Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población y sus implicaciones en Gerontología Social / Geographical questions about the aging population and its implications for Social Gerontology

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Descripción

UNIVERSIDAD DE GRANADA Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física – Geografía Humana

CUESTIONES GEOGRÁFICAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y SUS IMPLICACIONES EN GERONTOLOGÍA DIEGO SÁNCHEZ GONZÁLEZ

Tesis para la obtención de la Suficiencia Investigadora dentro del Programa de Doctorado en Análisis Geográfico en la Ordenación del Territorio y Medio Ambiente

DIRECTOR: DR. D. DIEGO COMPÁN VÁZQUEZ

Granada, 2000

CUESTIONES GEOGRÁFICAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y SUS IMPLICACIONES EN GERONTOLOGÍA DIEGO SÁNCHEZ GONZÁLEZ

UNIVERSIDAD DE GRANADA CUESTIONES GEOGRÁFICAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y SUS IMPLICACIONES EN GERONTOLOGÍA SOCIAL (Geographical questions about the aging population and its implications for Social Gerontology) / Diego Sánchez González. – Universidad de Granada (Granada); Granada: Universidad de Granada. Departamentos de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física y Geografía Humana, 2000. 285 p. Bibliografías ISBN (13): ISBN (10): CDU: 911.3. Geografía humana, social y cultural; 911.3. Geografía física; 616-053.9 Geriatría.

Primera edición: 2000 © Diego Sánchez González, 2000 © Universidad de Granada Edita: Universidad de Granada Campus Universitario de Cartuja, Granada. Edición: 1ª ed., 1ª imp. Deposito Legal: ISBN (13): Impreso en España – Printed in Spain

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

AGRADECIMIENTOS

Quiero mostrar mi agradecimiento a mis queridos ancianos va dedicado todo este esfuerzo lleno de ilusión y compromiso. El apoyo de innumerables personas jóvenes de espíritu, anónimas e inestimables, ha sido de incalculable valor y fundamental para posibilitar el logro de este trabajo. Además del sostén y las jugosas reflexiones ofrecidas por mi amigo, el geógrafo, Fouad Boulifa.

Así como a mis padres y abuelos, algunos desaparecidos, que nunca dejaron de enseñarme y sorprenderme, por sus incasables alientos y apoyos. Pues, no hay motivo más generoso que crear ilusión en un niño y saber mantenerla hasta hacerla realidad.

Quiero agradecer a la Catedrática Dra. Ramona Rubio Herrera (Universidad de Granada) las enseñanzas brindadas en Gerontología Social y la oportunidad para participar en el Aula de Mayores Ciudad de Granada, cuya experiencia docente fue enriquecedora e inolvidable.

Finalmente, dejo un lugar destacado y entrañable a mi tutor y amigo Diego Compán Vázquez por ayudarme a emprender este sueño.

Granada, 1 de septiembre de 2000.

INDICE Páginas PRESENTACIÓN..................................................................................... 11

INTRODUCCIÓN....................................................................................

13

* Preludio..................................................................................................

13

* Conceptos recientes sobre el envejecimiento................................ ........

24

I. EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN.........

37

I.1. La presión demográfica..........................................................

37

I.1.a. La evolución del proceso de envejecimiento demográfico mundial declive de la fecundidad................

38

I.1.b. La evolución del proceso de envejecimiento demográfico español........................................................

44

I.1.b.1. El descenso de la fecundidad...................

53

I.1.b.2. El descenso de la mortalidad...................

62

I.1.b.3. La estructura demográfica.......................

81

I.2. Las presiones políticas y económicas....................................

92

I.2.a. La cultura del consumo y las pensiones.....

92

I.2.b. Estilos de vida: alimentación y salud.........

109

I.2.c. La vivienda.................................................

120

I.2.d. Educación...................................................

124

I.2.e. Servicios Sociales.......................................

129

I.3. Las presiones populares........................................................

135

I.4. La presión de los profesionales.............................................

138

II. SÍNTESIS DEL DESARROLLO DE LA GERONTOLOGÍA.........

Páginas 141

II.1. Antecedentes históricos en torno a la vejez........................

143

II.2. El origen del estudio científico sobre el envejecimiento....

156

II.3. Evolución de la Gerontología en España............................

160

III. REFLEXIONES SOBRE EL PANORAMA ACTUAL DE LA GERONTOLOGÍA..................................................

167

III.1. El desarrollo de la investigación gerontológica: objetivos, metodologías y problemática....................................

168

III.2. Aspectos biológicos y psicosociales del envejecimiento...........................................................................

172

II.2.a. Aspectos biológicos del envejecimiento.............

172

II.2.a.1. Biología................................................

173

II.2.a.2. Medicina. Geriatría..............................

175

III.2.b. Aspectos psicosociales del envejecimiento.......

181

III.2.b.1. Psicología. Psicogerontología............

182

III.2.b.2. Demografía.........................................

186

III.2.b.3. Sociología...........................................

189

III.2.b.4. Economía............................................

196

III.2.b.5. Geografía............................................

198

III.3. Los desafíos de la Gerontología.......................................

202

IV. CUESTIONES GEOGRÁFICAS SOBRE LOS ESTUDIOS DEL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN...........

217

IV.1. El compromiso de la Geografía en la perspectiva de las ciencias sociales...............................................................

217

IV.2. Evolución de la Geografía del envejecimiento.................

222

IV.3. La implicación de los geógrafos en la Gerontología........

230

IV.4. Los desafíos de la Geografía del envejecimiento.............

235

CONCLUSIONES.................................................................................

239

BIBLIOGRAFÍA...................................................................................

Páginas 247

ANEXO.................................................................................................

272

Direcciones de Organismos Gubernamentales..........................

272

Direcciones de Organismos no Gubernamentales.....................

276

Otras direcciones de interés.......................................................

279

APÉNDICE...........................................................................................

280

-

Índice de cuadros......................................................................

280

-

Índice de gráficos......................................................................

281

-

Índice de mapas........................................................................

282

-

Índice de fotos...........................................................................

283

«El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad» (García Márquez, G. 1, 1961, pág. 154).

«Hacia el mediodía, comencé a tener dificultades para respirar, y me quedé solo. Los otros pájaros salieron del árbol y volaron hacia otra parte. - ¿Por qué huís de mí? – le pregunté a uno de los últimos en marchar. - Porque te estás muriendo – respondió». (ATXAGA, B. 2, 1999, pág. 111).

«La vejez es honorable si se defiende a sí misma reteniendo sus derechos, manteniendo su independencia, gobernando sobre sus dominios hasta el último suspiro». (CICERÓN, M.T. 3, XI, 38).

1

GARCÍA MÁRQUEZ, G.: Cien años de soledad. R.B.A, editores, Barcelona, 1994, pág. 154. ATXAGA, B.2: Historias de Obaba. Ediciones B, Barcelona, 1999, pág. 111. 3 CICERÓN, M.T.: De senectute. XI.38. 2

PRESENTACIÓN

La necesidad de debatir las cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población y la situación de las personas ancianas surge de una compleja realidad de carencias afectivas y materiales de este grupo, de la propia sociedad en crisis, generadora de desequilibrios y desigualdades, de marginados y olvidados. Este pretende ser un tributo hacia los ancianos y un estímulo a la reflexión de los distintos especialistas, geógrafos o no, que contribuyen al desarrollo de la ciencia y de nuestra humanidad. Sensibilidad que debe despertar y tomar conciencia a favor de un progreso más coherente y equilibrado, donde se minimicen los efectos de la marginación social postindustrial, la más desinformada y peor conocida de la historia.

La investigación está enmarcada dentro de un proyecto más ambicioso que tiene como fin la realización de una tesis doctoral titulada: “Las personas mayores de la ciudad de Granada: necesidades y demandas”. En la que se defiende: La utilidad de los ancianos frente a las contradicciones de una sociedad deshumanizada. Eso supone cuestionar a la sociedad de consumo y proponerle alternativas para su rehumanización. La tesis, que se encuentra en una fase avanzada, pretende analizar el complicado medio urbano y sus interacciones con sus habitantes, centrando la investigación en los ancianos y las diferentes realidades que podemos percibir y las que permanecen enmascaradas bajo la espesa dermis de la ciudad. Para

esta labor, en primer lugar, se aborda el estudio del mayor dentro de la ciudad de Granada, cómo actúa ese espacio urbano sobre estas personas y cómo ellos la perciben. En segundo lugar, el hecho de que la pobreza se haya desplazado del medio rural al mundo urbano, nos permite analizar la marginación socioeconómica que sufre de una parte de la población anciana urbana (sobre todo personas de avanzada edad, en su mayoría mujeres viudas que viven solas y con un poder adquisitivo muy bajo), indicando las necesidades y demandas de estas personas. Esta se apoya en la selección y análisis de variables observadas, mediante un arduo trabajo de campo basado en visitas, entrevistas y encuestas, en el que han participado profesionales implicados o no en la Gerontología, responsables de organismos públicos y privados y, sin lugar a dudas, la información más valiosa, la que nos han dispensado los propios familiares de personas mayores y ellos mismos.

En escasas ocasiones, como ésta, el investigador puede obtener, tanto a nivel profesional como a nivel personal, la satisfacción de palpar la realidad y atravesar esa espesa epidermis que oculta otras verdades de los ancianos, menos conocidas y atractivas, pretendiendo comprender cuáles son las necesidades y demandas más acuciantes de los mayores que viven en el difícil medio urbano. Para este fin, se establece un punto de partida sobre el cual se intentan crear estrategias sociales con las que poder contribuir a la mejora de la calidad de vida de estas entrañables personas de la ciudad de Granada.

En definitiva todo un reto es el que se inicia en estas páginas a lo largo de cuatro capítulos planteados en el contexto de una futura tesis doctoral, con la intención de reflexionar sobre algunas de las cuestiones que los geógrafos se han planteado en torno al envejecimiento y sus implicaciones en la Gerontología, que no han sido clarificadas aún.

INTRODUCCIÓN * Preludio La población del planeta envejece y sus imprevisibles efectos empiezan a preocupar tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo. Todas las previsiones apuntan hacia un despegue sin precedentes del envejecimiento, que comienza a ser conocido como la “era del envejecimiento mundial” 4. Esta coincidencia vegetativa ha despertado la inquietud científica e institucional del mundo desarrollado por el proceso de envejecimiento, marcando el inicio de una nueva etapa en las políticas sociales de estos países. En este sentido, M.I. Passanante, entiende "el envejecimiento, no sólo como hecho biológico, sino también como el resultado del progreso social - en el pasado pocas personas llegaban a la vejez y es de esperar que en el futuro pocas sean las que no la alcancen – comenzó a plantearse como un problema social, despertando el interés general de los gobiernos y de organismos internacionales" (PASSANANTE, M.I. 5, 1983, pág. 21). Los avances en el estudio de la población nos han permitido subrayar el proceso de envejecimiento demográfico como un fenómeno social reciente que ha pasado a convertirse en uno de los grandes desafíos de la sociedad contemporánea por su magnitud, complejidad y heterogeneidad, en donde convergen cuestiones sociales, políticas y económicas (BIELZA DE ORY, V. 6, 1993). 4

ONU: “Ejecución del Plan de Acción Internacional sobre el envejecimiento”. ONU, A/47/369, 17 de septiembre de 1992, pág. 3. «Se prevé que para el año 2001 la población mundial alcance los 6.500 millones y que una de cada 10 personas tendrá 60 y más años. En las regiones desarrolladas, donde durante varios decenios se ha venido observando el envejecimiento de la población, esa proporción será casi de una a cinco. En muchos países en desarrollo, también ha empezado el proceso de envejecimiento de la población, al tiempo que la pronunciada disminución de la fecundidad que se prevé en otros países significará que la población de éstos también empezará a envejecer. Se habrá iniciado así la “era del envejecimiento mundial”». 5 PASSANANTE, M.I.: Políticas sociales para la tercera edad. Humanitas, Buenos Aires, 1983, pág. 21. 6

BIELZA DE ORY, V.: La población y su distribución espacial. Tomo II, Ed. Taurus, Madrid, 19933.

Foto 1: Un trabajador de 81 años propuesto para la Medalla al Mérito en el Trabajo

Manuel Robles Águila, granadino, 81 años, durante más de 40 años ha sido el presidente de la Cooperativa Los Pastoreros, ha sido propuesto para la Medalla al Mérito en el Trabajo. Fuente: IDEAL, 5 de junio de 1999, pág. 15.

«Ya nadie duda de la importancia que está tomando todo lo relacionado con la vejez. La inquietud por mejorar la calidad de vida de la tercera edad está siendo motivo de debate en la actualidad. Así, economistas, geógrafos, sociólogos, psicólogos, pedagogos, etc., han llegado a la conclusión de que la sociedad vive en constante contradicción, y ésta se refleja en la situación que atraviesan las personas mayores» (SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. 7, 1998, pág. 253).

Las causas del envejecimiento pueden ser temporales y, por tanto, corregibles, como la emigración coyuntural o la guerra o una crisis económica que retrasa la edad nupcial y rebaja la natalidad. Pero pueden ser constantes, como las prácticas malthusianas prolongadas o la emigración continuada, con un notable descenso de la natalidad a largo plazo. Las consecuencias del envejecimiento pueden ser negativas. La población activa, que tiende a disminuir, ha de soportar unas cargas pasivas (los ancianos jubilados) más costosas y con menos futuro que las cargas planteadas por los niños en un país joven. Por otra parte, surgen problemas de gestión por ancianos (gerontocracias) con inmovilismos, apatías, que hacen del país viejo un país-sin futuro. 7 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: "La integración de las personas mayores a través de la educación. La experiencia del taller-ciudad". GARCÍA MÍNGUEZ, J. (dir.): I Jornadas sobre Personas Mayores y Educadores Sociales. Grupo Editorial Universitario, Universidad de Granada, Granada, 1998, págs. 253-265.

En la controvertida modernidad, los ancianos han pasado a ser un estorbo y una carga innecesaria, perdiendo buena parte del respeto y del cariño al ser contaminados por estereotipos y mitos. La cultura socioeconómica dominante ha extendido sus tentáculos sobre los medios de comunicación y dan una visión sesgada del espectro del anciano, haciéndose eco: del aumento en la proporción de mayores en un país o región; de la mejora de la calidad de vida de las personas mayores; del avance de las pensiones; de la mejora de la sanidad; del incremento de los servicios de la tercera edad; etc. A pesar de ello, y gracias a la aparición de algunos estudios y a la propia dinámica social, también comienzan a ser noticia: la ampliación de los beneficios del sector servicios centrado en la tercera edad; el excesivo gasto farmacéutico de la población mayor; la pobreza económica que padecen muchas personas ancianas; la manipulación del electorado mayor por parte de la clase política en cuestiones como las pensiones, los fármacos, etc.; las crecientes noticias relacionadas con el abandono, los malos tratos, la pobreza, la soledad, etc. Este complejo contexto nos confirma que el interés despertado por la vejez en la sociedad no ha sido gratuito ni casual, sino que obedece a la coincidencia de varios factores sociodemográficos, económicos y políticos (ABELLÁN GARCÍA, A. 8, 1996, pág. 10).

8

ABELLÁN GARCÍA, A. (coord.): Envejecer en España. Manual Estadístico sobre el envejecimiento de la población. Fundación Caja de Madrid, Madrid, 1996, pág. 10. «Desde el punto de vista demográfico, esto significa una mayor longevidad; desde el económico, una carga que soporta la población activa; desde lo social, una devaluación del grupo de mayores».

Foto 2: Los viajes del IMSERSO permiten mantener los puestos de trabajo en las zonas turísticas

«Cada año aumenta el número de personas mayores que se acogen a los programas de viajes ofrecidos por el IMSERSO y las distintas comunidades autónomas. A partir de este mes y hasta junio de 2000, cerca de 400.000 pensionistas pasarán unos días de descanso en distintos puntos turísticos. El presupuesto destinado a este fin, 7.000 millones de pesetas, revertirá de nuevo al Estado gracias a los 25.000 empleados que se generarán o mantendrán». Fuente: IDEAL, 12 de octubre de 1999, pág. IV.

La Geografía del envejecimiento o Geografía gerontológica, como la denomina A.M. Warnes 9, es rama de la Geografía centrada en el estudio del envejecimiento de la población y las personas ancianas, y tiene sus orígenes en los comienzos del siglo XX, cuando tímidamente se realizan los primeros estudios sobre este fenómeno centrados en el comportamiento migratorio del mundo rural a la ciudad. No obstante, no será hasta la década de los 70 cuando verdaderamente las corrientes más innovadoras y revolucionarias propugnen un paso cualitativo en la consolidación de la Geografía como ciencia social con un campo de estudio específico, gestándose algunas de las aportaciones más interesantes para la comprensión del proceso desde la Geografía social.

9

WARNES, A.M.: “Geographical questions in gerontology: needed directions for research”. Progress in Human Geography. Vol. 14, nº 1, marzo, 1990, págs. 24-56.

Desafortunadamente, pocos geógrafos, en su mayoría anglosajones, se han preocupado por los aspectos más geográficos del envejecimiento y las circunstancias de la personas ancianas, siendo sustituidos en ocasiones por sociólogos. Este aparente escaso interés se ha visto reflejado en la Geografía y Gerontología 10 académicas. A diferencia de otras ciencias sociales, la Geografía ha despertado tardíamente su interés por los problemas sociales del envejecimiento. A pesar de la demora, los geógrafos comienzan a involucrarse activamente, aportando su saber en la búsqueda de soluciones, y empiezan a ser numerosos los estudios geográficos que tratan esta cuestión. Esta investigación nace ante la imperiosa necesidad de que la Geografía sea útil como ciencia social que se preocupa de las interrelaciones del hombre y el medio, como disciplina de síntesis estudia las diferencias espaciales de dichos fenómenos y detecta la exclusión social de determinados grupos sociales (ancianos, inmigrantes, etc.). El objetivo común que une a todos los especialistas de la vejez es el logro de añadir más vida a los años, es decir, la ambición de favorecer el bienestar del mayor mediante investigaciones interdisciplinares gerontológicas de este fenómeno sociodemográfico y del progreso de la calidad de vida de estas personas. En este momento sociodemográfico, marcado por el envejecimiento de la población y la existencia de situaciones de exclusión social de los mayores, afortunadamente existe un rico bagaje de aportaciones de muchos profesionales sensibilizados por este fenómeno, y el presente trabajo de investigación pretende sumarse al esfuerzo común, profundizando sobre algunas cuestiones geográficas relacionadas con el tema: ¿Cuáles han sido las principales causas del incremento de la población mayor?; ¿En qué momento del proceso de envejecimiento demográfico nos encontramos?; ¿Dónde se localizan los 10

ESPASA-CALPE, T. 25, 1977, pág. 1.482 La definición de Gerontología según viene en el diccionario de la Real Academia de la Lengua española es, «(Etimología. Del griego géron, gerontos, anciano, y lógos, tratado). (f.) Estudio científico de la vejez y de las cualidades y fenómenos propios de la misma».

MICROSOFT CORPORATION: Enciclopedia multimedia ENCARTA 1999. Microsoft Corporation, 1999. Gerontología: «Ciencia que se ocupa de las personas mayores y en especial de los aspectos sociales y de conducta del envejecimiento. Los gerontólogos estudian el comportamiento de la sociedad con las personas mayores y sus principales problemas (salud e ingresos)».

mayores crecimientos de población anciana?; ¿Qué consecuencias sociales y económicas está tenido el proceso de envejecimiento de la población?; ¿Qué grado de interés ha despertado entre los geógrafos el proceso de envejecimiento y la situación de las personas ancianas?; ¿Cuáles han sido las principales aportaciones de la Geografía al campo de la Gerontología?; ¿Qué importancia tienen las cuestiones espaciales en los estudios gerontológicos?; ¿Existe una verdadera implicación entre los geógrafos del envejecimiento y los gerontólogos?; ¿Qué reconocimiento profesional tiene la Geografía como ciencia social para los gerontólogos?; etc.

Fotos 3 y 4: Mujeres granadinas que se lanzaron en su tiempo al duro mercado laboral El que la mujer trabaje fuera del hogar no es nada nuevo. Fueron muchas las que allanaron el camino que hoy se disfruta. Éstas mujeres granadinas se lanzaron en su tiempo al duro mercado laboral.

Antonia y Carmen Cuellar. Campaneras. Dos mujeres que a lo largo de treinta años tuvieron al pie del campanario para anunciar a los vecinos todo cuanto tuviera que ver con las cosas de la Iglesia de Santa Fe (Granada).

María Hernández González. Jornalera. Toda la vida trabajando. María hizo todo cuanto apareció en su camino. No le puso peros a nada. Comenzó a trabajar en la fábrica de azucarera de Benalúa de Guadix. Allí cobraba una miseria. Trabajó como jornalera en la remolacha, al tabaco hasta a quitar el lino. Como ella, muchas mujeres cada día esperaban estar entre las elegidas para ir a trabajar. No había tiempo para protestar por el desequilibrio de sueldos. Fuente: IDEAL, 6 de marzo de 1999, pág. 10.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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El objetivo general de este trabajo es mostrar la situación actual del proceso de envejecimiento de la población y de las personas mayores a través de la visión general de los estudios gerontológicos y ubicar a la Geografía dentro del contexto de la Gerontología. Para lograrlo, me he planteado las metas siguientes: 1- Describir sintéticamente el marco espacio-temporal del proceso de envejecimiento sociodemográfico, comprendiendo el declive de la fecundidad, el descenso de la mortalidad y la estructura demográfica. 2- Indicar los efectos de la dinámica demográfica actual en la política social y económica (pensiones, sanidad, etc.), y en el ámbito profesional. 3- Exponer y revisar de forma critica las ideas de la sociedad sobre el anciano, teniendo en cuenta nuevas informaciones, planteando estereotipos y prejuicios y entendiendo el análisis histórico como un proceso en constante reelaboración de la vejez. 4- Ofrecer una revisión de la documentación existente en torno a la cuestión del envejecimiento por las distintas disciplinas, prestando especial atención a las aportaciones realizadas desde la Geografía, ubicando a esta especialidad dentro de la Gerontología. 5- Argumentar la importancia de las cuestiones espaciales del proceso de envejecimiento en los estudios gerontológicos, a través de las publicaciones geográficas entorno a: la distribución y localización geográfica del envejecimiento y de la población anciana; la migración y movilidad en los mayores; el comportamiento espacial y el contexto ambiental de esta población. 6- Formular una serie de propuestas encaminadas a favorecer el progreso

de

los

estudios

geográficos

y

gerontológicos,

reflexionando sobre los desafíos a los que se deben enfrentar estos profesionales para lograr superar las dificultades actuales.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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Este estudio geográfico entiende la Gerontología como un campo abierto, que no puede ser acotado por ningún departamento o especialidad, ya que no se pueden poner fronteras a la investigación, y menos al progreso humano. Esta investigación está enmarcada dentro de la línea de la Gerontología que plantea Ramona Rubio: «en la medida que no sólo ha sido impulsada por el envejecimiento demográfico, la búsqueda del estado del bienestar, etc., sino porque de alguna manera intenta ver al hombre, más allá del mero fenómeno biológico, más allá de su realidad psicológica, económica, social y cultura. La Gerontología busca captar la interdependencia y las relaciones isomórficas entre un individuo sometido a cambios intra e interindividuales y una sociedad en constante metamorfosis» (RUBIO HERRERA, R. 11, 1998).

Foto 5: Los abuelos suplen la escasez de guarderías en un 46% de las familias

La falta de recursos económicos, la carencia de infraestructuras suficientes y una arraigada tradición familiar lleva a las familias a optar por recurrir a la ayuda de los abuelos. Son las abuelas por vía materna las que asumen con mayor frecuencia la custodia y educación de estos niños. Fuente: EL MUNDO, 12 de marzo de 1999, pág. 10.

11

RUBIO HERRERA, R: Master de Gerontología Social. Centro de Formación Continua, Universidad de Granada, 1998.

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La metodología empleada se ha basado en un minucioso trabajo de recopilación bibliográfica, realizado durante más de cuatro años; la consulta de distintos medios de comunicación (televisión, radio, prensa y direcciones de internet); el tratamiento estadístico de bases de datos (censos y padrones); el diálogo continuado con otros profesionales; la asistencia a jornadas, encuentros y

congresos

internacionales;

la

participación

en

intercambios

intergeneracionales; la actividad docente con personas mayores en el Aula de Mayores Ciudad de Granada, que dirige Dra. Ramona Rubio Herrera (Universidad de Granada); y las entrevistas realizadas tanto a distintos profesionales como a personas ancianas y familiares implicados.

Todo este esfuerzo se recoge a lo largo de cuatro capítulos, que mantienen una relación estrecha y un hilo argumental donde el geógrafo y el gerontólogo se funden en uno, y contribuyen a solventar algunas de las cuestiones de más calado en nuestra sociedad actual, el envejecimiento y las personas ancianas. En el primer capítulo reflexionamos detenidamente sobre las causas que han motivado el interés por el envejecimiento de la población, observando las múltiples presiones que han conducido a esta inquietud reciente y creciente: la demográfica, las políticas y económicas, las populares y la de los profesionales. Y a través de éstas, se trata de responder a algunas de las cuestiones vigentes en la sociedad: ¿Estamos preparados para cubrir las demandas de la población mayor? ¿Quién debe encargarse de solventar los posibles problemas de la tercera edad? ¿Qué peso político tendrán los votantes mayores y qué consecuencias conllevará? ¿Las pensiones están en peligro?; ¿Existe suficiente personal cualificado para atender la nueva demanda? ¿Serán necesarias nuevas titulaciones para cubrir las demandas laborales del mercado relacionadas con este colectivo? El segundo capítulo versa sobre el interés que ha despertado la vejez a lo largo de la historia, indagando sobre las distintas situaciones que han vivido los ancianos, con el propósito de reflexionar sobre el rol de nuestros mayores en la sociedad de consumo. Y a continuación, se investiga sobre la trayectoria

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seguida por los distintos profesionales que han contribuido al desarrollo de la Gerontología en el mundo desarrollado, y en España en particular. En el tercer capítulo, se pone de manifiesto que la interdisciplinaridad de las ciencias es esencial para el progreso de los estudios gerontológicos. Aquí se diserta sobre el papel desarrollado por la Biología, la Medicina geriátrica, la Psicogerontología, la Demografía, la Sociología, la Economía y la Geografía en la comprensión del fenómeno; destacando los logros obtenidos por las disciplinas biopsicosociales y sus colaboraciones con la Geografía. En este apartado no ha faltado la mención a los desafíos a los que se deben enfrentar tanto los gerontólogos, en calidad de expertos del envejecimiento, como el resto de la sociedad: La necesidad de plantear al sistema educativo la inclusión de nociones básicas sobre este fenómeno como elemento integrador; la exigencia de un tratamiento del proceso más objetivo y solidario en los medios de

comunicación;

la

reivindicación

de

fomentar

las

relaciones

intergeneracionales para intentar globalizar la solidaridad; el derecho de concienciar al mayor de su realidad y de las oportunidades sociales; y la pretensión de invertir en apoyos a los familiares y a los profesionales 12. Por último, en el capítulo cuarto se ofrece una revisión de los estudios geográficos centrados en el proceso de envejecimiento de la población y la situación de las personas mayores; se defienden la importancia de las cuestiones espaciales del fenómeno, las aportaciones realizadas por los geógrafos al campo de la Gerontología y, finalmente, se plantean algunos de los principales desafíos a los que se enfrentan los geógrafos del envejecimiento: reconocer sus limitaciones actuales; delimitar su campo científico y reclamar su compromiso dentro de la Geografía, las ciencias sociales y la Gerontología académicas; reforzar su rama aportando teorías y metodologías aplicadas; demostrar la importancia de las cuestiones espaciales en el proceso de envejecimiento tanto en los estudios geográficos como en los gerontológicos; y demandar una mayor presencia de los geógrafos en las

12

IMSERSO: Plan Gerontológico. IMSERSO, Madrid, 1993, pág. 134. Entre las líneas de actuación, se pretende: «Sensibilizar tanto a la sociedad en su conjunto como a determinados sectores de la misma sobre los aspectos que conciernen al envejecimiento y a la vejez».

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cuestiones relacionadas con el envejecimiento y la situación de estas personas, participando activamente en equipos transdisciplinares.

Foto 6: Año Internacional de las Personas Mayores

Plan de actuación integral con las personas mayores en la provincia de Granada. Fuente: Acción Social, Diputación Provincial de Granada, 1999.

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* Conceptos recientes sobre el envejecimiento

Dentro de los prolegómenos de cualquier investigación gerontológica deben quedar claros ciertos conceptos relacionados con el envejecimiento si no queremos caer en el frecuente error de introducir una cuestión tan ardua sin la suficiente preparación conceptual y teórica, lo que condiciona todo proceso científico. De esta forma, debe quedar claro que sólo se intenta ofrecer algunos instrumentos conceptuales vigentes aportados por distintos profesionales que han tratado esta cuestión con la profundidad requerida, describiendo situaciones de la vida real para su mejor comprensión.

No hay nada más universal y oculto a los ojos de todo mortal que la vejez. Con frecuencia nos resistimos a enfrentarnos al hecho de envejecer, a reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes de este estadio de la existencia humana, el último.

En el delicado equilibrio de la vida es primordial mantener en forma el cuerpo y la mente, pero mucho más importante es sentirse joven y aceptar la naturaleza efímera de la vida. Las palabras de Eugenia Mañas pueden ilustrar muy bien este sentimiento de esperanza: «el pasado sería mejor o peor, pero ya fue; si lo vivimos con plenitud, gracias sean dadas a Dios por ello, pero ahora, lo que más ardientemente deseo es seguir viviendo en plenitud lo que está a nuestro alcance. El ocio, el derecho al descanso, la decadencia física y hasta las arrugas, que aunque no son bellas, son mías, es mi realidad, con la que debo convivir y trascender» (MAÑAS ZAFRA, E. 13, 1996, págs. 23-24). Al meditar sobre estas palabras llego a la misma conclusión de Rick Weiss, quien defiende que «el envejecimiento es algo más que una cuestión de biología e historia de la vida, de los genes y el entorno. También es una

13

MAÑAS ZAFRA, E.: “Deseada y temida vejez”. RUBIO HERRERA, R. (comp.): Temas de Gerontología. Máster de Gerontología Social, Granada, 1996, págs. 23-24.

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cuestión sociológica, de cómo una persona comparte sus vivencias y la experiencia de la vejez con otras» (WEISS, R. 14, 1997, pág. 30). Se habla mucho de envejecimiento 15, aunque no siempre con el tratamiento adecuando. Existe un amplio abanico de definiciones en torno al concepto de envejecimiento, que se modifican según la perspectiva desde la que se le considere (FERNÁNDEZ LÓPIZ, E. 16, 1997; MORAGAS MORAGAS, R. y LINZ STORCH DE GRACIA, JJ., 17, 1998; CRISTINO GARRIDO, J. 18, 19982, págs. 147-164). La ausencia de una definición global y convincente para las distintas ciencias que construyen la Gerontología, dificulta el impulso de la misma. Por ello, conviene tener claro este concepto, que se ha caracterizado por ser cronológico, funcional y vital. El envejecimiento cronológico se adecuaría a las situaciones más comunes, aquellas en las que un individuo ha cumplido los 65 años, que coincide con la edad de jubilación tradicional. Sin embargo, no todos los individuos nacidos en el mismo año y con la misma edad son iguales. La edad cronológica esta limitada por las condiciones personales (genéticas) y ambientales (condiciones de trabajo, forma de vivir, salud, alimentación) que determinan el estado global de la persona. Es decir, un trabajador de una mina, por ejemplo, por las duras condiciones de trabajo, al cumplir los 55 años, presentará unas condiciones personales que le harán necesitar el retiro. Por el contrario, un trabajador que haya desempeñado su función en una oficina de la Administración, seguramente al cumplir la misma edad, estará en perfectas condiciones y dispuesto a seguir trabajando otros 10 años más. El aumento de la esperanza de vida en los países desarrollados está dando lugar a replantear el concepto de envejecimiento cronológico para retrasar la edad de jubilación en 14

WEISS, R.: “Envejecer”. Revista National Geographic. RBA, Barcelona, vol. 1, nº 2, noviembre 1997, págs. 2-31. 15 SALVAT EDITORES, 1990, pág. 426. Envejecimiento: «m. Acción y efecto de envejecer. Conjunto de trastornos anatómicos y funcionales que ocurren con la edad. Variación con el tiempo de un sistema físico que no se encuentra en equilibrio». 16 FERNÁNDEZ LÓPIZ, E.: Psicogerontología: Perspectivas teóricas y cambios en la vejez. Ediciones Adhara, Granada, 1997. 17 MORAGAS MORAGAS, R. y LINZ STORCH DE GRACIA, JJ.: Gerontología Social. Envejecimiento y calidad de vida. Herder, Barcelona, 1998. 18 CRISTINO GARRIDO, J.: Compendio de Psicología del desarrollo. Fleming, Granada, 19982, págs. 147-164.

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algunas profesiones. En la actualidad se llega en mejores condiciones de salud a la edad de jubilación y se vive más años, aumentando los años que se disfruta de una pensión y, consiguientemente, agravando las cargas sobre la Hacienda del país.

El envejecimiento funcional se asimila a la incapacidad o dependencia que se le presupone a todo anciano. La Gerontología ha desmentido esta falacia al comprobarse que la mayoría de la población mayor no se halla impedida a pesar de lo que se piense. En este caso, las barreras que surgen son consecuencia de las deformaciones y mitos sobre la vejez, más que reflejo de deficiencias reales.

El envejecimiento vital es una concepción moderna de la vejez en la que se asemeja a las demás etapas de la vida (niñez, juventud, etc.), con características e identidad propias. Es un periodo vital en el que el individuo presenta una serie de pérdidas (decadencia física, seres queridos), que son compensadas por las ganancias (experiencia, madurez, derecho al descanso, etc.), con las que entender objetivamente el envejecimiento. Sin duda, esta etapa debe ser concebida mejor, hasta lograr difundir que la vejez no tiene que ser inexorablemente una etapa decadente, sino todo lo contrario, una fase positiva y enriquecedora del desarrollo de todo individuo y que puede contribuir al avance de la sociedad. Algunos autores han tratado de delimitar el envejecimiento con más o menos acierto, aplicando terminologías propias de su propia especialidad como investigadores. Así, por ejemplo, existiría un fenómeno de desaparición del colágeno unido a un descenso global del metabolismo en el envejecimiento (VERZAR, F. 19 1963, págs. 104-117). Así, Frolkis lo define como un proceso biológico multifactorial que se inicia mucho tiempo antes que la vejez y que las propias características intrínsecas (FROLKIS, V. 20, 1979). Para Binet y Bourliere la senectud serían todas las modificaciones fisiológicas, biológicas y psicológicas que aparecen como efecto de la acción del tiempo sobre los seres 19 20

VERSAR, F.: “The ageing of collage”. Sci. Amer. Nº 208, págs. 104-117. FROLKIS, V.: Topics in Gerontology. Karger, New York, 1979.

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vivos (GUILLÉN LLERA, F. y TORRES GONZÁLEZ, M. 21, 1985, págs. 6572).

Foto 7: SECOT, jubilación fructífera

Secot coopera con 82 iniciativas en su primer año de vida, la mayoría para creación de nuevas empresas en Granada. SECOT es una Asociación sin Ánimo de Lucro, declarada de Utilidad Pública, que agrupa a profesionales jubilados o prejubilados. Éstos aportan sus conocimientos y experiencia profesional para prestar asistencia técnica y de gestión a entidades sin recursos. Los Seniors de SECOT son más de 700, organizados en 20 ciudades españolas. Fuente: SECOT, 1999 e IDEAL, 8 de noviembre de 1997.

El envejecimiento plantea numerosas diferencias individuales entre los distintos sujetos que envejecen. Esto se debe a las distintas experiencias por las que pasa una persona desde que nace; a la propia capacidad intelectual y física del individuo; a las diferencias entre sexos, cohortes generacionales o culturas; a la autopercepción que tenga de su vejez; etc. Este proceso humano no se centra sólo en el discurrir de la edad 22 (medida temporal), sino que abarca una realidad rica en matices, heterogénea e integral que engloba la edad biológica,

21

GUILLÉN LLERA, F y TORRES GONZÁLEZ, M.: “Envejecimiento”. Salud Rural. 1, 1985, págs. 65-72. 22 SALVAT EDITORES, Barcelona, 1990, pág. 399. «Edad: Tiempo que ha vivido una persona desde su nacimiento. Cada uno de los períodos de la vida: escolar, adulta, tierna, etc. Vejez o época cercana a ella».

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psicológica, social y geográfica (FERNÁNDEZ LÓPIZ, E. 23, 1997; CRISTINO GARRIDO, J. 24, 19982, págs. 147-164): La edad biológica: entendida como medida del tiempo cronológico del reloj biológico de nuestro organismo, que entraña el deterioro de todo ser humano. La edad psicológica: referida a la medida que consiente una adecuada adaptación del ser humano que envejece a las demandas del medio sociocultural. La edad social: descrita como medida de referencia a expectativas, roles y estatus demandados o esperados por la sociedad en un momento dado del desarrollo de un individuo (edad para casarse, para tener hijos, para jubilarse, etc.).

En nuestros días todo va por modas impuestas, incluso lo de hacerse viejo o no. Los medios de comunicación nos atiborran de anuncios con el mismo mensaje: la necesidad de permanecer joven. A lo largo de la historia de la humanidad se han dado casos de personas que lograban vivir más que el resto; sin embargo no se conoce de nadie que, salvo mito o leyenda, gozase de una juventud inalterable (el mito de La Aurora y Titomo 25). No son pocos, los que creen en el milagro de retrasar el ocaso de la juventud, ya sea haciendo deporte o comprando todos los productos cosméticos a su alcance. Pero, indudablemente el tiempo pone cada cosa en su sitio. De todas formas, si nos enfrentamos a la vida con un espíritu joven, la verdadera vejez, ese tiempo del que algunos no esperan nada, siempre puede esperar.

23

FERNÁNDEZ LÓPIZ, E.: Op. Cit., 1997. CRISTINO GARRIDO, J.: Op. Cit., 19982, págs. 147-164. 25 El mito de La Aurora y Titomo: Homero cuenta en su poema como La Aurora pidió al dios Zeus la inmortalidad para Titomo, pero se olvidó de desear la eterna juventud. Así, mientras la Aurora permanecía joven y fresca, Titomo era inmortal pero demenciado, casi como un niño. 24

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Foto 8: Monjas, abuelos y rock and roll

Un convento de Cúllar organiza un concierto para recaudar fondos y reparar el edificio. Fuente: IDEAL, 26 de junio de 1997, pág. 14.

Pero ¿Qué imagen se tiene del viejo 26? La realidad diaria nos demuestra que la casuística del viejo es rica y variada en relación al grado de dependencia y la sociedad desde que lo contemplemos. Se suelen emplear con más frecuencia las acepciones negativas de la palabra, e identificarlas con elementos denostados de la sociedad, no por mala fe, sino por la pérdida de valores de ésta. Incluso, se suele caer en el error de la simple distinción entre viejo independiente y viejo dependiente, los dos casos extremos: El viejo independiente o tieso: persona que ha cumplido los 65 años, sin padecer enfermedad grave, que vive de manera independiente, en su casa o residencia, tomando sus propias decisiones libremente. El viejo dependiente o vulnerable: persona que ha cumplido los 65 años que depende de los demás para poder realizar sus actividades diarias y con frecuencia suele estar institucionalizado (integrado en alguna institución

26

ESPASA-CALPE, T. 68, 1977, págs. 991-996. Viejo: «(adj.) Dícese de la persona de mucha edad. Antiguo o del tiempo pasado. Que no es reciente ni nuevo. Deslucido, estropeado por el uso»

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asistencial). Padece enfermedad grave física o psíquica (alzheimer, osteoporosis, artrosis, etc.).

Con todo, el viejo es el resultado del paso de los años, la combinación de un deterioro físico progresivo que en muchas ocasiones no trascurre a la par de las decisiones administrativas. Ser viejo es un valor en sí mismo. «Los viejos constituyen un elemento indispensable a la buena integración y al equilibrio de la sociedad y ante todo a su célula básica, la familia. El viejo es un elemento original, útil y hasta irremplazable, constituye un verdadero capital cultural» (ROF CARBALLO, J. 27, pág. 264).

Foto 9: Se propone la creación de brigadas de jubilados que se dediquen a cuidar los jardines del Albaicín de Granada.

La solución al mal estado que presentan los jardines públicos del Albaicín puede solventarse con el incremento de sus cuidados, tarea a la que podrían dedicarse brigadas de jubilados. Fuente: IDEAL, 18 de mayo de 1997, pág. 3.

Si tenemos en cuenta la máxima de que el hecho de envejecer es un proceso que afecta a todas las personas ¿Por qué obviamos uno de los mayores

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ROF CARBALLO, J.: Higiene preventiva de la tercera edad. Instituto Ciencias del Hombre. Karpos, Madrid, pág. 264.

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logros de la humanidad: la vejez 28? La solución a la cuestión podría estar en que la vejez se ha convertido en uno de los atributos más denostados de la sociedad consumista. La sociedad actual programa a los ciudadanos como meros productores y consumidores, facilitándoles los medios adecuados para perpetuar el desarrollo del libre mercado. Ya sea de forma individual o colectiva, todos rehuimos de alguna manera esa situación de la vida llamada vejez. La situación es disfrazada con palabras de moda: tercera edad, persona mayor, persona de edad, senior, etc. En un principio, podemos deducir que existe entre nosotros cierto miedo a la vejez y, con ello, a enfrentarnos con la muerte. Esto es comprensible, nadie quiere vivir en un estado de rechazo continuo ni ser un estorbo para nadie. Puesto que el sistema capitalista necesita que el eje de la vida moderna, la actividad económica, incremente la productividad y la competitividad, no hay limites ni normas que valgan, cuando se trata de beneficios. ¿Qué hacer, por tanto, con aquellos individuos de la sociedad que no producen (jóvenes o desempleados) o han dejado de producir (ancianos 29)? Simplemente se les desprecia o se les ignora. Por ejemplo, hasta la caída del muro de Berlín, el Gobierno de la RDA (República Democrática de Alemania) sólo dejaba emigrar a sus ciudadanos tras la jubilación. En el contexto de la sociedad capitalista contemporánea, «la posición y calidad de vida de los ancianos dependientes está determinada, más que por ningún otro factor, por

28

ESPASA-CALPE, T. 67, 1977, págs. 573-576 Vejez: «(f.) Calidad de viejo. Senectud. (fig.) Impertinencia propia de la edad de los viejos. (Derecho) Jurídicamente, la vejez, en el orden político y civil, representa una causa de excusa para toda clase de cargos. En lo penal, la vejez, como quiera que conduce a una situación mental análoga a la infancia, ha podido ser estimada, cuando va acompañada de importantes fenómenos involuntarios, esto es, cuando está muy acusada, como una circunstancia atenuante. (Fisiológico y Patológico) Tercera fase o regresiva del ciclo vital humano y que corresponde al término del mismo. Comprende a su vez tres periodos llamados de involución presenil, vejez propiamente dicha y decrepitud. Las enfermedades de la vejez constituyen un capítulo interesante de la nosología. En ellas se encuentran alteraciones orgánicas propias de la edad avanzada y modificaciones de las generales de todas las épocas de la vida». 29 ESPASA-CALPE, T. 5, 1977, pág. 384. «Anciano, na: (Adj. y s.m y f) Dícese de la persona que tiene muchos años. (ant) antiguo».

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las condiciones económicas del grupo social en el que se integran» (THOMAS, M.L.V. 30, 1974, págs. 13-39). ¿Por qué se suele relacionar la vejez con acepciones negativas? Generalmente existe el estereotipo, socialmente compartido, de que los cambios producidos en la vejez son negativos: pérdida de habilidades y capacidades 31. Así, llegaríamos a los numerosos prejuicios negativos sobre las personas mayores que son compartidos por los mismos mayores, los familiares, los profesionales, las personas de otras generaciones, y la sociedad en general 32. El sistema económico de nuestros días enseña a sus vástagos que valemos tanto en cuanto producimos. Si tenemos en cuenta que todas las sociedades distinguen entre ancianos competentes y dependientes, el anciano será valorado cuanto más competente sea. En las sociedades primitivas, ciertas capacidades, conocimientos y experiencias de los viejos sí son valorados por la sociedad en que el anciano vive y éstos pueden compensar a la población joven de mantenerlos económicamente a cambio de esta aportación inmaterial, que puede ser crucial en momentos de dificultad o inexperiencia. Por tanto, el respeto a los ancianos sería un factor de adaptación crucial que, a su vez, beneficiaría a los ancianos (SIMMONS, L. 33, 1970). Si en la actualidad no se permite producir a determinados grupos (mayores, mujeres y jóvenes) debido a su menor productividad general, podemos intuir el rechazo social y el desencanto de estas personas al ser expulsadas del sistema.

30

THOMAS, M.L.V.: “Le vieillard et la mort en Afrique Noire”. B. Soc. Thanatologie. 8. 1974, págs. 13-39. 31 ALBA, V.: Historia social de la vejez. Laertes, Barcelona, 1992, pág. 189. "Lo que hace de una persona de edad un viejo es sentir que el futuro suyo, individual, se haya ya en el pasado. Para el viejo, pues el problema consiste en cómo mantenerse interesado por el futuro. Esto sólo puede lograrse cumpliendo alguna función". 32 ARRIBAS ESTEBARANZ, J.M.: “Edadismo o ancianismo: discriminación lingüística hacia los ancianos”. GERpress. Nº 22, 1994, págs. 3-4. Las personas de la vejez se las conoce de múltiples formas, muchas donde el estereotipo sea perpetuado: «viejo, anciano, abuelo, abuelastro, antepasado, bisabuelo, ancestro, longevo, antiguo, jubilado, inactivo, decano, octogenario, ochentón, provecto, quintañón, acabado, avejentado, caducado, cano, carantoña, centenario, clueco, decrépito, machucho, carroza, matusalén, arcaico, agotado, añoso...». 33 SIMMONS, L.: The role of the aged in primitive society. Archon Books, USA, 1970 (1945).

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La propia acción de envejecer 34 es signo evidente de que seguimos vivos. Si consideramos que la calidad de un buen vino llega con los años, o que la sabiduría y la experiencia se obtienen al envejecer. Seguramente, estemos desaprovechando todo ese saber que reside entre nuestros mayores, y que la sociedad intenta despreciar minusvalorándola. En nuestra sociedad viven los mitos. Y observando los mitos sobre el envejecimiento 35 la realidad de deterioro queda patente y se perpetúa en el tiempo como idea fantasiosa y equivocada. El mito del deterioro es solo eso. Manteniendo que en el proceso de envejecimiento humano se producen pérdidas, estas no ocurren de forma general ni global, como se creía, sino que es una cuestión que afecta de manera individual a cada persona. Pero, el mito de la vejez abarca otras muchas facetas que son convenientes desvelar y desacreditar: 1. Los mayores son viejos, trastos inútiles. 2. La senilidad acompaña inevitablemente a la edad. 3. La mayor parte de las personas mayores se encuentran aisladas de la familia. 4. La mayoría de las personas mayores se encuentran mal de salud. 5. Las personas mayores suelen ser víctimas de crímenes más frecuentemente que los jóvenes. 6. La mayoría de las personas mayores son pobres. 7. Las pensiones son la principal causa del déficit de la seguridad social. 8. Los trabajadores mayores son menos productivos que los jóvenes. 9. El anciano necesita sosiego, reduce contactos sociales; no es bueno que esté en exceso en contacto con jóvenes, etc. (teoría de la desvinculación). 34

ESPASA-CALPE, T. 20, 1977, pág. 202. La palabra “envejecer” es definida como: «(Verbo activo) Hacer vieja a una persona o cosa; como los años y los trabajos a los hombres, y el mucho uso a las cosas. (Verbo neutro) Hacerse vieja o antigua una persona o cosa; anticuarse, pasarle la época. (Úsese también como) Durar, permanecer por mucho tiempo. (fig.) Caer en decadencia, venir a menos». 35 El mundo moderno está tan contagiado de mitos y quimeras como el antiguo. El mito, como representación imaginaria de la colectividad, se ajustaría mejor a las sociedades primitivas que a la mentalidad actual del mundo avanzado. Esta fantasía compartida que mantiene la sociedad en torno al envejecimiento debe esclarecerse para mejorar la deteriorada imagen del anciano.

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10. Las personas mayores se jubilan a causa de su mala salud o de la proximidad de la muerte. 11. Las personas mayores no tienen capacidad ni interés por las relaciones sexuales. 12. La mayoría de las personas mayores terminan sus días en una residencia. 13. Los ancianos son seres pasivos y se mantienen al margen, lo que lleva consigo la marginación e inadaptación (teoría de la actividad).

Estas afirmaciones tan comunes carecen de toda credibilidad y sólo responden a estereotipos extendidos entre la población. España no se libra de mitos similares de los países de nuestro entorno: 1. Mito del envejecimiento cronológico. La edad de un individuo se mide por el número de años que ha vivido y de que todas las personas mayores deben tener los mismos síntomas de vejez. 2. Mito de la improductividad. Pensar que el anciano es un individuo improductivo para la sociedad (en el libremercado sí es improductivo). 3. Mito del descompromiso o la desvinculación. Los mayores no se sienten comprometidos con la sociedad. 4. Mito de la inflexibilidad. Presuponer que los mayores tienen verdaderos problemas de adaptación a las nuevas situaciones. 5. Mito de la senilidad. Se le achacan a los mayores que la perdida de la memoria o de inteligencia no está tan vinculada a la propia vejez como a las circunstancias o a los malos hábitos. 6. Mito de la impotencia sexual. Se supone que los mayores no tienen potencia o no sienten interés por la actividad sexual. 7. Mito de que los ancianos son como niños. Existe la creencia de que los mayores son fácilmente manipulables.

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Los estereotipos que se construyen sobre la ancianidad y su valoración no son específicos. Son los mismos que se adoptan ante personas que tienen las mismas características pertinentes para dar lugar a su aplicación. Por ejemplo, si se trata de la falta de fortaleza física en la vejez, la devaluación por esta idea, generalizada a todos los ancianos, y los estereotipos sobre incapacidad que puedan elaborarse, serían similares a las aplicadas a cualquier persona físicamente débil o enferma (CROCKETT, V.W. y PRES, A.N. 36, 1981). De contradictoria podría calificarse en el último siglo a esta sociedad deshumanizada,

competitiva,

tecnificada,

burocratizada,

consumista,

privatizada y, supuestamente, joven. Cuando aún coletean las últimas noticias sobre los últimos grandes genocidios, existe marginación, se fomenta estructuralmente la desigualdad y se genera el racismo. Podemos entender que los mitos sobre los ancianos no obedecen a un hecho fortuito, sino que son un reflejo del individualismo competitivo impuesto por el sistema 37. Hasta no hace mucho, las únicas iniciativas que permitían a las personas mayores participar activamente en la sociedad en la que viven habían sido de carácter aislado y casi siempre por iniciativa individual o por organizaciones creadas por ellos. Como se ha podido constatar, en muchas ciudades los jubilados han aportado sus experiencias y ahorros para mejorar la calidad de vida de los servicios y la conservación del patrimonio de sus municipios, creando de este modo una fuente de recursos para el resto de la comunidad 38.

36

CROCKETT, WH y PRESS, AN: “Relationship among generations”. BERGHORN, FJ y SCHAFER, DE. (eds.): The Dynamics of Aging. Original Essays on the processes and Experiences of Growing Old. Westview Press, USA, 1981. 37 PINILLOS, J.L.: “Realidades y mitos de la tercera edad”. REIG, A y RIBERA, D. (ed): Perspectivas en Gerontología y Salud. Promolibro, Valencia, 1992, pág. 114. «En esta estructura se premia la capacidad de adaptación, los valores vitales, la energía, la resistencia, etc. Es una estructura que esconde la enfermedad, el dolor, la miseria, y quita significado a la muerte, que se presenta aguada, como algo irreal, como espectáculo catártico, en la televisión, pero se esconde en la realidad. Lo cual, indica la presencia de un probable elemento ideológico de ocultación-explotación, al servicio de un tipo de sociedad competitiva, donde el individuo se sacrifica inexorablemente al sistema. En segundo lugar, el mito, el mal, se venga, se reobra, sobre lo primero». 38 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: Op. Cit. , 1998, págs. 253-265.

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La pobreza semántica, en relación al anciano y al hecho de envejecer, no reside tanto en la ignorancia, como en la intolerancia e imposición de determinados valores del sistema dominante. Se puede considerar justificado que muchos mayores renieguen de palabras como “anciano” o “viejo”; y se identifiquen más con “personas mayores”, “tercera edad”, “jubilado”, “pensionista” o “seniors”. Esta reacción hasta un punto lógica, no impide la marginación, el aislamiento o la manipulación de que son objetos los ancianos.

Mientras, algunos autores han optado a favor de palabras como “mayor”, desembarazándose de otras como “tercera edad” (GIRALDES Y GARCÍA, E.A. 39, 1993). En esa línea se ha llegado a decir, que «más que la tercera edad, la vejez se convierte en una edad de tercera». Otros han preferido dignificar las palabras “viejo”, “anciano”, o “abuelo” (ALBA, V. 40, 1992, pág. 9). En definitiva, si seguimos consintiendo la situación de marginación de los ancianos, palabras como “tercera edad” adquirirán aspectos negativos, al mantenerse vinculada a individuos al margen de la sociedad de consumo. Por lo que, el problema de la vejez no es tanto de forma como de contenido en esta sociedad en crisis.

Para tratar de entender el fenómeno del envejecimiento es necesario valorar que se plantee como una compleja realidad biológica, psicológica, social, cultural, económica y ecológica, evitando cualquier tipo de reduccionismo.

39

GIRALDES Y GACÍA, E.A.: La problemática de los viejos. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1993, pág. 73. 40 ALBA, V.: Op. Cit. 1992, pág. 9.

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I. EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

Si nos paramos a reflexionar detenidamente sobre las causas que han motivado el interés por el envejecimiento de la población española observamos que no ha sido casual ni fortuito y llegaremos a la conclusión que son múltiples las presiones que han conducido a este interés reciente y creciente: la presión demográfica, las presiones políticas y económicas, las presiones populares y la presión de los profesionales. Este primer apartado ofrece la oportunidad de sumergirnos en el tema del fenómeno del envejecimiento demográfico, que se ha convertido en una cuestión de primer orden para la comunidad científica y en un motivo de preocupación para los gobiernos. Los efectos de la dinámica vegetativa actual nos permiten deliberar sobre el presente y futuro de las políticas sociales y económicas (las pensiones, la salud, la alimentación, la vivienda, la educación, los servicios sociales, etc.) y su reflejo en la sociedad (la familia, los medios de comunicación, los políticos, los gerontólogos y los propios ancianos).

I.1. La presión demográfica

La población mundial no ha dejado de inquietar a investigadores y gobiernos, ya sea por razones de “explosión demográfica” o, debido a la modernización demográfica, de su alto nivel de envejecimiento. El atributo

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demográfico suele ser, supuestamente, el mejor conocido del fenómeno del envejecimiento. En este apartado, ahondamos en la comprensión de la evolución del proceso de envejecimiento mundial y español a lo largo de este siglo. Para ello, describimos de forma sintética el contexto espacio-temporal que vive el proceso de envejecimiento sociodemográfico español: el declive de la fecundidad, el descenso de la mortalidad y la estructura demográfica.

I.1.a. La evolución del proceso de envejecimiento demográfico mundial El crecimiento demográfico a lo largo del siglo ha sido continuo y ha permitido comprobar cómo el avance del proceso de envejecimiento demográfico, es la constatación más fiel de la mejora de la calidad de vida, el progreso de la medicina o las mejoras en la alimentación, entre otros factores, lo que han posibilitado el descenso de la mortalidad infantil y la mortalidad general. Este hecho ha facilitado que cada vez más personas logren vivir más años 41. Ello ha supuesto un aumento proporcional de las personas ancianas en el conjunto de la población lo que, unido a la baja fecundidad, no ha impedido que población total comience a resentirse 42. Este proceso, al contrario de lo que podría pensarse, no es reciente y está estrechamente relacionado con el comportamiento de la fecundidad. El proceso de envejecimiento demográfico a nivel mundial puede ser estudiado bajo muchas escalas geográficas, desde la global a la local, viendo como la generalización del envejecimiento ha ido parejo a innumerables cambios sociales y económicos (mapa nº I.1 y gráfico nº I.1). «El incremento a nivel mundial de los años de vida está alimentando una explosión demográfica 41

No podemos confundir longevidad con envejecimiento de la población. Mientras la longevidad se refiere a los individuos y al hecho de que cada vez más personas logren vivir más años; el envejecimiento de la población alude a las sociedades, indicando el aumento del número total de ancianos en una sociedad determinada. 42 DE MIGUEL, A.: España cíclica. Ed. F. Banco Exterior, Madrid, 1987, pág. 111. «El envejecimiento de la población significa las más de las veces que mejoran las condiciones higiénicas y alimentarias, lo que hace aumentar la esperanza de vida y reducir la natalidad. En cambio, los países con una población más “joven” muestran unas altas tasas de mortalidad infantil que fuerzan a una alta natalidad».

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de los ancianos. Si a esto se añade el constante descenso en la natalidad mundial, la consecuencia será que en el próximo siglo habrá menos ciudadanos jóvenes y de mediana edad para cuidar del número récord de personas de la tercera edad. Aún está por verse cómo hará frente la humanidad a este desequilibrio» (WEISS, R. 43, 1997, pág. 12).

Mapa I.1. Porcentaje del total de la población de 60 o más años en 1999. (%)

Fuente: ONU 44, 1999.

Gráfico I.1. Pirámides de población de las regiones menos desarrolladas del mundo para los años 1999 y 2050.

Fuente: ONU, 1999. 43

WEISS, R.: Op. Cit. , nº 2, noviembre 1997, págs. 2-31. ONU: Population Division. (ST / ESA / SER. A/179), Sales No. E. 99. XIII. 11, . Department of Economic and Social Affairs, ONU, New York, 1999. DESA. Room DC2-2040. Nueva York, 10017, USA. http://www.undp.org/popin/popin.htm

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En la actualidad nos situamos en un punto de inflexión marcado por un descenso casi generalizado de la fertilidad mundial, por lo que todo hace pensar que durante las próximas décadas el fenómeno demográfico del envejecimiento sufrirá una rápida expansión por los países en vías de desarrollo (COALE, A.J. 45, 1983, págs. 823-832). De momento, las previsiones de los países desarrollados estiman que dicha perdida será amortiguada por el aporte de poblaciones jóvenes emigradas de terceros países con altas tasas de natalidad. No obstante, conviene desmentir la visión generalizada de que el envejecimiento y sus consecuencias afecten exclusivamente al mundo desarrollado porque estaremos obviando una realidad que desborda a la propia perspectiva histórica y espacial (BRENES BLANCO, A. y FROSSARD, M. 46, 1980, págs. 24-29).

Mapa I.2. Proyección del porcentaje del total de la población de 60 o más años en 2050

Fuente: ONU 47, 1999.

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COALE, A.J.: “Recent trends in fertility in less developed countries”. Sciences. 221, 1983, págs. 823-832. 46 BRENES BLANCO, A. y FROSSARD, M.: “Le vieillissement de la population”. Gérontologie. 80, nº 34, abril 1980, págs. 24-29. 47 ONU: Op. Cit., Population Division., 1999.

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En las próximas décadas el mayor crecimiento del envejecimiento y los mayores problemas relacionados con las necesidades de la población anciana se localizarán en los países menos desarrollados (India, China, Indonesia, Brasil, México, etc.) (mapa nº I.2 y gráfico nº I.2). Hoy día se calcula que más del 60% de la población mayor del mundo vive en las regiones menos desarrolladas (WARNES, A.M., 1987a 48, págs. 252-294; 1988 49, págs. 9-26).

Gráfico I.2. Pirámides de población de las regiones más desarrolladas del mundo para los años 1999 y 2050.

Fuente: ONU, 1999.

En el marco europeo, los indicadores relacionados con la vejez apuntan hacia una convergencia de las evoluciones demográficas en cuanto a la fecundidad, la mortalidad o las migraciones, y una cierta disparidad de los modelos familiares (TAPINOS, LACROIX y De RUGY 50, 1993; TAPINOS, G. 51, 1993; COLEMAN, D. 52, 1996). El presente nos enseña una región con

48

WARNES, A.M.: “Geographical locations and social relationships in developing and developed nations”. PACIONE, M. (ed): Social Geography: progress and prospects. Croom Helm, 1987a, págs. 252-294. 49 WARNES, A.M.: “The demography of ageing”. DAVENPORT, A.T.(ed): Anaesthesia and the aged patient. Blackwells Scientific Publications, Oxford, 1988, págs. 9-26. 50 TAPINOS, LACROIX y DE RUGY: “Population, emploi et migration en Europe”. AIECE: Communication AIECE. Bruselas, 1993. 51 TAPINOS, G.: “Évolution démographique et immigration dans l´Europe de demain”. Migration et population: marché intérieur européen, immigration et pays tires. BIT, Ginebra, 1993. 52 COLEMAN, D.(ed): Europe’s Population in the 1990s. Oxford University Press, New York, 1996.

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44

una proporción de población mayor de 65 años del 14,8% en 1991(cuadro nº I.1). Cuadro I.1. Evolución de la proporción de población de 65 y más años en Europa. 19501992. (%) Población Evolución de la proporción de población de 65 y más total (miles) País años (%) 1950 1970 1980 1992 1992 80569,7 Alemania 9,3 13,2 14,6 15 15,2 7884,2 Austria 10,6 14,2 14,2 15,2 10045,2 Bélgica 11,1 13,4 14,4 15,6 5170,3 Dinamarca 9,1 12,4 14,9 13,8 39085 España 7,2 9,7 12 14,3 57373,6 Francia 11,8 13,4 12,8 14,3 10313,1 Grecia 6,7 11,2 13,3 11,4 3547,6 Irlanda 10,7 11,3 10,7 15,2 56858,8 Italia 8,2 10,6 13,3 12,9 15184 Países Bajos 7,7 10,2 11,8 13,9 9857,5 Portugal 7,2 9,7 11,7 15,8 57998,4 Reino Unido 10,7 12,8 14,9 17,7 8668,1 Suecia 10,2 13,8 17 Media Europea 8,94375 11,53125 13,08125 14,8 Fuente: CLARKE, J.I. 53, 1987 y Eurostat 54, 1994, y elaboración propia.

362555,5

El futuro previsto por las Naciones Unidas (ONU 55, 1985) para esta área geográfica apunta hacia una pérdida de población total, y un aumento del proceso de envejecimiento que parece incuestionable e imparable ya que se calcula que para el año 2025 se habrán superado los ciento treinta millones de personas de 60 y más años en Europa (gráfico nº I.3). El mundo no está formado por departamentos estancos y viaja al ritmo vertiginoso que marca la economía terráquea. Todo hace presagiar que en este siglo será patente el dominio de las mezclas de razas, los intercambios culturales y sociales. El preocupante descenso de la población activa en regiones desarrolladas, como Europa occidental, y las necesidades elementales de los países en vías de desarrollo, están propiciando un flujo imparable y 53

CLARKE, J.I.: “Ageing in Europe: introductory remarks”. NOIN, D. y WARNES, A.M. (edits): Elderly people and ageing. Escapes Populations Societies, 1987, págs. 23-28. 54 Eurostat: Statistiques Démographiques, 1994. 55 ONU: Periodical on aging. Department of International Economic and Social Affairs. United Nations, New York, 1985.

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continuo de inmigración que se mueve al compás que impone la sociedad de consumo. Por otro lado, el tercer mundo, donde existe una esperanza de vida menor y un reconocimiento al viejo por su experiencia y sabiduría, trata de contener el aumento de la población con medidas antinatalistas ante la atenta mirada de los países industrializados 56. Sin duda, los cambios sociales que se van a experimentar en los próximos años obligará a tomar medidas en políticas migratorias y servicios sociales.

Gráfico I.3. Estimaciones del número de personas de 60 y más años en algunos países europeos, años 2000, 2020 y 2025 (en miles) 14,172 15,658 16,431

Alemania

11,183 13,332 14,31

Reino Unido

11,195

2000 2020 2025

14,372 15,206

Francia

7,746 9,404 10,268

España

101,705 124,717 131,46

Europa

0

20

40

60

80

100

120

140

160

Fuente: IMSERSO 57, 1989 y elaboración propia.

56

EHRLICH, P.R. y EHRLICH, A.H.: La explosión demográfica. El principal problema ecológico. Biblioteca Científica Salvat, Salvat Editores, Barcelona, 1993, págs. 234-235. «Pese al tiempo perdido, las naciones en vías de desarrollo superan a las naciones ricas en un aspecto: la mayoría de ellas se hallan comprometidas en la tarea de reducir la tasa de natalidad. Casi todas las naciones en vías de desarrollo poseen actualmente programas de planificación familiar, y muchas se han fijado el objetivo de frenar el crecimiento demográfico (aunque no todavía a impulsar su disminución, a excepción de China). (...) Aunque las naciones desarrolladas pongan en marcha una adecuada política demográfica, estarán obligadas a aumentar su asistencia a los países pobres con el doble objetivo de frenar su asistencia a los países pobres y conseguir un desarrollo viable». 57 IMSERSO: La tercera edad en Europa: Necesidades y demandas. IMSERSO, Madrid, 1989.

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46

I.1.b. La evolución del proceso de envejecimiento demográfico español

A lo largo de este siglo la población española ha estado determinada por la propia dinámica del crecimiento natural y las migraciones. Su estudio permite detectar las cicatrices y singularidades que han condicionado a la población anciana que ahora disfruta de su jubilación, y a tenor de los hechos más o menos recientes, a intuir como puede ser este grupo de edad en un futuro. El modelo español de evolución demográfica difiere del modelo europeo, tal como queda señalado por Nadal a partir de determinados rasgos. Esos serían, para el modelo europeo: «1) Reducción de la mortalidad catastrófica (sobre todo epidémica) a partir del siglo XVIII; 2) Reducción de la mortalidad ordinaria a partir de la primera mitad del siglo XIX; 3) Reducción de la fecundidad a partir de la segunda mitad del siglo XIX; 4) Envejecimiento notorio de la población desde principios del siglo XX; 5) Desaceleración del crecimiento desde el segundo cuarto de la centuria».

Y para el modelo español: «1) La reducción de la mortalidad catastrófica, especialmente epidémica, no culmina hasta 1900; 2) La reducción de la mortalidad ordinaria, sobre todo infantil, no se acelera hasta 1914-1918; 3) La bajada de la fecundidad, iniciada muy a principios de siglo, se precipita en el trienio de la Guerra Civil (1936-1939); 4) El envejecimiento es perceptible desde el Censo de 1950; 5) No faltan, por último, las previsiones de un estancamiento demográfico, en fecha más o menos próxima pero, en todo caso, dentro de unos límites numéricos cortos» (NADAL, J. 58, 1961, págs. 565-567).

Durante los primeros 60 años de este siglo la población muestra un claro crecimiento propiciado por una tasa de natalidad muy elevada, por 58

NADAL, J.: “Historia de la población española”. REINHARD, M. y ARMENGAUD, A.: Historia de la población mundial. Ariel, Barcelona, 1961, págs. 565-567.

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encima del 30‰, manteniendo un lento descenso desde 1900. Entre las causas que permiten esta tímida bajada en el número de nacimientos está el aumento de la edad media al matrimonio, que en los varones pasa de los 28 años en 1900 a los 29 años en los 60, y en las mujeres de los 25 a los 26 años 59. En este sentido, el tamaño medio de la familia va disminuyendo, aunque con oscilaciones. Durante este periodo las familias están formadas por más de 4 miembros, siendo más extensas las familias de los profesionales y jornaleros que la de los empleados y personal de servicios. Indudablemente, al desarrollo demográfico contribuyen los avances sanitarios que ratifican la rápida caída de la tasa de mortalidad infantil (4,3‰). Esta mejora se señala en el aumento de la esperanza de vida al nacer, cuyo crecimiento medio nacional se ha mejorado desde 1900, lo que ha respaldado que los varones, que difícilmente superaban los 34 años a principios de siglo, 60 años más tarde logren los 67 años. Asimismo, las mujeres pasan de los 36 años a los 72 años durante el mismo espacio de tiempo. De esta forma, la supervivencia de las personas mayores ha mejorado en este siglo, y eso lo demuestran las cifras que facilita el INE, según las cuales, desde 1900 se ha producido un gran avance: si para ese año sólo el 9% de la población lograba llegar a los 65 años, 60 años más tarde, el 13% logra situarse en ese espacio de la pirámide de población. La mayor longevidad trae consigo una serie de repercusiones sobre la economía y la sociedad, como los efectos en la herencia o transmisión del patrimonio familiar. Los movimientos migratorios van a tener un protagonismo menor que en la segunda mitad del XX, si bien, las migraciones exteriores se caracterizan por ser transoceánicas durante las tres primeras décadas. En definitiva, la pirámide de población que resumiría este período estaría definida por: una amplia base, en consonancia con una alta natalidad, y una pirámide que se iría estrechando mucho a medida que ascendemos hacia la cúspide de la misma, fruto de la menor esperanza de vida durante estas décadas. La cúspide sería muy reducida, y estaría formada por los pocos efectivos que logran cumplir a lo sumo 65 años. Sin duda, esta pirámide podría ser similar a la presentada por los países del tercer mundo en la actualidad. Por último, es considerable el 59

CACHINERO SÁNCHEZ, T.: “La evolución de la nupcialidad en España (1887-1975)”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, octubre-diciembre, 1982, pág. 91.

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paulatino retroceso demográfico de los municipios menores e interiores, en favor de los municipios mayores y litorales, producto de un crecimiento menor y de una población más envejecida consecuente de la emigración rural.

A medidos de siglo, comienzan a definirse nuevas características que explicarán la realidad demográfica actual: la industrialización; las corrientes migratorias, el fuerte índice de concentración y el alto grado de urbanización. Durante la segunda mitad del siglo XX se terminan de definir las características de la población que hoy forma este espacio. Desde la década de los 60 se ha ido produciendo un cambio en las pautas de crecimiento de la población motivado fundamentalmente por un descenso sistemático y acusado de la tasa de natalidad, propiciado a su vez por la combinación de distintos factores socioeconómicos imperantes en la sociedad de consumo actual (alargamiento de la educación, crisis económica, desempleo e inseguridad en el empleo, aumento del coste de la vivienda, nuevo panorama político y liberalización de valores). «A partir de 1965, a pesar del aumento de las tasas de matrimonialidad en edades fértiles y del descenso de la edad media del matrimonio, se produce la tendencia al descenso de la natalidad y ello porque probablemente se generaliza el control de la natalidad en una sociedad que empieza a ser urbana e industrializada» (RODRÍGUEZ OSUNA, J. 60, 1985, p. 38-39). El tamaño medio de las familias sigue disminuyendo, con tendencia hacia los 3 miembros. La tasa de mortalidad, y sobre todo la tasa de mortalidad infantil, desciende drásticamente, lo que refleja una situación de normalidad sanitaria en todo el país. A partir de ahora, es normal que se pueda llegar a los 65 y más años. La esperanza de vida al nacer se emplaza en los 73 años para los varones y en los 80 años para las mujeres en 1990. Este aumento de la proporción de población mayor ha originado toda una serie de voces falaces que aluden a la inestabilidad del sistema del bienestar por la excesiva carga de las pensiones. La verdadera amenaza está en el crecimiento de la economía oculta que deja de contribuir al bienestar social vía impuestos y pagos laborales a la Seguridad Social. Por otro lado, los 60

RODRÍGUEZ OSUNA, J.: Población y territorio en España. Siglos XIX y XX. EspasaCalpe, Madrid, 1985, págs. 38-39

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movimientos migratorios tienen durante este periodo un protagonismo claro con el aumento de las migraciones continentales durante los años 60 y principios de los 70, y su retorno en la década de los 80 tras la crisis económica consiguiente a la crisis del petróleo de 1973. La pirámide truncada actual es la fiel imagen de una población con una tasa de natalidad muy baja, y un aumento espectacular de la cantidad de mayores.

Mapa I.3. Proporción de crecimiento de la población de España (1965-1991) (%)

Fuente: DE MIGUEL, A. 61: Op. Cit., 1992, págs. 100-111 y elaboración propia.

La disminución del crecimiento de la población viene motivada por el descenso acusado de los nacimientos y una tendencia hacia la ancianidad que repercute en la mortalidad por envejecimiento (mapa nº I.3). Nuestro país se ha situado en el furgón de cola internacional por baja natalidad. España es el país del mundo donde nacen relativamente menos niños. Las mujeres en edad fértil sólo tienen una media de 1,07 hijos (INE, 1998). Mientras la mayoría de los niños nacen en el seno del matrimonio, aumenta ligeramente el uso del anticonceptivo; además, el alto nivel de estudios de la mujer es en un factor

61

Fuente: DE MIGUEL, A.: La sociedad española 1992-1993. Alianza Editorial, Madrid, 1992, págs. 100-111.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

50

clave para tener menos hijos 62. Las mejoras sociales y económicas de los 80, fortalecidas con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, dan lugar a beneficios económicos que se plasman en una mejora de la calidad material de vida y una mayor esperanza de vida de la población. Este hecho va a coincidir con la vuelta de la mayor parte de los emigrantes. Durante el siglo XX las personas mayores de 65 años han pasado del 5,2% en 1900 al 13,82% en 1991(gráfico nº I.4). La evolución de esta población ha sido desigual a nivel temporal, observándose un crecimiento de más del 50% en los últimos veinte años. Este grupo de edad ha pasado de 4.2 millones en 1980 a 6.6 millones en 1999, lo que está determinando un envejecimiento de la población. En la actualidad, España cuenta con 6.041.000 españoles mayores de 65 años, el 15,4% de la población, y serán 8.608.000 en el 2026, el 22,3%. El incremento llegará hasta el 31,5% de la población en el 2050 (EL MUNDO, 25 de abril de 1999, pág. 7).

Gráfico I.4. Evolución de la población española por grandes grupos de edad, 1900-1991 (en miles)

50

40

30

20

10

0 1900

1910

1920

1930

1940 0-14

1950 15-64

1960

1970

65 y más

Fuente: INE 63: Censos de población y elaboración propia.

62 63

www.elpais.es. SOCIEDAD. 22/12/1999. Fuente: INE: Censos de población. Anuario Estadístico.

1981

1991

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

51

La mayor aceleración del envejecimiento se produce a partir de la década de los 60. A partir de este momento el proceso se acelera y se globaliza, comenzando a destacar el envejecimiento de las áreas interiores de la mitad norte de España, consecuencia de las fuertes corrientes migratorias de población joven del mundo rural hacia las zonas urbanas y litorales. Los cambios en la dinámica demográfica de este país en el último cuarto de siglo han sido bien estudiados por grandes especialistas en la materia que han destacado el fenómeno del envejecimiento por las características específicas de su evolución, estructura y distribución espacial desigual (DE MIGUEL, J.M. y DIEZ NICOLAS, J. 64, 1985; NAVARRO LOPEZ, M. 65, 1992; PUYOL ANTOLÍN, R. 66, 1989). Desde comienzos de siglo se ha acelerado el ritmo de crecimiento de este grupo de población, proceso que se ha intensificado de forma considerable a partir de los años sesenta y ha sufrido cierta desaceleración durante los 80, fruto de la mejora económica y de la dinámica demográfica. Asimismo, se vuelve a invertir el proceso durante los noventa, fortalecido por el desarrollo del estado del bienestar, el brusco descenso de la natalidad 67 y el aumento de la esperanza de vida. «De acuerdo con las estimaciones realizadas por el IMSERSO, en la actualidad (1990) hay en España más de 7.150.000 personas con 60 o más años de edad. De ellos, más de 5.100.000 han cumplido ya los 65 años, y más de 1.000.000 superan los 80» (IMSERSO 68, 1990, pág. 3). La tendencia nacional se confirma en Andalucía donde el número de personas mayores de 65 años ha ido ascendiendo (cuadro nº I.2). De igual forma, se ha ido registrando un mayor crecimiento del grupo de 75 y más años, fruto de la mayor esperanza de vida, sobre todo para la mujer, que ha propiciado una mayor diferencia entre varones y mujeres (cuadro nº I.6). 64

DE MIGUEL, J.M. y DIEZ NICOLAS, J.: Políticas de Población. Editorial Espasa Calpe, Madrid. 1985. 65 NAVARRO LOPEZ, M.: Nuevo análisis de la población española. Editorial Ariel, S.A. Barcelona. 1992. 66 PUYOL ANTOLIN, R.: Análisis del desarrollo de la población española en el período 1970-1986. Editorial Síntesis. Madrid. 1989. 67 Motivado por la crisis de las condiciones laborales para la gente joven y las dificultades para la maternidad. 68 IMSERSO: La tercera edad en España: Necesidades y demandas. IMSERSO, Madrid, 1990, pág. 3.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

52

Cuadro I.2. Evolución del envejecimiento demográfico de Andalucía. 1900-1991 Año Población total Población de 65 y más años Población de 75 y más años 1900 3.562.606 167.832 48.991 1960 5.873.134 414.723 132.201 1991 6.930.049 815.359 320.274 Fuente: INE, Censos de población y elaboración propia.

Según el IMSERSO, en las proyecciones de la población española de 60 y más años para el período 1986-2010, nuestro país contará con más de ocho millones de personas ancianas, lo que supondrá un incremento del 27% respecto a 1986 (IMSERSO 69, 1989). Y quince años más tarde, en el 2025, se calcula que este grupo de edad habrá superado los diez millones de personas (ONU 70, 1985).

La situación de España, al borde del crecimiento cero, con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo y un envejecimiento progresivo de sus estructuras demográficas, podría modificarse a largo plazo de acuerdo con Julian Simon (1998): «Las predicciones sobre el futuro de la humanidad realizadas por los organismos oficiales a menudo cometen importantes errores. Nadie puede saber con seguridad lo que va a ocurrir a largo plazo, aunque por intuición se puede prever un eventual crecimiento de la población. Así se ha repetido siempre a lo largo de la historia, cuando la mortalidad ha sido lo suficientemente baja para que ocurriera» (UNIVERSIDAD DE NAVARRA 71, 1998). Por ejemplo, la natalidad en el Poniente almeriense se ha disparado con las familias prolíficas de magrebíes. Estos cálculos no tienen en cuenta

la

fuerte

inmigración

actual

española

porque

son

simples

extrapolaciones de tendencias anteriores a la oleada inmigratoria de fines de los 90 en adelante.

69

IMSERSO: La tercera edad en España: Aspectos cuantitativos. IMSERSO, Madrid, 1989b. ONU: Op. Cit. , 1985. 71 UNIVERSIDAD DE NAVARRA: "El crecimiento de la población favorece el desarrollo económico, frente a una planificación centralizada".Prensa. UNIVERSIDAD DE NAVARRA, Pamplona, 1998. www.una.es/honoris_causa.html/ . 70

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53

La baja densidad de la población de las áreas rurales y el envejecimiento relativo de la población son posiblemente las características demográficas más destacables del mundo rural actual (mapa nº I.4). «El país considerado como un todo, parece condenado a una densidad escasa, muy alejada de las densidades europeas. En lo previsible, España contará con pocos españoles» (NADAL, J. 72, 1961, pág. 738). Mapa I.4. Densidad de la población española. 1991 (Hab./km2).

Fuente: INE, 1991 y elaboración propia.

Esta escasa densidad no significa que la situación de España sea más favorable para el desarrollo que la de otros países de una densidad mayor. De hecho los países de la Europa desarrollada tienen una densidad muy superior a la española. Los espacios rurales se despueblan, entre tanto los espacios urbanos crecen sin cesar para formar áreas metropolitanas cada vez mayores, incluso se transforman y se vinculan los modos de vida urbanos a los espacios

72

NADAL, J.: Op. Cit., pág. 738.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

54

rurales (FAUS PUJOL, M.C. y HIGUERAS ARNAL, A. 73, 1999, págs. 913929; SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y LÓPEZ ROBLES, J.M. 74, 2000).

La baja densidad de población se manifiesta por: la disminución de la población activa agraria en toda Europa Occidental (menor del 2%); la fuerte emigración interior de las zonas rurales hacia las zonas urbanas desde los años 50 a los años 90 que mermó los efectivos de las áreas rurales y favoreció a las ciudades; la abundancia de medios de transporte y la facilidad de los desplazamientos (el agricultor puede vivir en la urbe); la brusca caída de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida que aceleran el envejecimiento; y la disminución de la población en los núcleos con menos de 2.000 habitantes y menos servicios públicos, en tanto aumentan la de las poblaciones mayores (gráfico nº I.5).

Gráfico I.5. Tamaño municipal y envejecimiento en España. 1986.

Hasta 2.000 2.001 - 10.000

Jóvenes % Adultos % Viejos

10.001 - 20.000 20.001 - 50.000 50.001 - 100.000 Más de 100.000 0

10

20

30

40

50

60

70

Fuente: INE, Padrón, 1986 y elaboración propia.

73

FAUS PUJOL, M.C. y HIGUERAS ARNAL, A.: “Características de la población rural española”. Profesor Joan Vilà Valentí. El seu mestratge en la geografía universitaria. Universidad de Barcelona, Barcelona,, 1999, págs. 913-929. 74 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y LÓPEZ ROBLES, J.M.: “Repercusiones socioeconómicas del proceso de envejecimiento de la población en el Valle Bajo de Lecrín”. XXIII Congreso de Jóvenes Geógrafos. Valladolid, 2000.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

55

En resumen, el elevado índice de envejecimiento español tiene mayor representación en la mitad norte 75 (Castilla y León, Asturias, Aragón, y partes de Cataluña y Galicia) que en la mitad sur (Andalucía, Extremadura, Murcia, C. Valenciana).

I.1.b.1. El descenso de la fecundidad

Al estudiar la proporción de los nacidos en relación a la población femenina en edad de procrear, vemos que se ha producido un descenso de la fecundidad, provocando el envejecimiento más acusado de la población europea de toda su historia, efecto de que la mayoría de estos países han alcanzado la fase final del modelo de transición demográfica (cuadro nº I.3).

Cuadro I.3. Evolución de la tasa de fecundidad de los países de la Unión Europea. 19761997 Evolución de la tasa de fecundidad de los países de la Unión Europea. 1976-1997 (‰) Países 1976 1981 1986 1991 1996 1997 Alemania 1,51 1,53 1,41 1,33 1,32 1,36 Austria 1,67 1,67 1,45 1,49 1,42 1,36 Bélgica 1,73 1,66 1,54 1,66 1,55 1,55 Dinamarca 1,75 1,44 1,48 1,68 1,75 1,75 España 2,8 2,04 1,56 1,33 1,17 1,16 Finlandia 1,7 1,64 1,6 1,79 1,76 1,75 Francia 1,83 1,95 1,83 1,77 1,72 1,71 Grecia 2,35 2,09 1,6 1,38 1,3 1,32 Holanda 1,63 1,56 1,55 1,61 1,53 1,54 Irlanda 3,31 3,09 2,46 2,09 1,88 1,92 Italia 2,1 1,59 1,34 1,31 1,21 1,22 Luxemburgo 1,48 1,55 1,43 1,6 1,76 1,71 Portugal 2,58 2,13 1,66 1,57 1,43 1,46 Reino Unido 1,74 1,82 1,78 1,81 1,72 1,71 Suecia 1,68 1,63 1,8 2,11 1,6 1,52 Total UE 1,92 1,77 1,59 1,53 1,44 1,44 Fuente: INE 76, 1999 y elaboración propia.

75

La mitad norte de España ha estado tradicionalmente caracterizada por la intensidad de su hábitat disperso y concentrado en núcleos muy pequeños, sin servicios públicos básicos. 76 INE: Datos avance del Movimiento Natural de la Población 1998. INE, Madrid, 1999. www.ine.es.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

56

Tradicionalmente, el movimiento natural de la población de la Unión Europea había sido positivo pero el fuerte descenso de la fecundidad, junto al aumento de las defunciones por el efecto del envejecimiento, ha provocado la pérdida de población. Los factores que motivan ese descenso de los nacimientos son más complejos y discutibles de lo que podríamos pensar en un principio.

Foto I.1: La cada vez más minoritaria aventura de tener un hijo

Expertos, sindicalistas y padres explican el declive demográfico del que España será el país con más viejos del mundo en el 2050. Fuente: EL MUNDO, 26 de marzo de 2000, pág. 39.

Según Antonio Abellán, los cambios habidos en la sociedad occidental pueden agruparse en: cambios en las condiciones de vida y cambios en los valores sociales (ABELLÁN GARCÍA, A. 77, 1996, págs. 12-13). Los primeros

77

ABELLÁN GARCÍA, A. (coord.): Op. Cit., 1996, págs. 12-13.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

57

apuntarían a nuevas aspiraciones económicas, profesionales, culturales y de ocio, mejores condiciones sociosanitarias (difusión de los métodos anticonceptivos, descenso de la mortalidad infantil, desarrollo de la protección social); y los segundos reforzarían al individuo frente a la sociedad, reivindicando el desarrollo personal en detrimento del compromiso social, el debilitamiento de las relaciones personales, familiares y sociales. Como expresa G. Garrier: «El porvenir del hijo enfrenta a los padres con los problemas de selectividad social. Ante las múltiples barreras y las dificultades crecientes de ingreso en la profesión, se refuerza la convicción de que no es posible “criar” convenientemente más que un solo hijo» (GARRIER, G. 78, 1980, pág. 56). Índice de Fecundidad 79:

Entre los efectos no deseados del proceso de envejecimiento de la sociedad española está la brusca caída de la fecundidad, que plantea graves dudas sobre el crecimiento natural de la población, al temer que el número de nacidos disminuya por debajo de los fallecidos, hecho que no ocurría desde la Guerra Civil (COLLADO, A. 80, 1989, págs. 199-209; PUYOL ANTOLÍN, R. 81

, 1997). Este país ha ido perdiendo paulatinamente posiciones respecto a

otros países de la Unión Europea en su nivel de fecundidad. En 1976 era el segundo país más prolífico detrás de Irlanda. En 1981 pasa a ocupar el cuarto

78

GARRIER, G.: “Los hechos demográficos”. LEÓN, P.: Historia económica y social del mundo. T.4, Ediciones Encuentro, Madrid, 1980. 79 Índice de Fecundidad se obtiene multiplicando el número de nacidos de un año por mil y dividiendo por las mujeres de 15 y 45 años de edad de dicho año. 80 COLLADO, A.: “Efectos no deseados del proceso de envejecimiento de la sociedad española”. Revista Española de Investigación Sociológica. Madrid, nº 48, 1989, págs. 199209. 81 PUYOL ANTOLIN, R.: Dinámica demográfica de la población en España. Cambios demográficos en el último cuarto de siglo XX. Editorial Síntesis, Madrid, 1997.

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lugar, por detrás de Irlanda, Portugal y Grecia. A partir de 1986 se sitúa por debajo de la media comunitaria y a partir de 1996 ocupa el último lugar.

Gráfico I.6. Evolución del número medio de hijos por mujer, 1970-1991. Varios países. 3 2,5 2 1,5 1 0,5 0 1970

1975

1981 España

Suecia

1986

1991

Francia

Fuente: Eurostat 82, 1994 y elaboración propia.

Nuestro país ha visto cómo su índice de fecundidad ha ido decayendo progresivamente entre 1970 y 1990, como lo demuestra la evolución del número medio de hijos por mujer, que ha pasado de 2,8 a 1,3. Esto convierte a España actualmente en uno de los países con la fecundidad más baja del mundo (gráfico nº I.6). A partir del 1996 ha permanecido prácticamente estable en los últimos años (1,15 hijos por mujer en 1998). Así, por ejemplo, en 1995, 2.015.167 hogares españoles estaban formados por parejas sin niños, 400.000 más que en 1985, mientras que los hogares de parejas con dos niños descienden en más de 200.000 en el mismo periodo, situándose en 939.195 (INE 83, 1999). El Instituto Nacional de Estadística ha comprobado cómo las Comunidades Autónomas del Cantábrico (Asturias, Galicia, Cantabria, País Vasco) y también Castilla y León, han sido las más afectadas por el descenso de la fecundidad del territorio nacional (cuadro nº I.3). En todas ellas el número

82

Eurostat: Statistiques Démographiques. 1994. INE: Indicadores Sociales de España 1997. Una imagen dinámica de la sociedad española. Nota de prensa. www.ine.es . 26 de agosto de 1997 83

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medio de hijos por mujer es menor a 1. En el otro extremo se sitúan las Comunidades de Murcia y Baleares, con una media de 1,4. Desde 1981 los nacimientos en España son insuficientes para garantizar que la composición de la población por edades se mantenga estable (INE 84, 1999).

De todas formas, las conjeturas respecto al cambio en la tendencia actual de baja fecundidad dependerá de cómo sea el progreso de la evolución de la estructura por sexo y edad, la incidencia de los fenómenos demográficos y el desarrollo de los movimientos migratorios.

Foto I.2: El envejecimiento de la población está unido a la caída de la natalidad

Fuente: MORENO GONZÁLEZ, S. 85; 1998, pág. 15.

84

INE: Evolución demográfica. Estadísticas regionales. INE, Madrid, 22 de junio de 1999, www.ine.es. 85 MORENO GONZÁLEZ, S. (dir): Plan de Atención a las Personas Mayores en Castilla-La Mancha 1998-2002. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo, 1998, pág. 15.

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Mapa I.5. Tasa de natalidad por Comunidades Autónomas. España, 1997. (‰)

Fuente: INE, 1999 y elaboración propia.

La fuerte caída de la natalidad viene a reconocer el descenso del número de nacimientos en este siglo. En este país la inflexión se produce en el tercer y cuarto decenios. Entre 1924 y 1935, la tasa de natalidad pasa del 30‰ al 26‰. Durante el período 1950 y 1999 se produce un cambio en la actitud populista dominante en los 50 y 60 (Baby Boom), hacia una reducción muy fuerte de la natalidad durante los 80 y 90. Este descenso de la natalidad estarían vinculado con el aumento de la población urbana, la migración de población rural hacia zonas industriales, la incorporación de la mujer al trabajo, la elevación del nivel de vida, etc. Índice de Natalidad 86:

86

Índice de natalidad se obtiene multiplicando el número de nacidos de un año por mil y dividiendo por la población media de dicho año.

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Si en 1976 la tasa de natalidad era del 18,85‰, veintidós años después (1998) había descendido hasta el 9,19‰. Asimismo, Ceuta y Melilla, Murcia y las Islas Baleares mantienen las tasas más elevadas que contrastan con las bajísimas tasas de Galicia, Asturias y Castilla y León (cuadro nº I.4 y mapa nº I.5).

Foto I.3: El 75% de las españolas que abortan renuncian a su derecho a la sanidad pública

«Los servicios de salud no controlan la objeción de conciencia de sus hospitales. Lograr que la sanidad pública atienda los abortos legales al amparo de la ley exige auténtica militancia. La realidad demuestra que el 75% de las españolas que abortan se lo paga de su bolsillo, renunciando a sus derechos. En el 25% restante, los servicios sanitarios suelen desviar a las pacientes a clínicas privadas, haciéndose cargo, eso sí, de la factura. La objeción de conciencia, fuera de todo control administrativo, es masiva en los hospitales públicos. En siete comunidades, que suman 7,2 millones de habitantes (igual que Asturias), no hay uno solo que ofrezca este servicio». Fuente: EL PAÍS, 30 de mayo de 1999, pág. 34.

La bajada de la nupcialidad viene a corroborar el descenso de la fecundidad, ya que la mayoría de los hijos se conciben dentro del matrimonio. Entre 1976 y 1998 el número de matrimonios en España ha bajado un 22%,

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pasando de 260.974 matrimonios a 202.494. Durante este periodo, la tasa de nupcialidad descendió del 7,26‰ al 5,14‰ (INE, 1999). Observando la tasa de nupcialidad por Comunidades, podemos ver como las más afectadas por este descenso han sido Ceuta, Asturias y Madrid. En sentido opuesto, Melilla, Islas Baleares y Castilla-La Mancha se sitúan a la cabeza (cuadro nº I.4).

Cuadro I.4. Movimiento natural de la población por Comunidades Autónomas. Nupcialidad y natalidad, 1997. Comunidades Tasa de Tasa de Autónomas Matrimonios Nupcialidad (‰) Nacimientos Natalidad (‰) Andalucía 40.022 5,57 75.854 10,55 Aragón 5.973 5,08 9.184 7,81 Asturias 4.683 4,42 6.429 6,06 Baleares (Islas) 4.380 5,94 8.161 11,07 Canarias 7.346 4,62 16.966 10,67 Cantabria 2.686 5,1 3.824 7,26 Castilla-La Mancha 9.711 5,69 15.789 9,25 Castilla y León 12.097 4,85 17.000 6,81 Cataluña 32.046 5,29 56.314 9,29 Comunidad Valenciana 21.412 5,45 37.190 9,46 Extremadura 5.705 5,28 9.863 9,13 Galicia 12.344 4,54 18.310 6,74 Madrid 23.164 4,61 49.034 9,75 Murcia 6.193 5,64 12.703 11,57 Navarra 2.591 4,9 4.953 9,36 País Vasco 10.079 4,91 16.168 7,87 Rioja (La) 1.357 5,23 2.163 8,34 Ceuta 296 4,08 969 13,37 Melilla 409 6,43 1.056 16,59 Media nacional 10.657,58 5,157 19.049 9,526 Fuente: INE, 1999 y elaboración propia.

En la última década del siglo la caída del nupcialidad sigue vigente aunque denota cierto elentecimiento. Las personas que contraen matrimonio son menos y las que lo hacen planifican mucho más su descendencia y vuelve a retrasarse la edad media del matrimonio. Mientras que en 1980 el promedio de edad de los cónyuges que contrajeron matrimonio era de 26 años para los

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hombres y 24 años para la mujeres, en 1994 fue de 30 y 27 respectivamente. No obstante, si se cumplen las previsiones que se han hecho a raíz del aumento de la tasa de nupcialidad (casi 10.000 respecto a 1997, alcanzándose la cifra de 202.494 matrimonios en 1998) 87 la tendencia de crecimiento de la población puede verse modificada positivamente. Índice de Nupcialidad 88:

La evolución del estado civil de la población de 65 y más años en España, permite comprobar la importancia que en décadas pasadas tenía el matrimonio en la formación familiar y dentro de la sociedad, como lo demuestra el hecho de que más del 55% de la población mayor estaba casada en 1991. La viudedad comienza a manifestarse claramente a favor de las mujeres a partir de los 35 años, en que las viudas ya triplican a los viudos. Diferencia que se amplía en los últimos intervalos de la ancianidad. Dos causas explican la mayor viudedad de las mujeres: la mayor esperanza de vida y la menor tendencia a contraer nuevas nupcias tras la muerte de la pareja. El descenso de la viudedad entre 1981 y 1991 estaría relacionado con el aumento de la esperanza de vida. Así, la sobremortalidad masculina provoca un mayor número de viudas que de viudos a estas edades, hecho que se vuelve a repetir con la soltería, superior en el caso de las mujeres. La soltería es minoría en este grupo de edad, que apenas supera el 10%, mientras que los separados /as o divorciados /as son prácticamente inapreciables (cuadro I.5).

87

INE: “Datos avance del Movimiento Natural de la Población 1998”. INE, Madrid, 30 de junio de 1999. www.ine.es. 88 Índice de Nupcialidad se obtiene multiplicando el número de matrimonios de un año por mil y dividiendo por la población total de dicho año.

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Cuadro I.5. Evolución del estado civil de la población de 65 y más años. España. 19811991. Estado Civil 1981 1986 1991 Soltero 11,3 11,1 10,4 Casado 51,3 53,2 55,8 Viudo 36,7 35 33,2 Sep./Div. 0,7 0,7 0,6 Total 100 100 100 Fuente: INE, Censos de población y elaboración propia.

I.1.b.2. El descenso de la mortalidad

El descenso de la mortalidad es la manifestación más clara del progreso de la sociedad a lo largo de la historia 89. En un principio la bajada de la mortalidad no tiene por qué aumentar el nivel de envejecimiento de la población. De hecho, los progresos sanitarios y las mejoras asistenciales en poblaciones estacionarias han favorecido más a las generaciones más jóvenes que al grupo de más edad, lo que se puede apreciar observando el estrechamiento que sufre una pirámide por la cúspide (COALE, A.J. 90, 1956). Índice de Mortalidad 91:

En los países desarrollados la consecuencia más directa del descenso de la mortalidad ha sido el cambio de la actitud procreadora, con el preocupante 89

GEORGE, P.: Población y poblamiento. 1985, pág. 46. «En los países industriales el hombre está protegido contra las enfermedades y epidemias gracias a las vacunas, los controles periódicos, la educación de la madre sobre la salud de su hijo, la educación del conjunto de la población en lo tocante a los cuidados personales y a la prevención de enfermedades... Estas mismas poblaciones se benefician de un aparato médico y de una farmacología cómodamente accesible (...). Enfermedades que habían sido peligrosas, como el sarampión o la tuberculosis (...) no influyen sobre la mortalidad...». 90 COALE, A.J.: “The effects of decline mortality on age distribution”. Milbank Memorial Fund. Trends and Differentials in Mortality. New York, 1956, págs. 125-132. 91 El índice bruto de mortalidad anual se mide multiplicando el número de defunciones en un año por mil y dividiendo por la población media de dicho año.

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descenso de la natalidad, y el aumento del envejecimiento de la población. Este complejo fenómeno social obedece a la coincidencia de varios factores explicativos como el mayor envejecimiento de la población, la creciente morbilidad y el descenso de la mortalidad, junto al fuerte condicionante espacial de la migración. Las mejoras sanitarias y el desarrollo de la medicina pública han permitido el descenso brusco de la tasa bruta de mortalidad anual y la tasa de mortalidad infantil. Como consecuencia de ello, España ha visto reducir ambas tasas: su tasa bruta de mortalidad ha pasado del 28,8% en 1900 hasta el 9,09% en 1998; mientras que su tasa de mortalidad infantil por 1000 habitantes habría pasado del 12,4‰ en 1981 al 8,07‰ en 1988. Las defunciones relativas siguen siendo más acusadas en las comunidades de Aragón, Asturias e Islas Baleares, mientras que tienen menos incidencia en Ceuta y Melilla, Canarias y Madrid (gráfico nº I.7). Las principales causas de muerte en los ancianos son las enfermedades del aparato circulatorio y los tumores, destacando las enfermedades endocrinas y respiratorias entre las mujeres.

Gráfico I.7. Tasa de mortalidad por Comunidades Autónomas. 1998. Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña C.Valenciana Extremadura Galicia Madrid Murcia Navarra País Vasco Rioja (La) Ceuta Melilla

8,47 10,96 11,37 10,6 7,34 9,9 9,6 10,15 9,37 9,45 9,43 10,29 7,56 8,34 9,26 8,78 9,82 6,73 7,02 0

2

4

Fuente: INE, 1999 y elaboración propia.

6

8

10

12

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Los progresos en la mejora de la calidad material de vida de los ciudadanos (salud, alimentación, trabajo, vivienda, educación, ocio, etc.) han propiciado el aumento de la esperanza de vida y la explosión demográfica a nivel planetario. Las previsiones realizadas por las instituciones internacionales apuntan hacia un despegue en la prolongación de la vida a nivel mundial. Se ha podido constatar que los antiguos romanos tenían una esperanza de vida de 22 años. Hoy día, un ciudadano del mundo tiene un promedio de vida de 65 años. La mejora de la calidad de vida en muchos países, sobre todo gracias a los avances de la sanidad pública, ha permitido el importante aumento de la esperanza de vida en los últimos cien años. Distintos estudios han revelado que el envejecimiento es un hecho demográfico de este siglo. A finales del siglo XIX, los habitantes del noroeste de Europa fueron los primeros en manifestar este cambio al comprobar que 1 de cada 20 personas había superado los 65 años de edad (Francia, Bélgica, Suecia y Noruega). Condición que fue extendiéndose a medida que los factores sobre los que se asienta el sistema del bienestar se iban consolidando (avances médicos, mejor alimentación, etc.). A este contexto se van a ir sumando progresivamente distintos países del sur de Europa y Estado Unidos, pero será a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando se produzca la verdadera eclosión del proceso de envejecimiento de la población, ampliándose al Japón, Australia y Centroamérica (MYERS, G.C. 92, 1985, págs. 173-198).

El complejo fenómeno del envejecimiento ha venido a destacar, una vez más, las grandes diferencias entre las economías de un planeta que tiende hacia una globalidad económica deshumanizada, caracterizada por el sometimiento del individuo a las reglas del juego del sistema económico dominante. Mientras la esperanza de vida en los países en vías de desarrollo apenas alcanzan los 50 años (Sierra Leona: 38 años; Afganistán: 45 años), en las áreas geográficas más

92

MYERS, G.C.: “Aging and worldwide population change”. BINSTOCK, R.H. y SHANAS, E. (ed): Handbook of aging and the social sciences. Van Nostrand Reinhold, New York, 1985, págs. 173-198.

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desarrolladas se superan los 80 años (Japón: 80 años; España: 78 años) (mapa nº I.6).

Mapa I.6: El Boom de la Tercera Edad. Esperanza de vida al nacer en países representativos, 1996.

Fuente: WEISS, R. 93, 1997, pág. 25.

Las sensaciones producidas tras comprobar el derrumbe de los sistemas sanitarios después de la caída del muro de Berlín, en Rusia; el aumento del SIDA en los países africanos más afectados, han truncado en varios países la

93

WEISS, R.: Op. Cit., noviembre 1997, págs. 2-31.

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reducción de la mortalidad (BROWN, L.R.; RENNER, M. y HALWEIL, B. 94, 2000, págs. 82-83). Estaña también va por esa vía con la degradación del sistema sanitario (pago de parte de los medicamentos por los pensionistas de mayores ingresos, previsiones del proceso de privatización de la Seguridad Social). A pesar de ello, aún es indiscutible el aumento de la esperanza de vida, como lo demuestra el creciente grupo de población de 75 y más años, no exento de las diferencias espaciales y económicas del planeta (gráfico nº I.8).

Gráfico I.8. Distribución del porcentaje de población de 75 y más años. 1996.

Fuente: ONU, 1999 y elaboración propia.

Si en los años 50, una de las diferencias más claras entre el sur y el oeste de Europa se manifestaba a través de la esperanza de vida. La convergencia es hoy un hecho incuestionable, tanto que, incluso, se aprecia una mayor longevidad en los países del sur que en países como Alemania, Dinamarca o Reino Unido, hecho que podría explicarse a través de factores como la alimentación y la forma de la vida (ocio, relaciones sociales). Los 94

BROWN, L.R.; RENNER, M. y HALWEIL, B.: Signos vitales 2000. Las tendencias que guiarán nuestro futuro. GAIA proyecto 2050, Bakeaz, Madrid, 2000, págs. 82-83. www.nodo50.org/worldwatch.

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progresos en lo concerniente a la prolongación de la vida se aprecian muy bien: en 1955, un varón de la Unión Europea podía llegar a vivir 63,3 años y la mujer 67,7 años, en 1992, estos podrían llegar a vivir 73,9 y 80,4 años respectivamente (CAMBOIS, E., ROBINE, J.M. y BROUARD, N. 95, 1988, págs. 447-476).

En España se ha producido un verdadero progreso, que se ha visto desde principios del siglo, cuando la esperanza de vida no alcanzaba los 35 años, los varones vivían una media de 33,9 años y las mujeres 35,7 años. Esta esperanza se ha duplicado desde entonces y ha llegado a ser de 74,3 años para los varones y de 81,6 para las mujeres (INE, 1999), y «se prevé que alcance los 75,77 y 82,83 en el 2000» (ROSET I LLOBET, J. 96, 2000). El descenso de la mortalidad general y la mortalidad infantil ha mejorado la esperanza de vida al nacer y ha permitido que la población envejezca, aumentando el número de personas que logran vivir 65 y más años, y 75 y más años (cuadro nº I.6). Cuadro I.6. Esperanza de vida al nacer en España. 1900-1990. Año Al Nacer A los 65 Años A los 75 Años Supervivencia (1) Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres 1900 33,9 35,7 9 9,2 4,7 4,8 41,7 47 1910 40,9 42,6 9,8 10,1 5,4 5,4 48 52,6 1920 40,3 42,1 9,7 10,6 5,2 5,7 47,6 54,2 1930 48,4 51,6 10,4 11,5 5,7 6,1 53 62 1940 47,1 53,2 9,9 11,9 5,6 6,6 44,1 63,3 1950 59,8 64,3 11,8 13,5 6,8 7,6 63,6 74,8 1960 67,4 72,2 13,1 15,3 7,6 8,8 73,7 83,1 1970 69,6 75,1 13,3 15,9 7,8 9,1 74,8 85,6 1980 72,5 78,6 14,8 17,9 8,8 10,5 78,6 89,5 1990 73,4 80,5 15,5 19,2 9,3 11,4 79 91 (1) Personas que, habiendo cumplido 15 años, alcanzan los 65 (en %) Fuente: INE: Tablas de Mortalidad.1900-1990 y elaboración propia.

95

CAMBOIS, E., ROBINE, J.M. y BROUARD, N.: “Les espérances de vie appliques à des statuts spécifiques. Historique des indicateurs et des méthodes de calcul”. Population. Institut National D´études Démographiques, París, nº 3, 1988, págs. 447-476. 96 ROSET I LLOBET, J.: “Envejecer en masa”. Tema de Portada. La Vanguardia, mayo, 2000.

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Del mismo modo, se sabe que la esperanza de vida de las mujeres aumentará proporcionalmente más que la de los hombres. «En el 2021, en el segmento de los 65-70 años habrá 89 varones por cada 100 feminas. Superados los 90 años, la comparación será de 37 por cada 100» (EL MUNDO, 25 de abril de 1999, pág. 7). En cualquier caso, la soledad afectará a ambos sexos, ya que la tendencia es que se tengan menos hijos y por tanto hay menos personas que se ocupen durante más años de los padres.

A medida que se han ido produciendo la mejora de los niveles sociosanitarios, se han ido reduciendo las diferencias entre las regiones españolas. Sin embargo, la transferencia de impuestos desde el Estado a las autonomías está aumentando las diferencias entre las autonomías ricas (Cataluña, País Vasco), donde hay más y mejores servicios sociales, y las pobres (Andalucía, Extremadura). En el caso de Andalucía, observamos como la tasa de mortalidad es comparativamente peor que la media nacional, y como se han ido aumentado las diferencias en la esperanza de vida desde 1970 (VICO RUÍZ, A. 97, 1991/1992, págs. 183-196; SÁEZ LORITE, M. y URDIALES VIEDMA, M.E. 98, 1999, págs. 1301-1318) (cuadro nº I.7).

Cuadro I.7. Evolución de la esperanza de vida en España y Andalucía. 1970-1986 Año España (A) Andalucía (B) Diferencia (A - B) 1970 72,03 71,28 0,75 1975 73,62 72,68 0,94 1980 75,51 74,48 1,03 1986 76,52 74,89 1,63 Fuente: INE, Censos de población y elaboración propia.

La mayoría de los ámbitos europeos con un saldo vegetativo negativo (Alemania, Italia, España, Reino Unido y Grecia) que se enfrentan a la pérdida 97

VICO RUÍZ, A.: “El envejecimiento de la población andaluza. La situación de los servicios sociales ante este fenómeno”. Paralelo 37º. Nº 14-15, 1991/1992, págs. 183-196. 98 SÁEZ LORITE, M. y URDIALES VIEDMA, M.E.: “Evolución, estructura y distribución del envejecimiento en Andalucía, 1960-1991”. Profesor Joan Vilà Valentí. El seu mestratge en la geografía universitaria. Universidad de Barcelona, Barcelona, 1999, págs. 1301-1318.

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de población, y coinciden con aquellas que tienen una baja proporción de niños y adolescentes 99, y una alta proporción de personas mayores. Curiosamente, en el sur de Europa el descenso de la fecundidad ha sido más tardío, pero más rápido después de 1950, como lo muestra su caída desde 1976 (cuadro nº I.3). «Si persisten las actuales tendencias demográficas, asumiendo las hipótesis realizadas para la proyección de población de 2025, la población en el año 2025 será de 388 millones de habitantes, con una tasa de crecimiento anual de solamente el 0,15%» (Eurostat Press Office 100, 2000). A pesar de ello, de acuerdo con la predicción de Eurostat, en el año 2025 el 30% de las regiones europeas alcanzarán un crecimiento que rondará el 10%. Irlanda, Luxemburgo, Dinamarca, Holanda (con la excepción de la región de Flevoland), y la mayor parte de Suecia y el Reino Unido no experimentarán descensos antes del 2025. Asimismo, se cree que el saldo migratorio aumentará formidablemente en los próximos años debido a la superioridad económica de la UE en relación a los países en desarrollo, y a la pérdida de su población activa (LAIHONEN, A. 101, 2000). El

modelo

económico

desarrollista

ha

marcado

importantes

desequilibrios demográficos que han desembocado en amplias zonas que caminan hacia el envejecimiento de sus habitantes (DE MIGUEL, A. 102, 1997; DE MIGUEL, J.M. 103, 1998). Las implicaciones del éxodo rural en este siglo han traído consigo la consolidación de la población urbana española, afectada por el sucesivo descenso de la fecundidad y de la natalidad en su distribución espacial diferenciada, la mejora de los servicios de la tercera edad y la evolución estructural de la población española (LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J. 104, 1989, págs. 145-167). «Las provincias de crecimientos extremos negativos se sitúan principalmente en el interior del país. Hasta 1950 el proceso afecta a 99

La incorporación de la mujer al mercado de trabajo correlaciona negativamente con las tasas de natalidad. El incremento de la necesidad de consumo familiar correlacionan negativamente con la natalidad. 100 Eurostat Press Office: 2000, http://europa.eu.int/eurostat.html. 101 LAIHONEN, A.: 2000, [email protected]. 102 DE MIGUEL, A.: La sociedad española 1996-1997. Complutense, Madrid, 1997. 103 DE MIGUEL, J.M.: Estructura y cambio social en España. Alianza Editorial, Madrid, 1998. 104 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: “Aproximación a la estructura y distribución espacial del envejecimiento en España (1970-1981)”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense. Nº 9, 1989, págs. 145-167.

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provincias próximas a los centros de industrialización temprana, Lérida, Burgos, Guadalajara, o a algunas provincias que, por su situación, se hallan muy aisladas del resto del país como Lugo o Huesca. Desde 1950 el proceso se generaliza englobando a la mayor parte de las provincias interiores». (RODRÍGUEZ OSUNA, J. 105, 1985, pág. 50).

Cuadro I.8. Evolución del crecimiento vegetativo de la población española. 1976-1998. Crecimiento Vegetativo de la Años Matrimonios Nacimientos (a) Defunciones (b) Población (a-b) 1976 260.974 677.456 299.007 378.449 1981 202.037 533.008 293.386 239.622 1986 207.929 438.750 310.413 128.337 1991 218.121 395.989 337.691 58.298 1997 (*) 192.627 361.811 348.084 13.727 1998 (*) 202.494 361.930 357.925 4.005 (*) Datos avance Fuente: INE, 1999 y elaboración propia.

Como queda patente a lo largo de este último cuarto de siglo, la evolución del movimiento natural de la población se identifica con una sociedad que ha finalizado su proceso de transición demográfica 106. De hecho, la población ha visto como se ha ido reduciendo la diferencia entre las defunciones y los nacimientos, lo que ha provocado la alarma al tender hacia un crecimiento negativo de la población española, como lo demuestra el dato de que en 1976 era de 378.449 habitantes y en 1998 es de sólo 4.005 habitantes, lo que supone que el ritmo de crecimiento de la población se ha frenado y tiende a retroceder (cuadro nº I.8). En este sentido, el retroceso es desigual entre las distintas comunidades, destacando Galicia, Castilla-León y Asturias, sin embargo, regiones como Andalucía, Madrid y Canarias, gracias a tasas de natalidad más elevadas que las del conjunto nacional han permitido los mayores crecimientos (cuadro nº I.9).

105

RODRÍGUEZ OSUNA, J.: Op. Cit., 1985, pág. 50. CONFERENCIA INTERNACIONAL DE POBLACIÓN: “Documentos de la Conferencia Internacional de Población”. Revista Española de Investigación Sociológica. Madrid, nº 27, 1984, págs. 221-294.

106

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

73

Cuadro I.9. Distribución del crecimiento vegetativo de la población por Comunidades Autónomas. 1997.

Andalucía Aragón Asturias Baleares (Islas) Canarias Cantabria Castilla-La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid Murcia Navarra País Vasco Rioja (La) Ceuta Melilla -10

-5

0

5 Miles

10

15

20

Fuente: INE, 1999 y elaboración propia.

Los

movimientos

migratorios

han

condicionado

el

desigual

envejecimiento espacial. El modelo demográfico actual está condicionado por las relaciones y efectos de los fenómenos migratorios y el proceso de envejecimiento, que han tenido su reflejo en la propia economía y la estructura por edades. La creciente inmigración de europeos de países del Este, magrebíes, latinoamericanos y asiáticos está configurando una realidad demográfica más dinámica y heterogénea, donde los problemas sociales y económicos se han agudizado en las zonas receptoras. Esta asignatura pendiente se está agravando por la ausencia de una verdadera política de inmigración por parte de la Unión Europea y la necesidad de destinar cada vez más recursos al efecto. El cambio poblacional es el resultado combinado del movimiento natural (nacimientos menos defunciones) y saldo migratorio (llegadas menos salidas). Tradicionalmente, el movimiento natural en la Unión Europea ha sido positivo; pero los descensos en los niveles de fecundidad junto con los incrementos en las defunciones, debido al envejecimiento de la población, este componente cambiará en el futuro. En el 2025, el número de regiones donde la

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población disminuirá se habrá incrementado drásticamente. Para casi todas estas regiones, la pérdida de población será debido a un movimiento natural negativo. No puede esperarse que la diferencia económica entre la UE y los países en desarrollo se reduzca tanto como para que se produzca una disminución de la inmigración. La población española ha normalizado bastante bien sus efectivos a lo largo del último siglo. El primer mecanismo regulador fue la emigración exterior. En seguida, al compás del descenso de la mortalidad, se produjo la correlativa disminución de la natalidad. La consecuencia general ha sido una amortiguación progresiva de la capacidad reproductora, desde finales del siglo XIX hasta la época actual (DE MIGUEL, A. 107, 1995). Entre la década de los 50 y principios de los 70, las migraciones interprovinciales provocaban la concentración de la población en zonas urbanas de Madrid, Barcelona y el País Vasco, coincidieron con el freno del descenso de la fecundidad, gracias al aporte de población joven inmigrante en estas urbes, y frenaron el ascenso del envejecimiento de las regiones receptoras de población, aunque no de las regiones rurales y despobladas. «La emigración se hacía por familias enteras. Solamente quedaban en los pueblos los abuelos. Dada la escasa magnitud de los núcleos de población, era suficiente que una docena de familias emigraran a lo largo de un decenio, para que se resintiese la estructura demográfica. En infinidad de pueblos de la meseta del Duero, del sistema Ibérico, de las serranías de Cuenca, Teruel, y Guadalajara, y de la montaña

de

Orense

y

Lugo

se

inició

entonces

un

proceso

de

“desestructuración” que hoy aparece en toda su magnitud» (FAUS PUJOL, M.C. y HIGUERAS ARNAL, A. 108, 1999, pág. 925). A partir de mediados de los 70 y hasta finales de los 80, la incidencia de la crisis económica, el desarrollo del sector servicios y las telecomunicaciones provocan la regresión de la demanda de los mercados de trabajo en las áreas de destino. Lo que repercute en el descenso de la migración y en la fuerte caída de la fecundidad, lo que unido al desarrollo del Estado del bienestar, permite la disminución de la

107 108

DE MIGUEL, A.: La sociedad española 1994-1994. Editorial Complutense, 1995. FAUS PUJOL, M.C. y HIGUERAS ARNAL, A.: Op. Cit., 1999, págs. 913-929.

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75

mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, que provoca el aumento del envejecimiento de la población. Cabe prever movimientos migratorios importantes en las próximas décadas de personas ancianas emigradas en décadas pasadas fruto de la inmigración rural, desde regiones urbanas y desarrolladas españolas (País Vasco, Madrid, Cataluña) y europeas (Alemania, Suiza) hacia zonas originarias de los antiguos emigrantes (Andalucía, Murcia, Extremadura, Aragón, etc.). Este hecho provocará las migraciones de retorno en busca de una jubilación más de ocio hacia las zonas turísticas de España. Como aventura Antonio Abellán, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), «en el 2025 los emigrantes que en los años 70 dejaron sus pueblos comenzarán a jubilarse. Huirán del ruido, la contaminación y la inseguridad ciudadana y buscarán sus raíces en el campo» (EL MUNDO, 25 de abril de 1999, pág. 7). Desde 1986 se ha empezado a recibir una perceptible corriente de inmigrantes extranjeros. Un solo dato en el último quinquenio se concedieron oficialmente 267.631 permisos de trabajo a inmigrantes extranjeros. Lógicamente, se trata de un mínimo del contingente real de inmigrantes. (IZQUIERDO ESCRIBANO, A. 109,1993, págs. 87-124). Al respecto, el economista Julián Simón afirma que los movimientos migratorios desde los países pobres a los países ricos benefician a todos los países «porque el inmigrante es una persona joven, fuerte, con talento y energía, que siempre apoya a quienes deja detrás» (UNIVERSIDAD DE NAVARRA 110, 1998).

La desigual distribución geográfica del envejecimiento, tanto a nivel regional como local, plantea numerosas interrogantes sobre la capacidad de respuesta que se le brinde a esta futura población mayor, que demandará más servicios específicos. Además los mayores son más frecuentes en valores absolutos en el medio urbano (8,3%) que en el rural (4,4%), lo que exigiría un

109

IZQUIERDO ESCRIBANO, A.: “Política e inmigración en la España de 1992”. ABAD, L.V. y otros: Inmigración, pluralismo y tolerancia. Editorial Popular, Madrid, 1993, págs. 87124. 110 UNIVERSIDAD DE NAVARRA: Op. Cit. , 1998. www.una.es/honoris_causa.html/ .

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76

mayor conocimiento de esta realidad menos popular del envejecimiento (FLÓREZ TASCÓN, F.J. y LÓPEZ IBOR, J.M. 111, 1996, págs. 139-141).

La distribución del envejecimiento urbano-rural, se explica a través de la evolución marcada por la pérdida de población general del medio rural y el incremento del medio urbano. «Sin embargo, esta tendencia no se manifiesta tan claramente con respecto a las personas mayores, que en determinados núcleos rurales pueden incrementar su población mayor de 65 años, incluso en términos absolutos, debido al alargamiento de la vida, la menor emigración y, en algunos casos, al retorno de emigrantes coincidiendo con la edad de jubilación» (MORENO GONZÁLEZ, S. 112, 1998, pág. 16).

En 1991 la tasa de envejecimiento era superior en el mundo rural (21%) a la del espacio urbano (12,9%), aunque las previsiones confirman que la población mayor de 65 años crecerá mucho más en las zonas urbanas, fruto de la dinámica demográfica y la concentración de la población (mapa I.4). Este hecho se ve refrendado a través de la edad media de la población, que es mayor en las poblaciones rurales (42,1 años) que en las poblaciones urbanas (36,8 años) en 1995 (gráfico nº I.5).

El envejecimiento ha aumentado en valores absolutos y relativos entre 1970 y 1986, extendiéndose por un amplio espacio. El desequilibrio interprovincial permite destacar las provincias que rodean a Madrid, que se benefició de los efectivos emigrantes de las provincias cercanas durante 19601975, lo que ha provocado una perdida de población y un aumento de la tasa de envejecimiento en estas provincias adyacentes (mapa nº I.7).

111

FLÓREZ TASCÓN, F.J. y LÓPEZ IBOR, J.M.: Saber envejecer. Cómo vivir más y mejor. Planeta DeAgostini, Barcelona, 1996, pág. 139-141. 112 MORENO GONZÁLEZ, S.: Op. Cit. , 1998, pág. 16.

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Mapa I.7. Incremento de la tasa de envejecimiento masculino entre 1960-1986

Fuente: DE MIGUEL, A. 113: Op. Cit., 1992, págs. 100-111 y elaboración propia.

Puede comprobarse como coinciden las provincias que han sufrido una mayor despoblación y crecimientos negativos, motivados por la fuerte emigración rural de las zonas interiores (Cuenca, Guadalajara, Teruel, Soria, Segovia, Palencia, Zamora y León), con aquellas que han experimentado un auge del fenómeno del envejecimiento (mapa nº I.8) (INE, 1999).

113

Fuente: DE MIGUEL, A.: La sociedad española 1992-1993. Alianza Editorial, Madrid, 1992, págs. 100-111.

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Cuadro I.10. Distribución de la población de 65 y más años por Comunidades Autónomas de España. 1991. Comunidad Autónoma Población de +65 años Total % Andalucía 813.761 11,7 Aragón 212.208 17,9 Asturias 183.389 16,8 Baleares 100.567 14,2 Canarias 142.211 9,5 Cantabria 81.165 15,4 Castilla y León 449.816 17,7 Castilla - La Mancha 275.328 16,6 Cataluña 862.562 14,2 Comunidad Valenciana 525.397 13,6 Extremadura 162.458 15,3 Galicia 450.208 16,5 Madrid 585.371 11,8 Murcia 124.189 11,9 Navarra 79.791 15,3 País Vasco 266.626 12,7 La Rioja 43.420 16,4 Ceuta y Melilla 11.785 9,5 5.370.252 13.8 Total Fuente: INE: Censo de Población, 1991 y elaboración propia.

Las provincias más envejecidas en 1991 son las que han presentado los aumentos más fuertes, sobretodo las situadas en Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura e interior de Galicia. En este apartado destacamos por encima a Cantabria, la comunidad más envejecida, con el 18%, superior a la media nacional (16,5%) (cuadro nº I.10 y mapa nº1.8).

En los próximos años las grandes ciudades tendrán un envejecimiento especialmente acusado motivado por la desurbanización observada, como consecuencia del aumento de los precios de la vivienda y de la emigración de población joven hacia las áreas periféricas y los suburbios urbanos, que conllevará una disgregación del tejido familiar, con fenómenos acentuados de aislamiento y soledad de las personas mayores, que permanecerán en ambientes cada vez más degradados e imbuidos en procesos especulativos del espacio urbano (necesidad de reflexionar sobre la calidad de vida de las

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personas en los cascos históricos de las ciudades). Sin embargo, algunos autores, como Antonio Abellán, apuntan a que será más difícil ver ancianos en las ciudades, debido a que se iniciarán movimientos migratorios hacia las “ciudades de mayores” 114 o busca del retorno a las zonas rurales y la costa (EL MUNDO, 25 de abril de 1999, pág. 7), que afectarán potencial y mayormente a pensionistas con cierta independencia personal y económica.

Foto I.4: La ciudad de mayores

Un grupo de 126 jubilados se construye una miniciudad en los Montes de Málaga para disfrutar su retiro. Los estatutos de la cooperativa establece que si uno de sus miembros fallece, la propiedad pasa a sus familiares, pero si no tienen más de 55 años y menos de 70 no pueden entrar a vivir. Las ventas, en estos casos, deben recibir el visto bueno de los demás socios, “no vaya a ser que se cuele algún alborotador”, dice Aurora Moreno. Fuente: EL MUNDO, 21 de febrero de 1999, págs. 14-15.

114

Ciudades de mayores son urbanizaciones de chales sin barreras arquitectónicas, destinadas a personas mayores de 65 años, con todas las necesidades cubiertas,: comedores, atención sanitaria, asistencia domiciliaria, biblioteca, zonas deportivas, etc.

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80

Mapa I.8. Distribución provincial del porcentaje de personas de 65 y más años. 1991.

Fuente: INE, 1991 y elaboración propia.

Las previsiones futuras marcan una mayor diferenciación territorial, fruto de las variaciones en el ritmo de crecimiento y las consecuencias de la migración de décadas recientes, hecho que sostiene Manuel Navarro, cuando advierte que el mayor crecimiento absoluto del envejecimiento se producirá en las áreas urbanas de Madrid, País Vasco, Canarias y Cataluña, mientras las regiones que actualmente presentan más envejecimiento (Castilla y León y Castilla

La

(IMSERSO

115

Mancha

y

Extremadura)

tendrán

crecimientos

menores

, 1989). De hecho, esta concentración de personas ancianas en

las provincias más urbanas y desarrolladas crecen por la llegada a la edad de jubilación de las generaciones que emigraron hacia estas áreas en los años 60 y 70 (mapa nº I.9).

115

IMSERSO: Op. Cit., 1989b.

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Mapa I.9. Distribución provincial de las personas de 65 y más años (absoluto), 1991.

Fuente: INE, 1991 y elaboración propia.

Mapa I.10. Crecimiento de la población de 65 y más años. 1986-2010

Fuente: IMSERSO, 1989 y elaboración propia.

81

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El crecimiento estimado de la población de 65 y más años para el año 2010 apunta hacia la concentración de este grupo de edad en zonas urbanas y en las comunidades Madrid, Cataluña y Andalucía, que acogerán al 45% de las personas mayores de 65 años y una proporción similar de mayores de 85 años (mapa I.10).

Las provincias actualmente más envejecidas presentarán en un futuro (2010) la proporción de personas de 80 y más años más elevada sobre el total de personas mayores. Las zonas más envejecidas serán las del interior y el litoral cantábrico (excepto el País Vasco), por el contrario las provincias más jóvenes respecto al total de la tercera edad se alcanzarán en Andalucía, el litoral mediterráneo (excepto Cataluña), las provincias insulares y Galicia. Este hecho debe hacer reaccionar a tiempo a las autoridades para que tomen las medidas oportunas para cubrir las necesidades de esa población específica (mapa nº I.11).

Mapa I.11. Proporción de personas de 80 y más años sobre el total de personas mayores. Datos estimados para el año 2010.

Fuente: IMSERSO, 1989 y elaboración propia.

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83

I.1.b.3. La estructura demográfica

La estructura demográfica ayuda a explicar la fisonomía de la pirámide de la población española, comprobando las desigualdades por sexos (mayor envejecimiento femenino) y por edad (aumento de la proporción de los mayores de 75 años). En este momento, la población europea envejece por efecto del descenso de la fecundidad y los progresos de la esperanza de vida (PRIOUX, F. 116, 1999, págs. 445-479). Observando las pirámides de población de los países europeos desde 1950, comprobamos como los vacíos generacionales estarían directamente relacionados con los diferentes conflictos bélicos habidos en Europa, lo que sin duda ha incidido en la reciente ralentización de su proceso de envejecimiento, aunque será solo transitorio, ya que las previsiones actuales apuntan hacia un nuevo crecimiento en torno al 2010. De este modo, la evolución de la pirámide demográfica de Europa ha visto como se reducía su base (el grupo de jóvenes entre 0-14 años) debido al fuerte descenso de los nacimientos, lo que por otra parte esta asociado al notable aumento de la proporción del personas mayores y muy ancianas, sobre todo de mujeres.

La pirámide de población de España de 1991 permite clarificar las características demográficas a lo largo de este siglo y poder determinar el futuro de la misma (gráfico nº I.10). En este caso, el gráfico ayuda a analizar mejor el proceso de envejecimiento de la población. La brusca caída de la fecundidad y la natalidad han provocado la merma de los efectivos situados en la base de la pirámide. El ensanchamiento en el grupo de adultos jóvenes, situados en los escalones de 25 a 34 años, coincide con el incremento de la fecundidad producido en los años 60. Se observa un entrante en el grupo de edad entre 35 y 54 años, que se corresponde con la reducción de la natalidad de la postguerra y los periodos de máxima emigración. La cúspide de la pirámide

116

PRIOUX, F.: “L´évolution démographique récente”. Population. Institut National D´études Démographiques, París, nº 3, mai-juin 1999, págs. 445-479.

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presenta una forma achatada que advierte la baja mortalidad de la población anciana, como consecuencia del aumento de la esperanza de vida. Dentro de este vértice, se encuentra el grupo de edad entre 70 y 74 años, que padeció la epidemia de gripe de 1918, que configura una generación hueca.

Sin duda, la mayor esperanza de vida ha permitido que sean cada vez más el número de efectivos que ocupen los escalones más altos de la pirámide, si bien es cierto, que favorece a la mujer sobre el varón. La sobremortalidad masculina respecto a las mujeres en todos los grupos de edad considerados, es especialmente acusada en el grupo de edad 65 y 69 años. La caída de la tasa de mortalidad por grupos de edad, sobre todo a partir de 1970, ha indicado el considerable descenso producido entre las personas de 65 y 80 años, debido a la mejora de la calidad de vida, lo que está repercutiendo en el aumento de la esperanza de vida. Entretanto el grupo de 80 y más años mantiene una alta tasa de mortalidad relativamente estable. Al aumentar el número de defunciones, es decir, la mortalidad por envejecimiento, y disminuye la tasa de mortalidad, eso supone un mayor envejecimiento de la población, especialmente entre las mujeres, gracias al aumento de sus posibilidades de supervivencia por la cúspide de la pirámide de población. Todas las investigaciones apuntan a que en un futuro los progresos de la medicina permitirán aumentar la esperanza de vida gracias al descenso del número de defunciones a edades avanzadas (CARVAJAL GUTIERREZ, C. 117, 1989, págs. 143-161).

Igualmente, el envejecimiento femenino, por sus características e importancia, deberá tener una mayor atención por parte de las autoridades y los distintos profesionales, pues la auténtica vejez es desigual entre los sexos, y favorable a las mujeres. La menor esperanza de vida de los hombres y la diferencia en la edad al matrimonio da lugar a que, a veces durante décadas, las

117

CARVAJAL GUTIERREZ, C.: “Consecuencias de la disminución de la natalidad y de la mortalidad sobre la estructura por edad de la población española desde 1970”. II Jornadas de la Población Española. Palma de Mallorca, Mayo, 1989, págs. 143-161.

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85

mujeres ancianas sufran el trauma de la viudedad y de la soledad, que suele ir acompañado de una degradación de la calidad de vida (perdida de salud, escasos ingresos económicos, etc.) (PÉREZ DÍAZ, J. 118, 1996, págs. 305-312; ABELLÁN GARCÍA, A. y PUGA GONZÁLEZ, M.D. 119, 1999, págs. 143159). De ahí la importancia de que colaboren sociólogos y geógrafos en la exploración del envejecimiento femenino, un suceso demográfico cuyas repercusiones socioeconómicas se están dejando sentir incluso entre las férreas directrices de la política social y sanitaria de los países de la Unión Europea.

Gráfico I.10. Pirámides de población por activos y no activos, sexos y edad de España. Años 1991 y 2025.

Fuente: INE, 1999 y CSIC 120, 1999.

Comparando las pirámides de población de los años 1991 y la proyectada para el 2025 (gráfico nº I.10), podemos indicar como se produce una clara perdida de población, sobre todo por la base, motivada por el descenso de la fecundidad (cuadro nº I.11). En este sentido, «si no se modifican las circunstancias demográficas actuales la población española empezará a 118

PÉREZ DÍAZ, J.: “Las mujeres ancianas, la auténtica vejez de la España actual”. GERpress. Nº 39, mayo 1996, págs. 305-312. 119 ABELLÁN GARCÍA, A. y PUGA GONZÁLEZ, M.D.: “Movilidad residencial y género entre las personas de edad. Una aproximación a las estrategias residenciales en Madrid”. Documents D´Análisi Geografica, Universidad Autónoma de Barcelona, Girona, nº 34, 1999, págs. 143-159. 120 CSIC: Base de datos. 1999. www.cindoc.csic.es.

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disminuir antes del año 2010. La población de jóvenes de 18 años está en descenso en España desde 1996, y, en las circunstancias demográficas actuales en el año 2005 será un 30% menor que la de ahora» (INE 121, 1999).

Cuadro I.11. Proyección de los grupos de edad. (Efecto de la caída de la fecundidad). España, 1986=100 Años Grupos de edad 0 – 14 65 + 1986 100 100 1991 86,8 114 1996 76,7 128,5 2001 71,4 140 2006 69,3 141,9 2011 64,5 145 2016 57,6 149,3 2021 49,6 153,8 2026 42,6 165,4 2031 37 181,8 122 Fuente: INE , 1987 y elaboración propia.

En segundo lugar, en el 2025 se produce un mayor adelgazamiento de los escalones centrales, que se corresponden con los efectivos que forman la población activa, que va a sufrir dos importantes transformaciones: un aumento de la edad media de los trabajadores y una incorporación masiva de la mujer al trabajo. Por último, estos gráficos por la cúspide, mantienen la importancia cada vez mayor del fenómeno del envejecimiento, gracias al aumento de la esperanza de vida, que volverá a favorecer más a la mujer.

Las consecuencias de la evolución demográfica en la población activa permiten analizar la disminución de la relación de dependencia y el problema del paro. En la actualidad, se ha producido una disminución de la relación de dependencia, es decir, se ha estrechado la diferencia de los que cotizan con respecto a los que perciben una pensión, por lo que el número de activos por cada jubilado ha pasado del 5,4% al 4,4% en la UE entre 1970 y 1994 (Eurostat 121 122

INE: Op. Cit., 22 de julio de 1999. INE: Proyección de la población española para el período 1980-2010. INE, Madrid, 1987.

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Press Office, 2000). Entendiéndose que los países industrializados, para seguir manteniendo sus niveles de desarrollo, hayan incluido entre sus políticas de empleo la inclusión de emigrantes de terceros países. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que la inmigración es un fenómeno reciente e imparable impulsado de los rápidos cambios de la globalización económica. De la adecuada comprensión social del fenómeno de la inmigración, unido a mejores políticas migratorias, depende el que millones de emigrantes puedan integrarse en los distintos países receptores y, también, que cientos de millones de europeos no vean mermados sus niveles de desarrollo. «La política inmigratoria de España tiende a primar a marroquíes y latinoamericanos, pero aquella se ve entorpecida en su desarrollo por la crisis económica del país, por el carácter muy reciente e inesperado de esta inmigración laboral, e incluso por contar este colectivo con una acogida limitada, lo que se agrava localmente cuando se acumulan situaciones de marginalidad entre los miembros de este colectivo» (GONZÁLEZ PÉREZ, V. 123, 1994, pág. 106). Con el tiempo, estos inmigrantes pasarán a formar familias y se habrán ganado con su esfuerzo y trabajo el derecho al percibir una pensión. Debemos recordar que en un futuro no muy lejano para seguir manteniendo el ritmo de crecimiento y poder sostener el actual sistema de pensiones, ante la continuada caída de la fecundidad, deberemos prestar especial atención a las contribuciones realizadas por esta masa social en constante crecimiento y con graves problemas de integración social (desconocimiento del idioma, escasa instrucción, etc.).

El envejecimiento actual es un hecho demográfico atribuido más al aumento de esperanza de vida que al descenso de la fecundidad. Se podrían hacer tres consideraciones sobre la mayor longevidad: es un síntoma claro del desarrollo de las sociedades; las repercusiones económicas son distintas de las que origina una bajada de la fecundidad; y es necesario establecer algún tipo de estrategia que favorezca la reactivación de la fecundidad como prevención 123

GONZÁLEZ PÉREZ, V.: “La inmigración marroquí en España. Un flujo reciente, clandestino, de crecimiento rápido y con dificultades para su integración sociolaboral”. Cuadernos de Geografía. Nº 55, 1994, págs. 91-107.

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frente al envejecimiento de la población (INSTITUT CATALÀ DE LA MEDITERRÀNIA 124, 1999). Una vez observado los múltiples indicadores que confirman el descenso generalizado de la fecundidad y el aumento del envejecimiento de nuestro país, conviene tener presente la realidad demográfica que puede derivarse a corto y medio plazo, para ello reflexionemos sobre algunas hipótesis al respecto:

1. El descenso de la natalidad y la nupcialidad explican el mantenimiento de la bajísima tasa de fecundidad. Con la incorporación masiva de la mujer al trabajo se cuestiona el papel de ésta dentro de la familia y de la sociedad, lo que está repercutiendo en el descenso de la natalidad. La propia cultura del ocio está defendiendo el individualismo y el egoísmo frente a la solidaridad y la familia. La mejora del nivel cultura de la sociedad y la difusión de los métodos anticonceptivos están favoreciendo la planificación familiar, donde el polémico aborto ha aumentado en los últimos años reduciendo el número de embarazos no deseados. Además, las dificultades socioeconómicas para la emancipación de los jóvenes, unidas al hecho de que los hijos se conciban dentro de las uniones estables, favorece el retraso a la hora de concebir alguno.

2. El modelo familiar latino en una coyuntura de crisis favorece el desempleo juvenil y el retraso de la nupcialidad. Los jóvenes encuentran verdaderos problemas para acceder a la vida laboral, lo que provoca que éstos prolonguen su situación de paro y sean mantenidos por sus familias. El retraso a la hora de acceder a un puesto de trabajo, demora el momento en que el joven decide independizarse y prolonga la edad del matrimonio.

3. El aumento del coste por hijo y el escaso gasto público destinado a la familia y la vivienda no estimulan una larga descendencia. La 124

INSTITUT CATALÀ DE LA MEDITERRÀNIA: El espacio mediterráneo latino. Cultura, empresa, paisaje, población y cooperación. Icaria, Barcelona, 1999.

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importancia que se le presta a los hijos en relación a su educación, alimentación, etc., motivan el encarecimiento del mantenimiento de los hijos a lo largo del ciclo vital. Por otra parte, la sociedad ha desarrollado un sentimiento egoísta basado en el bienestar material, que dificulta a las mujeres que deseen tener hijos conservar o encontrar un puesto de trabajo tras un período de retiro voluntario por maternidad.

4. Los rápidos cambios sociodemográficos no se han visto refrendados con respuestas institucionales ágiles y activas que propicien la solidaridad familiar. Los gobiernos, aunque preocupados por el alarmante descenso de la fecundidad y el aumento de la proporción de las personas mayores, siguen manteniendo posturas poco coherentes y destinan una partida económica escasa al campo de las prestaciones familiares cuando las necesidades sociales del estado del bienestar plantean un cambio urgente. Algo está fallando al comprobarse en que países como España las parejas no han tomado conciencia de las consecuencias sociales y económicas de sus tendencias reproductoras, mientras desde las instituciones no se hace nada para cambiar el proceso observado. Un ejemplo: en España el porcentaje que se destina a gastos de protección social dedicados a la familia y la vivienda son del 2%, mientras que el promedio de la UE se eleva al 9%. Esta escasa intervención económica del Estado pueden ayudarnos a entender el retraso en la toma de conciencia de nuestra demografía.

5. El envejecimiento de la población es más una consecuencia de la prolongación de la vida que de la baja fecundidad. La mejora del bienestar (sanidad, alimentación, etc,) han posibilitado la caída de la mortalidad general y la mortalidad infantil, lo que ha favorecido que se vivan más años, es decir, que se aumente la esperanza de vida. Este hecho permitirá que muchas más personas puedan llegar a los

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65 y más años. Todas las previsiones aseguran que el envejecimiento de la población, unido a la caída de la fecundidad, provocará que aumente la edad media de la población total y que se incremente el porcentaje de personas ancianas en los próximos años.

6. El aumento de la esperanza de vida va a provocar un aumento de las enfermedades (alzheimer y otras demencias) y de las incapacidades. Este incremento en el número de años de vida ha preocupado más a los gobiernos desde los aspectos cuantitativos (pensiones, sanidad) que desde los cualitativos de la vida (independencia, solidaliridad). El deterioro de la salud viene pareja a medida que vamos envejeciendo, lo que se constata con el aumento de las defunciones en este grupo de edad. De hecho, cada vez son más las personas mayores afectadas por alguna enfermedad o incapacidad, lo que está haciendo levantar cuestiones controvertidas: el aumento de los enfermos más envejecidos provocará el incremento de los gastos sanitarios y farmacéuticos; cada vez más familias tendrán que enfrentarse al cuidado de personas mayores con problemas de salud; la eutanasia se plantea como una opción discutida que aumentará en los próximos años y que enfrentará a la sociedad. Desgraciadamente el aumento de la esperanza de vida en la historia de la humanidad no ha estado exento de polémica, ya que, injustamente se ha acusado a las personas ancianas de poner en peligro tal “Estado del bienestar”.

7. Las

perspectivas

demográficas

dejan

prever

una

fuerte

transformación de la oferta de trabajo: el incremento de la incorporación de la mujer al trabajo; el aumento del empleo de inmigración extranjera; y la constante adaptación del trabajador al volumen de producción y a las necesidades tecnológicas. Una de las consecuencias de la baja fecundidad es la desaceleración demográfica de la población en edad de producir, es decir, el

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descenso de los efectivos que forman la población activa, lo que por un lado provocará el descenso del paro, y asimismo, abrirá el debate sobre el sostenimiento de las pensiones. Este hecho permitirá la incorporación masiva y estable de la mujer al trabajo, aunque no será suficiente para compensar tal reducción de población activa, que tendrá que ser completada con el retraso de la edad de jubilación (incrementando el número de años de cotización, el número de activos y reduciendo los años que un jubilado percibe una pensión). En este sentido, algunos gobiernos, como el español, cubrirán las necesidades laborales con trabajadores jóvenes emigrantes de terceros países que pasarán a soportar también la carga del Estado, si bien, posiblemente no disfrutarán de los mismos derechos que cualquier otro trabajador. Desgraciadamente, cada vez que se produce una contratación ilegal, un inmigrante no cotiza (contribuye) a la Seguridad Social, y no tendrá derechos de pensión, por lo que es necesario que se reflexione adecuadamente y a tiempo sobre

la

inmigración

y

sus

relaciones

estrechas

con

el

envejecimiento futuro de nuestro país.

8. La escasa movilidad interregional será suplantada en parte por el aumento de la inmigración. La reducción de los trabajadores que se desplazaban de regiones rurales (Andalucía o Extremadura) a las zonas urbanas y desarrolladas (Madrid o Barcelona) durante la década de los 60 y 70, ha dado paso a que sea población joven venida de forma legal e ilegal de terceros países (Marruecos, Argelia, República Dominicana, etc.). En las próximas décadas la población inmigrante que consiga asentarse en el país pasará a formar parte de la población envejecida española, y tendrá que hacer frente a los problemas comunes a este grupo de población (pensiones, servicios, etc.), y además se le sumarán otros como la marginación social, cultural y económica. El hecho de que el anciano en las culturas de los países inmigrantes sea más respetado

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por la familia, le permitirá gozar de una calidad de vida dentro de las familias. Para conseguir esto, se debe posibilitar la reagrupación de los familiares del trabajador inmigrante y su adecuada integración, frenando la inmigración ilegal que está fomentando situaciones de sexofobia.

9. Las consecuencias socioeconómicas del proceso de envejecimiento van a provocar una transformación en las necesidades y demandas de la sociedad. El retroceso de la mortalidad en edades avanzadas, provocado por una prolongación de la vida, está cambiando la imagen de esta sociedad entrada en años. En la actualidad, mientras la sociedad está diseñada para atender una población joven, ésta envejece y demanda otros servicios específicos que van adquiriendo cada vez más importancia, a medida que aumentan los efectivos por arriba de la pirámide por edades. Entre las necesidades a cubrir estarán: las nuevas plazas de residencia y hospitalarias para una población más envejecida y con más problemas de salud e incapacidades; el incremento en la cuantía de las pensiones; evitar la soledad de personas de avanzada edad; afrontar los estudios de género (envejecimiento femenino) como desafío de nuestra sociedad; cubrir las nuevas demandas de ocio de los jubilados (educación, viajes, etc.), ...

10. Una reactivación de la fecundidad como estrategia demográfica frente al envejecimiento es discutible, y a medio plazo no frenaría el aumento de personas que logran vivir más años. Según todas las previsiones, este país ha finalizado el proceso de transición demográfica, y mantiene una baja fecundidad que no asegura la sustitución, lo que conducirá al descenso de su población total a largo plazo. Por ello, nada hace pensar que vaya a cambiar la tendencia y se produzca una reactivación de la fecundidad. Por el contrario, el claro descenso de la mortalidad general y la mortalidad

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infantil, junto a los avances médicos y de la sanidad pública, favorecen el aumento de la esperanza de vida, y garantizan un envejecimiento acusado de la población, sobre todo femenino y de edades avanzadas a medio plazo. La sobremortalidad masculina respecto a las mujeres, provocada sobre todo por enfermedades cardiacas-respiratorias y los tumores, se verá reducida en los próximos años, debido a los nuevos estilos de vida de las mujeres (tabaco, alcohol, estrés, etc.).

11. La desigual distribución espacial del envejecimiento va a traer consigo diferencias socioeconómicas importantes. La pérdida de población actual está teniendo su reflejo en el espacio. La emigración de población (joven) desde la zonas interiores hacia las zonas litorales, desde los años 60, ha favorecido la concentración de población en unos lugares y la despoblación de otros, lo que ha traído consigo un incremento del grupo de edad más avanzado en números absolutos en las ciudades litorales (Andalucía o Valencia). Por otro lado, el descenso de la población unido al encarecimiento del suelo y la vivienda, han favorecido el éxodo poblacional del centro a la periferia de la ciudad. Hecho que podemos percibirlo en ciudades como Madrid, Barcelona o Granada, donde muchos de sus barrios históricos se van despoblado y presentan una imagen envejecida y abandonada de su población urbana, pues en estos espacios se concentran los mayores porcentajes de población mayor. Como consecuencia, la tendencia actual apunta hacia un despegue de la demanda de servicios para esta población en determinadas zonas y regiones, que tendrá que ser cubierta adecuadamente aumentando los efectivos y servicios destinados a estas nuevas exigencia (teleasistencia, ayuda a domicilio, etc.). El esfuerzo en materia de prestación de servicios sociales debe ir acompañado de una adecuada y planificada distribución espacial de servicios que favorezca en todos los campos la calidad de vida de nuestros

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mayores, recogiendo las diferencias personales, culturales, sociales y económicas del contexto vital y espacial de cada anciano.

Dentro de los cambios sociales jugará un papel primordial el interés por el envejecimiento, reflejo indiscutible de que cada vez habrá más viejos. Desde la Unión Europea, se han hecho algunas estimaciones, apuntando que para principios del siglo XXI el planeta será habitado por 500 millones de personas de 65 y más años, la mayoría en buenas condiciones físicas y psíquicas, de las cuales, más del 60% vivirá en los países desarrollados, y la esperanza de vida rondará los 90 años (RIVIERE, M. 125, 1995, pág. 13).

I.2. Las presiones políticas y económicas

I.2.a. La cultura del consumo y las pensiones

Las presiones políticas y económicas nos permiten comentar los efectos de la dinámica demográfica actual en la política social y económica (pensiones, sanidad, etc.). Para adentrarnos a contemplar estas características, debemos tener en cuenta que este numeroso grupo de población es, cada vez más, un conjunto muy heterogéneo integrado por personas con diferentes niveles de salud, cultura, recursos económicos, hábitos de participación, etc. Por tanto, la realidad política y económica que rodea al anciano es mucho más variopinta de lo que en un principio podría suponerse. Según la teoría de la continuidad de Atchley (1976), la complejidad de los itinerarios laborales que las personas mayores han recorrido explica la heterogeneidad de los jubilados. La vida

125

RIVIERE, M.: “Gerontología y cambios sociales”. Revista GERpress. Nº 28, Abril, 1995, pág. 13.

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laboral y la ocupación determina el estatus socio-económico y las condiciones de trabajo y pensión de unos y otros (ATCHLEY, R. 126, 1976).

El futuro en la mayoría de los países europeos proyecta la necesidad de adaptar la economía, las instituciones y las mentalidades a un contexto de nulo o escaso crecimiento de la población, con una proporción creciente de personas mayores y más reducida de jóvenes. Estas circunstancias no pueden ser prevenidas, aunque se incremente el flujo de inmigrantes o se promueva una recuperación de la fecundidad en los próximos años, si bien esto último evitaría males mayores. Mientras tanto, en nuestra sociedad existe la idea compartida de «la importancia del tamaño de las poblaciones y de la juventud de las mismas como signo de vitalidad y prosperidad...», aunque como hemos podido ver «el aumento del tamaño de las poblaciones ancianas es consecuencia de factores altamente positivos desde el punto de vista social: el alargamiento de la vida (descenso de la mortalidad) y descenso en las pautas de fecundidad que han traído el aumento en la calidad de vida y la mejora del nivel de vida» (CASTELLS, M. y ORTIZ, L. 127, 1992, pág. 15).

El reconocimiento que otras culturas brindaron a sus longevos, ha pasado a formar parte de ese patrimonio desconocido y velado, que no interesa mostrar a la masa de individuos dominados por la globalidad frente a la solidaridad, manipulados por un progreso descontrolado y deshumanizado de un sistema en crisis. Un desarrollo que hace oídos sordos a la imaginación de los niños o a la reposada experiencia de los mayores. En la propia encrucijada histórica a la que nos ha abocado ya la globalización económica, el Papa Juan Pablo II recuerda el reto a sus fieles de «acabar cuanto antes con esa suprema vergüenza que es la miseria de la mayor parte de la humanidad y la lucha

126

ATCHLEY, R.: The sociology of retirement. Mass, Schenkeman, Cambridge, 1976. CASTELLS, M. y ORTIZ, L.: Análisis de las políticas de vejez en España en el contexto europeo. IMSERSO, Madrid, 1992, pág. 15.

127

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contra la exclusión social» 128. Subsistimos bajo una sociedad pragmática que ha crecido bajo la villanía del prójimo y la ingratitud hacia el anciano.

A pesar de que el artículo 40.1 de la Constitución propone como objetivo: «Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo» (CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, 1978). La situación actual del capitalismo basa su poder en un sistema de valores deshumanizado (individualismo, competitividad, supervivencia, seguridad...) y una organización jerárquica «(hasta surge un cuarto poder, los medios de comunicación audiovisuales, y un quinto poder independiente, los bancos centrales; es decir, el superestado sin estados, el nuevo orden internacional). Esto nos pone en la pista de que sólo desde valores alternativos y desde una nueva visión del poder y de la política, se va a conseguir girar el mercado y ponerlo de cara a las necesidades colectivas, a la sociedad de pleno empleo, del bienestar y de los derechos sociales» (ANISI, D. 129, 1995).

La televisión es hoy sin duda el medio de comunicación más extendido del mundo. Este canal encuentra en la tercera edad un público fiel y poco exigente, que ve todo tipo de programas, y junto con las personas de menor nivel intelectual, son los que más tiempo ven la televisión, porque es su forma de entretenimiento y es su medio preferido de ocio. Buena parte de los mayores utilizan la televisión a falta de compañía para no sentirse tan solos. También hay otras actividades sociales para estos usos, como los hobbies, los amigos, la familia, etc. (VILCHES, L. 130, 1993). Este medio de masas tiene una gran influencia porque tiene un carácter normativo, con lo que hay una transmisión de ideología al conjunto de la

128

Diario Más: “El Papa y el Jubileo de los trabajadores”. Edita Hermandades del Trabajo, Madrid, nº 546, Mayo 2000, pág. 12. 129 ANISI, D.: Creadores de escasez. Del bienestar al miedo. Alianza Editorial, 1995. 130 VILCHES, L.: La televisión. Los efectos del bien y del mal. Paidós. Barcelona, 1993

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sociedad con las ventajas y peligros que ello implica. Los valores que se presentan en la televisión son claramente conservadores, y no se representan todas las ideologías por igual. Por ejemplo, se suele representar gente de clase media, con lo que los espectadores tienden a identificarse con lo que hacen y lo que piensan, las minorías y los marginados como las mujeres, los jóvenes, los ancianos, y la personas de otras razas apenas si están representados, a diferencia de los hombres de mediana edad con poder adquisitivo; y tampoco aparecen tendencias de pensamiento o conductas no convencionales. Al ser discriminados por no aparecer, las minorías y marginados, también son discriminados en la conciencia de la gente en cuanto a sus derechos (RODA FERNÁNDEZ, R. 131, 1989; RODRÍGUEZ, F.J. 132, 1992; VILCHES, L.

133

,

1993).

Las presiones políticas y económicas explican una realidad llena de contradicciones. Si bien es verdad, que el incremento de la esperanza de vida ha despertado un interés político y económico, éste debería hacer frente a las necesidades de un sector importante de población y mejorar la opinión que sobre los ancianos existente en la cultura occidental. Por el contrario, nos encontramos con la paradoja de que en muchos de los países de la UE se tiende a recortar los fondos que se destinan a este apartado. «Más aún, tales recortes normalmente vienen de las decisiones políticas sobre la proporción de recursos nacionales que deberían estar destinados al cuidado de los ancianos sin tomar en consideración el hecho de que las sociedades están envejeciendo, hecho que debería precisar de un incremento en los recursos para la asistencia social» (WALKER, A. 134, 1997, pág. 26).

131

RODA FERNÁNDEZ, R.: Medios de comunicación de masas. Su influencia en la sociedad y en la cultura contemporánea. C.I.S. Madrid, 1989. 132 RODRÍGUEZ, F.J.: La televisión y los españoles. Paraninfo, 1992 133 VILCHES, L.: Op. Cit. Paidós. Barcelona, 1993 134 WALKER, A.: “Profesionales, el Estado del bienestar y el cuidado de los ancianos, el desafío de la participación”. ASOCIACIÓN MULTIDISCIPLINAR DE GERONTOLOGÍA: El rol de los profesionales en la Gerontología. Ponencias de las terceras jornadas de la AMG. Asociación Multidisciplinar de Gerontología, Barcelona, 1997, pp. 13-43.

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Las recientes investigaciones sobre la población española han mantenido que sigue siendo más joven que la mayoría de los países del entorno europeo, pero el brusco descenso de la fecundidad está provocando una mayor acentuación del envejecimiento. «España debe afrontar los problemas que plantea un crecimiento de la población casi nulo, por lo que sería deseable recuperar la tasa de fecundidad» (FERNÁNDEZ CORDÓN, JA. 135, 1997).

Los contrastes entre las prestaciones sociales por habitante se han ido reduciendo. A pesar de ello, las diferencias son aún evidentes, como muestra el dato de que en 1994 las más elevadas se encontraban en Luxemburgo y Dinamarca con más de 6.000 euros en concepto de prestaciones por habitante, mientras, Grecia y Portugal apenas superaban los 2.000 EPA. Para Eurostat, los mayores aumentos del gasto en términos reales se han producido en los países que gastaron menos en 1980 (Portugal, Grecia, España e Irlanda). Asimismo, entre 1984 y 1994 el gasto en prestaciones sociales se incrementó en más de cuatro puntos en la Unión Europea, sin embargo, la proporción destinada a las prestaciones familiares se redujo en todos los Estados miembros, principalmente como resultado del descenso de la fertilidad en todos los países desarrollados. La partida destinada a prestaciones familiares y de maternidad constituyó el 7,6% del total de la UE en 1994. Los porcentajes más elevados correspondieron a Irlanda, Luxemburgo y Finlandia, con más del 13%, y los más bajos a Grecia y España: 1,2% y 1,7% respectivamente. «Los gastos de protección social en España supusieron el 23% del PIB en 1994. Esta cifra sitúa a España por debajo de la media comunitaria en cinco puntos porcentuales y supera los gastos en protección social de otros países como Grecia, Irlanda y Portugal. En cuanto a la distribución por funciones, destacan por su peso, vejez, con el 33% del gasto de protección social; enfermedad, con el 26%; desempleo, con el 14%; y supervivencia, con el 10%, mientras que los menores valores corresponden a familia, promoción del 135

FERNÁNDEZ CORDÓN, J.A.: “La estructura de la población española corresponde a la de las sociedades avanzadas”. Revista Fuentes Estadísticas. Estadísticas de Protección Social. Revista. Nº 28 - Julio / Agosto de 1997.

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empleo y vivienda, con menos del 1% del gasto en cada caso. Con referencia a la UE, cabe destacar el mayor peso que tiene en España la función desempleo, que duplica a la media europea y supera a la de todos los países miembros; y el ínfimo valor de la función familia, cuyo peso relativo es una octava parte del que correspondo a la media de la UE y sólo supera al de Grecia» (GIRALDES, M. T. 136, 1997). La inestabilidad y precariedad en el empleo de los jóvenes está repercutiendo directamente en el retraso de la edad de acceso al matrimonio, y como consecuencia en la tasa de fecundidad. Los jóvenes españoles en los últimos 9 años han incrementado en 30 puntos el nivel de su precariedad en el empleo (en el 87 había 793.300 fijos, un 53% frente a los 705.400 temporales, un 47% mientras que en el 96 había unos 310.900 fijos, el 24%, frente a los 963.900 temporales, el 76%). Así pues, tan sólo 1 de cada 10 jóvenes menores de 20 años están ocupados, y sólo el 35% de los jóvenes entre 20 y 25 años trabajan 137. Del mismo modo, indirectamente, podemos relacionar esta preocupación laboral de los jóvenes, con la menor posibilidad de que estos puedan financiarse sus futuras pensiones, y mucho menos, ayudar a mantener la financiación de la Deuda Pública.

En este sentido, los ancianos son una parte de la población vulnerable con demasiadas situaciones de precariedad socioeconómicas e insuficiencia de medios materiales y humanos, como para ser cubiertas las necesidades asistenciales (CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DE CANARIAS 138, dictamen 1/1998). En la mayoría de los Estados miembros de la U.E., las prestaciones de vejez significan el gasto más importante del total en protección social -en Italia y Grecia más del 60%. La proporción más baja en 1994 se registra en Irlanda, con el 27,5%. El promedio UE-12 fue del 44,2% (frente al 43,3% en 1980). La 136

GIRALDES, M. T.:“Los gastos de protección social en España representaron el 23% del PIB en 1994”. Revista Fuentes Estadísticas. Estadísticas de Protección Social. Revista. Nº 28 - Julio / Agosto de 1997. 137 FERNÁNDEZ CORDÓN, JA.: Op. Cit., Nº 28 - Julio / Agosto de 1997. 138 CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DE CANARIAS: El plan de integración social contra la pobreza y la exclusión social en Canarias. Gobierno de Canarias, Dictamen 1/1998, de 19 de marzo de 1998.

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100

elevada incidencia de jubilaciones anticipadas en la década de los ochenta, descubre otra realidad, que «ante el envejecimiento de la población, varios países están llevando a cabo en la actualidad reformas en sus sistemas de pensiones, cuyos efectos se irán haciendo patentes con el tiempo» (BENTO, T. y BIANCONI, F. 139, 1997. Según algunos estudios, el sistema de pensiones precisa reformas profundas y urgentes. Este sistema padece una situación financiera crítica para los primeros años del nuevo milenio, no existiendo por el momento elementos que contribuyan a paliar el déficit del sistema de pensiones, que seguirá incrementándose. «Los resultados muestran que, tal como se encuentra configurado, el sistema contributivo de pensiones no es viable en su modelo actual, alcanzando una situación crítica, por el fuerte déficit que se origina ya en el año 2000, coincidiendo con el inicio de la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria. De todo ello se deduce la necesidad de efectuar reformas profundas y urgentes» (CANO SOLER, D. 140, 1997)

Si leemos entre líneas, podemos deducir que la UE obvia demasiadas verdades sociales, quizás por la complejidad social y administrativa que la determina, y aunque se realizan grandes esfuerzos en conseguir mitigar las grandes diferencias económicas entre los países miembros, está lejos de alcanzar de igual modo una integración social coherente y necesaria. Puede que sea el momento de desenmascarar y desmentir a la lógica inmanente del sistema, la necesidad de convertirlo todo en mercancía, rentabilidad y planificación abstracta. La realidad de los ancianos ha cambiado tanto y tan rápido a lo largo de las últimas décadas que conviene plantearse algunas cuestiones al respecto: ¿Cuál debería ser el papel de la familia y los gobiernos acerca del cuidado de las personas mayores en el caso de que no puedan valerse por si mismos?; ¿En qué debería basarse el Estado para ayudar a las

139

BENTO, T. y BIANCONI, F.: “El gasto de la Unión Europea en protección social aumentó más de cuatro puntos de 1980 a 1994”. Revista Fuentes Estadísticas. Estadísticas de Protección Social. Revista. Nº 28 - Julio / Agosto de 1997. 140 CANO SOLER, D.: “El sistema de pensiones precisa reformas profundas y urgentes, según todos los estudios”. Revista Fuentes Estadísticas. Estadísticas de Protección Social. Revista. Nº 28 - Julio / Agosto de 1997.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

101

personas, en la edad o en las necesidades de éstas? (MARTÍN, L.G. 141, 1988, págs. 99-113).

Foto I.5. Si los políticos se preocupasen de nuestras pensiones...

Fuente: Ideal, 11 de septiembre de 1999, pág. 22.

La mayoría de las personas que se jubilan no logran adecuarse a la jubilación, ya que lo hacen de forma obligatoria. Por el contrario, los que deciden o se ven obligados a jubilarse anticipadamente ven mermadas su pensiones y ven el retiro laboral de forma negativa. Las diferencias que podemos encontrar en el estatus socioeconómico estriba en las posibilidades de prever el momento de la jubilación. De hecho, una preparación para el retiro laboral conlleva mejores oportunidades de adaptación y consecuentemente mayores ocasiones de poder beneficiarse de esta nueva etapa de la vida. Así, el estatus socioeconómico determina una buena transición a la jubilación. «Las personas que tienen un elevado nivel de ingresos, de forma general, podrán vivir de forma más cómoda el tránsito a la jubilación. Sin embargo, un bajo nivel de ingresos hará la jubilación, y posteriormente el envejecimiento, más dificultosos. Recordemos la situación más desfavorable de las mujeres que están solas, que no han trabajado, dependientes de la pensión del marido, y cuyo estado de salud es desfavorable... En muchas ocasiones, a pesar de la "feminización de la pobreza" (concentrada en las mujeres mayores), y la 141

MARTÍN, L.G.: “The aging of Asia”. Journal of Gerontology. 43, 1988, págs. 99-113.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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"pobreza envejecida" (por ser más acusada la pobreza en este segmento de población) estas personas se sienten satisfechos /as, o mejor dicho, conformados /as y resignados /as.» (AGULLÓ TOMÁS, M. S. y GARRIDO LUQUE, A. 142, 1999). Para hacer frente a la mayor presión de las pensiones fruto del aumento de la esperanza de vida y para tratar de mejorar las pensiones de los jubilados, sería factible que se permitiera libremente a cada trabajador retrasar la edad de jubilación, hecho que se esta contemplando. En ese sentido, «no se puede tratar la edad de los individuos como una propiedad independiente del contexto en el que adquiere sentido, y esto tanto más cuanto que la fijación de una edad es producto de una lucha que enfrenta a las diferentes generaciones" (CHAMAPGNE, LENOIR, MERLLIÉ, PINTO 143, 1993, pág. 65).

El tener dinero para el anciano es un hecho cargado de simbolismo que estaría

estrechamente

ligado

al

sentimiento

de

tener

seguridad

e

independencia 144. Esto se entiende al conocer las carencias y penurias a las que ha estado sometida la población que ahora ha cumplido los 60 años en países como España; lo que los convierte en buenos gestores de sus débiles economías domésticas basadas en la cultura del ahorro, lo cual, no nos engañemos, no minimiza la marginación económica que padecen. «Investigaciones hechas por el Observatorio de la UE demuestran que la pobreza es un problema para las personas mayores en todos los países miembros y que sólo en cuatro países sus índices de pobreza es inferior al 10%» (WALKER, A.; GUILLEMARD, AM y ALBER, J. 145, 1993). Teniendo en cuenta que la renta de una persona mayor suele estar por debajo de la media familiar, y en muchos casos, rozando el umbral de pobreza. La escasa capacidad económica limita su independencia y determina en 142

AGULLÓ TOMÁS, M. S. y GARRIDO LUQUE, A.: “Las personas mayores ante el envejecimiento y la jubilación”. Universidad Complutense de Madrid, 1999. www.uam.es. 143 CHAMAPGNE, LENOIR, MERLLIÉ, PINTO: Iniciación a la práctica sociológica. Siglo XXI, Madrid, 1993. 144 SÁNCHEZ VERA, P.: “Las personas mayores y la economía”. CONGRESO INTERNACIONAL: Una sociedad para todas las edades. UNESCO y Universidad de Alicante, Alicante, 1999, págs. 57-94. 145 WALKER, A., GUILLEMARD, A.M. y ALBER, J.: Older People in Europe – Social and Economic Polices. European Commission, Brussels, 1993.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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muchas ocasiones la falta de una demanda de servicios específicos de calidad. Asimismo, las autoridades sociosanitarias se centran más en la dependencia de las personas mayores, que en establecer una atención de calidad basada en la prevención o rehabilitación.

Foto I.6. Hay personas que se morirían antes de reconocer que pasan hambre. «Hay muchas personas en España que pasan hambre y están más cerca de ti de lo que imaginas»

Fuente: Ideal, 11 septiembre 1999, pág. 27.

Todos sabemos que la actitud ante la jubilación no es igual para todas las personas. Al planteamiento emocional de cada uno, es necesario añadir las circunstancias personales en que se encuentra cada jubilado. Sin embargo, en diferentes investigaciones se coincide en afirma que la situación económica es lo que más preocupa al jubilado, aunque se está produciendo un cambio en los últimos años. Si bien es verdad, que se está pasando de economías de subsistencia para los mayores, a otras más dignas. Según datos referidos al Régimen General de la Seguridad Social, «la pensión media actual se sitúa un 73% más alta que el salario mínimo interprofesional y la tendencia es a mejorar. Con la incorporación de nuevos jubilados, que llevan largos años cotizando, sus pensiones serán más altas. Aunque siempre existirán pensiones inferiores (que afectan a buena parte de los jubilados), procedentes de seguros agrarios, servicio doméstico y las no contributivas, en las que habrá que introducir 146

cambios

dirigidos

a

aumentarlas»

(RABAPRESS 146,

RABAPRESS: “Jubilación y situación económica”. 12/06/2000. Http://es.news.yahoo.com.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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12/junio/2000). No obstante, la precariedad en el empleo de los últimos años con el incremento de los contratos basura puede cambiar la tendencia al cotizarse menos años, lo que a la postre tendría un efecto negativo en las pensiones futuras.

Mapa I.12. Las pensiones de viudedad en España. 1 de junio de 2000.

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2000 y elaboración propia.

Mientras que el Gobierno español se ha comprometido a mejorar las prestaciones a los mayores con incrementos en las pensiones y mayor gasto en atención sanitaria a través del Plan de Acción para el período 1999-2005, se siguen ampliando las diferencias interregionales en concepto de pensiones. Por ejemplo: «El importe medio de las pensiones contributivas de viudedad que abona la Seguridad Social, sin incluir las pagas extraordinarias, es más alto en el País Vasco, unas 63.400 pesetas mensuales, mientras que es más bajo en Galicia, unas 46.100 pesetas, según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales» (IDEAL, 27 de agosto de 2000, pág. 32). Se calcula que en España existen 2.009.200 pensionistas de viudedad, de los cuales el 16% son andaluces, con 53.800 pesetas mensuales, que están por debajo de la media nacional (55.200 pesetas mensuales) (ver mapa nº I.12).

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

105

Según las previsiones iniciales, está previsto que la población activa encargada del mantenimiento de las pensiones lo sigua siendo. Ya que, observando la tasa de dependencia, el número de activos puede aumentar debido a la tardía y creciente incorporación de la mujer al mercado de trabajo en nuestro país. En 1995, la tasa de actividad femenina llegaba al 35%, frente a un 44% para el conjunto de la Unión Europea, datos globales que encubren un incremento mucho mayor en las generaciones de mujeres jóvenes y de mediana edad. En el horizonte 2025, la tasa de participación del conjunto de mujeres podría alcanzar el 51%, compensando ampliamente la previsible disminución de la participación masculina (FERNÁNDEZ CORDÓN, J.A. 147, 1995).

El trasfondo económico en los estudios de personas ancianas suele abarcar amplias dimensiones, que podrían sintetizarse en dos. La primera, englobaría las limitaciones del estado del bienestar en el apartado de las pensiones, el aumento en el gasto farmacéutico y hospitalario. Mientras que la segunda, se centraría en el aspecto de la atención y pobreza de este grupo de personas. A pesar de ello, es necesario que se conozcan mejor las distintas vertientes del problema de los mayores, que responden a las muchas tipologías de mayores, tantas como sectores de la sociedad.

La UE presupone que tendrán que realizarse grandes esfuerzos para mantener lo alcanzado y a la vez poder ir reduciendo tres problemas estructurales presentes en las economías europeas: la elevada tasa de desempleo, el envejecimiento de la población y el alto nivel de endeudamiento público. La creciente importancia demográfica de las personas ancianas podría amenazar la viabilidad financiera de los sistemas de pensiones; podría colapsar los servicios sanitarios y asistenciales; lo que incluso, podría desbordar la capacidad de respuesta del sistema a sus demandas sociopolíticas, con

147

FERNÁNDEZ CORDÓN, J.A.: Demografía, actividad y dependencia en España. Fundación BBV, Madrid 1995.

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106

consecuencias imprevisibles (PULIDO, A. 148, 1997). El Comisario Europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, ha subrayado la necesidad de vigilar el gasto público derivado del envejecimiento de la población en Europa con el fin de evitar deterioros presupuestarios. «Si no se logra llevar estos gastos a niveles sostenibles, las finanzas de los estados miembros correrán serios riesgos. En este sentido, debe reexaminarse la eficiencia de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria» (REUTERS 149, 9 de junio del 2000). Normalmente, tanto las visiones pesimistas como las optimistas no son neutrales. Tampoco es neutral la visión supuestamente científica de los que aportan datos pero siempre mezclados con interpretaciones sobre ellos «que coinciden -¡qué casualidad!- con las que quieren leer aquellos banqueros o directores de multinacionales que han pagado los informes o estudios. ¿O no resulta curioso observar el sinfín de fundaciones, institutos o sociedades sin ánimo de lucro que se han montado financiadas por los bancos y las multinacionales para estudiar los problemas del empleo y las pensiones, y la economía en general? Aquí nadie es neutral, como en la guerra» (VAQUERO DEL POZO, P. 150, 1999). De ahí que debamos enderezar el rumbo y buscar la neutralidad y la independencia que, sin duda, irán en beneficio de todos. Las posiciones catastrofistas que hablan del fin de las pensiones ocultan otras realidades donde las personas mayores siguen siendo dinamizadoras de la economía de nuestra sociedad. Puede decirse que sus funciones económicas (sus ahorros ayudan a financiar la Deuda Pública; dan empleo a miles de trabajadores del sector servicios durante periodos de baja temporada; prestan dinero sin intereses a sus familiares; trabajan como niñeras de sus nietos facilitando a sus hijas acceder al mercado de trabajo; cuidan de su pareja, etc.) suplen las carencias de lo que correspondería a un Estado de Bienestar desarrollado.

148

PULIDO, A.: El Big-Bang económico. El futuro del empleo y las pensiones. Editorial Pirámide, 1997. 149 REUTERS: “Solbes recomienda moderar gasto social para evitar desequilibrio”. , 9 de junio del 2000. www.reuters.com/newmedia 150 VAQUERO DEL POZO, P.: “Construir la sociedad de pleno empleo (precisamente porque es una utopía)”. Universidad de Granada, 19 septiembre, 1997. www.ugra.es.

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107

Foto I.7: De mayor no quiero ser mendigo

Fuente: Jiménez Jiménez, J., 1997.

Sabemos de la importancia que tiene para una persona anciana su independencia económica, un rasgo que le permite mantener cierta autonomía personal para poder “envejecer en casa” 151. Desgraciadamente, la marginación económica y la pobreza siguen afectando al mayor. Cabe preguntarse entonces, ¿qué Estado de Bienestar estamos construyendo?

151

EL MUNDO: “`Envejecer en casa ´: objetivo de la nueva Ley de Mayores”. 22/junio/1999, pág. 9. «El pleno del Parlamento andaluz aprobó (...) el proyecto de Ley de Protección y Atención a los Mayores por el que se defienden los derechos de estas personas, en aspectos económico, social, cultural y educativo, y que se rige por la filosofía de “envejecer en casa”. La nueva ley, que está compuesta de 59 artículos englobados en once títulos, pretende velar por la suficiencia económica de los mayores, procurar su integración en todos los ámbitos, posibilitar su permanencia en las familias y prevenir y evitar situaciones de riesgo de carácter social. El nuevo texto se rige por la filosofía de “envejecer en casa”, siguiendo las directrices de las Naciones Unidas para conseguir una sociedad para todas las edades. Entre las ayudas que dispone la ley se encuentra la de subvencionar la adaptación y mejora de la vivienda del mayor que la necesite; ampliar y cualificar el servicio de ayuda a domicilio; incrementar progresivamente el número de plazas residenciales de alojamiento familiar y proporcionar a personas semidependientes la permanencia en su casa y entorno habitual».

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Foto I.8: Abuelos con coraje ante situaciones desesperadas

Calle Góngora. Granada Fuente: Compán Vázquez, D., 1999.

La población anciana se ha caracterizado por padecer un bajo nivel cultural que repercute en su nivel de vida y del que, por otra parte, se aprovechan terceros sin escrúpulos. Esta realidad ha perpetuado la falta de información entre este grupo de población. Un dato a la reflexión: «Alrededor de 12.000 andaluces –unos 2.000 granadinos- no han cobrado una pensión del Gobierno suizo por no tener constancia de que les correspondía percibirla por haber trabajado en aquel país» (IDEAL 152, 4/11/1997, pág. 10). Gracias a iniciativas como la Federación Española de Asociaciones de Emigrantes Retornados (AGER), en la que trabajan desinteresadamente muchas personas mayores a favor de los demás, se han podido establecer estrategias para informar y asesorar, con las cuales se ha conseguido recuperar muchas pensiones de emigrantes retornados. La inquietud de estas y otras personas ha llevado al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha disponer de un servicio de información gratuito para atender las peticiones de estos retornados. 152

IDEAL: “Miles de emigrantes que han retornado pierden pensiones y subsidios por falta de información”. 4/11/1997, pág. 10.

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109

Como dice el presidente de AGER-Granada, Antonio Rojas: «Para los que llevamos años diciendo que la falta de información es la peor de las dificultades que encuentra un emigrante al retornar, es causa de gran satisfacción observar cómo, por parte de las instituciones, se toman medidas para paliar en la medida de lo posible, esta carencia» (IDEAL 153, 9/12/1997).

Nuestra sociedad en general margina a nuestros mayores, es una realidad lamentable compartida por casi todos. Las personas mayores están cansadas y hartas de promesas electorales, de que se juegue constantemente con sus pensiones como moneda de cambio entre partidos políticos. Este colectivo formado por más de ocho millones de personas de 60 y más años demanda menos palabras y más hechos. Desde muchas organizaciones de mayores están surgiendo voces a favor de una conciencia política, incluso de la creación de partidos políticos, ante la manifiesta injusta marginación que sufren los mayores al ser sistemáticamente eliminados de las listas electorales. Sólo un botón de muestra para la reflexión, según un estudio realizado por la Fundación

Independiente

presentado

al

IV

Congreso

Nacional

de

Organizaciones de Mayores celebrado en Santiago de Compostela (2000), «los candidatos electos de más de 60 años para el Parlamento Europeo fueron el 7,8%; en las asambleas, cortes y parlamentos autonómicos, el 5,9%, y en las corporaciones municipales el 2,8%» (IDEAL, 5 de febrero de 2000, pág. 23). Si los partidos políticos son los representantes democráticos del pueblo, y ellos marginan al ciudadano por la edad, me pregunto: ¿Qué imagen de la sociedad estaremos creando para nuestros hijos si no valoramos la experiencia de los ancianos, su ofrecimiento y espíritu de servicio a los demás?

153

IDEAL: “Línea 900, un servicio eficaz para el ciudadano”. 9/12/1997.

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110

Cuadro I.12. Régimen de jubilación del Sistema de Seguridad Social. España Régimen de cobertura universal para asalariados; afiliación voluntaria para trabajadores independientes. Otros sistemas: Derechos pasivos. LISMI. Régimen general para asalariados de industria y servicios. Regímenes especiales (mar, minería, agrario, empleados hogar, autónomos, accidentes trabajo, SOVI). Origen de los fondos (Seguridad Social): (1995) cotizaciones, 4.7% del salario; empleadores, 23.6%; Estado, subvención anual. Cotizaciones deducibles en el impuesto de la renta.

Edad de Jubilación: 65 años, con excepciones (trabajo penoso o insalubre) Derechos: - Pensión de jubilación: 65 años, 15 de cotización (al menos dos en los últimos ocho); salida obligatoria. Jubilación anticipada a 64 años si el empleador cubre el puesto. - Pensión de invalidez: pérdida de trabajo por enfermedad o invalidez; duración de la cotización al menos del 50% ó 25% del tiempo pasado según edad. - Pensión de viudedad y orfandad: haber cotizado el difunto 500 días en los últimos cinco años o ser pensionista. Prestaciones: (14 pagas anuales, reajuste anual según IPC previsto) - Pensión de jubilación: 100% salario (media de ocho años). 1994 mínima = 60.220 pts. - Pensión de invalidez: varios tipos (parcial permanente, profesional total permanente, general total permanente, completa). Varios % sobre salario. 1994 mínimas = 51.180 - 76.770 ptas. - Pensión de viudedad: 45% del salario del difunto; orfandad, 20%; favor familiares: 20%. 1994 mínima viudedad = 51.180 ptas. (con 65 o más años) - 1991: Entrada en vigor de las prestaciones de la Ley de Pensiones No Contributivas - Otras prestaciones: SOVI, LISMI. IPC = Índice de precios al consumo SOVI = Seguro obligatorio de vejez e incapacidad LISMI = Ley de integración social de los minusválidos Fuente: CSIC 154, 1999 y OCDE 155, 1988, pág. 131-132 y el Informe de la Comisión de las Comunidades Europeas, 1992.

154

155

CSIC: Base de datos. 1999. www.cindoc.csic.es.

OCDE: La réforme des régiments publics de pensions, 1988, p. 131-132; Informe de la Comisión de las Comunidades Europeas, 1992.

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111

Cuadro I.13. Pensiones del Sistema de la Seguridad Social y otras públicas (media anual, miles). España, 1994. Régimen TOTAL Clases Afiliados Afiliados/ en alta a pensión la Seg. Social Contributivo - General - Minería Carbón - Agrario - Empleados Hogar - Autónomos - Mar - Acc. Trabajo - SOVI No contributivo TOTAL SISTEMA LISMI (beneficiarios) Derechos Pasivos (1992) - Pensiones Generales - Pensiones Especiales

Jubilación Invalidez Viudedad 6.822,40 3.176,40 1.658,20 1.777,80 3.399,90 1.621,40 697,9 950,1 76 39,6 12,6 21,3

Otras 210,2 12.045,50 130,4 8.373,20 2,4 31,3

1.8 2.5 0.4

1.624,70 193,3

698,5 99,4

485,3 87,5

403,3 5,3

37,6 1.171,00 1,2 150,6

0.7 0.8

718,8 118,9 221 469,8 269,4

368,8 52,8 295,9 154,6

149,1 22 126,9 76,8 114,9

183,7 39,5 77,5 97 -

17,3 2.213,10 4,7 106,2 16,6 -

3.1 0.9 -

7.091,80

3.331,00

1.773,10

1.777,80

210,2 12.045,50

1.7

227,5 662,8 476,1 186,7

Fuente: CSIC 156, 1999 y elaboración propia.

I.2.b. Estilos de vida: alimentación y salud

Una buena alimentación es primordial para mantener una calidad óptima de vida. La situación actual del mayor en relación a la alimentación es buena, aunque mejorable. Se ha comprobado como el anciano cuida mucho su alimentación, apartado al que dedica buena parte de su tiempo en la compra y 156

CSIC: Base de datos. 1999. www.cindoc.csic.es.

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preparación. Sin embargo, el aumento de calorías y grasas no ha contribuido excesivamente a mejorar la salud, detectándose nuevas enfermedades relacionadas con el colesterol (por la abundancia de grasas) o la osteoporosis (falta de calcio). Para neutralizar los excesos como las carencias, lo mejor es seguir la dieta mediterránea que en las últimas décadas ha sufrido un severo retroceso. Como es sabido, el grupo de personas mayores es heterogéneo y también sus estilos de vida, y por lo tanto de alimentación. En distintos estudios se ha podido constatar como existe una relación muy directa entre el estatus socioeconómico y una adecuada alimentación. Así, a mayor estatus mejor y variada sería la alimentación. Por el contrario, un menor estatus repercutiría en la alimentación. Por ejemplo, un reciente estudio del jefe del servicio de Nutrición del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), Pablo García Luna: «Los ancianos que viven solos, además de a las carencias, se enfrentan al riesgo de estar desnutridos. Las personas mayores son el grupo más afectado por la desnutrición, que se ceba ya en un 11 por ciento de los pacientes que acuden a las consultas de atención primaria (...) Los geriatras creen que muchas de las enfermedades que padecen las personas mayores se deben a problemas nutricionales (...) Completar la dieta con preparados proteicos y vitamínicos por vía enterar está aconsejada para ancianos sin familia, enfermos de Alzheimer, con cáncer de laringe o faringe, trastornos digestivos y víctimas de accidentes vasculares cerebrales (...) Así, el 20% de los pacientes de rotura de cadera que no vuelven a andar tienen relación con una mala alimentación» (EL MUNDO 157, 24/06/1999, pág. 10). Como se ve la importancia de la alimentación es capital sobre todo a estas edades. Por ello, la información y el asesoramiento por parte del médico de cabecera son primordiales y pueden corregir un empeoramiento del estado de salud. Lo que tendría que estar acompañado de una mejora del nivel económico de estas personas, en su mayoría, mujeres de avanzada edad que viven solas con unas escasas rentas, que dificultan esa adecuada alimentación. Si no se ponen medios adecuados para vivir mejor, tendremos que hacerlo para evitar que 157

EL MUNDO: “El 11% de la población andaluza está desnutrida”. 24/06/1999, pág. 10.

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sigan aumentando el porcentaje de personas mayores con problemas de mala alimentación que desencadenan cuadros complejos de perdida de salud, de más difícil solución.

Foto I.9: Servicio de Comedor para Mayores

El Comedor de Mayores del Ayuntamiento de Granada es un Servicio Comunitario de carácter social que tiene por objeto la elaboración y suministro de comidas para personas mayores con necesidades específicas. Entre sus objetivos pretende: atender y promover el bienestar básico y social de los mayores; potenciar alternativas al ingreso en Centros Residenciales; fomentar la autonomía personal y familiar; y mejorar el marco de convivencia de los usuarios. Fuente: Área de Bienestar Social. Ayuntamiento de Granada, 1999.

Desde la segunda mitad del siglo XX se están produciendo cambios notables en la manera de enfermar y morir de los habitantes de los países desarrollados. Los cambios demográficos fruto del descenso de la fecundidad y del aumento de la esperanza de vida han motivado un cambio sin precedente en la calidad de vida de los ancianos. Sin embargo, resulta difícil concretar el estado de salud global de los mayores, ya que el envejecimiento lleva asociadas numerosas patologías y situaciones de riesgo. Cuando estudiamos la salud de

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este colectivo debemos tener presente: la incidencia de enfermedad o mortalidad; las alteraciones funcionales físicas, psíquicas y sociales; pautas de morbilidad,

incapacidades,

calidad

de

vida;

la

hospitalización;

la

institucionalización; etc. Esto nos lleva a que es necesario que se realicen mayores esfuerzos para favorecer una exhaustiva valoración de la capacidad de funcionamiento en cada uno de las áreas que determinan que un anciano pueda llevar una vida independiente. El investigador, a la hora de analizar la calidad de vida un grupo de población mayor, debe tener presente una serie de condicionantes que deben ser tenidos en cuenta: el nivel socioeconómico, el nivel de estudios, lugar de residencia, el grado de deterioro cognitivo, el grado de autonomía, si nos referimos a un grupo institucionalizado o no, etc. Indudablemente, el trabajo de campo será imprescindible para conocer en profundidad esta realidad multidimensional.

La salud es esencial para poder disfrutar de este aumento de la esperanza de vida, y como muestra es la segunda preocupación de nuestros mayores

según

todos

las

investigaciones.

Las

personas

ancianas

mayoritariamente son partidarios de permanecer independientes y en sus casas el mayor número de años posible siendo autosuficientes. Además, optan por los cuidados de su pareja, y en los casos más extremos de enfermedad e incapacidad se ven abocados a tomar la ayuda de su hijos (sobre todo sus hijas), o en su defecto la escasa y cada vez más necesaria ayuda a domicilio. En esta línea, la nueva Ley de Mayores (1999) plantea «ampliar y cualificar el servicio de ayuda a domicilio; incrementar progresivamente el número de plazas residenciales de alojamiento familiar y proporcionar a personas semidependientes la permanencia en su casa y entorno habitual» (EL MUNDO 158, 22/junio/1999, pág. 9). Pese a las buenas intenciones de leyes como ésta, la realidad presenta su lado más oscuro en las listas de espera. Si bien es cierto que nuestro país ofrece una sanidad de calidad según la OMS (Organización Mundial de la Salud, 158

EL MUNDO: Op. Cit., 22/junio/1999, pág. 9.

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115

2000), lo que nos sitúa entre los primeros países del mundo, no podemos negar que siguen existiendo lagunas que deben solventarse. Entre ellas está la de las listas de espera, que afectan en su mayoría a pacientes mayores puesto que son estas personas las que más padecen enfermedades y ocupan durante más días las camas de los hospitales, por no hablar del gasto farmacéutico. Las listas de espera pueden reducirse, como se ha afirmado por parte del Gobierno, pero no tomando esta cuestión de manera esporádica y estacionaria. De ninguna manera se deben tomar decisiones apresuradas ni dejarlas a la voluntad de unos pocos votos o a la opinión de los medios de comunicación. Tampoco la sanidad pública debe caer en el error de enviar a los enfermos a la sanidad privada ya que está no se haría cargo en un futuro de los individuos menos rentables (jóvenes, ancianos e inmigrantes) y pondría en peligro el sostenimiento de la pública como consecuencia del endeudamiento progresivo.

Foto I.10. La atención a domicilio alternativa: la familia adoptiva

María Luz Martínez da de comer a Aquilina, la anciana de 91 años que acogió en su domicilio de Avilés hace cuatro años. Aquilina Baunza no tuvo descendencia, pero sí la suerte de encontrar familia adoptiva. Ellos la sacaron de la soledad en la que viven más de 1.200.000 jubilados españoles. Afortunadamente están surgiendo otras alternativas a la residencia, como la integración en hogares donde el anciano es acogido por una familia a cambio de entregar parte de sus ingresos (60-75%). Fuente: EL MUNDO, 25 de abril de 1999, pág. 7.

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Foto I.11: Programa de Alojamiento por Compañía por todo el mundo

Alojamiento por Compañía protege la autonomía de la persona mayor, favorece la autoestima, desarrolla el respeto mutuo, la empatía y el entendimiento entre generaciones. Una persona mayor ofrece alojamiento en su propia casa a otra mas joven a cambio de ayuda, seguridad y compañía. La clave es el beneficio mutuo: ambas partes necesitan algo que la otra puede ofrecer. Fuente: Homeshare International, 1999.

El gasto día de una cama de hospital de una persona anciana enferma o incapacitada es mucho más elevado para el Estado que el destinado a esa misma persona en una residencia, e infinitamente superior al que conllevaría una asistencia de calidad de ayuda a domicilio recibida en su propia casa que, por otra parte, es la opción preferida por ellos cuando se ven impedidos. De ahí, la urgente necesidad que se planifiquen y aumenten los servicios de ayuda a domicilio (teleasistencia, limpieza, cuidados) y la formación de más profesionales especializados (auxiliar de geriatría, trabajadores sociales, gerontólogos de otras especialidades).

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Foto I.12: La teleasistencia a ancianos se amplía a la zona de Alhama y Loja.

La Diputación de Granada ha puesto en marcha una segunda unidad móvil del servicio de teleasistencia. El objetivo del servicio es reducir las situaciones de riesgo o peligrosidad interviniendo cuando se prevea que la situación, aunque de poca importancia, pudiera desembocar en una situación de riesgo mayor. Los usuarios son en su mayoría ancianos seleccionados en función de sus necesidades físicas, personales o familiares por el personal de los servicios sociales. Mediante un dispositivo de comunicación permanente, el beneficiario puede explicar su problema al centro de control, donde se dispone de su historial de forma inmediata. Fuente: IDEAL, 28 de enero de 1997, pág. 9.

El apartado destinado al gasto farmacéutico es muy cuantioso y no excepto de polémica. Se le achaca a los ancianos de ser unos derrochadores del bien público al consumir cantidades ingentes de medicamentos, con esa peligrosa y costosa inclinación a la automedicación. Mientras, se elude reflexionar que las empresas farmacéuticas incrementan cada año sus beneficios y son un gran poder a tener en cuenta, a costa de todos. Debemos recordar que las medidas impopulares como el medicamentazo, sólo conseguirán reducir en un principio el gasto destinado a este apartado; sin embargo, si las empresas farmacéuticas no pierden dinero, podemos suponer que serán nuestros mayores, con sus exiguas pagas, los más perjudicados. Seguro que se pueden tomar otras medidas más ecuánimes para todos.

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Los niveles de salud de la población anciana están condicionados por el comportamiento y estilos de vida, además de los factores medioambientales. Por otra parte, la heterogeneidad de este grupo de edad puede aplicarse, de igual forma, al riesgo de incapacidad y de enfermedad de estas personas. De esta manera, Ana Collado afirma que existe una estrecha relación entre las condiciones de salud y calidad de vida de los viejos y la estructura social de una sociedad dada. De ahí que esta demógrafa recalque la importancia de variables como edad, género, clase social, educación, alimentación, hábitat, etc. El acceso y consumo de algunos bienes y servicios sanitarios está restringido a las clases sociales elevadas y comprobamos como buena parte de la población anciana, que padece los mayores problemas económicos, de discapacidad y soledad, son mujeres viudas de avanzada edad con pequeñas pensiones. De ello se deduce que las mujeres, aunque vivan más años que los varones, viven en condiciones peores y están más enfermas (COLLADO, A. 159, 1989, págs. 199209). En el estado de salud percibida y real median la manera en que se vive la jubilación y el envejecimiento. Sin embargo, según el estudio de Mª Silveria Agulló y Alicia Garrido, «el nivel de salud favorable observado en casi todos/as nuestros/as mayores (sin distinción por estatus y por género) hace que este factor sea más una preocupación de futuro que un problema del presente». De todas maneras, coinciden con Ana Collado en que «las mujeres manifiestan tener peor estado de salud, aunque en este caso se limita a los primeros achaques y dolencias característicos del proceso de envejecimiento inevitable» (AGULLÓ TOMÁS, M. S. y GARRIDO LUQUE, A. 160, 1999). Así, todo parece indicar, tras la jubilación, que se produciría un empeoramiento en el estado de salud que estaría relacionado con la sobremortalidad masculina, aunque en la actualidad ésta comienza a retrasarse, con lo que se puede aumentar el número de varones mayores que en el tránsito a la jubilación mejoran en su estado de salud.

159

COLLADO, A.: Op. Cit., 1989, págs. 199-209.

160

AGULLÓ TOMÁS, M. S. y GARRIDO LUQUE, A.: Op. Cit., 1999. www.uam.es

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Foto I.13: Nace el teléfono dorado, línea gratuita atendida por voluntarios para ayudar a los ancianos

El Servicio está destinado a la atención de los ancianos andaluces y a luchar contra la soledad que sufren una gran parte de ellos. Dirigido a mayores de 65 años, este servicio facilita además la comunicación con otras personas de su misma edad para compartir experiencias, vivencias, recuerdos y nostalgias, y ayuda a paliar la soledad, una de las peores enfermedades del ser humano y causa incluso de muerte. Fuente: Imagen: Teleasistencia. Ayuntamiento de Granada. Fuente: Datos: IDEAL, 15 de junio de 1997, pág. 15.

La soledad y la depresión son inherentes a esta sociedad occidental donde el individualismo y el egoísmo dominan al hombre. Un grupo creciente que cada año se ve más afectado por problemas de soledad son las personas ancianas, en su mayoría mujeres viudas con escasos recursos económicos. Estas personas suelen vivir solas y cuentan con escasas relaciones sociales, lo que provoca el abandono y la marginación, que va unido a un aumento de los trastornos mentales como la depresión, la demencia senil o alzheimer. En ese sentido, se deberían realizar mayores esfuerzos presupuestarios para localizar y neutralizar en la medida de lo posible la soledad. Un buen ejemplo, lo encontramos en Japón, uno de los países más envejecidos del planeta, que

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afronta el cuidado de los ancianos como una prioridad nacional y subvenciona centros de día y guarderías para adultos, donde se combate la soledad y se ayuda a los familiares de los ancianos.

Foto I.14: El Alzheimer, la cuarta causa de muerte en personas mayores

El Alzheimer es una lesión cerebral de carácter progresivo, crónico y de evolución invalidante, encuadrada dentro de las demencias. Se calcula que el 20% de los españoles que superan los 85 años de edad sufre esta enfermedad (cuarta causa de muerte en personas mayores), aunque con sintomatología clínica variable, según el caso. En conjunto, afecta claramente a unos 400.000 españoles, el 65% de los cuales son mujeres. Fuente: IDEAL, 29 de mayo de 1999, pág. 10.

La situación buco-dental de nuestros ancianos actuales no es todo lo satisfactoria que cabría desear debido a una falta de programas educativos en la infancia y no acudir al estomatólogo con la necesaria frecuencia. La atención primaria puede jugar un papel muy importante en mejorar la situación. Perder alguna pieza dentaria, tenerla enferma o desgastada se considera como algo inevitable e indefectiblemente unido al proceso normal de envejecimiento. En el anciano se dan unas circunstancias especiales, como una situación económica limitada sumada a un cierto grado de inhibición social, que le hacen rechazar unos periódicos cuidados de su estado dental. «Según datos referidos a nuestro país, entre la población mayor de 65 años, un 90% necesita de algún

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121

tipo de tratamiento periodontal, la mitad precisa de prótesis completa superior y casi un 50% presentan restos radiculares o caries» (RABAPRESS 161, 13/06/2000). Como es bien sabido, el anciano, por regla general, consulta con más frecuencia al médico general que al dentista. Es pues desde la atención primaria, desde donde se debe establecer la rutina de un examen cuidadoso de la situación buco-dental y remitir al estomatólogo aquellos casos que lo necesiten. Nada podemos objetar con respecto a que sean cada vez más personas las que lleguen a vivir más años. Sin embargo, los problemas éticos de la vejez afloran cuando reflexionamos sobre la conveniencia de la calidad de la vida (independencia / institucionalización) frente a la cantidad (lograr vivir más de 100 años). Los progresos sociosanitarios han logrado retroceder la mortalidad a edades avanzadas, lo que ha propiciado una mayor prolongación de la vida hasta “el limite biológico” del ser humano, pero ha hecho cuestionar si los medios artificiales para mantener con vida a una persona anciana sin conciencia son al menos discutibles. Por último debemos reincidir en el aspecto de hacerle ver al mayor que tiene todo el derecho a demandar una calidad de vida aceptable, donde la salud es un factor primordial, evitando que esta persona tema quejarse por miedo a represalias e incluso llegue a sentirse culpable. La prevención este fundamental si pretendemos que nuestros mayores gocen de buena salud. Pero, las actividades preventivas deben ir enfocadas al retraso, ralentización y prevención de enfermedades, buscando alargar la vida autónoma de enfermedad, no tratando de alargar la vida a cualquier precio. Aunque se esta avanzando en la investigación de la calidad de vida de los mayores, con la elaboración u orientación de instrumentos de medición en función de los problemas que pretenden estudiar. Es necesario que se sigan realizando estudios de evaluación del estado de la calidad de vida de los ancianos, adecuando los servicios sociales y sanitarios a las necesidades de estas personas.

161

RABAPRESS: “Situación actual de la odontoestomatología en el anciano”. 13/06/2000, Http://es.news.yahoo.com

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Foto I.15: Bailes durante la Semana Cultural del Centro de Mayores de la Zona Norte (Granada)

Fuente: Olgoso, I., 1998.

I.2.c. La vivienda

El problema de la vivienda en nuestra sociedad se mantiene y plantea profundas contradicciones entre la necesidad de alojamiento y la satisfacción de la misma. «La conciencia de que la sociedad debe garantizar el acceso a una vivienda suficiente en condiciones económicas aceptables lleva a convertir a la vivienda en un objetivo político; blanco de movimientos sociales, reivindicaciones y declaraciones políticas» (LEAL MALDONADO, J. 162, 1979, pág. 99) En efecto, una parte importante de los ingresos de los ciudadanos se destinan a satisfacer las necesidades de una vivienda, que la sociedad de consumo ha elevado en calidad y cantidad. En la renovación del espacio

162

LEAL MALDONADO, J.: “Vivienda y sociedad. El análisis sociológico del problema de la vivienda”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, nº 8, 1979, pág. 89-102.

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urbano, la especulación del suelo de la vivienda se opone duramente a que las personas mayores sigan viviendo en determinados espacios del centro de las ciudades, por lo que se intenta expulsarlas o aislarlas. Estos espacios tienen un alto valor sentimental para estas personas, sin embargo sufren la decadencia y la especulación, ante las que poco se puede hacer con unas pensiones exiguas y unos alquileres de renta antigua.

Foto I.16: “Asustaviejas”, especuladores sin escrúpulos.

Presionan a modestos pensionistas gaditanos para comerciar con sus casas. Los “asustaviejas” suelen molestar a pensionistas que responden al perfil de esta anciana gaditana. El Ayuntamiento se ha involucrado creando una oficina de asesoramiento. Con la cooperación, la información y la atención, el problema debe ir a menos. Fuente: EL MUNDO, 3 de noviembre de 1998, pág. 8.

En otras ocasiones, son las propias personas mayores las que deciden mudarse a otros lugares, ya sean de la misma ciudad, o en busca de un retiro más ocioso. En este caso, el estatus socioeconómico vuelve a determinar el grado de satisfacción que tienen estas personas con sus viviendas. A pesar de ello, encontramos menos diferencias de las esperadas con respecto a la

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vivienda entre los distintos estatus, lo que estaría motivado por la significación personal que tienen sus viviendas para estas personas. Esta realidad es la necesidad primordial del mayor de envejecer en casa, a poder ser la suya propia. La propia ley de Mayores es sensible a esa realidad y propone una serie de ayudas encaminadas a «subvencionar la adaptación de la vivienda del mayor que la necesite; ampliar y cualificar el servicio de ayuda a domicilio» (EL MUNDO 163, 22/junio/1999, pág. 9). En este sentido, envejecer en casa es el deseo expresado por muchas personas ancianas y a la vez una de las metas pretendidas recientemente por los servicios promovidos y organizados por el sector público. En consecuencia, el objetivo básico de la atención domiciliaria debe permitir la posibilidad de gestionar situaciones de dependencia, tanto a los propios ancianos que las padecen como apoyando a las propias familias afectadas.

La sociedad de consumo no parece entender el significado que tiene la vivienda para el mayor. Un lugar especial lleno de significación personal que a veces se ha compartido con seres queridos durante muchos años de su vida. Desgraciadamente, la realidad ha cambiado negativamente en contra del mayor, que antes veía cómo las casas eran pequeñas, a lo sumo 2 o 3 dormitorios, pero se presuponía que cuidaban de los padres cuando estos no podían valerse. Ahora los pisos tienen 2 o 3 dormitorios pero las comodidades de esta sociedad dan lugar a paradojas tales como: nietos que demandan un dormitorio para cada uno. Sin contar con que la familia estándar no tiene en sus planes dar cobijo a los abuelos. Todas las actuaciones que se realicen tanto en sus barrios como en sus viviendas deben buscar el desarrollo sostenible, entendiendo la variable social como primordial en el mantenimiento de nuestro patrimonio humano y cultural. La puesta en marcha de Planes Urban (ayudas de la UE) en los cascos históricos puede ser una buena manera de retomar el tema.

163

EL MUNDO: Op. Cit., 22/junio/1999, pág. 9

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Foto I.17: La población mayor denuncia el grave problema de la inseguridad ciudadana en los barrios históricos

Los vecinos de San Gregorio, un barrio de Granada, tienen miedo por la continua presencia de ladrones y “pies negros”. Aseguran que por la noche y a primera hora de la tarde no pueden salir a las calles. Fuente: IDEAL, 16 de mayo de 1998, pág. 5.

Foto I.18: “La movida nocturna” ha venido a agravar la contaminación acústica y la higiene de algunos barrios de la ciudad

Elías Pérez, 61 años, es la lucha de un vecino contra el bar de la esquina. Los irritados vecinos ante los devastadores efectos de “la movida” dirigen sus protestas contra el Ayuntamiento, al que exigen una mayor presencia policial. El gobierno municipal reconoció su incapacidad para resolver el complejo problema. Fuente: IDEAL, 10 de abril de 1999, pág. 3.

125

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I.2.d. Educación

Este apartado de la educación ha sido recientemente tratado en un trabajo realizado por Sánchez González, D., Cervera Nieto, J.I.; Marchal López, F.M. y Vázquez Molinero, B., cuyas conclusiones aparecen recogidas y publicadas en la comunicación “Reflexiones sobre los retos del sistema educativo ante la exclusión social de los mayores”, presentadas a las X Jornadas LOGSE: La Escuela y sus agentes ante la exclusión social (SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.; CERVERA NIETO, J.I.; MARCHAL LÓPEZ, F.M. y VÁZQUEZ MOLINERO, B. 164, 2000). En esta investigación la educación se concibe como un medio eficaz para evitar la exclusión social (mayores, emigrantes de países en vías de desarrollo...). Para conseguir los nuevos retos educativos ante una sociedad de cambios habrán de darse las condiciones más adecuadas: ajustando los recursos a las nuevas necesidades de la enseñanza, haciendo especial hincapié en el esfuerzo para la educación de adultos mayores; aprovechando la rica pluralidad de matices del entorno español, adaptándolo a las particularidades de cada colectivo y espacio concreto; etc. Este progreso en que la educación debe abrir sus puertas a una dimensión más completa y solidaria, que sepa recoger las características de todos los colectivos de la sociedad. En los datos sobre el analfabetismo, podemos comentar su tendencia hacia la disminución de este fenómeno, aunque por sexos y edad siguen persistiendo diferencias en perjuicio de las mujeres más ancianas. (gráficos nº I.11 y nº I.12).

164

SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.; CERVERA NIETO, J.I.; MARCHAL LÓPEZ, F.M. y VÁZQUEZ MOLINERO, B.: “Reflexiones sobre los retos del sistema educativo ante la exclusión social de los mayores”. AA.VV.: X Jornadas LOGSE: La Escuela y sus agentes ante la exclusión social. Universidad de Granada, Granada, 2000.

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Gráfico I.11. Tasa de analfabetismo por grupos de edad y sexo. España. 1970. 65 y mas 55-64 varones mujeres

35-54 20-34 10-19 20

15

10

5

0

10

20

30

40

Fuente: SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y otros 165, 2000.

Gráfico I.12. Tasa de analfabetismo por grupos de edad y sexo. España. 1986. 65 y más 55_64 varones mujeres

35_54 20_34 10_19 8

6

4

2

0

5

10

15

20

Fuente: SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y otros, 2000.

El matiz de la educación también establece diferencias entre comunidades, así, las regiones meridionales, como Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Las Islas Canarias, han mantenido las tasas más elevadas, consecuencia de un menor desarrollo socioeconómico y el preeminencia de valores tradicionales. Un ejemplo, ha sido la evolución en Andalucía, que entre 1983 y 1991 se redujo en 5,9 puntos (ver gráfico 3 166). 165

PEZZI CERETTO, M.: Op. Cit., 21 de mayo de 1997, p. 19.

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Gráfico I.13. Evolución de tasa de analfabetismo de Andalucía. (1983-1991) 12 10 8 %

6 4 2 0 1983

Tasa de analfabetismo

1987

años

1991

Tasa de analfabetismo

Fuente: SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y otros, 2000.

Hace tan solo una década se centraban todos los esfuerzos en disminuir el analfabetismo de los mayores. Las singularidades de las nuevas cohortes generacionales que han ido sumándose a este grupo de población, hacen que ahora se concentre en una educación de calidad basada en la potenciación de la autovaloración personal y la integración social. Pero, ¿realmente se llega a cumplir todo lo dictado por la ley? Las experiencias nos demuestran que desafortunadamente no es así. La compleja realidad está dominada por factores socioeconómicos que marginan al mayor, acentuando su aislamiento personal y social. Las diferencias económicas espaciales y personales fijan las necesidades de este tipo de educación, en la falta de equipamientos y servicios, que por su aparición reciente, presenta ciertas carencias detectadas en zonas marginadas de las grandes urbes y en regiones rurales despobladas y envejecidas. Con respecto al entorno del aula, la singularidad de la población mayor, con problemas de alfabetización y soledad, explica la complicada situación de buena parte de la senectud que entiende el aula como un espacio de ocio y relaciones, como una válvula de escape a sus necesidades personales. Estos

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factores son la causa de que acudan al aula como una necesidad de su dimensión vital y afectiva, y no como una necesidad formativa. Según propias experiencias del cuerpo docente de Granada, los objetivos marcados por la Ley no llegan a cumplirse. Carmen, una profesora de educación de adultos de Granada confiesa que: «Las personas mayores no van al aula para desarrollar su dimensión cognitiva ni para prepararse o cualificarse para acceder a un puesto de trabajo; simplemente van por diversión y por abandonar la estaticidad provoca el hogar y la propia familia». Estamos ante un dilema al que debemos enfrentarnos a la mayor brevedad, con la necesidad de hacer atractiva la educación de los mayores. «Si la educación prepara para vivir trabajando, pero no para vivir sin trabajar después de haber trabajado, habría que transformar no tanto los métodos educativos cuando el sentido de la educación, que debería enseñar a gozar de la vida» (ALBA, V. 167, 1992, p. 182).

Foto I.19: La pasión por la informática no tiene edad

El Centro de Día de San Ildefonso imparte un curso de informática para mayores. Esta experiencia novedosa en Granada pretende que los mayores se inicien en la informática. Durante seis semanas, 40 personas mayores de 65 años tendrán la oportunidad de aprender a desenvolverse delante de un ordenador. El éxito ha sido notable, y alrededor de cuarenta personas ya están en espera. Fuente: IDEAL, 2 de marzo de 1999, pág. 9.

167

ALBA, V.: Op. Cit., 1992, p. 182.

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Un importante colectivo con necesidades socioeducativas en progresión es el formado por las personas mayores. Este grupo tiene unas demandas formativas singulares que difieren de las que tenía esta misma población tan sólo unas décadas atrás.

Para conseguir una educación más integral, la sociedad del siglo XXI debe dar un paso firme hacia una educación que se adecue a las necesidades y expectativas de nuestros mayores, puesto que éstos no se conforman con las típicas ofertas, y por lo tanto, exigen una educación más especializada consistente en demandar que se abran las puertas a estrategias educativas tales como Universidades, Educación de Adultos, Animación Sociocultural, Aulas de mayores, etc... No es simplemente un capricho sino una necesidad.

La caída brusca de la fecundidad va a tener repercusiones sociales y económicas aún imprevisibles. Por ejemplo, según Rafael Puyol, en el año 2010 el número de universitarios jóvenes españoles se habrá reducido en un 40% debido al descenso demográfico (se pasará de 1.600.000 universitarios en 1999 a menos de 1.000.000 en el 2010). En cambio, aumentará el número de estudiantes adultos (jubilados, trabajadores adultos, etc.) que buscarán una enseñanza permanente de estudios superiores y de especialización, como consecuencia de la reducción de la jornada laboral y de las nuevas demandas de la sociedad del ocio (GÓMEZ VÁZQUEZ, M. 168, 1999, pág. 29). Las previsiones son optimistas y prevén que en un futuro próximo, las personas ancianas estarán más informadas, instruidas, serán más cualificadas y urbanas, y, supuestamente, más independientes.

168

GÓMEZ VÁZQUEZ, M.: “2010: la odisea de la masificación llega a su fin”. www.elmundo.es, Sociedad, 30/03/99, pág. 29.

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I.2.e. Servicios sociales

Se han producido cambios interesantes en materia de política social que han servido de estímulo para el fomento de la asistencia informal en los 12 países miembros de la Comunidad Europea. Como nos afirma Jens Alber, «debido a la escasez de información y la heterogeneidad de los datos de que se dispone sobre los servicios de atención social y sanitaria para las personas mayores resulta difícil establecer una comparación entre diferentes países» (ALBER, J. 169, 1993, págs. 15-19). De su interesante aportación se deduce que, incluso, en los países más avanzados en la oferta de servicios comunitarios (Alemania, Dinamarca o Países Bajos), se observan importantes vacíos asistenciales y una reducción del número de horas de servicios prestados por semana. En este sentido, la falta de servicios sociales supone más trabajo para quienes de manera informal se dedican a cuidar de sus ancianos, la familia, aumentando la probabilidad de internamiento en un centro geriátrico, una consecuencia nada deseable por todas las partes implicadas.

Sin lugar a dudas, entre los nuevos retos de la política social está la atención a las personas mayores en los países desarrollados, cuya población se ha visto incrementada, aumentando considerablemente el fenómeno de la dependencia, sobre todo entre los mayores de 80 años, las problemas de soledad, junto con los síndromes y trastornos que producen la dependencia (RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, P. y SANCHO CASTIELLO, M.T. 170, 1995, págs. 141-152).

169

ALBER, J.: “Servicios sociales y sanitarios”. Rev. Gerontología, 1, 1994, págs. 52-57. RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, P. y SANCHO CASTIELLO, M.T.: “Nuevos retos de la política social de atención a las personas mayores. Situaciones de fragilidad”. Rev. Esp. Geriatría y Gerontología. 30, 1995, págs. 141-152.

170

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Foto I.20: La Junta no atiende al 98% de los hogares con ancianos inválidos o enfermos crónicos

Casi la práctica totalidad de las personas con problemas de salud crónica o ancianos que reciben cuidado en sus casas no son atendidos por el Sistema Andaluz de Salud o la Consejería de Asuntos Sociales, según un informe elaborado por la Escuela de Salud Pública (Sevilla). Fuente: EL MUNDO, 22 de diciembre de 1999, pág. 5.

A la luz de la mejora de algunos de estos indicadores en las décadas con la progreso del estado del bienestar, se ha producido un incremento del número de personas de 80 y más años. Sus consecuencias directas están siendo: -

Mayor dependencia y fragilidad.

-

Mayor soledad y menores redes sociales (independencia de las generaciones

consolidadas;

creciente

aumento

unipersonales de personas mayores). -

Menor poder adquisitivo

-

Estados de necesidad.

-

Exclusión social.

-

Aumento de demanda de servicios sociosanitarios.

-

Necesidad de servicios especializados.

de

hogares

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Foto I.21: Siete mil ancianos andaluces esperan una plaza de residencia de la Junta

Siete mil ancianos andaluces esperan pacientemente hasta dos años que la administración les conceda una plaza en una residencia de la Junta de Andalucía. Se trata generalmente de personas de escasos recursos económicos, falta de atención y malas condiciones de salud, lo que agrava la larga espera. Fuente: EL MUNDO, 14 de octubre de 1998, pág. 3.

Entre los problemas más generalizados por los profesionales están (BALLESTEROS ALARCÓN, V. 171, 1999, pág. 16): -

La falta de legislación en Servicios Sociales

-

La falta de financiación

-

Duplicidad de organismos y actuaciones

-

Falta de eficacia y racionalidad (art. 103 C.E.)

-

Diferencias sociales y diferencias regionales.

-

Situaciones muy diferentes en el acceso a los Servicios Sociales.

-

Iniciativa social, necesaria potenciación del voluntariado.

-

Problemas de la función preventiva y de reinserción, elevado número de parados.

171

BALLESTEROS ALARCÓN, V.: “Los Servicios Sociales Comunitarios”. AA.VV.: Los Servicios Sociales en España. Universidad de Granada, 1999, págs. 1-33.

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-

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Queda todavía el viejo sistema de tratamiento por casos sin un tratamiento globalizado.

-

Se ha hecho un esfuerzo grande pero no se llega a cubrir las necesidades de la población mayor.

Cada vez son más las voces de alarma sobre la falta de coordinación entre los servicios públicos. Es el caso de el Defensor del Pueblo andaluz que califica como “escandalosa” la poca coordinación entre los servicios sociales. Éste alude a las personas mayores afirmando que «los viajes del Imserso, las noches de baile en hoteles de Benidorm, son clichés que no reflejan la realidad. La obsoleta cuantía de las pensiones y la crisis de la estructura familiar –que no goza de su mejor momento- han abocado a muchos ancianos a vivir auténticas tragedias, sobre todo cuando están enfermos o incapacitados. En las residencias de la Junta hay una lista de espera de 7.460 plazas, las privadas son demasiado caras y hay toda una red de asilos ilegales donde los ancianos viven en condiciones infrahumanas: atados a sillas de ruedas, abandonados, alimentados con comida putrefacta...» (IDEAL, 6/05/1999, pág. 13).

Foto I.22: Una residencia de ancianos abrirá sus puertas quince años después de acabar su construcción.

El deterioro por el paso del tiempo obligará a invertir 130 millones en una residencia de Las Gabias que fue construida hace quince años. Fuente: IDEAL, 19 de enero de 2000, pág. 14.

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Foto I.23: El Ayuntamiento no encuentra sitio para ancianos de un centro ilegal. Los vecinos denuncian gritos e indicios de malos tratos.

El Ayuntamiento de Granada no encuentra alojamiento para los ancianos de una residencia ilegal que fue denunciada por la comunidad de propietarios del bloque donde está instalada. Fuentes municipales admitieron que no pueden hacer nada porque carecen de salida para los residentes y porque, agregaron, «el proceso de tramitación tiene unos plazos». Fuente: IDEAL, 17 de noviembre de 1996, pág. 12.

Para tratar de corregir algunas de estas deficiencias e intentar coordinar y desarrollar los sistemas públicos prestadores de servicios se ha creado un marco legal estable de Coordinación Socio-Sanitaria a través de a firma del Acuerdo-Marco (14 de diciembre de 1993) y del desarrollo y firma de convenios provinciales para la atención a las personas mayores y se ha probado la viabilidad del esquema de Atención Integral al Anciano que se va implantando de una manera flexible y paulatina en las Áreas Socio-Sanitarias

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(MARTÍNEZ AGUAYO, C. 172, 1995, págs. 123-129). Asimismo, se han llevado ha cabo una serie de investigaciones que tienen como finalidad la mejora del aprovechamiento de los recursos existentes y adaptarlos de la mejor manera a las necesidades de la población mayor (BÉLAND, F. y ZUNZUNNEGUI,

M.V. 173,

1995,

págs.

309-324;

SÁNCHEZ-OSTIZ

GUTIÉRREZ, R. 174, 1997, págs. 183-184).

Foto I.24: El Bono Tres. El Bono-Bus para Mayores

El Bono Tres es un Servicio que el Ayuntamiento de Granada pone a disposición de las personas mayores y pensionistas de Granada para facilitar su movilidad, desplazamientos e intercomunicación mediante la utilización gratuita e ilimitada del transporte colectivo urbano. Requisitos: haber cumplido 65 años; ser jubilado o pensionista; estar empadronado en el municipio de Granada; ingresos brutos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional vigente. En la actualidad más de 20.000 mayores de Granada disfrutan ya de este Servicio Gratuito. Fuente: Bienestar Social. Ayuntamiento de Granada, 1999.

172

MARTÍNEZ AGUAYO, C.: “coordinación de servicios sociales y sanitarios. Un modelo de atención posible”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 30, 1995, págs. 123-129. 173 BÉLAND, F. y ZUNZUNNEGUI, M.V.: “La utilización de los servicios médicos y sociales por las personas mayores de Leganés”. Rev. Gerontología, 5, 1995, págs. 309-324. 174 SÁNCHEZ-OSTIZ GUTIÉRREZ, R.: “Aproximación al estado socio-sanitario de los nonagenarios de Pamplona: estado funcional, cognitivo, nutricional, hemático e inmunológico”. Rev. Esp. Geriatr. Gerontogol, 32, 1997, págs. 183-184.

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I.3. Las presiones populares

El envejecimiento progresivo de la población europea se está produciendo de forma paralela a un cambio de actitud hacia el concepto de la edad. Las tendencias del empleo y la longevidad indican que los europeos en el futuro gozarán de tantos años de jubilación como de vida laboral activa y durante sus últimos años disfrutarán de mejor salud y de una mayor seguridad económica que cualquier otra generación anterior a ellos (WALKER, A. 175, 1994, págs. 58-63).

Foto I.25: Las mujeres dispondrán de más permisos para compatibilizar la vida laboral con la familiar

En la actualidad, España tiene uno de los índices de natalidad más bajos del mundo. Al mismo tiempo, la tasa de paro femenina alcanza al 26% de la población activa, mientras que la masculina es de sólo el 12%. Ello implica que en un futuro se incorporarán más mujeres que hombres al mercado laboral, lo que se trata de facilitar sin menoscabo de la unidad familiar. El Gobierno aprobará varias disposiciones legales cuyo objetivo es que la mujer trabajadora pueda compaginar con mayor facilidad su vida familiar y laboral. Básicamente, las novedades se centran en mayores permisos para atención a hijos y mayores y también una mayor flexibilidad en el reparto de las bajas por maternidad. Fuente: IDEAL, 10 de abril de 1999, pág. 32.

175

WALKER, A.: “Actitud de los europeos frente a la vejez”. Rev. Gerontol, 1, 1994b, págs. 58-63.

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Las presiones populares son el devenir de un proceso de cambio en la gestión de los servicios sociales. En un principio, distintos partidos políticos entonaron la máxima de que había que buscar los medios necesarios para proporcionar una calidad de vida digna para estas personas. Esto obedece al significativo peso de estos votantes activos. Aunque, generalmente, han mantenido una actitud pasiva en los temas que más les afectaban, sobre todo pensiones y sanidad, lo cual estaría motivado por el escaso nivel cultural de estas personas. La mejora del estado del bienestar y un cambio de mentalidad en parte de este grupo de población ha propiciado que se comience a escuchar su voz en los distintos foros. Ellos denuncian el consumo inteligente y participativo de mejores servicios, lo que daría lugar al incremento de la calidad de vida de estas personas y de sus familiares.

Foto I.26: Reclaman una mayor atención a las nuevas generaciones y a las administraciones públicas.

La enfermedad, la soledad y la pobreza son los temores más acuciantes que afrontan los mayores almerienses, según refleja un “Estudio sobre el consumo de las personas mayores en Andalucía”, elaborado para la Unión de Consumidores por la antropóloga Isabel Castro Latorre. Fuente: LA VOZ DE ALMERÍA, 18 de septiembre de 2000, pág. 3.

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Ha llegado la hora de que la sociedad asuma su responsabilidad con este grupo de población que ha contribuido generosamente ha construirla y enriquecerla, no disfrazando la realidad con modas absurdas que ya no pueden disimular esas carencias si se pierde el orgullo o la independencia para poder seguir viviendo con un mínimo de dignidad y calidad de vida. Como ocurre más frecuentemente, la caridad de los hijos deja paso al individualismo y al egoísmo. En esta sociedad de consumo, parece que en ese ansia por consumir hemos acabado con la caridad y la gratitud hacia nuestros mayores. De estas enfermedades sociales habla Pilar, 68 años en la cadena SER: «Mis hijos no vienen a verme como yo quisiera. Aunque, de vez en cuando, vienen y me llaman por teléfono» (SER, 24 de febrero del 2000). En general, la presión popular es la debida a los propios ancianos y ésta es mínima porque éstos se ven arrinconados por una sociedad capitalista que les ha hecho tirar la toalla. Si hemos sido capaces de crear la Europa del euro, le toca al turno a las políticas de protección a la vejez. Los ancianos de la comunidad merecen esta atención tanto por su aportación social como por las consecuencias que el envejecimiento tendrá para los sistemas de pensiones y asistencia sanitaria (CHAPMAN, K. 176, 1994, págs. 39-43).

176

CHAPMAN, K.: “¿Una política social común para los ancianos europeos?”. REv, 1994, págs. 39-43.

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Foto I.27: El ocio en la vejez

Fuente: IDEAL, 17 de marzo de 2000, pág. 3.

I.4. La presión de los profesionales

La presión de los profesionales es una necesidad real de nuestra sociedad actual. En el desconcierto de la dictadura consumista, los mayores precisan de soluciones factibles a sus innumerables casuísticas. En esta tesitura, los profesionales implicados en la Gerontología deben intervenir y ayudar a mitigar o corregir la injusta situación que viven los mayores, aportando soluciones obtenidas de las investigaciones interdisciplinares. Por tanto, el papel de esta nueva ciencia del envejecimiento puede ser decisivo para establecer el equilibrio social ausente y ayudar a devolver el protagonismo y la atención que requieren los mayores. Parece obvio que ninguna sociedad puede despreciar tal capital humano. La vejez se convierte en una carga que sería imposible de soportar por el resto de la sociedad sino no se le devuelve el respeto y funciones dentro de la misma. Entonces, ¿para qué alargar la vida a

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las personas si no es para integrarlas en la vida colectiva? Es una importante paradoja, no exenta de crueldad, que la medicina avanza tratando de incrementar los años que se vive, pero esta sociedad de consumo se olvida de lo más importante, poner vida a los años 177. La cuestión no es tanto añadir más años a la vida, sino sobre todo más vida a esos años. Si partimos de la base de que la sociedad está en deuda con sus mayores, y tenemos en cuenta que la ciencia debe estar al servicio del desarrollo de la sociedad, podemos llegar a la conclusión de que la ciencia debe estar también a su servicio. Los investigadores de las distintas disciplinas tratan de sortear barreras como el inmovilismo y aislamiento de los temas que realmente preocupan a la sociedad. En unas ocasiones, las necesidades del mercado y, en otras, la propia política de cada especialidad, unas por mantener el prestigio y la hegemonía (caso de la Medicina en la Gerontología), y otras por abrirse camino (Sociología y Geografía), no propician el deseado enriquecimiento de la ciencia y el desarrollo de la sociedad. Sin duda, el avance de las especialidades pasa indiscutiblemente, hoy más que nunca, por el entendimiento y la colaboración, es decir, por la interdisciplinaridad 178 del saber. Parece irracional que en el mundo científico puedan permanecer impasibles posiciones autárquicas e inmovilistas, al margen de la sociedad global, que viaja a través de las autopistas del ciberespacio y que exige un posicionamiento y soluciones prácticas de los científicos. El papel de los intelectuales consiste en perfeccionar su conocimiento compartiéndolo.

En resumen, el alto nivel de envejecimiento es un hecho demográfico incuestionable en el primer mundo. La evolución espacio-temporal del proceso demográfico español, resultado del declive de la fecundidad, el descenso de la mortalidad y la estructura demográfica, plantea nuevas incógnitas asociadas a 177

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud defiende que “Lo importante no es dar años a la vida, sino vida a los años”. 178 DUCANIS, A. J. y GOLIN, A. K.: The interdisciplinary health care team. MD: Aspen System Communication, Germantown, 1979. La interdisciplinaridad es el acercamiento profesional, desde una perspectiva funcional de unidad, a la que concurren individuos con formación variada y especializada, para coordinar actividades con la finalidad de proveer servicios a un cliente o grupo de clientes.

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un crecimiento progresivo de la proporción de población anciana en las próximas décadas. El incremento de la población mayor en nuestra sociedad capitalista está más vinculado a factores asociados al aumento de la esperanza de vida que al propio descenso de la fecundidad. Su importancia será un hecho incontestable en los próximos años, por lo que la compleja realidad biológica, psicológica, social, cultural y económica de nuestros mayores requiere ser mejor conocida mediante la plena colaboración de los distintos profesionales, esfuerzo que debe contribuir a la mejora de su calidad de vida. En este sentido, es necesario que se profundice más sobre cuestiones tan polémicas como: las políticas sociales, que no se adecuan a las necesidades de la familia, y mucho menos cubren las demandas actuales de la población mayor, por lo que debe ser un motivo más de preocupación si nos atenemos a las previsiones de incremento de este colectivo; las pensiones, objeto de manipulación política, que condicionan el grado de autonomía e independencia del anciano (alimentación, salud, vivienda, utilización de los servicios sociales, etc.), tienen que ser adecuadas al progreso económico de la sociedad, desmintiendo que éstas puedan poner en peligro el estado del bienestar; el voto de los mayores debe ser un voto activo que les permita defender sus intereses como colectivo, abandonando posturas conformistas y sumisas; la demanda de profesionales cualificados es un hecho irrefutable que debe llevar a superar posturas académicas encontradas e inmovilistas, tratando de optimizar y perfeccionar los recursos existentes, y establecer puntos de encuentro que permitan el mayor conocimiento y colaboración interdisciplinar de los gerontólogos, primordial en la permanencia de una verdadera Gerontología. En este contexto, el geógrafo tiene que aportar su conocimiento geográfico, fundamental en el esclarecimiento de las distintas problemáticas presentes en la actualidad y que condicionan el bienestar del anciano, tomando la valiosa opinión de unos silenciados y marginados seres humanos de avanzada edad.

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II. SÍNTESIS DEL DESARROLLO DE LA GERONTOLOGÍA

Hoy, gracias a la Gerontología, estamos más próximos de llegar a conocer los entresijos del fenómeno del envejecimiento de la población y, sin embargo, estamos cada vez más lejos de conocer al anciano. Éste no es un hecho fortuito, sino responde a la concepción ética y racional del mundo que vivimos, en la que se prostituyen los valores humanos y nos tratan de vender el pensamiento único, mientras se impone la globalización. De ahí, la necesidad de volver la mirada hacia atrás buscando las respuestas en las culturas pasadas, memoria colectiva que no puede perderse y que debe ayudar a los gerontólogos a conocer mejor la verdadera realidad del mayor, de la cual nos hemos desviado tanto.

Esta síntesis nos permite tratar de reflejar el auge que ha experimentado el interés por la vejez a lo largo de la historia, indagando sobre las distintas situaciones que han vivido los ancianos, con el propósito de reflexionar sobre el rol de nuestros mayores en la sociedad de consumo. Así, se exponen las ideas de la sociedad sobre el anciano y se revisan de forma crítica teniendo en cuenta nuevas informaciones, corrigiendo estereotipos y prejuicios y entendiendo el análisis histórico como un proceso en constante reelaboración de la vejez. De esta forma, damos cuenta de la trayectoria seguida por los distintos profesionales que han contribuido al desarrollo de la Gerontología nacional e internacional.

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La proporción de población anciana está creciendo progresivamente, coincidiendo con una serie de avances sociosanitarios que están consiguiendo alargar la vida de la población. Mientras esto ocurre, el número de ancianos con algún tipo de trastorno o necesidad va aumentando, desbordando la capacidad y oferta de servicios de las instituciones, y muchos profesionales siguen acabando su formación sin una preparación suficiente que cubra la gran demanda que supone ya este área. Ante esta necesidad creciente, este pretende ser un esfuerzo de recopilación y actualización de los conocimientos gerontológicos, un acercamiento al estudio sobre el envejecimiento desde las distintas ópticas disciplinarias, realizando un recorrido histórico por los antecedentes de la Gerontología hasta nuestros días.

Para abordar con ciertas garantías el fenómeno del envejecimiento es necesario desarrollar innovaciones metodológicas y una plena colaboración interdisciplinar en Gerontología, que debe abarcar los múltiples campos de las ciencias biosanitarias (Medicina, Biología) y sociales (Psicología, Sociología, Geografía, etc.).

La Gerontología se centra en el estudio del envejecimiento de la población, contemplando la decadencia desde varias perspectivas cuyo objetivo final es producir un cambio. El fin último trataría de analizar el proceso de envejecimiento desde un enfoque interdisciplinar, entendiendo el hombre como una realidad bio-socio-psico-cultural. En este sentido, al tratarse de un hecho demográfico relativamente reciente, sus orígenes se hallan en el siglo XX (BIRREN, J.E. y CLAYTON, V. 179, 1975, pág. 24). Esta nueva ciencia que algunos científicos tratan de elevar con buen criterio hasta la interdisciplinaridad, trata de sortear las barreras dogmáticas establecidas en la ciencia dominante. Pero, sobre todo, la Gerontología es reflexión en torno a la vejez y la vida, un cúmulo de aportaciones científicas y no científicas a favor de la mejora de la calidad de

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BIRREN, J.E. y CLAYTON, V.: History of gerontology. WOODRUFF, DS y BIRREN, JE.: Aging. D. Van Nostrand, New York, 1975, pág. 24.

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vida de las personas mayores, alargando los años de sus vidas y permitiéndoles poder disfrutarlos en las mejores condiciones posibles.

La palabra referida a la ciencia social que se ocupa del estudio de los aspectos y dimensiones relacionadas con la vejez, que conocemos como Gerontología, se la debemos a científicos de la talla del Premio Nobel en Medicina, Elías Metchnikoff (1845-1916), zoólogo y microbiólogo ruso, que publicara La naturaleza del hombre: estudios de una filosofía optimista (1901) y la Vieillesse (1903). Y su compatriota N.A. Rybnikov, que en 1929 introduce el objeto de la nueva ciencia: «La investigación del comportamiento en la edad provecta ha de convertirse en una rama de especialización dentro de las ciencias del comportamiento. La pluralidad de esta ciencia es la investigación de las causas y condiciones del envejecimiento, así como el estudio y descripción cuidadosa de los cambios de comportamiento regularmente progresivos y que se hallan relacionados con la edad» (LEHR, U. 180, 1980, pág. 31).

A la luz de estos axiomas debemos comenzar por entender a la Gerontología como una ciencia globalizadora e interdisciplinar, en la que tendrían cabida tanto las ciencias de la salud (Biología y Medicina) como las ciencias sociales (Psicología, Sociología, Geografía, etc.). Entendiendo que para la mejor comprensión del fenómeno del envejecimiento es necesaria la plena colaboración de los distintos profesionales y el afianzamiento de los objetivos y metodologías utilizadas.

II.1. Antecedentes históricos en torno a la vejez

Puede decirse que el tratamiento que se le ha brindado a los antecedentes históricos de la vejez en el marco de la Gerontología no ha sido el 180

LEHR, U.: Psicología de la senectud. Herder, Barcelona, 1980, pág. 31.

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adecuado, como requiere una mayor profusión es el objeto de análisis de estas páginas. Afortunadamente, en las últimas décadas ha habido un auge importante de este tipo de investigaciones, que demuestran que la cuestión de la vejez es intemporal (BEAUVOIR, S. 181, 1970).

Los detalles relacionados con la vejez y todo lo que rodeaba ese importante evento de la vida humana y social, es recogido a lo largo de la historia en distintos legados de carácter civil, político y religioso, con resultado desigual para el anciano. Esta última etapa de la vida, y antesala de la muerte, preocupó y mucho a nuestros antepasados. Las distintas culturas dejaron buena constancia de sus inquietudes. «El análisis de la historia de las civilizaciones demuestra que el anciano casi siempre ha sido despreciado o cuando menos soportado oficialmente y criticado en la realidad» (CASALS, I. 182, 1982, págs. 7-8).

Según algunos especialistas, en las sociedades tradicionales los ancianos ocupaban lugares de privilegio social, político y económico. Como se ha afirmado, el estatus del anciano en la sociedad primitiva era tanto más elevado cuantos más derechos de propiedad se le reconocían (SIMMONS, L. 183, 1970; COMHAIRE-SYLVAIN 184, 1975, págs. 61-80). Sin embargo, se establece que esa situación era ventajosa para el anciano solamente en el supuesto de que contara con sustento suficiente, es decir, recursos económicos y humanos, como los hijos y los grupos de parentesco, y estar sano (THOMAS, M.L.V. 185, 1974). Puede decirse que la situación de los ancianos en las sociedades tradicionales estaba condicionada por el tamaño de la familia a la que pertenecían, la situación socioeconómica y el servicio que éstos prestaban a su

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182

BEAUVOIR, S.: La vejez. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970.

CASALS, I.: Sociología de la ancianidad en España. Mezquita, Madrid, 1982, págs. 7-8. SIMMONS, L.: Op. cit. 1970 (1945). 184 COMHAIRE-SYLVAIN: “Vieillir a Port-au-Prince”. Léthnographie. 69, 1975, págs. 6180. 185 THOMAS, M.L.V.: Op. cit. 1974. 183

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vez al resto de la comunidad (cuidado de niños, cocinado, dirección de tareas, etc.) (GOODOY, J. 186, 1976). Uno de los hitos más cruciales se daba en el momento de la trasferencia de la herencia. Este indicador ha servido para determinar el grado de bienestar de estos. La herencia tras la muerte, garantizaba el cuidado y estatus, por parte de sus descendientes, más que ningún otro factor. La herencia antes de la muerte privaba al anciano de esos privilegios. Por lo que la cuestión del momento de la transferencia de la herencia a supuesto a lo largo de la historia un condicionante en la vida del mayor (GOODY, J. 187, 1983). Con la aparición de la religión y la magia, muchos ancianos comenzaron a ocupar puestos privilegiados dentro de las sociedades que venían a paliar el déficit de estos en otras tareas donde era más necesaria la fuerza o la riqueza.

En la historia antigua, la desvalorización de la vejez que atestiguan los mitos estaba arraigada en la mentalidad popular. La vejez para los griegos es efímera y representa la imagen de la brevedad de la existencia. Aunque se desea vivir mucho tiempo, las penurias de la vejez son rechazadas, como corresponde a una sociedad hedonista. Por tanto, inquieta todo lo que rodea a ésta y son muchos los que reflexionan sobre ello, de manera existencial (Homero, Platón 188, Aristóteles 189). Salvo excepciones, se piensa que los ancianos fueron respetados y tuvieron cierto prestigio. Testimonio de ello, es la creación del Consejo de Ancianos de Atenas en la Antigua Grecia. A pesar de ésto, con la prosperidad, el refinamiento de la cultura y la ampliación de la 186

GOODOY, J.: Aging in Non-industrial Societies. Handbook of Aging and the Social Sciences, New York, 1976. 187 GOODOY, J.: The development of the family and marriage in Europe. Cambridge University Press, 1983. 188 PLATÓN: Republica. Libro I. En el diálogo que se desarrolla entre Sócrates y Céfalo, el filósofo le responde: «También a mi me agrada conversar con los ancianos. Como ya se encuentran al final de un camino que a nosotros, probablemente, nos corresponda seguir un día, me parece natural obtener informes de ellos acerca de si la ruta es escarpada y penosa, o llana o cómoda». 189 KOHN, R.R.: Principles of Mammalian aging-Prentice Hall. Inc., Englwood Cliffs, New Jersey, 1971. Se cree que una de las primeras aportaciones al estudio del envejecimiento fue hecho por Aristóteles, al cual, se le atribuyen comentarios sobre las diferentes longevidades de los organismos y atención a los aspectos somáticos del envejecimiento. «Las incapacidades que aparecen al envejecer no se deben a un trastorno de la mente sino de su vehículo, como ocurre en las enfermedades».

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democracia, la vejez pierde terreno en la consideración social de los griegos. Así, los mayores griegos van perdiendo cuotas de poder, primero en la política de las polis y más tarde se debilita su autoridad sobre los hijos. La sociedad romana se caracterizó por la conservación de los valores tradicionales, en los que tenía un papel privilegiado la figura del anciano. Tanto en la burocracia como en las grandes empresas se ascendía más por antigüedad que por méritos, lo que permitió el ascenso de muchos ancianos al poder. La educación de la antigua Roma destacaba por la preservación del orden doméstico (disciplina potestas) y el ejemplo de los mayores (mos maiorum). «Humildad y veneración son las virtudes que deben presidir la relación de las generaciones jóvenes con los mayores; a las primeras se les exige, además obediencia, respeto y prudencia» (KINDER, H y HILGEMANN, W. 190, 1990, pág. 88). Sin embargo para N.H. Baynes la constatación de que existieran asilos para ancianos en Roma desbanca la aplicación real de tales leyes (BAYNES, N.H. 191, 1951, pág. 167). Los escritores romanos dejaron buena muestra del interés que suscitó la vejez en la sociedad politeísta (CICERÓN, M.T. 192, PLINIO EL VIEJO 193). Si bien es verdad que no faltaron pruebas que negaran esta afirmación, con testimonios de ancianos ridiculizados y despreciados en las sátiras de Plauto y Terencio. Algunos poetas como Ovidio, Horacio y Propercio nos descubren aspectos muy negativos de la vejez.

Dentro del mundo de las religiones podemos obtener dos ideas contrapuestas: una determinista y negativa de la vida, en la que se cree que no se puede prolongar la vida más allá de donde dicta el azar; y otra no determinista y positiva de la vida donde se puede prolongar la vida dado que en otras épocas se vivía más años (la Biblia, mitología griega o asiática). 190

KINDER, H y HILGEMANN, W.: Atlas Histórico Mundial I. De los orígenes a la Revolución Francesa. Ediciones Istmo, Madrid, 199015, pág. 88. 191 BAYNES, N.H.: El imperio bizantino. DF, México, 1951, pág. 167. 192 CICERÓN, M.T.: Op. Cit. «Las cosas grandes se llevan a cabo, no por la fuerza, o la rapidez o la agilidad del cuerpo, sino por el consejo, la autoridad, el dictamen; cosa que la vejez suele, no sólo no estar privada, sino estar mejor provista». 193 PLINIO CECILIO SEGUNDO, C: Naturalis Historia. Libro VII, parágrafo 49.

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El Cristianismo desde sus inicios destacó el cuidado a los enfermos y viejos desempeñado por las diaconisas 194. En la propia curia de la Iglesia han predominado los mayores sobre los jóvenes. En buena parte de la Biblia se defiende esta postura (Biblia: Levítico, Deuteronomio, Proverbios), destacando en los mandamientos de Dios el amor al prójimo y el que los hijos honren a sus padres.

En la propia tradición judía la vejez tenía una percepción positiva. Se tiene constancia de que entre los hebreos existió también la Gerusía o Consejo de Ancianos. Sin embargo, la existencia de las normas de respeto a los padres, con amenazas contra sus infractores, puede indicarnos que el respeto el la práctica no era tanto. Las Sagradas Escrituras nos permiten acercarnos a esta cuestión a través del texto del Génesis, donde se evoca la larga duración de la vida de los primeros patriarcas (Tora: Génesis, capítulo V). La religión musulmana nos descubre su preocupación por el respeto a los mayores de la sociedad. A través de la palabra de dios, transmitida por el Corán (Corán: Sora de Lucas – Locoman - , 410), nos anuncia como Lucas educa a su hijo para que respete y cuide de los mayores en la vejez, manteniendo una actitud de eterna gratitud hacia los progenitores.

Para ciertos investigadores, la Edad Media representó un retroceso para todo lo concerniente al entorno de la vejez, que es denostada, y los ancianos son el reflejo de la perdida de la calidad de vida (LORRIS, G y MENÚ, J. 195, 1949, pág. 24). Esta sociedad, regida por las armas, se caracterizó por estar dominada, en su mayoría, por jóvenes, donde los ancianos estaban excluidos de la vida pública. A pesar de ello, esta convulsa época no estuvo exenta de figuras de edad avanzada, como los lideres espirituales de sectas religiosas y de la propia Iglesia. La presencia de estos en los altos cargos de la curia permitió fortalecer

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Las diaconisas eran mujeres que sin tener votos religiosos se dedicaban al cuidado de los desvalidos (enfermos y ancianos). En las Epístolas San Pablo recuerda el papel que desempeñaron algunas de estas mujeres, como es el caso de la respetable viuda Febe. 195 DE LORRIS, G. y DE MEUN, J.: Le roman de la rose. Gallimard, París, 1949, pág. 24.

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la figura del anciano, fomentando lo lazos familiares e invocando el afecto y respeto al mayor. A pesar de ser una sociedad cerrada y llena de privilegios para algunos y de sufrimientos y vida servil para otros, el anciano desvalido y abandonado era acogido en conventos y monasterios, ya que la caridad era un salvoconducto para alcanzar el cielo. Con todo, en estos siglos donde subyace una situación ambigua, en muchos apartados desfavorable para la figura del mayor, hallamos resquicios de cambio en la propia ciencia, que indudablemente tuvieron que gestarse en estos convulsos tiempos.

La Era Moderna supone un salto cuantitativo en las referencias hacia el mayor y el envejecimiento. De todas formas, fueron siglos donde aún estaban presentes las carencias, hambres o guerras que obligaban a movilizar a la población, por lo que el balance no fue muy desfavorable para los mayores. Son tiempos donde se destaca la singularidad de la ancianidad, que es reservada sólo a unos pocos privilegiados. Dentro de la visión que se tenía de ellos, encontramos dos posturas: una religiosa y espiritualista (propia del capitalismo religioso y puritano); y otra materialista y burlesca (Bocaccio, Chaucer, Quevedo). En la sociedad moderna, «la necesidad de renovar los conocimientos para poder realizar determinadas funciones situará a las personas de una cierta edad en desventaja” (COWGILL, D.O. 196, 1972).

La Reforma y el Renacimiento dan lugar a un cambio de mentalidad social. Esto coincide con una serie de progresos técnicos que revolucionan la agricultura, con la producción de excedentes agrícolas, y que, unido a avances y descubrimientos médicos, propician a partir de finales del siglo XVII, el aumento de la población y del tamaño de las ciudades. En las villas era frecuente que los hospitales de la época estuviesen ocupados en buena medida por mayores sin recursos 197. Este será el inició de la revolución industrial que

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COWGILL, D.O.: “Aging and Modernization”. Appleton-Century-Crofts (eds), New York, 1972. 197 En muchos hospitales desarrollaron una gran labor las mojas enfermeras, que prestaban una gran labor a los enfermos y desvalidos, entre estos los ancianos. Una muestra, en 1629 se funda

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ayudará a mejorar las condiciones de vida de los ancianos. A partir de ahora, aumenta la esperanza de vida, que se sitúa en los 30 años, por lo que se va haciendo más frecuente la presencia en la sociedad de miembros cada vez con más años, aunque estos siguen siendo una minoría. A medida que aumentaba la probabilidad de llegar a viejo crecía el número de escritores, médicos y artistas que se interesaron por la vejez 198 (Tomás Moro, Laurentius, Smith, J. o Swieten). Leonardo da Vinci 199 prestó especial atención a los cambios anatómicos producidos desde la infancia y hasta la senectud. El comienzo de la Edad Contemporánea es el triunfo de la sociedad burguesa, fruto del desarrollo de la revolución industrial y social, momento a partir del cual se presencia el ascenso del patriarca burgués, que instaura un modelo familiar basado en la autoridad total y tiránica del padre, que incluía castigos corporales a los hijos. Escritores como Dickens (Tiempos difíciles) o Gáldos (Tristana, El abuelo) reflejan el terror al padre presente en todos los estadios de esa sociedad moderna. En la sociedad industrial 200 se van perdiendo normas establecidas en épocas pasadas, propias de las sociedades tradicionales. Esta desaparición de valores relativos al respeto al padre, al anciano, afectan de manera muy negativa al individuo durante la vejez. La desvinculación de los ancianos es parte de los procesos generales de alineación y, por tanto, variable en la misma medida en que lo es este fenómeno, que revista una particular intensidad en las

la Congregación de las Hijas de la Caridad, que se encarga del cuidado de enfermos y heridos de guerra, amparo de desvalidos y huérfanos, etc. 198 BEAUVOIR, S.: Op. cit. 1970, págs. 147ss. 199 Leonardo da Vinci supuso que el envejecimiento era un proceso debido al aumento de grosor de las paredes de las venas, restringiendo el paso de la sangre, con lo que se impedía la nutrición, y provocando la lenta muerte del anciano. 200 La revolución industrial provocó una ruptura definitiva con las estructuras sociales tradicionales, que ha desencadenado en un avance técnico-científico y en cierta medida un retroceso social, al producirse una perdida de la calidad de vida y una merma de las relaciones humanas. El importante éxodo rural que trae consigo esta nueva época, desencadena el desencanto entre los trabajadores que acudieron a la ciudad. La amplia oferta de mano de obra beneficiará a los empresarios que reducen los salarios y aumentan sus plusvalías. Muchas mujeres y niños se vieron obligados a trabajar para poder mantener la economía familiar, lo que se tradujo, en muchos casos, en una inadecuada atención sanitaria y afectiva hacia los mayores. Las necesidades familiares y las cargas de la propia sociedad convirtieron al anciano en una carga improductiva para los hijos.

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sociedades industrializadas de occidente (CUMMING, E y HENRY, W. 201, 1961). En este mundo del consumo voraz la experiencia ya no interesa, solo importa la juventud, la ausencia de cargas familiares, hablar inglés, el conocimiento tecnológico y que parezca que no se va a envejecer ni a morirse nunca. Dentro de este nuevo feudalismo del trapichero, de comisiones fraudulentas, de medios de comunicación puestos al servicio del poder, es fácil llegar a la incertidumbre y a la desesperanza. Como dice Javier Gómez de Liaño: «Esta ha sido una época histórica, golfa, gansterizada, enturbiada por la avaricia en la que los valores tradicionales han prescrito... El precio de la independencia es la soledad» (GÓMEZ DE LIAÑO, J. 202, 2000, págs. 4-5). Con el surgimiento del movimiento obrero y los primeros sindicatos, no aparecen alusiones a los mayores, ni se hace mención al retiro. Este hecho es la resultante más clara de que cuando una persona dejaba de trabajar por la edad, este hecho solo podía acarrearle miseria y abandono. Gracias al legado de Engels 203 sabemos que muy pocos obreros llegaban a ancianos, por las pésimas condiciones laborales 204. La expansión colonial permitió elevar el nivel de vida de las clases obreras, lo que provocó una expansión de la industria. Durante este conflictivo fin de siglo XIX, para acallar posibles disturbios obreros de corte anarquista y socialista, muchos países desarrollados se inclinaron por ser más comprensivos con la clase trabajadora. En este sentido se van a ir definiendo posturas a favor de la creación de las primeras pensiones (Reino Unido 205, Francia) que 201

CUMMING, E. y HENRY, W.E.: Growing old, the process of disengagement. Basic Books Inc, New York, 1961. 202 GÓMEZ DE LIAÑO, J.: “Desde la incertidumbre”. El Mundo. Madrid, 17 de Marzo de 2000, págs. 4-5. 203 ENGELS, F.: La situación de la clase obrera en Inglaterra. Buenos Aires, 1946. 204 La industrialización supuso una perdida considerable de calidad de vida para la población mayoritaria, que fue mitigada por el desarrollo técnico-científico que favorece el aumento de la esperanza de vida, primero entre los individuos de las clases privilegiadas, posteriormente al resto de la población de esos países desarrollados. Esto se traduce en el aumento progresivo de la población envejecida que irá adquiriendo progresivamente un protagonismo mayor, aunque muy lejos del de épocas pasadas. 205 El país más vanguardista va a ser el Reino Unido, que en 1908 aprueba la Old Age Pensions Act, donde se establecía la obligatoriedad de conceder a todas las personas mayores de 70 años y con un mínimo de 12 años de residencia en el país, y sin ingresos anuales superiores a 31 libras y media, una pensión de 5 chelines semanales a costa del Estado. En 1925, una nueva ley rebajaba la edad mínima a los 65 años. Sin duda, los distintos partidos políticos comenzaron a prestar atención al electorado de los ancianos, una masa de votos que crecería con el paso de

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contribuirán a paliar en parte la decadencia de la calidad de vida de los ancianos y a ganarse la confianza de sus votos. El viejo y el poder que fueron de la mano durante casi dos siglos, entran en crisis por la perdida de funciones y valores en la sociedad de consumo actual. El anciano es relegado de su rol social al entrar en crisis la familia, y es objeto de manipulación por parte de sectores dominantes, como los medios de comunicación de la sociedad posindustrial.

Foto II.1: Sabios marginales, ¿Quién escucha a los viejos?

«800.000 ancianos viven solos en España, algo que nunca hubiera podido ocurrir en ninguna sociedad tradicional». Fuente: COLONDRÓN, A. 206, 1997, nº 10, págs. 99-102.

las décadas. Los avances alcanzados por los ingleses, sin embargo, tardaron en ser asimilados por el resto de países. En Francia surge el modelo de financiación de las pensiones, por el cual desde 1910, se consideraba que para poder disfrutar de una pensión, el trabajador debería haber financiado parte de esta con aportaciones para adquirir el derecho al retiro. Este modelo influyo más que el inglés por que suponía menos esfuerzo fiscal. Así, se fueron aprobando distintas leyes de pensiones que, sin duda, contribuyeron a mejorar la calidad de vida durante la vejez (Suiza, Italia, Hungría, Bélgica, etc.). 206

COLONDRÓN, A.: “Marginados: ¿Quién escucha a los viejos?”. Ser humano. Nº 10, 1997, págs. 99-102.

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Para mitigar los efectos desgarradores de la perdida de protagonismo de los mayores, se intenta evitar en la medida de lo posible cuadros de abandono y pobreza en esta población, destacamos la gran labor incuestionable de las ONGs (Caritas Diocesana 207, Cruz Roja Española), con su contribución a la profesionalización del trabajo con personas mayores. Con todo, durante los 60 y 70, el tema de la vejez pasa a ser un tema que acapara cada vez más espacio entre las publicaciones científicas, divulgándose numerosas obras en Estado Unidos, siendo muy escasa la producción en el viejo continente (Sharon Curtin, Mary Sarton, Harvey Svados). Sin embargo, esta tendencia cambia a partir de los años 70, coincidiendo con el cambio demográfico de algunos países europeos, entre ellos España (Jaen-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Thomas Hardy). A partir de los 80, la órbita de países de Latinoamérica y del tercer mundo realizan aportaciones sumamente interesantes y valiosas para el desarrollo de la Gerontología actual.

Foto II.2: Francisco Ayala, preocupado por los inmigrantes, los gitanos y el patrimonio cultural

El académico granadino Francisco Ayala afirma que: «siempre es útil y necesario plantear problemas y resolverlos». Fuente: IDEAL, 10 de octubre de 1998, pág. 45.

207

En este sentido, es necesario que aún sea mejor conocida el trabajo que llevan desarrollando sus miembros desde hace más de 50 años en España. Durante este tiempo, la aportación de Caritas a la sociedad ha sido presidida desde el rigor profesional y la intervención voluntaria planificada, tanto de jóvenes como personas de edad.

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La aparición de organismos y asociaciones nacinales de mayores como los Grey Panthers y la International Señor Citizes Asociation en Estados Unidos; la Association pour la Défense des Persones Agées en Francia; la Old Age Pensions Associations, la Age Concern y la Pre-Retirement Association en el Reino Unido; los grises en Alemania; etc; ha permitido enriquecer a la Gerontología con la inestimable y necesaria aportación de los mayores, permitiendo a estos expresar sus inquietudes y problemas en foros internacionales como congresos nacionales e internacionales o en la propia Federación Europea para el Bienestar de las Personas Ancianas, que coordina la acción de diversas asociaciones nacionales.

En 1982, la Asamblea de las Naciones Unidas, que hasta el momento había permanecido titubeante con respeto al tema del envejecimiento, como hecho sociodemográfico de primer orden,

hizo suyo el Plan de Acción

Internacional sobre el Envejecimiento, adoptado por la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrado en Viena (Austria), ese mismo año. Más tarde, la ONU en su Proclamación sobre el Envejecimiento, emitida en 1992, decidió observar el año 1999 como Año Internacional de las Personas de Edad (AIPE). Papel destacado juegan los Principios de las Naciones Unidas a favor de las personas de edad (ONU 208, Resolución 46/91, del 16 de diciembre de 1991).

208

ONU: Resolución 46/91, de 16 de septiembre de 1991. Se exhorta a los gobiernos a que incorporen planes de ayuda a favor de las personas mayores en su programas nacionales cuando fuera posible. Algunos de los puntos más sobresalientes de los Principios son: - La independencia, mediante ingresos económicos, el apoyo de su familias y de la comunidad y su propia autosuficiencia. - La participación, para permanecer integradas en la sociedad, tomando partido en las decisiones en las que políticamente se vean afectados. - Los cuidados, permitiendo disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada sociedad. - La autorrealización, consiguiendo que las personas de edad puedan aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial, a través del acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad. - La dignidad, para poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotaciones y de malos tratos físicos o mentales, recibiendo un trato digno, independientemente de la edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones, y han de ser valoradas independientemente de su contribución económica.

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Foto II.3: Solidaridad Generacional

Para paliar los problemas de alojamiento de los estudiantes desplazados a Granada y los problemas que afectan a los mayores y/o discapacitados en las ciudades (soledad, asilamiento, incapacidad o dificultad física), la Universidad de Granada creó, en el curso 1991-1992, el Programa de Alojamiento Alternativo. Este servicio consiste básicamente en que una persona mayor y/o discapacitado, ofrece la posibilidad de alojar en su domicilio a universitarios, y a cambio, recibe de estos compañía, colaboración en diferentes tareas y actividades de ocio y tiempo libre. Fuente: Universidad de Granada, 1999.

Según el Programa local sobre el Envejecimiento en 1990, la mayoría de las iniciativas presentadas son intergeneracionales. Por lo que se presta una especial atención a la cooperación de los sectores oficiales y oficiosos, apoyando la idea de que el envejecimiento es una materia que interesa no solo a los especialistas sino que se ha convertido en un proceso que afecta a la vida diaria y requiere la respuesta del individuo, la familia y el vecindario (ONU 209, Resolución A/08107/98).

209

ONU: Resolución A/08107/98,de septiembre de 1998.

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Evidentemente 1999 ha supuesto un paso adelante en la consecución de derechos y oportunidades para el mayor, por medio de estrategias nacionales para alcanzar determinados objetivos para el año 2000 (ONU, Resolución A/47/86). Entre las medidas nacionales que se esbozan, basadas en el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento (1982), destacan por su prioridad: las infraestructuras, la salud, la vivienda, la familia, la educación la asistencia social y la seguridad de medios de vida.

La historia de la humanidad, recorriendo los entresijos de la vejez, perfectamente nos indica que el paso de los siglos ha planteado distintas formas de entender la cuestión de la vejez. «Como ya se indicó durante milenios, la vejez es un estado excepcional ante el cual caben, al parecer, dos aptitudes: respeto o la eliminación. El primero ha sido más frecuente que la segunda» (ALBA, V. 210, 1992, pág. 31). Así, en el transcurrir del tiempo, se ha mantenido una máxima: las formas sociales de producción determinan en todas las culturas el destino del mayor. Por ende, la historia puede ayudarnos a tomar conciencia de la realidad que vivimos, y de la que podemos disfrutar en la vejez de nuestras vidas. A este respecto, T. San Román se posiciona afirmando que: «Si la vejez fue la edad noble durante milenios lo fue porque quien subsistía era físicamente el más fuerte y esa fortaleza iba aunada a un depósito de sabiduría. Cuando ya la subsistencia no es único patrimonio de los más fuertes, sino (...), de una mayoría que traspasa lúcidamente los ochenta años, y en muchos casos llega hasta el legendario centenario, el problema es ya inquietante...» (SAN ROMÁN ESPINOSA, T. 211, 1990, pág. 12).

El desarrollo de la ciencia y la medicina, los avances tecnológicos y el ritmo de la economía mundial apuntan a la progresiva importancia de la población anciana, como variable económica y política de peso, que obliga ya a cuestionar el actual sistema, y ha reflexionar sobre la futura sociedad del ocio y

210

ALBA, V.: Op. Cit. 1992, pág. 31. SAN ROMÁN ESPINOSA, T.: Vejez y Cultura. Hacia los límites del sistema. Fundación Caixa de Pensions, Barcelona, 1990, pág. 12.

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el esparcimiento que estamos construyendo, en la que el mayor será protagonista indiscutible.

II.2. El origen del estudio científico sobre el envejecimiento

De todas las etapas históricas, sin duda, la más prolífica y convulsa es la contemporánea. En ella, tiene lugar una explosión sin precedentes en el campo de la ciencia que será reflejo del triunfo de la razón y la gestación de las especialidades científicas que hoy conocemos, y que configuran el génesis del cuerpo metodológico de la Gerontología.

La Gerontología es una ciencia multidisciplinar cuyo objeto de estudio es el proceso de envejecimiento en todos sus aspectos; comprende desde investigaciones de biología molecular hasta estudios socioeconómicos, como las consecuencias de la jubilación.

En el siglo XIX destaca Alexander von Humboldt (1769-1859), científico y explorador, fundador junto a A. Bonpland de la ecología, será quien apunte que los cambios fisiológicos en la vejez ofrecen aspectos positivos al hombre. Y Birren 212, por ejemplo, establece el primer periodo histórico del estudio de la investigación psicológica del envejecimiento entre 1835 y 1918. Asimismo, destacamos por importancia, FA. Carus, que realiza una descripción psicológica del desarrollo humano a lo largo de toda la vida. Fue el primer autor en identificar que la edad cronológica no es un determinante psicológico del desarrollo. Y a Quetelet, en su obra Sur l´homme et le développement de ses facultés, analizó conceptualmente la Psicología evolutiva, aunque su principal aportación fue metodológica, un método transversal para trazar el curso del desarrollo físico, moral e intelectual.

212

BIRREN, J.E.: “A brief history of the psychology of aging”. Part 2. Gerontologist, 1, 1961, págs. 127-134.

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A partir de ahora las investigaciones se centran en tratar de obtener datos lo más objetivos y verificables posibles, basados en cálculos estadísticos. Como son los trabajos de Galton, que en 1883 publica Inquiry into Human Faculty and its Development, con una muestra alrededor de 10.000 personas de ambos sexos y con edades que van desde los 5 a los 80 años, fracasa en su intento de crear un modelo general de la vejez.

El término de “Gerontología” fue utilizado por primera vez hace ya un siglo, en 1901, por Elías Metchnikoff. Este plantea su teoría de la vejez, basada en la presunción de que no obedece a causas fisiológicas, sino patológicas, y es, por tanto, evitable. Según esto, la vejez sería una consecuencia directa de la intoxicación intestinal y la destrucción de las células nerviosas. Para combatirla mediante una alimentación destructora de los microbios patógenos (fermentos lácticos, quesos, etc.). En el mismo sentido, Nascher en 1909, considerado el creador de la investigación médica de la vejez, introduce el concepto de geriatría, al referirse a aquella parte de la medicina relativa a la vejez y sus enfermedades.

Mientras Europa se convertía en escenario de la primera guerra mundial, en Estados Unidos nacía en 1915 la Sociedad de Gerontología y Geriatría. El mundo anglosajón, con Inglaterra y Estados Unidos a la cabeza, orientaron sus investigaciones sobre la vejez al campo experimental por esos años. Así, en la segunda mitad de los años 20, se constituye en Miles (1928) el primer gran instituto especializado en el estudio de los problemas de la vejez. «La investigación europea de la senectud, a excepción de Inglaterra, se mostró menos sistemática y menos consciente del valor de la metodología, en el periodo comprendido entre 1918-1940» (SÁEZ NARRO, N., ALEIXANDRE RICO, M. y MELÉNDEZ MORAL, J.C. 213, 1995, pág. 9). Por esos años, Stanley Hall pública Senescence, the last half of life (1922), considerada como el primer estudio sobre la vejez desde una perspectiva psicológica. A pesar de ello, Munnichs, JMA. en su obra A short history of 213

SÁÉZ NARRO, N., ALEIXANDRE RICO, M. y MELÉNDEZ MORAL, J.C.: Introducción a la Gerontopsicología. Promolibro, Valencia, 1995, pág. 9.

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psychogerontology defiende el trabajo de los gerontólogos europeos con respecto a los norteamericanos, que habrían intentado sacar sus conclusiones de la viva interacción entre el envejecimiento y los propios individuos de edad avanzada (MUNNICHS, J.M.A. 214, 1966, págs. 230-245). Kirihara, fue uno de los destacados que hicieron de Japón en los años 20 y 30 un país pionero en estudios sobre psicología del envejecimiento (centrados en las modificaciones antropométricas y cambios de la esfera mental). Edward Stielglitz entiende en 1941 que la Gerontología es una ciencia centrada en el hombre como organismo social, existente en el ambiente social y siendo afectado por el.

El verdadero impuso de la Gerontología se produce en los años 40 en Estados Unidos, con figuras clave como Nathan Shock, estableciéndose los primeros programas de estudio sobre el envejecimiento. Así, en 1943 surge en el viejo continente la primera clara muestra de inquietud científica entorno al estudio del envejecimiento, con la fundación de la Sociedad de Gerontología y Geriatría en Suiza. A la que seguirá en 1945 la Fundación de la Sociedad Gerontológica

de

América;

La

Sociedad

Internacional

de

Gerontología 215(1949); la Sociedad Española de Gerontología(1948), después de Geriatría y Gerontología, con la Revista española de Geriatría y Gerontología; en Francia en 1955; y después, en todo el mundo se van organizando jornadas y congresos.

De esta forma, desde el punto de vista científico psicológico, se produce el solapamiento del desarrollo de la Psicología de la vejez con la Psicología infantil. Partiendo de la superación del estudio de la vejez como segmento de edad en el contexto del ciclo vital. En este apartado, destacamos a GS. Hall (1922), con un libro sobre la senescencia; Cowdry (1939) se centra en los

214

MUNNICHS, J.M.A.: A short history of psychogerontology. Human Development, 1966, 9, págs. 230-245. 215 La Sociedad Internacional de Gerontología (IAG) celebra su primer congreso en julio de 1950 en Bélgica. Entre los 14 países que firmaron el acta fundacional y que estuvieron presentes al mismo, encontramos a España.

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161

problemas del envejecimiento; y Birren (1959) en el envejecimiento psicológico y biológico del individuo.

En la segunda mitad de siglo se desarrollan los estudios longitudinales que van a permitir comparar distintos parámetros de una población determinada al cabo de un periodo de tiempo. El estudio de Baltimore está considerado como uno de los primeros y más consumados de las investigaciones longitudinales sobre el envejecimiento. Será a partir de la década de los 70, cuando comiencen a surgir manuales de Psicología de la vejez recopilados por el propio Birren y Schaie (1977, 1985, 1990). Así, en 1975 se funda el Instituto Nacional del Envejecimiento (National Institute of Aging), que coloca a la Gerontología dentro de la órbita de la oficialidad.

Hoy

contamos

con

numerosas

publicaciones

especializadas,

investigaciones, congresos, incluso programas de televisión y direcciones de internet. Este proceso de concienciación social tiene su germen en la unión de esfuerzos por parte de las distintas disciplinas que han ayudado a que hoy contemos con una valiosa información con la que poder enfrentarnos a las numerosas

incógnitas

relacionadas

directa

o

indirectamente

con

el

envejecimiento humano. No cabe duda que las cifras de los países industrializados confirman la primera premisa: se han añadido años a la vida, aspecto donde se ha avanzado mucho, dado que el desarrollo humano ha permitido que la mayoría de las personas en esos países logren vivir más allá de los 65 años. En la actualidad, la esperanza de vida de un habitante de un país desarrollado es el doble de lo que era en el siglo XIX. Sin embargo, como demuestran recientes investigaciones, queda mucho por hacer en relación a la mejora de la calidad de vida del grupo de población con más experiencia de la sociedad (McEWAN, E. 216, 1990; WALKER, A., GUILLEMARD, A.M. y ALBER, J. 217, 1993; ATKINSON, A.B. 218, 1998). 216

McEWAN, E: Age: The Unrecognised Discrimination. ACE Books, London, 1990. WALKER, A., GUILLEMARD, A.M. y ALBER, J.: Op. Cit, 1993. 218 ATKINSON, A.B.: Incomes and the Welfare State. OUP, Cambridge, 1998. 217

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Entre las últimas contribuciones de la Gerontología son destacables las aportaciones desde campos tan variados como la Psicología, la Sociología, la Economía y la Geografía, que han permitido desmentir, en parte, la rotunda afirmación de que el anciano en la sociedad industrial actual es poco más que un marginado social, resultado de los procesos generales de alineación, propios de la desvinculación de éstos con los roles sociales en las sociedades industriales (ROSOW, I. 219, 1965). Algunos trabajos han permitido ofrecer una visión algo más real y optimista en la que los mayores manifiestan gozar de una situación de moderada satisfacción (MADDOX, GL. 220, 1968; CAMPBELL y HENRETTA 221, 1981).

II.3. Evolución de la Gerontología en España

España es uno de los países pioneros en el campo de la Gerontología y buena muestra de ello es que en 1950 fue uno de los países fundadores de la Sociedad Internacional de Gerontología. Sin embargo son escasas las muestras públicas de la gerontológica en nuestro país hasta prácticamente mediados del siglo XX. Desde la fundación de la Sociedad Española de Gerontología 222 en 1948. Un año antes, Beltrán Baguena desarrolla el primer curso de Geriatría en la Facultad de Medicina de Valencia. No sería hasta la década de los 50 cuando tiene lugar en Barcelona el primer congreso de esas características celebrado en nuestro país. Los cambios demográficos en nuestro país, y las inquietudes que se percibían en todo el entorno europeo en relación al envejecimiento, dio lugar a que el en 1969 tuviera lugar un hecho de importancia, la aprobación, por la 219

ROSOW, I.: “And the we were old”. Transaction II, 2. 23, 1965. MADDOX, GL.: “Persistence of Life Style among the Elderly: A longitudinal study of patterns of Social Activity in relation to Life Satisfaction”. NEUGARTEN, BL.(ed): Middle age and aging. 1968. 221 CAMPBELL, DE. y HENRETTA: Status claims and studies attainments. The determinants of financial well-being. American Journal of Sociology, 86, 1981, págs. 618-629. 222 La Sociedad Española de Gerontología fundada en 1948, debe mucho a investigadores de la talla de Beltrán Báguena, Vega Díaz, Marañón, Panella Casas, Álvarez Sala y tantos otros, que dieron los primeros pasos en la gerontología de nuestro país. 220

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comisión permanente de la Asamblea General de Mutualidades Laborales, de designar una ponencia para tratar el estudio de un Plan Gerontológico. Fruto de todo esto, se crea en 1970 el Servicio Social de la Seguridad Social de Asistencia a los Ancianos 223 que comenzará a coordinar las acciones y medios encaminados a la atención de las personas de avanzada edad. De estos años es el informe GAUR 224 (1975) que marca un punto de inflexión entre los trabajos centrados en la Gerontología del Estado español. Desgraciadamente tardaría algún tiempo en continuar en la misma línea. De hecho Ignaci Casals en 1982 advierte que: «después del informe GAUR se ha producido una abundante cantidad de estudios empíricos. Son frecuentes los trabajos que no pasan de una descripción numérica de los datos recogidos. Las encuestas están realizadas con frecuencia con falta de rigor técnico. Existen trabajos cuyo ámbito de estudio resulta insignificante, una parroquia, un pueblo, una pequeña provincia, lo que representa gastar parte de los escasos recursos existentes sin obtener resultados diferenciadamente significativos» (CASALS, I. 225, 1982, pág. 4). Con la llegada de la democracia y el establecimiento del Estado de las Autonomías a partir de 1978 se confirma definitivamente la inoperancia del sistema administrativo existente en prestaciones sociales, dándose constantes conflictos de competencia entre administraciones paralelas. De ahí, la necesidad de crear un sólo departamento bajo el que queden todas las competencias. Con la creación del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social y 223

BAURA ORTEGA, J.C.: ·”La gerontología social en España y el papel de la administración del Estado en su desarrollo”. RUBIO HERRERA, R y BAURA ORTEGA, JC. (comp.): Temas de Gerontología. Master de Gerontología, Granada, 1996, págs. 455-476. La promoción pública de servicios de asistencia para la tercera edad en nuestro país estará dividida en 4 secciones con competencias en esta materia: 1- La Asistencia Social Pública del Ministerio de la Gobernación: Consejo Superior de Beneficencia y de Obras Sociales; Fondo Nacional de Asistencia Social; la Dirección General de Asistencia Social; Juntas Provinciales de Beneficencia; y Instituto Nacional de Asistencia Social, que venía a suplantar a la antigua organización de Auxilio Social. 2- Los Servicios Sociales de la Administración Central: Residencias del Ministerio del Ejercito; Dirección General de Asistencia Social; y Cultura y Bienestar Social). 3- Los Servicios Sociales de la Administración Local: Diputaciones provinciales y forales y Ayuntamientos. 4- Los Servicios Integrados de entidades gestoras del antiguo mutualismo laboral: Servicio de Asistencia a los Ancianos (más tarde Servicio de Asistencia a pensionistas). 224 GAUR: La situación del anciano en España. Conferencia Española de Cajas de Ahorros, Madrid, 1975. 225 CASALS, I.: Op. Cit., 1982, pág. 4.

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la reforma de noviembre de 1978 estos servicios, de capital importancia para la sociedad española, quedan bajo la tutela del Instituto Nacional de Servicios Sociales (IMSERSO). En la actualidad, y tras una serie de modificaciones para hacer más operativo este organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales, el IMSERSO tiene competencias en materia de minusválidos, tercera edad, refugiados, asistencia social y familiar, información y asesoramiento, elaboración de datos estadísticos, divulgación de acciones, creación de centros de rehabilitación y prestación de otros servicios adicionales a favor de los beneficiarios anteriores. Las últimas décadas del siglo XX han sido muy fecundas y prolíficas en torno a políticas sociales que indudablemente ha conseguido aumentar la calidad de vida de los ciudadanos, y entre estos los mayores. Su crecimiento e importancia en el contexto de la sociedad ya no son un secreto, por lo que distintos colectivos y organismos privados y públicos han apostado por iniciativas y servicios en el ámbito nacional e internacional que tienen como destinatarios los ancianos. Para refrendar todo lo dicho, un botón de muestra de incalculable valor en España ha sido la puesta en marcha del ambicioso Plan Gerontológico Nacional, abordando «el problema que es invocado por las propias personas mayores como máxima preocupación por la incidencia que tiene en su calidad de vida y en su propia seguridad» (IMSERSO 226, 1993, pág. 52).

Con el apoyo de la Comisión Europea, las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) están desempeñando un gran papel dentro del campo de la Gerontología. De esta comunión Cáritas Española ha promovido una Red Europea sobre la Marginación de las Personas Mayores en Núcleos Urbanos,

226

IMSERSO: Op. Cit. 1993, pág. 52.

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destinada a dar respuesta a las necesidades de esta población (YANGUAS, J.J.; LETURIA, F.J.; LETURIA, M; y URIARTE, A. 227, 1998, pág. XVII).

Los congresos y reuniones científicas van a ayudar a difundir los avances en este campo. Con el tiempo, y el cambio demográfico en los países desarrollados se hace patente la indiscutible importancia de la Gerontología. Entre los rasgos más sobresalientes destacamos el interés de distintas universidades españolas que cogen el testigo de otras foráneas para incentivar la investigación y la formación de profesionales gerontólogos.

Entre los diferentes países europeos en los que se sigue avanzando en Gerontología encontramos a España, donde se avanza, aunque con algo más de retraso e intensidad, y donde el carácter asistencial está más acusado. No es de extrañar que en nuestro país esta disciplina interdisciplinar esté más orientada hacia la Geriatría (RIBERA CASADO, J.M., VEIGA, F. y TORRIJOS, M. 228, págs. 1-5). Con todo, los organismos oficiales, como el IMSERSO, incentivan algunos estudios gerontológicos por el valor y el alcance de los mismos, por lo que son consideradas desde hace algunos años de prioritarias.

Gracias a la colaboración del Ministerio de Asuntos Sociales, a través del IMSERSO, se han podido sufragar parte de los gastos de las numerosas investigaciones y la formación de unos cuantos profesionales. De ahí, que desde la década de los 80, se mantiene una cierta relación con las universidades españolas. Resultado de este entendimiento surge el primer programa de doctorado sobre envejecimiento en una universidad española, es en la de Salamanca (1987). Dos años más tarde esta universidad vuelve a ser pionera al 227

YANGUAS, J.J.; LETURIA, F.J.; LETURIA, M; y URIARTE, A.: Intervención Psicosocial en Gerontología: manual práctico. Cáritas Española, Madrid, 1998, pág. XVII. La Red Europea sobre la Marginación de las Personas Mayores en Núcleos Urbanos destaca entre sus objetivos: - Mejorar el conocimiento de la situación real y las necesidades de las personas mayores. - Promover la formación de voluntarios, profesionales y las propias personas mayores. - Favorecer la mejora en la calidad de vida de las personas mayores. - Mejorar la atención a las personas mayores según sus necesidades específicas. 228 RIBERA CASADO, J.M., VEIGA, F y TORRIJOS, M.: Enfermería Geriátrica. Ed. Internacional de Edición y Publicaciones, , págs. 1-5.

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crear el primer master en Gerontología (1989). A esta universidad seguirán otras tantas repartidas por toda la Geografía nacional: Universidad Autónoma de Madrid y Central de Barcelona, con títulos propios en Gerontología (1990); Masters en Gerontología en Universidades como la del País Vasco, Córdoba o Granada (1994); Expertos en Gerontagogía en Granada (2000).

Ante las necesidades formativas en un área que requiere más profesionales capacitados y cualificados para la asistencia de un sector de población cada día en aumento, la directora del Máster de Gerontología Social de la Universidad de Granada, Ramona Rubio, señala como principal objetivo de esta titulación la formación de profesionales para trabajar en la intervención, prevención y optimización de los procesos de envejecimiento que, a su juicio, «no se miden con los relojes cotidianos, sino con el de nuestras propias condiciones físicas, nuestro reloj psicológico y el de la propia sociedad, que también debe hacer frente a la atención a todas las personas que viven su vejez» (CAMPUS 229, 204, 2000, pág. 5).

Foto II.4: Inauguración del Máster de Gerontología Social de la Universidad de Granada

El día 25 de febrero de 2000 fue presentado en el Palacio de la Madraza una nueva edición del Máster de Gerontología Social, con la asistencia del presidente del Parlamento Andaluz, Javier Torres Vela, el vicerrector Sáez Lorite y la directora Rubio Herrera. Fuente: CAMPUS, 2 de marzo de 2000, pág. 5.

229

CAMPUS: “El arte de saber envejecer”. CAMPUS. 204, 2 de marzo del 2000, pág. 5.

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167

Fruto de este compromiso de la Universidad con la sociedad y, recientemente, con sus mayores, se está diseñando un modelo interactivo de formación ante el nuevo milenio que devuelve a nuestros mayores a las aulas de la Universidad. Estos programas educativos están destinados a personas mayores de 50 años con el único requisito para ser admitidos de tener aún ganas por aprender y quieran seguir enriqueciéndose y aportar su experiencia en la gran aventura del saber. Una de las apuestas culturales para mayores ha sido los programas universitarios para alumnos mayores y el Aula permanente de Formación Abierta.

Foto II.5: Más de 800 personas mayores comparten ya las enseñanzas de la llamada Aula Permanente de la Universidad de Granada.

Toda la ciudad se convertirá en una gran aula universitaria para las personas mayores. Miguel Guirao encabeza un proyecto pionero en España para extender la universidad. A la presentación del programa, realizado en el Rectorado de la Universidad, asistieron junto al rector, Lorenzo Morillas, el vicerrector Sáez Lorite y el profesor Guirao, la delegada de la Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez, y el delegado de Cultura, Enrique Moratalla. Fuente: IDEAL, 25 de febrero de 1999, pág. 6.

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168

En conclusión, el desarrollo de la Gerontología en España ha estado estrechamente ligado a los cambios demográficos y sus efectos en las políticas sociales y económicas en nuestro país, despertando la inquietud de distintos profesionales que han contribuido decisivamente a mejorar la calidad de vida los ancianos. Sus aportaciones a lo largo de las últimas décadas están empezando a ser hoy reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras, no sólo por el mundo científico y académico, sino por la propia sociedad. A pesar del camino recorrido, el presente y futuro están condicionados al grado de colaboración entre sus especialistas y al reconocimiento por parte de la sociedad en general. Los gerontólogos no pueden perder de vista al anciano, no deben abandonar su primer objetivo el cariño hacia los mayores, su trabajo debe estar basado en el compromiso social y personal, evitando caer en el hastío y cometer el error de ser meros siervos del sistema. Una globalización que pretende medir a todos los ancianos por el mismo rasero, empobreciendo o maquillando los resultados estadísticos obtenidos de la heterogénea realidad. Un pensamiento único que ha silenciado la valiosa sabiduría de los ancianos de la que hacían gala otras culturas. Estos profesionales deben conocer la vejez desde una óptica multicultural, espacial e interdisciplinar. Como hemos visto, la vejez a lo largo de la historia de la humanidad debe ayudarnos a reflexionar sobre la sociedad que estamos construyendo y la calidad de vida que le estamos proporcionando a nuestros mayores. El profesional implicado en el estudio del envejecimiento debe ser capaz de analizar no sólo la realidad socioeconómica del colectivo de mayores, sino además, debe captar la realidad humana del anciano,

para

lo

cual

el

trabajo

interdisciplinar

es

fundamental.

Desafortunadamente, el panorama actual de la Gerontología plantea no pocos interrogantes.

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169

III. REFLEXIONES SOBRE EL PANORAMA ACTUAL DE LA GERONTOLOGÍA

Cada día van apareciendo más noticias relacionadas con los avances de la Gerontología. Un campo de encuentro para los profesionales interesados en los procesos de envejecimiento de la población y la realidad de las personas ancianas. El debate abierto en nuestra sociedad sobre el incremento de grupo de la tercera edad y sus efectos sobre la política social y económica, ha favorecido la proliferación de investigaciones, pero no ha podido evitar que se haya convertido en uno de los campos científicos más apetecibles para los distintos departamentos universitarios que convergen en él. La falta de entendimiento y la existencia de obstáculos dentro y fuera de esta nueva disciplina multidisciplinar, están frenando su normal avance y perjudicando a la sociedad en su conjunto. La reflexión sobre el estado actual de la Gerontología debe partir de la base de que los expertos del envejecimiento tienen que dominar el complejo espectro del mayor y ser capaces de aunar los esfuerzos gerontológicos, de construir un verdadero campo científico, que a la postre fortalecerá a las distintas disciplinas que colaboren en él. Esto supone realizar una aproximación al estado actual de las investigaciones del envejecimiento, un acercamiento a las aportaciones que cada disciplina ha realizado al estudio del envejecimiento y de las personas ancianas.

Aquí se pretende realizar una revisión de la documentación existente en torno a la cuestión del envejecimiento por las distintas disciplinas, prestando especial atención a las aportaciones realizadas desde la Geografía, ubicando a

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esta especialidad dentro de la Gerontología. Como veremos, el geógrafo, con su capacidad, está consiguiendo abrirse camino entre las distintas ciencias sociales. En la actualidad este profesional participa en multitud de experiencias profesionales y colabora con médicos, psicólogos, sociólogos o economistas, entre otros expertos del envejecimiento o gerontólogos, empezando a obtener cierto prestigio profesional del que carecía.

En definitiva, con este esfuerzo se puede comprender el desarrollo de la investigación gerontológica, viendo los objetivos y metodologías empleadas; se muestran los aspectos biológicos (Biología y Geriatría) y psicosociales (Psicogerontología, Demografía, Sociología, Economía y Geografía) del envejecimiento; y por último, se plantean los desafíos de la Gerontología.

III.1. El desarrollo de la investigación gerontológica: objetivos, metodologías y problemática

Los nuevos enfoques que los distintos autores han ido dando a la Gerontología, muestran, sobre todo, un enriquecimiento de los objetivos y finalidad de esta nueva disciplina. Así, en 1963 Clarbltibbitts destacó que la Gerontología «se ocupa de las características sociales, estado y papel de los individuos en la segunda mitad de la vida, con el proceso de adaptación, desarrollo de la personalidad y salud mental. También es su misión buscar la influencia del ambiente, cultura y cambios sociales sobre la conducta y situación de los viejos en la sociedad, así como el impacto ejercido por ellos en los valores sociales, instrucciones económicas y políticas» (MINISTERIO SEGURIDAD SOCIAL 230, 1972, pág. 201).

230

MINISTERIO SEGURIDAD SOCIAL: Geriatría y Gerontología. Ministerio Seguridad Social, Madrid, 1972, pág. 201.

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Entre los principales objetivos que debe perseguir la Gerontología deben estar: la necesidad de educar e informar correctamente a la sociedad acerca de los procesos de envejecimiento y de las personas ancianas;

el

reconocimiento de que la Gerontología es una ciencia multidisciplinar nueva, con graves carencias epistemológicas y metodológicas, a lo que se suma la ausencia de una formación reglada y

las disputas por cuotas de poder.

Escasean los estudios críticos y es insuficiente el impulso de una Gerontología aplicada (BINSTOCK, R.H. y SHANAS, E. 231, 1985; BIRREN, J.E. y BENGTSON, V.L. 232, 1988). Las cuestiones en torno al envejecimiento y las personas mayores abarcan mucho más de lo que pueda entenderse en un principio por el interés mostrado por determinados especialistas gerontológicos, entre los que se incluyen algunos geógrafos. La realidad de la vejez como acontecimiento irreversible de todo ser humano nos compete a todos y cada uno de nosotros. Por ello, aunque tendamos a rechazarla, nadie duda del interés que tiene cualquier noticia relacionada con este tema. A pesar de ello, somos conscientes de que en los medios de comunicación se niega y falsea la realidad del envejecimiento de la población y de las personas ancianas. Hasta tal punto que la mayoría de los discursos centrados en este campo hechos por políticos y periodistas denotan una falta de conocimiento sobre esta realidad; no resulta nada infrecuente que nos tropecemos con malas interpretaciones sobre las incógnitas de la senectud que terminan desinformando a la población en general. De ahí la necesidad de una buena información que puede ser la mejor aliada para suscitar un cambio de actitudes en la sociedad. Sin duda, los profesionales de la Gerontología deben esforzarse por provocar ese cambio, por lo que deben aunar voluntades y mantener una postura militante que desemboque en un cambio progresivo de las posturas conservadoras e inmovilistas del mundo académico universitario.

231

BINSTOCK, R.H. y SHANAS, E.: Handbook of aging and the social sciences. Van Nostrand Reinhold, New York, 1985. 232 BIRREN, J.E. y BENGTSON, V.L.: Emergent theories of aging. Springer Publishing, New York, 1988.

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Las ciencias biosanitarias y sociales han desarrollado en los últimos años lo que hoy se comienza a conocer como Gerontología. Sin embargo, el tratamiento asistencial (sanidad, pensiones) brindado a los mayores, ha contribuido a perfilar mejor la función de las ciencias biosanitarias. Por dada la ausencia de una cultura gerontológica queda mucho por hacer y delimitar en relación al papel que deberán desempeñar las ciencias sociales en la Gerontología. Dentro de las funciones que deberán llevar a cabo estas especialidades podemos destacar los trabajos en equipo, aunando esfuerzos interdisciplinarios hasta lograr metas a favor de la mejora de la calidad de vida de los ancianos. Asimismo, algunos geógrafos estructuralistas (Harvey, D., Sayer, A y Johnston, R.J.) plantean la necesidad de una ciencia social única. Entre los frenos al desarrollo de la investigación gerontológica está la falta de financiación, mal generalizado entre las ciencias sociales por ser impopulares y poco “rentables” para los poderes fácticos, cuyos investigadores se ven obligados a recurrir a métodos de muestreo y recolección de datos más eficientes y costosos, cuando no las propias leyes del sistema (el secreto de los datos del censo impide su explotación) se convierten en obstáculos infranqueables que desvirtúan el normal curso de las investigaciones. El desarrollo académico y científico de la Gerontología está dificultado por una serie de lagunas conceptuales y metodológicas. Entre estas lagunas podemos encontrarnos con un problema epistemológico común a las ciencias biosanitarias y sociales, el hecho de que se haya extendido una información errónea sobre el envejecimiento, al que se le atribuyen condicionantes que están más relacionados con las dificultades propias de los estilos de vida inapropiados o políticas sociales ineficaces. Como por ejemplo, la depresión en la vejez motivada por la soledad y el aislamiento social podría solventarse en buena medida si se establecieran recursos materiales (acabar con las barreras arquitectónicas, invertir en transportes públicos específicos, construir residencias especiales, aumentar las pensiones, etc.). Otra laguna sería el escaso interés por parte de académicos y profesionales sociales para buscar una metodología apropiada que sepa enfrentarse a la falta de datos, originada por bases de datos estadísticas de la Administración que contienen numerosos

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huecos y errores, y que viene a certificar una vez más como los intereses económicos y políticos priman sobre los sociales. En esta línea, podemos nombrar como en muchas de las estadísticas facilitadas por las distintas administraciones públicas existe una falta de información clara al omitirse la heterogeneidad social de los ancianos (edad, sexo, etnia, renta per capita, etc.). O como se falsean los datos o se ignora una información que podría mejorar la calidad de vida de la población (salud, economía, etc.). La propia medicina clínica viene demandando mejores bases de datos sobre la situación de la salud de la población. Es el caso reciente de la bahía de Algeciras (Cádiz) donde se concentra la proporción más alta de alérgicos ancianos de Andalucía, mientras el Defensor del Pueblo Andaluz demanda que se realice un estudio epidemiológico de esa población, las autoridades se oponen a facilitar esos datos 233.

Afortunadamente,

algunos

geógrafos

han

contribuido

con

investigaciones a destacar las desventajas y diferencias que existen entre los ancianos (MASSEY, D.S. 234, 1980, págs. 190-200 ; PHILLIPS, D.R. 235, 1988, págs. 255-279). Muchas de esas deficiencias podrían solucionarse con la construcción de bancos de datos de información comprensibles sobre aspectos espaciales de la vida de los ancianos (MANTON, K.G. y SOLDO, B.J. 236, 1985, págs. 206-285). Un adelanto podría ser la publicación de algunos atlas sobre el envejecimiento (HOWE, A.L., NEWTON, P. y SHARWOOD, P. 237, 1987). Sin duda es necesario un mayor reconocimiento social e institucional de los gerontólogos, unos profesionales del envejecimiento relativamente nuevos cuya importancia varia incluso entre los países que forman la Unión Europea. En este sentido, esta disciplina interdisciplinar esta condicionada por la puesta en común de objetivos gerontológicos a partir de encuentros y foros de 233

Noticias de TELE-5, 17 de mayo del 2000. MASSEY, D.S.: “Residential segregation and spatial distribution of a non-labour force population: the needy elderly and disabled”. Economic Geography. 56, 1980, págs. 190-200. 235 PHILLIPS, D.R.: “Accommodation for elderly persons in newly industrialising countries: the Hong Kong experience”. International Journal of Health and Social Behaviour. 29, 1988, págs. 255-279. 236 MANTON, K.G. y SOLDO, B.J.: “Dynamics of health changes in the oldest old: new perspectives and evidence”. Milbank Memorial Fund Quarterly. 63, 1985, págs. 206-285. 237 HOWE, A.L., NEWTON, P. y SHARWOOD, P.: Ageing in Victoria: an electronic social atlas. National Research Institute of Gerontology and Geriatric Medicine, University of Melbourne, Melbourne, 1987. 234

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174

reunión, donde se intercambien conocimientos y se discutan abiertamente distintas posturas para buscar el consenso. El esfuerzo presente debe desarrollarse en el campo de la teoría gerontológica,

soliviantando

las

graves

carencias

epistemológicas

y

metodológicas. Así, se permitirían consolidar fehacientemente a cada una de las ciencias implicadas en el estudio de este fenómeno. Entre éstas, una especialidad que podría resultar muy beneficiada sería la Geografía, relegada hoy día a un papel secundario dentro de las ciencias sociales, pero que trata de abrirse camino. Por último, el desarrollo de la investigación y la mejora de la formación de estos especialistas conseguiría atender la emergente demanda social de este tipo de profesionales interdisciplinares; y se podría poner fin a muchas de las disputas entre profesionales por pequeñas parcelas de poder y por la búsqueda de una financiación pública y privada.

III.2. Aspectos biológicos y psicosociales del envejecimiento El envejecimiento humano es un proceso donde coinciden múltiples factores de naturaleza: biológica, ligados al desarrollo somático del individuo; psicológica o sensación subjetiva de sentirse o no viejo; y social, o visión de la sociedad con respecto a qué o quién considere anciano. En este caso, hemos incluido el aspecto psicológico de la vejez dentro las cuestiones tratadas por las ciencias sociales, por su estrecha relación con esas especialidades.

III.2.a. Aspectos biológicos sobre el envejecimiento

El hombre, como cualquier ser vivo, experimenta de diversas formas el proceso de envejecimiento. Éste suele llevar implícito una serie de perdidas. Pero, debe quedar claro que envejecer no es enfermar, ni tiene que ser un

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limitante. La vejez es una etapa de la vida como cualquier otra, con una serie de características propias relacionadas con el paso del tiempo y que tienen como protagonistas a los organismos y tejidos de nuestro cuerpo. En este caso, nos centraremos en las dos disciplinas que han marcado una mayor diferencia y han aportado grandes logros, la biología y la medicina geriátrica o geriatría.

III.1.a.1. Biología

La biología es una ciencia donde más tempranamente se ha despertado el interés por el complejo fenómeno del envejecimiento. Sus innumerables investigaciones cubren tanto poblaciones animales como humanas, sin embargo, a pesar de los esfuerzos, aún ha sido aceptada una teoría global que explique el envejecimiento humano. Desde el punto de vista biológico, el concepto de envejecimiento sería un proceso involuntario que va operando a través del tiempo en una línea endógena. Desde el campo de la biología se han creado varias teorías sobre el envejecimiento que podríamos concretar en: el proceso gradual que tiene como característica comenzar siendo biológica (déficit del organismo o movilidad) y cultural (choque generacional). Pero existen otras teorías que conviene tener presente a la hora de abordar la vejez: la teoría del debilitamiento del sistema inmunológico, la teoría del envejecimiento celular, las teorías genéticas, la teoría del programa de envejecimiento, la teoría del desgaste y la teoría de los deshechos.

La teoría del debilitamiento del sistema inmunológico. El sistema inmunológico con el tiempo pierde su capacidad y eficacia para luchar con las enfermedades, produciéndose un decaimiento en los sistemas defensivos y la falta de diferenciación en el organismo entre órganos sanos y enfermos.

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La teoría del envejecimiento celular. Alude a la perdida de información, desde el punto de vista genético, que padecen las células corporales a nivel de la molécula de ADN (MEDVEDEV, Zh. A. 238,1961, págs. 299-314). Con un enfoque no genético, las células sufren cambios temporales que disminuyen la eficacia de éstas. Estos cambios pueden ser por hábitos alimentarios de la vida diaria, etc.

Las teorías genéticas. Tratarían de explicar que los fenómenos propios de la vejez parecen estar determinados por el sistema genético que hace relacionar el envejecimiento con el metabolismo y el funcionamiento de las células.

Las teorías del programa de envejecimiento. Se refiere a que el envejecimiento estaría motivado por una secuencia determinada en el genoma humano (HAYFLICK, L. y MOORHEAD, P.S. 239, 1961, págs. 585-621). Si las células están limitadas en su reproducción cuando están en cultivo, así mismo el organismo completo.

La teoría del desgaste. Según ésta, se produciría por el deterioro del organismo. En esta línea irían todas las aplicaciones que tratan de paliar o retardar ese desgaste.

La teoría de los deshechos. Teoría que vendría a reivindicar que el envejecimiento estaría relacionado con la acumulación superflua de los deshechos (arterosclerosis, etc.).

Mediante los últimos avances en la genética, y más concretamente en el campo de la clonación, se está abriendo un nuevo panorama que no excepto de críticas. Tras la oveja Dolly (primera oveja clonada), que presentaba un

238

MEDVEDEV, Zh. A.: “Aging of the organism at the molecular level”. Uspekhi Sovremennoy Biology. 51 ,1961, págs. 299-314. 239 HAYFLICK, L. y MOORHEAD, P.S.: “The serial cultivation of human diploid cell strains”. Experimental Cell Research. 25, 1961, págs. 585-621.

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proceso de envejecimiento avanzado, y los recientes descubrimientos realizados sobre ratas, tanto por laboratorios británicos como estadounidenses, hacen pensar en la posibilidad de aumentar la vida de las células, retardando el proceso de envejecimiento, con lo que se conseguiría que enfermedades como el Alzheimer tuviese un menor impacto sobre la población anciana. Por el momento, y a la espera de nuevos descubrimientos, las primeras conjeturas apuntan a la posibilidad de que pudiera ser que si nuestro cuerpo envejece más lentamente también nuestro organismo reaccionaría de igual modo.

En las ciencias naturales se ha desarrollado toda una serie de teorías sobre el envejecimiento biológico. Se han interrogado sobre cómo condicionan la salud y la enfermedad a la vejez, qué repercusión tienen las discapacidades y cuáles son los síndromes geriátricos más comunes. Además de la biología, la geriatría, la anatomía, la fisiología, la bioquímica, entre otras, tratan de conseguir una explicación global a las causas del envejecimiento. Pese a todo, la constitución de esa teoría unificadora queda aún lejos.

III.1.a.2. Medicina. Geriatría

La disciplina que ha ocupado un mayor protagonismo en la atención del anciano ha sido desde siempre la medicina. De hecho su importancia no ha dejado de crecer y en 1978 se produce en nuestro país el reconocimiento oficial de la especialidad médica de geriatría. Y alrededor de ella, ocupando el lugar más privilegiado, las demás ciencias naturales y sociales se han adaptado a las estrategias que marcaban estos profesionales. A pesar de ello la formación de equipos interdisciplinares en Gerontología está mitigando esta barrera jerárquica.

Pese a la importancia de la medicina en el envejecimiento humano, muchos de los geriatras han prestado mayor atención al aspecto patológico y

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curativo del envejecimiento como una etapa vital más que al aspecto preventivo de éste. Entre las teorías más conocidas destacan: la teoría de la discontinuidad y la teoría de la continuidad.

La teoría de la discontinuidad. Establece la diferencia entre los cambios funcionales y fisiológicos característicos del proceso de envejecimiento normal y los cambios patológicos como consecuencia de las características de la vejez.

La teoría de la continuidad. Las consecuencias biológicas del envejecimiento y las consecuencias de la enfermedad es una cuestión de grado y no una diferencia cualitativa.

La mejora de la alimentación, los cambios en los estilos de vida, el logro de una medicina general y el ascenso de la calidad de vida de la población en general ha producido la comprensión de la mortalidad y de la morbilidad. En pocas palabras, se han creado las condiciones idóneas para que un sector más amplio de la población alargue los años de vida y aumente la esperanza de vida (CRIMMINS, E.M. 240, 1984, págs. 490-514). Las permutas relacionadas con la edad de un organismo perturban su vitalidad y sus funciones a ritmos diferentes, incrementando la probabilidad de muerte en función del tiempo. La vejez debe ser entendida más que como la última etapa de la vida antes de la muerte, como un momento de vivir y aprovechar todo lo que tenemos y nos queda. Quizás por ello, la salud en la vejez haya sido sobredimensionada y deba volver a redefinirse su papel en esta etapa de la vida. La salud en la vejez va a depender de factores físicos, psicológicos y sociales, muchos de los cuales podemos controlarlos. Estos aspectos determinantes en la salud estarían relacionados directamente con la salud a lo

240

CRIMMINS, E.M.: “Life expectancy and the older population: Demographic implications of recent and prospective trends in old age mortality”. Research on Aging. 6, 1984, págs. 490514.

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largo de la vida, y son: la biología humana, el estilo de vida, el medio ambiente y el sistema de atención primaria.

No sabemos si los cambios biológicos asociados a la edad son de origen genético, debido a enfermedades no genéticas o por la degradación del sistema nervioso central (ver cuadro III.1).

Cuadro III.1: Cambios en la vejez Cambios en Apariencia Cambios estructurales corporal Los signos aparecen de Perdida de componentes forma progresiva como el ADN y un aumento de los tejidos grasos y fibrosos - Cabello y vello: - Disminución de la color, distribución, masa magra espesor, calidad, - Aumento de la canas y vello grasa superfluo en - Disminución de la algunos lugares. cantidad de agua - Estatura: corporal - Aumento del disminución volumen plasmático

Cambios funcionales Alteraciones de los sentidos, de las funciones motrices, de la nutrición y del descanso -

-

-

Vista, oído, tacto, olfato y gusto. Los sistemas pulmonar y cardiovascular Nutrición, digestión y en los procesos de eliminación. Insomnio

Fuente: Elaboración propia.

Las limitaciones científicas que nos impiden validar si los cambios particulares que se producen son evidentes, o no, a través de la intervención medica, psicológica o social. Podemos intuir que los cambios son el reflejo de la compleja combinación de variables y es extremadamente difícil evaluar cada uno de los elementos. Las evidencias de los cambios fisiológicos y psicológicos con la edad quedan demostrados, mas no son tan drásticos ni universales como las estereotipadas imágenes que sobre el envejecimiento tenemos. De ahí, que sea conveniente recordar algunos de estos mitos sociales que vinculan la vejez con la enfermedad física (FERNÁNDEZ LÓPIZ, E. 241, 1997, pág. 47): «1) La forma y ritmo de envejecimiento no es igual para todas las personas. 241

FERNÁNDEZ LÓPIZ, E.: Op. Cit., 1997, pág. 47.

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2) La vejez no es necesariamente aval de enfermedad. 3) Hay cambios positivos en la vejez referidos a la disminución o desaparición de algunos trastornos como resfriados, alergias o cefaleas crónicas. 4) En cualquier edad, y la vejez no es una excepción, la enfermedad puede provenir de aspectos ambientales, con independencia de los años».

Entre las acciones a llevar a cabo por los geriatras está el desafío de acabar con el mito de considerar el envejecimiento como enfermedad. Entre los mitos que recaen en la ancianidad está el de suponer que esta etapa significa enfermedad, cuando todas las estadísticas señalan precisamente que la mayoría de los ancianos estarían sanos. Para lo cual debe potenciarse una formación más acorde con las nuevas demandas de la sociedad, más especializada, que les permita integrarse en equipos interdisciplinares (enfermeras, fisioterapeutas, etc.); y se tiene que desarrollar una educación que sepa integrar a la vejez, eliminando falsas quimeras donde intentar vendernos la máxima de sentirnos jóvenes en un mundo de viejos. Entre las enfermedades caballo de batalla de nuestra sociedad actual están: el cáncer, el alzheimer, la artrosis, la osteoporosis. El programa de detección de cáncer de mama que abarca a las mujeres entre 50 y 65 años en nuestro país, está consiguiendo minimizar las graves cifras de muerte por cáncer, la mayor de Europa. Debemos prevenir ante todo, ya que debemos quitar el tabú de esta enfermedad, y podemos reducir la mortalidad y prevenir con programas como éste. Sin embargo, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer para la ciudad de Granada, en 1999 sólo la mitad de las mujeres que fueron llamadas a la revisión acudieron a la cita. La mayor esperanza de vida, junto a unas mejores condiciones higiénico-sanitarias, favorecen un número cada vez más alto de personas longevas, lo que provoca que la enfermedad de Alzheimer se convierta en la cuarta causa de muerte en Occidente, tras el cáncer, las lesiones cardiacas y las

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cerebro-vasculares. Si en los años 50 era una enfermedad poco conocida, ahora afecta al 3% de las personas mayores de 60 años y al 20% de las que superan los 80 años. En España se calcula que existen unos 400.000 enfermos en la actualidad y se prevé que para los primeros años del nuevo milenio esta cifra se doble. Hoy por hoy no existe una terapia específica aunque en los países desarrollados se investiga mucho en este sentido. Así, la alteración genética predispondría al paciente ante algunos factores (virus lentos, intoxicaciones u otros aún desconocidos) a padecer la enfermedad (SABASQUETA, I. y ECHEVARRIA, R. 242, 1999, pág. 70). ¿Se puede prevenir el Alzheimer? En julio de 1999 se comprobó la eficacia en ratones de la vacuna AN-1792, que frena la aparición de la enfermedad. Si todo va bien, la vacuna estaría disponible hacia el 2005 (MUJER HOY, diciembre de 1999, pág. 28). En esta batalla contra la enfermedad hay que apoyar dándole un estatuto específico, al cuidador principal de un enfermo de Alzheimer, normalmente un familiar cercano, que suele ser la propia hija, que vaya más allá del apoyo psicológico o formativo. Este tendría que permitir al familiar seguir haciendo su trabajo con el enfermo sin perder su empleo, sin perder sus propias prestaciones y sin perder su propia vida social. Las enfermedades reumáticas más frecuentes, la artrosis y la osteoporosis, suelen llevar consigo cuadros depresivos, motivados por el dolor persistente, la disminución de la movilidad y los cambios del estilo de vida. Por ello, los doctores Mejía Vega, Soler y Salvatierra, del Hospital Clínico de Granada, destacan en su comunicación La depresión en las enfermedades reumáticas que a veces esos factores son mal entendidos. De ahí, que los autores aboguen por una más estrecha colaboración entre los especialistas de la salud mental y los reumatólogos (IDEAL, viernes 29 de octubre de 1999, pág. 12). El aumento espectacular de la esperanza de vida trae consigo un mayor número de personas mayores, lo que conlleva un incremento en los problemas de salud y un mayor consumo de fármacos. Una obligación ineludible de todo médico debe ser conocer en profundidad, mejorar y evaluar la utilización y 242

SABASQUETA, I. y ECHEVARRIA, R.: “La enfermedad de Alzheimer, amenaza del siglo XXI”. Revista Salud. Diciembre, 1999, pág. 70.

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administración de medicamentos en los pacientes ancianos, tanto cuando viven en su propios domicilios, como si lo hacen en residencias o permanecen en un hospital. De ahí que el profesional deba frenar progresivamente el consumo abusivo que hacen los mayores de los medicamentos, evitando los peligros de un uso indebido y rechazando la propaganda irresponsable de fármacos milagrosos contra el envejecimiento. A esto pueden colaborar sin duda, las administraciones competentes a través de campañas de concienciación y prevención centradas en este grupo de población (DEL NOGAL, M.L. 243, 1995, págs. 59-65).

A contrario de lo que se podría pensar en un principio, la Geografía y la Medicina llevan un largo bagaje de colaboraciones que han contribuido al esclarecimiento de irregularidades sociosanitarias en el espacio. Si en un principio fue la Geografía humana la que más profundizó en aspectos como la enfermedad o la muerte (FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, A. 244, 1995, pp. 47-74), la Geografía social anglosajona ha sido la que más profusamente ha tratado estos temas (CAPEL, H. 245, 1987). Por otro lado, la Geografía humanista ha realizado grandes esfuerzos en dar a conocer las necesidades sociales (sanitarias, servicios sociales) y personales (dignidad, independencia) que acompañan al envejecimiento (SCHWARTZ, A.N. y PROPPE, H.G. 246, 1970, pág. 228-232). Sólo desde un entendimiento interdisciplinar de la Gerontología el médico y el geógrafo pueden llegar a profundizar en el estudio de la salud de la tercera edad en un espacio rural o urbano concreto, y se podrán conseguir resultados positivos que permitirían mejorar la sanidad actual que se presta a los mayores.

243

DEL NOGAL, M.L.: “Envejecimiento, salud y fármacos”. Revista Española de Geriatría y Gerontología. 30, Madrid, 1995, págs. 59-65. 244 FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, A.: “Mortalidad en Granada. Estudio sobre desigualdades geográficas intraurbanas de mortalidad (1985-1987)”. Cuadernos de Geografía. Universidad de Granada, nº 22-23, 1995, págs. 47-74. 245 CAPEL, H.: Geografía Humana y Ciencias Sociales. Una perspectiva histórica. Montesinos, Barcelona, 1987. 246 SCHWARTZ, A.N. y PROPPE, H.G.: “Towards Person / Environment Transactional Research in Aging”. The Gerontologist. Vol. 10, 1970, págs. 228-232.

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III.2.b. Aspectos psicosociales sobre el envejecimiento

La dimensión psicosocial contempla los procesos sociales y culturales en relación a la tercera edad. Y en ella tendrían cabida las creencias, los sentimientos y las expectativas en relación con la vejez. En este sentido, las representaciones sociales son «un consenso normativo que regula las expectativas, las actitudes y las conductas de los demás grupos hacia el grupo viejos como categoría social, y de los viejos hacia si mismos como grupo y como individuos» (BUENDÍA, J. 247, 1994). Entre las disciplinas científicas que se encargan de examinar al hombre y su conducta con parámetros objetivos destacan la Psicología, la Sociología, la Economía y la Geografía. Si bien, es verdad que, el abanico es mucho más amplio y tendrían cabida otras como la antropología, la ecología, el derecho, el trabajo social, la educación, etc. Además, por la complejidad de la conducta humana, con elementos que escapan a toda óptica científica, éstos se estudian mejor a través de otras disciplinas como la literatura, la filosofía, la religión, el arte, etc. Debemos recordar que sin una visión global de la ancianidad del hombre será imposible la compresión de la compleja realidad. Por consiguiente, es necesario realizar un mayor esfuerzo por conseguir una visión integral y suficientemente detallada de cómo viven los individuos en un contexto más amplio que el puramente económico. Un dato a la reflexión: «sólo cuando éstos (los indicadores macroeconómicos) han empezado a mostrar una cierta recuperación, diversas instituciones han retomado el interés por aquellos factores, no estrictamente económicos, que influyen en la calidad de vida, demostrando con ello, una vez más, que los aspectos sociales siguen ocupando un segundo plano, puesto que no se profundiza en ellos hasta que el propio ámbito económico lo permite» (GARCÍA FERRUELO, M. 248, 1991, pág. 39).

247

BUENDÍA, J.: Envejecimiento y Psicología de la salud. Siglo XXI, Madrid, 1994. GARCÍA FERRUELO, M.: “Desigualdades sociales y salud”. Revista Española de Economía y Sociedad. Madrid, 5, marzo de 1991, págs. 39-52.

248

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III.2.b.1. Psicología. Psicogerontología

La psicología es una de las disciplinas sociales que más logros han conseguido

en

la

comprensión

del

envejecimiento

humano.

La

Psicogerontología como disciplina estudia los cambios que se producen en el comportamiento de la persona a medida que va aumentando la edad. En este caso, el concepto de envejecimiento estaría marcado por la participación activa del propio individuo. Es un hecho que los seres humanos no somos iguales, entonces: ¿por qué pensamos que nuestros mayores son iguales? ¿es qué todos tienen las mismas necesidades? Se dice que a partir de los 70 años se produce una disminución en la capacidad de aprendizaje, debido a las dificultades de tratamiento de la información sensorial, a la memoria de trabajo y su almacenamiento, y a la estructuración de la memoria a largo plazo (MORENO MORENO, M. 249, 1997, págs. 221-235). Sin embargo, no envejecemos al mismo tiempo y ni si quiera nuestros órganos envejecen igual. Se sabe que los problemas comienzan a aumentar con la edad, problemas de: memoria, vocabulario, audición, visión, depresión, soledad,...

Dentro del campo de la psicología se ha tratado de establecer una serie de modelos explicativos del envejecimiento, sin embargo, muy probablemente, nunca se podrá dar una definición universal del envejecimiento. Entre estos modelos destacan: el modelo o paradigma mecanicista, el modelo conductista y el modelo organicista.

El modelo mecanicista. Donde existiría una relación causal entre las partes, donde la razón se encargaría de explicar los fenómenos más complejos del envejecimiento. Aquí, los fenómenos como el pensamiento, los sentimientos, el deseo, etc., pueden considerarse reductibles a manifestaciones más simples. 249

MORENO MORENO, M.: “Consideraciones en torno a la evaluación con individuos ancianos”. RUBIO HERRERA, R.: Temas de Gerontología I. Master de Gerontología Social, Granada, 1997, págs. 221-235.

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El modelo conductista. La evolución del ser humano se contempla como un cambio progresivo y continuo y cuantitativo, pero no concebido como un desarrollo sino un cambio del comportamiento que es el resultado de programas ambientales, que pueden producir en el organismo un resultado específico. Este modelo reduce el comportamiento observable en la vejez a las respuestas emitidas por los sujetos ante estímulos ambientales. Y reconoce la existencia única de las relaciones lineales entre causas y efectos. El conductismo ha sido aplicado al estudio de la vejez para explicar el mantenimiento de conductas adaptadas a la vejez o de la inadaptación conductual.

El modelo organicista. Relaciona la evolución psicológica al crecimiento biológico, establecido una analogía entre las estructuras físicoquímicas y los fenómenos vivos. En este caso, el organismo se entendería como un proceso, cuyos actos tienen su origen no en las influencias externas o periféricas, sino en influencias internas o endógenas.

El envejecimiento físico abarcaría tanto la modificación de la autopercepción y la imagen de uno mismo, como las actitudes y comportamientos que los demás suelen mostrar hacia una persona anciana.

La psicología tiene mucho que ver con la salud, el bienestar y la calidad de vida, tanto en la dimensión individual como comunitaria de estos aspectos. Así, se están realizando grandes avances en el campo de la investigación, ya sea en el estudio del comportamiento y prevención, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad y las que ligan el comportamiento con la promoción, mantenimiento y acrecentamiento. «El conjunto de variables es muy amplio y cada vez mejor conocido, recogiendo entre las principales las de tipo genético y congénito, anatomofisiológicas, psicológicas (cognitivas como percepciones, creencias, expectativas, incontrolabilidad, ineficacia), afectivo-emocionales (ansiedad, depresión, estrés), motivacionales, de personalidad (neuroticismo, PCTA, PTC, Prono-enfermedad), aprendizaje, conductuales (conductas /

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hábitos de riesgo), psicosociales y condiciones patógenas del medio (estresores, virus / bacterias /alérgenos, venenos /tóxicos)» (GODOY GARCÍA, J. 250, 1995, pág. 337-338). En efecto, el mayor conocimiento de estas variables está disminuyendo la mortalidad y morbilidad asociadas a la enfermedad, por lo que esta línea de trabajo está reportando grandes logros y se debe continuar trabajando en ella.

Entre los últimos logros cabe destacar las investigaciones que revisan la memoria en la ancianidad, concluyendo que, bajo estímulos y apoyos adecuados, las personas mayores pueden mantener y mejorar, a veces, la memoria. Los estudios más recientes sobre enfermedades psíquicas estiman que entre el 4% y el 20% de población anciana sufre trastornos neuróticos (depresión, angustia, trastornos fóbicos, etc.). A esto se sumaría otros procesos: las toxicomanías (alcoholismo, los trastornos de la conducta (delincuencia, trastornos de la sexualidad, etc.) y las psicosis (demencias) (FLÓREZ TASCÓN, F.J. y LÓPEZ IBOR, J.M. 251, 1996, pág. 54). De ahí, la necesidad de que exista una mayor colaboración entre los psicólogos, los psiquiatras y los geriatras para acometer el crecimiento de estas enfermedades debido al avance del envejecimiento de la población.

La psicología social, como rama de la psicología general, se aproxima a la sociología al estudiar al individuo humano en su medio social y cultural (ALLPORT, G.W. 252, 1954). Siguiendo esta línea de investigación, «uno de los primeros y más fundamentales procedimientos metodológicos consiste en el análisis de los datos recogidos en función de la estructura social en cuestión, es decir, la clasificación de los individuos desviantes por clase social, grupo 250

GODOY GARCÍA, J.: “Psicología y calidad de vida”. GUALDA VARGAS, M.P.; DELGADO MORALES, J.F. y RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, A. (coord.): Avances en Política Social. Área de Acción Social, Diputación Provincial de Granada, Granada, 1995, pág. 337338. 251 FLÓREZ TASCÓN, F.J. y LÓPEZ IBOR, J.M.: Op. Cit., 1996, pág. 54. 252 ALLPORT, G.W.: “The Historical Background of Modern”, 1954. «Los psicólogos sociales consideran que su disciplina trata de llegar a entender y explicar cómo se ve influido el pensamiento, los sentimientos y la conducta de los individuos por la presencia real, imaginada o implícita de otros seres humanos».

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racial y minoritario, edad, sexo, tipo de familia, profesión, etc.» (BARBU, Z. 253, págs. 151-180).

Al igual que como ha ocurrido con otras ciencias sociales, las investigaciones sobre los procesos sociales han acercado cada vez más a la Geografía y la Psicología. Desde hace algunas décadas el desarrollo de la Geografía de la percepción ha exigido igualmente que los geógrafos miren hacia el campo de la psicología para comprender la formación de las imágenes espaciales que influyen en el comportamiento geográfico de los grupos humanos. La percepción del medio y el análisis de los mapas cognitivos es un campo interdisciplinar que ha dificultado la exhaustiva reseña bibliográfica (ARAGONÉS TAPIA, J.I. 254, 1988, págs. 155-166). Sin embargo, eso no ha impedido que se aborden distintos estudios de la percepción y del comportamiento urbano de las personas mayores en relación a la planificación. Urbanistas, arquitectos, sociólogos, psicólogos y geógrafos han destacado la conveniencia positiva que puede suponer la participación ciudadana en la planificación de sus ciudades. Pronto se emplearon las encuestas como un método apropiado, cuyos resultados ayudan a comprender las relaciones hombre-medio urbano de gran utilidad para el logro de una la planificación más humanizada y coherente (GOULD, P. 255, 1975; ESTÉBANEZ, J. 256, 1978; GARCÍA, A. y BOSQUE SEDRA, J. 257, 1989; ESTÉVEZ ADAN, 258 V., 1994, SÁNCHEZ, D. 259, 1999).

253

BARBU, Z.: “Psicología social”. MACKENZIE, N.: Guía de las ciencias sociales. Labor, Barcelona, 1971, págs. 151-180. 254 ARAGONÉS TAPIA, J.I.: “Mapas cognitivos: una revisión bibliográfica”. Anales de Geografía. Madrid, 18, 1988, págs. 155-166. 255 GOULD, P.: “Acquiring spatial information”. Economic Geography. nº 51, 1975. 256 ESTÉBANEZ ALVAREZ, J.: “La Geografía de la percepción del medio y la ordenación del territorio”. Coloquio Nacional sobre Ordenación territorial. M.O.P.U., Madrid, 1978. 257 GARCÍA BALLESTEROS, A. y BOSQUE SEDRA, J.: El espacio subjetivo de Segovia. Universidad Complutense, Madrid, 1989. 258 ESTÉVEZ ADÁN, V.: “Alcalá de Henares: percepción de un espacio urbano según su población mayor”. Estudios Geográficos. Centro Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, Tomo LV, nº 214, 1994, págs. 33-58. 259 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: “El proceso de envejecimiento demográfico de los barrios históricos de Granada: la situación de San Matías”. Congreso Internacional de Alicante: Una sociedad para todas las edades. Universidad de Alicante, Alicante, 1999, págs. 325-335.

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III.2.b.2. Demografía

En una época donde los cambios se aceleran y se interroga sobre casi todo, la población ha sido y es objeto de abstracción científica y de intereses encontrados (LIVI-BACCI, M. 260, 1987; ARÓN COHEN, A. 261, 1987, págs. 187-210; LE BRAS, L. 262, 1997). Para introducir esta cuestión, podemos empezar por detenernos en los progresos realizados por los demógrafos en la comprensión

del

fenómeno,

partiendo

de

la

polémica

transición

demográfica 263, una teoría capital para poder explicar buena parte del interés por el envejecimiento en nuestra sociedad actual. Aunque se ha postulado sobre la validez de la transición demográfica 264 y la propia demografía como ciencia (LEVY, M.J. 265, 1974, págs. 110-111), se sigue avanzando en su consolidación como ciencia social, y eso no ha pasado desapercibido a los gobiernos de los países desarrollados que gastan muchos millones de dólares en herramientas demográficas (censos, padrones, etc.) e investigaciones ambiciosas. 260

LIVI-BACCI, M.: Ensayo sobre la historia demográfica europea. Población y alimentación en Europa. Ariel, Barcelona, 1987. 261 ARÓN COHEN, A.: “La población, problema teórico: ¿variable independiente o históricamente dada?”. Estudios Geográficos. Nº 187, 1987, págs. 187-210. 262 LE BRAS, L.: Los límites del planeta. Mitos de la naturaleza y de la población. Ariel, Barcelona, 1997. 263

JACQUARD, A.: La explosión demográfica. Debate, Madrid, 1994, pág. 118. «Transición demográfica: paso de un régimen demográfico en que la mortalidad natural es compensada por una fuerte natalidad a un estado en que la mortalidad reducida está en equilibrio con una fecundidad controlada». 264 Source: U.S. Bureau of the Census, International programs Center, international Data Base. www.ifa-fiv.org «Le terme la "transition démographique" fait référence à un processus graduel où par un mouvement d'une situation de hauts taux à un bas taux de fertilité et de mortalité de la société. Cette transition est caractérisée en premier lieu par un déclin de la mortalité infantile dû à un contrôle des maladies infectieuses et parasitaires. Les populations commencent à vieillir lorsqu'il y a déclin du taux de la fertilité et que le taux de mortalité de tous les âges augmente. Les cohortes de naissances consécutives peuvent, finalement, devenir plus en plus petit, tel que vu dans les nations développées en 1996. Si la projection du déclin du taux de fertilité et de mortalité dans les pays moins développés continue, la structure de l'âge de la population perdra sa forme strictement triangulaire, et la proportion des personnes âgées, dans la population, augmentera». 265 LEVY, M.J.: “New Uses of Demography”. Comparative Studies in Society and History. Vol. 16, 1, enero 1974, págs. 110-111. «la demografía va a ser vista como la principal contribución a la historiografía durante el próximo medio siglo, y a través de ese camino como una de las principales contribuciones a las ciencias sociales en general».

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189

A pesar de los intentos por legitimar a la demografía como ciencia (SÁEZ, A. 266, 1980 ; OVERBEEK, J. 267, 1984), su corpus teórico no ha dejado de estar bajo sospecha, lo que ha arrastrado a la propia teoría de la transición demográfica a que sea tachada de «insatisfactoria» (ONU 268, 1973, pág. 60). Tomas Mckeown defendía que el crecimiento moderno de la población es resultado del descenso de la mortalidad y, en menor medida, de la natalidad, que no ha dejado de disminuir (MCKEOWN, T. 269, 1978). Sin embargo, Paul Paillât defiende que corresponde a Bourgeois-Pichat el mérito de haber demostrado que la única causa de envejecimiento en nuestras sociedades modernas se debe a la reducción de la natalidad (PAILLAT, P. 270, 1971). Tanto unas teorías como otras, una y otra vez, caían en el reduccionismo del que demasiadas veces son objeto los procesos socioeconómicos estudiados por las distintas ciencias sociales. La deflación de la fecundidad estaría relacionada de forma casi universal con el desarrollo de las sociedades modernas, pero su introducción y difusión no pueden ser aún explicadas a través de ningún modelo válido o de ninguna descripción generalizadora (COALE, A. y HOOVER, E.M. 271, 1958). A pesar de los detractores que se niegan a aceptar que haya existido una etapa de transición demográfica, nadie puede refutar hasta el momento la veracidad de su existencia entre las sociedades tradicionales (tasas de fecundidad y mortalidad altas) y las sociedades modernas (tasas de fecundidad y mortalidad bajas). Llegando a la conclusión de que la transición o revolución demográfica es, más bien, una descripción 266

SÁEZ, A.: “Algunas reflexiones sobre la demografía como ciencia desde una perspectiva histórica”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Nº 10, 1980, págs. 103-119. «Mientras el análisis demográfico y sus extensiones, sea en genética, en demografía histórica o en estadística demográfica, parece cada vez más un cuerpo científico objetivable que ha dado grandes pasos en las últimas décadas, y ha implicado un conocimiento cada vez mayor de las poblaciones del mundo de su pasado y presente y de sus mecanismos de variación, la reflexión teórica sobre las causas de los comportamientos humanos que los subyacen se debate en la incertidumbre, los problemas y las confrontaciones que son comunes a las ciencias sociales». 267 OVERBEEK, J.: Historias de las teorías demográficas. Fondo de Cultura Económica, México, 1984. 268 ONU: The Determinants and Consequences of Population Trends. ONU, New York, I, 1973, pág. 60. 269

MCKEOWN, T.: El crecimiento moderno de la población. Antoni Boch, Barcelona, 1978. PAILLAT, P.: Sociología de la vejez. Oikos-tau, Barcelona, 1971. 271 COALE, A. y HOOVER, E.M.: Population Growth and Economic Development in Low Income Countries. Princeton University Press, Princeton, 1958. 270

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190

simplificada de supuestas regularidades pasadas donde se da una estrecha relación entre el crecimiento de la población y el desarrollo económico (ARANGO VILA-BELDA, J. 272, 1980, págs. 169-198; REVENGA ARRANZ, E. 273, 1980). Si no se hubiese producido la tan discutida transición demográfica,

muy

posiblemente,

hoy

no

estaríamos

hablando

del

envejecimiento de la población como una de las cuestiones sociales más importantes en los umbrales del tercer milenio (LE BOURG, E. 274, 1998). Julian Simon, economista norteamericano, sostiene que el crecimiento de la población favorece el desarrollo económico, frente a una planificación centralizada. Este investigador defiende el desarrollo de la población desde el siglo XVIII está relacionado con la brusca caída de la mortalidad, el incremento expansivo de los recursos y de la riqueza, sobre todo entre los países desarrollados. Este está convencido de que cuanta más gente entre en nuestra población occidental a través del nacimiento o de la inmigración, mayor será el progreso material y cultural de nuestra civilización, «pero el futuro no mejorará automáticamente, sino gracias al tesón de las personas por superar dificultades, asumiendo que el sistema político-económico se lo permita.... El crecimiento de la población no obstaculiza el desarrollo económico, tal y como defiende la teoría malthusiana, sino que aumenta los estándares de vida a largo plazo. Los problemas no surgen tanto por el exceso de población como por la falta de libertad política y económica» (UNIVERSIDAD DE NAVARRA 275, 1998).

En un reciente informe sobre la actividad investigadora llevada a cabo en Cataluña entre 1990 y 1996, se han valorado muy especialmente las contribuciones en el campo de la Geografía y la Demografía, tanto de investigadores particulares como de entidades privadas, al desarrollo histórico de estas disciplinas, comparándose las actividades docente e investigadora en 272

ARANGO VILA-BELDA, J.: “La teoría de la transición demográfica y la experiencia histórica”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, nº 10, abril-junio 1980, págs. 169-198. 273 REVENGA ARRANZ, E.: “La transición demográfica en España”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, nº 10, abril-junio 1980. 274 LE BOURG, E.: Le vieillissement en questions. CNRS, Paris, 1998. 275 UNIVERSIDAD DE NAVARRA: Op. Cit., 1998. www.una.es/honoris_causa.html/ .

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191

las distintas universidades, el equipo humano y técnico, así como los resultados obtenidos (MARTÍ-HENNEBERG, J. 276, 1999). Esta investigación viene a reafirmar una vez más los lazos estrechos que han existido entre la Geografía y la Demografía, y las posibles colaboraciones que se pueden establecer para el conocimiento de procesos demográficos vigentes (el envejecimiento, la inmigración norteafricana, etc.), aunque esa correspondencia no esté exenta de tensiones y malos entendidos. No cabe duda de que el futuro de los estudios geográficos sobre el envejecimiento está condicionado por la fluidez de esa relación interdisciplinar. En el curso de verano sobre Estadísticas Regionales que se celebró en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander durante la semana del 19 al 23 de julio de 1999, se reflexionó sobre la necesidad de disponer de información estadística de las distintas regiones de España y de la Unión Europea, con una metodología que las haga comparables. En esta línea, el INE está regionalizando sus estadísticas siguiendo las normas de la Unión Europea, y ya se han obtenido algunos resultados positivos como el estudio de la evolución demográfica a nivel regional. Como dice Joaquín Leguina: «La demografía debe poder, cada vez con mayor precisión, anticipar los hechos relativos a la evolución de la población e inspirar decisiones de actuación política a medio y largo plazo» (LEGUINA, J. 277, 1988, pág. 15), lo cual tiene más significación, si cabe, al tratarse de la situación de la población mayor.

III.2.b.3. Sociología

Las aportaciones sociológicas se caracterizan por su variedad, valiéndose para ello de la utilización de la técnicas demográficas como 276

MARTÍ-HENNEBERG, J.: “La investigación sobre geografía y demografía en Cataluña (España)”. Ar@cne. Recursos en Internet para las Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona, nº 48, 1999. http://www.ub.es/geocrit/menu.htm

277

LEGUINA, J.: “Materiales de referencia para el debate: Programa de investigaciones Económicas”. Programa 2000 del PSOE. Economía. Vol. 1, 1988, págs. 15-119.

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192

fundamento de sus estudios, destacando la definición del rol social del anciano en la sociedad, la tendencia de voto de los mayores, la estructura familiar, pasando por la integración o la marginación en la sociedad consumista actual. La socialización es el proceso mediante el cual el individuo adquiere conductas, creencias, valores y motivos que son asumidos como positivos por un contexto social determinado (familia, grupo cultural, institución). La dimensión familiar es una de las más importantes a nivel de redes de apoyo. De acuerdo con los estudios realizados, el apoyo familiar favorece no solo la salud de los ancianos sino sus condiciones psicológicas. La familia es el grupo social por excelencia donde las relaciones interpersonales se hacen más patentes. Pese a todo, éstas se ven alteradas y sufren cambios a lo largo del proceso de envejecimiento. Según algunos estudios (BLENKNER, M. 278, 1965), no existe tanto una responsabilidad filial en la atención de los hijos hacia los padres como que éstos sigan manteniendo su propia independencia. Por ello, la responsabilidad familiar en occidente se percibe como consecutivo y no como recíproco, por lo que cada generación se hace responsable de la generación anterior (FERNÁNDEZ LÓPIZ, E. 279, 1997, págs. 229-230). La dimensión grupal favorece el establecimiento de relaciones entre personas de la tercera edad, incrementando los niveles de bienestar subjetivo y objetivo de los participantes. La dimensión institucional refuerza la importancia que están adquiriendo las instituciones geriátricas como espacio donde los ancianos pueden encontrar un hogar, pero eso no debería llevar consigo la merma de las relaciones con la familia de mayor, como desgraciadamente ocurre.

A través del tiempo se han dado diferentes enfoques teóricos relacionados con la vejez, explicando los cambios que se suscitan en la misma. Podemos mencionar:

278

BLENKNER, M.: “Social work of family relationship in later with some thoughts on filial maturity”. SHANAS, E. y STREIB, G.(eds.): Social structure and the family, generational relations. Prentice Hall, Englewood Cliffs, New Jersey, 1965. 279 FERNÁNDEZ LÓPIZ, E.: Op. Cit. 1997, págs. 229-230.

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193

1- Teoría de la desvinculación: (CUMMING, E. y HENRY, W.E. 280, 1961; MUNNICHS, J.M.A. 281, 1966; LEHR, U. 282; 1980) Plantea que los mayores de edad inician un proceso de aislamiento y de rompimiento de relaciones con otras personas lo que les lleva a asumir su vida de manera aislada. Se van perdiendo poco a poco vínculos (ya sea por el retiro laboral o por su autoaislamiento) con la sociedad, generando así sus consecuencias psicológicas. Hoy en día esta teoría ha ido modificándose haciendo hincapié en la variedad existente en la adaptación. En este sentido, se han hecho algunas revisiones sobre la teoría de la desvinculación: a) Existe un determinismo endógeno y no sólo psicosocial en el proceso de desvinculación. b) Existen unos procesos cualitativos en la teoría de la desvinculación, con el tiempo se producen tanto una disminución cuantitativa cuanto una reestructuración cualitativa. De las actividades sociales, se produce una desvinculación– vinculación selectiva. c) Tras la jubilación se produce una desvinculación transitoria, que tras la conclusión del choque que supone la nueva situación, si el ajuste y la nueva orientación se logran de forma óptima, aparece una renovada y diferente vinculación. d) En la teoría de la desvinculación se olvidan a veces muchos datos de tipo autobiográfico fundamentales. 2- Teoría de la actividad: (MADDOX, C. y EISDORFER, C. 283, 1962; ATCHLEY, R.C. 284, 1977) Afirman que el buen animo y la satisfacción personal en la vejez se alcanza a través de la utilidad social, el rendimiento y la actividad. No hay mucha diferencia entre la ancianidad y la edad mediana, razón por la que

280

CUMMING, E. y HENRY, W.E.: Op. Cit. 1961. MUNNICHS, J.M.A.: Op. Cit. 1966 282 LEHR, U.: Op. Cit. 1980. 283 MADDOX, C. y EISDORFER, C.: “Some correlates of activity and morale among the elderly”. Social Forces, 40, 1962, págs. 254-260. 284 ATCHLEY, R.C.: “The leisure of the elderly”. The Humanist, 1977, pp. 14-19. 281

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194

muchas personas mayores se resisten al abandono de sus actividades y buscan tareas y actividades alternativas que le mantengan dentro de un nivel de actividad adecuado. Si a los mayores se les priva de los papeles sociales, se produce la anomalía (situación social en la que no existen normas bien definidas, ni el individuo posee relaciones significativas con las demás). Según Maddox y Eisdorfer (1962), solo entre un 30% de los mayores encajan en la desvinculación, mientras que el 70% restante se comportan de acuerdo con la teoría de la actividad.

3- Teoría del contexto social: (GUBRIUM, J. 285, 1973; BROTMAN, H.B. 286,1977) Defienden que sobre el nivel de actividad de las personas mayores influyen tres factores: la salud, los aspectos económicos y los apoyos sociales. El comportamiento durante la vejez está determinado por condiciones biopsico-socio-económicos que engloban no sólo aspectos normativos del contexto social, sino también los obstáculos materiales y las posibilidades que se ofrecen. 4- Teoría de la continuidad: (ATCHLEY, R.C., 287 1972) Dicen que la vejez prolonga las fases anteriores de la vida. Es decir, los precedentes experienciales y biográficos son los que consolidan los estilos, hábitos y los gustos adquiridos con el transcurrir de los años. 5- Teoría de la ancianidad como subcultura: (ROSE, A. 288,1965) Existe una subcultura del envejecimiento como ocurre con los jóvenes. Se crea tal subcultura, cuando las personas pertenecen a determinados grupos 285

GUBRIUM, J.: The Myth of the golden years: a socio-environmental theory of aging. III, Thomas, Springfield, 1973. 286 BROTMAN, H.B.: “Income and poverty in the older population in 1975”. The Gerontologist. 17,1977, págs. 23-26. 287 ATCHLEY, R.C.: The social forces in later life. Wadsworth Publishing Co., Belmont, 1972. 288 ROSE, A.: “The subculture of aging: A framework for research in social gerontology”. ROSE, A. y PETERSON, W. (ed): Older people and their social world. Davis, Philadelphia,1965.

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195

de edad solo se relacionan con los de su propio grupo de edad y se asilan o distancian de los demás. Esta cohesión se produce por experiencias, intereses y objetivos comunes y puede activar el ajuste a la nueva situación vital de la edad, pero dicha cohesión puede surgir también del sentimiento de exclusión del resto de la sociedad y reforzar así sentimientos de oposición dentro de la esfera social. 6- Teoría de los ancianos como grupo minoritario: (STREIB, E.P. 289,1965) En la línea de Rose (1965), que nuestra sociedad, con sus actitudes negativas frente a la vejez, obliga de alguna forma a los ancianos a formar grupos minoritarios.

7- Teoría de la estratificación social: (CAIN, 1974) Cada individuo dentro de nuestra sociedad pertenece a un cierto número de grupos humanos diferenciados. Estos grupos pueden estar definidos por características de distinta índole de carácter permanente o transitorio. Por tanto, pertenecer a un segmento y otro de edad tiene una gran importancia para ejercer un poder tanto económico como político. 8- Teoría contextual del envejecimiento: (RILEY, M.W. 290,1986) El

modelo

contextual

incorpora

factores

intrapersonales,

interpersonales, culturales y biológicos y cada tipo de influencia a lo largo de la vida individual se desenvuelve dentro del continuo tiempo individual y del contexto histórico en el cual dichas influencias e interacciones sufren cambios propios a cada época a dos niveles un micronivel (individuos de una determinada cohorte) y un macronivel (la interacción entre individuos de diferentes cohortes sucesivas o no).

289

STRIEB, E.P.: “Are the aged a minority group?”. GOULDNER, A.W. y MILLER, J.M. (ed): Applied sociology: Opportunities and problem. Free Press, New York, 1965. 290 RILEY, M.W.: “Overview and highlights of a sociological perspective”. SORENSEN, A.B., WEINERT, F. y SHERROD, L.(ed): Human development and the life course: Multidisciplinary perspectives. Erlbaum, Hillsdale, New York,1986.

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196

El análisis crítico de la situación de la población mayor, de sus miserias y de sus problemas, nos conducen necesariamente al análisis crítico de toda la sociedad. La vejez es un hecho social, y no únicamente biológico, donde la sociedad debería acostumbrarse y adecuar su estructura organizativa a las necesidades que plantee esta nueva realidad. La sociedad intenta minimizar el coste que le supone el mantenimiento de los ancianos, a través de homogeneizar cada vez más las pensiones hasta el salario mínimo interprofesional, cota que redundará posiblemente en la eliminación de las pensiones miserables, socializando a la mayor parte de los ancianos en un nivel de vida muy inferior al del resto de la población. Otro campo muy fecundo han sido los estudios comparados de Gerontología que plantean cómo diferentes sistemas sociales resuelven, con medidas en función de sus objetivos sociales, las necesidades sanitarias y sociales de la ancianidad. Finalmente, la sociología proporciona también datos necesarios para que otras materias aplicadas, trabajo social, sanidad, educación, organicen programas de servicios a los ancianos, y esta función va a seguir siendo importante pues, sin tal base social objetiva, resulta imposible organizar racionalmente programas y servicios.

Cuadro III.2: Cuestiones básicas sobre la socialización de los mayores

Fuente: Elaboración propia.

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197

Las relaciones entre la Sociología y la Geografía han sido más intensas y fructíferas de lo que sus profesionales le han concedido en un principio. Es probable que, pese a todo, existieran numerosos préstamos mutuos. Mientras, los sociólogos aplicaron los materiales de los geógrafos en su análisis del medio cultural, éstos recurrieron a las ideas de los primeros en la obtención de la noción de modo de vida (DURKHEIM, E. 291, 1975). «Mientras el geógrafo lo que se propone es el conocimiento de las combinaciones o complejos resultantes de la interacción de la naturaleza y el hombre actuando en cuanto a ser económico y social, el propósito preferente del ecólogo es la comprensión de la organización social, recurriendo al factor espacial sólo en cuanto puede contribuir a esta explicación. Pero esta contribución le obliga a recorrer caminos en los cuales necesariamente ha de encontrarse con el geógrafo» (DE TERÁN, M. 292, 1964, págs. 441-466). Robert Park 293, E.W. Burgess, R.D. Mackenzie, Louis Wirth 294, sociólogos de la escuela de Chicago, aplicaron ese marco teórico al estudio de las comunidades urbanas en general, y al de los guetos en particular, así como a los análisis sobre la delincuencia y desorganización de la vida comunitaria. Las investigaciones sociales del medio urbano han permitido estudiar distintos problemas que padecen directa e indirectamente la población anciana de nuestras ciudades. La soledad, la marginación, la exclusión social, los guetos geriátricos, la pobreza, la especulación del suelo, la falta de servicios específicos, el acceso a los medios de transporte, etc., son problemas que afectan y condicionan en buena medida el desarrollo normal de las personas mayores que viven en la ciudad. «El medio social es un marco urbano que es esencialmente un conglomerado de seres humanos

que, sin estar

necesariamente unidos por la pertenencia a un grupo, se encuentran sin

291

DURKHEIM, E.: Les règles de la méthode sociologique. Morata, Madrid, 1975. TERÁN, M. DE: “Geografía humana y Sociología. Geografía Social”. Estudios Geográficos. Madrid, Vol. 25, 1964, pág. 441-466. 293 ENTRIKIN, J.N.: “Robert Park’s Human Ecology in the context of Geographic ideas” . Annals of the Association of American Geographers. Vol. 70, marzo 1980, págs. 45-58. 294 THEODORSON, G. A.: Estudios de Ecología humana. Labor, Barcelona, 2 Vols., 1974. 292

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198

embargo unidos por cierta comunidad de actitudes, de formas de pensar y expresarse así como de conducta» (HAUSER, P.M. 295, 1972, pág. 15).

III.2.b.4. Economía

Sin duda alguna, la variable económica tiene una importancia capital en el amplio marco del proceso de envejecimiento de la población. Las aportaciones de la economía al estudio de la ancianidad son tanto macroeconómicas en los grandes temas de interés nacional (ahorro, renta y nivel de vida de los mayores) como microeconómicas (comportamiento del ciudadano pasivo, bienestar individual, esquemas de consumo, ahorro, etc.). No cabe duda, que a tenor de los parámetros económicos, la situación económica actual del anciano es mucho mejor que en el pasado pero el Estado del bienestar apenas puede hacer frente hoy a sus obligaciones corrientes. Todos los analistas están de acuerdo en que los sistemas públicos de previsión social deben complementarse con algún tipo de previsión privada pues, dada la composición de la población activa, no pueden ofrecer garantías suficientes para el futuro económico de todos los ciudadanos. Lo que no podemos obviar es la importante relación de dependencia que existe entre las cuestiones económicas que afectan a este sector de población, con los factores políticos y sociales. «Los fenómenos políticos examinados por el especialista en Geografía política representan, en último término, en su mayor parte el producto de condiciones económicas definidas. Al mismo tiempo, las condiciones políticas ejercen una inmensa influencia sobre la vida económica. Por ello las cuestiones de Geografía política están íntimamente relacionadas con las de Geografía económica y, en consecuencia,

295

HAUSER, P.M.: La investigación social en las zonas urbanas. Labor, Barcelona, 1972, pág. 15.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

199

no hay suficiente motivo para separar la Geografía política de la Geografía económica» (KONSTANTINOV, O. A. 296, 1962, pág. 31).

Nadie duda hoy de que la economía y la Geografía son dos ciencias sociales de larga historia que han coincidido y lo siguen haciendo en determinados temas como el proceso de envejecimiento de la población y sus efectos colaterales. Mientras, «la Geografía trata de la distribución espacial de los rasgos físicos y culturales en la superficie de la tierra. La economía es el estudio de aquellas actividades con las que el hombre trata de satisfacer sus ilimitados deseos, utilizando para ello los recursos limitados facilitados por la naturaleza. La Geografía económica trata de la distribución espacial de las actividades económicas del hombre en sus esfuerzos de satisfacer sus deseos, y del intercambio interregional de bienes resultantes de la especialización de la producción» (CARTER, W.H. y DODGE, R.E. 297, 1939, págs. 4-8). Dentro de las obras de Geografía económica, Pierre George en su Geografía Activa, nos dice que: «La vida del ciudadano, del habitante de la ciudad, se ha encontrado dividida en varias fracciones heterogéneas, el trabajo, el transporte, el domicilio, que corresponden cada una de ellas a un medio social diferente (distorsión de la vida social individual y de la vida social familiar)» (GEORGE, P. 298, 1980, pág. 311).

En relación al proceso de envejecimiento de las zonas urbanas, los estudios económicos tienen por objetivo la descripción de las actividades económicas de una zona, la identificación de los principales factores demográficos y sociales de estas actividades y de las instituciones que se encuentren implicadas. Entre los análisis que podemos destacar están la distribución de la renta, el volumen y la estructura del consumo, o el ahorro y las inversiones. El estudio de los efectivos de acuerdo con la edad y el sexo, el análisis de los niveles de instrucción y la distribución según la ocupación, el 296

KONSTANTINOV, O. A.: “Economic geography”. Soviet Geography. Accomplishment and tasks. American Geographical Society, New York, 1962, pág. 31. 297 CARTER, W.H. y DODGE, R.E.: Economic Geography. The Odyssey Press, New York, 1939, págs. 4-8. 298 GEORGE, P.: Geografía Activa. Ariel, Barcelona, 1980, pág. 311

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200

análisis del empleo, del paro total y diferencial, y el análisis del ingreso por habitante en los diferentes grupos profesionales.

El análisis del consumo

comprende en la mayoría de los casos el estudio de los gastos familiares y de la estructura del consumo en los diversos grupos de ingresos, evaluándose el consumo de acuerdo con el tipo de bienes o servicios. La economía como ciencia social y humana, recoge en su interior científico la inmensa problemática de las ideologías, los juicios de valor, los juicios éticos, etc. En este sentido comprobamos como se extiende la tendencia a limitar el uso del método comparativo, cuando se trata de estudiar la necesidad económica y la satisfacción de la misma, la escasez o el bienestar. Sin lugar a dudas, «hace falta entrar a considerar las reflexiones sociológicas y éticas, para debatir los principios y supuestos sobre los que se asientan» (MONTORO ROMERO, R. 299, 1985, pág. 91). En esta línea, habría que considerar la posibilidad de utilizar otros indicadores más fiables en relación al bienestar de la población, tomando elementos cualitativos y valorativos que enriquecerían la perspectiva, y a pesar de lo que se cree, no perdería su valor científico. Como dice Max Weber: «el desarrollo de la gestión económica racional (...) está condicionada en gran proporción por hechos y sucesos no económicos» (WEBER, M. 300, 1979, pág. 51).

III.2.b.5. Geografía

Al igual que en la mayoría de las disciplinas sociales, el incremento de la población anciana en el mundo desarrollado, ha despertado el interés por este hecho geográfico 301. Para abordar un tema tan actual y complejo, los geógrafos han necesitado disponer de estadísticas económicas y demográficas.

299

MONTORO ROMERO, R.: “Escasez, necesidad y bienestar: apuntes para una sociología de la economía”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, 1985, págs. 6992. 300 WEBER, M.: Economía y sociedad. Fondo de Cultura Económica, 19794, pág. 51. 301 BEAUJEU-GARNIER, J.: Demogeografía. Los grandes problemas de la población mundial. Labor, Barcelona, 1972, pág. 133.

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201

Aunque en la actualidad muchos servicios destinados a los jubilados han mejorado la situación de la población de la tercera edad, no han podido evitar situaciones de marginalidad debido al crecimiento de las necesidades de residencia de este sector de población. Los planificadores nacionales y municipales y los políticos discuten el papel del sector privado dentro de un marco de reducciones de la promoción y del gasto público. Y todas las posiciones aluden a que sería irresponsable una política de laissez-faire en el alojamiento del anciano. La mayor ayuda debe partir desde el gobierno central, tanto el sector público como el privado deben estimular una expansión de nuevas residencias rehabilitadas para albergar hogares pequeños para el anciano (WARNES, A.M. y LAW, C.M. 302, 1984, págs. 37-59). Pero aún existen muchas lagunas con respecto a este tema de tanta vigencia social. Como advierten algunos geógrafos franceses, ha existido un interés mayor por el envejecimiento diferencial de los lugares que por la situación socioeconómica de los jubilados (CRIBIER, F. 303, 1980, págs. 569576.).

Hasta no hace mucho, los estudios geográficos de zonas urbanas tenían por objeto esencialmente: «describir las características físicas y espaciales de la zona y de sus alrededores y analizar la distribución de la población y las actividades económicas y sociales de acuerdo con estas características físicas» (HAUSER, P.M. 304, 1972, pág. 77). De esta forma, se atienden los análisis del

«En los países más evolucionados, se marcha hacia una disminución del papel de la desigualdad social ante la muerte; idealmente, se deberían tender hacia una casi desaparición de esta influencia por la lucha cada vez más eficaz generalizada contra las causas exógenas de la mortalidad. Pero tal fase de la evolución sólo se ha alcanzado en una parte muy pequeña de los países del globo; (...) sin embargo, para la mayor parte de las tierras y para el mayor número de hombres, se está actualmente en la segunda fase del desarrollo histórico; es decir, que el progreso médico penetra en una escasa parte de la población, generalmente la más acomodada o bien la que está situada en las proximidades de un médico, de un hospital, de un dispensario, mientras que la masa sólo goza de medidas generales y episódicas (campañas de vacunaciones, paso de una misión médica itinerante...)» 302

WARNES, A.M. y LAW, C.M.: “The elderly population of Great Britain: locational trends and policy implications”. Transactions Institute of British Geographers. New Series. Vol. 9, nº 1, 1984, págs. 37-59. 303 CRIBIER, F.: “La vieillesse et les sciences sociales”. La Revue française de la santé publique. Nº 16, 1980, págs. 569-576. 304 HAUSER, P.M.: Op. Cit. , 1972, pág. 77.

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acceso a los medios de transporte locales y a los recursos y servicios sobre el crecimiento relativo y el desarrollo de la ciudad. En la actualidad, se insiste en agrupar, medir y comparar las unidades territoriales de base de una zona urbana de acuerdo con algunas características, por ejemplo, la distancia que las separa del centro, la renta media de las familias, la edad media de las edificaciones residenciales, la proporción de terrenos dedicados a fábricas, el porcentaje de habitantes mayores nacidos en el extranjero, etc. En el ámbito urbano, Wolf (1969 y 1970), entre otros, se ocupó de la cuestión de los lugares de suministro específicos de cada grupo. Aclarando que tanto las personas jóvenes de todos los estratos sociales como los ancianos de los estratos más altos solamente se proveen de bienes y servicios a corto plazo en el subcentro, mientras que sus demás necesidades las solventan en el centro de la ciudad. «Las personas viejas de los estratos bajos utilizan más frecuentemente el subcentro para cubrir sus necesidades o incluso como punto de encuentro social (p.e. los bares de los grandes almacenes). Así pues, existe una estructura de áreas en la cual, según los grupos sociales, cambia frecuentemente el lugar de abastecimiento. En los estudios sobre centros comerciales en las afueras de la ciudad (Frankfurt) también se vio que determinados grupos sociales y profesionales están caracterizados por compra de bienes distintos en lugares distintos. De aquí se desprende que las áreas de abastecimiento, que a menudo se representan tan unitarias, tienen que ser objeto de una observación diferenciada en lo que se refiere al comportamiento de los grupos sociales en su espacio acción». En la planificación de zonas de esparcimiento es importante tener en cuenta, junto a la diferenciación social, la estructura por edades del grupo social. «En este sentido existe una clara relación entre los grupos de edades y las posibilidades de transporte (grado de motorización específico de cada edad) y el equipamiento de la zona para las diferentes actividades de tiempo libre (bañarse, esquiar, hacer excursiones, etc.)» (MAIER, J.; PAESLER, R.; RUPPERT, K. y SCHAFFER, F. 305, 1987).

305

MAIER, J.; PAESLER, R.; RUPPERT, K. y SCHAFFER, F.: Geografía social. RIALP, Madrid, 1987.

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Otro punto importante a tener muy en cuenta es la población inmigrante, en especial la procedente de países del Norte de África en ciudades como Granada, donde encontramos una importante colonia en los barrios marginales del norte de la ciudad. Con el tiempo, esta población pasará a formar parte del grupo de población de la tercera edad, y será muy interesante poder estudiar su lugar de extensión o grado de participación. «Aunque viven en la ciudad y participan en diversas actividades específicamente urbanas, estos inmigrantes permanecen parcial o totalmente extraños a otros importantes sectores de la existencia humana; por ejemplo, se mantienen apartados de diversas distracciones, evitan toda actividad sindical y política, evitan formar parte de ciertos organismos sociales, etc.» (HAUSER, P.M. 306, 1972, pág. 174). Ante la presente previsión demográfica que evidencia el creciente envejecimiento colectivo, el geógrafo puede y debe cuestionarse la realidad social del mundo occidental, sus contradicciones y exclusiones, las necesidades y demandas de esta población, la posibilidad de que estas personas puedan llegar a vivir dignamente sin la necesidad de recurrir a mendigar unos ambientes más adecuados y una revisión de su situación socioeconómica. Todos sabemos de la valía de los ancianos, verdaderos portadores de la esencia de nuestra humanidad y ricos en experiencia y sabiduría. Seguramente, como seres humanos, deberíamos reflexionar sobre nuestros sentimientos hacia los mayores y, como profesionales sociales, debemos cuestionarnos las vigencia de las metas actuales en Geografía y revisar los planteamientos metodológicos y objetivos a alcanzar. Nuestra respuesta condicionará no solo la solución de los problemas de los ancianos, sino el presente protagonismo de esta disciplina en la sociedad.

306

HAUSER, P.M.: Op. Cit. , 1972, pág. 174.

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III.3. Los desafíos de la Gerontología

En 1950 la Asociación Internacional de Gerontología define como primer objetivo: «promover la investigación gerontológica en biología, medicina y ciencias sociales, así como la colaboración entre estas ciencias» (MORAGAS MORAGAS, R. y LINZ STORCH DE GRACIA, JJ. 307, 1998, pág. 38). En este sentido, no debemos pensar en la Gerontología como en una ciencia específica, sino que se construye a partir de aportaciones de ciencias específicas existentes, sobre todo las ciencias de la salud y ciencias sociales. Posiblemente, de todas las disciplinas que se ocupan del mundo del envejecimiento, quizás la Gerontología sea la que haya experimentado en las últimas décadas un desarrollo más significativo.

En nuestros días, se ha suscitado toda una conciencia colectiva en torno a la vejez y su problemática. Mientras en el pasado era una cuestión reservada al individuo, en la actualidad, esta cuestión se ha globalizado. De esta forma, la Gerontología es la resultante de un trabajo de reflexión conjunta de la colectividad, en respuesta a un fenómeno propio de nuestra sociedad moderna. Como dice Jacques Laforest, «La Gerontología de hoy es en realidad un momento de la reflexión secular de la humanidad sobre la ancianidad» (LAFOREST,

J. 308,

1991,

pág.

11).

En

definitiva,

esta

ciencia

multidisciplinar 309 no es una sino varias ciencias, con metodologías y objetos formales propios. Podemos decir que el hilo conductor de los gerontólogos es la preocupación continua por aumentar la duración de la vida humana y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

307

MORAGAS MORAGAS, R. Y LINZ STORCH DE GRACIA, JJ.: Op. Cit., 1998, pág. 38. LAFOREST, J.: Introducción a la Gerontología. El arte de envejecer. Herder, Barcelona, 1991, pág. 11. 309 CANES MARTÍ, C.: “La multidisciplinaridad en la gerontología”. ASOCIACIÓN MULTIDISCIPLINAR DE GERONTOLOGÍA: El rol de los profesionales en la Gerontología. Ponencias de las terceras jornadas de la AMG. Asociación Multidisciplinar de Gerontología, Barcelona, 1997, pp. 47-54. «La multidisciplinaridad es la aproximación profesional a un problema o situación caracterizada por la participación de miembros de diversas disciplinas que interaccionan más o menos informalmente o se toleran entre ellos». 308

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Dentro la investigación y de la teoría evolutiva es necesario que se conceptualice el envejecimiento como un fenómeno distinto para hombres y mujeres, en la medida en que las experiencias y vidas de unos y otras determinan en la vejez, una situación personal y vital diferente (FREIXAS, A. 310, 1997, págs. 31-42).

El termino “ageism” fue introducido en 1969 por Robert Butler. Este es traducido al castellano como “edadismo” o “ancianismo”, discriminación lingüística hacia los ancianos. Una exclusión de tipo económica, política y social que se admite como mal menor en nuestra sociedad (ARRIBAS ESTEBARANZ, J.M.

311

, 1994, págs. 3-4). Si queremos llegar a realizar

progresos de alcance dentro de las ciencias, uno de los primeros objetivos a conseguir sería el diseño y la utilización de una terminología correcta. En este caso, los gerontólogos sociales tendrían que conocer los engaños del lenguaje, pues no es neutro, y aprender a utilizarlo de forma adecuada, identificando coherentemente los hechos, y de ninguna manera posibilitando la perpetuación de la discriminación lingüística de los ancianos. Para ello, sería necesario que los profesionales se percatarán de esta realidad gramatical, e intentarán aunar esfuerzos para la construcción de una terminología ajustada a las necesidades de la ciencia.

Las nuevas perspectivas en la investigación gerontológica invitan a la esperanza, ya que es posible y beneficioso la utilización de los métodos e instrumentos propios de las distintas disciplinas, el intercambio de descubrimientos, a partir de una evolución de aptitudes ante la investigación, y el respeto de las normas de todo proceso de investigación.

La compleja realidad que vive la Gerontología al ser considerada más un campo de estudio que un objeto formal de una ciencia específica, da lugar a una serie de problemas que dificultan su normal desarrollo. Entre los 310

FREIXAS, A.: “Envejecimiento y género: otras perspectivas necesarias”. Anuario de Psicología 1997. Universidad de Barcelona, Barcelona, 1997, págs. 31-42. 311 ARRIBAS ESTEBARANZ, J.M.: Op. Cit. , 1994, págs. 3-4.

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inconvenientes que más afectan a la Gerontología destacan: el problema epistemológico y la falta de mayor colaboración entre las distintas ciencias. La ausencia de un método propio de la Gerontología no debe ser un inconveniente insalvable, ya que deriva de la concepción filosófica en la que éste se enmarque y resulta ser un problema común a las ciencias sociales. A su vez, el problema derivado de los distintos enfoques disciplinarios sobre la realidad de los mayores, debe ser más bien una ventaja, al poder englobar distintos matices y enriquecerse de los métodos propios de las disciplinas científicas centradas en el estudio de la vejez. Sin embargo, el gerontólogo debe ser un profesional que sepa seleccionar y utilizar congruentemente los marcos teóricos y metodológicos, diseñar y definir objetivos para poder operar con múltiples variables de la realidad compleja del envejecimiento. Estos nuevos profesionales, tomando de sus respectivas especialidades los conocimientos y enfoques propios, deben comprometerse en proyectos comunes e interdisciplinares para lograr los fines que persigue la Gerontología. El desarrollo de la ciencia del envejecimiento necesariamente está hipotecado al progreso que realicen los distintos profesionales desde una óptica de aproximación, por medio de la indagación y la teorización. Por el momento, y a la espera de nuevas herramientas para la obtención y recopilación de datos, se hace factible y rentable el aprovechamiento de esas fuentes por distintos profesionales. «Se calcula que al utilizarlos, se ahorra un 40% del presupuesto de un estudio» (SANTILLÁN, S. 312, 1994, pág. 13). Sin embargo, el investigador debe ser consciente que cada investigación requiere de una base de datos propia, ya que cada objetivo requiere datos ad hoc. Los continuos análisis de bases de conocimientos y de resultados de investigaciones realizados por demógrafos, geógrafos, sociólogos, economistas y politólogos, son una costosa y valiosa información que debe ser mejor aprovechada. Si se crea una conciencia de necesidad de colaboración plena entre profesionales, que permita el desarrollo de la investigación interdisciplinar en Gerontología, se estará preparado para que una misma base de conocimientos y de resultados de investigaciones original pueda ser explotada sin adulteraciones ni sesgos 312

SANTILLÁN, A.: “Nuevas perspectivas en investigación gerontológica”. GERpress. Nº 24, 1994, pág. 13.

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que desvirtúen dicho aprovechamiento. Recurriendo a los análisis secundarios se reducirá tiempo, personal y se reflejará en el costo final. De todas formas, seguirá siendo necesaria una predisposición investigadora, donde las hipótesis, los objetivos y el diseño del estudio queden bien delimitados. El imparable desarrollo de las telecomunicaciones, sobre todo de internet, está disparando la posibilidad de contrastar opiniones en tiempo real entre distintos expertos de diferentes países. Las oportunidades son muchas y ofrecen una novedosa puerta al entendimiento y al desarrollo de la Gerontología. Plantear unas líneas de investigación, con una metodología adecuada es primordial. En el análisis interdisciplinar de la Gerontología queda más patente la demanda de instrumentos estandarizados, que conviven con otros de producción propia. Hablamos de los cuestionarios, test y escalas estandarizadas y las de elaboración propia, que son pruebas multidimensionales diseñadas para recabar información múltiple adaptándose a las necesidades de cada investigación. No obstante, el investigador también debe ser autodidacta y autocrítico, y no estar sometido a corsés metodológicos, por lo que debe tomar las pruebas estandarizadas como meros ejemplos o guías (ver cuadros nº III.3 y III.4).

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Cuadro III.3: PRUEBAS ESTANDARIZADAS FUNCIONAMIENTO COGNITIVO Y FUNCIÓN AFECTIVA - Inventario de depresión de Beck ESTADO MENTAL - Escala de Isquemia de Hachiski - Escala de autoapreciación de Zung - GDS: Escala de Depresión - Mini-Mental State Examination Geriátrica - Mini-Examen Cognoscitivo - Inventario de depresión de - Cuestionario de Pfeiffer Hamilton - Escala de Memoria de Wechsler - Escala de Apreciación de - Escala de Depresión del Centro demencias para Estudios Epidemiológicos - Escala de Incapacidad Mental de - Cuestionario de Goldberg Cruz Roja - Sandoz Clinical Assessment- BIENESTAR SOCIAL Y ECONÓMICO - Inventario de Recursos Sociales en Geriatric (SCAG) Personas Mayores - Test cognitivo de Crichton (CBRS) - Social Dysfunctioning Rating Scale - Escala de Guttman BIENESTAR FUNCIONAL - Test de Sociabilidad para Ancianos - Escala de Guttman, 1977 - Test de Sociabilidad para Ancianos Residentes (TSAR) Residentes (TSAR) - Índice de Katz INSTRUMENTOS - Escala AVD (Actividades Vida MULTIDIMENSIONALES PARA LA Diaria): AVD-B (Básicas) y AVD-I VALORACIÓN DEL STATUS (Instrumentales) FUNCIONAL DEL ANCIANO - Índice de Lawton - Older Americans Research and Service Center Instrument - Índice de Barthel - Escala de Incapacidad de - Informe del Equipo de Valoración Framingham de la Tercera Edad. Diputación - Escala de autocuidados de Kenny Foral de Bizkaia, (Fundación Matía, San Sebastián, 1989) - Índice médico de Cornell - Escala Short-Care - OARS: Salud física - Batería de indicadores médicos de - Batería de test CERAD salud - DSM-IV - Cuestionario A.S.E.P. Fuente: Elaboración propia y CALVO GÓMEZ, F. 313: 1997, págs. 269-288.

313

CALVO GÓMEZ, F.: “Meta-análisis de investigaciones gerontológicas”. RUBIO HERRERA, R.: Temas de Gerontología I. Master de Gerontología Social, Granada, 1997, págs. 269-288.

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Cuadro III.4: INSTRUMENTOS DE ELABORACIÓN PROPIA SERVICIOS SOCIALES VALORACIÓN DE PERFILES - Instrumentos de Valoración Socio- PROFESIONALES Sanitaria y de Evaluación de - Cuestionario Semi-Estructurado servicios para centros para la Valoración de Perfiles de Institucionalizados. los Profesionales que trabajan con - Instrumentos de Valoración de Ancianos. Servicios Socio-Asistenciales para - Escala de valoración sobre las la Población General. características del personal y los - Instrumentos sobre la utilización e residentes. información de Servicios Sociales. - Escala de Clima Social en el Trabajo - Escala de Clima Social en Instituciones (CIES) - Escala de valoración arquitectónica y física. VALORACIÓN DE CONOCIMIENTOS MULTIDIMENSIONALES - Cuestionarios Estructurados con Y ACTITUDES soporte de Instrumentos Validos - Cuestionario Estructurado para la estandarizados. Valoración del Grado de - Cuestionario Estructurado Conocimiento y Actitudes frente al Multidimensional sin soporte de SIDA. técnicas estandarizadas. - Encuestas-Test sobre la opinión - Encuestas demográficas y de particular del colectivo de los demanda de nuevas alternativas de mayores. atención. - Evaluación de programas y proyectos. Fuente: Elaboración propia y CALVO GÓMEZ, F. 314: 1997, págs. 269-288.

El estudio del envejecimiento pasa por abarcar muchas ópticas y realidades, que solo pueden ser explicadas a través de múltiples variables e indicadores que conviene tener presentes en todo equipo interdisciplinar, donde no puede faltar la aportación del geógrafo.

Como afirmó RC. Crandall en 1980 en su obra Gerontology: a behavioral science approach: «no existe realmente una teoría de la Gerontología» (CRANDALL, RC, 1980, pág. 43). Por tanto, al no existir una explicación coherente de los pilares de esta ciencia, tampoco se pueden unificar criterios ni orientar la investigación. Estas barreras son sorteadas gracias a la 314

CALVO GÓMEZ, F.: Op. Cit., 1997, págs. 269-288

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colaboración cada vez más estrecha de los gerontólogos, que toman de las disciplinas particulares a las que pertenecen, sus respectivas teorías y metodologías del envejecimiento. Según esta afirmación, Jacques Laforest, defiende la identidad profesional de los individuos, desechando la designación de “gerontólogo” y aludiendo al psicólogo del envejecimiento, trabajador social gerontológico, enfermera geriátrica, etc. (LAFOREST, J. 315, 1991). La falta de una mayor colaboración entre las distintas ciencias, es consecuencia del enorme y complejo campo abarcado en la actualidad por la Gerontología. Un campo muy deseado por los distintos profesionales, por las considerables repercusiones sociales y políticas que tienen todo lo relacionado con la vejez. De ahí, la intransigencia y el sectarismo del que es objeto la Gerontología por parte de determinados profesionales, habituados a sus propios métodos de trabajo y sensibles a particulares visiones de la realidad del envejecimiento. Esto se ve complicado demasiadas veces por luchas de prepotencia entre profesionales, e incluso por conflicto de intereses entre disciplinas y organismos. En este marco de intereses creados, la Gerontología está siendo objeto de mercadeo por parte de determinados profesionales que acaparan todo el protagonismo, desplazando y obviando la necesidad de establecer una colaboración interdisciplinar. Si observamos este campo científico desde el análisis sociológico, queda patente la existencia de cierta jerarquía, donde la medicina, estaría a la cabeza. Otras como la enfermería, el trabajo social, la fisioterapia, etc., serían etiquetadas de semiprofesionales. Y por último, los auxiliares de geriatría, los cuidadores domiciliarios, etc., aspirarían a obtener un mayor reconocimiento profesional. Muchos testimonios y estudios realizados confirman la siguiente paradoja: «En relación con las personas mayores, a pesar de su importancia numérica, era el grupo menos favorecido por los profesionales de alto estatus (médicos); mientras que paradójicamente, los que estaban en la base de la tradicional jerarquía profesional eran los que se responsabilizaban, mayoritariamente, del mayor grupo de clientes del Estado del bienestar. El poder profesional normalmente significaba la 315

LAFOREST, J.: Op. Cit. 1991.

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exclusión social de los ancianos y los familiares que les cuidaban de las discusiones sobre su propio cuidado» (WALKER, A. 316, 1997, pág. 14). ¿Y el geógrafo? He podido comprobar como en la mayoría de los trabajos realizados por sociólogos y otros profesionales que tratan esta cuestión, obvian o silencian en reiteradas ocasiones el papel del geógrafo, cuando no, hablan de intromisión de su terreno por parte de especialistas de “otras ciencias”. Con este marco, podemos enfrentarnos a la condición del carácter interdisciplinar de la Gerontología, que respondería mas bien a actitudes de personas e instituciones comprometidas en este proceso. «Se trata esencialmente de una actitud receptiva, fundamentada en el reconocimiento y valoración de la especificidad del otro» (LAFOREST, J. 317, 1991, pág. 31). Para lograr esta comunicación interdisciplinar es necesario relacionar la dimensión de la vejez fundamental y universal, hasta llegar a lo específico y particular, los objetos formales y metodología de cada disciplina. Los gerontólogos deben encaminarse al trabajo en equipos interdisciplinares, evitando caer en errores presentes de cuotas de poder que no llevan nada más que al mero estatismo científico. Si bien es cierto, muchos científicos estudian la forma de alargar la vida, existe menos conciencia entre estos por “ensancharla”.

En el tortuoso camino hacia la interdisciplinaridad, Barnes y Walker han elaborado una serie de estrategias encaminadas a transformar las prácticas de los distintos profesionales y voluntarios para intentar una mayor aproximación y participación, sobre todo con personas ancianas (BARNES, M. y WALKER, A. 318,1996): «1. La participación debería permitir tanto el desarrollo personal como el incremento de la influencia sobre los servicios.

316

WALKER, A.: Op. Cit. , 1997, pp. 13-43. LAFOREST, J.: Op. Cit. 1991, pág. 31. 318 BARNES, M. y WALKER, A.: “Consumerism Versus Empowerment”. Policy and Politics (forthcoming). 1996. 317

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2. la participación u ´ obtención de voz ´ tendría que tener como objetivo el aumento de las habilidades de la gente para controlar sus propias vidas, y no sólo incrementar su influencia sobre los servicios. 3. La participación por parte de una persona no tiene que resultar de la explotación de otras; tanto familiares como asistentes. 4. La participación no tendría que ser vista como una suma a cero: un modelo de asociación tendría que proporcionar beneficios a las dos partes. 5. La participación debe ser reforzada a todos los niveles desde dentro de los sistemas de servicios. 6. La participación de aquellos que usan los servicios no quita responsabilidad a aquellos que los producen. 7. La participación no es una alternativa a la adecuación de recursos en los servicios. 8. La participación tendría que ser un proceso tanto individual como colectivo; si no fuera así la gente cada vez tendería más a la competencia entre unos y otros».

En el estadio temporal en el que nos situamos para abordar la Gerontología como ciencia interdisciplinar, que trata de cubrir un vacío en nuestra sociedad y en el campo de la investigación, nos reafirmamos en la necesidad de apoyarla desde todos los campos de la sociedad. Debemos recordar que, en muchas ocasiones, las interrogantes que se nos plantean en Gerontología pueden tener una o varias respuestas, en esos casos, tendremos que recurrir al análisis de todas aquellas posibles, sus pros y sus contras, establecer comparaciones con casos similares, escuchar la opinión de otros especialistas, etc., todo con tal de acercarnos mejor a la cuestión y poder ofrecer el mejor diagnóstico posible 319. Parece necesario que se realicen los

319

WALKER, A.: Op. cit. 1997, págs. 13-43. «Los grupos de profesionales que trabajan en el campo de la gerontología afrontan un gran desafío: cómo abrir su trabajo para asegurarse que refleja totalmente las necesidades de las personas mayores y los familiares que les cuidan».

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esfuerzos pertinentes para lograr una mayor participación de los usuarios, familiares, voluntarios, trabajadores menos cualificados y profesiones menos reconocidas por la jerarquía institucionalizada. Esto pasaría por un cambio cultural dentro de la sanidad y los servicios sociales. Sin duda, los beneficios contribuirían a mejorar la calidad de vida de las personas mayores y sus familiares, mientras que los profesionales trabajarían en un clima más reconfortante e integrador 320. Siguiendo esta línea, ya se conocen los primeros resultados positivos de las experiencias de varios profesionales y departamentos de servicios sociales en relación con asociaciones de usuarios y profesionales, donde se ha logrado la participación de los mayores (FISHER, M. y MARSH, P. 321, 1993). Si duda, los ancianos son personas capacitadas y perfectamente útiles, por lo que su voz debe ser escuchada y tenida más en cuenta. Ducanis y Golin, afirman que el incremento cultural de la población ha permitido a la larga cierta implicación del individuo en las decisiones sobre la Atención que tradicionalmente eran propias de los médicos (u otros profesionales) (DUCANIS, A. J. y GOLIN, A. K. 322,1979). Pero, sobre todo, la mayor democratización de algunas instancias y servicios públicos (hospitales, residencias, centros de día), beneficiada por profesionales más especializados y sensibles a una realidad muy distinta a la de hace sólo unas décadas, ha propiciado ese tímido cambio, que debe favorecer el auge de una nueva mentalidad y el reciclaje continuo de la formación de estos profesionales, indispensable en el tema de la vejez.

La formación en Gerontología adquiere una importancia clave y debe ser capaz de afrontar retos encaminados a corregir diversas situaciones en donde la persona mayor padece algún tipo de pérdida de autonomía o aislamiento social. Una adecuada capacitación de los distintos profesionales favorecería

el

entendimiento y la colaboración con otros especialistas, las familias de los ancianos y las mismas personas mayores, con lo que propiciaríamos la 320

QURESHI, H.,CHALLIS, D. y DAVIES, B.: Helpers in Case-Managed Community Care. Gower, Aldershot, 1989. 321 FISHER, M. y MARSH, P.: Readiness to Practice. Joseph Rowntree Foundation, York, 1993. 322 DUCANIS, A. J. y GOLIN, A. K.: Op. Cit. 1979.

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adecuada integración social de los ancianos y evitaríamos el riesgo de vulnerabilidad de esta población mayor. Hoy día, muchos de los profesionales que trabajan con este sector de población recibieron poca o ninguna formación específica en esta área. Aunque se están realizando esfuerzos, todavía se registran carencias formativas en Gerontología entre los nuevos especialistas que salen cada año de las distintas facultades. Entre las alternativas que se barajan están: la inclusión del tema del envejecimiento en los programas de postgrado de los distintos departamentos; el incremento de los expertos y másters de Gerontología; la generalización de cursos que tengan como temática al mayor y su entorno; el aumento del número de horas de prácticas de formación para estudiantes en centros de la tercera edad; la ampliación de las becas para profesionales interesados en esta temática por parte de instituciones públicas y privadas; etc. Se está planteando la necesidad de crear una especialidad universitaria propia es una realidad resultante de las carencias curriculares de las distintas carreras universitarias. La descompensación actual entre las necesidades de las personas mayores y las respuestas ofrecidas desde la administración en materia de enseñanza y formación de profesionales especializados es difícilmente comprensible si la analizamos en profundidad, o si la comparamos con los medios existentes hacia otros grupos de edad. Esta nueva especialidad platearía no pocas interrogantes: ¿Quién la estudiaría? ¿Qué se estudiaría? ¿Qué especialistas

conformarían

el

profesorado?

¿Sería

una

especialidad

independiente o, por el contrario, dependiente del libre albedrío de determinados poderes fácticos de la Universidad? ¿Por qué no se interroga sobre los verdaderos problemas de la investigación gerontológica que subyacen bajo cada disciplina? ¿Por qué no se realizan esfuerzos para solventar las carencias curriculares de las distintas carreras universitarias?...

La enseñanza de la Gerontología ha proliferado mucho en las distintas universidades de todo el mundo, incluida la española. A pesar de ello, las expectativas no cubren las necesidades que demanda la sociedad. Aunque se han creado programas de doctorado, jornadas, congresos y cursos centrados en

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la tercera edad en los últimos años, que por otra parte son muy demandados por los distintos profesionales y tienen una enorme acogida, existe un vacío curricular en los programas de las licenciaturas y doctorados de muchas disciplinas. Sin duda, se ha avanzado mucho, pero el camino es largo y, desafortunadamente, se anda despacio en este sentido, más si tenemos en cuenta que existe una población que espera una respuesta del resto de la sociedad, y la universidad debe cumplir con su función, adelantándose a esta demanda. En este sentido, ninguna universidad ha incorporado a sus programas de pregrado esta especialidad. De esta forma, los estudios de enfermería han sido más avanzados, tal vez por ser más recientes y no tener que soportar el peso de la historia ni de los infinitos intereses creados que rodean el mundo académico, y en ellos existe la asignatura y profesorado específicos en sus planes de estudio desde 1977. En la actualidad, aquellos que quieren estudiar la especialidad de Gerontología no tienen más remedio que cursar un máster 323. Esta formación, unida a una adecuada «definición del perfil profesional del gerontólogo, la profundización en la interdisciplinaridad, y un mayor esfuerzo en la consecución de un corpus de conocimientos lo que nos permitirá desarrollar la Gerontología en este país» (LETURIA ARRAZOLA, F.J. 324, pág. 75-83).

Aún este campo y las diferentes ciencias que lo componen no son muy conocidos por el público mayoritario, por lo que se deberían realizar esfuerzos para potenciar la sensibilidad de la población en temas relacionados con la vejez, lo que repercutiría en la mejora de la calidad de vida de los mayores. A pesar de ello, esta reciente rama interdisciplinar tiene un largo bagaje que ha 323

GACETA UNIVERSITARIA: “Gerontología, cada vez más cerca”. Gaceta Universitaria, Granada, 6 de abril de 1997, pág. 7. La directora del Máster de Gerontología social de la Universidad de Granada, Ramona Rubio Herrera, analiza la situación adelantando que «hay muchas universidades españolas interesadas en que exista una titulación de Gerontología. En concreto, el rector de Granada, Lorenzo Morillas, ha manifestado un profundo interés en llevar a cabo este proyecto». 324 LETURIA ARRAZOLA, F.J.: “El rol de los profesionales en la prestación de servicios”. ASOCIACIÓN MULTIDISCIPLINAR DE GERONTOLOGÍA: El rol de los profesionales en la Gerontología. Ponencias de las terceras jornadas de la AMG. Asociación Multidisciplinar de Gerontología, Barcelona, 1997, págs. 75-83.

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contribuido con sus descubrimientos a mejorar las vidas de las personas que consideramos mayores. En suma, esta rica aportación de profesionales de distintas disciplinas en pos del desarrollo de la sociedad debe ser la base sobre la que se asienten en un futuro las investigaciones gerontológicas. A este desarrollo puede contribuir una normalización de los equipos interdisciplinares. A este respecto, Canes Martí expone un decálogo del buen equipo interdisciplinar que salvaría muchas barreras mentales (ver cuadro nº III.5).

Cuadro III.5: Decálogo del buen equipo interdisciplinar 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.

Definir filosofía y objetivos Equipo humano dispuesto Identificar los componentes Disponer de recursos externos Discutir-reflexionar constructivamente Disponer de tiempo y espacio Toda información puede ser importante Respetar el secreto profesional Metodología consensuada Instrumentos adecuados

Fuente: Elaboración propia y CANES MARTÍ, C. 325: Op. Cit. 1997, pp. 47-54.

En Gerontología se habla mucho de buscar un modelo interdisciplinar, que pasa por superar las barreras individuales, tanto a nivel profesional como personal.

Esta interdisciplinaridad sería un modelo de características

multidimensionales surgido a partir de la intersección de los objetivos, metodologías y perspectivas de cada profesional, institución, servicios sociales y de salud, creándose así una nueva intervención emergente.

No cabe duda que a medida que la Gerontología avance las posibles soluciones a los problemas más graves del envejecimiento tendrán una respuesta más global e interdisciplinaria. Debemos recordar que «el envejecimiento no es tan solo un problema biológico y social, sino también un problema ecológico» (LEHR, U. 326, 1980, pág. 159). En este marco, queda 325 326

CANES MARTÍ, C.: Op. Cit. 1997, pp. 47-54. LEHR, U.: Op. cit. 1980, pág. 159.

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claro que el papel del geógrafo será de vital importancia por su visión integradora del problema y su capacidad de diagnosticar propuestas de intervención validas para mejorar la calidad de vida del mayor.

Como nos aventura Víctor Alba, «Probablemente el interés como ocurre con todas las modas, pasará (está pasando ya) y la vejez volverá a ser un tema marginal» (ALBA, V. 327, 1992, pág. 175). Respecto a esta afirmación, tengo mis reservas, y pienso que en un futuro el tema del envejecimiento seguirá muy vigente en la sociedad capitalista por la dinámica demográfica y la importancia de los votos de este grupo de población. El año 1999 fue declarado por la ONU año internacional de las personas de edad (The international year of the elderly, 1999), durante el cual se celebraron congresos internacionales como el de Alicante 328, donde se plantearon medidas a favor de una mayor participación intergeneracional de las personas mayores en la vida social; se celebraron jornadas, ferias internacionales, simposium; incluso se acuñaron monedas. A pesar del esfuerzo realizado, tanto económico como humano, los avances logrados no han sido todo lo satisfactorios que cabria esperar. Sólo un año después, la propia realidad de la vida diaria nos demuestra que esas campañas publicitarias no fueron muy conocidas por la opinión pública en general. Por lo que es necesario seguir en esa línea de concienciación social, en la que queda mucho por hacer, y donde los geógrafos tienen mucho que decir en el terreno de la Gerontología.

En definitiva, una de las cuestiones de más candente actualidad está siendo la polémica en torno al grado de entendimiento que existe entre las distintas disciplinas que configuran la Gerontología. Los técnicos deben ser conscientes de la importancia que tiene para el estudio de este fenómeno el acercamiento de posturas. En esta línea, la interdisciplinaridad debe ser el caballo de batalla de los profesionales de la Gerontología, pues en ello van 327

ALBA, V.: Op. cit., 1992, pág. 175. CONGRESO INTERNACIONAL: Una sociedad para todas las edades. UNESCO y Universidad de Alicante, Alicante, del 5 al 7 de Mayo de 1999.

328

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puestas buena parte de nuestras esperanzas y expectativas laborales. De momento, los primeros equipos multidisciplinares van siendo un hecho, aunque no desembarazado de jerarquías y disputas entre especialistas. En estos foros los geógrafos deberemos demostrar nuestra valía como coordinadores, estudiando la espacio-temporalidad diferencial de los mayores, y pugnando por un mejor reconocimiento profesional. El punto de partida de todo geógrafo seducido por el fenómeno del envejecimiento y la situación de los mayores pasa indiscutiblemente por conocer las cuestiones geográficas que sobre el envejecimiento se están planteando en la actualidad, reflexionando sobre éstas y proponiendo nuevas interrogantes. El grado de implicación del geógrafo en Gerontología dependerá en último lugar de la capacidad de penetración que mostremos. No es de extrañar que, en definitiva, la vejez debe interesarnos a todos, en la medida en que somos o seremos personas mayores, con las implicaciones personales y sociales que acarrea esta etapa de la vida.

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IV. CUESTIONES GEOGRÁFICAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

En este último capítulo se dedica una especial atención a la evolución de las investigaciones geográficas que tocan el envejecimiento de la población, teniendo en cuenta las relaciones que la Geografía ha mantenido con la mayor parte de las ciencias sociales. Así, se pasa a reflexionar sobre el papel que debe desarrollar el geógrafo en la sociedad, y más concretamente en las grandes cuestiones planteadas por la población anciana. Se argumenta la importancia de las cuestiones espaciales del proceso de envejecimiento en los estudios gerontológicos, a través de las publicaciones geográficas, entorno a: la distribución y localización geográfica del envejecimiento y de la población anciana; la migración y movilidad en los mayores; y al comportamiento espacial y el contexto ambiental de esta población.

IV.1. El compromiso de la Geografía en la perspectiva de las ciencias sociales

Sólo hace un siglo y medio que la historia de las ciencias sociales ilustra y estudian la estructura y propiedades de los grupos humanos, las formas de interacción de los hombres y de éstos con su medio. Durante ese tiempo se ha producido un continuo proceso de crecimiento, diversificación y especialización.

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Los historiadores, sociólogos o economistas han mostrado cierto interés por las implicaciones, de las formas de control y adaptación que envuelven a las relaciones de tiempo y de espacio, con factores como: el clima, el medio ambiente, las corrientes de mercancías, los flujos migratorios, la localización de las formas de vida, etc. Pero todo ello al margen del discurso geográfico como tal, y por tanto, la Geografía ha sido marginada. Así, por ejemplo, en la obra del eminente sociólogo Norman Mackenzie “Guía de las Ciencias Sociales”, se relega la Geografía a un papel secundario dentro de las ciencias sociales, afirmando que: «Como consecuencia del creciente interés que existe por la historia del mundo es indispensable que la geografía vaya ligada a la economía y a la política como elementos básicos de la comprensión histórica, de forma que los mapas han venido a ocupar, de forma natural, un lugar importante junto a los diagramas y las tablas estadísticas, como material básico para la historia» (MACKENZIE, N. 329, 1971, pág. 57).

El esfuerzo conjunto de muchos geógrafos ha permitido abrirnos camino en el complejo campo de las ciencias sociales. Trabajos como el libro escrito por los profesores Pierre George, Raymond Guglielmo, Bernard kayser e Yves Lacoste (GEORGE, P. 330, 1980), intentan construir y liderar una Geografía activa, dirigida tanto a los políticos y técnicos de la Administración, empresarios, como al resto del colectivo que forma la Geografía. Ellos advierten sobre la necesidad de abrir las puertas de la Geografía a la sociedad y dar a conocer el saber geográfico, enseñando la utilidad del geógrafo como profesional, evitando caer en posicionamientos inmovilistas y fundamentos abstractos. Pues en definitiva, la Geografía debe estar reconstruyéndose constantemente, a la par del proceso de cambio del espacio geográfico. Es responsabilidad nuestra el superar todos los obstáculos profesionales y académicos que impiden a la Geografía liberarse de cargas pasadas que socialmente la han postergado a ser una disciplina secundaria de dudoso valor práctico. Se trataría, en definitiva, de ser capaces de participar en la construcción de un futuro común para la Geografía. En esta línea, la brecha 329 330

MACKENZIE, N.: Guía de las ciencias sociales. Labor, Barcelona, 1971. GEORGE, P.: Op. Cit., 1980.

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abierta por unos pocos geógrafos interesados por nuevas cuestiones, como el envejecimiento, puede ser un gran paso adelante.

Hay muchas técnicas a considerar por los geógrafos, y más concretamente los que se dedican al estudio del envejecimiento, entre las que podría estar la utilización del análisis factorial que serían aquí de gran utilidad. Desafortunadamente pocos especialistas de las humanidades conocen su funcionamiento. Como dice Castro Aguirre: «el análisis factorial ha llegado a la Geografía como un saber instrumental, a modo de manufactura de importación, y necesita ser asimilado» (CASTRO AGUIRRE, C. 331, 1994, págs.83-95). Este puede ser un instrumento idóneo para la configuración de la nueva Geografía, donde ya encontramos experiencias muy positivas en nuestro país (FERNÁNDEZ GUTIERREZ, F. 332, 1977; CAMPO MARTÍN, A. 333, 1983, págs. 137-153; DÍAZ MUÑOZ, M.A. 334, 1989, págs. 697-707; OCAÑA OCAÑA, C., 1984 335 y 1998 336). Una forma de ver nuestra disciplina en la que el geógrafo del envejecimiento tendría cabida, y que le permitiría validar su trabajo y avanzar en los problemas de la comprensión social. Una muestra de la utilización del análisis factorial al estudio del envejecimiento está en la tesis doctoral “El proceso de envejecimiento urbano y sus implicaciones en el municipio de Madrid”, realizada por Juan José López Jiménez, de la cual se deduce que el proceso de envejecimiento social es un fenómeno de carácter esencialmente socioeconómico (LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J. 337, 1991). Este modelo está permitiendo sintetizar la multiplicidad de variables que pueden definir la 331

CASTRO AGUIRRE, C.: “Análisis factorial para geógrafos: de una técnica ciega a una técnica inteligente. Huarte de San Juan. Nº 1, 1994, págs. 83-95. 332 FERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, F.: Análisis Geográfico-Estructural de Granada y sus barrios. Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, 1977. 333 CAMPO MARTÍN, A.: “La aplicación de la ecología factorial al estudio de las pautas espaciales de segregación social en el municipio de Madrid”. Ciudad y Territorio. 1983, págs. 137-153. 334 DÍAZ MUÑOZ, M.A.: “Los estudios de ecología factorial urbana en España. Una aproximación al análisis comparativo”. III Coloquio de Geografía Cuantitativa. Cáceres, 1989, págs. 697-707. 335 OCAÑA OCAÑA, C.: Sobre los factores de diferenciación de las áreas sociales. PARALELO 37, 1984. 336 OCAÑA OCAÑA, C.: La actividad en el espacio urbano. Aproximación a la estructura funcional de las ciudades andaluzas. Universidad de Málaga, 1998. 337 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: El proceso de envejecimiento urbano y sus implicaciones en el municipio de Madrid. Tesis doctoral, Universidad Complutense, Madrid, 1993.

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calidad de vida de las personas ancianas (PHILIBERT, M..; FROSSARD, M. y MASLOWSKI, J. 338, 1982; LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J, 1991b 339, 1991c 340, 1993 341).

“Hay tantas geografías como geógrafos existen”. La forma en que puede acometer el geógrafo el estudio del proceso de envejecimiento puede plantear discusiones entre los mismos geógrafos. Esto es debido a que en la actualidad conviven distintas definiciones de esta disciplina que siguen presentando problemas motivados por los métodos utilizados y la finalidad perseguida.

Según los positivistas (AMADEO y GOLLEDGE): «La Geografía se ocupa del carácter de los lugares, de las distribuciones espaciales, de la diferenciación regional, las relaciones hombre-medio, o las regiones, y que esta es la razón que guía la investigación geográfica».

Para los estructuralistas (ABLER, ADAMS, GOULD): «En cualquiera de los casos, nuestro centro de atención está en la forma en que se originan las estructuras espaciales y en los efectos de tales estructuras sobre nuestras experiencias. La esencia del pensamiento geográfico son las cuestiones de tipo cómo y por qué, tendentes a la identificación de eventos causales de la estructura espacial». Esta realidad social excluyente no escapa al pensamiento filosófico estructuralista y realista, cuyos planteamientos y metodología permiten explicar la paradoja del rechazo social de aquellos individuos que tienen precisamente más experiencia: esta situación sería una consecuencia 338

PHILIBERT, M..; FROSSARD, M. y MASLOWSKI, J.: Social indicators concerning the aged-their. Construction and use. UNESCO, Division of socio-economic analysis. Univ. Of Social Sciences, Grenoble, 1982. 339 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: “La división en áreas sociales de la población anciana en el municipio y en la localización de Madrid: Análisis factorial comparativo”. Estudios Territoriales. Nº 40, 1991b, págs. 105-119. 340 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: “Áreas sociales y población anciana en el municipio de Madrid: aplicación del análisis factorial a un espacio diferenciado”. Economía y Sociedad. Nº 5, Madrid, 1991c, págs. 79-94. 341 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: Op. Cit, 1993.

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estructuralmente necesaria del modo de producción capitalista donde todo gira en torno a la producción y al consumo material y sólo valora los conocimientos técnicos, no los conocimientos sobre la vida. En este sentido Johnston, R.J. 342, Harvey, D. 343, Sayer, A. 344, Gregory, D. 345, entre muchos otros, han aportado unas interesantes visiones sobre el tema.

En el caso de los humanistas: «el humanismo en Geografía moderna aspiraba a ser algo más que una filosofía crítica; en la medida en que suponía un rechazo al determinismo geométrico, con arreglo al cual hombres y mujeres respondían a los distados de estructuras espaciales universales y a una lógica espacial abstracta, también abogada por una Geografía que tuviera en el hombre su foco central, una Geografía de la gente, acerca de la gente y para la gente, en el sentido de contribuir al desarrollo del ser humano (Smith, D.M. 346, 1977); simplificando: una Geografía que tratase de la organización social del espacio en vez de la organización espacial de la sociedad» (JOHNSTON, R.J., GREGORY, D. y SMITH, D.M. 347, 1987, pág. 224).

Por último los eclécticistas, como Diego Compán, la definen: «La Geografía estudia el espacio geográfico: la realidad socioterritorial, o entorno físico-social, en cuanto a morada humana con el fin de mejorar la calidad de vida (humana y natural). Estudia la espacio-temporalidad diferencial del entorno y del ser humano (aislado y en grupo) que es arte y parte del entorno, en sus ámbitos vitales `reales ´. La Geografía estudia a los seres humanos en sus mutantes entornos socio-espacio-temporales (externos e internos). Estudia los paraísos y las prisiones donde tiene lugar la existencia de los seres

342

JOHNSTON, R. J.: Spatial structures. Methuen. 1973. HARVEY, D.: Teorías, leyes y modelos en Geografía. Alianza, Madrid, 1969. 344 SAYER, A.: Meted in social science: a realist approach. Hutchinson, Londres, 1984. 345 GREGORY, D.: “human agency and human geography”. Transactions of the Royal Historical Society. London, nº 6, 1981, págs. 1-16. 346 SMITH, D.M.: Human geography: a welfare approach. Edward Arnold, Londres, 1977. 347 JOHNSTON, R.J, GREGORY, D. y SMITH, D.M.: Diccionario de Geografía Humana. Alianza, Madrid, 1987, pág. 224. 343

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humanos. Trata de conocerlos para mejorarlos» (COMPÁN VÁZQUEZ, D. 348, 1995, pág. 32).

IV.2. Evolución de la Geografía del envejecimiento

Nuestra especialidad ha descuidado y no ha prestado el interés debido a uno de los problemas sociales más preocupantes de occidente, el envejecimiento de la población, que es un reflejo triste de nuestra poca sensibilidad por los ancianos. Este desinterés sorprende a la vista de la evolución demográfica actual y choca frontalmente con una realidad social que demanda la implicación de los profesionales. Pese al retraso con respecto a otras disciplinas sociales en el campo de la Gerontología, el geógrafo ha terminado por involucrarse recientemente en la búsqueda de soluciones a los problemas de este colectivo (TOWNSEND, C. 349, 1971, pág. 133; GOLANT, S.M. 350, 1972).

Desde comienzos del siglo XX se tienen constancia de distintos estudios donde el envejecimiento es tratado colateralmente a partir de una preocupación más ligada al comportamiento migratorio del mundo rural a la ciudad. Por esos años, la Geografía anglosajona despertó su interés por los fenómenos sociales y su distribución en el espacio (HOKE, G. W. 351, 1907, págs. 64-67). Ya en la década de los 30, la Geografía regional francesa abordó el estudio en profundidad de un problema social concreto, favoreciendo el 348

COMPÁN VÁZQUEZ, D.: Geografía aplicada como ciencia aplicada a la Ordenación del Territorio. Apuntes recopilados de la asignatura. Universidad de Granada, 1995, pág. 32. 349 TOWNSEND, C.: “Old Age: The Last Segregation”. Ralph Nader´s Study Group Report on Nursing Homes. Grossman Publishers, New York, 1971, pág. 133. 350 GOLANT, S.M.: “The Residential Location and Spatial Behavior of the Elderly”. Research Paper, Univ. of Chicago, Dept. of Geogr., Chicago, nº 143, 1972. 351 HOKE, G. W.: “The study of Social Geography”. Geographical Journal. Vol., 2, nº 1, 1907, págs. 64-67.

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desarrollo de una Geografía social influida de posicionamientos marxistas que pronto estaría subordinada a la Geografía económica. «El objeto de la Geografía social reside en la explosión de las interferencias entre las relaciones sociales y las combinaciones geográficas y, de una manera más amplia, entre las sociedades y espacios; estas interferencias, estas interrelaciones, realizan por cierto lo económico, pero también lo jurídico, lo cultural y lo ideológico» (HERIN, R. 352, 1982, pág. 38). En ese mismo período, en Alemania Hans Bobek se interesó por los comportamientos sociales que se produce en el espacio, analizando los grupos de formas de vida social como estructuras sociogeográficas fundamentales (BUTTIMER, A. 353, 1983) (pág. 70).

Tras la segunda guerra mundial, los rápidos cambios sociales, económicos y tecnológicos van a facilitar la introducción de nuevos temas en Geografía, donde se denota una fuerte relación conflictiva con la Sociología. El interés por los fenómenos sociodemográficos (envejecimiento), electorales, los comportamientos políticos o religiosos, y las agrupaciones sociales, entre otros, van ser cartografiados y analizados espacialmente. Los movimientos migratorios desde el campo a la ciudad han tenido su respuesta en la Geografía humana, y en los efectos que ha desencadenado en el proceso de envejecimiento de las ciudades. Ya en 1950, André Allix escribía que la Geografía humana era «cada vez menos una Geografía de los campos y los agricultores» y que comenzaba a ser «cada vez más una Geografía de las ciudades y de las industrias» (CAPEL, H. 354, 1987, pág. 93).

De esta forma, la sociedad es el punto de partida para comprender la organización de los espacios geosociales. Así, Wolfgang Hartke y sus discípulos trabajaron la percepción y evaluación del espacio por los grupos sociales para entender la explotación. Karl Ruppert y Franz Schaffer entienden

352

HERIN, R.: “Herencias y perspectivas en la geografía social francesa”. Geo Crítica. nº 41, septiembre 1982, pág. 38. 353 BUTTIMER, A.: The practice of Geography. Longman, Londres y New York, 1983. 354 CAPEL, H.: Op. Cit.. 1987, pág. 93.

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la Geografía social como el estudio de los grupos humanos como portadores de funciones y creadores de estructuras espaciales. «La Geografía social se define como la ciencia de las formas de la organización espacial y de los procesos conformadores de espacio de las funciones existenciales básicas de los grupos y sociedades humanas» (RUPPERT, K. y SCHAFFER, F. 355, 1969).

Poco a poco la Geografía social anglosajona va adquiriendo prestigio dentro de la disciplina, y fruto de ello se publican más trabajos con el denominador de «sociogeográficos»: «análisis sociales de la vivienda, de la pobreza, el desempleo, la delincuencia, los conflictos raciales, los comportamientos electorales, las organizaciones religiosas, etc. (...) Incluso aspectos que antes formaban parte de otras ramas de la Geografía humana, como la enfermedad o la muerte, pueden incluirse actualmente bajo esta rúbrica (...) La Geografía urbana o la rural se convierten en ramas de la social, o pasan a ser enfocadas desde esta perspectiva» (CAPEL, H. 356, 1987, pág. 80).

El debate estructuralista y humanista en Geografía, a partir de los 50, no es ajeno a las cuestiones sociales por lo que geógrafos urbanos sociales se ha preocupado por la llamada «injusticia espacial», de hecho podemos encontrar una perspectiva geográfico-temporal de los problemas de desigualdad de las mujeres (PALM, R.I. y PRED, A.R. 357, 1985, pág. 107-131). En este contexto, el fenómeno del envejecimiento comienza a ser un tema de interés creciente. En 1958 el norteamericano Henry D. Sheldon 358 realiza un análisis sobre la distribución geográfica del envejecimiento. Y Wright Mills nos propone un cambio de actitud, una nueva estrategia basada en la acción directa y comprometida, que se centre en redactar puntos concretos sobre problemas 355

RUPPERT, K. y SCHAFFER, F.: “Acerca de la concepción de la geografía social”. Geo Crítica. nº 21, mayo 1979, 1969, pág. 25. 356 CAPEL, H.: Op. Cit., 1987, pág. 80 357 PALM, R.I. y PRED, A.R.: “Una perspectiva geográfico-temporal de los problemas de desigualdad de las mujeres”. GARCÍA RAMÓN, M.D.: Teoría y método en la geografía humana anglosajona. Ariel, Barcelona, 1985, pág. 107-131. 358 SHELDON, H.D.: The older population in the United States. Census Monograph Series, New York, 1958.

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sociales de la tercera edad, y ofrecer las mejores soluciones ajustadas a la realidad del anciano (WRIGHT MILLS, C. 359, 1959). Será a partir de la explotación de los censos, durante los 60, cuando comiencen a multiplicarse los análisis espaciales sobre el envejecimiento, junto a los estudios sobre los efectos de las migraciones y la localización de las personas ancianas (NEWCOMBE, C. 360, 1961; SMITH, TL y MARSHALL, D.G. 361, 1963). Por esos años, surge el mapa Older Americans in the US by countries (1965). Siguiendo la gran influencia de Vidal de la Blanche, la Geografía social francesa trata el problema social del envejecimiento atendiendo el análisis de las necesidades sociales y materiales de los ancianos, defendiendo el estudio del género de vida (ROCHEFORT, R. 362, 1965, págs. 5-33). En los nuevos horizontes geográficos de la década de los 70 y 80, van a confluir la Geografía radical, la Geografía marxista y la Geografía crítica. La euforia de los años 50, da paso a un desvanecimiento en estos años, promovido por algunos geógrafos que ponen en duda los supuestos básicos del orden social existente. «Los geógrafos han reconocido recientemente los problemas que se derivan de separar los ámbitos económico y social» (BOWLBY, S.R.; FOORD, J. y MACKENZIE, S. 363, 1985, pág. 214). Distintos autores estudian el envejecimiento y esta investigación atraviesa por una etapa muy fructífera. Destacan las cuestiones espaciales del envejecimiento, como las revisiones sobre los aspectos principales del alojamiento residencial del anciano, enfocando este tema tan actual desde la medicina y la Geografía del bienestar que conecta con este grupo de población (TOWNSEND, C. 364, 1971, pág. 133; CLARK, M. 365, 1971, págs. 58-66). En estas investigaciones se han estudiado 359

WRIGHT MILLS, C.: The Sociological Imagination. Oxford University Press, New York, 1959. 360 NEWCOMBE, C.: “Graphic representation of age and sex distribution of population in the city”. HATT y REISS (ed): Cities and Society. Glencoe, Illinois, 1961. 361 SMITH, TL y MARSHALL, D.G.: “Our aging population: the US and Wisconsin”. Wisconsin´s series. n. 5, Dept. of rural Sociology, Univ. Wisconsin Madison, 1963. 362 ROCHEFORT, R.: “Pour une géographie sociale de la vieillesse”. Rev. de Géographie de Lyon. Tomo 40, 1965, págs. 5-33. 363 BOWLBY, S.R.; FOORD, J. y MACKENZIE, S.: “Feminismo y geografía”. GARCÍA RAMÓN, M.D.: Teoría y método en la geografía humana anglosajona. Ariel, Barcelona, 1985, págs. 207-216. 364 TOWNSEND, C.: Op. Cit., 1971, pág. 133. 365 CLARK, M.: “Patterns of Aging Among the Elderly Poor of the Inner City”. The Gerontologist. Vol. 2, 1971, págs. 58-66.

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los problemas de aislamiento social y soledad, por ejemplo, la distribución de la población mayor de 75 años que vive sola en Gran Bretaña. Donde parece que se produce una disminución de la segregación espacial del anciano con respecto al resto de la población (WISEMAN, R.F. 366, 1978, págs. 78-84).

Los nuevos horizontes geográficos en la década de los 70 y los 80, plantean una nueva visión más humanista de la Geografía, y centran sus esfuerzos en tratar de conocer las necesidades sociales que acompaña y acelera al proceso creciente del envejecimiento, como es el estudio del descenso progresivo de la accesibilidad a los servicios, la reducción gradual de la dignidad, independencia y eficacia del anciano en el ámbito personal, familiar y social, que va asociada a la perdida de control (SCHWARTZ, A.N. y PROPPE, H.G. 367, 1970, págs. 228-232). La disminución de la movilidad espacial induce a la localización progresiva de los contactos sociales, provocada en buena medida por la perdida de seres queridos, el debilitamiento de la salud, la existencia de barreras arquitectónicas, la falta de transportes públicos específicos, la escasez de alojamientos complementarios especiales, etc., tienden a exacerbar el aislamiento. En este sentido, «la relativa inmovilidad de la población anciana a los lugares más alejados de la escala doméstica aparentemente está condicionada por la distancia para conseguir algún medio de transporte» (CARP, F.M. 368, 1972, pág. 64). Además, la institucionalización del anciano provoca la pérdida de su privacidad. Por lo que, es necesario reconciliar la necesidad de privacidad del anciano con la prevención del aislamiento social estimulando estrategias arquitectónicas imaginativas (GRANT, D.P. 369, 1970, págs. 275-281).

Las exigencias del cambio social producido en fechas recientes en relación al mayor envejecimiento femenino de la población han llevado a que 366

WISEMAN, R.F.: “Spatial aspects of aging”. Association of American Geographers. Resource Paper, Washington, 1978, págs. 78-84. 367 SCHWARTZ, A.N. y PROPPE, H.G.: Op. Cit. Vol. 10, 1970, págs. 228-232. 368 CARP, F.M.: “The Mobility of Older Slum Dwellers”. The Gerontologist. Vol. 12, 1972, pág. 57-65. 369 GRANT, D.P.: “An Architect Discovers the Aged”. The Gerontologist. Vol. 10, 1970, págs. 275-281.

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los estudios de género, que se iniciarán con fuerza en el Reino Unido, a raíz de los movimientos feministas de los 70. A partir de esa década se han realizado numerosas aportaciones en el movimiento político como en la teoría social vinculada a las personas mayores (BOWLBY, S.R., FOORD, S. Y MACKENZIE, S. 370, 1985, págs. 207-216; SABATÉ MARTÍNEZ, A., RODRÍGUEZ MOYA, J. y DÍAZ MUÑOZ, M.A. 371, 1995, págs. 24-55).

En los últimos años, los rápidos acontecimientos sociodemográficos de los países del primer mundo, abocados al envejecimiento por la caída imparable de la natalidad, ha trastocado las previsiones económicas y generado la desconfianza hacia las redes de solidaridad con las personas ancianas, elevando la voz de alarma sobre la necesidad urgente de atender cuestiones gerontológicas que habían permanecido apartadas. Organismos Internacionales como la ONU, la UE, y gobiernos como el español, han facilitado ese cambio de actitud y propiciado la financiación de numerosos estudios de Gerontología.

Según López Jiménez, las grandes líneas que sigue la Geografía del envejecimiento se centran en: la distribución y localización geográfica del envejecimiento y de la población anciana; la migración y movilidad en los mayores; y el comportamiento espacial y el contexto ambiental de esta población (LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J. 372, 1991, págs. 223-237). De acuerdo con estas mismas líneas de investigación, creemos que en la actualidad las cuestiones geográficas más interesantes sobre el envejecimiento de la población son: 1-

La distribución y localización geográfica del envejecimiento y

de la población anciana, donde destacan los estudios referidos a la distribución y concentración de las personas ancianas a partir del

370

BOWLBY, S.R., FOORD, S. Y MACKENZIE, S.: Op. Cit., 1985, págs. 207-216. SABATÉ MARTÍNEZ, A., RODRÍGUEZ MOYA, J. y DÍAZ MUÑOZ, M.A.: “Teoría y práctica de la geografía del género”. Mujeres, espacio y sociedad. Hacia una geografía del género. Síntesis, 1995, págs. 24-55. 372 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: “En torno a una geografía social del envejecimiento y de las personas ancianas”. Estudios Geográficos. CSIC, Madrid, tomo, LII, nº 203, abril-junio, 1991, págs. 223-237. 371

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análisis de las fuentes estadísticas oficiales (GOLANT, S.M. 373, 1975, págs. 16-23; LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J. 374, 1989, pág. 145-167; ABELLÁN GARCÍA, A. 375, 1996; SÁEZ LORITE, M. y URDIALES VIEDMA, M.E. 376, 1999, págs. 1301-1318.), y los estudios sobre los niveles de bienestar en los barrios urbanos (BARRESI, C.M., 1984; SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D., 1997 377 y 1999 378). 2-

La migración y movilidad en los mayores, sobresaliendo los

estudios de modelos de actividad y comportamientos espaciales concretos a diferentes escalas (PEACE, S.M. 379, 1982; ABELLÁN GARCÍA, A. y PUGA GONZÁLEZ, M.D. 380, 1999, págs. 143-159; GARCÍA BALLESTEROS, A. 381, 1980, págs. 333-344), siendo especialmente interesantes, aunque minoritarias las investigaciones sobre: los ambientes de vivienda segregadas (PEET, R. y ROWLES, G. 382, 1974), el retiro y los cambios sociales y espaciales (ROCHEFORT, R. 383, 1965, págs. 5-33; LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J. 384, 1992, págs. 91-126; WALKER, A. 385, 1994, págs. 58-63), la interacción familiar y social, lo que se ha llamado «geografía de la consanguinidad» (SHANAS, E. y SUSSMAN, M.B. 386, 1977), y la

373

GOLANT, S.M.: “Residential concentrations of the future elderly”. The Gerontologist. Nº 15, 1975, págs. 16-23. 374 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: Op. Cit. Nº 9, 1989, págs. 145-167. 375 ABELLÁN GARCÍA, A.: Op. Cit. Madrid, 1996. 376 SÁEZ LORITE, M. y URDIALES VIEDMA, M.E.: Op. Cit., 1999, págs. 1301-1318. 377 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: “La ciudad y la tercera edad: un barrio de Granada a estudio”. RUBIO HERRERA, R.(dir.): Temas de Gerontología II. Publicaciones Master de Gerontología Social, Universidad de Granada, Granada, 1997, Vol. II, págs. 501-514. 378 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: Op. Cit. 1999, págs. 323-335. 379 PEACE, S.M.: “The activity patterns of elderly people in Swansea, south Wales and southeast England”. WARNES, A.M.(ed): Geographical perspectives on the elderly. John Wiley and Sons, New York, 1982, págs. 281-301. 380 ABELLÁN GARCÍA, A. y PUGA GONZÁLEZ, M.D.: Op. Cit. nº 34, 1999, págs. 143159. 381 GARCÍA BALLESTEROS, A.: “Emigración y envejecimiento de la población rural de ambas Castillas y León”. Revista Internacional de Sociología. nº 34, 1980, págs. 333-344. 382 PEET, R. y ROWLES, G.: “Geographical Aspects of Aging”. Geographical Review. The American Geographical Society of New York. Vol. LXIV, nº 2, abril, 1974, págs. 287-289. 383 ROCHEFORT, R.: Op. Cit. 1965, pág. 5-33. 384 LÓPEZ JIMÉNEZ, J.J.: “La Jubilación: opción o imposición social”. REIS. Nº 60, págs. 91-126. 385 WALKER, A.: Op. Cit. 1994b, págs. 58-63. 386 SHANAS, E. y SUSSMAN, M.B.: Family, bureaucracy and the elderly. Duke University, Durkham NC., 1977.

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percepción ambiental y afectiva del espacio (GOLANT, S.M. 387, 1984b; GARCÍA BALLESTEROS, A. y BOSQUE SEDRA, J. 388, 1989; ESTÉVEZ ADÁN, V. 389, 1994, págs. 33-58; SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. 390, 1998, págs. 253-265). 3-

El comportamiento espacial y el contexto ambiental de las

personas mayores, donde la migración ha sido la cuestión más explotada por los geógrafos que han participado en el amplio campo de la Gerontología, destacando aspectos como: la tendencia general a la reducción del envejecimiento urbano a favor de ambientes rurales y costeros (DAVIES, S. 391, 1980, págs. 45 y ss.); los efectos de la migración de retorno sobre la estructura de población ya envejecida (LONGINO, C.P. 392, 1979, págs. 736-745); los factores que repercuten en la migración como el nivel socioeconómico y la posesión de vivienda (GORDON, I.R. 393, 1975); la migración intraurbana condicionada por la accesibilidad y el coste de la vivienda (WISEMAN, R.F. y VIRDEN, M.A. 394, 1977, págs. 1-13; WARNES, A.M. y LAW, C.M. 395, 1984, págs. 37-59); la escasa movilidad geográfica de los ancianos reflejo de sus preferencias y su papel limitado en la vida social y económica (STIRNER, F.W. 396, 1978, págs. 207-211; FERNÁNDEZMAYORALAS FERNÁNDEZ, G.; ROJO PÉREZ, F. y RODRÍGUEZ

387

GOLANT, S.M.: A place to grow old: the meaning of environment in old age. Columbia University Press, New York, 1984b. 388 GARCÍA BALLESTEROS, A. y BOSQUE SEDRA, J.: Op. Cit. 1989. 389 ESTÉVEZ ADÁN, V.: Op. Cit. Tomo LV, nº 214, 1994, págs. 33-58. 390 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D.: Op. Cit. 1998, págs. 253-265. 391 DAVIES, S.: “A Geography of the Aged”. Papers in Planning Research. nº 18, 1980, págs. 45 y ss. 392 LONGINO, C.P.: “Going home: age returns migration in the U.S., 1965-1970”. Journal of Gerontology. Nº 34, 1979, págs. 736-745. 393 GORDON, I.R.: The retirement industry in the South West: a survey of its size, distribution and economic aspects. Dept. of the Environment for the South West Economic Planning Council, 1975. 394 WISEMAN, R.F. y VIRDEN, M.A.: “Spatial and social directions of intraurban elderly migration”. Economic Geography. Nº 53, 1977, págs. 1-13. 395 WARNES, A.M. y LAW, C.M.: Op. Cit. 1984, págs. 37-59. 396 STIRNER, F.W.: “The transportation needs of the elderly in a large urban environment”. Gerontologist. Nº 18, 1978, págs. 207-211.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

232

RODRÍGUEZ, V. 397, 1994, págs. 455-479); y la accesibilidad a los servicios públicos y discriminación de los mayores (VICO RUÍZ, A. 398, 1991/92, págs. 183-196; RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, V.; ROJO PÉREZ, F.; FERNÁNDEZ-MAYORALAS FERNÁNDEZ, G. y ABELLÁN GARCÍA, A. 399, 1990; SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y LÓPEZ ROBLES, J.M. 400, 2000).

IV.3. La implicación de los geógrafos en la Gerontología

Teniendo en cuenta, que la Geografía es ciencia social, inmersa en profundos replanteamientos epistemológicos y metodológicos, se plantea en la actualidad expandir el marco de sus enfoques clásicos, por lo que debe definir su propio objeto de estudio. En esta nueva realidad, la Geografía se entendería como el estudio de las relaciones hombre-medio, que se desarrollan en el espacio geográfico 401. Esto nos lleva a que el geógrafo, en el estudio del envejecimiento de la población, se convierta en el experto de las relaciones entre el anciano y el medio (barrio, ciudad, región, sociedad), observando sus interrelaciones. De esta forma, este especialista estudiaría este grupo de población, atendiendo a las singularidades y modificaciones que pudieran presentar estos individuos, conociendo sus necesidades y demandas, y analizando su distribución en el

397

FERNÁNDEZ-MAYORALAS FERNÁNDEZ, G.; ROJO PÉREZ, F. y RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, V.: “Envejecimiento y estilos de vida saludables en España”. Estudios Geográficos. Tomo LV, nº 216, 1994, págs. 455-479. 398 VICO RUÍZ, A.: Op. Cit., 1991/1992, págs. 183-196. 399 RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, V.; ROJO PÉREZ, F.; FERNÁNDEZ-MAYORALAS FERNÁNDEZ, G. y ABELLÁN GARCÍA, A.: “Envejecimiento de la población y servicios sociales en Castilla-La Mancha”. Documento de Trabajo. nº 5, CSIC, 1990, 20 p. 400 SÁNCHEZ GONZÁLEZ, D. y LÓPEZ ROBLES, J.M.: Op. Cit. 2000. 401 Según los humanistas, como Relp, el espacio geográfico se entendería tanto en cuanto «...hay que hacer posible que los individuos y los grupos puedan hacer sus propios lugares». Me parece coherente que las personas mayores puedan como sujetos perfectamente capacitados decidir cómo y donde quieren vivir.

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espacio urbano en el cual viven, con sus propiedades, transformaciones, fragilidades, etc.

Si consideramos a la Geografía como una disciplina científica que busca ayudar al hombre a conseguir la felicidad, el bienestar en este mundo, y a que encuentren el equilibrio hombre-medio, un equilibrio basado en la reflexión y la tolerancia del ser humano. De esta forma, el geógrafo debe ser una especie de coordinador al servicio de la sociedad, un experto en cuestiones espaciales, que debe reflexionar, dialogar y discutir con otros especialistas, en grupos interdisciplinares, con el objetivo final de obtener con el esfuerzo común soluciones positivas para mejorar la vida de las personas mayores.

Sin duda, una de las barreras a superar por los geógrafos es el recuperar el prestigio como profesionales de las ciencias sociales. Como se puede comprobar existen muchos tópicos con respecto a la Geografía, ya que por la opinión de otros especialistas, nuestra ciencia se reduciría al campo de la enseñanza, y más concretamente a la descripción de los ríos y las montañas, como a las estadísticas socioeconómicas de los países. La realidad nos muestra un panorama incierto para esta disciplina social tan poco conocida, que debe superar absurdas polémicas e intereses particulares, evitando caer en la sumisión hacia otros profesionales o sectores privilegiados. Para ello, los geógrafos deben buscar patrocinadores potenciales demostrando su utilidad práctica, contribuyendo con sus investigaciones y su conocimiento sobre el espacio, y divulgando y aplicando los avances a la sociedad. Nos encontramos en un momento importante, donde es necesario que estos profesionales se promocionen mejor para poder competir en el duro mercado de trabajo, demostrando a la sociedad que son útiles. Hoy día la planificación territorial es realizada en su mayoría por políticos, empresarios, profesionales (arquitectos, médicos, sociólogos, etc.) Sin embargo, pocos conocen la realidad espacial y de ahí que la planificación que se ejecuta en el espacio urbano esté movida por intereses puramente económicos o políticos, desvirtuando los factores sociales. Por ejemplo, la

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especulación del suelo en los barrios históricos está llevando consigo el deterioro de las viviendas de las personas mayores, la merma de servicios y equipamientos, el distanciamiento de los transportes públicos, etc., con lo que se están agudizando su aislamiento, y se están denotando cuadros depresivos motivados por la soledad. Este aislamiento físico y psicológico se ve incrementado por la pobreza económica que afecta a la personas mayores (muchas con una pensión por debajo del suelo mínimo interprofesional) residentes en estos espacios tan degradados y especulados del centro de la ciudad, con lo que se estarían dando guetos geriátricos en determinadas zonas de la ciudad, que deberían ser estudiadas mejor (CLARK, M. 402, 1971, págs. 58-66). Los geógrafos deben arriesgar más, superar posturas inmovilitas y enfrentadas; tienen que buscar puntos de encuentro que eviten las diferencias, entendiendo que se debe avanzar uniendo esfuerzos. Parte de esta reivindicación pasa por legalizar los colegios de geógrafos como entidad superior que sirva como foro de discusión y se defiendan los intereses de este colectivo, como órgano que recoja sus peticiones, dudas, proyectos, injusticias...

La nueva vía que más posibilidades presenta en los países occidentales es la especialización, es decir, el geógrafo debe identificarse con una rama o campo concreto dentro de la Geografía. Así, se están dando geógrafos especializados en urbanismo y planificación, biogeógrafos, geomorfólogos, geodemógrafos, y ¿por qué no? geogerontólogos o especialistas de la Gerontología. Sin embargo, se corre el riesgo de perderse en las particularidades de los localismos, olvidando la visión global que debe caracterizar al geógrafo, esa labor de coordinación que tiene unir los diferentes estudios parciales de los distintos especialistas para obtener conclusiones válidas para la sociedad. Desde luego, la Geografía debe intentar conocer el funcionamiento de la realidad para actuar sobre ella, aplicando los conocimientos geográficos sobre un problema determinado, una realidad 402

CLARK, M.: Op. Cit., 1971, págs. 58-66

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concreta. Con esto seremos útiles a la sociedad y estaremos haciendo Geografía aplicada. La Gerontología, como ciencia multidisciplinar, necesita sumar el punto de vista del geógrafo y su tributo pasaría por desarrollar análisis y metodologías que permitieran abordar los problemas espaciales del envejecimiento en contextos socioeconómicos cambiantes (la distribución geográfica del envejecimiento demográfico, análisis de las migraciones, etc., huyendo de la falta de reflexión y de la incompleta descripción de las expresiones espaciales de las sucesos de los ancianos. (GOLANT, S.M. 403, 1972; WARNES, A.M. 404, 1981,págs. 317-341).

Desde hace tres décadas la Geografía social del envejecimiento ha ido tomando cuerpo y su importancia ha llevado a nuevos geógrafos a percatarse y comprender que su disciplina puede aportar al estudio del envejecimiento y de las personas ancianas el conocimiento necesario de las relaciones entre el hombre y el medio, dentro de un contexto social y espacial (LIZANA RIVAS, E. 405, 1985). Las investigaciones publicadas son en su mayoría de autores anglosajones, siendo aún escasa la aportación de geógrafos latinos. Con todo, la realidad no es muy halagüeña al referirnos a que siguen siendo muy pocos los geógrafos dedicados al estudio del envejecimiento, no llegando al centenar en todo el mundo. Eso nos puede ayudar a entender que muchos estudios sobre cuestiones espaciales hayan sido realizadas por investigadores de otras disciplinas, en su mayoría sociólogos. «Los geógrafos han sido sustituidos por los sociólogos, e incluso con más razón, los conceptos “medio” por “estructura social y conducta» (WARNES, A.M., 1990, pág. 49). A la vista de los hechos, el geógrafo debe ser consciente de su realidad actual, de la necesidad de su implicación en las cuestiones gerontológicas, de su aportación a la sociedad y su obligación de dignificar a su disciplina dentro del marco de las ciencias sociales y de la propia sociedad. 403

GOLANT, S.M.: Op. Cit., 1972 WARNES, A.M.: “Toward a geographical contribution to gerontology”. Progress in Human Geography. Nº 5, 1981, págs. 317-341 405 LIZANA RIVAS, E.: Distribución y comportamientos espaciales de la población envejecida en Madrid. Universidad Complutense de Madrid, Tesina, 1985. 404

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La Geografía debería estudiar (y aportar al resto del conocimiento gerontológico) la espacio-temporalidad diferencial de los mayores en cuanto a individuos con problemáticas especiales en lo referente a su relación con su medio, integrado por los entornos “físico”, “construido” y “humano-social”. Estas realidades y problemáticas deben ser conocidas para poder ser solucionadas (urbanismo, servicios sociales, educación, etc.).

Foto IV.1: Programa de Curso de Especialista en El envejecimiento en el Medio Rural.

En estos últimos años la proliferación de cursos centrados en el envejecimiento organizados por distintos Departamentos de Geografía de las Universidades españolas son un hecho incuestionable que permite a esta especialidad avanzar por el buen camino. Entre éstos destacamos el Curso de Especialista Universitario en “El envejecimiento en el Medio Rural”, organizado por el Departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid. Fuente: Universidad de Valladolid, 2000.

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237

IV.4. Los desafíos de la Geografía del envejecimiento

La Geografía es la ciencia social que más claramente ha sufrido una metamorfosis en las últimas décadas. El desconocimiento del papel del geógrafo por parte de otros profesionales y del resto de la sociedad han marcado buena parte de esta última y trascendental etapa. La infravaloración del trabajo de esta disciplina, a la sombra de otras ciencias sociales con más protagonismo académico y social, no han impedido que el saber geográfico vaya ocupando su justo lugar en el campo de las ciencias sociales. La Geografía es globalización, por tanto, debe mantener ese carácter integral y huir de la especialización estéril, donde algunos geógrafos tratan de competir con otras especialidades en sus campos, tomando sus propias herramientas, los que sin duda lo convierte en perdedores a priori. No podemos seguir haciendo pseudogeología, pseudosociología, etc. Tenemos nuestro propio saber y debemos ser capaces de aprovecharlo, y construir una especialidad independiente e integradora, capaz de proporcionar propuestas de intervención en el medio y aplicarlo. No se trata de declarar la guerra a la especialización, ni de aumentar el número de créditos de la licenciatura de Geografía para cubrir las carencias que demandaría cada especialidad posible, convirtiéndola en interminable y nada práctica. Por el contrario, la Geografía debe tener un carácter universal, como carrera universitaria que es, cubriendo las necesidades básicas formativas del joven geógrafo, dándole una visión integrada del medio. Los estudios de postgrado vendrían a completar esa especialización pertinente que demande cada geógrafo, que no estará enfrentada en ningún caso con la visión enriquecedora y global de la que debe hacer gala la Geografía.

Puede que la Geografía no haya sabido estar a la altura de las circunstancias de las necesidades sociales de este colectivo de personas tan numeroso y creciente. Para muchos geógrafos, el descuido en materia geográfica puede identificarse bajo muchas escalas. Sin embargo, cuando la dimensión del envejecimiento social y sus consecuencias locales (ubicación y

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caracterización de las viviendas y cambios sociales de las personas mayores) y la distribución y localización de aspectos complejos de la Gerontología (cambios personales en la movilidad y elección de servicios y atención sanitaria), se combinan, se pueden reconocer un gran número de variables que pueden ser investigados. En este sentido, el geógrafo atraído por el envejecimiento tiene innumerables posibilidades a su alcance, ya que es el único especialista capaz de trabajar con una visión integradora del medio y utilizar certeramente las técnicas de análisis espacial. Esta condición permite al geógrafo profundizar y establecer interrelaciones que escapan a las demás ciencias sociales que trabajan en el campo multidimensional del envejecimiento. Alan Warnes sitúa a la Geografía ante el reto de la difusión del envejecimiento de la sociedad y el debate del ocaso de la vida como condicionante del cambio de la relación edad-medio. A partir de ahí, lanza cuatro vías de atención que han seguido ya algunos geógrafos (WARNES, A 406., 1990, págs. 24-56): -

Variaciones espaciales y temporales en el envejecimiento (CLARK AND SPENGLER 407, 1980).

-

Difusión

global

KINSELLA, K.G.

(MYERS, 409

G.C. 408,

1985,

págs.

173-198;

, 1988) y variaciones regionales dentro de las

naciones (REES, P.H. 410, 1987, págs. 57-74; MARTÍN, L.G. 411, 1988, págs. 99-113) -

Localización del final de la vida (GOLANT, S.M. 412, 1984, págs. 262-272; SMITH, G.C. 413, 1988, págs. 189-200)

406

WARNES, A.: Op. Cit., 1990, págs. 24-56. CLARK, R.L. y SPENGLER, J.J.: The economics of individual and population aging. Cambridge University Press, Cambridge, 1980. 408 MYERS, G.C.: Op. Cit., 1985, págs. 173-198. 409 KINSELLA, K.G.: Aging in the third world. US Bureau of the Census, Center for International Research, 1988, Staff paper 35. 410 REES, P.H.: “How may elderly people will there be in the United Kingdom and where will they live?”. NOIN, D. y WARNES, A.M.(ed): Elderly people and ageing. Special issue. Espaces Populations Sociétes, 1, 1987, págs. 57-74. 411 MARTÍN, L.G.: Op. Cit. , 1988, págs. 99-113. 412 GOLANT, S.M.: “The geography literature on aging and old age: an introduction. Urban Geography, 5, 1984, págs. 262-272. 413 SMITH, G.C.: “The spatial shopping behaviour of the urban elderly: a review of the literature”. Geoforum, 1988, págs. 189-200. 407

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-

239

La dimensión temporal en los estudios sobre el envejecimiento (ROWLES, G.D. 414, 1980, págs. 55-72; SCHAIE, K.W. 415, 1965, págs. 92-107).

La Geografía tiene capacidad para erigirse en disciplina central en las tareas de diseño curricular de la Gerontología. No en vano los geógrafos somos expertos en atar cabos disciplinares y organizarlos sintéticamente en todo lo relacionado con la relación hombre-medio. Sin embargo, los geógrafos no somos reconocidos como tales (expertos coordinadores) por los investigadores y profesionales. Esta es una de las tragedias de la Geografía actual: puede hacerlo muy bien pero no la dejan.

Ha llegado el momento de que el geógrafo asuma su papel, aumente su autoestima y defienda su verdadero campo de trabajo. Sin lugar a dudas, el experto del saber geográfico tiene mucho que ofrecer a la ciencia y a la sociedad en su conjunto. De cómo sepamos mantener esa visión integradora, y ampliar y aplicar ese conocimiento dependerá el presente y futuro de la Geografía. En la misma línea, la ausencia de geógrafos en los grupos de investigación sobre el envejecimiento, que actualmente copan el campo de la Gerontología, está condicionando el resultado de tales investigaciones, perjudicando el progreso de la ciencia y lesionando los intereses de los destinatarios últimos, en este caso nuestros mayores. Por ello, debemos hacer hincapié en fomentar el diálogo y la colaboración interdisciplinar, lo que permitirá sin duda el progreso de la sociedad. A medida que la Gerontología sea entendida como un campo abierto al entendimiento entre las distintas ciencias biopsicosociales, donde se planteen estrategias válidas a los problemas de las personas mayores, y, en la misma medida se den respuestas globales e interdisciplinares, más protagonismo deberá adquirir el geógrafo por su necesario análisis integral y sistémicamente jerarquizado del medio donde vive el anciano.

414

ROWLES, G.D.: “Toward a geography of growing old”. BUTTIMER, A. y SEAMON, D. (ed): The human experience of place and space. Croom Helm, London, 1980, págs. 55-72. 415 SCHAIE, K.W.: “A general model for the study of development problems”. Psychological Review, 30, 1965, págs. 92-107.

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240

Nuestro futuro, y por consiguiente el de la Geografía, no es nada halagüeño, sino pugnamos por ser reconocidos mediante resultados espectaculares en nuestra acción.

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CONCLUSIONES

Existe en este momento un descrédito de la política, un pesimismo sobre los valores que genera esta sociedad de consumo, una pérdida de sensibilidad hacia los grupos minoritarios, un absoluto rechazo hacia la letra pequeña de un proceso demográfico no deseado. Los cambios demográficos han producido notables transformaciones en la estructura por edades de la población, y han convertido al envejecimiento de la población en una preocupación creciente no exclusiva de los países desarrollados. La tendencia estudiada nos anuncia un relativo estancamiento durante los primeros años del 2000, aunque se incrementará la población de 80 y más años de edad, volviendo a incrementarse a partir del 2010 y hasta el 2025, aunque las proyecciones son menos fiables. Todo parece apuntar que aunque cambiase la tendencia actual y se produjese un incremento de la fecundidad, el fenómeno del envejecimiento seguiría dominando la realidad demográfica española. Un panorama que dibujará una mayor presencia de la tercera edad en las comunidades litorales, generándose movimientos migratorios desde las zonas urbanas a las peri-urbanas, rurales y costeras, lo que conllevará la aparición de nuevas necesidades y demandas sociales en estas zonas, a las que habrá que planificar de forma anticipada. Esta preferencia tendrá como protagonistas a las nuevas generaciones de mayores, más femeninas, dinámicas e independientes, resultado de la mejora del nivel y calidad de vida. Aunque, bien es verdad que debido al aumento de la esperanza de vida no se evitará que el número de ancianos /as dependientes sea mucho mayor. Ello no quiere decir que se tenga que fomentar la institucionalización, sino más bien que se adecuen las necesidades sociales a las necesidades

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personales; eso permitiría que se favorecieran los servicios sociales indirectos y ayudas familiares que posibiliten la permanencia del mayor en su casa. Con ello, estaríamos dando respuesta a una de las demandas más exigidas por los propios mayores, familiares y profesionales; reduciríamos el altísimo gasto social por institucionalizar a un anciano; y se incrementaría el número de puestos de trabajo destinados a la atención y cuidados del mayor, que pasaría a convertirse en un importante “yacimiento” de empleo.

Resulta peligroso que se siga achacando al aumento de la proporción de persona mayores, consecuencia del declive de la fecundidad, el descenso de la mortalidad y el envejecimiento de la estructura demográfica, y los problemas de viabilidad que padece el sistema de bienestar. Parece paradójico que la misma cultura capitalista que ha posibilitado el aumento de la esperanza de vida y no ha evitado la brusca caída de la fecundidad en los países desarrollados, sino que ha fomentando el individualismo y el egoísmo frente a la familia y la solidaridad, “culpe” interesadamente de buena parte de los males sociales y económicos a un sector marginal de la sociedad como son los ancianos. En el caso de las pensiones, el aumento de las mismas no puede ser un índice negativo para la sociedad de bienestar, puesto que con la mejora del poder adquisitivo de este sector de población se favorece el consumo y el desarrollo de la economía. Las dificultades en la financiación de la protección social (pensiones, servicios sociales) obedecerán más a la capacidad del sistema de trabajo para generar empleo. Todo ello, por supuesto, depende del grado de Estado de Bienestar que tengamos.

Nos encontramos en un momento crucial del debate sobre el envejecimiento y la situación de las personas ancianas. En esta discusión abierta a la polémica en un contexto multifactorial intervienen, al menos, estos indicadores en el que coinciden: el aumento de la esperanza de vida al nacer; el descenso acusado de la fecundidad, propiciado por la propia cultura del ocio; la concomitancia del desplome del modelo familiar tradicional latino y el empeoramiento de las relaciones familia-anciano; la falta de verdaderas

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políticas sociales dedicadas a la familia; el incremento de las enfermedades crónicas y del gasto farmacéutico; el cambio en las necesidades y demandas de la sociedad a raíz de las consecuencias socioeconómicas del proceso de envejecimiento; sobremortalidad

la

feminización

masculina;

la

de

la

desigual

población

motivada

distribución

por

espacial

la del

envejecimiento y sus diferencias socioeconómicas; el despegue de la demanda y el pago de servicios específicos para la tercera edad; etc. Como indica D. Compán 416: “En el tardo-capitalismo, el anciano que no disponga de una fortuna media o alta está devaluado porque casi no consume y no posee el tipo de conocimiento que hoy se valora: el tecnológico. Posee otros conocimientos y valores en la escala de lo humano, pero el capitalismo no quiere seres humanos, sino seres-robot bien situados en el engranaje material de la producción-consumo, seres que sepan jugar bien a ese juego de rol al que jugamos sin saberlo cuyas reglas son las mismas del libre mercado”. La dramática advertencia sobre la soledad de los ancianos es sólo un reflejo de la crisis de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la idolatría de la técnica y en la “explotación” del hombre 417, o, incluso en la “funcionalización” del hombre 418. A lo largo de las sucesivas y desiguales culturas, la vejez ha sido entendida de forma bien distinta, bajo el respeto o la eliminación. ¿Debemos reflexionar sobre en cuál de estos dos estadios nos encontramos ahora, y sobre todo, hacia dónde nos encaminamos? ¿Se pondrá de moda la eutanasia?

Este sistema económico en crisis está exaltando el individualismo, la competitividad más feroz. Todo se compra y se vende, todo tiene un precio material. La progresiva feminización del mercado de trabajo y sus consecuencias están haciendo cada vez más inviable la vida en pareja y la

416

COMPÁN, D.: Comunicación personal. 2000. SÁBATO, E.: La resistencia. Seix Barral, Barcelona, 2000. 418 SAÑA, H.: “La funcionalización del hombre”. El Independiente. Madrid, 16 de mayo de 1991, pág. 9. 417

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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concepción de hijos, a lo que, en España, deberíamos sumar la ausencia de una verdadera política social centrada en la familia, lo que favorecería la mejora de la calidad de vida del anciano. El alarmante descenso de la fecundidad está exigiendo una reestructuración de las políticas sociales y de los servicios sociales para adaptarlos a una sociedad que envejece. Los efectos de la dinámica vegetativa están provocando que las cuestiones de la tercera edad son de candente actualidad. El nuevo contexto demográfico del mundo desarrollado pone sobre el tapete de los gobiernos nuevas interrogantes socioeconómicas y la necesidad de un giro en las estrategias sociales. Queda mucha investigación por delante y en nuestra futura tesis doctoral esperamos poder defender que esta defensa de la solidaridad intergeneracional debe contar con la aprobación institucional y social, tiene que desmentir los estereotipos de la tercera edad fomentando la concienciación social desde las aulas a través de un sistema educativo más tolerante. En este contexto, es donde los distintos expertos del envejecimiento deben ser capaces no sólo de aportar conocimientos, sino sobretodo de divulgarlos. Como dijo R. Nixon: “Nada pasa en la realidad, hasta que no ocurre en televisión”. Entre las muchas lagunas que presentan en la actualidad la Gerontología y la propia Geografía está el dar el gran paso y ser reconocidas por el público mayoritario.

Si miramos ahora el camino recorrido por la Gerontología nacional e internacional, podemos comprobar que ha sido fructífero. Su labor investigadora ha adquirido gran protagonismo y sus descubrimientos nos están permitiendo comprender la heterogénea realidad del colectivo de personas mayores, y avanzar hacia la búsqueda de nuevas metas y la realización de proyectos cada vez más ambiciosos. Este nuevo espíritu lleno de ilusión, no está exento de contradicciones, polémicas e intereses encontrados, que deberemos superar mediante la cooperación y la tolerancia desde un contexto interdisciplinario. Como hemos visto la inquietud de distintos especialistas, entre ellos algunos geógrafos, está permitiendo la divulgación y compresión del tema del

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envejecimiento no sólo a nivel académico sino por el público en general. Este compromiso científico quiere favorecer la integración de las personas mayores desmintiendo estereotipos mediante la difusión y el conocimiento de la realidad del anciano. Una situación que sigue marginando al mayor socialmente, por cuanto este capitalismo tecnológico y consumista destierra a los sujetos más débiles, menos productivos y consumistas.

La necesidad de una mayor reflexión sobre el presente de la Gerontología obliga a que se fomente la coordinación y la puesta en común de términos y conceptos relacionados con el envejecimiento, lo que sin duda permitirá afianzar este campo de estudio y de acción y favorecer el trabajo conjunto de los distintos profesionales. En suma, proponer puntos de encuentro, instrumentos conceptuales que favorezcan la construcción de un lenguaje gerontológico al que pudieran acceder geógrafos del envejecimiento, psicogerontólogos, geriatras, etc.

La Gerontología peca de cierta inmadurez, pese a las numerosas publicaciones existentes y la consolidación de estudios de postgrado en las Universidades. Su adolescencia científica no está libre de descoordinación y falta de formación de sus profesionales; de adolecer de ausencia de los conocimientos adecuados; y de no contar con el apoyo suficiente por parte de la Administración y las empresas del sector, que obtienen pingües beneficios de los que se destina una mínima parte. Precisamente la falta de financiación está dificultando el despegue de las distintas investigaciones que sobre este campo interdisciplinar se están llevando a cabo. Sólo invirtiendo en el desarrollo de la teoría gerontológica, solventando las graves carencias epistemológicas y metodológicas, y divulgando los resultados de los trabajos, se conseguirá consolidar el desarrollo de la investigaciones gerontológicas y mejorar de la formación de estos especialistas. Con ello, se conseguirá atender la emergente demanda social de este tipo de profesionales interdisciplinares; y se podrá poner fin a muchas de las disputas

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

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entre expertos por pequeñas parcelas de poder y por la búsqueda de una financiación pública o privada.

Creemos que en este estudio nos hemos esforzado suficientemente en tener una visión completa de la realidad geográfica en torno al envejecimiento, un repaso a lo más destacado del panorama gerontológico, antesala de una, ya, avanzada, tesis doctoral centrada en las necesidades y demandas de la población mayor de la ciudad de Granada, cuyo objetivo final es entrar en las lagunas

detectadas

en

los

estudios

geográficos

sobre

la

situación

socioeconómica de los jubilados y plantear posibles soluciones.

El compromiso del geógrafo gerontólogo en torno al estado de la cuestión le lleva a defender su trabajo en la búsqueda de la dignidad y la mejora de la calidad de vida del anciano, y las ventajas que puede suponer una mayor coordinación por parte de las ciencias que forman el campo de la Gerontología. Los geógrafos tienen un papel primordial e indiscutible en el presente y futuro de la comprensión del envejecimiento social. En este sentido, la Geografía está desenmascarando otras realidades que oculta este falso desarrollo, un progreso deshumanizado que en las sociedades más avanzadas han logrado liberar a las familias de la carga del mayor, que sustituye el cariño, la compañía, la intimidad, la libertad y otros valores fundamentales por innumerables y costosísimos servicios sociales, que no han evitado que la soledad pase a ser uso de los mayores problemas de los últimos años de la vida.

El creciente número de publicaciones geográficas en torno al envejecimiento ha permitido avanzar en el conocimiento del envejecimiento, un terreno en el que el geógrafo tiene mucho que aportar. A través de éstas hemos tenido la oportunidad de conocer cómo el trasfondo económico en los estudios de las personas ancianas suele abarcar varias dimensiones, entre las que sobresalen: la dimensión puramente económica (las pensiones, el gasto farmacéutico y hospitalario), la dimensión social (la atención y pobreza de este

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grupo de personas). De lo anterior deducimos que el análisis integral de la calidad de vida del anciano conlleva el estudio de la realidad multifactorial y la reflexión pausada sobre las distintas vertientes del colectivo heterogéneo de mayores. En este contexto, existiría una relación directa entre el estatus socioeconómico y la calidad de vida de la población mayor, que afectaría directamente a su alimentación, salud, educación, vivienda, disfrute de servicios sociales, percepción de la vida, etc. El interés de los positivistas y estructuralistas ha sido manifiesto por estos temas, sin embargo, los humanistas entran, además, en cuestiones más hondas como: la solidaridad, los afectos, la ayuda y la comprensión, vertientes normalmente ausentes en los estudios de calidad de vida de los ancianos. Los estudios humanistas no suelen estar ni en la academia ni en las instituciones, sino en la literatura. Pese a ello, cabe preguntarnos qué sentido tiene que se realicen esfuerzos por mejorar el bienestar social de las personas mayores, la calidad de vida de los ancianos, si no escuchamos al individuo y tenemos en cuenta su realidad personal y social, si olvidamos la cuestión principal: dar vida a los años y no años a la vida.

El profesional de la Geografía es un perfecto especialista del envejecimiento, de las relaciones hombre-medio, entendiendo al individuo con unas características sociales y personales singulares. Sus aportaciones deben tener una mayor trascendencia científica, evitando caer en reduccionismo o contradicciones; contribuyendo a planificar y optimizar la escasa coordinación de los servicios sociales del que dependen los mayores; favoreciendo la concienciación social con respecto a la situación de las personas mayores; e interviniendo de forma activa en el desarrollo de la Geografía como ciencia social y estableciendo puentes con otras ciencias a fines. Si se incrementan los trabajos geográficos, las colaboraciones interdisciplinares y la representación de éstos en foros gerontológicos, donde hasta ahora han mantenido un papel secundario, estaremos respondiendo a las necesidades de la sociedad y de la propia Geografía. No olvidemos que nuestra respuesta condicionará la solución a problemas de la tercera edad, y a la postre determinará el papel futuro de esta disciplina social en la sociedad.

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Con nuestro esfuerzo, estaremos desmintiendo falsas acusaciones de intrusismo del geógrafo por parte de determinados profesionales de otras ciencias sociales que han delimitado el terreno de la “Gerontología” como si de una finca particular se tratase, imponiendo sus criterios y ralentizando el avance de la ciencia. Y lo más importante, estaremos construyendo una base sólida sobre la que cimentar el prestigio científico-académico, ocupando el justo lugar que le corresponde en la sociedad y que hace tiempo la Geografía lleva reclamando por derecho propio.

En nuestra tesis estamos investigando ya sobre la enorme frustración que produce a nuestros ancianos las esperpénticas relaciones personales y sociales, y la propia respuesta que reciben de la sociedad, acelera su aislamiento, depresión y segregación, y aumenta las situaciones de clientelismo y sumisión. Si miramos desde este observatorio, siempre sería deseable una fórmula humana para la construcción de una sociedad, una filosofía que englobara las diferencias y las minorías. Un tránsito desde el tiempo basura al tiempo humano, desde el silencio al debate, donde, en un nuevo escenario de debate transgeneracional, sea posible la resistencia dialéctica.

Por último, dejo a la reflexión del lector un análisis más personal y pausado sobre la situación del anciano que continúa vigente en nuestra sociedad de consumo. Paradójicamente, esta joven cultura virtual de internet basada en las relaciones cibernéticas y en la ausencia de compañía física, la edad es sólo un dato virtual. Estoy convencido de que al reflexionar sobre la decadencia social y el crepúsculo de la vida estaremos contribuyendo a la más bella victoria: la del espíritu, la del corazón, sobre el cuerpo enfermo y la muerto 419. No debemos olvidar nunca que “el ser humano es sólo una ola de la eternidad”.

419

RONSAC, C.: Uno no se cansa de amar. ANAYA, Madrid, 1992.

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SEGURIDAD

SOCIAL:

Geriatría

y

Gerontología.

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FERNÁNDEZ,

G.

y

ABELLÁN

GARCÍA,

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el

desafío

de

la

participación”.

ASOCIACIÓN

MULTIDISCIPLINAR DE GERONTOLOGÍA: El rol de los profesionales en la Gerontología. Ponencias de las terceras jornadas de la AMG. Asociación Multidisciplinar de Gerontología, Barcelona, 1997, págs. 13-43.  WALKER, A., GUILLEMARD, A.M. y ALBER, J.: Older People in Europe – Social and Economic Polices. European Commission, Brussels, 1993.  WARNES, A.M.: “Toward a geographical contribution to gerontology”. Progress in Human Geography. Nº 5, 1981, págs. 317-341

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Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

274

ANEXO

DIRECCIONES DE ORGANISMOS GUBERNAMENTALES Y NO GUBERNAMENTALES RELACIONADOS CON EL ENVEJECIMIENTO

Aquí se adelantan algunas de las direcciones más útiles que cualquier persona o profesional interesado puede tomar para seguir manteniendo contacto con el apasionante tema del envejecimiento. Para ello se proporcionan las

direcciones

tanto

de

organismos

nacionales

e

internacionales

gubernamentales como no gubernamentales, empresas y otros colectivos, con la intención de que el lector puede formar parte del foro mundial para los temas del envejecimiento y las personas ancianas.

Direcciones de Organismos Gubernamentales:

- Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) http://www. unhcr. ch.

- Asociación Internacional de la Seguridad Social (ISSA) ISSA. P.O. Box 1. CH-1211 Ginebra 22. SUIZA. http://www. aiss. org. - Banco Mundial (BM) BM. World Bank Headquarters. Washington, D. C. 20433. U.S.A.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

275

http://www. worldbank. org

- Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) Los Extremeños, 1. 28018 Madrid. Telf.: 91-7789061

- Centro para Asentamientos Humanos de Naciones Unidas (HABITAT) HABITAT. P. O. Box 30030. Nairobi, KENYA. http://www. unhabitat. org

- Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (ECE) ECE. Palais des Nations CH-1211. Ginebra. SUIZA. http://www.unece.org. [email protected]

- Comisión Europea, Dirección General V, Empleo, Relaciones Industriales y Asuntos Sociales. Rue de la Loi 200, B-1049 Bruselas/Wetstraat 200, B-1049 Bruselas, BÉLGICA, Oficina J11-1/15

- Comité Español de Coordinación de las Acciones para el Año Internacional de las Personas Mayores (Páginas 38130 y ss del B.O.E. núm. 278, de 20 de noviembre de 1998), Avda. de la Ilustración s/n. 28029 Madrid. ESPAÑA. TEL: 34 1 347 8834-5 FAX: 34 1 347 8942)

Revista Coalition’99. No. 10 Octubre/Noviembre. [email protected]

- Consejo Estatal de las Personas Mayores C/. María de Guzmán, 52 B. E-28003 Madrid.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

276

- Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas (DPI) DPI. Room S-10403. New York, N. Y. 10017, U.S.A. http://www. un. org

- División de Naciones Unidas para el Avance de las Mujeres (DAW) DAW. Room. DC2 1250. Nueva York, N.Y. 10017, U.S.A. http://www.un.org/womenwatch/daw. [email protected].

- División de Población de las Naciones Unidas DESA. Room DC2-2040. Nueva York, 10017, USA. http://www. undp. org/popin/popin. htm - Fondo Monetario Internacional (FMI) FMI. Washington, D.C. 20431, U.S.A. http://www. imf. org.

- Fundación sobre la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) http://www. unfpa. org.

- Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO) IMSERSO. Avda. de la Ilustración s/n. E-28071 Madrid. www.seg-social.es/imserso

- Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) INSS. C/. Padre Damián, 4. E-28036 Madrid.

- Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Via della terme de Caracalla. 1-00100 Roma, ITALIA. http://www. fao. org.

- Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

277

OIT. Ch-1211 Ginebra 22, SUIZA. Qruat@hq. ilo. ch. http://www. ilo. org.

- Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) UNESCO. 7, place de Fontenoy. F-75700 París, FRANCIA. http://www. unesco. org

- Organización Mundial de la Salud (OMS) OMS, 20 Avenue Appia, 1211 Ginebra 27, SUIZA. Activeageing @who.ch

OMS. Ginebra-27 CH 1211. SUIZA. KALACHEA@WHO. CH. http://www. who. org

- Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) http://www. idc. org/gmg http://www. undp. org.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

278

Direcciones de Organismos no Gubernamentales:

- Asociación Americana de Personas Jubiladas (AARP) AARP. 601 E Street, NW, Washington DC 20049, U.S.A. International Activities Office/NY: 919 Third Avenue, 9th floor, New York, NY 10022. www.aarp.org

- Asociación Española contra el Cáncer Avd. Doctor Oloriz, 16. Granada. Telf.: 958-208104.

- Asociación Española Teléfonos de la Esperanza H. Espartero, 22. Granada. Telf.: 958-261516.

- Asociación de Familiares Enfermos de Alzheimer Delfín, 4. Granada. Telf.: 958-285075.

- Asociación de Pensionistas y Jubilados Polígono Cartuja R. Triana, s/n. Granada. Telf.: 958-151319.

- Asociación de Viudas de Granada Gran Vía de Colón, 28. Granada. Telf.: 958-274609.

- Asociación Granadina de Emigrantes Retornados Sol y Luna, 8. 18007. Granada. Telf.: 958-135333.

- Asociación Multidisciplinar de Gerontología C/. San Juan de la Salle, nº42. 08022 Barcelona. Telf.: 93-2125050.

- Cáritas Diocesana de Granada Doctor Azpitarte, 3. 18012 Granada. Telf.: 958-202611 [email protected]

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

279

- Coalition 99 AARP International Activities, 601 E Street NW, Washington DC 20049, U.S.A.

- Comité de las ONGs sobre el Envejecimiento en las Naciones Unidas NGO Committee on Ageing, 49 West 45th Street, 7th floor, Nueva York, NY 10036, U.S.A.

- CONEX Gran Vía, 562, Baixos. 08011 Barcelona. Telf.: 93-4514100

- Consejo Internacional para el Cuidado de Comunidades (ICCC) ICCC, 24 Central Park South, Nueva York, NY 10019, U.S.A. [email protected].

- Cruz Roja www.cruzroja.es

- Eurolink Age Eurolink Age, 1268 London Road, Londres SW16 4ER, REINO UNIDO. [email protected] http://www.eurolinkage.org/euro

- Federación Internacional sobre el Envejecimiento (IFA) IFA. 380, Rue St.-Antoine Ouest, Bureau 3200, Montreal (Quebec), CANADA H2Y 3X7. [email protected]. http://www.ifa-fiv.org

- Fundación Pan-Africana para la Protección de la Infancia y la Tercera Edad (FETAG) B.P. 6253, Yaoundé, CAMERÚN.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

280

- Instituto Internacional sobre el Envejecimiento (INIA) INIA, 117 St. Paul Street, Valletta, VLT07, MALTA.

- Liga de la Mujer Mayor (OWL) OWL, 666 11th Street, NW, Suite 700, Washington D.C., 20001, U.S.A.

- Oferta Cultural de Universitarios Mayores (OFECUM) Palacio de la Madraza. C/. Oficios. Granada. Tel: 958-228403. http://www.ugr.es/~continua/mayores/frame. [email protected] - Programa de Acción para 1998-2000 http:: www.open.gov.uk/royal-commission elderly/

- Seniornet Organización de la tercera edad de EE.UU. http://www.seniornet.org

- Seniors Españoles para la Cooperación Técnica (SECOT) Almagro, 2-5ºD. 28010 Madrid. Telf.: 91-3192202 [email protected]

- Xarxa de Dones de 50 i més Plaza J. Casanelles, s/n. 08018 Barcelona. Telf.: 93-4850324 El objetivo de esta asociación es promover el intercambio de conocimientos, experiencias y habilidades de las mujeres mayores de Europa.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

281

OTRAS DIRECCIONES DE INTERÉS - El programa Esparru Departamento de Economía y Turismo. Diputación Foral de Guipúzcoa. www.gipuzkoa-net/esparru El objetivo general es la promoción, análisis y planteamiento de estrategias y proyectos piloto dirigidos a la creación de empleo y generación de actividades económicas en el ámbito de los servicios de la vida diaria, de mejora de la calidad de vida, culturales y de ocio y servicios de protección del medio ambiente. Estos sectores tratan de satisfacer, entre otros colectivos, las nuevas aspiraciones de la población en edad avanzada.

- Paneuropeo http://www.vavo.org Vavo es el primer y único portal paneuropeo dirigido a mayores de 45 años. Su sitio Web ha combinado noticias de interés específico, ocio, foros y canales editoriales que van desde las finanzas hasta la salud y el deporte, dirigidas a la dinámica Generación de las canas.

http://www.thirdage.com A través de sus páginas dedicadas a todo tipo de temas (política, viajes, salud, belleza, ordenadores, mascotas, sexo...), y disponen de actividades on line como juegos y concursos, etc.

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

282

APÉNDICE

ÍNDICE DE CUADROS Páginas - Cuadro I.1. Evolución de la proporción de población de 65 y más años en Europa. 1950-1992............................................................

42

- Cuadro I.2. Evolución del envejecimiento demográfico de Andalucía. 1900-1991...........................................................................

50

- Cuadro I.3. Evolución de la tasa de fecundidad de los países de la Unión Europea. 1976-1997...................................................................

53

- Cuadro I.4. Movimiento natural de la población por Comunidades Autónomas. Nupcialidad y natalidad, 1997..........................................

60

- Cuadro I.5. Evolución del estado civil de la población de 65 y más años. España. 1981-1991............................................................

62

- Cuadro I.6. Esperanza de vida al nacer en España. 1900-1990..........

67

- Cuadro I.7. Evolución de la esperanza de vida en España y Andalucía. 1970-1986...........................................................................

68

- Cuadro I.8. Evolución del crecimiento vegetativo de la población española. 1976-1998..............................................................................

70

- Cuadro I.9. Distribución del crecimiento vegetativo de la población por Comunidades Autónomas. 1997......................................................

71

- Cuadro I.10. Distribución de la población de 65 y más años por Comunidades Autónomas de España. 1991...........................................

76

- Cuadro I.11. Proyección de los grupos de edad. (Efecto de la caída de la fecundidad). España, 1986=100..........................................

84

- Cuadro I.12. Régimen de jubilación del Sistema de Seguridad Social. España........................................................................................

108

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

283

Páginas - Cuadro I.13. Pensiones del Sistema de la Seguridad Social y otras públicas (media anual, miles). España, 1994.........................................

109

- Cuadro III.1. Cambios en la vejez.......................................................

177

- Cuadro III.2. Cuestiones básicas sobre la socialización de los mayores..................................................................................................

194

ÍNDICE DE GRÁFICOS

- Gráfico I.1. Pirámides de población de las regiones menos desarrolladas del mundo para los años 1999 y 2050..............................

39

- Gráfico I.2. Pirámides de población de las regiones más desarrolladas del mundo para los años 1999 y 2050..............................

41

- Gráfico I.3. Estimaciones del número de personas de 60 y más años en algunos países europeos, años 2000, 2020 y 2050 (en miles)...

43

- Gráfico I.4. Evolución de la población española por grandes grupos de edad, 1900-1991 (en miles)...................................................

48

- Gráfico I.5. Tamaño municipal y envejecimiento en España. 1986....

52

- Gráfico I.6. Evolución del número medio de hijos por mujer, 1970-1991. Varios países.......................................................................

56

- Gráfico I.7. Tasa de mortalidad por Comunidades Autónomas, 1998.......................................................................................................

63

- Gráfico I.8. Distribución del porcentaje de población de 75 y más años. 1996...................................................................................

66

- Gráfico I.9. Distribución del crecimiento vegetativo de la población por Comunidades Autónomas. 1997....................................

71

- Gráfico I.10. Pirámides de población por activos y no activos, sexos y edad de España. Años 1991 y 2025.........................................

83

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

284

Páginas - Gráfico I.11. Tasa de analfabetismo por grupos de edad y sexo. España. 1970........................................................................................

125

- Gráfico I.12. Tasa de analfabetismo por grupos de edad y sexo. España. 1986........................................................................................

125

- Gráfico I.13. Evolución de la tasa de analfabetismo de Andalucía. (1983-1991)..................................................................

126

ÍNDICE DE MAPAS

- Mapa I.1. Porcentaje del total de la población de 60 o más años en 1999..........................................................................................

39

- Mapa I.2. Proyección del porcentaje del total de la población de 60 o más años en 2050......................................................................

40

- Mapa I.3. Proporción de crecimiento de la población de España (1965-1991) (%).................................................................................... 2

- Mapa I.4. Densidad de la población española. 1991 (Hab./km )........

47 51

- Mapa I.5. Tasa de natalidad por Comunidades Autónomas. España, 1997..........................................................................................

58

- Mapa I.6. El Boom de la Tercera Edad. Esperanza de vida al nacer en países representativos, 1996..............................................................

65

- Mapa I.7. Incremento de la tasa de envejecimiento masculino entre 1960-1986..............................................................................................

75

- Mapa I.8. Distribución provincial del porcentaje de personas de 65 y más años. 1991...............................................................................

78

- Mapa I.9. Distribución provincial de personas de 65 y más años (absoluto). 1991......................................................................................

79

- Mapa I.10. Crecimiento de la población de 65 y más años. 1986-2010..............................................................................................

79

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

285

Páginas - Mapa I.11. Proporción de personas de 80 y más años sobre el total de personas mayores. Datos estimados para el año 2010......................

80

- Mapa I.12. Las pensiones de viudedad en España. 1 de junio de 2000.......................................................................................................

102

ÍNDICE DE FOTOS

- Foto 1. Un trabajador de 81 años propuesto para la Medalla al Mérito en el trabajo............................................................................

14

- Foto 2. Los viajes del IMSERSO permiten mantener los puestos de trabajo en las zonas turísticas............................................................

16

- Foto 3. Mujeres granadinas que se lanzaron en su tiempo al duro mercado laboral. Antonia y Carmen Cuellar. Campaneras...........

18

- Foto 4. Mujeres granadinas que se lanzaron en su tiempo al duro mercado laboral. María Hernández González. Jornalera..............

18

- Foto 5. Los abuelos suplen la escasez de guarderías en un 46% de las familias........................................................................................

20

- Foto 6. Año Internacional de las Personas Mayores...........................

23

- Foto 7. SECOT, jubilación fructífera..................................................

27

- Foto 8. Monjas, abuelos y rock and roll.............................................

29

- Foto 9. Se propone la creación de brigadas de jubilados que se dediquen a cuidar los jardines del Albaicín de Granada.......................

30

- Foto I.1. La cada vez más minoritaria aventura de tener un hijo.......

54

- Foto I.2. El envejecimiento de la población está unido a la caída de la natalidad.......................................................................................

57

- Foto I.3. El 75% de las españolas que abortan renuncian a su derecho a la sanidad pública.................................................................

59

- Foto I.4. La ciudad de mayores..........................................................

77

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

286

Páginas - Foto I.5. Si los políticos se preocupasen de nuestras pensiones........

99

- Foto I.6. Hay personas que se morirían antes de reconocer que pasan hambre........................................................................................

101

- Foto I.7. De mayor no quiero ser mendigo........................................

105

- Foto I.8. Abuelos con coraje ante situaciones desesperadas..............

106

- Foto I.9. Servicio de Comedor para Mayores....................................

111

- Foto I.10. La atención a domicilio alternativa: la familia adoptiva...

113

- Foto I.11. Programa de Alojamiento por Compañía por todo el mundo...............................................................................................

114

- Foto I.12. La teleasistencia a ancianos se amplia a la zona de Alhama y Loja......................................................................................

115

- Foto I.13. Nace el teléfono dorado, línea gratuita atendida por voluntarios para ayudar a los ancianos.................................................

117

- Foto I.14. El Alzheimer, la cuarta causa de muerte en personas mayores.................................................................................................

118

- Foto I.15. Bailes durante la Semana Cultural del Centro de Mayores de la Zona Norte (Granada)...................................................

120

- Foto I.16. “Asustaviejas”, especuladores sin escrúpulos...................

121

- Foto I.17. La población mayor denuncia el grave problema de la inseguridad ciudadana en los barrios históricos...............................

123

- Foto I.18. “La movida nocturna” ha venido a agravar la contaminación acústica y la higiene de algunos barrios de la ciudad..

123

- Foto I.19. La pasión por la informática no tiene edad.......................

127

- Foto I.20. La Junta no atiende al 98% de los hogares con ancianos inválidos o enfermos crónicos..............................................

130

- Foto I.21. Siete mil ancianos andaluces esperan una plaza de residencia de la Junta...........................................................................

131

- Foto I.22. Una residencia de ancianos abrirá sus puertas quince años después de acabar su construcción..............................................

132

Cuestiones geográficas sobre el envejecimiento de la población...

287

Páginas - Foto I.23. El Ayuntamiento no encuentra sitio para ancianos de un centro ilegal. Los vecinos denuncian gritos e indicios de malos tratos....................................................................................................

133

- Foto I.24. El Bono Tres. El Bono-Bus para Mayores.......................

134

- Foto I.25. Las mujeres dispondrán de más permisos para compatibilizar la vida laboral con la familiar.....................................

135

- Foto I.26. Reclaman una mayor atención a las nuevas generaciones y a las administraciones públicas..................................

136

- Foto I.27. El ocio en la vejez............................................................

138

- Foto II.1. Sabios marginales. ¿Quién escucha a los viejos?.............

151

- Foto II.2. Francisco Ayala, preocupado por los inmigrantes, los gitanos y el patrimonio cultural....................................................

152

- Foto II.3. Solidaridad Generacional.................................................

154

- Foto II.4. Inauguración del Máster de Gerontología Social de la Universidad de Granada.................................................................

164

- Foto II.5. Más de 800 personas mayores comparten ya las enseñanzas de la llamada Aula Permanente de la Universidad de Granada.........................................................................................

165

Foto IV.1: Programa de Curso de Especialista en El envejecimiento en el Medio Rural.................................................

234

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