De la Década prodigiosa de la Arqueología de intervención hacia la Arqueología del Conocimiento histórico: una lectura necesaria desde la arqueología medieval en la provincia de Alicante

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Descripción

Arqueología Medieval y Restauración

Alberto García Porras [ed.]

GRANADA – 2016

Nakla

Colección de Arqueología y Patrimonio

19

Dirección Antonio Malpica Cuello Profesor de Arqueología Medieval de la Universidad de Granada

Grupo de Investigación «Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada»

© Del texto: los autores © De la presente edición: Alhulia, S.L. Plaza de Rafael Alberti, 1 Tel./fax: 958 82 83 01 www.alhulia.com • eMail: [email protected] 18680 Salobreña - Granada ISBN: 978-84-944419-4-3 Depósito Legal: Gr. 152-2016 Imprime: Imprenta Comercial

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ÍNDICE

Introducción.............................................................................................

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Arqueólogos y Arquitectos. Un debate necesario........................................ Antonio Malpica Cuello

15

Arqueología de la Arquitectura: de la torre de Babel a la sectorialización disciplinar.......................... Juan Antonio Quirós Castillo De la década prodigiosa de la Arqueología de Intervención hacia la Arqueología del Conocimiento Histórico: una lectura necesaria desde la Arqueología Medieval en la provincia de Alicante............... José Luis Menéndez Fueyo Tapias, tapiales y arquitectos. Reflexiones sobre las restauraciones de tierra y cal............................ Pedro Gurriarán Daza Arqueología, Restauración y Planeamiento................................................ Eva María Muñoz Waissen Una metodología de levantamiento tridimensional y análisis arqueológico de un edificio: la casa torre del Rio de Luminasio en el valle del Reno (Bolonia).......................................................... Luca Mattei El castillo de Lanjarón (Granada). Un análisis arqueológico y arquitectónico de conjunto.................... Alberto García Porras, Teresa Bonet García y Juan Alonso Cañadas Suárez

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173

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Índice

Análisis de estratigrafía muraria del castillo de Zagra (Granada). Estudios previos a la restauración de la Alcazaba.............................. Juan Alonso Cañadas Suárez Primeros trabajos de restauración del castillo de Píñar (Granada)............... María Teresa Bonet García

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261

De la restauración de monumentos a la restauración del territorio. La restauración aplicada a intervenciones recientes.......................... Francisco Javier Gallego Roca

285

Una aproximación a la Alcazaba zirí de Granada a través de las intervenciones arqueológicas...................................... Bilal Sarr Marroco

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De la década prodigiosa de la Arqueología de Intervención hacia la Arqueología del Conocimiento Histórico: Una lectura necesaria desde la arqueología medieval en la provincia de Alicante José Luis Menéndez Fueyo Museo Arqueológico de Alicante (MARQ)

En el año de 2013 se cumplieron treinta años de las primeras actuaciones arqueológicas en el Castillo de Sax, realizadas por C. Navarro en 1983, fruto de una delicada negociación explicada brevemente por R. Azuar en un artículo en el que se pasaba revista a la denostada restauración historicista que reformó, modificó y pobló nuestros castillos y fortalezas en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado 1. Por entonces, a los redactores de los proyectos de restauración no se les exigía que, de forma previa y a la par de los procesos de restauración en las fortificaciones, existiera una documentación arqueológica previa que ayudara y, en algunos casos, diera realmente las respuestas necesarias para que se pudieran redactar los proyectos de intervención que desembocaban en la restauración definitiva del conjunto histórico. Por entonces, allí donde se planificaba la intervención arquitectónica en un monumento, castillo o fortificación de nuestro solar medieval alicantino, primero había que explicar, solicitar y sobre todo, había que convencer a los responsables políticos, arquitectos e incluso cronistas locales de entonces de la imperiosa necesidad —que no obligación— de realizar actuaciones previas al proceso de restauración. Parafraseando al arquitecto M. Bevià García, podríamos decir que las ciudades y castillos de Alicante estaban inmersas en una «amnesia histórica total» que impedía recuperar la memoria colectiva que se encontraba en el interior de los edificios 2. No existían datos sobre las puertas, murallas o elementos sobre los que comenzar a construir un pasado que anclase físicamente la historia de las ciudades alicantinas. Sólo tímidamente, los castillos, moles que en el mejor de los casos, aún conservaban cierto alzado y monumentalidad, estaban en condiciones de inspirar a la ciudadanía ecos de su pasado. Poco a poco, y sobre todo con la llegada de las instituciones autonómicas a principios de los 80, el desarrollo de los servicios municipales de arqueología, y sobre todo, la salida de las primeras generaciones de arqueólogos formados profesionalmente en el ámbito universitario, la dinámica cambia de forma progresiva y las actuaciones se van sucediendo. Así ocurre en proyectos iniciados en el ya referido Castillo de Sax 3, en el

1

  Azuar Ruiz, R.: «De la restauración historicista», Castells, 6 (1996), pp. 3-4.   Bevià García, M.: «La salvaguarda de la porta Ferrisa», en Edificio Porta Ferrisa. Arquitectura contemporánea en Alicante. Alicante, 2012, pp. 14-19. 3   Azuar Ruiz, R.: Castellología medieval alicantina. Area meridional. Alicante, 1981. 2

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 1. El arqueólogo Jose María Soler en las excavaciones del patio del Castillo de la Atalaya en Villena (Museo Arqueológico de Villena)

Fig. 2. Vista aérea del Castillo de la Mola en Novelda (Ayuntamiento de Novelda)

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Fig. 3. Vista aérea del poblado fortificado almohade de Planes (Generalitat Valenciana)

Castillo de Villena, realizadas por J. M. Soler 4, en el Castillo de Petrer 5 o en el Castillo de la Mola 6 en Novelda en los años 80 del siglo XX. Los años 90 alumbran un nuevo número de fortificaciones urbanas y castillos que inician sus proyectos de intervención 4

 Consultar en Soler García, J. M., 1976: Villena: prehistoria, historia, monumentos. Alicante, 1981. 5   Navarro Poveda, C.: «Estudio del material cerámico islámico bajomedieval de Petrer», en Ayudas a la investigación, Instituto Juan Gil-Albert 1984/5. Arqueología, Etnografía II. Alicante, 1988, pp. 81-109. 6  Se deben consultar las obras de Navarro Poveda, C.: «Cerámicas valencianas bajomedievales aparecidas en el Castillo de la Mola», en I Congreso de Arqueología Medieval Española 5. Zaragoza, 1986, pp. 571-587; Navarro Poveda, C.: «Los niveles islámicos del Castillo de la Mola, Novelda (Alicante)», en II Congreso de Arqueología Medieval Española 3. Madrid, 1987, pp. 63-71; Navarro Poveda, C.:

Excavaciones arqueológicas en el castillo de La Mola (Novelda‑Alicante). II. Las cerámicas comunes (s. XIV‑XV), Monforte del Cid-Novelda, 1990; Navarro Poveda, C.: «Los castillos y el poblamiento en época bajomedieval en los valles del Vinalopó», en Fortificaciones y Castillos de Alicante. Valles del Vinalopó, II Jornadas de Fortificaciones y Castillos de Alicante. Petrer, 1991 y Navarro Poveda, C.: Excavaciones y restauración del Castillo de la Mola-Novelda. 1983-1990. Novelda, 1992.

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Fig. 4. Torre Gótica del Castillo de Cocentaina. Vista previa al proceso de restauración realizado en los años 90 del siglo XX

como, entre otros, el Castillo de Elda 7 en el año 1992, el Castillo de Planes 8 en el año 1995 o la Torre Gótica del Castillo de Cocentaina 9. 7

 Conviene consultar las obras de Poveda Navarro, A. M.: «Villa et castiello de Ella (Elda, Alicante) en el siglo XIII». Anales de la Universidad de Alicante. Historia medieval, 4-5 (1986), pp. 67-98, y Poveda Navarro, A.M.: «Aproximación al urbanismo medieval de Elda», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo medieval del País Valenciano. Madrid, 1993, pp. 105-134. 8  Conviene consultar Menéndez Fueyo, J. L.: «El Hisn de Planes (El Comtat, Alicante): Un recinto fortificado almohade en el tránsito al feudalismo». Castells, 5 (1995), pp. 13-28; y Menéndez Fueyo, J. L.: «La Puerta del Castillo de Planes (Alicante): Una aportación al estudio de las puertas en recodo de fortificaciones de ámbito rural en época almohade». Boletín de Arqueología Medieval, 9 (1996), pp. 153-179. 9   Para obtener más información, son imprescindibles las obras de Portela Borja, J. A.: «El Castell», en El Patrimoni Històric i Artístic de Cocentaina «La Seua Recuperació»: Les Intervencions Arquitectòniques i Arqueològiques, Cocentaina, 2003, pp. 123-143, acerca del proyecto arquitectónico, mientras que para la actuación arqueológica es conveniente seguir a Torregrosa Jiménez; P.: «El Palau Comtal de Cocentaina: nuevos datos arqueológicos para su estudio». Castells, 2 (1995), pp. 19-21. Finalmente, un excelente planteamiento de la construcción lo encontramos en Azuar Ruiz, R.: «El Castell de Cocentaina: una obra singular del gótico militar valenciano». Castells, 6 (1996), pp. 39-42.

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Hoy en día, treinta años después el panorama es radicalmente diferente, como no podía ser de otro modo, aunque esta relectura del proceso de documentación arqueológica a la servidumbre del proceso de restauración tiene evidentes lagunas que, a nuestro humilde entender, también queremos indicar por reiteradas y no correctamente resueltas. Si bien la comunicación entre arqueólogos, arquitectos, arquitectos restauradores, restauradores y profesionales implicados en la restauración de monumentos ha mejorado ostensiblemente en estos últimos 20 años, bien es cierto que aún no podemos calificarlo como dos disciplinas, condenadas a entenderse y que deben cabalgar juntas con el objetivo final de obtener un monumento más fiel a su proceso constructivo pero también más y mejor documentado. Precisamente éste, el de la documentación, ha sido el objetivo que toda la comunidad arqueológica alicantina dedicada a la arqueología medieval, ha perseguido de forma voraz en estos últimos diez años, período al que calificamos sin ninguno tipo de dudas como la «década prodigiosa» de la arqueología medieval alicantina. No nos engañemos con el término prodigiosa, podría mal entenderse. Sólo nos referimos con ello a un período de enorme actividad e investigación arqueológica, al pairo de los proyectos de restauración, que ha tenido y tiene sus luces y sombras y que precisa de una lectura crítica donde la parada técnica es el diagnóstico clínico más certero que podemos hacer en estos tiempos de post-burbuja constructiva. La Arqueología de intervención en las ciudades de Alicante La tremenda y compleja evolución de las ciudades alicantinas en los últimos 20 años, al socaire de una radical y agresiva promoción turística entregada al sol y playas, ha devenido en un paisaje urbanístico demoledor donde el patrimonio alicantino malvive en su mayor parte entre masas de bungalows, calles y centros sociales. Pero el afán urbanístico no sólo se ha centrado en explotar áreas hasta ahora poco pobladas. El corazón de las ciudades, sus cascos antiguos, han visto una profunda renovación de sus casas e infraestructuras en una búsqueda por detener el continuo éxodo de residentes en un entorno económico y social completamente deteriorado y abandonado. Las aprobaciones de planes especiales de protección en los ayuntamientos más importantes con cascos históricos con clara necesidad de intervención como Orihuela (1991), Elx (1998), Alcoi (2002), Alicante (2004), Denia (2012), han generado una actividad inusitada en los servicios arqueológicos municipales en esta última década. La ciudad de Alicante, como capital de la provincia, es uno de los casos más paradigmáticos de actuación, donde la Unidad de Conservación del Patrimonio Histórico y Artístico Municipal (COPHIAM) ha concentrado un enorme número de actuaciones dirigidas hacia la recuperación y restauración del Casco Histórico como 57

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Fig. 5. Vista aérea de las excavaciones en la Rambla de Alicante en el año 2002 realizadas por la empresa Arpa Patrimonio (Arpa Patrimonio)

hacia la adopción de nuevas infraestructuras para la ciudad que afectaban a áreas contenedoras de un potente patrimonio arqueológico 10. Destacarlas todas es imposible, ya que de una forma u otra, la mayor parte están ligadas a procesos de restauración, bien fomentados por las iniciativas privadas; bien promovidas por las instituciones públicas. La mayoritaria, la actuación pública nos ha dejado algunos ejemplos fundamentales para conocer el desarrollo de la ciudad de Alicante, como fue la actuación 11 promovida por la Consellería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte de la Generalitat Valenciana (COPUT) con el objetivo de determinar la presencia ya conocida de las primeras defensas pre-abaluartadas de la ciudad construidas bajo el mandato del Duque de Calabria en el año 1544, y cómo podían afectar a la construcción del colector anti-riadas que se estaba realizando por la Rambla de Alicante.

10

 Es necesario revisar los trabajos de Rosser Liminyana, P.: «El COPHIAM: Seis años de actividad arqueológica». LQNT, 1 (1993), pp. 9-75; Rosser Liminyana, P.: «La ciudad de Alicante y la arqueología del poblamiento en época medieval islámica». LQNT, 2 (1994), pp. 111-146; Rosser Liminyana, P.: «La arqueología medieval en la ciudad de Alicante: Estado de la cuestión». Castells, 3 (1993), pp. 21-26 y Rosser Liminyana, P.: «La ciudad de Alicante y la arqueología del poblamiento en época medieval islámica», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo medieval…, pp. 27-62. 11   Soler, L., Ortega, J.R., Simón, J. L.: «Excavaciones arqueológicas de salvamento en la Rambla (Alicante). Avance de los resultados». Castells, 8 (2002), pp. 59-68.

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Fig. 6. Fachada de la Basílica de Santa María mientras se realizaba la excavación en la cubierta (Archivo Gráfico MARQ)

En las excavaciones, realizadas por la empresa ARPA Patrimonio, apareció lo que conocemos como Torreón de San Francisco, también conocido como de las Capuchinas, una obra de casi 3 m de altura conservada con un excepcional diámetro de 21 m que presenta un anillo macizo de mampostería de 6 m de longitud que deja un espacio interior con unos 9 m de diámetro, medidas muy similares, como bien indican los responsables de los trabajos arqueológicos, a las descripciones del siglo XIX que se tenían del mismo y que nos hablaban de una estancia interior de «10 varas, 2 pies y 8 pulgadas» 12 que correspondían con una medida de 9 o 9,5 metros. Junto a él, aparecieron más de 30 metros de muralla con una anchura de 1,75 metros, y que cuenta con su foso y contraescarpa, construida en mampostería con mortero de cal en la que se ha documentado un alzado de más de 2 metros. Pero sin duda, una de las actuaciones emblemáticas en la documentación arqueológica medieval de la ciudad de Alicante ha sido la realizada en la cubierta de la Basílica de Santa María, el templo tardogótico y decano de la ciudad por excelencia,

12

  Ibíd., p. 62.

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Fig. 7. Trabajos de inventario de todos los contenedores cerámicos encontrados en los trabajos de la cubierta de la Basílica de Santa María de Alicante (Archivo Gráfico MARQ)

cuyos trabajos se emprendieron entre los años 1997 y 1998 y que vieron la luz en una exposición monográfica y que ha ofrecido un extenso catálogo 13 sobre la actuación y las conclusiones que allí se documentaron; y una más reciente, en el que se ha publicado todo el conjunto cerámico hallado en la cubierta, acompañado de un extenso conjunto de materiales 14. Pero la actuación, más allá de su originalidad —es la primera cubierta completa excavada en la Península Ibérica en un ejercicio de arqueología en el aire— y el amplio número de datos y materiales recuperados, permitió conocer al detalle el sistema constructivo del edificio, las fases en que se originó, el peculiar sistema de rellenos cerámicos y sus cambios en el uso del material adecuado, así como en la manera de producirse

13

  Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta. Arqueología, Arquitectura y Cerámica, Catálogo de la exposición. Alicante, 2005. 14   Menéndez Fueyo, J. L.: La cerámica medieval de la Basílica de Santa María de Alicante. Arqueología, arquitectura y cerámica de una excavación arqueológica insólita en España. BAR British Archaeological Reports, International Series, 2872. Oxford, 2012.

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Fig. 8. Vista general de la excavación arqueológica en la cubierta de la Basílica de Santa María de Alicante (Archivo Gráfico MARQ)

el cierre de cada uno de los tramos de la bóveda del edificio. Los resultados fueron de una inestimable ayuda para el proyecto arquitectónico de restauración, dirigido por el arquitecto M. Bevià y para la planificación de las siguientes fases de intervención arqueológica como paso previo a la redacción de los programas de restauración, protocolo de funcionamiento que creemos más correcto a seguir a la hora de enfrentarse con un edificio histórico. La fase III, realizada en los años 2000-2001, permitió documentar las cimentaciones del edificio, y documentar fases arqueológicas previas a la construcción del primer templo gótico, levantado después de la conquista cristiana a partir de 1260 y cuya fachada aún se conserva en el subsuelo del actual solar donde se levanta el templo tardogótico 15. Idéntico ejemplo de profusa y correcta combinación de documentación arqueológica y restauración lo encontraríamos en las excavaciones realizadas en la calle Villavieja con el objetivo de descubrir y documentar los restos de la Puerta Ferrisa, primer acceso de la ciudad y fechado en época islámica. En este caso, la documentación arqueológica ha tenido la suerte de ir acompañada de la construcción de un nuevo edificio para las

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  Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada en su castillo. Alicante, 2012, pp. 128-132.

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Fig. 9. Trabajos de conservación preventiva de los contenedores cerámicos realizados en la cubierta de la Basílica de Santa María previos a su levantamiento. (Archivo Gráfico MARQ)

Fig. 10. Vista general de la integración de los restos de la Puerta Ferrisa en el nuevo edificio de oficinas municipales (Ayuntamiento de Alicante)

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Fig. 11. Vista aérea de las obras en el solar interior del antiguo Hotel Palas, hoy sede de la Cámara de Comercio de Alicante (Ayuntamiento de Alicante)

oficinas de la Agencia Local de Desarrollo y los Servicios Jurídicos municipales que ha incorporado en su estructura los restos de la puerta 16. Un tercer ejemplo interesante de documentación arqueológica relacionada con la restauración arquitectónica ha sido el caso del antiguo hotel Palas, reconvertido desde el año 2003 en la sede y oficinas de la Cámara de Comercio de Alicante. Si bien los restos documentados, de gran relevancia para la historia de la ciudad, no han sido susceptibles de ser incorporados al proyecto de rehabilitación del edificio, los datos extraídos de las cuatro actuaciones realizadas en el solar interior del edificio, revelaron la existencia de los niveles de arena de la playa bajomedieval de los siglos XIV-XV, don-

16

  Rosser, P., Borrego, M., Fuentes, C.: «Urbanismo islámico y arqueología del entorno de la porta Ferrisa: la Mad¶na Laqant», en Edificio Porta Ferrisa. Arquitectura contemporánea en Alicante. Alicante, 2012, pp. 21-41.

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Fig. 12. Resto de las cuadernas de embarcación y postes de sujección de barcas pertenecientes a un pequeño arsenal descubierto en el solar del antiguo Hotel Palas de Alicante (López Serrano, A., Valero Climent, D., 2007)

de se detectó una estructura de grandes dimensiones, interpretada como el malecón relacionado con las estructuras portuarias de la villa medieval de Alicante. También se contabilizaron hasta 12 elementos de restos de madera pertenecientes al proceso de construcción de embarcaciones —cuadernas, varengas y travesaños—, que permitieron constatar la existencia de un taller para la construcción de embarcaciones 17, algo nunca documentado hasta la fecha en la arqueología urbana alicantina. Otro gran conjunto patrimonial urbano es, sin duda, la ciudad de Orihuela, enclave con un importantísimo y amplio casco histórico, con múltiples edificios históricos, públicos, privados y eclesiásticos, con los consiguientes problemas de conservación y mantenimiento dada la cercanía del río Segura. Los programas de restauración y conservación vienen desde lejos y, quizás, sólo ahora, después de muchos años de intervenciones, comenzamos a vislumbrar la enorme tarea realizada. 17

 Consultar López Serrano, A., Valero Climent, D.: «Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (4.ª actuación)», en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante. 2007. Alicante, 2007 (ed. CDRom), y López Serrano, A., Valero Climent, D: «Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (Fase III)», en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante. 2007. Alicante, 2007, (ed. CD-Rom).

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En un solar urbano de tan complejas características, las actuaciones realizadas bajo la supervisión del Museo Arqueológico Comarcal han permitido crecer de manera exponencial en el conocimiento de la evolución histórica de la ciudad con hallazgos de una calidad e importancia fundamental 18. Son los casos de las excavaciones realizadas en el solar del Palacio de Pinohermoso en el año 1987, motivadas por la construcción de la Biblioteca Pública Fernando de Loaces, donde se documentaron un importante conjunto de viviendas estructuradas en torno a patios centrales 19; la excavación en la torre de la Catedral de Orihuela en el año 1992, donde la actuación permitió documentar las diferentes fases de construcción y reforma de la torre 20; la excavación en la Plaza Teniente Llinares en 1999, que vino motivada por la construcción de un edificio que alberga actualmente una serie de dependencias comunicadas con el Hotel Meliá Boutique Palacio de Tudemir, y que permitió descubrir una excepcional necrópolis islámica con enterramientos con varias maqâbirîyas y dos monumentos funerarios de sillería 21. La enorme nómina de actuaciones nos impide mostrarlas todas, pero este breve repaso no estaría completo sin comentar la excepcional excavación realizada por la arqueóloga M.ª C. Sánchez Mateos en la Casa del Paso, entre los años 1997 y 1999 sobre un solar de 2.228 metros cuadrados para albergar el edificio Las Salesas, perteneciente al campus de la Universidad Miguel Hernández d’Elx 22. El conjunto monumental fue de tan extraordinario y de tanto calibre que se modificó el proyecto arquitectónico paras albergar en el subsuelo el Museo de la Muralla, en el que se puede contemplar una buena parte del recinto amurallado de la ciudad con cuatro de sus torres, datado en época almohade con algunas reformas realizadas en el siglo XIV. Asimismo, se documentaron unos baños, que conservan la sala fría el (bayt al-barid ), la templada (bayt al-wastan¶ ) y la sala caliente (bayt al-sajun) 23, junto a una serie de viviendas de época 18

 Consultar las obras de Diz Ardid, E.: Arqueología urbana de Orihuela (S. X al XVIII). Orihuela, 1988 y Diz Ardid, E.: «Espacios urbanos en la Orihuela medieval», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo Medieval…, pp. 157-195. 19   Ver en Diz Ardid, E.: Espacios urbanos en la Orihuela medieval…, pp. 170-171. 20   Ibíd., p. 180. 21   Ver el trabajo de Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: «Excavaciones en el solar de la Casa del Paso (Orihuela). Estudio preliminar». Alquibla, 5 (1999), pp. 313-331. 22   Para más información consultar los trabajos de Sánchez Mateos, M.ª C.: «Casa del Paso. Orihuela», en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante, 2000. Alicante, 2000 (ed. CD-Rom), Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: «Els Banys àrabs de la ciutat d’Oriola». El Tempir, VIII, 18 (2000), pp. 38-9 y Sánchez Mateos, M.ª C.: «Avance al estudio de la muralla medieval de Orihuela. El tramo del río en las excavaciones del solar Casa del Paso». Cuadernos de Historia y Patrimonio Cultural del Bajo Segura, 1 (2008), pp. 57-71. 23  Como en muchas obras generales, un detalle de las denominaciones aparece en la obra de Azuar Ruiz, R., López Padilla, J. A., Menéndez Fueyo, J. L.: Los baños árabes de Elche. Elche, 1998, espec. p. 31.

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Fig. 13. Vista general de las excavaciones en lo que después será el edificio de Las Salesas (Museo Arqueológico de Orihuela)

Fig. 14. Vista parcial del interior de la excavación del Museo de la Muralla en Orihuela (Museo Arqueológico de Orihuela)

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Fig. 15. Restos de los pilares del bayt al-sajun del baño islámico de Las Salesas (Museo Arqueológico de Orihuela)

almohade y un palacio gótico, que la investigación ha identificado con el Palacio del Infante Fernando de Aragón, Señor de Orihuela en la segunda mitad del siglo XIV 24. Pero las actuaciones, lejos de detenerse en el solar de Las Salesas, han ido creciendo en la última década. Así tenemos el caso de la actuación en el impresionante solar de más de 1.000 metros cuadrados del Palacio del Marqués de Arneva, edificio del siglo XVIII, en el que se localizó una parte de una barriada residencial de época almohade y donde en el año 2000, la empresa Arpa Patrimonio localizó una residencia islámica de gran tamaño dotada de patio con alberca al que da un pequeño salón junto a una zona definida como área de cocina 25.

24

 Consultar Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: Excavaciones en el solar…., p. 325.  Revisar el trabajo de Esquembre Bebia, M. A., et alii: «Vivienda y trama urbana de época islámica en el sur de Alicante», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila. II Jornadas de Arqueología Medieval. Alicante, 2004, pp. 59-81, espec. p. 77. 25

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Fig. 16. Vista parcial del bayt al-sajun del baño islámico del Convento de Santa Lucía en Elche (Archivo Gráfico MARQ)

También podemos destacar casos recientes en el valiososo patrimonio eclesiástico oriolano, como la intervención en la portada gótica del siglo XV de la Iglesia de Santiago, donde se documentó la cimentación y escalinata de acceso a la iglesia, una obra de mortero de cal y sillería, que conservaba dos escalones bajo el pavimento actual 26. O el caso más reciente del antiguo hospital San Juan de Dios, edificio de propiedad municipal desde el siglo XIX, cuyo origen se remonta al año 1610, cuando la Cofradía del Corpus aglutina en el emplazamiento actual los tres hospitales-hospicios con que contaba la ciudad de Orihuela para atender a enfermos, huérfanos y expósitos 27. La construcción de un nuevo Centro de Salud a espaldas de este edificio, conllevó su definitivo abandono. El 26

  Ver el artículo de Diz Ardid, E.: «Reurbanización e integración del Centro Histórico, Fase II», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2006. Alicante, 2006 (ed. CD-Rom). 27  Consultar el artículo de Yus Cecilia, S.: «Biblioteca Pública Municipal y Archivo Histórico. C/. Hospital, 5 esquina Pl. de la Salud, s/n», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2011. Alicante, 2011 (ed. CD-ROM).

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Fig. 17. Palacio de Altamira. Vista general de la puerta de época mardanisí encontrada en las excavaciones del Patio de armas (Alebus Patrimonio Histórico S.L)

Ayuntamiento, viendo el deterioro del antiguo hospital, convocó un concurso público para la transformación del edifico en Biblioteca y Archivo Municipal. Esta rehabilitación suponía un cambio de uso pero conservando la estructura del edificio, que está catalogado y protegido dentro del PGOU. Por tanto, la excavación en el subsuelo fue mínima, ya que únicamente se intervino para consolidar y reforzar los muros, realizándose tan sólo rebajes de 0,50 metros de profundidad respecto al nivel de circulación que afectaban a toda la superficie. Los resultados obtenidos a partir de la intervención han sido muy valiosos, ya que se han constatado algunas características de las fases de ocupación previas a la construcción del inmueble actual en el siglo XVIII que eran totalmente desconocidas, destacando el hallazgo de piezas de columnas cuyos capiteles y basas en las cimentaciones y rellenos del pórtico, que se han podido datar en el siglo XVII, con paralelos en el Corral de Comedias de Almagro, que tiene esta cronología 28. Un desarrollo muy similar es el documentado en la ciudad de Elche, donde desde el año 1997 hasta la actualidad, la actividad arqueológica vinculada a los proyectos de restauración ha sido intensa y fructífera 29. Abre el fuego la completa intervención en 28

  Ibíd.   Previamente podemos citar actuaciones importantes pero menos sostenidas en el tiempo como la realizada por R. Ramos en 1987 junto a la Explanada del Palacio de Altamira (Ramos Fernández, R., Pérez Molina, T.: «Excavaciones arqueológicas en la muralla medieval de Elche». Pobladores de 29

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los Baños Árabes de Santa Lucía desarrollada por el arqueólogo J. A., López Padilla, que conllevó la documentación arqueológica de las diferentes salas que componen el edificio y que las reformas que lo integraron en el convento mercedario en época gótica y renacentista habían ocultado 30. A partir de ese momento, las actuaciones se suceden de forma continuada y progresiva 31. Entre todas las actuaciones debemos destacar, desde luego, la realizada en el recinto amurallado de la ciudad y, por ende, en el Palacio de Altamira, antiguo alcázar feudal de la ciudad y sobre el que se emprendió un potente proyecto de restauración con vistas a albergar el actual Museu d’Història i Arqueologia d’Elx (MAHE), y que obligó a una profunda intervención arqueológica llevada a cabo entre los años 2001-2002 y que reveló que su origen, en lugar de hallarse en la época almohade, como se había venido manteniendo en diferentes estudios 32, habría que llevarlo entre finales del siglo X y mediados del siglo XI para ser reformada en época almorávidemardanisí 33. Además, el estudio reveló que no existió alcázar hasta los estertores de la conquista cristiana por las tropas aragonesas y que en su lugar, se disponía una puerta

Elche, 10 (1988), pp. 41-59) o las realizadas por las arqueólogas M. Borrego y R. Saranova en la Casa del Cort en el año 1989 (Borrego Colomer, M., Saranova Zozaya, R.: «La ciudad islámica de Elche. Fortificación y espacios urbanos». Boletín de Arqueología Medieval, 4 (1990), pp. 173-193 y Borrego Colomer, M., Saranova Zozaya, R.: «La ciudad islámica de Elche. Fortificación y espacios urbanos», Pobladores de Elche, 18 (1996), pp. 23-36. 30  Consultar Azuar Ruiz, R., López Padilla, J.A., Menéndez Fueyo, J.L.: Los baños árabes de Elche. Elche, 1998. 31  Entre otras actuaciones es necesario consultar el artículo sobre el alfar islámico de Elche en Azuar Ruiz, R., Menéndez Fueyo, J. L.: «El Alfar islámico de Elche (Alicante) (siglos XI-XIII)», en II Congreso de Arqueología Peninsular. Zamora, 1999, pp. 679-690, así como diversos trabajos sobre las excavaciones en la muralla islámica como Martínez Carmona, A.: «Excavación del yacimiento arqueológico Cases de la Mare de Deu – Diagonal Traspalacio (Elche, Alicante)». Castells, 7 (1997), pp. 37-48, Belmonte Mas, D., López Seguí, E.: «Un nuevo tramo de la muralla islámica de Elche descubierto a raíz de la redacción del proyecto de construcción de un aparcamiento en la ladera este del río Vinalopó», en XXV Congreso Nacional de Arqueología. Valencia, 1999, pp. 33-36, López Seguí, E.: «L’Alcasser de la Senyoria», en Castillos y torres en el Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 175-180, López Seguí, E.: «Las murallas de Elche», en Castillos y torres…, pp. 165-174, López Seguí, E., Valero Climent, A., Asensi Langlois, P.: «La muralla islámica de Elche. Nuevas aportaciones». Castells, 8 (2002), pp. 39-46, López Seguí, E. et alii: «Reflexiones en torno a la evolución histórica de Elche a partir de la excavación del solar de les Cases de la Mare de Déu, Castells, 8 (2002), pp. 47-58 y López Seguí, E. et alii: «Elche medieval: la evolución de su sistema defensivo», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 33-58. 32   Hay que consultar Borrego, M., Saranova, R.: La ciudad islámica de Elche…, pp. 173-193 y Borrego, M., Saranova, R.: La ciudad islámica de Elche…, pp. 23-36. 33   López Seguí, E. et alii : Elche medieval…, p. 55.

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Fig. 18. Vista de las excavaciones en la Replaceta Fregassa en la ciudad de Elche (Alebus Patrimonio Histórico S.L)

monumental de entrada a la ciudad desde el río, de abertura en recto en el muro, de 8 metros de luz y 3,4 metros de anchura, con arco de medio punto con alfiz, que daba acceso a una rampa en trayectoria en codo para ingresar al recinto. Esta puerta estaba defendida y adosada a la actual Torre del Homenaje, cuyas plantas inferiores son de fábrica de tapial 34. Junto a la profusa documentación del recinto amurallado, hemos de destacar interesantes avances en el conocimiento del urbanismo interno de la medina ilicitana y, en concreto, de sus áreas residenciales y de enterramiento. Al primer grupo pertenecería la actuación realizada en la Replaceta de la calle Fregassa y la calle Obispo Tormo, dirigidas por E. J. López Seguí, en el que se descubre la existencia de un palacio islámico de época almohade, con un patio porticado de grandes dimensiones, presidido por una pequeña fuente polilobulada cuyas aguas son recogidas por una balseta en forma

34

  Ibíd., p. 44 y Azuar Ruiz, R.: «Arqueología de al-Andalus en la primera década del siglo XXI en Alicante», en Arqueología en Alicante en la primera década del siglo XXI, II Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino (MARQ, 26-27 noviembre de 2012), original mecanoescrito. Alicante, 2013.

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Fig. 19. Vista parcial del Convento de la Merced de Elche (Archivo Gráfico MARQ)

de estrella de ocho puntas 35; o la realizada en el Convento de la Merced, uno de los edificios más emblemáticos del patrimonio ilicitano y que se corresponde con un edificio concebido en el siglo XVIII con reformas de los siglos XIX y XX. La restauración de 35

 Es necesario consultar López Seguí, E. et alii : «Plaza de Santa Isabel. Elche», en Actuaciones arqueológicas en la Provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom), López Seguí, E. et alii : «Replaceta de la Fregassa y calle Obispo Tormo (Elche)», en Actuaciones arqueológicas en la Provincia de Alicante, 2003. Alicante, 2003 (ed. CD-Rom) y el artículo de Esquembre Bebia, M.A., et alii : «Vivienda y trama urbana de época islámica en el sur de Alicante», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 70-72.

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Fig. 20. Inscripción islámica fechada en el año 1068 aparecida en las excavaciones de Traspalacio en la muralla de la ciudad de Elche (Alebus Patrimonio Histórico S.L.)

este enorme conjunto patrimonial en el que se conservan los baños árabes, los restos de la iglesia gótica y el claustro de principios del XVIII, ha permitido emprender unas actuaciones previas a la intervención, dirigidas por E. López Seguí, que han permitido recuperar importantes vestigios como el pavimento de cantos rodados que podría corresponder con el nivel de circulación del claustro del siglo XVI, bien conservado y que presenta una decoración interesante con motivos geométricos 36. En el segundo 36

  Ver el trabajo en López Seguí, E.: «Convento de la Merced. Zonas: panda norte del claustro y huerto y estancias perimetrales», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante – 2011. Alicante, 2011, (ed. CD-Rom).

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grupo, el referente a la arqueología de la muerte, destacaríamos las áreas de necrópolis islámicas documentadas frente a Cases de la Mare de Deu - Traspalacio, a extramuros del recinto defensivo, donde además apareció una inscripción fechada en 1068 37; y la zona situada frente a los baños árabes de Santa Lucía y junto a la puerta Lucentina que dirigía el camino hacia Alicante, protegida por la monumental Torre de la Calahorra fechada en época almohade 38. La intensidad de la documentación arqueológica tampoco decrece en esta última década, si nos trasladamos a la ciudad de Alcoy, la cual, al amparo de la publicación de la Ley 4/98, en su artículo 62, ha obligado a los promotores urbanísticos, sean públicos o privados, a sufragar actuaciones arqueológicas previas a cualquier proyecto de reurbanización o de restauración en el perímetro del casco histórico de la ciudad 39. De esta forma, desde el año 1998, se han registrado más de 25 actuaciones arqueológicas en la ciudad frente a las escasas intervenciones o nulas intervenciones sostenidas antes de la irrupción de la ley. Las informaciones obtenidas han revelado interesantes datos sobre el pasado medieval de la ciudad pero ninguno acerca de su posible origen islámico 40. En cambio, sí que han sido importantes para el estudio del recinto amurallado de la ciudad los hallazgos en la Torre Na Valora, donde los materiales de la zanja de fundación han ofrecido unas fechas situadas en la segunda mitad del siglo XIII, más concretamente, entre los años 1274-1276, momento en que la villa se encuentra en manos del almirante Roger de Llúria y su familia, dueños de un importante señorío territorial 41. Además, las excavaciones han permitido descubrir una barbacana que protegía el perímetro que debió agregarse hacia el año 1360 para reforzar la capacidad defensiva de la torre-portal en tiempos de los conflictos con Castilla 42. Mismos resultados se obtienen en otros puntos de la ciudad, sobre todo, en el arrabal o Pobla Nova de Sant Jordi, donde las actuaciones arqueológicas han permitido descubrir varios fragmentos de la cerca medieval —70 metros casi continuos— en la

37  Consultar el excelente trabajo de Barceló Torres, M. C., López Seguí, E.: «Estela funeraria del siglo XI y el crecimiento urbano de Elche (Alicante)». Marq, Arqueología y Museos, 1 (2006), pp. 69-83. 38  Consultar la obra de Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante. León, 1995, p. 26. 39  Consultar el artículo de Torró Abad, J., Segura Martí, J. M.: «Arqueología urbana en Alcoi: los datos del subsuelo». Reçerques del Museu d’Alcoi, 17-18 (2008-2009), pp. 7-66, espec. p. 7. 40   Ibíd., p. 60. 41  Consultar el trabajo de Guinot i Rodríguez, E.: «La creació de les senyories en una societat feudal: el Regne de València (segles XIII-XIV)». Revista d'historia medieval, 8 (1997), pp. 79-108. 42  Consultar los artículos de Torró i Abad, J.: «Alcoy. Arqueología medieval y moderna», en Alcoy, Arqueología y Museo. Alicante, 2006, pp. 76-77 y Torró Abad, J., Segura Martí, J. M.: Arqueología urbana en Alcoi…, p. 60.

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Fig. 21. Vista general de los restos de la muralla medieval de Alcoy con la Torre de Na Valora y el Portal de Riquer en primer plano (Museo Arqueológico de Alcoy)

zona cercana al Portal de Riquer y la torre de n’Aixa 43. En referencia a las informaciones sobre el urbanismo interior, las cosas son mas complicadas, pudiendo recuperar en los trabajos arqueológicos datos significativos del primer templo de la ciudad ubicado en la iglesia de Santa María, donde se han puesto al descubierto muros y columnas del testero, restos del retablo mayor y una buena cantidad de piedras de sillería labrada como una clave perteneciente a la desaparecida bóveda de crucería del siglo XV con el escudo de las armas reales del Reino de Valencia en losange 44. Por último, las excavaciones realizadas en el área del Ravall Vell, en concreto en los solares existentes entre las calles Barbacana y Piló, descubrieron el lienzo defensivo que unía el torreón de la Andana —Placeta de les Xiques— con el desaparecido Palacio de los Llúria, la domus levantada junto al perímetro amurallado de la villa y que posteriormente fue convertido en el claustro del posterior Convento de San Agustín y en la actual Plaza de Dins 45.

43

  Ibídem.   Ibíd., pp. 55 y 62. 45  Consultar las obras de Santonja Cardona, J. L.: Alcoi, Sociedad, Fiestas, Devociones, Iconografía. Alcoi, 2001, p. 213, Torró i Abad, J.: Alcoy. Arqueología medieval y moderna…, p. 84 y Menéndez Fueyo, J. L.: «Construere in vila : Vilajoiosa y las poblas de fundación feudal en el Sur del Reino de Valencia (ss. XIII-XIV)», en La Vila Joiosa, Arqueologia i Museu, Catálogo de la exposición. Alicante, 2011, pp. 222-241, espec. p. 234. 44

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Fig. 22. Clave de bóveda con las armas reales del Reino de Valencia en losange aparecida en las excavaciones en el Casco antiguo de la ciudad de Alcoy (Museo Arqueológico de Alcoy)

Fig. 23. Restos restaurados de la muralla medieval de Villena (Arpa Patrimonio)

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Por último, en este apartado dedicado a las ciudades debemos mencionar la ciudad de Villena, núcleo medieval vinculado a Don Juan Manuel y enclave fronterizo fundamental en las eternas disputas territoriales entre Aragón y Castilla durante buena parte del siglo XIV. La creciente preocupación por la recuperación de su castillo, del que después hablaremos, y las consabidas mejoras estructurales del urbanismo actual, han impulsado los trabajos de documentación arqueológica como pasos previos a la rehabilitación y puesta en valor de espacios residenciales ubicados en perímetro del casco histórico, espacio que ahora hemos ido conociendo mejor gracias a la arqueología que ha puesto a la luz buena parte de un recinto que, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, partía del castillo de La Atalaya y rodeaba parte de la ciudad, dejando extramuros el actual barrio del Rabal 46. Este sistema defensivo se fue deteriorando debido a su menor utilidad militar, lo que hacía que sus continuos desmoronamientos no fueran reparados. Un último desplome producido en septiembre del año 2000 acabó de decidir al Ayuntamiento de Villena, a través de su Departamento de Obras y Urbanismo, a redactar un proyecto técnico de consolidación y restauración de los dos únicos tramos conservados y que iban a permitir descubrir el perímetro amurallado de una ciudad que, hasta ahora, sólo contemplaba las murallas en su castillo señorial. El proyecto contemplaba como actuaciones previas la limpieza superficial del solar municipal y una documentación gráfica previa a los trabajos arqueológicos llevados a cabo por la empresa Ilicitana de Excavaciones y Demoliciones (Ilidex S.A.) que reveló una muralla de encofrado de tapial sobre un zócalo de mampostería que mostraba una altura máxima cercana a los 2,10 metross 47. La arqueología de intervención en las fortificaciones El otro gran bloque constructivo donde ha puesto sus miras la restauración ha sido en las fortificaciones y castillos de nuestra provincia, uno de los territorios con mayor número de ejemplos que existen en la Comunidad Valenciana. Si decíamos que en las ciudades existía una amnesia histórica para identificar los elementos de patrimonio que han conformado nuestra memoria, en el caso de las fortificaciones la situación es diferente, ya que existe una enorme vinculación de las poblaciones alicantinas con sus castillos y fortificaciones. En una tierra que respira fiestas ancladas en una tradición medieval, se podrá negar la existencia de restos históricos en el perímetro urbano, pero se le da todo el crédito a las ruinas de sus torres y murallas elevadas en el cerro más cercano.

46

 Consultar Tendero Fernández, F., López Seguí, E.: «Tramo 1. Muralla de Villena», en

Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom) 47   Ibíd.

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Esta situación ha ayudado extraordinariamente a considerar a los castillos primero, como emblemas y estandartes de la historia local y, después, como oportunidades de desarrollo turístico, sobre todo en las comarcas del interior, donde la ausencia de playas obliga a buscar otros atractivos para atraer al visitante. Esto explicaría el enorme auge que los proyectos de restauración y puesta en valor ha tenido en las últimas dos décadas solicitados en su mayor parte por las corporaciones locales, incapaces en sus presupuestos de acometer las obras que exigen estos monumentos de piedra. En este sentido, si ha habido un proyecto que haya agotado todos los pasos desde su proyección, ejecución y difusión ha sido el Castillo de Castalla, proyecto que inició su andadura hace 28 años cuando la corporación municipal inició las oportunas conversaciones con la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano de la Consellería de Cultura y Educación de la Generalitat Valenciana, dentro de la política general de rehabilitación de los monumentos y castillos más singulares del territorio valenciano 48. Fruto de esa primera colaboración sería la elaboración del Estudio Previo de Restauración y consolidación del Castillo de Castalla que fue encargado en el año 1985 al arquitecto M. Bevià y redactado junto al documentalista E. Camarero Casas y con el asesoramiento científico del arqueólogo medievalista R. Azuar Ruiz, donde se establecieron los primeros criterios y plan de trabajo de la futura puesta en valor de este monumento singular. Apreciamos aquí, desde el primer momento, la necesaria dualidad entre Arquitectura y Arqueología, al mismo nivel, respondiendo a la creencia firme y consolidada de que no hay restauración, no hay intervención en un edificio histórico si no va acompañada de una exhaustiva y rigurosa documentación que afecta principalmente a la Arqueología como fuente básica de conocimientos. Sin una de ellas, el conocimiento que hubiésemos tenido de la historia de Castalla y su castillo sería el de un testigo mudo, vacío, una historia formada por unas piedras queridas por su pueblo, pero cuya memoria se había perdido con el paso de los siglos 49. La arqueología en este sentido aportó, por ejemplo, el conocimiento de la planta de la domus maior con un sistema de ingreso dotado de compartimentación pasiva, que era completamente desconocido en este tipo de obras 50. También los hallazgos en 48

 Revisar la obra coral coordinada por Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla. Arqueología, arquitectura e historia de una fortificación medieval de frontera. Alicante, 2010. 49  Consultar el artículo de Menéndez Fueyo, J. L., et alii : «El Castell de Castalla. 25 años de un proyecto de recuperación en una fortificación medieval de frontera (1985-2010)», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 15-18. 50  Revisar el capítulo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas del poder feudal en la provincia de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J.R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 31-61.

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Fig. 24. Vista general del Castillo de Castalla después de los trabajos de restauración (M. Bevià)

Fig. 25. Detalle de la integración de los restos originales con los actuales en el patio de armas de la domus maior del Castillo de Castalla (M. Bevià)

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Fig. 26. Detalle del inicio del sistema de acceso compartimentado de la domus maior del Castillo de Castalla (Archivo Gráfico MARQ)

la alcazaba y en el aljibe del patio permitieron establecer una visión más completa del recinto 51, obligando a modificar el planteamiento inicial de la restauración, que pensaba en una actuación consolidatoria de las piezas arquitectónicas, optando por realizar una restauración analógica, en donde se unían los conceptos tradicionales contrapuestos en la restauración: la complementariedad entre lo nuevo y lo viejo y la diferenciación clara de las arquitecturas, utilizando un lenguaje moderno para la intervención, cons-

51

 Revisar el trabajo de Ortega, J. R., Esquembre, M. A.: «Intervención arqueológica en el interior del recinto fortificado del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 61-106.

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Fig. 27. Vista panorámica del Castillo de la Atalaya de Villena (Ayuntamiento de Villena)

truyendo una obra nueva junto con la existente y formando una nueva unidad entre las dos partes, siguiendo para ello las recomendaciones de las diversas Cartas del Restauro y la normativa patrimonial vigente 52. Pero otros muchos proyectos han seguido la misma senda que el de Castalla, como es el caso del imponente Castillo de la Atalaya de Villena, un monumento que en los últimos años ha generado una avalancha de actuaciones por fases, que está permitiendo la conservación de una de las fortalezas señeras del territorio alicantino como es Villena. Las dos primeras fases se centraron en recuperar el interior de la excepcional Torre de Homenaje, que tiene sus orígenes en los arcos mixtilíneos de época almohade que se encuentran en su planta baja 53. En la actualidad, la tercera fase de trabajos se ha centrado en todo el perímetro amurallado y en el patio interior de la fortaleza, siendo subvencionados en un 75% por el Ministerio de Fomento y dirigidos por el arquitecto J. Roselló y los arqueólogos L. Hernández y L. Pérez, Directora y técnica del Museo de Villena, y M. A. Esquembre Bebia y F. Martínez, pertenecientes a la empresa ARPA Patrimonio 54. Los trabajos 52

  Ver el trabajo de Bevià García, M.: «La intervención arquitectónica en el Castell de Castalla (2003-2006)», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 19-30. 53  Consultar Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 48-50. 54   Agradecemos a los responsables del proyecto, tanto a los ejecutivos como a la empresa Arpa Patrimonio, el que nos hayan permitido visitar las obras y realizar algunas fotografías de los trabajos efectuados que esperamos sean parte de una gran y merecida publicación sobre esta fortaleza señera de la provincia de Alicante.

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Fig. 28. Trabajos de excavación del gran edificio descubierto en el patio de armas del Castillo de la Atalaya de Villena en los trabajos realizados por la empresa Arpa Patrimonio (Autor)

arqueológicos han sido un ejemplo más de las posibilidades que la arqueología ofrece para mejorar las estrategias y pasos a seguir en el proyecto de restauración ya que pueden, como en el caso de Castalla, modificar planteamientos previos y orientar más adecuadamente la restauración. Los resultados, por recientes, aún son preliminares, pero arrojan una cantidad de datos muy interesante para la investigación. Por ejemplo, la excavación ha permitido descubrir en el patio un gran edificio descubierto en el frente E, que por su gran envergadura, hace pensar a los investigadores que se utilizaría para realizar grandes reuniones 55; así como un taller de cantería que adaptaba y reutilizaba elementos arquitectónicos de otros edificios e incluso proyectiles como material de relleno en aquellos puntos donde el recinto muestra refecciones en un ejemplo muy interesante de «reciclaje» no conocido hasta ahora. Otra fortaleza que ha ofrecido importantes novedades en estas dos últimas décadas es el Castillo de Santa Bárbara de Alicante, donde el número de actuaciones se han multiplicado al tener que albergar en su interior el nuevo montaje expositivo del Museo de la Ciudad (MUSA). La necesaria rehabilitación de diferentes espacios del castillo ha propiciado una cascada de actuaciones, dirigidas por el arquitecto M. Bevià, donde la arqueología ha tenido un protagonismo fundamental, como en el caso de las intervenciones en el Albacar d’Enmig, donde los trabajos de la arqueóloga S. Yus y la empresa ARPA Patrimonio han permitido descubrir el primer sistema de ingreso al castillo, sugerido hace unos años por el arquitecto M. Beviá a la fortificación principal a

55

  Así ha aparecido de forma reciente en los medios de prensa escrita como parte de las conclusiones preliminares de la actuación.

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Fig. 29. Detalle de la puerta descubierta en el Torreón de Sant Jordi durante los trabajos de restauración llevados a cabo en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante por la empresa Arpa Patrimonio (M. Bevià)

través de la Torre de Sant Jordi, en el frente Oeste del cerro 56 y parcialmente descubierto en su primer tramo por la arqueóloga R. Saranova en la actuación de salvamento del Lienzo O de la muralla del monte Benacantil 57. El acceso se sitúa en el lienzo murado septentrional que viene a coincidir con el extremo exterior de la muralla del Albacar d’Enmig, esta torre-puerta constituye el principal elemento defensivo entroncando 56

  Ver el artículo de Bevià García, M.: «La Torre de Sant Jordi y el sistema de accesos al castillo medieval de Alacant». Castells, 5 (1995), pp. 48-56. 57  Consultar los trabajos de Saranova Zozaya, R.: «Lienzo Oeste de la muralla del monte Benacantil», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002, Alicante, 2002 (ed. CD-Rom) y Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada en su castillo. Alicante, 2012, p. 50.

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Fig. 30. Alzado de la Torre de Santa Caterina en el Albacar d’Enmig del Castillo de Alicante realizado por la arqueóloga S. Yus para la empresa Arpa Patrimonio (M. Bevià y S. Yus)

el acceso procedente de la Vila vella a través de la Puerta del Cencerro, una poterna ubicada en una de las cortinas situadas en el frente N de la fortificación, con el cierre defensivo del castillo mostrando una puerta con un corredor bajo la torre, un acceso propio de las defensas de lança y escudo 58, una solución que ya ha sido mostrada en otras fortificaciones alicantinas como el Castillo de Planes 59 como ha demostrado la actuación arqueológica realizada hace muy poco tiempo que ha permitido confirmar las propuestas realizadas 15 años antes 60. 58

  Ver Bevià García, M., 1995: La Torre de Sant Jordi…., p. 54.   Ver Menéndez Fueyo, J. L.: «La Puerta del Castillo de Planes (Alicante): Una aportación al estudio de las puertas en recodo de fortificaciones de ámbito rural en época almohade». Boletín de Arqueología Medieval, 9 (1996), pp. 153-179. 60   Ver el artículo de Beviá, M., Yus, S., Giner, M.: «Intervención restauratoria e investigación histórica. El sistema de accesos al castillo medieval de Alicante». MARQ, Arqueología y Museo, 4 (2010), pp. 89-119. 59

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Y ha sido así gracias al Este sistema de acceso dotado de tablacho tapiador 61 se verá colmatado y modificado a partir del proceso de transformación del castillo previo a su transformación en época moderna. Lo mismo se nos alcanza a constatar en la Torre de Santa Caterina, una bestorre de varias plantas abierta hacia el interior de la fortaleza y situada en el tramo central de la muralla del Albacar d’Enmig, que podríamos definir también como una torre-puerta, dotada de rastrillo que habilitaba un acceso elevado sobre el foso, aunque su uso muy restrictivo e inconveniente, conllevó su rápido cierre para abrir un vano de acceso directo en el mismo lienzo de la muralla del albacar 62. En ambas construcciones se ha podido documentar arqueológica y documentalmente que las obras de reforma del acceso pertenecen a la época feudal y fueron llevadas a cabo entre los años 1366 y 1474 motivadas por el mal estado en que quedan las defensas después de la Guerra de los dos Pedros. Esas mismas obras que Pedro IV de Aragón encomendó a Domingo Borrás la rectificación del castillo, quedando huellas de estas primeras obras en la parte inferior del muro de cierre del segundo recinto 63. Otra fortaleza donde la intervención arqueológica se ha mostrado fundamental es la realizada en el Castillo-Fortaleza de Santa Pola, un fortín renacentista erigido por el Virrey Bernardino de Cárdenas en 1553, construido sobre los restos de la torre feudal del Port del Cap de L´Aljup 64, hecho que nunca había sido confirmado arqueológicamente hasta los trabajos realizados en el año 2003 por la arqueóloga Silvia Yus 65, dentro del proyecto de rehabilitación de la fortaleza 66. En los trabajos de seguimiento arqueológico en el ala E del castillo, se documentó una cimentación fabricada en tapial de hormigón, con orientación N-S e interrumpida en tres puntos, que se produjeron durante la construcción del fortín en el siglo XVI. La adscripción de los restos a una etapa anterior a la construcción del fortín se confirma con el análisis cerámico que hace la responsable de los trabajos, donde documenta: «…fragmentos de cerámica esgrafiada, restos de ataifores vidriados en verde oscuroverde claro, marmitas de paredes finas realizadas a torno con pastas de textura arenosa vidriadas al interior, alcadafes con el borde pintado a la almagra, candiles de pie alto y los brocales de pozo estampillados con cubierta vítrea verde oscuro…» 61

  Ibíd., p. 100.   Ibíd., p. 105 y Rosser Liminyana, P.: La ciudad…, pp. 44-54. 63  Consultar Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 13. 64   Ver el reciente artículo de Menéndez Fueyo, J. L.: «El puerto medieval de Cap de l’Aljup. Un baluarte contra la piratería y el corso en un mar de oportunidades», en Santa Pola, Arqueología y Museo. Alicante, 2012, pp. 166-185. 65   Acaba de salir un artículo sobre las excavaciones en la torre en Yus Cecilia, S.: «La Torre del Cap de l’Aljup», en Santa Pola…, pp. 158-165. 66  Una reciente síntesis de las obras realizadas aparece en Varela Botella, S.: «Arquitecturas en el Castillo de Santa Pola», en Santa Pola…, pp. 64-79. 62

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que la arqueóloga fecha en la primera mitad del siglo XIII, en contexto claramente almohade. Aunque la autora establece que, ante las pruebas arqueológicas, «…es prácticamente imposible dar una fecha concreta a la obra, puesto que la estratigrafía arqueológica no aparece sellada por ningún pavimento contemporáneo a la misma…» 67. Coincidimos con la responsable de los trabajos en todos los puntos del análisis, dado que, por lógica estratigráfica, los restos documentados bajo la estructura del fortín deben ser, por fuerza, anteriores al levantamiento de la obra renacentista. Vaya por delante la adscripción medieval de las estructuras documentadas durante el seguimiento y que la autora sitúa, al menos, en fechas «…anteriores al 20 de mayo de 1406, fecha de un documento conservado que nos informa de que el rey Pedro, donó la torre a Pedro Esteban, un vecino de Elche…» 68 y que podría llevarse a fechas incluso de finales del dominio islámico, sobre todo, por lo conjuntos cerámicos de época almohade que localiza en las excavaciones y por la métrica de la torre, que la acercarían a una torre de un desarrollo métrico y constructivo más pequeño 69, de planta y configuración cercana a las que se pueden documentar en las torres de la huerta de Valencia, vinculadas con explotaciones agrícolas a modo de alquerías. Estas medidas estarían más cerca de torres como Biar 70, la Torre de Sax 71 o la Torreta de Elda 72, éstas dos últimas, de clara cronología feudal. De similar importancia han sido los trabajos efectuados en el Castillo de Elda en un proyecto planificado en diferentes fases que ha afectado de modo integral a toda la fortaleza y su entorno inmediato. La concesión de las Escuelas Taller «Castillo de Elda» y la redacción del Plan Director en el año 1996, supusieron un paso significativo en la recuperación del monumento y en la actualización del conocimiento arqueológico al respecto 73. Entre el año 1992 y la actualidad, a través de cinco proyectos 74, se ha procedido a la limpieza y desescombro del recinto del Castillo, 67

  Ver en Yus Cecilia, S.: La Torre del Cap…, pp. 110-117.   Menéndez Fueyo, J. L.: El puerto medieval de Cap de l’Alju..., p. 169. 69  Siguiendo los patrones métricos del excelente trabajo de Quiles, I., Robey, D., Huesca, C.: «Estudio y análisis metrológico de las torres construidas con la técnica del tapial en el Vinalopó», en Fortificaciones y castillos en Alicante, Valles del Vinalopó. Petrer, 1994, pp. 227-249. 70  Consultar el artículo de Segura Herrero, G., Simón García, J. L.: «Torre de Bihar», en Castillos y torres del Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 55-60. 71   Ver en el trabajo de Segura Herrero, G., Simón García, J. L.: «Torreta de Sax», en Castillos y torres…, pp. 101-103. 72   Ver el artículo de Segura Herrero, G.: «Torreta de Elda», en Castillos y torres…, pp. 111-113. 73  Consultar la obra de Poveda Navarro, A.M.: «Las piedras hablan: La vida cotidiana en un castillo alicantino. El ejemplo del Vinalopó». Canelobre, 52 (2007), pp. 58-71. 74  Se organizan en Fase I: 1991-1994; Fase II: 1994-1997; Fase III: 1998-2000; Fase IV: 20012003; y Fase V: 2003-2005. 68

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Fig. 31. Foto aérea del castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

Fig. 32. Trabajos arqueológicos en el antemural y acceso del Castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

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Fig. 33. Detalle de las fosas de la necrópolis medieval localizada en la liza del castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

Fig. 34. Vista general del Castillo de Forna (Ayuntamiento de L’Atzuvià)

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el cerramiento y vallado del monumento y la demolición de estructuras inestables e imposibles de conservar. Destacables para la investigación han sido los trabajos en la Puerta de Acceso, dirigidos por los arqueólogos A. M. Poveda y J. Peidró 75 en los que se ha descubierto una enorme necrópolis bajomedieval con sus tumbas distribuidas a lo largo del espacio de liza, área que fue completada por el arqueólogo T. Palau Escarbajal, confirmando que la fecha final de uso de la necrópolis hay que relacionarla con la conversión de la mezquita aljama de Elda en la iglesia parroquial de Santa Ana que se produciría a partir de 1528 76. Otro caso interesante lo encontramos en el Castillo de Forna, una domus maior de primera época feudal 77, construida sobre una torre almohade de gran tamaño 78, siendo una de las fortificaciones mejor conservadas que se encuentran en el territorio alicantino 79. La intervención de urgencia promovida por el Ayuntamiento de L’Atzuvià y dirigida por el arquitecto R. Soler Verdú, de la Universidad Politécnica de Valencia y la arqueóloga I. Mallebrera Ferrer 80, permitió poner luz en diversos aspectos constructivos del edificio que fueron de utilidad para la intervención arquitectónica posterior. En la misma línea encontramos los trabajos en el Torre del Castillo de La Alcozayba de Guadalest, realizados con motivo de las obras de rehabilitación de este recinto histórico como reclamo clave de promoción turística de esta población de interior realizadas por la empresa Arquealia bajo la dirección de los arqueólogos G. Segura y J.D. Busquier 81, que se centraron en confirmar la existencia del acceso original a la fortificación al descubrir las jambas y la fábrica de ladrillo de la arcada de acceso, que se había dado por desaparecida con las innumerables modificaciones sufridas a lo largo

75

  Ampliar datos en el trabajo de Poveda Navarro, A.M., Peidró Blanes, J.: «Castillo de Elda, Área V, Puerta de Acceso Occidental; Área de Protección Arqueológica núm. 1 (P.G.O.U. 1985)», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom). 76  Consultar en el artículo de Palau Escarabajal, T.: «La necrópolis bajomedieval del Castillo de Elda», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 213-224. 77  Consultar en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas del poder feudal en la provincia de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 51-56. 78   Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, pp. 87-89. 79  Revisar el trabajo de Azuar Ruiz, R., et alii : «El Castell de Forna: Un patrimonio castellológico en peligro». Castells, 5 (1995), pp. 9-12. 80   Ver más detalles en Mallebrera Ferrer, I.: «Castillo de Forna», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002, Alicante, 2002 (ed. CD-Rom) 81  Consultar más en Segura Herrero, G., Busquier Corbí, J.D.: «Torre del Castillo de La Alcozayba – Castillo de Guadalest», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom)

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Fig. 35. Vista panorámica de los restos del Castillo de la Alcozayba en Guadalest con las pasarelas de acceso dispuestas en la intervención (Arquealia S.A)

del tiempo 82. La excavación arqueológica, por otra parte, ha permitido documentar, con una mayor riqueza de datos, la fortaleza islámica de la Alcozaiba fechada en un momento indeterminado de la segunda mitad del siglo XIII, frente al denominado castillo de San José, formado por torres de tapial de planta rectangular, de época islámica, y reforzadas por un anillo de baluartes circulares de mampostería con molduras en toro, como elementos característicos de la arquitectura militar renacentista. Enumerando y describiendo todas las actuaciones realizadas podríamos seguir largo tiempo ya que el número de actuaciones es aún mayor. Si bien la mayor parte de ellas ya han sido finalizadas y sus proyectos de rehabilitación terminados y puestos en valor. Sin embargo, en estas fechas hay tres proyectos que han ofrecido datos arqueológicos claves pero que, por mor de la crisis y de la falta de fondos públicos, no han sido finalizados. En este caso está el proyecto en el Castillo de Denia, un ambicioso plan de actuación en todo el cerro del recinto fortificado con vistas a solucionar problemas de

82

  Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, pp. 76-80.

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Fig. 36. Vista parcial de los restos del Castillo del Aljau descubiertos en la adecuación de los accesos al río Tarafa (Arpa Patrimonio S.L)

movilidad de la población —tiene previsto un túnel subterráneo que cruza el cerro de forma transversal— y de convertirlo en el referente turístico de una localidad costera con amplia tradición arqueológica 83. Los trabajos arqueológicos se han centrado nuevamente en el antiguo Palau del Governador, un complejo palacial fechado en la primera mitad del siglo XIV, emplazado en la parte más alta del castillo, que ya fue investigado en su momento para su transformación en museo arqueológico local, así como en el perímetro amurallado inferior, que generará un paseo arqueológico por las murallas que servirá de atractivo para impulsar al castillo como referente cultural de la localidad. Otro ejemplo más de la trascendencia de la actuación arqueológica lo encontramos en el desaparecido Castillo del Aljau en la localidad de Aspe. Promovido por el

83

 Consultar más información en Gisbert Santonja, J. A.: «Daniya y la vila de Denia. En torno al urbanismo de una ciudad medieval», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo medieval…, pp. 63-104 y en Gisbert Santonja, J. A.: «Dãniya, reflejo del mediterráneo. Una mirada a su urbanismo y arqueología desde el mar (siglo XI)», en Monografías Conjunto Monumental de la Alcazaba, 1 (2007), pp. 203-230.

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consistorio local con motivo del encauzamiento del río Tarafa que pasa por la localidad, se encargó a la empresa ARPA Patrimonio y a los arqueólogos J. R. Ortega Pérez e I. Reina los trabajos en las zonas perimetrales al río para determinar la existencia de posibles restos del patrimonio local 84. Y nada más cierto, ya que de la existencia de esta fortificación no se tenía más constancia que la documental, refiriéndose a ella como una obra construida en la segunda mitad del siglo XIV, en una clara relación con las medidas defensivas tomadas en la frontera para protegerse de los ataques acaecidos en el conflicto entre las Coronas de Castilla y Aragón, conocido como la Guerra de los Dos Pedros. La envergadura arqueológica de los restos, donde se ha localizado el sistema de acceso y una parte del patio interior, así como restos de una vivienda con varias estancias donde se ha documentado el hogar y una tinaja encastrada en el pavimento, ha obligado a la modificación del proyecto de encauzamiento, que todavía no ha sido ejecutado a la hora de escribir estas líneas y que incluía una propuesta de musealización 85, elaborada por los Servicios Municipales de Arquitectura, en la que se plantea un paseo arqueológico a dos niveles donde se puedan recorrer los restos y obtener información de los mismos a través de paneles informativos. Y en la misma línea esperamos que los trabajos arqueológicos efectuados en el Castillo de Busot por la empresa Arquealia y dirigidos por los arqueólogos G. Segura y J. Moratalla en el año 2011, permitan mejorar la propuesta de intervención arquitectónica que aún no ha sido ejecutada 86. Sin embargo, es obvio que las nuevas estructuras descubiertas en las excavaciones obligarán a la dirección facultativa a recoger en el proyecto como ocurre en la Torre Norte donde las catas arqueológicas han confirmado su origen islámico, en torno al siglo XIII, y que la profunda reforma que sufrió entre los siglos XIV y XV. Es más, las excavaciones en la parte superior de la Torre Norte han permitido constatar una puerta fortificada con un acceso en codo y defendida por la torre y la existencia de una habitación y de una planta superior ahora desaparecida, que proporcionaban a la torre una altura mucho mayor de la pensada inicialmente en el proyecto, por lo que se tuvo que cambiar el plan para alcanzar la altura original.

84

  Ortega Pérez, J. R., Reina Gómez, I.: «C/. Castillo. Castillo del Aljau», en Actuaciones

arqueológicas en la provincia de Alicante, 2010, Alicante, 2010, (ed. CD-Rom) 85

 El que esto suscribe realizó para el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), por petición del Ayuntamiento de Aspe, un informe sobre las condiciones de los restos descubiertos y sus posibilidades de musealización, pudiendo acceder a las propuestas que se manejaban desde la corporación municipal. Las últimas noticias parecen indicar que los problemas económicos existentes hoy en día han paralizado la ejecución de las obras que esperamos se reanuden lo más pronto posible. 86   La información la hemos obtenido de los datos suministrados por los responsables del proyecto a los medios de comunicación, dado que, a día de hoy, no disponemos de ninguna publicación a la que dirigirnos.

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La arqueología de intervención en el redescubrimiento de las torres Dentro de lo que podríamos considerar peyorativamente como obras menores, encontramos las torres. Y en este campo de intervención, debemos hablar de un evidente renacer que ha permitido el redescubrimiento de este tipo de construcciones gracias al alto número de actuaciones realizadas a lo largo del territorio provincial. De función defensiva, para el obligado peaje de los caminantes y cargamentos, bien para el refugio de los atemorizados campesinos o bien para el control marítimo, este tipo de construcciones están teniendo un florecimiento después de décadas de ignorancia y desatención 87. Uno de los ejemplos más claros es el que encontramos en la Huerta de Alicante, espacio que ha demostrado que la arqueología de la documentación no sólo la podemos encontrar en los intricados laberintos de la estratigrafía de las ciudades, sino que también podemos encontrar buenas pruebas en el paisaje periférico de las ciudades y hasta ahora, considerado rural y hoy, transformado y reconvertido en una barriada más de las ciudades. El voraz crecimiento de la construcción ha creado este paisaje urbanístico demoledor que hoy contemplamos, que ha generado una enorme ampliación de los espacios residenciales, afectando a lo que ahora sólo eran extrarradios y espacios de carácter rural. Estas nuevas barriadas residenciales han provocado, a partes iguales, graves pérdidas y alteraciones en el patrimonio y planes para la defensa y protección de los mismos, donde los monumentos han llevado las de perder en la mayor parte de los casos. Este es el ejemplo de la Huerta de Alicante, condominio que hasta ahora albergaba uno de los mejores conjuntos patrimoniales que la ciudad de Alicante poseía en caminos, acequias, casas señoriales y torres de defensa y refugio y que ahora malvive entre toneladas de cemento y asfalto. Éstas últimas, las torres defensivas, son parte de un patrimonio único en su género 88, ejemplo único de autogestión de la defensa frente a los corsarios berberiscos por parte de los particulares, frente a la inoperancia de una corona y una ciudad que deja en manos de la oligarquía, dueña de la tierra, la defensa de los campesinos y los medios de producción, materia prima que genera la riqueza de un puerto marítimo en imparable desarrollo a finales del siglo XV. Algunas de esas defensas han ido des-

87

 Consultar más información en Jover Maestre, F. J., Menéndez Fueyo, J. L.: «Del Burj islámico a la Turris renacentista en la provincia de Alicante: diagnóstico de un paciente terminal», en Intervenció i Patrimoni. Estudis per a la difusió i protección del llegat històric 1. Valencia, 1997, pp. 13-28. 88  Entre otras obras, es necesario consultar los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa. Torres de costa y huerta de la provincia de Alicante. Alicante, 1996 y en Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J.: «Estudi arqueològic de les torres de l’horta d’Alacant al segle XVI». Butlletí de la Asociació Arqueològica de Castelló, 13 (1993), pp. 23-30.

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Fig. 37. Vista general de la Torre Bonanza una vez finalizadas las obras de restauración (M. Bevià)

apareciendo con el paso del tiempo, siendo engullidas por un auge urbanístico no tan voraz como el actual. Otras en cambio, permiten mantener un débil hilo de esperanza en cuanto a su conservación ya que han sido objeto de interesantes intervenciones, como la realizada en la Torre Bonanza, una finca que se encuentra en el viejo Camino de Lloixa, en la partida del mismo nombre que se halla dentro del actual término municipal de Sant Joan d’Alacant 89. Bonanza es una torre de planta cuadrada, tres alturas y una terraza, que ha sido restaurada recientemente recuperando un aspecto muy similar

89

 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L., 1996: Centinelas de la costa…

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Fig. 38. Detalle del encofrado de tapial que se aprecia en el interior de la planta baja de la torre Bonanza, prueba de la existencia de una torre anterior a la época renacentista (Autor)

al primitivo 90. La última restauración de los años 50 había modificado totalmente la Torre y la casa anexa enmascarando el baluarte y convirtiéndola en un simple anexo de la finca. Sin embargo, los trabajos realizados entre los años 2001 y 2002, por el arquitecto alicantino M. Bevià 91, permitieron la realización de una serie de catas que complementan y dan un giro cualitativo a la información que se tenía hasta el momento de la torre. Al tener que colocar unos pilares metálicos empotrados en el muro se comprobó que el alambor de sillería que distingue esta torre es un elemento 90

  Agradecemos la deferencia que tuvimos por parte de la propietaria de la finca, D.ª P. Poveda, en dejarnos visitar el interior de la obra, aprovechando los trabajos de restauración que el arquitecto M. Bevià estaba realizando en el interior de la finca y de la torre y que permitieron documentar estas interesantes novedades para la investigación. Es loable y conviene destacar la constante voluntad y esfuerzo de la propietaria en represtinar la torre, símbolo actual del linaje de los Pascual de Bonanza, utilizando además los criterios en restauración marcados por la Ley de Patrimonio Histórico Español, del Patrimonio Cultural Valenciano, las recomendaciones recogidas en las diversas Cartas del Restauro y la experiencia personal acumulada a través de la práctica restauratoria. 91   Agradecemos a M. Beviá las facilidades prestadas para la consulta de la documentación y memoria del proyecto de actuación así como de las planimetrías y material gráfico del mismo.

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adosado a la misma y, por tanto, posterior a su construcción primera. Los lienzos de tapial dejados a la vista manifiestan a las claras que se trata de una torre toda ella de esta técnica constructiva, tanto en su interior como en su exterior. Al mismo tiempo se comprobó que la sillería del alambor no pasa a través de la fachada, quedando adosada tanto en el interior como en el exterior. Esto nos demuestra que es un refuerzo militar o estético realizado después de estar construida la torre y la fachada actual de la casa. En la medida que el alambor existente habría que situarlo en los siglos XVI-XVII, la torre habría que datarla en los siglos XIV-XV como muy moderna. Otro caso paradigmático de este singular conjunto de fortificaciones lo encontramos en la Torre Conde, situada en el viejo Camino de la Huerta, tratándose de una torre unida a una vivienda que presenta una planta rectangular con añadidos, con una superficie construida de 463,37 metros cuadrados, orienta su fachada principal al SE, estando situada la torre defensiva en esta esquina del edificio 92. Por las fotografías anteriores a los años 80, sabemos que esta fachada principal presentaba tres cuerpos claramente diferenciados: la casa propiamente dicha, que tenía un vestíbulo con arco de medio punto con pilastras de capiteles cuasi toscanos; la bodega, que discurría en paralelo al anterior por su lado izquierdo; y el tercer cuerpo, lo que en la zona valenciana se denomina popularmente como cup y que posiblemente, estaba destinado a alguna técnica industrial agrícola. El estado de conservación del conjunto no puede ser más desolador, encontrándose en ruina total. Sin embargo, este estado de ruina también ha facilitado el estudio de sus fábricas, que junto con el levantamiento planimétrico, ha permitido al arquitecto M. Bevià realizar una hipótesis constructiva del edificio, descubriendo la construcción bajomedieval existente antes de construir la torre y la casa. Junto a Bonanza, estos datos permiten confirmar arqueológicamente la existencia de asentamientos en época bajomedieval, cuestión que hasta ahora, sólo habíamos podido conocer por los documentos abriendo un panorama muy interesante para la investigación en los próximos años. Otro caso sería el de la Torre Ferrer, otra defensa restaurada situada en un pequeño solar donde la torre sirve actualmente de aliviadero de los perros domésticos de la zona. La intensa y a veces desproporcionada presión urbanística que ha afectado y afecta a esta zona del término municipal de Alicante ha provocado la construcción de un complejo de viviendas que se ha realizado sin ningún tipo de consideración y respeto por el bien cultural 93. Sólo las presiones realizadas en su día por la Inspección Territorial de la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano de la Generalitat

92

 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa…   Ibídem.

93

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han permitido salvar el edificio gracias a un reciente proyecto de restauración y puesta en valor 94. Para acometer dicho proyecto, se encargaron actuaciones arqueológicas previas, realizadas en el año 2009 por la empresa alicantina Arpa Patrimonio S.L. 95, bajo la dirección de los arqueólogos J. R. Ortega Pérez y J. D. Boronat Soler en la que participó J. Fernández López de Pablos como arqueólogo técnico. Las principales conclusiones de los trabajos confirmaron las primeras impresiones cronológicas que en su día habíamos podido plantear 96, determinando que la época probable de construcción de la Torre Ferrer se realizó, aproximadamente, hacia el año 1550, construyéndose sobre una zona sin ocupación anterior. Por último, recojamos el ejemplo de la Torre Sarrió, que se encuentra situada en una rotonda de la Gran Vía de Alicante 97, resultado del intenso y a veces desordenado proceso de urbanización de la antigua Huerta de Alicante, que ha dejado hundida la casa-torre en unos 75 centímetros respecto a su nivel originario, elevando el nivel de las calzadas circundantes a nivel de sus cubiertas y dejando el conjunto, como una pieza en el punto central de la rotonda. En el transcurso de los trabajos arqueológicos previos a la restauración del edificio realizados en el año 2009 por la empresa alicantina ARPA Patrimonio S.L. 98, con la dirección facultativa de J. Ramón Ortega Pérez, y J. D. Boronat Soler y la participación técnica de M. A. Esquembre Bebia y J. Fernández López de Pablo, donde los estudios y trabajos realizados permitieron fechar la torre y aportar datos básicos para la resolución arquitectónica del proyecto, incorporando, por ejemplo los graffitis del segundo piso de la torre, donde se ven naves de tres mástiles, motivos que aparecen con profusión en algunas casas de la huerta alicantina, como por ejemplo en la desaparecida Casa Capiscol 99 siendo muy utilizados desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XIX en el que se dejaron de construir.

94

 Entre los años 2006 y 2007, el Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante encarga la redacción del proyecto de restauración de la torre Ferrer al arquitecto alicantino Màrius Bevià i Garcia, al que agradecemos las facilidades mostradas para la consulta de la memoria y documentación de este proyecto así como la cesión de todo el material gráfico y planimetrías del mismo. 95   Agradecemos a la empresa ARPA Patrimonio S. L. y a uno de sus gerentes, Jose Ramón Ortega Pérez, las facilidades mostradas para la consulta de la memoria de la excavación. 96   Ver el artículo de Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J.: «Hacia una tipología de las torres del siglo XVI en la Huerta de Alicante», en I Congreso de Castellología Ibérica. Aguilar de Campoo, 1994, pp. 385-404. 97  Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa… 98   Agradecemos a la empresa Arpa Patrimonio y a sus gerentes, J. R. Ortega Pérez y M. A. Esquembre Bebia las facilidades para la consulta de la memoria arqueológica realizada en la torre y los importantes datos que han ofrecido para la investigación de este tipo de construcciones. 99  Concretamente, ver el trabajo de Rosser Liminyana, P.: «Casa Capiscol», en Graffiti. Arte espontáneo en Alicante. Alicante, 2009, pp. 45-55.

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Fig. 39. Vista general de la Torre de la Almudaina una vez han finalizado los trabajos de restauración del edificio (autor: Rafael Pérez Jiménez. Archivo Gráfico del Área de Arquitectura de la Diputación de Alicante)

Pero la arqueología del conocimiento no sólo se ha mostrado en las explotaciones marítimas de la provincia. Otro ejemplo de sensibilidad entre arqueología, arquitectura y restauración ha sido, sin duda, el desarrollado por la Diputación de Alicante en el año 2009 en la Torre almohade de Almudaina, en la comarca de El Comtat 100, que formaba parte del recinto fortificado —cortig— de la pequeña alquería existente conocida entonces como al-Mudayyina, convirtiéndolo en un importante atractivo cultural y turístico del municipio de Almudaina y la zona de la Montaña. El proyecto de rehabilitación, 100

  Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 65.

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Fig. 40. Detalle de la musealización del interior de Torre de la Almudaina (Archivo Gráfico MARQ)

dirigido por el arquitecto R. Pérez y el arqueólogo J. Torró, comprendió una serie de actuaciones arqueológicas previas, tanto en el interior como en el entorno exterior, datos que se han integrado en el proyecto museográfico que se encuentra dispuesto en el interior de la fortaleza, convertida en un museo de sí misma 101. Esquema similar fue el desarrollado en la restauración de la Torreta de Elda, dirigido por los arqueólogos A. M. Poveda Navarro y J. C. Márquez Villora, entre los años 2003-2004 102, en esta torre de peaje, de planta cuadrangular levantada en tapial 101

 De la misma manera debemos incluir el reciente proyecto de la torre almohade de Torre de les Maçanes, un conjunto fortificado medieval edificado a fines de la época musulmana (siglos XII-XIII) para la protección de los habitantes de la alquería de Iri, que durante los años 2006 a 2009 la Generalitat Valenciana inició la valorización de la torre con la realización de las obras de rehabilitación y consolidación estructural del edificio y que recientemente, la Diputación de Alicante ha concluido la puesta en valor del monumento adecuándolo para la visita pública. 102   Más información en el trabajo de Poveda Navarro, A. M., Márquez Villora J. C.: «Torre atalaya de la Torreta. Zona de interés arqueológico núm. 5 (El Monastil-Río Vinalopó) del P.G.O.U de Elda», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2003. Alicante, 2003 (ed. CD-Rom)

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Fig. 41. Trabajos arqueológicos en la Torreta de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

calicastrado, erigida a instancias de la reina Sibilia de Forcià, señora de Elda, para mantener la seguridad en el camino entre Elda y Sax, en el marco de los enfrentamientos entre Castilla y Aragón durante la Baja Edad Media, especialmente durante la Guerra de los Dos Pedros (1356-1370) 103. La actuación arqueológica ha aportado interesantes novedades para la investigación como es la localización de diferentes ambientes en los espacios anexos a la torre, sirviendo probablemente, de estancias de servicio o almacenaje, quizá destinadas a los dos hombres que se encargaban de cobrar el diner a viandantes, animales de tiro, caballerías, sillas y carga 104. Otra obra en esta misma línea es la realizada en la Torre Atalaya de Beneixama, donde los trabajos arqueológicos de la empresa TCP y la dirección de los arqueólogos 103

  Para ampliar el tema, hay que consultar la obra de Cabezuelo Pliego, J. V.: La guerra de

los dos Pedros en las tierras alicantinas. Alicante, 1991. 104

 Trabajos que han tratado a la torre definiéndola en estos parámetros son, entre otras, las obras de Ferrer Mallol, M.T.: Les aljames sarraïnes de la Governació d’Oriola en el segle XIV. Barcelona, 1988, Cabezuelo Pliego, J. V.: La guerra…, Poveda Navarro, A. M.: Las piedras hablan…, pp. 58-71 y el trabajo de Poveda Navarro, A. M., Márquez Villora, J. C.: «El castillo de Elda. La investigación arqueológica (1980-2003)». Boletín de Arqueología Medieval, 13 (2007), pp. 39-49.

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G. Segura y R. Ortiz realizados en el año 2002 y 2004, tenían como finalidad el estudio detallado de esta defensa único monumento de la población y fechado por las excavaciones entre finales del siglo XIII y los principios del siglo XIV, para su integración y recuperación en el conjunto de la trama urbanística del pueblo 105. Otro caso excepcional es el producido en las torres de defensa costera de la provincia, nuestros guardianes de piedra que durante más de 500 años han estado vigilando la costa para evitar el asalto de piratas y corsarios y que con el paso del tiempo y salvando honrosas excepciones fueron cayendo en el olvido hasta transformar su función a faros o ir desapareciendo 106. Sin embargo, al tratarse de obras de pequeño tamaño que presupuestariamente son más manejables que castillos o defensas urbanas de mayor calado, en los últimos años algunas de ellas han sido objeto de intervenciones dignas de mención donde los criterios arqueológicos han tenido mucho que decir en las propuestas de restauración posteriores. Hablo del caso de la Torre del Tamarit o de la Albufera d’Elx, situada a escasos metros a la derecha de la carretera N-332 Alicante-Cartagena, dentro de las zonas salineras al sur de Santa Pola 107. Emblema del paisaje del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, en el año 2007 y por iniciativa de los dueños del terreno, la empresa Bras del Port, adjudicataria de la explotación de las salinas, puso en marcha un programa actuaciones encargando su proyecto de rehabilitación 108 al arquitecto M. Bevià, siendo la empresa Arquealia 109, bajo la dirección de los arqueólogos G. 105

  Más información en Segura Herrero, G., García Guardiola, J., Rizo Antón, C.: «Intersección calles Cardenal Payá y Tratado de Almizra (Torre de Benejama)», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom) y en Segura Herrero, G., Ortiz Temprado, R.: «Torre Atalaya de Beneixama», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2004. Alicante, 2004, (ed. CD-Rom) 106   Para más información conviene consultar las obras de Menéndez Fueyo, J. L.: Estudio arqueológico de las torres almenaras para la defensa costera en la provincia de Alicante. Tesis de Licenciatura, 3 tomos, Unniversidad de Alicante, 1996, Menéndez Fueyo, J. L.: «La red de torres para la defensa del litoral costero en la provincia de Alicante durante el siglo XVI: Una propuesta de evolución cronotipológica», en Mil Anos de Fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500). Palmela, 2000, pp. 733-759 y en Jover Maestre, F. J., Menéndez Fueyo, J. L.: Del Burj islámico a la Turris…, pp. 13-28. 107  Consultar más en Menéndez Fueyo, J. L.: «Guardianes de la frontera costera. El sistema de torres del Sinus Ilicitanus en el siglo XVI», en Santa Pola, Arqueología y Museo. Alicante, 2012, pp. 186-211. 108  En los años 90 del siglo XX, se le ejecutó un parcial proyecto de consolidación, dirigido por el arquitecto J. Sempere, encaminado a consolidar el frente Noroeste, único lienzo que conserva su cara vista, antes de la restauración integral (Ibíd., p. 192). 109   Agradecemos a G. Segura Herrero, director de la empresa Arquealia S.A. y a F. Tendero, director de las excavaciones, las facilidades dadas en dejarnos consultar la memoria de la actuación arqueológica que, en este caso más que nunca, se ha convertido en un arma utilísima de información para desarrollar y conservar todos los elementos que después han podido conservarse en el proyecto de restauración.

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Fig. 42. Vista general de los trabajos de restauración en la torre del Tamarit por la empresa Arquealia S.A (M. Bevià)

Segura y F. Tendero, quienes realizaron las actuaciones previas que se tuvieron que adaptar a las peculiares condiciones de la torre, donde se conjugó la retirada manual de los rellenos del interior de la torre y la limpieza parietal exterior del monumento, con una supervisión arqueológica directa para documentar el deterioro progresivo de la misma y datar las posibles fases de ocupación de la torre, incidiendo de manera especial en su origen y abandono a partir de la cultura material recuperada en sus rellenos. Las diferentes fases desarrolladas en el trabajo se centraron en la excavación arqueológica de la torre, una precisa y abundante documentación fotográfica y planimétrica, y las labores de seguimiento y vigilancia arqueológica de las obras de restauración 110. Buena prueba de la necesidad que el monumento tenía de una actuación arqueológica intensiva es el hallazgo de diversos elementos que modificaron sus-

110

  Segura Herrero, G., Tendero Fernández, F.: Intervención arqueológica en la Torre del Tamarit, Bras del Port, S.A. (Santa Pola, Alicante), Expdte.: 2007/0217-A, Marzo 2007. Original mecanoescrito, Alicante, 2007.

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Foto: 43. Descubriendo la escalera de subida en los trabajos de excavación en el interior de la Torre del Tamarit (Arquealia. S.A)

tancialmente el proyecto de restauración. Fue el caso del hallazgo de un durmiente escalonado que actuaba como patín para el acceso a la torre 111. Este interesante elemento castellológico se desconocía, pues siempre se había pensado que el acceso se haría directamente por la fachada a través de la cara noroeste. Igual de interesante fue el hallazgo de dos huecos, a modo de cañoneras, justo en la fachada que se orienta hacia el mar, que hizo pensar que la torre tenía un cuerpo más a los dos inicialmente previstos; la aparición de un tramo de la escalera de caracol original, que comunicaba las plantas, y el descubrimiento de un aljibe para almacenar agua procedentes de las precipitaciones de la lluvia y que apareció en los trabajos arqueológicos previos a la restauración integral del edificio. Este aljibe se encuentra en la parte inferior, ocupando la altura que corresponde con el talud exterior. En el momento de proceder a la restauración se encontraba colmatado de escombros procedentes de demoliciones efectuadas en el interior del recinto superior.

111

  Ibíd.

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Similares circunstancias rodean al proyecto de la Torre Aquiló en la localidad de La Vila Joiosa 112, defensa de cronología pre-abaluartada —primera mitad del siglo XVI— y que se encuentra integrada en la estribación montañosa costera en la partida rural de la Cala Morales. El proyecto fue promovido por la corporación local en su programa de recuperación de los elementos patrimoniales del municipio con vistas a convertirlo en rutas culturales y turísticas dependientes del Vilamuseu o Museo Arqueológico Comarcal de La Vila Joiosa. El proyecto de restauración fue adjudicado al arquitecto M. Bevià y las tareas previas de documentación arqueológica se le adjudicaron a la empresa ARPA Patrimonio, bajo la dirección de la arqueóloga S. Yus Cecilia 113 que ha ofrecido una buena cantidad de datos que mejoran sensiblemente la información que disponíamos sobre la torre 114. Por ejemplo, uno de los elementos descubiertos en los trabajos arqueológicos ha sido la detección de una pequeña calera situada el Noreste en las inmediaciones de la torre que parece generaba la suficiente cal como para servir de aglutinante para la argamasa de la obra. No parece, por las pruebas arqueológicas, que la calera tuviera un uso limitado, debido a que no hay prácticamente nervio de cocción en el sedimento en el que aparece excavada. Interesante también es la confirmación de la inexistencia de un aljibe para el almacenaje de agua. A esa elevada cota, sería necesario contar con un punto de agua, como ocurre en otras torres de abrupta ubicación como sería, por ejemplo, el caso de la torre del Barranc de Aigües 115. Sin embargo, la torre cuenta con un espacio para la captación de aguas en el interior de la construcción a través de una tinaja en el centro de la crujía. Apuntemos aquí como curiosidad, que los trabajos arqueológicos han confirmado que no existen bajantes para la recogida de las pluviales conectado a la tinaja, con lo que el aporte acuífero a almacenar no parece provenir de la lluvia, sino de agua transportada en odres u otro soporte hasta la torre y depositada en la tinaja para su almacenamiento y consumo. Asimismo, no han podido constatar la existencia en los paramentos ni en el acceso al interior ninguna prueba que documente la existencia de una escala, como sí que ocurría con las carriladas marcadas en el vano de ingreso de la

112

  Para conocer más de esta construcción hay que consultar Menéndez Fueyo, J. L.: «Fortificación pre-abaluartada de la costa de Alicante: la torre Aquiló (Villajoyosa, Alicante)». Castells, 6 (1996), pp. 31-38. 113   Agradecemos a J. R. Ortega Pérez, gerente de la empresa ARPA Patrimonio S.L. y a la arqueóloga que dirigió los trabajos, S. Yus Cecilia, las facilidades prestadas para la consulta de la memoria arqueológica previa al proyecto de restauración. 114   Ver Menéndez Fueyo, J. L.: Fortificación pre-abaluartada…, pp. 31-38. 115   Ver más información sobre la torre en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa….

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torre del Cap Roig en Orihuela 116. Este hecho reafirma la idea de que para acceder a la torre debían de utilizar una escala de madera que apoyase en la estructura y fuese posteriormente retirada para evitar los accesos imprevistos. Por último, también son muy destacables los trabajos en la Torre Bombarda de l’Alfàs del Pi, junto al Faro del Albir y en pleno Parque Natural de Sierra Helada 117, promovidos por el consistorio local 118, y que fueron apoyados por los restauradores G. Olmedo López y D. Tejerina Antón, ocupando los meses de noviembre de 2011 a enero de 2012 con el fin de detener el proceso de degradación al que se estaba viendo sometida la estructura. La intervención arqueológica llevada a cabo 119, ha permitido documentar que la estructura estaba formada por dos cuerpos: uno inferior de planta casi pentagonal y otro superior de planta circular del que sólo se conserva la cimentación. La torre albergaba un reducido número de vigías que ocuparían el tramo superior de la estructura. Asimismo, se ha podido localizar la zona donde, presumiblemente, se encontraba el acceso de los soldados. La década prodigiosa de la Arqueología de Intervención Efectuado este acelerado y seguro que incompleto repaso de las principales actuaciones que se han venido realizando en el territorio alicantino en lo que afecta a los yacimientos y monumentos de época medieval en los últimos 10 años, a primera vista, debemos concluir que la denominación de década prodigiosa como habíamos utilizado al principio del artículo es forzosamente cierta y compartida por muchos colegas de profesión 120. En este sentido, la arqueología medieval y la acción del arqueólogo —municipal, liberal o empresas— se ha mostrado fundamental, ya que entre ellos se 116

 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Estudio arqueológico de las torres…   Ibíd. 118  Conviene destacar que, además de la restauración y excavación de la torre Bombarda ha sido incluida dentro de la ruta interpretativa del camino del Faro de l’Albir. Este proyecto, puesto en marcha en marzo de 2012 a iniciativa del Ayuntamiento de L’Alfàs del Pi en colaboración con el Parc Natural de la Serra Gelada, ha consistido en panelizar 12 puntos de interés cultural y medioambiental en el recorrido del camino del Faro, incluido en el espacio protegido del parque natural. Para ver más información se debe consultar la obra de Frías Castillejo, C., Udaeta Montaner, J.: «Torre Bombarda», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2011, Alicante, 2011 (ed. CD-Rom) 119   Agradecemos a la arqueóloga C. Frías, directora del proyecto en la Torre Bombarda, el habernos permitido acceder a los datos de su estudio existentes en la memoria de de intervención. 120  Ideas expuestas en un reciente texto coincidiendo con unas jornadas sobre patrimonio alicantino en Azuar Ruiz, R.: «Arqueología de al-Andalus en la primera década del siglo XXI en Alicante», en Arqueología en Alicante en la primera década del siglo XXI, II Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino (MARQ, 26-27 noviembre de 2012). Original mecanoescrito. Alicante, 2013. 117

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debe consensuar los criterios y el plan de trabajo que se va a realizar en la actuación, y a la vez, también hay que hacerlo con el arquitecto responsable de la intervención 121. Esto que a primera vista debería ser sencillo, no suele serlo, debido a la diferencia de criterios de partida provoca continuas objeciones y problemas en este complejo juego a tres bandas y sólo genera alargamiento de plazos y mayores costes económicos. En ningún período anterior —dudamos que el futuro nos traiga otro igual dadas las circunstancias económicas— se habían producido tal número de actuaciones arqueológicas ligadas a la obligada puesta en valor de nuestro patrimonio. En esos momentos las inversiones eran escasas o nulas en manos del Gobierno de España o en las exiguas partidas que destinaba la comunidad autónoma a estos temas. En aquel entonces, la participación de la arqueología era directamente nula o escasa, reducida a la exclusiva sensibilidad de los responsables técnicos firmantes de los proyectos que, si bien entendían que debían de hacerse desescombros, y que éstos debían de ser controlados por especialistas, los resultados obtenidos no necesariamente obligaban a variar el rumbo trazado por el tiralíneas del arquitecto 122. O sea, bienvenida sea la información, pero no es vinculante. En este sentido la actuación de las instituciones públicas ha sido determinante en el aumento de las intervenciones en restauración y, por ende, en las arqueológicas. Bajo una necesidad imperiosa de atraer inversiones rápidas y que generen réditos políticos, el patrimonio histórico ha sido un medio muy recurrente por parte de las instituciones autonómicas en pos de una arqueología, en opinión de algunos autores, como R. Azuar de «libre-mercado» o «neo-liberal» 123. Esa combinación entre historia, cultura y turismo que permite generar plusvalías con el sector hostelero ha sido irresistible. Además, todo planteamiento de un proyecto de larga duración en forma de planes directores que buscara el plan más adecuado para una intervención sostenible que sobrepasara los períodos electorales ha sido mal vista y rechazada de plano. El monumento tiene, por encima todo, una rentabilidad política que exige inmediatez y que ha generado productos efímeros. Es curioso constatar que en esta época en la que todo bien cultural es susceptible de ser transformado en un consumible engranado a las demandas de los mercados, resulta constantemente distorsionada la percepción que la Sociedad tiene

121

  López Seguí, E.: «Arqueología, restauración y patrimonio alicantino en el ámbito de la empresa: el caso del departamento de arqueología y restauración de Ilidex, S. A.», en Actas de las Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Alicante, 2002, pp, 133-144, espec. p. 136. 122   Más datos en el trabajo de Jover Maestre, F.J., Menéndez Fueyo, J.L.: Del Burj islámico a la Turris… 123  Terminología utilizada por el autor en el artículo Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus…

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Foto 44. Vista parcial del enorme andamiaje colocado para la restauración del alambor del acceso al Castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

sobre su propio pasado, sobre su Historia: se recuerda lo que conviene, se reconstruye constantemente el recuerdo 124. Esta velocidad de crucero ha provocado, en ocasiones, precipitación, superficialidad y falta del tiempo necesario en la rehabilitación de muchos edificios y castillos medievales de nuestro territorio en los que no saber exactamente por qué o para qué se rehabilita, constituye hoy, un problema mayor, incluso, que la escasez de medios económicos. En muchas ocasiones, hemos creído que la finalidad de la intervención y puesta en valor era la del propio monumento en sí mismo y su conservación futura. Pero en el mundo de hoy, los edificios intervenidos tienen que responder al concepto de la utilitas y, con él, el de «sostenibilidad» con su poderosa influencia sobre las determinaciones últimas que, con frecuencia, suelen afectar a los procesos de reconversión de los Monumentos 125. Éstos tienen que tener funciones que justifiquen la inversión 124

 Consultar el artículo de Lasagabaster Gómez, J. A.: «Protagonismo de las Administraciones públicas en el conocimiento real del Patrimonio Edificado», Arqueología de la arquitectura, 1 (2002), pp. 15-18, espec. p. 16. 125   Ibíd.

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realizada, de ahí que en los proyectos de intervención se esfuercen en establecer usos futuros como museos como en la Alcazaba de Denia o el Museo de Alicante (MUSA) en el Castillo de Santa Bárbara; salas de exposiciones como en el Castillo de Cox; oficinas como en el Edificio Puerta Ferrisa de la ciudad de Alicante, o sala multiusos de eventos, congresos y seminarios como en el fortín renacentista de Santa Pola. Sin embargo, en otros, a pesar de su previsión inicial, se han quedado sin funciones y lo que es peor, sin el adecuado mantenimiento con lo que la obra realizada con el tiempo se deteriora y comienza el oneroso proceso de restaurar lo restaurado, que también genera obvias plusvalías a las empresas del sector 126. De esta forma, y siguiendo los postulados de J. A. Quirós 127, hemos pasado de esa incipiente arqueología de intervención de los años 80 del siglo XX a un plano intermedio en esta nueva centuria —aún perceptible hoy en día—, y que se manifiesta en una notable disparidad en los criterios de intervención, donde podemos encontrar la posición más extrema y radical donde arqueología y restauración arquitectónica van a la par —encarnada en el caso alicantino en los proyectos de Torre de la Almudaina, Basílica de Santa María de Alicante 128 o el Castillo de Castalla 129 por ejemplo—, al más frecuente donde el papel de la arqueología se limita a la fase previa de intervenciones cognoscitivas. En este terreno, a la arqueología aún le quedan muchas batallas que lidiar, dado que el control presupuestario sigue en manos de la dirección facultativa, o sea, el arquitecto. Los escasos recursos que se destinan en los proyectos a las actuaciones previas son, en algunos casos, llamativos, generando actuaciones arqueológicas calculadas por un metraje cúbico a todas luces escaso cuando el volumen de tierra real a desplazar es setenta veces mayor; u otras actuaciones que no pueden descender de cierta cota porque el proyecto no pasa de dicho nivel, perdiendo ocasiones únicas de documentar la historia del subsuelo 130. De este último ejemplo, hemos mencionado algunos casos en este trabajo, todos centrados en el solar urbano, como es el caso de la excavación en la solar del antiguo Hospital de San Juan de Dios en Orihuela, donde se estaba documentando el antiguo Corral de Comedias del siglo XVI de la ciudad, un edificio único en su 126

  Muchos ejemplos son expuestos por el arqueólogo Víctor Algarra Pardo en su blog con la dirección http://arqueologiaalgarraberrocal.blogspot.com.es/2012/06/la-rehabilitacion-arquitectonicacomo-y.html. 127   Ver más en Quirós Castillo, J. A.: «Arqueología de la Arquitectura en España». Arqueología de la Arquitectura, 1 (2002), pp. 27-38. 128   Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, 129   Menéndez, J. L., Bevia, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla… 130  Datos extraídos del trabajo de López Seguí, E.: Arqueología, restauración y patrimonio…, p. 137-138.

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género en nuestra zona y que la excavación no pudo pasar de la cota –0,50 metros, quedando limitada a reducidas catas junto a las columnas del patio ya que el proyecto arquitectónico no planteó una actuación de documentación en extensión 131. O el caso del Convento de la Merced en la ciudad de Elche donde la excavación descubrió en el límite de la cota máxima (–0,60 metros) un excepcional pavimento decorado de cantos rodados que podría haberse documentado completo si la actuación arqueológica no se hubiera centrado en unas reducidas catas 132. En alguna de las intervenciones realizadas se ha modificado el proyecto inicial a la luz de los resultados de la excavación convirtiéndose una intervención previa en una excavación en extensión con los consiguientes problemas administrativos derivados de no haber previsto el montante total en el presupuesto, quizás motivado porque la envergadura económica que precisa una actuación arqueológica desborda en ocasiones las previsiones de los arquitectos redactores de los proyectos 133. Quizás, el aumento de actuaciones y el bajo control efectivo de las instituciones ante la avalancha de propuestas y promociones, ha dejado un panorama con situaciones tan dispares como las mostradas, por lo que es preciso que surja en el futuro, una serie de procedimientos y estrategias que puedan evitar estos casos y generar una auténtica arqueología del conocimiento histórico en el ámbito de la arquitectura 134. Hay otros casos donde la sensibilidad del arquitecto redactor del proyecto permite disponer de partidas económicas adecuadas para las actuaciones, pero no para la redacción de la memoria, cuestión que obliga a todo director de una actuación ya que consta en su permiso nominal de excavación 135. De esta forma, se debe invertir de otras partidas del proyecto o ser directamente sufragadas por los arqueólogos o la empresa adjudicataria lo que establece unas premisas poco profesionales donde a veces, parecemos empeñados en caminar a ciegas. Es precisamente la redacción de los informes preliminares y las memorias de esta enorme cantidad de intervenciones las que traen un volumen de documentación que actualmente es abrumador, lo que debe congratularnos y preocuparnos ya que supone un éxito que debemos cargar en el haber de las generaciones de arqueólogos de los últimos 20 años, donde hemos asistido a un fuerte proceso de maduración teórica

131

  Yus Cecilia, S.: Biblioteca Pública Municipal…,   Torregrosa Giménez, P., et alii : «Intervención arqueológica en el Convento de la Merced (Elche, Alicante)», MARQ. Arqueología y Museos, 5 (2012), pp. 338-343. 133  En concreto, consultar en el trabajo de López Seguí, E., 2002: Arqueología, restauración y patrimonio…, p. 136. 134  Concretamente, ver Quirós Castillo, J. A.: Arqueología de la Arquitectura en España…, p. 38. 135  Dirigirse al trabajo de López Seguí, E.: Arqueología, restauración y patrimonio…, p. 138. 132

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y metodológica 136. Quizás, hemos hecho mucho hincapié en estos años en mostrar al arqueólogo como un profesional dotado de un apartado metodológico estricto y germánico frente a aquellas otras disciplinas que nos consideraban faltos de un cuerpo profesional estable. Las nuevas generaciones de arqueólogos salidos de las universidades, completamente formados en el rigor científico y metodológico, y ajenos a un pasado lleno de aficionados e interesados en la Historia; coincidieron con una eclosión constructiva donde era manifiesta la necesidad de mostrarse como un profesional útil para la sociedad, disponiendo de un marco legal y deontológico de actuación, que tuvieron su salida a través de las comisiones creadas en los Colegios profesionales a inicios de los 90 del siglo pasado. Este nuevo perfil de profesional, neófito e inocente en sus primeros balbuceos, vuelca sus esfuerzos en sobrevivir profesionalmente en el duro mercado de la construcción, intentando encontrar su sitio y lugar. Para ello, el marco legal genérico que establecen las instituciones públicas —en nuestro caso, la ley 4/98 de Patrimonio Cultural Valenciano—, en ocasiones ayuda a que se tenga en cuenta su presencia. Su aplicación ha permitido hacer frente a actuaciones generales de enorme calado urbanístico, como han sido los diferentes planes especiales que ciudades como Alcoy, Alicante, Elche u Orihuela han ido ejecutando y donde la obligatoriedad de actuaciones arqueológicas ha ayudado a generar esta Arqueología de la Documentación que se han producido en esta década. Porque sin duda alguna, esa es la arqueología en la que ahora vivimos. La documentación es, sin duda, la consecuencia del afán de la época que nos ha tocado vivir. La velocidad de las transformaciones de nuestras ciudades y entorno, incluso el rural, producto de la abortada burbuja inmobiliaria y pública, ha dejado un enorme reguero de actuaciones al pairo de proyectos vinculados al desarrollo económico y a la búsqueda de riqueza para la comunidad. Esta tremenda intensidad nos ha llevado a una enorme inversión en aquellos puntos que suponen hitos constructivos vinculados directamente con la historia de las poblaciones que, en el caso alicantino, ha pasado obligadamente por actuar en recintos amurallados, castillos, torres y fortificaciones medievales, gérmenes en casi todos los casos, de las poblaciones que conforman el solar provincial alicantino en la actualidad. En la Arqueología de la Documentación La intervención genera documentación. Eso es obvio. Un reguero de documentos de enorme extensión algunos, de varios tomos, con planimetrías, plantas, secciones, de136

  Ver el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Edificio Histórico y Arqueología. Un compromiso entre exigencias, responsabilidad y formación». Arqueología de la Arquitectura, 6 (2009), pp. 11-19, espec. p. 11.

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talles, vistas generales, reconstrucciones, descripción de las fichas estratigráficas, murarias y de los hallazgos antropológicos, inventarios de todos los fragmentos recogidos, metales, vidrios, los dibujos de los mismos, analíticas encargadas, dataciones radiocarbónicas, paleopatologías, fotografías de la actuación, de los materiales. Una sola actuación que sólo dure unos meses de trabajo de campo aparece ante nuestros ojos expuestos en tomos y tomos de rigurosa información. Si multiplicamos esta información de una sola actuación por todas las que se han realizado en esta década prodigiosa, las legajos en los archivos serían interminables e inacabables. Ni los museos, que ahora solicitan una copia de la memoria o del informe preliminar como acompañamiento a los materiales para extender la necesaria acta de depósito llegan a almacenar en condiciones toda la información que les llega. Sus almacenes se llenan de cajas y cajas de materiales, registros históricos en sí mismos pero que sin la adecuada interpretación pueden acabar muertos e inertes en las estanterías 137. Ni la misma Generalitat Valenciana, quien expide los permisos de excavación, puede digerir semejante poso de información siendo el centro de destino de toda la documentación que se genera como única institución tutelar de nuestro patrimonio. Un auténtico y monumental volumen de datos inaprensible y oculto en los almacenes de los museos y de los servicios arqueológicos municipales 138. Y convendremos que debe ser así. La comunidad arqueológica ha luchado y trabajado por preservar su espacio profesional y dotarlo de las herramientas y metodologías necesarias para que en un futuro incierto, toda aquella página de la Historia que se levante, sea posible leerla y reinterpretarla con las técnicas que entonces estén al abasto. Ese es nuestro legado actual. Al igual que existe la precaución plausible de establecer un área de reserva en los yacimientos arqueológicos para poder acceder en el futuro al yacimiento con herramientas y métodos diferentes a los actuales, así nosotros estamos estableciendo nuestra cabeza de puente arqueológica para los años venideros. Pero como pasa con todo lo que sobrepasa mínimamente lo plausible, la documentación generada nos ahoga de forma indefectible. Una buena parte de esa información, diríamos que un 85 por ciento, no está siendo debidamente reciclada para convertirla en conocimiento histórico. En muchas de las memorias de intervención, las conclusiones responden sólo a dos páginas escasas, con bibliografía desactualizada y faltos de una visión general histórica donde integrar los datos recuperados en la actuación y plantear nuevas preguntas que hagan avanzar la investigación. A esto hay que añadir, además, las dificultades para acceder a la información almacenada, producto de disensiones y enfrentamientos personales entre los responsables 137

 Opiniones extraídas de la obra de Llul, V.: «Ética y arqueología». Trabajos de Prehistoria, 64-1 (2007), pp. 13-21. 138  Esto ya ha sido expuesto en trabajos como el recientemente escrito en Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus…

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arqueológicos y los investigadores y sus instituciones, una práctica demasiado acentuada en un territorio diseccionado por numerosos servicios municipales de arqueología que controlan las intervenciones, sobre todo, en contextos urbanos 139. De esta forma, constatamos que la responsabilidad y derechos sobre la actuación arqueológica no reside en el responsable de campo que gestiona en verdad el trabajo, sino en aquellos que sólo deben supervisar las actuaciones pero que, de hecho, también son firmantes de los permisos aunque sólo supervisen, siendo juez y parte en el proceso de control de la documentación. Y así llegamos al punto definitivo del proceso: la publicación. La lectura arqueológica de los edificios históricos requiere, en opinión de L. Caballero Zoreda, una rígida disciplina que obliga a contemplar el edificio como un todo, donde la importancia de comunicar se hace fundamental para transmitir cómo el bien cultural sobre el que intervenimos tiene un valor social como documento que nos vincula a nuestro pasado simbólica, física, emotiva e intelectualmente, permitiéndonos reflexionar sobre nosotros mismos y proyectar al futuro nuestra visión de la sociedad 140. Y esta comunicación debe venir de los arqueólogos, arquitectos y profesionales, que deben ser capaces de convivir con soltura entre los diferentes niveles de difusión existentes hoy en día. Sin embargo, el panorama en este tema es complejo. Sin presentar casi conclusiones en las memorias y con cierta desafección en los arqueólogos egresados de la facultad, desalentados por las dificultades de estabilización profesional, ha provocado que no existan mecanismos que faciliten un fluido y fértil relevo generacional en la arqueología 141. Con escasos efectivos investigando, las empresas no han dado abasto y las actuaciones y su documentación se ha ido amontonando en los almacenes de museos y servicios municipales sin que nadie pueda acceder a ellas y darles salida en forma de auténticos trabajos de investigación que devengan en trabajos de master, tesinas, tesis doctorales y de ahí, en artículos, monografías y libros posteriores que den vida a la investigación. Muchos de nosotros aún creemos que toda investigación que no es publicada, acaba muerta por definición. Queda en el discreto campo de la literatura administrativa.

139

 Opiniones expuestas en el trabajo de Segura Herrero, G.: «De profesión, arqueólogo. El profesional liberal independiente», en Actas de las Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Alicante, 2002, pp. 75-86. 140  Concretamente, ver el trabajo de Caballero Zoreda, L.: Edificio Histórico y Arqueología…, p. 18. 141   Ver más información en el interesante y reciente artículo de Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada», en El futuro de la Arqueología en España. Madrid, 2011, pp. 111-117, espec. p. 113.

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Hacia la necesaria Arqueología del Conocimiento Histórico Pero estamos obligados a avanzar. Hemos visto las virtudes de la Arqueología de Intervención y de la Arqueología de la Documentación. De una forma u otra todos hemos avanzado en esa línea, y hay que decir que ha sido un logro colectivo, parte de un proceso de maduración científica. No debería ser peligroso que, en este período, hallamos tecnificado el proceso arqueológico, quizás empujado por la necesidad de establecer un marco profesional al convivir con otros profesionales que tienen muy claros sus campos y métodos de actuación. Había que evitar que cualquiera, sin una formación extensa, pudiese emprender una investigación arqueológica. Parafraseando a A. Malpica Cuello, habría que decir que no debe de haber diferencia entre la mano y el cerebro, el científico y el técnico, el arqueólogo y el historiador ya que siempre, para nosotros, han sido la misma persona 142. Sin lugar a dudas, ahora hay más datos y mejor documentados que en ninguna época anterior. Pero también hemos podido apreciar los defectos del sistema, aquellas piedras en el camino que impiden el avance de la investigación y, por ende, del conocimiento histórico. Siguiendo a S. Gutiérrez Lloret «…da la sensación que el abundante y preciso marco legal construido en democracia, que había de garantizar un mayor conocimiento y preservación del patrimonio histórico, no ha logrado sus objetivos más allá de una burocrática gestión de la destrucción patrimonial, que no deja de ser una prostitución del objetivo prístino del legislador» 143.

Debemos reconocer, por tanto, que es posible que, en ese proceso documental tan exhaustivo, hayamos perdido parte del verdadero y legítimo propósito de la arqueología hacia la que debemos aspirar, la Arqueología del Conocimiento Histórico. Ahora, como indica R. Azuar «…cuando la fiebre ha pasado y la naturaleza se va apoderando progresivamente de sus heridas y de los solares abiertos y abandonados, está necesitada de una elaboración y de un estudio y tratamiento de sus datos con el fin de poder extraer el necesario conocimiento histórico que demanda la sociedad…» 144.

Y es también, en nuestra modesta opinión, ese modelo de arqueología hacia donde debemos de encaminar nuestros pasos y que nos sirve de perfecta justificación

142

  Ver el trabajo completo en Malpica Cuello, A.: «La arqueología medieval entre el debate científico y social», en Molina Molina, A. L., Eiroa Rodríguez, J. A. (eds.): Tendencias actuales de arqueología medieval. Murcia, 2007, pp. 9-22. 143   Ver la cita en Gutiérrez Lloret, S.: La Arqueología ensimismada, p. 115. 144   La cita está sacada del trabajo aquí citado anteriormente en Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus…

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para cerrar el círculo que hemos trazado en este trabajo iniciado en la arqueología de intervención. Para avanzar hacia esa arqueología del conocimiento histórico, hay que dirigirse, en primer lugar, hacia los datos y sus contextos. Los enormes datos y resultados obtenidos en estos años abren mil y una hipótesis de trabajo para la investigación de la arqueología medieval alicantina. En el caso de las ciudades, la enorme multitud de datos obtenidos abriría nuevas perspectivas sobre la organización del espacio urbano, la ubicación de sus elementos clave y la actualización de modelos propuestos que, con la información actual, han podido quedar obsoletos. Pero la situación de muchas de ellas ya fue expuesta por R. Azuar 145 y recientemente confirmada 15 años después, donde un rosario de intervenciones atomizadas, nuclearizadas, dispersas y faltas de un criterio unificador, fruto de una política no planificada de actuaciones al ritmo del desarrollo urbanístico, son la base de estudio del modelo urbano 146. Queda pendiente, por tanto, una revisión del modelo urbano, que si bien antes no se ha atendido en otros casos peninsulares 147, ahora estaríamos en inmejorable disposición para atenderla. También se han abierto nuevas investigaciones, hasta ahora centradas en las aportaciones documentales, como es en el caso de las infraestructuras portuarias, identificadas como cargadores o puertos en rada sin soporte constructivo documentado. En este sentido, los hallazgos en el Hotel Palas de Alicante sobre el malecón del puerto y los talleres de arreglo de embarcaciones son muy interesantes 148. Salto cualitativo en la información es el que se ha dado en la ciudad de Elche, donde la revisión realizada en los trabajos del Palacio de Altamira y el recinto amurallado, han ofrecido dataciones fundacionales situadas en finales del siglo X y la primera mitad del siglo XI, que han aportado mucha luz al segmentado conocimiento que tenemos de la evolución del poblamiento de la Madinat Ils en época

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 Revisar los trabajos de Azuar Ruiz, R.: «Una década de arqueología medieval en el País Valenciano», en Jornades d’Arqueologia. Alicante, 1995, pp. 213-135, espec. p. 222; Azuar Ruiz, R.: «Formación de la ciudad islámica en el Sharq Al-Ándalus (siglos IX-X/III-IV)», en Al-Ándalus, país de ciudades. Toledo, 2007, pp. 79-105 y en Azuar Ruiz, R.: «Castillos y espacios marginales de las ciudades en el Sarq al-Andalus (siglos XII-XIII)», en Cressier, P. (ed.): Le château et la Ville. Espaces et réseaux (VIe-XIIIe siècle). Madrid, 2008, pp. 89-108. 146  Revisión hecha en el trabajo de Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus… 147   Lo mismo ocurre en el caso granadino expuesto en Malpica Cuello, A.: «La ciudad nazarí. Propuestas para su análisis», en II Congreso Internacional La Ciudad en al-Andalus y el Magreb. Granada, 2002, pp. 99-121. 148  Estos datos han sido expuesto en las actuaciones de López Serrano, A., Valero Climent, D.: «Hotel Palas: Calle Cervantes, 5 (4.ª actuación)…, y López Serrano, A., Valero Climent, D.: «Hotel Palas: Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (Fase III)…,

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islámica y feudal 149. Junto a esto, la definición de diferentes espacios urbanos como el palacio andalusí descubierto en el solar de la calle Fregassa y adyacentes, incorpora a la discusión elementos de peso con los que estructurar el espacio urbano de nuestras ciudades. Qué decir de las aportaciones en la ciudad de Orihuela, donde la investigación sobre la ciudad islámica ha dado un extraordinario vuelco con respecto a los trabajos publicados en décadas anteriores; o las realizadas en Alcoy donde las excavaciones han permitido establecer dataciones acompañadas de hallazgo monetario que confirman la fundación feudal de la villa alcoyana. Es obvio que estamos en disposición de afrontar una revisión de nuestros modelos urbanos. En el caso de los castillos y fortificaciones, la arqueología medieval ha ofrecido una nueva visión de algunas fortalezas que creíamos conocer bien, y que en cambio, ha arrojado interesantes novedades. Los casos son innumerables, pero por su trascendencia, debemos resaltar al Castillo de Alicante, donde el trabajo sobre su sistema de ingreso 150 ha permitido establecer un conocimiento más profundo sobre los sistemas de ingreso de época islámica y su organización en el Sarq al-Andalus 151; así como los datos recogidos en el Castillo de Elda, fortaleza señorial con una potente fase islámica de la que hasta ahora desconocíamos muchos datos, como la potente necrópolis feudal existente en la zona de la liza 152. O el caso del Castillo de Sax que, aunque sus actuaciones han sido escasas frente a otros recintos alicantinos con mucha mayor intervención y centradas en la limpieza de ladera y alguna actuación restauratoria en un sector concreto 153, sí que ha permitido una revisión completa de sus restos, actualizando las propuestas y planteando nuevas zonas de investigación en el futuro 154.

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 Una revisión acerca de la fundación de la medina ilicitana la podemos encontrar en el trabajo de Gutiérrez Lloret, S., Menéndez Fueyo, J. L.: «El Castellar d'Elx. Problemes i propostes sobre un asentament singular», en El Castellar d’Elx. L’origen de la ciutat medieval. Elche, 2010, pp. 55-64. 150  Consultar más datos en Beviá, M., Yus, S., Giner, M.: «Intervención restauratoria e investigación histórica. El sistema de accesos al castillo medieval de Alicante». MARQ, Arqueología y Museo, 4 (2010), pp. 89-119. 151   Ver los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «La porta del Castell de Planes (El Comtat): Reflexions sobre la problemàtica dels assentaments fortificats de l’última època almohade (ss. XII-XIII)», en Els Musulmans al Comtat 1609-2009 400 anys de l’expulsió. Cocentaina, 2009, pp. 327-337 y el más reciente de Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada…, p. 47. 152   Ver el artículo de Poveda Navarro, A. M.: «Las piedras hablan…, pp. 58-71. 153   Ver más detalles en Simón García, J. L.; Segura Herrero, G.: «El castillo de Sax», en Castillos y torres del Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 89-99. 154  Un excelente resumen de las actuaciones realizadas en el castillo podemos encontrarlo en Sánchez i Signes, M., 2012: «El castillo de Sax (Alicante): análisis arqueológico, arquitectónico y funcional de una fortaleza del valle del Vinalopó (ca. S. XII/XIII-XVI)», Arqueología y Territorio Medieval 19, (Jaén), en prensa.

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Foto 45. Vista de la monumental torre de homenaje del Castillo de la Atalaya de Villena durante los trabajos de excavación del patio de armas (Arpa Patrimonio S.L)

Otro cambio radical es el producido en el Castillo de la Atalaya de Villena cuyas excavaciones en el patio de armas en la tercera fase de intervenciones, están revelando datos cronológicos fundamentales para el conocimiento del dominio de Don Juan Manuel en un espacio fronterizo entre dos reinos enfrentados como es Villena a inicios de la época feudal. Aún no están acabados los trabajos y tenemos la promesa cierta de los responsables del proyecto de que los trabajos van a ser publicados, pero estos datos y el descubrimiento de un gran edificio con un evidente uso colectivo —no vamos a ir más allá— junto a la detección de un taller de cantería que reciclaba proyectiles de maquinaria de torsión como ripio en las reparaciones del castillo, abre un enorme conjunto de posibilidades de estudio de la fortaleza para el futuro. Todo 116

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esto, unido a un mayor conocimiento cronológico de la gran torre —ahora de Homenaje—, construida por el tercer califa almohade 155 hace que la futura publicación sea esperada y apasionante. Y qué podemos decir de fortificaciones de las que no teníamos ninguna constancia material hasta ahora, como el caso del Castillo del Aljau en Aspe, cuya planta aporta más discusión sobre el interesante tema de las domus señoriales y su implantación en época feudal como espacios de poder en la frontera, imitando modelos constructivos similares a Castalla, Cocentaina, Vilajoiosa, Callosa d’Ensarrià o Alcoi 156; o el caso de los trabajos en el fortín renacentista de Santa Pola donde se ha localizado la prueba de la existencia de la torre del Port del Cap de l’Aljup 157, defensa que da origen a la actual población de Santa Pola y de la que hasta ahora sólo teníamos conocimiento por los documentos. Si su adscripción debe corresponder con la época islámica es un tema que queda en manos de la obtención futura de más datos y el contraste métrico con otros edificios. De un alto interés para la investigación son los casos de las actuaciones en las torres de la huerta de Alicante, un excepcional conjunto hasta ahora construido en diferentes fases iniciadas a mediados del siglo XVI y que ahora, gracias a las intervenciones realizadas en algunas torres, comenzamos a descubrir una serie de defensas y asentamientos que se remontan a la época medieval, con lo que esto supone de avance para el conocimiento de la huerta alicantina. Mismo caso nos encontramos con las torres defensivas, pequeños espacios patrimoniales pero con una gran historia que contar. Si bien, no han existido importantes novedades con respecto a sus dataciones, sino más bien confirmaciones 158, algunas actuaciones han aportado nuevos datos sobre su sistema constructivo como en el caso de la Torre Bombarda 159 y sobre ciertos elementos defensivos hasta ahora no documentados en estudios anteriores como en la Torre del Tamarit 160. 155

 Cronología propuesta en el artículo de Azuar Ruiz, R., et alii : «El falso despiece de sillería en las fortificaciones de tapial de época almohada en Al-Andalus», en I Congreso de Castellología Ibérica. Aguilar de Campoo, 1998, pp. 481-512. 156   Los modelos se pueden comparar en los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas del poder feudal en la provincia de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en El Castell de Castalla: Arqueología y Arquitectura de la fortificación aragonesa de frontera. Alicante, 2010, pp. 31-61 y en Menéndez Fueyo, J. L.: Construere in vila…, pp. 222-241. 157   Ver la obra de Yus Cecilia, S.: La Torre del Cap…, pp. 158-165. 158   La propuesta se plasmó en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: La red de torres…, pp. 733-759. 159   Para más datos ver el trabajo de Frías Castillejo, C., Udaeta Montaner, J.: «Torre Bombarda…, 160   Más información en la memoria de la actuación en Segura Herrero, G., Tendero Fernández, F.: Intervención arqueológica…,

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Pero las intervenciones realizadas se están extendiendo, por ejemplo, al registro material. En el caso de las producciones cerámicas, es cierto que en este punto andamos algo más retrasados, debido a las dificultades de acceso y de publicación de los trabajos, pero se están dando pequeños pasos. Es el caso de los trabajos que se están llevando para establecer la dispersión de las primeras producciones cerámicas feudales en el territorio alicantino y que han basado sus datos en materiales extraídos de intervenciones como en Santa María de Alicante 161; Denia 162; Guardamar 163 o Xixona 164 y que deben acrecentarse con los realizados en Elda 165; Castalla 166, o la pobla medieval de Ifach 167. De igual manera, han crecido en referencia a otros materiales, como en el caso del registro metálico ha aumentado exponencialmente su corpus de materiales con los

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 Se pueden conseguir más información de los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «Apuntes para el estudio de los contenedores cerámicos medievales: Las tinajas de las bóvedas de Santa María de Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, pp. 72-119; Menéndez Fueyo, J.L.: «Ollas, cántaros y cerámicas de uso doméstico en la Edad Media: la obra aspra de las bóvedas de la iglesia de Santa María de Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, pp. 146-183, Menéndez Fueyo, J. L.: «Cerámicas de transporte en la Basílica de Santa maría de Alicante. Producción y distribución», en Intercâmbio de produtos no Mediterrâneo Antigo: Os objectos de comércio. Mértola, 2007, pp. 225-252, y por supuesto en la obra definitiva sobre el conjunto cerámico de la Basílica en Menéndez Fueyo, J. L.: La cerámica medieval…, 162   Ver más datos en Gisbert Santonja, J. A.: «Pren m’enaxí com al patró qu’en platja té sa gran nau. Arqueología del puerto y el mar de Denia en tiempos del Magnánimo», en Alicante, un puerto para un rey. Alfonso el Magnánimo entre dos mares. Valencia, 2009, pp. 96-111. 163   Ver el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Producción cerámica medieval y colonización feudal: A propósito de un lote procedente del Castillo de Guardamar (ss. XIII-XIV)», en Guardamar, Arqueología y Museo. Alicante, 2010, pp. 179-185. 164  Consultar una reciente revisión del material descubierto por el P. Belda Domínguez en el artículo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Xixona, Clau del Regne: Las cerámicas de una villa feudal de realengo en la frontera meridional del Reino de Valencia (siglos XIII-XIV)», en Xixona, Clau del Regne. Catálogo de la exposición. Alicante, 2011, pp. 87-106. 165  Una revisión de las cerámicas medievales del Museo se puede consultar en Menéndez Fueyo, J. L.: «De nuevo sobre cerámica. Reflexiones sobre la colección de cerámicas medievales y post medievales del Museo Arqueológico de Elda», en Elda, arqueología y museo. Alicante, 2008, pp. 104-127. 166   Ver el trabajo de Pastor Mira, A., Ortega Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M.A.: «Estudio de las cerámicas medievales del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 147-166. 167  Una primera muestra de las cerámicas feudales que prueban la fundación de la pobla a finales del siglo XIII se puede encontrar en el artículo de Menéndez Fueyo, J.L.: «Cambio y continuidad formal en la producción cerámica feudal en el Reino de Valencia (siglos XIII-XIV): Algunas precisiones sobre el registro cerámico de la pobla medieval de Ifach (Calp, Alicante)», en Homenaje al Profesor José Hinojosa Montalvo. Alicante, 2010, pp. 318-337.

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hallazgos en el Castillo de Castalla 168, o en el Castillo de Xixona 169. También ocurre con los hallazgos numismáticos, que han aportado nuevas evidencias para conocer la circulación monetaria islámica en esta área de al-Andalus 170. No hablemos del registro paleoambiental, básico y fundamental para el conocimiento del paisaje, como en el caso del registro arqueozoológico, que, a cuentas gotas, va regalándonos nuevas e interesantes aportaciones que mejoran el conocimiento que tenemos sobre la fauna ganadera y los patrones de consumo medievales en el territorio alicantino como en el Castillo de d’Ambra en Pego 171 o en la cuenca del río Vinalopó 172; o el registro antracológico que ha ofrecido datos claves para el estudio de los sistemas feudales de construcción y el abastecimiento de maderas para las nuevas poblaciones del Reino de Valencia, como en el caso de la Pobla medieval de Ifach 173. También hemos de progresar en los datos que nos ofrecen las necrópolis, un archivo fundamental que aporta enormes posibilidades para el conocimiento histórico. Sin embargo, aunque las intervenciones han tenido ocasión de desvelar un buen número de ellas, como en el caso de Novelda 174, Crevillent 175, o del Castillo de Elda 176,

168

 Consultar el capítulo escrito por Ortega Pérez, J.R.: «El estudio del material metálico de época medieval del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 183-193. 169  Una excelente revisión del ajuar metálico la podemos encontrar en el trabajo de Ortega Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M. A.: «Campesinos, artesanos y soldados del castillo de la Torre Grossa durante el medievo: Su instrumental de hierro», en Xixona, Clau del Regne…, pp. 67-86. 170   Básica es la obra de síntesis de la numísmata C. Domenech Belda, en la obra Doménech Belda, C.: Dinares, dirhames y feluses: circulación monetaria islámica en el País Valenciano. Alicante, 2003 y también conviene señalar las últimas novedades aportadas en los trabajos de Doménech Belda, C.: «De dinares a dineros: circulación monetaria en el Vinalopó», Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 247-262; y en Doménech Belda, C.: «Las monedas medievales del Castell de Castalla», Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 167-169. 171   Ver el trabajo de Benito Iborra, M.: «Arqueozoología del castillo de Ambra (Pego, Alicante)». MARQ, Arqueología y Museos, 1 (2006), pp. 85-118. 172  Una excelente revisión de las problemáticas se exponen en el trabajo de Benito Iborra, M.: «Ganadería, territorio y medio ambiente en el doblamiento medieval del Vinalopó», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 225-246. 173  Una aportación interesante que se debe ver acompañada de otras muchas en el futuro nos la ofrece el trabajo de Ntinou, M., et alii: «Wood exploitation in a medieval village: The contribution of charcoal analyses to the history of land-use at Pobla d’ Ifach during the 13th and 14th century A.D. (Calp, Alicante, Spain)». Journal of Vegetation History and Archaeobotany, 22-2 (2013), pp. 115-128. 174   Ampliar datos en el trabajo de Navarro Poveda, C.: «La necrópolis bajomedieval de Novelda (Alicante). Resultados de la excavación de urgencia». Boletín de Arqueología Medieval, 9 (1995), pp. 223-236.

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seguimos faltos de los necesarios estudios antropológicos y contextuales. Junto a ellos, es totalmente necesario aumentar las dataciones radiocarbónicas sobre muestra ósea, que permiten establecer cronologías muy fiables y que ayudan a precisar los contextos obtenidos por la secuencia estratigráfica, ya que la información cronológica es básica para la interpretación histórica pues sin una correcta determinación de la historia deposicional y ocupacional de cada contexto arqueológico no se puede abordar con garantías su datación 177. Y así podríamos seguir citando por ejemplo, los graffitis, donde se ha acrecentado su conocimiento con los trabajos en la Basílica de Santa María de Alicante 178; Concatedral de San Nicolás 179; Casa del Gobernador en la isla de Tabarca 180, Casa Capiscol 181, Castillo de Santa Bárbara 182, Castillo de Castalla 183; Castillo de Forna; Cocentaina 184, Denia 185, Novelda 186 o el Castillo de Villena 187. O las marcas de cantería, como los

175

  Ver el artículo de Trelis Martí, J., et alii: «Recientes aportaciones al urbanismo bajomedieval de Crevillent (Alicante): El cementerio mudéjar del Raval». LVCENTVM, XXVI, (2007), pp. 207-220. 176  Consultar el trabajo de Palau Escarabajal, T.: «La necrópolis bajomedieval del Castillo de Elda», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 213-224. 177   Aunque no sea estrictamente del periodo medieval, son muy interesantes las reflexiones que se observan en otras líneas de investigación en el mismo territorio, y en este sentido, debe consultarse este trabajo de Jover Maestre, F. J., López Padilla, J. A.: «La observación en el estudio de la edad del bronce en tierras valencianas. Del ensalzamiento del “objeto” y “la revolución radiocarbónica” al necesario reencuentro con la estratigrafía». Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 29 (2011), pp. 209-230. 178  Revisar el trabajo de Rosser Liminyana, P.: «Basílica de Santa María», en Graffiti. Arte espontáneo en Alicante. Alicante, 2009, pp. 29-37. 179   Ver la obra de Rosser Liminyana, P.: «Concatedral de San Nicolás», en Graffiti…, pp. 25-27. 180   Ampliar en Rosser Liminyana, P.: «Casa del Gobernador de la Isla de Tabarca», en Graffiti…, pp. 39-43. 181  Consultar el artículo de Rosser Liminyana, P.: «Casa Capiscol», en Graffiti…, pp. 45-55. 182   Ver más datos en Rosser Liminyana, P.: «Castillo de Santa Bárbara», en Graffiti…, pp. 57-61. 183   Ampliar datos en Alegre López, A. M., Ortega Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M. A.: «Marcar la historia. Los graffiti y otros motivos del Castell de Castalla», en en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 189-210 y el trabajo de Navarro Poveda, C.: «Graffitis localizados en el exterior de la muralla este del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 211-214. 184  Una visión de conjunto en Ferrer Marset, P., Martí Soler, A.: «Cocentaina», en Graffiti…, pp. 103-165. 185  Consultar el trabajo de Gisbert Santonja, J. A.: «Denia», en Graffiti…, pp. 169-181. 186   Ampliar información en el artículo de Navarro Poveda, C.: «Novelda», en Graffiti…, pp. 199-207. 187  Consultar Hernández Alcaraz, L., et alii: «La evolución urbana de Villena: nuevos enfoques, nuevas propuestas», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 195-211.

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recientes trabajos en Santa María de Alicante 188, Castillo de Castalla 189 o en la Pobla medieval de Ifach, Alcoy o en Cocentaina 190. Como podemos ver, detrás de la documentación realizada existe vida. Sin embargo, a la vista de la ingente documentación que ha pasado por delante de nosotros, lo expuesto no deja de ser la punta del iceberg. Por eso, debemos crecer en el importante y necesario estudio del contexto a través de la secuencia estratigráfica, ya que sin ella no podemos seriar el registro material. Como hemos indicado antes para las necrópolis, debemos aumentar el número de dataciones radiocarbónicas para determinar también los contextos en los que se produjeron transformaciones en los asentamientos, y determinar así su grado de relevancia socio-política o territorial para, en definitiva, conocer el proceso histórico 191. Tampoco podemos dejar de pensar en el formato de ciertas actuaciones que, de haber tenido más sensibilidad, podrían haber obtenido aún más información. Por eso, y en nuestra humilde opinión, esta Arqueología del Conocimiento Histórico pasa indefectiblemente por la adopción generalizada del compromiso interprofesional de mantener la autenticidad de los edificios intervenidos 192. Esta autenticidad es mayor en tanto que mantiene y ofrece las relaciones constructivas, destructivas y reconstructivas de los distintos materiales originales que lo componen. Estas relaciones se extraen de los diferentes protocolos aplicados por los diferentes profesionales que participan en el proceso restauratorio, donde el arqueólogo destaca de manera muy importante 193. Por tanto, y siguiendo a G. P. Brogiolo 194, se hace imprescindible una buena comuni-

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  Ver el trabajo de Azuar, R., Sánchez, M. D., Bevià, P.: «Las marcas de cantería y los procesos de trabajo en la cubierta de la iglesia de Santa María de Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, pp. 184-191. 189   Ampliar datos en Navarro Poveda, C.: «Estudio de los signos lapidarios del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 215-222. 190  Nueva sangre se incorpora a los estudios arqueológicos con el trabajo de Torrecillas Segura, J. M.: Arqueología de un señorío feudal en el antiguo Reino de Valencia. El caso de los Llòria (2.ª mitad S. XIII-XIV). Trabajo de Fin de Máster en arqueología Profesional y gestión del patrimonio, original mecanoescrito. 191  Concretamente, consultar en Jover Maestre, F.J., López Padilla, J. A., 2011: «La observación en el estudio…, p. 218 192  Consultar el trabajo de Doglioni, F.: «Ruolo e salvaguardia delle evidenze stratigrafiche nel progetto e nel cantiere di restauro». Arqueología de la Arquitectura, 1 (2002), pp. 113-130. 193   Ampliar en el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Arqueología de la Arquitectura. Conocimiento e intervención». Património estudos, 9 (2006), pp. 33-43. 194  Consultar en Brogiolo, G. P.: Archeologia dell’edilizia storica. Como, 1988, p. 34.

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cación entre profesionales donde se genere un «diagrama de proyecto» formado por el equipo que genera conocimiento —el arqueólogo, entre otros— y el equipo que decide la intervención —el arquitecto—. En este sentido, los redactores de los proyectos se deben responsabilizar de que en ningún momento se pierda la lectura del documento histórico construido, la hagan ellos o los arqueólogos. Esta debería ser una condición sine qua non previa a cualquier tipo de intervención, ya sea conservadora o innovadora, y que debería incorporarse a las leyes de Patrimonio 195. Pero además sería necesario recoger la existencia de una biografía históricoconstructiva como proponen algunos especialistas como J. A. Lasagabaster 196, donde antes de considerar cualquier intervención y previamente a la concesión de los diferentes permisos administrativos y que debe estar en manos de las instituciones supervisoras de las autorizaciones de igual manera que, para la edificación de obra nueva se exigen y realizan numerosos estudios previos sobre el terreno, medio ambiente, paisaje, etc., y se cumplen sin rechistar todo tipo de reglamentos y normas de planeamiento, las intervenciones sobre el patrimonio Arquitectónico no están sujetas, de hecho, aunque lo parezca, a tantas limitaciones. Con un agravante, la materia con la que se trabaja es en este caso, única e irrepetible. Es responsabilidad de la Administración, saber y conocer sobre el Patrimonio, sobre la verdad del mismo, evitando que pueda ser intervenido —deformado, irrecuperado, incomprendido— sin antes ser investigado 197. Y en este sentido, la investigación no puede surgir de las actuaciones por separado de todos los activos que conforman la arqueología actual. Coincido completamente con S. Gutiérrez en que estamos viviendo un período de «ensimismamiento», muy similar al que parece encontrarse el resto del país en otros asuntos. Conviene encontrar nuevas estrategias, sinergias capaces de integrar esta arqueología de gestión en proyectos científicos, afectando a todos los actores del discurso arqueológico, desde los centros de investigación pasando por las administraciones territoriales y acabando en la actividad privada 198. También es necesario potenciar la comunicación y la difusión de las intervenciones con el mayor nivel científico posible, ya que son aquellas que moverán la investigación futura y la hará progresar e introduciendo, porqué no, parte del propio proceso investigador en otros ámbitos más próximos a iniciativas relacionadas con el Turismo cultural o la divulgación multimedia. Por suerte, aún aparecen publicaciones 195

 Concretamente ver en el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Edificio Histórico y Arqueología…., p. 18. 196  Consultar en Lasagabaster Gómez, J. A.: «Protagonismo de las Administraciones…, p. 16. 197   Ibíd., p. 17. 198   Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 116.

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científicas, aunque salen con cuenta gotas y no con la velocidad deseable. Por ejemplo, el monográfico de la revista Reçerques del Museu d’Alcoi sobre las actuaciones en el casco histórico de la localidad 199; las ediciones de algunas reuniones técnicas organizadas por la Comisión de Arqueología del CDL de Alicante 200; las monografías de la Basílica de Santa María 201, y la del Castillo de Castalla 202 y un par de decenas de artículos en revistas científicas siendo importantes, son, sin embargo, la punta de un iceberg bajo el que subyace una enorme fuente documental de esta arqueología nopública que hoy en día existe. Y no olvidemos la difusión. La arqueología debe prestar atención a la conservación, tutela, restauración y puesta en valor del patrimonio, pero también debe difundir el patrimonio, educar en su valor a una sociedad que lo debe reconocer como propio 203. A diferencia de la edición científica, la difusión presenta unas posibilidades enormes con las herramientas digitales que actualmente se pueden manejar. Internet es una enorme plataforma de usuarios, donde la arqueología hasta hace unos pocos años era casi una rara avis, anclada aún en la edición en papel y en la comunicación boca a boca a través de las reuniones en seminarios y congresos cada cierto tiempo. Sin embargo ahora, a esos usos habituales que se ven acelerados por el uso del correo electrónico, debemos añadir el de la difusión directa al interesado, sin esperar a que este manifieste su interés a través de páginas web y blogs donde ofrecer los datos de las intervenciones, o redes sociales como Twitter, Facebook, Google, Youtube o Linkedin donde poder alertar a la comunidad de lo que se está haciendo. Los lazos son cada vez más estrechos y el trabajo difundido es inmediatamente puesto en manos de los interesados. Ahora, aquello que no se explica o difunde, no se pone en manos tanto de colegas como de ciudadanos y ciudadanas, deja de cumplir su función y no justifica los dispendios. Sin duda, un patrimonio adecuadamente difundido garantiza su conservación futura. En este sentido la plataforma digital que estamos desarrollando desde hace algunos años alrededor de la Pobla medieval de Ifach (Calp) concentra

199

 Consultar el número monográfico dedicado a la «Arqueología urbana de Alcoi (1998-2007)» de la revista Reçerques del Museu d’Alcoi, 17-18 (2008-2009). 200   Ampliar datos en Actas de las Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Alicante, 2002. 201  Toda la actuación de esa segunda fase está condensada en los trabajos de Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, y en el más reciente de Menéndez Fueyo, J. L.: La cerámica medieval…, 202  Toda la actuación ha sido condensada en una monografía de reciente publicación en Menéndez, J. L., Bevia, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, 203   Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 116.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

una enorme cantidad de usuarios que ya supera las 150.000 visitas, interesados en el patrimonio arqueológico 204. Es un volumen nada desdeñable impensable para una actividad como la nuestra. Y podemos ir más lejos, sin duda. Hablamos de los repositorios que gestionan innumerables trabajos científicos en redes como Academia. com, interconectando a colegas y profesionales, o los que se están desarrollando con enorme éxito desde las universidades de Alicante (RUA) y Valencia (RODERIC), que ponen al alcance del profesional un fondo que le permite estar al día de lo que la investigación va ofreciendo. En este sentido, toda ayuda es poca y el reciente acuerdo de publicación digital de los resúmenes anuales de las actuaciones de la provincia que venían siendo editados en CD-Rom 205, a partir de ahora serán colgados de la web de Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) 206 lo que permitirá, al menos, que cierta información resumida llegue al interesado y sea utilizable. Aún queda mucho por hacer. Con la enorme información de que disponemos no hemos hecho nada más que recorrer la mitad del camino. No hemos pretendido en ningún momento ni mostrar nuevas herramientas ni sugerir novedosos procedimientos metodológicos, sino sólo señalar algunas de las trabas que a nuestro juicio continúan lastrando el desarrollo de las investigaciones. Aún existe un buen trecho. Es importante manifestar nuestra convicción en que la superación de esta década prodigiosa de intervenciones, tornada en una etapa de documentación almacenada, radica en nuestro reencuentro con la práctica arqueológica desde las bases metodológicas y técnicas que nos definen, singularizan y forman parte de nuestra teoría arqueológica. Por eso hago aquí mías unas palabras de Sonia Gutiérrez que creo muy acertadas al expresar que «…será necesario hacer una deconstrucción de esa arqueología que ha llenado los museos de depósitos mudos, descontextualizados e históricamente ingrávidos, y que ha producido además el indeseable efecto colateral de reforzar las posiciones recalcitrantes de los historiadores académicos, que cuestionan la utilidad de la arqueología y desprecian una actividad que, en su opinión, no produce resultados históricos cualitativamente significativos» 207.

Sí que los ofrecen. A los escépticos digámosles que se equivocan. El camino está marcado. Las posibilidades de investigación que ante el futuro se abren, a pesar de

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 Se puede seguir el día a día del proyecto en la dirección www.proyectoifach.blogspot.com.es.   Pueden consultarse los resultados de 2000 a 2009 en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante. Editado por la Sección de Arqueología del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante. Soporte en CD-ROM. 206  Se pueden consultar en la dirección http://www.marqalicante.com/all_intarqueologicas. php?lng=es. 207   Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 115. 205

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José Luis Menéndez Fueyo

los pesares, son infinitas. Pero si nos apartamos de nuestra esencia, que es sin duda la investigación, perderemos la orientación y el camino. Sin embargo, aún estamos a la espera de que se produzca ese cambio sinérgico que realmente nos impulse y nos saque de este tsunami que va a acabar con la poca actividad existente. Mientras nos llegan recientes noticias de la supresión de las asignaturas de arqueología en los nuevos planes de estudio, del aumento de las tasas universitarias, del cierre casi total de la demanda profesional en las empresas arqueológicas, de la retirada de las subvenciones desde la Comunidad Autónoma para la realización de actuaciones ordinarias y de la desaparición de partidas en el Ministerio para proyectos arqueológicos. Éste no parece el camino por el debemos discurrir para la arqueología del conocimiento histórico, vía que no pasa de ser quimérica hoy en día, ya que aún seguimos, desgraciadamente, ahogados en la arqueología de la documentación.

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