Comunidad Vasca en Uruguay. La nostalgia del ayer y la identidad del mañana

July 6, 2017 | Autor: L. Carro Zanella | Categoría: Sociology, Identity (Culture), Uruguay, PAIS VASCO
Share Embed


Descripción

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 139

ESTUDIOS VASCOS

Comunidad Vasca en Uruguay. La nostalgia del ayer y la identidad del mañana*

NATALIA ALONZO y LETICIA CARRO

RESUMEN LABURPENA ABSTRACT

Miles de vascos han dejado su huella en diversos lugares del mundo formando lo que hoy se conoce como diáspora vasca u “octava provincia” y reviviendo en cada rincón del planeta su lengua y su cultura. Este es el caso de Uruguay, donde los vascos han sido parte integrante en la conformación de la sociedad y la nación uruguaya. Su importancia pasada es innegable y su presencia actual se funda en preservar la identidad que han atesorado por décadas enteras. Milaka euskaldunek beren arrastoa utzi dute munduko hainbat tokitan, egun euskal diaspora edo “zortzigarren probintzia” esaten dioguna sortuz, eta beren hizkuntza eta beren kultura planetako bazter guztietara zabalduz. Uruguain, esaterako, euskaldunek zeresan handia izan dute Uruguaiko gizartea eta nazioa sortzerakoan. Iraganean izan duten garrantzia ezin da zalantzan jarri, eta gaur egun nortasun horri, hamarkada luzetan lortutakoari, eusteko ahaleginean bizi dira. Thousands of Basques have already made their mark in different locations around the world forming what is nowadays known as the Basque Diaspora or “eighth province” reviving their language and culture in every corner of the planet. This has occurred in Uruguay, where Basques have been an integral part of shaping Uruguayan society and their nation. Their past importance is undeniable and their current presence is founded on preserving the identity that they have kept sacred for whole decades.

PALABRAS CLAVE GAKO-HITZAK KEY WORDS * Esta investigación es producto de un trabajo de mayor profundidad derivado del Taller de Cultura del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (UDELAR), coordinado por el Dr. Felipe Arocena y el Mag. Sebastián Aguiar, para más información ver: http://www.multiculturalismoenuruguay.com

Uruguay, Inmigración, Cultura vasca, Identidad, Nacionalismo. Uruguai, immigrazioa, euskal kultura, nortasuna, nazionalismoa. Uruguay, Immigration, Basque culture, Identity, Nationalism.

Fecha de recepción/Harrera data: Fecha de aceptación/Onartze data:

18-11-2008 15-12-2008

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

139

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 140

SANCHO EL SABIO

urante años la inmigración europea tuvo una gran afluencia a D América. Distintos grupos de inmigrantes fueron llegando a Uruguay para conformar nuestra sociedad; entre ellos los vascos: una cultura que está presente en la historia nacional desde tiempos inmemoriales. La comunidad vasca, fue integrándose a nuestro territorio a lo largo de la historia y su presencia data desde los inicios de la constitución de nuestro país como nación. Así, contamos con personajes importantes en el establecimiento de Montevideo como capital; desde su fundador, Bruno Mauricio de Zabala, vasco de nacimiento, hasta las personalidades más destacadas de la época. Estas primeras familias, como tantas otras, serían el núcleo inicial de la expansión de los vascos por todo el territorio nacional. Es así como esta cultura aportó a la colonización en el naciente país. Asimismo los vascos, han tenido una larga tradición migratoria desde los primeros tiempos colombinos. Muchos historiadores (1) consideran que: “Los vascos siempre han tenido espíritu aventurero y también inquietud atávica, características estas que les han llevado a dejar su hábitat para salir a ultramar desde el arranque de la Edad Moderna” (2).

La inmigración vasca en Uruguay, puede delinearse, históricamente, en varias etapas. Según los historiadores Juan C. Luzuriaga y Martha Marenales la primera de ellas es la que se conoce como “oleada oficial”. Corresponde a la época colonial, entre 1724 y 1811. En este período los vascos llegaban en virtud de órdenes reales, cumpliendo mandatos de la Corona Española. La segunda oleada es denominada “invasión pacífica del siglo XIX” (3) y consta de dos momentos: a) “Período de los veleros o vasco-francés” (entre 1825 y 1860) que alcanza su apogeo en el lapso 1830-1842, entre otros motivos por el fin de la I Guerra Carlista. Muchos de ellos llegaban en condiciones de semi-esclavitud (a causa de la deuda contraída por el pago del pasaje, en la nave que los trasladaba de Europa a América). b) “Período de los vapores o vasco-español” (entre 1860 y 1900). La III Guerra Carlista es uno de los elementos que favorece esta inmi-

140

(1) Véase por ejemplo la obra de William A. DOUGLASS y Jon BILBAO: Amerikanuak: Basques in the New World, University of Nevada Press, Reno, Nevada, 1975. (2) José Manuel AZCONA PASTOR; Fernando MURRU RONDA: Historia de la Emigración Vasca al Uruguay en el siglo XX, Ministerio de Educación y Cultura – Archivo General de la Nación, Republica Oriental del Uruguay, Montevideo, 1996. Pág. 35. (3) Martha MARENALES; Juan Carlos LUZURIAGA: “Vascos en el Uruguay”, en: Revista Nuestra Tierra, Colección Nuestras Raíces, N° 4, Montevideo, 1990. Pág.15.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

1. INTRODUCCIÓN

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 141

ESTUDIOS VASCOS

gración, así como también las penurias económicas, el servicio militar y los fueros sobre el mayorazgo. La tercera oleada inmigratoria es la conocida como “emigración forzada” (1936 a 1939) producto de la Guerra Civil Española que mediante la combinación de circunstancias políticas y económicas, determinó el abandono del País Vasco Sur por centenares de personas, que asumieron el exilio como una protesta y a la vez, como la iniciación de la lucha desde afuera para recuperar los derechos perdidos. Un estudio realizado en 1996 obtuvo que de “cuatro mil trescientos cuatro emigrantes vascos instalados en el Uruguay del Siglo XX, el 28.2% proviene de Vizcaya, el 25.6% de Guipúzcoa, el 22.1% del País vascofrancés, el 17.3% de Navarra y el 6.8% de Álava” (4). Comparando la emigración vasca del novecientos y del ochocientos, se sostiene que el vizcaíno típico del siglo XIX fue un joven de aproximadamente veintitrés años, soltero y de profesión labrador, generalmente. El prototipo de emigrante guipuzcoano era también un joven soltero pero de edad comprendida entre quince y veintiséis años. Por otra parte, el 86.1% de emigrantes alaveses que emigraron al Río de la Plata en el siglo XX eran mayoritariamente solteros y el 13.9%, eran casados. El porcentaje de hombres superó por mucho al de las mujeres: 81.8% de sexo masculino frente al 18.2% de sexo femenino. La edad media de los emigrantes alaveses fue de veinticuatro años y sus profesiones fueron variadas: labrador, agricultor, comerciante, jornalero, herrero, panadero y dependiente. Los autores de este estudio observan que: “La diferencia del prototipo de emigrante entre los dos siglos es apenas imperceptible ya que en ambas centurias las pautas de comportamiento de nuestra emigración, fueron similares” (5).

Puede decirse que en los momentos iniciales de la emigración vasca, el destino preferente eran las zonas rurales de nuestro país, realizando tareas de campo y desempeñándose como labradores, ovejeros, trabajadores saladeriles y lecheros, principalmente. La lechería fue para estos inmigrantes un medio de subsistencia temporal para paliar los primeros difíciles años lejos de su hogar natal, mientras que para otros, constituyó su sustento y el de sus familias por generaciones enteras. Asimismo desempeñaron actividades económicas relacionadas al comercio, al puerto y a la construcción, además de aportar conocimientos innovadores que contribuyeron a la modernización del medio rural, mediante la contribución a la actividad de cría y explotación del ganado ovino.

(4) Ibíd. Pág. 56. (5) Ibíd. Pág. 66

141

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 142

SANCHO EL SABIO

La adecuación del vasco al territorio nacional y su incorporación a las tareas que mencionábamos anteriormente, se debe a que en el país de origen, los vascos viven y crían ganado sobre valles encajados y montañas. El vasco siempre fue una persona acostumbrada a “luchar contra la piedra”: “Lo más original del inmigrante vasco, en contraposición con los que provenían de otras latitudes, era su adaptación al medio, rural o urbano, así como su facilidad en el desempeño de múltiples tareas, resultado de las peculiares características de haberse formado en un medio, que hacía que las ocupaciones más diversas se cumplieran en ámbitos muy cercanos” (Hombre, descendiente en tercera generación, 50 años) (6).

Es interesante considerar al respecto, el Informe anual proporcionado por la Comisión Directa de Inmigración de la República Oriental del Uruguay, en 1875, con el objetivo de incentivar la inmigración europea a nuestro país. El mismo sostiene que: “Constatado está por los pedidos hechos a la oficina, que lo que mayor aceptación tiene en el país son familias labradoras de las provincias vascongadas. Más eficaz será pues estimular su venida, que la de personas de otras nacionalidades (…) (7)” y más adelante señala que “La población vascuence es la que se empleará más pronto por las empresas coloniales que están proyectándose” (8).

Reafirmando esta posición, otras autoridades, relatan cómo se pensaba a la inmigración vasca: “Dos condiciones de asimilación (…) para que la emigración sea estable y fructuosa para el país que la recibe: la igualdad de idiomas y la homogeneidad en los trabajos” (9). Más adelante afirma que “Pocos inmigrantes pueden representar estas dos condiciones asimilativas con relación a la República Oriental del Uruguay tan en armonía con los vascos (...) En las obras de

142

(6) Entendemos por primera generación a aquellas personas nacidas en el País Vasco, por segunda generación a los hijos de padre y/o madre vascos, por tercera generación a nietos de abuela y/o abuelo vascos y así, sucesivamente. Esta y las siguientes citas que se identifican de la manera indicada, provienen de una serie de entrevistas realizadas por las autoras a miembros de la comunidad vasca en Uruguay durante dos años de investigación. La categorización y el formato de citas lo hemos extraído de OIARZABAL DE CUADRA, Agustín M. & Pedro J.: La Identidad Vasca en el Mundo, Editorial Erroteta, UE, 2005; por entender que es un sistema claro y que a su vez contextualiza a la persona que aporta su testimonio, pero sin revelar su verdadera identidad. (7) Lucio RODRÍGUEZ: “Inmigración, colonización e intereses generales” en: Informe anual de 1875, Comisión Directa de Inmigración, República Oriental del Uruguay, 1875. (8) Ibíd. (9) Ibíd.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 143

ESTUDIOS VASCOS

cantería, pulimento de piedras, y en todas las que abraza el vasto ramo de obras públicas, como carreteras, puentes, ferrocarriles, etc., no tienen competidores (…) Con estos precedentes, no vacilo en asegurar que la emigración vascongada, en gran escala, sería muy ventajosa para esa República en todos los conceptos; porque además del aumento de brazos, llevaría a la campaña una gente morigerata y culta que podría servir de ancha base para una colonización productora, tranquila y útil al país” (10).

En la actualidad se estima que existen entre 80 y 100 oriundos del País Vasco, en un total que asciende aproximadamente a los tres millones de habitantes. Con respecto a los descendientes, la cifra oscila entre 300.000 y 450.000 personas, entre los que se contabilizan hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, por línea paterna y materna. Hemos querido de esta manera, ubicar al lector en lo referente a la presencia vasca en Uruguay, realizando un rápido recorrido desde su génesis hasta nuestros días para, a continuación, dar inicio a un análisis más detallado de esta comunidad dentro de la sociedad uruguaya. Para ello hemos estructurado este trabajo en diferentes secciones. La primer parte, trata el tema del Gobierno Vasco y su relacionamiento con la diáspora, materializado en el apoyo cultural y financiero a las casas vascas o euskal etxeak. Una segunda parte, incluye una serie de pequeños artículos que resultan interesantes a la hora de conocer más en profundidad a la cultura vasca para, asimismo, acercar al lector a la construcción del “ser vasco” en nuestra tierra. Por último, trataremos dos ejes fundamentales que nos ayudan a transitar en la idea de quiénes son los vascos en nuestra sociedad. El primero de ellos, tiene que ver con la identidad del grupo en cuánto comunidad cultural inserta en la sociedad uruguaya, examinando la manera en la que sus miembros construyen esa identidad y los elementos que la conforman. En segunda instancia, trabajaremos la noción de nacionalismo, intentando dar cuenta de los elementos que constituyen el “sentimiento nacionalista” en nuestro país y relacionando estos elementos con la situación del País Vasco. Por otra parte, es nuestra intención dar a conocer a la comunidad vasca radicada en Uruguay como tal, en su devenir histórico, desde el testimonio de quienes la constituyen. Hemos optado por no realizar referencias explícitas a una cuestión que consideramos debe ser tratada con mucha cautela y respeto dada la importancia de los sucesos acaecidos en los últimos tiempos. El Movimiento Nacionalista Vasco

143

(10) Ibíd.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 144

SANCHO EL SABIO

ETA es un tema que para nosotros debe ser tratado en su totalidad y no como parte de un trabajo en donde sería un elemento más entre muchos otros.

En Uruguay si bien la presencia vasca ha sido importante a lo largo de la historia, hoy en día casi no tenemos inmigrantes directos de dicho país. En el caso de los descendientes, si bien se constata una cantidad bastante elevada, es mucho menor la proporción que se nuclea en alguna de las asociaciones que se puede encontrar actualmente. Las instituciones existentes fueron pensadas con el fin de crear un lugar físico donde poder reunirse y mantener sus costumbres. Fue así como nacieron diversos centros; el primero de ellos fue Laurak-Bat (11) (1876) y luego surgiría el Centro Eukaro-Español (1911). Entre las asociaciones que más adhesión tienen actualmente en la capital montevideana, encontramos el centro vasco Euskal Erria (1912) y Haize Hegoa (1988) localizando asimismo algunos centros en otros departamentos del país. Los primeros centros fueron, desde los orígenes de la inmigración vasca, el núcleo desde donde se mantuvo la cultura y el apoyo al inmigrante desde su llegada hasta su completa inserción en el país que lo recibía. Los centros vascos desempeñarían un papel de vital importancia, no sólo para integrar en la cultura dominante a quienes llegaban, evitando que perdieran su identidad original y particular, sirviendo de grupo de referencia a las nuevas generaciones nacidas en el país de destino, sino también, evitando la pérdida de valores, tradiciones, usos, etc., de generaciones anteriores. Hoy en día, desde el País Vasco, se apoyan cultural y económicamente estos espacios “constructores” de identidad, que se enmarcan en una apuesta a la difusión del idioma y las costumbres vascas. Según datos estadísticos, correspondientes a un relevamiento hecho en 1999 por el Gobierno Autónomo Vasco, a la fecha existían 5 federaciones y 162 centros vascos reconocidos en 18 países. Estos centros agrupan aproximadamente a 20.000 personas vinculadas a los mismos. El Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi hace referencia a las relaciones que se deben mantener con la diáspora vasca (tanto de Europa como con el resto del mundo) así como también, a la necesaria promoción y defensa de la cultura:

144

(11) Véase en relación al Laurak Bat: Alberto IRIGOYEN ARTETXE: Laurak Bat de Montevideo: Primera Euskal Etxea del Mundo (1876-1898), Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 1998.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

2. EL GOBIERNO VASCO Y LAS EUSKAL ETXEAK

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 145

ESTUDIOS VASCOS

“La acción exterior del Gobierno Vasco contará con los recursos humanos y materiales necesarios, incluyendo, en su caso, la creación de delegaciones y oficinas de representación en el exterior, cuyo estatuto será regulado por la ley del Parlamento Vasco” (12). “Los Centros Vascos en el exterior tendrán reconocimiento oficial y constituirán un instrumento esencial para el mantenimiento de los vínculos de la comunidad de Euskadi con los miembros de las comunidades vascas en el exterior, así como para el desarrollo y fomento de las relaciones comerciales, culturales, políticas e institucionales con los países donde estos se ubican” (13).

En el Congreso Mundial de Colectividades Vascas realizado en 1999 en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, el entonces Lehendakari Sr. Juan José Ibarretxe, presentaba los desafíos que el Gobierno Autónomo posee en relación a la diáspora vasca. Según él, el primer desafío está en lograr el pasaje del conocimiento de la realidad vasca al reconocimiento de la realidad vasca en el mundo. Un segundo desafío consistía en que se debía avanzar en la creación de redes internacionales que posibiliten lo mencionado en el anterior punto. Como tercer objetivo, se encontraba la apuesta por la juventud y la apelación a la solidaridad. Estas medidas acompañan la puesta en marcha de una serie de propuestas como planes de acción, donde se priorizan los siguientes fines: a) programas a la juventud, b) programas de asistencia a personas carenciadas o en situaciones extremas, c) programas de otras ayudas sociales, d) promoción a la cultura vasca, materializado en el “Programa Vasco de Cultura”, e) promoción de intercambios universitarios y f) promoción de programas económicos y turísticos. Dentro del Programa Vasco de Cultura se encuentran también, no sólo la financiación para proyectos culturales, difusión del idioma vasco (enseñanza con asistencia de un profesor y cursos vía Internet) sino además, todo lo referente a la difusión de la cultura vasca en su totalidad y a la investigación sobre ésta. Es decir, proyectos destinados a impulsar y promover el uso del euskera, tanto oral como escrito, en las relaciones sociales, desde la perspectiva que supone el pasaje del conocimiento de la lengua a su uso habitual. En estas medidas, se priorizan determinados grupos sociales: infancia y juventud, euskaldun berris, inmigrantes. La posibilidad de realizar estos proyectos y el acceso a una determinada financiación por ellos está habilitada a todas las euskal etxeak

(12) ESTATUTO POLÍTICO DE LA COMUNIDAD DE EUSKADI: Titulo VI: Del régimen de relación política con el ámbito europeo e internacional, Capitulo segundo, numeral 3. Pág. 78. (13) Ibíd., numeral 4. Pág. 78-79.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

145

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 146

SANCHO EL SABIO

que posean su correspondiente personería jurídica y se encuentren reconocidas ante el Gobierno Vasco. Esto las habilita, como es el caso de nuestro país, a realizar actividades varias y distintas celebraciones, además de la enseñanza del idioma. 3.1) Una tarde en la taberna… Con cierta periodicidad los distintos centros realizan reuniones a las que llaman “tabernas”: espacios de degustación de platos originarios de la antigua gastronomía vasca, a lo que se suman música, danzas y un lugar propicio al momento de practicar el euskera. Si bien la mayoría de las personas que asisten se sienten identificadas, de una u otra manera con lo vasco, ello no es condición necesaria. Todo está organizado y cuidadosamente ambientado para la ocasión: las mesas lucen manteles a cuadros rojos y blancos, y en la sala principal donde se disponen las mismas, se puede observar una enorme cantidad de banderines vascos que atraviesan el salón. No faltan las boinas en los hombres y los pañuelos al cuello en las mujeres, quienes también lucen largas faldas rojas, camisa blanca y chaleco negro. Por su parte los hombres, llevan pantalón negro, casaca blanca y faja. En ningún caso faltan las alpargatas para completar el atuendo. Entre las opciones que ofrece el menú, las más solicitadas son Piperrada, sopa de ajo, bacalao al Pil-pil, acompañado del vino que ellos mismos elaboran. Muchas de las danzas suelen desarrollarse en forma de rondas, pero todas ellas con elaboradas coreografías y complejos pasos y saltos, que exigen del bailarín cierta destreza, elegancia y esfuerzo corporal. Si bien a todos los invade una enorme alegría y orgullo al momento de desarrollar sus bailes, se ven muy concentrados y respetuosos de lo que están haciendo, ya que para ellos, la danza constituye uno de los ejemplos más claros de su arte nacional. 3.2) Gernika: un símbolo vigente (14) Un 26 de abril de 1937, tuvo lugar el trágico bombardeo a la ciudad de Gernika, situada en la comunidad autónoma del País Vasco, en la provincia de Vizcaya, cerca de Bilbao. Gernika ha sido siempre el centro tradicional por excelencia de la cultura vasca, por ser donde se reunían las Juntas Generales de Vizcaya. La devastación de esta ciudad ha quedado grabada de manera indeleble en la memoria colectiva, no sólo del pueblo vasco sino también, del mundo entero.

146

(14) Véase sobre Gernika: María Jesús CAVA MESA: Memoria Colectiva del Bombardeo de Gernika. Gernika-Lumo: Gernika Gogoratuz, 1996.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

3. LA VIDA EN LOS CENTROS

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 147

ESTUDIOS VASCOS

Gernika por este motivo, es para los vascos el símbolo de sus libertades. No ajena a esta realidad, la comunidad vasca de nuestro país se ha congregado año a año, en torno a la Plaza de Gernika situada en Montevideo, para expresar su homenaje. A pesar de las distintas maneras de conmemorar esta fecha, vascos y descendientes concuerdan en presentar este día como uno de los más importantes para la comunidad. El pasado 26 de abril de 2007 se conmemoraron 70 años del mencionado bombardeo, y las distintas instituciones o centro vascos de Montevideo, rindieron su homenaje. El mismo 26, en un día frío y gris, uno de los centros vascos, depositó una ofrenda floral en la base de un monolito sobre el que se puede leer una placa conmemorativa. Este monumento se encuentra delante del enorme árbol de roble que allí se ha plantado y cuyo brote ha sido traído de la propia Gernika. Días después, otro de los centros se reunió al mediodía para rendir su homenaje. La cita tuvo lugar en la misma plaza. A un lado del monolito se colocaron la bandera vasca y nuestro pabellón nacional. Alrededor de unas 40 personas se reunieron para presenciar dicho acto. Luego de algunas palabras alusivas a la fecha por parte del presidente de dicho centro, y tras el saludo a la bandera por el grupo de baile Eusko Indarra, se dio paso a una demostración de danzas. Según nos explicaron se trató de un Aurresku de honor, uno de sus bailes más representativos. Tanto chicos como grandes, lucían sus trajes típicos y se mostraban respetuosos hacia la conmemoración. Hacia el fin de la ceremonia y en un clima de gran emoción, se repartieron flores rojas y blancas representativas de los colores de la bandera vasca, entre los presentes. 3.3) En la antesala del 24, las hogueras de San Juan… La noche de San Juan es una de las celebraciones más antiguas que se realiza en diversas partes del mundo. Se trata del nacimiento de San Juan Bautista y reúne a gran cantidad de público. Tiene lugar durante la noche más corta del año, del 23 al 24 de junio, y se basa principalmente en “hogueras purificadoras”. Para muchos, constituye el hito festivo de mayor relevancia de todo el ciclo anual y es vivido como un momento incomparable a cualquier otra noche del año. Los más jóvenes suelen ser los encargados de cargar los troncos que luego darán lugar a la esperada hoguera y los grupos y bandas folklóricas se reúnen para dar color a las plazas, donde la celebración tendrá lugar. Los vascos y descendientes de nuestro país, no son ajenos a esta fecha y aunque no logren reproducir las grandes celebraciones que tienen lugar en sus pueblos natales y el de sus ancestros, realizan todos

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

147

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 148

SANCHO EL SABIO

los años algún tipo de celebración alrededor de las ya clásicas “hogueras de San Juan”. Año a año la reunión se realiza en un cruce de calles, debido a que la tradición así lo estipula, extendiéndose desde las últimas horas del 23, hasta las primeras horas del día 24. Mientras un grupo de personas baila alrededor de la hoguera, otros más osados se animan a saltarla, lo que constituye casi un ritual y supone que trae buena suerte y provee de buenos augurios para el resto del año a todo aquel que lo realice. Según cuenta la tradición, una vez apagada la hoguera, los allí presentes deben acercarse a la misma y llevarse a sus casas como especie de “souvenir”, un trocito de madera, hecho brasa. Al año siguiente, hay que volver a la celebración y pedir un deseo mientras se arroja el carbón a la fogata. Cuando el reloj marcó la medianoche del 24, se tomaron de las manos, y alrededor de la hoguera todos cantaron en euskera: era la demostración de bienvenida a San Juan. Con la hoguera apagada, habiendo saltado por encima de la misma y el trocito de brasa en la mano, la celebración se daba por finalizada. La cita tendría lugar un año más tarde y todo aquel que había cumplido con el ritual mencionado, tendría las mejores bendiciones para el resto del año, según las creencias populares.

Al momento de tratar el tema de la identidad vasca, nos surgen una serie de interrogantes, a las que intentaremos dar respuesta a través de la acción y el discurso de los propios actores en cuestión, vale decir, aquellos nacidos en territorio vasco, descendientes y los que se autoidentifican como vascos. En este sentido, y siguiendo a varios autores entre los que se encuentran Pedro J. y Agustín M. Oiarzabal (15), algunas cuestiones que intentaremos plantear, son las que siguen: ¿Cuál es el significado de ser vasco hoy? ¿Qué elementos se constituyen como integradores de ese “ser vasco”? ¿Cómo puede explicarse la afiliación a ese colectivo? Primeramente definiremos identidad como: “El conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos) a través de los cuales los actores sociales (individuales o colectivos)

148

(15) Véase nota al pié 6. La Identidad Vasca en el Mundo, representa un avance fundamental en la investigación acerca de los contenidos y representaciones sociales de la identidad, enmarcada en una colectividad vasca que es observada desde una perspectiva global y globalizada, así como también, ofrece al lector una visión macro de la significación que tiene ser vasco hoy en día y las distintas maneras de vivir esa “vasquidad”.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

4. IDENTIDAD “VASCO-URUGUAYA”

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 149

ESTUDIOS VASCOS

demarcan simbólicamente sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados” (16). Desde esta perspectiva, la identidad es el resultado de un proceso de identificación en el seno de una situación relacional, en la que los actores orientan sus representaciones y acciones, intentando distinguirse socialmente a través de una reelaboración subjetiva y selectiva de algunos elementos culturales. Es decir, la identidad del individuo o grupo, moldea constantemente la realidad que les rodea, y a través de distintas pertenencias, se vinculan, distinguen o identifican entre sí. En el caso de la comunidad vasca que habita en nuestro país, podemos ver que el pasado histórico, la tradición cultural y la lengua constituyen algunos de esos elementos. Algunos autores como George De Vos, hablan de identidades étnicas, como “una forma de pertenencia orientada prevalentemente hacia el pasado” (17), y esto se visualiza a lo largo de varias entrevistas realizadas a distintos integrantes de la comunidad. La referencia a un origen vasco (ya sea de forma directa o ancestral) se convierte en un elemento casi obligado, al momento de definirse y diferenciarse del “otro”. Se produce una especie de veneración por el pasado, por las raíces, por los orígenes; a lo que se suma un fuerte sentimiento de “lealtad y respeto hacia los mayores como guardianes de la memoria y del auténtico ser vasco” (18). Las conductas y valores, son transmitidos de generación en generación a través de historias escritas u orales y se convierten en guías de comportamiento, definiendo los rasgos identitarios de aquellos que hacen de ese legado vasco, su forma de vivir y entender el mundo. A su vez, el antepasado, plasmado en la figura del anciano, es percibido como el representante simbólico por excelencia de toda la colectividad. Este personaje, es poseedor de todas las características diferenciales que hacen al vasco, ser lo que es: gente de palabra, tesonera, trabajadora; cualidades con las que se identifican y autodefinen. A propósito, uno de los entrevistados nos comenta lo siguiente: “En la sociedad uruguaya el vasco está bien conceptuado (…) creo que tiene que ver con las características propias del colectivo vasco, por el tesón, el trabajo, la honestidad y todo eso que

(16) Gilberto GIMÉNEZ: Identidades en Globalización, Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Pág. 1. (17) George DE VOS: Estratificación Social y Pluralismo Étnico, Instituto de Relaciones de Raza. Pág. 437. (18) Agustín M. & Pedro J. OIARZABAL DE CUADRA: La Identidad Vasca en el Mundo, Editorial Erroteta, UE, 2005. Pág. 74.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

149

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 150

SANCHO EL SABIO

aportaron a estas tierras y que fueron forjando” (Hombre, descendiente en cuarta generación, 27 años).

Algunos entrevistados hablan de “ser parte de una raíz y de un sentir de pertenencia a esa cultura a pesar de las distancias” (Hombre, descendiente en tercera generación, 33 años), otros aluden al “orgullo de tener una herencia histórica” (Hombre, descendiente en tercera generación, 55 años). El entorno familiar es determinante en la vida adulta de la persona y su afiliación al colectivo vasco. La convivencia desde la infancia en el seno familiar con esos marcados sentimientos hacia la pertenencia vasca, provoca una fuerte vinculación afectiva, transformando la propia existencia del individuo. “Desde chico siempre me sentí identificado con lo vasco, tuve la suerte de vivir desde mi infancia con mis abuelos; mi abuela es la que es euskaldun y junto a ella aprendí las primeras palabras en euskera (…) aprendí lo que eran los patrones culturales básicos de la familia que se van transmitiendo, y ese fue mi punto de partida” (Hombre, descendiente en cuarta generación, 27 años).

Lo cierto es que todos se ven atravesados por un profundo sentimiento de salvaguardar un patrimonio y un acervo común, algunos hasta hablan de la responsabilidad que sienten por llevar adelante lo que en el pasado comenzaron sus antepasados: “Sentimos que debíamos llevar a cabo una reconstrucción a partir de lo que nos transmitieron nuestros abuelos” (Hombre, descendiente en tercera generación, 33 años).

150

Vemos de esta manera, que sigue existiendo hasta nuestros días un sentido de continuidad histórica con lo ancestral, pero esto último no adquiere relevancia por sí mismo, sino en cuanto transmisión de una compleja herencia cultural. El conjunto de valores, tradiciones, prácticas y reseñas simbólicas compartidas, hacen que los miembros de la comunidad se identifiquen entre ellos y que otros les identifiquen como pertenecientes a una colectividad diferente. Elementos como el deporte, las danzas, la gastronomía y otros de índole más bien afectiva, se constituyen en un componente esencial que garantizan la integridad y supervivencia del grupo en el tiempo. La trama de valores, representaciones y símbolos que permean a los distintos miembros de la comunidad se redefinen y reelaboran en función de las necesidades y los desafíos del presente. Si bien todos comparten la referencia a la antigua Euskal Herria, como el territorio de padres, abuelos y antepasados, con relación al cual se identifican y comportan; la identidad no se constituye en una mera repetición del pasado en el presente, sino que se resignifica de acuerdo a la realidad actual. Por ejemplo, una entrevistada relataba que: Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 151

ESTUDIOS VASCOS

“Seguimos la tradición y la conservamos pero agregándole diversos elementos que hacen de la tradición algo más grande” (Mujer, descendiente en segunda generación, 45 años).

El territorio y el origen común operan como vínculo entre generaciones pasadas y futuras, donde es usual la referencia reivindicativa y nostálgica. En este sentido un descendiente de vascos nos cuenta lo siguiente: “El primero de mi familia, que llega a Uruguay, nace en la localidad de Navarra, en un pueblito precioso en la montaña y se casa en el País Vasco en 1830” (Hombre, descendiente en quinta generación, 54 años).

En su testimonio se puede observar cómo se recurre con añoranza y aprecio a un pasado que llega a los distintos miembros, a través de historias y tradiciones heredadas por las que sienten un gran cariño, aún cuando no las han vivido directamente, sino a través del aprendizaje de una generación a otra. Dado que la identidad se construye y reconstruye constantemente en el seno de los intercambios sociales, el centro del análisis de los procesos identitarios es la relación social. Anteriormente señalábamos que algunos rasgos culturales son seleccionados y utilizados por los miembros del grupo para afirmar y mantener una distinción cultural, un claro caso de esto es el euskera. Para el colectivo vasco, su lengua, no es sólo un medio de comunicación sino una especie de código que compendia su visión del mundo, y una herencia de sus antepasados, que valoran como símbolo distintivo de su identidad cultural. Uno de los entrevistados se refiere a esto como un “orgullo casi maligno” (Hombre, descendiente en tercera generación, 33 años), al contarnos que su abuela le hablaba en euskera, porque sabía que él no podía entender lo que le decía. Según los propios descendientes lo fundamental es la lengua ya que “el idioma arrastra a toda la cultura y ese espíritu arrastra también las tradiciones” (Hombre, primera generación, 71 años). Para la mayoría de las personas entrevistadas, el idioma, va más allá de la funcionalidad que tiene como medio de comunicación: forma más bien, parte de un camino para entender y pensar el mundo a la vez que constituye uno de los elementos fundamentales de diferenciación en relación a “los otros”. Es sin duda, un elemento muy fuerte que diferencia a los que dentro de la propia comunidad son capaces de hablarlo y los que no; así como también, en la relación hacia fuera de la propia comunidad. Parafraseando a Pierre Bourdieu, podemos señalar que el mundo social es también representación y voluntad, por lo que existir socialmente también significa ser percibido como distinto. De aquí la importancia del idioma como estrategia por la cual el grupo se torna

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

151

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 152

SANCHO EL SABIO

152

visible y manifiesto, tanto para los demás grupos como para sí mismo. Tan importante es su lengua que han reservado un día especial para conmemorarla: el 3 de diciembre es el Día Internacional del Euskera, proclamado por la “Sociedad Internacional de Estudios Vascos Gernika” en el año 1949. El euskera es un componente fundamental a la hora de tratar el tema de la “etnicidad”, debido a que tiene elementos heredados que conforman una especie de legado étnico, trasmitido de generación en generación. La lengua sería entonces para los vascos, el símbolo per excellence de la etnicidad además de sus instituciones y modelos culturales concretos (cuentos populares, comidas, trajes típicos, la boina o chapela, deportes, etc.). La etnicidad no sólo se refleja en el idioma, sino también en la historia del pueblo vasco, que tanto los enorgullece al relatar el hecho de considerarse “los indios de Europa” (Mujer, descendiente en segunda generación, 45 años). En cuanto a lo referido, podríamos hablar entonces de una relación muy estrecha entre identidad, etnicidad y lenguaje en esta comunidad: existe una clara conexión entre el lenguaje como medio por el cual los integrantes de este grupo reafirman quienes son y al hacerlo, definen a la vez su concepción como colectivo. Para la comunidad vasca en Uruguay, practique o no el euskera, es no sólo un elemento esencial a la hora de definirse como pertenecientes a esta cultura, sino que también a la hora de estructurarse. Se puede ver que existe una organización administrativa (instituciones y centros vascos), así como también una organización social alrededor de la lengua que comparten (la heráldica y etimología de los apellidos encierra la historia ancestral y significativa de esta lengua). Si bien el euskera no constituye un elemento de cohesión entre los miembros del grupo, debido a que no todos lo hablan, estableciéndose marcadas diferencias entre euskaldunes y no euskaldunes; no podemos dejar de reconocer que, el hecho de poseerlo, otorga a aquellos que hacen uso de él, un elemento de prestigio y distinción social. Otro elemento de distinción importante para esta comunidad, como mencionamos anteriormente, es la heráldica y etimología de los apellidos: la mayoría de ellos no sólo poseen un significado sino también, un escudo. En euskera, los apellidos tienen una significación específica que se arraiga en una tradición milenaria. Es característico del pueblo vasco, que cada casa o caserío (etxea) tenga su nombre propio, hasta tal punto que existe una relación muy estrecha entre la familia y la construcción que habita (también la profesión de sus integrantes) lo que se expresa a través del uso del mismo nombre. El apellido Martirena, por ejemplo, en euskera, significa “casa de Martín”, Mandazain significa “la casa del arriero”, Aranzazu sería “sierra con abundantes picos”, Aguirre “lugar alto que domina un terreno”, y así podemos observar muchos otros.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 153

ESTUDIOS VASCOS

La pertenencia a un grupo, o en este caso a una comunidad, implica compartir, al menos en parte, el núcleo de representaciones sociales que los caracteriza y define. De esta manera, en la construcción de la identidad, juegan un papel importante los valores y creencias transmitidas, que se convierten en pilares para los miembros del grupo. No obstante, muchos son conscientes de que los tiempos han cambiado y que la realidad de hoy, dista un poco de aquel ideal del que todos hablan: “Decir que todos los vascos somos trabajadores o de palabra, no es así; porque ha habido vascos de todos los colores” (Mujer, descendiente en segunda generación, 45 años).

Muchas veces nos hemos preguntado cuáles son las condiciones necesarias para que una persona sea considerada como vasca y a ello, hemos obtenido varias respuestas: para unos es el idioma lo que los identifica y caracteriza como tales, otros sostienen que es el hecho de tener un apellido (aunque no sea suficiente sólo con eso), y otros creen que consiste simplemente en sentirse parte de la cultura. Algunos incluso van más allá y afirman que ser vasco es: “Todo aquel que habla o posee el euskera y/o todo aquel que en libertad elige la práctica de las costumbres y manifestaciones culturales vascas, así como el nacido dentro de los siete territorios históricos y los descendientes de estos últimos” (19).

Creemos que las coordenadas geográficas del lugar de nacimiento no nos aportan demasiada certeza a la hora de establecer una afiliación adecuada hacia lo vasco en cuanto cultura, sino que su pertenencia depende de una decisión consciente, más que de la herencia. De esta manera, la identidad vasca se constituye a partir de la multiplicidad de significados construidos y elegidos, donde las narrativas de los entrevistados, vistos como parte de un grupo, reflejan distintos sentimientos y pensamientos y las fronteras entre el “ser o no ser” vasco, son un tanto flexibles. Pero lo que sí no puede dejar de mencionarse, es que, en mayor o menor medida, todos son herederos orgullosos de siglos de generaciones de vascos que llegaron a nuestro país, y decididos a preservar aquello que les fue transmitido y sienten es muy importante, luchan por el mantenimiento y la promoción de la cultura, el idioma, y los valores; símbolos de la identidad vasca. El sentido de pertenencia vasca se vivencia como un sentimiento de amor y respeto, que alcanza una dimensión casi reverencial hacia el conjunto de símbolos culturales, donde se destacan también un gran orgullo y estima por poseer esa herencia y orígenes culturales y simbólicos.

(19) Jorge ARIN AYPHASSORHO: “Diáspora vasca: Apellidos vascos en Uruguay”, en: Revista Euskal Etxea Nº 8 Enero, 1990.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

153

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 154

SANCHO EL SABIO

Pero el ser vasco hoy en día, cobra nuevas formas a través de lo que se ha dado a conocer como “identidades con guión”, lo que lleva a que existan diversas maneras de asumir “la vasquidad”. Lo vasco puede entenderse como un elemento constitutivo más, dentro de países como el nuestro, con un flujo inmigratorio pasado, muy importante. En este sentido, algunos relatan qué sienten cuando se les pregunta por su afiliación a lo vasco: “No puedo pensarme partida, me siento uruguaya, pero son muchas las cosas en mi vida que hago en vasco: como en vasco, hablo con mi madre en vasco (y de temas vascos), veo el informativo vasco y estoy enterada de lo que sucede en Euskadi. A pesar de eso, no dejo de estar en Uruguay” (Mujer, descendiente en segunda generación, 45 años).

Creemos entonces que no puede hablarse de “la identidad vasca”, sino que en este caso, tal vez fuera mejor hablar de una identidad “vasco-uruguaya” que si bien se encuentra ligada al antiguo territorio vasco tiene características particulares que la distancian de la “tierra madre” por estar insertos en una realidad distinta. Por lo tanto la idea de ser vasco parece desplazarse y asistimos en la actualidad, a una especie de complementariedad que intenta proteger las diferencias y a su vez dar lugar a nuevas formas de sentir y pensar, donde cada uno elige y manifiesta su identidad, de la manera que cree más adecuada.

Benedict Anderson en su obra “Comunidades Imaginadas” reflexiona sobre el origen y la difusión del nacionalismo actual, definiendo a una nación como “una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana” (20). Es imaginada debido a que los miembros de la nación (incluso la más pequeña) no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunidad como algo único y cohesionado. La nación se imagina limitada porque incluso la mayor de ellas que alberga a cientos de millones de personas, tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las cuales se encuentran otras naciones. Ninguna nación se equipara a los límites de la humanidad. Se imagina soberana porque el concepto señalado nació en tiempos en que se estaba destruyendo el régimen monárquico y emergía el estado soberano como única garantía de libertad. Por último, es imaginada como comunidad porque independientemente de la desigualdad y de la

154

(20) Benedict ANDERSON: Comunidades Imaginadas, Fondo de Cultura Económica, México, 1993. Pág. 23.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

5. NACIONALISMO VASCO EN URUGUAY

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 155

ESTUDIOS VASCOS

explotación que puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un compañerismo o fraternidad profundo, horizontal. Para Anderson, esta hermandad es la que ha permitido durante los dos últimos siglos, que tantas personas unan sus lazos en pro de una causa para defender la nación que vio nacer a sus antepasados y a ellos mismos. En este sentido, y desde la perspectiva de Ernest Gellner, se puede agregar que no todas las naciones tienen estado pero lo que se hace prácticamente imposible es imaginar en el mundo moderno un hombre sin nación. Las naciones al igual que los estados, son una contingencia, no una necesidad universal. Por otra parte, nación y estado no son una misma contingencia. Así, señala entonces que: “Dos hombres son de la misma nación sí y sólo sí comparten la misma cultura, entendiendo por cultura un sistema de ideas y signos, de asociaciones y de pautas de conducta y comunicación; dos hombres son de una misma nación sí y sólo sí se reconocen como pertenecientes a la misma nación. En otras palabras, las naciones hacen al hombre; las naciones son los constructos de las convicciones, fidelidades y solidaridades de los hombres” (21).

Por otra parte, el hombre, como ser social que es, desarrolla e integra distintos grupos sociales (o círculos sociales en el sentido de George Simmel) a lo largo de toda su vida. ¿Qué función tienen estos círculos? Obligan a asumir al individuo distintas formas de identidad colectiva, entre ellas el nacionalismo. Éste, da al sujeto un sentido de pertenencia a un determinado grupo en especial, una nación. ¿Cómo se podría entender el concepto de nación en el mundo actual? ¿Sigue ligada a un territorio o a un Estado? Entendemos a una nación como una comunidad imaginada culturalmente, cuyos miembros se cohesionan mediante recuerdos históricos, mitos, tradiciones y símbolos colectivos que ofrecen un sentido de pertenencia (que hace que el individuo se reconozca a sí mismo como parte integrante, y diferente al resto de las personas que no integren su nación). Las naciones, a nuestro entender, han trascendido las fronteras territoriales y estatales a las que se encontraba ligada en tiempos anteriores, producto claro está, del fenómeno de la globalización. El nacionalismo vasco en nuestro país se constituye como producto de un elemento nacional ligado al orgullo de ser vasco sin importar en que rincón del mundo se esté. Simmel, muchas décadas antes, señaló que:

(21) Ernest GELLNER: Naciones y nacionalismos, Editorial Alianza, Madrid, 1998. Pág. 20.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

155

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 156

SANCHO EL SABIO

“La estrechez de los lazos que ligan a los miembros de cada círculo se puede medir por el grado en que este círculo ha llegado a formar un ‘honor’ especial, de manera que la pérdida u ofensa del honor de uno de los miembros sea sentida por los demás como una disminución del propio” (22).

Este sentimiento, se liga estrechamente a la tradición transferida por los primeros inmigrantes y resignificada en la actualidad por sus descendientes, a diferencia del País Vasco donde el nacionalismo se identifica con luchas independentistas y separatistas no solamente armadas sino que también en cuanto a opinión pública se refiere: una enorme cantidad de vascos considera que debe lograrse la independencia absoluta con el resto de España, si bien no comparten la vía armada. El rasgo más sobresaliente de esta comunidad en nuestro país es el hecho de conservar prácticas y costumbres ancestrales “intactas”, en la medida que sus miembros siguen celebrando tradiciones que, incluso en el país de origen, hace algún tiempo están desapareciendo producto de la globalización y el gran desarrollo económico de las últimas décadas. Por otra parte, y como resultado de la enorme difusión de los medios de comunicación en el mundo actual, los vascos “tradicionales” (residentes en Uruguay) se encuentran cada vez más conectados con los vascos “modernos” (del País Vasco) e incluso, existe un mayor intercambio entre las diásporas (Argentina, Brasil, EE.UU., etc.). El Canal Vasco (televisión cable) o la radio (vía Internet), medios de comunicación que transmiten gran parte de su programación en euskera, son los principales mecanismos mediante los que se realizan estos intercambios de información (23). De esta manera, las diferencias entre diáspora y lugar de origen se desvanecen, dando lugar a una intensificación en las relaciones sociales “que vinculan realidades distintas de tal manera que los acontecimientos locales están moldeados por hechos que tienen lugar a muchos kilómetros de distancia” (24). Al respecto, muchos de los entrevistados hacen referencia a este hecho: “Hablamos todos los días o nos comunicamos por Internet. Y recordamos todo: los cuentos de cuando íbamos a los colegios, cuando éramos chiquitos. Hablamos mucho, estamos al corriente” (Mujer, primera generación, 75 años).

156

(22) George SIMMEL: Capítulo VI – “El cruce de los círculos sociales”, en: Sociología 2 - Estudios sobre las formas de socialización, Castilla, Madrid, 1977. Pág. 454. (23) Véase por ejemplo, Pedro J. OIARZABAL (Forthcoming): The Basque Diaspora Webscape: Identity, Nation, and Homeland, Reno, Nevada, University of Nevada Press. (24) Agustín M. & Pedro J. OIARZABAL DE CUADRA: La Identidad Vasca en el Mundo, Editorial Erroteta, UE, 2005. Pág. 55.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 157

ESTUDIOS VASCOS

“Años atrás, la vía de comunicación era la carta, después el teléfono de vez en cuando, pero ahora nos llamamos cada diez o quince días, es una comunicación telefónica permanente; en la que estamos al tanto de todo lo que pasa allí” (Hombre, primera generación, 71 años).

Un factor clave a la hora de enmarcar la acción de los vascos residentes en Uruguay es que, a pesar de los vínculos comunicacionales que practican, la enorme distancia territorial que existe entre el País Vasco y nuestro país actúa como una especie de nexo por un lado (la nostalgia de volver a la zona en donde se nació o conocer la tierra de los antepasados) y por el otro, de frontera debido a que ambas realidades son muy distintas (de manera generalizada, nos podemos referir al País Vasco como “primer mundo” y Uruguay como “tercer mundo”). Nuestro país ha sido históricamente una nación de inmigrantes y, por este motivo, nuestra cultura es producto de estas inmigraciones. Esto a su vez genera una especie de doble hermenéutica: los vascos conforman lo que se entiende como cultura uruguaya pero a su vez ellos, como el resto de los inmigrantes, reconstruyen su “ser vasco”, contextualizados en este caso, en el Uruguay actual. Los “vascos-uruguayos”, al igual que el resto de la diáspora, no sufren directamente los problemas de luchas territoriales que se producen en el País Vasco (que pasan también por el plano político, económico y socio-cultural). Estas confrontaciones han modificado enormemente no sólo el mundo de la tradición sino también, el valorativo. Si bien a ambas orillas del Atlántico hay vascos, no son culturalmente los mismos vascos. En Uruguay, como anteriormente se mencionaba, el ser vasco está ligado a un contenido valorativo tradicional que pasa por conservar, de la forma que sea posible, las prácticas culturales traídas a nuestro país en sus comienzos. Es así como se modifica el significado de “ser vasco”: se reconstruye una identidad en base al honor de ser vasco, elemento otorgado principalmente por mantener el euskera y exhibir, cual si fuera un trofeo, la heráldica de los apellidos. Las normas del honor se convierten en los símbolos del círculo e integran una especie de conciencia colectiva común a todos sus miembros. Para un vasco, su nación es la nación: los discursos de los entrevistados apuntan al hecho de que los vascos son un pueblo que ha luchado siempre contra la tiranía, a favor de la libertad y su autodeterminación; la alusión a los fueros de Gernika son un claro ejemplo de ello. Más particularmente, su lengua es la lengua (la más antigua, la primitiva, la de un origen desconocido y misterioso, la que da vida a su pueblo), sus tradiciones son las tradiciones (una mezcla única entre paganismo y catolicismo, los misterios ancestrales de las brujas, el naturismo y demás) y en definitiva; un vasco debe ser el vasco (honrado, de palabra, trabajador, hospitalario, rebelde y también,

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

157

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 158

SANCHO EL SABIO

tozudo). Este es el imaginario colectivo que ha construido esta cultura en nuestro país y que actúa, más allá de las diferencias entre sus miembros, como un indiscutido nexo que cohesiona a los vascos, y muchos descendientes, como una colectividad o comunidad. Es solamente a partir de este hecho que el concepto de comunidad (como un todo colectivo y cohesionado) pasa a tener razón de ser. En este sentido, el vasco, por el sólo hecho de serlo, experimenta una especie de sentimiento de lealtad hacia su nación producto de una memoria colectiva transmitida de generación en generación. El orgullo de ser vasco, de pertenecer a una nación (o “pueblo” como lo señalan la mayoría de los entrevistados), se manifiesta en las expresiones que ofrecen hacia la ikurriña (bandera o pabellón vasco), a las tradiciones plasmadas en el recuerdo de los ancestros y un respeto “sagrado” hacia el euskera y sus antepasados. Observemos por ejemplo lo que sostiene uno de ellos: “Una ‘ikurriña’ en un coche es más producto del sentimiento que de la cultura (...) ‘ikurriña’ es como nosotros le decimos a la bandera, al pabellón vasco (…) Ser vasco para mí es querer y amar a quienes fueron mis ancestros, es decir, quienes me dieron la vida, la cultura y ese espíritu de libertad que siento; y cuando hablo de mis ancestros los incluyo a todos, sean o no de mi línea familiar genética. Me refiero a todo el pueblo vasco” (Hombre, primera generación, 71 años).

Paradójicamente, coincide con el testimonio de un descendiente vasco y con alguien que no ha nacido vasco pero se ha criado en ese país. Cuándo se les interroga qué es para ellos ser vascos responden respectivamente: “Ser vasco hoy por hoy es el mantener aquello que nos enseñaron desde siempre. Mantener lo que para el vasco es importante, la palabra, el valor del trabajo; el mirar de frente y decir las cosas como son (…) ser consciente de que se es parte de una comunidad que tiene siglos de existencia y de que hay que seguir manteniendo nuestras costumbres, las cosas que nos hacen ser quienes somos” (Hombre, descendiente en tercera generación, 55 años). “[significa] Formar parte de un pueblo (…) Sentir una historia, una cultura, una tradición, una identidad, unos valores, una manera de ser persona” (Hombre, nacido en Salamanca y criado desde los 6 años en el País Vasco, 50 años).

158

A esto se le suma la construcción de la identidad vasca en base a una especie de mito o leyenda de la lengua vasca (sus orígenes, sus desconocidas raíces, la prohibición de hablarla por un largo tiempo) transmitida por generaciones enteras. He aquí uno de los fines del Plan Vasco de la Cultura implementado tanto para el territorio de Euskadi como para la diáspora. Más

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 159

ESTUDIOS VASCOS

importante aún, es el papel fundamental (como si fuese el pilar) que se le ofrece, por parte del Gobierno Vasco, al euskera: la unificación y alfabetización generalizadas (euskara batua), la creación de políticas lingüísticas, sitios web, medios de comunicación televisivos y prensa escrita y publicaciones varias en este idioma, la facilitación de becas para viajar desde el extranjero a estudiarlo, entre muchas otras medidas. No se debe olvidar el hecho de que la diáspora es fundamental a la hora de mantener integrada la nación porque es la que conserva, en buena medida, el espíritu de la tradición y de las costumbres vascas que quedaron plasmadas en sus inmigrantes desde el día que comenzaron una nueva vida en otro país, lejos de su territorio natal. ¿Qué es entonces ser vasco? ¿Qué significa pertenecer a la nación vasca? ¿Qué importancias tienen las fronteras territoriales, en cuánto a la enorme distancia que existe entre Uruguay y el País Vasco, para conservar una nación, una identidad, una cultura? Para la mayoría de los vascos entrevistados que residen en nuestro país (ya sean oriundos o descendientes), básicamente significa pertenecer a una cultura más allá de las distancias. Significa además: “Pertenecer a una cultura con una riqueza y una antigüedad diferente a la que hay en Uruguay (…) ser parte de esta cultura es un motivo de orgullo, es algo especial el tener sangre vasca por toda la historia que hay detrás. Es una responsabilidad también frente a los que estuvieron antes que nosotros, ante nuestros antepasados” (Hombre, descendiente en cuarta generación, 27 años). “Cuando se es vasco se es parte de todos los que vinieron atrás. Es como una comunidad entre presente y pasado (…) Ésta es la razón por la que el vasco sobrevivió tanto tiempo. Hay un sano orgullo. El pertenecer a un pueblo pequeño que tiene una historia, unos valores tan ricos (…) Y eso nos lleva a constituirnos a nosotros como vascos que nacimos en Uruguay. Es un trabajo muy personal. La recuperación de cosas que desaparecieron y que nos negamos a que se pierdan” (Hombre, descendiente en tercera generación, 33 años).

El hecho fundamental parece ser la transmisión de esta cultura por parte de generaciones anteriores incluso, en muchos casos, salteando generaciones y transmitiéndose de abuelos a nietos, de manera tal que se construya un sentimiento, un orgullo y, en definitiva, se conserve la tradición de ser vasco. Las identidades, al igual que las naciones, son construcciones intelectuales que afirman su carácter de singularidad y diferencia, lo cual se funda principalmente en dos elementos relacionados íntimamente: los pilares de la tradición y la historia del pueblo. El euskera, es la base fundamental dónde los vascos fundan su nación. Uno de los

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

159

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 160

SANCHO EL SABIO

entrevistados alega que en realidad (y producto del mantenimiento de la lengua) la nación: “Es una idea que se está construyendo, pese a los siglos de divisiones internas e imposiciones externas. La idea de una identidad siempre existió. Hubo intentos, pero la idea de que todos los vascos formaran una única nación, no sé. Sí hubo tal vez varias pequeñas naciones (…) La razón puede estar en que los vascos siempre se sintieron diferentes entre sí, siempre fueron diferentes por cuestiones dialectales. Está el tema también de que fueron separados entre dos estados. Siempre tuvieron claro que eran un pueblo pero de llevar eso a una nación o a un estado siempre se quedó en el camino. El vasco no pertenece a un suelo, pertenece a su lengua. Se define a través de ella, él es ‘euskaldun’ o no lo es” (Hombre, descendiente en tercera generación, 33 años).

El sentimiento nacionalista vasco en nuestro país no se define específicamente como relacionado a una nación o a una identidad compartida por todos sus miembros como podría ser el caso, hasta cierto punto, del País Vasco (debido a que existen diferencias en cuánto a los límites territoriales de esta zona: algunos alegan que se trata de las siete provincias históricas pero otros no incluyen a Navarra por ser una provincia autónoma y más aún, algunas perspectivas excluyen además a los territorios que se encuentran en Francia). Cada uno de ellos conforma o experimenta una manera distinta de ser y actuar como vasco. En nuestro país, nacionalismo e identidad se fundan sobre el mantenimiento de la tradición, a diferencia del País Vasco donde se podrían establecer algunas delimitaciones más estrictas (luchas por una soberanía territorial y/o económica y/o cultural). Los vascos poseen un nacionalismo definido, si se trata de tomar una postura de defensa frente al elemento del euskera. Todos alegan el derecho que tiene un vasco de hablar y conservar su lengua, ya sea en el país de origen o en la diáspora. Les preocupa el hecho de que cada vez menos personas conozcan este idioma, base fundamental sobre la que se ha construido primero su pueblo y después su nación (la idea de nación vasca surge con la modernidad de la mano de Sabino Arana que, entre otras cosas, idea la ikurriña vasca). Los entrevistados, por este motivo, sienten que el término de pueblo vasco es más adecuado que el de nación vasca. La noción de pueblo se encuentra más ligada al aspecto tradicional de esta comunidad y, por lo tanto, se adecua más a las concepciones ideológicas de sus miembros. Mientras que la población vasca concibe su identidad en una especie de “dualidad problemática” (25) esto es, se es vasco o se es espa-

160

(25) Ibíd., pág. 89.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 161

ESTUDIOS VASCOS

ñol/francés; en Uruguay, los vascos pueden ser “vasco-uruguayos” o “uruguayo-vascos” (identidades con guión). Esto es debido a que el ser vasco y el ser uruguayo, no son identidades contradictorias sino más bien, complementarias: “Nosotros consideramos que las tradiciones vascas están insertas en la sociedad uruguaya ya que las cosas no están separadas (…) Yo me siento uruguaya pero todo lo que hacemos en el centro es para mostrar la cultura vasca a toda la sociedad uruguaya. Y esto es debido a que nos sentimos parte integrante de los uruguayos. En este sentido, aportamos lo que mejor sabemos hacer, que es nuestro ser vasco” (Mujer, descendiente en segunda generación, 45 años).

Los naturales vascos y sus descendientes, tratan de conservar en el día a día, el amor y el respeto por la tradición y la bandera vasca, que tan arraigados se encuentran en las generaciones actuales y que fueron transmitidos por los primeros inmigrantes que llegaron a nuestro país. Cuando recalcan el hecho de ser vascos y no ser ni españoles ni franceses, están tratando de conservar esta cultura para que no se pierda en el olvido y para que en el futuro, se identifique a los vascos como tales: “Nosotros tenemos una identidad que es nuestro idioma, nuestras costumbres y eso hace a una nación (…) pero no nos reconocen” (Mujer, primera generación, 75 años). “Bajo la bandera española nunca, vamos a donde sea con nuestra bandera y si está la bandera española, que vayan españoles, nosotros somos vascos. Acá (…) la uruguaya a la derecha y a su izquierda, la vasca” (Hombre, primera generación, 71 años).

A través de todos los elementos mencionados hasta el momento, ha sido nuestra intención ilustrar la concepción que ha quedado en el imaginario uruguayo sobre la persona vasca. Caracterizan esa percepción, una enorme gama de valores depositados en el vasco como persona: la laboriosidad, honestidad, la creencia profunda en la palabra empeñada, la imagen del vasco como persona recta y tozuda al mismo tiempo. Alguien que siente un profundo respeto y aprecio por la naturaleza, por la tierra natal y por la sociedad en la que vive. Es en este sentido que tuvimos como objetivo aportar a este imaginario la idea de pensar a nuestro país desde el inmigrante, cualquiera sea su procedencia. Nos centramos en la cultura vasca por considerarla muy importante a la hora de caracterizar a nuestro país como nación. Una comunidad que logró a su vez, cohabitar el territorio y a la fecha, seguir siendo parte de él. A través de esta imagen, nos interesaría abrir la posibilidad de pensar el Uruguay como un lugar donde se han dado cita tantas culturas como identidades colectivas, diferentes en todos los sentidos. Todas Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

161

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 162

SANCHO EL SABIO

ellas han hecho posible, no pensar al país como una sociedad meramente homogénea sino, como una cultura producto de una multiculturalidad pasada y tal vez futura.

162

Este estudio, ante todo es, un ejemplo de una alternativa de análisis dentro de las muchas que podrían desarrollarse, y por tanto, con sus correspondientes virtudes y limitaciones. No obstante, ha representado para nosotras un proceso enriquecedor. Diversos caminos nos han llevado a contemplar desde puntos de vista diferentes un mismo paisaje: el referente al núcleo simbólico de la identidad vasca en Uruguay, su singularidad y autenticidad. Al mismo tiempo, se encuentra el tema del nacionalismo vasco que resignifica a cada paso su pertenencia, tanto a una cultura milenaria como su arraigo al suelo que albergó a quienes fueron llegando a través del tiempo y a quienes conviven hoy como descendientes de esta comunidad. La presencia vasca en Uruguay ha dejado su huella de diferentes maneras, pero por sobre todas las cosas por medio de su lenguaje. Ello se visualiza por ejemplo, en la enorme cantidad de apellidos vascos que existen y que perduran a lo largo del tiempo en todos los escenarios de la vida cotidiana, siendo muchas veces imperceptible por el mismo sujeto que lo posee. Ello se debe justamente a que nuestra sociedad ha atesorado “lo vasco” como propio creando una configuración cultural inigualable. En nuestro país actualmente se cuenta con diferentes símbolos que se han tejido unos a otros, fusionándose a las demás culturas dándole la forma única y particular que caracteriza a la nación uruguaya. En este sentido, hay diversos elementos que hemos trabajado a la hora de dar cuenta de determinados objetivos planteados al comienzo de este análisis, con el fin de describir a la comunidad en cuestión. Hemos sostenido que, si de lo que se trata es conocer a esta comunidad tal cual está inserta en Uruguay, es preciso abordar la presencia ancestral de su cultura, la labor y el papel desempeñado por los primeros inmigrantes vascos, su relativamente rápida asimilación al medio y sus problemáticas actuales. El hecho fundamental es: ¿por qué contemplar la cultura vasca en nuestro país? A la hora de comenzar nuestro estudio partimos de una idea bastante sencilla: conocer a la comunidad por el simple hecho de conocer quiénes son los vascos. Con el paso del tiempo hemos comprendido _y nos han demostrado_ que son mucho más de lo que pensábamos en un principio. Hemos podido observarlos en sus prácticas cotidianas, compartir con ellos ciertas reuniones, conocer su manera de hacer y pensar las cosas y sobre todo comprender por qué hacen lo qué hacen. El hecho de sentirse, vivir y amar la cultura vasca (incluso

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

6. REFLEXIONES FINALES

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:49

Página 163

ESTUDIOS VASCOS

aquellos que no han nacido en esta zona de Europa) es verdaderamente un hecho muy singular, y esto es su auto identificación con un “ser vasco” construido en un imaginario colectivo. Una realidad es innegable ante nuestra visión: ellos han estado y continúan haciéndolo. Es preciso no olvidar que también son parte integrante de lo que popularmente conocemos como sociedad y “cultura” uruguaya. Nuestro deseo es de que este trabajo, lejos de agotar alguno de los temas aquí planteados, traiga consigo nuevas derivaciones y sirva como puntapié inicial de nuevas investigaciones.

7. BIBLIOGRAFÍA

1. Achugar, Hugo: “Veinte largos años. De una cultura nacional a un país fragmentado”, en 20 años de democracia, Editorial Taurus, Montevideo, 2005. 2. Anderson, Benedict: Comunidades imaginadas. Fondo de Cultura Económica. México, 1993. 3. Arin Ayphassorho, Jorge: Apellidos vascos en el Uruguay. Trabajo independiente, facilitado por el autor. 4. Azcona Pastor, José Manuel; Muru Ronda, Fernando: “Historia de la Emigración Vasca al Uruguay en el siglo XX”. Republica Oriental del Uruguay, Ministerio de Educación y Cultura – Archivo General de la Nación. Montevideo – 1996. 5. Comisión Directa de Inmigración. Informe anual de 1875, “Inmigración, colonización e intereses generales” por el gerente y secretario Lucio Rodríguez. República Oriental del Uruguay. 6. Cultura Vasca, Revista. Editorial Amorrortu, 1943 – Biblioteca Nacional, Sala Uruguay. 7. De Vos, George: Estratificación Social y Pluralismo Étnico. Instituto de Relaciones de Raza. 8. Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi. 2003. 9. Geertz, Clifford: La interpretación de las culturas. Editorial Gedisa, Barcelona 1992. 10. Gellner, Ernest: Naciones y nacionalismos. Editorial Alianza, Madrid, 1988. 11. Giménez, Gilberto: Identidades en Globalización. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. 12. La Revista de los vascos N°1: Publicación del Centro Haize Hegoa de Montevideo, 1994. 13. Mandressi, Rafael: “Inmigración y transculturación. Breve crítica del Uruguay endogámico”, en Uruguay hacia el siglo XXI, Editorial Trilce, Montevideo, 1993.

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

163

nº 31-Revista 14/12/09

14/12/09

09:50

Página 164

SANCHO EL SABIO

14. Marenales, Martha; Luzuriaga, Juan Carlos: Vascos en el Uruguay. Editorial Nuestra Tierra, Colección Nuestras Raíces N°4. Montevideo - 1990. 15. Muniz, Lucio: Uruguayos de raíz vasca. Edición del Centro Euskaro Español, Montevideo 1994. 16. Nuñez Astraín, Luis: La razón vasca. Editorial Txalaparta, Navarra, País Vasco – 1995. 17. Oiarzabal de Cuadra, Agustín M. & Pedro J.: La Identidad Vasca en el Mundo. Editorial Erroteta, UE, 2005. 18. Otaegui, Tomas: Los vascos en el Uruguay. Editorial Vasca EKIN, Buenos Aires – 1943. 19. PNUD. “La libertad cultural en el mundo diverso de hoy”. Índice de Desarrollo Humano 2004. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD 2004. 20. Porzecanski, Teresa: “Nuevos imaginarios de la identidad uruguaya: neoindigenismo y ejemplaridad”, en 20 años de democracia, Editorial Taurus, Montevideo, 2005. 21. Simmel, George: Cáp. VI “El cruce de los círculos sociales” En Sociología 2: Estudios sobre formas de socialización. Editorial Castilla. Madrid, 1977.

• • • • • • • •

Azurmendi, Mikel: “Multiculturalismo” en www.conoZe.com Bueno, Gustavo: “Etnocentrismo, relativismo y pluralismo cultural” en www.nodulo.org/ec Cobo, Rosa: “Multiculturalismo, democracia partidaria y participación política” Universidad de la Coruña, publicado en Revista Política y Sociedad, Nº 32, Madrid, 1999. Diario EL PAIS: Noticias varias. Uruguay. Molina Luque, Fidel Dr.: “Educación, Multiculturalismo e Identidad” – Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Lleida (España) Dpto. de Sociología. Muñoz, Blanca: “Sociología de la cultura de masas: globalización, cultura y neomarxismo” Universidad Carlos III, Madrid en www.cholonautas.edu.pe Noticias de Euskal Etxeak en www.euskalkultura.com Sitio Web de “Euskosare” en www.euskosare.com

164

Sancho el Sabio, 31, 2009, 139-164

ARTÍCULOS INTERNET

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.