Cuba Venezuela quien subsidia a quien 6enero2015

July 9, 2017 | Autor: Resonando Dosmildiez | Categoría: Political Economy
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Descripción

El pensamiento del Che en la Cuba actual

Fernando Martínez Heredia
Rebelión


Les agradezco mucho a los organizadores de Dialogar, dialogar esta
oportunidad de conversar acerca de un tema tan importante, a tan pocos días
del II Congreso de la Asociación Hermanos Saíz. Esa reunión de jóvenes,
precedida de amplios debates y acciones a lo largo del país, constituyó un
evento ejemplar, porque trató los reales problemas del sector y de las
prácticas culturales y sus implicaciones en la Cuba actual, con
profundidad, claridad, proposiciones y espíritu revolucionario; sin
autocensura y con valentía política. Fue un verdadero congreso, y una
promesa necesaria.

El regreso del Che en Cuba comenzó en 1987, durante la campaña de
rectificación, cuando Fidel lo contrapuso a la gran deformación que había
sufrido el proceso revolucionario. Su pensamiento había desaparecido de la
enseñanza y de los medios de comunicación desde inicios de los setenta,
pero al fin comenzó a rescatarse y a ser conocido por nuevos cubanos
durante aquellos años. Estaba claro que el Che hacía mucha falta. Sin
embargo, después de la coyuntura compleja de la detención de la
rectificación, de la gran crisis económica y de la calidad de la vida en
Cuba, y de la pérdida de prestigio del socialismo a escala mundial, que
sobrevinieron en la primera mitad de los años noventa, cuando el Che volvió
físicamente, en 1997, la situación ya era otra.

Fidel y los revolucionarios consecuentes lo esgrimieron como un refuerzo
para el enfrentamiento a una tercera pregunta general sobre el país, que ya
comenzaba a percibirse. La primera, perentoria, había sido la de la
sobrevivencia, que ocupó prácticamente todo el terreno en la angustiosa
primera mitad de la década; la segunda pregunta era si la reproducción
material de la existencia del país que se había ido logrando sería viable o
no. El repertorio de variables favorables que poseía Cuba permitió que las
políticas y las tácticas adoptadas aseguraran esa viabilidad a inicios de
este siglo. La tercera interrogante no tenía carácter urgente, pero sí
implicaciones trascendentales: cuál sería la naturaleza del régimen que
emergería a partir del proceso de solución de las dos primeras. El Che
reforzaba la posición de los queríamos que la respuesta fuera un socialismo
más profundo, capaz de asumir su propia crítica y renovarse.

Pero ya estaban en marcha transformaciones sociales y de las conciencias
dentro de la transición socialista cubana, paulatinas durante un largo
período, que continúan hasta hoy. La ofensiva de Fidel al inicio del siglo
XXI pretendió frenar desigualdades y reforzar al socialismo. Una
insuficiencia grave, sin embargo, era el abandono, prácticamente, de la
apelación a una divulgación que relacionara las medidas y las
características socialistas de la mayor parte de la vida social con la
necesidad del socialismo y con sus ideales, y de las prácticas y las
discusiones de un pensamiento estructurado que operara como fundamentación
del socialismo. En 2008 se publicaron los Apuntes críticos a la Economía
Política del Che casi en secreto. Se ha ido nucleando un sector de
estudiosos, incluidos jóvenes, y se ha avanzado en la publicación de su
obra, pero sin que las ideas del Che se volvieran polémicas y participaran
en los debates, que en realidad no eran alentados.

En estos últimos años se ha producido un positivo aumento de la
politización, y también de la expresión de criterios diferentes dentro del
cauce del socialismo, pero la socialización de un pensamiento que trate las
cuestiones esenciales sigue sin ponerse a la orden del día. Mientras, se
han emprendido transformaciones que pueden ser decisivas respecto a la
existencia misma del socialismo cubano, al mismo tiempo que continúan
tendencias que vienen del curso de las últimas dos décadas. Se han tomado y
se toman medidas económicas muy importantes sin que haya discusión desde
una u otra posición en economía política, porque no se invoca ninguna. Un
pragmatismo descarnado es la regla, salpicado por algunas palabras que
reiteran que lo que se hace es para el socialismo o en nombre de él. Existe
un divorcio total entre las reflexiones críticas y las preocupaciones que
expresan revolucionarios socialistas –entre los cuales hay cierto número de
dirigentes-- y numerosas informaciones y trabajos de opinión que aparecen
en medios que pertenecen al Estado, ciegos ante lo que les parece negativo
o inconveniente, y aferrados a tópicos que ya no son y a otros que nunca
fueron.

¿Por qué los compañeros que convocan esta mesa escogen entonces al
pensamiento del Che en la Cuba actual como tema? Porque tienen conciencia
política del momento histórico en que vivimos y lo que se juega en él, y
del papel que puede tener el Che si lo hacemos participar en la tremenda y
ya abierta lucha cultural entre el capitalismo y el socialismo que
caracteriza a la situación.

Del ejemplo que utilicé podría inferirse que la posición y la propuesta del
Che que se han calificado como económicas serían su contribución lógica y
mayor. Pero no creo que esa idea sea acertada, por dos razones. Ante todo,
porque la concepción socialista del Che está opuesta a la separación
abstracta de la dimensión económica de la sociedad que está en transición
socialista, una operación que permitiría tratar a la "economía" en general
como un campo separado y autónomo de la política, la ideología y la
cultura, e incluso "ponerla a trabajar" para el socialismo. Esa separación
es un recurso de comprensión y de argumentación de lo esencial del
capitalismo, su funcionamiento y sus normas y valores. Che afirma que la
economía debe ser gobernada por el poder popular revolucionario durante
todo el proceso de transición socialista.

La segunda razón es consecuencia de la primera: las ideas y las propuestas
del Che acerca de la dimensión económica son corolarios de su concepción
teórica y política de la actividad revolucionaria creadora de socialismo.
Trataré de sintetizar varios rasgos principales suyos:

a) la Economía, la Economía política y las políticas económicas sin
apellidos son siempre formas de la economía del capitalismo, corresponden
al complejo de teorías e ideologías de ese sistema;

b) la transición socialista es un poder político e ideológico
revolucionario de orientación socialista-comunista, que tiende a unificar
las dimensiones diferentes de la sociedad en cuanto a objetivos y
voluntades, aunque todas ellas siguen teniendo sus características y sus
especifidades, y se trabaja concretamente con cada una de ellas;

c) por consiguiente, el poder revolucionario es un puesto de mando sobre la
economía, y es el conductor, de diferentes maneras, del conjunto de la
sociedad;

d) precisamente por serlo, y para que ese poder no degenere en el poder de
un grupo que termine cerrándole el paso al socialismo, está obligado a
avanzar hacia su conversión en un verdadero poder popular, en el que los
trabajadores y las mayorías conozcan las cuestiones fundamentales y
participen de manera creciente en su control y su fiscalización, y en la
elaboración misma de las decisiones y las políticas;

e) para todo el período de transición que va desde el triunfo
revolucionario hasta el fin de las dominaciones y la creación de una
sociedad nueva, muy diferente y muy superior a la capitalista, tienen que
regir los despliegues y los productos de los factores subjetivos de la
sociedad, y no las determinaciones llamadas objetivas. Guiarse por el
predominio de los llamados "factores objetivos" conduce a la detención del
proceso y su retroceso, en dos sentidos: el que procede de la reproducción
"normal" de las condiciones de la vida social, que siempre consiste en la
reproducción del orden de dominación vigente; y el que dimana del poder de
un grupo que convierte su poder, sus intereses y su voluntad de dominio en
cosas "objetivas" que no pueden cambiarse.

Ante el desafío crucial que se está configurando en Cuba entre el
socialismo y el capitalismo, el Che puede ofrecernos su específica posición
dentro de la revolución socialista, expresada y desarrollada en el conjunto
de su pensamiento y en la batalla intelectual que libró para ganar a ella a
los cubanos y que predominara frente a otra concepción diferente del
socialismo que existe, y frente a las profundas insuficiencias de nuestra
sociedad para consumar ese cambio. La centralidad de la política, sus
férreas relaciones con la ética y el papel impulsor de esta cuando los
factores subjetivos predominan, la conversión de la sociedad en una
gigantesca escuela, son aspectos esenciales en la concepción del Che, que
me limito a mencionar aquí.

Ernesto Che Guevara es el máximo pensador teórico de la posición dirigida
por Fidel durante la primera etapa de la Revolución en el poder –la que va
de 1959 a inicios de los años setenta--, y sigue siendo a mi juicio el
máximo representante de la corriente socialista que puede hacer viable que
Cuba siga siendo socialista.

Che tiene un lugar en la historia del pensamiento revolucionario cubano. No
intentaré exponer mis criterios acerca de ese pensamiento, pero quiero al
menos llamar la atención sobre la necesidad de no verlo como un bloque
igual a sí mismo, sino en su realidad de producciones diversas, y en
algunos casos enfrentadas entre si e influidas por condicionamientos que se
iban modificando en el decursar histórico del país. Desde ese punto de
partida, entiendo que el Che pertenece a la corriente radical, que ha
tenido puntos en común y ha marcado una trayectoria que es preciso heredar.


Esos radicales se fueron por encima de las respuestas políticas que
parecían posibles frente a los conflictos de su tiempo y su circunstancia,
y las propuestas que hicieron también se fueron por encima de la
reproducción esperable de la vida social.

Carlos Manuel de Céspedes forzó la aparición de la guerra como recurso
revolucionario, fijó como condición para su cese la independencia y la
soberanía completas del país, y abrió paso al abolicionismo revolucionario
de la esclavitud como la solución necesaria de la mayor contradicción
social de su siglo en Cuba. Echó así las bases políticas de una nación que
tenía muy inciertas bases sociales, entre una rica y poderosa clase
dominante que no aspiraba a ella y la explotación masiva de la esclavitud,
las opresiones brutales y las divisiones de castas en que vivían las
mayorías.

José Martí preconizó y desató una política revolucionaria muy superior a la
que había conocido el país y la enfrentó sin vacilación a las variantes
evolucionistas, que parecían más razonables para Cuba a fines del siglo
XIX. Su guerra revolucionaria sería el único vehículo eficaz para eliminar
el colonialismo español, pero al mismo tiempo la vía de una educación de
masas que formara ciudadanos, capacitados mediante la actuación y
unificados ideológicamente, para fundar y desarrollar una república
democrática con justicia social, apta para aunar verdaderamente a los
elementos tan disímiles del país. Esos cubanos de la república nueva
martian se habrían vuelto capaces también de enfrentar con posibilidades de
éxito el expansionismo imperialista de Estados Unidos. La propuesta de
Martí revolucionaba tanto a la política como a la reproducción esperable de
la vida social, al ponerles como objetivos convertir en realidades lo que
no había parecido ni siquiera posible.

Julio Antonio Mella partió de la lucha reformadora estudiantil en la
primera república burguesa neocolonial, y comprendió pronto que la
revolución socialista sería la condición para obtener la satisfacción de
las demandas y las identidades de los grupos sociales. Se hizo entonces
comunista, en el marco de la universalización política e ideológica que
impulsaba la Internacional fundada en la Rusia Soviética. Pero logró
entender que en los países colonizados o neocolonizados el anticapitalismo
tendría que ser antimperialista. Y que la práctica revolucionaria comunista
estaba obligada a ganarse la conducción en el curso de la revolución, y a
ser ante todo cubana. Obró en consecuencia en su corta vida, y se convirtió
en el iniciador del socialismo cubano. Es difícil encontrar tanto adelanto
respecto a sus condicionamientos, y al mismo tiempo planteos políticos tan
atinentes para cambiar mediante la praxis los límites de lo posible.

Antonio Guiteras consiguió echar a andar en Cuba la revolución del siglo
XX, de la que Mella había sido el pionero, dentro de la lucha contra la
dictadura de Machado y la gran rebelión del pueblo en 1933. Creó
organizaciones políticas de lucha armada para tomar el poder e implantar el
socialismo mediante la dictadura revolucionaria. Intentó que la educación
social y política de masas avanzara a saltos mediante la praxis, impulsando
una experiencia a escala nacional de una gestión de gobierno revolucionario
antimperialista radical, con muchas medidas de justicia social en beneficio
de las mayorías explotadas y oprimidas. Pretendió abrir el espacio y las
formas para que se formara una conciencia social socialista de liberación
nacional, y no tuvo temor de ejercer poder político para que esa conciencia
se volviera realidad. El legado de Guiteras es indispensable para entender
cómo fue posible pensar el socialismo cubano en la insurrección y el
proceso revolucionario que triunfó en 1959.

Si exceptuamos el caso de Martí, las prácticas revolucionarias fueron lo
dominante en la historia de las posiciones y propuestas de los radicales
entre 1868 y 1959. Pero en su conjunto, ellos elaboraron un cuerpo de
pensamiento que constituye una acumulación cultural de un valor
inapreciable, que es necesario que rescatemos y asumamos conscientemente.
Una de las características de todo orden posrevolucionario es la de
devaluar, pasar al olvido o manipular las experiencias y las ideas
radicales, con el fin de borrar su singularidad y su influencia.

El triunfo en 1959 de una guerra revolucionaria que constituyó al mismo
tiempo una escuela política radical, dirigida por una organización
férreamente unida, decidida y con vocación de poder, y a su cabeza Fidel,
el líder político más descollante del siglo XX cubano, le permitió al país
escoger la opción máxima posible: hacer una revolución socialista de
liberación nacional que transformara a fondo las relaciones sociales y
humanas y las instituciones. Pronto la nueva época exigió un formidable
aumento de las capacidades intelectuales de la mayoría de las personas, y
de la calidad del contenido y el papel del pensamiento social. La praxis
era el motor, pero ella debía ser organizada y consciente. El aumento de
capacidades y la formación política eran imprescindibles, porque, por
primera vez en nuestra historia, los objetivos a alcanzar requerían una
rigurosa intencionalidad, una conducción política y social cada vez más
compleja, una distribución creciente del poder, un planeamiento eficaz, una
crítica radical de la modernidad capitalista y del modelo socialista
predominante y, al mismo tiempo, pensar la revolución que se hacía y
elaborar intelectualmente las características de la nueva sociedad que se
pretendía.

Entonces al joven héroe Ernesto Guevara, uno de los más destacados
seguidores de Fidel y totalmente identificado con él en cuanto a las ideas,
le tocó desempeñar el papel principal en la producción de un pensamiento
social de la Revolución cubana y en las relaciones de este con las ideas
socialistas del mundo de su tiempo.

El Che había tenido que aprender en muy poco tiempo cómo era Cuba y cómo
participar eficazmente en su proceso revolucionario. A la vez, debió
utilizar los instrumentos de pensamiento marxista que ya poseía sin
someterse a la doctrina. Esa es una entre tantas lecciones que nos ha
dejado. Cuando el periodista uruguayo Carlos María Gutiérrez le preguntó,
en febrero de 1958, si él era marxista, el Che le respondió que había
tenido que olvidar en la guerra todo lo que había aprendido antes. Ganó esa
batalla consigo mismo y de inmediato puso su peso personal en ayudarnos a
todos a pelear y ganar una batalla de ideas en el seno del proceso
revolucionario, a favor de todas las liberaciones y por la creación de
nuevas personas y una sociedad socialista.

Les sugiero que estudien aquella contienda de ideas. El Che que puede
conocerse de ese modo es más humano y más grande, y a su escala también lo
es la Revolución cubana de los años sesenta, esa maravilla enigmática para
las nuevas generaciones que han sido privadas de su conocimiento, como si
por un tiempo las cubanas y los cubanos en masa hubieran padecido una
sublime locura.

Quiero compartir con ustedes una parte de lo que expresé en febrero, en la
presentación de los libros del Che Apuntes críticos a la Economía Política
y Retos de la transición socialista en Cuba (1961-1965), en la Feria del
Libro.

El Che denuncia de manera categórica la apelación a tomar "como arma para
luchar contra el capitalismo, las armas del capitalismo". Las motivaciones
de "la sociedad donde la filosofía es la lucha del hombre contra el hombre,
de los grupos contra los grupos y la anarquía de la producción" no podrán
ser despertadas y utilizadas eficazmente para servir a una sociedad basada
en el poder socialista. Esta exige control riguroso y conciente, "la
colaboración entre todos los participantes como miembros de una gran
empresa (el conjunto de la economía), en vez de ser lobitos entre sí dentro
de la construcción del socialismo".

Opina que en vez de ir al fondo de los problemas, la práctica y el
pensamiento de estos socialistas se dejan llevar a la seguridad aparente de
acudir a lo ya probado. Las reformas pueden relucir como "descubrimientos"
que remediarían la falta de motivaciones suficientes en los actores
económicos y lograrían la subordinación de la producción para el consumo a
las demandas de sus consumidores, relacionar la rentabilidad con la venta
del producto, etcétera. Esos experimentos y ensayos de política económica
son, sin embargo, remedos de lo que el capitalismo hace eficazmente, porque
lo universaliza y porque corresponde a las relaciones fundamentales de su
sistema. Existe una lógica que caracteriza a cada sociedad: si la
olvidamos, pagaremos un precio muy caro.

Por otra parte, Che invita a no olvidar nunca la situación concreta de la
cual ha partido Cuba en su transición socialista. No somos ilusos,
advierte, estamos tratando de edificar efectivamente el socialismo
"saliendo de una etapa semicolonial... de todos los vicios, de todas las
taras que nos dejó el capitalismo, con la misma gente, con todos nosotros
con mentalidad capitalista, hace unos años pensando siempre cuánto íbamos a
ganar". La debilidad que padece Cuba no debe atribuirse a la utilización de
un sistema financiero determinado: "son debilidades de una economía que ha
cambiado su composición, su característica".

El Che insiste, incansable, en desbaratar la imputación que se hace a sus
ideas de mantener un desprecio "idealista" por el interés material, un
simplismo que busca devaluarlas y rehuir la discusión. Nadie en sus cabales
desconoce la fuerza y el arraigo del interés material, instalado a lo largo
de la historia de las sociedades de dominación y multiplicado y
refuncionalizado por el capitalismo. La elección está entre utilizarlo
llana y acríticamente –aunque se lamente que sea nocivo--, o utilizarlo
como un mal necesario, sin depender de él. Ser creativo desde la situación
concreta e inevitable, y organizar un proceso de erradicación paulatina de
los comportamientos económicos egoístas e individualistas. Ir forjando otro
mundo de actuaciones y valores, que pueda reunir diferentes estímulos,
implantar la norma que en nombre del deber social reconoce o reprocha, al
mismo tiempo que retribuye o no a partir del grado de cumplimiento, o el
estímulo a la capacitación dado por su conversión en requisito para pasar a
un nivel superior. Instrumentos como los citados, dice el Che, persiguen la
toma de conciencia de tipo mecánico en el individuo; hay que perseguir, a
la vez, la toma de conciencia de tipo dinámico, una de cuyas formas
fundamentales es el trabajo voluntario.

La creación de otra realidad desde la existente, sin lo cual no hay
revolución socialista, tiene que incluir el espíritu crítico, fomentar la
independencia de los criterios y la capacidad de pensar y valorar con
cabeza propia, y aprender a distinguir los caminos, sus implicaciones y sus
resultados. Es impresionante la vitalidad y la hondura alcanzados por aquel
análisis teórico que permitía, en medio de la tormenta de la Revolución,
señalar los graves peligros de copiar mecánicamente y no ver las
deficiencias del socialismo existente, y salirle al paso a la resignación a
lo que existe, la rutina y el seguidismo. El Che aprendió –al mismo tiempo--
a reflexionar sobre la circunstancia en curso, la actuación inmediata, los
métodos y los fines mediatos, y a teorizar acerca de los asuntos
fundamentales.

Al salir del Congo y verse obligado a esperar, Che se entrega a una tarea
que constituye el inicio de una nueva fase de su obra. Siente la necesidad
de llegar a conclusiones sobre el socialismo realmente existente, asunto
crucial para todos en el mundo, y también de ofrecer una alternativa desde
las ideas de los revolucionarios marxistas de los países que han sufrido o
sufren el colonialismo y el neocolonialismo, que ahora quieren pelear por
la liberación total de las naciones y de las personas, y por el avance de
la revolución mundial. "Es un grito dado desde el subdesarrollo", escribe
en "La necesidad de este libro", breve introducción a los Apuntes que
contiene planteamientos trascendentales. Se refiere en ella a la obra
monumental que dio origen al marxismo, las nuevas situaciones de la época
imperialista, los aportes extraordinarios de Lenin y la detención ulterior
del desarrollo de la teoría marxista. Enseguida expone las razones por las
cuales hace la crítica de la Economía Política:

Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de
la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo
intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo
inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo
determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los
pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero
cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es que los
cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de la
URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son
desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez
en forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos
provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy
a favor de la superestructura. Se está regresando al capitalismo.

Che espera serenamente el repudio a su posición y la acusación de
anticomunismo y oportunismo, el rechazo de los que se sentirán heridos en
su cariño y su lealtad, y también el sobresalto sincero de otros "ante este
cúmulo de razones nuevas y diferentes". Pero confía en que muchos podrán
sentirse atraídos por este "intento de retomar la buena senda". A ellos se
dirige el libro, "y también a la multitud de estudiantes cubanos que tienen
que pasar por el doloroso proceso de aprender 'verdades eternas' en las
publicaciones que vienen, sobre todo, de la URSS, y observar como nuestra
actitud y los repetidos planteamientos de nuestros dirigentes se dan de
patadas con lo que leen en los textos."

Un largo camino había recorrido Ernesto Guevara en una década. La
revolución había sido su maestra. En la guerra y desde el poder
revolucionario se desarrolló su estatura como combatiente, dirigente y
pensador, y ahora él –como reclamara Lenin sesenta años antes-- debía, en
justo pago, enseñarle algo a la revolución. Y lo logró. La aventura
socialista de un pequeño país aislado producía un pensamiento capaz de
continuar el trabajo excepcional mediante el cual Carlos Marx había
encontrado ideas capaces de subvertir el control de las ideas de la
sociedad por la clase dominante.

Hasta aquí el fragmento de febrero, largo pero, según me parece,
procedente. Para terminar en la cuerda de la pregunta implícita en el
título del tema que nos convoca, ofrezco una síntesis de lo que estimo que
puede darnos hoy el Che:

- un referente ético y político socialista sin igual, fortalecido por su
consecuencia y su ejemplo imperecederos, y por su caída heroica;

- confianza en lo que sí es posible hacer y lograr para volverse superior a
las circunstancias;

- un extraordinario instrumento teórico –conceptos, ideas, hipótesis,
principios-- y el método dialéctico marxista, que el Che ejerció sobre las
realidades, los conflictos y los proyectos de Cuba y de América Latina y el
llamado Tercer Mundo;

- una crítica marxista de las sociedades y las teorías del capitalismo y el
socialismo;

- un cuerpo de pensamiento idóneo para realizar los análisis concretos que
tanto necesitamos;

- una de las líneas principales con que contamos para el trabajo urgente de
formación política, ideológica y cultural.




Intervención en el espacio Dialogar, dialogar, de la Asociación Hermanos
Saíz, en el Pabellón Cuba, el 23 de octubre de 2013.

Tomemos, en primer lugar, las palabras "el fruto del trabajo" en el sentido
del producto del trabajo; entonces, el fruto del trabajo colectivo será la
totalidad del producto social.

Ahora, de aquí hay que deducir:

Primero: una parte para reponer los medios de producción consumidos.

Segundo: una parte suplementaria para ampliar la producción.

Tercero: el fondo de reserva o de seguro contra accidentes, trastornos
debidos a fenómenos naturales, etc.

Estas deducciones del "fruto íntegro del trabajo" constituyen una necesidad
económica, y su magnitud se determinará según los medios y fuerzas
existentes, y en parte, por medio del cálculo de probabilidades, pero de
ningún modo puede calcularse partiendo de la equidad.

Queda la parte restante del producto total, destinada a servir de medios de
consumo.

Pero, antes de que esta parte llegue al reparto individual, de ella hay que
deducir todavía:

Primero: los gastos generales de administración, no concernientes*** a la
producción.

Esta parte será, desde el primer momento, considerablemente reducida en
comparación con la sociedad actual, e irá disminuyendo a medida que la
nueva sociedad se desarrolle.

Segundo: la parte que se destine a satisfacer necesidades colectivas, tales
como escuelas, instituciones sanitarias, etc.

Esta parte aumentará considerablemente desde el primer momento, en
comparación con la sociedad actual, y seguirá aumentando en la medida en
que la nueva sociedad se desarrolle.

Tercero: los fondos de sostenimiento de las personas no capacitadas para el
trabajo, etc.; en una palabra, lo que hoy compete a la llamada beneficencia
oficial.

Sólo después de esto podemos proceder al "reparto", es decir, a lo único
que, bajo la influencia de Lassalle y con una concepción estrecha, tiene
presente el programa, es decir, a Ia parte de los medios de consumo que se
reparte entre los productores individuales de la colectividad.

El "fruto íntegro del trabajo" se ha transformado ya, imperceptiblemente,
en el "fruto parcial", aunque lo que se le quite al productor en calidad de
individuo vuelva a él, directa o indirectamente, en calidad de miembros de
la sociedad.

Y así como se ha evaporado la expresión "el fruto íntegro del trabajo", se
evapora ahora la expresión "el fruto del trabajo" en general.

En el seno de una sociedad colectivista, basada en la propiedad común de
los medios de producción, los productores no cambian sus productos; el
trabajo invertido en los productos no se presenta aquí, tampoco, como valor
de estos productos, como una cualidad material, poseida por ellos, pues
aquí, por oposición a lo que sucede en la sociedad capitalista, los
trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo común
mediante un rodeo, sino directamente. La expresión "el fruto del trabajo",
ya hoy recusable por su ambiguedad, pierde así todo sentido.

De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha
desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de una que acaba de
salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta
todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el
intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Con
gruentemente con esto, en ella el productor individual obtiene de la
sociedad -- después de hechas las obligadas deducciones -- exactamente lo
que ha dado. Lo que el productor ha dado a la sociedad es su cuota
individual de trabajo. Así, por ejemplo, la jornada social de trabajo se
compone de la suma de las horas de trabajo individual; el tiempo individual
de trabajo de cada productor por separado es la parte de la jornada social
de trabajo que él aporta, su participación en ella. La sociedad le entrega
un bono consignando que ha rendido tal o cual cantidad de trabajo (después
de descontar lo que ha trabajado para el fondo común), y con este bono saca
de los depósitos sociales de medios de consu mo la parte equivalente a la
cantidad de trabajo que rindió. La misma cantidad de trabajo que ha dado a
la sociedad bajo una forma, la recibe de esta bajo otra distinta.

Aquí reina, evidentemente, el mismo principio que regula el intercambio de
mercancias, por cuanto éste es intercambio de equivalentes. Han variado la
forma y el contenido, por que bajo las nuevas condiciones nadie puede dar
sino su trabajo, y porque, por otra parte, ahora nada puede pasar a ser
propiedad del individuo, fuera de los medios individuales de consumo. Pero,
en lo que se refiere a la distribución de estos entre los distintos
productores, rige el mismo principio que en el intercambio de mercancias
equivalentes: se cambia una cantidad de trabajo, bajo una forma, por otra
cantidad igual de trabajo, bajo otra forma distinta.

Por eso, el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derecho
burgués, aunque ahora el principio y la práctica ya no se tiran de los
pelos, mientras que en el regimen de intercambio de mercancias, el
intercambio de equivalentes no se da más que como término medio, y no en
los casos individuales.

A pesar de este progreso, este derecho igual sigue llevando implícita una
limitación burguesa. El derecho de los productores es proporcional al
trabajo que han rendido; la igualdad, aquí, consiste en que se mide por el
mismo rasero: por el trabajo.

Pero unos individuos son superiores, fisica e intelectualmente a otros y
rinden, pues, en el mismo tiempo, más trabajo, o pueden trabajar más
tiempo; y el trabajo, para servir de medida, tiene que determinarse en
cuanto a duración o intensidad; de otro modo, deja de ser una medida. Este
derecho igual es un derecho desigual para trabajo desigual. No reconoce
ninguna distinción de clase, porque aquí cada individuo no es más que un
trabajador como los demás; pero reconoce, tacitamente, como otros tantos
privilegios naturales, las desiguales aptitudes individuales****, y, por
consiguiente, la desigual capacidad de rendimiento. En el fondo es, por
tanto, como todo derecho, el derecho de la desigualdad. El derecho sólo
puede consistir, por naturaleza, en la aplicación de una medida igual; pero
los individuos desiguales (y no serían distintos individuos si no fuesen
desiguales) sólo pueden medirse por la misma medida siempre y cuando que se
les coloque bajo un mismo punto de vista y se les mire solamente en un
aspecto determinado ; por ejemplo, en el caso dado, sólo en cuanto obreros,
y no se vea en ellos ninguna otra cosa, es decir, se prescinda de todo lo
demás. Prosigamos: un obrero está casado y otro no; uno tiene más hijos que
otro, etc., etc. A igual trabajo y, por consiguiente, a igual participación
en el fondo social de consumo, uno obtiene de hecho más que otro, uno es
más rico que otro, etc. Para evitar todos estos inconvenientes, el derecho
no tendría que ser igual, sino desigual.

Pero estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad
comunista, tal y como brota de la sociedad capitalista después de un largo
y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la
estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella
condicionado.

En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la
subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y
con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual;
cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera
necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus
aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno
los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse
totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá
escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual
según sus necesidades!

Cabe, entonces, preguntarse: ¿que transformación sufrirá el régimen estatal
en la sociedad comunista? O, en otros términos: ¿qué funciones sociales,
analogas a las actuales funciones del Estado, subsistirán entonces? Esta
pregunta sólo puede contestarse científicamente, y por más que acoplemos de
mil maneras la palabra pueblo y la palabra Estado, no nos acercaremos ni un
pelo a la solución del problema.





Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de
la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este
período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado
no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.


" " "Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (2) "
" " " "
" " "Crisis, zigzags, avance de fondo hacia el mercado "
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" " "En la primera parte de la nota hemos apuntado que "
" " "cuando los países del bloque soviético pasaban, a "
" " "comienzos de los 1990, rápida y abruptamente al "
" " "capitalismo, en Cuba se mantuvo la centralización "
" " "estatal de la economía. Sin embargo, desde mediados "
" " "de esa década, en la isla hubo una alternancia entre "
" " "centralización burocrática y medidas pro mercado. En "
" " "esa alternancia subyace una lógica, determinada por "
" " "la crisis y su relación con la gestión estatal "
" " "burocrática, que es necesario explicar. "
" " "Antes de entrar en el tema, conviene hacer una "
" " "precisión: cuando se habla de estancamiento y crisis"
" " "de la economía de Cuba no se niegan los logros en "
" " "salud y educación. Cuba cumplió con los objetivos del"
" " "milenio de la ONU; tiene la tasa de mortalidad "
" " "infantil más baja de América Latina, su tasa de "
" " "mortalidad materna es una de las menores a nivel "
" " "internacional; está ubicada en el puesto 14 a nivel "
" " "mundial del índice de Educación Para todos; la "
" " "expectativa de vida al nacer es de 79 años; su "
" " "sistema de seguridad social es superior al de la "
" " "mayoría de los países subdesarrollados; y ocupa el "
" " "puesto 51 entre 187 países en lo que hace a "
" " "desarrollo humano (informe 2011, PNUD). Sin embargo, "
" " "estas cifras no deben ocultar la gravedad de su "
" " "situación económica y social. Después de todo, hasta "
" " "las vísperas mismas de la caída de los r egímenes "
" " "stalinistas, muchos exhibían indicadores sociales más"
" " "que aceptables en varios ítems. Pero sus economías "
" " "estaban muy debilitadas, y terminaron colapsando. "
" " "Algo similar se puede decir de Cuba, y las "
" " "dificultades no se pueden explicar solo por la caída "
" " "de la URSS en 1990, o el bloqueo de EEUU. Tengamos "
" " "presente que ya en el quinquenio anterior a 1990 la "
" " "economía cubana evidenciaba agotamiento: entre 1985 y"
" " "1989 el crecimiento fue de solo el 2% promedio anual,"
" " "y en 1986 el gobierno debió declarar la moratoria de "
" " "la deuda externa. "
" " "En este marco, el corte del subsidio soviético "
" " "disparó un derrumbe económico de proporciones. Entre "
" " "1989 y 1993 –el llamado "período especial"- el PBI de"
" " "Cuba cayó un 35%; cerró el 80% de la industria por "
" " "falta de insumos y el comercio exterior colapsó. "
" " "Como respuesta a esta gran depresión, desde mediados "
" " "de la década de los 1990 el gobierno lanzó algunas "
" " "medidas pro mercado. Así, se legalizó el empleo "
" " "autónomo y se dio permiso para contratar familiares "
" " "en determinados puestos. En la agricultura se crearon"
" " "cooperativas semi-privadas (aunque la tierra siguió "
" " "siendo del Estado) y se permitió a los productores "
" " "vender parte de su producción. En consecuencia, el "
" " "empleo autónomo creció hasta representar, en 1999, "
" " "el 4% del total del empleo (era aproximadamente el "
" " "1,5% a comienzos de la década). "
" " "También se despenalizó la tenencia de divisas y se "
" " "permitió la remesa de dólares de los cubanos del "
" " "exterior. Esto significó que las remesas pasaran de "
" " "unos 160 millones de dólares anuales en 1993 a más de"
" " "700 millones en 1997, y que se mantuvieran a un nivel"
" " "cercano a los 800 millones a principios de los 2000. "
" " "En 1999 superaron a las entradas de divisas por "
" " "exportación de azúcar. Por otra parte, en 1994 se "
" " "aprobó una ley de inversiones extranjeras. "
" " "Las inversiones extranjeras en los 90 se volcaron en "
" " "especial al sector turismo (mayoritariamente empresas"
" " "españolas, que entraron en la administración de "
" " "hoteles construidos por Cuba), pero también a la "
" " "minería (los canadienses en la explotación del "
" " "níquel) y energía. Todo lo cual aportó divisas y "
" " "activó, al menos parcialmente, a la economía. "
" " "En consecuencia, y al compás de estas reformas, se "
" " "revirtió la caída del "período especial". Esta es una"
" " "cuestión que a veces la izquierda deja de lado en sus"
" " "análisis: las medidas pro mercado, injertadas en las "
" " "economías burocrático-estatistas, pueden dar lugar a "
" " "aumentos de la producción y a la mejora del "
" " "aprovisionamiento de bienes y los ingresos. "
" " "Este es el hecho cierto en que se basan los que "
" " "proponen, con argumentos de izquierda ("profundizar "
" " "el modelo socialista"), avanzar en reformas de tipo "
" " "perestroika para impulsar la economía un economía "
" " "estancada y dirigida burocráticamente (véase, por "
" " "ejemplo Abel Aganbeguian, Perestroika. Le double "
" " "défi soviétique, Económica 1987). En el caso de la "
" " "URSS se trataba de introducir estímulos materiales a "
" " "través de mecanismos de mercado, en una sociedad que "
" " "descreía del ideario programático del socialismo. "
" " "Mucho de esto se aplicaba ya a la economía cubana de "
" " "los 1990, con el agravante de que su base tecnológica"
" " "e industrial era infinitamente más débil que la "
" " "soviética. Las apelaciones a la "conciencia y "
" " "compromiso socialista con el trabajo", pasadas cuatro"
" " "décadas del triunfo de la Revolución, y en un entorno"
" " "de penuria y régimen burocrático, tenían cada vez "
" " "menor eco en la población. Por eso las medidas de "
" " "mediados de los 1990 apuntaban a incentivar el "
" " "interés individual, con el objetivo de incentivar la "
" " "productividad; a la par que se abría parcialmente la "
" " "entrada de fondos externos. "
" " "Giro a la centralización "
" " "Sin embargo, las medidas pro mercado también generan "
" " "impulsos que socavan la economía estatizada. Por "
" " "ejemplo, el incremento de remesas dio lugar a "
" " "diferenciaciones sociales crecientes. También generó "
" " "en algunos sectores una cultura rentística –para "
" " "muchos es un ingreso más importante que el salario "
" " "que reciben en una empresa estatal- y comenzó a "
" " "generar acumulación de riqueza que, en algún momento,"
" " "termina volcándose al mercado (ver más abajo). "
" " "De la misma forma, las actividades por cuenta propia "
" " "también generan impulsos a la diferenciación social; "
" " "por caso, entre aquel que se enriquece y puede "
" " "incluso contratar mano de obra, y el que fracasa y se"
" " "arruina. Así, de a poco, se incuban en los poros de "
" " "la economía estatizada las fuerzas sociales que "
" " "impulsan hacia el capitalismo. "
" " "Hay que subrayar que se trata de una dinámica que "
" " "muchas veces escapa incluso al control de los "
" " "reformadores (en la URSS muchos de los que proponían "
" " "la perestroika admitieron luego del colapso que su "
" " "meta no era transformar a la economía en capitalista,"
" " "sino mejorar el sistema). "
" " "Lo anterior explica la reacción de sectores de la "
" " "dirigencia cubana, encabezados por Fidel Castro, que "
" " "apuntaron a mantener un férreo control de la economía"
" " "estatizada. "
" " "Por eso, apenas lograda cierta mejora, intentaron "
" " "cerrar el grifo del mercado y ahogar toda disidencia "
" " "interna. Desde un punto de vista ideológico, nada "
" " "expresa mejor esta orientación que el balance "
" " "positivo que mantenía Fidel, a comienzos de los 2000,"
" " "de la invasión soviética de 1968 a Checoslovaquia "
" " " Decía: "… en Checoslovaquia se marchaba hacia una "
" " "situación contrarrevolucionaria, hacia el capitalismo"
" " "y hacia los brazos del imperialismo. Estábamos "
" " "totalmente en contra de las reformas liberales "
" " "económicas que estaban teniendo lugar allí y en otros"
" " "países del campo socialista. Una serie de medidas que"
" " "tendían a acentuar cada vez más las relaciones "
" " "mercantiles en el seno de la sociedad socialista: las"
" " "ganancias, los beneficios, los lucros, los estímulos "
" " "materiales, todas esas cuestiones que estimulan los "
" " "individualismos y los egoísmos. "
" " "Por eso nosotros aceptamos la amarga necesidad del "
" " "envío de fuerzas a Checoslovaquia…" (entrevista de "
" " "Ramonet a Fidel Castro, citada en la primera parte de"
" " "la nota, p. 595) "
" " "Por supuesto, ni en Checoslovaquia, ni en el resto "
" " "del bloque soviético, los tanques fueron la solución "
" " "a la falta de productividad, ni al descreimiento en "
" " "el discurso oficial, ni a la economía de penuria. El "
" " "final de la historia es conocido "
" " "En cualquier caso, desde finales de la década de 1990"
" " "el gobierno cubano revierte la apertura al mercado: "
" " "Fidel denuncia a la empresa privada y a los "
" " "trabajadores por cuenta propia como parásitos y "
" " "generadores de corrupción; se retira de circulación "
" " "el dólar y se instala la doble moneda; y la economía "
" " "se centraliza de nuevo fuertemente. Como resultado, "
" " "el sector privado se retrajo, la inversión extranjera"
" " "se detuvo y muchas empresas se retiraron de la isla, "
" " "aduciendo falta de rentabilidad y obstáculos por "
" " "parte del Estado para operar. "
" " "Como parte de este programa, en 1999 Fidel también "
" " "lanza la movilización por la "Batalla de Ideas", que "
" " "se dispara a raíz del reclamo a EEUU de la devolución"
" " "del niño Elián González. Según el discurso oficial, "
" " "la "Batalla de Ideas" significaba pasar a la ofensiva"
" " "para continuar desarrollando la Revolución. Se "
" " "proclamaba así el inicio de una nueva etapa de "
" " ""rectificación de errores y tendencias negativas en "
" " "Cuba", para buscar mayor eficiencia y eficacia. La "
" " "apuesta era que Cuba desarrollase la "economía del "
" " "conocimiento". La tesis que sustenta esta orientación"
" " "sostiene que en la actualidad el conocimiento ha "
" " "pasado a ser el factor fundamental de la creación de "
" " "riqueza. "
" " "Por otra parte, dos factores contribuyeron a aliviar "
" " "la situación económica: las remesas de dólares y el "
" " "subsidio venezolano. "
" " "Ya hemos señalado cómo las remesas saltaron en los "
" " "1990, y la mayor centralización no frenó el flujo. "
" " "Desde entonces constituyeron un factor no "
" " "despreciable para la economía cubana. Por ejemplo, en"
" " "2013 alcanzaron casi los 2.800 millones de dólares. "
" " "En lo que respecto al subsidio de Venezuela, consiste"
" " "en la entrega de 100.000 barriles diarios de petróleo"
" " "con financiamiento muy ventajoso: Cuba paga a los 90 "
" " "días el 50% y el otro 50% a 25 años, con dos de "
" " "gracia y una tasa de interés del 1%. "
" " "A cambio, la isla envía médicos (según Granma, habría"
" " "unos 30.000 médicos cubanos en Venezuela), y también "
" " "personal de seguridad y militar. Sin embargo, la "
" " "venta de estos "servicios" no refleja los costos "
" " "reales, ya que su precio está atado al precio del "
" " "petróleo. Según The Economist, en 2012, y "
" " "contabilizando 115.000 barriles diarios enviados a "
" " "Cuba, el subsidio rondaría los 3500 millones de "
" " "dólares anuales; algunos economistas elevan esa cifra"
" " "hasta 8000 o 9000 millones, lo que equivaldría al 20%"
" " "del PBI de la isla. Los montos son difíciles de "
" " "calcular, debido a la falta de información; pero se "
" " "reconoce, incluso oficialmente, que el corte de ese "
" " "flujo podría ser un golpe muy duro para Cuba. "























CUBA-VENEZUELA: ¿QUIEN SUBSIDIA A QUIEN?
Autor: William Yohai
13 de enero de 2015

Rolando Astarita escribe una serie de artículos sobre Cuba parte de cuyo
contenido comparto y otra no lo hago en lo absoluto. Estoy trabajando en un
artículo de fondo sobre el tema que tal vez publique pronto. De todas
formas, y a cuenta de mayor cantidad creo imprescindible aclarar un mito
básico sobre la economía cubana de hoy y sobre su relación con Venezuela.
Como no conozco la cantidad de profesionales cubanos de otras ramas que
prestan servicio en Venezuela, y no sólo en las áreas militar y de
seguridad como afirma Astarita, sino también, por lo menos en la de la
educación me limito en estos cálculos aproximativos y preliminares al área
que es, hasta donde yo se, más conocida.
Afirma Astarita:

"En lo que respecto al subsidio de Venezuela, consiste en la entrega de
100.000 barriles diarios de petróleo con financiamiento muy ventajoso: Cuba
paga a los 90 días el 50% y el otro 50% a 25 años, con dos de gracia y una
tasa de interés del 1%.
A cambio, la isla envía médicos (según Granma, habría unos 30.000 médicos
cubanos en Venezuela), y también personal de seguridad y militar. Sin
embargo, la venta de estos "servicios" no refleja los costos reales, ya que
su precio está atado al precio del petróleo. Según The Economist, en 2012,
y contabilizando 115.000 barriles diarios enviados a Cuba, el subsidio
rondaría los 3500 millones de dólares anuales; algunos economistas elevan
esa cifra hasta 8000 o 9000 millones, lo que equivaldría al 20% del PBI de
la isla. Los montos son difíciles de calcular, debido a la falta de
información; pero se reconoce, incluso oficialmente, que el corte de ese
flujo podría ser un golpe muy duro para Cuba".

Hagamos, pues, algunos números basándonos en los datos que él suministra:

1) ¿cuánto vale el trabajo de un médico de cualquier país en Venezuela?
Partimos de la base de que los profesionales locales no están dispuestos a
trabajar en los lugares y condiciones (barrios pobres, dedicación total)
que son necesarias para mejorar la situación sanitaria de la clase obrera
venezolana. Si comparamos con lo que informa un sitio especializado en el
robo de trabajadores médicos cubanos acerca del ingreso de los médicos en
EEUU éste asciende, para los "médicos de familia" a 211.083 dólares
anuales. Por supuesto esto no significa que un médico yanki estuviera
dispuesto a ir a trabajar a un barrio pobre (y violento) en Venezuela por
esa plata.

Comparando lo que le costarían a Venezuela 30.000 médicos con ese ingreso,
con el petróleo que ésta le vende anualmente a Cuba (tomando como base el
dato de 100.000 barriles diarios al precio de la canasta petrolera
venezolana, 95 dólares el barril, que predominó en 2014 y sin considerar la
reciente caída abrupta de dichos precios) el resultado es que Cuba,
SUBSIDIARÍA A VENEZUELA POR UNA CIFRA DEL ORDEN DE 2.864.990.000 DÓLARES
POR AÑO.

Claro, se puede argüir que el salario de los médicos de familia yankis
(aclaremos, estamos hablando de los "más baratos" por especialidad, ya que
un ginecólogo gana más de 312.000 dólares al año) no es un indicador fiable
del "valor de mercado" del trabajo médico internacional. Por ejemplo,
Brasil inició un programa para llevar médicos extranjeros a las zonas
apartadas de su geografía para paliar el déficit de servicios en ellas.
Ofreció pagar 4.000 dólares mensuales. Según la información que disponemos
sólo consiguió médicos cubanos y muy pocos de países limítrofes. De
Uruguay, en particular la oferta fue anecdótica, poquísimos colegas se
ofrecieron.

¿Cuánto debería pagar Venezuela por médicos que cumplieran el trabajo que
hacen los cubanos a "precios de mercado"? Es difícil saberlo con exactitud.
Con la información que disponemos es improbable que dicho precio estuviera
debajo de los 10.000 dólares anuales.

Si comparamos el valor de mercado del crudo que Venezuela suministra a Cuba
antes de la caída de los precios de éste con el del trabajo de los médicos
surge un "precio de equilibrio" para éste: 115.000 dólares anuales o 9.600
mensuales.

Como dudamos que Venezuela pudiera conseguir 30.000 médicos a un precio
inferior a éste nos permitimos concluir que con muy alto grado de certeza
se puede afirmar que VENEZUELA NO ESTÁ SUBSIDIANDO A CUBA A TRAVÉS DEL
SUMINISTRO DE PETRÓLEO A CAMBIO DE TRABAJO MÉDICO.

Por supuesto, esto no significa negar que esta particular relación
económica (vale la pena recalcar que hace ya muchos años que Cuba vende
servicios médicos a países petroleros, recordamos Irak y Libia ya en la
década de los 70) tenga mucha relevancia para la economía cubana y que la
pérdida de ese mercado, al igual que la pérdida de cualquier mercado grande
de exportación para cualquier país del mundo implicaría un golpe a su
economía.

Resta por último resaltar la importancia económica, social y política de la
decisión de la dirección de la Revolución Cubana hacia mediados de los 70
de transformar al país en lo que Fidel llamó "una potencia médica mundial".
Esta decisión de política, únicamente posible en un país de economía
planificada y socialista, rompió los moldes y esquemas del desarrollo
económico orientado a la producción de bienes, especialmente en el área de
la industria pesada y particularmente militar vigente en el pensamiento del
campo socialista. De esta heterodoxia notable de la política económica
cubana se habla poco y nada y se tiende a afirmar que Cuba fue una especie
de copiadora del "esquema soviético".

De la misma forma, y ya que hablamos de "subsidios" habría que
contextualizar los supuestamente recibidos por Cuba de la URSS. En aquella
época ambas partes se referían al fenómeno como "intercambio justo".
¿porqué? Pues precisamente porque dejaba de lado los precios injustos del
mercado mundial de petróleo y azúcar y establecía el intercambio sobre la
base de la ley del valor. O sea el costo de producción o tiempo de trabajo
socialmente necesario para producirlos. Quienes, por tanto, su suman a la
teoría del "subsidio" están respaldando el sistema imperialista de fijación
de precios de los productos que se transan en el mercado mundial. En el
intercambio de Cuba con el consejo de ayuda mutua económica (asociación
económica de los países del socialismo real) hubo seguramente situaciones
de subsidio. En primer lugar, hasta donde yo se, las armas de la URSS Cuba
las recibió en forma gratuita. Pero utilizar las teorías de "subsidio" para
minusvalorar los reales y efectivos logros de la economía cubana es un
recurso, siendo generosos, erróneo.

Veo, en general, en los análisis sobre la política y la economía de Cuba
que han proliferado a raíz de los recientes anuncios acerca de las
relaciones con EEUU un elevado nivel de ignorancia de la realidad y esto
referido, por supuesto a aquellos en que no cabe inferir una clara
intención contra revolucionaria. Los que así escriben harían bien en
informarse mejor.
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