Cronología Prehispánica en Centroamérica: un acercamiento preliminar

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Descripción

Mi Museo y Vos Granada, Nicaragua. Marzo de 2015

Año 9 No. 31

La participación de la mujer indígena (1350-1550 d.C.)

Mi Museo y Vos

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Editora: Nora Zambrana Lacayo Redactores: Oscar Pavón Sánchez

Tabla de Contenido

Alexander Geurds Geoffrey McCafferty

Diseño y diagramación: Nora Zambrana Lacayo Propietario: Peder Kolind www.mimuseo.org [email protected] www.facebook.com/mimuseo.granada

La participación de la mujer indígena (1350-1550 d.C.) ...............................................................

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Cronología Prehispánica en Centroamérica: un acercamiento preliminar ..........................................

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Taller sobre “El Arte y Arqueología de América Central y Colombia” en Panamá .................................

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Visitas a Mi Museo ..............................................................

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La participación de la mujer indígena (1350-1550 d.C.)

representando la imagen de autoridad. Entre nuestros aborígenes el tatuaje se usó como insignia o rango social, como distintivo guerrero, también los miembros de algunas asociaciones esotéricas lo utilizaban y los adolescentes que llegaban a la madures sexual, etc., y por último como adorno mágico. (Dávila Bolaños, 1974). En las conversaciones hechas entre los indígenas y españoles, se afirma que gran parte de los conocimientos culturales fueron trasmitidos por varias generaciones y quizás adoptados por los grupos étnicos que poblaron nuestro territorio; no descartamos que estas prácticas de tatuajes se emplearan, tanto para el hombre como para la mujer.

Oscar Pavón Sánchez

Según Leullier Snedeker (2013), las figurillas Chávez Blanco sobre Rojo del período Bagaces (alrededor de 200-500 d.C.) (Figura 2), se crearon mucho más estilizadas y los tipos de cuerpos se alteraron significativamente, estas características pueden representar las diferentes etapas de la vida y salud, ¡será una forma de expresión honrando la fertilidad de la mujer!, o se puede pensar que la mujer siempre fue admirada por los hombres, sin importar las variaciones en sus cuerpos. En Mi Museo existe una serie de figurillas del tipo Papagayo Policromo del período Sapoá (800-1350 d.C.) (Figura 3) que en sus decoraciones pintadas exhiben

Arqueólogo, Mi Museo

L

a información aquí presentada incluye algunos reportes que dejaron los cronistas de india del siglo XVI sobre la participación de la mujer en un sistema de gobierno vinculado a los tiempos precolombinos, y a la vez es un reconocimiento a la participación de la mujer indígena dentro de lo que era su gobernabilidad. Muchas culturas en el nuevo mundo precolombino crearon figurillas femeninas de cerámica, la mayoría de éstas hechas de arcilla sólida; tienen características sexuales exageradas, y típicamente retratan a mujeres jóvenes y núbiles que están asociadas con ritos de fertilidad y actividades domésticas, a como también

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a la práctica del chamanismo (doctor/a que curaba con plantas medicinales), los colonizadores le llamaron brujos o hechiceros. (Jane Stevenson, 1997). Jane Stevenson argumenta que en la cerámica Rosales Sonado Inciso, del período Tempisque (500 a.C.-300 d.C.) (Figura 1), se definen cuerpos desnudos abiertamente sexuales. Son especialmente los senos los que designan la feminidad de las figuras, ya que los genitales no son mostrados. A menudo ellas llevan una cinta en la cabeza, un sombrero, así como también tatuajes por todo el cuerpo, quizás esto pueda estar

Figura 1: Figurilla antropomorfa bicroma tipo Rosales Esgrafiado en Zonas (500 a.C. - 300 d.C.). Colección Mi Museo.

Figura 2: Figurilla antropomorfa Chávez Blanco sobre Rojo. Colección Mi Museo.

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sus peinados, vestimentas y adornos corporales (orejeras y collares); estas características pueden estar representando símbolos de autoridad. También hay otras figurillas que parecen estar en posición de parto. Existen otros puntos de vista en las interpretaciones hechas por Leullier sobre las figurillas Papagayo Policromo y Mora Policromo del periodo Sapoá, donde manifiesta que dichas figuras pudieran representar la autoridad espiritual o política y la ambigüedad o flexibilidad de género requerida para ello, en lugar de identificarlas inmediatamente como mujeres, la posibilidad de géneros alternativos debe ser más investigada. Los Chorotegas o Mangues (darianes) todavía vivían en la última etapa del matriarcado y aún tenían sacerdotisas poderosas (como las que aconsejaron a Diriangén que atacara a los españoles por primera vez) (Dávila Bolaños, 1974).

Figura 3: Figurillas antropomorfas tipo Papagayo Policromo. Colección Diego Barrasa.

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De acuerdo con Dávila Bolaños la participación de la mujer en la sociedad aborigen a finales del siglo XVI se detalla de la siguiente manera: La educación de las mujeres jóvenes era guiada por sus madres y por las ancianas parteras (en la sociedad de los Chorotega tenían sacerdotisas quienes iniciaban (orientaban) en los misterios del sexo, la fecundación, el parto y los cuidados de la niñez). Dentro de sus fiestas religiosas más importantes existió un sistema de fe que se le atribuía a la mujer, esto se encuadra al respeto y la obediencia de no establecer una relación sexual en tiempo de sus celebraciones religiosas, en caso de no obedecer había un castigo sagrado por parte de sus dioses.

Referencias: Dávila Bolaños, Alejandro1974. La medina indígena pre-colombina de Nicaragua. Day, Jane Stevenson.1997 Las Figuras Femeninas de la Gran Nicoya. Vínculos 21:29-42. Leullier Snedeker, Natasha 2013 Changing Identities in Changing Times: Gendered Roles and Representations through the Ceramic Figurines of Greater Nicoya. Master’s Thesis (Archaeology). University of Calgary, Ab. Lothrop, S.K. 1926 Pottery of Costa Rica and Nicaragua. Contributions from the Museum of theAmerican Indian, Heye Foundation Vol. 8 (2 volumes). Museum of the American. Indian, New York. Pavón Sánchez, Oscar. 2009 El dominio de la mujeres (800-1350 d.C.). Mi Museo y Vos 11:1-3.

La práctica del chamanismo la realizaba todo individuo que tenía los conocimientos de la medicina natural, los que eran adivinos buenos y malos, los cirujanos, entre otros. El comercio se estableció en los tiangues (mercados), Fernández Oviedo señala que quienes comercializaban los productos en el mercado eran exclusivamente las mujeres, y sólo tenían derecho a entrar al local los jóvenes que eran mancebos (vírgenes) y los hombres que venían de pueblos vecinos. Es impresionante analizar que entre el pasado y presente la mujer ha sabido administrar la economía dentro del hogar.

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Cronología Prehispánica en Centroamérica: un acercamiento preliminar

Dr. Alexander Geurds Universidad de Leiden, Holanda y Universidad de Colorado en Boulder, EE.UU.

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sta contribución se acerca a la historia de chronology-building para distintas regiones de Centroamérica y se discuten transiciones que se podrían considerar como ‘crisis’. Desde sus inicios en el siglo 19, la arqueología de Centroamérica ha mantenido un enfoque fuerte en el análisis de marcos espacio-temporales, mayormente por medio de establecer secuencias de complejos cerámicos, agregado últimamente con estudios de distribución de materiales líticos, en particular de hidratación de obsidiana. Sin embargo, la integración de estos marcos para llegar

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a reconstruir modos de vida y su síntesis en taxonomías culturales a nivel de la macro-región de Centroamérica, permanece todavía por lograr. La arqueología macro-regional ha sufrido de ser restringida a fronteras nacionales (como la de Nicaragua) y una relativa escasez de proyectos de mayores dimensiones, resultando en la fragmentación de cuerpos de datos. Esta problemática también aplica a la cuestión de la interacción con Mesoamérica y el noroeste de Sudamérica. Caso particular es la aplicación de datos etnohistóricos para analizar la interacción entre Mesoamérica y Centroamérica a partir del período de 800 d.C. Introducción Hablar de cronología en la arqueología de Centroamérica, implica considerar un área que en la composición de su cultura material, muestra una diversidad amplia de las diferentes subregiones, combinado con secuencias temporales de poca comparabilidad. Es decir, la historia cultural en los tiempos prehistóricos de Centroamérica es ampliamente

divergente, hasta el punto que en realidad se complica correlacionar sus componentes individuales, principalmente a partir de 1500 a.C. (para una discusión de complejos cerámicos más tempranos, véase Hoopes 1994). Es observado con cierta frecuencia que la combinación de a) la distribución irregular en Centroamérica de proyectos arqueológicos, b) la ausencia de publicaciones sintéticas y c) la falta de estudios comparativos (involucrando distintas subregiones), han contribuido al entendimiento sumamente parcial de la cronología de desarrollo social en esta región istmeña de las Américas. Actualmente, acercamientos arqueológicos a cronología son basados mayormente en cerámica y siguen siendo un enfoque bien visto en la disciplina. Por último, hay que señalar que buena parte de las investigaciones parten de una presumida dicotomía con regiones colindantes, siendo el noroeste de Sudamérica, el Mar Caribe, y Mesoamérica. Sin duda, a razón de evidenciar comparabilidad y/o dicotomías con Mesoamérica (tanto de carácter de intercambio como a nivel de cronología), esa última región ha figurado de manera prominente en la literatura (Figura 1). También sigue atraer debates en cuanto al famoso southeastern periphery del área Maya, como relacionado con redes de intercambio situado en la franja costera del Pacífico. ¿Sera útil entonces acercarnos a la cronología de esta región de Centroamérica? De manera preliminar me acerco aquí a una mirada regional, resumiendo

las cronologías relativas más influyentes. Con una tal mirada, sin duda parcial y tentativa, evalúo la posible presencia de desarrollos culturales a nivel de todo Centroamérica. Luego discuto los cambios más destacados en las cronologías, para terminar con enfocar un estudio de caso de percibidos movimientos migratorios, desde el centro-sur de Mesoamérica hacia las áreas de la franja Mesoamericana en la actual Nicaragua y Costa Rica.

Figura 1: Mapa de áreas culturales (tomado de Holmes 1914).

Dicha franja se conoce con el término de la Gran Nicoya, término introducido para describir la una subarea cultural que incluye el Istmo de Rivas en Nicaragua y la península de Nicoya en Costa Rica (Norweb 1961) (Figura 2). Dentro del pensamiento de las áreas culturales, se ha considerado que además el Lago de Nicaragua, la Isla de Ometepe, tanto como la franja norte del Lago, podrían haber formado parte de Gran Nicoya (Haberland 1992), aunque hasta hoy en día se han dedicado muy pocos estudios

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a confirmar el rol de esas zonas (aunque véase Espinoza y Rigat 1994; Van Broekhoven y Geurds 2012).

Figura 2: Mapa de Gran Nicoya (McCaffery y Steinbrenner 2005).

Antecedentes Desde los tiempos de la arqueológica anticuaria y los grandes pioneros, como William Holmes (1888), Carl Hartman (1901, 1907) y George G. MacCurdy (1911) para Panamá, Samuel Lothrop para Costa Rica y Nicaragua (1926) y Panamá (1937, 1942), William Duncan Strong para Honduras (1948) y también John M. Longyear III para el occidente de El Salvador (1944), los estudios en Centroamérica han progresado hacia una preocupación con cambios espacio-temporales (e.g. Baudez 1966 para Honduras; Baudez y Coe

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1962, y Baudez 1967 para Costa Rica) y una aceleración desigual en subregiones de la región, debido a infraestructura débil y/o inestabilidad sociopolítica. Algunos proyectos continuaron para establecer la base para proyectos actuales, otros empezaron a explorar subregiones previamente no estudiados. La mayoría de estos estudios desarrollaron esquemas de secuencias ocupacionales. La cerámica era estudiada principalmente por su valor cronológico. Aunque hacia el norte, en el área Maya, se fue desarrollando una metodología estandarizada para la cerámica, los acercamientos en la arqueología de Centroamérica permanecieron relativamente variables. En las últimas décadas se han realizado esfuerzos para proponer diálogos de secuencias cerámicas a nivel regional (e.g. Henderson y Beaudry-Corbett 1993; Vázquez et al. 1992), pero por lo general la mirada cronológica regional sigue siendo fragmentada. Comparación macro-regional En la comparación macro-regional con los percibidos cambios sociopolíticos en Mesoamérica y el área Andino, observamos un nivel de ‘estabilidad’ a nivel sociopolítico en Centroamérica. Tanto la lingüística que vemos aquí como los estudios genéticos nos hablan de estabilidad espacial (Figura 3). El paisaje lingüístico en Centroamérica es de relevancia aquí, dado que consistió de hablantes de por lo menos tres familias de lenguas en un espacio bien reducido.

Figura 3: Mapa de áreas lingüísticas (tomado de Lehmann 1920).

Los estudios genéticos también agregan datos, subrayando desarrollo estable en el espacio a través del tiempo (Barrantes et al. 1990). Parece entonces, que la única manera de intentar comparar Mesoamérica, Centroamérica y el Área Andino es de una mirada de mucha distancia y con pocas posibilidades de cuantificar diferencias. Aun así, es notable que en toda la trayectoria de la prehistoria de Centroamérica, desde los inicios del sedentarismo hasta el siglo 16, se observa un desarrollo longue durée con, en realidad,

muy pocos datos de cambios drásticos, ni revueltos terribles. En el vernáculo arqueológico de Centroamérica no aparece ‘colapso’, ‘desplazamiento’, ni ‘expansión’. Sin duda sí contamos con algunos casos bien conocidos de impactos culturales, debido a eventos cataclísmicos de volcanes – el sitio del período Clásico de Joya de Cerén (El Salvador) siendo el más llamativo (véase Sheets 2002). Sin embargo, reitero que, por lo general, la estabilidad diacrónica a nivel de subregiones es el aspecto más distintivo de la cronología cultural en Centroamérica. Desde la introducción de comunidades

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sedentarias/alfareros, fases culturales en Centroamérica han sido calculadas con una longitud media de unos 800900 años, mucho mayor a la longitud de fases en otras regiones, por ejemplo Mesoamérica (Lange and Stone 1984). Siguiendo Linares (1979), Sheets propone que la aparente ausencia de crisis disruptivas en la prehistoria de Centroamérica se debe a la combinación de una alta biodiversidad y una baja densidad poblacional (Sheets 1992).

Aparte de estos, hay además múltiples secuencias de subregiones menos estudiadas, para las cuales no cabe el espacio aquí, pero incluyen entre otros el Golfo de Fonseca (Sur de Honduras), la Costa Atlántica de Nicaragua, la región central de Nicaragua (Chontales), la zona al sur de la Cordillera de Talamanca (Diquís y Osa península), Bocas del Toro (Costa Caribe norte de Panamá) y el Darién (oriente de Panamá, frontera con Colombia).

Podemos resumir diciendo que investigaciones recientes han dejado en gran medida de buscar materiales covalentes en las secuencias de Centroamérica. En cambio, un interés en desarrollo cultural a nivel subregional y local predomina el paradigma arqueológico en la región. Destaca la arqueología de Panamá en este sentido.

cuatro períodos cronológicos: 1) El período Bicromo en Zonas (300 a.C.-200 d.C.), 2) El período Policromo Temprano (200-800 d.C.), 3) El período Policromo Medio (800-1200 d.C.), y 4) El período Policromo Tardío (1200 d.C.-Conquista)

Transiciones, enfocado en la arqueología de Gran Nicoya

Este análisis coincide con otra diferencia entre las sociedades de Mesoamérica y el Área Andino, con las de Centroamérica: su dependencia en cultivos básicos de tubérculos como la yuca, combinado con cultivos de árboles como pejibaye (Bactris gasipaes) y guayaba (Psidium gauyava), en vez de cultivos de semillas como el maíz y el frijol. Esta última forma de agricultura requiere por lo general de más medidas para asegurar una cosecha exitosa, así como también un régimen de preservación, tanto de la cosecha como del suelo para que éste no pierda su calidad.

La comparación regional de secuencias de cerámica es normalmente facilitada por la presencia de trade wares u horizontes que ‘conectan’ a individuales secuencias y forman manera de calibrar uno con el otro. Lamentablemente, hasta hoy se desconoce un marcador que aparece en todas las secuencias en una fase distinta. Se podría concluir que esa ausencia sea indicativa del carácter fragmentado de la prehistoria Centroamericana. Estudios más tempranos dedicaron atención a análisis de ese tipo, buscando similitud en la cultura material a través de Centroamérica (Haberland 1978), con el propósito implícito de postular conexiones culturales en la forma del intercambio de tradiciones de alfarería. Obviamente, las grandes excepciones a la dificultad de buscar conexiones sincrónicas son la metalurgia (oro y aleación de oro y cobre) y la talla de piedra verde, pero siguen siendo categorías de material con muy poco respaldo de contexto arqueológico, el oro incluso menos que la piedra verde.

Buscando entonces momentos de inestabilidad en secuencias de cerámica de Centroamérica, exploro aquí el caso de los períodos tardíos de la secuencia de la subregión de Gran Nicoya. La mirada tradicional a este período en Gran Nicoya subraya la aparición de aspectos de origen Mesoamericano, en particular motivos decorativos de la cerámica, tanto como argumentos lingüísticos. Esta aparición se explica por medio de referencias etnohistóricas a migraciones de grupos Mesoamericanos hacia Gran Nicoya (Hoopes y McCaffery 1989). Se reconoce entonces que en este caso la etnohistoria sirve como información contextual al estudio cronológico.

Estos cuatro períodos se mantuvieron en uso estándar (aunque modificado a través del tiempo) hasta los inicios de los años 90. La investigación posterior ayudó a refinar la secuencia cronológica de Gran Nicoya, aunque fechas de radiocarbono obtenidos en Nicaragua no fueron publicados hasta los años 70 (Haberland 1978; Healy 1980), a pesar de excavaciones en la zona de Rivas y en la Isla de Ometepe en el Lago de Nicaragua por Gordon Willey y Albert Norweb en 1959-1961 y por Wolfgang Haberland en 1962.

Principales cronologías de Centroamérica En Centroamérica se definen cuatro secuencias a nivel subregional: 1) Gran Nicoya (cubriendo el Pacífico de Nicaragua y el noroeste de Costa Rica), 2) El Altiplano Central y el Atlántico de Costa Rica, 3) Gran Chiriquí (cubriendo el noroeste de Panamá) y 4) la región semiótica de Gran Coclé (Centro de Panamá).

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La primera secuencia arqueológica para la subregión de Gran Nicoya, la parte sur en particular, fue el producto de excavaciones estratigráficas en la provincia de Guanacaste en Costa Rica por Michael Coe y Claude Baudez (Baudez 1967; Baudez y Coe 1962; Coe y Baudez 1961). En base a las tipologías de cerámica y algunas fechas de radiocarbono, se propusieron

A principios del los años 90, investigaciones adicionales y una creciente base de datos de casi 100 fechas de radiocarbono, mayormente producto de investigaciones en la parte sur de Gran Nicoya en Costa Rica y recopilado y reportado por Ricardo Vázquez y colegas en un volumen especial de la revista Vínculos (1994), aportó a la revisión y renombramiento de períodos de la cronología de la subregión de Gran Nicoya (Vázquez et al 1994). Desde la perspectiva cronológica del Posclásico Mesoamericano, el cambio más significativo fue el de la transición entre los períodos Policromo

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Medio y Policromo Tardío, a los renombrados periodos de Sapoá y Ometepe, de 1200 a 1350 d.C. La consecuencia a corto plazo era el inicio dilatado de un siglo y medio de los supuestos tipos cerámicos diagnósticos del período Policromo Tardío. Aunque las fechas de radiocarbono parecen justificar esta prolongación del periodo Sapoá, la asignación de varios tipos tardíos a un período iniciando alrededor de 1350 d.C. no está bien respaldado por los mismos datos (McCafferty y Steinbrenner 2005). El aspecto complicado es que los datos estratigráficos de estos tipos, los conecta con bastante claridad con los tipos policromados de engobe blanco, marcadores del período Sapoá, en particular el tipo Papagayo Policromo. Sin embargo, supuestos tipos diagnósticos del período Ometepe, parecen ser encontrados típicamente en contextos fechados por radiocarbono que pertenecen al período Sapoá. Resumiendo, se desestabilizó la cronología de Gran Nicoya con la observación asombrosamente sencilla, que apenas una sola fecha de radiocarbono del período Ometepe se podía asociar con un tipo cerámico considerado de ser diagnóstico de este período (Figura 4), siendo Madeira Policromo (McCafferty y Steinbrenner 2005). Hoy en día, gracias a los resultados del estudio de la Universidad de Calgary, la arqueología de la subregión de Gran Nicoya se enfrenta a una realidad cronológica en que la gran mayoría de los tipos diagnósticos del período Ometepe,

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en realidad son más probables de pertenecer al período Sapoá.

Figura 4: Vasija Madeira Polícromo, cortesía de Mi Museo, Granada.

Ahora bien, si tipos de cerámica considerados como diagnóstico del período Ometepe en realidad datan del periodo Sapoá, la relación entre los contextos arqueológicos de los dos períodos no se aclara. A su vez, esto confunde a los intentos de comprender los procesos sociopolíticos, posiblemente abruptos durante el período de 800 d.C. hasta la Conquista, un enfoque tradicionalmente fuerte en la arqueología de Nicaragua. Como se señaló anteriormente, en Gran Nicoya ese período está estrechamente vinculado a referencias etnohistóricas de migraciones del Centro de México (véase también Fowler 1989). Las dos migraciones más importantes en que se supone se basan las referencias en las fuentes (en particular Oviedo) son una migración inicial de grupos hablantes de un idioma Oto-mangue (conocidos como Chorotega), y una segunda migración, varios siglos después, de

grupos hablantes de un idioma nahua (los Nicarao). Los momentos en el tiempo de estas migraciones son asunto de debate y preveo que van a seguirse disputado, aunque estudios etnohistóricos han hecho contribuciones a resolver este problema. Lo importante de mencionar aquí es que las migraciones generalmente se han relacionado con la secuencia cronológica de Gran Nicoya. El comienzo del período Sapoá alrededor de 800 d.C. es entonces asumido de marcar la llegada de los Chorotega, mientras que el período Ometepe se asocia con la llegada de los Nicaraos. Por lo tanto, los Chorotega también se asocian con la cerámica de engobe blanco que comienza a aparecer a principios del periodo Sapoá, mientras que los Nicarao se asocian con los diagnósticos del período Ometepe. Entonces, cualquier cambio sugerido en las fechas asociadas con la aparición de estas cerámicas, por lo tanto, tiene implicaciones con respecto a estas migraciones, asumiendo por un momento la correlación entre tipos cerámicos y grupos de cierta identidad (suposición nada fácil!). Esta es una nota al margen, pero para mí, este caso hace pensar otros nexos entre referencias etnohistóricas y datos arqueológicos en las Américas. Como por ejemplo de los estudios en la arqueología Inca en el Perú; las referencias a las migraciones de la cultura Mexica/ Azteca, el posible vaivén de los Purépecha, el abandono de la ciudad de Monte Albán, todos en México, como fin de una fase cronológica.

¿Crisis? ¿Cuáles entonces podrían ser momentos de crisis en Centroamérica? Factores internos y externos juegan un papel en los orígenes de crisis – densidad poblacional fluctuante, desastres naturales en la tierra natal, redes comerciales, enfermedades, conflictos bélicos, migración y desplazamiento mayor – todos pueden jugar ese papel en iniciar crisis en la sociedad. Para Centroamérica sabemos las respuestas a la mayoría de estos factores. La densidad poblacional era baja y no hay indicaciones de que subió o bajó drásticamente en ninguna subregión. Desastres naturales eran (y siguen siendo) parte de la vida: actividad volcánica y sísmica son los principales factores involucrados. Redes comerciales son un caso particular. Tenemos el comercio en piedra verde, en parte el jadeíta del valle de Motagua, evidenciado por iconografía Olmeca en materiales procedentes de Costa Rica. También conocemos la presencia de los arrugados discos de oro martillado, procedentes de Panamá, en el famoso Cenote de Sacrificio en Chichen Itzá. La mención de migraciones desde Mesoamérica hacia el Pacífico de Centroamérica en fuentes etnohistóricas es otro ‘evento’ que debió haber dejado su impacto, si es que se logra comprobar dichas referencias. Conclusiones En la arqueología de 2014 no se habla mucho de cronología. De vez en cuando parece como que hay cosas mucho

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más interesantes... Es decir, el interés y los enfoques investigativos son más bien ubicados en el patrón de asentamiento, adaptaciones ecológicas, practicas habitacionales, el rol del paisaje, la relación complicada entre humano y objetos, etc, etc. La cronología parece ser demasiado básica para un proyecto investigativo.

Observamos las consecuencias de este silencio en cuanto a cronología en una arqueología subdesarrollada como la de Centroamérica: han quedado hoyos en el pavimento, en la base del conjunto de investigaciones.

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Taller sobre “El Arte y Arqueología de América Central y Colombia” en Panamá* colección de objetos de oro y jade en exhibición en el instituto DumbartonOaks.

Geoffrey McCafferty Universidad de Calgary

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l Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en colaboración con la Biblioteca de Investigación DumbartonOaks y la Colección de Washington DC, recientemente organizó un taller internacional sobre el arte y la arqueología de América Central y Colombia, en la Ciudad de Panamá, Panamá. Esto fue notable porque por primera vez en años recientes, académicos que representan a Nicaragua fueron incluidos en el programa y la posterior discusión. El objetivo del taller fue presentar la investigación reciente, relevante para la

*Traducción al español: Nora Zambrana Lacayo

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DumbartonOaks está afiliado a la Universidad de Harvard, y los arqueólogos de Harvard han tenido una larga historia de interés en la investigación en Centroamérica y Colombia, incluyendo las excavaciones en Nicaragua dirigidas por Gordon Willey en la década de 1960 y publicadas en el excelente libro de Paul Healy La Arqueología de la Región de Rivas, Nicaragua. En concreto, DumbartonOaks fue creado por el fundador Robert Woods Bliss, como un instituto de investigación especializado en el arte precolombino y clásico. El instituto cuenta con una gran biblioteca de investigación, y ofrece becas a especialistas (tanto profesionales como estudiantes avanzados) que deseen utilizar las instalaciones para sus propios proyectos de investigación. Periódicamente el instituto también organiza conferencias temáticas, y estas se publican luego. Debido al interés de Bliss en el arte precolombino, este adquirió una excelente colección de objetos de oro y jade de Centroamérica y Colombia, y por años los visitantes se han maravillado con la calidad artística de las piezas. El actual

director de Estudios Precolombinos en DumbartonOaks, el Dr. Colin McEwan, es un experto de renombre mundial en el arte de la región. Fue a través de su colaboración con el Dr. Richard Cooke, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (y con fondos adicionales de la Fundación Wenner-Gren) que este taller de tres días fue coordinado. Más de 30 especialistas de América Central, América del Sur, América del Norte y Europa, se reunieron para presentar reportes basados en sus propios trabajos de investigación especializada y discutir las actuales interpretaciones. El taller también incluyó la visita a las excavaciones en curso en el sitio funerario real de El Caño, así como al laboratorio de campo, donde los muchos artefactos del sitio están siendo estudiados bajo la dirección del a Dr. Julia Mayo, de la Fundación El Caño. Los asombrosos descubrimientos de El Caño fueron publicados en la edición de National Geographic de diciembre de 2012, exploraciones que han continuado desde ese tiempo hasta que se nos permitió ver los más recientes descubrimientos. El programa del taller fue organizado temáticamente. El primer tema estuvo dirigido a las propias colecciones de DumbartonOaks, incluyendo las ofrendas de la biblioteca y los resultados de un preliminar mini-taller, donde un pequeño grupo de especialistas tuvo acceso para estudiar los objetos de la colección. Esto fue seguido por una revisión general de la América Central Precolombina

por el Dr. Cooke, y una revisión general de la metalurgia prehispánica por el Dr. Warwick Bray, de la University College de Londres. Otros estudiosos presentaron análisis más especializados de la antigua orfebrería relativa al 'estilo internacional'. Aunque los objetos de oro y jade son muy raros en la arqueología de Nicaragua, varios especialistas nicaragüenses fueron incluidos en el programa. El Dr. Alexander Geurds (Universidad de Leiden) presentó un resumen de su investigación actual en la región Chontal del centro de Nicaragua. En un artículo en coautoría con CarrieDennett y Sharisse McCafferty, presenté investigaciones recientes con la cerámica del Pacífico de Nicaragua. Muchos de estos estudios han sido publicados en números anteriores de Mi Museo y Vos. La nicaragüense Ivonne Miranda Tapia, del Museo Nacional, también asistió al taller y tuvo la oportunidad de conocer e interactuar con muchos de los otros participantes.

Dr. Alex Geurds con la Dr. Nawa Sugiyama (Universidad de Harvard).

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Una presentación de particular interés fue hecha por la Dr. Rosemary Joyce, de la Universidad de California en Berkeley. Ella presentó sobre Las Vegas Policromo de Honduras, que muestra similitudes notables con Papagayo Policromo del Pacífico de Nicaragua durante el período Sapoá (800-1250 d.C.). Las relaciones culturales entre Honduras y el Pacífico de Nicaragua se han convertido en un tema reciente de debate, sobre todo porque desafían las interpretaciones tradicionales de influencias 'mexicanas' en la región Gran Nicoya en ese momento.

estas presentaciones fue el tema relativamente poco desarrollado de la Gran Diáspora Chibcha del área Istmo-Colombiana. Haciendo uso de la lingüística, así como de estudios de ADN antiguo e iconografía, Hoopes y sus colegas están centrando la atención en las dinámicas culturales de la familia de lenguajes Chibcha, que se extendía desde el norte a Suramérica a través de Centro América, incluyendo el Atlántico de Nicaragua.

El taller concluyó agrupando primero a los participantes en pequeños grupos regionales, y luego integrándolos a todos El tema de la interacción cultural fue el en una mesa redonda. Los Nicaraguatema de la discusión final. El Dr. John nistas se asociaron con especialistas de Hoopes de la Universidad de Kansas pre- Costa Rica. Un tema importante de dissentó un documento de autoría conjunta cusión fue específicamente por qué los sobre las conexiones de Centroamérica habitantes precolombinos de las regiocon Mesoamérica, y luego el Dr. Reniel nes circundantes utilizaron adornos de Rodríguez (Universidad de Puerto Rico) jade y oro como símbolo de poder, mienpresentó sobre los vínculos con la Esfe- tras que los antiguos nicaragüenses se ra Caribeña. Un elemento importante de basaron en otros iconos, especialmente cerámica policroma. Basado en la evidencia etnohistórica y arqueológica, las tribus del Pacífico de Nicaragua exhibían un grado de complejidad cultural al menos tan grande como los de las regiones vecinas en Costa Rica y Panamá. Los sitios de Aguas Buenas en Chontales, o Sonzapote en Isla Zapatera, por ejemplo, exhiben un grado de complejidad arquitectónica que supera a las de Ivonne Miranda Tapia discutiendo de la cerámica policroma las otras en la baja América con la Dr. Rosemary Joyce (Universidad de California en Berkeley). Central, aunque la ostentosa

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exhibición de autoridad son mínimas en comparación. Esto puede sugerir otras vías de demostración ideológica, tal vez incluso una estructura comunitaria más socializada. El resultado final del taller DumbartonOaks/Smithsonian será un volumen editado con capítulos que representan los temas importantes de discusión. Ya que Nicaragua carece del oro y jade de algunas de las otras regiones, esperamos introducir el tema de las demostraciones alternativas de poder y autoridad, así como enfoques distintos de organización política pre-colombina.

inaugurado en la Ciudad de Panamá presenta la fascinante historia de América Central mediante exposiciones interactivas innovadoras. La visita al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y a su afiliado Museo de la Biodiversidad fue inspiradora, sobre todo para el desarrollo de planes para el propio canal de Nicaragua. El impacto potencial del Gran Canal afectará profundamente la cultura, la economía y la ecología nicaragüense. Siguiendo el modelo del STRI de Panamá, Nicaragua tiene la oportunidad de crear su propia iniciativa de investigación para estudiar su biodiversidad única, así como los recursos culturales que se encontrarán durante la construcción. En lugar de esperar décadas para comenzar ese proceso, a como lo hizo Panamá, Nicaragua podría comenzar un programa de investigación multidisciplinar desde el principio.

Un punto culminante final del taller fue una visita al propio Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. El STRI (por sus siglas en inglés) es una amplia colaboración de biólogos, ecólogos, antropólogos y arqueólogos que han trabajado en la región durante más de 50 años. El Instituto está estrechamente asociado con el Canal de Panamá, el que proporcionó los incentivos para su inicio como un medio de monitoreo de los recursos naturales y culturales afectados por el Canal. Los laboratorios arqueológicos bajo la dirección del Dr. Cooke cuentan con una enorme riqueza de colecciones comparativas de restos faunísticos y botánicos, con los que él y sus colegas han reconstruido la cambiante ecología cultural de Panamá. El Museo de Dr. Geoffrey McCafferty dando conferencia sobre la la Biodiversidad, recientemente cerámica del Pacífico de Nicaragua.

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Otra lección del taller de DumbartonOaks / Smithsonian fue el potencial disponible a través de instituciones especializadas que utilizan formas creativas para exhibir y estudiar colecciones arqueológicas. Una de las principales críticas de los académicos dirigidas a los coleccionistas de arte precolombino, es que las colecciones se utilizan para el consumo personal y sólo rara vez son puestas a disposición del público en general. Así como DumbartonOaks ha desafiado ese estereotipo, Mi Museo también ha creado un ejemplo de exposición pública de cerámicas arqueológicas de colecciones privadas. Por otra parte, Mi Museo se ha convertido en un importante centro cultural para una variedad de eventos. La revista del museo, Mi Museo y Vos, se ha convertido en una importante difusora de los descubrimientos realizados por los arqueólogos profesionales al público en general. Nicaragua ha entrado a una etapa emocionante en la investigación de su historia precolombina, a lo que me he referido como un renacimiento arqueológico. El enorme potencial que ofrece el proyecto del Gran Canal podría impulsar la arqueología de Nicaragua a un período dinámico de crecimiento acelerado, re-escribiendo la prehistoria de sus poblaciones indígenas, mientras desarrolla su industria arqueo-turística como una economía sostenible.

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Visitas a Mi Museo

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n el primer trimestre de este año, del 1 de enero al 31 de marzo, Mi Museo obtuvo un total de 4116 visitas, de las cuales 3203 corresponden a extranjeros, 733 nacionales y 180 estudiantes. Estamos contentos de recibir a los visitantes de los diferentes lugares y realizarles un tour por las instalaciones del museo de forma gratuita. A continuación el detalle de los países que visitaron Mi Museo: Estados Unidos 848 Canadá 462 Costa Rica 345 Reino Unido 232 Francia 202 Alemania 183 Dinamarca 64 Suiza 61 Argentina 61 Australia 58 Holanda 51 España 39 Italia 35 Guatemala 32 Bélgica 30 Venezuela 29 México 28 Israel 27 Panamá 26 Suecia 23 El Salvador 23 Colombia 22 Brasil 22 Honduras 21 Hong Kong 21 Austria 13 Japón 12 Noruega 10

Rusia 9 Nueva Zelanda 8 Chile 7 Polonia 7 República Checa 6 Perú 5 Finlandia 5 Letonia 5 Chipre 4 Hungría 4 Corea del Sur 4 Belice 3 Cuba 3 Letonia 5 Andorra 2 Taiwán 2 Grecia 2 Filipinas 2 China 2 India 1 Estonia 1 Portugal 1 Uruguay 1 Turquía 1 Ecuador 1 Malasia 1 Líbano 1 Serbia 1

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Mi Museo, Calle Atravesada 505, Frente a Bancentro. Granada, Nicaragua. Telf. (505) 2552-7614 E-mail: [email protected] Horario de atención: Lunes-Domingo: 8:00 a.m. - 5:00 p.m. Entrada gratuita. www.mimuseo.org

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