De comunidad en comunidad: enseñando a través del diseño

September 3, 2017 | Autor: Celina Andino | Categoría: Design education
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Descripción

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DE COMUNIDAD EN COMUNIDAD: ENSEÑANDO A TRAVÉS DEL DISEÑO Msc. Celina Ivette Andino Diseño del Producto Artesanal Escuela de Diseño Rosemarie Vázquez Liévano de Ángel Universidad Dr. José Matías Delgado El Salvador [email protected] Iniciando labores

Recuerdo el momento cuando se comunicaron de la organización Aid to Artisans1 (ATA El Salvador) para confirmar que había sido seleccionada como la diseñadora de productos para el programa REACH (Revitalizing Economic Activity with Creative Hands) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Era diciembre de 2002, estaba almorzando con un amigo en un centro comercial cuando recibí una llamada telefónica donde se me informaba que debía comenzar inmediatamente. Para ese entonces, estaba en el último semestre de la carrera en Diseño Artesanal; terminaba de dar los últimos detalles a mi portafolio profesional y en medio de comerme la hamburguesa y la emoción de saber que obtendría mi primer trabajo con esta oportunidad, decidí comunicarles que no podía aceptar la oferta. La carga académica de ese año era pesada y por responsabilidades de estudiante, no podía comprometerme. Para mi sorpresa, me propusieron que iniciara labores el 6 de enero 2003, cuando ya estuviera más desocupada. Ni dos veces lo pensé y acepté la oferta.

El programa REACH fue un proyecto de tres años, que promovió el desarrollo económico sostenible en El Salvador a través del fortalecimiento del sector artesanal del país. El programa se lanzó con la firma del acuerdo con USAID el 20 de junio de 2002 y con el Gobierno de El Salvador (GOES) a través de la Comisión Nacional para la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) el 31de enero de 2003. El programa apoyó el desarrollo de diseños y la apertura de mercados locales e internacionales para los productos elaborados a mano (Martínez, 2006). En un inicio, el programa concentró esfuerzos en los departamentos que fueron más afectados por los terremotos de 2001 —San Vicente, La Libertad y Usulután— trabajando también en las zonas donde, para ese momento, se concentraba la mayor producción artesanal: Ilobasco, La Palma y Nahuizalco. Sin embargo, a raíz de un interés genuino del GOES y el sector empresarial, el programa se extendió a todo el país. 1

Aid to Artisans es una organización no gubernamental, originaría de los Estados Unidos, con más de 30 años de experiencia apoyando a las comunidades de artesanos a nivel mundial en diseño y desarrollo de productos para mejorar el acceso hacia nuevos mercados.

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La estrategia implementada por ATA fue trabajar con exportadores con conocimientos y experiencia previa en los mercados, quienes celebraban contratos para la compra de producción a microempresas esparcidas a lo largo del país. ATA consideraba que aumentando la capacidad de estos exportadores, las ventas de los artesanos microempresarios también aumentarían. Fue así que el programa trabajó con tres grupos de la comunidad artesanal: el Grupo 1 lo integraban las compañías que en aquel entonces ya exportaban artesanías o tenían capacidad establecida para exportar. Por ejemplo, empresas cuyo personal realizara negocios en inglés y que contaran con medios financieros para apoyar la producción; el Grupo 2 aglutinaba a artesanos con una alta capacidad de producción y limitada experiencia de mercado en el extranjero, pero con deseos de invertir tiempo y recursos para alcanzar nuevos mercados; mientras que el Grupo 3 reunía artesanos con un mercado limitado, producción y recursos financieros escasos (ídem). Esta diversidad de grupos me permitió conocer diferentes personas y darme cuenta de las condiciones de vida en El Salvador, las cuales marcarían mi metodología de trabajo a través del diseño.

Cuando ATA me contrató, mi rol demandaba diseñar nuevos productos; trabajar de cerca con artesanos para el desarrollo de muestras; manejar inventarios; organizar y asistir a ferias para comercialización de productos. Esta última actividad fue la primera prueba de fuego. A las tres semanas de haber iniciado labores me enviaron a participar en la New York International Gift Fair (NYIGF), una de las ferias de regalos más grande a nivel mundial, donde tendría la oportunidad de conocer cómo establecía ATA sus contactos comerciales con compradores en Estados Unidos. La participación en NYIGF exigía preparar listados de precios y algunas muestras de productos para ser exhibidos en el stand de ATA en la feria, además de comprender el establecimiento de los requisitos de participación tanto para el expositor como para el comprador — las altas exigencias de la feria reducen los participantes a un grupo selecto de expositores—. Afortunadamente, lo aprendido en las clases de Administración y Producción Artesanal en Serie me ayudaron a sacar el mejor provecho de este evento. En esta visita, también asistí a las oficinas centrales de ATA, que en aquel entonces estaban en Hartford, Connecticut. Como resultado, me enriquecí con nuevas ideas sobre desarrollo de productos, contactos comerciales y, lo más importante, fui consciente del potencial que tenía la carrera de Diseño Artesanal en el país.

Al regresar de la feria inicié mi proceso de tesis, solicité apoyo en ATA para la ejecución del proyecto y fue aprobado. Mi tesis de pre grado abordó la “Documentación de Tintes Naturales Aplicables a la Cerámica de Guatajiagua”. ATA me apoyó brindándome transporte y viáticos cuando realizaba los viajes de campo a Guatajiagua, departamento de Morazán. Aparte de desarrollar productos con las artesanas locales, aprovechaba para experimentar con tintes naturales alternativos que podrían aplicarse para dar color a las piezas cerámicas. Tuve que organizar mi tiempo para, simultáneamente, cumplir con las actividades del trabajo y desarrollar mi tesis. Un típico día en la oficina comenzaba a las

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8:00 a.m. —a las 7:00 a.m. si tenía viaje de campo— revisando correo, preparando lo que necesitaría llevar a la comunidad, para luego ir ahí a trabajar, regresar a la oficina tipo 5:30 p.m. para enviar las fotos de muestras desarrolladas a los compradores y al día siguiente comenzar otra vez… El resto del tiempo lo consumía mi trabajo de grado.

La primera comunidad

Cuando ATA inició operaciones en el país, el panorama del sector artesanal en ese momento era desalentador. Las estadísticas reflejaban una reducción del 42% en las exportaciones de artesanías desde 1994 a 2000 (7% por año). En ese momento, se contabilizaba un aproximado de 75,000 talleres artesanales ubicados a lo largo de todo el país. Sin embargo, los artesanos se resistían a colaborar con las organizaciones de apoyo que habían surgido hasta el momento (Martínez, 2006). La primera comunidad con la que trabajé fue en La Palma, municipio del departamento de Chalatenango, una comunidad donde se trabaja la madera pintada a mano. La mayoría de propietarios de los talleres eran hombres quienes apostaban poco por el diseño y confiaban, aún menos, en lo que una recién egresada podría aportarles. Sin embargo, fueron dos talleres los que permitieron abrir las puertas para trabajar con la comunidad: Cooperativa La Semilla de Dios y El Madero de Jesús. Dentro de la estrategia de ATA, estos talleres pertenecían a la categoría del Grupo 2. La Cooperativa La Semilla de Dios es el legado del artista plástico Fernando Llort, quien fundó la cooperativa en 1977 para generar fuentes de ingreso en el sector, a través de productos elaborados en madera pintada (Andino, 2006). Estos talleres tenían la experiencia de haber comercializado productos a través del mercado justo con compradores de Europa y Estados Unidos durante la guerra. Al llegar a trabajar con ellos mi sorpresa fue que estaban familiarizados con los términos de boceto, acabados y desarrollo de muestras. Terminé trabajando con 23 talleres en La Palma, desarrollando 505 productos para mercado local e internacional. Después de La Palma, me asignaron trabajar con otras comunidades, Nahuizalco, departamento de Sonsonate; Ilobasco, departamento de Cabañas; San Vicente, y San Salvador. Así, tuve la oportunidad de conocer buena parte del país. ¿Cómo desarrollar nuevas propuestas de productos sin perjudicar el legado cultural de una comunidad? ¿Cómo alcanzaría las metas de elaborar nuevos diseños enfocados hacia mercados internacionales? eran algunas de las preguntas que me hacía cada vez que viajaba a las comunidades. En diciembre de 2003 compartí estas inquietudes con la colega Raquel Girón, diseñadora artesanal, quién comenzó a trabajar como diseñadora a tiempo completo en ATA. Los artesanos habían recibido capacitaciones sobre tendencias de mercado, comercialización y mercadeo de parte de consultores extranjeros. Sin embargo, no recibían capacitaciones técnicas en temáticas de diseño, por lo que poco a poco armamos un programa de capacitaciones para los Centros de Desarrollo Artesanal (CEDART) en Ilobasco, La Palma, Guatajiagua y Nahuizalco. Las capacitaciones abarcaban temas como fundamentos del diseño, interpretación de dibujos, diseño internacional, motivación creativa y visual, teoría

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del color y mezcla de materiales. Realizamos la primera capacitación en Ilobasco y la asistencia de los artesanos fue escasa. Sin embargo, esta respuesta inicial no nos desmotivó y continuamos con el taller de motivación creativa y visual en Guatajiagua. De los resultados con las artesanas en Guatajiagua obtuvimos material para desarrollar nuevas líneas de productos a partir de los dibujos realizados en la sesión. Al ver que los productos surgían de sus propios bocetos y que éstos eran solicitados por compradores en San Salvador, las artesanas demandaron más talleres con temáticas de diseño. Por supuesto realizamos talleres con las demás comunidades y los que más apertura tenían eran los de dibujo y diseño internacional, ya que para los artesanos era estimulante el ver referencias de productos de otros países que fácilmente se podrían reproducir en El Salvador.

La cantidad de diseñadores trabajando en ATA incrementó de una persona en el primer año, a tener cinco diseñadores de productos y dos diseñadores gráficos el segundo año; todos ellos trabajando a tiempo completo o por proyectos. Al establecerse la alianza con la Escuela de Diseño, EDD, (Escuela de Artes Aplicadas, EAA, en aquel entonces), para el año 2005, 30 diseñadores ya habían trabajado en ATA El Salvador (Martínez, 2006). La combinación de trabajar con los artesanos desarrollando productos, los viajes de campo y el ver las condiciones de pobreza del país, me llevaron a reflexionar sobre el impacto que mi trabajo como diseñadora estaba generando. En ocasiones percibía que mi papel era maquilar un producto que un comprador en San Salvador o en el extranjero solicitara, llegar donde el artesano a decirle qué era lo que tenía que hacer sin tener mayor consideración de sus ideas para ejecutarlo. Mi metodología de trabajo estaba generándome un conflicto sobre cómo abordar el diseño y aspiraba a encontrar métodos alternativos y nuevas ideas para ello. Me preguntaba: ¿cuál es el enfoque de diseño en otras comunidades de artesanos? ¿Qué acciones fomentan los gobiernos para desarrollar el sector artesanal y el diseño? ¿Existe la enseñanza del diseño en las escuelas desde parvularia? A la par de estos cuestionamientos, crecía mi inquietud por realizar una maestría en un área que complementara la experiencia adquirida como diseñadora. Después de buscar alternativas de universidades y cursos, el área que me interesaba ahondar era la gestión cultural, decidí realizar mi maestría en Política y Administración Cultural, en Inglaterra.

Reflexión en el Reino Unido

Llegué un 16 de septiembre de 2005 a Londres, Inglaterra, el país donde había surgido el movimiento de Arts and Crafts a mediados del siglo XIX. Desde Londres viajé cuatro horas en tren para llegar a Sheffield, South Yorkshire, donde la Universidad de Sheffield Hallam me esperaba para realizar mis estudios. Desde el siglo XIV Sheffield ya era reconocido como un centro productor de cubertería. Más tarde, a mediados del siglo XIX, la vocación industrial de la ciudad estaba consolidada; casi la mitad del acero Europeo salía de Sheffield (Hey, 2005). Una ciudad post industrial donde la reconstrucción urbana y económica inició en los años 80. Desde el 2000 Sheffield ha promovido actividades de

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regeneración del centro de la ciudad para establecer su rol como impulsor económico de la región, incrementando sus atracciones de comercio, esparcimiento y cultura (Evans, 2007). Llegar a una ciudad donde se construyen barrios culturales con espacios de difusión para el arte, diseño, cine, es refrescante para la mente de una persona que jamás en su vida había experimentado eso. Tener acceso a los museos, las revistas y libros de diseñadores que los docentes comentaban que existían, fue el paraíso. Pasaba horas en la biblioteca de la universidad leyendo los artículos originales de las revistas The Design Journal y Design Issues; en los museos de Londres me cité con Kandinsky, Matisse, o Warhol, contemplando obras que hasta entonces solo había leído en libros.

En mi grupo de maestría, trece compañeros ingleses constituían un núcleo cultural bastante uniforme, mientras una compañera coreana y yo, como la única salvadoreña en toda la universidad, aportábamos la diversidad. Tuve dos momentos de impacto estudiando en Sheffield: el primero, cuando una de mis compañeras de curso, especialista en cerámica, vio mi portafolio y reconoció la calidad de mi trabajo pese a proceder de un país del tercer mundo. Era la primera vez que ella conocía a una persona de El Salvador y nunca se imaginó que en nuestro país tuviéramos acceso a educación. El segundo momento fue cuando buscaba un asesor para mi tesis de maestría y hablé con el jefe del departamento de joyería de la universidad. Al ver mi portafolio, experiencia laboral e intereses de investigación —que por aquel entonces se relacionaban con un diseño más participativo y experimentaciones con diferentes materiales— me dijo que mejor aplicara al doctorado por mi experiencia y perfil. Definitivamente, comprobé que las bases de diseño que aprendí en la EAA, no tenían nada que envidiar a los profesionales del diseño ingleses.

Después de hablar con varios profesores y compartir experiencias con otros colegas diseñadores, decidí ahondar más en el tema sobre políticas de diseño. Me preguntaba ¿por qué no incorporar la materia de diseño en el sistema educativo público salvadoreño? ¿Por qué no crear un ministerio de diseño y artesanías en el país? ¿Cuáles otros enfoques existen en la práctica del diseño? o ¿Cómo realizar un trabajo más participativo y colaborativo entre compradores, artesanos y diseñadores? Finalmente, aterricé en la idea de tomar como caso de estudio el trabajo de diseño que se realizaba en ATA El Salvador. Fue así como realicé entrevistas a diseñadores y artesanos de La Palma y culminé con la tesis titulada “Política de Diseño Centrado en el Humano: un enfoque alternativo al diseño en Aid to Artisans El Salvador”. Me interesaba conocer las inquietudes sobre la metodología de trabajo entre artesanos y diseñadores en ATA. Los resultados indicaban que se podía mejorar esa relación de trabajo; el estudio recomendaba incorporar una política de diseño centrado en el humano. Este enfoque buscaba promover la equidad en la toma de decisiones, considerando la participación de todos los involucrados, abriendo espacios para ideas y prácticas democráticas en el proceso de diseño. Por supuesto que estas conclusiones no hicieron eco

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dentro de ATA. Sin embargo, mis convicciones sobre cómo debía abordar el diseño sí habían cambiado.

Aplicando nuevos conocimientos

Me gradué de máster en marzo de 2007. No me quedé en Inglaterra para la ceremonia de graduación. En mayo del mismo año regresé a trabajar con ATA El Salvador, esta vez como consultora en diseño de productos artesanales del Programa para el Desarrollo Artesanal de USAID. El programa REACH se logró extender por más tiempo, consiguiendo financiamiento adicional. Esta vez, me contrataron para implementar un proyecto en La Palma, el cual buscaba usar papel maché como material alternativo para elaborar productos. Junto a un diseñador internacional, desarrollamos una línea de productos en papel maché que se expondría en la NYIGF 2008. La técnica se trabajó modelada y se logró desarrollar una placa o lámina con la cual se elaboraron contenedores, bandejas y figuras navideñas. Mi segunda etapa laboral en ATA duró siete meses, ya que decidí no continuar con ellos para darle cabeza a mi propio proyecto creativo. Al mismo tiempo, comencé a dar clases, alternándolas con trabajos de consultoría. Cuando llegué a Fundación PROESA (hoy Asociación PROESA) por primera vez apliqué una metodología más participativa. Anteriormente había trabajado en varias zonas del país, pero la zona norte de Morazán representaba un reto mayor. Una zona devastada por la guerra, alejada de San Salvador, pero con potencial de crecimiento económico a través del turismo.

Para febrero de 2010 inicié conversaciones con la Asociación PROESA para realizar una consultoría en Meanguera, Morazán. El proyecto se concretó en mayo de ese año, bajo el objetivo de implementar un proceso de mejoramiento y el desarrollo de 20 iniciativas artesanales en dos cantones del municipio de Meanguera (los caseríos El Mozote, La Guacamaya y La Laguna, del cantón La Guacamaya, y el caserío Poza Honda del cantón Cerro Pando). Buscábamos que estas iniciativas contribuyeran a generar ingresos a las familias de las zonas. Desde que envié la oferta técnica y económica sabía que este proyecto sería diferente. Mi padre me acompañó a la zona antes de iniciar el proyecto; fue uno de los viajes más significativos que hice con él por las historias que me iba contando durante el camino. Nos aventuramos a viajar en bus y a medida que nuestro recorrido progresaba, mi inquietud por comenzar el proyecto también se hacía más fuerte. Comencé haciendo un FODA2 con los artesanos de las dos comunidades y preguntándoles cuáles eran sus expectativas y temores en relación al proyecto. A partir de esta información modifiqué algunos aspectos de la consultoría para incluir las ideas que habían surgido en la sesión. El primer tema que abordamos fue “Público Meta e Información del Mercado”; 2

El análisis FODA (acróstico de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) es una herramienta que permite conformar un cuadro de la situación actual de un sujeto de estudio (persona, empresa u organización), para obtener un diagnóstico preciso y tomar decisiones acordes con los objetivos planteados.

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uno de los ejercicios pedía contar historias del lugar que pudieran ser atractivas para los turistas. En ese momento, comprendí que había tocado los delicados hilos de la memoria histórica e identidad de los habitantes de la zona. Surgieron historias del combate, el exilio y la reconstrucción, así como algunas leyendas, todas ellas impregnadas de las ganas de superación de un pueblo por salir adelante. El siguiente tema impartido fue “Fundamentos del Diseño”, en el cual utilicé un juego para explicar los conceptos de ritmo y proporción. Poco a poco estaba ganándome la confianza de la comunidad. De forma que cuando llegamos al tema de “Métodos Creativos” y generamos una matriz de desarrollo de producto, las caras de los artesanos cambiaron. Hicieron las conexiones entre los temas vistos en las sesiones anteriores, entendieron por qué y de dónde partían las ideas para desarrollar los nuevos productos. Para mí, la experiencia fue gratificante porque se consideró la opinión de todos en la toma de decisiones, el proceso fue más colaborativo y cumplí un rol más de facilitadora que de asesora.

¿Qué hice de diferente en este proyecto? Conviví y escuché más a las personas con quienes trabajaría —de hecho vivía en Perquín de lunes a miércoles—. En las sesiones de capacitación almorzaba con ellos. También realizamos una gira de intercambio con la comunidad de Nahuizalco, donde se intercambiaron experiencias con otros talleres de artesanos; organizamos una visita a San Salvador a proveedores de materias primas y potenciales compradores. Para algunos artesanos de Meanguera, esta era la primera vez que viajaban en bus a San Salvador; hubo algunos que se marearon, pero la experiencia les sirvió para conocer el mercado de los productos artesanales en la capital. Como resultado inmediato, a raíz de este proyecto, los artesanos crearon 144 nuevos productos; incrementaron sus habilidades en el diseño y elaboración de productos en henequén e hilo de algodón; y participaron en el evento Pueblos Vivos 2010 en CIFCO, donde se vendieron algunos de los nuevos productos diseñados, los cuales también formaron parte del catálogo Colección Mezcal y Color 2010. El proyecto finalizó en marzo de 2011, y más tarde, en agosto de 2013, por iniciativa propia regresé a Perquín para una retroalimentación de los resultados obtenidos. Para entonces, los artesanos del cantón La Guacamaya habían organizado y fundado la Asociación Cooperativa de Comercialización Producción Artesanal Agropecuaria e Industrial Mezcal Historia y Color de Responsabilidad Limitada. Esta fue la primera vez que regresé a una comunidad para darle seguimiento al trabajo realizado anteriormente. Actualmente, la cooperativa participa en diferentes ferias de la zona y en San Salvador; la venta de los productos contribuye significativamente a la manutención de los hogares de los artesanos miembros.

Una diseñadora enseñando en el extranjero En abril de 2011 se me presentó la oportunidad de trabajar en Paraguay a través de ACDI/VOCA, una organización norteamericana privada sin fines de lucro que fomenta el crecimiento económico de base amplia, condiciones de vida más elevadas, y comunidades dinámicas en países de bajos ingresos y democracias emergentes (ACDI/VOCA, 2014).

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Fui contratada como diseñadora textil para elaborar las estrategias de diseño, control de calidad y mercadeo de productos textiles para la Asociación de Confeccionistas de Lima, en el departamento de San Pedro. Hasta que llegué a Asunción me di cuenta que sì me habían contratado para compartir mi experiencia como diseñadora de productos. Fue mi primera experiencia laboral a nivel internacional. Lima se sitúa a más de 220km. de la ciudad capital de Asunción; un recorrido que, en vehículo, toma tres horas y media. La asociación está activa desde el año 2000. En el 2005 la municipalidad de Lima les donó máquinas de coser para mejorar la confección de prendas. La asociación presentó el proyecto a ACDI/VOCA Paraguay para recibir asistencia técnica en el desarrollo de nuevos productos. La experiencia fue enriquecedora ya que puse a prueba mis habilidades para transmitir mis conocimientos en un contexto cultural diferente. Aprendí algunas palabras en guaraní y algunas cosas sobre la cultura del tereré, la bebida oficial del Paraguay. Nuevamente, en esta consultoría apliqué una metodología más participativa. Uno de los resultados más inmediatos fue el contactar a una modista de la zona que había realizado estudios de corte y confección en Asunción, quien aceptó impartir un taller de elaboración de patrones sin costo alguno. Lo más significativo del proyecto fue que las confeccionistas encontraron las soluciones a sus problemas valiéndose de los recursos locales. En enero de 2014, ACDI/VOCA nuevamente me contactó para ejecutar otro proyecto en Paraguay. Esta vez para trabajar en Isla Tujú, departamento de Concepción, con las productoras de sombreros de palma de caranday. Los objetivos del proyecto incluían brindar asistencia técnica en el diseño y desarrollo de nuevos productos, realizar una capacitación en el teñido de la palma, compartir experiencias a nivel de mercadeo y comercialización y, a largo plazo, formar una asociación de artesanos productores. Este proyecto representó para mí un reto en dos aspectos:

1) El idioma: Algunas de las artesanas no hablaban castellano, solo guaraní. Sin embargo, se apoyaban en sus hijos para aclarar dudas. Al ser primera vez que se daba una capacitación de este tipo, significó un esfuerzo bastante grande de parte de las artesanas. Fue satisfactorio ver el interés mostrado por las beneficiarias. La ejecución de los ejercicios prácticos fue mejor recibida.

2) Aislamiento de la localidad: Isla Tujú es una zona de difícil acceso, ya que se encuentra a una hora y media de camino de la ciudad de Concepción, pero llegar a Concepción requiere cinco horas y media de viaje en vehículo desde Asunción. Las condiciones de la carretera hasta Isla Tujú no son las mejores, lo cual exigió que aprovecháramos al máximo el tiempo en la comunidad y adaptáramos ciertos ejercicios. Por ejemplo, la elaboración de figuras tridimensionales se sustituyó por una lluvia de ideas grupal sobre otros usos que se le pueden dar a los sombreros, teniendo como resultado nuevas ideas de productos a desarrollar.

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A nivel de conocimiento, descubrí nuevas fuentes de materias primas colorantes y sistemas de elaboración de sombreros de palma. Esta experiencia enriqueció mi metodología de enseñanza y actualmente la comparto con los estudiantes de la Escuela de Diseño de la Universidad Dr. José Matías Delgado.

Mi experiencia como diseñadora artesanal está empapada del trabajo de campo a través de la ejecución de proyectos de desarrollo productivo. He compartido esta experiencia desde el año 2009 cuando inicié como docente hora clase en la EDD. Junto a los estudiantes, ejecutamos proyectos diseñando líneas de productos con artesanos en Ilobasco, Nahuizalco y San Salvador. A partir del 2012, cuando asumí como Coordinadora de Proyección Social de la EDD, mis oportunidades para seguir aprendiendo y enseñando a través del diseño se ampliaron. El enfoque de Proyección Social dentro de la EDD ha impulsado el trabajo conjunto entre la academia y otros socios, tales como gobierno, alcaldías, ADESCOS, ONG’s, a través de la ejecución de proyectos de apoyo recíproco desde las cátedras. Se han impulsado proyectos sobre diseño participativo, emprendimiento, desarrollo de MIPYMEs y educación a través del diseño. En 2013 se apoyó a dos grupos de artesanos quienes asistieron a la universidad para recibir clases sobre diseño textil e ilustración; las puertas de la EDD se abrieron para dar paso a la educación para adultos, fomentando la inclusión integral de las personas sin títulos académicos. El trabajo realizado como diseñadora de productos artesanales y docente ha sido valioso; el poder compartir conocimientos a nivel local e internacional me ha llevado a reflexionar sobre el impacto y compromiso que producimos en el día a día. Lo que me motiva a enseñar es compartir y descubrir nuevas experiencias de conocimiento que llevan a un crecimiento personal e intelectual. Mi objetivo como profesional del diseño ha sido trabajar con un alto sentido ético y sensibilidad social.

Bibliografía ACDI/VOCA. (7 de Septiembre de 2014). acdivoca.org. Obtenido de acdivoca.org: http://www.acdivoca.org/site/ID/aboutusspanish Andino, C. (2006). Human Centered Design Policy: an Alternative Approach to Design in Aid to Artisans El Salvador. Sheffield: Sheffield Hallam University. Evans, R. et al. (2007). Sheffield One Evaluation: Final Report. Sheffield: European Institute for Urban Affairs. Hey, D. (1 de Marzo de 2005). The South Yorkshire Steel Industry and the Industrial Revolution. Northern History, 42(01), 91-96. López, A. (23 de Agosto de 2005). elsalvador.com. Obtenido de elsalvador.com: http://www.elsalvador.com/noticias/2005/08/23/negocios/neg5.asp Martínez, V. (2006). Informe Cierre de Actividades ATA-CONAMYPE 2002-2005. San Salvador: Aid to Artisans.

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