Cooperación internacional en programas sociales para la erradicación de la pobreza extrema y el hambre en América Latina, un análisis de experiencias

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Descripción

COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN PROGRAMAS SOCIALES PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA EXTREMA Y EL HAMBRE EN AMÉRICA LATINA, UN ANALISIS DE EXPERIENCIAS

JULIO DE 2013

INTRODUCCIÓN

Aún cuando los países de renta baja son aquellos que resultan mayormente afectados por la pobreza extrema, es un hecho notable que en los países de renta media haya 280 millones de personas que subsisten con menos de un dólar diario, y 870 millones con menos de dos dólares diarios (ONU, 2013). Comparando el periodo 1990-1992 con el actual, el número de personas que sufren desnutrición descendió solamente en 19 millones. En ese orden de ideas, si persistieran las tendencias, un aproximado de 600 millones de personas seguirá careciendo para el año 2015 de las condiciones más elementales de seguridad alimentaria.

Es por ello que para el año 2000, más exactamente en septiembre, se aprobó la Declaración del Milenio, adoptada mediante Resolución A/RES/55/2 de la Organización de las Naciones Unidas (2000), en la cual los líderes del mundo se comprometieron a luchar por un mundo más próspero, más justo y más pacífico. A raíz de ello se creó un sistema de seguimiento al cumplimiento de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), basado en ocho objetivos, 18 metas y 48 indicadores sociales, económicos y medio ambientales (Cecchini, Azócar, 2007).

Siguiendo el espíritu de la Declaración del Milenio, la Conferencia Internacional para la Financiación del Desarrollo llevada a cabo en Monterrey en el año 2002, manifestó la imperiosa necesidad de construir una verdadera asociación para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Por ello, se realizó un llamado a los países desarrollados para que apoyen los esfuerzos de los países en desarrollo.

De igual manera, la Cumbre de Johannesburgo sobre el Desarrollo

Sostenible de 2002 reafirmó la meta de establecer “un mundo libre de la indignidad y la indecencia ocasionadas por la pobreza, la degradación medioambiental y las pautas del desarrollo no sostenible”. Se expresó entonces

que

aunque

a

cada

país

le

corresponde

asumir

la

responsabilidad por su propio desarrollo sostenible y en particular de la erradicación de la pobreza, era necesario adoptar “medidas concertadas y concretas” a todos los niveles en apoyo de los esfuerzos realizados por los países en desarrollo.

Ahora bien, en el marco de los ODM y particularmente en el primero se planteó el objetivo de “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Para el caso de América Latina ambos fenómenos tienen una relación estrecha y aunque no son equivalentes, pueden abordarse en conjunto dada su naturaleza.

Es entonces importante determinar bajo qué circunstancias, de qué manera y desde cuando se confrontó la problemática de la pobreza y el hambre en la región, para posteriormente identificar los programas que de manera concreta se empezaron a implementar como respuesta a éstas, en qué consisten y cómo se ejecutan. Atendiendo a esas consideraciones, el presente trabajo pretende servir como instrumento de consulta académica, política y social para los ámbitos público y privado, en el marco del análisis de programas para América Latina que partan de la cooperación internacional, con el objetivo de dar cumplimiento al primer Objetivo de Desarrollo del Milenio.

En ese orden de ideas, el documento posee la siguiente estructura, dividida en cuatro secciones:  En la primera, se toman en consideración elementos teórico conceptuales sobre los cuales se establece el desarrollo de

programas con cooperación internacional en la región, haciendo especial énfasis en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.  La segunda sección identifica y aborda de manera concreta las experiencias de programas sociales para la erradicación de la pobreza

extrema

y

el

hambre

en

América

Latina,

y

consecuentemente  La tercera sección lleva a cabo un diagnóstico de contenidos, avances y resultados particulares en cuanto se refiere a los programas bajo estudio, desde el punto de vista del primer indicador de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.  Finalmente, en la cuarta parte se establecen las consideraciones finales sobre los resultados obtenidos y se plasman observaciones acerca de buenas prácticas en cuanto a la ejecución de este tipo de programas.

I. PROGRAMAS DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN AMÉRICA LATINA Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO

Como un primer acercamiento a la noción de cooperación internacional, se puede afirmar que hace referencia al conjunto de acciones y recursos (financieros o técnicos) intercambiados de manera voluntaria entre diferentes estados, de acuerdo a determinados intereses.

Robinson (2008) afirma que la cooperación internacional, en si misma no puede ser catalogada como buena o mala, porque consiste en un tipo de interacción humana que sirve como medio para alcanzar un fin, y este último es por tanto, el que determina el valor de la cooperación, de manera que el crimen organizado, la trata de personas, el tráfico de armas, de narcóticos o de especies animales y vegetales, por ejemplo, pueden ser considerados como acciones de cooperación internacional con finalidades ilícitas.

Desde el aspecto histórico, se considera que la cooperación internacional nació con la finalización de la segunda guerra mundial en 1945, debido a la ocurrencia de diversos procesos políticos, económicos y sociales en el mundo, los cuales generaron cambios trascendentales en el panorama internacional y contribuyeron a crear los escenarios propicios para desarrollar las primeras actividades de cooperación. Al respecto, Tassara (2010) menciona algunos de los eventos más relevantes que incidieron en estos procesos, entre ellos la Conferencia de Bretton Woods, la creación del sistema de las Naciones Unidas, el proceso de descolonización, el surgimiento de la Guerra Fría y, por último, el Plan Marshall.

Los tipos y ámbitos de cooperación pueden ser tan diversos como lo quieran y permitan sus intervinientes. En ese sentido, puede ser entre

otras bilateral o multilateral (de acuerdo al número de intervinientes); económica o técnica (dependiendo de los medios destinados a la ayuda); humanitaria, científica o cultural (resultando de la actividad a la cual se destine).

Teniendo entonces esta pluralidad de formas y métodos de cooperación, nos enfocaremos particularmente en una que para nuestro estudio adquiere suma trascendencia: La cooperación internacional en Programas Sociales para la Erradicación de la Pobreza Extrema y el Hambre (PSEPH).

Para poder comprender conceptualmente a qué hace referencia un ‘programa social’, es necesario primero remontarse a otra noción estrechamente vinculada que es la de “Estado de bienestar” (welfare state), el cual comprende el conjunto de medidas y medios estatales para alcanzar todos los objetivos que promuevan el bienestar social, la justicia y la paz (Méndez, 1992).

Sobre el Estado de bienestar se han generado numerosas tesis, pero sus principales

postulados

afirman

que

el

Estado

de

Derecho

es

intervencionista y como tal asume la responsabilidad de alcanzar una situación de pleno empleo, establecer un sistema de seguridad social que cubra a toda la población, generar un alto nivel de consumo y poder garantizar un nivel de vida mínimo.

En ese orden de ideas, un programa social es aquel que se ejecuta para alcanzar el estado de bienestar, y por ende se basan en la igualdad de oportunidades, reducción de desigualdades, democratización y extensión de la seguridad social, entre otros.

De la misma forma, puede decirse que los programas sociales desarrollan los contenidos de las políticas sociales, las cuales consistes en “el

conjunto más o menos coherente de principios y acciones gestionadas por el Estado, que determinan la distribución y el control social del bienestar de una población por vía política” (Herrera y Castón, 2003).

Sin embargo en este

punto

cabe

preguntar:

¿Por

qué

hablar

particularmente de Programas Sociales para la Erradicación de la pobreza extrema y el hambre? Si bien el desarrollo de políticas sociales –como fundamento de los programas-concierne a la acción del Estado, las mismas han adquirido una connotación internacional en la medida en que problemáticas como la atención a población vulnerable y la erradicación de la pobreza extrema entraron en la agenda mundial. En ese sentido, se instituyeron los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), establecidos desde el año 2000 como propósitos de desarrollo humano, y los cuales acordaron conseguir para el año 2015 los 189 países miembros de las Naciones Unidas1.

De acuerdo a los ODM, existen 8 ejes u objetivos programáticos comunes para todos los Estados firmantes: •

Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre.



Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal.



Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.



Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.



Objetivo 5: Mejorar la salud materna.



Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

Los ODM están contenidos en la Declaración del Milenio, emitida en el marco de la Cumbre del Milenio por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 en Nueva York. Se puede consultar la resolución completa en: http://www.un.org/spanish/milenio/ares552.pdf. 1



Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.



Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

No obstante su diversidad, el primero de ellos es sin duda el más ambicioso y relevante, debido a que la pobreza en sus distintas formas ha sido objeto de un interés creciente por parte de la comunidad internacional en el último decenio, en tanto el hambre y la inseguridad alimentaria -los aspectos más graves de la pobreza extrema- han pasado a ser prioridades internacionales, y desde el año 1996 los participantes en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación habían declarado solemnemente su compromiso de reducir a la mitad para 2015 el hambre en el mundo (ONU, 2002. pp.10). De hecho, se puede afirmar que el mayor problema que enfrenta el mundo desde hace décadas es la pobreza. De acuerdo con datos del Banco Mundial (2001), de un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800 millones -casi la mitad- vivían con menos de US$2 diarios, y 1.200 millones -una quinta parte- con menos de US$1 al día para el año 2000 (cuando se establecieron los ODM). En el caso de América Latina y el Caribe, se tenía un total de 78,8 millones de personas viviendo con menos de US$1 al día.

Bajo estas circunstancias, se planteó una primera gran meta: Reducir a la mitad la proporción de personas que viven en situación de pobreza extrema (con menos de US$1 diario) para el año 2015 (cuadro 1.1)

Cuadro 1.1

Fuente: Banco Mundial, FMI, Naciones Unidas, OCDE, 2000

Sin embargo, los ODM, discutidos y seleccionados en el ámbito mundial, constituyen un mínimo común denominador internacional que se aplica a regiones tan distintas como el África, el Asia, América Latina y el Caribe o Europa del Este, así como a distintos países que no se encuentran necesariamente en la misma etapa de desarrollo. Por esto, es evidente que además del seguimiento a escala mundial es necesario monitorear los ODM a nivel regional, nacional y local, y adecuarlos a las distintas realidades (Cecchini, Rodríguez y Simioni, 2005).

Dada entonces la significación e importancia que tiene para la región de América Latina, se considerará en particular el primero de los ODM para llevar a cabo del presente estudio, con base en el cual se analizarán diferentes experiencias de Programas sociales en América Latina que tengan como finalidad Erradicar la Pobreza Extrema y el Hambre (PSEPH), y que a la fecha están financiados o involucran aportes (tangibles o intangibles) de cooperación internacional para su desarrollo.

II. PROGRAMAS SOCIALES PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA EXTREMA Y EL HAMBRE EN AMÉRICA LATINA

Como se mencionó previamente, los ocho ODM se basan en acuerdos adoptados en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y fueron asumidos como un compromiso por parte de todos los estados. En particular, el primer objetivo –foco del presente estudio- se puede desagregar de la siguiente manera:

Objetivo No. 1: Erradicación de la Pobreza extrema y el Hambre

 Meta 1A: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día.  Meta1.B: 
 Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes.  Meta 1.C: 
 Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.

En ese orden de ideas, los indicadores que se establecieron para evaluar el cumplimiento de esas metas fueron:  Coeficiente de brecha de pobreza.  Coeficiente de Gini.  Porcentaje de población con ingresos por debajo de la línea--de indigencia.  Brecha de ingresos.  Porcentaje de población con ingresos por debajo de la línea de la pobreza.

En cuanto se refiere a América Latina y como respuesta a estas metas, se implementaron de manera progresiva una serie de programas enfocados a cumplir con el objetivo final establecido para el año 2015. Dichos programas contaron con el respaldo o la iniciativa de la comunidad internacional, y se establecieron como focos de cooperación.

Internacionalmente, la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la Comisión Económica Para América Latina (DEPE) es el ente encargado de producir reportes periódicos de avance en la región para cada uno de los ODM, a partir de los hallazgos y análisis abordados en los informes globales. Sin embargo, no existe un estudio que analice de manera particular la experiencia de PSEPH que reciban cooperación internacional encaminada a alcanzar el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio.

Bajo las anteriores consideraciones, se identificaron y tomaron como experiencias de referencia a algunos de los principales programas que se desarrollan en la región y que funcionan a través de cooperación internacional, teniendo como finalidad la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, para ulteriormente analizar y evaluar su desempeño y efectiva ejecución.

A continuación se hará una breve descripción de los casos emblemáticos seleccionados para analizar, sobre la base de la cooperación internacional en programas sociales para la erradicación de la pobreza extrema y el hambre en América Latina:

 Argentina: Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER), en cooperación con el Banco Mundial. Este proyecto tuvo inicio en 1998 con un presupuesto inicial de 100

millones de dólares, aportados en un 75% por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) –institución del grupo del Banco Mundial- y un 25% por el Gobierno de la Nación de Argentina.

El objetivo de PROINDER es mejorar las condiciones de vida de 40.000 pequeños productores pobres a través del aumento de sus ingresos en forma sostenible y el incremento de su organización y participación, así como fortalecer la capacidad institucional en el nivel nacional, provincial y local para la formulación, ejecución y seguimiento de las políticas destinadas al sector agropecuario (PROINDER, 2013).

 Bolivia: Programa Multifase de Apoyo al Plan de Erradicación de

Extrema

Pobreza,

en

cooperación

con

el

Banco

Interamericano de Desarrollo - BID. El programa comprende la primera de dos fases de un préstamo multifase que tiene como objetivo general proteger y fomentar el desarrollo humano de las familias más pobres de Bolivia.

De acuerdo al BID (2009), el busca contribuir a mejorar las condiciones de salud, alimentarias y nutricionales de la población en extrema pobreza, principalmente en el ámbito rural e indígena, a través de incentivos tanto a nivel de la demanda como de la oferta de servicios de salud; y fortalecer la capacidad de gestión del Plan de Erradicación de la Pobreza Extrema en términos de su capacidad para generar información relevante sobre la población

meta

intervenciones.

e

identificar

potenciales

beneficiarios

de

sus

 Brasil: Fome Zero, en cooperación con la FAO, BID y el Banco Mundial . El Programa Fome Zero (Hambre Cero) surgió como un trabajo conjunto entre expertos y representantes de ONG’s, institutos de investigación, organizaciones de base y movimientos sociales que se ocupan del problema de seguridad alimentaria en Brasil, los cuales llevaron a cabo una propuesta de Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutrición. En total, Fome Zero comprende alrededor de 31 programas sociales, entre los que se encuentran: Bolsa Familia, Programa para la Adquisición de Alimentos y Fondo de Desarrollo para la Educación Básica, entre otros. Actualmente, el porgrama constituye el modelo de emprendimiento más exitoso en el mundo en la lucha contra el hambre, y es reconocido por la ONU, UNICEF, FAO y la OIT.

 Chile: Fondo chileno contra el hambre y la pobreza. A diferencia de los otros programas bajo estudio, el Fondo Chileno contra el Hambre y la Pobreza ubica a Chile en la posición de Estado cooperante para combatir el hambre y la pobreza en países de renta baja. De esta manera, a través del fondo se realizan aportes hasta por un total de US$5 millones anuales, como parte de iniciativas internacionales contra el hambre y la pobreza y se canalizan con tal objeto a los Fondos, Programas y Agencias del Sistema de Naciones Unidas.

De esta manera, en colaboración con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, el fondo persigue contribuir a la consecución de los ODM promoviendo acciones de Cooperación Sur-Sur, compartiendo las experiencias chilenas en temas económicos y sociales, y en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas, con países de igual o menor desarrollo relativo (Gobierno de Chile, 2011).

 Colombia: Food Assistance to Internally Displaced Persons and Other Highly Food-Insecure Groups Affected by Violence (Asistencia alimentaria a las personas desplazadas y otros grupos con inseguridad alimentaria afectados por la violencia). En cooperación con el Programa Mundial de Alimentos PMA.

Desde el año 2000, el PMA ha aportado un total de 89,5 millones de dólares, con el objetivo de brindar asistencia y ocuparse de las necesidades de las poblaciones desplazadas y vulnerables que no pueden ser alcanzadas a través de los programas gubernamentales en el sector humanitario y social.

Para el desarrollo del proyecto, el PMA trabaja en estrecha colaboración con el Gobierno, específicamente con las dos principales instituciones encargadas de la asistencia a las poblaciones vulnerables y las poblaciones desplazadas (Acción Social –hoy Red Juntos- y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) ayudando a las personas desplazadas a superar obstáculos para tener seguridad alimentaria y facilitar el acceso a los servicios y programas gubernamentales de protección social.

Como se enfatizó, los anteriores constituyen programas emblemáticos en la región que tienen como finalidad la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, y por ende se enmarcan en el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Mileno.

Las experiencias bajo estudio, muestran una variedad de cooperantes y de formas de cooperación, que incluyen subsidios directos, créditos y capacitaciones entre otras, pero todas teniendo como factor común la meta de erradicar la pobreza extrema y el hambre.

En ese sentido, determinar el grado de desempeño, ejecución e impacto individual y comparativo de estos PSEPH, permitirá obtener una noción

sobre

la

situación

de

cooperación

internacional

-no

únicamente

desagregada por países- para la región, de manera que se pueda saber en qué punto se encuentra el primer –y más importante- indicador de los ODM para América Latina.

III. DIAGNÓSTICO DE EJECUCIÓN Y ESTADO DE LOS PSEPH

3.1.

Panorama regional previo a la implementación de los ODM

Precedentemente a enfocarnos en el contenido particular de las experiencias de PSEPH en América Latina, es menester establecer los ámbitos geográficos y coyunturales en los que se desarrollan, y con base en los cuales se fundamenta su implementación. Cabe aclarar como se mencionó previamente, que el estudio de los casos se enfoca en el periodo comprendido a partir del establecimiento de los ODM en la Declaración del año 2000 hasta la actualidad, por tanto, se tomará esa fecha como punto de partida histórico del análisis.

Según datos de la CEPAL (2001), para el comienzo del nuevo milenio la incidencia de la pobreza en América Latina alcanzaba al 35% de los hogares, mientras que la indigencia o pobreza extrema afectaba al 14% (cuadro 2.1). En otras palabras, de cada 100 hogares de la región, 35 carecían de los recursos para satisfacer sus necesidades básicas, en tanto que 14 no contaban con un ingreso suficiente que les permitiera adquirir al menos la canasta básica de alimentos.

Igualmente, las cifras arrojaban que un 43.8% de la población de la región se encontraba en situación de pobreza, mientras que la indigencia era de 18.5%.

En términos del volumen de población en situación de pobreza, éste alcanzaba en 1999 a poco más de 211 millones de personas, de las cuales algo más de 89 millones se encontraban bajo la línea de indigencia (cuadro 2.1).

Cuadro 2.1 América Latina: magnitud de la pobreza e indigencia 1980-1999

Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

Cuadro 2.2 América Latina: población pobre e indigente 1980-1999

Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

Enfrentar el fenómeno creciente de la pobreza no era fácil bajo este escenario, y ya no sólo representaba un desafío para cada uno de los gobiernos del cono sur, sino que adquiría una dimensión global, una nueva perspectiva en la que se hacía un llamado de atención a la comunidad internacional con respecto a la gravedad de la situación. Se puede decir que la pobreza adquirió una connotación de problema global con efectos locales.

Sin embargo, para efectos de este trabajo es necesario señalar que la

magnitud de la pobreza varia notablemente de un país a otro dentro de la misma región, y en razón de ello los diferentes programas pueden tener un enfoque particular para atender a las necesidades concretas del territorio. En otras palabras, al momento de evaluar el alcance de las metas señaladas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se mide a cada país de manera individualizada (más allá de considerar para efectos estadísticos y de análisis el avance general de la región). La siguiente tabla muestra cómo porcentualmente algunos países tienen una tarea mucho más difícil para alcanzar las metas fijadas para el 2015:

Cuadro 2.3

América Latina: avance absoluto en la reducción de la pobreza extrema entre 1990 y 2004

Fuente: CEPAL. La barra azul indica la meta de reducción en puntos porcentuales. La barra lila indica la variación observada entre 1990 y 2004.

Por otra parte, pese a que en materia de seguridad alimentaria y hambre el panorama no era tan desalentador -pues en la región se producían alimentos suficientes para alimentar a todos sus habitantes- la problemática del hambre radicaba en la desigualdad de la distribución del

ingreso, y por consiguiente la dificultad del acceso a los alimentos.

Según estimaciones de la FAO (2004), a comienzos de la década del 2000, la mayor cantidad de población sin acceso suficiente a los alimentos se concentraba en Brasil (15,6 millones de personas), Colombia (5,7 millones), Venezuela (4,3 millones) y Perú (3,4 millones). Para la región en general, el porcentaje de personas subnutridas sobre el total de la población era de 10% para el periodo 2000-2002 (Cuadro 2.4). Cuadro 2.4 Personas subnutridas sobre el total de la población era de 10% para el periodo 2000-2002

Fuente: FAO, 2004.

Como se afirmó, América Latina tiene la capacidad de producir alimentos suficientes para todos sus habitantes y sin embargo presentaba estos índices de subnutrición. Es aquí en donde entra en juego el factor pobreza y se interrelacionan los dos conceptos, pues a causa de muy bajos ingresos en amplios sectores de la población se produce una consecuente falta de acceso al consumo de alimentos en cantidades adecuadas, de hecho, la inseguridad alimentaria el hambre son los aspectos más graves de la pobreza extrema. Al respecto, en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo en el 2002, se afirmó que el hambre y la malnutrición

generalizadas en un mundo donde abundan los alimentos implican que la pobreza extrema es la causa principal de la desnutrición. Sin embargo, no siempre se comprende que el hambre y la malnutrición (incluidas las carencias de micronutrientes) son a su vez importantes causas de la pobreza, ya que afectan de diversas maneras a la capacidad de los individuos para escapar a la pobreza (ONU, 2002, pp. 13).

Es por ello que muchos programas teniendo como objetivo la erradicación de la pobreza extrema, a la vez se enfocan en producir los medios suficientes para eliminar el hambre. Como se verá más adelante, la cooperación en PSEPH tiene en muchos casos esa doble finalidad.

Tal como ocurre con el análisis sobre erradicación de la pobreza extrema (atendiendo avances generales de la región y las metas establecidas individualmente), las consideraciones sobre el alcance del objetivo de reducción del hambre tendrán en cuenta particularidades de cada país: nivel de desarrollo, capacidad para producir e importar alimentos, precios relativos de estos, ingresos de la población, grado de desigualdad en materia de distribución del consumo y acceso a los alimentos.

Así las cosas, advirtiendo estas cifras concretas en cuanto a niveles de pobreza y hambre en el panorama latinoamericano para comienzos del presente milenio, procederemos entonces a estudiar los contenidos y desarrollos de los programas en alcance de las metas establecidas por los ODM.

3.2.

Contenidos, avances y resultados particulares de los PSEPH en relación con el primer ODM en América Latina

A continuación se presentará una sinopsis detallada de los contenidos y correspondiente ejecución para cada uno de los programas y proyectos de

cooperación internacional bajo observación, haciendo énfasis en el análisis de los resultados que han alcanzado con respecto a la erradicación de la pobreza y el hambre, de conformidad con las metas establecidas en el primer ODM para cada caso.

3.2.1.

Proyecto

de

Desarrollo

de

Pequeños

Productores

Agropecuarios (PROINDER) – ARGENTINA:

Financiado por el Banco Mundial (BIRF), se ejecutó en su primera etapa desde 1998 hasta 2007, en forma descentralizada en las 23 provincias del país a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación (SAGPyA). Comprendió una segunda etapa que se desarrollo entre 2007 y 2011.

La cooperación internacional para el proyecto se basa en asistencia técnica en aspectos técnico-productivos y socio-organizativos durante las etapas de diagnóstico, formulación y ejecución, apoyo económico no reembolsable (donaciones) para inversiones en bienes, obras de infraestructura predial o comunitaria, y para la organización en aspectos comerciales, igualmente capacitación y apoyo para la comercialización de productos (De Obschatko, Foti y Román, 2007).

De esta manera, el convenio con el organismo internacional (en este caso el Banco Mundial) comprende colaboración no únicamente en forma de ayuda económica directa, sino todo un componente asistencial con el fin de que los beneficiarios no sólo salgan de la situación de pobreza, sino que puedan generar nuevos ingresos y ser autosuficientes a través del desarrollo de proyectos productivos en el sector rural.

Presupuesto:  Primera etapa: 100 millones de dólares (75% aportado por el BIRF y el 25% restante por el Gobierno Nacional).  Segunda etapa: 54 millones de dólares (45 millones de dólares por parte del BIRF y 9 millones de dólares por parte del Gobierno Nacional).

Población objetivo: Las dos etapas abarcaron un total de 74.000 pequeños productores pobres minifundistas. Se incluyeron grupos vulnerables, en particular, indígenas, mujeres y jóvenes.

Componentes: PROINDER tiene 2 grandes componentes: Apoyo a las Iniciativas Rurales; y Fortalecimiento Institucional. Este ultimo tiene a su vez 4 líneas básicas de acción: a) Apoyo Técnico para la Coordinación Institucional y la Formulación de Políticas de Desarrollo Rural;

b) Apoyo al Desarrollo Rural de las provincias;

c) Capacitación;

d) Investigación sobre Tecnologías Agropecuarias apropiadas para Pequeños Productores Minifundistas. Indicadores con los que inició el programa:

Para el año 2000, cuando se firmaba la Declaración del Milenio, Argentina estaba en camino a atravesar por una de las peores crisis económicas de

su historia. Un 33.4% de la población vivía por debajo de la línea de la pobreza, mientras que un 9% lo hacía por debajo de la línea de indigencia (cuadro 3.1). Con la crisis la problemática se agudizó, pues ya para 2003 la pobreza alcanzó al 54% de la población, lo que representaba a 12.154.000 argentinos. Por su parte, en el mismo período, el 27,7 % de la población se encontraba en situación de in- digencia, es decir, con ingresos insuficientes para acceder a una canasta básica de alimentos (UNDP, 2010). Cuadro 3.1 Indicadores de seguimiento al primer ODM 2000

Fuente: Encuesta permanente de hogares, Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), 2000.

Metas de del primer ODM para 2015 en Argentina:  Reducir la pobreza a menos del 20%.  Erradicar la indigencia y el hambre.

Resultados particulares del programa: A pesar de que tuvieron que extender su vigencia inicial, entre 1998 y 2011 el programa alcanzó los siguientes resultados significativos:

12.000

proyectos

de

infraestructura

y

productividad

que

beneficiaron cerca de 74.000 familias de pequeños agricultores en 23 provincias, con un total 355.000 personas de las cuales aproximadamente la mitad eran mujeres.

Todas las familias

beneficiarias vieron cómo sus ingresos

aumentaron por lo menos en el 20 por ciento y para unos 39.000. La proporción de agricultores con proyectos de ingresos más bajos se redujo de 15 por ciento a 5 por ciento, lo cual indicó importantes efectos de reducción de la pobreza.

El desarrollo rural y la reducción de la pobreza se consolidaron con éxito como políticas nacionales y provinciales sectoriales.

Fueron creados el Foro de la Agricultura Familiar y el Registro Nacional de Agricultura Familiar, promoviendo mejores relaciones entre el gobierno y los agricultores, así como el desarrollo de una base de datos rural.

Avances del primer ODM en Argentina:

En primer lugar, se debe señalar que según las cifras oficiales la meta establecida para el país de reducir la pobreza a menos del 20% de la población en el año 2015, fue alcanzada ya en el año 2008.

De hecho, de acuerdo con la información suministrada CEPAL (2012), Argentina fue el país de América Latina que mostró la mayor reducción de la pobreza desde el 2002 hasta el 2010. Durante ese periodo, se dice

disminuyó los niveles de pobreza en 36 puntos porcentuales, con lo cual se convirtió en el líder regional en este aspecto, seguida por Perú (23,8 puntos porcentuales), y Venezuela (20,8 puntos).

En comparación con los indicadores del año 2000, el porcentaje de población con ingresos por debajo de la línea de la pobreza se ubicó en 8.3% en 2012 (33.4% en el 2000), mientras que el porcentaje de población con ingresos por debajo de la línea de la indigencia fue de 2.4% (9.0% en el 2000). (Cuadro 3.2).

Cuadro 3.2 Indicadores de seguimiento al primer ODM 2012

Fuente: Encuesta Permanente de Hogares (EPH), INDEC, Semestre I 2011

En cuanto al dato de indigencia y de acuerdo con los datos suministrados por el INDEC, si bien la misma no se ha logrado erradicar, la cifra ha retornado a los mejores niveles históricos (2.4%). Por otra parte, según la FAO la meta de erradicar el hambre muestra avances muy importantes (Cuadro 3.3). En el estudio de dicho organismo Indice Global del Hambre (2012), el cual tiene en cuenta la proporción de la población malnutrida, la prevalencia de menores de 5 años con bajo peso y la proporción de mortandad entre estos niños, estableció que para Argentina el índice es inferior a 5 (los valores por debajo de 5 reflejan poca hambre; entre 5 y 9,9 un hambre moderada; y entre 10 y 19,9 un serio problema).

Cuadro 3.3 Índice global del hambre en argentina

Fuente: FAO, 2012.

No obstante los avances presentados, es menester aclarar que al momento de la realización del presente trabajo, no se ha logrado determinar un consenso general sobre las cifras reales con relación a los indicadores de reducción de la pobreza y la indigencia en Argentina (Diario Clarin, 2013). Pese a los avances que previamente se describieron (basados en las cifras oficiales del Gobierno que fueron presentadas a la CEPAL), de acuerdo con resultados de estudios independientes realizados por el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, la cifra de personas que viven por debajo de la pobreza no es de 8.3% como afirma el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales para el año 2012-, sino de 26,9%. Por otra parte, con respecto a la indigencia los resultados muestran también grandes diferencias: 5,5% según las encuestas independiente contra el 2.4% oficial.

La gran diferencia entre unas y otras cifras, radica esencialmente en un cuestionamiento sobre el índice de Precios, el cual es el indicador del costo de los alimentos y demás bienes en la canasta familiar. Para el Instituto Nacional de Estadística y Censos - INDEC, con ingresos por $1.588 mensuales una familia tipo (matrimonio con dos hijos) no se considera pobre, mientras que los estudios independientes establecieron dicho coste en $3.226, más del doble que el oficial.

En ese orden de ideas, bajo un escenario que considere los datos independientes y teniendo en cuenta la sistemática discrepancia existente en el país frente a los datos oficiales, la meta de reducir la pobreza a

menos del 20% para el 2015 aún no se ha logrado cumplir.

Conclusiones sobre el programa respecto del primer ODM

Como primera gran conclusión sobre el análisis del caso Argentina, puede afirmarse que más allá de que en la actual coyuntura no se hayan logrado unificar criterios sobre las cifras de superación de la pobreza extrema y el hambre en el país, lo preocupante radica en que las cifras independientes estiman que un 26,9% de todos los habitantes de la Argentina son pobres, en tanto que la indigencia afecta la vida de 5,8% de las personas, lo cual ha generado fuertes críticas al gobierno por considerar está encubriendo la situación real de pobreza del país.

En ese orden de ideas, dado que la CEPAL ha trabajado con las cifras oficiales, podría decirse incluso que bajo la óptica de la comunidad internacional Argentina es un país que en este momento no requeriría de cooperación externa para luchar contra la pobreza y el hambre, cuando a nivel interno las manifestaciones son completamente opuestas a dicha enunciación.

Con todo, cabe señalar que los Objetivos de Desarrollo del Milenio desde su postulación se pensaron no con el propósito de mostrar buenas gestiones por parte de los Gobiernos, sino de alcanzar resultados reales de desarrollo humano y mejora de la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo. Así las cosas, constituiría un verdadero despropósito que el Gobierno argentino no entregara las cifras reales respecto de los avances del país en la materia, pues no sólo representa una falta de ética sino de compromiso para con las miles de personas que de manera urgente requieren programas urgentes de capacitación, de generación de empleo, de estabilización financiera y más aún de lucha contra el hambre.

Como pudo observarse en el caso particular del programa PROINDER, hubo una gestión significativa y buenos resultados concretos que se reflejaron en la generación y mejora de ingresos para más de 74.000 familias. Sin embargo, el programa finalizó en el 2011 y como se ha enfatizado, es poco probable que el país se constituya en este momento en un foco de asistencia internacional para considerar su prórroga o para implementar nuevos programas, pues particularmente con respecto a las metas establecidas en los ODM en el papel éstas se han alcanzado, pero la realidad del país muestra que todavía está lejos de hacerlo e incluso las evidencias indican que progresivamente se está alejando más.

3.2.2. Programa Multifase de Apoyo al Plan de Erradicación de Extrema Pobreza, en cooperación con el Banco Interamericano de Desarrollo – BID- BOLIVIA

El Programa

cuenta

con

un

préstamo

otorgado

por el Banco

Interamericano de Desarrollo – BID, que fue aprobado por Decreto Supremo Nº 419, el día 3 de febrero de 2010, en el cual se autoriza a la Ministra de Planificación del Desarrollo a suscribir el Contrato de Préstamo por un monto de hasta U$D20.000.000, destinados a financiar el "Programa Multifase de Apoyo al Plan de Erradicación de la Extrema Pobreza” (PEEP).

El programa tiene como finalidad mejorar las condiciones de la población en situación de extrema pobreza, haciendo especial énfasis en salud y teniendo en cuenta la alimentación y nutrición, principalmente en mujeres embarazadas, madres, niños y niñas menores de dos años del ámbito rural e indígena. Funciona a través de incentivos tanto a nivel de demanda, como de la oferta de servicios de salud, mediante la refacción, equipamiento y capacitación de personal de establecimientos de salud, fortalecimiento de las organizaciones sociales y comunitarias, y la

institucionalidad y capacidad de gestión del Ministerio de Planificación del Desarrollo.

Plan de financiamiento:  A partir de 2009 se aprobaron 20 millones de dólares (por parte del BID).

Población objetivo:

Parte de la población que se encuentra en extrema pobreza, teniendo en cuenta mayormente a mujeres embarazadas, madres, niños y niñas menores de dos años del ámbito rural e indígena.

Componentes:

El PEEP contempla 4 componentes: 1. Alimentación y Nutrición – relacionada con transferencias 2. Oferta de Servicios 3. Organizaciones Sociales y Comunitarias, y 4. Fortalecimiento Institucional y Evaluación.

Los tres primeros componentes son ejecutados por el Ministerio de Salud y Deportes y el cuarto componente por el Ministerio de Planificación del Desarrollo.

Metas del primer ODM para 2015 en Bolivia:  Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un dólar al día.  Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.

Avances del primer ODM en Bolivia:

Según el sexto informe de progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Bolivia (2010), a partir del año 2007 se observan avances importantes en la reducción de la pobreza extrema en Bolivia como resultado de diferentes factores, entre los cuales se pueden señalar el incremento de los ingresos de los hogares que provienen de fuentes laborales, el bajo incremento de precios de alimentos en el área rural y la política de transferencia de recursos a la población vulnerable a través de la creación de programas sociales como el bono Juancito Pinto (2006), la Renta Dignidad (2008) y el bono Juana Azurduy (2009).

Antes de la implementación del programa, el porcentaje de personas que vivían con un ingreso inferior a la canasta básica alimentaria (CBA) era del 37,7% del total de la población, mientras que para el año 2009 se estima que los mismos representarían el 26,1%, es decir, una disminución de 11,6 puntos porcentuales en este periodo, lo cual indica que solamente restarían 2 puntos porcentuales para alcanzar la meta del Milenio (MDM) fijada por el país para el año 2015 (24,1%). En el área rural es donde se observa la mayor reducción del porcentaje de pobres extremos, de 75,0% en 2000 a 48,1% en 2009 (26,9 puntos porcentuales); en zonas urbanas esta disminución fue de 13,1 puntos porcentuales. En términos absolutos significa que existen 2,7 millones de personas pobres extremas en el

territorio nacional, de las cuales 1,0 millón reside en el área urbana y 1,7 millones están en el área rural.

No obstante, de acuerdo a los reportes si bien la extrema pobreza en Bolivia se redujo en 20 puntos porcentuales desde el año 2000, la cifra es menor al promedio latinoamericano (11,5%).

Actualmente en Bolivia existen más de dos millones de personas que viven en extrema pobreza, la cual se concentra mayormente en el área rural, donde el 41% de la población vive en la indigencia. Finalmente, la desnutrición infantil continúa siendo un gran problema para el país. Según la CEPAL, en el año 2009 había aproximadamente 160 mil niños menores de tres años que se encontraban con desnutrición crónica.

Indicadores de seguimiento al primer ODM en Bolivia Cuadro 3.4

Fuente: PNUD, 2013

Indicadores con los que inició el programa:

Según datos de Unicef (2010), Bolivia, es uno de los países de Latinoamérica más afectados por la pobreza extrema. Diferentes grupos étnicos la padecen, según el género y el origen étnico, vulnerando a diario sus derechos humanos y sin poder satisfacer sus necesidades básicas, lo cual provoca que su calidad de vida se vea totalmente afectada con una baja esperanza de vida y sin posibilidad de

educación, lo que lleva

finalmente a que sean totalmente excluidos de la oportunidad de desarrollar sus propias capacidades para desenvolverse productivamente dentro de la sociedad.

En 2007, la incidencia de la pobreza alcanzaba el 60% de la población y un 38% se encontraba en condición de indigencia (UDAPE, 2009, con datos INE 2007). En 2008 según la UNDP, Bolivia presentó los niveles más bajos de indicadores de desarrollo humano en Latinoamérica. Siendo la desigualdad una de las más altas de la región. Cuadro 3.5 Población por área geográfica, según condición de pobreza año 2007 Condición

de

pobreza

Total

Área urbana

Área rural

Población No Pobre

3.930.747 3.151.459 779.288

Pobre

5.919.766 3.266.991 2.652.775

Pobre Extremo

3.714.076 1.519.453 2.194.623

Total

9.850.513 6.418.450 3.432.063

%

de

la

población No Pobre

39,90%

49,10%

22,71%

Pobre

60,10%

50,90%

77,29%

Pobre Extremo

37,70%

23,67%

63,94%

Total

100

100

100

Fuente: Instituto Nacional de Estadística - Encuesta de Hogares (*) No se incluyen empleadas (os) del hogar, ni parientes de las(os) empleadas(os) del hogar

Como se puede observar en (cuadro 3.6), de toda la población que sufre de pobreza extrema, el 63,94% corresponde a indígenas en el área rural y el 23,67% a indígenas en el ámbito urbano, sumando un total de 87,61% de indígenas entre los extremadamente pobres.

Cuadro 3.6 Incidencia de Pobreza por Área Geográfica, según Sexo año 2007 ÁREA

ÁREA

SEXO

TOTAL

Total

60,10% 50,90%

77,29%

Hombre

58,92% 49,73%

76,28%

Mujer

61,20% 52,01%

78,24%

URBANA RURAL

Fuente: Instituto Nacional de Estadistica - Encuesta de Hogares. (*) No se incluyen empleadas (os) del hogar, ni parientes de las(os) empleadas(os) del hogar

Cuadro 3.7 Incidencia de Pobreza Extrema por Área Geográfica, según sexo año 2007 ÁREA

ÁREA

SEXO

TOTAL

Total

37,70% 23,67%

63,94%

Hombre 36,64% 22,81%

62,78%

Mujer

65,03%

URBANA RURAL

38,70% 24,50%

Fuente: Instituto Nacional de Estadistica - Encuesta de Hogares. (*) No se incluyen empleadas (os) del hogar, ni parientes de las(os) empleadas(os) del hogar

Cuadro 3.8

Estadísticas e Indicadores de Salud año 2009 Establecimientos de salud

3.336

Número de camas en establecimientos de salud

14.957

Episodios de diarrea en menores de 5 años atendidos en servicio

18.075

Casos de neumonía en menores de 5 años atendidos en servicio

13.423

Número de nacidos con bajo peso al nacer

8.540

Consultas prenatales nuevas

383.887

Partos domiciliarios atendidos por personal de salud

14.172

Número de mujeres con el primer control post parto

125.245

Número de mujeres con el cuarto control prenatal

164.911

Total partos atendidos (dentro y fuera de servicio)

186.903

Mujeres con muestra de Citología Cérvico Vaginal (PAP) tomada

336.644

3ra dosis de vacuna pentavalente aplicada a menores de 1 año

221.253

3ra dosis de vacuna antipolio aplicada a menores de 1 año

220.082

Número de dosis aplicadas de vacuna BCG en menores de 1 año

229.260

Total de Consultas

1.922.395

Consultas externas nuevas

13.271.093

Consultas externas repetidas

3.877.225

Fuente: MINISTERIO DE SALUD Y DEPORTES - SISTEMA NACIONAL DE INFORMACIÓN DE SALUD

Teniendo en cuenta el Gráfico, se puede observar que Bolivia cuenta con un total de 3.3336 establecimientos de salud, y tiene 1.922.395 de consultas, una desproporción importante entre la oferta de salud y la demanda por parte de la población boliviana, provocando una falta de acceso a servicios de salud que se reflejaron en altas tasas de mortalidad infantil y de mortalidad post–neonatal.

Metas específicas del programa en relación con el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio:  Contribuir a mejorar las condiciones de salud, alimentarias y nutricionales de la población en extrema pobreza, principalmente en madres niños y niñas menores de dos años del ámbito rural e indígena, a través de incentivos tanto a nivel de la demanda, como de la oferta de servicios de salud.  Fortalecer las organizaciones sociales y comunitarias, así como la institucionalidad

y capacidad

de

gestión

del

Ministerio

de

Planificación del Desarrollo.

Resultados particulares del programa:

Actualmente el proyecto se encuentra aprobado y en etapa de ejecución de recursos desembolsados por el BID. Entre sus logros actuales se encuentra:  Partos atendidos por personal calificado entre mujeres beneficiarias del Bono en los municipios priorizados.  Atención a niños con desnutrición aguda, moderada y/o severa entre los 3 y 23 meses de edad beneficiarios del Bono en los municipios priorizados. A 1.94.

 Atención a niños con esquema vacunal completo a los 12 meses en los municipios priorizados.  Se presentó un notable avance en la cobertura, calidad y pertinencia cultural de servicios de salud materno-infantil en los municipios priorizados. Cabe señalar en este punto lo dicho por Heraldo Muñoz, director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, quien expresó que Bolivia era comparada con Haití en cuanto a nivel de la pobreza, pero hoy en día, gracias a su progreso está ubicada con Paraguay, el Salvador y Nicaragua, aunque todavía está lejos de Chile, Perú o Argentina.

Según el último Informe mundial sobre Desarrollo Humano (2013) publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD),

Bolivia asciende 12 puestos en la clasificación mundial,

registrando un importante avance en desarrollo humano, este crecimiento fue obtenido por haber invertido en educación, salud y otros servicios sociales. Subiendo el índice de 0,671 a 0,675 lo cual la ubica en el bloque de las naciones con desarrollo humano medio.

Conclusiones sobre el Programa respecto del primer ODM

Según datos del sexto informe de progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Bolivia (2012), a nivel nacional, la pobreza extrema se redujo en 16,6 puntos porcentuales entre los años 1996 al 2009, y presentó los mayores avances en los últimos dos años; pero las desigualdades aún persisten en el ámbito geográfico. Igualmente, la desnutrición crónica en menores de tres años, que se constituye en una de las expresiones del hambre, registró una disminución en el periodo 2003-2008; pero aún persisten grandes inequidades si se la analiza por nivel socioeconómico. Esto revela que los progresos no han sido

homogéneos en toda la población, ya que el grupo de los más pobres es el más rezagado.

No obstante los avances, Bolivia continúa siendo un país rezagado en la región en términos de la lucha contra la pobreza y el hambre. Para el 2008 la pobreza extrema seguía afectando al 33% de la población (una de las incidencias más altas de América Latina y el Caribe) y el 59% de la gente seguía viviendo bajo la línea de pobreza (Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Bolivia y PNUD, 2010 – “Boletín sobre el estado del desarrollo humano en Bolivia), y las proyecciones actuales no son muy alentadoras:

Cuadro 3.9

Evolución porcentual de la pobreza con y sin transferencias monetarias, 2005-2015

Fuente: Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Bolivia, 2010, p. 11 “Bolivia: Mejorando el acceso a la educación y la salud materno-infantil mediante programas de incentivos monetarios”; presentación de Roland Pardo Saravia, Subdirector de Política Social).

3.2.3. Programa Fome Zero (Hambre Cero), en cooperación con la FAO, BID y el Banco Mundial – BRASIL

En el año 2003, el Gobierno Federal de Brasil declaró la lucha contra el hambre como una prioridad con la finalidad de garantizar una alimentación adecuada, promoviendo la seguridad alimentaria y nutricional de la población más vulnerable. De igual manera, se buscó reforzar el vínculo entre la acción del Estado y la Seguridad Alimentaria y Nutricional, creando políticas sociales con estados y municipios, e implementando programas y acciones para superar la pobreza y las desigualdades de acceso a los alimentos.

En total se diseñaron 31 programas sociales, entre los que se encuentran: Bolsa Familia, Programa para la Adquisición de Alimentos y Fondo de Desarrollo para la Educación Básica, entre otros. Presupuesto: Se calculó que el proyecto aproximadamente tendría un costo total de R$45 billones al año, con lo cual el Estado de Brasil buscó nuevas fuentes de entrada de beneficios generados por el crecimiento económico, tratando de mejorar el manejo de los recursos y evitando el desperdicio y la corrupción. Así mismo, se pretendió lograr reducir los intereses de la deuda pública.

También, como fuente de recursos es necesario mencionar el Fondo de Combate a la Pobreza, el cual se previó que aportaría $4 billones al año. Otra fuente son las donaciones de empresas, y las donaciones de sociedades entre el gobierno y la sociedad civil. Las mismas serían estimuladas a partir de la creación de incentivos, como disminución de los impuestos y el marketing social. Además cuenta con los bienes incautados como resultado de violaciones de las leyes fiscales.

Población objetivo: El Programa tiene como objetivo a la población más vulnerable a causa del hambre, es decir 44 millones de personas muy pobres, cuya renta es inferior a 1 dólar estadounidense al día, cerca de 80,00 reales brasileños al mes.

Componentes: Los programas y acciones de FOME ZERO (2013) están organizados en cuatro ejes articuladores: 1- Acceso a alimentación: -Transferencia de Ingresos: 

Bolsa Familia

-Con Programas de Alimentación y Nutrición: 

Programa de Alimentación Escolar (PNAE)



Alimentos a grupos de poblaciones específicas



Dotación de agua potable a través de carros cisternas



Restaurantes populares



Bancos de alimentos



Agricultura urbana/Huertos comunitarios



Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (Sisvan)



Distribución de vitamina A (Vitamina A+)



Distribución de hierro (Salud de hierro)



Alimentación y nutrición de pueblos indígenas



Educación alimentaria, nutricional y para el consumo



Alimentación saludable/promoción de hábitos saludables

-Con incentivos fiscales: 

Alimentación del trabajador (PAT)

-Con reducción de impuestos:



Exoneración de la canasta básica de alimento

2- Generación de Ingresos 

Calificación social y profesional



Economía solidaria e inclusión productiva



Consorcio de Seguridad Alimentaria y Desenvolvimiento Local (Consad)



Organización productiva de comunidades (Producir)



Desarrollo de cooperativas de catadores



Microcrédito productivo orientado

3- Fortalecimiento de la Agricultura Familiar 

Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar (Pronaf)



Garantía de cosecha



Seguro de la Agricultura Familiar



Programa de Adquisición de Alimentos de la Agricultura Familiar (PAA)

4- Articulación, movilización y control social 

Casa de las Familias – Centro de Referencia de Asistencia Social (CRAS)



Movilización social y educación ciudadana



Capacitación de agentes públicos y sociales



Voluntariados y donaciones



Acuerdos con empresas y entidades



Control social – consejo de área social

Por otra parte, las principales políticas implementadas por "Fome Zero", están clasificadas en:

-Estructurales 

Generación de empleo y políticas de aumento del ingreso



Reforma Agraria



Providencia social



Merienda escolar y Renta mínima



Incentivos a la Agricultura Familiar

-Específicas 

Programa de cupones de alimentación* (principal propuesta)



Ampliación del PAT



Donación de canastas básicas de emergencia



Combate a la desnutrición materno - infantil



Mantención de stocks de seguridad



Seguridad y calidad de los alimentos



Programas de educación sobre alimentos y su consumo

-Locales 

Áreas metropolitanas: 1. Restaurantes Populares 2. Banco de alimentos 3. Modernización del equipamiento público 4. Nueva relación con supermercados y redes de distribución



Áreas no metropolitanas: 1. Banco de alimentos 2. Relaciones con minoristas 3. Modernización del equipamiento público 4. Agricultura urbana



Áreas rurales: 1. Apoyo al autoconsumo 2. Apoyo a la agricultura familiar

Metas del primer ODM para 2015 en Brasil:  Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un dólar al día.  Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.

Resultados y avances del programa:

Como primer gran logro del programa, se obtuvo el haber consolidado estadísticas frente al hambre y la pobreza en Brasil, tras realizar un minucioso estudio:

Al respecto, el Gobierno del Brasil (2013) manifiesta que el programa logró identificar, con base en los datos de la Encuesta Nacional por Muestreo de Domicilios (PNAD) del IBGE de 1999, la existencia de 9,3 millones de familias y 44 millones de personas muy pobres (con renta inferior a US$ 1,00 al día, que representa cerca de R$ 80,00 mensuales en reales de agosto de 2001), que se consideraron el público beneficiario potencial de este

Proyecto, por encontrarse vulnerables al hambre. Esa población

pobre representa el 22% de las familias y 28% de la población total del país y son: el 19% de la población (o 9 millones) de las regiones metropolitanas, 25% de la población (20 millones) de las zonas urbanas no-metropolitanas y 46% de población rural (15 millones). Hay una fuerte concentración de esa población en la Región Noreste (50% de los pobres) y en la Región Sureste (26%). En las demás regiones, la proporción es de 9% en la Región Norte, 10% en la Región Sur y 5% en la Región CentroOeste. La renta media de estas familias es de R$ 48,61 (en R$ de agosto de 2001), o sea, menos del 10% de la renta de los no-pobres.

Bajo este escenario, se implementó el programa que bajo cifras actuales

se calcula beneficia un total de 11,1 millones de familias pobres de Brasil (es decir, alrededor de 45 millones de personas - el 25% del total de la población del país) quienes reciben unos 60 reales mensuales. Además, se constató que el 76 por ciento del dinero se gasta en alimentos y que cada vez un número mayor de familias empezó a mejorar la frecuencia de las comidas y su contenido nutricional.

De igual forma, todos los niños y adolescentes brasileños que estudian en las escuelas públicas - un total de 36,3 millones – ha mejorado su acceso a una comida nutritiva diaria. Por otra parte, según datos del Gobierno, casi 2 millones de pequeños agricultores -incluyendo pobladores de la Reforma Agraria, tienen acceso a crédito, teniendo casi 700 mil personas que lo logran por primera vez en su vida. Los recursos asignados al crédito fueron rápidamente aumentado desde 2003, superando a los U$D 9 mil millones en 2006, con una contribución importante de recursos extrapresupuestarios y ampliando la escala de los programas de seguros de cosechas para la agricultura familiar.

Finalmente, se destaca el reconocimiento internacional que ha recibido el programa Fome Zero de manera constante. Al respecto, Brasil recibió dos premios internacionales por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre. La ONG ActionAid lo mostró como el país mejor preparado para luchar contra el hambre en una lista de 28 países en desarrollo. También le entregaron el Premio Mundial de Alimentos al ex presidente Lula, por sus esfuerzos para acabar con el hambre.

Avances del primer ODM en Brasil:

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores (2009) se puede observar que en 2007 la pobreza bajo un 37% más que en 1997, y la pobreza extrema un 53%. También se puede valorar una importante mejora en la desnutrición infantil que resultó un 46% menos:

Cuadro 3.10 Indicadores Sociales entre 1997 a 2007

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores. Soberanía e segurança alimentar e nutricional no Brasil: políticas públicas innovadoras.

Cuadro 3.11 Evolución de la Extrema Pobreza de 2001 a 2008

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores. Soberanía e segurança alimentar e nutricional no Brasil: políticas públicas innovadoras

Según informes de la Presidencia de la República, en Brasil en el año 1992, el 11,7 % de la población vivía con menos de 1 dólar al día, en 2006, ese porcentaje cayó a un 4,7 %, logrando una reducción del 56% en el grado de desigualdad de la renta. En ese sentido, las transferencias de renta de programas sociales fueron responsables del 28 % de la caída de la desigualdad en el período. El Programa Bolsa Familia fue responsable del 21 % de la reducción, y el beneficio de prestación

continua del 7 %.

Según informe del Ministerio de Desarrollo Agrario del Brasil, Brasilia (2012), el efecto de estos programas se puede observar en los resultados alcanzados, por ejemplo, una familia que fue incluida en el Programa Bolsa Familia disminuyó un 31% el riesgo de tener un niño con desnutrición crónica, y el 62% en niños de entre 6 y 11 meses.

Dicho informe afirma que nueve de cada diez familias relatan mejoras en su alimentación; siete de cada diez afirman que se amplió la variedad de alimentos consumidos, y nueve de cada diez niños toman tres o más comidas al día. El aumento del poder de compra de las familias también tiene consecuencias en el desarrollo local y en las desigualdades regionales. Los beneficios otorgados a las familias generan importantes efectos sobre las economías locales, creando nuevas oportunidades de trabajo y renta. Las transferencias para ancianos y personas deficientes (incluidas en el beneficio de prestación continua) representan porcentajes significativos, que van del 12,5 % al 27,1 % del total de las transferencias a los

municipios previstas en la Constitución; el porcentaje más alto

corresponde a la región Nordeste. El Programa Bolsa Familia incrementa la renta de las familias en

un 29,2 %. En la región Nordeste, este

incremento es de un 34,4 %; en el semiárido, un 57 % de la población recibe este beneficio. Entre 2003 y 2006 la reducción de la pobreza fue del 31,4 %. En 2003, un 28,17 % de la población estaba por debajo de la línea de la pobreza. En 2006, el porcentaje se redujo a un 19,31 %: esto significa

que en ese período 14 millones de personas superaron la

pobreza.

Conclusiones sobre el programa respecto del primer ODM

Como primera observación, es necesario enfatizar que Brasil alcanzó ya las metas planteadas con respecto al primer ODM.

De manera evidente, el programa FOME ZERO potenció este logro de manera transversal con otros programas como Brasil sin Miseria, el cual logró incluir desde 2011 a 2012, 687.000 nuevas familias que están recibiendo Bolsa Familia. Para mayo de 2012, el programa atendió a 13,5 millones de familias.

Los resultados de FOME ZERO han sido contundentes, y prueba de ello son las cifras actuales:

En cuanto se refiere a reducción de la pobreza, Brasil hizo en 4 años lo que le tomó 15 años al resto de América latina: la bajó casi 10 puntos, desde 38,2 % en 2002 a 29,6 % en 2006 (hoy hay 11,2 millones menos de pobres y 9,6 millones menos de pobres extremos).

Por otra parte, es importante mencionar que la Presidente Dilma Rousseff cuando asumió la presidencia prometió que la erradicación de la pobreza sería una de sus principales objetivos y por ello lanzó el programa Brasil sin pobreza, con el objetivo de mejorar la vida de los 16,2 millones de personas que viven en hogares donde el ingreso mensual es de R $70 per cápita.

No obstante las buenas lecciones dejadas y el increíble avance que ha presentado Brasil en los últimos tiempos, la coyuntura actual expone al mundo una serie de protestas masivas en las principales ciudades de Brasil desde comienzos de junio de 2013, en donde el Gobierno ha recibido fuertes críticas especialmente en materia de inseguridad, acceso a la salud y desigualdad social. En ese sentido, el Banco Mundial (2013) lo sitúa como la séptima economía del mundo, pero también lo ubica en el último percentil en términos de igualdad en la distribución del ingreso, y su tasa de inversión como porcentaje del PBI es menor que la de Perú, Chile, la Argentina y Colombia.

Hoy en día Brasil es una potencia, y como tal puede decirse que la gente no reclama por aquello que ha perdido, sino por aquello que espera recibir. Para el Gobierno actual de Dilma Rousseff y para los futuros gobiernos representa un gran reto poder mantener el crecimiento económico y más aún, seguir reduciendo la pobreza en los niveles que ha logrado durante los últimos años. Para América Latina, Brasil es hoy en día un ejemplo de buenas prácticas (en menor medida Chile, Colombia y Perú), y como tal es menester que en el proceso de análisis sobre la pobreza se piense no únicamente en la forma de reducirla para alcanzar lo dispuesto en los ODM, sino en cómo mantener bajos los niveles de la misma y en el mismo sentido procurar el desarrollo económico y social de los países. 3.2.4. Fondo Chile contra el Hambre y la Pobreza – CHILE

El Fondo chileno contra el Hambre y la Pobreza surgió por iniciativa del Gobierno de Chile y el PNUD, con el propósito de impulsar la política de cooperación del Gobierno de Chile a través de la creación e implementación de un fondo de cooperación internacional para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y, en particular del primero, erradicar el hambre y la pobreza extrema.

De acuerdo con la Agencia de Cooperación Internacional de Chile, con la creación de dicho Fondo se pretenden promover acciones de Cooperación Sur -Sur y compartir los buenos resultados alcanzados por Chile en temas económicos y sociales, así como en el diseño, implementación

y

evaluación de políticas públicas, con países de igual o menor desarrollo relativo. El fondo parte de un concurso para desarrollar proyectos de asistencia técnica en países designados como prioritarios. Los proyectos que se seleccionen pueden ser ejecutados en alianza con organismos regionales

y deben tener como fin apoyar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y señalar explícitamente la forma en que combaten contra el Hambre y la Pobreza.

De conformidad con los lineamientos del programa, en la ejecución de iniciativas pueden participar organismos regionales con representación en Chile, instituciones públicas, organizaciones privadas y de la sociedad civil chilena, o bajo la modalidad de alianzas entre ellas. Los proyectos presentados se seleccionan de acuerdo a las reglas de concurso establecidas por el Comité Directivo y a los procedimientos de PNUD para su ejecución y posterior evaluación.

Finalmente, el Fondo prevé también acciones de respuesta rápida a peticiones de ayuda humanitaria y de desastres. Esta es una línea abierta y por su naturaleza, no tiene convocatoria.

Bajo estas líneas de acción, el proyecto abarca tres fases para su ejecución, a saber (Agencia de Cooperación Internacional de Chile, 2013):

1. Diseño, organización y bases del Fondo Chile para Combatir el Hambre y la Pobreza, 2. Financiamiento de iniciativas en el marco del programa diseñado basados en la transferencia de experiencias chilenas en políticas públicas y apoyo a requerimientos de países receptores. 3. Monitoreo y Evaluación del Programa.

Actualmente el programa se encuentra en ejecución dentro de la vigencia 2011-2014.

Presupuesto:

El Congreso chileno aprobó el 1 de diciembre del 2006, la Ley N° 20.138 mediante la cual autorizó efectuar, en representación del Gobierno de Chile, aportes hasta por un total de US$5 millones anuales, que se convengan como parte de iniciativas internacionales contra el hambre y la pobreza y se canalicen con tal objeto a los Fondos, Programas y Agencias del Sistema de Naciones Unidas. Desde ese año Chile ha implementado este

mecanismo

de

cooperación

internacional

aportando

aproximadamente US$ 24 millones para combatir el hambre y la pobreza.

Población objetivo:

Organizaciones de la sociedad civil y organismos públicos (Ministerios, Servicios dependientes y descentralizados, y Universidades), que presenten proyectos para llevar a cabo en solo un país (local) o en varios países específicos dentro de una región (regional), con la finalidad específica de erradicar el hambre y la pobreza extrema.

Los proyectos a financiar se pueden desarrollar en áreas temáticas como desnutrición infantil y adolecente, fomento al empleo y empleo decente (incluyendo a mujeres y jóvenes), seguridad alimentaria, , diseño de programas sociales con impacto en políticas contra el hambre y la pobreza, entre otros.

Componentes:

El Fondo chileno contra el Hambre y la Pobreza abarca los siguientes componentes:

 Diseño, preparación, evaluación y supervisión de las iniciativas financiadas por el Fondo Chile Contra el Hambre y la Pobreza será de responsabilidad del Gobierno de Chile y del PNUD.  El Fondo procura estar compuesto inicialmente en hasta un tercio de lo que Chile aporta a la cooperación internacional en la lucha contra el Hambre y la Pobreza, de acuerdo a la ley 20.138.  Tiene

un Comité Directivo responsable por tomar todas las

decisiones finales en relación a las actividades a ser financiadas de acuerdo a los proyectos que concursen.  Los proyectos deberán provenir de los países, temas y modalidades designados como prioritarios por el Comité Directivo.  En la ejecución de iniciativas podrán participar instituciones públicas y organizaciones

privadas y de la sociedad civil chilenas,

seleccionadas de acuerdo a las reglas establecidas por el Comité Directivo.  Los proyectos que financie el Fondo deben tener una duración maxima de 1 año para ser ejecutados, con un monto a financiar máximo de U$D 200,000 por proyecto. Indicadores con los que inició el programa:

Teniendo en cuenta que éste es un programa de cooperación cuyo ámbito geográfico abarca todos los países latinoamericanos, es necesario recapitular los indicadores de hambre y pobreza a nivel regional, en el marco de los cuales se ejecuta la cooperación a través del Fondo.

Así las cosas, para los años 2006-2008 (cuando se aprobó la Ley N°

20.138 mediante la cual autorizó efectuar, en representación del Gobierno de Chile, aportes hasta por un total de US$5 millones anuales para combatir la pobreza y el hambre) América Latina presentaba el siguiente panorama: Cuadro 3.12

Fuente: CEPAL 2010, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

De acuerdo con las estimaciones de la CEPAL, la pobreza extrema en América Latina abarca a un 12,9% de la población, cifra que equivale a alrededor de 71 millones de personas. Este grupo forma parte de un conjunto más amplio de población pobre, cuyos ingresos son insuficientes para adquirir una canasta básica que incluye tanto alimentos como noalimentos, y que representa al 33,0% de la población de la región, es decir, 180 millones de personas (CEPAL, 2010).

Por otra parte, de acuerdo con dicho organismo el porcentaje de personas indigentes en la region era de 12,9%, estando a menos de 2 puntos porcentuales de distancia de la meta
 (11,3%). Así las cosas el descenso

de la pobreza entre 1990 y 2008 se vio favorecido por cuatro elementos, que operaron con intensidades diferentes en distintos períodos: el crecimiento económico, las mejoras distributivas, la fuerte expansión del gasto social y el efecto demográfico de disminución de la fecundidad, de la dependencia y del tamaño medio de los hogares. Cuadro 3.13

Fuente: CEPAL 2010, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

Bajo este scenario, a continuación se presentan las metas que se plantearon para la region en el marco del 1er ODM.

Metas de del primer ODM para 2015 en América Latina: La meta general del primer ODM consiste en reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día. Cabe señalar que de acuerdo a la CEPAL (2010) la extrema pobreza en América Latina disminuyó cerca de cuatro puntos porcentuales (de 22,5% a 18,6%) entre 1990 y 2004, un avance menor al necesario

para asegurar el cumplimiento en el año 2015 de esta primera meta del Milenio. Por otra parte, se progresó en la reducción del hambre y de la desnutrición infantil y se dice que la mayoría de los países probablemente cumplirán la meta de erradicación del hambre.

Bajo este escenario aparece el Fondo Chile contra el Hambre y la Pobreza, como un programa que aspira contribuir al logro efectivo de estas metas planteadas para la región, en particular con aquellos países que muestran mayor rezago al respecto.

Resultados particulares del programa Avances del primer ODM en Chile: Dado que el programa aún se encuentra en etapa de implementación, a la fecha no presenta resultados concretos contables, sin embargo es importante resaltar que Chile, como país promotor y ejecutor del programa, ha logrado reducir de manera sistemática la pobreza extrema y el hambre a niveles muy bajos, y al mismo tiempo logró mantener un crecimiento económico estable, con lo cual ha fortalecido no sólo el funcionamiento de su economía, sino también de sus políticas sociales. Ejemplo de ello es que en el cumplimiento de la primera meta (reducción de proporción de personas en situación de pobreza extrema) se disminuyó de 10,0% en 1990 a 3,4% en 2000 y a 1,5% en 2009, habiendo superado ya la meta de reducción a la mitad propuesta para el año 2015.

Igualmente, en cuanto a erradicación del hambre, el porcentaje del país para el año 2009 fue de 0,4% lo cual significa que el país ya cumplió también la meta de un máximo de 0,5% de niños con desnutrición fijada para el 2015. En ese orden, habiendo logrado la consecución de las metas propias establecidas, actualmente como ya se mencionó Chile contribuye en la consecución de los ODM por los demás países. Como muestra de ello, actualmente, algunos de los proyectos preseleccionados para recibir fondos son:

Código

Título

Organización Ámbito geográfico

proyecto

Monto USD

2012-05 Piloto de huertas de

América

Guatemala

54.950

Paraguay

99.716

El salvador,

60.000

solidaria

autoconsumo familiar y comunitarias en centro América 2012-06 Trabajos de

Fundación

invierno 2013 techo Chile 2012-08 Programa

Coaniquem

internacional

Honduras, Guatemala,

de

Costa Rica, Panamá y

capacitación

Republica Dominicana

en prevención de quemaduras 2012-10 Desarrollando Fundación capacidades

para la

con las

superación de

personas en

la pobreza

Peru

198.720

pobreza de cangallo. 2012-12 Diplomado

Fundación

Guatemala, Honduras, 74.175

internacional

Henry

El Salvador,

de

dummont

Nicaragua, Costa Rica

especialización en seguridad alimentaria y nutricional. Fuente: Fondo Chile, 2013

y Panama.

Conclusiones sobre el programa respecto del primer ODM:

Como primera gran conclusión sobre el Fondo Chile contra el Hambre y la Pobreza, se puede afirmar que es destacable el hecho de que un país de América Latina no sólo haya alcanzado plenamente y de manera anticipada las metas propuestas para el primero ODM, sino que además haya asumido la posición de Estado cooperante, con lo cual da muestras de su ascenso político, económico y social en la región. Es un caso emblemático en la medida en que representa la situación ideal a la cual aspiran llegar los demás países latinoamericanos –al menos en cuanto a situación de pobreza y hambre se refiere-, además de un ejemplo de buena gestión para el desarrollo de futuros programas de cooperación.

En segunda medida, debe señalarse la trascendencia del acuerdo entre el Gobierno de Chile y el PNUD-Naciones Unidas, para diseñar, implementar y ejecutar el programa. Nuevamente, remarcando que una nación latinoamericana haya dejado de ser receptora, para ponerse a la par como “socio” de política social con una de las agencias de cooperación más grande del mundo, pasando a la lista de país desarrollado que asiste en la consecución global de los Objetivos de Desarrollo del Milenio

3.2.5. Food Assistance to Internally Displaced Persons and Other Highly Food-Insecure Groups Affected by Violence (Asistencia alimentaria a personas desplazadas y otros grupos con inseguridad alimentaria afectados por la violencia) - COLOMBIA

El Proyecto Asistencia alimentaria a personas desplazadas y otros grupos gravemente afectados por la inseguridad alimentaria y la violencia comenzó en abril de 2008, con la finalidad de atender a más de 530 mil beneficiarios por año; con una duración de tres años, fue considerado el programa de cooperación para desplazados desarrollado por una agencia

del Sistema de las Naciones Unidas más importante en Colombia.

Su finalidad consistió en brindar asistencia a través de diferentes modalidades como alimentación escolar, programas alimentarios para mujeres gestantes y niños menores de dos años, programas de capacitación y trabajo a cambio de alimentos y asistencia alimentaria para comunidades en riesgo de desplazamiento, entre otras. Plan de financiamiento:

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y el Gobierno de Colombia invirtieron 157 millones de dólares. El PMA hizo un llamado internacional ante la comunidad de donantes para recaudar 93 millones de dólares, mientras el Gobierno de Colombia se comprometió a invertir 64 millones de dólares durante el mismo período a través de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidades que conjuntamente con el PMA implementan actividades de asistencia alimentaria para población desplazada en el país.

Población objetivo:

-Los hogares desplazados que padecen inseguridad alimentaria; -Las comunidades que acogen a las personas desplazadas; -Las comunidades identificadas por los sistemas de alerta temprana que corren el riesgo de ser desplazadas o cuyos movimientos y acceso a los alimentos están sujetos a restricciones y limitaciones por confinamiento y bloqueo; y -Poblaciones indígenas y afrocolombianas.

Componentes:

El programa está compuesto por dos fases principales:

 Fase de Emergencia: Focalizar a poblaciones en situación de desplazamiento y afectadas por la violencia que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad extrema y que están por fuera de los programas que combaten la pobreza o se encuentran por fuera de los programas dirigidos a población desplazada. -Busca integrarlos a los procesos de recuperación y a los programas que ofrece el Gobierno.  Fase de Recuperación: realización de actividades de alimentos por trabajo y de alimentos para la capacitación. En cada actividad la OPSR vinculará a los beneficiarios con programas de inversión social ofrecidos por el Gobierno, especialmente en el ámbito de salud, educación, la capacitación y la generación de ingresos.

Metas del Programa en relación con los Objetivos del Desarrollo del Milenio:  Proteger y contribuir a restablecer los medios de subsistencia de la población desplazada interna y de otras poblaciones afectadas por la violencia, incrementando su capacidad para satisfacer las necesidades alimentarias y hacer frente a las crisis.  Contribuir a mejorar el estado nutricional de las poblaciones beneficiarias, haciendo hincapié en las mujeres gestantes y lactantes y en los niños menores de 6 años.  Respaldar el acceso a la educación de las poblaciones en situación de desplazamiento y en situación de riesgo.  Aportar la construcción y rehabilitación de bienes productivos, desarrollo de capital humano, y la adquisición de actitudes para

conservar y diversificar la base de sustento de la población en situación de desplazamiento en riesgo de inseguridad alimentaria.

Avances del primer ODM en Colombia:

Según informe del Departamento Nacional de Planificación de 2013, y como se puede observar en el grafico de la parte inferior, hubo una disminución del 17% de pobreza monetaria entre 2002 y 2012, mientras que un 1,34% entre 2011 y 2012, lo cual significa que 428 mil personas dejaron de ser pobres por sus ingresos en el año 2012.

Cuadro 3.14 Incidencia de la Pobreza Nacional 2002-2012

Fuente: Cálculos DANE con base en Encuesta Continua de Hogares 2002-2005 y Gran Encuesta Integrada de Hogares 2008-2012.

Teniendo en cuenta que las cifras hacen también una diferenciación entre la zona urbana y la rural, se puede observar que en la urbana hubo una disminución del 17,1% entre los años 2002 y 2012, mientras que en la zona rural la pobreza monetaria se redujo en 14.9% entre 2002 y 2012, al pasar de 61,7% a 46,8%.

Cuadro 3.15

Fuente: Cálculos DANE con base en Encuesta Continua de Hogares 2002-2005 y Gran Encuesta Integrada de Hogares 2008-2012.

Con respecto a la pobreza extrema, a nivel nacional ésta pasó de 17.7% a 10.4%, mostrando una reducción de 7.3% entre 2002 y 2012. Por su parte, entre 2011 y 2012 hubo una disminución de 0,2%, lo cual significa que el número de pobres extremos se redujo en 40 mil personas.

Cuadro 3.16

Fuente: Cálculos DANE con base en Encuesta Continua de Hogares 2002-2005 y Gran Encuesta Integrada de Hogares 2008-2012.

Indicadores con los que inició el programa:

Cuadro 3.17 Incidencia de la Pobreza según IPM (índice de pobreza multidimensional) 1997-2008

Fuente: Cálculos DNP, DDS, SPSCV con base en ECV 1997, 2003 y 2008 del DANE.

De acuerdo con los datos, se puede observar que cuando tuvo inicio el programa, hubo una disminución de la pobreza multidimensional a nivel nacional, entre los años 1997 a 2008.

En 2008 un 35% de personas era pobre. En la zona urbana se registró una incidencia de pobreza de 27%, mientras que en la zona rural fue de 61%, más de dos veces el porcentaje de personas pobres en la zona urbana.

Conclusiones del programa en relación con el primer ODM en Colombia:

Colombia es un país que ha sufrido por más de cuatro décadas una violencia interna que resultó en el desplazamiento de millones de personas, las estimaciones oscilan entre 1,8 millones y 3,7 millones de personas internamente desplazadas durante los últimos 20 años.

Como resultado de ello, las proyecciones y tendencias pasadas indicaban que un promedio de 530.000 ersonas requeriría asistencia alimentaria cada año durante los úlitmos años.

Bajo ese panorama, éste representa el programa de asistencia

humanitaria internacional más importante dirigido a los desplazados internos y a otras personas afectadas por el conflicto en Colombia y reconocidas como tal por el gobierno. Esta operación abarca importantes logros en la asistencia de socorro dirigida a los desplazados internos que no están cubiertos por la ayuda oficial, los cuales son especialmente vulnerables y en riesgo. En muchas de estas comunidades, la capacidad del gobierno para apoyar y prestar asistencia es limitada, por lo que el Plan Mundial de Alimentos ha proporcionado asistencia alimentaria esencial para estas comunidades a través de las actividades descritas previamente.

Sin lugar a dudas, Colombia ha logrado importantes avances en la lucha contra la pobreza y el hambre gracias a la cooperación internacional, de hecho, es el país de América Latina que mayor cantidad de cooperación recibió en los últimos años.

No obstante el conflicto interno, Colombia ha despegado a nivel regional consolidándose en los últimos años como una de las economías emergentes, en donde un gran porcentaje de la población pasó de pobre a integrar la clase media, bajo este contexto, el país ha respondido a la comunidad internacional y a los países cooperantes que han invertido en él, y siendo un país de renta media, ha consguido ajustar su estrategia de negociación de la cooperación internacional acorde con las nuevas tendencias. Es decir, se ha dotado de argumentos que le permiten justificar su demanda de mantener y renovar el apoyo de la comunidad internacional, al tiempo que define e implementa un conjunto de mecanismos y lineas de desarrollo que pueden implementarse en la cooperación hacia el país, a fin de garantizar un flujo de recursos en apoyo a los esfuerzos locales.

Con ello, el caso colombiano demuestra que la cooperación no puede llegar unilateralmente, sino que requiere de una gran preparación interna a nivel organizativo e institucional, así como de una disponibilidad de recursos financieros y técnicos para canalizar y ejecutar la ayuda. Todo ello se refleja en una progresiva reducción de la pobreza, que si bien no ha tenido los niveles de otros países, denota un gran esfuerzo tratándose de un contexto particular como es el del desplazamiento interno que han sufrido millones de personas en el país.

IV. CONSIDERACIONES FINALES

De acuerdo con el informe sobre Objetivos de Desarrollo del Milenio 2013 (Organización de las Naciones Unidas, 2013), América Latina ha cumplido varias metas en la consecución de los ODM, incluida la de reducir los niveles de pobreza extrema a la mitad. El porcentaje de personas que viven hoy con menos de 1,25 dólares al día en la región disminuyó del 12% en 1990 al 6% en 2010. Así mismo, el informe concluye que la región va en camino de cumplir la meta de reducir la proporción de la población que padece hambre a la mitad para el 2015. El porcentaje total de personas desnutridas de la población se redujo del 15% en 1990-1992 al 8% en 2010-2012.

Bajo este escenario alentador, concierne preguntarse qué papel ha jugado la cooperación internacional para conseguir tan importantes resultados. La respuesta es que ha sido primordial. Al respecto, las cifras hablan por si solas:

Cuadro 4.1 Evolución de la cooperación internacional para América Latina 2005-2010 (en millones de dólares)

Fuente: Red Argentina para la Cooperación Internacional, 2012.

Cuadro 4.2

Distribución de la cooperación a nivel mundial, participación de América Latina 2012

Fuente: OCDE, 2013.

Cuadro 4.3

Mayores cooperantes para América Latina 2012

Fuente: Centro de Información sobre la Cooperación Internacional, 2012.

Algunos de los indicadores expresan que:  Durante el último año la cooperación total en Ayuda Oficial para el Desarrollo en América Latina fue de USD 8.640 millones de dólares (ubicándose detrás de Asia y Africa).  De acuerdo a la OCDE (2013), Colombia es el mayor receptor de Ayuda Oficial al Desarrollo en América Latina.  Alemania ha incrementado su cooperación hacia la región en 19% (2010 - 2011)  Brasil aumentó en 23.6% la cooperación recibida durante el último año (2010 - 2011).

Sin embargo, es necesario señalar que hacia futuro el escenario deja de ser tan optimista: A poco tiempo de llegar al año 2015, el cual se estableció como plazo para alcanzar el cumplimiento de los ODM, hay indicios de que varias metas difícilmente puedan a cumplirse globalmente, en gran medida a causa de la ya conocida crisis financiera internacional que ha obstaculizado el cumplimiento de los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo, razón por la cual los flujos han desacelerado de manera progresiva.

Al respecto, cabe mencionar en el caso latinoamericano que la Comisión Europea redujo su ayuda hacia la región en 22% para los años 2010 – 2011, mientras que por primera vez en cuatro años, España no figura entre los primeros cinco cooperantes en América Latina y el Caribe. Por otra parte, EE.UU. con los USD 1.7 billones que proyectó para el año fiscal 2013, redujo significativamente la cooperación hacia la región.

Por tal motivo, durante la Cumbre de Naciones Unidas de los Objetivos del Milenio en el año 2010, se reconocieron estas dificultades y se invitó a los países donantes a que establecieran fechas concretas de cumplimiento de las responsabilidades que ya habían asumido. En igual sentido, para mayo de 2011, en la Declaración de

Acción de Estambul de la

Conferencia de los Países Menos Avanzados, se hizo un llamado a los países donantes para que cumplan con los compromisos de Ayuda Oficial para el Desarrollo y considerar posibles medidas que permitan en el futuro aumentar la disponibilidad de recursos para los países menos avanzados.

Lo cierto es que con la fuerte crisis económica que golpeó primero a EE.UU y seguidamente a Europa, para el corto y mediano plazo es bastante improbable que la mayoría de usuales donantes aumente las ayudas, a causa de la débil recuperación que muestran actualmente los países desarrollados.

En este punto es muy importante hacer referencia a los diferentes programas que se analizaron previamente, pues representan casos emblemáticos de buenas prácticas bajo los cuales diferentes países adquirieron experiencias significativas no únicamente en cuanto se refiere a ejecución de recursos, sino en la asistencia técnica, planeación, coordinación interinstitucional y eficiencia administrativa para implementar Programas Sociales para la erradicación de la pobreza extrema y el hambre.

Lo anterior quiere decir que si bien la asistencia financiera internacional es muy importante para desarrollar programas y proyectos, ésta no se hace absolutamente indispensable. Hoy se puede observar el caso de Chile, como un país que facilita recursos a sus pares en la región para la ejecución de nuevos emprendimientos de asistencia social, al igual que Brasil, quien con recursos propios y con alianzas estratégicas continúa luchando contra la pobreza extrema y el hambre, e incluso Colombia y Argentina, quienes en muchos casos realizan cooperación no financiera, sino de asistencia técnica y transferencia de información para el desarrollo de nuevos proyectos.

Lo cierto es que la ayuda internacional ha ayudado inmensamente a consolidar a algunos países de la región, al punto de catalogarlos como países emergentes, no obstante, es menester que de hoy en más la región ponga en práctica lo aprendido, tanto para lograr mantener la estabilidad de aquellos que han logrado alcanzar parcial o totalmente los ODM, así como para empezar a considerar su aparición en el escenario internacional ya no como Estados beneficiarios, sino como Estados cooperantes desde sus posibilidades técnicas y financieras.

En concordancia con lo expuesto cabe destacar que en proyecciones realizadas se espera que América Latina genere un gran aporte al

crecimiento mundial durante los próximos 7 años, incluso más que Europa:

Cuadro 4.4

Fuente: BBVA, “Eagles Economic Outlook”, Annual Report 2013.

Por último, como se mencionó anteriormente la pobreza y la indigencia en la región se han reducido al

menor nivel en los últimos 20 años, sin

embargo el grn reto actual consiste en reducir la desigualdad. América Latina presenta los niveles de desigualdad más altos del mundo, y por tanto, siguiendo las recomendaciones de la CEPAL, el enfoque común en este momento debe dirigirse a establecer políticas fiscales, monetarias y cambiarias que mitiguen la volatilidad, cambien las rentabilidades en sectores estratégicos e incentiven inversión; del mismo modo desarrollar políticas industriales que creen y fortalezcan sectores para cerrar brechas internas y externas; y por último procurar una sostenibilidad para cambiar patrones de producción y consumo.

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ANEXO

OBJETIVOS, METAS E INDICADORES DEL MILENIO

Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre

Meta 1.

Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de

personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día

Indicadores:

1. Proporción de la población cuyos ingresos son inferiores a 1 dólar por día a paridad del poder adquisitivo (PPA). 2. Coeficiente de la brecha de pobreza (incidencia de la pobreza multiplicada por la profundidad de la pobreza)

.

3. Proporción del consumo o ingreso nacional que corresponde a la quinta parte más pobre de la población.

Meta 2.

Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de

personas que padezcan hambre

Objetivo 2. Lograr la enseñanza primaria universal

Meta 3.

Velar por que, para el año 2015, los niños y niñas de

todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria

Objetivo 3. Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer

Meta 4.

Eliminar las desigualdades entre los géneros en la

enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes del fin del año 2015

Objetivo 4. Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años

Meta 5.

Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la

mortalidad de los niños menores de 5 años

Objetivo 5. Mejorar la salud materna

Meta 6.

Reducir, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna en

tres cuartas partes

Objetivo 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

Meta 7.

Haber detenido y comenzado a reducir, para el año

2015, la propagación del VIH/SIDA

Meta 8.

Haber comenzado a reducir, para el año 2015, la

incidencia del paludismo y otras enfermedades graves

Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

Meta 9.

Incorporar los principios del desarrollo sostenible en

las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente

Meta 10. Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible a agua potable

Meta 11.

Haber mejorado considerablemente, para el año 2020,

la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios

Objetivo 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Meta 12.

Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero

abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio Se incluye el compromiso de lograr una buena gestión de los asuntos públicos y la reducción de la pobreza, en cada país y en el plano internacional

Meta 13.

Atender las necesidades especiales de los países

menos adelantados. Se incluye el acceso libre de aranceles y cupos de las exportaciones de los países menos adelantados; el programa mejorado de alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados y la cancelación de la deuda bilateral oficial, y la concesión de una asistencia para el desarrollo más generosa a los países que hayan expresado su determinación de reducir la pobreza

Meta 14.

Atender las necesidades especiales de los países sin

litoral y de los pequeños Estados insulares en desarrollo (mediante el Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo y los resultados del vigésimo segundo período de sesiones de la Asamblea General)

Meta 15. de

los

Encarar de manera general los problemas de la deuda países

en

desarrollo

con

medidas

nacionales

e

internacionales a fin de hacer la deuda sostenible a largo plazo Meta 16. En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y

productivo

Meta 17.

En cooperación con las empresas farmacéuticas,

proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo

Meta 18. En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de la información y de las comunicaciones

Fuente: Naciones Unidas, División de Estadística: 2006.

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