De invitados, anfitriones y redes comensales: espacios de reunión y consumo en el nordeste peninsular y el sureste francés (650-550 aC) (Actas AIAC Congress Mérida. 2015)

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Descripción

XVIII CIAC: Centro y periferia en el Mundo Clásico / Centre and periphery in the ancient world S. 4. Koiné mediterránea. Púnicos, etruscos, iberos Mediterranean koine. Carthaginians, etruscans, iberians Mérida. 2014: xxx-xxx

DE INVITADOS, ANFITRIONES Y REDES COMENSALES: ESPACIOS DE REUNIÓN Y CONSUMO EN EL NORDESTE PENINSULAR Y EL SURESTE FRANCÉS (650-550 AC) Samuel Sardà Seuma Universitat Pompeu Fabra

ABSTRACT This paper continues our recent works which have focused on feasting practices and its ideological and social involvement in the emergence of the so-called Iberian culture. The detailed analysis of certain domestic and funerary contexts of northeastern Iberia and southeastern of France gives a wide and contrasted view of the commensality dynamics in several First Iron Age communities. We analyze how people act in their particular areas but also the impact of their practices in the social networks.

COMENSALIDAD, IDENTIDADES Y COMPLEJIDAD SOCIAL

DE L’HÉRAULT AL EBRO: FOCOS DE INTERÉS Y SELECCIÓN DE CONTEXTOS

El estudio interpretativo de los contextos y culturas materiales vinculadas a prácticas alimentarias de tipo excepcional o festivo, permite avanzar en el conocimiento de los procesos sociales ligados a la eclosión y aparición del mundo ibérico1. En el presente trabajo, nos centramos en la importancia que adquieren los factores ideológicos e identitarios particulares de cada comunidad, a la hora de determinar el uso ritual de determinados espacios como escenarios de reunión y consumo colectivo. La arqueología Mediterránea del I Milenio aC, ha otorgado en estas últimas décadas un papel muy relevante al estudio de las prácticas alimentarias, tanto por lo que se refiere al análisis de las construcciones identitarias, como al estudio de las estrategias de poder y el desarrollo de la complejidad. En la propuesta que aquí aplicamos, confluyen ambas líneas de investigación, porque somos de la opinión que el estudio de las identidades y la negociación de la posición de los individuos también se puede abordar desde una perspectiva social y política, prestando en nuestro caso una atención especial al surgimiento de élites y al análisis de las disimetrías y diferencias sociales.

Nuestro interés se focaliza en los territorios que se extienden desde el sureste francés hasta la zona del Ebro. En este espacio, la primera Edad del Hierro (650550 aC) constituye una etapa de gran trascendencia, porque es en esta etapa cuando asistimos al desarrollo de distintos episodios locales que agudizarán la dinámica competitiva entre élites, dando lugar a los primeros intentos de emergencia aristocrática y a las primeras tentativas de integración política de los territorios en entidades más complejas. Es precisamente, en algunos contextos vinculados a estos sectores sociales o élites emergentes, donde observamos una concentración y ostentación más evidente de ciertos símbolos y objetos comensales. Destacan, en todo caso, cuatro áreas o espacios geográficos que concentran un potencial informativo especialmente remarcable: - Área Heràult: destacan una serie de tumbas en las necrópolis de Grand Bassin I, Pradines y Le Peyrou, que incluyen conjuntos de vasos realmente amplios y extensos (presentan de media, 20-22 vasos por tumba) y que se han relacionado con un tipo de banquete funerario, en el cual participarían una o dos familias nucleares. Rompen con este esquema ciertos contextos singulares de Grand Bassin I, como la tumba 68 (con 57 vasos, 2 cuchillos de hierro y 1 simpulum) o la tumba 99 (con 40 vasos y 2 cuchillos), pero también ciertos contextos de Le Peyrou, como la tumba 31 (con 26 vasos), la tumba 183 (con 25 vasos) o la tumba 115 (con 24 vasos, tres cuchillos y una copa protocoríntia). (Fig. 1)

e-mail: [email protected] 1 Sardà, 2008; a, 2010; b, 2010.

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Fig. 1. Extenso conjunto de vasos y elementos metálicos que integran el ajuar de la tumba 68 de Grand Bassin I (a partir de Taffanel y Taffanel 1962).

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A nivel de cultura material, constatamos en todas las áreas, la aparición de nuevos instrumentos diacríticos o distinguidos (diacritical insignia) vinculados esencialmente a tareas de reparto, servicio y preparación de alimentos y bebida (cuchillos, asadores, simpula, morteros-trípode, oinochoai). Objetos que debemos relacionar con la voluntad de enfatizar la parafernalia simbólica asociada a los parámetros o gestos litúrgicos oficiados básicamente por aquellos personajes que actuarían como anfitriones. Ahora bien, mientras por un lado se observan vínculos importantes entre las distintas áreas analizadas (presencia de simpula, cuchillos y asadores), constatamos por otra parte notables diferencias regionales, en función de la configuración particular de los distintos repertorios cerámicos locales, pero también en función de la incidencia específica que evidencia el comercio mediterráneo en las distintas áreas analizadas –esencialmente el comercio fenicio, que observa una destacada influencia en la zona del Ebro–. En cuanto al tipo de contextos, observamos un claro contraste entre la zona del Ebro y el resto de territorios analizados. En el bajo valle del Ebro la práctica del banquete únicamente puede rastrearse a través de los conjuntos documentados en ciertos contextos de hábitat, mientras que en el resto de áreas lo identificamos en el registro funerario. Este contraste necrópolis v.s hábitat, nos obliga a valorar las estrategias de apropiación y concepción simbólica del paisaje que construyen los grupos humanos en “sus territorios”, otorgando unos determinados significados tanto a los espacios funerios como a los asentamientos, a través de prácticas comunitarias orientadas a la creación y perpetuación de identidades y memorias colectivas. Así, en el caso del Ebro, la temprana aparición de un urbanismo basado en el uso de la piedra y el barro, es el reflejo de una mayor consolidación de los procesos vinculados a la sedentarización de las comunidades, que podrían haber potenciado el papel identitario de los propios asentamientos como espacios de uso litúrgico. Contrariamente, en las otras regiones pervive en líneas generales un tipo de poblamiento semi-sedentario, que habría maximizado el rol de las necrópolis como marcadores territoriales fijos y estables, explicando su utilización habitual como espacios de celebración litúrgica y auténtico nexo de integración social de las comunidades en el territorio. A nivel interpretativo, el banquete funerario siempre corresponde a celebraciones conmemorativas o de homenaje al difunto (más allá que se utilice para promover y comunicar determinados objetivos sociales) y por lo tanto, se efectúa de forma ocasional en motivo de las

- Área ampuritana: destacan distintos contextos funerarios (necrópolis de Vilanera, Agullana y Anglès), que incluyen conjuntos cuantitativamente más modestos que en el caso francés, pero que destacan por la presencia de significativos elementos cerámicos y metálicos de banquete. Entre éstos podemos destacar la tumba EF-9 de Vilanera (que incluye 13 vasos -8 de ellos, vasos fenicios-, 1 cuchillo de hierro y 1 simpulum ) o la tumba 184 de Agullana (que incluye un total de 18 vasos –con las conocidas imitaciones de U. Cruz del Negro y un vaso de pie calado que remite a los holmoi centro-mediterráneos). - Área costa central catalana: destacan los datos documentados en la zona del río Besòs y de sus afluentes, especialmente la información obtenida en la necrópolis de Can Piteu-Can Roqueta (Sabadell), en la cual podemos destacar un 5 % de las tumbas del primer hierro que incorporan conjuntos de entre 9 y 15 vasos, y que incluyen varios asadores y, al menos en un caso, la presencia de simpulum. Por otro lado, también destacan los conjuntos de algunas tumbas de la necrópolis del Coll (Llinars de Vallès). - Área Ebro: en este caso los contextos con mayor potencial informativo, han sido documentados en ciertos espacios residenciales que presentan evidencias de su utilización eventual o periódica como recintos de reunión y consumo (A7 y A67 de Moleta del Remei, recintos I y II de Barranc de Gàfols, H- 1 de Tossal Redó y H-2 de San Cristóbal). Pero también aportan datos relevantes, los conjuntos procedentes de pequeños asentamientos diferenciales (Aldovesta, Sant Jaume, En Balaguer I, Turó del Calvari) que han sido vinculados a los procesos de emergencia social protagonizados por determinados grupos o linajes destacados. La aparición de dichos asentamientos aislados, que incluyen conjuntos con funciones diferenciales y/o albergan reservas de alimentos potencialmente utilizables para la celebración de ágapes comunitarios, nos indica la existencia de núcleos vinculados a aquellos grupos sociales que pudieron desempeñar un rol diferencial en la gestión de los ciclos ceremoniales y las políticas comensales. (Fig. 2) NECRÓPOLIS V.S. HÁBITAT: ALGUNAS HIPÓTESIS Y CONSIDERACIONES FINALES El estudio comparativo de los distintos territorios analizados, nos indica que el consumo ritual de alimentos y bebida es utilizado en todos los casos como fórmula de autopromoción social que permite vehicular las estrategias de poder de determinados grupos o linajes.

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Fig. 2. Conjunto de vasos relacionables con el consumo de bebida de la tumba 84 de Agullana (a partir de Graells 2010).

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acciones rituales vinculadas a la defunción de un miembro de la comunidad. En contraposición, los conjuntos documentados en ciertos asentamientos del área del Ebro, nos ofrecen la posibilidad de establecer una vinculación más clara y directa con el estudio de las políticas comensales, es decir con aquellas prácticas de celebración estacional o periódica (banquetes de hospitalidad, ceremonias vinculadas al ciclo agrícola, etc.) que articularían el engranaje y el funcionamiento social de las comunidades. En este sentido, el caso del Ebro nos permite observar la transformación de las dinámicas comensales competitivas (Aldovesta), características de aquellos sistemas sociales en los cuales el poder no está plenamente institucionalizado o consolidado, en prácticas relacionales que integrarían un mensaje diacrítico y unas demostraciones de estatus cada vez más explícitas (Sant Jaume) y que acabarían adoptando aspectos característicos de las primeras redes comensales de tipo patronal (Turó del Calvari), en el marco de unas relaciones de carácter ya más abiertamente clientelar o tributario2. (Fig. 3) En todo caso, los contextos y conjuntos de las distintas áreas analizadas nos sitúan esencialmente en la esfera de unas prácticas comensales de alcance microregional, vinculadas principalmente a la participación de determinados linajes o grupos familiares cercanos, porque de hecho, en ninguno de los territorios es posible documentar in situ las evidencias relativas a la celebración efectiva de grandes banquetes inter-comunitarios. Una situación que contrasta notablemente con el registro que presentan en momentos coetáneos, otros territorios como el sudoeste tartésico, donde contamos con la posibilidad de rastrear la práctica de grandes banquetes colectivos a partir de la existencia de auténticos centros ceremoniales y de los restos cerámicos y bioarqueológicos acumulados en fosas deposicionales. Ello nos orienta a plantear como hipótesis, la posibilidad que las distintas comunidades o familias invitadas a participar en los grandes banquetes inter-comunitarios, pudieran aportar y utilizar sus propios instrumentos y objetos domésticos (que generalmente no serían amortizados en el banquete), resultando más difícilmente identificables en el registro arqueológico, tal y como nos ilustran múltiples ejemplos etnográficos. Esta situación no sólo nos informaría de las estrechas conexiones rituales existentes entre la esfera del banquete y los ágapes domésticos o cotidianos, sino que permite plantear el uso vigente de unos códigos semióticos compartidos y al alcance de todos, que contribuirían a establecer y a 2

Fig. 3. Ubicación habitacional de los elementos de banquete documentados en Turó del Calvari (Habitación 1: servicio de bebida; Habitación 2: extenso conjunto de platos) (a partir de Sardà 2008).

reconocer vínculos sociales e identitarios entre distintas familias y comunidades. En estas mismas celebraciones, aquellas familias o personajes encargados de convocar, patrocinar y oficiar los banquetes, exhibirían y ostentarían el uso de aquellos objetos distinguidos o de prestigio (simpula, cuchillos, asadores, oinochoai, morteros-trípode, etc.) que documentamos en sus tumbas o, en el caso del Ebro, en sus residencias diferenciales. BIBLIOGRAFÍA SARDÀ, S. 2008: “Servir el vino. Algunas observaciones sobre la adopción del oinochoe en el curso inferior del Ebro (s. VII-VI aC)”, Trabajos de Prehistoria, 65, 2: 95-115. SARDÀ, S. 2010a: Pràctiques de consum ritual al curs inferior de l’Ebre (s. VII-VI anE). Comensalitat, ideologia i canvi social , Tesi Doctoral, Universitat Rovira i Virgili, http://www.tdx.cat/TDX-1013110161238 SARDÀ, S. 2010b: “El giro comensal. Nuevos temas y nuevos enfoques en la protohistoria peninsular”, Herakleion, 3: 37-65.

Sardà a, 2010.

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