De las posibilidades de un reconocimiento sin intersubjetividad

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Descripción

De las posibilidades de un reconocimiento sin intersubjetividad
Paulo Antonio de Campos Beer
Hugo Leonardo Lana dos Santos
Maria Tereza de Castro Piedade
Pedro Eduardo Silva Ambra
Rafael Alves Lima

La cuestión del reconocimiento en la obra de Lacan es, sin duda, un tema controvertido. Si existe al comienzo de su enseñanza, una construcción que se exprese claramente con esta idea, no sucede lo mismo después del comienzo de los años 60. Sin embargo, hay autores como Safatle y Zizek que no sólo muestran que el psicoanalista no abandona una idea de reconocimiento en sus desarrollos posteriores, sino también que estos desarrollos contribuyen de manera significativa a la teoría social.
El objetivo de este trabajo es reflexionar sobre los avances lacanianos de la idea de reconocimiento y su relación con la crítica de la ideología. En este sentido, pueden notarse movimientos significativos en la trayectoria del psicoanalista. Al inicio, es obvia su crítica a la forma como se trataba el reconocimiento y las relaciones de objeto en la tradición psicoanalítica hasta el inicio de 1950. Al mismo tiempo, se observa la propuesta de otra modalidad de reconocimiento intersubjetivo a partir del estructuralismo; y, al inicio de los años 60, la crítica de esa misma construcción a partir de la postulación del acto más allá de la Ley como modalidad de reconocimiento independiente de la intersubjetividad. No obstante, es también posible notar la existencia de cuestiones políticas concomitantes a esos desarrollos, ilustradas por los conflictos entre Lacan y las instituciones psicoanalíticas de los años 50 y 60. A partir de esa aproximación entre desarrollos conceptuales y cuestiones políticas, se propone una reflexión: serian estos desarrollos esencialmente clínicos (y posteriormente apropiados por la teoría social), o ¿es posible pensar que, en sus momentos de emergencia, esos desarrollos tenían una primera función de crítica de la ideología?



En primer lugar, destaquemos la critica realizada por Lacan a la comunidad psicoanalítica a partir de los comentarios relacionados con los textos de Michael Balint, presentes en "Primary Love and Psycho-analitic Technique" de 1952. En el seminario I, Lacan afirma que ¨Balint […] declara incontestablemente orientaciones que convergen con ciertas exigencias que formulamos aquí sobre lo que debe ser la relación intersubjetiva en el análisis¨ (LACAN, 1953-54, p. 233). Sin embargo, el no deja de juzgar las consideraciones del psicoanalista húngaro sobre las implicaciones sociales del amor genital y pre-genital como ¨normativas¨ y ¨moralizantes¨, o todavía criticando su concepción de carácter por evaluar que esta estaría comprometida con un ¨cierto ideal moral puritano¨.

En lo que se refiere propiamente a la dimensión de la intersubjetividad, Lacan dirá:
Balint se da bien cuenta que debe de existir algo entre dos sujetos. Como le falta completamente el aparato conceptual para introducir la relación intersubjetiva, es llevado a hablar en two bodies' psychology. Así cree salir del one body's psychology. Pero es evidente que two bodies' psychology es todavía una relación de objeto a objeto. (LACAN, 1953-54, p. 236, Traducción hecha por nosotros).

Lacan se coloca por delante en la discusión presentada por Balint y pretende elevarla a lo que considera la ¨ intersubjetividad radical¨: ¨la admisión total del sujeto por el otro sujeto¨ (LACAN, 1953-54, p. 248). El quiere reforzar la idea de que en el registro analítico se encuentra en juego la intersubjetividad ¨en el origen¨, que a su vez es lo que él llama de manejar el símbolo: ¨todo parte de la posibilidad de nombrar, que es, al mismo tiempo, la destrucción de la cosa y el paso de la cosa al plano simbólico¨ (LACAN, 1953-54, p. 250); de esta forma, Lacan cree estar ¨arreglando¨ las concepciones de Balint.

Es bajo esta perspectiva que se muestra necesaria una precisión. Como afirma Safatle:
"El paradigma de la intersubjetividad será usado por Lacan hasta el inicio de los años 60. (...) En este sentido, no es correcto pensar que la intersubjetividad fue abandonada por Lacan por causa del desvío estructuralista en los años 50, como si las consideraciones sobre la supremacía de la estructura anulasen las reflexiones en relación de la palabra como acto de reconocimiento intersubjetivo del deseo¨. (SAFATLE, 2006, p. 47, Traducción hecha por nosotros).


A diferencia de una lectura del reconocimiento en Habermas y Honneth, el reconocimiento intersubjetivo en Lacan, se da más allá de la esfera de un sello imaginario entre sujetos a partir del habla. ¨No debíamos comprender la figura lacaniana de la intersubjetividad simplemente como la efectuación comunicacional de procedimientos de mutua comprensión auto reflexiva entre sujetos¨ (Safatle, 2006. p.145).
De esta forma, el reconocimiento intersubjetivo no debería ser leído a partir de relaciones con objetos particulares, sino antes, a partir de una ley que no esconde sus ¨ambiciones universales e incondicionales¨ (Safatle, p. 146). Dicho de otro modo, a partir de una visión estructuralista, la intersubjetividad solo podría ser localizada a partir de las relaciones entre sujeto y estructura y no junto a una posible esencia o materialidad de sus elementos. Este tema se menciona en el texto Kant con Sade, a pesar de que ese mismo texto ya indique la superación de esta idea.
Vamos a tomar la castración y sus efectos. Si la castración simbólica destaca la imposibilidad del deseo de satisfacerse a partir de objetos sensibles (el padre empírico o el pene), hace más que eso al recrear y dar forma positiva a una Ley transcendental del deseo por medio del Falo y del Nombre del Padre. Para Lascan es de esta intersubjetividad de la cual se trataría.
Como podemos suponer, Kant encarnará en dicho texto la voz que más claramente defenderá la aplicación y la aplicabilidad de la Ley en todos los casos, demostrando que un horizonte de reconocimiento intersubjetivo solo podrá ser alcanzado a partir de este ejercicio. La aproximación entre este modelo lacaniano al kantismo parece clara para Safatle, una vez que el estructuralismo seria el kantismo aplicado a las ciencias humanas (Safatle, 2006. p. 148).
Es posible localizar el reconocimiento en Kant a partir del reconocimiento de esta ley moral, accesible a todos los hombres – independientemente de cualquier condición - , que tendría en su horizonte intersubjetivo el llamado ¨reino de los fines¨, en donde sería posible tener la experiencia de ¨el vinculo sistemático de los diversos seres racionales por leyes comunes¨ (Kant apud Safatle, 2006. p. 150). Sin embargo, a pesar de este horizonte potencialmente empírico y propositivo, el reconocimiento kantiano que puede ser localizado en Lacan es el de la Ley moral como pura forma, y no el reconocimiento de autonomías y dignidades, una vez que estos podrían caer en la trampa de convertirse en objetos empíricos, sensibles y no transcendentales.
Una segunda aproximación entre Lacan y Kant es referente al método. Para el filósofo, el rechazo de una moral empírica se apoyaba en el hecho de que las acciones deberían ampararse en un amor a priori a la Ley, y no de acuerdo o conveniente. De esta forma, debería haber una voluntad más allá del principio del placer, unida a das Gute, y no a das Wohl, o bien unido al placer y al bien estar. Das Gute, no sería tanto propiamente un objeto, y si una manera universal de actuar, presente, por ejemplo en la clásica formulación del imperativo categórico. A si, la máxima moral seria antes de todo una forma. Esta moral unida a das Gute no sería apenas un rechazo formal de todo lo que sería unido al bien estar, sino reconstituiría una felicidad, un ¨agradable disfrute de la vida y sin embargo es puramente moral¨. Este disfrute además del principio del placer será por Lacan localizado junto a la idea de das Ding.
En cuanto a Sade, al contrario de lo que una primera lectura podría suponer, su contribución no sería una superación del paradigma kantiano, sino que sería una simple inversión. La obra de Sade podría ser leída como un manual que llevaría a la comprensión de la Ley desprovista del placer ¨empírico¨, a través de las torturas y atrocidades practicadas. Sin embargo, como apunta Lacan, es justamente en la imposibilidad de que el torturado disfrute de su tortura que Sade revela su acercamiento con Kant, pues habría ahí una relación estructural con la Ley. En este sentido, se trata de una inversión, y no de una crítica o rechazo. Sade revelaría lo que estaría reprimido en la experiencia moral kantiana. De acuerdo con Lacan, la ventaja de Sade sería demostrar – al contrario que Kant – los mecanismos de construcción de una inmanencia problemática entre la ley y el acto. Y es ahí que el acto más allá de la ley constituirá una ruptura.
Cabe señalar que esta ruptura prepara las formulaciones presentes en el texto Kant con Sade, más allá del reconocimiento intersubjetivo. Nos gustaría destacar que la publicación de ese texto coincide con la expulsión de Lacan de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis. Por tanto, de forma análoga, si la crítica interna del reconocimiento objetal y moral de Balint conservó la posibilidad de la intersubjetividad, a partir de la expulsión en 1963, su crítica será radical. Por tanto, en menos de cinco años observamos un movimiento teórico que parte del seminario sobre la identificación y llega al acto analítico, marcando una nueva formulación de la posibilidad del reconocimiento. Observamos que la expulsión política, ocurrida en el mismo periodo, marca los desarrollos que guiarán una crítica de la ideología del psicoanálisis, culminando en el polémico dispositivo del pase. En otras palabras, es necesario recordar que esta modificación teórica no tuvo necesariamente, apenas motivos clínicos o puramente conceptuales, sino que antes está vinculada íntimamente a los movimientos políticos del psicoanálisis.
De hecho, lo que será apuntado como una posibilidad de superación de esta problemática que tiene como punto de conflicto la necesidad de una inmanencia entre acto y Ley, será la Ley del deseo. El acto más allá de la Ley, o entonces no ceder en su deseo, tiene como resultado una actuación que se caracteriza, ante que todo, por la ausencia de garantía. En este sentido, no se trata de un acto que niegue la Ley, tampoco que se conforme con ella, sino justamente un acto que asuma su ineptitud a la Ley, y que al hacerlo, deje explicito la imposibilidad de aceptabilidad. Por tanto, la falta de garantía es la condición de fundación del acto, una vez que la no inmanencia entre los dos términos impide que haya cualquier cosa que sustente, a no ser que sea el propio deseo. Por otro lado, se puede hablar de reconocimiento del sujeto en este caso justamente porque este asume la garantía de sí mismo.
En el ámbito de la crítica de la ideología, esos avances ganan importancia justamente por el hecho de que la ideología ocultaría la ineptitud entre acto y Ley. Como menciona Zizek, la crítica de la ideología no debe tener el objetivo de superarla, pues ese ocultamiento sería fundamental en la construcción del vínculo social.

"En las versiones más sofisticadas de los críticos de la escuela de Frankfurt, por ejemplo-, no se trata simplemente de ver las cosas (la realidad social) como 'son en realidad', o de quitarse las gafas borrosas de la ideología; el punto principal es ver como no puede representarse la realidad sin esta llamada mistificación ideológica. La máscara no oculta simplemente el estado real de las cosas; la distorsión ideológica está registrada en su propia esencia." (ZIZEK, 2008. p.346).

Por tanto, el intento de superación de la ideología tendría como resultado la implementación de otro sistema ideológico. Por otro lado, la marcha ideológica no es sacudida por simples conocimientos de los mecanismos de la ideología. De esta manera, cualquier crítica de la ideología solo sería realmente critica al ser propositiva, pero al mismo tiempo asumiendo su propio carácter ideológico.
La salida de Lacan de la SPP deja explicito un movimiento critico por parte del psicoanalista durante el inicio de la década de 1950, deudor de un ideal de superación de vínculos ideológicos que comprometerían la clínica. Lo que era denunciado por el psicoanalista francés, que puede elaborar esta crítica a partir de su contacto con Kojève y con el estructuralismo, era el carácter ideológico de conceptos clínicos. Sin embargo, lo que fue propuesto como alternativa: un reconocimiento propuesto a partir de la relación del sujeto con la estructura, se mostró posteriormente no menos ideológico, lo que fue apuntado por el propio Lacan cuando escribía el texto Kant con Sade. Es importante que observemos que estos desarrollos teóricos están vinculados con conflictos institucionales.
En este momento, la critica realizada por Lacan ya no busca la superación de la ideología, en cuanto cruza en dirección a un terreno ético y vacío de determinaciones empíricas, ya que se trata de la crítica misma de esta pretensión. Por tanto, la posibilidad de la crítica ideológica estaría, de acuerdo con autores contemporáneos, unido a este petitio principii sin garantía y sin coincidencia entre la Ley y el acto. El verdadero acto crítico debería, entonces, justificarse por sí mismo, explicando la imposibilidad de apoyo a partir de cualquier Ley o garantía, aunque proceda de la propia crítica. Este movimiento posibilitaría el no estancamiento ideológico de la crítica, una vez que no sería cristalizada como una Ley en la cual el acto seria coincidente.
De cualquier forma, la proximidad entre el horizonte orientador de la cura analítica y los límites de la crítica de la ideología refuerzan la imposibilidad de separar los ambientes, el clínico y el político. No solo la clínica es política, sino que también debe a ella parte de sus avances.








Bibliografía

LACAN, J. Kant com Sade [1962]. In: ______ (aut.). Escritos. Rio de Janeio: Jorge Zahar, 1998. P.776-803.
_________. Seminário livro I: escritos técnicos de Freud. Rio de Janeio: Jorge Zahar, 1996.
__________. Seminário livro XVIII: De um discurso que não fosse semblante. Rio de Janeio: Jorge Zahar, 2009.

SAFATLE, V. A Paixão do Negativo. São Paulo: Editora Unesp. 2006.

ZIZEK, S. ¿Cómo inventó Marx el síntoma?. In: _____ (org). Ideología: un mapa de La questión. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econômica, 2008. P.329-370.




"Intersubjetividad, escribí en la ocasión, y Dios sabe a qué pistas falsas puede dar margen la exposición de términos iguales a este" (Lacan, p.10, 1971).




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