De la vereda al camino del conti: rancherías y pueblos de misión entre yaquis, mayos y guarijíos. 2013

May 25, 2017 | Autor: J. Moctezuma Zama... | Categoría: Etnografia, Territorialidades Indígenas, Yaquis, Mayos, guarijíos
Share Embed


Descripción

de la vereda al camino del conti: rancherías y pueblos de misión entre yaquis, mayos y guarijíos JoSé LuiS MoCtezuMA zAMArrón*

una de las características más importantes de la matriz cultural de muchos de los grupos del noroeste de México, sobre todo aquellos cuyo origen lingüístico tienen que ver con la rama sonorense de la familia yutoazteca, radica en la ranchería como espacio territorial, simbólico y de organización social. A la llegada de los españoles, este tipo de sociedad contrastaba con lo que se ha conocido como el pueblo mesoamericano. Los jesuitas se encargaron de modificar en lo posible esta forma de ordenamiento e incorporaron el modelo de pueblos de misión en antiguos asentamientos de ranchería, conjuntando varias de ellas para conformar los nuevos tipos de población. Sin embargo, los nuevos poblados no cambiaron del todo la fisonomía de los antiguos asentamientos y prevalecieron, en mayor o menor grado, ciertos elementos que en la actualidad todavía podemos percibir entre varios grupos étnicos de esta región, entre ellos los yaquis, mayos y guarijíos. Cada uno de estos grupos indígenas se incorporó de manera diferente a las disposiciones del pueblo de misión y su ordenamiento territorial y político, aunque los últimos preservaron tan solo la misión de Loreto, en Chihuahua; el resto de sus asentamientos conservaron, hasta donde ha sido posible, el modelo de ranchería original, siendo el único grupo del noroeste con tales características.1 * Sección de Antropología, Centro inAh Sonora, [email protected] 1 JoSé LuiS MoCtezuMA y CLAudiA hArriSS, «rancherías y pueblos de misión en el

noroeste de México: el caso de los grupos guarijíos y cahitas», en Memoria digital del XXVII Simposio de Historia y Antropología, universidad de Sonora, hermosillo, 2002, s/p.

13

14

JoSé LuiS MoCtezuMA

el modelo de ranchería Como ya ha señalado edward Spicer,2 la ranchería se localizaba dentro de un amplio espacio territorial en donde no existía una marcada diferencia entre el conjunto de casas y la vegetación que las circundaba. La mayoría de estos asentamientos se ubicaban en las vegas de los ríos o cerca de arroyos o aguajes. entre sus principales características están la falta de un centro ritual o político, así como también de un espacio específico para el intercambio de mercancías. La organización social y política dependía más del sistema de parentesco y de líderes morales o militares, sin una aparente jerarquía que funcionara de manera permanente.3A su vez, las rancherías conformaban una especie de confederaciones, a las que los españoles llamaron naciones, como eran los yaquis, mayos, guasaves, ocoronis, guarijíos, guzapares, etcétera, los cuales compartían un territorio exclusivo dedicado a los poblados y a los sitios de cultivo, además de un extenso espacio de caza, pesca y recolección, que propiciaba enfrentamientos entre los distintos grupos. Las diferencias lingüísticas, en ocasiones muy pequeñas, como entre yaquis, mayos, tehuecos, zuaques y sinaloas, así como posiblemente los linajes, le daban un sentido de comunidad a estas sociedades.4 en la actualidad los guarijíos todavía mantienen el sistema de ranchería como su principal forma de organización territorial, mientras no han modificado sensiblemente su antiguo modelo de organización social. La presencia religiosa, basada en la misión jesuita, no impactó igual en toda la región, por lo que hoy en día el único pueblo con rasgos de las viejas misiones es Loreto, en Chihuahua, compartido con los yoris (mestizos), no así en las rancherías guarijós y guarijíos,5 donde son mayoría los miembros h. SpiCer , Los yaquis. Historia de una cultura, universidad nacional Autónoma de México, México, 1994, p. 75. 3 JoSé LuiS MoCtezuMA, ALeJAndro AguiLAr y hugo López, «etnografía del desierto. La estructura social o’odham, conca’ac, yoeme y yoreme», en La comunidad sin límites. Estructura social y organización comunitaria en las regiones indígenas de México, vol. 3, coordinado por Saúl Millán y Julieta Valle, instituto nacional de Antropología e historia, México, 2003, pp. 269-318. 4 Ver JoSé LuiS MoCtezuMA , De pascolas y venados. Adaptación, cambio y persistencia de las lenguas yaqui y mayo frente al español, Siglo xxi, el Colegio de Sinaloa, México, 2001. 5 La diferencia entre guarijíos y guarijós tiene su fundamento en aspectos lingüísticos e identitarios, relacionados con una cualidad de índole territorial. La variación dialectal y la identidad étnica marcan fronteras entre ambas comunidades étnicas, también conocidas como guarijós y macurawes. de acuerdo al aspecto lingüístico también son reconocidos como guarijíos de la sierra y guarijíos del río, y recurriendo al aspecto político 2 edwArd

de LA VeredA AL CAMino deL Conti

15

de este grupo indígena. Sin embargo, la presencia jesuita y las relaciones internas proporcionaron una forma peculiar de practicar la religión católica en esas localidades, no tan lejana de aquellos que heredaron las enseñanzas de los misioneros de la Compañía de Jesús. A su vez, entre yaquis y mayos podemos observar algunos rasgos que prevalecen del tiempo de la ranchería, aunque mucho más diluidos y con algunas variedades entre los antiguos pueblos de misión y sus congregaciones, desde los que mantienen una tendencia a la dispersión, como pitahaya o huírivis, entre los yaquis, hasta los que han modificado sustancialmente esos patrones y han incorporado un trazado de calles más recto, como el pueblo yaqui de pótam, mientras una gran cantidad varía entre la forma de dispersión, en conjunción con un diseño urbano donde predominan las calles en línea recta y las casas construidas con la fachada hacia el frente de ellas. Algunos pueblos mayos, como el Júpare y navobaxia, conjuntan ambos patrones de distribución, que evidencia dos formas de organización territorial: la de los yoremem y la de los yoris, en la que por un lado destacan las casas dispersas alrededor o dentro del camino del conti, y por el otro los asentamientos de los mestizos, con sus trazos cuadrangulares, incorporando algunos solares mayos dentro de estos cuadrantes.6

el modelo de pueblo de misión dice un antiguo refrán, “para que la cuña apriete debe de ser del mismo palo”. ése fue uno de los principios fundamentales que utilizaron los jesuitas para anexar al sistema de misiones a los pueblos de ranchería, debido a la forma en que integraron algunos elementos de cepa indígena al sistema de evangelización de los grupos del noroeste. Bajo las lógicas de estos pueblos constituyeron un nuevo modelo religioso, territorial y hasta cierto punto político, incorporando algunos componentes de hechura indígena a las estructuras sociales que resultaron al contacto de sociedades tan disíse han nombrado como guarijíos de Chihuahua y guarijíos de Sonora. Ver CLAudiA hArriSS CLAre y gera rdo Conde, «territorialidad y centros ceremoniales guarijíos», en Diálogos con el territorio. Simbolizaciones sobre el espacio en las culturas indígenas de México, vol. 3, coordinado por Alicia M. Barabas, instituto nacional de Antropología e historia, México, 2003, pp. 173-196. 6 roSS n. CruMrine, The Mayo Indians of Sonora. A people who refuse to die, The university of Arizona press, tucson, 1977.

16

JoSé LuiS MoCtezuMA

miles, imponiéndose el modelo orientado desde las cortes europeas. La habilidad de los jesuitas para configurar nuevas prácticas a partir de moldear el cambio sin romper con todos los esquemas nativos dio como resultado, en mayor o menor grado, una integración al modelo misional. en esta dinámica los grupos indígenas han jugado un papel sumamente importante, al refuncionalizar los patrones externos, sobre todo los religiosos, algunos de los cuales permanecen desde la época colonial. esto significa una forma activa de integrar nuevos elementos a su cultura, lo que a su vez ha funcionado como emblemas en la construcción de la identidad étnica de estos grupos. Se ha escrito mucho acerca de los pueblos de misión, así que aquí sólo enumeraré algunos de sus aspectos más relevantes para los grupos indígenas del noroeste de México. el primero fue la transformación de su sistema económico, pasando de un sistema de subsistencia a uno de acumulación, incluyendo un modelo agrícola más desarrollado y la inclusión de la ganadería entre estos grupos nativos. el segundo implicó un cambio en el diseño de la organización territorial: de una dispersión sin centro visible a una relativa dispersión cuyo centro más evidente se ubicaba en el templo o misión, alrededor del cual giraba la vida comunitaria. Con el tiempo entre los yaquis también se incorporó la comunila, lugar desde donde despachan las autoridades civiles. el tercero fue una reinterpretación de la religión católica por parte de los grupos indígenas, basado en un complejo sistema ritual, a partir de las prácticas, incluso teatralizadas, de la doctrina de los curas jesuitas. La misión y sus alrededores se convirtieron en sitios sagrados, en donde se vienen realizando la mayoría de los rituales de la religión católica practicada por los indígenas. el camino del conti sigue siendo uno de los principales delimitadores de los rituales comunitarios de yaquis y mayos. trazados durante el periodo jesuita, en muchos pueblos se han mantenido casi sin cambios, como en los pueblos mayos de el Júpare y etchojoa, o los pueblos yaquis de pitahaya y Loma de guamúchil, mientras en otros se han modificado en la medida en que el trazo de calles o la construcción de viviendas han limitado o modificado el camino del conti, como ocurre en los pueblos mayos de navobaxia y San ignacio, lugares en donde parte del conti se realiza en espacios más reducidos, como son las calles delimitadas por las casas alineadas en línea recta. en navobaxia lo tuvieron que hacer así debido a su reciente separación de algunos rituales del pueblo-cabecera de el Júpare, del que es una de sus congregaciones, mientras en San ignacio la construc-

de LA VeredA AL CAMino deL Conti

17

ción de casas en el espacio sagrado ha alterado el diseño original del camino del conti. Se modificó la forma de cremar a los muertos, compartida con muchos grupos del norte de México, entre otros los yumanos, como ocurre con los cucapá, por el enterramiento y la instalación de altares. Al construirse las misiones jesuitas también se incorporó el hábito de enterrar a los muertos frente o alrededor de las iglesias.7 hasta bien entrado el siglo xx los cementerios formaban parte de los templos católicos, muchos de ellos herederos de las misiones jesuitas y en algunos casos de iglesias franciscanas. Frente a la iglesia yaqui de tórim es posible observar sus reminiscencias, mientras en Loma de guamúchil sólo quedan tres tumbas frente a la iglesia. Con el tiempo, los panteones fueron instalados fuera del espacio de la iglesia, algunos muy cercanos, como en el caso del cementerio mayo de el Júpare, y otros más alejados, aunque formando parte del pueblo, como el panteón mayo de etchojoa, o un tanto alejado, como el de Loma de guamúchil. Sin embargo, algunos pueblos han mantenido la vieja tradición jesuita, como ocurre en los pueblos yaquis de pótam, Vícam pueblo y pitahaya, paradójicamente este último deshabitado durante parte de la primera mitad del siglo xx , pero manteniendo las mismas características hasta nuestros días tras el retorno de sus habitantes. el sistema de misión incorporó a los danzantes de pascola a los rituales católicos, incluyendo también a los danzantes de venado de los grupos cahitas, pasando al resto de las sociedades indígenas de la región. producto de la simbiosis entre un término en español y otro nativo, pahko, “fiesta” (de pascua), y o’ola, “viejo o sabio”, cuya traducción sería “el sabio o viejo de la fiesta”. en la actualidad el rango de fiesta religiosa lo da la participación de estos payasos rituales. Construidas originalmente con mezquite y carrizo, las ramadas comunitarias mayos van cediendo su lugar a otras construidas de forma permanente, utilizando materiales industriales, como sucede en el Júpare y navobaxia, no así las ramadas yaquis, que se continúan erigiendo y desarmando para cada fiesta ritual. Las ramadas de la guardia tradicional yaqui, conformadas durante la colonia, también han sufrido cambios en algunos poblados, mientras en otros mantienen la tradición de construirlas con horcones, carrizo, y tablones en donde se sientan los participantes en las celebraciones cotidianas de los gobernadores yaquis, como en pitahaya. A su vez, en Vícam pueblo, 7 edwArd h. SpiCer , op. cit., 1994, p. 78.

18

JoSé LuiS MoCtezuMA

Loma de guamúchil y Loma de Bácum, construyeron la guardia con ladrillo y en lugar de troncos o tablones han colocado bancas para sentarse a dialogar.

Las rancherías guarijíos La mayoría de las comunidades guarijíos han mantenido el antiguo sistema de ranchería, tanto en su aspecto territorial, como en su organización social y práctica religiosa, en algunos casos conviviendo con instituciones del estado mexicano como son escuela-albergues y clínicas de salud, aunque, dadas sus características de comunidades dispersas, la mayoría de ellas no han incorporado ninguna de estas instituciones. Las rancherías guarijíos son pequeños asentamientos de casas diseminadas entre el monte. por la lejanía entre ellas no requieren ningún tipo de cercos que delimiten el terreno de cada familia. Los límites los marcan la casa-habitación y los pequeños potreros en donde alojan los pocos animales de corral que poseen. A su vez, las normas de convivencia determinan los linderos territoriales entre los habitantes de una ranchería; la privacidad familiar, de la familia extendida y de los miembros de un caserío, es uno de los rasgos culturales que sobresalen en esta sociedad. es tal su forma de asentarse, que cuando se formó la comunidad de Mesa Colorada, en Sonora, a raíz de la conformación de los ejidos guarijíos iniciados a finales de los años setenta del siglo pasado, las familias que se asentaron allí siguieron el mismo patrón de ranchería al ubicar sus solares: casas desperdigadas en un gran espacio de terreno, sin seguir un trazo en las veredas que los circundan. La escuelaalbergue, la clínica de salud y la tienda ConASupo no lograron influir para cambiar esa fisonomía. en cuanto a su organización social, los guarijíos mantienen una convivencia sin que vean como necesario la conformación de estructuras jerárquicas que funcionen como autoridades al interior de las rancherías. Únicamente han incorporado algunos cargos que les han impuesto los órganos gubernamentales, como son el gobernador indígena, producto de las políticas indigenistas que buscaban un interlocutor y mediador al interior de las comunidades y que en ocasiones han servido como agentes del estado, mediatizando y controlando los conflictos del grupo étnico con los diferentes órdenes de gobierno. Además, cuentan con el comisario ejidal, debido a la dotación de terrenos con el carácter de ejidos que les fueron

de LA VeredA AL CAMino deL Conti

19

otorgados en terrenos ancestrales del grupo, que habían sido arrebatados por terratenientes de la región. Sin embargo, no hay otros dirigentes, ni en el orden civil ni en el religioso, como ocurre entre yaquis y mayos, en el primer caso, así como con los yaquis en el segundo, como examinaremos más adelante. en el orden religioso no existen figuras establecidas que se dediquen de tiempo completo a ello, o que mantengan una jerarquía mientras ejercen el cargo. hay maynates y coralias, que cumplen una función de conducción en algunos de los rituales, pero esa posición no les confiere otro poder sobre el resto del grupo que tener un reconocimiento al interior de la comunidad, y que les otorga la responsabilidad de continuar con antiguas tradiciones que le dan sustento a la etnicidad guarijío.8 el pueblo de Loreto es el único que conservó algunos rasgos fundamentales del pueblo de misión. el templo, único de su tipo en toda la zona guarijío, sigue funcionando bajo las lógicas de las prácticas rituales nativas, con rasgos jesuitas. La celebración de la Semana Santa sólo ocurre en ese lugar en todo el territorio indígena, permitiendo observar la reproducción de ciertos elementos de origen jesuita, incluyendo a los fariseos con máscara, interpretado por mujeres mestizas de la comunidad, vestidas con atuendos evidentemente masculinos. en ese lugar es tangible el conflicto interétnico, que se incrementa durante la celebración de la pasión de Cristo, creando incidentes, a veces violentos, de parte de los mestizos de la región sobre los guarijós. Aún así, los miembros del grupo étnico tratan de realizar el ceremonial de acuerdo a prácticas que datan de la época colonial.

el huya ania A diferencia de las rancherías guarijíos, ubicadas dentro de espacios naturales, yaquis y mayos modificaron la relación entre el espacio natural y el pueblo de misión. de esa separación devino una nueva manera de representar la relación del hombre con la naturaleza, también caracterizada como una vinculación entre lo cultural y lo natural. por un lado el pweplum o pueblo, y por el otro el huya ania, traducido libremente como “el mundo 8 gerArdo Conde guerrero, «La persistencia étnica de un grupo indígena: los gua-

rijío», en Visiones de la diversidad. Relaciones interétnicas e identidades indígenas en el México actual, vol. 1, coordinado por Miguel A. Bartolomé, instituto nacional de Antropología e historia, México, 2005, p. 153.

20

JoSé LuiS MoCtezuMA

del monte” o “mundo sagrado del monte”, aunque difícil de entender fuera del mundo yo(r)eme. el pweplum se conforma de la iglesia, el camino del conti, la ramada de los pascolas –aunque este lugar representa al huya ania dentro del pueblo–, las cocinas de los fiesteros, así como los solares en donde se pueden localizar una o más familias nucleares. entre los yaquis se incluye también la guardia o ramada de las autoridades tradicionales, conformadas por los gobernadores yoemem. Lo que circunda a este espacio se le conoce como el huya ania. Allí se localizan los surem, antepasados de los yaquis. también se ubica el yo ania, “el reino antiguo y venerable”, que se compone de yo’owe, “viejo, anciano, principal”, y ania, “mundo o universo”. en él se puede tener experiencias sobrenaturales, como sucede con los aspirantes a convertirse en pascolas, al obtener allí su gracia para bailar. en este lugar conviven el bien y el mal. por un lado, aquellos seres, como los surem o el señor Santiago o Santiaguillo, ayudan a los indígenas a sobrevivir en ese inhóspito lugar o ayudar a los vaqueros a encontrar el ganado perdido. también es la región en donde se encuentra la gloria, o el huya ania floreado, a donde llega el alma, conocida como hiapsi, después de realizado el cabo de año. por otro lado, se encuentra la maldad en forma de seres que pueden producir algún daño a la gente, sobre todo por las noches. Son entes o seres multiformes, como el yorem go’i, representado como parte coyote y parte ser humano, la chichi, la chichial o chichiali, el housi y la mamaura, relacionados con el rompimiento de las normas en ambos grupos étnicos, como el incesto, la poligamia o el infanticidio.9

La herencia misional en la organización comunitaria de yaquis y mayos La organización religiosa, de herencia jesuita, la encontramos en la actualidad entre los mayos. Lo que llamamos cofradías, como la organización de los fariseos o judíos y demás grupos rituales que aparecen durante la cuaresma, o los grupos de fiesteros, siguen manteniendo viva la organiza9 hugo López, CLAudiA hArriSS y JoSé LuiS MoCtezuMA , «Autoridad y religión en el noroeste de México: los sistemas normativos entre yaquis, mayos y guarijíos», en Los dioses, el evangelio y la costumbre. Ensayos de pluralidad religiosa en las regiones indígenas de México, vol. 4, coordinado por ella F. Quintal, Aída Castilleja y elio Masferrer, instituto nacional de Antropología e historia, México, 2010.

de LA VeredA AL CAMino deL Conti

21

ción ritual y étnica de este grupo indígena. A su vez, la forma en que practican la pasión de Cristo sigue de alguna manera el sistema teatralizado que introdujeron los misioneros de la Compañía de Jesús para aplicar su modelo de evangelización. A su vez, algunos otros grupos, como los matachines, siguen reproduciéndose a pesar de no tener el mismo peso que aún mantiene este grupo ceremonial entre los yaquis. en algunos casos, como en Buaysiacobe, se ha revitalizado esta organización, mientras en otros, como en el Júpare, únicamente aparecen niños matachines durante la fiesta patronal de la Santísima trinidad y en la celebración de navidad. el sistema jerárquico impuesto por los jesuitas continúa vigente en la actualidad en todas las unidades sociales intermedias de la estructura religiosa yoreme. en la mayoría de los cargos se requiere experiencia para acceder a los niveles superiores, así como un reconocimiento por parte de la comunidad, sobre todo de quienes conforman los grupos rituales. el reconocimiento no implica una remuneración económica, más bien una doble recompensa en los planos divino y comunitario. por un lado, en el plano divino, existe la certidumbre de haber cumplido con una manda o promesa, mientras en el comunitario se goza de gran estimación por parte de sus congéneres, sabedores de los costos económicos y físicos implicados en las actividades rituales, y que por esos motivos son criticados por los mestizos de la región, que lo ven como un gasto superfluo. esta herencia ha representado uno de los elementos más importantes en la reproducción cultural del grupo y uno de los principales emblemas de la identidad étnica del grupo mayo. Los yaquis han mostrado una mayor integración a las estructuras sociales y formas de organización comunitaria de factura misional. por un lado, al igual que los mayos, conservaron la organización del kohtumbre, en el cual se integran los diferentes grupos rituales que participan en el ceremonial de la pasión de Cristo, que dura toda la cuaresma, incluyendo algunas normas que deben seguirse, como la prohibición de tomar bebidas embriagantes, no llevar a cabo fiestas durante ese periodo y cumplir con las promesas que los llevaron a participar activamente en el ritual, de lo contrario puede haber acciones punitivas a los que quebrantan las normas, como hincarlos sobre granos de sal mientras rezan tres rosarios dentro de la iglesia. dato notable, mientras en muchos pueblos mayos el grupo de fiesteros han conformado una sólida organización que los ha colocado como uno de los pilares de la reproducción cultural y étnica de este grupo, entre

22

JoSé LuiS MoCtezuMA

los yaquis de los ocho pueblos tradicionales su participación va a la baja, con cuatro pueblos manteniendo la organización de fiesteros, mientras en los otros cuatro ya han desaparecido del sistema ritual, sin que signifique un desgaste en la estructura social del grupo. por otro lado, han mantenido las estructuras jerárquicas de su organización civil, liderados por el cuerpo de gobernadores tradicionales, a pesar de los embates de los grupos de poder estatal, que siempre han tratado de dividirlos, como ha sucedido en los últimos años con la duplicidad de gobernadores en algunos de los pueblos. Sin embargo, esta estructura ha cambiado, sin romper con su encomienda, su forma de elección de autoridades y el papel jerárquico de quienes la componen, con el primer gobernador como máxima autoridad, seguido de otros gobernadores, pueblo mayor (que representa al grupo de ancianos de la etnia), el capitán y el comandante, cargos heredados de su antigua estructura militar, así como la incorporación de un nuevo integrante, a partir de las necesidades de interlocución con las autoridades de los tres niveles de gobierno, como es el secretario, que no es electo anualmente, como otros cargos, ni requiere el conocimiento de la lengua yaqui y sí el manejo del español escrito, que le permita elaborar los documentos, tanto internos como para las autoridades del estado mexicano. La forma de organización de mediados del siglo xx , como la observó Spicer, y la actual, ha cambiado el sistema de cargos, que sin embargo no han modificado la estructura jerárquica de las autoridades tradicionales yaquis. Aquí hay que distinguir entre la forma de organización de las autoridades de la iglesia entre yaquis y mayos. Los mayos han establecido una forma de organización diferente a la conformada por los jesuitas, con un presidente de la iglesia, un secretario, un tesorero y vocales; su fin es el mantener el templo, en su edificio, imágenes, limpieza y cuidado, siendo elegidos por las comunidades cada determinando tiempo y que en ocasiones entran en conflicto con los intereses de los yoris o mestizos y con los diferentes grupos internos que componen la sociedad yoreme. por su parte, los líderes de la iglesia yaqui conservan los cargos establecidos básicamente durante la época misional, aunque han modificado de alguna manera su funcionamiento. el temastián o temahtim cumple la función de cuidar la iglesia, las limosnas y las imágenes masculinas, aunque comenzó siendo un catequista ayudante del cura jesuita; a su vez, es el encargado de colocar y retirar el listón de luto a los familiares de un difunto durante el ritual de cabo de año. Las kiyohteim se encargan del limpiar la

de LA VeredA AL CAMino deL Conti

23

iglesia y cuidar las imágenes femeninas, y las tenánchim cargan a la vírgenes durante las procesiones, mientras el teopo kobanao o “gobernador de la iglesia” coordina a los grupos asociados con la iglesia y administra las limosnas de ésta.10 el otro grupo ligado directamente a la iglesia lo forman los maehtom o “maestros” y sus kopariam o “cantoras”. entre yaquis y mayos son muy influyentes, dado su carácter de líderes rituales, aunque entre los mayos son cada vez menos, sobre todo las cantoras, no así entre los yaquis, que conforman grupos numerosos en torno a un maestro rezandero. Los rezos y letanías pueden ser en español, latín, yaqui o mayo, según fórmulas litúrgicas que datan de la época colonial, como lo muestran la letanía de la vigilia de los difuntos celebrada en latín o la novena de San ignacio de Loyola, traducida al mayo durante el periodo misional y utilizada durante la fiesta patronal en el Júpare y Loma de etchoropo.

tras la saga de las rancherías y de los pueblos de misión Sin tener la finalidad de descubrir los orígenes de cada elemento de la cultura yaqui-mayo, podemos observar algunos de los rasgos que dieron pie a diversos procesos de incorporación y refuncionalización de componentes que vienen de tiempos en donde predominaban los sistemas de ranchería y de pueblos de misión, y de cómo en la actualidad podemos seguirles las huellas para tratar de entender, y con ello interpretar, los fenómenos que le han dado cauce a los modelos de integración de sociedades indígenas como son los guarijíos, yaquis y mayos, que han subsistido a pesar de las presiones de sectores hegemónicos de blancos y mestizos intentando desaparecerlos o integrarlos definitivamente a la esfera dominante. Su cosmovisión y sus prácticas identitarias han incorporado diversos sistemas a lo largo de su historia, dando con ello diferencias internas que son importantes de analizar.

10 edwArd h. SpiCer , Cycles of conquest: the impact of Spain, Mexico and the United States

on the Indians of the Southwest, 1533-1960, The university of Arizona press, tucson, 1962, p. 289; y edwArd h. SpiCer , «potam. A yaqui village in Sonora», American Anthropological Association, memoir no. 77, 1954, pp. 84-87.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.