Cuerpos y máquinas ¿quién al servicio de quién?: La obsolescencia del cuerpo

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Descripción

Cuerpos y máquinas ¿quién al servicio de quién?: La obsolescencia del cuerpo.    Alma Karen Molina Cruz

Ponencia presentada dentro del ciclo de conferencias del

IV CONGRESO INTERNACIONAL EL CUERPO EN EL SIGLO XXI Realizado en Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), Torre II de Humanidades.  Ciudad Universitaria, UNAM.  Del 2 al 5 de septiembre del 2013.

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Resumen: Frankensteins  modernos,  un potpurri  de partes ensambladas,  móviles,  amadas, odiadas, intrusas y lectoras. Ciudades construidas de partes desechables. La obsolescencia marcada no sólo en la  tecnología misma,sino también en la obsolescencia de cuerpos. Durante siglos hemos sido testigos de la modificación corporal, donde el protagonismo de la corporeidad es víctima de una concepción socio­culturalmente visualizada con estéticas diversas que incluso llegan a la grotesquidad. Desde siempre hemos sido víctimas de una serie de reglas corporales,visuales   y   relacionales   que   se   nos   exigen   para   una   experiencia   socialmente aceptada.   Desde   este   punto   de   vista   clasificatorio   del   afuera   y   dentro   de   un   cuerpo; podríamos   darnos   cuenta   que   somos   objetos   con   funciones   estáticos   y   pasivos,más   que actantes en movimiento,forma y contenido cambiante. Nos hemos convertido en cyborgs casi sin saberlo. Muchas veces pareciera que somos cuerpos   vacíos   usados   por   la   tecnología,   medicina,   moda,   sociedad   para   colocarnos implantes de todo tipo. Somos tan maleables, modificables de muchas formas que ni somos capaces de reconocer el cambio o de saber en qué momento nos convertimos en un teme.  Introducción “Toda tecnología inaugura un mundo de, una multiplicidad de rituales y de prácticas. Las tecnologías son intervenciones culturales   que   crean,   ellas   mismas,   nuevas   culturas   y demarcaciones del campo social” Arturo Escobar Al   cuerpo   se   le   ha   visto   como   un   campo   de   transformación,   de   expresión   y   de exteriorización de ideas,  de espiritualidades, de castigos, de premios. Pues el cuerpo, al ser estrictamente material, posee una de las mejores cualidades: la transformación. El cuerpo se transforma, se muta, se malea, el cuerpo posee una enorme capacidad de metamorfosis. El cuerpo puede contener tantas cargas simbólicas y de valores como nos imaginemos; y en más, cada parte de cuerpo puede tener las suyas propias.   O inclusive, cada líquido que excrete el cuerpo puede tener cargas simbólicas y hasta estos líquidos pueden regir ciertas costumbres   y   rituales.   Ya   sea   dentro   de   una   concepción   ritual   o   espiritual,   las modificaciones del cuerpo pueden verse y hacerse tanto por gusto, prácticas sexuales o por estéticas. 

Por otro lado, durante las últimas décadas hemos sido testigos de un avance tecno­ científico abismal que poco a poco vamos adoptando nuevas formas de relacionarnos, de medir nuestro tiempo, de conectarnos o de desconectarnos, de empoderarnos o de dejarnos dominar. Pero además de eso, las vemos como extensiones de nuestro cuerpo, de nuestra memoria, de nuestros recuerdos, de nuestras acciones, de nuestros sentidos.  A modo de advertencia Pantallas nos informan; pantallas nos ponen en   contacto   con   el   mundo;   pantallas   nos   vigilan; pantallas formulan   nuestros   deseos   y   extienden   nuestros sentidos;   pantallas   registran,reproducen,   producen, crean;   pantallas   nos   sitian;   pantallas   trazan   las señas   de   nuestra  i d e n t i d a d   s u b j e t i v a   y   n u e s t r o inconsciente colectivo; pantallas dan cuenta de n u e s t r a   felicidad y nuestra desesperación. Eduardo Suburats. Hoy en día no logramos entender la influencia que la tecnología ha dejado a su paso, seguimos pensando que si desconectamos el módem, que si me desaparto de mi móvil por un tiempo, que si salgo a la calle sin ningún artefacto tecnológico o incluso su vacío mi habitación u hogar ya me libero por completo del encarcelamiento y de la preocupación de usar una u otra cosa, de esa necesidad de atar a un objeto ajeno a mi cuerpo y de hacerlo parte indispensable de tu existencia precaria. David Pogue escribe una vez “A diferencia de las leyes reales, el software de Internet no puede castigar. No afecta a la gente que no está conectada (y solamente lo está una minúscula minoría de la población mundial). Y si no te gusta el sistema de Internet, siempre puedes apagar el módem” (Pogue: 2000). Pero Pogue era un  tanto  escéptico,  pues  las  leyes  y  todo  lo  que  suceda dentro  del mundo  tecnológico, estemos o no consientes de estar dentro o fuera, estemos consumiendo o siendo ajenos, seamos tecnófobos o tecnófilos; lo cierto es que todo nos afecta. Pues a través de este nuevo flujo de información se crean nuevos cambios dentro de la estructura y del significado de la cultura y la sociedad, pues se muta, se construye y reconstruye.   “la idea de que la ciencia y la tecnología son campos cruciales para la creación cultural en  el  mundo  contemporáneo”  (Escobar: 2005) aún  no  la entendemos del todo. Ninguna

tecnología   es   neutral   ya   sea   fuera   y   ajena   a   la   humanidad,   siempre   influye,   rediseña, resignifica  y   renueva   procesos  sociales.   Crea  nuevos  órdenes  de  vida,  trabajo,  lenguaje, multiplicidades de prácticas que regulan, articulan y producen nuevos discursos.   Si no logramos entender del todo esta simple, compleja y maravillosa conexión ¿cómo podremos entonces, ser capaces de entender la interconexión entre la naturaleza y la tecnología, entre el   gen   y   los   “ceros”   y   ”unos”,   entre   los   órganos   y   los   microcontroladores?,   ¿cómo explicarnos o reconocer esos aspectos de la vida que se han regulado y naturalizado a partir de   un   discurso   tecno­científico   que   a   su   vez   nos   incita   a   un   modelo   de   producción­ consumo? Si no nos preguntamos o ponemos sobre discusión el hecho que implica que la tecnología   crea   nuevos   medios   para   nuevas   realidades   y   representaciones   del   ser   que siempre están interconectados y que estos a su vez son para un uso instrumental, entonces, fallamos. Fallamos como esa especie que fue capaz de escapar de la cadena alimenticia para caer esclava de aquellas tecnofantasías bien vendidas de esas otras cosas, tal vez las más inútiles y estúpidas que son los microcontroladores, los ordenadores, las pantallas. Y por más paranoico que se escuche, toda tecnología también tiene un propósito ¿cual es ese propósito? ¿me es necesaria o me ha creado una necesidad falsa? ¿me libera y me conecta o   me   esclaviza   y   me   encierra?   ¿me   vigila?   ¿yo   me   apodero   de   ella   o   me   controla? ¿humanizamos a la máquina o nos convertimos en una máquina con otra máquina a partir de la máquina?.  Ideas platónicas en la era del bit Spinoza   quiere   eliminar   la   pseudo­superioridad   del   alma sobre el cuerpo. Hay el alma y el cuerpo y los dos expresan una única y misma cosa. Un atributo del cuerpo es también un sentido del alma. Enseñar al alma a vivir su vida, no a salvarla. Gilles Deleuze Nuestro cuerpo no solo nos funciona como un medio de transporte; sino, como un medio clasificatorio, gracias a nuestra propiosepción recolectamos datos de nuestro medio, de nuestras sensaciones, del frío, del calor, de nuestros movimientos. Todo conectado de la médula al cerebro. Muy simple, muy primitivo, pero necesario para el acto cotidiano de habitar.   También   molesto,   la   enfermedad,   los   parásitos,   el   dolor,   las   sensaciones

desagradables que de igual manera forman parte de lo que es ser un cuerpo. Un cuerpo que nos   permite   ubicarnos   en   el   espacio­tiempo,   que   permite   crearnos   realidades   con   otros cuerpos, con otros objetos. Que genera la posibilidad de situar el yo, el tú, el pasado, el presente, el ser, el devenir, la muerte.  Así   que   ¿para   qué   tener   o   ser   un   cuerpo?,   un   artefacto   molesto   pero   a   la   vez necesario. Viejo, decadente, mortal, al precipicio de la muerte, con un final. A los ojos de Platón, una cárcel para el alma, un impedimento para alcanzar nuestra felicidad. Pues al ser materia es un impedimento de felicidad y de conocimiento. Pero ambos alma­cuerpo unidos y relacionados entre sí, interdependientes hasta el momento de la liberación de esa cárcel,   hasta   el  momento   de   la  muerte.   O   bien,   tratar   de  separarse   lo   más   posible   del cuerpo.   Lograr   un   cuerpo   sin   órganos,   no   tener   un   cuerpo,   ser   el   cuerpo, transhumanizarnos, ser un cyborg. Adoptar a las nuevas tecnologías y transformarlas para la creación de nuevas formas de ubicarnos y clasificar. Pero entonces, buscamos eliminar una materia molesta e incómoda que es el cuerpo, por otras materias, llenas de promesas pero también de defectos, de obsolescencia y de muerte. Entonces, no nos liberamos de un cuerpo,   nos   pasamos   a   otros.   No   liberamos   nuestras   almas,   las   encarcelamos,   las transformamos en bits. Es pues, como el materialismo corporeísta nos sitia como sujetos operatorios a través de nuevas transformaciones y significaciones de sujetos corpóreos. El mundo de los nuevos cuerpos sólidos que se enfrenta a otros bultos para desgarrarse los unos a los otros.  El mundo de los cuerpos y la era de las antropotécnias El   cuerpo   es   materia.   Es   denso.   Es   impenetrable.   Si   se   lo penetra, se lo disloca, se lo agujera, se lo desgarra. Jean­Luc Nancy Pero al cuerpo se le desgarra, se lo penetra, de lo disloca, se lo embellece, se lo descuida, se lo enferma, el cuerpo sufre transformaciones, las llora, las siente, las sangra, pasa hambre, pasa fríos, siente calor, odio, amor, defeca, se deshace, se vence, se conquista, se flaquea, se lo   codifica,   se   lo   encarcela,   o   se   vuelve   cárcel,   enmudece,   se   ciega,   se   ensordece.   Se expande, se contrae. Crea conexiones con el suelo, con la silla, con su mano, con la otra mano,   con   el   otro   cuerpo,   con   la   máquina,   con   la   prótesis,   con   los   tacones,   con   el maquillaje, con el traje, con el saco, con el vestido, con las pantimedias, con la mirada al

otro y del otro con la mirada.   El cuerpo es peligroso, no por que es sucio, decadente, mortal, enfermo, frágil. Sino, porque es la confirmación de nuestras existencias, de nuestras identidades, de nosotros. Eso lo   convierte   en   peligroso,   lo   convertimos   en   peligroso   en   el   momento   que   decidimos modificarlo   como   si   fuera   un   accesorio,   un   accesorio   performativo   caminante,   andante. Convertimos a nuestro cuerpo  en un depósito de un culto  nuevo, un culto fascista  que merece ser presumido. Pero no es culpa de esos bultos andantes, sino, de uno de los viejos privilegios que la sociedad (occidental y no occidental ) le han proporcionado a la vista, a los ojos.  La sociedad coloca encima de todo a la vista, ignora el resto de nuestros sentidos y los atrofia. Así que no es extraño que todo se conozca  y se enjuicie desde la vista. Y eso además de crear expresiones agradables a la vista a partir del cuerpo, hace que el mismo sea una envoltura. Pero toda envoltura caduca, muere, se cae. No reconocemos al cuerpo como un todo, lo vaciamos, lo llenamos de cosas, se convierte en un cuerpo sin  órganos. Pero  el  cuerpo,  según Nancy es  la  suma, la multiplicidad,  la morfología, sus  actos,  sus adornos. Todo eso como un corpus, no un cuerpo. Es por eso que para Nancy no tenemos un cuerpo, sino que somos un cuerpo.   Es pues, en este momento, cuando el corpus incluye a todo aquel objeto extraño, invasivo y huésped externo a los órganos de un cuerpo común. Pues ahora no se trata de un soy­aquí­ahora­con­en, se trata de comenzar a ver el cuerpo con sus devenires, con sus potencialidades, con sus acontecimientos, con una finalidad: trascender o morir. Pues la intervención de las nuevas tecnologías no sólo forman nuevas estructuras de relaciones, sino   también   nuevas   carnes,   nuevos   cuerpos,   nuevos   órganos.   Nuevas   carnes   que transgreden la forma tradicional y natural del humano. Los límites entre la naturaleza y la tecnología se comienzan a difuminar. Pues así como la especia humana fue capaz de salirse de la cadena alimenticia, es capaz de salirse o mejor dicho, adentrarse al proceso evolutivo. El hombre comienza a crear sus sucesores, donde el dominio del ser no es por medio de un cuerpo moribundo y enfermo; sino de artificios. Estamos adentrándonos a un evolución de artificios tecnofantasiosamente eternos, fuertes.  Para   Sloterdijk   este   tipo   de   evolución   técnica   presupone   una   expropiación   de   la individualidad   que   puede   ser   usada   por   otra   potencia   dominadora.   De   igual   manera, encontraremos   artificios   o   posthumanidades   pasivas,   débiles,   controlables,   maleables, obsoletas,  sujetas a un control fuera de sí que puede ser destructora. Pero de igual manera abre la posibilidad de mezclar los nuevos cuerpo con nuevas máquinas y nuevas substancias que   se   mezclan   y   se   emancipan.   Todos   aquellos   componentes   de   los   nuevos   corpus   se

desplazan, se substituyen se crea el cuerpo sin órganos de Deleuze y Guattari. Un cuerpo sin órganos como proceso que necesita ser mostrado, aceptado o no, un cuerpo que se muestra lleno de artificios, pero a su vez desnudo y expuesto, bello y grotesco, dominante y dominado.   “Se  había  considerado  que  los  medios   eran   prolongaciones  de  los  sentidos:  la rueda era un nuevo pie, la ropa otra piel, el libro otro ojo, los circuitos electrónicos otros sistemas nerviosos centrales... el homocybernéticus no utiliza las máquinas fuera de sí para lograr lo que por sí mismo no alcanza: las incorpora” ( López:2007) Esta incorporación y este corpus no muestran el inicio de la era de las antropotecnias de cuerpos plegados y barrocos. Estos   cuerpos   sin   órganos,   cambiantes   son   un   flujo   continuo,   son   intensidades   a veces llegan a ser monstruos y que cuyo propósito es la abolición de un orden natural, especial, rígido y preestablecido de la cosa llamada realidad. Pero es eso, la transformación, la deshumanización del cuerpo lo que hace que el cuerpo llegue a un punto de libertades, mediante  la  transgresión  de sí  consigo  mismo.  Esa es la  manera en que los cuerpo sin órganos sean considerados artísticos, revolucionarios.  “La auto­configuración del cuerpo es una   búsqueda   artística   transversal.   Un   poeta   podrá   configurar   literalmente   su   cuerpo, entenderse desde sus versos... la autoconfiguración representa al Ser que ha renacido en su arte y colo puede comprenderse como un todo desde tal” (Silvia, Garay: 2010) Darwinismo dirigido: temes, alotecnologías y homeotecnologías La vida inteligente sobre un planeta alcanza su mayoría de edad   cuando resuelve el  problema de su propia  existencia. Richard Dawkins El 24 de noviembre de 1859, Charles Darwin publica “El Origen de las Especies” y todos conocemos a groso modo que la tesis de Darwin se basa en la selección natural. Pero, dentro   de   El   Origen   de   las   Especies   encontramos   algo   muy   particular,   un   algoritmo genético. En todo el libro de desarrolla un algoritmo básico, no sólo para un evolucionismo biológico,   sino   que  sienta  de  alguna   manera  las   bases   del  cambio   social   y   ahora   hasta tecnológico.     Para   Richard   Dawkins,   esto   se   debe   al   meme,   al   gen   egoísta   que   busca replicarse, no solicitando y pidiendo permiso al cuerpo o al sujeto del que es huésped, sino, que se replica si tiene la oportunidad de hacerlo, como un virus que se propaga y que no tiene cura. Dando así, origen a la teoría de le memética. 

Más que la teoría de memes, aquí lo que importa es la nueva teoría a partir de los memes. Susan Blackmore habla de los “temes”, los temes como otros replicantes, otro tipo de   virus,   de   huésped,   de   intruso.   Los   temes   son   las   creaciones   tecnológicas   que   nos dominan y que hacen de nuestra existencia y pasatiempo. Que usan nuestros cuerpo para poder   replicarse   a   sí   mismo   y   poder   sobrevivir,   poder   irse   adaptando   y   al   final   poder habitar en un mundo donde probablemente, como humanos, como cuerpos orgánicos no seamos   capaces   de   hacerlo,   a   menos   que   nos   pongamos   a   disposición   y   nos   dejemos controlar   por   las   promesas   de   la   inmortalidad       de   las   alotecnologías;   es   decir,   de   las tecnologías que tienden a ejercer un control sobre los cuerpos y sobre los residuos que queden de ellos. Del cuerpo a ser máquina podríamos pasar al software desarrollado para ser cuerpo. En 1998,   Ryutaro Nakamura dirige una serie de Anime del género cyberpunk, llamada Serial Experiments Lain y que traigo a colación accidentalmente apropósito, pues el actual tecnofundamentalismo,   la   tiranía   cibernética1  y   el   fascismo   del   cuerpo   en   que   nos encontramos usa y abusa de la imagen del cuerpo, de la ubicación del cuerpo como eje o punto de partida de clasificación, de vivencia y de identidad. Si bien, en la serie se realiza un enfoque específico en Wired o lo que sería para nosotros Internet, se crea una especie de e interconexión, de flujo y de simbiosis entre la vida tanto online como offline y una de las conexiones   principales   por   donde   se   crea   ese   flujo   es   por   medio   del   cuerpo.   “Lo que suceda en el mundo real o en la red, la gente esta conectada con los demás, así funciona la sociedad” 

11 ) Que los modelos cibernéticos de información proporcionan la mejor manera y la mejor manera de comprender la realidad. 2 ) Que las personas no son más que modelos cibernéticos . 3 ) Que la experiencia subjetiva o bien no existe , o no es importante debido a que es una especie de efecto de ambiente o periférica . 4 ) Que lo que Darwin describió en biología, o algo parecido , es de hecho, también el singular , descripción superiores de toda la creatividad y la cultura. 5 ) Que tanto cualitativos como los aspectos cuantitativos de informar sistemas acción serán acelerados por la Ley de Moore. Y, por último , el más dramático : 6 ) Que la biología y la física se fusionarán con la informática (convirtiéndose en la biotecnología y la nanotecnología ) , lo que resulta en la vida y el universo físico convertirse mercurial , el logro de la supuesta naturaleza de los programas informáticos . Por otra parte, todo esto va a ocurrir muy pronto! Dado que los ordenadores están mejorando tan rápidamente , van a abrumar a todos los demás procesos cibernéticos , como las personas, y cambiarán fundamentalmente la naturaleza de lo que está pasando en el barrio familiar de la Tierra en algún momento en un nuevo " criticidad " es logrado , tal vez en aproximadamente el año 2020. Para ser un ser humano después de ese momento será imposible o algo muy diferente de lo que ahora podemos saber.

El conocimiento de un posible control o intromisión de la red en la vida cotidiana offline   puede   llevarnos   a   un   tipo   de   histeria   anti­tecnológica   que   se   enfrenta   a   un   ser externo y tal vez invisible que puede llegar a domesticar la especie humana y apropiarse de los cuerpos, de las mentes. Pues por medio de los artificios se crea la evolución de la nada por el control de los despojos de los cuerpos existentes, si duda, podríamos enfrentarnos a una alotecnología domimante que configura nuevas formas de poder y post­biocontrol. Tal poder y control sería el de esa alotecnología que nuestro cuerpo pararía a ser solo: Un   fenómeno   causado   por   la   entrega   de   los   impulsos   eléctricos sinápticos.. El cuerpo sólo existe para verificar la existencia de uno. ¿Si el cuerpo sólo sirve para la verificación de nuestra existencia, entonces podría ser una simulación? Aquí entra de nuevo la visualidad, la pantalla, el privilegio de la vista ante los demás sentidos. Si, privilegio mi vista y todo lo que veo tiene una existencia verificable, entonces, existo. Existo como una proyección holográfica capaz de percibir su entornos por medio de la vista. Para Susan Blackmore, éste sería el momento en el cual ya los temes han desatado su control sobre lo que quedaba de una humanidad en el más amplio sentido ontológico purista.  Sin embargo, la verificación de nuestra existencia sigue siendo corpórea desde el cuerpo humano y no post­humano, ya sea con alotecnologías u homeotecnologías. El cuerpo humano se acentúa de nuevo, se vuelve a repersentar en códigos. Vuelve a ser débil, vuelve  a ser precario, vuelve a ser obsoleto, vuelve a tener conexiones con otros cuerpos, flujos, secreciones, vuelve a mutarse, sigue siendo un nómada atado al devenir y el acontecimiento. Sigue siendo vigilado, controlado, por un nuevo  Dios, ya no sólo como concepto, sino uno físico detrás de la red, detrás de las conexiones. El Deus ex Machina, con los mismos atributos que el Dios concepto, pero ahora con un control más directo, con un castigo más palpable por los nuevos cuerpos, los nuevos órganos, las nuevas carnes. Conclusión Bienvenidos nuevos cyborgs, nuevos transhumanos, sean bienvenidos a la era en la cual tenemos que cohabitar con cuerpos, bultos, flujos, intrusos, masas, máquinas, órganos. Bienvenidos   a   la   era   del   traslado,   del   exilio,   de   pieles   desgarradas,   contínuas,   rotas. Bienvenidos a la era de las nuevas  éticas y preservación de cuerpos selectos, de nuevas

grotesquidades, de metaafirmaciones, de metaexistencias  y de metaidentidades.

Bibliografía Artaud, Antonin. Van Gogh: el suicidado de la sociedad y PARA ACABAR DE UNA VEZ CON EL JUICIO DE DIOS, 2a ed. Ed. Fundamentos, España, 1977 Blackmore, Susan, La máquina de los memes, Paidos, 2000 Dawkins, Richard El gen egoìsta. 2da Ed Salvat, Barcelona, 2000 Escobar, Arturo: “Antropología y tecnología”, UNAM, México, 1997. Bienvenidos a Cyberia. Notas para una antropología de la cibercultura, en Revista de Estudios Sociales, no. 22, diciembre de 2005 Guattari, Deleuze El pliegue, Leibinz y el Barroco. Paidos, 1988 Capitalismo y esquizofrenía 1: Antiedipo. Paidos 1985 Gubern, Román: “El eros electrónico” Taurus, Buenos aires, 2000. López Salort, Daniel. Cyberontología, posthumanismo cibernético y constitución del último hombre. Publicado en Revistas Observaciones Filosóficas, N°5, Valparaíso,, 2007 Nancy, Jean- Luc, El Intruso, Éditions Galilée, París, 2000 Traducción: Margarita Martínez, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, Colección Nómadas. Corpus. Ed. Arena Libros, Madrid, 2003 Pogue, David

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