Control del espacio y los recursos sociales: lógicas, relaciones y resistencias en la constitución de lo urbano

June 7, 2017 | Autor: M. Ciuffolini | Categoría: Social Movements, Conflict, Political Science, Territoriality, Subjectivity
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Descripción

Política y territorialidad en tres ciudades argentinas

Política y territorialidad en tres ciudades argentinas. Ana Nuñez - Alejandra Ciufollini (compiladoras) [et.al.] 1a. ed. - Buenos Aires : El Colectivo, 2011. 194 p. ; 15x22 cm. ISBN 978-987-1497-33-1 1. Ciencias Políticas. 28 Políticas Públicas. I. Núñez, Ana CDD 320.6 Fecha de catalogación: 15/10/2010

Diseño de tapa: Alejandra Andreone - Florencia Vespignani Diagramación interior: M. Victoria de la Cal Coordinación: Fernando Stratta

Editorial El Colectivo www.editorialelcolectivo.org [email protected]

Copyleft Esta edición se realiza bajo la licencia de uso creativo compartido o Creative Commons. Está permitida la copia, distribución, exhibición y utilización de la obra bajo las siguientes condiciones: Atribución: se debe mencionar la fuente (título de la obra, autor/a, editorial, año). No comercial: !" #"$%&'" () *'&(&+),&-. /" "!') 01$) ,0. 2."! .0 ,0%"$,&)("!3 Mantener estas condiciones para obras derivadas: sólo está autorizado el uso parcial o alterado de esta obra para la creación de obras derivadas siempre que estas condiciones de liciencia se mantengan para la obra resultante.

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Índice

Prólogo Patricia Scarponetti

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Control del espacio y los recursos sociales: lógicas, relaciones y resistencias en la constitución de lo urbano 21 María Alejandra Ciuffolini Las moradas del olvido… como tragedia Ana Núñez

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Gestionar, concertar o decretar la provisión de viviendas en Córdoba. Análisis de los actores en el gobierno de lo habitacional 61 Gerardo Avalle y Gonzalo Ibáñez Mestres Mi casa, la emergencia; mi vida, en emergencia. El escenario del programa “Mi Casa, Mi Vida” Candela de la Vega y Juliana Hernández

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¿Lugares en emergencia o espacios emergentes? Contra-dicciones del territorio La Tablada de la ciudad de Santa Fe luego de las inundaciones del año 2003 Fernán G. Crovella

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Las moradas del olvido… como farsa Ana Núñez

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Ciudades made in Manhattan María Mercedes Ferrero, Sergio Fernando Job

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Sobre las autoras y los autores

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María Alejandra Ciuffolini

Control del espacio y los recursos sociales: lógicas, relaciones y resistencias en la constitución de lo urbano María Alejandra Ciuffolini

Introducción1 Los procesos sociales dados en buena parte de Latinoamérica han puesto en el centro de la discusión y la acción políticas el alcance de (0 #41(&,0 5 (0 #$&6)/07 () .","!)$&) $",0.28*$),&-. /" ()! $"(),&0."! entre ambos dominios. En efecto, luego de más de dos décadas de primacía de lo privado, en las que lo público-estatal fue connotado ,0%0 &."2,&".'" 5 ,0$$*#'09 () &%#0$').,&) $",01$)/) #0$ "( retorno de lo público, señala la inauguración de un nuevo momento y, por lo tanto, la necesidad actual de trazar líneas originales de demarcación entre uno y otro campo, de hallar formas diferentes de decir y pensar aquella dicotomía. Como dice Foucault (1984), ha habido una cierta desacralización teórica del espacio pero todavía no hemos accedido a su desacralización práctica. Y entonces nuestra vida continúa, aún, controlada por un cierto número de oposiciones que ni las instituciones ni las prácti,)! !" :). )'$"6&/0 ) /"!)2)$ 2$%"%".'"7 ,0%0 #0$ ";"%#(0< ".'$" "( espacio privado y el público; entre el espacio de la familia y el espacio social; entre el espacio cultural y el espacio útil; entre el espacio de trabajo y el de ocio; entre el espacio de producción y de consumo; entre el espacio político y el espacio doméstico; etc. Desde estas particiones se organizan múltiples y contradictorios juegos de relaciones que realizan al espacio como un espacio lleno, ,)$8=./0(0 /" ,*)(&/)/"!7 /" ,).'&/)/"!7 /" !".'&/0! 5 /" !&8.&2,),&0."!3 Pero, al mismo tiempo, lo recortan y delimitan: “vivimos en un conjunto /" $"(),&0."! >*" /"2.". "%#()+)%&".'0! &$$"/*,'&1("! (0! *.0! ) (0! otros y que no deben superponerse” (Foucault, 1967). Particularmente, entre todos los emplazamientos, la tierra y la vivienda presentan la curiosa propiedad de estar en relación con todos

1 Agradezco las importantes sugerencias y correcciones que realizaron a este artículo Pastor Montoya, Gerardo Avalle y Candela de la Vega.

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los demás de un modo que realiza, potencia, y remarca el conjunto de relaciones de poder que modulan el espacio urbano como un todo. En un sentido semejante Lefebvre (1974), Smith (1990) y Harvey ?@AABC )2$%). >*" /"1"%0! ,0.!&/"$)$ )( "!#),&0 ,0%0 *. $",*$!0 organizativo y como una fuerza de producción del capitalismo. Visto así, el espacio es el resultado de un conjunto de dispositivos y de disposiciones sociales que, a partir de la concurrencia interdependiente de las relaciones de fuerza desplegadas en torno )( ,0.'$0( 5 () #0!"!&-. /" (0! $",*$!0! !0,&)("!7 ,0.28*$). &/".'&dades y campos de comportamientos posibles. Estas fuerzas con/".!). ". *.) "!#",D2,) E"! /",&$ :&!'-$&,)E #)$'&,&-. /"( "!#),&0 5 ". F0$%)!7 ')%1&G. "!#",D2,)!7 /" /&!'$&1*,&-. 5 ;"$)$>*&+),&-. /" los elementos y sujetos dispuestos en él. Entonces, el espacio deja /" !"$ #".!)/0 ,0%0 )(80 ."*'$)( #)$) /"2.&$!" ,0%0 *. ,0.,"#to esencialmente político (Lefebvre, 1976) y un terreno privilegiado para analizar las relaciones de poder, sus concretas formas de dominación y resistencia. De este modo, el espacio es tanto un producto del conjunto de relaciones, como un recurso organizativo de las mismas. Esas rela,&0."! >*" ,0.6"$8".7 !" !0()#). " &.'"$),'4).7 !&8.&2,)./0 5 "!'$)'&2,)./0 )( "!#),&07 !" 0$8).&+). ) #)$'&$ /" /"'"$%&.)/)! (-8&,)!3 En el presente trabajo el análisis se recorta en las siguientes2: 1) la político-institucional que involucra al menos dos tipos de relaciones: la relación entre dominación y regulación, y la relación existente entre integración y represión; 2) la económica-social dispuesta a partir de la producción y reproducción de las relaciones sociales capitalistas y el consumo, y; 3) las lógicas que surgen de la resistencia y su potencial #)$) /"!)2)$ 5 !*16"$'&$ "( #0/"$ /0%&.).'"3. En este marco, el presente trabajo intenta abordar la problemática del espacio como aquello que resulta de las luchas desatadas por el control y la posesión de los recursos sociales y, en consecuencia, propone un análisis sobre las relaciones de poder y las formas de dominación y resistencia que en él se organizan. El texto se estructura en tres apartados conceptuales y un cuarto que integra y articula los principales argumentos a modo de conclusión. El primero de los temas que trabajamos describe la lógica desde la que el poder

@ H)! (-8&,)! >*" ,0.28*$). "( "!#),&0 !0. ,&"$')%".'" %4('&#("! 5 #0$ (0 ').'0 &.)barcables en un único texto. El artículo sólo desarrolla las expresamente señaladas sin desconocer la importancia y existencia de otras igualmente importantes. 3 Otro abordaje posible es el que plantea Lefebvre (1974) respecto de los tres momentos de producción del espacio: “prácticas espaciales”, “representaciones del espacio” y “espacios de representación”.

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,0.28*$)7 "!'$)'&2,) 5 6&8&() "( "!#),&0 *$1).0 5 ()! :"$$)%&".')! ) ()! >*" $",*$$" #)$) ')( 2.3 I( !"8*./0 )#)$')/0 '$)') () /&.=%&,) de la reproducción del capitalismo como forma social que da lugar a relaciones determinadas, situando el análisis en la materialidad concreta del espacio como construcción ideológica operante. El tercero, analiza las dinámicas de la resistencia y las formas de subjetivación alternativas, en disputa con esas formas de dominación.

El espacio como lugar jerarquizado y vigilado La limitación en el acceso a los recursos sociales para cada vez más importantes porciones de la población se traducen de inmediato en un !&..4%"$0 /" ,0.J&,'0! >*" '&".". ,0%0 "!,".)$&0 #$&6&("8&)/07 %)! no exclusivo, las ciudades. El emplazamiento actual de los problemas 5 (0! ,0.J&,'0! ". "( =%1&'0 (0,)(7 :) !&/0 F0$;)/0 ,0%0 $"!*(')/0 /" un proceso de socio-espacialización de las relaciones entre dominantes y dominados, entre sus clases explotadas y sus “elites”, sus ciudadanos poseedores y sus excluidos. El espacio urbano es la consecuencia de un proceso histórico y /&.=%&,0 ,*5) ,0.28*$),&-. :) !&/0 /)/) ').'0 #0$ (-8&,)! 5 /&!positivos sedimentados, como por otros que emergen, innovan y lo revolucionan. En ese juego de lógicas y dispositivos que se solapan y refuerzan, entran en contradicción y tensión, provocan resistencias 5 /&!&/".,&)!7 >*" 6). %0/*()./07 !&8.&2,)./0 5 "!'$)'&2,)./0 "( terreno urbano, las poblaciones y las cosas. Desde esta perspectiva, el espacio no es solamente el dominio del estado que lo administra, ordena y controla, ni tampoco el performativo dominio del capital. Se trata de una mirada que, sin descuidar esas dos dimensiones, privilegia un análisis del espacio como un sitio de contestación, en el que se despliegan resistencias y luchas frente ) ()! #$=,'&,)! /" /0%&.),&-.7 "K#(0'),&-. 5L0 !*;",&-. ?M0*'("/8"7 NOOPC3 I. /"2.&'&6)7 "( "!#),&0 !" ,0%#$"./" 5 ,0.!'&'*5" ,0%0 )(80 estrictamente político. I!'" #$0,"!0 /" ,0.28*$),&-. ,$") (0 >*" H"F"16$" ?NOP@*" /"2." #0!&,&0."! 5 ),,&0."! #0!&bles para los sujetos en el espacio. La segunda, es la relación que se establece entre los mecanismos propiamente dichos de control y la población. El funcionamiento de estas relaciones se organiza a partir de la noción de riesgo, y por tal se asume a toda “práctica que amenace” la legitimidad del sistema y que vulnere la representación que la sociedad se hace de él. Frente a ese riesgo, el dispositivo de seguridad despliega, de forma combinada y estratégica, las técnicas disciplinares y la violencia de la ley, en una economía del control que asegura la vigencia de un orden –el capitalista– y los modos de obediencia que éste obliga a prestar. Ahora bien, ambas relaciones –las de mando/obediencia y las de control– sólo pueden realizarse como relaciones espacializadas, en tanto las primeras se despliegan y producen en y al espacio como *. =%1&'0 ;"$)$>*&+)/0 5 "!'$)'&2,)/03 U&".'$)! >*" ()! !"8*./)!7 dispuestas a partir de la acción directa de los mecanismos de control, 0$8).&+). )( "!#),&0 ,0%0 *. /&)8$)%) /" J*;0! 5 '$=.!&'0! /" ,0sas e individuos, que son permanentemente vigilados, categorizados y evaluados (Job y Ferrero, 2010). La noción de “riesgo” es el elemento central que estructura y modela las prácticas de los mecanismos de control. Por su parte, el aparato administrativo constituye una herramienta 24

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esencial en el desarrollo de las tareas de integración. Según Foucault (1976) las operaciones de integración consisten en conectar las singularidades, alinearlas, homogeneizarlas, serializarlas y hacer que conJ*5).3 V"$0 () &.'"8$),&-. .0 !" #$0/*," &.%"/&)')%".'" .& "! '0')( o completa (Avalle y De la Vega, 2010). Tampoco es el resultado de un requerimiento o una lógica sistémica, sino el producto de la lucha #0(D'&,) #0$ /"2.&$ ()! $"8()! ,0.!'&'*'&6)! /" ,)/) "!#),&03 H0! F),'0$"! &.'"8$).'"!7 )*'G.'&,0! )8".'"! /" "!'$)'&2,),&-.7 !0. /&!#0!&'&60! >*" /"'"$%&.). "!#",D2,)! F0$%)! /" #0!&,&0."! 5 conductas. Pero especialmente la administración es por excelencia el campo de creación, inscripción, estabilización y articulación de un conjunto amplísimo de relaciones sociales acuñadas en los distintos "!#),&0! ?",0.-%&,07 !0,&)(7 "',3C 5 /" ()! ,0.'$)/&,,&0."! 5 ,0.J&,'0! que se dan entre las mismas. Así se constituyen entre lo local y lo global, lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público, etc. Cada una de las dinámicas creadas por estas tensiones, modulan espacios y prácticas tanto para el poder como para las resistencias. T!D7 '"."%0! >*" () (-8&,) #0(D'&,0W&.!'&'*,&0.)( /"2." ". !* /&.=mica la estructura u organización social en sentido amplio, la con28*$),&-. /" ()! $"(),&0."! /" #0/"$ 5 ()! F0$%)! ". >*" '0/0 "((0 condensa y regula en y al espacio.

!"#$%&'()*"!+,('&$"-#"'(.'/!&'(+01"$(,0(2'&'(+0"3"4&!). La estructura de la economía capitalista funciona asumiendo toda aquella sustancia de la que se quiere proteger. Lo que amenaza al capital no es la violencia sino su afuera: que exista un afuera del mismo. Por esta razón, su dinámica es la de un proceso constante de re-introducción de todo aquello que le es ajeno. Ese proceso de mercantilización permanente de la lógica económico-política es el mecanismo a través del cual se administra y promueve la reproducción de las relaciones sociales capitalistas. Ahora bien, esa reproducción se realiza en una doble dimensión: por un lado, en el imaginario social; y, por el otro, en el espacio. M"!#",'0 /"( #$&%"$0 $"!)(') X,)$#0."''& ?@ANAC >*" Y)!'0$&)/&! es quien ha realizado las contribuciones e interrogantes más preci!0! !01$" "( &%)8&.)$&0 !0,&)( /"!'),)./0 () !&8.&2,),&-. /"( F),'0$ económico como central en términos de “reorganizar, redeterminar, $"F0$%)$ *.) %*('&'*/ /" !&8.&2,),&0."! >*" /"!".,)/".) "F",'0! ).=(080! !01$" () ,)!& '0')(&/)/ /" ()! !&8.&2,),&0."! !0,&)("!3 Z0/0 esto va acompañado de transformaciones de las actividades y valores de la sociedad considerada, así como de transformaciones efectivas de los individuos y de los objetos sociales” (Castoriadis, 1989: 21). 25

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Adoptando otra categoría, la de “cuestión urbana”, Castells (1981) igualmente remarca las funciones del sistema ideológico que no sólo produce y regula el espacio sino también la reproducción social y las relaciones sociales. Como bien señala Lefebvre (1991) el espacio está hecho de recorridos, gestos, memoria y cuerpo, símbolos y sentidos. V"$07 !" (0 /"2.) ,0%0 ,*"!'&-. *$1).) 0 ,0%0 &%)8&.)$&0 !0,&)(7 lo cierto es que la reproducción del capitalismo como forma social y las relaciones que en él se originan, requieren de la materialidad concreta dada por la construcción ideológica en y desde el espacio. La particu()$&/)/ /" "!'" 4('&%0 "! >*" !" ,0.28*$) ". "!'$",:) $"(),&-. ,0. () lógica propia de la estructura social. Es por ello que en las ciudades se expresa con toda transparencia en las localizaciones y signos de las clases sociales, incluso sus mudanzas en el tiempo quedan registradas en el espacio urbano como la belleza y esplendor de otra época, y el permanente corrimiento a los márgenes de los pobres y pauperizados. I. /"2.&'&6)7 "( "!#),&0 ,0.,$"'0 :)," $"F"$".,&) )( "!#),&0 *$1).0< su trazado, diseño, infraestructura y los aspectos semiológicos que lo realizan como un espacio lleno, cargado de cualidades, de relaciones, !".'&/0!7 "! /",&$7 /" !&8.&2,),&0."! >*" :)1(). /" #0/"$7 #$"!'&8&0 5 situación social. Visto de esta manera, el espacio se realiza en y con los procesos y devenires del capital (Núñez, 2009). La infraestructura urbana, su disponibilidad, accesibilidad y sentido, podría decirse parafraseando a Gonzales Ordovaz (1998), se muestra, también, como un mundo de signos, deseos, frustraciones, restricciones expresivas de las oportunidades de inserción social. En este aspecto, la vivienda, su localización y relación espacial con el centro urbano, los centros de consumo y trabajo, etc., permiten apreciar con toda claridad la simbología e ideología urbana. El mapa espacial que se conforma muestra las dinámicas del capital en el uso y valorización de espacios y poblaciones a lo largo del '&"%#07 5 ". "( %0/0 ". "( >*" "( %"$,)/0 /"2." +0.)! ,0%0 /" 1*".) calidad y otras que son consideradas como deterioradas. Es en estas últimas donde se reacomoda y distribuye a la población recategoriza/) !0,&)(%".'" /" ),*"$/0 ) ()! #0!&1&(&/)/"! 2.).,&"$)! >*" '&"." de consumir, a sus oportunidades de trabajar y producir (Cravino, et. al., 2009). Por lo tanto, las condiciones de habitabilidad urbana, en el presente, agudizan la diferenciación socioespacial existente que avanza, en los sectores de menores recursos, hacia un proceso de aislamiento, ,0.2$%)./0 >*" () #01$"+) !0,&)(%".'" )&!()/) $"#$"!".') "( ,)!0 paradigmático de la exclusión social actual (Katzman, 2000). Estos procesos de segmentación llevan a la constitución de una 26

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ciudad dual: por un lado, la productora, propietaria, que consume y trabaja; y por otro, la de los asistidos, des-apropiados, trabajadores precarios y consumidores intermitentes. En esos dos espacios se anudan de manera diferenciada la reproducción capitalista de las relaciones sociales y la cotidianidad. Es la interconexión, las articulaciones y tensiones reales o po'".,&)("! ".'$" "!'0! "!#),&0!7 (0 >*" /) (*8)$ ) ()! "!#",D2,)! $"laciones de clase que se derivan de los procesos históricos –es decir témporo-espaciales– de emplazamiento y espacialización del trabajo, de las relaciones sociales y las interacciones cara a cara. Visto así, el espacio comprende las barreras en el mapa (arquitectónica como socialmente delimitadas) y los horizontes de la vida social. La división espacial ofrece una serie de posibilidades estratégicamente selectivas para desarrollar relaciones sociales que ocurren a lo largo del espacio y del tiempo (Jessop, 2007:33). Exactamente, lo que decimos es que espacio, lugar, tiempo e interacción hacen a la posibilidad o no de coyunturas de insurgencia y resistencia. A la inversa, los desplazamientos y relocalizaciones implican destrucción de redes de interacción, de solidaridades tejidas en el tiempo y el espacio (Hernández, Ibáñez Mestres y Liberal, 2010). Antes de concluir este apartado, cabe señalar que los programas recientes de relocalización de poblaciones obedecen tanto a los procesos de revalorización territorial por parte del capital, como a estrategias político-institucionales de desactivación de la insurgencia. Analizamos las formas operantes de resistencia que se les oponen, para hacer visibles cómo las dinámicas institucionales y económicas frecuentemente ocultas en su acción cotidiana, operan en la regulación, disciplinamiento y reproducción de las relaciones sociales clasistas y capitalistas.

Resentimiento o Resistencia: dos alternativas posibles de politización de la exclusión La “pertenencia” ha sido el lugar privilegiado de subjetivación en la política moderna: espacios como el Estado, la nación, el pueblo, la clase o la raza constituyen una topología del orden y un marco en relación al que los sujetos y la vida se ajustan y por los que se pelea. A ellos también se conforma la representación que la sociedad hace de sí y de su destino colectivo. [0 01!').'"7 () "2,),&) /" "!'0! "!#),&0! /" 0$/". " &/".'&2,),&-. :) &/0 #"$/&"./0 E0 %0/&2,)./0E !* #0'".,&) 5 !* ,".'$)(&/)/ ) $)D+ de los profundos cambios acaecidos en lo económico, social y político durante los últimos veinte años en Argentina. El incontenible proce27

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so de movilidad descendente, el desempleo, entre otros fenómenos, y los procesos de modernización urbana, transformaron de manera dramática no sólo la estructura social, sino también el espacio material y simbólico. Frente a esta disolución y el movimiento de desanclaje que conlleva, lugares como el trabajo o la ciudadanía, y sus derechos, parecen perder efectividad, al menos, para buena parte de la población: desempleados y pobres (Ciuffolini y De la Vega, 2009; Ciuffolini y Avalle, 2007). Lo que se observa es un movimiento de re-arraigamiento en instancias cada vez más microscópicas. Este tránsito hacia el territorio, particularmente hacia los barrios, se debe a que éstos constituyen espacios donde cada cual puede reconocerse a sí mismo al tiempo >*" !" &/".'&2,) ,0. (0! /"%=!7 )!D ,0%0 ')%1&G. "( #*.'0 ) #)$'&$ del cual se cuentan las distancias y las diferencias (Maffesoli, 1997; de Certeau, 1995). De esta manera, el espacio se enuncia como una relación entre algo que se es y algo que no se es4. Incluso, se podría decir que el síntoma del presente –en nuestras ciudades– es este proceso de territorialización de la experiencia social, como una experiencia fragmentaria y dislocante de dos maneras absolutamente contrarias: la primera, exhibe de una manera descarnada los modos en que la experiencia espacial altera el tejido social previo y sus efectos sobre la vida cotidiana. La segunda, visibiliza cómo a partir de procesos de exclusión se organizan desde lo cotidiano formas alternativas de construcción y lucha política. H)! #$&%"$)! $"2"$". "!#",&)(%".'" ) (0! #$0,"!0! /" $"(0,)(&+)ción de poblaciones –ya sea a través de programas públicos de vivienda, por razones de reorganización y planeamiento urbano, grandes obras de infraestructura– o bien por la acción de privados con medidas de desalojo judicial o por la fuerza. Sea cual sea la razón, lo cierto es que las relaciones sociales que se organizan a partir de los procesos de deslocalización, se modelan desde el desconocimiento y la descon2).+)7 :)1&(&')./0 *. ,)%#0 /" ,0%#0$')%&".'0! :)!') ".'0.,"! );"nos a los lugares de origen. Los comportamientos de los jóvenes restringidos –por razones económicas, o de transporte, entre otras– a las fronteras del barrio/ciudad, están dando lugar a un nuevo fenómeno en el que la experiencia del riesgo deriva en una propensión a acciones peligrosas, sea por el daño que ocasionan o por su defección de la ley. La violencia se vuelve entonces un patrón organizador de las relaciones sociales y frente a ella los individuos adoptan actitudes de contestación o de repliegue e

4 Ver trabajos previos sobre la temática en Ciuffolini (2010, 2008a, 2008b); Avalle (2010).

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&.),,&-.3 I. /"2.&'&6)7 ()! /&F"$".,&)! )( &.'"$&0$ /" (0! 1)$$&0! '$)!'0,). ". )%".)+)!7 ,0.28*$)./0 *. "!#),&0 /" $"(),&0."! !0,&)("! estructuradas por el eje riesgo/seguridad5. Sin duda, el par riesgo/seguridad o, mejor aún, la tensión que existe entre ellos, es constitutiva de la experiencia social que abarca a la sociedad en su conjunto. Pero a nuestro entender adquiere en el "!#),&0 /" $"(0,)(&+),&-. *.) %)8.&'*/ >*" "K#(&,) #0$ >*G ,0.2).+) y riesgo, oportunidad y peligro permean allí todos los aspectos de la vida cotidiana. I( R"!')$ )F*"$)S .0 !-(0 $"2"$" ) *. (*8)$ 8"08$=2,0 E(0! %=$8"."! o la periferia de la ciudad– sino también a un contenido social por "( >*" (0! ,&*/)/).0! ),)1). #"$,&1&"./0 *. !&8.&2,).'" !0,&)( /"( tejido urbano. La tensión urbana centro-periferia se vuelve, en el '$)%)/0 !0,&)(7 *. (*8)$ /" $*#'*$) >*" ,0.28*$) *. &%)8&.)$&0 social de la “seguridad ciudadana” en las que las poblaciones relocalizadas son representadas como un peligro y una amenaza para la sociedad. Dos operaciones se producen entonces: una es la estigmatización; la otra una conmutación o trastocamiento por el que las diferencias –socioeconómicas, culturales, etc.– pasan a ser peligros. Frente a estas circunstancias de exclusión y estigmatización la reacción por parte especialmente de los jóvenes es un desafío permanente a las metas y medios que la sociedad establece como lícitos y la emergencia de un conjunto de prácticas que las violentan. Como bien señala Foucault (1996)6, los ilegalismos populares y sus prácticas en'$",$*+). (0! ,0.J&,'0! !0,&)("!7 ()! $"!&!'".,&)! ) $"8D%"."! #0(D'&,0!7 los efectos de las crisis económicas, etc. De allí que, en el horizonte de ()! (*,:)! #0(D'&,)! 5 !0,&)("!7 !" #"$2(". #$=,'&,)! >*" !" &.!,$&1". en el marco de lo ilegal que se multiplican al hacerse cada vez más restrictivas las legislaciones. Si el desarraigo conlleva un profundo proceso de desubjetivización, la constitución de un lugar como pertenencia es un movimiento de sentido inverso. Las luchas sociales son, por excelencia, la contrapartida de lo anterior y expresan la segunda manera de experiencia espacial

5 Paradójicamente el eje riesgo/seguridad es la matriz que organiza los fundamentos y objetivos de los planes habitacionales. En los términos de Foucault, el Estado asegura o propone en su intervención un pacto de seguridad: “voy a darles un territorio y/o garantizo que van a poder vivir en paz dentro de sus fronteras” (2007: 422). 6 Según Foucault este solapamiento entre prácticas ilegales y luchas ha recorrido la historia de las rebeliones políticas y sociales desde el anarquismo hasta el movimiento obrero, esbozando al interior de los mecanismos represivos la imagen de peligrosidad de las masas y sectores populares.

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que mencionamos más arriba. Pues ellos hacen del espacio un sitio de contestación a partir de creencias diferentes, valores y objetivos que son "!#",D2,0! /" *. (*8)$3 Hacer un lugar –se trate de un territorio, un espacio de trabajo, de (*,:)7 "',3E "! #0."$ ". ;*"80 *. ,0.;*.'0 /" !&8.&2,)/0!7 *.) /&!#0sición de relaciones entre sujetos, y entre sujetos y cosas, en función de un proyecto colectivo y un horizonte social. De allí que no se trate de un espacio geométrico, de la pura espa,&)(&/)/7 !&.0 /" "!" "%#()+)%&".'0 >*" !*$8" ) #)$'&$ /" ()! !&8.&2caciones, de las relaciones que en él se tejen y de los proyectos que en él se plantean. O siguiendo a Gramsci (1977) de un “lugar”, esto es, un emplazamiento más o menos limitado de relaciones cara a cara u otras interacciones directas entre fuerzas sociales; ligado a la vida cotidiana, que tiene profundidad temporal y se relaciona con la memoria colectiva y la identidad social. Constituir un sitio como lugar exige, antes que nada, determinarlo, darle o reconocerle una morfología: esto es, dar cuenta de sus características y de sus gentes, reconocer sus necesidades y también sus capacidades7. En ese ejercicio de registro de condiciones de vida y experiencias semejantes es en donde se constituye lo común. Lo común está dado, entonces, por esas circunstancias de vida similares del presente que no requieren de una identidad o trayectorias de vida análogas en el pasado como condición previa. La experiencia de necesidades y urgencias dadas, en un determinado espacio, son entonces el sustrato (y el insumo) de lo común. Conforme a ello, lo próximo y lo concreto devienen los criterios demarcadores del espacio y la pertenencia, ellos determinan el alcance y el límite de lo común. De este modo las fronteras contienen, por un lado, la heterogeneidad del nosotros compuesto por una diversidad de sujetos sociales, y, por el otro, señalan el límite que los diferencia e incluso marca las distancias con el resto de la sociedad. Esa mensura que señala la separación respecto de los otros se despliega a partir del lugar en que se es. En otros términos, el sitio se vuelve el centro desde donde es posible situarse en referencia a relaciones espaciales connotadas como cercanas/lejanas, afuera/adentro, exterior/interior. Las murallas simbólicas del lugar se erigen como protección y de2.". *. ,0.;*.'0 /" ,-/&80! 5 F0$%)! /" #$0,"/"$ ". !* &.'"$&0$3 Con esta revalorización del espacio en su sentido simbólico se hace posible, también, su recuperación como factor de sociabilidad y soli-

P \"!/" () 2(0!0FD)7 ,0.J*5"$0. ". "!'" /"!)$$0((0 (0! )#0$'"! /" X)$'$" ?NOOQC 5 ]0((.0^ (1962).

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daridad. La vida en ese espacio se puebla, entonces, de interacciones minúsculas de las que emergen un conjunto de redes sociales que aseguran, a través de su dinámica, una gestión de la supervivencia, y un sentido político. H) ,0.28*$),&-. /" *. (*8)$ ,0%0 #$0,"!0 !*1;"'&6).'"7 ,0%0 &.!tancia de anclaje y de pertenencia, importa tanto un movimiento de reconocimiento y puesta en común, como un espacio de construcción de relaciones sociales. Ambos movimientos, en su misma dinámica, 6). ,0.!'&'*5"./0 *.) F0$%) /" :)1&')$7 /"2.&$ 5 /&!#0."$ *. 0$/". que articula prácticas, sentidos, valores y actitudes. Lo cotidiano se sustrae entonces del ámbito puramente privado )( >*" '$)/&,&0.)(%".'" !" (0 :) ,0.2.)/07 #)$) '$).!F0$%)$!" ". público y colectivo. Hacia el interior de ese espacio la politización de (0 ,0'&/&).0 "! *. %06&%&".'0 >*" !&.8*()$&+) 5 /"2." ()! F0$%)! /" pertenencia de los distintos colectivos; y hacia el exterior es el modo de inscripción y disputa con las lógicas del poder. Este proceso de arraigo a través de la construcción de un lugar como movimiento doble de sujeción y subjetivación se completa con *.) $"W,0.28*$),&-. /"( #)!)/0 /&!#*"!'0 ". $"(),&-. ,0. (0! #$05",tos del presente. Darse un pasado no es una invención, es una función de recorte y selección de elementos que se organizan en relación al proyecto actual y su porvenir. Como dice Sartre “pasado vivo, pasado muerto a medias, supervivencias, ambigüedades, antinomias: el conjunto de esos estratos de preteridad está organizado por la unidad del proyecto presente” (1993: 524). El pasado del espacio se erige entonces como una plataforma des/" () >*" !" 6&!*)(&+). ()! '$).!F0$%),&0."! 0,*$$&/)! ". !* ,0.28*ración, se plasman los cambios de rutinas y hábitos, así como también se procede a su rescate y actualización para la construcción de un lugar en el presente. Por estas razones, el pasado es imprescindible para el porvenir, no porque determine las acciones del presente, sino porque es a partir de él que se pueden tomar nuevos caminos. Darse un pasado a través de elecciones y recortes que se articulan en un relato que asigna y resalta las particularidades del lugar, es un ejercicio de inscripción de las generaciones presentes en esa historicidad; es una extensión desde el lugar a los sujetos de un cultura 5 %0/0 /" 6&/)3 V0$>*" ". /"2.&'&6) *. !*;"'07 !") "!'" &./&6&/*)( 0 colectivo, es proyecto y memoria. V0$ (0 ').'07 () !*#"$2,&" !01$" () >*" !" ,0.!'&'*5" "( (*8)$ 5 () pertenencia está hecha de espacio y tiempo, pero no como datos brutos sino a partir de conferirles un sentido en función de un proyecto sobre el presente. Darse un sitio es un modo de subjetivación en el 31

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que se constituyen un lugar, un sujeto que lo habita con sus formas y un proyecto político. También es necesario remarcar que la constitución de un lugar ocurre en relación a una exterioridad, en relación a un orden con el que se mide y entra en tensión, y respecto al cual se integra o resiste.

Conclusiones para no concluir En la fase actual de la dinámica capitalista, pese a la desactivación del imaginario social de una sociedad inclusiva, se produce un retorno de la política, una revalorización de lo público. Atendiendo al interés privado por las tierras de mayor valor económico tanto como a la regulación y control de la población pobre y marginada, se llevan a cabo políticas públicas para su localización periférica en “barriosciudades”. El proceso que se desarrolla desde la administración pública pro60,) *.) $"!&8.&2,),&-. 5 F$)8%".'),&-. ').'0 /" ()! F0$%)! ,0%0 se presentan los objetivos de las luchas, como de los modos que la misma adopta, a partir de aprehenderlas en términos de ciudadanos y de “apropiarse” de las respuestas a las demandas. Esta apropiación implica, por un lado, una dinámica cada vez más intensa de internalización de la vida social en la administración; y por el otro, el modo de contener y encauzar la inestabilidad y/o violencia que los mismos podrían entrañar para otras dimensiones e instituciones de la organización social. En suma, las rutinas de la administración constituyen un entramado complejo de procesos de particularización 5 F$)8%".'),&-.7 ,*50 "F",'0 "! *.) ",0.0%D) /" (0! ,0.J&,'0!3 Pero desde la experiencia espacial privada de una realidad intolerable, el espacio se construye como un lugar para habitarlo, para tejer una urdimbre de interacciones sobre una trama de relaciones, 2;)$ *.) 1)!" $"F"$".,&)( ,0%4. #)$) () !*1;"'&6),&-. 5 () ,0.!'&'*,&-. /" *. .0!0'$0!7 >*" (0 ((".) /" !&8.&2,),&0."! 5 )#$",&),&0."!7 volviéndolo eje de orientación de acciones colectivas y proyectos políticos de lucha y resistencia. La fecundidad del enfoque que atiende a la experiencia del espacio urbano no se agota en una explicación económico-política de la relocalización de los pobres y marginales así como de su potencialidad y creciente protagonismo. Se trata de un tejido complejo que permite mostrar que, al menos en algunos lugares, se dan formas de vida que, en general, rompen con las dicotomías establecidas y en particular, que politizan lo privado, que hacen de los problemas domésticos la base de una gestión política de la supervivencia. Ciertamente, este resurgir de lo público se plantea como una 32

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oportunidad excepcional para analizar las relaciones que se establecen entre ambos ámbitos; pero también, y muy especialmente, para /)$ ,*".') /" (0! /&!#0!&'&60! 5 /&!#0!&,&0."! !0,&)("! >*" ,0.28*ran la particular relación Estado-sociedad. Las políticas públicas y especialmente las políticas sociales son el dispositivo privilegiado por el Estado para intervenir, compensar y/o regular las desigualdades que surgen en la dinámica social del sistema capitalista. La fase actual del capital se muestra como un intenso proceso de desreglamentación social (económico/social y político/institucional) e importa una inconmensurable dinámica desactivadora del imaginario social que componía una sociedad inclusiva, a partir de una multiplicidad de espacios como el trabajo, la ciudad, el consumo, la ciudadanía, etc. Estas nuevas lógicas tienen como resultado la emergencia de una sociedad dual, en la que la pobreza y la marginación comparten el protagonismo con la acentuación de los niveles de lucha, y la apertura /" .*"60! "!#),&0! #0(D'&,0! 5 /" 0'$)! F0$%)! /" ,0.J&,'&6&/)/3 Este retorno de la política se organiza a partir de la experiencia inmediata y cotidiana de una realidad intolerable. Decimos “una” en el sentido de “realidad escorzada”, esto es, que no puede ser aprehendida desde la experiencia como totalidad. Por lo tanto, esta experiencia ,0.!'&'*5" !*;"'0! 5 ,0.J&,'0! )'"./&"./0 ) #"$!#",'&6)! 5 $"8()! >*" son dadas por cada espacio y situación. La particularidad de una experiencia así concebida como espacio constructor de lo político redunda no sólo en el carácter local y múlti#(" /" (0! ,0.J&,'0!7 !&.0 ')%1&G. ". () $")1!0$,&-. /" (0 !0,&)( ". (0 #0(D'&,03 I!') !"8*./) /&%".!&-. $"J";) *.) F0$%) /" #0(&'&+),&-. >*" opera desde la vivencia de alienación en lo más inmediato de la vida, a saber, la pobreza, el desempleo, la escasez o inexistencia de bienes básicos como vivienda, alimento, agua, salud, y demás. Las modalidades que la dominación y su contracara, la insumisión, adoptan a lo largo de la historia, señalan claramente la representación que la sociedad hace de sí, los límites del poder y las construcciones alternativas al mismo (Ciuffolini, 2010). De allí que las contradicciones intrínsecas del “espacio abstracto” (Lefebvre, 1991), que es precisamente “el espacio del capitalismo contemporáneo” (Gregory, 1994: 360), llevan a la búsqueda de un contra-espacio, un “espacio diferenciado”, articulado en las multiplicidades de resistencias como una política concreta del espacio. Estas resistencias son situadas por Lefebvre (1991) en los espacios 6&6&/0!7 %0/&2,)1("! ". "( '&"%#03 I!'=. ,0.!'&'*&/0! #0$ !)1"$"! (0,)("!7 .0 F0$%)(&+)/0!7 /&.=%&,0!7 !&%1-(&,0! 5 !)'*$)/0! ,0. !&8.&2cados, como señala Oslender (1999). Así, la vida cotidiana que trans33

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curre en el marco de la relación entre espacio y capital supone siempre luchas o contraconductas que hacen al resurgir del espacio por excelencia de la política, o dicho en términos de Foucault: “la política es, ni más ni menos, lo que nace con la resistencia a la gubernamentalidad, la primera sublevación, el primer enfrentamiento” (2007: 451).

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