De la periferia a la Corte: la integración de vascos y navarros en los cuerpos de elite del ejército borbónico, en La proyección de la monarquía hispánica en Europa: política, guerra y diplomacia en los siglos XVI y XVIII, Bilbao, 2009, pp. 175-196.

July 25, 2017 | Autor: F. Andújar Castillo | Categoría: History of Elites, Spanish Monarchy
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Descripción

La proyecci6n de la Monarquia Hispanica en Europa Politica, Guerra y Diplomacia entre los siglos XVI y XVIII Autores Luis Ribot, I.A.A. Thompson, Miguel Angel Echevarria Bacigalupe, ..- Enrique Martinez Ruiz, Jose Manuel de Bernardo Ares, Josep Maria Torras Ribe, Francisco Andujar Castillo, Diego Tellez Alarcia Editores: Rosario Porres Marijmin lfiaki Reguera

Universidad del Pais Vasco

Euskal Herriko Unibertsitatea

ARGITALPEN ZERBITZUA SERVICIO EDITORIAL

LJ~r~r't ~Ni:U~:i fj::;":'{:\f;*;';1(-:f>, en Melanges de la Casa de Velazquez, 35-2, 2005, pp. 219-242; ANDUJAR CASTILLO, E, «La reforma militar de Felipe V», en PEREIRA IGLESIAS, J. L. (coord.): Felipe V de Rorbon, 1701-1746, Aetas del Congreso de San Fernando (Cadiz), Cordoba, 2002, pp. 617-640; «El ejercito de Felipe V. Estrategias y problemas de una reforma», en SERRANO, E. (ed.): Felipe Vy su tiempo, Zaragoza, 2004, 'if. I, pp. 655682; «La carrera militar en la Espana del siglo XVIII»,en DEDIEU, J. P. VINCErjIT, B. (eds.), L'Espagne, l'Etat, les Lumieres. Melanges en l'honneur de Didier Ozanam, IMadrid-Bordeaux,2004,pp.189-214; I 7 GLESENER, T. Le Garde du Roi. Pouvoirs, elites et nations dans la modurehie hispanique, 1700-1823 (En prensa) ; «i,Nacion flamenca 0 elite de poder? Los mili$fes 'flamencos' en la Espana de los Borbones» en GARCIA GARCIA, B. J. Y ALVAREZ-aSSaRIa ALVARINO, A., La monarqufa de las naeiones: patria, nacion y naturaleza en la ftionarqufa de Espana, Madrid, 2004, pp. 701-719. I

Tal suma de prerrogativas hizo posible que las Guardias Reales -especialmente las de Corps- fueran el principal objetivo de muchas familias de la nobleza espafiola que encontrarfan en ellas un triple beneficio: el servicio en la proximidad del rey, con todo 10 que ello comportaba, el disfrute de innumerabies privilegios y, ante todo, situarse en unos grados de la milicia que suponfan la antesala del generwato edades muy tempranas que permitfan augurar una brillante carrera en el ejercito y en el gobiemo polftico de la monarqufa. Y precisamente en relaci6n a ese horizonte profesionallas prerrogativas de una carrera en las Guardias de Corps excedfan con mucho alas enumeradas. En este cuerpo, haciendo uso de la vfa privilegiada del rey, un individuo podfa ingresar directamente, sin servicio previa alguno en la milicia, como exempto, un empleo que tenfa su equivalencia en el ejercito regular en el grado de coronel. De este modo, con escaso tiempo de servicio en la Corte, desde exempto podfa ser nombrado coronel de un regimiento de caballerfa 0 dragones, e incluso de un regimiento de infanterfa. Asimismo el ingreso en las Guardias de Corps como cadete suponfa el goce del grado de teniente del ejercito regular, de taLforma que un cadete de Corps podfa pasar - pues se reservaron desde 1710 una serie de compafifas de caballerfa para cadetes de Corps - a servir como ..capitan en un regimiento de Ifnea cuando acreditaba unos pocos afios de servicio que evidenciaban una clara desigualdad con aquellos oficiales que habran logrado lIegar a ese mismo grado de capitan habiendo servido durante largos afios en los empleos inferiores de cadete, alferez y teniente. POI' ultimo, en estos cuerpos de las Guardias de Corps, era posible ascender directamente de cad~te a exempto, 10 que en relaci6n con el ejercito regular significaba que se ascendfa de teniente a coronel sin pasar por los empleos intermedios del escalaf6n. Esta excepcional situaci6n de privilegio hizo que las Guardias de Corps funcionaran como un especial reducto para la integraci6n de nobleza en la Corte, como un vivero privilegiado de j6venes oficiales para el ejercito, y como una importante cantera de hombres que, gozando de la plena confianza del rey, consiguieron ocupar numerosos empleos de gobiemo polftico y militar de la monarqufa. Aunque en un nivel inferior, los dos grandes regimientos de Guardias de Infanterfa - Espafiolas y Walonas - disfrutaron tambien de unos grados del escalaf6n superiores a los del ejercito regular. Asf, por ejemplo, un teniente de Guardias de Infanterfa tenfa el grado de teniente coronel, en tanto que un capitan tenia el grado de coronel de los reales ejercitos. S in embargo, a diferencia de las Guardias de Corps, en las Guardias de Infanterfa el escalaf6n seguia un cursus mas reglado y normativo y no se producfan nombramientos extraordinarios procedentes de la via del privilegio, esto es, que el rey concediese un grado de capitan de Guardias directamente sin haber desempefiado los grados anteriores del escalaf6n. En todo caso, el acceso a estos regimientos suponia el disfrute de una posicion de privilegio, pues con el mismo tiempo de servicio que una unidad del ejercito regular, se podian lograr grados del escalaf6n militar mucho

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mas elevados. Por ende, el privilegio radicabalen la obtenci6n de un puesto de cadete que daba acceso a estos prestigiosos cuerpos, 10 cual, en la practica, se traducfa en una mayor facilidad de acc~so al generalato -en mayor medida que en los regimientos ordinarios- y\a los empleos de gobiemo polftico y militar de la monarqufa. En su haber tenfan una acreditada experiencia militar y haber seguido un cursus honorum reglado y nucleado en tomo a la antigiiedad en el servicio como criterio esencial de promoci6n. En suma, como hemos mostrado en otros estudios, mas de un tercio de los oficiales generales del ejercito borb6nico salieron de las Guardias Reales, y esa proporci6n fue gradualmente mas alta cuanto mas alto era el rango del generalato, de tal modo que entre los tenientes generales, con oscilaciones en funci6n del periodo que se analice, elporcentaje de oficiales procedentes de las Guardias lleg6 a cifras cercanas al 50% del total de los efectivos. Lo mismo se puede decir del control que ejercieron sobre empleos polftico-militares, sobre todo en los territorios de la Nueva PlantaS y, en la segunda mitad del siglo XVIII, en los destinos de gobiemo de Indias.9 Aun con las evidentes diferencias existentes entre las 6uardias de Corps, principales beneficiarias de los privilegios del servicio en la Corte, y las Guardias de Infanterfa en un segundo escal6n de prerrogativas, 10 cierto es que ambos cuerpos -y especialmente las de Corps- fueron los mas ambicionados del ejercito borb6nico por aquellas familias que pretend fan orientar a sus vastagos hacia la carrera de las armas. EI acceso no era sencillo. Se precisaba contar en el seno de esas unidades con un algun familiar 0 con alguien que «patrocinase» los intereses de los -€andidatos en las mismas. En cuerpos con una fuerte endogamia y en los que se producfa un nexo directo entre el monarca y los capitanes de las respectivas unidades -capitanes de Corps, mas plana mayor de las tres compafifas, y coroneles de los regimientos de Guardias de Infanterfa- resultaba decisiva la configuraci6n de relaciones c1ientelares y, como veremos mas adelante, de paisanaje, que a la postre resultarian determinantes en el futuro de la carrera profesional de quienes ingresaban tin estos cuerpos. 1. La «bora vasco-navarra» las Guardias Reales

en el ejercito borbonico: la creacion de

La historiograffa mas reciente ha profundizado y avanzado mucho en el conocimiento de la conocida «hora navarra» -en buena parte bazta-

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8 DEDIEU, J. P. , «Los gobernadores de Lerida, B;:p-celonay Gerona en el siglo XVIII», en PedraLbes, 18, 1998, pp. 491-507; ANDUJAR CASTIl1tO, F., «La 'confianza' real: extranjeros y guardias en el gobierno polftico-militar de Catalupa en el siglo XVIII», en PedraLbes, 18, 1998, pp. 50?-519. I 9 ANDUJAR CASTILLO, F., «Elites de poder milltar: las Guardias Reales ... », p. 87.

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nesa - del siglo XVIII que popularizara en su dia Julio Caro Baroja.1O Desde su publicaci6n un enorme caudal de estudios han visto la luz, sobre tod9 por parte de los grupos de investigaci6n que coordinan Jose Marfa Imizc~z y Agustin Gonzalez Enciso, que han trabajado sobre diferentes redes fami iares y personajes tan capitales como Juan de Goyeneche.lI Tal vez la im rtancia de esos navarros en el conjunto de instituciones de la monarqufa y su trascendencia en el gobiemo de la misma a 10largo de toda la centuria han eclipsado otras «horas» como la protagonizada por los vascos tambien durante los primeros alios del reinado de Felipe V. Tan s610los recientes estudios de Rafael Guerrero Elecalde apuntando la constituci6n de un «partido vizcaino»12 vienen a ampliar esa perspectiva que ya anunciara junto con Jose Marfa Imfzcoz en trabajos anterioresl3 Sin duda la culminaci6n de su tesis doctoral aportara una luz decisiva al conocimiento de las elites vascas en el siglo XVIII y las redes sociales que configuraron en su proceso de integraci6n en el servicio de la monarqufa borb6nica. Nadie duda que el servicio al rey en la carrera de las armas fue uno de los principales elementos que posibilit6 la transferencia de individuos de las elites de los diferentes territorios de la monarqufa hacia los principales puestos de gobiemo, politicos y militares. Sin embargo, por el momenta

CARO BAROJA, 1., La hora navarra del siglo XVI/l, Pamplona, 1969. Nos exime de enumerar la extensa nomina de publicaciones de ambos y de sus respectivos grupos de investigacion la cita de dos de sus publicaciones mas recientes en las que se recogen las referencias a estudios anteriores: GONZALEZ ENCISO, A. (ed.), Navarros en la monarquia espanola en el siglo XVI/l, Pamplona, 2007; IMIzCOZ BEUNZA, J. M.a; GUERRERO ELECALDE, R., «Familias en la Monar9uia. La politica familiar de las elites vasconavarras en el Imperio de los Borbones», en IMIZCOZ, J. M.a (dir.), Casa,familia y sociedad. Pais Vasco, Espana y America, siglos XV-XIX, Bilbao, 2004, pp. 177-238. Una sintesis de la figura de Juan de Goyeneche se encuentra en Juan de Goyeneche y el triunfo de los navarros en la monarquia hispanica del siglo XVI/l. Madrid, 2005. Una nueva perspectiva, la de los «Iazos venales», sobre este mismo personaje hemos aportado en ANDUJAR CASTILLO, E, «Juan de Goyeneche, financiero, tesorero de la reina y mediador en la venta de cargos», en GONZALEZ ENCISO, A. (ed.), Navarros en la monarquia ...• pp. 62-88. Igualmente un estudio mas amplio sobre este personaje se encuentra en ANDUJAR CASTILLO, F., Necesidad y venalidad. Espana e lndias. 1704-1711, Madrid, 2008. 12 GUERRERO ELECALDE, R., «EI 'partido vizcaino' y los representantes del rey en el extranjero. Redes de poder, c1ientelismo y politica exterior durante el reinado de Felipe V», en El Equilibrio de los lmperios: De Utrecht a Trafalgar. Actas de la VIlla Reunion Cientifica de la Fundacion Espanola de Historia Moderna (Madrid, 2-4 de junio de 2004), Madrid, 2005, pp. 85-100; «Las cabalas de los «vizcafnos». Vinculos, afinidades y lealtades en las COnfigura.ciones politicas de la primera mitad del siglo ,XVIII: La red del marques de Paz»', en Actas del Congreso lnternacional Las elites de la Epoca Moderna: La Monarqui espanola. Cordoba, 25-27 de octubre de 2006, (en prensa). 13 IMIZCOZ BEUNZA, J. M: y GUERRERO ELECALDE, R., «A escala de I perio. Fa~i1ias, carreras y empresas de las elites vascas y navarras en la Monarquia borbonipa», en IMIZCOZ BEUNZA, 1. M.a, Redes familiares y patronazgo. Aproximaci6n al entramacto social del Pais Vasco y Navarra en el Antiguo Regimen (siglos XV-XIX), Bilbao, 2001, pp. 175-201; IMIZCOZ BEUNZA, J. M.a y GUERRERO ELECALDE, R., «Familias en Ia Monarqui' ... ». 10

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persiste una inexplicable lagu~a en tome a uno de los elementos esenciales que posibilitaron el flujo de hombres vascos y navarros hacia puestos claves del ejercito borb6nico y, mas e~ concreto, hacia los cuerpos privilegiados de las Guardias Reales. Me refie~3 en concreto hacia las Guardias de Corps y hacia el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa, 10 cual, en la practica, signific6 la integraci6n en unidades militares que, amen de los privilegios enumerados, iban a servir en la proximidad del rey. La «hora vasconavarra» en el ejercito espanol del siglo XVIII tiene una cronologfa precisa entre 1703 y 1719, fechas en las que se produce un permanente flujo de individuos procedentes fundamentalmente de Guipuzcoa y Navarra hacia las dos compafifas de Guardias de Corps creadas por entonces y hacia el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa. La explicaci6n la hemos enunciado en un estudio reciente relativo al proceso de creaci6n de los regimientos de Guardias Reales en el que mostramos los dos nexos fundamentales que se producen en aquellos anos.14 De una parte, un elemento individual, e1 nombramiento del guipuzcoano -natural de AzcoitiaJuan de Idiaquez y ~ufa como sargento mayor de las cuatro companfas de Guardias de Corps, un empleo de la plana mayor de las mismas y que, junto con los de capitan de cada companfa, era el de mayor poder e influencia de dicho cuerpo. De hecho, desde una fecha tan temprana como la de julio de 1710 Felipe V orden6 que en todas las funciones estuviese inmediato al capitan de la compafifa de Guardias de Corps de cuartel y que pudiese «entrar en mi Camara en todas las horas que tienen entrada los Capitanes de Guardias de.COrpS».15 En segundo lugar, y mas decisivo aun, e1 servicio solicitado por Felipe V a las Cortes de Navarra reunidas en Sangiiesa en 1705 para que formaran tres regimientos de infanterfa tendra una incidencia directa sobre el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa que se encontraba en ese mismo ano en proceso de creaci6n, pues se producira una transferencia de hombres desde los regimientos navarros hacia el de Guardias.16 En ambos factores se encuentra la explicaci6n de c6mo Ips cuerpos de las Guardias Reales actuaron en los primeros anos del siglo XVIII como principal palanca de ascenso

ANDUJAR CASTILLO, F., «Seguridad del rey, espejo para la milicia y espacio para la aristocracia: la creacion de las Guardias Reales en el siglo XVIII» (en prensa). 15 Real Adicion de 10 de julio e 1710 a Las ordenanzas de Las compan{as de Guardias de Corps. sobre eL servicio de Cam ana, y en La Corte. cif. en PORTUGUES, J. A., CoLeccion GeneraL de LasOrdenanzas Mil tares, Madrid, 1765, T. V, p. 63. 16 ANDUJAR CASTILLO, F., Lsonido del dinero. Monarqu{a, ejercito y venaLidad en LaEspana deL sigLo XVl/I, Madrid, 2 04, pp. 54-56. Con posterioridad, en 1709, las provincias vascas volvieron a servir a Felipe con tres nuevos regimientos, los denominados Vizcaya, Alava y Guipuzcoa, que inicialmente debian ser destinados a guarnecer los presidios norteafricanos y ocupar asi el vacio deja~o alli por las tropas veteranas que fueron destinadas al frente de Aragon en aquel mismo afi6 de 1709. 14

de vascos y navarros, no solo en el ejercito borbonicp sino en importantes puestos de gobiemo politico y militar de la monarqu(a.

\ 2. Juan de Idiaquez Eguia, entre Guipuzcoa y la Co~te. La red familiar La figura de Juan de Idiaquez Eguia resulta capital para comprender la numerosa presencia de vascos en las Guardias de Corps. Nacido en Azcoitia en enero de 1665 comenzo a servir en el ejercito en 1688 como capitan - resultado sin duda de algun' servicio en hombres 0 en dinero por parte de la familia -, primero en infanterfa y luego en caballerfa, alcanzando el grado de maestre de campo en uno de los Tercios de Flandes.17 En agosto de 1703 recibio el nombramiento de general de la caballerfa, un empleo que se extinguiria apenas unos meses despues como consecuencia de la reforma del escalafon del generalato introducida por Felipe V para adaptar las estructuras del viejo ejercito de los Austrias a las del ejercito de Francia.1s La creacion de las companfas de Guardias de Corps en.ese mismo ano de 1703 constituye la oportunidad de oro para incorporarse al servicio del rey en la Corte, pues recibe nombramiento como sargento mayor de las cuatro companfas del citado cuerpo. Al mismo tiempo recibe el nuevo grado de mariscal de campo y poco despues el de teniente general. Sin embargo, a finales de 1704 0 primeros meses de 1705 por alguna razon que desconocemos debio ser depuesto de su cargo porque en junio de 1705 Felipe V ordeno que fuese restituido en su empleo de sargeg.to mayor de las Guardias de COrpS.19Condecorado con un habito de caballero de Santiago en 1708, permanecio en la citada sargentia mayor hasta marzo de 1721 en que fue nombrado gobernador del nuevo cuarto separado en palacio del infante don Fernando, si bien desempenaria tal funcion reteniendo el empleo de sargento mayor de las Guardias de COrpS.20 Nombrado como ayo del principe de Asturias en septiembre de 1724 y su sumiller de corps, recibiria poco despues la mas alta distincion del ejercito borbonico: el grado de capitan general de los reales 'ejercitos.21 El cenit de su ascenso social se produjo en 1729 cuando en el mes de marzo Felipe V recompenso sus servicios con el titulo de duque de Granada de Ega y con la Grandeza de Espana de primera clase.22 Hasta su muerte, acaecida el 9 de septiembre de 173623conservo la sargentfa mayor de las

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AHN. Estado, Leg. 493. BN, Manuscritos. Ms. 12.950, p. 14. Gaceta de Madrid, 9 de junio de 1705. AGS, Tribunal Mayor de Cuentas, Leg. 1876. AGS, Gracia y Justicia, Leg. 922; AHN, Consejos, Leg. 8977. Gaceta de Madrid, 18 de septiembre de 1736.

Guardias de C~rps, si bien sus tareas en este cuerpo debieron recaer en el ayudante gener~al,pues siguio prestando sus servicios en la Casa del principe de Asturias Desde tan r levante puesto de la plana mayor de las compaiHas de Guardias de Corps, Juan de Idiaquez atrajo hacia la C~rte a una extensa parentela, comenzando desde luego por sus propic5shermanos. En una de las dos companias espanolas ocupad un empleo de oficial Tomas Idiaquez Eguia,24 el cual, al igual que su hermano, debio ocupar de forma simultanea empleos en la compania espanola y otros puestos de la monarquia. En concreto, cuando servia como subteniente de corps, fue nombrado en abril de 1716 gobernador interino de Pamplona y un ano mas tarde gobernador de Cadiz, uno de los destinos polftico-militares mas ambicionados en el siglo XVIII.25 En abril de 1724 obtuvo nombramiento interino como Capitan General de la Costa de Andalucia y en agosto de 1725 consiguio ese cargo en propiedad.26 A pesar de ejercer esos empleos debi6 conservar los grados que disfrutaba en la compania espanola de Guardias de Corps - por entonces ya s610 una - pues en diciembre de 1727 fue promovido desde el empleo de segundo teniente al de primer teniente de dicha companfa.27 Muri6 unos meses mas tarde que su hermano Juan, en febrero de 1738, cuando atin continuaba al frente de la capitania general de la Costa de Andalucia. Igualmente como cadete de las Guardias de Corps sirvi6 otro Idiaquez, Jose, el cual ingres6 en 1717 como primer teniente en el regimiento de Guardias Espanolas de Infanteria, aunque debi6 enfermar al poco tiempo pues se retiro con streldo ala ciudad de Pamplona en 1720.28 Pero Juan de Idiaquez desarroll6 una estrategia mas amplia de colocaci6n de familiares en las Guardias de Corps, e incluso en otras instancias de la Corte. EI caso mas relevante se encuentra en la figura de su primo, Carlos de Areizaga, un militar que consigui6 hacerse a una edad muy joven - 24 anos- con un empleo de coronel del regimiento de Guiptizcoa que levant6 la Junta de esa provincia en 1703.29Cuando disfrutaba ya del grado de mariscal de campo, su primo se 10llev6 a su lado en marzo de 1721 en calidad de primer gentilhombre del infante don Fernando, de cuyo cuarto separado habfa sido nombrado gobernador.30 Desde entonces inici6 una mete6rica carrera en el escalaf6n militar que Ie llevara al grado de teniente general en

24 Tomas Idiaquez y Eguia fue nombrado coronel del regimiento de Guipuzcoa en 1705. Debo este dato aJa amabilidad de Rafael Guerrero Elecalde. 25 AGS, Dir. ccion General del Tesoro, Inv. 2, Leg. 16. 26 AGS, Trijunal Mayor de Cuentas, Leg. 1950. 27 AGS, Gu rra Moderna, Leg. 5451. 28 LAPENA, ~., Catalogo de los oficiales que ha habido en el regimiento de Reales Guardias EspanJlas de lnfanteria desde su creacion en el ano 1704. Manuscrito, s. f. 29 AGS, Gu~rra Moderna, Leg. 2532. La fecha de nacimiento de Carlos de Areizaga, en torno a 1681, ha $ido deducida de su hoja de servicios militares. 30 Gaceta de Madrid, II de marzo de 1721.

1734 y, al igual que su primo, al honprffico rango de «capitan general de

los reales ejercitos», una graduacion Rue muy pocos militares lograron a 10 largo del siglo XVIII.31 De modo par~·lelo a su ascenso en el ejercito tambien promocion6 en la Corte en donde e gentilhombre de camara y primer caballerizo de Fernando V[32 Igualmen e, fuera de las Guardias de Corps, Cristobal Corral Idiaquez, dedicado al mundo de la judicatura, conoce una· espectacular carrera que no tiene otra explicacion que el favor dispensado por el primo pues comenz6 a ejercer como alcalde del crimen de la Chancillerfa de Valladolid en enero de 1708 y diez aiios despues fue nombrado Regente de la Audiencia de Cataluiia en una terna propuesta por la Camara de Castilla al rey en la cual no ocupaba la primera posicion de la misma.33 En 1726, cuando sus dos primos estaban al frente de la Casa del principe de Asturias, fue promovido a Consejero de Ordenes. Tras la muerte de Juan de Idiaquez continuo la tradici6n de servicio de la familia en el ejercito, esta vez en las personas de los cuatro hijos de su sobrino y heredero del titulo de duque de Granada Ega, Antonio Francisco Idiaquez Garnica, casado en 1708 con Marfa Isabel Garro. Cuando aun vivia Juan Idiaquez, tres hijos de Antonio Francisco ingresan en 1732 -un cuarto 10 harfa en 1738- en el Seminario de Nobles de Madrid, un centro educativo en el que se formaron numerosos vastagos de la nobleza que luego iban a seguir la carrera de las armas, fundamentalmente en el regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanterfa. De hecho, como hemos escrito en otro lugar, el Seminario funciono como un excepcional espacio para la relacion y para la amistad por donde discurria la informacion acen;.a de las posibles perspectivas que podia deparar el futuro profesional, en este caso, en la carrera de las armas.34 El ingreso de los Idiaquez Garro en el Seminario y el costoso mantenimiento anual no solo tuvo su amortizacion bien pronto sino que alli debieron tener conocimiento de las «nuevas oportunidades» que el ejercito brindaba por entonces por la via excepcional del dinero. A finales de la decada de los aiios treinta la monarqufa vendfa empleos militares -entre otros muchos mas de la alta administracion- y Antonio Francisco Idiaquez debio realizar una inversion multiple para colocar a sus cuatro hijos en empleos de mando sin haber desempeiiado los anteriores del escalafon preceptuados por las ordenanzas.35 Pero nuevamente el factor familiar juega un papel decisivo en la obtenci6n de empleos en la oficialidad del ejercito y, una vez mas es preciso aludir a la figura de Juan de Idiaquez Egufa. Su enorme poder e influenI

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AGS, Direccion General del Tesoro, Jnv. Leg. 40. AGS, Guerra Moderna, Expedientes Personales, Leg. 4, Exp. 28. 33 AGS, Gracia y Justicia, Leg. 138. i 34 ANDUJAR CASTILLO, E, «El seminario de nobles de Madrid en el siglo estudio socia!», en Cuadernos de Historia Mode~na. Anejos, 3,2004, pp. 201-225. 35 ANDUJAR CASTILLO, E, El sonido del1dinero... , pp. 175-215. 31

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cia se iba a extender hacia su numerosa parentela y en l7l0, junto a sus hermanos, logro que sentase plaza como cadete del regimiento de Guardias Espafiolas de Infanterfa su sobrino Joaqufn Idiaquez, cuando, segun su hoja de servicios contaba con tan solo diez afios de edad.36 Desde ahf paso al cuerpo en el que servfa el propio Juan de Idiaquez, alas Guardias de Corps, y con el apoyo de su tfo pronto se hizo con un empleo de coronel de caballerfa del regimiento del Prfncipe. Corrfa el mes de diciembre de 1727 y desde entonces los Idiaquez patrimonializaran el mando de ese regimiento por un perfodo de tiempo superior a los veinte afios. Hasta tres Idfaquez se sucedieron en el mando del mismo. A Joaqufn Idiaquez Ie sucedio en el mando de ese regimiento en noviembre de 1737 su primo Juan Ignacio, el cual presentaba por entonces una hoja de servicios excepcional, y que no tiene otra explicacion que el favor dispensado por su tfo en los afios previos. Habfa ingresado en el servicio militar en 1729 y, como es obvio, 10 hizo en la propia unidad que mandaba su primo, en el regimiento de caballerfa del Prfncipe, en donde de forma fulgurante escalo -con algunos saltos de empleos- los diferentes grados del escalafon hasta Uegar al de coronel.37 Al ser nombrado mariscal de campo en 1747, Y por tanto ya con el grado de general, debio abandonar el regimiento de caballerfa del Prfncipe. Pero la familia persevero en su intento de control de esta unidad y se valia de los recursos disponibles -lease posibilidad de comprar los empleos- en aquel momento para ello. Ya habfa fallecido el gran protector, el valedor de la familia, Juan Idiaquez,-y era necesario desarrollar nuevas estrategias que permitieran seguir manteniendo el poder acumulado por ellinaje en la Corte. Llega pues el momento de la entrada en escena de los Idiaquez Garro, de aquellos estudiantes del Seminario de Nobles a los que aludimos mas arriba. Necesitan ahora un elemento adicional al del favor que antes les dispensara su poderoso pariente y 10 encuentran en el dinero, pues son afios de fuerte necesidad de la hacienda regia y, en consecuencia, de venalidad. No de otra forma puede explicarse que Jose Idiaquez Garro, tras abandonar el Seminario de Nobles de Madrid en junio de 173638 -despues de tres afios y medio de estudios en ese centro- e ingresar en el regimiento de caballerfa del Principe como cadete a la edad de 16 afios, se hiciera con una patente de capitan de caballeria de ese mismo regimiento en noviembre de 1741.39 Por entonces, no servir los grados intermedios de

AGS, Guerra Moderna, Leg. 2491, C. I. AGS. Guerra Moderna, Expedientes Personales, Leg. 24, Exp. 68. Tercer duque de Granada Ega, a partir de entonces desarrollo una brill ante carrera en el generalato alcanzando los grados de brigadier (1745), mariscal de campo (1747) y teniente general (1760). Fallecio elide abril de 1769 (Gaceta de Madrid, 11 de abril de 1769). 38 AHN, Universidades. Leg. 1304-F. 39 AGS, Guerra Moderna, Leg. 2491, C. III. 36

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alferez y teniente, y ascender directamente de cadete a capitan no era posible sino comprandol el empleo. Pero el «funambulismo» de Jose Idiaquez Garro fue mas espe~acular aun porque en abril de 1747 fue nombrado coronel del regimiento de caballeria del Principe - mando que acababa de dejar su primo-, ex erimentando asi un nuevo saito en el e~calaf6n, esta vez de capitan a coronel y, por ende, sin servir los cOIJ:Cspondientesempleos intermedios de la plana mayor, en particular el de teniente coronel. De nuevo el dinero debi6 ser el principal aval para tan brillante carrera que Ie situaba con 27 afios de edad como coronel de un regimiento patrimonializado por los Idiaquez desde hacia dos decadas. Los hermanos no iban a ser menos, aunque la inversi6n econ6mica de la familia seria mas corta que en el caso de Jose. EI mismo diaque el abandon6 el Seminario de Nobles su hermano Pedro Idiaquez Garro que, como no podia ser de otra forma, ingres6 en el mismo regimiento del Principe sirviendo directamente como capitan de cabaIleria.4O EI mismo «apoyo» familiar recibiria otro de los hermanos Idiaquez Garro, Antonio, que fue eI primero en dejar el Seminario de Nobles en julio de 1733 para servir como cadete en el «regimiento familiar», en el de caballeria del Principe. Fallecido ya su tio, en el afio 1737, dej6 ese regimiento para seguir la carrera militar en el prestigioso regimiento de Guardias Espafiolas de Infanteria, en calidad de segundo teniente, una graduaci6n que en nada diferia de la de sus hermanos porque a ese empleo estaba asimilado ei grado de capitan de infanteria.41 Por ultimo, el nexo con las Guardias de Corps en las que sirviera Juan Idiaque}, 10 mantuvo el menor de los hermanos Idiaquez Garro, Joaquin, que al igual que ellos dej6 el Seminario de Nobles en 1742 para servir directamente un empleo de capitan de caballeria, si bien logr6 en marzo de 1755 uno de los codiciados empleos de exemptos de la Guardia de Corps cuyo disfrute equivalia por entonces al grado de coronel de los reales ejercitoS.42 La continuidad de la familia Idiaquez en el ejercito y en las Guardias de Corps tuvo su mas brill ante final en la figura de Jose Arteaga Idiaquez, hijo de Joaquin Arteaga Basurto, marques de Valmediano, y de Maria Micaela Idiaquez Garro, sobrino por tanto de los cuatro hermanos Idiaquez Garro. Nacido en Lazcano, su llegada a la Corte debi6 ser a una edad muy temprana pues ingres6 en abril de 1763 como cadete, con dispensa de menor edad, en eI regimiento de Guardias Espafiolas de Infanteria. Siguiendo la tradici6n familiar, en enero de 1775, cambi6 de cuerpo y de grado en el I

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AHN, Universida4es, Leg. 1304-F. AGS, Guerra Mo~erna, Leg. 2644. Antonio Idiaquez Garro sigui6 su carrera en las Guardias de Infanteria, a~c~nz6 el grado de brigadier en 1754 y desempefi6 entre 1754 y 1762 40

4\

el mando del regimientode infanterfa de Castilla. Habra recibido eI habito de caballero de la orden de Calatrava en 1745. Falleci6 el 17 de abril de 1776. 42 AGS, Guerra MoJerna, Leg. 2269.

escalafon pues consiguio una plaza de exempto de la compafifa espanola de Guardias de Corps, ingresando asi en un empleo equivalente al de coronel en aquel mismo cl'lerpo que tuvo como su primer sargento mayor a Juan de Idiaquez Eguia. Al igual que este desempenarfa un puesto de la plana mayor, el de ayudante general.43 Su trayectoria militar, en la que alcanzo el grado de teniente general y en la que estuvo al frente de diversas capitanias generales, resulta conocida merced al minucioso estudio de Didier Ozanam sobre los capitanes generales.44 Con toda certeza la red familiar de Juan de Idiaquez Egufa en las Guardias de Corps fue mucho mas extensa que la descrita pero su analisis en profundidad requeriria de un estudio previo de la composicion de las companias espanolas - reducidas a una en 1720-, tarea que se nos antoja de gran complejidad a causa de las lagunas documentales relativas a los primeros anos de existencia de estos cuerpos. Por otro lado, tampoco es posible precisar las relaciones exactas de Juan de Idiaquez con los nombrados para servir en estas companias. Por el momenta tan solo pode• mos anotar que la presencia de apellidos vascos y navarros es abundante entre las nominas de los cadetes, exemptos y oficiales de las Guardias de - Corps. Dnos ejemplos postreros sirven para ilustrar esta afirmacion. Sabemos que en la misma plana mayor de las Guardias de Corps en la que sirvio Juan de Idiaquez, el ayudante general -segundo cargo de las mismas- fue desde enero de 1706 hasta su muerte en 1722 el navarro BIas de Loya, natural de Corella, el cual cuando acreditaba un total de .- doce anos de servicios obtuvo el grado de brigadier como correspondiente a ese empleo de la guardia.45 Fuese por mediacion de Juan de Idiaquez o de BIas de Loya, 10 cierto es que en estos primeros anos de vida de las Guardias de Corps se encuentran muchos apellidos navarros en las mismas. Asf, el mismo dia en que BIas de Loya es nombrado ayudante general de las Guardias de Corps, en la compania espanola ingresa en calidad de exempto Francisco Balanza, nacido en Madrid pero de ascendencia navarra, en concreto de Aoiz.46 Y en la misma fecha, ingresa tambien como exempto de corps, el vizcaino Jose Ignacio Zaldua Gamboa, que permanecerfa en las Guardias de Corps hasta el ano 1738 en que fue nombrado gobemador politico-militar de la plaza de Alcantara.47

AGS , Leg. 2586, C. II. OZANAM, D., Los capitanes y comandantes generales de provincias en la Espana del siglo XV/lI, C6rdoba, 2008, pp. 73-74. 45 AHN, Estado, Leg. 493 Y AHN, Estado, Leg. 484. Bias de Loya alcanz6 el grado de mariscal de campo de los reales ejercitos. Caballero de Santiago desde 1698, en el ano 1717 recibi6 la encomienda de Segura de la Sierra, la cual no Ie debi6 reportar demasiados beneficios pues estaba pensionada sobre cinco oficiales mas del ejercito (Gaceta de Madrid, 8 de febrero de 1717) 46 AHN, Estado, Leg. 493. 47 AGS, Guerra Moderna, Expedientes Personales, Leg. 60, expo 12; 43

44

·La presencia de vizcainos en las Guardias de Corps creadas en 1703 se rone de manifiesto pocos anos despues, en 1709, cuando Felipe V soliC~·a a la Junta General de Vizcaya la formaci6n de un regimiento -asi co otros dos a las Juntas de Alava y Guipuzcoa- para guarnecer los pres dios norteafricanos y ocupar asi el vacfo dejado alli por las tropas veteranas que fueron destinadas al frente de Arag6n en aquel mismo ano de 1709.48 La Junta propuso como coronel a Ordono Bairragua pero el teniente coronel y el sargento mayor de ese regimiento salieron directamente de las Guardias de Corps en las que servian por entonces.49 Asi, el teniente coronel del nuevo regimiento serfa Antonio Miguel Zaldua Gamboa, hermann de Jose Ignacio, quien por entonces servia como simple Guardia de COrpS.S0Y en la plana mayor de ese regimiento de Vizcaya Ie aCdmpan6 otro vizcaino, Francisco de Arauna Maella, cadete de una de las compaiifas espanolas de Guardias de Corps,S I unidad que abandon6 para servir un puesto de sargento mayor de ese nuevo regimiento. La vida del regimiento de Vizcaya fue corta pues serfa reformado -es decir, suprimido- al terminar la Guerra de Sucesi6n y tanto Antonio Miguel como Francisco de Arauna se debieron integrar en regimientos «viejos» acabando sus dias desempenando puestos poHtico-militares, el primero como gobernador polftico-militar de Corella y el segundo como gobemador de Ceuta.

3. Los navarros en un cuerpo de elite: las Guardias Espafiolas de Infanteria Si la figura de Juan de Idiaquez es clave para explicar la presencia de vascos en los primeros anos de formaci6n de las Guardias de Corps, en el otro cuerpo de elite de intervenci6n creado en 1704, el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa, encontramos un nutrido grupo de navarros entre sus primeros oficiales. Desde ese ano tiene lugar un permanente flujo de militares navarros hacia este cuerpo de elite. El origen de esta relaci6n no ha de buscarse tan s610en la conformaci6n de una red clientelar o familiar en tomo a un personaje sino en el proceso de formaci6n de nuevos regimientos durante los primeros anos de la Guerra de Sucesi6n y en las perentorias necesidades de efectivos de la monarqufa. El 13 de julio de 1705 Felipe V solicit6 a las Cortes de Navarra reunidas el mes anterior en la ciudad de Sangiiesa que el reino levantara, vistie~a y armara dos regimientos de 600 hombres cada uno y que los mantuI

,

)48 ANDUJAR CASTILLO, E, El sonido del dinero ... , p. 47. ,49 50

!51

AHN, Estado, Leg. 487. AGS, Guerra Moderna, Leg. 2532, C. VIII. AGS, Guerra Moderna, Leg. 2532, C. VIII.

viera a su costa mientras estuviesen en servicio. Dado que el virrey sabia que el servicio solicitado no iba a encontrar una respuesta favorable entre los brazos reunidos en aquellas Cortes, a los pocos dias lleg6 desde Madrid una propuesta alternativa consistente en un servicio de cuatro regimieLltosdel mismo numero de hombres pero que se vestirfan, armarfan .'y mantendrian a costa del rey, con tal de que el reino de Navarra se ocupase de reclutar los soldados y conducirlos a Corella para incorporarlos al servicio real. Tras largos debates, el dia 21 de julio las Cortes de Navarra acordaron seguir una via intermedia ofreciendo el servicio de tres regimientos vestidos, armados y pagados por el rey pero con multiples condiciones, entre ellas que una vez acabada la guerra pudif,sen volver a Navarra lQs soldados que quisieren y que los «coroneles y sus thenientes, sargentos mayores, capitanes y demas oficiales ayan de ser precisamente naturales navarros y a elecci6n y nombramiento del Reyno», y que siempre que vacaren se hubiesen de proveer en oficiales navarros.52 La intenci6n de los notables navarros reunidos en aquellas Cortes era bien clara: proveer los despachos de oficiales entre su familia y clientela y por ello insistieron en que el rey no s610 les mandase las patentes en blanco de los empleos de la oficialidad de los regimientos a levantar sino 10que era mas importante, los correspondientes «suplimientos», documentos que, su propia nombre indica, venian a «suplir» a sus poseedores el tiempo de servicio prescrito por las ordenanzas militares para ocupar un cargo, 10 cual permitiria el nombramiento como oficiales de individuos que jamas hubiesen servido en la carrera de las armas.53 Sin embargo, pocos dias despues de la aprobaci6n de este servicio, el 27 de julio de 1705, las Cortes de Navarra reciben una nueva petici6n del rey, esta vez para poner banderas por el reino con el fin de reclutar hombres para los cuatro batallones del regimiento de Guardias Espanolas de Infanteria que se habia comenzado a levantar el ano anterior. 54 Sin duda se trataba de intento excesivo por parte de la Corona de extraer demasiados recursos humanos de Navarra y que podia interferir directamente en la formaci6n de los tres regimientos pactados con el reina, por 10que casi de inmediato se suspendi6 esa orden de recluta. Por entonces estaba ya Jose Grimaldo al frente de la Secretarfa del Despacho de Guerra y con gran habilidad busc6 una soluci6n altemativa que contentase al reino de Navarra y al tiempo diese satisfacci6n alas necesidades del rey de completar el regimiento de Guardias de Infanteria Espanolas con hombres navarros. Para ello Jose Grimaldo, tras haber resuelto el rey que ese regimiento de

52

Aetas de Las Cortes de Navarra (1530-1829). Libro 5 (1688-1809), Pamplona, 1995,

p.434. 53

Este sistema 10 hemos descrito en ANDUJAR CASTILLO, F., ELsonido deL dinero .. ",

p.50. 54

Aetas de LasCortes de Navarra ... , pg. 438.

Guardias se formase por cuatro batallones de 650 hombres cada uno, propuso que uno de 10s tres regimientos ofrecidos por e1 reino de Navarra se aplicase al regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa y que, finalizada la Guerra de Sucesi6n, se hiciese extensiva tal medida a los otros dos regimientos. Como sefiuelo, Grimaldo ofrecfa a las Cortes de Navarra 10 «apetecible y apreciable» que serfa para los navarros el servicio en «la inmediaci6n a su real persona». Era la f6rmula alternativa para no hacer una recluta especffica para el regimiento de Guardias de Infanterfa y aprovechar asf los regimientos aportados por el reino de Navarra. Pero se encontr6 con la negativa del reino, no tanto por el servicio que debfan hacer estos regimientos en la Corte sino porque la nueva oferta de Grimaldo contemplaba que en ese caso e1 reino no debfa nombrar los oficiales del regimiento que se iba a integrar en las Guardias de Infanterfa. Esa respuesta negativa de las Cortes de Navarra se sustentaba en algo tan obvio como que el principal beneficio que obtenfan los representantes de 10s distintos brazos - y por ello votaron el servicio de los tres regimientosera la posibilidad de colocar a sus parientes y clientes en empleos militares que Ie iban a reportar salario y prestigio social. Si la propuesta de Grimaldo impedfa la posibilidad de que 1asCortes nombraran los oficiales de los iegimientos se cercenaba por completo el interes de aquellas elites en cumplir con el servicio solicitado. Las Cortes reunidas en Sangtiesa acabaron sus sesiones a finales de agosto de 1705. Sabemos que de los tres regimientos con que sirvi6 el reino de Navarra, tan s610 dos, el que llev6 ese mismo nombre y el denomrnado «Pamplona», pasaron a1 servicio de Felipe V como regimientos ordinarios de infanterfa. Del tercero no conocemos su existencia como regimiento aut6nomo y casi con toda seguridad acab6 integnindose en el regimiento de Guardias Espano1as de Infanterfa, cual habfa solicitado Grimaldo a las Cortes. De hecho, de los tres coroneles nombrados inicialmente a propuesta de las Cortes de Navarra se conoce bien que Francisco Ignacio Mencos falleci6 en 1708 cuando ocupaba el mando del regimiento de Navarra,55 y que el conde de Ripalda dej6 el mando del regimiento de Pamplona en 1709 para servir como gobemador de Monz6n en 10que iba a ser el principio de una carrera en empleos politico-militares que Ie llevaria hasta la intendencia general de Andalucfa y reino de Sevilla en 1724.56 Sin embargo~ nada sabemos de la trayectoria posterior del tercer coronel nombrado por las Cortes, Miguel Senosian, probablemente mando del regimiento que finalmente acab6 aportando sus soldados al regimiento de Guardias Espafiolas de Infanterfa.

AGS, Estado, Libs. 484 y 486. 56 Su trayectoria posterior se encuentra en ABBAD, F. y OZANAM, D., Les intendants espagnols du XVI/le siecle, Madrid, 1992, p. 166. 55

Lo cierto es que desde ese ano de 1705 se abre un especial nexo entre los navarros y el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa. Se inicia un puente entre el reino de Navarra y la Corte que se sumarfa al que en otras instancias del gobierno y administracion borbonica ya habfanabierto personajes como Juan de Goyeneche. Se trata pues de un elemento clave para una mejor comprension de los mecanismos de relaciones sociales y de poder que hicieron posible la famosa «hora navarra del siglo XV([I». En aquel ano se inicio un vfncul0 entre Navarra y este cuerpo de elite del ejercito que se mantendrfa luego durante largos anos. Se reforzaba asf un camino que ya habfan iniciado algunos navarros y baztaneses en el momenta de la creacion del citado regimiento cuando se produjo la incorporacion a sus filas de personajes importantes como Sebastian Eslava 0 el baztanes Pedro Argain Yoldi, sobre los cuales volveremos mas adelante. Desde ese momento, un importante grupo de oficiales procedentes de la nobleza navarra siguieron la carrera de las arm as en el unico regimiento -de los tres aprobados por las Cortes- que subsistio tras el final de la Guerra de Sucesion, el regimiento de infanterfa de Navarra, desde el cual en los anos siguientes saldrfan oficiales para integrarse en el poderoso cuerpo de elite del regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa.Otro importante grupo se incorporo directamente a dicha unidad, siguiendo asf el ofrecimiento hecho por Grimaldo a las Cortes. Entre esos primeros nombres encontramos los de Melchor Escalzo Acedo, natural de Sesma, que ingresa como alferez del regimiento de Guardias Espanolas en abril de 1707;57Juan Lorenzo Reparaz, natural de Oteiza, que 10 hace en octubre de ese mismo ano;58y Rafael Eslava Lasaga - hermann de Sebastian- que abandono su puesto de capitan del regimiento de infanterfa de Navarra en febrero de 1707 para servir un empleo de alferez del regimiento de Guardias Espanolas, y que en 1717 paso a Indias para ejercer, primero el gobierno del presidio y plaza de Valdivia (Chile) y luego en 1731el gobierno y capitanfa general de Santa Fe de Bogota.59 En los anos siguientes siguen ese mismo itinerario dos navarros que luego desempenarfan importantes destinos militares. En abril de 1710 Juan Angel Saenz de Vicuna, natural de Los Arcos, ingresa como alferez del regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa en 10 que serfa el primer empleo de una dilatada carrera en esta unidad que Ie llevaria finalmente en noviembre de 1748 hasta un puesto de la plana mayor -el de sargento mayor - cuando ya disfrutaba del grado de mariscal de campo

LAPENA, M., Db. cit" f01s. 2 y 21; CADENAS Y VICENT, V. de, Caballeros de La orden de Santiago, Exp. 1821. 58 LAPENA, M., Db. cit" fol. 2; CADENAS Y VICENT, V. de, Db. cit., Exp. 543. 59 LAPENA, M., Db. cit., foLl7; AGI, Contrataci6n, Leg. 5469 ; MAGDALENO REDONDO, R., TituLos de Indias, pg. 429. 57

de los reales ejercitos.60 Unos meses despues Carlos Virto abandona el regimiento de infanteria de Navarra para ingresar en el regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa en calidad de segundo teniente, en el cual irfa ascendiendo a empleos superiores hasta que en el ano 1740 abandon6 esta unidad para ocupar un puesto clave en la administraci6n y gobiemo del organigrama del principal cuerpo militar de la Corte, las Guardias de Corps:' pues desde el mes de junio se hizo cargo del empleo de Comisario de Guerra de la compania espanola.61 Sin embargo la afluencia mas numerosa de navarros hacia el regimiento de Guardias Espanolas de Infanteria tiene lugar en los anos de 1718 y 1719, cuando numerosos oficiales del regimiento de infanteria de Navarra abandonan esta unidad para ingresar en aquel cuerpo de la guardia del rey. De las razones que explican esta transferencia de oficiales no ha quedado huella documental alguna pero dos factores debieron ser decisivos en aquella incorporaci6n sistematica de navarros en el regimiento de Guardias. El primero es de caracter estructural, pues en los primeros meses del ano 1719 el regimiento de Guardias de Infanteria Espanolas experiment6 el principal cambio desde su creaci6n al ver aumentados sus efectivos con catorce compafifas de nueva creaci6n que permitieron una extraordinaria movilidad profesional en los oficiales que servian hasta entonces en aquella unidad y que demandaron de nuevos oficiales para los empleos inferiores de mando. Sera entonces cuando muchos oficiales navarros fluyan hacia este cuerpo. La explicaci6n a esta circunstancia no puede ser otra que la de la presencia como segundo mando, el de teniente coronel, del regimiento de Guardias Espanolas de Infanteria de un navarro, Jose Armendariz, marques de Castelfuerte. Sin duda, este debio favorecer a sus paisanos al ofrecerles servir bajo sus 6rdenes en un regimiento de mayor riesgo, pero tambien de mayor prestigio y con privilegios superiores a los que gozaban en el que servian hasta entonces. Nos eximen de comentarios adicionales las diversas biografias y estudios que se han ocupado de la figura del marques de Castelfuerte, si bien todas ellas han prestado mas enfasis a su etapa virreinal que a los afios iniciales de su carrera militar.62 Practicamente ninguna de esas biografias ha reparado en considerar que, desde el 22 de octubre de 1717 en que fue nombrado con

60 AGS, Direcci6n General del Tesoro, Inv. 2, Leg. 36; CADENAS Y VICENT, V. de, Caballeros de la orden de Santiago, Exp. 625. 61 AGS, Guerra Moderna, Lib. 4543. Este nombramiento coincidi6 en el tiempo con un periodo que bien podrfamos calificar de «segunda hora navarra» del siglo XVIII que vendria a culminar y completar eI iniciado en la primera decada de Ia centuria. Su estudio preciso esta aun por realizar. 62 MORENO CEBRIAN, A., El Virreinato del marques de Castelfuerte (1724-1736). El primer intento borb6nico de reformar el Peru, Madrid, 2000 ; MORENO CEBRIAN, A. Y SALA I VILA, N., El «premio» de ser virrey. Los intereses publicos y privados en el gobierno virreinal en el Peru de Felipe V. Madrid, 2004.

canicter interino te~iente coronel del regimiento de Guardias Espafiolas de Infanterfa hasta su muerte el 16 de abril de 1740, conserv6 la propiedad de esa tenencia coronela.6~Tal afirmaci6n significa que cuando fue nombrado capitan general de Gui uzcoa en enero de 1722 y virrey del Peru en octubre de 1723 retuvo el emp eo de teniente coronel del regimiento d~ Guardias. Por tanto, su ejercicio efectivo de este ultimo empleo se limit6 al perfodo comprendido entre el 22 de octubre de 1717 y enero de 1722, etapa durante la cual tendni lugar la referida afluencia de oficiales navarros hacia las diversas compafiLasdel regimiento de Guardias Espafiolas de Infanterfa.64 Asi pues, durante ese perfodo y, especialmente en los afios de 1718 y 1719, es cuando tiene lugar la incorporaci6n de navarros al regimiento de Guardias, al cuerpo de elite del ejercito borb6nico. Algunos nombres corresponden a militares que tienen ya una dilatada experiencia, pues habian sido nombrados como capitanes en las Cortes reunidas en Sangtiesa en 1705. Es el caso de Martin Cruzat, nombrado capitan en aquellas Cortes y que en diciembre de 1718 se incorpora al regimiento de Guardias Espanolas de Infanterfa como prill'ler teniente de la compania que mandaba el propio coronel del regimiento.65 Juan de Eulate y Rafael Chavarri ingresan en calidad de segundos tenientes en el mismo regimiento, y ambos igualmente habfan sido nombrados como capitanes a propuesta de las Cortes de Navarra. La n6mina de navarros se ampli6, entre otros, con los nombres de Jose Cruzat, Juan Leizaur, Vicente Anoz y Juan Francisco Balanza, este ultimo tambien nombrado capitan de granaderos del regimiento de infanterfa de Navarra...por el servicio que hicieron las Cortes en 1705 pero a propuesta del virrey, pues en la negociaci6n y posterior reparto de las patentes en blanco que envi6 el rey las tres de granaderos quedaron a la elecci6n del virrey.66

AGS, Guerra Moderna, Leg. 5451; LAPENA, M., Ob. eit, fol. 4. Con anterioridad a su nombramiento como teniente coronel del regimiento de Guardias Espafiolas de Infanteria, el marques de Castelfuerte habia desempefiado un empleo de gran relevancia en las tropas de la Guardia Real, cual era el de sargento mayor de las Guardias de Corps, puesto en el que serfa sustituido por el vasco Juan de Idiaquez. Precisamente el titulo nobiliario de marques -titulo de Navarra- se 10concedio Felipe V en 1705, en teoria, por sus servicios en la sargentfa mayor de Corps, si bien no sacaria el despacho correspondiente hasta el afio 1711 (Cif. AHN, Estado, Lib. 279 YAHN, Consejos, Lib. 679). Es interesante observar que Jose Armendariz cuando consiguio el titulo en agosto de 1705 era tan solo brigadier -grad conseguido en septiembre de 1704- pero seis afios mas tarde, cuando saco el despacho del tul0 nobiliario, en el mismo hizo constar su rango ya de teniente general (AHN, Consejos, ego 8978). Su carrera resulta muy extrafia y anomala, pues en tan solo siete afios se encumb 0 hasta el maximo rango del generalato mientras de forma paralela alcanzaba la ctispide so ial al titularse como marques de Castelfuerte. 65 LAPENA, M., Ob. cit., fol. 10. 66 Aetas de Las C~rtes de Navarra ... , p. 462. Juan Francisco Balanza alcanzo el grado de brigadier de infanteri~ en septiembre de 1745, unos meses antes de su muerte en la batalla de Piacenza. 63 64

4. La proyeccion de dos navarros hacia la elite. Sebastian de Eslava y

el marques de la Real Corona El clan navarro en el regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanteria no se comprenderfa en su integridad sin hacer una breve reseiia de dos destacados militares entre los cuales no podia faltar, cual sucedfa en los demas ambitos de la administraci6n, un baztanes, Pedro de Argain Yoldi, marques de la Real Corona. El otro, Sebastian de Eslava, lleg6 a ser un personaje de gran relevancia polftica pues, amen del desempeiio de dos virreinatos, se hizo cargo de la Secretarfa del Despacho de Guerra en 1754 tras la exoneraci6n del marques de Ensenada. Sin embargo, sorprendentemente, los estudios biograficos relativos a este ultimo hacen escasa referencia a su primera etapa militar como oficial del regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanterfa.67 Las carreras de ambos transcurren casi como dos gotas de agua en sus aiios iniciales en el regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanterfa. Ambos han nacido en Navarra en 1685, Pedro de Argain en Maya, en el valle de Baztan, y Sebastian Eslava en Eneriz, y ambos ingresan a mediados del aiio 1705 en el citado regimiento, Pedro como alferez, y Sebastian de Eslava como segundo teniente, pues acreditaba con anterioridad a este empleo algun tiempo de servicio como cadete de una de las dos compaiifas espaiiolas de Guardias de COrpS.68Por tanto, con tan s610 20 aiios de edad Sebastian de Eslava goza ya de un grado en el regimiento de Guardias Espaiiolas que tiene asimilado el rango de capitan de infanteria, merced a sus servicios previos en Corps, en tanto que 'pedro de Argain se hace con un grado que tiene asimilado el de teniente d~ infanteria que, en caso de que hubiese sido su primer servicio en el ejercito, corresponderia a un nivel del escalaf6n que no se obtenia por entonces nada mas que por compra 0 por donaci6n con motivo de la formaci6n de una nueva unidad. Con toda probabilidad Pedro de Argain debi6 pertenecer a la importante red de paisanaje tejida por Juan de Goyeneche durante estos primeros aiios de la centuria, cuando desempeii6 el puesto de tesorero de la reina Maria Luisa de Saboya y cuando emprendi6 una activa polftica de colocaci6n de sus paisanos en destacados empleos de la Corte y de la administraci6n. Quedan por analizar sus relaciones con el ejercito, con el proceso de formaci6n de nuevos cuerpos militares para hacer frente alas

ZUDAIRE HUARTE, E., Sebastian de Eslava, virrey de Nueva Granada, Pamplona, 1977; PERALTA RUIZ, v., Patronos, clientes y amigos. El poder burocnitico indiano en la Espana del siglo XVII, Madrid, 2006, pp. 114-147; ~>en Nuevo Mundo Mundos Nuevas, Coloquios, 2007, [En linea], URL: http://nuevomundo.revues.org/ /index3289.html. 68 CADENAS Y VICENT, V.de, Ob. cit., exps. 576 y 274 ; LAPENA, M., Ob. dt. fols. 2 y 8.

~ecesidades de la Guerra de Sucesion. Por el momento resulta muy ilustrativo para el amilisis de estas posibles relaciones la presencia del baztan~s Pedro de Argain en el regimiento de Guardias de Infanterfa en el que inpresa un mes despues - junio de 1705 - que otro militar de apellidos inequivocamente baztaneses, Juan de Ma.ya, probablemente primo de Pedro Argain, pues este era hijo de Bernardo de Argain Yoldi y de Juana de Maya. La carrera de Juan de Maya se vio truncada a una edad muy joven pues fallecio en Madrid hacia el afio 1728 cuando era capitan del regimiento de Guardias Espafiolas de Infanteria y, por ende, gozaba de 10s galones de coronel de infanterfa.69 Y como hemos sefialado, si Pedro de Argain ingresa acompafiado de su primo en el regimiento de Guardias Espafiolas de Infanterfa, Sebastian de Eslava 10 hace junto a su hermano Rafael, el cual abandonara unos afios antes que su hermano el regimiento para desempefiar el referido gobierno de Valdivia. La posibilidad del ascenso social se abre de inmediato al servir en un cuerpo tan prestigioso como el de Guardias Espafiolas de Infanterfa. Los paralelismos emetgen una vez mas, y si en el afio 1716 los hermanos Eslava Lasaga, Sebastian y Rafael consiguen el habito de caballeros de la orden de Santiagb, un afio mas tarde obtiene semejante merced Pedro de Argain. La diferencia en las trayectorias sociales se abriria afios despues cuando en una fecha que no hemos podido precisar este ultimo obtuvo el titulo nobiliario de marques de la Real Corona. Ni los registros de Titulos de Castilla que se conservan en el Archivo Historico Nacional ni los asientos de lo~libros-registro de la Camara de Castilla aportan informacion alguna sobre la concesion de este titulo. A modo de hipotesis se puede pensar que se tratase de un Titulo de Navarra. Lo cierto es que en algunos de sus nombramientos militares posteriores a 1743 aparecera ya como marques de la Real Corona y su necrologica publicada por la Gaceta de Madrid figurara con la inequivoca denominacion de Pedro de Argain Maya, marques de la Real Corona. 70 ,Los caminos divergentes entre Sebastian de Eslava y Pedro de Argain se inician en el afio 1719 cuando el primero abandona el regimiento de Guardias Espafiolas de Infanteria para mandar un regimiento de infanteria de linea, el denominado «Asturias». 71 De su trayectoria posterior resultan sobradamente conocidos los nombramientos como virrey de Nueva Granada en julio de 1739, virrey de Peru en junio de 1743, Capitan Ge-

LAPENA, M., Db. cit., fol. 28. Gaceta de Madrid, 27 de febrero de 1753. Su hijo, que tambien siguio la carrera de las armas, ingreso en e11751 en el mismo cuerpo en que habia servido su padre -tras haber ejercido como paje del rey desde julio de 1743- y 10 hizo con la misma denominacion de . marques de la Real Corona. AGS, Guerra Moderna, Leg. 2587, C. 1. ! 71 Algunas fuentes apuntan a que su destino tras sa1ir del regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanteria fue el regimiento denominado Castilla, no e1de Asturias. 69

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neral de Andalucia en 1749, Director General de la Infanteria espanola y extranjera en julio de 1750, Capitan General de los reales ejercitos en octubre de 1751 - maxima distincion del escalafon militar que disfrutaron muy pocos militares en el siglo XVIII - Y Secretario del Despacho de Guerra desde el 23 de julio de 1754 hasta su muerte el 26 de junio de 1759. Por el contrario, de su biografia apenas se han valorado otros aspectos claves para el desarrollo de su carrera politica y militar, tales como el desempefio de un empleo decisivo en la estructura de control politico-militar como fue la inspeccion de diferentes circunscripciones territoriales -que ejercio desde 1721 y que sin duda estuvo en la base de sus futuros ascensos en el escalafon - y su nombramiento como gentilhombre de manga del infante Felipe cuando ya ostentaba el grado de mariscal de campo de los reales ejercitos.72 Si bien no accedio a la nobleza titulada, consiguio otros honores como una llave de gentilhombre de camara del rey con entrada en abril de 175073que sumo a otra gracia remuneratoria anterior, la encomienda de Fuente del Emperador, recibida en enero de 1720.74 Frente a esa carrera, singularizada por el ejercicio de empleos de caracter polftico-militar, e incluso cortesanos, Pedro de Argain Yoldi perm anecio cerca de cuarenta anos en el regimiento de Guardias Espanolas de Infanteria, en concreto hasta el ano de 1743, tras sufrir un largo periodo de estancamiento en sus expectativas profesionales entre 1718 en que obtuvo el grado de coronel y abril de 1741 en que ascendio a brigadier, aunque se Ie reconocio antigiiedad desde 1732 para recompensar el atraso que habia sufrido en su promocion en relacion a otros militares.75 Siendo capitan de granaderos del regimiento de Guardias Espanolas participo en Italia en la batalla de Camposanto en donde se distinguio y fue recompensado con un ascenso a mariscal de campo en abril de 1743.76Graduado ya como general paso a ocupar destinos politico-militares, primero como inspector de la infanteria de Andalucia y Africa desde agosto de ese mismo ano y luego como Comandante General de Gran desde febrero de 1749. En agosto de 1751 se acerco a su tierra natal al ser nombrado Comandante General interino de Guipuzcoa, cargo en el que permanecio poco tiempo, pues fallecio en Madrid el27 de febrero de 1753.77

AGS, Guerra Moderna, Leg. 4538. Gaceta de Madrid, 21 de abril de 1750. 74 La encomienda estaba pensionada en ese momento con 500 escudos anuales a favor de Jorge Bay, capitan del regimiento de Guardias Walonas de Infanterfa. Cif. Gaceta de Madrid, 23 de enero de 1720. 75 AGS, Direcci6n General del Tesoro, Inv. 2, Leg. 33. 76 AGS, Direcci6n General del Tesoro, Inv. 2, Leg. 34. 77 AGS, Direcci6n General del Tesoro, Inv. 2, Leg. 38. Pedro de Argain habfa casado en 72

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1724 con Manuela Enriquez de Guzman Alegria. Cif. PEREZ CASTENADA, M.a A., Pruebas para contraer matrimonio con caballeros de la orden de Santiago, Madrid, 1976, Apendice, Exp. 160.

En suma, los casos de Sebastian de Eslava y de Pedro de Argain ejemplifican la importancia que adquirio la creacion de los cuerpos de elite de las Guardias Reales en la transferencia de hombres desde territorios perifericos hacia espacios de poder militar y politico privilegiados, un vfnculo que se mantendrfa a lo.largo de toda la centuria, al menos entre los navarros y el regimiemo de Guardias Espaiiolas de Infanterfa. Como hemos precisado en otros estudios, las oportunidades de promocion profesional y de ascenso social eran superiores en los cuerpos que gozaban de mayores preeminencias y de una posicion superior en el conjunto de la institucion militar. Lo hemos mostrado con numerosos ejemplos para las Guardias de Corps y para las Guardias de Infanterfa. Ora fuese a partir del capital relacional que pudieron establecer determinados personajes de gran proyeccion polltica en la Corte -caso de Juan de Idfaquez y Jose de Armendariz en la milicia 0 Juan de Goyeneche en otros ambitos-, ora a traves de los procesos de formacion de nuevos regimientos que acabaron derivando en las tropas de la Casa Real, la coyuntura de la Guerra de Sucesion se -mostro como el perfodo clave en la incorporacion de nuevos hombres en puestos esenciales de la milicia y del gobierno de la monarqufa. Igual-mente creemos haber demostrado que los procesos de conformacion de elites exigen estudiar a los individuos en las etapas previas a su ascenso, antes de Hegar a la cima de su trayectoria politic a 0 social, pues siempre se evidencian como determinantes los periodos iniciales de las carreras. Por ultimo, consideramos que el presente estudio pone de manifiesto que Ios lazos entre las comunidades rurales y urbanas de los territorios vascos y navarros desarroHaron vfnculos con la Corte y con la alta administracion de la monarqufa mucho mas complejos de los que se han descrito hasta ahora. El particular nexo con los cuerpos de elite de las Guardias Reales asf 10 pone de manifiesto de forma inequfvoca. Sin duda, un estudio en profundidad, que fuera mas aHa de los primeros aiios del siglo XVIII, podrfa revelar que a 10 largo de toda la centuria se mantuvo en buena medida esa tradicion de servicio forjada en tiempos de la Guerra de Sucesion, en particular por parte de los navarros en el regimiento de Guardias Espaiiolas de Infanterfa.

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