Cuerpos de paz en colombia

September 22, 2017 | Autor: Cesar Rendon | Categoría: Political Violence and Terrorism
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Descripción

La "Alianza para el Progreso" fue un plan político disfrazado como
programas sociales y económicos dirigido a frenar el avance de la
Revolución Cubana en América Latina. Fue elaborado en la reunión de la
Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) de la Organización de
Estados Americanos – OEA- en agosto de 1.961. Este documento se conoce como
la Declaración de Punta del Este y fue aprobado con los votos de todos los
países salvo Cuba que se opuso porque conocía la esencia política del
referido plan

"El 13 de marzo de 1961, Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso. El 16
de abril, el gobierno de
Estados Unidos intentó invadir Cuba. En agosto, ese mismo gobierno ofreció
la Alianza para el
Progreso para ocultar el crimen fracasado.
En abril de 1965, el gobierno de Estados Unidos agredió al pueblo
dominicano. En noviembre de
1965, ese mismo gobierno aceptó, en la conferencia de la OEA de Río de
Janeiro, que se introdujeran
modificaciones económicas a la Carta de los Estados Americanos.
En 1967, el gobierno de Estados Unidos pidió a los gobiernos
latinoamericanos que instalen una
fuerza policial contra sus pueblos: "la Fuerza Interamericana de Paz ",
impetrando, además, apoyo
5
para su agresión en Vietnam. A cambio de todo esto, ofrece la actual
reunión de Punta del Este en la
que enuncia una nueva esperanza publicitaria: la integración económica.
Archivos Salvador Allende




Subsecretario de Estado EEUU visitará Colombia para analizar TLC y
seguridad

08 de Enero de 2010, 05:50pm ET
Bogotá, 8 ene (EFE).- El subsecretario de Estado de Estados Unidos, James
Steinberg, realizará una visita a Colombia los próximos 12 y 13 de enero,
en la que revisará con el presidente colombiano, Álvaro Uribe, asuntos de
seguridad y de comercio, entre otros, informaron hoy fuentes oficiales. En
( en el ubérrimo)
"Este es un programa de cooperación, totalmente independiente de la
política, entre Estados Unidos y otras naciones y hoy está presente en 73
países. Son programas que tienen que ver con salud, construcción de
escuelas, de jóvenes voluntarios (estadounidenses) que van a trabajar a
otros países", dijo a la AFP Carolina Barco, embajadora de Colombia en
Estados Unidos

El Presidente Barack Obama nombró a Aaron Williams como director el 14
de julio de 2009. Williams era anteriormente el vicepresidente de una
empresa de desarrollo internacional, y voluntario del Cuerpo de Paz en
los años 60, en la República Dominicana.
ayudar a las personas de países interesados a resolver las
necesidades de trabajadores
ayudar a promover una comprensión mejor de los estadounidenses hacia
pueblos a quienes ayudó
ayudar a promover una comprensión mejor por parte de otros pueblos
hacia los estadounidenses
Aunque al Presidente John F. Kennedy se le atribuye la creación del
Cuerpo de Paz, la primera iniciativa vino del senador Hubert H.
Humphrey, Jr. (D-Minnesota), quien introdujo el primer proyecto para
crear el Cuerpo de Paz en 1957, tres años antes de JFK y de su
discurso en la Universidad de Michigan. En su autobiografía La
educación de un hombre público, Hubert Humphrey escribió:
El 4 de marzo, Kennedy nombró a su cuñado Sargent Shriver como el primer
director del programa. Shriver fue encargado de ampliar la organización, lo
que hizo con la ayuda de Warren W. Wiggens y otros.[5] Shriver y su think
tank listaron las tres metas principales del Cuerpo de Paz y decidieron el
número de voluntarios que necesitaban reclutar. El programa empezó a
reclutar a voluntarios al julio siguie( Shiver, en 1992, se opuso, en
plena campaña del tambiendemocráta Bill Clinton contra el aborto) es suego
del republicano A.Schuazenegger-gobernador de californaia) ration
économique alternative - Désoccupation / Démilitarisation
LOS PARADIGMAS DE LA MILITARIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA( papda)
ANA ESTHER CECEÑA
"Posté le 26 décembre 2005 par Administrateur "[pi"
" "c] "


Haití es un caso muy importante porque es donde se está ensayando otra
manera de establecer la hegemonía a través de la complicidad casi
obligatoria de todos los ejércitos del continente, sin olvidar la de
Francia, que asegura tener ahí un conflicto de intereses. La ocupación de
Haití, así sea por los llamados cuerpos de paz, es una ocupación militar,
impuesta. Todos sabemos que la figura de cuerpos de paz fue creada como
parte de los mecanismos de penetración contrainsurgente de la USAID en los
momentos inmediatos posteriores a la Segunda guerra mundial.
El uso de categorías y conceptos tales como imperialismo o sistema de
dominación parece expresar consensos muy amplios que no necesariamente son
tales. En la manera como abordamos los problemas o en el enfoque de
análisis hay diferencias de matiz que pueden dar lugar tanto a
interpretaciones o apreciaciones variadas sobre los desafíos de la realidad
como al desentrañamiento de las estrategias de los sujetos en acción. Es
importante, por ejemplo, no perder de vista los límites históricos del
imperialismo, las diferencias de sustancia y alcance de los imperialismos
que el mundo ha conocido y la inscripción de cada uno de ellos dentro de la
lógica general de las relaciones de poder y dominación.
Como provocación yo diría que el imperialismo es una de las formas que
asume la dominación, pero no es la única. Con la desaparición del
imperialismo no se resuelve la dominación que abarca dimensiones tan
complejas como las de las relaciones de género, de cultura, de lengua y
muchas otras que significan las prácticas relacionales en los micro y
macroniveles. Las lógicas del poder, que se transforman aparencialmente de
acuerdo a las situaciones y circunstancias históricas, adoptan formas
imperiales pero también formas consensuales para imponer sus reglas del
juego. Los acuerdos aprobados en la OMC, las reglas legitimadas del FMI,
las disposiciones perversas de los tratados de libre comercio e incluso las
reglas de las democracias formales que padecemos son otras tantas formas de
establecimiento consensual de las relaciones de dominación.
Como estudiosos de los fenómenos económicos y sociopolíticos
contemporáneos, como pensadores críticos y actores políticos, estamos
obligados a ser muy precisos y desentrañar la sustancia oculta de éstos sin
simplificaciones abusivas que en vez de contribuir a una buena comprensión
y al diseño de estrategias de lucha inteligentes, nos lleven a
enfrentamientos de conjunto, incapaces de penetrar por las porosidades del
poder. Si seguimos hablando hoy de imperialismo estamos obligados a
caracterizarlo ; a marcar sus diferencias con el imperialismo de otros
tiempos y a marcar también sus propias limitaciones. Es necesario elaborar
teóricamente la posibilidad de una fase del capitalismo caracterizada por
la dominación sin consenso para ver si esto, que a simple vista se muestra
como insensato, tiene condiciones de posibilidad. O si se trata de momentos
temporalmente limitados, y muy riesgosos por cierto, dentro del
capitalismo, valorar su contribución a incrementar las condiciones
generales de vulnerabilidad.
Tenemos que profundizar en las diferencias de estatuto general y de
contenidos específicos entre imperialismo y colonialismo. Al menos en la
lucha de los pueblos americanos el problema no se terminaría aboliendo las
relaciones de explotación, aunque seguramente sería un punto de partida muy
atractivo, sino que tenemos que enfrentar simultáneamente problemas de
clase, de discriminación racial, de género y muchos otros que tienen que
ver con la difícil conformación de una socialidad impuesta, contradictoria
y resistida. La colonización no se realizó en la esfera del trabajo o de la
producción, aunque también, sino que sobre todo se enfocó a los cambios de
mentalidad, a la extirpación cultural e histórica de los pueblos
mesoamericanos, caribeños y andinos, a la conquista de las mentes.
Estoy convencida de que no podemos ser antiimperialistas sin ser
anticapitalistas y anticolonialistas. Sin saber hasta dónde el
antiimperialismo conduce a la construcción del otro mundo que estamos
buscando. Es necesario precisar el significado del antiimperialismo y sus
límites, así como el valor que tiene dentro de la lucha general contra el
sistema de dominación, que es nuestra lucha. Hay que rechazar la idea de
que cuestionar el uso de ciertas categorías es posmoderno, o que el uso de
ellas nos ubica de un lado o de otro de la cuestión.
Los conceptos son herramientas para entender mejor la realidad y para
transformarla. Los cientistas sociales no toman partido, analizan desde una
posición de compromiso, eso sí. Buscan los matices, hurgan en los meandros,
se sumergen en las profundidades para poner en evidencia las complejidades
del sistema de poder ; para encontrar nuevos caminos desentrañando la
esencia del poder. La esencia de las relaciones sociales, de las relaciones
entre sujetos que no están establecidos o conformados de una vez y para
siempre, ni emanan naturalmente de las estructuras. Los sujetos se
construyen a sí mismos en el proceso social, en la lucha, en la resistencia
y a través de esa lucha es que se van modificando también las formas y
modalidades de la dominación.
No sería posible explicar de otro modo la tónica militarista que invade las
escenas de la "libertad de mercado" impulsadas por el neoliberalismo como
mecanismo privilegiado de reordenamiento social. No hay más libre mercado,
si es que lo hubo. Las normatividades que se van estableciendo
universalmente por la vía de los tratados económicos y de las negociaciones
en organismos internacionales como la OMC, no propician la libertad sino la
imposición, pero además se acompañan, cada vez más, de medidas de control
militar y militarizado ahí donde el rechazo de la población se manifiesta
de forma organizada y/o masiva.
Decir que se trata de políticas imperialistas no nos aporta elementos para
entender las maneras específicas en que esta militarización se despliega
sobre el mundo y sobre América Latina. No permite saber la diferencia entre
los procesos de militarización de los años setenta y los actuales, por
ejemplo, ni encontrar el modo de desmontarlos desde su esencia.
La modalidad militarizada del capitalismo de nuestros días juega con
mecanismos de involucramiento generalizado y aborda científicamente [1] la
dimensión simbólica y de creación de sentidos que permite construir un
imaginario social sustentado en la existencia de un enemigo siempre
acechante y legitimar la visión guerrera de las relaciones sociales y las
políticas que la acompañan (Ceceña, 2004). Esto supone que la
militarización de las relaciones sociales es un fenómeno complejo que no se
restringe a las situaciones de guerra abierta sino que incluye acciones de
contrainsurgencia muy diversas, que comprenden ese manejo de imaginarios,
todos los trabajos de inteligencia, el control de fronteras, la creación de
bancos de información de datos personales, la introducción de nuevas
funciones y estilos en las policías ocupadas de la seguridad interna, e
incluso la modificación del estatuto de la seguridad en el conjunto de
responsabilidades y derechos de los Estados.
Caracterizar el momento actual sobre la base de la militarización de las
visiones y estrategias hegemónicas no descarta la identificación de la
guerra, de la sustancia de la guerra, como un elemento inmanente,
consustancial, a las relaciones capitalistas. Pero si bien la guerra es
sólo otra forma de entender la competencia, históricamente se van
modificando los énfasis o los terrenos en los cuales se desatan las
estrategias de clase, en este caso de la clase dominante, y en que se
configuran las diferentes modalidades o momentos en las relaciones de
dominación. Hace cinco años o un poquito más nadie estaba hablando de que
el militarismo fuera el elemento dominante y sin embargo estábamos en este
mismo sistema. Se hablaba del neoliberalismo, del mercado, de que el eje
ordenador de la sociedad eran las relaciones de mercado y que era a través
de estas relaciones de mercado como se disciplinaba y como se concebía a la
sociedad en su conjunto.
Hoy eso nos es insuficiente para entenderla, pero también le es
insuficiente al poder para reorganizarla y controlarla ; entre otras cosas
por que es una sociedad que se mueve tanto, que se insubordina tanto, que
no permitió que el mercado la disciplinara, obligando a usar otro tipo de
herramientas. No quiere decir que el mercado desaparezca como
disciplinador, quiere decir que la dimensión militar se sobrepone al
mercado desplazándolo de su carácter de eje ordenador, que la visión del
mundo adopta un contenido particularmente militarizado, y que es a partir
de la visión militar que la totalidad no sólo se reordena sino que cobra un
nuevo sentido.
La hegemonía consiste en universalizar una visión del mundo, pero la
universalización se hace de muchas maneras. A través de imágenes, a través
de imposiciones, de discursos, de prácticas. Por ejemplo, haciéndonos
aceptar como algo natural que la presencia de Bush en Mar del Plata
justifica la llegada de aviones de guerra estadounidenses cargados de
armamento en suelo argentino, lo que no es normal, no es natural, no es
algo que tengamos que aceptar, pero esto forma parte de las imágenes que
naturalizan las relaciones de poder y sus normatividades.
Me parece que en el caso de esta militarización de los últimos tiempos la
batalla más importante la están ganando los poderosos en el terreno
cultural, a través de una serie de mecanismos, entre los cuales los medios
de comunicación son muy importantes pero no son los únicos. Están ganando
la batalla en la medida en que logran convencer de que el mundo es un lugar
de competencia, de disputa, en el que tenemos que batirnos unos con otros
para ocupar nuestro espacio, por lo demás, siempre incierto. Tenemos que
competir entre nosotros por un empleo, por los planes de desempleo, por la
seguridad social. Batirnos a muerte por ser incluidos en el reino de los
explotados y precarizados, como si esa fuera nuestra utopía de mundo para
el futuro.
Esa batalla cultural es una batalla por la construcción de sentido, no es
de colocación de bases militares. La militarización se está metiendo en las
cabezas y no solamente en las bases militares. Se está metiendo en las
leyes, antiterroristas o simplemente de control de movimientos, y no
solamente con la presencia de soldados, aunque también con la presencia de
soldados en bases militares.
Percibo que en términos de los paradigmas de militarización para América
hay una construcción de capas envolventes en las cuales se van abarcando
diferentes dimensiones de establecimiento de relaciones de sometimiento.
Entre esas capas envolventes se encuentran, como círculos concéntricos, los
cambios de normatividad, el establecimiento de normas continentales para la
seguridad interna, el cuidado de las fronteras, los ejercicios militares en
tierra, los ejercicios en los ríos y canales de internación en los
territorios, el establecimiento de una red continental de bases militares y
los ejercicios navales que permiten circundar todo el continente,
estableciendo una última frontera, más allá de las jurisdicciones
nacionales.
Desde Irak hasta la Patagonia, los poderosos han puesto especial cuidado
hoy en construir una legalidad que justifique sus acciones de intromisión.
Ante una legitimidad fuertemente cuestionada se generalizan las leyes
antiterroristas que tienden a crear, por un lado, una complicidad entre
todos los Estados y por esa vía van imponiendo políticas y juridicidades
supranacionales y, por el otro, una paradójica situación de estado de
excepción permanente en el que todos los ciudadanos serán rigurosamente
vigilados porque todos son sospechosos, aunque todavía no se sepa ni
siquiera de qué. Generalmente de pretenderse sujetos. El derecho se coloca
al servicio de la impunidad aunque se reivindique democrático y los cuerpos
de seguridad empiezan a construir el panóptico que vigila desde todos los
ángulos : con cámaras de video en los bancos, en los semáforos, en las
calles transitadas ; que permite la intercepción telefónica en casos que
así lo ameriten ; que permite la tortura cuando se trata de detenidos
catalogados como terroristas sin ningún juicio previo y que admite la
detención de cualquier ciudadano sin orden de aprehensión previa,
simplemente para investigar. Es decir, se trata de imponer la cultura del
miedo en una población que no podrá saber previamente a la detención si era
sospechosa de algo, como medio para paralizar y disuadir de conductas
terroristas o insurgentes. Los delincuentes comunes tienen construida toda
otra red de relaciones que sólo casualmente son tratados de acuerdo a estas
mismas normas.
Como parte del panóptico y nuevamente como otra de las paradojas de los
discursos del poder, al lado de la pregonada libertad de tránsito para las
mercancías, las inversiones y los cuerpos de seguridad, se ha ido
restringiendo cada vez más el libre tránsito de personas. Los mejores y más
trágicos ejemplos son las fronteras impuestas al pueblo palestino en su
propia tierra y los muros de contención a migrantes desesperados en la
frontera entre México y Estados Unidos y en el sur de España, no obstante,
las fronteras no siempre se cierran de manera tan visible y evidente. Mucho
más sutil pero quizá más peligroso por la amplitud y alcances que puede
llegar a tener es el control de inteligencia que hoy utiliza los adelantos
de la tecnología para aprovechar el tránsito a través de las fronteras como
mecanismo de seguimiento personalizado. El panóptico se materializa en las
nuevas fotografías que incluyen los pasaportes, con reconocimiento de iris
o con otro tipo de identificación biogenética que inmediatamente incorporan
los movimientos de la persona a un banco de datos centralizado en Estados
Unidos y que está a disposición de los servicios migratorios de la región
(en el caso nuestro del Continente americano) como en otro momento y con
menos recursos tecnológico ya se hizo con el Plan Cóndor.
La eficacia macabra con la que el Cóndor desarticuló los movimientos
sociales en los años de las dictaduras militares en América del Sur tiene
hoy posibilidades multiplicadas al poder usar tecnologías que son a la vez
mucho más precisas y mucho más abarcantes ; sin embargo tiene en contra,
evidentemente, el aprendizaje de los pueblos y su capacidad de lucha y
resistencia. Este control de fronteras y la imposición de leyes con
implicancias supranancionales, combinado con la dilución de los límites
internacionales, convierten en una ilusión las soberanías nacionales. La
pretensión de privatizar las aduanas de México, los tratados
transfronterizos para la gestión de recursos naturales que caen bajo la
jurisdicción de más de un Estado y que están permitiendo evadir leyes
nacionales, por ejemplo, son mecanismos de conculcación de soberanía. En el
caso del acuífero Guaraní, por citar un caso muy delicado y relevante, la
negociación se hace entre los cuatro países implicados y con la
intervención de Estados Unidos (en el esquema del cuatro más uno) mediante
el apoyo experto del Banco Mundial. Lo mismo ocurre con selvas, oleoductos
u otros recursos que pasan a ser tratados ya sea como novedosos y por tanto
no contemplados en las legislaciones nacionales, ya sea como problemas de
"seguridad nacional". Y en este continente se sabe que seguridad nacional
es seguridad nacional de Estados Unidos en el territorio que no es de
Estados Unidos, o no solo en territorio que es de Estados Unidos. Las
fronteras, que hasta ahora eran custodiadas por las fuerzas garantes de la
seguridad interna en la vieja asepción, hoy se han convertido en zonas de
seguridad estratégica custodiadas cada vez más por los cuerpos de seguridad
del gendarme mundial.
En diversos casos los ríos o lagos son los que marcan las fronteras. Pues
bien, estos son justamente los espacios privilegiados de localización de
los ejercicios militares conjuntos (con Estados Unidos, se entiende)
actualmente. Los ríos son un canal de penetración muy distinto al que se
estaba utilizando cuando se hacían los ejercicios directamente en tierra y
permiten además no sólo la utilización de fuerzas amfibias sino la
definición de actividades tanto en agua como en tierra, matando dos pájaros
de un tiro. En esta situación se encuentra la zona del río Paraná.
Curiosamente, cuando se trata de ejercicios ribereños, es más fácil evadir
la aprobación de los Congresos de los países limítrofes porque el río
aparece como territorio relativamente neutro. Es como si se estuviera ante
una legislación ausente o vacía ya que se refiere a un territorio fluido y
no fijo.
Una de las capas envolventes más importantes por su capacidad de influir en
los modos de uso de los territorios y en los modos de control de los
sujetos críticos consiste en la colocación de bases militares de Estados
Unidos en puntos seleccionados del continente con dos propósitos explícitos
y evidentes : garantizar el acceso a los recursos naturales estratégicos y
contener, disuadir y/o eliminar la resistencia ante las políticas
hegemónicas y la insurgencia abierta.
Actualmente Estados Unidos cuenta con un sistema de bases que ha logrado
establecer dos áreas de control : 1. el círculo formado por las islas del
Caribe, el Golfo de México y Centroamérica, que cubre los yacimientos
petroleros más importantes de América Latina y que se forma con las bases
de Guantánamo, Reina Beatriz, Hato Rey, Lampira, Roosevelt, Palmerola, Soto
Cano, Comalapa y otros tantos puestos militares de menor importancia ; 2.
el círculo que rodea la cuenca amazónica bajando desde Panamá, en el que el
canal, las riquezas de la región y la posición de entrada a América del Sur
han sido esenciales, y que se forma con las bases de Manta, Larandia, Tres
Esquinas, Caño Limón, Marandúa, Riohacha, Iquitos, Pucallpa, Yurimaguas y
Chiclayo, que a su vez enlazan con las de la zona más al norte.
Las posiciones llegan hasta Bolivia y se han hecho intentos por colocarlas
en Brasil y la punta de Argentina. Recientemente, el convenio de inmunidad
para las tropas de Estados Unidos en sus acciones en Paraguay completa la
cobertura permitiendo extender hasta el sur lo que hasta hace poco sólo
abarcaba hasta la cuenca amazónica.
Algo que podría ser concebido como la última frontera o la capa envolvente
más externa, está conformada por los ejercicios militares en los océanos
Pacífico y Atlántico y en el Mar Caribe : en todo lo que circunda a América
Latina. Hasta ahora la percepción que se tenía era la de ejercicios
circunstanciales y esporádicos y en parte por esa razón no se les ha
concedido demasiada importancia. Mucho menos se les ha considerado parte de
la estrategia continental de control. Sin embargo, de acuerdo con nuestras
investigaciones, por lo menos en los últimos cinco años se trata de
ejercicios sistemáticos, que permiten realizar un patrullaje constante
alrededor de América Latina y mantener ahí una presencia más o menos
permanente. Son ejercicios que tienen un carácter secuencial, evolutivo, y
que marcan en verdad un circuito de frontera que, por ser externa a las
aguas territoriales de los países correspondientes, queda a cargo,
nuevamente, del gendarme mundial.
Ahora bien, estas capas envolventes, que atañen a América Latina en su
conjunto, van a estar focalizadas en tres áreas distintas en las que
parecen atender a tres estrategias diferenciadas. Esas tres subregiones se
caracterizan también por tres paradigmas distintos de dominación y sus
diferencias geopolíticas son muy claras. En los tres casos, por diferentes
razones, se trata de puntos estratégicos tanto por los recursos que
albergan como por su posición geográfica específica.
La primera región es la constituida por Colombia y su área circundante. Yo
destacaría dos elementos en este caso, relacionados con la estrategia
contrainsurgente y de ocupación militar : 1. el experimento de la
polarización para valorar hasta dónde es posible dominar, controlar e
incluso hegemonizar a través de un esquema de polarización exacerbada, y 2.
hasta dónde es posible, a partir de asentamientos o de construcciones
sociales como la colombiana, el control de la que Estados Unidos considera
la mayor amenaza hoy en el continente, que es Venezuela, evaluando el
carácter de las tensiones fronterizas que se desarrollan y la capacidad de
control de la insurgencia venezolana desde Colombia.
La segunda subregión es la del Caribe y la cuenca del Golfo de México,
extendida hasta Venezuela. El enclave paradigmático en este momento se
localiza en el caso de Haití, aunque, evidentemente, con fuertes
implicaciones para Cuba. Haití es un caso muy importante porque es donde se
está ensayando otra manera de establecer la hegemonía a través de la
complicidad casi obligatoria de todos los ejércitos del continente, sin
olvidar la de Francia, que asegura tener ahí un conflicto de intereses. La
ocupación de Haití, así sea por los llamados cuerpos de paz, es una
ocupación militar, impuesta. Todos sabemos que la figura de cuerpos de paz
fue creada como parte de los mecanismos de penetración contrainsurgente de
la USAID en los momentos inmediatos posteriores a la Segunda guerra
mundial. Aunque ahora esta figura esté sancionada por la ONU, la
conformación latinoamericana de los ocupantes de Haití está involucrando
una estrategia que hasta ahora no había tenido éxito, y es que los países
de América Latina todavía no acaban de aceptar en el Consejo Hemisférico la
construcción de la fuerza militar hemisférica, como fuerza multinacional,
porque saben el riesgo que tiene en términos de pérdida de soberanía, y sin
embargo ya les es impuesta a través de su participación en Haití ; son
Brasil, Argentina, Uruguay y Chile los que están a cargo del
disciplinamiento y la represión al pueblo haitiano, de la destrucción de la
organización política del pueblo haitiano en razón de su supuesta
incapacidad para autogobernarse.
Los brasileños, que encabezan las fuerzas de ocupación, justifican su
presencia y su actuación asegurando que están ahí para garantizar la
seguridad del pueblo haitiano ; pero ellos son los que están matando al
pueblo haitiano, acompañados de militares chilenos como el General
Aldunate, en calidad de segundo responsable de la MINUSTAH, señalado por
haber pertenecido a la policía militar, la DINA, en la época de la
dictadura de Augusto Pinochet.
El otro eje del paradigma, el otro ensayo de estrategia, es el caso de
Paraguay. Es un caso urgente dado que el país completo ha sido convertido
en base militar, con implicaciones regionales de primera importancia. Por
las características del convenio firmado, que ya está en práctica, se puede
inferir la reactivación, sobre bases mucho más modernas, del siniestro Plan
Cóndor. Simultáneamente, Paraguay es el corazón de una subregión que si
bien ha sido escenario de acción de dictaduras militares que se
significaron por su creatividad perversa en todo tipo de torturas y por ser
máquinas implacables de desaparición y muerte, hasta ahora no tenía bases
militares directamente de Estados Unidos. Los ejercicios conjuntos en
Paraguay han sido sistemáticos pero el carácter de la ocupación militar
actual no tiene precedente.
Esta subregión concentra una enorme porción del agua dulce del planeta en
sus abundantes ríos y lagos, en los acuíferos subterráneos y en los
glaciares del sur, además de minerales y otros recursos valiosos como
petróleo y gas, particularmente en Argentina y Bolivia. Es en este sentido
de una importancia indudable. El convenio con Paraguay, la insistencia en
que la triple frontera (Paraguay, Argentina y Brasil) es lugar de refugio
de terroristas, y la visita de Bush a Mar del Plata han acelerado la
aprobación de leyes antiterroristas en los países sureños tan ambiguas como
permisivas, casi cheques en blanco. Y bien, volviendo a lo mencionado en un
inicio, estamos en territorios en disputa. Los pueblos latinoamericanos
están movilizados una vez más para defender la vida. Si algo se ha
demostrado en los últimos diez años es que su acción ha detenido por lo
menos una parte de lo que implicaba esta estrategia, diseñada por cierto
antes del 11 de setiembre de 2001. Se ha detenido la instalación de algunas
bases militares, se ha impedido la realización de algunos ejercicios ; se
ha parado la desapropiación de tierras, el envenenamiento de los ríos, la
construcción de represas que dañan el medio ambiente y las posibilidades y
modos de vida de los pueblos y comunidades.
Como pensadores críticos, como cientistas sociales, tenemos la
responsabilidad de hacer un buen análisis de estos procesos para aportar
elementos precisos y claros sobre su esencia, su dinámica y sus
tendencias ; sobre sus límites y la capacidad de los pueblos movilizados
para detenerlos y cambiar el rumbo de la historia, pero también de
movilizarnos con los pueblos en contra de estas tendencias y contribuir a
crear una sociedad más parecida a lo que tenemos en nuestros sueños.
Transcripción editada de la ponencia oral en el seminario "Rosa Luxemburgo,
pensamiento y acción por el socialismo. América Latina en el siglo XXI"
Publicado en : Pensamiento y Acción por el Socialismo. Rosa Luxemburgo.
América Latina en el Siglo XXI 2006 (Buenos Aires : FISYP y FRL)
ANA ESTHER CECEÑA
Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas en la Universidad
Nacional Autónoma de México ; Coordinadora del Grupo de Trabajo Hegemonías
y emancipaciones del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Bibliografía
Ceceña, Ana Esther 2004 "Estrategias de construcción de una hegemonía sin
límites" en Ceceña, Ana Esther (comp) Hegemonías y emancipaciones en el
siglo XXI (Buenos Aires : CLACSO)

( Monseñor José Joaquin Salcedo Guarín) ( fundador de Radio Sutatenza
y A ACCION CULTURAL POPULAR –ACPO) )A lo largo de su historia, ACPO se
mantuvo fija en sus objetivos, pero cambió sus metodologías y sistemas
de acuerdo a los tiempos y a las necesidades del país y del campesino;
por ejemplo, en la década del sesenta se vinculó a la creación y
desarrollo de la Acción Comunal e igual actitud tuvo con la Reforma
Agraria y trabajó estrechamente con los Cuerpos de Paz. Las cartillas,
de distribución gratuita (Básica, Hablemos bien, Cuentas claras,
Nuestro bienestar, Suelo productivo, Comunidad cristiana), eran
ajustadas cada cinco años. Sin embargo, la institución fue utilizada
para adelantar campañas en contra del comunismo; los promotores y
líderes campesinos formados en los institutos eran un calco exacto de
la ideología derechista de monseñor Salcedo, lo que a la postre incitó
al odio y a la violencia

EN RIGOR, LA COOPERACIÓN ESTRATÉGICA WASHINGTON-TEL AVIV EN AMÉRICA LATINA
DATA DE 1962, CUANDO EL GOBIERNO DE KENNEDY INCORPORÓ A LOS "CUERPOS DE
PAZ" TÉCNICOS SIONISTAS PARA DIVULGAR EL COOPERATIVISMO AGRARIO COMO FORMA
DE GUERRA SICOLÓGICA EN UN CONTINENTE ATRAÍDO POR LA REVOLUCIÓN CUBANA. (
TOMADO DE COMISIÓN DE APOYO AL Pueblo palestino)

Desde que el Mossad pasó a operar en América Latina en la década de los
60, en virtud de la alianza estratégica entre los sionistas y Estados
Unidos de los mal llamados Cuerpos de Paz, se inició el arribo de miembros
del Mossad con la justificación de enseñar a los pueblos latinoamericanos
en técnicas agrícolas. Con esta pantalla, los enviados del Mossad
desarrollaron una fuerte guerra sicológica contra Cuba y otras alternativas
progresistas en la región, fundamentalmente dirigidas por su Sección de
Servicios Especiales (Metsada), quienes crearon las bases para una estrecha
cooperación con las fuerzas armadas de varias naciones latinoamericanas,
las que recibieron instrucción para cometer asesinatos selectivos,
contrainsurgencia, técnicas de tortura y represión, actos de sabotaje,
creación de grupos paramilitares, así como técnicas psicológicas de
desinformación.( "No es casula la presencia del Mossad en Honduras) tomado
de diarios de Urgencias)





"Latinoamérica "



Implicaría una intervención armada contra las FARC y el ELN en unos meses
Acelera trabajos el Pentágno
para una eventual segunda fase del Plan Colombia
Poco a poco el ejército estadunidense consolida la ocupación militar de
Ecuador
CARLOS FAZIO
De manera silenciosa y sin tirar un solo tiro, la ocupación militar de
Ecuador por el Pentágono estadounidense está en vías de consolidación. El
acelerado acondicionamiento de bases castrenses y centros de espionaje así
como el entrenamiento de cuerpos de elite contrainsurgente marcan un just-
in- time (justo a tiempo) de cara a un eventual lanzamiento de la segunda
fase del Plan Colombia: una intervención armada multinacional en contra las
guerrillas de las FARC y el ELN, previsto para los primeros meses de 2004.
Al control de la base aeronaval de Manta -ubicada sobre el Pacífico
ecuatoriano a una hora de vuelo de la frontera con Colombia-, que ha
quedado totalmente bajo la jurisdicción del Comando Sur (SouthCom) de las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos, se suman la mercenarización de
actividades operativas clave de la Fuerza Aérea y la Armada de Guerra
locales, que han sido cedidas a la empresa Cyncorp, subcontratista del
Pentágono; el emplazamiento de tres centros logísticos (en vías de
ejecución) sucedáneos de Manta, en las provincias de Guayas, Azuay y
Sucumbíos, y la militarización de la policía ecuatoriana, que está siendo
adiestrada por el FBI en prácticas "antiterroristas".
Las visitas que realizaron al país andino el general Wendell L. Griffin,
director de Planeamiento y Estrategia del Comando Sur (finales de octubre)
y el enviado especial de Estados Unidos para Iniciativas del Hemisferio
Occidental, Otto Reich, parecen indicar que Washington está acelerando los
preparativos para desatar escaramuzas bélicas en territorio colombiano y
que Ecuador, con la venia subordinada del presidente Lucio Gutiérrez -a la
sazón coronel retirado-, cumplirá una función similar a la que tuvo
Honduras en la guerra de Ronald Reagan contra Nicaragua sandinista: la de
portaviones de Estados Unidos en una guerra de agresión encubierta.
Manta, centro de espionaje regional
El Comando Sur, uno de los cinco comandos unificados del Pentágono, abarca
un área de responsabilidad que incluye 19 países de América Latina y el
Caribe, excepto la Guayana Francesa y México (incorporado de facto al
Comando Norte). Entre 1903 y 1999, la sede del SouthCom estuvo en la Zona
del Canal de Panamá; pero en virtud de los Acuerdos Carter-Torrijos (1977),
Estados Unidos tuvo que abandonar la Base Howard y una red de instalaciones
castrenses (equipos de inteligencia, radares y antenas satelitales) en el
país canalero el 31 de diciembre de 1999 y trasladó el Comando Sur a Miami,
Florida.
A partir del año 2000, el Pentágono diseñó un nuevo esquema de control
militar subregional, a través de los llamados puestos avanzados de
operación (FOL, por sus siglas en inglés), que utiliza instalaciones
aeronavales en Comalapa (El Salvador), Aruba y Curazao y Manta. Los FOL
fueron diseñados como centros de "movilidad estratégica" y uso de "fuerza
decisiva" en guerras relámpago, con base en tropas aerotransportadas de
despliegue rápido.
En julio de ese año, la base militar de Manta se convirtió en el principal
centro de espionaje electrónico con tecnología satelital del Pentágono en
América del Sur. De allí parten cada día a su rutina aviones espías Orion C-
130 de la Armada de Estados Unidos. En la actualidad la base alberga a 162
oficiales estadounidenses y 231 empleados (casi todos ex militares) de la
corporación multinacional Dyncorp, con casa matriz en Reston, Virginia,
sede del Pentágono.
La empresa estadunidense, que en 2002 tuvo ganancias por 10 mil millones de
dólares, ha sido subcontratada por el Pentágono para las tareas de
fumigación (de cultivos ilícitos) del Plan Colombia. Pero en Manta se
encarga, además, de los servicios administrativos y logísticos de la base
(mantenimiento y apoyo técnico de aviación) y brinda tecnología de
computación. Según el coronel Jorge Brito, estratega militar ecuatoriano,
los 'contratistas' de Dyncorp en Colombia y Manta -que gozan de inmunidad
diplomática-, están vinculados al espionaje. "Al no utilizar uniforme,
pueden realizar actividades de inteligencia operativa y estratégica.
Operativa porque se desplazan tranquilamente por el territorio; estratégica
porque pueden acceder a datos para la planificación militar".
A comienzos de noviembre salió a la luz pública la existencia de un
convenio marco "confidencial" que facilita la ejecución de proyectos entre
Dyncorp y la Dirección de Industrias Aeronáuticas de la Fuerza Aérea
Ecuatoriana. De acuerdo con fuentes militares, citadas por el diario El
Comercio de Quito, el convenio no era del conocimiento de la Junta de
Defensa Nacional ni del ministro del ramo; la situación vendría a
evidenciar que en el interior del estamento castrense local existen
uniformados afectos al Plan Colombia y a la política regional del
Pentágono.
El polémico acuerdo, que se "saltó" la firma del Congreso local, acredita a
los militares del Comando Sur en Ecuador y a los trabajadores contratistas
de Dyncorp, como si fueran miembros de la misión diplomática de Estados
Unidos en el país. Además de gozar de inmunidad, los trabajadores de
Dyncorp no pagan impuestos fiscales ni aduanales, usan vehículos sin placas
y en caso de problemas legales sólo podrán ser juzgados por tribunales
estadunidenses.
La frontera caliente de Putumayo y Sucumbíos
Cuando el general Wendell L. Griffin estuvo en Ecuador los días 17, 18 y 19
de octubre, visitó Quito y Manta bajo estrictas medidas de seguridad.
También se trasladó a Nueva Loja, en Sucumbíos, donde fue recibido por el
comandante de la Brigada de Selva 19 de Napo, coronel Ernesto González.
Allí, enfundado en un uniforme verde de camuflaje, Griffin recibió del jefe
de la IV División de Ejército de Ecuador, general Gustavo Tapia, mapas de
la caliente frontera amazónica norte, que colinda con el departamento
colombiano de Putumayo, controlado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC-EP).
El 5 de septiembre pasado, el canciller ecuatoriano Patricio Zuquilanda
suscribió un "acuerdo secreto" con el agregado comercial de Estados Unidos
en Quito, Arnold Chacón, mediante el cual se otorga al Comando Sur la
facultad de construir y dirigir tres "centros de acopio", para brindar
atención a población afectada por desastres naturales ocasionados por el
"fenómeno de El Niño". Uno estará ubicado en la provincia de Guayas, en las
proximidades del Océano Pacífico; otro en Azuay, en Los Andes, y el tercero
en Sucumbíos.
Según ex ministros y congresistas ecuatorianos el acuerdo es violatorio de
la Constitución.
Miguel Morán, dirigente del movimiento Tohalli, declaró: "Ecuador es ya una
base de Estados Unidos. No sólo Manta. En la Amazonía inauguraron siete
destacamentos militares y ahora buscan puertos clave (...) La construcción
de los centros logísticos es una cortina de humo para disimular lo
militar".
El papel de Ecuador como portaviones de Estados Unidos en el corazón de
América Latina, de cara a la segunda fase del Plan Colombia, fue
robustecido tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en
Washington y Nueva York. Desde entonces, el número de agencias de
seguridad, el presupuesto y los militares y "contratistas" asignados por
Estados Unidos a Ecuador ha ido en aumento. En 2001, Washington asignó 2
millones de dólares a su embajada en Quito. El año pasado la cifra se
disparó a 25 millones y a otros 37 millones en 2003.Una de las principales
beneficiarias fue la policía, dentro de un paquete de ayuda "no militar".
Washington cuenta con siete oficinas de seguridad en Ecuador: la
Agregaduría de Defensa (DAO), la agencia antidrogas DEA, el Grupo
Consultivo y de Ayuda Militar (MAAG), el Departamento de Seguridad Interna,
la Agencia Nacional de Seguridad (NAS), la Agencia de Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID) y los Cuerpos de Paz, organismos, estos
dos últimos, que tradicionalmente han sido utilizados para dar protección a
las acciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). A
ellas se suma las actividades del Comando Sur, que maneja sus planes de
manera autónoma.
Militarmente, pues, Ecuador ya está "a punto". Su función será clave en el
objetivo de la Casa Blanca de regionalizar el conflicto colombiano. Como
dice el ex canciller ecuatoriano Alfonso Barrera -quien algo sabrá-, "el
conflicto ha ingresado a nuestro territorio por la ventana". Barrera
demandó a Lucio Gutiérrez un papel más independiente de Washington. Y
advirtió: "Estados Unidos no trata bien a quienes demuestran sumisión"
"Sangre de Cóndores " de Jorge Sanjines- denuncia la castración de que
eran objeto las mujeres bolivianas por los cuerpos de paz, siguiendo
las politicas de control de la natalidad.(década de los 60.-despues de
esta denuncia y del reconcimiento internacional y su denuncia los c.de
p. fueron expulsados de Bolivia en 197l)



 
La Sexta, la Otra y el Intergaláctico - Noticias
Palamilitarismo y dominación
Carlos Fazio
Tras la llegada al gobierno de Felipe Calderón se ha iniciado una nueva
fase en la guerra de baja intensidad en Chiapas. En el contexto de una
militarización acelerada de la vida pública nacional, el renovado proyecto
contrainsurgente en Chiapas adquiere modalidades propias ante el avance y
consolidación de los municipios autónomos zapatistas en resistencia.
Definido como el "enemigo interno", el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional y sus bases de apoyo son el blanco de una nueva escalada de
violencia en curso instrumentada por la Secretaría de la Defensa Nacional,
en la que participan distintos cuerpos policiales de nivel federal y
estatal, y que cuenta, además, con la reactivación de antiguas estructuras
paramilitares y la presencia in situ de elementos de los cuerpos de paz
estadunidenses.
El objetivo encubierto es la "recuperación" del territorio en poder de los
zapatistas. Es decir, la tierra y sus intereses: petróleo, gas, energía
eléctrica, biodiversidad, agua dulce, maderas, uranio y la posibilidad de
instrumentar megaproyectos depredadores al servicio del gran capital
nacional y extranjero. La nueva etapa del conflicto tiene que ver con el
anuncio de Calderón de que "revivirá" el Plan Puebla Panamá (PPP), que
junto con la segunda fase del Plan Colombia y la Iniciativa de Integración
de la infraestructura Regional de Sur América (IIRSA), forman parte de los
esfuerzos geoestratégicos de Estados Unidos con vista a una restauración
autoritaria de su hegemonía en América Latina para la competencia
interimperialista con los megabloques de Europa y Asia-Pacífico.
El resurgimiento y nuevo protagonismo de grupos paramilitares que
irrumpieron en la geografía chiapaneca durante la gubernatura de Patrocinio
González Garrido, y crecieron y se desarrollaron durante las gestiones de
Julio César Ruiz Ferro y Roberto Albores Guillén, como Los Chinchulines,
Paz y Justicia y MIRA, todos de filiación priísta, reconvertidos hoy en la
Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos
(Opddic) y la Unión Regional Campesina Indígena (URCI), habla de una
relación de causalidad entre las desigualdades sociales y la violencia
política.
La continuidad del modelo de arrasamiento de los últimos cuatro gobiernos
neoliberales necesita del uso de la fuerza para proteger intereses
económicos o para intentar transformarlos. Es a ese esquema de dominación
autoritaria y clasista que resultan funcionales los grupos paramilitares.
Su tarea es lograr, mediante la violencia, el desplazamiento forzoso de las
bases de apoyo zapatistas para propiciar una relatifundización del
territorio. Si el plan de desterritorialización avanza, la
"privatización"de la seguridad y el consecuente dominio paramilitar
redundará en una reconcentración de la tierra en pocas manos. Por lo que se
trata, en rigor, de una contrarreforma agraria violenta a favor de grupos
transnacionales, que requieren la "liberación" del territorio para
someterlo a la lógica del mercado.
Las estrategias de violencia institucional y parainstitucional, iniciadas
en 1995, son un aspecto fundamental en el desarrollo de los planes de
ocupación territorial y garantía armada de los megaproyectos diseñados para
Chiapas por el gran capital. En la dinámica económica trasnacional, la
apropiación violenta del espacio y la gente adquieren, unívocamente, su
resignificación como mercancía.
En la actualidad, en los espacios controlados por los municipios autónomos
zapatistas se afirma el derecho a la vida, al territorio, a la
autodeterminación, a la organización, a la resistencia popular, a la
identidad cultural.
Resistir es negarse a aceptar las propuestas de inclusión de su
pensamiento, de su voluntad, de sus sentidos de representación en el mundo
ocupado, no habitado, por perspectivas de agronegocios, obras de
infraestructura y explotación de recursos naturales. Precisamente, porque
dicha cultura de resistencia obstruye la mercantilización de la vida, los
poderes fácticos recurren al sitiamiento militar-paramilitar, con apoyo
visible en el terreno de la Policía Sectorial, la Agencia Estatal de
Investigación, la Agencia Federal de Investigación, la Policía Federal
Preventiva, las policías municipales y las redes de inteligencia del Cisen.
La clase dominante sabe que a través de la fuerza o de los mecanismos de
seducción mercantil se deterioran y corroen los cimientos de la identidad.
Por eso, de nueva cuenta, en la guerra contrainsurgente en curso utilizan a
indígenas contra indígenas. En la coyuntura, los paramilitares de la Opddic
y la URCI están siendo utilizados como invasores o despojadores. Su acción
violenta contra los zapatistas (invasiones de tierras, secuestros,
golpizas, incendios de aldeas, destrucción de milpas, robo de maíz,) y la
amenaza de desatar una nueva fase del terrorismo de Estado en Chiapas
servirán como mecanismos para la apropiación y legalización de la tierra
por parte de neolatifundistas y agroindustriales voraces.
La aspiración es que, como ocurre en Colombia bajo el control del
presidente de los paramilitares, Alvaro Uribe, el círculo de la
desterritorialización se cierre con la legalización de lo obtenido en la
ilegalidad, mediante la violencia. La ofensiva neoliberal en Chiapas ocurre
en el contexto de una violenta recomposición de fuerzas en el interior del
actual Estado mafioso de dominación, signado por la militarización del
país, los atisbos de mano dura calderonista y la salida a las calles de una
ultraderecha beligerante hegemonizada por los sectores más reaccionarios de
la jerarquía de la Iglesia católica

Mero "aislacionismo": La política exterior de la "vieja derecha"
1/2/2000
Joseph R. Stromberg ( Inst.Independiente)
Me encontraba listo para observar a las Legiones de Respuesta Flexible de
JFK hacer llover muerte sobre el pagano y luego compensarlo con paredes de
yeso, estableciendo cocinas de sopa, y celebrando seminarios sobre el
liberalismo de los grupos de interés y las prácticas electorales en el
Condado de Cook, en Illinois. (el Dr. New Deal, conoció al Dr. Ganar la
Guerra Perpetua.) Después de todo, John Kennedy nos empantanó en Vietnam y
fundó los Boinas Verdes y los Cuerpos de Paz. Teniéndolo de las dos formas
nunca lo tuvo muy bien.



Reaparición de los "Cuerpos de Paz", con cientos de jóvenes voluntarios
expertos en Educación, Agricultura, Sanidad e Infraestructuras Básicas que
participarán en el Programa de Ayuda de Emergencia ante la intensificación
de la crisis alimentaria mundial que afectaría especialmente a las
Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Egipto, India,
China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia
con el África Subsahariana.

Aplicación de la "doble vía" kennedyana en su relación con los países de
Iberoamérica: Obama se verá obligado a prestar una atención especial al
tradicionalmente considerado "patio trasero de EEUU" para intentar frenar
la expansión de la influencia rusa en Latinoamérica tras la firma por parte
de Raúl Castro y Mendeiev del Pacto por la Amistad y Cooperación con Cuba
aprovechando la miopía política de una Administración Busch obsesionada con
el Eje del Mal, reviviendo el pacto secreto firmado por Raúl Castro y
Jruschov (Moscú, 1960).( tomado de socialdemocracia org.)

El presidente andino aclaró que "el gobierno boliviano nunca expulsó a los
Cuerpos de Paz", pero que "un miembro de los Cuerpos de Paz denunció a su
embajador que él (los) había usado (para hacer) espionaje (y) seguimiento a
los venezolanos y a los cubanos

"El trabajo de desestabilización de la USAID en Bolivia ya ha sido
denunciado publicamente por el Ministro de la Presidencia, Juan Ramón
Quintana, y otros voceros de su gobierno. Sin embargo, Washington, a traves
de su embajador en Bolivia, Philip Goldberg, se hace el loco y juega la
mentira. Hace poco se hizo público el uso de los becarios estadounidenses
"Fulbright" y los voluntarios de los Cuerpos de Paz (Peace Corp) para
realizar acciones de espionaje contra los bolivianos y cubanos y
venezolanos presentes en Bolivia. Primero, como siempre, la embajada lo
negó, y luego de que un becario, John Alexander von Schiak denunció ante
los medios de comunicación que a él mismo lo habían pedido espiar, el
embajador Goldberg tuvo que admitir que si había ocurrido, pero cínicamente
dijo que había sido un "error"( eva golinger-Aporrea- 16-03-08))
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