DEL CONSENSO DE WASHINGTON AL CONSENSO DE BEIJING. RE-PRIMARIZACIÓN ECONÓMICA LATINOAMERICANA.

Share Embed


Descripción

DEL CONSENSO DE WASHINGTON AL CONSENSO DE BEIJING. RE-PRIMARIZACIÓN ECONÓMICA LATINOAMERICANA. Esteban Coronel; Dario Di Zacomo1. Resumen. Autoridades agrícolas de China y 21 países de América Latina y el Caribe aprobaron en junio del 2013 la "Declaración de Beijing", un compromiso por el que acordaron promover de manera integral y estratégica el comercio, la inversión y el intercambio tecnológico en el sector de agricultura. A traves de este trabajo, se pretende abodar con una mirada cautelosa y consciente, las caracteristicas que contemplan este tipo de acuerdos y que ciertamente nos regresan en el tiempo para recordar las lecciones de viejas dependencias. Los elementos de asimetria en muchos niveles nos lleva a preguntarnos sobre la pertinencia de estos pactos y en diversos aspectos nos hacen preguntar la coherencia material sobre la que se erigen estos compromisos. Estas breves lineas no pretenden ser una critica a las alianzas entre los pueblos, solo buscan poner de manera explícita, algunos aspectos que en la logica economica generalizada del mundo es importante tener en cuenta para estructurar posiciones críticas que aborden de manera mas profunda estos procesos en nuestra América.

1

Esteban Coronel - [email protected], Relacionista internacional; Dario Di Zacomo - [email protected], Historiador. Maestrandos en Políticas Públicas para el Desarrollo e Inclusión Social. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO Argentina.

Introducción. Bien hablaba Raul Prebisch a principios de los años 50’s sobre la destrucción causada por la división internacional del trabajo, en el que América Latina venía a corresponderle ser parte de la periferia del sistema económico mundial, produciendo alimentos y materias primas para los grandes centros industriales. La heterogeneidad estructural de los niveles de producción es la consecuencia directa de la propagación limitada y selectiva del progreso técnico en los paises subdesarrollados (de los cuales China, por mas periferico que parezca, ya no integra), condicionada causalmente por la división internacional del trabajo determinada por los centros (Prebisch, 1952), para este caso, no solo de la periferia. En relación a lo anterior, es curioso que hoy en día se presente un esquema económico sub-periférico, dentro del esquema periférico, lo cual quizá pudiera haberlo visto Prebisch si viviera en estos tiempos. Esto se lo puede entender por ejemplo con las relaciones cada vez más estrechas entre las grandes economías emergentes que pertenecen a la periferia como son India, China y Rusia y otras economías de menor escala como las latinoamericanas (LATAM). La Declaración de Beijing2 firmada por 21 países de LATAM con China en el que se comprometen a promover estratégicamente el comercio, inversión e intercambio de tecnología en el área agrícola, a través de procesos de cooperación internacional, puede ser una buena muestra de ello. Dicha declaracion argumenta que tanto para China como para América Latina y el Caribe el desarrollo agrícola es de vital importancia. China, América Latina y el Caribe se suponen pertenecer todas al mundo en desarrollo y hacen creer que sus diálogos e intercambios parecieran realmente contribuir al aprendizaje mutuo respecto a los avances en materia agrícola en estas 2

Disponible en: http://www.iica.int/Esp/regiones/sur/chile/Documents/09-0613,%20Declaraci%C3%B3n%20de%20Beijing,%20Foro%20Ministros%20de%2 0Agricultura%20China,%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20Caribe.pdf 2

regiones, promoviendo una mejora sostenible del sector, salvaguardando la seguridad alimentaria mundial y fomentando la prosperidad y el desarrollo de la agricultura en el mundo3. La ya nombrada heterogeneidad estructural, no solo condiciona el crecimiento económico sino que también influye en cualquier campo en el que se trate de articular una relacion teniendo en cuenta las correspondientes fuerzas de poder. Estas fuerzas de poder surgen de un proceso de acumulación de capital y reproducción caracterizado por ser casi ilimitado y que se evidenciada en la concentración del producto en pocas manos, así como también en la especialización de los bienes que se exportan (Melo, 2012); situación que radica en la forma de apropiación del excedente, por la distribución desigual del ingreso y por la absorción de ingresos hacia los centros que poseen un desarrollo técnico y tecnológico mucho mas avanzado, y que penetra en los países menos desarrollados produciendo cambios significativos en la dinámica estructural del capitalismo en el país de menores balanzas de poder.

La relación Latinoamérica / China. El comercio entre la región y China sin duda ha mostrado un extraordinario dinamismo en los últimos años. Sin embargo, tampoco es posible ignorar las importantes carencias que aún lo caracterizan y los marcados desequilibrios musculares que posee cada parte. En comercio por ejemplo, la relación ha sido consistentemente deficitaria para la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe. El mismo es casi exclusivamente interindustrial, caracterizándose por un intercambio de manufacturas por materias primas. Este tipo de asimetrías se expresan en la canasta exportadora excepcionalmente centralizada de la región hacia China.

3

De una forma muy parecida se puede leer esta idea en los primeros párrafos de la declaración oficial. 3

Productos

como

los

de

la

agroindustria,

en

los

que

varios

países

latinoamericanos son competitivos en terceros mercados altamente exigentes, escasamente figuran en los envíos a China y el creciente déficit que América Latina y el Caribe registra con China en el comercio de manufacturas no es algo que mantenga tranquila a la región (Cepal, 2015: 71) En resumen, el actual patrón de poder entre ambas regiones impone potencialmente peligrosas demandas y condiciones que a pesar de que sobre el papel parezcan y dificulta una inserción más eficaz de los países de la región en las cadenas productivas de Asia-Pacífico. Determinar los rasgos particulares de este tipo de economías, nos permitirá percibir que las dinámicas hacia el desarrollo han sido muy distintas, ya que en la evolución capitalista, la tecnología se fue introduciendo de modo gradual en el proceso productivo, a medida que se acumulaba el capital necesario para el avance de cualquier proceso de desarrollo, agricola para este caso, pero en general para cualquier area.

Desagregando la esencia de la declaración. Si de imprimir a esto una idea critica se trata, porque no empezamos preguntandonos como van a potenciar la seguridad alimentaria mundial, si a duras penas grandes fracciones de las propias poblaciones de estas regiones alcanzan a probar bocado de alimento o a pasar un trago de agua cada tantos dias. Esto puede ser explicado y entendido sobre dos perspectivas: la primera es la de LATAM que no quiere desaprovechar esa coyuntura favorable de la expansión económica de las grandes economías emergentes que representan buenas retribuciones para estos países, y la segunda es la de China, que en su crecimiento industrial, requiere de abastecedores estables que aprovisionen a la gran mano de obra y maquinaria industrial del gigante asiático. Esto cobra sentido cuando se piensa que américa latina fue de las pocas 4

regiones que no sufrieron grandes alteraciones por las pasadas recientes crisis económicas mundiales, lo que le da a China una visión de estabilidad del mercado y las economías latinoamericanas, que es justo lo que el gigante del pacifico necesita para mantener aceitada su máquina industrial aun en expansión, y que como economía en crecimiento, necesita el desarrollo de las economías ahora sub-periféricas para su abastecimiento de materias primas y alimentos. Cardoso y Faletto (1969) hablaban sobre los países latinoamericanos, como economías dependientes que se ligan en distintas fases del proceso capitalista a diferentes países que actúan como centro y cuyas estructuras económicas inciden significativamente en el carácter que adopta la relación En este caso las economías periféricas asumen una subdivisión en la que las economías más grandes asumen un rol de centro y las más pequeñas se constituyen en una sub-periferia dentro de la periferia. Es decir, que la integración a esta nueva fase Periferia – Subperiferia, procede de la situación pasada de relación Centro – Periferia. Esto evidentemente presenta muchas implicaciones que se pueden abordar en dos sentidos. Primero en un perfil de oportunidad coyuntural en la que las economías del continente no pueden desligarse de la oportunidad de crear vínculos con grandes economías, que si bien tienen una posición de poder mayor, representan muchas oportunidades para la introducción de productos en grandes mercados y el fortalecimiento tecnológico a través de los avances que estas grandes economías poseen y también es claro que nuestros países ven en esta relación, un factor de dinamización de sus economías. En segundo lugar se puede reconocer que de una u otra forma, este tipo de procesos están relacionados filosóficamente con la idea de la división internacional del trabajo, en la que los grandes países industriales aprovechan los recursos de los países menos avanzados para su propio desarrollo, teniendo en cuenta una base de relación asimétrica y dual. Si bien en la declaración de Beijing se habla sobre prosperidad y 5

progreso común, es importante recordar que estas mismas premisas se debatían en los procesos de división internacional del trabajo, en donde ya se conocen los resultados, y que básicamente retrasaron el desarrollo industrial de los países de LATAM, perpetuando la asimetría entre las grandes economías y las de menor escala, desarrollando y profundizando una brecha industrial y tecnológica cada vez mayor, pues los frutos de los avances generalmente se quedan en gran medida en los países de mayor poder económico tal y como lo expresa Cristóbal Kay en su ensayo sobre “Teorías Latinoamericanas del Desarrollo” (1991) y que incluso también se constituía en una gran preocupación para Prebish por allá, desde la década de los 50’s. La idea que aquí se presenta no va en contra de la articulación de los países LATAM con las nuevas grandes economías, pero si es importante tener en cuenta que los países de Latinoamérica deberán realizar muchos más esfuerzos en fortalecer su estructura de producción direccionado por el desarrollo del sector industrial que estimulen sus recursos productivos, aumente su productividad y presionen el avance tecnológico de su aparato industrial, en tanto que la relación con China ayude a disminuir las brechas que existen en la región en materia de infraestructura, logística y conectividad, pudiéndose estimular también el comercio interregional y la formación de cadenas regionales de valor; esto si nuestros países actúan protegiendo sus procesos de desarrollo interno sin que se limiten inconscientemente a la idea de retomar una filosofía de desarrollo hacia afuera, solo por una coyuntura económica favorable impulsada por las grandes economías emergentes en expansión. En el reciente documento elaborado por CEPAL, “América Latina y El Caribe y China: hacia una nueva era de cooperación económica”, recomienda impulsar la productividad, innovación, infraestructura y capacitación de recursos humanos para revertir la “preocupante reprimarización exportadora” de los países latinoamericanos, lo que sería un imperioso avance para crear en competitividad e igualdad en un contexto acelerado de cambio tecnológico, y allí es donde consideran que el aumento de la inversión china podría redefinir más allá de la relación económico-comerciales, una integración productiva al 6

interior de la propia región latinoamericana, considerando que el principal desafío para nuestros países es la diversificación exportadora, dado que la desaceleración del ritmo de crecimiento chino propiciará que el comercio bilateral no siga expandiéndose a tasas tan elevadas como las actuales (CEPAL, 2015). Otro punto significativo se puede centrar en el avance de las reformas agrarias en LATAM, en donde quizá nuestros países tienen mucho que mejorar dado los recientes problemas que algunos países como Colombia tienen con el gremio agrario, con los campesinos y los sindicatos agrícolas, o la peligrosidad de los pools de siembra en la Argentina para los pequeños productores. Esto es importante en la medida que sin una reforma agraria congruente con las necesidades del sector agrícola y campesino, las relaciones estratégicas pueden estar afectadas en términos de intercambio y capacidad de cobertura de la gran demanda China que puede resultar en mayores niveles de dependencia externa para los países de la región ajustados bajo el paradigma de la modernización y la globalización que pueden desatar eventualmente una nueva dinámica de marginalización económica. Adicionalmente es trascendental revisar que las actividades primarias de exportación acentúan el problema del exceso de población activa que no es absorbida por la industria, pues no se estimula el desarrollo del empleo interno en la medida de que estas actividades no amplían la base laboral especializada de los países de Latinoamérica y se ahonda en la base de economías primarias y la mano de obra no calificada, que son componentes que imponen un tipo de vinculación económica de tipo dependiente y no expansiva en el sentido del desarrollo como tal. En relación a lo anterior es justo incluir en el análisis, que este acuerdo entre el gigante asiático y Latinoamérica tiene un componente de transferencia de tecnología agropecuaria y fortalecimiento de la cooperación en investigación y desarrollo científico y tecnológico agrícola, lo que si representa una gran oportunidad para LATAM, sin embargo es importante incluir en el análisis la 7

premisa fundamental de que estos avances tecnológicos apuntan a incrementar la cantidad de productos por unidad de tierras y a disminuir la cantidad de mano de obra por unidad de tierra y por unidad de producto mediante la mecanización de la labor, lo que puede generar más desplazamientos de población rural hacia lo urbano, como resultado de la mecanización agrícola y la reducción de costos de explotación (Cardoso, 1969: 494). Además, las inversiones para aumentar la cantidad de producto requieren de más tierra aprovechable, lo que según Prebish en su ensayo sobre los problemas teóricos y prácticos del crecimiento económico (1952), se constituye en un gran problema teniendo en cuenta que la tierra aprovechable en LATAM escasea; esta idea puede haberse predicado en la década del 50, pero si lo analizamos hoy, puede aún tener vigencia. En este sentido es importante recordar que la propiedad de la tierra en Latinoamérica ha estado tradicionalmente a muy pocas manos, lo que difiere los beneficios entre los que poseen la tierra y los agricultores que la trabajan. Este es un punto que se relaciona directamente con las reformas agrarias, los niveles de empleabilidad en el sector agrícola y el problema esencial del aumento de la productividad del sector agrario como estrategia de desarrollo económico. Podríamos agregar que autores como Wu Guoping, mencionan que existe inquietud en parte del empresariado chino para hacer inversiones en infraestructura en América latina por cuanto les preocupa los asuntos asociados al mercado de trabajo debido al desconocimiento del mismo y, lo más preocupante para nosotros, alegan falta de flexibilidad de este. (Wu, 2014, pág. 55). También es importante incluir la heterogeneidad de los recursos de aprovechamiento agrícola en los países latinoamericanos, pues si bien es claro que la tenencia de la tierra se encuentra limitado a un pequeño sector de la población, también es claro que las posibilidades de buen aprovechamiento se limita entre los que poseen mayor progreso técnico y los que no, lo cual puede 8

ser un limitante en la productividad agraria, pues es necesario que las tierras sean adecuadamente clasificadas, lo que no es una tarea fácil ni barata, sobre todo entre los que no poseen grandes extensiones de tierra ni los recursos necesarios para algunos procesos de inversión tecnológica. Este es un factor importante teniendo en cuenta que los procesos de progreso técnico en Latinoamérica han sido un componente tradicionalmente descuidado en mayor o menor medida y variante entre los países. En este punto es necesario adicionar que en la Declaración de Beijing se habla sobre el objetivo de que entre todas las partes se organicen debates y talleres sobre una amplia gama de tecnologías y políticas en relación con el comercio, la investigación, el desarrollo e innovación en materia agrícola, a la hora de promover el diálogo y la cooperación entre los países participantes, lo que implica una gran oportunidad para que los países de Latinoamérica refunden sus bases de aprovechamiento agrario y re-direccionen los beneficios resultantes de estos procesos hacia los focos sectoriales que más lo requieran en función de implementar una dinámica de homogeneización tanto en las capacidades productivas como en la inclusión poblacional de los beneficios que de estos procesos se desprendan. Ahora bien, ampliando los horizontes de análisis es necesario también referirse al tipo de vinculación que las economías latinoamericanas tienen con el mercado internacional, enfocados en este caso específicamente para China, que es un planteamiento que desglosa Cardoso y Faletto (1969, pág. 496) en su teoría de la dependencia en donde la expansión de la economía más grande, impulsa diferentes tipos de alianza, de resistencia y de tensión, que vinculan las posibilidades de desarrollo de una nación a través del sector exportador internacional, que definitivamente influirán sobre las formas y consecuencias de la vinculación al mercado mundial, teniendo en cuenta los factores de poder y dependencia en las condiciones de integración en el sistema económico y político internacional. Lo anterior es importante de considerar teniendo en cuenta la dinámica 9

histórica de vinculación con economias industrializadas, que en algunas etapas del desarrollo de los países de LATAM se ha limitado al aprovisionamiento de materias primas para estos; pues si bien, en esta última decada se ven claros sintomas que la mayoria de los países latinoamericanos han tratado de regirse por una visión de autonomía económica y diversificación productiva, las coyunturas económicas mundiales, sobre todo las relacionadas a los países de economías emergentes dominantes como China e India, obligan a nuestros países a internarse nuevamente en las premisas de la economía primaria agroexportadora y en una nueva visión sub-periférica dentro de la periferia, lo que comprueba la dificultad de reinventar los esquemas de relacionamiento entre las economías más avanzadas y las economías en desarrollo, en una relación de mercado de índole dominante con respecto a un patrón general del desarrollo económico mundial, que redunda en una especie de colonialismo de explotación disimulada que no aporta a que se produzca un cambio social, necesario en el sector agrícola latinoamericano, tal y como lo referencian Cardozo y Faletto en su composición sobre dependencia y desarrollo en América latina (1969, pág. 497), e incluso lo aborda más recientemente Aldo Ferrer en uno de sus artículos (Ferrer, 2010), centrado en las relaciones bilaterales entre Argentina y la China, pero que fácilmente se vinculan hoy con el resto de Latinoamérica. Se tiene bajo consideración que en la Declaración de Beijing existen puntos que describen algunas situaciones de asimetría y hacen aseveraciones al respecto, en donde a través de un proceso gradual empezando por el diseño de un Plan Estratégico de Cooperación en Agricultura entre todos los países firmantes y sigue con la posterior facilitación del comercio agrícola, con todo lo que eso implica.

Epílogo. Finalmente, se deja claro que este breve trabajo no pretende proporcionar o proponer soluciones a las críticas presentadas ni busca desestimar la dinámica 10

internacional y la indivisibilidad de factores que existen entre los países y el sistema económico mundial, solo se busca presentar algunas situaciones de forma descriptiva de tal manera que se los considere en un escenario imaginario de la estrategia de desarrollo económico de los países de Latinoamérica al menos en el orden agrícola, teniendo en cuenta que pueden ser aplicados a un proceso analítico de muchos temas adicionales a propósito de la dependencia y la interdependencia. Así pues, es importante que los países de Latinoamérica puedan aprovechar

ciertas coyunturas que se presentan

beneficiosas en algunos

campos de los desarrollos nacionales. Es imposible que la región deje de considerar dentro de sus estrategias de desarrollo la vinculación con los grandes actores económicos y políticas del mundo cuando de eso pueden depender tantos beneficios para la región, sin embargo, sus estrategias deberán estar pensadas para direccionar al continente en una senda de desarrollo controlado y autodefinido, en el que se tenga soberanía absoluta sobre los sectores y recursos intervinientes en estos procesos, y bajo la premisa de las lecciones aprendidas del pasado, que nos muestra una clara alienación de los países latinoamericanos en el sistema de desarrollo mundial, que no puede ser nuevamente una opción para el continente ni siquiera por ganancias económicas coyunturales como las que proveen las economías emergentes de moda que con la adopción de un perfil hegemónico, de alguna forma tratan de consolidar hoy en día en el mundo. Se espera entonces que todos estos procesos que Latinoamérica asume como región, le permitan mejorar su condición de economías estratégicas dentro de los centros de poder mundial nuevos y los tradicionales, que si bien han estado perdiendo credibilidad y liderazgo aun ejercen una importante presión sobre los destinos del desarrollo regional, cuyos roles están siendo redefinidos en los tableros del sistema internacional, no solo en sus componentes económicos sino también políticos, sociales y de cierta forma, culturales.

11

Referencias Bibliográficas. Cardoso, Fernando Henrique y Faletto, Enzo (1969). Dependencia y Desarrollo en América Latina. Buenos Aires: Siglo XXI. CEPAL. (2015). América Latina y El Caribe y China: Hacia una nueva era de cooperación económica. (CEPAL, Ed.) Obtenido de repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/38196/S1500389_es.pdf Ferrer, Aldo. (2010). Recuperado el 2014-2015, de http://robertopaezgonzalez.wordpress.com/2010/07/26/relacion-bilateral-argentina-china-poraldo-ferrer/ Kay, Cristóbal (1991). Teorías latinoamericanas del desarrollo, en Nueva Sociedad N°113, mayo - junio, pp.101 - 113. Fundación Friedrich Ebert. Melo, Laura (2012) La Dinámica Del Capitalismo Periférico: Análisis Desde El Enfoque De Raúl Prebisch. Centro de Estudios Latinoamericanos. Universidad Nacional de Colombia, 12 Pp. Prebish, Raul. (1952). “Problemas teóricos y prácticos del crecimiento económico” en CEPAL (1998), Cincuenta años de pensamiento en la CEPAL. Textos seleccionados. (Vol. I). Santiago, Chile: Fondo de Cultura Económica. Guoping, Wu (febrero de 2014). "Perspectiva china de las relaciones económicas entre América latina y Asia". En: Las relaciones comerciales entre América Latina y Asia Pacífico: Desafíos y oportunidades. Recuperado el 16 de marzo de 2015, de www.aladi.org/nsfaladi/.../Libro_Relaciones_comerciales_AL_AP.pdf http://www.iica.int/Esp/regiones/sur/chile/Documents/09-0613,%20Declaraci%C3%B3n%20de%20Beijing,%20Foro%20Ministros%20de%20Agricultura%2 0China,%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20Caribe.pdf

12

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.