Delincuencia, Sociedad Y Prevención

July 18, 2017 | Autor: Juan Lupo Jara | Categoría: Politica Criminal
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Descripción

DELINCUENCIA, SOCIEDAD Y PREVENCIÓN


Los crímenes son producidos por la falta de cultura, por la mala educación
y por la viciosa organización del Estado.
(PLATÓN DE EGINA)


1. Delincuencia Y Sociedad

Ninguna nación, ninguna región, ningún colectivo social, podrá
desarrollarse libre y eficientemente, ni podrá generar bienestar para su
población, si es que esta sometida de manera permanente al flagelo de la
delincuencia y la corrupción. La inversión y el trabajo eficiente, se
resienten y rehúyen a la larga, de los ámbitos donde reina la inseguridad y
la violencia. La esfera de acción del crimen, tanto organizado (mafias,
bandas, etc.) como individual (robo, asalto, secuestro, etc.), es cada vez
mayor. La incidencia criminal obstaculiza y perjudica el normal
desenvolvimiento de las personas, tanto en sus actividades productivas y
comerciales como en sus labores habituales, lo que se traduce en un
detrimento permanente de nuestra sociedad y que socava la base misma de su
existencia. Las personas, las familias, la sociedad civil, y los
conglomerados productivos y empresariales, se hallan en un estado de
indefensión permanente ante este flagelo. El mayor perjuicio, no sólo se
comete sobre los bienes materiales y dinerarios (gastos en seguridad
pública y privada, serenazgo, alarmas, etc.), sino fundamentalmente sobre
la integridad y la salud física y psíquica de las personas (muerte,
lesiones, deterioro de la salud, miedo, ansiedad, stress, depresión, etc.).
Todo esto, no sólo merma la eficiencia en el trabajo, sino perjudica la paz
y la tranquilidad pública, que es consustancial al bienestar y desarrollo
de una nación.
La delincuencia común, la corrupción y el crimen en general, vulneran
no sólo nuestra libertad y nuestros derechos más elementales como personas
humanas, sino que retrasan el desarrollo de nuestras comunidades,
menoscaban el bienestar de nuestras familias, y disminuyen la credibilidad
de las instituciones del Estado. Además, inhiben la eficiencia de los
hombres probos y honestos, atemorizan a los inversores, productores y
consumidores, y obstaculizan de sobremanera el desenvolvimiento normal de
las actividades comerciales, turísticas y cambiarias. Pues ningún Estado,
empresa o persona natural querrá invertir en un país donde los niveles de
inseguridad y violencia se hagan insostenibles. Existen evidencias
empíricas de la relación inversa entre una mayor incidencia criminal y el
bienestar económico y social de una nación.
2. Delincuencia Y Política

Se han planteado diversas teorías socio-jurídicas y fórmulas
normativas, sustantivas, procesales y ejecutivas para combatir el delito, y
se han ensayado ingentes procedimientos, estrategias y medidas empíricas
para prevenir la violencia, la delincuencia y la corrupción, pero ninguno
de ellos ha dado resultado. Y es que se ha pretendido, obstinadamente,
solucionar un problema que tiene carácter estructural, con políticas y
medidas de corte coyuntural y puramente inmediatista. El problema de la
anarquía social y cultural, la mediocridad política, la inseguridad
ciudadana, la corrupción institucional, la perversión y la degradación
conductual impuesta por los medios, sólo tendrá solución si es que se da
una respuesta contundente al mismo nivel dimensional de todos los
estamentos de la sociedad al unísono, y se enfrente tales males al amparo
de una política integral, que incluya políticas de corte social, económico,
cultural y mediático, y esencialmente de carácter educacional. No existe
ninguna otra solución posible, más que una solución integral al problema.
Pero si bien es cierto que la resolución de estos males sociales pasa
por un cambio profundo y extenso de la estructura político-social, también
es cierto que el colectivo de ciudadanos no puede esperar que llegue tales
cambios estructurales, pues necesita con urgencia, medidas eficaces que
atenúen tales problemas en el plazo inmediato. Son millones las personas y
familias que sufren día a día este flagelo, y sienten impotencia y
consternación ante el accionar cada vez más despreciativo y descarado de
los delincuentes, y la inercia y complicidad de las autoridades.
Las causas de la delincuencia común y el delito en general, son en
esencia de carácter estructural (pobreza, desempleo, distribución injusta
de la renta, falta de oportunidades, etc.), pero al mismo nivel se hallan
las causas de índole cultural y formativo (la violencia e inmoralidad
imperante en los hogares, la indisciplina en los centros educativos, y la
vida disoluta en el ámbito vecinal y amical). Pero lo que más coadyuva a la
existencia de tales males, son el cinismo, la inmoralidad y el descaro de
los dirigentes políticos y comunicadores sociales. Los niños y adolescentes
desde muy temprano viven en contacto directo con la violencia y el crimen,
de manera real: en sus hogares, el vecindario y las escuelas; pero también
de manera virtual: a través de los medios televisivos e informáticos. Los
niños y jóvenes al abrirse al mundo, casi de inmediato tienen un contacto
inmediato con la violencia, la despersonalización y la corrosión de
valores. Y gran parte de ello se debe a los contenidos de los medios, que
son los que suministran patrones de conducta inmediatista, disoluta y
antisocial.
3. Delincuencia Y Doctrina Jurídico-Penal

La sociedad organizada, desde los primeros tiempos, no ha encontrado
otra manera de combatir los actos antisociales y criminales, que aplicando
medidas de corte correctivo y punitivo. Con el tiempo, estas medidas fueron
sistematizadas en leyes y códigos que contenían ciertos tipos de conductas
antisociales relevantes y sus respectivas consecuencias jurídico-penales.
La doctrina jurídico-penal de los países modernos tiene como fundamento
principal, la coacción y la coerción para combatir las conductas
delictivas. Pero el aumento de las penas, la ampliación del número de
operadores del poder judicial, el aumento del personal policial y la
construcción de más establecimientos penales, no han solucionado el
problema, ni lo solucionaran por si solos jamás. La causa real del fenómeno
criminal va más allá de las leyes. Se halla en la psiquis misma del ser
humano, en su singularidad conductual, en su forma de interrelación social,
y en la estructura socioeconómica y cultural de la sociedad.
Entre todas las soluciones, tanto de corte estructural y coyuntural,
del fenómeno delincuencial, las más eficaces son aquellas que tienen que
ver con LA PREVENCIÓN, no sólo de carácter jurídico-penal y policial, sino
de corte educativo-cultural. La teoría jurídica en general y la doctrina
jurídico-penal en particular moderna, prevé LA PREVENCIÓN JURÍDICA en sus
dos vertientes[1]:
- LA PREVENCIÓN PREDELICTIVA (ex ante: antes de acaecido el acto
delictivo), que comprende La Prevención Predelictiva Positiva (que es el
conjuro del delito mediante la confianza y la convicción que genera la
ley); y La Prevención Predelictiva Negativa (que es el conjuro del delito
mediante la intimidación y la coerción contenida en la ley);
- LA PREVENCIÓN POSDELICTIVA (ex post: luego de acaecido el hecho
delictivo), que comprende La Prevención Posdelictiva Positiva (que es el
conjuro de un nuevo delito mediante la reeducación y la resocialización del
agente agresor); y La Prevención Posdelictiva Negativa (que es el conjuro
de los delitos mediante la inocuización y neutralización del agente agresor
que es reincidente y renuente a la reeducación).


4. Delincuencia Y Prevención Social

Tomando en cuenta la doctrina psicológica y sociológica respecto al
fenómeno delincuencial, en cuanto a sus causas y efectos (sociología
jurídica, criminología), y sustancialmente la doctrina jurídico-penal, en
cuanto a la preventiva jurídica-penal general y especial, es que surge la
necesidad de reforzar el combate contra el delito, mediante la prevención
por instrucción. LA PREVENCIÓN POR INSTRUCCIÓN se adscribe dentro de La
Prevención General Positiva, al instruir a los educandos (jóvenes y
adultos) sobre las ventajas de conducirse dentro de los límites de la ley,
y de lo satisfactorio que es ser un ciudadano justo y honesto, y de lo
confortable que uno se siente al respetar al prójimo; y se adscribe dentro
de La Prevención General Negativa, al advertir a los jóvenes en edad
escolar sobre la drasticidad de las penas en caso de infringir la ley y
sobre las graves secuelas que deja la cárcel, además de las penosas
consecuencias personales, familiares y sociales, que deja el crimen. LA
PREVENCIÓN POR INSTRUCCIÓN no sólo significa trasmitir mensajes educativos
contundentes con contenido altamente ético, que incluya valores como la
honestidad, la justicia y la solidaridad, o instruirlos sobre las graves
consecuencias y penas que trae infringir la ley, sino esencialmente
significa internalizarlos en la mente de los instruidos de manera efectiva
y firme, y de exponer las ventajas prácticas y la satisfacción que se tiene
al ser una persona honesta, solidaria y eficiente.
Debemos recordar que los delincuentes y corruptos de hoy, han sido los
niños y adolescentes malformados de ayer; y los niños y adolescentes mal
aleccionados de hoy, serán los delincuentes y corruptos del mañana. De ello
concluimos, que el Estado y sus organismos especializados, sólo podrá
obtener resultados efectivos contra el flagelo de la delincuencia, si
coadyuva su accionar normativo, jurisdiccional y policial al accionar de la
sociedad civil. No existe ninguna solución posible al fenómeno
delincuencial, si no se logra la participación de todos los estamentos de
la sociedad, pero esencialmente, del estamento educativo. Reconocemos que
es una ardua y difícil tarea que significara muchos esfuerzos y sacrificios
y que implicara transitar por muchas generaciones; pero es tiempo de asumir
retos y empezar de una vez a dar batalla en el campo mismo de las causas
(educación) antes que en los efectos (más policías y más cárceles). No se
pretende resolver este flagelo de un solo tirón, pero estamos seguros que
con este programa los resultados a largo plazo serán óptimos.


DATOS GENERALES:
AUTOR:
JUAN LUPO JARA (Miembro del Colegio De Abogados De Lima: Nº 42796)
Abogado, Economista, Autor De Libros De Prevención Social
CONTACTOS:
[email protected]
[email protected]
Facebook: juan lupo jara
Celular: 949595929

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[1] LA PREVENCIÓN GENERAL Y ESPECIAL: Según la doctrina jurídico-penal
moderno, es el conjunto de decisiones y medidas dirigidas a conjurar y
evitar la comisión de los delitos. Se bifurca en: Prevención General, que a
la vez es: Positiva: cuando se pretende conjurar los delitos mediante la
convicción y la confianza que genera la ley; o Negativa: cuando se procura
conjurar los delitos mediante la intimidación y la coerción contenida en la
ley. Y Prevención Especial (individual), que puede ser: Positiva: cuando la
conjura del delito se realiza mediante la re-educación y la resocialización
del agente; o Negativa: cuando la conjura del delito se realiza mediante la
inocuización y neutralización del agresor. (Varias fuentes/ varios
autores).
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