedimientos burocráticos de los diversos trámites que le competen, generar información y capacitar a sus funcionarios para que desarrollen sensibilidad y profesionalismo en el trato con los migrantes y las variadas problemáticas migratorias.

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La Dirección General de Migración y Extranjería podría poner énfasis para: Revisar y proponer modificaciones a las normas migratorias vigentes para adecuarlas a los instrumentos legislativos internacionales de protección a los derechos humanos de los migrantes.



En el marco de la OCAM, establecer y difundir claros procedimientos burocráticos para el flujo seguro y ordenado de los migrantes laborales temporales, los deportados por tierra, los menores en proceso de reunificación familiar y los fallecidos a ser repatriados, de modo que las arbitrariedades, incertidumbres y riesgos se reduzcan al mínimo.



Mantener una base actualizada de datos de inmigrantes y emigrantes en el marco del SIEMCA y difundir esa información, especialmente entre las instancias gubernamentales y no gubernamentales que apoyan la ejecución de una política migratoria.



Habilitar los puntos legales de entrada y salida del país con personal capacitado tanto en diversos campos temáticos relativos a las migraciones internacionales como en relaciones humanas. Garantizar una capacitación permanente de sus funcionarios, con énfasis en derechos humanos, trata y tráfico ilegal, mercados laborales regionales y protección especial a niñez y adolescencia, a las mujeres y a los migrantes extraregionales en tránsito.



Velar por que las zonas de asentamiento de los migrantes retornados sean compatibles con el Plan de Desarrollo Nacional y el manejo de áreas protegidas con propósitos ambientalistas.

2.3 Ministerio del Trabajo Al Ministerio del Trabajo, entre otras funciones, le corresponde coordinar y ejecutar la política del Estado en materia laboral, velar por el cumplimiento de las normas y convenios internacionales de la OIT, brindar asesoría legal gratuita a los trabajadores involucrados en conflictos laborales individuales o colectivos, dirigir investigaciones específicas en el campo laboral y promover programas de capacitación a trabajadores y empleadores sobre los derechos, deberes, normas y procedimientos en materia de su competencia.9 La aplicación de algunas de estas funciones al terreno de las migraciones internacionales supone una mayor especificación de las mismas y la coordinación con diversos organismos. Esas especificaciones podrían implicar que el Ministerio del Trabajo asuma algunos de los servicios que la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares describe en su artículo 65: El suministro de información apropiada, en particular a empleadores, trabajadores y sus organizaciones, acerca de las políticas, leyes y reglamentos relativos a la migración y el empleo, los acuerdos sobre migración concertados con otros Estados y otros temas pertinentes; el suministro de información y asistencia apropiada a los trabajadores migratorios y sus familiares en lo relativo a las autorizaciones y formalidades y arreglos requeridos para la partida, el viaje, la llegada, la estancia, las actividades remuneradas, la salida y el regreso, así como en lo relativo a las condiciones de trabajo

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y de vida en el Estado de empleo, las normas aduaneras, monetarias y tributarias y otras leyes y reglamentos pertinentes (ACNUR et al., 2002:265). La experiencia previa en relación a las migraciones laborales temporales puede proporcionar insumos valiosos para darle un carácter institucional a los convenios y mecanismos exitosos, de modo que superen su carácter episódico y proporcionen una plataforma propicia para reproducir y avanzar más allá de dichas experiencias. En el marco de las actuales iniciativas de suscribir un convenio en torno a las migraciones temporales con su homólogo costarricense, el Ministerio del Trabajo podría: • Informar sobre la situación socio-económica –y particularmente salarial y de acceso al sistema de seguridad social del país receptor– de los emigrantes nicaragüenses. Esto incluye el procesamiento de los censos y encuestas de los países de destino, la sistematización de investigaciones relevantes y noticias y el análisis a partir de censos y encuestas nacionales.

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Impulsar el proceso de ratificación y monitoreo del cumplimiento de las convenciones de la OIT que afectan a los trabajadores migrantes.



Normar y operativizar las migraciones temporales de modo que se realicen de forma segura, ordenada y documentada, negociando cuotas y períodos para trabajadores temporales. Suscribir acuerdos con empresarios de los países receptores o potencialmente receptores. De acuerdo al artículo 242 del Reglamento de Ley de organización, competencia y procedimientos del poder ejecutivo, corresponde a la Dirección General de Empleo y Salarios del Ministerio del Trabajo dirigir y coordinar “la ejecución de convenios de migración de mano de obra para la colocación de trabajadores en otros países”.10



Capacitar a los potenciales migrantes temporales en relación a los derechos, deberes, normas y procedimientos en materia laboral de los países de destino previstos.



Ofrecer información a los migrantes retornados para facilitar su reinserción laboral.



Gestionar un convenio con las instituciones de seguridad social de los países receptores a fin de que los migrantes coticen en dichas instancias y éstas le retribuyan en relación a su aporte y a lo normado por la legislación de dichos países. Dada la complejidad de este tema, derivada de la extendida crisis de las instituciones de seguridad social, las controversias acerca del papel de los migrantes en esa crisis en países receptores, el relativamente bajo número de cotizaciones y la existencia de diversos modelos de seguridad social, es preciso que el Ministerio del Trabajo acopie más información y realice un análisis en torno a estas problemáticas y sus implicaciones para viabilizar convenios en torno a la seguridad social.

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2.4 Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos puede aprovechar su alto grado de credibilidad para tener una mayor libertad de denuncia y proposición. De acuerdo a sus funciones, su trabajo se concentraría en acciones que repercutirían en las condiciones de los migrantes nacionales y extranjeros: • Estudio para adecuar la legislación nacional a los requerimientos de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. Monitoreo del ejercicio de los derechos humanos de los migrantes en tránsito y establecidos en otro país, prestando especial atención a los menores de edad y las mujeres. Posibilidad de coordinar acciones con sus homólogos en los países de tránsito y destino de los migrantes nicaragüenses.



Monitoreo y defensa de los derechos humanos de los extranjeros que residen en Nicaragua o transitan por su territorio. El monitoreo implica obtener información del Ministerio del Trabajo, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, asociaciones de migrantes y sindicatos.



Coordinar trabajos con organismos de la sociedad civil especializados en protección de los derechos humanos y con aquellos que trabajan con migrantes y tienen capacidades de monitorear del ejercicio de sus derechos (debido a su trabajo directo con ellos), experiencia en comunicación o inversión en materiales que contienen información sobre los derechos de los migrantes.

2.5 Ministerio de Educación Basándose en sus funciones de proponer los programas de educación nacional, formular propuestas sobre normas del proceso educativo y regular la política común de títulos – además de su expedición y registro–,11 y extendiendo dichas funciones al tema migratorio y a las relaciones con Costa Rica, el Ministerio de Educación puede trabajar en cuatro vías: • A partir del análisis de estadísticas sobre los niveles y condiciones de escolaridad de los migrantes, realizar un trabajo conjunto con el Ministerio de Educación de Costa Rica, para asegurar el acceso de los migrantes nicaragüenses a la educación y el reconocimiento de los títulos académicos en el mercado laboral costarricense. Para cumplir este cometido, deberá agilizar los trámites de títulos académicos y negociar criterios para su homologación. De forma consecuente con esta línea de trabajo, debe procurar que los extranjeros residentes en Nicaragua tengan igualdad de condiciones de acceso a la educación. •

Sensibilizar sobre el impacto de la migración. Introducir en el pensum de los colegios y universidades temas para generar conciencia sobre las migraciones, especialmente entre los potenciales migrantes. Un tema clave será la desintegración familiar, para cuyo tratamiento deberá establecer coordinación con el Ministerio de la Familia.

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Lucha contra la xenofobia en Costa Rica: negociar con sus homólogos de Costa Rica temas que aborden la imagen del nicaragüense en ese país.



Garantizar en Nicaragua el acceso a la educación de los hijos de los trabajadores migratorios, de conformidad al compromiso que Nicaragua adquirió al ratificar la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, cuyo artículo 30 estipula que “Todos los hijos de los trabajadores migratorios gozarán el derecho fundamental de acceso a la educación en condiciones de igualdad de trato con los nacionales del Estado de que se trate. El acceso de los hijos de trabajadores migratorios a las instituciones de enseñanza preescolar o las escuelas públicas no podrá denegarse ni limitarse a causa de la situación irregular en lo que respecta a la permanencia o al empleo de cualquiera de los padres, ni del carácter irregular de la permanencia del hijo en el Estado de empleo” (ACNUR et al., 2002:251).

2.6 Ministerio de Salud

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La política pública relacionada al crecimiento poblacional se torna especialmente importante en municipios expulsores, donde la tasa de crecimiento puede ser descendente. La descentralización e inversión sectorial que propugna el Plan Nacional de Desarrollo puede buscar impactos específicos sobre los municipios con ciertas características en su dinámica demográfica. Por su parte, el Ministerio de Salud podría aplicar programas considerando los períodos de movilidad y retorno de la población local migrante, a fin de que las labores de prevención e incluso las metas de control o eliminación de algunas enfermedades puedan ser alcanzadas. En el marco del Plan Nacional de Desarrollo, los migrantes podrían ser considerados un sector poblacional vulnerable al que se debe priorizar, poniendo especial énfasis en las mujeres en edad fértil, los adolescentes y los niños (Gobierno de Nicaragua, 2005). La educación sexual en adolescentes y jóvenes es importante, orientada a la salud sexual y reproductiva, para asegurar el control de pandemias como el SIDA, que aumentó su tasa de incidencia de 0.62 a 1.5 por cien mil habitantes entre 1998 y 2001 (Gobierno de Nicaragua, 2005). La transmisión del VIH/SIDA y el acceso a los servicios de salud por parte de los migrantes son los dos temas que más vinculan la salud a las migraciones. Existen otras áreas en las que la intervención del Ministerio de Salud podría ser especialmente benéfica, como la atención psicosocial a niñez y adolescencia en situaciones de desintegración familiar y estrés asociados a las migraciones. La problemática psicosocial vinculada a los procesos de adaptación se agudiza especialmente cuando los migrantes se insertan en ambientes que les son hostiles y que les exigen un sobre esfuerzo de adaptación a cambios culturales. De forma consecuente con estas opciones, este ministerio debe procurar que los extranjeros residentes en Nicaragua tengan igualdad de condiciones de acceso a los servicios de salud, principio cuya aplicación requiere especial atención debido a que los migrantes emprenden un proceso de adaptación plagado de obstáculos. Este principio encuentra soporte en la Ley General de Salud (Nº.423), aprobada en 2002, que introduce cambios jurídicos para garantizar la equidad de la salud y la atención a la población más vulnerable (Gobierno de

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Nicaragua, 2005). Dicha ley en cierto modo anticipa el compromiso que adquirió el Estado de Nicaragua al ratificar la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, cuyo artículo 28 establece que “los trabajadores migratorios y sus familiares tendrán derecho a recibir cualquier tipo de atención médica urgente que resulte necesaria para preservar su vida o para evitar daños irreparables a su salud en condiciones de igualdad de trato con los nacionales del Estado de que se trate. Esa atención médica de urgencia no podrá negarse por motivos de irregularidad en lo que respecta a la permanencia o al empleo” (ACNUR et al., 2002:251). Un tema a resolver es el procedimiento entre la Caja del Seguro Social de Costa Rica y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, de modo que se garantice la atención de una población que fluye entre ambos países y la posibilidad de reembolso o transferencia de las cotizaciones. La posibilidad de acuerdos en esta área tiene un soporte jurídico internacional en el artículo 27 de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares:

2. Cuando la legislación aplicable no permita que los trabajadores migratorios o sus familiares gocen de alguna prestación, el Estado de que se trate, sobre la base del trato otorgado a los nacionales que estuvieren en situación similar, considerará la posibilidad de reembolsarles el monto de las contribuciones que hubieren aportado en relación con esas prestaciones (ACNUR et al., 2002:250-251). 2.7 Ministerio de la Familia El Ministerio de la Familia puede elaborar propuestas para la reunificación familiar y trabajar activamente en una campaña para sensibilizar en torno al tema de la desintegración familiar y sus consecuencias. Retomando los estudios ya realizados y el censo de 2005, este ministerio podría encomendar una investigación más amplia y presentar una valoración sobre la magnitud del fenómeno, su impacto y las posibilidades de mitigar sus secuelas perniciosas mediante una atención especial a los hijos e hijas de los migrantes en escuelas, asociaciones de mujeres y asociaciones de familiares de migrantes. La importancia de esta línea de trabajo y su factibilidad encuentran terreno propicio en la determinación del Plan Nacional de Desarrollo de “establecer estrictos mecanismos de protección especial de niñas, niños, adolescentes y familias que viven el fenómeno de la migración, bien sea por la vía de sus progenitores, bien sea como migrantes” (Gobierno de Nicaragua, 2005). Tomando en consideración la gran acumulación de vulnerabilidades, puesto que a la pobreza se suma el estrés familiar ocasionado por el proceso migratorio,

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1. Los trabajadores migratorios y sus familiares gozarán en el Estado de empleo, con respecto a la seguridad social, del mismo trato que los nacionales en la medida en que cumplan los requisitos previstos en la legislación aplicable de ese Estado o en los tratados bilaterales y multilaterales aplicables. Las autoridades competentes del Estado de origen y del Estado de empleo podrán tomar en cualquier momento las disposiciones necesarias para determinar las modalidades de aplicación de esta norma.

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el Plan apunta la necesidad de establecer redes de servicios en territorios de mayor flujo de migración, suscribir convenios binacionales de reunificación familiar, asegurar las pensiones alimenticias a la niñez y adolescencia de familias migrantes y facilitar acceso a los mecanismos de protección especial a la población menor en situación de riesgo (Gobierno de Nicaragua, 2005). Como entidad responsable de promover y defender la institución familiar, proponer y ejecutar políticas que ayuden a resolver en forma integral la situación de la niñez desvalida y abandonada, formar para el ejercicio de una maternidad y paternidad responsables, y organizar la ejecución de programas dirigidos a las comunidades más vulnerables,12 el Ministerio de la Familia puede jugar un papel clave en lo que el Plan Nacional de Desarrollo denomina “protección especial desde un modelo integrado de gestión social”, concebido como el desarrollo articulado de acciones que permitan la atención de la niñez y la adolescencia en situación de riesgo y su reintegración familiar y social. Esta misión se apoya en un modelo centrado en las necesidades, capacidades y oportunidades de niños, niñas y adolescentes afectados; en sus hogares; y en sus comunidades (Gobierno de Nicaragua, 2005).

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En el caso de la desintegración familiar y la niñez y adolescencia colocados en situación vulnerable por efecto de las migraciones, se hace más evidente la necesidad de coordinar con otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, nacionales y extranjeras, dado que las acciones a emprender implican convenios binacionales (en el caso de la reunificación familiar), trabajo con los medios de comunicación social y el Ministerio de Educación (en el caso de la campaña de sensibilización) y coordinaciones con organizaciones no gubernamentales, instituciones eclesiales, asociaciones de mujeres y familiares de migrantes, la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de Nicaragua e instituciones similares para monitorear y mitigar la vulnerabilidad y garantizar los derechos a los niños, niñas y adolescentes migrantes o familiares de migrantes. La ratificación de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares compromete al Estado de Nicaragua con la reunificación familiar, pero no a los Estados de destino si no suscriben dicha Convención, ya que en su artículo 44 establece: 1.Los Estados Partes, reconociendo que la familia es el grupo básico natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a protección por parte de la sociedad y del Estado, adoptarán las medidas apropiadas para asegurar la protección de la unidad de la familia del trabajador migratorio. 2.Los Estados Partes tomarán las medidas que estimen apropiadas y entren en la esfera de su competencia para facilitar la reunión de los trabajadores migratorios con sus cónyuges o con aquellas personas que mantengan con el trabajador migratorio una relación que, de conformidad con el derecho aplicable, produzca efectos equivalentes al matrimonio, al igual que con sus hijos solteros menores de edad que están a su cargo (ACNUR et al., 2002:256). 2.8 Consejo Supremo Electoral Muchos migrantes salen del país sin haber tramitado jamás la cédula que los acredita como ciudadanos nicaragüenses. La regularización del estatus de los migrantes que entraron a un

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país de forma indocumentada empieza por el trámite de la partida de nacimiento, la cédula de identidad y el pasaporte. A través de las delegaciones consulares de la Cancillería, el Consejo Supremo Electoral podría agilizar el trámite de la cédula de identidad. El ejercicio del voto para los nicaragüenses con residencia en el extranjero es un tema que ocasionalmente aflora y que tiene un soporte jurídico en la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, que establece en su artículo 41 el derecho a la participación de los migrantes como electores y elegibles a cargos públicos: 1.Los trabajadores migratorios y sus familiares tendrán derecho a participar en los asuntos públicos de su Estados de origen y a votar y ser elegidos en elecciones celebradas en ese Estado, de conformidad con su legislación. 2.Los Estados de que se trate facilitarán, según corresponda y de conformidad con su legislación, el ejercicio de esos derechos (ACNUR et al., 2002:254).

Al Consejo Supremo Electoral corresponde estudiar en detalle los mecanismos de concreción y costos de la votación de nicaragüenses en el exterior. La realización de tal empresa requiere mejorar los vínculos institucionales modificando la legislación e incrementar la capacidad técnica y dotación de recursos de algunos organismos, así como superar las limitaciones que imponen la condición de irregularidad de muchos migrantes y/o su carencia de la cédula de identidad. 2.9 Policía Nacional Tanto para las migraciones temporales como para el trámite de una residencia permanente, el registro de policía es un paso de rigor. La Policía Nacional podría multiplicar los convenios, como el que actualmente está vigente con Cáritas, que permite a los migrantes obtener rápidamente el registro, de modo que se multiplique la eficiencia en el trámite de dicho documento y garantice que el mismo sea concedido únicamente a ciudadanos de reconocida buena conducta. Las asociaciones de migrantes y los organismos de la sociedad civil agrupados en redes de apoyo a los migrantes podrían funcionar como intermediarios y garantes en dicho proceso de tramitación.

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La reciente experiencia mexicana sienta un precedente interesante en este ámbito. En junio de 2005, el Congreso mexicano aprobó el voto postal o voto de los residentes en el extranjero. La iniciativa, sin embargo, limita el voto desde el exterior a aquellos mexicanos que cuentan con credencial de elector y lo condicionan a una petición previa ante el Instituto Federal Electoral (IFE), organismo responsable de la organización de los comicios. Los migrantes no podrán votar por senadores ni diputados, federales o públicos. Tampoco por gobernadores ni presidentes municipales. El IFE asegura que en los Estados Unidos hay más de 4 millones de mexicanos con credencial de elector. Sondeos oficiales e independientes revelan que alrededor del 87% de los mexicanos avecindados en suelo estadounidense dicen que votarían si tuvieran la oportunidad. En algunos Estados de México se han hecho avances notables. La Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California (FCZSC) fue la principal promotora de la Ley del Inmigrante, que en el 2004 modificó la Constitución estatal para dar cabida por vez primera en el país a diputados y alcaldes inmigrantes (García, 2005).

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Por otra parte, la policía tiene un rol que cumplir en la protección de los derechos de los migrantes. Su labor se beneficiaría si logra afinar sus mecanismos de detección de traficantes que abusan de los migrantes, de quienes participan en el comercio de mujeres con fines sexuales y de los migrantes desaparecidos. 2.10 Sector económico del Gabinete

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En su ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, el sector económico del Gabinete podría desglosar más de qué forma ciertas estrategias contribuirán específicamente a la retención de la población potencialmente migrante y al aprovechamiento de los efectos benéficos de las migraciones, como la transferencia tecnológica y el uso de remesas. En principio, debe garantizar que los trabajadores migratorios ejerzan el derecho que les reconoce el artículo 47 de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares: 1.Los trabajadores migratorios tendrán derecho a transferir sus ingresos y ahorros, en particular los fondos necesarios para el sustento de sus familiares, del Estados de empleo a su Estados de origen o a cualquier otro Estado. Esas transferencias se harán con arreglo a los procedimientos establecidos en la legislación aplicable del Estado interesado y de conformidad con los acuerdos internacionales aplicables. 2.Los Estados interesados adoptarán las medidas apropiadas para facilitar dichas transferencias (ACNUR et al., 2002:257-258). •

El sector económico del Gabinete podría contribuir a valorar las inversiones en educación, alimentación y salud, que posibilitan las remesas familiares, como una inversión productiva, librándolas de la etiqueta peyorativa de remesas para el “autoconsumo”. En el futuro, también podría promover las remesas o fondos colectivos, negociando mejores condiciones para quienes las envían. En este sentido, de manera directa podría intervenir en la búsqueda y habilitación de mecanismos para reducir costos en la transferencia de remesas.

El objetivo de adecuar los marcos regulatorios para facilitar el ingreso de las remesas a los circuitos financieros implica, por ejemplo, la oferta de nuevos productos financieros (crédito contra la recepción regular de remesas) y unas normas más flexibles para la clasificación de la cartera crediticia de los bancos. Ninguna institución financiera se sentirá estimulada a otorgar préstamos a receptores de remesas que las reciban regularmente como única o principal garantía mientras las actuales normas prudenciales de la Superintendencia de Bancos y otras instituciones financieras persistan y clasifiquen préstamos de esa naturaleza en la cartera de alto riesgo, obligando al incremento del capital en reserva provisional. La región fronteriza de Nicaragua-Costa Rica podría ser objeto de atención especial como parte de un programa de desarrollo binacional del Ministerio de Economía y el Instituto de Fomento Municipal (INIFOM). Muchos de los trabajadores de esa región pueden ser ubicados en la categoría de trabajador fronterizo13 y, en caso de llevarse a cabo las negociaciones del caso, podrían beneficiarse, aun sin establecer su residencia habitual en un Estado, de los derechos que en su parte IV la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares reconoce a los trabajadores migratorios y sus familiares que están documentados o se encuentran en situación regular,

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según lo establecido en el artículo 58 de dicha convención. El mismo derecho les corresponde, según el artículo 59, a los trabajadores de temporada.14 La concreción de estos derechos sólo se llevará a efecto en caso de que los Estados de Nicaragua y Costa Rica suscriban acuerdos binacionales o regionales que los reconozcan o en caso de que Costa Rica ratifique la citada convención. 2.11 Instituto de Fomento Municipal (INIFOM)

2.12 Comisión Nacional de Población Por medio del Decreto Nº.71-2002,15 el gobierno de Nicaragua creó la Comisión Nacional de Población (CNP), organismo colegiado de coordinación de las actividades destinadas al cumplimiento efectivo de los objetivos de la Política Nacional de Población y su Plan de Acción. Instalada oficialmente el 13 de agosto de 2002,16 esa comisión es coordinada por la Secretaría de Coordinación y Estrategias de la Presidencia y está conformada por las siguientes entidades: Ministerio de Salud, Ministerio de la Familia, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Secretaría de la Juventud, Instituto Nicaragüense de la Mujer, Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales, Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Instituto Nacional Tecnológico y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Entre las funciones que el Decreto Nº.71 asignó a esta comisión se encuentra la de “asegurar la ejecución de la Política Nacional de Población y su Plan de Acción por las entidades públicas y privadas mediante la inclusión y/o coordinación de las actividades en sus propios planes y programas, los que deberán ser aprobados por el Gabinete Social, revisados y ajustados oportunamente”. También se adjudicó a dicha comisión la promoción de “una permanente comunicación del gobierno con organismos no gubernamentales, nacionales o extranjeros y con instituciones internacionales, para gestionar la participación y la cooperación necesaria que aseguren su efectiva contribución al logro de los objetivos específicos determinados en la Política Nacional de Población y su Plan de Acción”. En relación a las migraciones internacionales, la Política Nacional de Población recuerda el derecho constitucional de los nicaragüenses “a circular y fijar su residencia en cualquier

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Dado que los efectos de las migraciones tienen un impacto territorial a veces muy claramente perceptible, las municipalidades y el Instituto de Fomento Municipal pueden jugar un papel protagónico en las políticas migratorias. Los municipios emisores de migrantes, cuando lindan con los países de destino, como ocurre en la frontera con Costa Rica, podrían establecer mancomunidades con los municipios fronterizos, basadas en diversas áreas de intereses comunes: protección del medio ambiente, control de la delincuencia, establecimiento de una zona de desarrollo binacional con un mercado laboral transfronterizo. En este último aspecto, los municipios de ambos países podrían ser un valioso punto de apoyo para los ministerios del trabajo en la ejecución y monitoreo de programas de migración laboral temporal. Una tarea elemental que se les presenta es la oferta de información útil sobre consecuencias, riesgos y derechos de los migrantes y sobre instituciones a las que pueden acudir en caso de atropello a sus derechos.

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parte del territorio nacional y a entrar y salir libremente del país”.17 Pero su única valoración de las migraciones internacionales tiene un sesgo negativo: “La Política Nacional de Población aborda en su dimensión el problema de la migración internacional por significar esto una pérdida de recursos humanos, muchos de ellos calificados, lo cual influye en forma negativa en los esfuerzos por el desarrollo nacional” (Ministerio de Acción Social, 1996). Desde que se formuló esa política en 1996 hasta la fecha, los flujos migratorios internacionales se han incrementado significativamente, las políticas de los países receptores han cambiado y el conocimiento sobre los impactos de las migraciones ha experimentado sensibles avances que comportan una visión más compleja sobre las migraciones, tanto por la comprensión de la diversidad de sus efectos –benéficos y adversos– como por un amplio entendimiento de la multiplicidad de áreas de atención que reclaman y las potencialidades que hacen emerger. A la luz de los hallazgos de estudios nacionales e internacionales, la Comisión Nacional de Población puede formular las implicaciones que tiene para una actualización de la Política Nacional de Población, manteniendo muchos de sus principios como puntos de referencia. Por ejemplo, la preocupación por la desintegración familiar, que en aquel momento era una secuela del conflicto bélico, ahora se presenta como una de las consecuencias más dolorosas de la migración internacional. La Política Nacional de Población tenía presente velar por esa ruptura familiar que “ha generado grandes repercusiones en la formación de la niñez y ha dejado otro tanto en la orfandad y el abandono, inclinándose muchos de ellos al riesgo físico y social...” (MAS, 1996:51). La Comisión Nacional de Población, en ejercicio de sus atribuciones, podría iniciar un proceso de diálogo con organismos de la sociedad civil, para adecuar la Política Nacional de Población a los requerimientos del estado actual de las migraciones internacionales, tomando en cuenta las áreas en que dicha política enfocó sus propuestas –familia, salud sexual y reproductiva, educación, distribución poblacional– y agregando otras que respondan a efectos y situaciones novedosas. Algunos de esos efectos, como las remesas que envían los migrantes, fueron mencionados de manera meliorativa en el Plan de Acción de dicha política poblacional: “las remesas de los emigrantes representan un aporte importante para las familias nicaragüenses y tienen un impacto significativo sobre la economía nacional” (Comisión Nacional de Población del Gobierno de Nicaragua, 2001). 2.13 Coordinaciones y jerarquías A fin de que las tareas propuestas se cumplan y estén imbricadas de forma armoniosa es preciso que existan coordinaciones y subordinaciones. La Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo, y su reglamento, fijan algunas coordinaciones. Algunas de éstas las tienen la Secretaría Técnica y la Secretaría de Acción Social de la Presidencia (Artículos 15 y 16) para temas económicos y sociales respectivamente. Dicha ley y su reglamento también asignan funciones sobre información, suscripción de convenios y monitoreo de su ejecución, y establecen qué tareas corresponden a las divisiones de coordinación interinstitucional de cada entidad estatal. Por tanto, esa ley es un punto de referencia obligado para identificar tareas y responsabilidades sobre coordinaciones. Sin embargo, presenta dos limitaciones. Por un lado, en las tareas que requieren la participación de dos o más organismos, las jerarquías y subordinaciones no siempre están explícitamente establecidas. Por otro lado, las migraciones y sus requerimientos están haciendo surgir una demanda de más servicios y, por consiguiente, de las funciones a ellos vinculadas, aún no contemplados en cuerpo legal alguno.

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Si tomamos los derechos humanos, la desintegración familiar y las remesas y los mercados laborales como temas prioritarios, resultará que en cada área, la formulación y ejecución de políticas y programas deberá estar a cargo de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, el Ministerio de la Familia (en estrecha relación con el Ministerio de Educación y el Ministerio de la Salud), el Ministerio de Economía y el Ministerio del Trabajo respectivamente. Puesto que todos esos temas están muy relacionados con la documentación de los nicaragüenses en el extranjero y su estatus, el Ministerio de Relaciones Exteriores, coordinando con el Consejo Supremo Electoral, la Dirección General de Migración y la Policía Nacional, mantiene un papel clave.

2. Comisión de documentación y regularización migratoria, que estaría integrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección General de Migración y Extranjería, el Consejo Supremo Electoral y la Policía Nacional. Se concentraría de forma prioritaria en los siguientes temas: negociación de amnistías migratorias, trámites de cédulas a nacionales en el extranjero, búsqueda de desaparecidos, tráfico de migrantes, información sobre riesgos y derechos de los migrantes, información sobre regularización migratoria, protección consular, deportaciones (a Nicaragua o desde Nicaragua) y participación electoral desde el extranjero. 3. Comisión de mercados laborales globalizados, que incluiría al Ministerio de Economía, el Ministerio del Trabajo y el Instituto de Fomento Municipal (INIFOM). Algunas de sus áreas de trabajo serían las remesas, los mercados laborales regionales y extraregionales, los convenios para trabajadores migrantes temporales y el desarrollo de las zonas fronterizas. A estas comisiones podrían integrarse organismos de la sociedad civil, agencias de cooperación externa y organismos multilaterales de acuerdo a sus áreas de trabajo específicas. La definición más acabada de las subordinaciones y jerarquías podrá hacerse sobre la marcha, respondiendo a las demandas de servicios de parte de los migrantes y al liderazgo que las entidades ejerzan. También ponderar ulteriormente la conveniencia de definir eventuales desgloses o desmembramientos de comisiones, a medida que avance el trabajo y crezca la complejidad de las tareas. Esta distribución de temas y entidades por comisiones no impide el abordaje de un mismo tema o tarea por entidades de varias

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Otro escenario consistiría en una reactivación del Foro Nacional para las Migraciones, que podría ser liderado por la Comisión Nacional de Población (CNP) y/o el Consejo Nacional de Planificación Económica y Social (CONPES). Una nueva versión de dicho Foro podría desglosar el trabajo en tres comisiones: 1. Comisión para el ejercicio de los derechos sociales de los migrantes, que incluiría entidades como el Ministerio de Salud, el Ministerio de la Familia, el Ministerio de Educación y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Sus áreas de trabajo serían, entre otras, la reunificación familiar, la atención psicosocial a niñas y niños familiares de migrantes, la mayor vulnerabilidad de las mujeres que migran, la información sobre derechos sociales, el monitoreo del ejercicio de los derechos humanos, la salud sexual y reproductiva (con atención especial al VIH/SIDA), el acceso a la educación y el acceso a la salud.

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comisiones. Por ejemplo, las deportaciones demandan al menos la intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores a través de sus delegaciones consulares y de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. El intercambio de información y la acción conjunta de organismos insertos en distintas comisiones deberían ser habituales y hacer ostensible la interrelación de las distintas áreas de acción. La división en comisiones debe proporcionar una estructura que no seccione la gestión migratoria en compartimentos estancos. La conexión del trabajo emana de la concatenación de los fenómenos que deben ser atendidos: el estatus legal tiene un impacto sobre el ejercicio de los derechos humanos y los mercados laborales y sus consecuencias roturan las vías de inserción socioeconómica, cultural y política de los migrantes en las sociedades de origen y destino. Notas 1

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Instituto Nacional de Migración, Secretaría de Gobernación de México, http://www.inm.gob.mx/paginas/estadisticas/ enedic03/ rechazos.mht y http://www.inm.gob.mx/paginas/estadisticas/eneago04/rechazos.mht Dirección General de Migración y Extranjería, http://www.migracion.gob.ni/mostrar_estadisticas.php?ID=3 15/3/2005. Dirección General de Migración y Extranjería, http://www.migracion.gob.ni/mostrar_estadisticas.php?ID=3 15/3/2005. El 19 de marzo de 2004, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, por medio de la resolución 2004-02955, declaró con lugar el recurso que adujo que más de sesenta nicaragüenses, durante un operativo llevado a efecto el 30 de enero de 2004 en La Carpio, “fueron detenidos de forma arbitraria e injustificada como parte de un operativo ordenado ilegalmente por el Ministerio de Gobernación y Policía. Que además en el operativo se hicieron detenciones masivas y en muchas ocasiones se violentaron domicilios”. Por medio de su resolución, la Sala Constitucional condenó “al Estado al pago de los daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo”. Artículo 19. Ley de organización, competencia y procedimientos del poder ejecutivo. Ley Nº.290, del 27 de marzo de 1998. La Gaceta Nº.102 del 3 de junio de 1998. Artículo 4. Ley Nº.358, Ley de Servicio Exterior del 30 de agosto de 2000. Decreto No.71-98. Reglamento a la Ley 290, ley de organización, competencia y procedimientos del poder ejecutivo, publicada en La Gaceta Nº.102, del 3 de junio de 1998. En este caso, el artículo 63 del reglamento a la Ley 290 también establece que a la Dirección de Protección a Nacionales le corresponde “participar en la negociación, ejecución y supervisión de programas laborales para el exterior, que se organizan en Nicaragua a través de Convenios para trabajadores nicaragüenses”. Artículo 27. Ley Nº.290. Artículo 242. Reglamento a la Ley 290. Artículo 23. Ley 290. Artículo 29. Ley 290. De acuerdo al artículo 2 e inciso 2.a) de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares “se entenderá por ‘trabajador fronterizo’ todo trabajador migratorio que conserve su residencia habitual en un Estado vecino, al que normalmente regrese cada día o al menos una vez por semana”. De acuerdo al artículo 2 e inciso 2.b) de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares “se entenderá por ‘trabajador de temporada’ todo trabajador migratorio cuyo trabajo, por su propia naturaleza, dependa de condiciones estacionales y sólo lo realice durante parte del año”. Dado en la ciudad de Managua el 8 de agosto de 2002. http://www.presidencia.gob.ni/Presidencia/files_index/presidente/Discursos/2002/agosto/13agosto.htm Derecho consignado en el artículo 31 de la Constitución Política de la república de Nicaragua.

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Un visitante en la ruta del migrante. Experiencia en Los Chiles, Costa Rica Daywing Duarte, sj.

Escolar jesuita. Correo electrónico: [email protected]

Durante el mes de enero de 2008, tuve la oportunidad de conocer el trabajo del Servicio Jesuita para Migrantes (SJM) en Costa Rica. Pude ver que, por un lado, los problemas migratorios entre Nicaragua y Costa Rica parecen encontrar soluciones y que, por el otro, las llagas continúan abiertas. Por ello, con este escrito intento compartir parte de mi experiencia en el SJM, en particular la experiencia en la comunidad de Los Chiles. Como parte del trabajo visité la comunidad de Los Chiles, ubicada a 6 Km. de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. El pueblo es relativamente pequeño y cuenta con la presencia de casi todas las instituciones del Estado. Por su ubicación geográfica se ha constituido en un lugar de paso para migrantes nicaragüenses. Para llegar al pueblo, desde Nicaragua, se pueden seguir dos rutas, una por el río Frío de manera legal, procediendo de San Carlos; la otra, cruzando el río San Juan y caminando hasta la frontera para pasar de forma ilegal por las plantaciones de naranjas. La travesía de los nicaragüenses incluye viaje en bus desde cualquier parte del país, especialmente del norte y del centro, hasta San Carlos. Luego se paga transporte por la rivera del San Juan hasta un punto donde se aborda una panga que los cruza al otro lado del río. Ahí se negocia con un “coyote” que los transporta por una carretera de tierra que va desde ese punto del río hasta entroncar con la carretera de la frontera del lado tico. Es interesante notar que del lado tico el asfalto inicia justo en el alambrado que divide la frontera. Es un paso literal del polvo al asfalto. Los “coyotes” nicas detienen su marcha antes de llegar a la frontera tica y hacen que la gente siga el camino a pie por los naranjales, que para mayor paradoja, son de capitales mixtos nicaragüenses y costarricenses o de compañías radicadas en Costa Rica que cultivan en tierra nica. Y por supuesto, el producto lo sacan por el lado tico. La gente camina en dirección del alambrado, lejos del puesto de frontera. Cruza el alambrado y sigue por el monte hasta llegar a la carretera, un kilómetro más allá del puesto fronterizo por el lado tico.

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Relatos

La zona de río San Juan siempre ha sido un importante lugar de paso de emigrantes nicaragüenses hacia Costa Rica. Desde los años 90 lo es mucho más. La inmensa mayoría de quienes transitan por esa ruta con la ayuda de los “coyotes”, pasan el río y son conducidos hacia los naranjales cercanos a la línea fronteriza, donde a su suerte buscan un espacio abierto y sin vigilancia para cruzar la frontera.

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En todo el viaje la gente corre el riesgo de quedarse sin dinero en el intento por llegar a la frontera. Los “coyotes” se encargan de eso. Luego viene la fatiga de la caminada, que castiga más a los niños. Para ahorrar un poco, usualmente las y los migrantes no comen nada desde que salen de San Carlos. Muchos prefieren esperar la noche para pasar, según ellos, sin ser vistos. Una vez del otro lado, corren el riesgo de ser atrapados y luego deportados. Al final terminan cansados, con hambre y sin dinero. Muchos sin esperanzas y esperando la deportación. No olvidan que una vez deportados, aunque en Nicaragua, aún están lejos de sus hogares y sin dinero. Hasta hace unos años atrás, los migrantes capturados eran detenidos y encarcelados en las instalaciones de migración en un lugar conocido como “el hueco”, ubicado en el sótano del ya viejo y deteriorado edificio en el que están las oficinas de Migración. Según se comenta, las condiciones eran precarias, sin camas ni servicio sanitario. En el lugar se encerraba a hombres, mujeres y niños que hacinados, esperaban su deportación. No tenían comida ni espacio para dormir. Hay que imaginar cómo se vería ese pequeño espacio en temporada alta para las migraciones.

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En vista de ello, un Fraile Franciscano, asumiendo las responsabilidades que el gobierno y las instituciones costarricenses no asumían y en atención a la dignidad de las personas detenidas, inició su labor cristiana intentando acondicionar “el hueco” con algunas camas y comida. Además, realizó protestas a favor de mejorar las condiciones. Hoy, “el hueco” sólo guarda basura, camas viejas, mal olor, barrotes corroídos, paredes manchadas con escritos que descargaron la furia de los migrantes que alguna vez estuvieron encerrados en ese lugar y sombras de dolorosos recuerdos, sueños truncados e intentos fallidos. Con su labor, los Frailes Franciscanos y los Hermanos Maristas lograron fundar en el pueblo el albergue para migrantes Nuestra Señora de Guadalupe. También lograron que Migración permitiera que las mujeres y los menores de edad capturados pasaran la noche en el albergue. De esta manera, sólo los varones mayores de edad pasan la noche en las instalaciones del comando de la Policía, acondicionado para ese fin. Además de acoger a mujeres y menores de edad, el albergue también facilita la cena a los varones mayores de edad detenidos en el comando. El albergue es una casa grande de dos plantas. Tiene una sala pequeña con televisión, donde algunas personas descansan antes de dormir. Cuenta con cinco cuartos con varias literas, según el tamaño de cada cuarto. De esta manera las personas pueden contar con una cama cómoda para pasar la noche; en caso de ser muchos, también se acomodan colchones en el suelo. Cuanta con dos baños y duchas muy limpios y en buenas condiciones, uno en cada planta. El comedor y la cocina son pequeños pero muy limpios y presentan buenas condiciones. Las personas comen por grupos según vayan llegando por la noche. El apoyo consiste en brindarles la cena, albergue por una noche y el desayuno. El número de personas que acoge el albergue varía según las circunstancias y los meses del año. A finales de diciembre e inicios de enero el número incrementa a 30 personas por noche y en algunas ocasiones han llegado hasta 80 personas en una noche. Según se aprecia, la administración de los Hermanos Maristas ha sido muy positiva. Impresiona la limpieza y el

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orden que le dan a la casa un toque familiar y acogedor. En la noche todas las instalaciones están limpias e impecables, la mesa puesta, las camas hechas, la comida caliente y una acogida cálida. En el albergue se reciben personas remitidas por la parroquia a cargo de los Frailes Franciscanos Menores y los Hermanos Maristas, administradores del albergue. Otras son remitidas por el Consulado de Nicaragua en Los Chiles; por la Policía, que remite a mujeres y menores capturados; y por el hospital, que envía a personas pobres de las comunidades cercanas que no tienen dónde pasar la noche. Para el ingreso de las personas, es necesario presentar una boleta elaborada por cualquiera de estas instituciones. Con la boleta se lleva el control de las personas que ocupan el albergue. El albergue cuenta con una señora encargada de preparar la cena y el desayuno y un señor encargado de recibir a las personas por la noche y hacer de guarda de seguridad.

Por otro lado, años atrás los Hermanos Maristas emprendieron una campaña de concientización para los oficiales y policías del comando de la fuerza pública y los de Migración. Según comenta uno de los hermanos, esto ha dado muchos frutos. Ha mejorado el trato a las y los migrantes y las condiciones físicas para retenerlos hasta el momento de su deportación. Otro de los grandes logros fue conseguir que los policías coloquen en sus uniformes una placa con su nombre y número de placa, de manera que el migrante que reciba maltrato pueda dar cuenta del nombre o número del policía. En caso de denuncia en el albergue, los Hermanos llaman al comandante de la estación y ponen la denuncia. En su momento fueron suspendidos varios oficiales. Todo esto ha contribuido a mejorar el trato de la Policía con el migrante, hecho que pude constatar con las mujeres que la Policía llevaba al albergue. Según me comentaban, los policías son muy amables y educados. “Cuando nos agarran en el camino son muy amables, nos alumbran con el foco por el monte y nos tratan bien”, me comentó una señora que fue atrapada con su hermana y sus tres niños. Al ser un lugar de paso, la gran mayoría de las y los migrantes que logran pasar abandonan Los Chiles en pocas horas. No obstante, existe en el lugar y las comunidades cercanas un gran número de nicaragüenses que trabajan en las plantaciones de naranjas, piñas

157 UN VISITANTE EN LA RUTA DEL MIGRANTE

Paralelo al trabajo del albergue, me impactó el trabajo que realizan los “coyotes” o “talibanes”, como le llaman en la zona a quienes se dedican a cruzar a los nicaragüenses de manera ilegal. Es toda una industria. Para hacer su trabajo más eficiente, los del lado tico se comunican con los del lado nica por celular y así se ponen de acuerdo sobre los lugares en donde unos dejan a la gente para que los otros la reciban y transporten hacia el pueblo en Costa Rica o hacia el rio en Nicaragua. Los del lado tico están pendientes de los policías que patrullan la carretera y así avisan sobre los espacios disponibles para que la gente pase. Es muy común escuchar de los migrantes capturados que los “coyotes” les cobran y que al final los dejan en lugares en donde la policía los puede atrapar con facilidad. Usualmente se pagan quince dólares por persona para hacer el viaje desde el San Juan hasta el alambrado de la frontera por los naranjales. Los “coyotes” nicas ubican algún espacio por donde se pueda pasar por el monte sin ser vistos y asegurando que del otro lado los “coyotes” ticos estarán esperando. Si la gente logra hacer la conexión con los del lado tico, éstos les cobran cinco dólares más por llevarlos hasta el pueblo.

Encuentro 2008/ Año XL, N° 80, 155-158

y en otras ocupaciones. Para ellos, la pastoral social llevada por los Hermanos ha hecho algunos talleres sobre manipulación de alimentos y otros de diversa temática. Actualmente se está trabajando en dos prioridades: facilitar talleres sobre autoestima para los y las nicaragüenses, y realizar campañas de concientización entre la población de la zona. Cabe destacar que la labor a nivel institucional de crear conciencia y mejorar condiciones se ha ido logrando también en parte por la participación directa de los Hermanos en la red de instituciones que la pastoral social convoca. En ésta participan los directores de la mayoría de las instituciones del gobierno presentes en el pueblo, el Consulado de Nicaragua y la Iglesia Católica. Otra obra social que aportan a los migrantes es la guardería infantil que recibe a los niños -en su mayoría nicaragüenses- antes o después del período de clases, para facilitar que los padres puedan trabajar y los niños no estén solos en sus casas. Se logra que las personas pobres y en buenas condiciones físicas puedan buscar alternativas de trabajo mientras sus hijos quedan seguros y atendidos durante el día.

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Este año la Policía costarricense junto con Migración montó un operativo especial en las zonas fronterizas. Aumentaron las patrullas de frontera, los efectivos, los retenes en las carreteras y hasta se lanzaron a patrullar en el monte por las noches. Los noticieros en varias ocasiones presentaban el tema de la gran cantidad de migrantes que eran deportados de ambos puestos fronterizos y en su mayoría del puesto en Los Chiles. Me he limitado a contar lo que observé y escuché en mi estadía en Los Chiles, y mis viajes en bicicleta hasta la frontera para ver el movimiento de los “coyotes”, los migrantes y la Policía. No puedo negar el gran impacto que esta realidad ha dejado en mí. Es difícil describir el sentimiento y lo que la experiencia ha significado. Ver las lágrimas, el dolor y el espanto de las mujeres, los niños y las niñas que conocí en el albergue, el lamento del dolor en los pies y del hambre que los más pequeños les expresaban a sus madres me partía el corazón. Al final, todos se acostaban pensando en que el descanso era sólo por una noche. Al día siguiente, muy temprano, la tristeza y la desesperanza volvían a los rostros de aquella gente que subía a la patrulla para su deportación.

Encuentro 2007/ Año XXXIX, N° 78

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Envío. Es una revista de análisis políticos, sociales, económicos, culturales, ecológicos y de género de la realidad de Nicaragua, México y Centroamérica. Aparece cada mes y se publica en español, inglés e italiano. Dirección: Revista Envío. Apdo. postal A-194, Managua, Nicaragua. Tel: (505) 278-2557 Fax: (505) 278-1402 E-mail: enví[email protected] ó [email protected]

159 Cuadernos de investigación de Nitlapán. Recogen los resultados de las investigaciones realizadas por el Instituto Nitlapán. Es una publicación de carácter monográfico, especializada en temas económicos. Dirección: Instituto Nitlapán. Apdo. postal A-242, Managua, Nicaragua. Tel.:(505) 278-0627/28 y 278-1343/44. Fax:(505) 267-0436. E-mail: [email protected]

Cuadernos de investigación de la UCA. Presentan los resultados de investigaciones llevadas a cabo por los profesores e investigadores de las Facultades y los Institutos de investigación de la Universidad Centroamericana. Es una publicación monográfica, a cargo de la Dirección de Investigación de la UCA. Dirección: Cuadernos de Investigación de la UCA. Apdo. Postal No. 69. Managua, Nicaragua. Tel.:(505) 278-3923/27 Ext: 1242 ó 1239. Fax: (505) 267-0106. E-mail: [email protected]

Encuentro 2007/ Año XXXIX, N° 77, 136 Mayor Información Apdo. Postal No. 69. Managua, Nicaragua. Tel.: (505) 278-3923/27 . Fax:(505) 267-0106 E-mail: [email protected]

 

La sociedad civil nicaragüense: sus organizaciones y sus relaciones con el Estado

Autor: Luis Héctor Serra Vázquez

Nuevas publicaciones

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Este libro presenta un panorama del desarrollo alcanzado por las organizaciones de la sociedad civil y el rol que han jugado en la democratización del sistema político y en el desarrollo humano de Nicaragua. Teóricamente la sociedad civil es enfocada como un “Tercer Sector” basado en el principio de asociación solidaria, distinto del “Sector Estatal” regido por la lógica del poder y el control, y del “Sector del Mercado”, basado en relaciones de competencia en búsqueda del lucro mercantil. El estudio aborda las interrelaciones de estos tres sectores en los “espacios de gobernanza” existentes en la Nicaragua contemporánea y los retos planteados por el nuevo gobierno del FSLN.   El Dr. Luis H. Serra Vázquez es investigador y profesor miembro del Centro de Análisis Sociocultural (CASC) de la Universidad Centroamericana.  

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