CONTENCIÓN Y SOLUCIÓN EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

CONTENCIÓN Y SOLUCIÓN EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

LECHUGA IZAGUIRRE Giovanny Bryan Este texto está dedicado a todas las personas que comprenden la paradoja que acompaña el Día Internacional de la Mujer: el idealismo de un día dedicado a la mujer en un mundo donde mucho dista de ser ideal para ellas. A diario se cometen atroces crímenes de violencia contra las mujeres, mi breve experiencia en la administración pública me ha permitido conocer mujeres adolescentes víctimas de abuso sexual, violación y trata de personas, casos de suicidio inducido para no sufrir una vergüenza pública, adolescentes víctimas de violencia obstétrica, casos de mujeres menores de veintidós años asesinadas con armas de fuego, efectuados a corta distancia por tener la osadía de dedicarse a la prostitución. Atrocidades, muchas de ellas impunes, que desencadenan indignación, son parte de un problema mucho mayor que se encuentra generalizado prácticamente en todas las sociedades y que se da en cada ámbito de la vida. Esta impunidad transmite el mensaje a la sociedad de que la violencia hacia las mujeres infligida por los hombres no sólo es tolerada, sino que es aceptada. Miren a su alrededor, a las mujeres que tienen cerca. Piensen en las mujeres de sus familias y comunidades que ustedes aprecian, entiendan que estadísticamente muchas de ellas han sido víctimas de violencia en su vida. ¿Cuantas personas hemos consolado, escuchado o acompañado a una mujer, compartido su dolor y enojo tras haber sufrido una violencia y/o agresión? Para este año, en el Día Internacional de la Mujer, traduzcamos nuestra indignación en activismo solidario por aquellas causas que nuestros gobiernos no han podido acercar: contención y solución. Por la causa de la independencia financiera de las mujeres. Por la causa de la capacidad de decidir sobre sus propios cuerpos. Por la causa de un sueldo equitativo para un trabajo equitativo. Por la causa de erradicar, perseguir y castigar los asesinatos de mujeres por razones de género. Por la causa de erradicar el acoso sexual así como la violencia doméstica. Por la causa de cambiar la forma en la cual los medios reproducen los peores estereotipos sobre la mujer. Los costos de la pasividad son evidentes: feminicidios, sufrimiento y pérdida para las familias. Es hora de fortalecer los sistemas de justicia, de capacitar a la policía y a los jueces para eliminar los estereotipos, así como los prejuicios hacia la mujer, de mejorar los servicios de apoyo a las supervivientes así como a sus

familiares, de dedicar planes además de presupuestos para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes. De ahí mi llamado a asumirnos –mujeres y hombres- a ser personas defensoras de los derechos de las mujeres. Estoy seguro que la mejor manera de hacerlo es a través de la educación. Educar a la infancia desde el hogar a respetar además de defender la dignidad de cada mujer y persona, así como enseñarles a nuestras niñas desde el hogar la ambición, la curiosidad y la aventura, para ampliar el arco moral del universo, para colocar un cerillo en el corazón de su país y de su mundo.