De la necesidad de la gramatica y de como articular la relacion lengua

La lengua es una entidad que ni siquiera necesita a sus hablantes para existir, como prueban las numerosas lenguas muertas que han sobrevivido a sus usuarios. Pero éstos no pueden hacer prácticamente nada – o nada relevante para la vida en comunidad – sin servirse de la lengua. Y la lengua ¿qué es? Básicamente una estructura que los usuarios tienen registrada en sus mentes y emplean, por lo general, sin grandes conflictos, con solo abrir la boca, podríamos decir. Y entonces, ¿para qué enseñar lengua en la escuela? ¿Para qué torturar a los estudiantes con paradigmas verbales y complicados análisis de oraciones? Veamos, la enseñanza de la lengua en la escuela cumple primariamente una función social: enseñar la lengua estándar a poblaciones muchas veces hetereogéneas y usuarias de diferentes lectos, lo cual no quiere decir que estas variantes deban ser abandonadas o menospreciadas, sino que el conocimiento de la variedad general facilita el acercamiento de los estudiantes a los textos que deben comprender y producir en su desempeño escolar. Pero, también, y sobretodo, esta enseñanza debe permitir reflexionar y hacer consciente el conocimiento tácito, subliminal, del hablante, usuario natural y espontáneo de la lengua. Y ¿para qué? o mejor, ¿se justifica esta " pérdida de tiempo " cuando hay tanto absolutamente desconocido para aprender? En esta exposición apuesto a plantear que fundamentalmente toda actividad reflexiva revierte en el mayor conocimiento del propio individuo y de su comprensión del entorno. Estudiar la lengua materna, sin duda, no es aprender a hablarla, es adquirir la práctica de reflexionar sobre los matices significativos que permiten expresar sus diferentes construcciones.