Conjunto de ejemplares cerámicos en terra sigillata

CONJUNTO DE EJEMPLARES CERÁMICOS EN TERRA SIGILLATA Mérida Siglo I d.C. – Siglo II d.C. Plato de TSI 3,3 cm x 17 cm; Plato de TSM 3,8 cm x 16 cm; Cuenco de TSM 3,5 cm x 7,5 cm; Jarra de TSH 8,2 cm x 9,5 cm; Copa de TSH 8 cm x 8,7 cm; Cuenco de TSH 7 cm x 13 cm; Recipiente en forma de granada de TSA 7,7 cm x 6,5 cm Museo Nacional de Arte Romano - Mérida 33998, 10574, 26635, 36088, DO2012/3/4, DO2013/7/58 y DO2012/1/2

La terra sigillata , como hemos comentado ya al hablar de las paredes finas en la entrada precedente, consiste en la producción alfarera de mesa más característica del Imperio romano. Su antecesor directo era la conocida como cerámica campaniense, un heredero de la cerámica griega que se caracterizaba por detentar un barniz negro brillante, casi de reflejos metálicos. Hacia la época de Augusto, los gustos cambian, y el barniz negro da lugar a otro rojizo. Eso sí, aplicado como antes a piezas fabricadas a molde en las que destacaban ocasionalmente unos dibujos en altorrelieve claramente vinculados con el repujado de la vajilla en metales nobles. El primer lugar donde vemos nacer el fenómeno de la sigillata, así llamada por ser en ella relativamente frecuente la presencia de sellos estampados de los alfareros productores, es Italia. Pero el fenómeno prontamente se propaga, y a las finas producciones itálicas (TSI) les siguen las sudgálicas (TSS), que suplen su más tosca fabricación con una capa de barniz más gruesa y

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un coste más barato. Un tipo especial de este centro productor es la conocida como Terra Sigillata Marmorata (TSM), que en su combinación de amarillo claro con difuminadas pinceladas rojas, trataba de imitar el veteado del mármol giallo antico. Otras producciones provinciales se desarrollaron en la Península Ibérica (la Terra Sigillata Hispanica o TSH ) y África (la Terra Sigillata Africana o TSA ). De estos dos ámbitos, en el peninsular los alfares se concentran en el entorno de La Rioja (en la provincia Tarraconense) y Andújar (en la provincia Baetica); por el contrario y a diferencia de las paredes finas, de momento no parecemos contar con un claro testimonio que avale la fabricación de terra sigillata dentro del territorio de Lusitania. La cronología de la sigillata en Hispania, también en contraste con la de las paredes finas, es algo más amplia, e igual que arrancan de finales del Siglo I a.C., en sus variantes tardías se conocen piezas cuyo horizonte llega como mínimo hasta los siglos IV-V d.C., e incluso en el caso de la africana se comienza a sospechar que casi hasta los albores del Siglo VIII d.C. En la selección de ejemplares que hemos realizado, toda centrada en ejemplares localizados dentro del yacimiento emeritense, hemos intentado de algún modo equilibrar las diferentes producciones con la representación cuantitativa que suelen tener en la urbe, de modo que nos encontraríamos, frente a la escasez de itálicas y africanas, una abundancia algo mayor de piezas sudgálicas y, ante todo, un claro dominio de las hispánicas.

RSG

Bibliografía: Vázquez 1985; Jerez 2005; Fernández García 2008; Márquez 2012; Bustamante 2013. 227