Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio y otras formas de construcción territorial

Share Embed


Descripción

Capítulo 16

vII Simposio sobre los celtíberos

Nuevos Hallazgos, Nuevas Interpretaciones Teruel 2014, I.S.B.N.: 978-84-616-2453-9, pp. 139-147

Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio y otras formas de construcción territorial Jesús F. Torres Martínez (Kechu)* Susana de Luis Mariño**

RESUMEN En este trabajo vamos a analizar cómo se produce la construcción del territorio en el caso del oppidum de Monte Bernorio. A partir de este modelo analizaremos los diferentes tipos de estructura territorial que articulan las distintas etnias del cantábrico central y sus estructuras políticas, desde las estructuras de relación, representación y gobierno meramente familiares a las locales, tipo castro, llegando hasta la etnia y macro-etnia. Realizaremos un análisis general de las pautas de construcción territorial y política conocidas que esperemos pueda servir para establecer similitudes y diferencias con otros ámbitos territoriales.

ABSTRACT The aim of this work is to analyze how the construction of the territory is produced in the case of Monte Bernorio’s oppidum. From this model, we will analyze the different kinds of territorial structure that articulate different ethnic groups in Central Cantabric Area, and its political structures, from their merely familiar relationship, representation and government structures, to their local structures, Castro type, to reach ethnic groups and macroethnicity. We will make a general analysis of known territorial and political construction models, that we hope could help to establish both similarities and differences with other territorial fields.

PALABRAS Clave: Monte Bernorio, Edad del Hierro, territorio, estructura política, relaciones vecinales, pagi, oppidum, etnia, macroetnia.

KEy WORDS Monte Bernorio Hillfort, Iron Age, territory, political structure, neighboring relationships, pagi, oppidum, ethnic group, macroethnicity.

1 Jesús F . Torres Martínez (Kechu). Proyecto “Monte Bernorio en su entorno”. Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC). independent.academia.edu/JesusFranciscoTorresMartínez/ About; montebernorio.wordpress.com 2 Susana de Luis Mariño. Proyecto “Monte Bernorio en su entorno”. Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC). montebernorio.wordpress.com

LA “CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO” y EL HÁBITAT EN LA PROTOHISTORIA FINAL En la Protohistoria final se produce la ocupación de la práctica totalidad del territorio en la Europa occidental. Esta ocupación se desarrolla en paralelo a una creciente sedentarización de la mayoría de las poblaciones sobre territorios intensamente explotados desde el punto de vista económico. Sobre el espacio físico y sus componentes geográfico-ambientales el territorio humano se construye sobre el desarrollo de distintos tipos de territorios, con diferentes contenidos, que interactúan entre sí. En primer lugar el territorio económico, en el que se garantizan los recursos básicos del grupo. Sobre esta base se construye un territorio político en el que se organizan territorialmente (desde el punto de vista organizativo y de las relaciones) todos los grupos ocupantes de este. Y aún hay otro territorio más, que es el resultado de la proyección de la relación de los grupos humanos con los dioses y el Más Allá, el territorio ritual. De este modo, en los inicios de la Edad del Hierro la construcción del territorio (lo que en el ámbito anglosajón se denomina cultural landscape) se desarrolla ya a partir de estos tres ámbitos convergentes (Torres 2010a, 75-76, 89-101; 2010b, 695-728; 2011, 261-266, 272-274). Estos tres territorios son interdependientes y, de un modo holístico, forman un todo. Además, sabemos que tanto el territorio económico como el territorio ritual suelen estar compartidos con otros grupos. El territorio ocupado por una sociedad es, en primera instancia, el ámbito en el que esta obtiene los recursos necesarios para su subsistencia. Para una adecuada comprensión de la territorialidad en la Edad del Hierro (y en cualquier otro momento de la Historia) resulta imprescindible tener un conocimiento adecuado del funcionamiento económico de las sociedades en estudio. Esto debe incluir también la paleogeografía, las condiciones ambientales y los recursos naturales que pueden ser obtenidos y producidos en el territorio. Sin este conocimiento básico cualquier estudio resulta, cuando menos, una mera conjetura (Torres 2003, 2005). Este concepto de territorio económico posee una estrecha vinculación con el concepto de región natural y comarca natural que tienen

- 139 -

Jesús F. Torres Martínez (Kechu) y Susana de Luis Mariño

también una fuerte relación con el conocimiento del potencial económico del medio. La continuidad de estos territorios de la Edad del Hierro a través del tiempo la encontramos en algunos casos en determinadas comarcas históricas o en formas de administración territorial como obispados, arciprestazgos, concejos, partidos judiciales, etc. (Dantín, 1942; Parcero, 2002, 36-170, 185-187, 200-211; Torres, 2011, 21-38, 65-260). Desde el punto de vista del hábitat, en la Edad del Hierro el territorio se articula a partir de castros, poblados fortificados en altura surgidos en el Final de la Edad del Bronce y Primera Edad del Hierro. El castro es una construcción que se hace notar explícitamente en el paisaje que funciona como proyección del grupo que lo habita. Además tiene otra característica importante, que es su proyección estratégica. Debemos destacar también que, en muchos casos, las pautas de establecimiento de los núcleos serán las mismas a lo largo de toda la Edad del Hierro (Llanos, 1995, 294, 296, 316-317; Esparza, 2001, 355, Almagro, 2002, 54-57; Berrocal, 2004, 54-64).

EL OPPIDUM DE MONTE BERNORIO y SU TERRITORIO Las primeras evidencias arqueológicas apuntan a que el entorno inmediato de Monte Bernorio estuvo poblado al menos desde el Calcolítico. Se han localizado varios núcleos de este periodo y también una necrópolis. El núcleo de la cima de Monte Bernorio estuvo ocupado entre el siglo IX y el I a.C. A partir de los materiales recuperados en las últimas campañas, el núcleo de la Edad del Bronce ocuparía ya una gran extensión, aunque no tenemos todavía indicios suficientes para asegurar una ocupación densa del espacio. Los cuatro niveles arqueológicos sucesivos muestran un desarrollo urbano continuo desde ese momento hasta el final de la Edad del Hierro. Es entonces cuando el núcleo es destruido por un ataque romano durante la ofensiva contra los cántabros del Emperador Augusto. La última fase de ocupación no corresponde ya a poblamiento indígena, sino a la guarnición de un castellum romano (San Valero, 1944, 1960; Torres, 2007; Torres, Serna y Domínguez, 2010; Torres, Martínez y de Luis, 2012). El recinto de monte Bernorio ocupa la cima de una montaña que en su punto más alto alcanza los 1.173 m. (s. n. m.) de altitud. Su superficie ocupada se estima en unas 28 Ha (unos 700 m de largo, por unos 400 m de ancho aprox.). Fuertemente

fortificado, el Monte Bernorio se proyecta como un oppidum con una relevante posición estratégica. Domina una importante encrucijada de vías de comunicación naturales que permiten el tránsito Norte-Sur, desde la Meseta norte al océano atlántico por Cantabria; y Este-Oeste, desde los Pirineos y el Mediterráneo hacia el occidente, hasta Asturias y Galicia. Además, a través de pasos naturales se comunican también la cuenca del río Pisuerga y la zona del curso alto del río Ebro. El territorio del Bernorio se extiende por un amplio espacio del piedemonte interior cantábrico que se correspondería con el territorio (civitas) de los Vellicos, una etnia de los cántabros. E. Peralta identifica el oppidum con su capital, que recibiría diferentes denominaciones como Bérgida, Vellica o Attica según los textos de Dion Casio (LII, 25, 7), Floro (II, 33, 49) y Orosio (VI, 21,5) (Peralta, 2003, 125, 264-265). Desde el punto de vista arqueológico, en el estudio de este territorio resulta muy importante la existencia, en relativa proximidad, de grandes núcleos como el castro de Monte Cildá (Olleros de Pisuerga, Palencia) y un poco más lejos el gran núcleo de La Ulaña (Humada, Burgos) de 285 Ha., mientras al otro lado de la Cordillera, aunque a pocos kilómetros, tenemos el núcleo de Las Rabas (Cervatos, Cantabria) de 1,4 Ha. (García et al., 1966, 19; García y Rincón, 1970; García, Iglesias y Caloca, 1973; García, 1997; Cisneros y López, 2005; Bolado y Fernández, 2010). En este panorama de alta concentración de grandes núcleos, destaca la escasez aparente de núcleos pequeños, de los que hay sólo algunos indicios: zonas de derrumbes de muralla y de concentración de materiales cerámicos, en su mayor parte cerámicas modeladas y algunas torneadas. Pero no hay evidencias procedentes de excavaciones arqueológicas (Cisneros, Díez y López, 1995; Fraile, 1990, 7393, 2004, 33-58). Con el conocimiento actual disponible para este territorio, su ocupación queda articulada a partir de castros de pequeño tamaño (granjas y pequeñas aldeas), castros de gran tamaño y el oppidum de Monte Bernorio. El territorio del Bernorio viene enmarcado por la zona de pequeñas altitudes de la transición hacia Tierra de Campos y las sierras que forman parte de la Cordillera Cantábrica. El terreno se ordena en valles paralelos ordenados en dirección norte sur y se articula económicamente a partir de la relación entre el fondo de valle, con buena disposición agrícola, las zonas de media ladera (recursos forestales y pastos) y la Sierra Hijar (pastizales estivales –brañas– y minas protohistóricas

- 140 -

Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio Y otras formas de construcción territorial

en zonas periglaciares). El potencial económico es muy grande, especialmente en lo que se refiere a los recursos forestales y la ganadería de rebaños extensos. (Torres, 2004). A partir de las prospecciones realizadas en distintas áreas se remarca la importancia de las brañas y sus caminos de acceso. La existencia de amplias zonas con una concentración importante de estructuras de tipo megalítico y tumulares remarcan el contenido ritual de estos espacios y la sacralización de los derechos de acceso a estas áreas económicas. Con estas evidencias podemos decir que la ocupación y plena explotación de estos espacios se iniciaría a partir del Calcolítico y se mantiene a lo largo de la Protohistoria final, con una continuidad evidente hasta época actual.

MODELOS TERRITORIALES DE LA EDAD DEL HIERRO EN EL NORTE DE LA PENíNSULA IBÉRICA Para el norte de la Península Ibérica podemos establecer que en la Primera Edad del Hierro encontramos el hábitat articulado a partir de castros pequeños y castros grandes. Los castros pequeños tenían extensiones incluso de menos de 0,2 Ha. y hasta de 2 a 4 Ha. En muchos casos podrían considerarse granjas o pequeñas aldeas, bien de tipo familiar o en las que residían los miembros de unas pocas familias. Los castros grandes, de entre 5 y 10 Ha, concentraban una mayor cantidad de población y tenían también una mayor proyección estratégica (Almagro, 1999e, 41-42, 2002, 50-57; Torres, 2011, 275-276). En el cambio entre la Primera y la Segunda Edad del Hierro la tendencia general en Europa es que progresivamente una parte importante de la población se concentre en núcleos de grandes dimensiones cada vez mejor fortificados (Almagro, 2002, 54-57; García Quintela, 2002, 69-71; Galilea y García, 2005a). Para el norte de la Península Ibérica este tipo de núcleos ha evolucionado, según el territorio que ocupan, hacia un poblamiento disperso u otro concentrado, por lo que el panorama puede ser muy diverso según el área geográfica, cuestión sobre la que volveremos más adelante (Parcero, 2002, 188-200; Fanjul, 2005a, 46-48). Para la Segunda Edad del Hierro el esquema básico sería el de granjas y aldeas, castros y oppida. Aldeas y granjas de entre 2 y 0,2 Ha., con estructura familiar o de varias familias vecinas. Castros pequeños, de entre las 2 y las 4 Ha., proyectados sobre el aprovechamiento económi-

co del territorio. Castros grandes, de entre las 5 y las 10 Ha., recintos con una mayor proyección estratégica de control del territorio y de las vías de comunicación. Oppida con una extensión entre las 10 y las 20 Ha. y de mayor tamaño incluso. Poseen una mayor complejidad general en sus estructuras defensivas y urbanísticas y una gran proyección estratégica de control del territorio y de las vías de comunicación, especialmente nudos de comunicaciones, vados, etc. (Almagro, 1999e, 41-42, 2002, 50-57; Torres, 2011, 276280). A partir de los datos arqueológicos podemos establecer que en el cantábrico oriental el 80 % de los espacios habitados se ocupan de forma continua en el Bronce Final y Primera Edad del Hierro. La continuidad de ocupación entre la Primera y la Segunda Edad del Hierro se produce en el 50 % de los núcleos, y sólo el 10,65 % del total son nuevas fundaciones (Llanos, 1992, 440; 1995, 294; Castiella, 1993, 125; 1995, 198-199; Armendáriz, 2009, 319-322). En el final de la Segunda Edad del Hierro la jerarquización de los núcleos se produce a partir de los de mayor tamaño y que ocupan un emplazamiento más estratégico, mientras que los que tienen un tamaño menor se sitúan en función de la explotación de los distintos recursos (Llanos, 1990, 176). El modelo territorial del Bernorio, desde el punto de vista de la ocupación del territorio, es similar al de Campa Torres (Gijón, Asturias) y se sitúa entre el modelo de poblamiento con oppidum de la submeseta norte y el de otras zonas de la costa cantábrica. El modelo territorial de la meseta está compuesto por núcleos de gran tamaño separados por grandes distancias en territorios extensos, en algunos casos sin ocupación alguna. En el final de la Edad del Hierro, el modelo de poblamiento presenta desarrollo de núcleos de gran tamaño (de entre 5 Ha. y 10 Ha. y aún mayores) y también de oppida. Se sitúan en las vegas fluviales (las vías de comunicación naturales) que son los terrenos de mayor potencial agrícola. Como complemento estarían otros de menor tamaño (aldeas y granjas), mal conocidos arqueológicamente, y con grandes espacios aparentemente sin ocupación alguna (Sacristán et al., 1995, 352-354, 361-367; Almagro, 1999e, 41-42; Blasco, 2001, 202-204, 206-210; Maya y Cuesta, 2001, 236; Camino, 2002, 149-155; Berrocal, 2004, 75-76, 81-82). Este modelo de grandes oppida vertebrando un territorio de núcleos de menor tamaño (castros, aldeas y granjas) contrasta con el de otros territorios en los que el poblamiento presenta un

- 141 -

Jesús F. Torres Martínez (Kechu) y Susana de Luis Mariño

modelo disperso pero de alta densidad, basado en núcleos de pequeño tamaño. Es el caso de gran parte de Cantabria, Asturias o Galicia, o de una gran parte de la zona oriental cantábrica en la que también se incluye Aquitania. En la costa de Cantabria los castros en algunos casos presentan mayores dimensiones que los conocidos en la costa asturiana o la vasca. En la costa asturiana los tamaños varían entre las 0,14 Ha. de Chao Samartín (Grandas de Salime, Asturias) y las 1,30 Ha. de Llagú (Latores, Oviedo, Asturias) (Camino, 1995, 29-141, 175-179; Maya y Mestres, 1998, Camino y Viniegra, 1999; Berrocal, Martínez y Ruiz, 2002; Valle y Serna, 2003, 354355; Torres, 2011, 268-272). En el área galaica los núcleos con grandes dimensiones resultan realmente excepcionales y también se concentran en el área meridional. Monte Mozinho (Peñafiel, Portugal) tiene 20 Ha., San Cibrán de Lás (San Amaro, Carballiño, Orense) 9,5 Ha., Sanfís (Paços de Ferreira, Portugal) 15 Ha. o Briteiros (Sao Salvador de Briteiros, Portugal) 20,5 Ha. Resultan mucho más frecuentes los núcleos que se sitúan entre las 1,5 y 2 Ha. y que podrían considerarse “grandes” frente a un gran número de ellos que no llegan a tener una hectárea de extensión (Parcero, 2002, 188-229; González Ruibal, 2007b, 309). En el piedemonte leonés los núcleos tienen una extensión media también pequeña (1,25 Ha. de la Corona de Corporales en Corporales, León) y las dimensiones tienden a aumentar según se sitúan más hacia el sur y el este, en la frontera entre el somonte y la llanura de la submeseta norte hasta el ámbito del Ebro. Esta diferenciación dibuja dos grandes modelos de articulación del territorio para el Final de la Edad del Hierro (Marcos, 1987, 480-481; Torres, 2011, 268-272). En el País Vasco el tamaño medio de los núcleos es reducido. De los recintos conocidos, 52 tienen menos de 4 Ha., sólo 20 tienen más de 4 Ha. y tan sólo 10 alcanzan o superan las 5 Ha. Los núcleos de grandes extensiones son verdaderas excepciones. Se sitúan en zonas elevadas sobre el curso de los ríos a distancias bastante regulares. En la mayor parte de los casos resulta evidente la complementariedad territorial (política y económica) de los distintos núcleos (Llanos, 1995, 298, 300-312, 313; Peñalver, 2001a, 65, 2001b, 33-48, 135-136, 242-244; Peñalver y San José, 2003, 74; Torres, 2011, 268). En Navarra no han sido localizados núcleos con grandes extensiones (la media para la Se-

gunda Edad del Hierro es de entre 1 y 1,5 ha, con núcleos de entre 0,30 Ha. y 1,7 Ha.) y el tamaño de las poblaciones a los que se atribuyen funciones de castros principales y oppida es menor que otras áreas del norte de la Península Ibérica. Solo La Custodia (Viana, Navarra) destaca con 12,5 Ha. Este fenómeno es extensible también a otros núcleos del valle del Ebro. En la Rioja solo el núcleo de Cruña (Inestrillas, Aguilar del Rio Alhama, La Rioja) alcanza una superficie ocupada estimada en 13,5 Ha., que es una de las más grandes en ese territorio. Incluso para el caso de aquellos núcleos que sabemos que acuñan moneda, estos no tienen una gran extensión. Es probable que en algunas áreas de la montaña navarra el papel que desarrollan los oppida sea desempeñado por determinados espacios rituales. También es posible que en algunos casos se produzca la pervivencia de organizaciones político-territoriales sin un núcleo urbano como ámbito central o principal (Castiella, 1977, 1993; Llanos, 1995, 298, 310-311, 315; Berrocal, 2004, 75-76; Armendáriz, 2008, 239-247, 313-314, 2009, 319327; Torres, 2011, 268, 374-377). Como hemos podido ver en este análisis, una estadística sobre los tamaños de los castros resulta engañosa si no refleja la diversidad de los modelos territoriales. También es muy importante la complementariedad (tanto económica como política) en la ocupación del territorio entre los núcleos de pequeño tamaño (granjas y aldeas) y los de gran tamaño y los oppida. Pero en determinados territorios la evolución de la estructura territorial parece ser otra distinta basada en una ocupación diferente del espacio. Esto es lo que ocurriría en algunas zonas de Galicia, Asturias, Cantabria o del Pirineo, como hemos señalado anteriormente (Almagro, 1999, 41-42; Camino, 2002, 149-155).

TERRITORIO y ESTRUCTURAS POLíTICAS EN LA EDAD DEL HIERRO EN EL ÁMBITO CULTURAL CÉLTICO Por lo que sabemos a través de las fuentes grecolatinas, en la Protohistoria Final la sociedad se estructura a través de una compleja red de relaciones. Éstas se articulan desde la familia y la parentela (a través de la pertenencia al sexo y por grupos de edad), pero también a través de estructuras su prafamiliares (las ligadas a las relaciones sociales y de gobierno de los distintos populi y civitas). Llegamos aquí al mayor problema que presenta el estudio de estas relaciones socio-políticas: la realización de una correcta interpretación

- 142 -

Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio Y otras formas de construcción territorial

(interpretatio/equivalencia) de los términos que los autores grecolatinos utilizan para denominar y describir (al mismo tiempo) las instituciones indígenas con términos que definen unidades administrativas griegas o romanas. Y después intentar establecer esa equivalencia con el registro arqueológico (González Rodríguez, 1986; Fernández-Götz, 2011). En las estructuras de gobierno de la Edad del Hierro en el ámbito cultural céltico las relaciones se establecen entre los que habitan el territorio y no entre las distintas partes del territorio, o entre los habitantes de los núcleos y no entre los núcleos. Los miembros de una Natio/Ethnos comparten una misma sangre y sus miembros mantienen relaciones políticas, comparten un territorio y poseen una vinculación a lo largo del tiempo, formando parte de una misma identidad (González Rodríguez, 1986; Rodríguez, 1996; Torres, 2011, 365-367). Existen dos tipos de relación entre los habitantes de los distintos territorios que serán inseparables, complementarias y, en muchos casos, con una marcada horizontalidad no-jerárquica: las relaciones gentilicias y la estructura vecinal. Así la estructura de relación gentilicia está determinada por la consanguineidad real o “simbólica” en la que los que se consideran familia forman parte de un sistema de reciprocidad con unas obligaciones y beneficios. Se trata, por tanto, de “familias extensas” cuyo ámbito de relación se extiende incluso a ámbitos tan extensos como los órganos de gobierno de las civitas/populus y ethnos/natío. (Peralta, 2003, 89-97; Torres, 2011, 358-364). Las relaciones gentilicias estarían también en relación continua con otras estructuras suprafamiliares como son las vecinales. Estas últimas surgieron con la aparición de núcleos protourbanos (aldeas y poblados) y de territorios densamente ocupados y explotados. Las relaciones vecinales establecen unas reglas que sirven para regir las vidas de los que habitan un territorio común y ayudan a la explotación económica del territorio y sus recursos. Se basan en la reciprocidad entre vecinos y se intensificará su desarrollo y su institucionalización con la aparición de una sociedad campesina y guerrera. La asamblea es su institución más característica así como la celebración de cultos religiosos conjuntos de los habitantes de un mismo territorio (Almagro, 2002, 64; Brunaux, 2004, 17-18). En el final de la Edad del Hierro la proyección de estas relaciones gentilicias y vecinales da lugar a la existencia de unas complejas relaciones

sociales que se engloban unas a otras y que están en relación con el territorio. Poniendo como ejemplo el caso del Norte de la Península Ibérica, un modelo que sirve para el resto del ámbito cultural céltico, encontramos la existencia de una verdadera identidad transversal (montañeses), que englobaría a varias mega-ethnias/populus (cántabros, astures, gallaicos, etc) que están divididos a su vez en etnias/populus/natío (en el caso de los cántabros encontraríamos a vellicos, camaricos, vadinienses, etc). Las etnias estarían organizadas en populus/civitas y divididas en pagi. La civitas parece ser el resultado de una federación de pagi y estos pagi se organizan a través de las organizaciones vecinales y sus asambleas. Se componen de diversos grupos locales que habitan el territorio, formados por familias (grupo familiar extenso) o hauseholds (como se conoce en el mundo anglosajón) que se relacionan entre sí (relaciones vecinales) (Rodríguez, 1996, 50; Torres, 2011, 358-383). A partir de todo lo expuesto es muy probable que la ordenación político-territorial de la Primera Edad del Hierro (también en momentos anteriores) se articulara a través de una estructura de pagi y evolucionara hacia el modelo de oppida/civitas. Este proceso se desarrollará con la anexión o sinecismo progresivo de distintos pagi hasta conformar las civitas características del final de la Edad del Hierro. No todos los territorios desarrollan una ordenación territorial con oppidum, ni se agrupan como una ciuitas/populus. En algunos casos los pagi se mantendrían como sistema de ordenación político territorial. Conocemos el ejemplo de los helvecios gracias a J. César BG. (I, 12, 4-6) y (I, 5, 2), que en un territorio de montaña (con características similares a las de los territorios abruptos y de poblamiento disperso pero de alta densidad del occidente cantábrico) mantienen el sistema de pagi, incluso con oppida (Roymans, 1990; Fichtl, 2004, 121-124; Verger, 2009, 63-64; Torres, 2011, 374-377; Fernadez-Götz, 2011, 11-15). Este modelo puede ser el existente en algunas zonas del cantábrico, como indicaría el caso del Santuario de Gastiburu (Arrazua-Gernika, Vizcaya). Este espacio ritual monumentalizado posee una significativa ubicación dentro del territorio que ocupa, en relación y próximo al Castro de Marueleza-Arrola (Navarniz, Vizcaya) y al de Kosmoaga (ArrazuaGernika, Vizcaya) (Valdés, 2006, 2009, 237-268). L. Valdés y M. Almagro interpretan que este encla ve debía ser un espacio de anfictionía, de centro de reunión, probablemente de uno o varios pagi (Almagro, 2006, 355, 357; Valdés, 2006, 338-340, 342-343 y Fig. 6).

- 143 -

Jesús F. Torres Martínez (Kechu) y Susana de Luis Mariño

De este modo la civitas surge en algunos territorios como el proceso final de agregación de distintos pagi con la centralización de distintas funciones en los oppida. En muchos casos las estructuras preexistentes mantendrían su autonomía, todo esto dentro del intrincado sistema de relaciones políticas célticas, en un sistema jerarquizado, complejo y, al mismo tiempo, enormemente fragmentario. Esta dimensión territorial (populus/ ciuitas) supone la ocupación y explotación del territorio a través de determinados núcleos que se ordenan jerárquicamente según la función económica, política y militar que éstos desempeñan y en cuya cúspide están los oppida. Este sería el modelo que consideramos refleja la estructura territorial del Monte Bernorio (Beltrán, 1988, 218; Roymans, 1990, 18-23; Fichtl, 2004, 17-18; Torres, 2011, 365383; Fernández-Götz, 2011, 8). El gobierno de los territorios se produce a través de las asambleas, de las cuales conocemos su gran importancia (al menos a partir del siglo III a.C.) y que se desarrollarían en todos los ámbitos de relación gentilicia y vecinal, empezando por la familia hasta terminar con las asambleas interétnicas. Por

este motivo su organización y funciones varían enormemente según la escala a la que nos refiramos (asambleas familiares, de pequeño núcleo, de pagi, de ciuitas, de etnia, etc). No obstante en todas ellas se toman decisiones en cuanto al ámbito económico, político, de justicia y de defensa de la comunidad en cuestiones de carácter interno y externo dentro del ámbito de competencia de cada una. En estas asambleas hay representantes de los distintos grupos (patres y princeps principalmente) que tendrán mayor o menor influencia según su carisma y poder personal y la fuerza del grupo al que representan (Fichtl, 2004, 123; Torres, 2011, 367-372, 377-378; Fernández-Götz, 2011, 15-17). Otro de los elementos fundamentales en la ordenación político-territorial es el elemento religioso, siempre presente. La religión y sus rituales se presentan en al ámbito de la cultura céltica de la Edad del Hierro como un elemento de cohesión social tanto hacia el interior de los grupos como al exterior, perpetuando su continuidad y alimentando la unidad y la identidad común (Roymans, 1990, Zecchini, 2002, Torres, 2011, 479-481, 574; Fernández-Götz, 2011).

- 144 -

Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio Y otras formas de construcción territorial

BIBLIOgRAFíA Almagro, M., 1999, “Estructura socio-ideológica de los oppida celtibéricos”. Pueblos, Lenguas y Escrituras en la Hispania Prerromana. F. Villar y F. Beltrán. Eds. Salamanca. pp. 35-55. Almagro, M., 2002, “Urbanismo y sociedad en la Hispania Húmeda”. Los poblados fortificados del noroeste de la Península Ibérica. M. A. de Blas y A. Villa. Ed. Navia. pp. 47-79. Almagro, M. y Torres Ortiz, M., 1999, Las fíbulas de jinete y de caballito: aproximación a las elites ecuestres y su expansión en la Hispania céltica. Zaragoza. Almagro, M., 2006, “Etnogénesis del País Vasco: de los antiguos mitos a la investigación actual”. Munibe (Antropología-Arqueología) N.º 57 (2006) Vol. 2 San Sebastián. pp. 345-364. Armendariz, J., 2008: “De Aldeas a Ciudades. El poblamiento durante el primer milenio a. C. en Navarra”. Trabajos de Arqueología Navarra. Monografías Arqueológicas N.º 2. Institución Príncipe de Viana. Pamplona. Armendariz, J., 2009: “La ordenación del territorio vascón en la Edad del Hierro”. J. Andreu (Coord). Los vascones de las fuentes antiguas. Barcelona. pp. 303-338. Beltrán Lloris, F,. 1988: “Un espejismo historiográfico. Las “organizaciones gentilicias” Hispanas”. Actas del Primer Congreso Penínsular de Historia Antigua, Vol. II. G. Perira Menaut. Ed. Santiago de Compostela. pp. 197-237. Berrocal, L., 2004, “La defensa de la comunidad: sobre las funciones emblemáticas de las murallas protohistóricas en la Península Ibérica”. Gladius. N.º XXIV (2004). Madrid. pp. 27-98. Berrocal, L., Martínez, P. y Ruiz, C., 2002, El Castiellu de Llagú. Un Castro Astur en los orígenes de Oviedo. Bibliotheca Archaeologica Hispana N.º 13. RAH. Madrid. Blasco Bosquéz, M. C., 2001, “El poblamiento en las cuencas de los ríos Duero y Tajo durante la Edad del Hierro”. L. Berrocal-Rangel y P. Gardes. (Eds). Entre celtas e Íberos. Las poblaciones Protohistóricas de las Galias e Hispania. Bibliotheca Archaeologica Hispana N.º 8. RAH. Madrid. pp. 201-212. Bolado, R.; Fernández P. A., 2010, “Castro de Las Rabas”. A. Serna; A. Martínez; V. Fernández. (Coord). Castros y Castra en Cantabria. Santander. pp. 403-482. Brunaux, J. L., 2004, “Guerre et religion en Gaule. Essai d’anthropologie celtique”. Editions Errance. Paris. Camino, J., 1995, “Los Castros marítimos en Asturias”. Fuentes y Estudios de Historia de Asturias. Oviedo. Camino, J., 2002, “Algunos comentarios sobre las pautas territoriales y sociales de los castros del norte de Asturias”. M. A. de Blas y A.Villa. (Eds). Los poblados fortificados del noroeste de la Península Ibérica. Navia. pp. 139-157.

Camino, J. y Viniegra, Y., 1999, “El horizonte cronológico y cultural de la Edad del Hierro en Asturias. El caso de la Ría de Villaviciosa”. R. de Balbín y P. Bueno (Eds). II Congreso de Arqueología Peninsular Tomo III. Alcalá de Henares. pp. 239-248. Caro Baroja, J., 1970, “Organización social de los pueblos del norte de la Península Ibérica en la Antigüedad”. VV.AA. Legio VII Gemina. León. pp. 11-62. Castiella, A., 1977, “La Edad del Hierro en Navarra y Rioja”. Excavaciones en Navarra, Vol. VII. Pamplona. Castiella, A., 1993, “De la Protohistoria Navarra: la Edad del Hierro”. Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, N.º 1 (1993). Pamplona. pp. 121-175. Castiella, A., 1995, “En los albores de la Historia. La Edad del Hierro”. Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra. N.º 3 (1995). Pamplona. pp. 185-230. Champion, T., 1995, “Power, politics and status”. The Celtic World. M. J. Green Ed. Londres. pp. 85-94. Cisneros, M., 2004, “El oppidum de la Ulaña en la frontera meridional de los cántabros”. Palaeohispanica: N.º 4, (2004). Madrid. pp. 89-109. Cisneros, M., Díez, A. y López, P., 1995, “Aportaciones arqueológicas sobre la cuenca del Rubagón (Palencia)”. Actas del III Congreso de Historia de Palencia Palencia. pp. 401-414. Cisneros, M. y López, P., 2005, El castro de La Ulaña (Humada, Burgos). La documentación Arqueológica (1997-2001). Santander. Dantin, J. ,1942, Regiones Naturales de España. Tomo I. Madrid. Esparza, A., 1982, “Reflexiones sobre el castro de Monte Bernorio (Palencia)”. Publicaciones de la Institución “Tello Téllez de Meneses” Palencia. pp. 393-408. Esparza, A., 2001, “Los astures”. Celtas y Vettones. Ávila. pp. 350-359. Fanjul, A., 2005a, Los castros de Asturias, una revisión territorial y funcional. Treverga. Fernández Götz, M. A., 2011, “Niveles sociopolíticos y órganos de gobierno en la Galia de finales de la Protohistoria”, Habis N.º 42 (2011). Sevilla. pp. 7-26. Fichtl: S., 2004, “Les peuples gaulois. IIIeIer siècles av. J. C”. Col. Hespérides. Ed. Errance. Paris. Fraile, M. A., 1990, Historia Social y Económica de Cantabria hasta el siglo X. Edita M. A. Fraile, Reinosa. Santander. Fraile, M. A., 2004, Catálogo de Castros Cántabros. Edita M. A. Fraile, Reinosa. Santander. Galilea, F. y García, A., 2005a, “Vías de comunicación y población, durante la Primera Edad del Hierro en Álava”. Estudios de Arqueología Alavesa, N.º 22 (2005). Vitoria. pp. 233-285. García Guinea, M. A.; González Echegaray, J. y San Miguel, J. A., 1966, “Excavaciones en Monte Cildá. Olleros de Pisuerga (Palencia) 1963-1965”. Excavaciones Arqueológicas en España N.º 61. Palencia.

- 145 -

Jesús F. Torres Martínez (Kechu) y Susana de Luis Mariño

García Guinea, M. A.; Iglesias, J. M., Caloca, P., 1973, Excavaciones en Monte Cildá. Olleros de Pisuerga. (Palencia) 1966-1969. Excavaciones Arqueológicas En España N.º 82, Palencia. García Guinea, M. A., 1997, “El asentamiento de Celada Marlantes y la futura Arqueología de los cántabros”. Cuadernos de Campoo. Año III, N.º 7 (Marzo 1997). Reinosa. pp. 24-29. García Guinea, M. A. y Rincón, R., 1970, El Asentamiento Cántabro de Celada Marlantes (Santander). Santander. García Quintela, M. V., 2002, “La organización socio-política de los populi del noroeste de la Península Ibérica. Un estudio de antropología política histórica comparada”. Traballos de Arqueoloxia e Patrimonio, N.º 28 (2002). Santiago de Compostela. pp. 16-122. González Rodríguez, M. C., 1986, Las unidades organizativas indígenas del área indoeuropea de Hispania. Veleia, Anejo N.º 2. Vitoria. Llanos Ortiz de Landaluze, A., 1995, “El Poblamiento celtibérico, en el alto valle del Ebro”. F. Burillo. (Coord). III Simposio sobre Los Celtíberos. Poblamiento Celtibérico. Zaragoza. pp. 289-328. Llanos, A. y Arteaga, M. M., 2002, “Notas sobre el pastoreo durante la Prehistoria en el País Vasco Peninsular”. Estudios de Arqueología Alavesa. N.º 19. Vitoria. pp. 82-95. Marcos, M. A., 1987, “Estructuras defensivas en los castros cántabros de la cabecera del Ebro”. Zephyrus Vols. XXXIX-XL, (1986-87). Actas del Coloquio Internacional sobre la Edad del Hierro en la Meseta Norte. Salamanca. pp. 479-483. Maya, J. L. y Cuesta, F., 2001, “El Castro de la Campa Torres. Periodo Prerromano”. Serie Patrimonio N.º 6. Gijón. Maya, J. L. y Mestres, J. S., 1998, “Dataciones prerromanas del Castiellu de Llagú (Latores, Oviedo)”. Revista de Arqueología, N.º 211. Madrid. pp. 6-11. Parcero, C., 2002, “La construcción del paisaje social en la Edad del Hierro en el Noroeste Ibérico”. Ortegalia. Monografías. N.º 1. Ortigueira. Peñalver, X., 2001a, “El Bronce Final y la Edad del Hierro en la Euskal Herria Atlántica: Cromlechs y Castros”. Complutum, Vol. 12. Madrid. pp. 51-71. Peñalver, X., 2001b, “El Hábitat en la vertiente atlántica de Euskal Herría. El Bronce Final y la Edad del Hierro”. Kobie, serie Anejos N.º 3 (2001). Bilbao. Peralta, E., 2003, Los Cántabros antes de Roma, 2.ª Edición Corregida y Ampliada. Bibliotheca Archaeológica Hispana, Vol. 5. Real Academia de la Historia. Ed. Madrid. Rodríguez Álvarez, P., 1996, Gens. Una forma de agrupación antigua mal conocida. Anejos de Veleia, Serie Minor N.º 9. Vitoria. Roymans, N., 1990, Tribal Societies in Northern Gaul. An Anthropological Perspective. Amsterdam Archaeological Studies. Amsterdam.

Sacristán, J. D., San Miguel, L. C., Barro, J. y Celis, J., 1995, “El poblamiento de época celtibérica en la cuenca media del Duero”. F. Burillo (Coord). III Simposio sobre Los Celtíberos. Poblamiento Celtibérico. Zaragoza. pp. 337-367. San Valero, J., 1944, Excavaciones Arqueológicas en Monte Bernorio (Palencia). Primera Campaña, 1943. Informes y Memorias N.º 5. Madrid. San Valero, J., 1960, Monte Bernorio. Aguilar de Campoo (Palencia). Campaña de Estudio en 1959. Excavaciones Arqueológicas en España N.º 44. Palencia. Shalins, M., 1983, Economía de la Edad de Piedra. Akal Universitaria. Antropología. N.º 61. Ediciones Akal, S. A. Torrejón de Ardoz. Torres, J. F. K., 2003, La Economía de los Celtas de la Hispania Atlántica. Vol. I Agricultura, ganadería y recursos naturales. Serie Keltia N.º 21, Editorial Toxosoutos. Coruña. Torres, J. F. K., 2004, “Recursos Naturales y economía de los cántabros de la Edad del Hierro”. Complutum N.º 14 de 2004. Madrid. pp. 169-196. Torres, J. F. K., 2005, La Economía de los Celtas de la Hispania Atlántica. Vol. II. Economía, territorio y Sociedad. Serie Keltia N.º 28, Editorial Toxosoutos. Coruña. Torres, J. F. K., 2007, “Monte Bernorio en su entorno. Resumen de los trabajos arqueológicos efectuados en la Campaña de 2004”. Estudios varios de Arqueología Castreña. Santander. pp. 77-101. Torres, J. F. K., 2010a, “El Medio ambiente antiguo, la construcción del territorio y la obtención de recursos en la Edad del Hierro de Cantabria”. A. Serna; A. Martínez; V. Fernández, (Coord). Castros y Castra en Cantabria. Santander. pp. 74-109. Torres, J. F. K., 2010b, “Arqueología de la religión protohistórica de los pueblos del norte: el caso cántabro”. A. Serna; A. Martínez; V. Fernández, (Coord). Castros y Castra en Cantabria. Santander. pp. 694-749. Torres, J. F. K., 2011, El Cantábrico en la Edad del Hierro. Medioambiente, Economía, Territorio y Sociedad. Bibliotheca Archaeologica Hispana N.º 35. RAH. Madrid. Torres, J. F. K. y Serna M. L. y Domínguez-Solera, 2010, “El ataque y destrucción del oppidum de Monte Bernorio (Villarén, Palencia) y el establecimiento del castellum romano”, Habis N.º 42 (2011). Sevilla. pp. 127-149. Torres, J. F. K., Martínez, A. y de Luis, S., 2012, “El Oppidum de Monte Bernorio. Nueve siglos de Historia”. Kobie N.º 29 (2011). Bilbao. En prensa. Valdés, L., 2006, “El santuario protohistórico de Gastiburu (siglos IV al I a.C.) y el calendario estacional (Arratzu, Bizkaia)”. Munibe (Antropología, Arqueología) N.º 57 (2006), Vol. 2. San Sebastián. pp. 333-343. Valdés, L., 2009, Gastiburu. El Santuario vasco de la Edad del Hierro. Bibliotheca Archaeologica Hispana N.º 29. RAH. Madrid.

- 146 -

Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio Y otras formas de construcción territorial

Valle, M. A. y Serna, A., 2003, “El castro de Castillnegro y otros asentamientos de la Edad del Hierro en el entorno de la Bahía de Santander”. La Arqueología de la Bahía de Santander. Tomo I. C. Fernández y J. Ruiz. Eds. Santander. pp. 353-390.

Verger, S., 2009, Société, “Politique et religión en Gaule avant la Conquête. Elements pour une étude anthropologique”. Pallas N.º 80 (2009). Toulouse. pp. 61-82. Zecchini, G., 2002, Los Druidas. Colección Academia, N.º 2. Aldebaran Ediciones. Madrid.

- 147 -

VII SIMPOSIO SOBRE CELTÍBEROS NUEVOS HALLAZGOS, NUEVAS INTERPRETACIONES

Francisco Burillo Mozota y Marta Chordá Pérez (Eds.)

Fundación Segeda - Centro de Estudios Celtibéricos

Instituto de Investigación y Desarrollo Rural. Serranía Celtibérica

Publicación n.º 7 de los Estudios Celtibéricos Publicación número 50 del Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda C/ Mayor (Puerta Baja) - 50360 DAROCA (Zaragoza) Teléfono: 976 800 540 - e-mail: [email protected]

Publicación número 3.350 de la Institución “Fernando el Católico” (Organismo autónomo de la Excma. Diputación de Zaragoza Plaza de España, 2 - 50071 Zaragoza (España) Teléfono: [+34] 976 288 878 / 9 - Fax [+34] 976 288 869 e-mail: [email protected]

El VII Simposio sobre Celtíberos: Nuevos Hallazgos, Nuevas Interpretaciones (Daroca, 20-22 de marzo de 2012) ha sido posible gracias al apoyo de las siguientes instituciones: Proyecto HAR2011-15116 y HAR2012-36549 financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y los Fondos FEDER, Universidad de Zaragoza, Grupo de Excelencia Hiberus, Centro de Estudios Darocenses, Comarca Campo de Daroca y Museo de Molina de Aragón. FICHA CATALOGRÁFICA BURILLO MOZOTA, Francisco y CHORDÁ PÉREZ, Marta (Eds.) VII Simposio sobre Celtíberos: Nuevos Hallazgos, Nuevas Interpretaciones pp. 560. ilustraciones: 140; 21x29,7cm I.S.B.N.: 978-84-616-2453-9 1. Historia antigua 1. Civilización Celtibérica. 2. Congresos y asambleas. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares de copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. © de los autores © de la presente edición Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda I.S.B.N.: 978-84-616-2453-9 Depósito Legal: TE-197-2014 Portada: Santuario del Sol del la ciudad celtibérica de Segeda Diseño y maquetación de textos: Raúl Clavijo Hernández Edita: Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda Imprime: COMETA, S.A. - Ctra. Castellón, km. 3,4 - ZARAGOZA

IMPRESO EN ESPAÑA - PRINTED IN SPAIN

ÍNDICE

pág. PRESENTACIÓN............................................................................................................................................................... 5 Sesión I. Proceso formativo. Moderador: Gonzalo Ruiz Zapatero.......................................................................11 1. Relaciones continentales durante la génesis del mundo celtibérico: nuevas evidencias en el período Protoceltibérico. M.ª Luisa Cerdeño, Teresa Sagardoy....................................................................................... 13 2. Los umbos bivalvos de scuta en Iberia y la cuestión céltica. Gustavo García Jiménez, Fernando Quesada Sanz..................................................................................................................................... 21 3. Sesión I. Debate: Proceso formativo. Moderador: Gonzalo Ruiz Zapatero.......................................................... 29 Sesión II. Poblamiento. Moderadora: Maria Luisa Cerdeño..................................................................................... 31 4. E  l análisis del poblamiento del territorio en la Comarca del Aranda. Gloria Pérez García................................ 33 5. Las fortificaciones ciclópeas en el Alto Jalón. Luís Alberto Gonzalo Monge...................................................... 41 6. Nuevos aportes al estudio de la Celtiberia Occidental en la provincia de Guadalajara. Ricardo L. Barbas Nieto..................................................................................................................................... 49 7. Castil de Griegos y Puente de la Sierra: Un Modelo de poblamiento celtibérico en el Alto Tajo. Juan Pablo Martínez Naranjo, José Ignacio De la Torre Echávarri.................................................................... 57 8. La construcción de espacios domésticos en un ámbito urbano. El yacimiento de “Las Eras” en Ciadueña (Soria). Carlos Tabernero Galán, Juan Pedro Benito Batanero, Alberto Sanz Aragonés............. 65 9. Oppidum y territorio en el valle del Linares soriano. Los Casares de San Pedro Manrique. Eduardo Alfaro Peña, Iván Aguilera Díez, Juan Pedro Benito Batanero, Alberto Sanz Aragonés, Carlos Tabernero Galán..................................................................................................................................... 73 10. E  l yacimiento de los canónigos, Arcas del Villar (Cuenca): un nuevo asentamiento en la supuesta frontera meridional de la Celtiberia. Miguel Ángel Valero Tévar...................................................... 83 11. Tiermes y el proceso de urbanización del área arévaca suroccidental (ss. IV-I a. C.). La Protohistoria como modelo de frontera. Santiago Martínez Caballero, Fernando López Ambite, José Ignacio Gallego Revilla............................................................................................................................ 93 12. “Segontia, la que ahora llaman comúnmente Medinaceli” (Rodrigo Ximenez de Rada, 1170-1247). Jose Manuel Pastor Eixarch.......................................................................................................................... 103 13. L  os castros de la serranía burgalesa. El inicio de una jerarquización territorial de gran perduración. Alberto Bengoechea Molinero.........................................................................................................................113 14. L  a Carpetania, ¿territorio étnico o región geográfica? Ángel Marchante Ortega, José Antonio Pérez Perona............................................................................................................................ 123 15. E  l complejo defensivo de Pintia (Padilla de Duero/Peñafiel, Valladolid). Carlos Sanz Mínguez, Fernando Romero Carnicero, Cristina Górriz Gañán, Roberto de Pablo Martínez......................................... 129 16. Construcción del territorio y estructuras políticas. El modelo del oppidum de Monte Bernorio y otras formas de construcción territorial. Jesús F. Torres Martínez (Kechu), Susana de Luis Mariño............... 139 17. Sesión II. Debate: Poblamiento. Moderadora: Maria Luisa Cerdeño................................................................. 149 Sesión III. Sociedad y economía. Moderador: Alberto Lorrio............................................................................ 159 18. C  oaliciones en el mundo celtibérico. Alberto Pérez Rubio............................................................................ 161 19. Interacción institucional en Celtiberia: una aproximación al estudio de los instrumentos y mecanismos diplomáticos. Laura Per Gimeno............................................................................................. 177 20. Tipología de las leyendas monetales célticas. La Península Ibérica y las demás áreas de la Céltica antigua. Patrizia de–Bernardo–Stempel.................................................................................... 185 21. Un nuevo tipo de casco celtibérico. Jose Manuel Pastor Eixarch.................................................................. 203 22. Los cascos protohistóricos de Aranda de Moncayo: Una necesidad científica y patrimonial. Raimon Graells i Fabregat, Alberto J. Lorrio Alvarado, Fernando Quesada Sanz.......................................... 213 23. Las fíbulas navarro-aquitanas y su contextualización a ambos lados de los Pirineos. Constantin Thibaud, Marta Chordá................................................................................................................. 223 24. Fíbulas zoomorfas meseteñas. Lugar de elaboración, lugar de hallazgo. Magdalena Barril Vicente........... 231 25. Caballos y carros en el mundo vettón: elementos para cabalgar. Isabel Baquedano, Daniel de Cruz............ 241 26. U  na nueva fusayola segedense con inscripción. Aránzazu López Fernández................................................. 249 27. M  olde singular de fíbula anular, hallado en la ciudad celtibérica de Numancia. Raquel Liceras, Ángel Santos, Sergio Quintero, Antonio Chaín, José Ignacio de la Torre, Gianluca Catanzariti, Christian Diezt, Silvia Viana, Alfredo Jimeno.................................................................................................. 257 28. Estudio de las síntaxis compositivas simétricas en cerámicas con decoración “a peine” vacceas procedentes del yacimiento arqueológico de Pintia (Padilla de Duero/Peñafiel, Valladolid). A. Carmelo Prieto, Selma Neto, Alejandro del Valle, Fernando Romero, Carlos Sanz, Roberto De Pablo, Cristina Górriz............................................................................................................................................... 265

29. Centros productores de muelas del norte de la Península Ibérica. Pilar Pascual Mayoral, Pedro García Ruiz, Javier Castro Montoya.................................................................................................... 275 30. Sesión III. Debate: Sociedad y economía. Moderador: Alberto Lorrio.............................................................. 285 Sesión IV. Cosmología y Ritual. Moderador: Magdalena Barril........................................................................ 293 31. El rito celta de las cabezas cortadas en Iberia: revisión de un tópico historiográfico. Tomás Aguilera Durán....... 295 32. C  oelum aqueum, aproximación al Cosmos celtibérico a partir del análisis de la cerámica n.º 2308 del Museo Numantino. M.ª Pilar Burillo-Cuadrado....................................................................................... 303 33. “ La cuarta dimensión”: un nuevo paradigma en el estudio de la iconografía celtibérica. Su aplicación a la tésera de hospitalidad poliédrica k.0.10. Carlos Foradada-Baldellou, Francisco Burillo-Mozota, M.ª Pilar Burillo-Cuadrado, José Javier Luis-Tello..............................................311 34. Iconografía funeraria indígena. Reflejos, lecturas y pautas en estelas de Tierras Altas, Soria. Eduardo Alfaro Peña...................................................................................................................................... 321 35. Nueva iconografía en una vasija de Numancia. Raquel Liceras, Ángel Santos, Sergio Quintero, Antonio Chaín, José Ignacio de la Torre, Alfredo Jimeno................................................................................ 331 36. Un insólito santuario celtibérico en la serranía de Cuenca: el heroon de Los Casares (Valdemoro Sierra). F.J. Fernández Nieto, C. Alfaro Giner............................................................................ 339 37. El Santuario de la ciudad celtibérica de Segeda I. Propuesta para su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Francisco Burillo-Mozota, M.ª Pilar Burillo-Cuadrado, Diego Franganillo, Elena Gallego, Gloria Pérez, Manuel Pérez;Teresa Mostaza; Jonathan Terán, Julio Zancajo y Tamara Folgueiro................. 353 38. U  na propuesta para el origen celtibérico de la hoguera del “paso del fuego” de San Pedro Manrique. Francisco Burillo-Mozota, M.ª Pilar Burillo-Cuadrado, Eduardo Alfaro-Peña............................................. 361 39. Análisis de las poblaciones del ámbito céltico peninsular a partir de sus necrópolis de incineración. M.ª del Rosario García Huerta....................................................................................................................... 371 40. La necrópolis de El Inchidero, Aguilar de Montuenga, Soria. Marian Arlegui Sánchez.................................. 379 41. L  a necrópolis celtibérica de Las Horazas (El Atance, Guadalajara) y su nueva interpretación a la luz de la documentación. Magdalena Barril Vicente............................................................................... 387 42. Nuevas interpretaciones en la necrópolis celtibérica de “El Cuarto” de Griegos (Teruel). Marta Chordá Pérez....................................................................................................................................... 397 43. Las supuestas “diademas femeninas” un ejemplo para revisión. Marta Chordá Pérez, Patricia Pérez Dios........ 405 44. E  nterramiento tardoantiguo en la ciudad celtibérica de Segeda I: Una reflexión sobre las inhumaciones en contextos celtibéricos. Leyre Alconchel Navarro, Gloria Fernández García...................... 413 45. S  esión IV. Debate: Cosmología y Ritual. Moderadora: Magdalena Barril........................................................ 421 Sesión V. Celtíberos y Romanos. Moderador: Ángel Morillo Cerdán.............................................................. 433 46. ¿  Del mercado al tratado? El papel del comercio itálico en las relaciones celtíbero-romanas anteriores a la provincialización. Enrique García Riaza, Eduardo Sánchez Moreno....................................... 435 47. La evolución del concepto celtíberos y Celtibería en época tardía. Enrique Gozalbes Cravioto................... 445 48. L  a I Guerra Celtibérica en el contexto del expansionismo romano. Una valoración comparativa. José Antonio Martínez Morcillo..................................................................................................................... 453 49. La ciudad de Segobriga durante la República Tardía. Luis Amela Valverde................................................... 459 50. El Alto Chacón y su relación con el área ibérica de Levante en época sertoriana. Miguel F. Pérez Blasco......... 467 51. Avance de las excavaciones arqueológicas de 2010 en Arce-Mirapérez/Deobriga: el fin del mundo indígena. F. Rafael Varón Hernández.................................................................................. 475 52. Una ocultación de denarios en Bujalaro (Guadalajara): Contexto. Emilio Gamo Pazos.................................. 485 53. Inscripciones celtibéricas en alfabeto latino. Ignacio Simón Cornago............................................................. 493 54. S  esión V. Debate: Celtíberos y Romanos. Moderador: Ángel Morillo Cerdán................................................ 501 Sesión VI. Gestión y Desarrollo. Moderador: Alfredo Jimeno......................................................................... 509 55. S  erranía Celtibérica: un proyecto de desarrollo sostenible. Francisco Burillo-Mozota, M.ª Pilar BurilloCuadrado, Pascual Rubio-Terrado, Enrique Ruiz-Budría, José Guillén-Gracia, Carlos Lacaba-Burriel..........511 56. Los laboratorios de restauración de campo: el ejemplo de Segeda (Mara, Zaragoza). Ana Palacio Estévez, Andrea VillarDe Miguel................................................................................................ 519 57. Tiermes Laboratorio Cultural. Novedades arqueológicas de las intervenciones del 2007 al 2011. Cesáreo Pérez González, Emilio Illarregui Gómez, Pablo Arribas Lobo......................................................... 523 58. El Museo de Agricultura Tradicional de Oseja como modelo de la sociedad campesina en la Celtiberia. Gloria Pérez García............................................................................................................. 531 59. Una propuesta sobre el baño de metales en la etapa celtibérica. Emilio Guadalajara Guadalajara.............. 537 60. S  esión VI. Debate: Gestión y Desarrollo. Moderador: Alfredo Jimeno........................................................... 543 Sesión VII. Mesa Redonda: Rutas Celtibéricas........................................................................................... 551 Listado de participantes al simposio............................................................................................................ 557

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.