CONCLUSIONS/DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC A BAJA CALIFORNIA: EXPERIENCIA MIGRATORIA Y LA RECONSTRUCCIÓN DE PERTENENCIA EN FAMILIAS ZAPOTECAS EN ENSENADA

May 20, 2017 | Autor: Melissa Espino | Categoría: México, Isthmus Zapotec, Migración Indígena
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Descripción

REFLEXIONES FINALES En esta tesis analicé la manera en que tras la experiencia migratoria y de asentamiento en la ciudad de Ensenada, Baja California, familias zapotecas originarias de San Blas Atempa, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, viven procesos heterogéneos de reconstrucción de pertenencia, los cuales involucran dinámicas de reconstrucción simbólica de sus lazos de adscripción, de aquellos lugares y entidades de los cuales sentirse y formar parte. En el acercamiento al análisis de estos procesos, fue fundamental tomar en cuenta a estas familias como agentes sociales en su migración y en su experiencia de vida en la ciudad. Desde esta perspectiva, se tomaron en cuenta sus motivaciones, sus intereses y autorrepresentaciones. Esta investigación se interesó por abonar al enfoque de la cultura en los estudios sobre migración, desde una perspectiva que la contempla dinámica a través del tiempo. Desde este punto de vista, se logró comprender cómo estas familias atraviesan procesos de resignificación en la ciudad, en el que se ponen en juego revalorizaciones de su vida personal y colectiva, de su cultura, comunidad y pueblo de origen. En las experiencias migratorias y de vida en la ciudad, fue analizada la manera en que la pertenencia étnica y comunitaria, su pertenencia adscrita con su lugar y cultura de origen, la comunidad local-territorial, San Blas Atempa, y así mismo, la comunidad étnica-regional como zapotecos de la región del Istmo de Tehuantepec se reconstruye. Se comprendió que la pertenencia de estas familias se representa en distintas dimensiones de su vida personal, social y comunitaria, y en nuevos espacios de los que también participan en la sociedad de destino. Partiendo del entendimiento del concepto de pertenencia como una entidad multidimensional, que como se comprendió, no es necesariamente coherente ni tampoco integrada, logré analizar tres dimensiones de pertenencia derivadas de este proceso de reconstrucción: la pertenencia con la comunidad de origen, la pertenencia con los paisanos en la ciudad, y la pertenencia construida con la sociedad de destino.

Analicé diversas experiencias migratorias, y a través de testimonios y relatos de vida, se pudo comprender que trás la migración, la llegada a la ciudad y la vida diaria, subyace un proceso heterogéneo en estas familias, en la forma de vivir y reconstruir sus pertenencias sociales. En el entendimiento de esta reconstrucción, las motivaciones por migrar, los canales migratorios y de llegada a la ciudad, fueron aspectos fundamentales. Se logró conocer en el caso de esta migración, cómo las carencias económicas y de oportunidades laborales en el pueblo de origen, explican en gran medida las causas de la migración y el asentamiento. Sin embargo, se encontraron también otras razones y motivaciones por migrar y asentarse en la ciudad de Ensenada, las cuales, han ido cambiando a través de los años. Entre ellas, aparecen por ejemplo numerosas aspiraciones educativas, que en el caso de algunos miembros de estas familias fue “el motor” que impulsa su migración, o es una de las motivaciones centrales que se va gestando en su vivencia en la ciudad. Así mismo, se situaron otras características las cuales refieren a la migración por el acceso a nuevos contextos socioculturales, principalmente a renovados espacios religiosos. La reconstrucción de la historia migratoria de San Blas Atempa en Ensenada, fue la que permitió estudiar en esta investigación, las diversas formas de pertenencia que han ido configurando estas familias. En la reconstrucción de la migración de este pueblo, se logró apreciar cómo fue en inicio una migración femenina, que va diversificándose y consolidándose familiar, incorporando al paso del tiempo distintas dinámicas, redes sociales y experiencias. Se comprendió que la primera etapa migratoria en esta historia, la establecen las mujeres en los años 70, y a partir del encuentro con el servicio doméstico. Sin duda, en los años 70, después en los 80 y principios de los 90, temporalidad que podemos referir como una segunda etapa migratoria entre San Blas Atempa y Ensenada, las redes migratorias entre las mujeres han sido fundamentales. En efecto, como ha sido señalado en otras investigaciones, las redes femeninas han sido centrales, “en sus procesos migratorios, en su inserción en el empleo doméstico, en la búsqueda de un nuevo empleo en caso de disconformidad, y en su adaptación al entorno” (Chavarría Montemayor, 2008: 199). Ahora bien, en la tercera etapa migratoria identificada, la cual parte

desde mediados de los 90 y va consolidándose hasta el día de hoy, pudo identificarse la manera procesual en la que las redes continúan y siguen siendo centrales en las experiencias migratorias y de incorporación a la ciudad. Estas, pasan de ser femeninas a familiares, y van involucrando lazos de amistad y así mismo paisanales a lo largo del tiempo. En esta tercera etapa migratoria se comprendió que las redes migratorias entre San Blas Atempa y Ensenada han involucrado diferentes tejidos sociales, los cuales tienen una relación directa con la inserción exitosa en la ciudad. Las redes en esta migración y particularmente en los últimos 20 años, se han construido: …en torno de relaciones sociales interétnicas, las de parentesco y paisanaje, así como interétnicas, por ejemplo con base en una identificación en torno a la actividad laboral, el género o la región. Así, las redes sociales soportan el proceso migratorio y constituyen un capital social del que se valen los indígenas en su experiencia urbana (Durin, 2006:163).

De estas tres principales etapas migratorias distinguidas en el caso de San Blas Atempa a Ensenada, logramos apreciar procesos y dinámicas específicas de asentamiento y vivencia en la ciudad. Esta migración, nos permitió comprender que la integración a una nueva sociedad no es un proceso homogéneo ni tampoco automático a la llegada de los migrantes de una misma comunidad de origen. Se comprendió que al paso del tiempo, se han seguido múltiples caminos y se han generado diferentes estrategias de integración en diversos contextos. Fue desde estos espacios y desde distintas trayectorias, que se logró el análisis de la reconstrucción de pertenencia. Las experiencias migratorias y de asentamiento en el caso de las familias zapotecas en Ensenada analizadas en esta tesis, involucran principalmente a) espacios de trabajo o “nichos” laborales establecidos. Se encontró de manera central el servicio doméstico como sector laboral en el caso de las mujeres zapotecas, y la marina en el caso de los hombres zapotecos y sanblaseños. Desde ambos espacios fue posible analizar y comprender entonces, dinámicas de pertenencia paisanales y así mismo comunitarias. En el caso de las mujeres observamos cómo se fue tejiendo la red que permite sostener al ‘trabajo en casa’ a lo largo del tiempo. Se trata de un segmento laboral femenino y paisanal, desde el cual se va configurando una identidad

entre las mujeres que ‘trabajan en casa’, una pertenencia. Sobre el servicio doméstico, encontramos que se han logrado generar estrategias a manera de agencia, en la que algunas posiciones desiguales en los lugares de trabajo se contrarrestan. Al respecto, fue fundamental comprender que esta situación no implica que el servicio doméstico en México sea un espacio armónico donde múltiples relaciones desiguales estén ausentes. Como Chávez (2014) ha referido, y a quien se hizo mención en el contenido de este trabajo, las mujeres migrantes e indígenas con movilidad social en el servicio doméstico, y con experiencias de agencia, son la excepción. A partir de las zapotecas y sanblaseñas en la ciudad de Ensenada, apreciamos cómo las redes en las mujeres y entre sus familias, van promoviendo a manera de estrategia una movilidad social donde el trabajo ‘en casa’ no se constituye necesariamente como un trabajo permanente, sino que las propias mujeres impulsan nuevas metas de desarrollo en la ciudad, para ellas y sus familias, siendo el caso de desarrollo de metas educativas un ejemplo central que como vimos, aparece en repetidas ocasiones en los casos. Por su parte, observamos también en el caso de los hombres, un “nicho laboral” particular, que también se va estableciendo en la ciudad de Ensenada. Un sector que aunque no fue el foco de estudio, sí se pudo comprender e identificar como el principal sector laboral entre los varones de las familias zapotecas en la ciudad: el trabajo en la marina (Armada Naval de México). Este trabajo se va gestando a partir del capital social que los hombres paisanos también desarrollan en la ciudad. La información de esta área laboral se comunica entre paisanos y poco a poco se va configurando este trabajo para los zapotecos y sanblaseños establecidos en la ciudad de Ensenada. Además, esta área laboral se sitúa ampliamente conectada con el lugar de origen, puesto que algunos varones que participan de este trabajo en la ciudad, refieren el conocimiento de dicha posibilidad laboral desde su natal San Blas Atempa, teniendo amigos, familiares y paisanos que se insertan en este trabajo desde el puerto de Salina Cruz, Oaxaca. Por otra parte, las experiencias migratorias y de asentamiento de las familias zapotecas en Ensenada han involucrado también y de manera central además de “nichos laborales”, b) espacios de vida comunes, asentamientos conocidos y compartidos por los paisanos zapotecas en la ciudad. En estos espacios se

delimitaron y analizaron las colonias en común conformadas por vínculos familiares y paisanales en la ciudad de Ensenada. Desde las colonias fue posible observar dinámicas distintas en la reconstrucción de pertenencias, siendo las familias de la colonia Popular 89, la colonia con asentamientos más antiguos, las que de manera particular promueven la recreación festiva, y siendo las familias de la colonia Puesta del Sol, las que reconstruyen nuevas formas de pertenencia comunitaria y anclajes particulares en la sociedad de destino, específicamente por medio de la nueva religión a la que de manera exponencial se adhieren. En este sentido, esta investigación contribuye a comprender que los asentamientos en espacios comunes de migrantes, no necesariamente son homogéneos. En esta diversidad, se incorpora como vimos, el tiempo de residencia en la ciudad y los estatus económicos y sociales compartidos al interior de la propia comunidad y desde el mismo pueblo de origen. Esta investigación además de identificar los mencionados sectores laborales, los asentamientos en común, se concentró en ciertos espacios de vida de las familias zapotecas en la ciudad, espacios desde los cuales se propuso estudiar las dinámicas de pertenencia comunitaria. Se hace referencia específicamente a c) los espacios de recreación festiva y otras prácticas culturales. En este apartado de la tesis, se comprendió que la pertenencia con la comunidad de origen es especialmente vivida a través de los espacios de recreación festiva como las Velas, mayordomías y bodas zapotecas, y particularmente emprendidas y reivindicadas por las familias que tienen mayor tiempo establecidas en la ciudad de Ensenada. En efecto y como vimos, estos espacios afirman su distinción en la sociedad de destino, y reivindican con su comunidad de origen y hacia al interior del núcleo familiar: pertenencia. Además, en esta investigación se comprendió a un ámbito central que reivindica pertenencia a la comunidad de origen en el caso de estas familias migrantes: la lengua materna. Sin duda, es el diidxazá el elemento central y el símbolo de adscripción de pertenencia comunitaria más importante entre las familias zapotecas residentes en la ciudad de Ensenada. La importancia de la lengua materna como símbolo de adscripción, fue reconocida entre las diversas familias que habitan en la ciudad. Esta importancia permitió mostrar y analizar

cómo se representa la complejidad en la que la pertenencia a la comunidad de origen se reconstruye. El diidxazá, si bien se reconoce con la comunidad-local territorial, al ser la lengua que mayoritariamente se habla en el pueblo de origen, es también en el contexto de la sociedad de destino, la lengua que caracteriza su autoadscripción “étnica” y su conformación identitaria como indígenas zapotecas. La lengua materna, en este sentido, juega con los niveles de pertenencia que se adscriben, pues, estos involucran no solo a la comunidad local territorial, sino que en la sociedad de destino, aparece a través del ejercicio y sostenimiento de la lengua materna, la dimensión étnica en la construcción de lo que los define como zapotecas frente a los ‘otros’. La lengua materna, además de persistir particularmente entre las generaciones nacidas en el pueblo de origen como medio de comunicación al interior del hogar y entre vecinos y paisanos, es también un elemento que se reivindica frente al estado y las instituciones. La lengua materna es, sin duda, una clara dimensión étnica en la construcción de pertenencia e identidad de estas familias en la ciudad de Ensenada. Ahora bien, a manera de contraste y en los últimos años, las experiencias migratorias de familias zapotecas de San Blas Atempa a Ensenada, incorporan una estrategia de llegada y de integración a la ciudad, por medio de d) un espacio religioso, en donde la conversión y el encuentro con el cristianismo pentecostal, se consolida tanto como una motivación por migrar, como por quedar y desarrollar la vida familiar y comunitaria en la sociedad de destino. Sin lugar a dudas, es esta dimensión religiosa renovada en la vida de estas familias migrantes, uno de los principales hallazgos de esta tesis. La conversión religiosa es un espacio emergente en la reconstrucción de pertenencia que evalúa y transforma el vínculo comunitario con la comunidad de origen, la cual es y se ha comprendido en distintos niveles: local-territorial y étnico-regional. A través de la conversión religiosa se desarrolla un fuerte sentimiento de arraigo en la sociedad de destino que transforma la vivencia y los elementos culturales que configuran la adscripción comunitaria. Aunque, es de vital importancia comprender que esto no implica necesariamente el abandono de significados étnico-comunitarios que remiten al lugar de origen, sino que se trata más bien de un proceso de reconfiguración y de moldeo

identitario. Aparece en este nuevo espacio religioso, una renovada adscripción de pertenencia. En efecto y como Fortuny (2010) ha señalado, la asistencia al templo religioso y a una nueva religión en el lugar de destino en el caso de los migrantes creyentes, se consolida “como un verdadero lugar de identidad” (Ibíd.152), en el que no solo se reafirma y se reconstruye la dimensión espiritual y de índole subjetiva de los migrantes, sino que el espacio de la congregación religiosa aparece en ocasiones como un espacio de reencuentro paisanal. Los lugares de encuentro entre conversos, el templo o en este caso el lugar de congregación en la colonia en el caso de los migrantes zapotecas en Ensenada, son en efecto lugares de encuentro zapoteca que van configurando una identidad distinta, la de zapotecas pentecostales. El cristianismo pentecostal en las familias zapotecas en Ensenada, se considera como decíamos, uno de los principales aportes de esta investigación, siendo éste un caso pionero en los estudios sobre migración zapoteca del Istmo de Tehuantepec que describe la migración y el asentamiento por motivos altamente influidos por un cambio religioso. Esta investigación abona en este sentido una ruta migratoria de tipo “eclesiástica” que hasta el momento no ha sido común entre este grupo étnico. Este hallazgo se considera que viene a contrarrestar las imágenes de la migración y el asentamiento de los zapotecos del Istmo, las cuales han estado considerablemente orientadas a la resignificación identitaria, el papel de la vida festiva y ritual, aspectos que si bien y como vimos también sobresalen en esta investigación, no son los únicos que aparecen y se reconstruyen en este caso de estudio. En términos generales, observamos que en la migración zapoteca a Ensenada ocurrida por ruta eclesiástica, destaca el deseo de cambio de vida transcurrida en la comunidad de origen. La migración y el posterior cambio religioso aparece motivado por encontrar nuevas y variadas formas de vida espiritual en las que las familias zapotecas ven posible la resolución de determinas problemáticas, las cuales por su parte brindan un panorama actual de la comunidad de origen, una localidad zapoteca en donde problemas como el alcoholismo, la desigualdad, la precariedad económica, la violencia doméstica y de género, aparecen como situaciones de vida recurrentes entre los zapotecos que de este pueblo migran y se establecen en Ensenada.

En suma, y como se ha podido comprender en esta investigación, existen múltiples caras del proceso migratorio, de llegada y residencia en la ciudad para las familias zapotecas de San Blas Atempa en Ensenada. Observamos que en el proceso existe una clara diferencia en las dinámicas de asentamiento y en la vida cotidiana diferenciada entre los que llegaron “antes” y los que llegaron “después”, siendo las familias con una conexión directa a las mujeres pioneras en esta migración, quienes gozan de un estatus de ‘orgullo étnico” auto-atribuido con la comunidad de paisanos, el cual es así mismo, expresado y reivindicado con orgullo en la ciudad y a través del tejido de redes interétnicas que particularmente se representan en los espacios festivos que tienen lugar en la ciudad. Sin duda, es en estos espacios festivos donde se ha configurado la premisa de mostrar a la sociedad ensenadense, quienes son los zapotecas y sanblaseños en la ciudad, un espacio del que una parte de la comunidad, la conversa, se ha quedado en los últimos años rezagada. A través de estas dinámicas migratorias, del proceso de asentamiento y de las estrategias de interacción e integración de las familias zapotecas en Ensenada, pudimos comprender que la pertenencia con la comunidad de origen, “la sanblaseña”, es una construcción cuyo contenido incorpora dinámicas diferenciadas entre las distintas familias. Mientras que unas familias reivindican su pertenencia a la comunidad de origen en términos festivos, bajo reflectores que orgullosamente exclaman su sentirse zapoteco, sanblaseño o istmeño, otros reafirman su pertenencia a la comunidad de origen solo y a través de la preservación de la lengua materna y a través de los vínculos sostenidos con los familiares zapotecas que se han quedado en el pueblo de origen. A pesar de lo anterior, observamos que en su conjunto las familias zapotecas de San Blas Atempa en Ensenada forman parte de una comunidad que se reconoce como tal en la cotidianeidad. Comprendemos por tanto, un proceso de autoadscripción y pertenencia con un contenido diverso, que, en la vida cotidiana, en los espacios comunes, en los barrios, se trata de una comunidad fragmentada, diferenciada, pero que en ciertos momentos se une y especialmente cuando ante el ‘otro’ se reconocen y proclaman en conjunto como los “paisanos zapotecas de San Blas Atempa”.

Se espera, que esta tesis haya logrado abonar a los espacios en la literatura que insistían en preguntarnos: “¿Cómo viven los hombres y las mujeres su pertenencia a una colectividad étnica?” (Oehmichen, 2005: 23). A través de este caso se ha logrado mostrar cómo las familias zapotecas de San Blas Atempa en Ensenada son conscientes de su pertenencia a diferentes entidades y van construyendo adscripciones y renovados espacios de membresía. En este sentido, es posible afirmar que estas familias promueven una pertenencia en esta ciudad donde desarrollan su vida y construyen su futuro, sin olvidar y sostener también pertenencia a su lugar de origen. Estas familias en su vida diaria involucran “membresías plurales”. Al respecto, se coincide con Cohen (1982), en recordar la importancia de posicionar el tema de la pertenencia como experiencia de la cultura, como un área de la vida social que involucra y refleja “la consecuencia de membresías plurales” (Ibíd.1982: 16, trad. propia). A través de la vivencia de las familias zapotecas de San Blas Atempa en Ensenada y de sus experiencias en la reconstrucción de pertenencia, es posible reconocer que ésta es una dimensión fundamental en la vida de una persona, que se ve particularmente expresada en la vida de los migrantes y de los migrantes indígenas como es el caso de los protagonistas en esta investigación. Observamos que en el proceso de reconstrucción de pertenencia en el caso de estas familias, es posible entender a la misma como un universo íntimamente ligado a procesos de continuidad y cambio sociocultural. A través de la vivencia y reconstrucción de pertenencias de las familias zapotecas de San Blas Atempa en Ensenada, se abre una brecha analítica para reflexionar en la importancia de los vínculos de adscripción de pertenencia para la comprensión de la migración, del asentamiento y de los procesos de integración de los migrantes indígenas a los lugares de destino. El retomar el estudio de la pertenencia puede brindarnos pautas para comenzar a identificar y “desmenuzar” la complejidad de una cultura en contextos relacionales. La pertenencia y su estudio en el contexto de migrantes, puede facilitar el análisis de cambios y continuidades socioculturales que en el caso de las y los sanblaseños en Ensenada, se muestran a partir de las transformaciones de vida y de los diversos caminos espirituales, laborales y comunitarios que han ido configurado a lo largo de su historia migratoria. En efecto y como hemos podido comprender, en el caso de las familias zapotecas en Ensenada, “las

estructuras elementales de la pertenencia a una localidad -familia, vecindario, campo, sector, amistad- medían la experiencia de una colectividad, de una comunidad” (Cohen, 1982: 16, trad. propia).

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