DE LA RACIONALIDAD DE UNA DECISIÓN: ¿POR QUÉ NEGOCIAR?

October 3, 2017 | Autor: Marcela Cubides | Categoría: Colombia, Negociation and mediation, Paramilitaries
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Descripción

Papel Político Estudiantil Nº 1, agosto de 2005 (9-23)

DE LA RACIONALIDAD DE UNA DECISIÓN: ¿POR QUÉ NEGOCIAR? Olga Marcela Cubides Salazar

Resumen En la presente ponencia se realiza un intento por comprender la decisión de los grupos paramilitares de iniciar un proceso de negociación con el gobierno nacional el pasado 15 de julio de 2003 con el “Acuerdo de Santa Fe de Ralito para contribuir a la paz de Colombia”, utilizando el enfoque de acción racional aplicado a procesos de negociación. En primera instancia, se realiza una breve explicación del enfoque; en segunda instancia se realiza la aplicación de éste al proceso de negociación con las AUC, y por último, realizo una conclusión definiendo algunos de los riesgos de la negociación, dos escenarios prospectivos y algunas consideraciones finales acerca del enfoque. La ponencia no tiene pretensiones predictivas, sin embargo, el desarrollo de las razones y dinámicas que se configuran al momento de tomar una decisión, permitirá dilucidar, a puerta de nuevos análisis, algunos riesgos o condiciones que podría tener el proceso.

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Han pasado ya casi dos años y medio desde el primer acercamiento para el proceso de negociación que se ha desarrollado con los paramilitares, y aun hay muchas preguntas por resolver que permiten no dilucidar claramente la efectividad de éste: ¿cuáles son las condiciones reales de la negociación?, ¿qué pasará con los perjuicios económicos políticos y sociales causados por estos grupos?, ¿cuáles son las verdaderas razones por las que los paramilitares decidieron entrar a la negociación con el gobierno Uribe?, ¿tendrá éxito la negociación? A pesar de la radical importancia de las preguntas anteriores, mi propósito en esta ponencia no es determinar acciones a futuro. Más modestamente se trata de comprender la decisión de los grupos

O. M. CUBIDES

INTRODUCCIÓN

paramilitares de iniciar un proceso de negociación con el gobierno nacional el pasado 15 de julio de 2003 con el “Acuerdo de Santa Fe de Ralito para contribuir a la paz de Colombia”. Sin una pretensión predictiva, el desarrollo de las razones y dinámicas que se configuran al momento de tomar una decisión, permitirá dilucidar, a puerta de nuevos análisis, algunos riesgos o condiciones que podría tener el proceso. Para ello utilizaré el enfoque de acción racional modificado aplicado a procesos de negociación*. Así en primera instancia, explicaré brevemente el enfoque; en segunda instancia realizaré una aplicación del enfoque al proceso de negociación con las AUC, y por último, concluiré definiendo algunos de los riesgos de la negociación, dos escenarios prospectivos y algunas consideraciones finales acerca del enfoque. Enfoque de acción racional modificado aplicado a procesos de negociación El enfoque “clásico” del actor racional, plantea que cuando los actores de un conflicto armado consideran la posibilidad de ponerle fin a éste, evalúan los costos y beneficios de las diversas opciones para evaluar la que les dé mayor utilidad y así optar por la decisión que es más racional. Es decir, que los actores llegan a la conclusión que la negociación les ofrece más ventajas que la continuación de la confrontación.

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La pregunta que surge es: ¿en qué momento consideran las partes que la salida negociada les ofrece ventajas más atractivas que las que puede ofrecer la continuación de las acciones armadas? William Zartman1 afirma que la decisión de negociar se produce cuando el conflicto ha alcanzado su “madurez”, es decir, cuando las partes se encuentran en un “empantanamiento doloroso”, o les resulta evidente que la continuación de la guerra les acarrea más costos que beneficios.

*

El modelo fue originalmente propuesto por C. R. Mitchell. Estos argumentos los he tomado del trabajo de Pedro valenzuela, “El proceso de terminación de conflictos violentos: un marco de análisis con aplicación al caso colombiano”, Papel Político N° 3, marzo de 1996, quien resume sus elementos básicos.

1

Zartman.

Sin embargo, el enfoque de Acción Racional Modificado brinda nuevos elementos de alto aporte para el análisis: primero trasciende el énfasis de la correlación militar de fuerzas y toma en cuenta otros factores relacionados con el poder de los actores del conflicto, tales como los recursos que posee, la legitimidad lograda y la capacidad de ejercer poder político. Segundo, se supera la concepción de actores unitarios o monolíticos con una misma definición de orden de preferencias dentro de su conjunto de oportunidad, para evaluar las contradicciones que surgen en el grupo al momento de buscar salidas negociadas o persistir en la vía armada. La lógica del enfoque llevaría a especificar las preferencias de las diferentes facciones, teniendo en cuenta el proceso interno de toma de decisiones e imposición de intereses. Además de lo anterior han de tenerse en cuenta las barreras psicológicas que pueden impedir que los actores tomen la decisión de buscar una salida negociada, aun si los costos de continuar la guerra superan los beneficios. Cuadro 1 Factores Inter-partes

Factores Intra-partes

Factores del entorno

• Recursos

• Cohesión del grupo

• Contexto nacional

• Correlación militar de fuerzas

• Liderazgo

• Contexto internacional

• Beneficios ya obtenidos

• Relación con las bases

• Contexto regional

• Beneficios futuros

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• Costos ya incurridos • Costos futuros

Tomado de las conferencias de Valenzuela, Pedro, en el curso Teoría de conflictos y Resolución de conflictos, primer semestre de 2004.

Este enfoque nos permite observar los aspectos que realmente están detrás de la toma de una decisión, que en términos de Shick incluirían los deseos, las creencias y las interpretaciones de cada actor; y que por supuesto son muy difíciles de agregar dado precisamente la imposibilidad de tener un actor unitario, con un mismo orden de preferencias.

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*

Caracterización de los grupos de autodefensa Son grupos al margen de la ley que combaten la insurgencia persuadidos de que las armas y los recursos del Estado no lo pueden hacer con eficiencia2. Surgen de una red de alianzas por los propietarios afectados por las acciones de las guerrillas y el posterior establecimiento de formas de seguridad privada, así como por la debilidad estructural del Estado para el establecimiento de políticas efectivas para el mejoramiento social. Esta debilidad se traduce en el apoyo de estas élites para el ejercicio de la violencia directa, lo cual es indispensable para la conservación del régimen político3. Su transformación y cambio en los objetivos dependen en gran parte de la obtención de recursos a través del narcotráfico, la extorsión y el secuestro, aspectos claves en el actual proceso de negociación. Su inclusión al narcotráfico se convierte en un punto focal de la negociación, en tanto que es la base principal de obtención de recursos y, por tanto, la forma directa de alcanzar sus objetivos estratégicos, que incluirían su expansión y propagación e instauración como poder local y la búsqueda continua por el dominio territorial. El modus operandi consiste básicamente en el ataque a la población civil que es percibida como base de apoyo de la insurgencia, que los lleva a tener un alto historial en materia de violación de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario; y por tanto, es casi nula su legitimidad y credibilidad por parte de organismos internacionales y nacionales.

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Su organización es muy difícil de establecer, en tanto que no cuentan con una estructura organizada y jerarquizada en su totalidad. Así no se puede inferir el grado de unificación y coordinación de esta estructura paramilitar. ¿Por qué negociar? La pregunta que habríamos de responder en principio es si el conflicto entre las AUC y el Estado está maduro para ser negociado; es decir, si consideran que obtendrían mayores beneficios negociando que continuando con la guerra.

2

Cubides, Fernando, Los paramilitares y su estrategia, pág. 155.

3

Posada Reyes, Alejando, Paramilitares en Colombia: contexto, aliados y consecuencias, Análisis Político N° 12, pág. 45.

Para ello tendremos en cuenta tres de los principales objetivos estratégicos de los paramilitares: 1. Su reconocimiento como un “tercer actor” en el conflicto con connotación política que le permitiría ser incluido en un proceso efectivo de perdón jurídico. 2. Evitar la extradición para sus principales dirigentes, y por tanto no obtener algún tipo de castigo por su inclusión en el mercado negro. 3. La legalización de gran parte de sus tierras y capital en especial la que les proporcionan mayor productividad. Factores Inter-Partes Indudablemente uno de los factores fundamentales del crecimiento y expansión de los paramilitares, es su método de obtención de recursos a través del secuestro, la extorsión y en especial el narcotráfico y el mercado negro, hecho que les proporciona un alto grado de autonomía frente a las Fuerzas armadas y la posibilidad directa de expansión y fortalecimiento territorial. Según Romero4, la búsqueda de control de cultivos ilícitos, les permitió a los grupos armados alcanzar el control de territorios y brindar total protección a las distintas transacciones que requiere este negocio; es decir, el narcotráfico tiene una consecuencia política y social quizá menos evidenciable que la económica que el autor pretende evidenciar. Se trata de la exigencia de protección de los cultivos ilícitos como forma en que los paramilitares “echaron raíces” en cada una de las poblaciones y comenzaron a ejercer directamente su dominio local.

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La gran cantidad de recursos que reciben de estas fuentes les permiten crecer tanto en número efectivo de combatientes, como en

4

Romero, Mauricio, Paramilitares y autodefensas, 1982-2003, IEPRI: Bogotá, 2003, pág. 103

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Es de anotar, además, -a pesar que será tratado definidamente más adelante-, que detrás del interés del narcotráfico se encuentra la expansión en sus propiedades de tierra, igualmente como forma de consolidación territorial.

su dotación general5. Según el ICG6, durante el gobierno Pastrana el número de combatientes creció de 4.500 a 11.000 en distintas regiones del país. En este marco, han alcanzado ya un alto dominio político y social en una gran proporción de regiones del país, y la cantidad de recursos que reciben podría seguirles brindando beneficios futuros en el marco político y económico. Sin embargo, han tenido que incurrir en altos costos, como es su deslegitimación casi total ante organismos internacionales y naciones dado su modo de operar, y que de continuar así, podrían incurrir en mayores costos. Otro de los elementos primordiales, es la correlación militar de fuerzas, que en este caso es bastante disímil. A pesar que históricamente las fuerzas armadas han tenido un vínculo alto con el gobierno, en los últimos años se ha intentado disipar, por lo menos abiertamente, ante las consecuencias que le causó a los entes gubernamentales esta relación, como es la poca credibilidad ante la población. De esta manera, han aumentado notoriamente el número de combates entre estos dos actores, así como las denuncias abiertas de las fuerzas militares contra este grupo armado.

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Sin embargo, la forma de correlación de fuerzas con la guerrilla cambia considerablemente. Deductivamente, en primera instancia, porque la razón de ser paramilitar es la contrainsurgencia, y por tanto todas sus tácticas están dirigidas a contrarrestarlas. A pesar de ello las guerrillas prácticamente doblan el número de combatientes de los paramilitares, y por ello, se ha optado por el terrorismo como forma de acción militar, en busca de desestabilizar y atacar a la población civil que es percibida como base de apoyo de la insurgencia. Así, desde el enfoque del Actor Racional Modificado, podríamos afirmar que aunque en algunas ocasiones dado su modo de operar tienen triunfos en

5

Según Ernesto Báez, comandante político del Bloque Central Bolívar en una carta en que manifiestan su posición frente a la decisión de Carlos Castaño denominada “La verdad sea dicha”, afirma: Corporación Observatorio para la Paz, Las verdaderas intenciones de los paramilitares, Intermedio Ed.: Bogotá, 2002, anexo 27.

6

ICG, pág. 14.

el terreno militar, al mismo tiempo han perdido legitimidad e influencia política, así como apoyo por parte de sectores importantes. Por ello se encuentra aquí una de las razones por las que los paramilitares deciden iniciar un proceso de negociación, buscando obtener mayores beneficios ahora en lugar de más adelante, cuando ya tengan totalmente perdida su credibilidad. Las tierras El tema de las tierras constituye uno de los puntos focales de la negociación, aunque no esté planteado aún de forma directa dentro de la agenda, sino que sólo se hayan realizado planteamientos periféricos frente a ello. Según el ICG, la tenencia de tierras es “el mejor instrumento paramilitar para lavar y ahorrar dinero”7, además de la alta obtención de recursos que obtiene de otras fuentes. Por ejemplo, según el mismo informe en Caldas, los paramilitares controlan el negocio de la cebolla desde su siembra en Villamaría hasta su venta en Manizales, con lo cual además de explotar estos ingresos, van consolidando sus corredores estratégicos. Así, la forma en que se defina la legalización o expropiación de estas tierras, determinará en exclusiva el curso de la negociación. Veamos por ejemplo, para entender la importancia de lo anterior, el caso del Norte de Santander, en donde hacen presencia los bloques Catatumbo y el Norte. La ubicación de los paramilitares en este sector se debe a 5 razones8: el ser frontera con Venezuela9, potencial petrolero, producción coquera10, corredores que comunican el oriente con el norte del país y el oleoducto Caño Limón-Coveñas. Por ello, en este sector se concentra el 7% de la actividad armada del país.

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7

ICG, Pág. 12

8

Colombia, conflicto armado, regiones, Derechos humanos y DIH 1998-2002,Vicepresidencia de la República, Pág. 265.

9

Cúcuta es ruta de exportación hacia Venezuela y desde allí a otros mercados externos

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La Gabarra por ejemplo, es un importante centro de procesamiento de coca.

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Además de lo anterior, el informe citado plantea que el interés primordial era crear un corredor que divida el norte del centro del país, uniendo a Urabá con el Catatumbo, y desde allí iniciar incursiones y penetraciones el sur y hacia el oriente, específicamente hacia Arauca.

Este caso, que es repetitivo para muchas regiones, evidencia un interés estratégico de alto cuidado por los paramilitares, de forma tal que encuentren en este punto de la negociación la forma de legalizar y apropiarse en definitiva de estas tierras, que en general proporcionan un alto índice de productividad. Tabla 1: Productividad de las tierras Cultivos

1970-1980

1980-1990

1990-2002

1970-2002

Transitorios

2,96%

1,84%

-4,02%

-0,21%

Permanentes

2,04%

2,06%

1,41%

1,94%

Otro

1,77%

1,06%

1,33%

1,25%

Total agricultura

1,85%

1,54%

-1,84%

0,29%

Fuente: Ministerio de Agricultura

Esta correlación entre productividad y tenencia de tierras, ha llevando a una de las más graves consecuencias del conflicto, y es el desplazamiento forzoso que hoy se calcula que asciende a un millón de personas:

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“El desplazamiento puede estar generando una ‘contrarreforma agraria’ hacia una reconcentración de tierras en grandes proporciones. Estimaciones recientes sugieren que la tierra abandonada por desplazados en años recientes asciende a 4 millones de hectáreas, cifra que casi triplica la tierra redistribuida durante más de cuatro décadas de reforma agraria. Dado que es poco probable que la tierra abandonada sea empleada con fines productivos por los que toman posesión de ella, el desplazamiento también repercutirá en una reducción significativa de la productividad”11. Intra-Partes La cohesión del grupo es uno los aspectos fundamentales para el enfoque del actor racional modificado y que nos va a dilucidar uno de los problemas fundamentales del proceso de negociación. 11

Colombia: una política de tierras en transición. Banco Mundial. Documento Cede No. 29, agosto de 2004.

Según el observatorio para la paz12, los paramilitares son la consecuencia de un modelo organizativo y estratégico federativo que se agotó por la carencia de una propuesta política sólida, que ellos mismos reconocen, a pesar de sus intentos de unificación en las cumbres realizadas: “Es así como las AUC actúan hoy como una confederación de fuerzas antisubversivas de manera descentralizada, donde cada uno de los comandantes es individualmente responsable de sus acciones”13. Siguiendo el enfoque, las diferencias al interior de los actores pueden surgir porque las opciones de guerra o negociación afectan de manera diferente a las diversas facciones, lo cual implica que puede no haber coincidencia en la evaluación de costos y beneficios. Este caso se evidencia en los continuos conflictos que tiene la estructura paramilitar en su interior, que llevaron por ejemplo, a la posible muerte de Carlos Castaño como mayor impulsador del proceso de paz, así como a la muerte de Miguel Arroyave, que muestra más bien las altas divisiones internas del grupo, dado que ya eran conocidas las disidencias de este con Castaño y Mancuso. Esta competencia o conciliación de posiciones internas y de negociación entre las facciones de las AUC, puede proporcionar una ruptura del proceso, en tanto que no hay intereses completamente unificados, o no todos los líderes coinciden en el que es el momento apropiado para recibir mayores beneficios. Es el caso de aquellas facciones que no consideran como opción viable e inmediata su desvinculación del narcotráfico.

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12

Corporación Observatorio para la Paz, pág. 292.

13

Carlos Castaño, comunicado “las AUC hoy”; en Corporación Observatorio para la Paz, pág. 325.

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Siguiendo el enfoque, los líderes pueden estar convencidos que la mejor opción es la salida negociada, y sin embargo no moverse en esa dirección, debido a un interés altruista de no fortalecer facciones que se oponen a su política, o egoísta al temer admitir el fracaso de la estrategia seguida hasta el momento, o por su incapacidad de movilizar a las bases o sencillamente por la inercia común de las instituciones para la toma de decisiones.

De lo anterior, podemos concluir que la representación en la mesa de negociación de algunas de las facciones no garantiza la total desmovilización de los grupos, dado que la capacidad de estos de persuadir a sus combatientes puede no ser efectiva, ante lo que plantee el gobierno, y por tanto muchos de éstos serán acogidos por parte de los frentes no desmovilizados, y además éstos intenten ocupar los territorios abandonados, ante la posibilidad que sean dominados por la guerrilla. Hay que recalcar en este sentido, que en conflictos prolongados los actores pueden endurecer sus posiciones, para no ser interpretadas sus acciones por parte del adversario como señal de debilidad, con lo que pueden tomar acciones como deshumanizar al adversario, polarización, deseos de venganza o de castigar al adversario y no sólo derrotarlo; así, terminan percibiendo el conflicto como una situación de suma cero. Por último, los paramilitares como se mencionó anteriormente, dado su modus operandi, no poseen una base de apoyo social sólida, sino que la poca que tienen, viene más bien de una exigencia por condiciones de fuerza y amenaza; es decir, sus métodos privilegian la efectividad sobre el convencimiento o la persuasión, con lo cual utilizar el terror que les proporciona un menor costo para la obtención de los resultados, y maximizan el efecto de sus acciones en términos de la conducta observada de la población14.

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Igualmente han disminuido su nivel de apoyo –aunque aún existede estamentos como el Estado o las fuerzas militares (por lo menos abiertamente) y algunos propietarios de tierra. Por ello su relación con las bases es bastante difusa, y podrían constituirse en una de las razones por las cuales, ante su pérdida de legitimidad y credibilidad, obtengan mayores beneficios negociando en este momento, que si continúan en la guerra y al pasar del tiempo se van eliminando las pocas bases que poseen. Factores del entorno. El ambiente político que rodea el conflicto, tanto a nivel interno como regional e internacional, entra a formar parte importante en el curso de la negociación.

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Salazar y Castillo, La hora de los dinosaurios, Conflicto, estrategias y organizaciones, pág. 91.

A pesar que entes internacionales como la Unión Europea permanezcan prácticamente al margen del proceso de negociación, Estados Unidos ha tenido una fuerte influencia en la iniciación del proceso. No precisamente porque lo haya impulsado de forma directa, sino más bien por la inclusión de las AUC dentro de la lista de terroristas luego del 11 de septiembre de 2001, así como por la Unión Europea en mayo del 2002 y por Canadá en mayo del 2003. En este marco se formularon cargos contra Castaño y Mancuso por narcotráfico, y además una larga lista de extraditables que hacen parte de las AUC. Este hecho fue fundamental para que este grupo tomara la decisión de iniciar el proceso y así evitar cualquier tipo de castigo penal, en prioridad la extradición. Lo anterior, con la convicción que mucha de la información que poseen acerca de actores y rutas integrados al narcotráfico, les posibilita encontrar formas de evitar estas sanciones, utilizando su “voluntad de paz” a favor de sus intereses personales; por lo que la información que poseen resultaría ser una ventaja estratégica fundamental.

Conclusiones generales: ¿tendrá éxito la negociación? De manera general se puede concluir que los grupos de autodefensa deciden entrar en la negociación con el gobierno Uribe, porque

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No hay que olvidar, sin embargo, la gran cantidad de condenas hechas por ONG internacionales acerca del alto nivel de violación de los derechos humanos y del DIH por parte de este grupo armado, que también han tenido una fuerte influencia en la decisión de iniciar el proceso. Por un lado, por la urgencia de intentar mostrarse como actores políticos con voluntad de paz, y por tanto ser excluidos de condenas penales internacionales; pero por el otro lado, se constituye en un punto débil de la negociación y en el que el gobierno debe tener especial cuidado. Se trata por ejemplo de declaraciones como la de la Comisión Colombiana de juristas, quien afirma que sólo se les concede derecho de amnistía a miembros desmovilizados (decreto 128 de 22 enero de 2003), si las autoridades judiciales determinan que el combatiente no ha violado los derechos humanos o el DIH. Este aspecto debe ser tratado con sumo cuidado, en especial en el marco de la creación de una justicia transicional, que permita superar el proceso.

consideran que en este momento dada la correlación de fuerzas pueden alcanzar sus objetivos estratégicos, mencionados anteriormente, por la vía de la paz. Esto entendiendo que están fuertemente deslegitimadas y con un muy bajo nivel de credibilidad, dado su modus operandi y su poca relación real con bases de apoyo fundamentales, que de continuar así y en aumento, disminuiría su nivel de utilidad, pensando en una negociación futura en la que las concesiones ya no sean dadas completamente a su favor. Sin embargo, el enfoque de Acción Racional Modificado, resulta bastante efectivo para identificar además de las razones por las cuales se inicia el proceso, algunos de los riesgos o situaciones que podrían influir en el éxito de éste. En primera instancia, aún no se ha agotado la posibilidad de obtención de recursos, y por el contrario poseen una alta disponibilidad de estos, lo que puede llevar a que las propuestas económicas gubernamentales no sean suficientes ante su abastecimiento autónomo a través del mercado negro.

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Lo mismo ocurre ante su evidente opción de expansión territorial, que seguramente el Estado en dos años y medio no podrá cubrir en su totalidad, y por tanto el temor que la insurgencia – actor contrario fundamental en este proceso– retome estas zonas, puede llevar al traste de la negociación. Esto sumado a que acercándose las elecciones presidenciales en el marco de la reelección, podría o bien reforzarse la política de seguridad democrática, o bien debilitarse al utilizar su evidente debilidad en algunos aspectos como “caballo de batalla electoral”. Por último, a pesar que algunos sectores de los paramilitares consideran que la opción de guerra ya no les acarrea beneficios, otra parte considerable de facciones dentro del grupo no está de acuerdo con el proceso, en tanto que no hay un liderazgo común que sea capaz de arrastrar las bases del grupo hacia el objetivo de la negociación, así como la dificultad de agregar intereses y alcanzar un consenso determinado. Bajo este marco, se pueden plantear dos escenarios prospectivos:

1. Continuación del proceso tal como está. De continuar el proceso de la forma en que está, podría no evidenciarse de forma rápida los resultados de la negociación, al no mostrar una agenda clara y propuestas concisas de desmovilización. Aunque los actores en la negociación podrían no demostrar mucho interés en que exista un cambio significativo en el curso del proceso, debido a que entre más ganan tiempo más intentan presionar al oponente a negociar, no podría ocurrir lo mismo con otros actores importantes en el proceso. Por un lado, la sociedad civil empieza a perder total credibilidad en éste y otros procesos de paz, dado el nivel de aprendizaje que ha tenido de las experiencias pasadas, y dada también su menguada percepción de legitimidad de los entes gubernamentales. De ser así, seguirán exigiendo una derrota militar, por la ausencia de resultados reales en el plano de la paz. Igualmente, de tener este escenario, se perdería el apoyo definitivo de entes internacionales que aún permanecen muy al margen del proceso, dada precisamente la falta de claridad en las propuestas, resultados y voluntad de paz por los grupos paramilitares. Se debe en tal sentido, clarificar la agenda y exigir a cabalidad el cumplimiento de un cese al fuego y la desvinculación del narcotráfico; así como no dejar de lado la opción de crear mesas paralelas con los grupos que no están incluidos en esta mesa de negociación. 2. Que haya un cambio en el curso del proceso

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Sin embargo, los cambios que se pretendan ejecutar deberían contener una apertura al espacio de la sociedad civil. La participación activa de las víctimas tanto en el ejercicio de propuestas, la conciliación de intereses y la participación en un tipo de justicia restaurativa, resulta ser una opción importante. Es así como cualquier cambio que se realice en el proceso para que tenga éxito debe en definitiva agrupar

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Un cambio en el curso del proceso resulta ser la opción más benéfica en este caso, pues se trata de evaluar aquellas condiciones que son consideradas como ventajas estrategias para cada una de las partes y equilibrarlas, para establecer acuerdos que sean efectivos a través de la aplicación de una justicia transicional que permita superar rápidamente el proceso.

un mínimo consenso nacional que le dé legitimidad, porque es la misma sociedad la que adopta el precio o las consecuencias del lugar en que decida ubicarse en el proceso: ¿mayor justicia?¿menos impunidad?,¿más verdad? ¿más perdón? Algunas consideraciones finales acerca del enfoque En este último aparte pretendo hacer una reflexión acerca de algunos aspectos del enfoque de acción racional que se toman implícitamente en la ponencia y que habría que tener en cuenta al momento de hacer una reflexión más profunda acerca de este tema. Se trata en primera instancia de la importancia del arreglo institucional de un grupo, en tanto que determina la racionalidad de éste; en otras palabras, podemos analogar diseño con la decisión. Es decir, estamos ante el hecho que la mejor manera de conocer y explicar la decisión de los grupos paramilitares, implica la comprensión real de su diseño institucional, de sus reglas formales e informales y como éstas operan en unos contextos determinados, en este caso en la arena de la negociación.

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En segunda instancia, quiero recalcar el hecho que el enfoque de acción racional desde la economía política no excluye, sino por el contrario como ha sido evidente, integra determinantes culturales o barreras psicológicas, estableciéndolas en términos de deseos, creencias e interpretaciones. Esto para diferenciarlo con aquellos estudios que utilizan el enfoque de acción racional desde un ámbito puramente económico como los estudios de Collier o Mauricio Rubio, en los que no necesariamente se tienen en cuenta estos condicionamientos. Como tercer y último elemento quisiera hacer énfasis en el aspecto intra-partes, en relación con lo que autores como Arrow o Condorcet recalcan acerca de la imposibilidad de lograr un real consenso cuando se trata de agregación de intereses. Esto dado, como se expuso anteriormente, porque aunque un grupo tenga el mismo conjunto de oportunidad, el orden de preferencias es bastante diferenciado dadas las condiciones ya nombradas de deseos, creencias e interpretaciones. ¿Cómo crear entonces una agregación de intereses adecuada frente a la negociación, que permita que los acuerdos del proceso sean asumidos y llevados a cabo por parte de todo el grupo? Lo que sugeriría el teorema de Black, es encontrar aquella alternativa que es la menos preferida para ningún miembro del grupo, y entonces tengamos en términos de Arrow un mínimo consenso suficiente, que especulando podríamos decir que para las AUC es la cárcel.

El cuestionamiento final será entonces ¿cuál es el mínimo consenso suficiente del gobierno?, ¿cuál el de las víctimas?, ¿cuál el de la sociedad? La negociación mostrará sus verdaderas dificultades cuando se evidencie que seguramente estos consensos mínimos de las partes, son contradictorios.

BIBLIOGRAFÍA • SALAZAR Y CASTILLO , La hora de los dinosaurios, Conflicto, estrategias y organizaciones. • Colombia: una política de tierras en transición. Banco Mundial. Documento Cede No. 29, agosto de 2004. • Colombia, conflicto armado, regiones, Derechos humanos y DIH 1998-2002,Vicepresidencia de la República. • ROMERO, MAURICIO, Paramilitares y autodefensas, 1982-2003, IEPRI: Bogotá, 2003. • CUBIDES, FERNANDO, Los paramilitares y su estrategia. • POSADA REYES , ALEJANDO, Paramilitares en Colombia: contexto, aliados y consecuencias, Análisis Político No. 12. • WILLIAM ZARTMAN, 1985… • SHICK FEDERIC,: Hacer elecciones; Gedisa, Barcelona, 1999; Caps. 1y 2. • Apuntes acerca de KENETH ARROW de clase Economía Política. Profesor PABLO ABITBOL, primer semestre de 2005. • VALENZUELA, PEDRO, El proceso de terminación de conflictos violentos: un marco de análisis con aplicación al caso colombiano, Papel Político N° 3, marzo de 1996.

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• VALENZUELA, PEDRO, Conferencias en el curso Teoría de conflictos y Resolución de conflictos, Pontificia Universidad Javeriana primer semestre de 2004.

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