Concepción marxista de hombre: el proyecto de psicología concreta y la teoría informacional de la personalidad de Pedro Ortiz Cabanillas

June 19, 2017 | Autor: Gustavo Villar | Categoría: Psychology, Modelos Pedagógicos, Epistemología Y Filosofía De Las Ciencias, Psicologia
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Descripción

La concepción marxista de hombre: el proyecto de psicología concreta y la teoría informacional de la personalidad de Pedro Ortiz Mg. Gustavo Villar Resumen Se analiza la teoría informacional de la personalidad de Pedro Ortiz a la luz de las exigencias epistemológicas y antropológicas del proyecto de psicología concreta planteadas desde una concepción marxista de hombre y sociedad. Introducción En su Crítica a los fundamentos de la Psicología, George Politzer plantea la necesidad de superar las limitaciones de la psicología clásica: abstracción, formalismo y realismo1. Dicha psicología debía ser superada para dar paso a una psicología concreta. El propósito de esta psicología del hombre concreto puede ser mejor comprendida desde la distinción que se hace en el marxismo entre hombre concreto y hombre abstracto. El hombre abstracto es el hombre concebido al margen de las relaciones sociales, de la producción material, de la realidad económica: el hombre abstraído de la realidad material, histórica, social, productiva (González, J., 1985). En oposición a este, el hombre concreto, es el hombre enmarcado en las relaciones económicas, políticas y sociales, instalado en la historia y la vida material. En otra acepción, el hombre abstracto es también el hombre enajenado, deshumanizado, unidimensional, cosificado en el proceso de la producción. El hombre concreto, por el contrario, es el hombre integral, el que realiza un trabajo libre, no forzado, en ejercicio pleno de su humanidad. En ese sentido la psicología concreta es la psicología del hombre real (situado, histórico, social), pero que avizora también la necesidad y posibilidad de un hombre integral, multidimensional, libre. Desde una dimensión política, el proyecto de psicología del hombre concreto, puede aportar, por tanto, con un proyecto emancipador. Lucien Sève -siguiendo a Politzer- sostiene la necesidad de contribuir desde la psicología a la construcción de una antropología del hombre concreto a través de la formulación de una teoría científica de la personalidad, que se construya sobre la base del marxismo en tanto se conciba a este como guía epistemológica y como humanismo científico2. Sostiene que la psicología debe superar los callejones sin salida a los que se llega con el biologismo y el sociologismo y que solo la dialéctica materialista puede evitar el reduccionismo que es común en la explicación de la personalidad.

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El autor llama realismo a lo que comúnmente se denomina en el marxismo reificación o cosificación. En debate con Althusser y su antihumanismo teórico, Sève considera que en el marxismo a partir de los textos de 1845 hasta El Capital encontramos un humanismo, que él denomina humanismo científico. Las categorías antropológicas que se utilizan en los Manuscritos de 1844 serían de acuerdo a Sève categorías predialécticas. En cambio, La forma madura, científica de la concepción marxista de hombre se encontraría expresada en la sexta tesis de Marx sobre Feuerbach (1845) 2

Pero esta teoría científica de la personalidad para alcanzar el status de ciencia madura - de acuerdo a Sève- debe cumplir con tres criterios: precisar su objeto de estudio específico, establecer sus categorías fundamentales y develar las leyes de desarrollo de su objeto. Desde el punto de vista filosófico- antropológico, un eje fundamental para esta construcción es la concepción marxista de hombre cuya formulación científica madura se encuentra en la sexta tesis de Marx sobre Feuerbach (1845): “… la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales. “ Convenimos con Sève en afirmar que el núcleo de la psicología concreta ha de ser una teoría científica de la personalidad. Ello no debe significar que la personalidad como objeto de estudio no pueda ser abordado de forma interdisciplinar, que es como veremos más adelante la perspectiva en la que se sitúa la propuesta de Ortiz. A fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI en un lapso de aproximadamente 15 años que van de 1994 a 2010 se formula en nuestro país la teoría informacional del sistema de la personalidad por el médico neurólogo Pedro Ortiz Cabanillas. Se trata de un esfuerzo original, sintético e integrador por construir una explicación científica de la personalidad sobre la base del materialismo dialéctico. Ortiz se propone elaborar una explicación del sistema de la personalidad a partir de una teoría general de la vida, entendida desde la categoría información, pero replanteada esta desde el materialismo dialéctico. Ortiz considera además que para alcanzar este objetivo se deben “desarrollar unas ciencias sociales que permitan la explicación de la sociedad y los procesos sociales que han determinado la transformación del hombre-animal en individuo social…”. Para Ortiz los aportes de los científicos (marxistas) anteriores a él no han logrado resolver del todo una explicación científica de la personalidad: “faltaba explicar cómo la humanidad se transforma en sociedad, y cómo dentro de este desarrollo cada individuo humano llega a transformar el mundo natural en mundo artificial y al hacerlo se convierte en personalidad” (Ortiz, 2004, pp. 19-20). En esta valoración del papel de las ciencias sociales, Ortiz coincide con lo planteado por Lucien Sève: “… es imposible fundar una ciencia de los individuos sobre otra base que la ciencia de la historia” (Sève, 1975, p.93). No obstante, pese a la importancia que se le asigna, consideramos que la teoría de la sociedad es el aspecto menos desarrollado en su propuesta. Se trataría por ello de un proyecto valioso, pero inconcluso. Ortiz elabora su teoría no solo motivado por preocupaciones teóricas. Como médico y educador fue muy consciente de las consecuencias prácticas- en la atención a la salud y la educación a las personas- de un enfoque dualista, metafísico y abstracto sobre el hombre. Comprendió también que este dualismo en la comprensión del hombre es expresión de cómo está dividida la sociedad: Vivimos en una época en la que existen dos clases de hombres: sociedades desarrolladas y no desarrolladas, dominantes y dominadas, ricas y pobres, ciudadanos y campesinos, hay inteligencia y mano de obra… Al estar dividida la sociedad se ve al hombre dividido también… Las teorías dualistas existen porque la sociedad está dividida en clases sociales, se encuentra así escindida, alienada y los hombres también (Ortiz, 1994, p. 18) Consideramos que la teoría informacional de la personalidad de Ortiz es un esfuerzo consciente por contribuir con una comprensión científica del hombre concreto. En esa medida creemos necesario analizar- desde las necesidades y exigencias de una psicología del hombre concreto- en qué medida la teoría informacional de Ortiz aporta con dicho proyecto.

Para hacerlo vamos a utilizar, como ejercicio crítico aproximativo, los criterios de exigencia de los dos autores mencionados anteriormente. Una teoría psicológica del hombre concreto de acuerdo a Politzer como ya mencionamos debe evitar la abstracción, el formalismo y el realismo. Mientras que para Sève, una teoría científica (madura) de la personalidad debe cumplir con tres condiciones: objeto de estudio específico, categorías fundamentales acorde a dicho objeto y leyes generales de desarrollo que expliquen su esencia. Evidentemente ambos análisis deben hacerse en conjunto al revisar los aspectos centrales de la teoría. Primer criterio de análisis: superar los mitos de la psicología clásica (George Politzer) Politzer considera que la psicología clásica (introspeccionismo, experimentalismo) es la construcción nocional de un mito. Dicho mito es la creencia en la doble naturaleza (objetiva y subjetiva) del hombre. Politzer postula que esta concepción metafísica y dualista opera a través de un conjunto específico de procedimientos (González, L., 2011, p. 3): -

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Realismo: consiste en transformar la realidad concreta en entidades internas, reemplazando la historia de las personas, por la historia de cosas. Postula entidades constitutivas de la vida interior, personificadas. Abstracción: implicada por el realismo, elimina el sujeto y toma los hechos psicológicos en forma impersonal. Así por ejemplo, la historia afectiva de un sujeto es sustituida por un encadenamiento mecánico de las entidades postuladas. La explicación se realiza en tercera persona. Formalismo: se trata de prescindir del sentido en la consideración de los hechos psicológicos. Fragmenta la vida del sujeto en clases o componentes y sus relaciones.

Segundo criterio de análisis: requisitos de madurez de una teoría científica de la personalidad (Lucien Sève) Como señalamos, Sève formula tres criterios que ha de cumplir una ciencia de la personalidad: un objeto de estudio específico, categorías fundamentales extraídas de un objeto así definido; y, leyes que den cuenta de la lógica especial del objeto especial. El problema del Objeto de estudio. El problema de la especificidad del estudio psicológico de la personalidad con relación a su enfoque biológico, genera tres callejones sin salida: a) Definir al psiquismo como actividad esencialmente distinta de la actividad nerviosa: conlleva a un dualismo alma cuerpo. b) Sostener que el psiquismo no es otra cosa que la actividad nerviosa: se cae en fisiologismo. c) Asumir la unidad de lo psicológico con lo fisiológico, pero entendiendo a la psicología y la neurofisiología como ciencias distintas, pero que dado su objeto unitario podrían concebirse como neurofisiopsicológica. La salida a este problema es plantear la existencia de una dualidad real al interior del psiquismo a la vez que su unidad esencial. Unidad y dualidad al mismo tiempo y en su esencia. Sin embargo, señala Sève que aunque esta formulación es correcta, no se ha logrado aún captar la índole

exacta de esta propiedad del psiquismo que lo distinguiría cualitativamente de la actividad nerviosa, aunque no sea otra cosa que ella. El mismo problema de la especificidad de lo psicológico en la teoría de la personalidad ocurre cuando se le relaciona con las ciencias sociales: a. Separar la personalidad de las condiciones sociales dentro de las cuales se forma conlleva a privarla de su socialidad esencial. Se cae en una concepción abstracta, ahistórica de la individualidad. Se cae en espiritualismo o biologismo. No se capta la historicidad esencial de la personalidad. b. Si la personalidad se reabsorbe en datos biológicos se cae en biologismo c. Si se reabsorbe en datos sociales se incurre en un sociologismo. Como se ve, en el psiquismo no hay nada que no sea actividad nerviosa, tampoco hay en la personalidad nada que no sea social. Sin embargo, no se ha logrado captar la índole exacta de esta propiedad psicológica de la personalidad que la distinga cualitativamente de todos los datos sociales, aun cuando ella sea enteramente social. Categorías fundamentales Si no hay definición clara del objeto de estudio no hay conceptos básicos claros. Sève considera que el concepto fundamental de la ciencia de la personalidad debe ser la categoría Acto, como lo fue la noción de drama, en Politzer. Una categoría así nos aproximaría a la personalidad en tanto sistema esencialmente temporal, es decir en tanto biografía. Una biografía, una historia personal puede ser así concebida como un inmenso conjunto de actos en el tiempo. El concepto de acto, a diferencia del concepto conducta o rol, implica un resultado objetivo para la sociedad, en el concepto conducta, por el contrario se abstrae su significación social. De esta forma el concepto acto puede dar acceso directo a las contradicciones fundamentales de la personalidad. Leyes generales del desarrollo De acuerdo a Sève, no es posible formularlas aún, toda vez que la formulación de leyes es la señal decisiva de la madurez de una ciencia. No obstante, algunos autores se han aproximado a la formulación de leyes del desarrollo: Vigotsky formula la doble ley genética por la cual todo proceso psíquico aparece dos veces en la ontogenia, primero a nivel interpsicológico y luego a nivel intrapsicológico; Wallon, al explicar el desarrollo de los estadios formula la ley de la alternancia funcional según la cual las actividades del niño se dirigen unas veces a la construcción de su individualidad y otras al establecimiento de relaciones con los otros, alternándose la orientación predominante de un estadio a otro. Se tratan de leyes del psiquismo y del desarrollo, y como tal serían aproximaciones a la formulación de leyes generales del desarrollo de la personalidad. Breve exposición de la Teoría informacional del sistema de la personalidad (TISP) Ortiz sostiene que el objeto de la disciplina que él denomina Psicobiología social es el estudio de los hombres en tanto individuos sociales concretos. Esta disciplina tendría el reto de integrar y complementar los conocimientos científicos de la sociología y la biología, pero de tal suerte que permitan superar los dualismos y reduccionismos actualmente existentes en la explicación del hombre concreto.

Las tesis que servirán de punto de partida para esta explicación, Ortiz las resume de la siguiente forma (Ortiz, 2009, p. 3): 1. El universo es materia ordenada cuyos procesos entrópicos y neguentrópicos se reflejan en su propia estructura 2. Los seres vivos constituyen un sistema material organizado informacionalmente, tanto a partir de procesos epigenéticos como a base de procesos cinéticos determinados por diversas clases de información 3. La sociedad es el único sistema vivo organizado a base de una clase extraindividual de información 4. Los hombres son los únicos seres vivos que deben incorporar esta información social para formar su conciencia 5. La actividad consciente determina que cada individuo humano se trasforme en un individuo social, es decir, en personalidad. Entropía- negentropía Ortiz parte del monismo materialista: el universo es material. Pero agrega que hay regiones del universo en las que predominan procesos entrópicos (desorganización, desorden) y otras en las que predominan procesos neguentrópicos (orden, organización). Además toda vez que el universo es espaciotemporal todo en él puede ser visto al mismo tiempo como estructura (espacial) o como actividad (temporal). En la física cuántica se plantea que toda partícula puede ser vista como onda (actividad) o como partícula (estructura): las partículas pueden comportarse como ondas y viceversa. En la física de Einstein la materia puede ser vista como masa o como energía. Este planteamiento teórico tiene una importancia fundamental en Ortiz pues lo lleva a proponer una solución dialéctica original al problema del dualismo mente- cerebro. Para Ortiz el neocórtex cerebral humano al incorporar información social es una conciencia vista como actividad, y es cerebro neocortical visto como estructura. Seres vivos e Información. Punto de partida, base de desarrollo, soporte activo Cuando aparece la vida en el universo- producto de procesos neguentrópicos- aparece por primera vez la información, bajo la forma de información genética. Para Ortiz, los sistemas vivos se caracterizan porque la actividad de los elementos que la componen es punto de partida que determina la aparición de una superestructura organizadora que se convierte en base o modelo de desarrollo, pues su actividad determina que los elementos que dieron origen al sistema original sean convertidos en el soporte activo del sistema actual. De esta manera el sistema se mantiene y se reproduce a sí mismo. Ello implicaría la existencia de una estructura que determine o explique estas propiedades. Para Ortiz, dicha estructura es la información. Los sistemas vivos, por tanto son sistemas informacionales. Ortiz define información de la siguiente forma (Ortiz, 2004, p.31): o

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Aquella estructura físico-química que refleja tanto el ambiente interior de un sistema vivo como el ambiente exterior a él. La actividad negentrópica de una estructura material que es la base de desarrollo de los procesos que fueron su punto de partida hasta que los convierte en soporte activo del sistema. Aquella superestructura de cuya actividad depende la integridad, estabilidad, reproducibilidad y mutabilidad de dicho sistema, así como la capacidad de memoria y anticipación.

Epigenesis y cinesis Además, en los sistemas vivos, la estructura de cada individuo es determinada por procesos de doble sentido: procesos ascendentes que van desde los niveles más elementales hasta los más complejos de su organización, y procesos descendentes que van desde los niveles más complejos hasta los más elementales del sistema. A los primeros se les denomina procesos epigenéticos y a los otros cinéticos. La determinación cinética es una determinación reestructuradora. Este punto es importante porque es la solución dialéctica que le permitirá a Ortiz superar el reduccionismo naturalista. Así, aunque el hombre y la sociedad provienen por evolución de la animalidad, de la biología, de la naturaleza, no significa que estén determinados solo biológicamente. Una vez constituida la sociedad, ella más bien reestructura cinéticamente los niveles inferiores. Con Vigotsky diríamos que los procesos psíquicos superiores reestructuran (modifican e incorporan o subsumen) los procesos psíquicos inferiores. Así por ejemplo, la memoria lógica y semántica modificará la forma como se producía, espontánea y naturalmente, la memoria sensorial. Categorías de información y el desarrollo del sistema vivo Para Ortiz todos los seres vivos están organizados informacionalmente por distintos tipos de información de acuerdo a su nivel evolutivo. Así un ser vivo unicelular es un sistema organizado informacionalmente por información genética; un ser vivo multicelular es un sistema organizado informacionalmente por información metabólica; un ser vivo que posee órganos y aparatos es un organismo organizado informacionalmente por información neural; un ser vivo que posee actividad psíquica (como los mamíferos) es un psiquismo, organizado informacionalmente por información psíquica inconsciente; y, finalmente un ser vivo, que está organizado por información psíquica consciente, es una personalidad

La información social, el sistema social y los sistemas personales Pero al mismo tiempo, para Ortiz la sociedad es también un sistema vivo, el de mayor complejidad. Él define a la sociedad como una estructura viva multiindividual que organiza su actividad a base de información social. La sociedad es también un sistema informacional, organizado gracias a la información social, la cual es definida como: “toda estructura material que refleja tanto la actividad de los hombres como la estructura del universo que los rodea, cuya actividad determina la organización del sistema de la sociedad en su conjunto”. Para Ortiz, se pueden diferenciar tres formas cada vez más complejas de organización de la sociedad en los últimos 30 000 años: o o o

Sociedad de tipo primitivo: organizada por la información social tradicional Sociedad de tipo antiguo: organizada por información social cultural Sociedad de tipo moderno: organizada por información social económica

La información tradicional es la clase de información social que organiza la estructura tradicional de la sociedad (actividad familiar, clan, comunidad). Sus formas son las costumbres, los mitos, las creencias, los ritos. La información cultural es la clase de información social que organiza la estructura cultural de la sociedad (actividades de tipo institucional). Se refiere a la información filosófica, científica. La información económica es la clase de información social que organiza la estructura económica de la sociedad. La estructura económica son las actividades productivas y las actividades administrativas. Se codifica en reglas, normas morales, leyes, etc. Toda la obra de la sociedad humana son estructuras que codifican un tipo de información que va más allá del sistema vivo. Los hombres al relacionarse entre sí han creado una clase de información externa respecto de su propia información psíquica interna, codificada en los medios físicos que se interponen entre ellos. Esta clase de información del mayor nivel de complejidad solo se produce y reproduce en la actividad colectiva de los hombres. La actividad social, la historia humana son procesos informacionales. Los procesos de información social son las formas de reflexión por medio de los cuales los hombres han podido transformar el ordenamiento natural del planeta.

Para Ortiz, la explicación de una persona singular se hará desde su actividad consciente, pasando por sus procesos inconscientes, funcionales, metabólicos y celulares. Todos dependen necesariamente de la superestructura social. Para explicar a un solo hombre se debe hacer una doble explicación en sentido epigenético y sociocinético. Tiene por tanto un sentido tanto biopsicológico como sociopsicobiológico. Ello implica que se debe organizar los conocimientos de la personalidad dentro de una sociobiología que explique al individuo social desde el plano de la conciencia que es la que en realidad refleja a la sociedad. Esta sociobiología explica su objeto desde los procesos naturales de la sociogénesis (desde a hominización hasta la humanización). Pero luego tendrá que explicar cinéticamente el curso de la historia de la sociedad y la reestructuración de los individuos humanos, y de todo cuánto las personas han sido capaces de hacer con su trabajo sobre el planeta. (Ortiz, 2004, p. 39) En este punto, considerando el desarrollo de su teoría, Ortiz hace una aclaración: “aunque para estudiar a los hombres y explicarlos en tanto individualidades, no es posible prescindir de una teoría de la sociedad, la consideración de esta queda fuera del ámbito del presente texto”. (Ortiz, 2004, p. 39) Se podría decir a partir de esta afirmación realizada en el libro Introducción a una Psicobiología del hombre que la teoría de Ortiz quedó incompleta. En ninguna publicación posterior retoma la tarea de formular una teoría de la sociedad. No se culminó con el proyecto de elaborar una sociobiología de la personalidad humana. Sin embargo, pese a esta ausencia teórica, Ortiz, partiendo de su concepción de sociedad como sistema informacional, retoma la 6ta tesis de Marx sobre Feuerbach para reformularla en los siguientes términos: “La esencia social del hombre es el conjunto de las relaciones sociales tales como se concretizan en la información social.” Retomaremos el análisis de esta tesis más adelante. A partir de estas premisas Ortiz concibe a la personalidad como un sistema informacional que en su especificidad está organizado por información psíquica consciente la cual a su vez está

determinada por la información social. La información psíquica consciente puede ser de tres tipos: información afectiva, cognitiva o conativa. Esta información está en la base de los tres componentes de la personalidad: temperamento, intelecto y carácter. Los tres tipos de información consciente son el reflejo de los tres tipos de información social que existen: información tradicional, cultural y económica.

Las leyes generales del desarrollo Además de esta descripción estructural, la personalidad como actividad está sujeta a determinadas leyes del desarrollo (Ortiz, 2008, pp. 126 y 127): 1ra ley: el desarrollo formativo es un proceso informacional de sucesivas transformaciones del individuo desde su concepción hasta la adultez. 2da ley: la formación de la personalidad es una secuencia determinada sociocinéticamente, que repite los procesos históricos de la sociedad, aunque depende también de los cambios predominantemente epigenéticos del sistema nervioso, el cerebro y la corteza cerebral.

3ra ley: el proceso esencial en el desarrollo formativo de la personalidad es el de la formación de la conciencia del nivel superior de la actividad personal. 4ta ley: la formación de la conciencia se efectúa por áreas, donde cada una se estructura en las interrelaciones entre el individuo y la sociedad. Los componentes de la conciencia se forman simultáneamente. Los saltos de un estadio a otro son intermedios críticos. 5ta ley: la actividad consciente reestructura cinéticamente la personalidad en sus respectivos componentes estructurales: temperamento, intelecto y carácter.

ANÁLISIS CRÍTICO Sobre el objeto de estudio: -

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Para Ortiz, el objeto de estudio de una psicobiología social de la personalidad son los hombres en tanto seres individuales concretos cuya particularidad es la información psíquica consciente (afectiva, cognitiva y conativa) que se origina a partir de la información social supraindividual (tradicional, cultural y económica) y que organiza las estructuras del sistema de la personalidad expresadas en sus tres componentes: temperamento, intelecto y carácter. Esta definición del objeto de estudio tiene el mérito de intentar una vinculación esencial (no externa o formal) del individuo con la sociedad. Para Ortiz, la sociedad determina la formación de la conciencia y la personalidad, a través de una superestructura organizadora que es la información social. Sin embargo, nos parece que se trata de forma insuficiente el análisis de las relaciones sociales, el contradictorio movimiento interno de la sociedad y con ello las estructuras de poder, dominación, alienación que precisamente deshumanizan al hombre. Ortiz intenta superar las trampas del reduccionismo con su explicación de la doble determinación genética y cinética de todo sistema vivo. En el hombre lo biológico es punto de partida, origen, epigénesis de su psiquismo consciente, pero no base de desarrollo, pues este papel lo juega la información social, que tiene por tanto una determinación sociocinética sobre aquel. Por otro lado, dado el peso determinístico que se le da a la información social sobre el psiquismo consciente, no se aprecia con suficiente énfasis el carácter activo de la personalidad- en la biografía individual- frente a los procesos de determinación externa.

Sobre las categorías fundamentales: -

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Es claro que la categoría fundamental para Ortiz, en su teoría general del sistema vivo, es la categoría de información. Consecuentemente, en su explicación de la personalidad y la sociedad lo fundamental es la categoría de información social. Ortiz considera que una teoría de la sociedad es clave para entender la personalidad, al hombre concreto, sin embargo no logra formularla. En ese sentido, se trata de un proyecto inconcluso. No llega a formular una sociobiología del hombre. No obstante, deja planteado que la sociedad es un sistema informacional, organizado en sus estructuras por la información social.

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Al definir la sociedad como sistema informacional (y no como un sistema de relaciones sociales) hace una reformulación de la 6ta tesis de Marx sobre Feuerbach, afirmando que “la esencia humana es el conjunto de las relaciones sociales tal como se concretizan en la información social”. Ortiz pasa así de un modelo de relación a un modelo informacional (Llontop, 2011). Sève proponía la categoría Acto (en Vigotsky sería la Actividad) como una categoría fundamental para comprender la lógica de desarrollo de la personalidad concreta en la biografía. En Ortiz, es la información social. Creemos que la centralidad que Ortiz le da a esta categoría, debilita la comprensión del papel activo de la personalidad en su desarrollo formativo. Rubinstein, en cambio, se acercó mucho a esta posibilidad explicativa cuando formuló la tesis según la cual: las causas externas actúan a través de las condiciones internas. En su concepción de las clases de información social (tradicional, cultural y económica) y la evolución histórica de la sociedad (primitiva, antigua y moderna) encontramos también algunas dificultades que por escapar a los alcances del presente este ensayo, lo dejamos apenas mencionados: o Esquema lineal de la historia: aunque Ortiz plantea explícitamente que no se trata de la historia europea occidental (Ortiz, 2004, p. 192) se asemejan estos planteamientos a una idea hegeliana de historia universal. o El despliegue de tres clases de información a lo largo de tres tipos de sociedades y correspondientes a tres componentes de la personalidad dan la imagen hegeliana de un despliegue de la información.

Sobre las leyes del desarrollo: -

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Ortiz encuentra regularidades en el proceso general de los seres vivos. Comprende que dichas regularidades se cumplen también en la personalidad. Pero no hay lógica especial del objeto especial. Aunque es válido asumir que existen mecanismos generales de determinación (informacional) comunes a la bacteria, al hombre y la sociedad; no se aprecia lo que Marx denominaba como lógica especial del objeto especial. Como dijimos antes, Vigotsky explica la formación de la actividad psíquica humana formulando la doble ley genética que permite entender como surgen los procesos psíquicos en el hombre. Henry Wallon formula la ley de las alternancias funcionales para explicar las etapas del desarrollo humano. En estos ejemplos, se aprecian intentos de develar esa lógica especial del objeto especial, que no se alcanzan a formular en las leyes del desarrollo propuestas por Ortiz.

Conclusiones: -

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La TISP es un esfuerzo creador por superar las explicaciones dualistas y reduccionistas de la personalidad. Hay aportes significativos a una ontología materialista dialéctica con la incorporación de las nociones de entropía- negentropía y de estructura – actividad para explicar los procesos del universo. Se propone una solución dialéctica original al problema del dualismo mente- cerebro al concebir que el neocórtex humano reestructurado por la información social es una conciencia.

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Hay un esfuerzo holístico e integrador y con una gran coherencia interna en su teoría informacional de los sistemas vivos. Ayuda a explicar la unidad, diversidad y continuidad en la evolución de los sistemas vivos. No se llega a formular una teoría de la sociedad que permita una explicación cabal del hombre concreto. Se trata de un proyecto inconcluso. Al analizar la sociedad como un sistema informacional no se aprecia con claridad el análisis de las contradicciones esenciales de la sociedad en el seno de las relaciones sociales. La reformulación que hace Ortiz de la tesis marxista acerca de la esencia humana, constituye un giro de un modelo de relación a un modelo de información. Queda por analizar las consecuencias teóricas y prácticas (políticas) de este giro. De plano, en los planteamientos de Ortiz se propone una acción transformadora, pero a partir de moralizar la sociedad y las personas.

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