Dagoberto, el folísofo de Murena

August 10, 2017 | Autor: Cristino Bogado | Categoría: Jacques Derrida, Lenguaje, Mix De Lenguas
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Descripción

Dagoberto, de la novela póstuma Folisofía ≠ (1977, Monte Ávila, Venezuela), de H.A. MURENA para elguahu

Dagoberto es uno de los hijos, 6 Dagobertos y una Dagoberta (así con la aparición de mujer rompe el circulo negativo de sus excesos especulares) de una madre nacida otogenaria… (madre con algo de ballardiana: en un cuento del inglés los nacimientos se hacían en los cementerios y madurar era aniñarse hasta desaparecer…). Dagoberto como héroe de la novela Folisofía de H A Murena vive dentro una bildunsgroman (novela de aprendizaje de joven inaugurada por Goethe en su Wilhelm Meister), pero digamos en versión comic underground. Sí, como en este tipo de novelas el joven viaja por el mundo aprendiendo, Dagoberto aquí aprende a cacharrata (sus maestros serían apenas Sade y Dadá): aprende a cacar por la boca y a comer por el culo. Aprende y se vuelve un artista del escupitajo (político, opositor, policial, estatal, oficalesko, etc.). Aprende a ganarse el pan, y en eso que todo patrón es un sádico gratuito. Que paga cualquier salario de hambre con tal de ver sufrir. Aprende del mundo sus leyes. Su encierro carcelario, inhumano. Aprende a arreglar coches, a lidiar con la tejné, folisofar, aprende a mirar el mundo con un solo ojo, cíclope, a pisar el mundo, su mundo hormigueante y promiscuo, con un solo pie…aprende a alimentarse como los otros entes de su propio cuerpo, cocinando su propia pantorrilla, etc. Pero Dagoberto también habita otra novela o mundo. La de La Naranja Mecánica. Un mundo verbal prístino y original, nuevo mundo aposentado sobre una neolengua dagobertiana poética y auroral. Un jopara habla y habita Dagoberto en su mundo inmundo. Una lang macarronizada de todos los romances prójimos al español… Un bricolaje de proto-españoles y post-españoles. Un español primitivo en el sentido de que asistimos a su fermentación en directo, acomodándose para llegar a ser una lengua fijada y academizada. Es una cámara (lingüística) donde las partículas aún no son español ni

catalán ni portugués, sino la lang de Dagoberto (de Un demonio de Murena se puede hablar acá como se habla de un Demonio de Maxwell). Sujeto posfasado la lang dagobertiana. Folisofia es La Naranja Mecánica sudaka, donde Alexander de Large es nuestro Dagoberto, y la pavlovización del héroe se realiza no en un laboratorio experimental futurista sino al pasar por los escaners de un dispositivo altamente entropizante, la de una realidad experimental de un país sin nombre. Dagoberto el folísofo cíclope y monópodo le cuenta la novela casi en su totalidad a su amat en una plaza pública, último ágora entonces se nos dice es la novela, un autor le cuenta cosas a un lector….dialéctica a distancia…la misma distancia se enfatizará cuando Dagoberto se cuelgue de un teléfono -encerrado de las asechanzas del mundo- en un jardín epicúreo moderno, su apartamento de folísofo, como último punto de relación con el afuera. Sale, parte como un filósofo cínico, si éste osara abandonar su tonel, y termina como un pirroniano, sobre una pata y mirando el mundo con un ojo. La mutación final es física y mental, cambiar de cuerpo es cambiar de visión del mundo Dagoberto, para poder tasar su estatura literaria, podemos cotejarlo con otros personajes más arraigados a nuestras lecturas canónicas: es un Cándido mutilado, apartado del mundanal ruido infernal de la vida moderna. Es un Kirilov que no se mata para ser Dios sino que se mutila o automutila el cuerpo (y la lengua) para ser Dagoberto vivito y coleando en un mundo traspasado de sádico aceleracionismo. Dagoberto, el egoísta, el único inconsciente, atraviesa los círculos infernales de la espectralidad del reino gaseoso del Espíritu postmongoloide y cristiano modernos de los ateos espiritualistas, hasta comprender su sujeción a estos fantasmas que lo tenían a mal traer, que han sacrificado partes de su cuerpo, su ojo, su pierna, para mejor él lograr alcanzar el Bien no de su inmoralidad propia y egoísta….La insurrección del egoísta ha devuelto a su cuerpo, aunque mutilado, su

propiedad y goce. Venció a los aparecidos antiguos y modernos sin necesidad de recurrir a la iconoclastia protestante y orson wellsiana de un Don Quijote. Dagoberto es Un paciente en disminución macedoniano, pero consciente, asumido sabiamente. Dagoberto es un Barry Lyndon “feliz”. Su mutilación no es un precio que paga para no matar al otro. Es la calibración de su vida a un entorno excesivo, voraz, despiadado. La imposibilidad de que el escritor lea lo que va escribiendo, scribiviendo…hace de Dagoberto un personaje de un libro “ciego”. La Madre sin CONCHA (artificialmente) o, mejor, la madre (de Dagoberto) de la CONCHA OBTURADA convierte a nuestro héroe en inventor ad hoc. En homo faber en pro de la felicidad familiar y la contención masturbatoria materna, esa pajera otogenaria nacida. “Postreramente descidióse taponarle la cajeta por considerar no sólo que ofreciba menos risco desviar las aguas de la pis que los trenes de la caca, sino encloído que esa era la cajita más rijosa de las dos, la que más laburo a nos daba» Bestiario de Murena: La cucaracha (coucrach) enamoradiza, el ratón (rotón) depredador La visión de Murena de la humanidad actual, moderna (y ergo de Argentina, su modelo y punto de partida conceptual) es una cárcel hacinada en sus quehaceres de auto-antropofogización, de autocogida sempiterna, rotando como una gran colmena de insectos, de bichos repugnantes, sobreviviendo sobre su propia mierda, por la cual pelea con sus congéneres, y sus parásitos, los perros y ratones Asadito de sí mismo, Dagoberto simboliza el capitalismo aceleracionista autóphagous de Baudrillard, pero sin colapso posible, más bien es dantesco, una tortura infinita.

Es La gran comilona de Marco Ferreri, pero en Murena los manjares no están en bandejas de plata y copas de cristal, los manjares hay que cortarlos de la nalga o del bíceps, sajar en uno mismo… Siempre estamos rodeados de nuestras propias extensiones, dice Sloterdijk, y en el caso de Dagoberto es el teléfono de su departamento donde se aísla. La lang de Dagoberto revela la primitividad esencial del lenguaje: estado fluido, móvil, indefinidamente penetrable del lenguaje, una posibilidad de circular por él en todos los sentidos, el campo abierto a todas las transformaciones, inversiones y recortes, la multiplicación en cada punto, en cada sílaba o sonoridad de los poderes de la designación . Como dice La Science de Dieu de Brisset (vía Foucault).

≠ http://es.scribd.com/doc/32661627/MURENA-H-A-Folisofia

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