Del software libre a los recursos educacionales abiertos: la conformación de un movimiento por el conocimiento libre

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I CONGRESO INTERNACIONAL: NUEVOS HORIZONTES DE IBEROAMÉRICA – MENDOZA – ARGENTINA – 2013

DEL SOFTWARE LIBRE A LOS RECURSOS EDUCACIONALES ABIERTOS: LA CONFORMACIÓN DE UN MOVIMIENTO POR EL CONOCIMIENTO LIBRE

VENTURINI, Jamila Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Flacso Argentina [email protected]

Introducción A partir de la segunda mitad del siglo pasado, principalmente de los años 70, intelectuales de distintos países empezaron a identificar cambios económicos, políticos, sociales y culturales que, para algunos, permitían configurar una nueva etapa de la historia occidental y del sistema capitalista. Independiente del nombre o de la amplitud que se de a tales características, se puede decir que actualmente el capitalismo industrial convive con un nuevo capitalismo marcado por la centralidad de la información y el conocimiento en la economía (Krikorian, 2010). Es fundamental en la configuración de este período el rol de la tecnología de la información que se desarrolla con los avances de la industria electrónica y que, desde entonces, influye en los diversos ámbitos de la actividad humana (Castells, 1997). Diferente de la etapa industrial, en la cual la productividad se basaba principalmente en el manejo de las nuevas fuentes de energía, el capitalismo informacional global tiene las tecnologías de generación de conocimiento, el procesamiento de informaciones y la comunicación de símbolos como sus fuentes principales de productividad y en el centro de la producción de valor (Castells, 1997). “Es informacional porque la productividad y competitividad de las unidades o agentes de esta economía (ya sean empresas, regiones o naciones) depende fundamentalmente de su capacidad para generar, procesar y aplicar con eficacia la información basada en el conocimiento. Es global porque la producción, el consumo y la circulación, así como sus componentes (capital, mano de obra, materias primas, gestión, información, tecnología, mercados), están organizados a escala global, bien de forma directa, bien mediante una red de vínculos entre los agentes económicos. Es informacional y global porque, en las nuevas condiciones históricas, la productividad se genera y la competitividad se ejerce por medio de una red global de interacción. Y ha surgido en el último cuarto del siglo XX porque la revolución de la tecnología de la información proporciona la base material indispensable para esa nueva economía.” (Castells, 1997)

Más que la centralidad del conocimiento y de la información en la producción de valor, lo que es crucial en esa nueva economía es la capacidad de innovación, o sea, de aplicarse el conocimiento y la información en la creación de nuevas tecnologías generadoras de más conocimiento y procesadoras de más información. En las palabras de Castells (1997): “Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no sólo un elemento decisivo del sistema de producción”. Los ámbitos relacionados con la producción cultural o de conocimiento se ven directamente afectados por esta nueva dinámica de la economía. Las leyes de propiedad intelectual ganan especial importancia ya que permiten la apropiación privada del conocimiento, cultura e información. El aumento del control ocurre de manera paradójica a las nuevas posibilidades de apertura ofrecidas por las nuevas tecnologías e Internet, que propiciaron la emergencia de un modelo que puso en jaque la lógica de producción de cultura, información y conocimiento dominante – marcadamente proprietaria, comercial y concentrada. En cambio, el modelo que se construye principalmente a partir de las últimas décadas del siglo XX está fuertemente basado en la colaboración y la producción no comercial que caracterizó el propio desarrollo de las tecnologías, muchas veces impulsado y financiado por órganos públicos, el ámbito académico y la producción artística más allá de las industrias culturales1. En ese escenario, creadores y consumidores cada vez más se confunden al mismo tiempo en que las posibilidades de acceso y de cooperación aumentan exponencialmente.

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No se trata de un modelo nuevo, una vez que la colaboración siempre existió en las distintas sociedades y estuvo presente en diversos ámbitos de las sociedades modernas occidentales, como en el científico, por ejemplo. Lo que se comprende es que ese modelo que se tornó marginal durante el siglo pasado, vuelve con fuerza superior potenciado por el surgimiento de las nuevas tecnologías digitales. 1

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"Creation has always been inspired and made possible by what already exists, and it continues to be, but the space and time in which the act of creating can be performed by ordinary people has been significantly transformed with the unfolding of an immaterial world in which new possibilities of creation have become increasingly accessible to many." (Krikorian, 2010)

Sin embargo, en la medida en que la circulación libre de contenidos culturales afecta a los intereses de los tradicionales detentores de derechos de propiedad intelectual, ellos amplían sus esfuerzos por restringir y controlar al acceso libre propiciado por las nuevas tecnologías. Como afirma Krikorian (2010), las leyes de derecho de autor son las principales armas utilizadas para la restricción y la criminalización de los usuarios. Consecuentemente, la regulación sobre los usos de materiales protegidos representan la mayor amenaza a la apertura (Benkler, 2006). Para el filósofo francés Michel Foucault (1976), las normas jurídicas ocultan una guerra constante entre diversas fuerzas opuestas. Para él, la “ley no es pacificación, puesto que debajo de ella la guerra continúa causando estragos en todos los mecanismos de poder, aun los más regulares. La guerra es el motor de las instituciones y el orden: la paz hace sordamente la guerra hasta el más mínimo de sus engranajes”. En el caso de las tecnologías digitales, esa guerra oculta se lucha todos los días y al prender la computadora o conectarse a Internet millones de personas se ven involucradas en ella diariamente. Los usos, así como la arquitectura de la red (Lessig, 2006), unidos a las normas jurídicas, definen las prácticas permitidas y prohibidas en ese espacio. Se ve hoy, por lo tanto, una especie de “guerra de los derechos de autor” (Lessig, 2008) en la cual de un lado se posicionan los grandes actores económicos detentores de derechos de propiedad intelectual y de otro están los grupos de defensa de los derechos humanos y de las libertades ciudadanas, activistas y desarrolladores de software libre, artistas, científicos que desean poder compartir sus conocimientos libremente por la red, etc. Para Yochai Benkler (2006), lo que está en juego en esta guerra es quienes van a integrar la sociedad de red y quienes van a seguir consumiendo informaciónes producida por las industrias de manera pasiva. “The battle over the institutional ecology of the digitally networked environment is waged precisely over how many individual users will continue to participate in making the networked information environment, and how much of the population of consumers will continue to sit on the couch and passively receive the finished goods of industrial information producers” (Benkler, 2006).

Una mirada ampliada del avance de las leyes de propiedad intelectual sobre códigos genéticos y medicamentos, por ejemplo, muestra que mucho más puede estar en juego. "Information and knowledge are the raw material of which immaterial goods, ideas, and inventions are made, and as such, they are key to individual as well as collective human development and welfare. On the scale of the global economy, what is at stake in exclusive intellectual property regimes is nothing less than the control of existing stocks of information and knowledge and of their flows, along with the management and harnessing of the innovations that such information and knowledge can allow to produce. As in the current international economy growth and competitiveness have become increasingly dependent on the production, processing, and circulation of information and knowledge, the empire of intellectual property rights was expanded. The ramifications of the intellectual property system thus extend to techniques, technologies, know-how, and skills in all sectors, whether they concern financial speculation, aerospace engineering, medical or military research, agronomics, textiles, shipbuilding, cooking, or music composition." (Krikorian, 2010)

Observando el avance de la industria en el control de la información y del conocimiento humanos y utilizando las posibilidades de comunicación, integración y colaboración ofrecidas por las propias tecnologías, individuos alrededor del mundo conforman movimientos y organizaciones para exigir ambientes públicos, abiertos y libres. Al mismo tiempo en que pelean por su ideal en la esfera pública, estos actores con sus actividades cotidianas ayudan en la construcción de una base común de conocimiento, información y cultura no propietarias y de libre acceso, luchando para subvertir las nuevas reglas impuestas por el poder económico e informar a los usuarios de los peligros del aumento del control en Internet (Lessig, 2006). El presente artículo hace un breve histórico del surgimiento y desarrollo de algunas de las iniciativas – el software libre, el acceso abierto y los recursos educativos abiertos – que buscan garantizar un ambiente de libre circulación de conocimiento, cultura e información. Además se presentan las licencias libres o alternativas que potenciaron el éxito de las iniciativas mencionadas anteriormente al subvertir el sentido de las leyes de derechos de autor. La propuesta de retomar el desarrollo de estos movimientos es propiciar una reflexión sobre la guerra antes mencionada y sobre la importancia de una inclusión digital crítica que lleve en consideración las dinámicas aquí relatadas. 2

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Software libre El origen del software libre está íntimamente relacionado a la historia del software de manera general, ya que al principio no estaba permitido registrar patentes sobre el software y, aunque no fuera prohibido registrar los derechos de autor de un código, esa no era una práctica común (Benkler, 2006). Al contrario, compartir era la regla. “Cuando entré a trabajar en el Laboratorio de Inteligencia Artificial (AI Lab) del MIT en 1971, pasé a formar parte de una comunidad que compartía software y llevaba haciéndolo durante años. El acto de compartir software no se circunscribe a nuestra comunidad en particular: es tan antiguo como los propios ordenadores, lo mismo que compartir recetas es tan viejo como la cocina.” (Stallman, 2004)

A partir de los años 80 en Estados Unidos se empiezan a identificar nuevos objetos que pasan a estar sujetos a la protección a través de patentes – entre los cuales se incluyen los algoritmos2, bacterias modificadas, material genético y modelos de negocios empresariales, por ejemplo (Coleman, 2013). De ahí en adelante empiezan a multiplicarse las cláusulas restrictivas a la circulación del software que se imponían sobre las prácticas de los desarrolladores que ahora tenían que cambiar la manera con que estaban acostumbrados a relacionarse con los programas. Stallman (2004) lo resume claramente: “antes de poder utilizar un ordenador tenías que prometer no ayudar a tu vecino. (...) Los titulares de software propietario establecieron la siguiente norma: 'Si compartes con tu vecino, te conviertes en un pirata. Si quieres hacer algún cambio, tendrás que rogárnoslo'”. Él fue uno de los que se empezó a preocupar con la nueva realidad que se le imponía. Considerado por algunos el filósofo de nuestra generación (Lessig, 2004), Stallman no pudo aceptar el hecho de que ya no le era permitido compartir su trabajo con sus pares. Para él, “los usuarios de ordenadores deberían ser libres para modificar los programas y ajustarlos a sus necesidades, libres para compartirlos, porque la cooperación con los demás constituye la base de la sociedad.” “Considero que la regla de oro requiere que si a mi me gusta un programa, lo debo compartir con otra gente que le guste. Los vendedores de software quieren dividir a los usuarios y seducirlos, haciendo que cada usuario acuerde no compartir su software con otros. Yo rehúso a romper mi solidaridad con otros usuarios de esta manera. No puedo en buena conciencia firmar un acuerdo de no divulgación o un acuerdo de licencia de software.” (Stallman, 2004)

Con eso en su mente, Stallman deja su trabajo en el Massachussets Institute of Technology (MIT) para desarrollar lo que él denomina software libre. Según su creador (2004), el software puede ser considerado libre siempre que el usuario tenga la libertad de ejecutar el programa – sea cual sea su propósito –, modificar el programa para ajustarlo a sus necesidades, redistribuir copias gratuitas o no, y distribuir versiones modificadas del programa. “Software libre significa un control que es transparente y susceptible de modificación, igual que las leyes libres, o las leyes de una 'sociedad libre', son libres cuando hacen su control cognoscible y abierto a la modificación. La intención del 'movimiento del software libre' de Stallman es producir código en la medida en que pueda ser transparente y susceptible de modificación haciéndolo 'libre'.” (Lessig, 2004)

En 1985, Stallman crea la fundación Free Software Foundation (FSF) y junto con voluntarios empieza a desarrollar herramientas y las partes de un sistema operacional libre. La diferencia con relación al software propietario era que los usuarios tenían autorización para compartir, alterar y redistribuir el código fuente. Hasta que se creó una licencia que formalizara esa relación, ella se basó en acuerdos informales entre los desarrolladores y los usuarios (Coleman, 2013). El software libre surge entonces como una primera resistencia a la apropiación privada de la información y el conocimiento – en este caso, transformados en código – por parte de las empresas. La visión de Stallman sobre el tema es clara: se trata de un paso hacia una sociedad en la cual no habrá escasez de recursos y nadie tendrá que trabajar demasiado para sobrevivir. Al contrario, las personas serán libres para realizar las actividades que les parecen divertidas, como desarrollar software3.

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Un “código” o algoritmo es un conjunto de instrucciones que son transmitidas a una máquina y que la hacen funcionar. “A largo plazo, hacer programas libres es un paso hacia el mundo postescasez, donde nadie tendrá que trabajar duro para ganarse la vida. La gente será libre para dedicarse a actividades entretenidas, como la programación, después de haber dedicado diez horas obligatorias a la semana a las tareas requeridas, como legislar, el asesoramiento familiar, la reparación de robots y la exploración de asteroides. No habrá necesidad de ganarse la vida mediante la programación.” (Stallman, 2004) 3 3

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Para Gabriela Coleman (2013), la creación de la FSF, y posteriormente de la licencia copyleft, fueron actos políticos intencionales por parte de Stallman. "The creation of the FSF and especially the copyleft were intentional acts of political resistance to halt the increasing proprietization of information. Yet Stallman did not launch a radical politics against capitalism or frame his vision in terms of social justice. Rather, he circumscribed his political aims, limiting them to securing a space for the technocultural values of his passion and lifeworld— computer hacking." (Coleman, 2013)

Las licencias que implementan el método copyleft empezaron a desarrollarse en los años 80, algún tiempo después de la creación de la FSF. Su característica principal es que se basan en los derechos de autor (copyright) pero los invierte al determinar que el software permanece abierto y sujeto a cambios y que además cualquiera que utilice o adapte un software libre debe registrar su trabajo bajo la misma licencia. En términos prácticos: la GPL garantiza que los softwares derivados de un software libre deban necesariamente ser libres, retroalimentando la propia comunidad de desarrolladores. En las palabras de Stallman (2004): “La idea fundamental del copyleft es que se autoriza la ejecución del programa, su copia, modificación y distribución de versiones modificadas, siempre que no se añada ninguna clase de restricción a posteriori. De este modo, las libertades cruciales que definen el 'software libre' quedan garantizadas para cualquiera que posea una copia; estas libertades se convierten en derechos inalienables.”

La asociación entre la FSF con un desarrollador llamado Linus Torvalds en 1992 originó el sistema operativo libre GNU Linux. Con él se potencia un modo de producción colaborativo basado en la participación abierta de diversos actores distribuidos alrededor del mundo. Coleman (2013) reitera que aunque la colaboración existiera anteriormente en el ámbito universitario, por ejemplo, ella alcanzó otro nivel con la utilización de las redes y, más allá de sus efectos en la comunidad de software libre, inspiró a diversos movimientos no necesariamente relacionados al software (Coleman, 2013). “Linux initiated a global network of associations composed of hackers who, over time, came to not only identify and alter the principles of freedom first enshrined by Stallman but also shift the material practice of collaborative hacking. The pragmatic and ethical hallmarks of hacking— innovation, creativity, collaboration, a commitment to openness, and imaginative problem solving— that Stallman established as a bulwark against proprietization became the basis of long- distance free software development.” (Coleman, 2013)

A pesar de las dificultades4, con el Linux, el software libre salió de la marginalidad para ganar incluso el mercado – a veces bajo el nombre de software de código abierto (open source software)5. La visión de Stallman (2004) sobre eso fue mayormente escéptica: aunque el aumento de usuarios de sistemas libres tiene consecuencias positivas, ello no está asociado a un aumento en la conciencia sobre la filosofía en que se basan. Gabriela Coleman (2013) no está de acuerdo. Para ella, la aceptación del software de código abierto en el mundo empresarial hizo que los principios del software libre – o sea la posibilidad de compartir, la libertad y la colaboración – llegaran a un público cada vez mayor. “The corporate acceptance of Linux and open source, however, did not completely eliminate the idealistic elements of free software production. In fact, the popularity of Linux among hackers, the ability of hundreds and eventually thousands of programmers to contribute to it (and other software projects), and its success in the commercial sphere had the effect of rendering visible the underlying ethics of free software to a much larger audience than the FSF and Stallman had ever

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Como observa Stallman (2004), la campaña difamatoria en contra de la difusión libre empezó casi en paralelo a las iniciativas de privatización, basadas en patentes y leyes de derechos de autor aplicadas al software. Como recuerda Coleman (2013), con el surgimiento del GNU Linux y su notable crecimiento a partir de la década de los 90, Microsoft desarrolla un discurso en que asocia al software libre a “las tres palabras más temibles en los Estados Unidos: cáncer, comunismo y anti-americanismo”: “Although Microsoft stated in its internal memos that it would not lead a campaign of fear, uncertainty, and doubt against open- source products, it feverishly implemented the well- worn corporate tactic of disinformation, using everything in the company’s powerful marketing arsenal to discredit the reliability of Linux. Launching a direct attack against the bulwark of F/OSS, the GPL, Microsoft representatives described this legal agreement with three of the most feared words in the United States: cancer, communism, and un- American. In 2001 during a media interview, Microsoft’s CEO, Steve Ballmer, stated unabashedly, 'Linux is a cancer that attaches itself in an intellectual property sense to everything it touches' (quoted in Greene 2001). Even amid various advertising campaigns, none of these words ever stuck.” (Coleman, 2013) 5 Gabriela Coleman (2013) explica como la idea de software de código abierto se desarrolla para aumentar el potencial comercial del software libre entre las empresas de tecnologías. 4

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reached. By turning Linux and open source into household names, many more people learned about not just open source but also the ethical foundations— sharing, freedom, and collaboration— of free software production.” (Coleman, 2013)

Coleman (2013) desarrolló un estudio antropológico 6 en el cual muestra cómo la producción de software libre generó en los desarrolladores una consciencia jurídica y política sobre el impacto de las leyes de derechos de autor. "During the 1990s, when trade associations began in earnest to expand and strengthen the global reach of intellectual property laws while linking them with trade issues, free software production acted informally as a training ground for an army of amateur legal scholars, critical of the new intellectual property legislation. Free software hackers came to deeply value a legal morality other than the neoliberal credo spun by copyright industries." (Coleman, 2013) En resumen, con la popularización del software libre, una gran cantidad de desarrolladores se sumó al ejército de activistas en defensa del libre acceso al conocimiento. Al mismo tiempo, sus principios, así como las ideas de colaboración en red y las licencias de la FSF, inspirarían una serie de actores y movimientos alrededor del mundo. Una de las consecuencias más importantes de ese proceso fue la creación de las licencias Creative Commons, que extendieron para el mundo de la cultura, la lógica del copyleft a principios de la década de 2000 y a su vez impulsaron o facilitaron el surgimiento de diversas iniciativas de producción libre.

Licencias libres La creación de la GPL con el principio del copyleft a mediados de los años 80 fue una estrategia de Richard Stallman para garantizar la libertad a los usuarios de copiar, modificar y distribuir los programas como desearan (Stallman, 2004). Al mismo tiempo se impulsaba la creación de cada vez más contenidos libres que servirían de materia prima para la comunidad de desarrolladores. Como observa Lessig (2004): “La técnica de Stallman fue usar las leyes de copyright para construir un mundo de software que ha de mantenerse libre. El software licenciado bajo la GPL de la Fundación para el Software Libre no puede modificarse ni distribuirse a menos que el código fuente también se haga público. De este modo, cualquiera que construyese sobre la base de software con GPL tendría que liberar también sus edificios. Esto aseguraría, creía Stallman, el desarrollo de una ecología del código que se mantendría libre para que otros construyeran sobre él. Su meta fundamental era la libertad; el código creativo e innovador era un producto secundario.”

Con eso, Stallman encontró una manera de “reconstruir un tipo de libertad que antes se había dado por sentada” (Lessig, 2004). De manera similar, Lawrence Lessig (2004) se dió cuenta que el riesgo de restricción de libertades (antes garantizadas pasivamente), que identificó Stallman en la multiplicación de patentes y derechos de autor sobre el software, también amenazaba lo que él denomina cultura libre – una cultura que protege a los creadores pero que, al mismo tiempo, limita las protecciones de modo a permitir que otros puedan seguir creando sobre las bases de la cultura del pasado7. Debido al avance de las protecciones de derechos de autor (primero en Estados Unidos y después en los distintos países del mundo a través de presiones y tratados internacionales), la cultura libre estaba de a poco desapareciendo. Lessig (2004) observó cómo, en los últimos años, las extensiones de los plazos de vigencia de los derechos de autor obedecieron a los intereses de la industria detentora de ellos8. Al mismo tiempo identificó que, con el desarrollo de las tecnologías digitales y principalmente de Internet, la amplitud y fuerza de las leyes de derechos de autor aumentó de manera significativa y sin garantizar libertades básicas para los ciudadanos. Según el autor, individuos y usos que nunca

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Publicado en el libro “Coding freedom: the ethics and aesthetics of hacking” (2013). “Una cultura libre apoya y protege a creadores e innovadores. Esto lo hace directamente concediendo derechos de propiedad intelectual. Pero lo hace también indirectamente limitando el alcance de estos derechos, para garantizar que los creadores e innovadores que vengan más tarde sean tan libres como sea posible del control del pasado. Una cultura libre no es una cultura sin propiedad, del mismo modo que el libre mercado no es un mercado en el que todo es libre y gratuito. Lo opuesto a una cultura libre es una "cultura del permiso"--una cultura en la cual los creadores logran crear solamente con el permiso de los poderosos, o de los creadores del pasado.” (Lessig, 2004) 8 Entre 1790 y 1978, el plazo medio de vigencia de los derechos de autor no superó los treinta años. Actualmente, ese plazo ha ido a noventa y cinco años para los autores corporativos o la vida de los autores más setenta años (Lessig, 2004). 5 7

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estuvieron bajo el radio de acción de los derechos de autor – creados específicamente para regular los editores y las copias (2004) – ahora se veían afectados por ella9. “Nunca el copyright ha protegido una gama tan amplia de derechos, contra una gama tan amplia de agentes culturales, por un plazo que tuviera remotamente la longitud del de hoy. Esta forma de regulación – una minúscula regulación de una minúscula parte de la energía creativa de un país en el momento de su fundación – es ahora una masiva regulación de todo el proceso creativo. La ley más la tecnología más el mercado ahora interactúan para convertir esta regulación históricamente benigna en la más significativa regulación de la cultura que nuestra sociedad libre ha conocido.” (Lessig, 2004) A partir de estas reflexiones y de la inspiración en la GPL y otras licencias basadas en el principio del copyleft, Lessig impulsó la creación de Creative Commons, una institución sin fines de lucro que fue responsable por la creación de las licencias de mismo nombre (Araújo, 2008). Estas licencias permiten al autor de una obra cultural determinar qué libertades desea ofrecer a sus usuarios. Ellas son estructuradas en tres niveles: uno es un documento que explica de manera sencilla, y libre de términos jurídicos, los términos de la licencia para el usuario común (no un abogado o un experto en derecho, por ejemplo); otro es un documento que la describe en términos legales según las leyes de cada país; y el tercero la describe en un lenguaje comprensible para las máquinas (Araújo, 2008). Es importante destacar que en un momento en que la arquitectura de la red determina también los usos permitidos y prohibidos de las obras (Lessig, 2004), el tercer nivel es algo fundamental, ya que permite que los programas diseñados para controlar los usos de obras protegidas interpreten y respeten las libertades concedidas a través de las licencias Creative Commons. El uso de este tipo de licencia, como en el caso de la GPL garantiza, por un lado, el derecho del autor de determinar los usos permitidos y restringidos de sus obras, y por otro, la libertad del usuario – o se podría decir usuario-creador – de hacer determinados usos de las obras sin necesidad de pedir una autorización o permiso al autor en cuestión 10. Como afirma Benkler (2006), antes de las licencias libres o alternativas – como se las suele llamar –, no había manera de identificar claramente cuáles eran las obras disponibles para el uso (con o sin restricciones). La ambigüedad de las leyes y la disposición de las grandes industrias detentoras de derechos de autor, de restringir cada vez más las posibilidades de uso justo11 a través de procesos judiciales, hacía riesgoso cualquier intento de utilización de obras protegidas. “The innovation represented by these licenses relative to the background copyright system is that they make it trivial for people to give others permission to use their creations. Before their introduction, there were no widely available legal forms to make it clear to the world that it is free to use my work, with or without restrictions. More important than the institutional innovation of Creative Commons is its character as a social movement. Under the moniker of the 'free culture' movement, it aims to encourage widespread adoption of sharing one’s creations with others.” (Benkler, 2006)

Las Creative Commons, de la misma manera que la GPL y el copyleft para el software, tienen un importante rol en potenciar la creación de un repositorio de contenidos libres. Al mismo tiempo, como dice Benckler (2006), fue capaz de viabilizar la emergencia de diversos movimientos en pro de la cultura libre y compartida. Además de acercar a músicos, cineastas y artistas al ejército de activistas que luchan en contra de la privatización de la cultura y del conocimiento, y de la concentración de la producción cultural. “Creative Comons por tanto pretende construir una capa de contenidos, gobernados por una capa de leyes razonables de copyright, sobre la que otros puedan construir. Las decisiones voluntarias de individuos y creadores harán que estos contenidos estén disponibles. Y estos contenidos nos permitirán a su vez reconstruir un dominio público.” (Lessig, 2004)

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El autor explica de la siguiente manera como era la situación hasta hace poco tiempo: “Si lees un libro, ese acto no está regulado por la ley del copyright. Si se lo das a alguien, ese acto no está regulado por la ley del copyright. Si revendes el libro, ese acto no está regulado (la ley del copyright declara expresamente que después de la primera venta de un libro, el dueño del copyright no puede imponer ninguna condición más sobre la formas en las que un comprador dispone del libro). Si duermes sobre el libro o lo usas para reafirmar una lámpara o dejar que tu perrito lo mastique, estos actos no están regulados por la ley del copyright, porque estos usos no crean una copia.” (Lessig, 2004) 10 En el caso de las obras protegidas por derechos de autor y no licenciadas con una licencia Creative Commons, por ejemplo, aunque el autor esté dispuesto a permitir el uso deseado, identificar y ubicar quienes son los detentores de los derechos, puede ser muchas veces un proceso extremadamente largo y costoso (Lessig, 2004). 11 Uso justo (fair use, en inglés) es el término jurídico que se refiere a la posibilidad de uso limitado de una obra protegida por derechos de autor sin necesidad de permiso del autor. Es el caso del uso académico o informativo por ejemplo. Lo que Benkler (2006) enfatiza es que mientras las leyes de derechos de autor se amplian, los usos admitidos como uso justo se restringen a través de proccesos jurídicos llevados a cabo por las indústrias culturales tradicionales que buscan definir qué es o no permitido en la red. 6

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De ese modo, las Creative Commons viabilizan o potencian innumerables iniciativas de comunidades de producción y distribución de cultura y conocimiento libres. Algunos ejemplos son los periódicos científicos, basados en el acceso abierto (open access, en inglés), y los recursos educacionales abiertos, que presentaremos en seguida.

Acceso abierto En paralelo al movimiento del software libre, otra movilización empieza a desarrollarse en el mundo académico, con la llegada de las redes de computadoras a las universidades. Se trata del movimiento de acceso abierto, que va a conformarse definitivamente a principios del siglo, con el lanzamiento de la Iniciativa de Budapest para el Acceso Abierto en 2002. Resultante de una asamblea realizada en el año anterior, la Iniciativa de Budapest representó la convergencia de diversas iniciativas, hasta entonces desconectadas alrededor del mundo (Guédon, 2008), que buscaban utilizar las nuevas tecnologías digitales para difundir artículos científicos a través de la red, de manera gratuita o a bajo costo. Según la definición adoptada en ese momento, “Por 'acceso abierto' a esta literatura queremos decir su disponibilidad gratuita en Internet público, permitiendo a cualquier usuario leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o usarlos con cualquier propósito legal, sin ninguna barrera financiera, legal o técnica, fuera de las que son inseparables de las que implica acceder a Internet mismo. La única limitación en cuanto a reproducción y distribución y el único rol del copyright en este dominio, deberá ser dar a los autores el control sobre la integridad de sus trabajos y el derecho de ser adecuadamente reconocidos y citados.” (Iniciativa de Budapest para el Acceso Abierto, 2002)

Según Machado (2005), la primera iniciativa de creación de una base de datos electrónica de bibliografía científica ocurrió en la década del 6012. A partir de entonces, mientras las tecnologías avanzaban, diversas propuestas se fueron desarrollando, hasta que con la expansión de Internet en los años 90, se empiezan a multiplicar las bases de datos de libre acceso (Machado, 2005). Algunos de los proyectos que surgen en ese período son el ArXiv13 – un repositorio pionero de artículos de las áreas de física, matemática y ciencias de la computación – y, en el contexto latinoamericano, el Scielo14, lanzado en 1997, que reúne materiales de periódicos de distintas áreas del conocimiento. El surgimiento relativamente temprano de las iniciativas de acceso abierto, se explica por una característica particular de la comunicación científica: la publicación de artículos científicos no tiene fines de lucro. Los científicos no cobran de las editoras por la publicación de sus artículos, su motivación tiene que ver con el principio de hacer circular el conocimiento y con los beneficios indirectos que el autor puede recibir con el aumento de su reputación como investigador (Willinsky, 2006). “Money is hardly absent from this publishing picture. Although journals pay authors no royalties, faculty members do profit at least marginally as their research reputation grows. As a result of publishing well-received articles, faculty members can look forward to salary increases, job offers, speaker fees, consultancies, and other opportunities. Yet the immediate and direct value of publishing a work is realized in the circulation of knowledge.” (Willinsky, 2006)

Así, como se observa en la Iniciativa de Budapest (2002), el movimiento de acceso abierto emerge de una combinación entre una “vieja tradicción” y una “nueva tecnología”: “La vieja tradición es el deseo de los científicos y académicos por publicar los frutos de su investigación en revistas académicas (...) tan solo por el gusto de indagar y por el conocimiento. La nueva tecnología es Internet. El bien público que hacen posible es la distribución electrónica en la red de redes de literatura periódica revisada por pares completamente gratuita y sin restricciones de acceso por todos los científicos, académicos, maestros, estudiantes y otras mentes curiosas.”

Antes de la llegada de las tecnologías digitales y de Internet, la divulgación del conocimiento científico ocurría a través de los periódicos científicos publicados por sociedades científicas o editoras comerciales. Como resalta Ress (2010), el sistema de publicación científica desarrollado a mediados del siglo XVII en Inglaterra fue el que más se adecuó a las 12

Trátase del Educational Resources Information Center (ERIC), disponible en http://www.eric.ed.gov, que fue creado en 1966 (Machado, 2005). 13 Según el sitio del ArXiv (http://arxiv.org) se encuentran disponibles en acceso abierto hoy más de 872 mil artículos (consultado en septiembre de 2013). 14 La plataforma Scielo (http://www.scielo.org) reúne actualmente más de mil periódicos de países de Latinoamérica, España, Portugal y Sudáfrica y casi 441 mil artículos (consultado en septiembre de 2013). 7

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necesidades de la ciencia por más de tres siglos. Sin embargo, el aumento de las restricciones económicas al acceso a los periódicos en los últimos treinta años y las posibilidades de libre acceso ofrecidas por Internet y las tecnologías digitales, desestabilizó ese sistema (Willinsky, 2006). “(...) in the last thirty years, things have changed rapidly. There has been an enormous growth in research being conducted at the global level, but access to this knowledge increasingly has been restricted by the erection of substantial economic barriers. As a result of the need for new, global publications, commercial publishing organizations have become interested in the market and have promoted and launched more and more journals. These are for-profit organizations, unlike most traditional learned societies and scholarly publishers. Scholars and libraries have had no alternative—they have had to pay more and more for more subscriptions to these new journals. And since the 1990s, when features such as on-line access have been added, there has been additional cost for the publishers and their clients. One response to this increasing restriction of access to published knowledge has been the rise of open-access electronic publishing.” (Ress, 2010)

El aumento de las barreras económicas al acceso a los periódicos científicos más relevantes hizo con que las bibliotecas, que disponían de presupuestos cada vez menores y que no podían pagar los precios exigidos por las editoras comerciales, cancelaran sus suscripciones. Las alternativas de acceso abierto fueron fundamentales para que muchas instituciones volvieran a tener acceso a la literatura relevante en sus áreas, principalmente en los países periféricos 15. Como resume Jean-Claude Guédon (2010), “Para todos os cientistas, sejam de países ricos ou pobres, o Acesso Aberto proporciona mais oportunidade de ampliar o trabalho de precursores e de colegas / concorrentes do mundo inteiro. Os cientistas enquanto leitores são igualmente bem servidos pelo Acesso Aberto e, para os cientistas de países pobres, contanto que haja disponibilidade de conexões com a Internet com largura de banda suficiente, a desigualdade de informações com que trabalham tenderá a diminuir com o avanço do OA.”

Desde el punto de vista del científico como creador, el autor enfatiza el hecho de que aunque el acceso a la publicación en periódicos de los países centrales tiene muchas barreras (incluso considerando los periódicos de acceso abierto), ya no es tan difícil crear periódicos de acceso abierto en países periféricos y hacerlos visibles y accesibles alrededor del mundo (Guédon, 2008). Para él, eso permite superar la división de la ciencia entre “predominante” y “periférica”. “A importância do Acesso Aberto como movimento já deve ter ficado óbvia. Em primeiro lugar, ele promete fazer o sistema mundial da ciência funcionar melhor, ao aprimorar sua infra-estrutura de comunicação. E, mais importante, ele abre a porta para a esperança: com o Acesso Aberto, corrigir muitas das injustiças inerentes à barreira de conhecimento que existe entre os chamados países “centrais” e “periféricos” torna-se uma clara possibilidade.” (Guédon, 2010)

Como señala Machado (2005), el acceso abierto está intimamente relacionado a las licencias alternativas – especialmente las Creative Commons – ya que ellas al mismo tiempo impulsan y ofrecen las protecciones necesarias para la disponibilidad de contenidos libres en la red. Su importancia es tan grande para el movimiento que en los diez años de la Iniciativa de Budapest, una de las recomendaciones para las iniciativas de acceso abierto es el uso de licencias Creative Commons específicas. La declaración "Diez años desde la Budapest Open Access Initiative: hacia lo abierto por defecto” afirma: “En el desarrollo de estrategias y establecimiento de prioridades, reconocemos que el acceso abierto gratuito es mejor que el acceso abierto restringido por suscripción, que el acceso abierto libre es mejor que el acceso abierto gratuito, y que el acceso abierto libre bajo licencias CC-BY16 u otra equivalente es mejor que el acceso abierto libre bajo licencias abiertas más restrictivas.”

El movimiento de acesso abierto además se relaciona con las licencias y el software libres en la medida en que hace frente a la privatización de la cultura y del conocimiento. Como resume Machado (2005), 15

Willinsky (2006) cuenta el caso del Instituto de Investigación Médica de Kenya que año trás año tuvo que cancelar suscripciones de periódicos hasta quedarse con cinco títulos que no abarcaban el principal interés de la institución, las enfermedades tropicales. Esa situación cambió en 2001 cuando la Organización Mundial de la Salud logró convencer seis de las principales editoriales a ofrecer una versión en acceso abierto de las versiones electrónicas de sus periódicos. 16 La licencia CC-BY, o “Reconocimiento”, es la licencia más permisiva del conjunto de licencias Creative Commons. Ella “permite cualquier explotación de la obra, incluyendo una finalidad comercial, así como la creación de obras derivadas, la distribución de las cuales también está permitida sin ninguna restricción” (http://es.creativecommons.org/blog/licencias/, consultado en septiembre de 2013). La condición es que el usuario identifique el autor de la obra en cualquier uso que haga de la misma. 8

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"Essas iniciativas estão relacionadas entre si, pois emergem de um contexto em que a informação e, principalmente, o conhecimento são tanto insumos como produtos cada vez mais importantes para a produção cultural, econômica, artística, intelectual e, assim, para o desenvolvimento econômico e social. Por essa razão, é importante estejam acessíveis e disponíveis para a maior parte dos cidadãos."

Recursos Educativos Abiertos (REA) El avance de las posibilidades abiertas por Internet y las licencias libres, además de las experiencias exitosas del software libre y del acceso abierto, llegaron al ámbito de la educación con la propuesta de los recursos educativos abiertos o de libre acceso (REA). La idea se empieza a desarrollar entre 2001 y 2002, cuando el Massachusetts Institute of Technology (MIT) decide disponibilizar todos los materiales educativos de sus cursos al público con licencias Creative Commons17. La iniciativa, conocida por su nombre en inglés MIT OpenCourseWare, inspiró a diversas otras instituciones alrededor del mundo. En 2005, se creó el OpenCourseWare Consortium, una comunidad de instituciones de enseñanza superior comprometidas con la difusión de iniciativas de publicación de materiales libres y abiertos (organizados en cursos, que muchas veces incluyen sus planes y herramientas de evaluación)18. Observando el impacto del MIT OpenCourseWare en el rápido avance de proyectos similares, la Unesco organiza en 2002 un foro de discusión en el cual se empieza a adoptar la expresión “recursos educativos de libre acceso” 19. En 2007, el Centro para la Investigación e Innovación Educacional (Ceri, en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lanzó un reporte en el que analiza y mapea las iniciativas relativas a los recursos educativos de libre acceso en términos de sus objetivos, contenidos y financiación, resultado de una investigación iniciada dos años antes20. En el mismo año, el Instituto Open Society y la Fundación Shuttleworth promueven un encuentro que resulta en la “Declaración de Ciudad del Cabo sobre Educación Abierta: Abriendo la promesa de Recursos Educativos Abiertos”. Entre otras cosas, la declaración llamaba la atención de los gobiernos para la adopción de políticas de incentivo de los REA. “El objetivo de la declaración es incentivar la provisión y el uso de recursos educacionales abiertos, debidamente licenciados, para ampliar el acceso al conocimiento. La declaración encoraja a educadores y estudiantes a participar activamente del movimiento REA, al publicar materiales, adaptarlos y reutilizarlos; incentiva autores, educadores, editoriales e instituciones de enseñanza a hacer los REA disponibles en la red; y, por fin, invita a los gobiernos y otros actores sociales a hacer de la educación abierta una alta prioridad.” (Santos, 2013)

Según la Unesco, los REA son “Materiales de enseñanza, aprendizaje e investigación en cualquier soporte o medio, que están bajo dominio público, o licenciados de modo abierto, que se permitan utilizar o adaptar por terceros. El uso de formatos técnicos abiertos facilita el acceso y el reúso potencial de los recursos publicados digitalmente. Recursos educacionales abiertos pueden incluir cursos completos, partes de cursos, módulos, libros didácticos, artículos de investigación, video, testes, software y cualquier otra herramienta, material o técnica que pueda apoyar el acceso al conocimiento.” (Unesco en Starobinas, 2013)21 17

Según el sitio oficial del MIT OpenCourseWare la iniciativa fue anunciada por primera vez en el diario The New York Times en 2001 y en 2002 una versión piloto del proyecto fue publicada online con los materiales de cincuenta cursos y sus respectivas traducciones al español y al portugués. En el momento de visita de este sitio (septiembre de 2013), se anunciaba que los materiales de 2150 cursos estaban disponibles para 125 millones de visitantes que la página ha recibido desde su creación (http://ocw.mit.edu, visitado en septiembre de 2013). 18 “An OpenCourseWare (OCW) is a free and open digital publication of high quality college and university‐level educational materials. These materials are organized as courses, and often include course planning materials and evaluation tools as well as thematic content. OpenCourseWare are free and openly licensed, accessible to anyone, anytime via the internet.” (http://ocwconsortium.org/es/aboutus/whatisocw, visitado en septiembre de 2013). 19 Unesco, Recursos Educativos Abiertos (http://www.unesco.org/new/es/communication-and-information/access-to-knowledge/openeducational-resources/, visitado en septiembre de 2013) 20 “Open Educational Resources”, Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Open_educational_resources, visitado en septiembre de 2013). 21 A pesar de haber muchos consensos relacionados al concepto de los REA, todavía se pueden observar divergencias sobre su definición. Sin embargo, se comprende que los REA tienen que obedecer a los siguientes atributos (OLCOS, 2007): el acceso a los contenidos abiertos (y metadatos) debe ser gratuito para instituciones educacionales, proveedores de contenidos y usuarios finales (como docentes, estudiantes y estudiantes no formales); el contenido debe ser liberado para reúso en actividades educativas y prefentemente libre de restricciones a la modificación, combinación y recontextualización; como consecuencia, idealmente debe ser diseñado con patrones y formatos abiertos que facilitan el reúso; y los sistemas y herramientas de software educativos deben tener su 9

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Además de las licencias – que deben permitir la modificación de la obra –, acá surge otro concepto, el de patrones o formatos abiertos. Sergio Amadeu (2013) explica que son los formatos abiertos: “La comunicación digital es totalmente dependiente de formatos. El formato es un modo específico de codificar la información para su almacenamiento y recuperación en un archivo de ordenador. Los formatos son implementados por softwares. Los formatos de ordenador o formatos digitales pueden ser cerrados y propietarios. Eso quiere decir que el código que contiene las instrucciones para que el ordenador guarde y recupere las informaciones no es accesible a todos, siendo patentado o licenciado en copyright por su diseñador. Cuando un formato tiene su codificación abierta y no está sometido a bloqueos legales de uso es llamado de formato abierto. El .doc de Microsoft, por ejemplo, es un formato cerrado y el .odt es un formato abierto.”

Los formatos son importantes porque pueden restringir determinados usos de los contenidos e incluso el acceso a ellos. Un video grabado en un formato propietario, por ejemplo, sólo puede ser abierto en los programas de empresas que sepan como leerlo (Amadeu, 2013). Así, un formato propietario puede perjudicar la utilización y adaptación o hacer que – para acceder a los recursos educativos – el usuario tenga que tornarse rehén de determinadas empresas de software ya que imposibilita la interoperabilidad22, o sea la capacidad de comunicación entre diferentes máquinas, redes o programas. “Los formatos abiertos garantizan al individuo la libertad de utilización de cualesquiera programas que acepten abrirlos” (Amadeu, 2013). La importancia de los formatos abiertos para los REA es resumida así por la OCDE (2007): “Since the concept of OER builds on the idea of reusing and repurposing materials, interoperability is a key issue. Learning resources need to be searchable across repositories and possible to download, integrate and adapt across platforms. Software applications developed at different points in time and by different developers should be able to operate together. Open standards makes this possible.”

Al aplicar el principio de libertad de usos propuesto por el software y la cultura libres específicamente a los recursos educacionales, los REA además de colaborar con la formación de un repositorio de conocimiento y cultura libres, ayudan en el cumplimiento del derecho a la educación, por ejemplo al permitir la adaptación de contenidos a diversos contextos y realidades educativas. Aunque muchos gobiernos hayan desarrollado políticas de subsidios a los materiales didácticos (como es el caso de Brasil, por ejemplo), estos muchas veces no atienden a la diversidad de los estudiantes. Desde hace más de cincuenta años, la educación fue reconocida como un derecho humano fundamental a través de la Declaración Universal de los Derechos Humanos23. Sin embargo, fue mayormente en las últimas décadas que los diversos países asumieron compromisos internacionales con el cumplimiento de ese derecho a través de tratados como la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, de 1990, y el Marco de Acción de Dakar, de 2000, que establecen objetivos y metas específicas para efectivamente cumplirlo24. Sin embargo, a pesar de las aparentes intenciones de los gobiernos en promover el derecho a la educación, muchas son las dificultades para su efectivo cumplimiento. En general, se puede pensar que los principales obstáculos están en el

código fuente disponible (por ejemplo, software libre o de código abierto), se debe ofrecer Interfaces de Programación de Aplicativos (APIs) abiertas y autorizaciones para reutilizar servicios y recursos de la Web (por exemplo para el RSS de contenidos educativos). 22 “Un educador no tiene completa autonomía para decidir sobre su propia creación si ha utilizado formatos propietarios. Si una escuela ha producido sus animaciones en Flash tendrá que, necesariamente, utilizar los productos de la Adobe para visualizar lo que ha sido producido. Además, el formato de archivo en cuestión no permite que el trabajo realizado pueda ser recortado, ampliado, remezclado, recompuesto y tampoco mejorado. Hay formatos que excluyen las prácticas culturales de recomposición por ser completamente impropios para su utilización en el proceso educativo, principalmente si la escuela pretende producir Recursos Educativos Abiertos (REA).” (Amadeu, 2013) 23 “Artículo 26 1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos. 2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.” (Naciones Unidas, 1948) 24 “Hacer de la educación un derecho y poder exigirlo ante la justicia es un esfuerzo que se ha logrado plasmar en el último tiempo en grandes tratados, pactos y acuerdos mundiales y regionales con los cuales los países se comprometen y ratifican constitucionalmente. Debido al carácter jurídicamente vinculante de muchos de los pactos, se ha logrado reconocer la educación como un derecho no menos importante que los civiles y políticos. Es decir, se equipara el estatus de los últimos con los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), aprobados en el año 1966 y ratificados 10 años después.” (Naciones Unidas, 2009) 10

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acceso a las escuelas, a los materiales escolares y a las condiciones socioeconómicas para la permanencia en el sistema. Pero, como recuerda Amiel (2013), es importante considerar que existen impedimientos “más sutiles” que afectan a la educación. “La barrera más visible a la educación es representada por el limitado acceso a la escuela. Entretanto, otros impedimentos se han manifestado de las maneras más sutiles, trayendo a la superficie problemas inusitados. El valor asociado a la escolaridad puede, paradojamente, ser negativo en muchos grupos y culturas (OGBU; SIMONS, 1998; TOMAŠEVSKI, 2001). La escuela puede proporcionar contacto con ideologías y metodologías que están muchas veces en conflicto con los conflictos democráticos implícitos en los conceptos de educación (SAVIANI, 2008). Son evidentes también problemas estructurales, con el modelo actual de educación universal y compulsoria, que afecta a la calidad de la educación ofertada.” (Amiel, 2013)

Así una preocupación en la actualidad es la necesidad de ampliar el derecho a la educación para los grupos que estuvieron durante décadas excluídos del sistema educativo – las mujeres25, minorías étnicas y lingüísticas, personas afectadas por conflictos, el hambre o la mala salud, los que tienen necesidades especiales de aprendizaje, etc. Eso se ve claramente en el objetivo dos del Marco de Acción de Dakar (Unesco, 2000): "(ii) velar por que antes del año 2015 todos los niños, y sobre todo las niñas y los niños que se encuentran en situaciones difíciles y los que pertenecen a minorías étnicas, tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad y la terminen;". Los REA con su posibilidad de adaptación pueden atender justamente a las necesidades de aquellos que fueron recientemente integrados y que muchas veces reciben poco apoyo del sistema escolar. Como dicen Gonzalez y Rossini (2013) “En oposición a la lógica de los materiales didácticos tradicionales, la filosofía de los recursos educativos abiertos pone los materiales educativos en la posición de bienes comunes y públicos, volcados para el beneficio de todos, especialmente de aquellos que aún hoy reciben poco o ningún apoyo del sistema educativo, como adultos y personas con discapacidad. Esa nueva forma de tratar el conocimiento rescata su esencia, es decir, rehabilita su carácter social y colectivo, un bien que debe estar disponible a todos. Podemos decir que el foco de las iniciativas REA es dar acceso y compartir varias partes o unidades del saber, que pueden ser remezcladas, traducidas y adaptadas a las finalidades educativas, como las piezas de un gran rompecabezas, transformando la forma en que la educación está pensada y desarrollada.”

Además, se comprende que los REA son desarrollados también con el objetivo de promover la educación no formal y un aprendizaje de por vida para individuos y gobiernos. Según la OCDE (2007), ellos pueden disminuir la distancia entre la educación no formal, informal y formal. La novedad de los REA no está en la digitalización o distribución gratuita de recursos educacionales por la red. Por un lado, la unión entre educación y tecnología no es una novedad, y diversos países experimentaron con el desarrollo de programas educativos exhibidos por la televisión (Santos, 2013), por ejemplo, o incluso de políticas sistemáticas de introducción de los medios en el ámbito escolar (Cuban, 1985). Por otro, hay cada vez más sitios que ponen a disposición contenidos gratuitos para uso educativo. La cuestión central es la posibilidad de copia, distribución y adaptación ofrecida por las licencias libres que, junto con el avance de las nuevas tecnologías digitales, ofrece al usuario nuevas posibilidades de interacción con los contenidos (Santos, 2013) y viabiliza la creación de comunidades de colaboración e intercambio a nivel global. Así, en el contexto de los REA, las licencias abiertas – de las cuales las más conocidas son las relativas al software libre y las Creative Commons – son más que la solución para un problema legal (el de que las leyes de derechos de autor son cada vez más restrictivas e inapropiadas para un contexto de difusión de las redes y tecnologías digitales). Ellas incentivan a los autores a liberar algunos derechos de sus obras (Bissel, 2009). Una encuesta realizada en el contexto europeo entre 2002 y 2003 (OCDE, 2007) mostró que la mayoría de los académicos estaban de acuerdo en permitir que terceros pudieran exhibir, imprimir o salvar partes o la totalidad de sus papers mientras se les reconociera como autores. La investigación concluyó en que las protecciones ofrecidas por las leyes de derechos de autor son exageradas en comparación con las espectativas de los académicos. “This demonstrated the need for institutions to offer training in copyright law to researchers and instructors. Open content licences have been developed to resolve this problem by providing a way to permit controlled sharing, with some rights reserved to the author” (OCDE, 2007).

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Según la “Declaración Mundial sobre educación para todos
'Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje'” (Unesco, 1990), de 100 millones de niños que no tenían acceso a la enseñanza primaria en 1990 el 60% eran mujeres. 11

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Si eso es cierto, la difusión de las licencias abiertas en el medio académico y en el sistema escolar, puede traer beneficios tanto desde el punto de vista de los creadores, que encontrarán maneras más adecuadas de distribuir sus producciones, como de los usuarios – muchas veces los mismos creadores son usuarios en otros contextos y viceversa – que encontraran más recursos educativos disponibles. Finalmente, la expansión de los movimientos de software libre, cultura libre, acceso abierto y otros, al ámbito educativo, también son una manera de impulsar o de rescatar la dimensión de creación, muchas veces olvidada en el espacio escolar, y de valorizar el rol del docente como intelectual y activista (Pretto, 2013). “la educación necesita rescatar su dimensión fundamental de ser el espacio de creación, de colaboración, de generosidad y de intercambio. Por eso argumentamos que la educación y los movimientos de software libre, archivos y accesos abiertos, patrones libres y los recursos educacionales abiertos pertenecen, por naturaleza, a la misma esfera conceptual y filosófica.” (Pretto, 2013)

Reflexión Al retomar el histórico del software libre, licencias alternativas, acceso abierto y recursos educativos abiertos – en cuanto herramientas y movimientos – el presente artículo buscó evidenciar sus principios y motivaciones, muchas veces coincidentes. Al mismo tiempo se buscó enfatizar cómo ellos emergieron desde los ciudadanos acostumbrados con ciertas prácticas que súbitamente se vieron restringidas debido, en general, al avance de las leyes de propiedad intelectual o a la actuación monopólica de empresas comerciales. Al observar el desarrollo de estos movimientos, a veces en paralelo, y las relaciones que se establecen entre ellos, se puede notar que – de manera conciente o no – conforman un grupo con muchos cruces e intereses comunes, de ahí la idea de presentarlos en conjunto. Aunque las experiencias mostradas evidencian que ya existe un movimiento maduro de resistencia a la privatización del conocimiento, cultura e información, son muchos los desafíos que permanecen y emergen. Así, el acercamiento a las experiencias presentadas en este artículo, principalmente a sus principios y fundamentos, es importante para cualquier discusión sobre las tecnologías digitales y sus potencialidades. Como se buscó evidenciar en las páginas anteriores, que las tecnologías puedan realmente ser – en las palabras de Henry Jenkins (2006) – un espacio de la cultura de participación – depende en gran medida de las batallas que se luchan hoy.

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