De la metafísica a la antropología. Reinterpretando el dualismo de Descartes

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Descripción

De la metafísica a la antropología Reinterpretando el dualismo de Descartes Edición al cuidado de FRANÇOIS JARAN

DANIEL GARBER • JOAN LLUÍS LLINÀS • CARMEN ORS Y VICENTE SANFÉLIX • ELENA NÁJERA • JULIÁN MARRADES • JEAN-LUC MARION • FRANÇOIS JARAN • NATANAEL F. PACHECO CORNEJO • ANDRÉS L. JAUME • LINO SAN JUAN

COLECCIÓN

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ILOSOFÍAS

Impreso en papel FSC® proveniente de bosques bien gestionados y otras fuentes controladas

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Editor FRANÇOIS JARAN

Colección dirigida por NICOLÁS SÁNCHEZ DURÁ (1993-2011) JULIÁN MARRADES MILLET (2012- )

Diseño gráfico: Pre-Textos (S.G.E.) 1ª edición: diciembre de 2014

© DANIEL GARBER, JOAN LLUÍS LLINÀS, CARMEN ORS Y VICENTE SANFÉLIX, ELENA NÁJERA, JULIÁN MARRADES, JEAN-LUC MARION, FRANÇOIS JARAN, NATANAEL F. PACHECO CORNEJO, ANDRÉS L. JAUME, LINO SAN JUAN

© de la presente edición: PRE-TEXTOS (SERVICIOS DE GESTIÓN EDITORIAL) Luis Santángel, 10 46005 Valencia www.pre-textos.com

IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN ISBN:

978-84-15894-69-8 V-2701-2014

DEPÓSITO LEGAL:

ADVANTIA, S.A. TEL. 91 471 71 00

ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nota bibliográfica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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PRIMERA PARTE Descartes contra los materialistas: cómo el enfrentamiento de Descartes con el materialismo conformó su metafísica Daniel Garber . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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La integración de la experiencia de la unión en la filosofía Joan Lluís Llinàs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Esprit détaché. El yo en las Meditaciones Carmen Ors y Vicente Sanfélix . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Una aproximación al verdadero ser humano desde la moral definitiva Elena Nájera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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El problema mente-cuerpo: fenomenología vs. reduccionismo Julián Marrades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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SEGUNDA PARTE Descartes no sujeto Jean-Luc Marion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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El hombre como fundamento del conocimiento metafísico. El legado de Descartes en Heidegger François Jaran. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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En torno al concepto de “noción primitiva” en Descartes. Un ensayo de definición Natanael F. Pacheco Cornejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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La teoría de las distinciones en Descartes y Suárez. A propósito del concepto de distinción real del alma y el cuerpo Andrés L. Jaume . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Meditationes de prima persona philosophia. Lino San Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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PRESENTACIÓN

EL pensamiento cartesiano es uno de los monumentos indiscutibles de la historia intelectual europea, pero, a la vez, es una de las obras filosóficas más superficialmente leída. En efecto, este pensamiento magistralmente evidente se convierte a menudo en una mera obviedad y la profundidad de sus ideas es pasada por alto. Descartes mismo lleva una parte de la responsabilidad: su genio reside precisamente en su fuerza de convicción y en su capacidad para presentar su filosofía de forma irrefutable. Tan evidente aparece el trascurrir de las Meditaciones metafísicas o del Discurso del método que, a veces, puede causar una impresión de simpleza. Pero la fuerza de convicción del pensamiento cartesiano no se debe a su sencillez, sino a la precisión en su elaboración y a la exactitud de su construcción. Es cierto que el estilo del relato que adopta Descartes puede confundir al lector. Las primeras frases del texto de las Meditaciones se presentan como si saliesen de la boca de un buen amigo que se acaba de sentar a nuestra mesa: “Hace ya algún tiempo que me he dado cuenta de que…”. Como si de una confesión epistemológicamente íntima se tratara, prestamos el oído y nos dejamos atrapar por este proyecto tan atractivo como ambicioso. Descartes no ofrece una respuesta nueva a las preguntas antiguas, ni parece refutar a nadie que le haya precedido. Viene más bien a contarnos un descubrimiento que ha hecho a lo largo de dos días pasados meditando en una cama durante un invierno bávaro. Primero, que su pensamiento garantiza su propia existencia. Segundo, que se puede volver a fundamentar el conjunto del conocimiento sobre esta certeza apodíctica, cuya evidencia es aumentada por el hecho de que podamos experimentarla en carne propia tantas veces como queramos. La sencillez del argumento es devastadora. De un golpe, reinventa una ciencia ya dos veces milenaria: la filosofía. Estas peculiaridades de la prosa de Descartes son, podemos pensarlo, las razones por las cuales el pensador ha seducido a cuatro siglos de filósofos, pero también los motivos por los cuales su lectura siempre se ha considerado fácil. Su inmensa fuerza le valió interpretaciones que pretenden abarcar su pensamiento filosófico en tres o cuatro “palabras claves”. Descartes es “racionalista” a la vez 7

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que “dualista”, y no ha sabido reconocer la importancia del conocimiento empírico ni la evidente relación que une el pensamiento con la materia, el alma con el cuerpo. Si esto se muestra insuficiente para entender la singularidad de la obra cartesiana, se sigue presentando sin embargo como un retrato fiel de este pensamiento que, por otra parte, siempre se ha considerado que inaugura una nueva era filosófica. * El libro que presentamos aquí pretende precisamente volver a los textos cartesianos para insistir una vez más sobre su grandeza y, de paso, romper algunos mitos que se han contado a lo largo de los siglos. El prejuicio más arraigado en cuanto al pensamiento de Descartes es la idea según la cual su demostración de “la distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre” –así reza el título completo de las Meditaciones metafísicas– impide a Descartes pensar la relación que une la una con el otro. Pero hay que insistir una y otra vez que Descartes también defiende que la unión entre el cuerpo y el alma es una “noción primitiva”, es decir, una idea tan básica como la del pensamiento y la de la extensión. La unión entre el alma y el cuerpo, así lo escribe a Isabel de Bohemia, sólo puede aparecer dudosa a quien tenga el curioso defecto de filosofar. Quien no se dedique a dicha tarea sabe perfectamente que el alma puede mover el cuerpo y que el cuerpo puede influir en el alma. La publicación muy reciente del libro de Jean-Luc Marion, Sur la pensée passive de Descartes (París, PUF, 2013), vuelve a poner de relieve esta aparente contradicción en la obra cartesiana entre su dualismo y su monismo. En sintonía con aquel libro, las primeras contribuciones de este volumen vuelven sobre el problema para no solamente realzar y matizar la postura de Descartes frente a la relación entre el cuerpo y la mente, sino sobre todo para explorar la parte “antropológica” –si se nos permite el anacronismo– de la obra. Fruto de un “encuentro cartesiano” celebrado en la Universidad de Valencia en el mes de octubre de 2013, el volumen que publicamos se divide en dos partes. En un primer momento, “revisitamos” el problema cartesiano del dualismo con la meta clara de presentar la otra cara del problema, es decir, mostrar cómo Descartes piensa no tanto la distinción como la unión entre el cuerpo y el alma. En la segunda parte, abordamos problemas ligados a la concepción cartesiana del ser humano y su relación con la metafísica, tanto la suya como la histórica. * En el primer ensayo, DANIEL GARBER aborda la pregunta a partir del debate entre Descartes y Hobbes que tuvo lugar en las Objeciones y Respuestas a las Meditaciones. La meta inicial de Garber será mostrar que el dualismo está lejos

Presentación

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de ser una postura filosófica normal y corriente en el siglo XVII. En un segundo momento, expone claramente cómo la postura de Descartes se ha ido definiendo y después matizando bajo los ataques de los materialistas, que rechazaban la posibilidad de que algo no fuese un cuerpo. Analizando las respuestas de Descartes, descubrimos que la univocidad del concepto de res que se aplicaría de forma igual a las cosas pensantes que a las cosas extendidas –y que es el blanco de la crítica desde Hobbes hasta Heidegger– es más matizada de lo que se suele pensar. Como muestra JOAN LUÍS LLINÀS, la unión alma-cuerpo cuenta entre las nociones que Descartes caracteriza de “primitivas”, es decir, las nociones de las cuales partimos cuando filosofamos. Si podemos hablar del alma como separada del cuerpo y del cuerpo como separado del alma, será gracias a un esfuerzo filosófico, gracias a un razonamiento que permita concebir el alma como separada del cuerpo. A partir de una lectura atenta de la correspondencia de Descartes, Llinàs muestra que el dualismo cartesiano no se puede reducir a su comprensión superficial. Pero el dualismo cartesiano se puede también abordar desde la perspectiva del yo que se pregunta quién, del cuerpo o del espíritu, es realmente él mismo. CARMEN ORS y VICENTE SANFÉLIX intentan contestar a esta pregunta subrayando en un primer momento que el “yo pienso” no es meramente un “yo reflexiono”, sino también un “yo siento”, constatación que otorga al cuerpo un papel más importante de lo que se puede pensar. El yo se intuye a sí mismo como una cosa pensante, pero no implica aquello que el yo no pueda ser además otra cosa. El estudio mostrará que el dualismo cartesiano, es decir, la distinción entre el cuerpo y el alma, no supone que el yo no pueda enunciar que es también su propio cuerpo. Siguiendo en el mismo camino, ELENA NÁJERA aborda el “otro” Descartes, el de las Pasiones del alma, que no se interesa tanto por la sabiduría filosófica como por la Lebenswelt. Según esta consideración del hombre no en cuanto yo pensante sino hombre de verdad, la unión entre el alma y el cuerpo se presenta como una creencia básica e irrenunciable. Se muestra de esta forma una faceta menos conocida del pensamiento cartesiano que tiene no solamente consecuencias antropológicas sino también éticas. Describiendo el ideal de la generosidad, la autora subraya que Descartes es también un pensador moral. El último estudio de la primera sección, el de JULIÁN MARRADES, pone de relieve la actualidad del problema del dualismo cartesiano a partir de un análisis de textos de David Eagleman y de Paul Ricœur. Aplicando al problema del dualismo cartesiano la idea de “imagen manifiesta” propia de Sellars, el autor concluye que los discursos científicos (Eagleman) y los discursos fenomenológicos (Ricœur) no pueden ser reducidos ni derivados los unos de los otros. El reduccionismo biológico defendido desde la ciencia no puede impedir que haya

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otro tipo de discurso acerca de la vivencia propia del cuerpo y, por lo tanto, acerca de la unión o de la distinción entre el cuerpo y la mente. * La segunda parte del libro abre discusiones sobre temas relacionados ya no solamente con el dualismo, sino también con el estatuto metafísico del hombre en la obra cartesiana. En el primer texto, JEAN-LUC MARION reseña las grandes objeciones que se han hecho (en Kant, Nietzsche y Heidegger, sobre todo) a la piedra angular del sistema cartesiano, el “argumento del cogito sum”. Como muestra el autor, dichas objeciones se apoyan en reproches imposibles de justificar si se presta una verdadera atención al texto cartesiano: el ego no es sustancia, ni sujeto, ni causa, y su esencia no es pensada a partir de la representación ni de la reflexión. Si estas interpretaciones que han atravesado la historia del pensamiento occidental no son absolutamente infundadas, no son precisamente respetuosas del curso mismo de la reflexión cartesiana que, más que a cualquier otro filósofo, importa leer en el orden correcto. El problema del “puesto metafísico” del hombre en el sistema cartesiano es el objeto del texto de FRANÇOIS JARAN que vuelve sobre el análisis que Jean-Luc Marion hizo años atrás de la estructura onto-teológica de la metafísica cartesiana. El autor intenta establecer un paralelismo entre el modelo cartesiano de la fundamentación de la metafísica en el ego y la comprensión que Heidegger tiene del papel del Dasein en la ontología fundamental de Ser y tiempo. Como mostrará el autor, aunque Heidegger herede de la tendencia moderna y cartesiana a colocar el sujeto en primera fila, su forma de interrogar metafísicamente la existencia humana escapa del modelo ontológico cartesiano. El concepto de “noción primitiva” es el objeto del estudio de NATANAEL F. PACHECO CORNEJO, que muestra que sigue habiendo debates acerca de la naturaleza y de la función en el sistema cartesiano de estas nociones. El alcance de dichas nociones primitivas es fundamentalmente epistemológico en la medida en que son primitivas no tanto por existir independientemente como por ser conocidas por sí mismas. Sin embargo, sería erróneo limitar el papel de dichas nociones a la sola epistemología, ya que tienen consecuencias sobre la comprensión cartesiana de la relación entre la mente y los objetos. En este sentido, la noción primitiva también sirve de punto de partida de un análisis de la antropología cartesiana. Para intentar arrojar luz sobre el problema del tipo de distinción que existe entre el cuerpo y el alma, ANDRÉS L. JAUME propone un estudio sobre el origen del concepto cartesiano de “distinción” en la filosofía escolástica. Tomando a Francisco Suárez y sus Disputationes como la base sobre la cual Descartes levanta su pensamiento, el autor identifica el lugar desde donde Descartes extrae su

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concepto de distinción así como las modificaciones que sufre dicho concepto al entrar en la modernidad cartesiana. Para terminar, LINO SAN JUAN se ocupa de analizar las Meditaciones de Descartes no tanto desde la perspectiva de su contenido como de su formato, es decir, como “relato”. El estilo propio de las Meditaciones es analizado de tal forma que se vea que la fuerza filosófica de la narración quizás no resida en la perspectiva de la primera persona. * Quiero dar las gracias a Vicente Sanfélix, quien estuvo en el origen de la organización de este intercambio de ideas cartesianas y quien me entregó la tarea de convertir aquello en un libro. Agradezco también a Cambridge University Press y a las Presses Universitaires de France permitirnos utilizar los textos de Daniel Garber (publicado originalmente en Descartes’ Meditations. A Critical Guide, ed. Karen Detlefsen, Cambridge University Press, 2012) y de Jean-Luc Marion (publicado originalmente en “Moi qui suis le sujet”, Les Études philosophiques, n.°1, 2009). FRANÇOIS JARAN

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