Comunidad Mapuche

May 23, 2017 | Autor: Samara Flores | Categoría: Comunidad Andina, Pueblo mapuche, Psicologia Social Comunitaria
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Descripción

En los últimos 10 años se ha visto un incremento marcado en la degradación ambiental y pérdida de recursos naturales en la comunidad Mapuche ubicada en la región de la Araucanía al sur de la Cordillera de los Andes asociado a la inadecuada práctica de las actividades productivas y a la capacidad insuficiente de las instituciones en la resolución de los conflictos ambientales. Es decir se ha encontrado un decremento en la producción de alimentos base, tales como frutos rojos, avellana, frijol, mango, calabacita, papaya, maíz, papa, aguacate, lo cual se le puede atribuir a la falta de organización de los recursos, por lo que a través de la intervención se logró obtener huertos colectivos e individuales, es decir por familia, donde la comunidad se organizó para la producción de alimentos para su propio consumo, así como también para el trueque y la comercialización de los mismos. En la región en que se trabajó participaron alrededor de 1112 personas, entre ellos adultos mayores, adultos y algunos niños. Dentro de las estructuras de poder de la comunidad se identifican diferentes líderes por región. La intervención se realizó a través de una técnica, donde las personas que tenían habilidades y conocimientos, asesoraban a aquellos que tenían menos habilidades y experiencias en determinadas actividades.
Como punto de partida es indispensable saber que la intervención comunitaria que posee como objetivos principales el desarrollo comunitario, más que un momento de intervención; es un proceso continuo que avanza al ritmo de la misma comunidad. De tal forma, se deben de cumplir los siguientes pasos para que el proceso se desarrolle adecuadamente.
En primera instancia se delimita geográficamente la comunidad, o sea: se identifica a las personas con las que se trabajará, para así comenzar con el contacto a través de conversaciones casuales que permitirán a la comunidad sentirse cómodos y no invadidos, a su vez, la interacción investigador/a con la comunidad le permitirá involucrarse y ganarse la confianza de los/as participantes, lo cual es un punto clave para que la comunidad se involucre y participe activamente en el proceso de cambio comunitario, ya que sin participación, no hay desarrollo comunitario.
El hecho de que la comunidad se sienta cómodo con la presencia del investigador/a facilitará los siguientes momentos, como lo es el conocer las necesidades que la comunidad posee.
El discurso es un objeto de estudio dentro de las Ciencias Sociales que se encarga del uso cotidiano que de la lengua hacen los hablantes en situaciones determinadas (Van Dijk, 1997). De este modo, la totalidad de enunciados de una sociedad, bien sean orales o escritos, se convierte en objeto de estudio.
Escuchar lo que las personas tienen para decirnos ayuda al investigador/a a conocer y entender las diferentes interpretaciones de los estímulos de su entorno, qué valores le asigna a lo que percibe y cómo se relaciona en su contexto con base a eso, o en otras palabras: cómo es la realidad de las personas (Martín-Baró, 1990). Para hacer un buen análisis del contenido, se necesita más que escuchar, poner atención a la verbalización de los símbolos que nos provee la comunidad, por ejemplo, puedo conocer la urgencia de cierta situación identificando las veces que se emite la misma respuesta, comparando las opiniones de un mismo suceso en diferentes actores de la comunidad, conociendo diferentes experiencias ante un mismo hecho pero lo más importante: identificando qué emociones le atribuyen a cierto suceso
La resolución para el problema comunitario es a través de la metodología de la IAP (Investigación Acción Participativa), entendida esta como un enfoque social, caracterizada por buscar la plena participación de la comunidad en el análisis de la realidad, con el fin de promover su conocimiento y transformación sostenible en beneficio del ambiente en el cual esta se encuentra inmersa. Lo anterior tal y como lo describe Sadin (1993) es una actividad educativa, de investigación y de acción social.
Para intervenir en la comunidad, se sugieren una serie de fases que se pretenden llevar a cabo:
Tabla 1. Fases de investigación.
FASE
DESCRIPCIÓN

Caracterización de la población
Antes de interactuar con la comunidad, se debe de conocer un poco sobre la cultura, el cómo es la población, características sociodemográficas, si ha habido intervenciones previas y de ser así: de qué tipo.

Proceso de implicación
A pesar de que se caracteriza por el cuestionamiento que genere un momento crítico dentro de la comunidad, se puede realizar de manera natural, es decir, mediante una conversación. El proceso de implicación se da desde que te involucras con la comunidad, por ejemplo en las tareas comunes que practican para accionar y formar parte de.
Movilización comunitaria




Diseño de instrumentos/técnicas
Entrevista psicosocial:
Entrevista narrativa
Diálogo
Debate colectivo
Estrategia narrativa (relato de historias)
Más que un listado de técnicas ya existentes, se pretende accionar con la comunidad de manera creativa, explotando la diversidad de habilidades tanto de la comunidad como de los/as investigadores, es decir, adecuar posibles instrumentos/técnicas a la particularidad de la comunidad e innovar formas de trabajo, un ejemplo podría ser a través de la expresión artística, psicodrama, fotografía etc.
Evaluación
Análisis del discursivo
Reestructuración de las redes de poder.
Fortalecimiento de la comunidad
Asamblea mensual
Resultado de los huertos colectivos e individuales.

Conclusión
La intervención en psicología comunitaria es una oportunidad para conocer más allá de lo la normatividad al momento de la intervención, que se necesita de creatividad para adaptarte y sacar adelante la intervención, en particular con los métodos y los recursos con los que cuente la comunidad. Es un proceso que va acompañado de las experiencias personales de la comunidad y que se consigue cuando el psicólogo logra ser profesional teniendo la apertura a lo que las personas nos ofrecen, siendo ellos mismos quienes nos introduzcan y nos hagan participes de su comunidad.
Van Dijk, T. (comp.). (1997). El discurso como estructura y proceso. Barcelona: Gedisa, 2003.
Martín-Baró, I. (1990). La encuesta de opinión pública como instrumento desideologizador. Revista de Psicologia de El Salvador, 9(35), 9-22.
Sadin, M. (2003). Investigación cualitativa en educación. Madrid, España : McGraw-Hill, p. 172.





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