DE TR AGEDI A Y R EVOLUCIÓN: GARCÍA DE L A HUERTA Y BUERO VA LLEJO A NTE L A LEGITIM ACIÓN DE L A V IOLENCI A

En la actual coyuntura sociopolítica el resquebrajamiento del pacto social –o su mera posibilidad– han reabierto debates inertes durante las últimas décadas, como la crueldad de masas, la legitimación de la violencia social o la desobediencia civil. Todos estos temas estaban también en boga cuando Vicente García de la Huerta y Antonio Buero Vallejo estrenaron respectivamente Raquel (1778) y Un soñador para un pueblo (1958). Ambas obras emplean el mismo molde genérico (el teatro histórico) y el mismo estatuto filosófico (la tragedia) para abordar el problema de la revolución social contra el sistema de poder establecido. Las dos tragedias tienen en común la atención a un mismo acontecimiento político –el Motín de Esquilache–, que ejerce de telón de fondo en el caso de García de la Huerta y de materia teatral en el de Buero Vallejo, pero también coinciden en el gesto de plantear un diálogo abierto a varios frentes: la violencia política en relación con los límites de la razón, los límites del poder y la frontera entre la civilización y la barbarie. Si ambos divergen en el posicionamiento –ilustrado en el caso de Buero, popular-tradicionalista en el de García de la Huerta– ambas obras forman un tándem que explora un problema en cuya solución, en fin, el maniqueísmo es imposible y las distancias entre víctimas y verdugos quedan ineluctablemente difuminadas. Nuestra ponencia buscará revalorizar estas dos obras del teatro español tristemente olvidadas, para poner de manifiesto su vigencia teatral y también su poderosa y preocupante actualidad.