Cristianismo historia y divergencias

June 20, 2017 | Autor: Arturo Olvera | Categoría: Religion, Cristianismo, ECUMENISMO EN COLOMBIA
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Descripción

Cristianismo, breve historia y divergencias Arturo Olvera Trejo

"Abrí los ojos en el siglo en que moría el cristianismo retorcido en su cruz agonizante ya va a dar el último suspiro" Vicente Huidobro1

Las palabras de Huidobro sobre el fin del cristianismo no son las primeras ni fueron las últimas dadas sobre el tema. El siglo XX pasó y aquí estamos, a las puertas del XXI aún suspirando. Pero no es mi intención ser triunfalista al respecto y bailar sobre las tumbas de quienes han dicho que la religión en general y el cristianismo en particular se hallan en sus últimas. Tales predicciones, más que llevarnos a cantar victoria o guerra, deberían promover en nosotros la reflexión. Es lo que pretendemos hacer en este documento. Explicar el cristianismo en unas pocas palabras no es cosa sencilla y por ello consideramos dividir la encomienda y hablar sobre el cristianismo y sus retos hoy desde dos ejes: el relacionado con las posturas cristianas en diferentes vertientes de una religión que toca a millones de personas que habitan todos los continentes en la actualidad, y el que tiene que ver con los retos que trae el inicio del siglo y las perspectivas de éste, particularmente en torno al ecumenismo y el diálogo interreligioso. Cristianismo: la fe No hay mucha novedad en decir que el cristianismo surgió de la predicación de un hombre llamado Jesús, carpintero galileo que vivió hace ya casi dos mil años, quien

1(Huidobro,

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2006).

anduvo por la provincia de Judea y alrededores predicando, enseñando y haciendo milagros (Mt. 9:35), hasta que fue crucificado y sepultado en Jerusalén (Mr. 15). Luego, de acuerdo al testimonio de sus seguidores, resucitó y ascendió a los cielos, confirmando para los suyos que él era el elegido de Dios para traer al mundo el Reino de los cielos (Mr. 16; Lc. 24; Hch. 1:1-14). Éste fue el inicio de un movimiento local que afectaría la historia de la humanidad de maneras hasta ese momento insospechadas. Hoy, el movimiento iniciado por el Galileo, la iglesia2, abarca mucho más que el territorio que correspondió a la provincia de Judea... O al Imperio Romano, que dominaba el mundo conocido en aquellos siglos. Precisamente en ese mundo, en el seno de aquel poderoso gigante del Mediterráneo, la iglesia se desarrollaría de a poco hasta llegar a ser lo que conocemos el día de hoy. Poco acertado sería, sin embargo, pensar en la iglesia como un bloque monolítico e inamovible de creencias siempre uniformes, pues éstas han ido cambiando a lo largo del tiempo, transformándose y dando a luz divergencias: es ésta nuestra parada primera y, a fin de completarla, analizaremos algunos de los documentos que muestran la evolución de la fe: los credos y las confesiones. El primer gran credo de Occidente se produjo en Nicea (325), en el concilio llevado a cabo en tal sitio, en el que se discutió principalmente el tema de la encarnación y la naturaleza de Jesús. Unos años más tarde se desarrollaría el credo de Constantinopla, llamado también niceno-constantinopolitano (381); como símbolo de fe hasta el día de hoy, además se tiene el credo apostólico. A continuación, presentamos dichos credos, para más tarde ofrecer algunas diferencias y especificidades de confesiones posteriores, particularmente de corrientes externas al catolicismo romano. El Credo Niceno (325 d.C.)3

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No es el tema de este documento hablar sobre el desarrollo del cristianismo primitivo de orden judío y su expansión hasta el cristianismo gentil y su crecimiento institucional. Para ello remitimos al lector a fuentes como: (Küng, 2014). O bien: (Hernández Gómez, 1998), (Baker, 2010). 3(Grudem,

2

2005).

"Creemos en un Dios4, Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles. Y en el Señor Jesucristo, Hijo de Dios, unigénito del Padre, el unigénito; o sea, de la esencia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, el mismo Dios del mismo Dios, unigénito, no hecho, siendo de una sustancia con el Padre; por quien todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, (y) subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos; Y en el Espíritu Santo. Y a los que dicen: hubo un tiempo en que no existió [el Hijo], y: antes de ser engendrado no existió, y: fue hecho de la nada o de otra hipóstasis o naturaleza, pretendiendo que el Hijo de Dios es creado y sujeto de cambio y alteración, a éstos los anatematiza la Iglesia católica". El Credo Niceno-Constantinopolitano (381 d.C.)5 "Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre; por el cual todas las cosas fueron hechas, el cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo, y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció, y fue sepultado; y al tercer día resucitó según las Escrituras, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre. Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá fin.

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Esta llamada nos recuerda al monoteísmo judío del que nace el cristianismo y del que, en los siguientes párrafos, se divorcia. Esta separación puede ser captada muy bien con el epíteto que el Corán da a los cristianos en el Islam: los asociadores. 5

3

Obtenido de: (Aciprensa, Aciprensa, 2014).

Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado, que habló por los profetas. Y creo en una santa Iglesia Católica y Apostólica. Confieso un Bautismo para remisión de pecados, Y espero la resurrección de los muertos, y la vida del Siglo venidero. Amén." El Credo de los apóstoles (utilizado a la fecha)6 "Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados,la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén."

Divergencias Los credos anotados pertenecen a una etapa primaria del cristianismo y constituirían la base no sólo para la iglesia católica romana, sino también para las ramas posteriores del cristianismo (consideradas no heréticas en el consenso general7 ). Aquí, sin embargo, vale la pena citar a Lutero: 6(Aciprensa, 7

Aciprensa, 2014).

Por ejemplo, podemos pensar en el nestorianismo (de Nestorio, obispo de Constantinopla entre 428 y 431), rama cristiana considerada en general herética por negar la divinidad de Cristo, tema claramente afirmado en cada uno de los credos mencionados aquí y en los posteriores. Sobre Nestorio y heresiarcas contemporáneos, ver (Johnson, 2010).

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"[Creemos…] como lo enseña el Credo Apostólico, el de Atanasio y el catecismo infantil usual. Dado que estos artículos no son motivo de discordia, ni objeto de discusión, ya que nuestros adversarios y nosotros los creemos y confesamos, es innecesario que nos ocupemos ahora más extensamente en ellos". 8(Lutero, 2014)(Iglesia Reformada, 2014) Siendo que no hay discordia en tales asuntos, ¿cuál es la discusión de los reformadores del S. XVI, fundadores de las iglesias protestantes? Para responder podemos primero decir que casi siempre en la historia de la iglesia, la teología ha sido reaccionaria más que propositiva en perspectiva de futuro9 : una situación determinada dio origen a la reacción y, eventualmente, a la diferencia asentada. Sería un error considerar la Reforma protestante como el único fenómeno de divergencia eclesiástica de altos alcances en la historia del cristianismo10 , sin embargo, el presente documento recogerá sólo esta manifestación y sus implicaciones, por considerar esto de su particular interés para nuestro contexto inmediato. La Reforma protestante Los primeros sonidos de la Reforma fueron quizás los clavos que se hincaron en la puerta de la iglesia de Wittenberg: Lutero exponía al pueblo a sus 95 tesis como reacción a la situación de venta de indulgencias y a las implicaciones que esto tenía particularmente en las doctrinas respecto a la salvación. Éste sería el inicio de un fuego de desavenencias que prendería en todo Europa y, eventualmente, en el mundo.

8

Lutero, Martín. Los artículos de Esmalcada. Primera parte, artículo cuarto (Lutero, 2014). Una declaración similar puede leerse en la introducción a la declaración calvinista, Segunda confesión helvética (Helvética, 2014). 9

Por ejemplo, el Credo de Nicea surge como respuesta a Arrio; las afirmaciones del constantinopolitano, como reacción a los monofisitas de Oriente; las 95 tesis de Lutero, a la venta de indulgencias y prácticas similares; y aún hoy se dan los trabajos fundamentalistas en respuesta a las necesidades por ellos sentidas para las iglesias de hoy y sus "doctrinas erradas". Ver, por ejemplo, el trabajo de (Leiter, 2013). En este documento se hablará de fundamentalismo más adelante. 10

Uno de éstos, por ejemplo, fue el gran Cisma de Oriente (1054), que dio origen a la iglesia ortodoxa oriental, tema digno de considerar, pero en el que no nos detendremos aquí. Una breve descripción de esta situación se puede leer en (González, 2003).

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En el contexto de sus experiencias de vida, el libro bíblico de Romanos sería determinante para Lutero y para sus futuras enseñanzas. Las palabras el justo vivirá por fe quedaron en la memoria del alemán para llegar a la conclusión de que esta fe, verdaderamente aplicada en Jesús, era suficiente para dar vida al pecador, sin necesidad de ningún otro tipo de agregado, por causa de la gracia de Dios. El reformador alemán había hallado estas palabras, como queda dicho, en la epístola paulina, pero además en el texto correspondiente a la cita que toma Pablo, en Habacuc 2:4, y también en Hebreos 10:38. Buscando en la Biblia, Lutero encontró la certeza que él buscaba11 , de modo que decidió dar la espalda a la triple autoridad reconocida por la iglesia católica -a saber, la Biblia, la tradición y el magisterio (Vatican)12-, y basarse en la Sagrada Escritura solamente. Observando esto, Lutero llegó a la conclusión de que la escritura, la fe, la gracia y la entrega del propio Jesús eran obra de Dios mismo y no del hombre, por lo cual sólo Dios merecía la gloria de parte de todos los hombres, sin que la recibiera nadie más, lo que excluía la noción católica del santoral y de María. Así, podemos resumir las creencias de Lutero, y el protestantismo en general, con base en cinco cosas: la sola autoridad de las Escrituras (y la necesidad de cada creyente de acceder a ellas, estudiarlas, interpretarlas y practicarlas13), la salvación del hombre dada sólo por Jesús, sin ayuda de nadie más, obtenida por la sola fe y otorgada por la pura gracia de Dios; y en un cristianismo integral que viva para dar gloria sólo a Dios14.

11

Ver (Boyer, 2001, págs. 23,24).

12

Tal es la enseñanza católica hasta hoy, que puede ser observada en la Constitución Dogmática Dei Verbum, sobre la divina revelación. Capítulos 2 y 3 (Vatican). 13

Esto es muy importante para el pensamiento reformado y traería consecuencias a futuro. Considerando Lutero pasajes como 1 Pe. 2:9 y Ap. 1:6; 5:10, estableció la enseñanza del sacerdocio universal. En un artículo sobre la Reforma Protestante en perspectiva actual, Juan Stamm afirma: “Frente al rígido clericalismo de la iglesia católica de la época, la Reforma impulsó un proceso de democratización tanto en la iglesia como en la sociedad. Para Lutero, toda la vida es ministerio y todos los creyentes son sacerdotes de Dios.” (Stamm, 2015). 14

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Hans Küng resume y explica esto de manera eficaz en (Küng, 2014, págs. 127,128).

De más está decir que, sin embargo, la Reforma no otorgó un bloque uniforme de cristianos que salieran de Roma. Al contrario, las llamadas denominaciones florecieron de forma rápida y aún hoy se siguen multiplicando15, probablemente en gran medida debido al principio de la libertad de interpretación individual de la Biblia y a que la lectura de ésta puede entregar conclusiones contrarias cuando las proposiciones se dicotomizan y se toma partido sólo por una sola de ellas. Este rápido vistazo a los principios protestantes nos permite encontrar ya un inicio de divergencia no pequeño con el catolicismo. Al respecto, ¿podemos pensar que se puede llegar a un acuerdo en el que estas diferencias se disimulen de tal modo que se logré una uniformidad total entre las corrientes? El pesimismo aumenta cuando agregamos a estas cuestiones el tema de las diferencias en práctica dentro del propio protestantismo16. Por ejemplo, entre los católicos se cree en la transubstanciación (el pan y el vino de la eucaristía se convierte en carne y sangre de Jesús de manera total), entre los luteranos, en la consubstanciación (el pan y el vino no se transforman en cuerpo y sangre de Jesús, pero místicamente lo portan), entre los bautistas el pan y el vino son apenas un símbolo, ni transubstancial, ni consubstancial. Las tres posturas tienen versículos bíblicos y razonamientos a su favor: ¿cuál es la correcta? ¿Qué grupo estaría dispuesto a ceder en su visión por el bien de la unidad? Son preguntas que generalmente son respondidas sólo por el silencio. Un silencio elocuente17. 15

Esto no es un caso aislado del protestantismo o el evangelicalismo, pues dentro de la propia iglesia católica hay divergencias y acentos en determinadas doctrinas que nacieron de contiendas de comprensión de la divinidad, pero fueron resultas "desde arriba", por la autoridad otorgada al papado o al colegio cardenalicio; por ejemplo, la sempiterna contienda protestante del libre albedrío y la predestinación, existió también entre los católicos en la figura de Luis de Molina y los teólogos tomistas, pero se resolvió llegando al acuerdo de que ambas cosas eran verdad, sin necesidad de dividir la iglesia en su totalidad (Pohle, 2008). El individuo que no quedaba conforme con la conclusión, debía resolverlo individualmente y no tenía autoridad para fundar su propio templo, como sí ocurre en el ambiente no católico. 16

Utilizamos la palabra protestantismo indiscriminadamente, incluyendo ésta a las corrientes de iglesias históricas, las evangélicas, las neoevangélicas, y otras. Este reduccionismo se debe a la falta de espacio. Una vista muy general sobre las religiones cristianas y sus variedades puede verse en: 17

No hay necesidad de mencionar muchos más ejemplos, porque muchos volúmenes para responder a los amigos católicos, o para ayudar a los amigos protestantes ya se han escrito: no es nuestro tema. Dejamos referencias: (Butera V., 2005).(Ingram, 1985).

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Cristianismo hoy Nos ocuparemos más sobre los intentos de ecumenismo cristiano en otro documento, pero para ello, habiendo puesto las bases de las divergencias entre las ramas protestantes y el catolicismo, vale la pena dar una última palabra respecto a corrientes cristianas de hoy y así quedar listos para hablar de los retos por venir en torno a la unidad eclesiástica. Fundamentalismo y liberalismo A inicios del S. XIX, en EUA surgió un movimiento eclesiástico llamado fundamentalismo. Hoy tal nombre es empleado sobre todo para hablar del islam, pero fue originariamente cristiano y, más, protestante y norteamericano18. El fundamentalismo es un fenómeno religioso que busca darle respuestas absolutas a las preguntas de todo tipo, basándose en el ideal de que dichas respuestas surgen de la Biblia, entendida ésta como la única, absoluta e inerrante Palabra de Dios19 . Con esto en mente, el fundamentalismo busca citar la Biblia para que "Dios mismo" responda, por ejemplo, si es pecado abortar, o si el matrimonio igualitario es bueno, o si el diálogo interreligioso agrada a la divinidad... Sobra decir que las respuestas suelen ser unilaterales y, por supuesto, autoritarias, armadas de tal modo que, además, sean incuestionables para los creyentes. Tal posicionamiento surge como una postura férrea delante del cientificismo moderno, por ejemplo, en torno a la evolución20, afirmando delante de éste las afirmaciones absolutas que el fundamentalista “encuentra en las Escrituras” (cabe decir que tal 18

"Bernard Lewis [...] señaló que el término "fundamentalista" fue acuñado por protestantes norteamericanos y puede ser mal empleado cuando se aplica a alguna otra fe. Me parece aun así que el término ha escapado al uso general y que ahora refiere a cualquier tipo de literalismo escritural". (Harris, 2004, pág. 240). Las negritas son mías. 19

Dice Harold Bloom: "Allí donde aparece un afán religioso exagerado, surge también la angustia religiosa, cuyo nombre en la práctica es fundamentalismo la gran maldición de toda religión americana y de toda religión en este siglo americano. El fundamentalismo en sentido estricto es un intento de superar el terror de la muerte tomando de una manera toscamente literal la insinuación de inmortalidad del cristianismo"(Bloom, 2009, pág. 37). 20

Respecto al trabajo fundamentalista en EUA en contra de la ciencia, además de (Bloom, 2009) particularmente pp. 229ss; recomendamos (George, 2009).

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postura suele ser bastante sesgada). El fundamentalismo constituye, además, un fenómeno fuerte en Latinoamérica, siendo las iglesias protestantes de esta región, en amplia medida, hijas espirituales de los fundamentalistas estadounidenses. Sin embargo, la modernidad y sus posturas y modelos dieron a luz otro fenómeno religioso además del fundamentalismo. Inicialmente en Europa se dio a luz el liberalismo a diferentes niveles, mostrando una teología más humanista y menos literalista (aquí, vale la pena citar, solamente por ejemplificar, el nombre del teólogo alemán Rudolf K. Bultmann21). Eventualmente, con base en los llamados maestros de la sospecha: Marx, Freud y Nietzsche, se comenzó desde tal liberalismo a cuestionar algunos de los principios cristianos básicos, como la veracidad de la realidad trascendente, de la formación bíblica, del orden familiar y social, entre otras cosas, formando las llamadas teologías de la sospecha22. Es evidente que en tal situación surgiría la desacreditación y descalificación mutua de estos dos "partidos", generando una polarización que dura hasta nuestros días y se manifiesta en muy diversas maneras (quizás la peor de ellas, la apatía religiosa observada en ciertos sectores, derivada de esta "guerra santa" de carácter ideológico); así como la fragmentación de los grupos religiosos para atender a diferentes subgrupos, lo cual puede ser tomado como una ventaja, pues cada fragmentación buscará cuidar de necesidades específicas, pero, al mismo tiempo, puede ocasionar el eventual desvanecimiento de la comunidad, lo que en consecuencia requerirá un esfuerzo de diálogo aún más grande, entre iglesias negras y blancas, queer y hetero, liberadoras y “opresoras”, entre otras. Tal es el paisaje que se nos muestra delante para hablar de los retos del cristianismo y su camino en el ecumenismo. Ésa es nuestra siguiente parada.
 21

Se puede leer un artículo sobre Bultmann y su trabajo en: http://www.faculdadejesuita.edu.br/ documentos/091111-Kasemann.pdf (consultado el 25 de octubre, 2015). 22

Entre éstas podemos enumerar la teología feminista (Schüssler, 1989), la teología queer -un leve acercamiento en (Lee, 2001) y (Vines, 2014)-, y mencionar la teología de la liberación (Gutiérrez, 1975) como una propuesta también surgida desde el catolicismo de una perspectiva diferente del evangelio.

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Trabajos citados Iglesia Reformada. (2014). Recuperado el 11 de Octubre de 2015, de Segunda confesión helvética: www.iglesiareformada.com/Helvética_Parte_1.html, revisado el 12 de octubre, 2015. Aciprensa. (2014). Aciprensa. Recuperado el 12 de octubre de 2015, de Credo: https:// www.aciprensa.com/Oracion/credo.htm Aciprensa. (s.f.). Acipresa.com. Recuperado el 12 de Octubre de 2015, de https:// www.aciprensa.com/Oracion/credo.htm Baker, R. A. (2010). Compendio de la historia cristiana. (13a. ed.). Colombia: Mundo Hispano. Bloom, H. (2009). La religión americana. México: Taurus. Boyer, O. (2001). Biografías de grandes cristianos. EUA: Vida. Butera V., L. (2005). Tres obsequios a mis hermanos protestantes. México: Edisepa. George, S. (2009). El pensamiento secuestrado. México: Icaria, Editorial S.A. González, J. L. (2003). Historia del cristianismo. Miami, EUA: Unilit. Grudem, W. (2005). Doctrina Bíblica. EUA: Ed. Vida. Gutiérrez, G. (1975). Teología de la liberación (7a. ed.). España: Sígueme. Harris, S. (2004). The end of faith. EUA: W.W. Norton & Company. Helvética. (2014). Recuperado el 12 de octubre de 2015, de http://www.iglesiareformada.com/ Helvetica_Parte_1.html Hernández Gómez, M. (1998). Breve historia del judaísmo mesiánico. México: Imprejal. Huidobro, V. (2006). Altazor. México: Axial. Ingram, L. S. (1985). Las balanzas de oro. México: Ed. La Antorcha de México A.C. Johnson, P. (2010). Historia del cristianismo. España: Zeta. Küng, H. (2014). La iglesia católica (2a. ed.). México: De Bolsillo. Lee, J. (2001). Torn. EUA: Jericho Books. Leiter, C. (2013). Justificación y regeneración. México: Grainted Ministries Press. Lutero, M. (2014). Iglesia Reformada. Recuperado el 12 de Octubre de 2015, de Artículos de Esmalcada: www.iglesiareformada.com/Articulos_Esmalcada.html Pohle, J. (17 de marzo de 2008). Aciprensa. Recuperado el 25 de Octubre de 2015, de Enciclopedia católica on line: http://ec.aciprensa.com/wiki/Molinismo Schüssler, F. E. (1989). En memoria de ella. Bilbao: Desclée de Brouwer. Stamm, J. (26 de octubre de 2015). Lupa Protestante. Recuperado el 27 de octubre de 2015, de http://www.lupaprotestante.com/blog/la-reforma-y-la-iglesia-protestante-de-hoy-2/ Vatican. (s.f.). Recuperado el 14 de Octubre de 2015, de Dei Verbum: www.vatican.va/archive/ hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html Vines, M. (2014). God and the gay Christian.EUA: Convergent Books.

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