Crítica tesis de la financiarización (Artículo)

July 14, 2017 | Autor: Lionel Barbagallo | Categoría: Economic History, Financial Economics, Economy
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Descripción

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Husson, M.: "Finanzas, hipercompetencia y reproducción del capital", en Las finanzas capitalistas: para comprender la crisis mundial. Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2009.
Chesnais, F.: "La preeminencia de las finanzas en el seno del ´capital en general´, el capital ficticio y el movimiento contemporáneo de mundialización del capital", en Las finanzas capitalistas: para comprender la crisis mundial, Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2009.
Chesnais, F.: ídem
Chesnais, F.: ídem, P. 101
Chesnais, F.: Op. Cit. P. 92
Ganancias retenidas / Patrimonio Neto
Duménil, G. & Lévy, D.: Crisis y Salida de la Crisis: Orden y Desorden Neoliberales. Fondo de Cultura Económica, Méjico D.F., 2007
El impacto de las "relaciones financieras" se mide para Duménil-Levy acorde al siguiente cálculo: (Dividendos e ingresos recibidos + resultados por tenencias + ganancias retenidas en el extranjero) –devaluación por inflación de activos financieros – Intereses pagados + devaluación por inflación del pasivo. Ver Duménil, G., & Lévy, D.: "The real and financial components of profitability (United States, 1952–2000)." Review of Radical Political Economics, 36 (1), 2004, pp. 82-110.


Duménil, G. & Levy, D.: Op. Cit.
Elaboración propia en base a:
Ganancias corporaciones estadounidenses después de impuestos: BEA NIPA tablas 6.19B, C, y D
Ganancias retenidas corporaciones estadounidenses: BEA NIPA tablas 6.21 B, C y D
Inversión bruta no residencial de corporaciones: BEA Fixed Assets Account Tables 4.7
Depreciaciones de capital fijo no residencial de corporaciones: BEA Fixed Assets Account tables 4.4


Elaboración propia en base a
Formación neta de capital no residencial: mismas fuentes que gráfico I
Stock de capital fijo no residencial de corporaciones: BEA Fixed Assets Account tables 4.1
Duménil, G. & Levy, D.: "The Real and finantial…. " Op. Cit.
Por posición financiera neta, Duménil - Levy entienden la siguiente: (Dividendos e ingresos recibidos + resultados por tenencias + ganancias retenidas en el extranjero) –devaluación por inflación de activos financieros – Intereses pagados + devaluación por inflación del pasivo.

1966/1995 Reilly, Frank K.: "The impact of inflation on ROE, growth and stock prices." Financial Services Review, 1997, vol. 6, no 1, pp. 1-17.
2001/2013 elaboración propia en base al Quarterly Finantial Report, llevado adelante por el US Census Bureau. Para mayor información sobre cómo es recopilada la información por este organismo, sugerimos consultar su sitio web https://bhs.econ.census.gov/bhs/qfr/about.html
Reilly, Frank K.: Op. Cit. Por apalancamiento se entiende el ratio entre capitales propios y activo total.
ROE general: Es un proxy que sigue los ratios del índice S&P 500. De 1980 a 1995 se toma de Reilly, Frank K.: Op. Cit. Para los años entre el 2000 y 2013 se toma de Damodaran Online http://pages.stern.nyu.edu/~adamodar/
ROE bancario: Comprende a todos los bancos comerciales asegurados. Es elaborado por la FED de St. Louis, y fue consultado a través de FRED Economic Data, St. Louis Fed
ROE aseguradoras de vida: fue tomado de Damodaran Online http://pages.stern.nyu.edu/~adamodar/
ROE aseguradoras varias: Incluye los subrubros clasificados como home and casualty insurance. Tomado de Damodaran Online http://pages.stern.nyu.edu/~adamodar/
ROE industrial: calculado en base a datos provistos por el US Census Bureau en su Quarterly Finantial Report.
Retornos reales S&P 500: Online Data Robert Shiller http://www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
Retornos Hedge Funds: BarclayHedge http://www.barclayhedge.com/research/indices/ghs/mum/HF_Money_Under_Management.html
Allí se pueden consultar la composición de los Hedge Funds incluidos en los cálculos y sus rendimientos desagregados.


Fuente: St. Louis Fed
Al respecto pueden consultarse las siguientes obras y artículos: Sartelli, E.: "Un mal comienzo. A propósito de la crítica de Rolando Astarita", Razón y Revolución, 15 (1), 1er. semestre de 2006, pp. 209-224 & Iñigo Carrera, J.: El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia, Imago Mundi, Buenos Aires, 2013
Kornblihtt, J.: Critica del marxismo liberal. Competencia y monopolio en el capitalismo argentino, Ediciones Razón y Revolución, Buenos Aires, 2008



Rentabilidades financieras e industriales comparadas: una crítica a la versión francesa de la tesis de la financiarización
Lionel Barbagallo
UTDT Universidad Torcuato Di Tella - UBA
Resumen
Este artículo constituye una crítica a la tesis de la financiarización en sus principales exponentes: Chesnais, Duménil y Levy. A partir del análisis empírico del caso estadounidense, se busca rebatir la hipótesis de que las finanzas constituyen una traba a la acumulación de capital industrial. Se argumenta que la expansión del crédito y las finanzas contribuyen a sostener la tasa de ganancia de los capitales más concentrados. Un estudio comparativo de retornos sectoriales muestra que durante el período neoliberal, el sector más favorecido ha sido el sector industrial y no el financiero como proponía la tesis de la financiarización.
Palabras claves: Tesis financiarización – Rentabilidad empresaria - Expansión crediticia
Abstract
This article critisizes the idea of economic finantiarization developed by authors such as Chesnais, Duménil and Levy. Throughout an empirical analysis of the american case, it is intended to reject the thesis that finances represent an obstacle towards industrial capital acumulattion. Instead, it is argued that the credit and finances growth contributes to sustain the profit rate of the most concentrated capitals. A comparative anayisis of sectorial returns shows that during neoliberalism, the industrial sector has had a better performance than the finantial sector, unlike the finantiarization idea proposed.
Key words: Finantiarization – Corporate profits – Credit growth
El problema
Los últimos treinta y cinco años han sido testigos de varias recesiones, cracs financieros, corridas cambiarias, crecimiento y derrumbe de burbujas y crisis de deuda en el tercer mundo. La crisis capitalista, de los años ´80 a la actualidad, se ha manifestado de modo predominantemente financiero. La magnitud del fenómeno financiero es tal, que una pléyade de autores de la más diversa filiación, marxistas, keynesianos y regulacionistas, han explicado las sucesivas crisis de las últimas décadas como un fenómeno de raíz principalmente financiero. Esta es una línea teórica, que con todos sus variantes y matices, podemos denominar ampliamente "Tesis de la financiarización", y que cuenta con adscriptos en campos intelectuales muy diversos.
Este artículo se centra en el análisis y crítica de la tesis de la financiarización en la variante desarrollada por un conjunto de economistas marxistas franceses. Los principales exponentes de este grupo, por la profundidad de sus análisis y la amplitud de sus obras son F. Chesnais, G. Duménil y D. Levy, nombres que podemos completar con los de S. De Brunhoff, D. Plihon, P. Salama, y C. Serfati entre otros. A lo largo del trabajo, discutiremos el supuesto dominio de las finanzas a partir del análisis empírico de la economía estadounidense. Defenderemos la hipótesis de que el denominado capital financiero es en realidad una fracción del capital subordinada al industrial que apuntala su acumulación y no una traba a la misma. Veremos cómo las tasas a las que se valoriza el capital financiero son siempre menores a las tasas de valorización del capital industrial. Argumentaremos que la acumulación no depende en absoluto del nivel de financiarización (proporción de ganancias distribuidas bajo la forma de dividendos, según define Husson), sino de las condiciones generales de la competencia y la sobreproducción.
La tesis de la financiarización en la versión de los marxistas franceses
¿Qué entienden estos autores por el concepto finanzas? Chesnais afirma que las finanzas las componen los mutual funds, los fondos de pensión, las compañías de seguro, los bancos y los soportes institucionales que garantizan liquidez a la circulación de estos vehículos financieros. Se trata del capital portador de interés, aquel que se valoriza bajo la forma D-D´ sin intervenir directamente en la producción. Lo identifica con el capital propiedad, en oposición al capital en función. El regreso a primera plana de este actor social, de los ´70 a la actualidad, implicó una serie de dificultades cada vez mayores para la economía en su conjunto: mayores tasas de explotación, inestabilidad sistémica, y una debilidad cada vez mayor en el crecimiento de la producción y acumulación de capital.
La tesis de la financiarización renueva los argumentos de la escuela monopolista. Monopolios y capital financiero refuerzan su poder mutuamente actuando ambos como una traba a la acumulación y la igualación de la tasa de ganancia. Pero en esta nueva etapa, es más el capital financiero que el monopolio el responsable del bloqueo. Como afirma Chesnais, los monopolistas de inicios del siglo XX, como Carnegie y Morgan eran "barones ladrones", pero al mismo tiempo "capitanes de la industria", es decir: eran un poco parásitos pero al menos producían. La expansión de las finanzas convirtió a los capitalistas en más "barones ladrones" que "capitanes de la industria", en una lógica en que las crecientes ganancias no permiten la reproducción ampliada del capital. El diagnóstico es sencillo, las finanzas aportaron al incremento de la explotación, a la recuperación de la tasa de ganancia, pero en lugar de dedicarlas a invertir prefirieron especular. El capital financiero es en todos los sentidos una traba a la acumulación. Para Chesnais "su naturaleza económica es la de una punción sobre la plusvalía, factor posible de bloqueo a la acumulación."
Las ganancias sustraídas por el capital financiero dejan de formar parte del circuito de la producción para pasar a valorizarse en el circuito financiero, o en el mejor de los casos, ser consumidas. Los principales mecanismos a través de los cuales se da este drenaje son los pagos de dividendos y de intereses. Estas cargas habrían ido en ascenso de 1980 en adelante con lo que, de las ganancias generadas, una porción minoritaria se habría mantenido en manos de las empresas pasando la mayor parte de las mismas a engrosar los retornos del capital financiero. Bajo esta óptica sólo las ganancias retenidas son susceptibles de ser acumuladas. Chesnais afirma que "…la ´ganancia del empresario´ es también lo que queda para emprender, es decir, invertir con toda libertad una vez que el capitalista pasivo, cuyos reflejos usurarios nunca desaparecen por completo, ha cobrado lo debido." Se verifica un divorcio entre una tasa de ganancia en ascenso y tasas de acumulación decrecientes. En este nuevo contexto, las empresas privilegian el interés de sus accionistas por sobre el de sus empleados o incluso por sobre el de la empresa misma en el largo plazo. Las finanzas son un elemento social autónomo, con intereses y capacidad de agencia propia, perniciosas para el resto del capital productivo. Esta caracterización de las finanzas que realizan los teóricos de la financiarización se asemeja más a la de un señor feudal, que por medios coercitivos arranca el excedente a la comunidad campesina, que a la de un capitalista que opera acorde a la ley del valor.
Algunas bases empíricas de la financiarización en Duménil y Levy
Según Duménil y Levy (de ahora en más Duménil – Levy) existe una estrecha relación entre lo que ellos denominan "tasa de ganancia retenida", y la tasa de acumulación de capital (tasa de crecimiento del capital fijo). La evidencia presentada parece acompañar su hipótesis. Lamentablemente, esta información sólo la presentan para el caso de Francia.
Fuente: Duménil, G. & Lévy, D.: Crisis y Salida de la Crisis: Orden y Desorden Neoliberales. Fondo de Cultura Económica, Méjico D.F., 2007Fuente: Duménil, G. & Lévy, D.: Crisis y Salida de la Crisis: Orden y Desorden Neoliberales. Fondo de Cultura Económica, Méjico D.F., 2007
Fuente: Duménil, G. & Lévy, D.: Crisis y Salida de la Crisis: Orden y Desorden Neoliberales. Fondo de Cultura Económica, Méjico D.F., 2007
Fuente: Duménil, G. & Lévy, D.: Crisis y Salida de la Crisis: Orden y Desorden Neoliberales. Fondo de Cultura Económica, Méjico D.F., 2007

Otra evidencia del ascenso de las finanzas lo representa el alza de las tasas de interés. Las mismas, a fines de los ´70 y durante los ´80 alcanzaron niveles muy elevados. Mientras que en los años ´60 y ´70 las tasas reales de interés eran negativas, con lo que representaban una transferencia de riqueza desde los prestamistas hacia el capital industrial, a partir de 1979 se vuelven fuertemente positivas. De forma contraria al período anterior, el interés opera ahora como una deducción de la ganancia empresaria. La comparación de las tasas de ganancia teniendo en cuenta relaciones financieras y en abstracción de ellas refleja esta dinámica.

Este cambio de tendencias se muestra claramente –según Duménil-Levy – en un aumento de la tasa de ganancia del sector financiero y una caída de la tasa de ganancia en el sector no financiero. Mientras que durante el compromiso Keynesiano el sector no financiero obtuvo mejores ganancias, los años neoliberales favorecieron al sector financiero.


Reexaminando el rol del capital financiero
Sobre la tasa de ganancia retenida y el obstáculo a la acumulación que constituye la distribución de dividendos
Según Duménil-Levy, la tasa de ganancia retenida, sería la variante rectora de la acumulación de capital. Para estos investigadores existiría una relación muy estrecha entre el monto de las ganancias retenidas y el volumen de la inversión. Lamentablemente, no contamos con fuentes francesas para hacer una comparación vis a vis con sus datos, pero sí contamos con información norteamericana para contrastar sus hallazgos. A continuación vemos la proporción de ganancias retenidas y de formación neta de capital fijo no residencial por corporaciones norteamericanas No existe una relación aparente entre ambas variables. En tal caso, el gráfico sugiere más una relación inversa entre las variables más que una de estrecha correlación positiva.

Fuente
Como se puede apreciar, las corporaciones norteamericanas, independientemente de la proporción de ganancias retenidas, destinan una parte importante de sus ganancias totales a la inversión. Incluso este ratio se mantiene en valores muy elevados hasta el 2000. Durante los primeros 20 años de neoliberalismo, de 1980 a 2000, las empresas dedicaron más porción de sus ganancias a nuevas inversiones que durante los "Gloriosos 30". La inversión recién disminuye a inicios del nuevo milenio.
La tasa de formación neta de capital fijo no residencial de corporaciones decrece desde los años ´60. Una explicación más lógica y acorde a la teoría del valor consiste en relacionar esta caída con una situación de sobreproducción cada vez más marcada. Entre otros indicadores, podemos observar que de mediados de los ´60 a la actualidad la utilización de la capacidad industrial registra una franca caída, especialmente marcada en los últimos quince años. La caída de la tasa de formación neta de capital fijo no residencial de corporaciones parece responder más a una situación de exceso de oferta por agravamiento de la competencia que al efecto de la distribución de ganancias bajo la forma de dividendos. Como se ve en el gráfico siguiente, la tasa de formación de capital sigue más la tendencia descendiente de la capacidad industrial utilizada, que la errática evolución de las ganancias retenidas expuesta en el gráfico anterior.
Fuente
Sobre el peso de los intereses en relación a las ganancias empresarias
Duménil-Levy sostienen que el peso de los intereses, de 1979 a la actualidad agobia la rentabilidad empresaria. En su trabajo, comparan la tasa de ganancia de corporaciones no financieras antes y después de entrar en "relaciones financieras" (que sería la posición neta financiera e incluye dividendos recibidos e intereses pagados y recibidos). Es una construcción analítica un tanto confusa, ya que otorga el mismo status a dividendos e intereses, cuando en realidad son flujos de fondos completamente distintos. Una vez más, las construcciones ad-hoc están a la orden del día para apoyar sus afirmaciones. Pero este sería un mal menor si la construcción al menos estuviese bien realizada. Cada investigador es libre de recortar el objeto de acuerdo a sus objetivos; no obstante, en este caso Duménil-Levy realmente amputan a su objeto de estudio a fin de forzar la evidencia a su favor. Veamos a continuación como proceden en la construcción de su tasa de ganancia. La fórmula de tasa de ganancia que utilizan es la siguiente:


Fuente
Como advertirá el lector precavido, esta presentación del asunto es totalmente tendenciosa y de forma muy evidente. Al mantener en ambos casos el denominador de la fórmula fijo, incluyendo para ambos cálculos únicamente el patrimonio neto, se exagera la rentabilidad antes de intereses. Es evidente que la ganancia (absoluta) de la empresa, si no tiene en cuenta la posición financiera neta es mayor (ya que la posición financiera de las empresas es generalmente negativa por la carga de intereses). Si en el numerador no se descuentan los pagos de intereses porque no se tiene en cuenta la forma en que se financia la empresa, deben incluirse en el denominador la totalidad de los activos que generan estos ingresos. Al reemplazar Activo por Patrimonio Neto, la tasa de ganancia es exagerada. Es natural en este caso, que al incluir el cómputo de los intereses como propone la segunda fórmula, la tasa de ganancia caiga. Pero este cálculo está mal hecho, o al menos es completamente tendencioso. Más claros al respecto y más difundidos son las tradicionales fórmulas de ROA (Return on Assets) y ROE (Return on Equity), que permiten evidenciar claramente la ganancia de la empresa al margen del modo en que se financia. Asimismo, la comparación entre el ROA y el ROE permite aproximarnos al peso de los intereses sobre la ganancia empresaria. El ROA funciona como una aproximación a la rentabilidad total de la empresa, al margen de cómo financia sus operaciones. El ROE en cambio, mide la rentabilidad de la empresa sobre los fondos propios. De forma conceptual podemos expresar las fórmulas como sigue:




Análisis del ROA y ROE de empresas norteamericanas
Contamos con fuentes que nos permiten analizar la evolución económico-financiera de un conjunto extenso de corporaciones norteamericanas. Para los años que comprenden entre 1966 y 1995, contamos con datos de empresas cotizantes en bolsa que siguen la evolución del índice S&P 500; para el período 1995/2001 no contamos con información, mientras que para los años 2001/2013 tenemos datos globales (no sólo de empresas que cotizan en bolsa) referentes a la totalidad de las corporaciones manufactureras norteamericanas.
Fuente
Vemos claramente como las trayectorias entre el ROE y el ROA comienzan a divergir con mayor fuerza a partir de los años ´80. Mientras que el ROE alcanza nuevos máximos, el ROA llega a valores mínimos. Podemos ver que la expansión del crédito, en lugar de disminuir la ganancia empresaria, la apuntala.
Duménil-Levy sostienen, y en este punto con razón, que las tasas de interés aumentan fuertemente a partir de los ´80 y se vuelven positivas. Esto es así. No obstante, el alza de intereses de 1979 en adelante fue más que compensada con mayores niveles de apalancamiento. Mientras las empresas pagaban mayores tasas de interés, más deuda tomaban. Esto explica que, a pesar de tasas de interés reales más elevadas, el ROE comienza a elevarse con fuerza mientras que el ROA experimenta una tendencia a la baja. El capital industrial apela al capital financiero para apuntalar sus alicaídas tasas de ganancias e incluso incrementarlas. El mecanismo es simple: la tasa a la que toman deuda es menor a la rentabilidad de la inversión. La expansión del crédito permitió apalancar el desarrollo del capital industrial, en lugar de frenarlo. Este proceso significó la subordinación de un conjunto cada vez mayor de capitales pequeños e improductivos que se colocaron a rendir interés al servicio del capital más concentrado y competitivo. De este modo, si bien la tasa de ganancia del capital social entró en crisis, el capital más concentrado logró aprovechar la situación a su favor defendiendo e incluso incrementando la rentabilidad sobre el capital propio, subordinando cantidades crecientes de capitales menores bajo la forma de apalancamiento crediticio. Claramente el crédito no opera como una traba a la expansión, sino como agente de centralización, racionalización y diferenciación entre capitales.
Año
1966
1970
1975
1980
1985
1990
1995
Apalancamiento corporaciones S&P 500
1,69
1,9
2,23
2,23
2,54
3,26
3,32
Fuente
Sobre tasas de ganancia sistemáticamente más elevadas en el sector financiero
La siguiente tabla muestra los retornos anuales segmentados por períodos para corporaciones de diversos sectores (general, bancario, seguros de vida, seguros varios, e industria manufacturera) y de una serie de activos financieros seleccionados.
Períodos
Corporaciones
Activos financieros

Tipo
ROE
Tipo
Retorno (real)
1980/1995 2001/2013
Promedio
12,75
S&P 500
10,1
2001/2013
Promedio
12,07
S&P 500
4,37
2001/2013
Industrial
12,95
Hedge Funds
5,02
2001/2013
Bancaria
10,32
 
 
2001/2013
Aseguradoras de Vida
9,51
 
 
2001/2013
Aseguradoras Varias
10,12
 
 
1984/2013
Bancaria
11,57
 
 
1997/2013
 
 
Hedge Funds
5,02
Fuente
Al analizar los datos de tasas de retornos corporativas, encontramos notorias similitudes entre sectores. Es evidente que en el largo plazo la tendencia a la igualación a la tasa de ganancia está operando, al menos entre los sectores analizados. No obstante, el sector bancario si bien muy cercano al nivel general, se mantuvo en promedio debajo de él. Lo mismo podemos decir de la industria de seguros, que para los trece años que tenemos información, estuvo alrededor de un 20% por debajo del nivel general. Por el contrario, la industria manufacturera, para el mismo período, obtuvo rendimientos levemente superiores a la media: un 12% superiores al sector bancario y prácticamente un 30% arriba del sector seguros. La rentabilidad del sector financiero, representado por bancos y aseguradoras, en todas las mediciones se ubica por debajo de la media. Difícil congraciar esta evidencia con la idea de un "dominio" de las finanzas, más si tenemos en cuenta que el sector con tasas de ganancias más elevadas durante el período neoliberal, ha sido justamente la industria manufacturera.
Para completar el análisis, debemos tener en cuenta la rentabilidad de los denominados activos financieros, es decir, colocaciones en mercados financieros de diversos tipos, dentro de los cuales los más comunes y extendidos son los de acciones, bonos, commodities y divisas. En este caso, los retornos obtenidos por estos instrumentos financieros no alcanzan al retorno que obtienen las empresas. Incluso cuando analizamos los retornos del grupo de Hedge Funds seleccionados que pueden realizar operaciones sobre diversos productos financieros como divisas, commodities y derivados, exponiéndose a posiciones más agresivas, vemos que los retornos no mejoran significativamente. Entre 1980 y 2013, los inversores del S&P 500 obtuvieron un retorno del 10% anual en promedio, mientras que la tasa de ganancia de las empresas que cotizan en el mercado fue en promedio del 12,75%. Por otro lado, el interés que rinden bonos del tesoro norteamericano o de corporaciones es incluso más modesto que los retornos bursátiles. El Yield to Maturity de los bonos del tesoro a 10 años alcanzó su cota máxima en 1981, llegando 14%, mientras que el promedio de 1980 a 2013 fue de 6,7%. Los bonos corporativos rindieron apenas un poco más que los del tesoro, con un máximo de 14,17% en 1981 y promediando el 7,88% entre 1980 y 2013. Vale aclarar que se trata de yields nominales, no reales.
No pareciera que las empresas que operan en el sector financiero obtuviesen tasas de ganancia más elevadas a las no financieras; del mismo modo, los productos financieros a disposición de empresas y particulares tampoco parecen brindar rendimientos espectaculares a lo largo del tiempo. Si en algún lugar fuéramos a encontrar algo similar a una "dominación financiera" debiera ser aquí precisamente, en la medición de la tasa de ganancia. Todas las variables analizadas apuntan a lo mismo: el capital dinero se encuentra en una posición subordinada, sin posibilidades de valorizarse a la tasa media de ganancia y buscando morder una porción menor de plusvalía.
Conclusiones
La evidencia no respalda la tesis de dominio de las finanzas y subordinación del capital productivo. Por el contrario, hemos podido constatar que ante una caída de los márgenes de ganancia de las empresas, situación que vemos reflejada en la caída del ROA, el aumento de los ratios de endeudamiento permite mantener e incrementar las ganancias empresarias (medidas sobre el patrimonio de accionistas). La realidad detrás de este hecho es bien simple: las tasas de interés, por más que hayan registrado subas en los años ´80, se situaron generalmente por debajo de la tasa media de ganancia. De este modo, el capital a préstamo, lejos de ser una realidad agobiante para el desarrollo de la empresa, es un factor que apuntala su rentabilidad.
El incremento en el volumen de capitales que se colocan a rendir interés, situación que vemos reflejada en el aumento súbito de las deudas a partir de la década de 1980, es reflejo de una situación de crisis económica generalizada y agudización de la competencia en que estos no pueden ser reinvertidos productivamente. La distribución de dividendos, o el crecimiento de los activos financieros de las corporaciones no financieras son un ejemplo creciente de esta dinámica. El punto álgido de esta situación lo vemos de 2001 a la actualidad. En un contexto de recuperación de las tasas de ganancia, las empresas han reducido sus inversiones a niveles mínimos y decrecientes. La caída de la inversión acompaña una caída casi secular, de 1960 a la actualidad, pero profundizándose en los últimos 15 años de la capacidad utilizada; hecho que pone sobre el tapete el aumento de la competencia intercapitalista.
Al momento de analizar los retornos comparativos entre el sector financiero y no financiero de la economía, la situación no mejora para los defensores de la tesis de la financiarización. El capital bancario no logra superar las tasas de ganancia de las corporaciones del S&P 500 ni de las empresas industriales analizadas. Asimismo, la inversión en activos financieros tampoco parece brindar los retornos fabulosos que se suponía. En todos los casos, las inversiones "reales" brindan en el largo plazo retornos superiores. Con esto, desmitificamos la idea de que las finanzas constituyen una punción que drena las ganancias hacia el sector especulativo. Si esto fuese así, cabría esperar ganancias sostenidamente más elevadas en empresas y activos financieros, pero esto no se verifica. El argumento de que las corporaciones se financiarizan y descuidan la inversión productiva en búsqueda de retornos superiores en la especulación es al menos dudoso. El hecho de que crezcan las colocaciones especulativas de las corporaciones no financieras no responde a una búsqueda de incrementar la tasa de retorno, sino de incrementar la masa de ganancias, aún a costa de involucrase en actividades no necesariamente más lucrativas que el negocio principal. La finalidad de la inversión financiera de estas corporaciones, tan puesta de manifiesto por la tesis de la financiarización, es ocupar capital ocioso, que o bien no puede ser invertido por falta de oportunidades, o bien es fruto de amortizaciones e ingresos que esperan ser invertidos en el futuro.
El rol de la expansión crediticia también es mal analizado. Cómo señalan Sartelli e Iñigo Carrera, la expansión del capital ficticio en todas sus formas, y a través de diversos mecanismos, contribuyó a apuntalar la demanda en un contexto en el cual las mercancías comienzan a registrar serias dificultades para colocarse en el mercado. A falta de compradores solventes para la magnitud de mercancías arrojadas al mercado, los mecanismos financieros brindan la posibilidad de absorber estas mercancías inyectando "anabólicos" crediticios al mercado. La expansión de los capitales ficticios bajo la forma de capital accionario (principalmente durante fines de los ´90) o inmobiliario (durante los 2000) produjo un efecto riqueza que impactó de lleno en el consumo y la inversión residencial. Tobin describió cómo el efecto riqueza puede tener un impacto real en la producción, ya sea colocando estos activos acrecentados como colaterales de nueva deuda, o porque los mayores precios en el mercado, por ejemplo de las propiedades, incentivan a mayor inversión en estos sectores. Entonces, la expansión del capital ficticio, antes que una traba a la realización de las mercancías en el mercado, funciona como un "anabólico" que permite extender el ciclo económico posponiendo la crisis hacia adelante. La expansión y flexibilización del crédito, al igual que la laxitud monetaria, no son concesiones o logros políticos del capital financiero, sino que se trata de fenómenos que benefician por igual a toda la burguesía, evitando la inmediatez de la crisis de sobreproducción
El nodo central de los problemas de la tesis de la financiarización radica en su adscripción a la escuela del capital monopolista y financiero de Hilferding y Lenin (y sus herederos), escuela que, como señalara oportunamente J. Kornblihtt , hace un uso de fraseología marxista, pero abdica de la ley del valor en favor de conceptualizaciones propias de la teoría neoclásica. En cambio, el enfoque que plantea propone la interpretación de las relaciones sociales no como fenómenos mediados por el mercado, en una sociedad en la que todos son vendedores de mercancías en igualdad de condiciones, sino como relaciones de dominio e imposición política. Sólo recurriendo a esta caracterización, pueden defender la imposición de un dominio externo al capital industrial por parte de las finanzas. A partir de esta operación, los defensores de la financiarización pasan a analizar un proceso de valorización fragmentado, en donde producción de valor y explotación corren por un carril, y la conformación de la tasa media de ganancias transcurre por otro completamente diferente, dominado por una lógica extraeconómica. Asimismo esta disociación analítica pierde de vista que en realidad entre capital financiero e industrial existe una unidad que se encuentra dada por el ciclo de valoración mismo, situación que hemos señalado al demostrar la relación existente entre el aumento del crédito a empresas industriales a partir de 1980 y el impacto en sus tasas de ganancia.
Gráfico III: Retorno % anual de corporaciones norteamericanas
Gráfico I: Utilidades retenidas e inversión de corporaciones Norteamericanas
Gráfico II: Capacidad Utilizada en la industria estadounidense y tasa de formación neta de capital fijo no residencial de corporaciones

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