De la trova a la trivia

July 25, 2017 | Autor: Manuel Monestel | Categoría: Cancionero, Minstrels, Griots, Trovador
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Descripción

De trovas y trivias
De la trova a la trivia
Manuel Monestel

El oficio de trovador es tan antiguo como la capacidad humana de comunicarse.

Desde los célebres trovadores, menestrels o minstrels medievales pasando por los griots africanos, los payadores del cono sur de América, los chantuells del Caribe, los folk singers de la América anglosajona, hasta los cantautores de los años 60 y 70 en Latinoamérica, existió un compromiso con la función social de ser una suerte de conciencia crítica de la comunidad.

A lo largo de la historia esas voces han acompañado a sus pueblos en esta lucha eterna por un mundo mejor en términos del bienestar humano y la realización plena de su espíritu.

En nuestro continente, el siglo XX reveló las voces de grandes trovadores que cantaron en tantas lenguas como las que pudieron haber surgido de la Torre de Babel. En el Caribe los soneros y los calypsonians , desde los tempranos años del siglo cantaban sus trovas y marcaban las directrices de la canción popular de las décadas siguientes, es así como Rosendo Ruiz y Sindo Garay le señalaban una propuesta futura a Silvio Rodríguez o a Pablo Milanés y Houdini hacia otro tanto con Mighthy Sparrow, David Rudder o Bob Marley. En la América del Norte Woody Guthrie y Pete Seeger hacían lo mismo por Bob Dylan o Phil Ochs. En el sur Yupanqui y Violeta Parra amasaban el pan para Victor Jara, Viglietti o Zitarrosa y en Brasil Noel Rosa y Cartola abonaban el terreno para las futuras y maravillosas trovas de Chico Buarque, Caetano Veloso o Geraldo Vandré.

Trovar es un verbo de moda en el contexto de la canción popular latinoamericana. ¿Seguirá ese verbo teniendo un significado consecuente con su origen y su historia? ¿Habrá cambiado el sentido de trovador en virtud de las imposiciones del mercado de la música?

Alguna raíz lingüística latina asocia trovar con encontrar y con opinar. En francés el verbo trouver significa encontrar y otra acepción lo relaciona con opinar. En italiano ritrovamento significa encontrar. El verbo meinen en alemán puede ser opinar, el antiguo trovador germano se llamaba minnesänger.

En este siglo XXI, el del "todo se vale", "todo se puede", independiente mente de sus consecuencias. En esta era de la mentira como signo de los tiempos, cada vez se hace más patente el viejo refrán "las apariencias engañan". En un mundo donde la esencia de las cosas se diluye mágicamente para privilegiar la forma, la apariencia, la superficialidad, muchas cosas que parecen no son y otras que son, no aparecen. El mercado de la música ha creado un nuevo nicho, un nuevo segmento que se llama "trova", en él, en función de las ventas, entran todos los que quepan, sin importar si son auténticos o copias xerox de los verdaderos creadores.

En este afán mercantil, la temática ligera, liviana, sensiblera, marca los parámetros de éxito de ventas y en esta vorágine se presenta una serie de canciones que sin ser ni más ni menos que cursileras baladas de amor, entran dentro de la categoría de trova. De esa manera, el mercado escamotea los estilos forjados por trovadores como Silvio Rodríguez, Serrat o Pablo Milanés, y los recicla, vaciados de contenido, en las voces de otros pseudo trovadores que ansiosos de figurar anteponen la oportunidad, a la consecuencia y la congruencia de la canción que interpretan.
"Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón…"
Nos decía Víctor Jara en su canción "Manifiesto". El texto de canciones como esta contrastan con frases como: "nos amaremos tanto que el amor va a estar celoso de nosotros"; en la de Jara se antepone el esencial sentido de la canción frente al maquillaje y la sensiblera evocación del amor de pareja como monotema y como gancho para pescar "toda la pobre inocencia de la gente" como sentencia León Gieco en su gran tema "Solo le pido a dios".

El canto sin buscar, sin opinar se ha infiltrado en la canción latinoamericana crítica, consecuente con su realidad social, dando origen a una trova trivial o a una trivialidad trovadoresca. Las técnicas mercantiles pueden ser eficaces y atraer a sus filas a un sector del público que ingenuamente confunde el gato con la liebre, sin embargo, la canción como auténtica expresión de la esencia humana en sus dimensiones individuales y sociales seguirá expresando su histórica función y a través de sus trovadores recogerá el sentimiento de la gente y lo plasmará sincera y orgánicamente en canciones, que por su pertinencia, permanecerán en la memoria colectiva por muchos años y que por eso no figurarán en el hit parade de la banalidad.
Como corolario un par de citas para ilustrar el quehacer de un trovador al que:
"No lo embriaga la altura
ni le aburren los sueños;
ni es por moda que estalla
y que se empeña."
La primera de Ammon Hennacy un activista político de principios del siglo XX en Estados Unidos:
"Yo las llamo a todas canciones de amor. Ellas hablan del amor entre el hombre y la mujer, entre padres e hijos, amor a la patria, a la libertad, a la belleza, a la humanidad, al mundo, amor a la búsqueda de la verdad y de lo desconocido. Pero por supuesto el amor solo no es suficiente.
El amor sin coraje y sabiduría es sentimentalismo, como el de un simple feligrés, coraje sin amor y sabiduría es ingenua dureza como la del simple soldado. Sabiduría sin amor y sin coraje es cobardía, como la del simple intelectual"
Esta otra es de Woody Guthrie el legendario campesino trovador de Oklahoma:
"Un editorial rimado difícilmente se convierte en una buena canción. Las canciones más trascendentales dicen una historia y dejan que quien las escuche saque sus conclusiones. Pero de la misma manera en que el dueño del periódico usa su opinión editorial para seleccionar cuales reportajes imprime, cada cantante manifiesta su opinión en las canciones que decide cantar."

Y el bis de este concierto en prosa nos lo trae la Violeta Parra, más clara que el agua de una naciente andina:

"Yo canto a la chillanejaSi tengo que decir algoY no tomo la guitarraPor conseguir un aplauso. Yo canto la diferenciaQue hay de lo cierto a lo falso,De lo contrario, no canto"


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