Comunicación pública de la ciencia, tecnología e innovación- Informe país Argentina- BID (C. Aggio y M.P. Sosa)

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Descripción

COMUNICACIÓN PÚBLICA DE LA CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN

INFORME PAÍS ARGENTINA.

Carlos Aggio y Martín Sosa Agosto 2012

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Índice de Contenidos página Agradecimientos

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Presentación

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Parte I Percepción y Valoración de la Ciencia, Tecnología e Innovación en Argentina (Gobierno, Sociedad y Empresas)

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I.1. La ciencia, tecnología e innovación como política de Estado

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I.2. La percepción de los argentinos sobre la investigación científica en el país

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I.3 Percepción y valoración que el sector productivo-empresarial tienen de la importancia de la tecnología y la innovación en su competitividad

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Parte II: Comunicación de la Ciencia, Tecnología e Innovación

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II.1 Grado de cobertura que los medios de comunicación de alcance nacional otorgan a temáticas relacionadas con la CTI

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II.1.1 Oferta informativa sobre ciencia y tecnología en los diarios argentinos

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II.1.2 La televisión

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II.2. La política de comunicación del MINCyT

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II.2.1. Área de Prensa y Difusión

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II.2.2. Dirección de Promoción y Cultura Científica

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II.2.3. Unidad de Promoción Institucional de la Agencia

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II.2.4. Programa Nacional de Ciencia, Tecnología y Educación

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II.2.5. TECNOPOLIS 2011. Parque del Bicentenario, Ciencia, Tecnología y Arte

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II.2.6. TEC TV

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Parte III Conclusiones y Sugerencias

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III.1 Grado de cobertura en los medios de comunicación

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III.2 Políticas de comunicación del MINCyT

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III.3 Impacto

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Referencias

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Anexo I. Listado de Informantes Calificados

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Anexo II. Análisis de grillas de programación canales de aire

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Anexo III. Portadas de los principales diarios el día posterior a la inauguración de la Feria TECNOPOLIS 2012

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Abreviaturas ACT AI ANLIS APTRA CABA CCT CICYT CIF CITEFA CNDC COFECYT CONAE CONICET CTI CyT CYTED EJC ENDEI ENI FONTAR GACTEC I+D INA INDEC INET INIDEP INTA INTI LAMAC MINCYT OCT OECD OEI ONCTIP ONG PEA PEI PyMES RICYT SACT SECyT SEGEMAR SEPP SEPYME TDA TICs UE UVT

Actividades Científico Tecnológicas Actividades de Innovación Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentina Ciudad Autónoma de Buenos Aires Centro Científico Tecnológico Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología Cost Insurance Freight (Costo, Seguro, Flete) Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas Comisión Nacional de Defensa de la Competencia Consejo Federal de Ciencia y Tecnología Comisión Nacional de Actividades Espaciales Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Ciencia, Tecnología e Innovación Ciencia y Tecnología Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Equivalente Jornada Completa Encuesta sobre dinámica de empleo e innovación Encuestas Nacionales de innovación Fondo Tecnológico Argentino Gabinete Científico Tecnológico Investigación y Desarrollo Instituto Nacional del Agua Instituto Nacional de Estadísticas y Censos Instituto Nacional de Educación Tecnológica Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Instituto Nacional de Tecnología Industrial Latin American Multichannel Advertising Council Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Organismos de Ciencia y Técnica Organization for Economic Co-operation and Development Organización de Estados Iberoamericanos Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Organización no Gubernamental Población Económicamente Activa Plan Estratégico Institucional Pequeñas y Medianas Empresas Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Secretaría de Articulación Científico-Tecnológica Secretaría de Ciencia y Tecnología Servicio Geológico Minero Argentino Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Secretaría PyME y Desarrollo Regional Televisión Digital Abierta Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Unidad Ejecutora Unidad de Vinculación Tecnológica

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Agradecimientos El presente estudio fue ideado por los autores conjuntamente con la coordinadora de la Cooperación Técnica Regional Yolanda Vaccaro y Juan José Llisterri quienes además proporcionaron comentarios en diferentes etapas del mismo. Los autores agradecen tanto estas valiosas contribuciones como las realizadas por los entrevistados/as eximiendo a todos de cualquier error u omisión que presente el texto.

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Presentación El presente estudio tiene tres objetivos. En primer lugar, se propone avanzar hacia un diagnóstico del grado de percepción y valoración pública y empresarial de la ciencia, tecnología e innovación (CTI) en la Argentina. En segundo lugar, dar una idea del grado de cobertura que tiene la temática en los medios de comunicación masivos nacionales (diarios y televisión) y hacer un relevamiento de las principales iniciativas comunicacionales impulsadas desde el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT). En tercer lugar, en base a la información relevada y analizada, identificar áreas de trabajo que podrían redundar en un fortalecimiento de la actual política de comunicación de CTI que lleva adelante el MINCyT y a partir de eso ampliar la cultura científica del país por un lado y mejorar percepción que tienen los empresarios de CTI por el otro. El trabajo se realizó en tres etapas entre los meses de mayo y julio de 2012. La primera etapa consistió en el relevamiento y revisión de estudios e información documentada relacionados a los temas centrales de la consultoría. En base a un análisis preliminar de ese material, se plantearon algunas hipótesis generales acerca del estado de situación de la comunicación de la CTI en Argentina que luego fueron volcadas a una pauta guía para realizar entrevistas a informantes calificados. Se confeccionó una lista de personas de diferentes ámbitos con el objetivo de conocer sus impresiones acerca del estado de la comunicación de la CTI en Argentina en general y sobre áreas de trabajo donde sería conveniente reforzar a futuro. En la segunda etapa se realizaron cerca de 20 entrevistas a referentes del ámbito académico, de los medios de comunicación, del sector empresarial y del gubernamental. Asimismo, se mantuvieron reuniones con diferentes áreas dentro del MINCyT para conocer las principales iniciativas comunicacionales que se vienen impulsando desde ese Ministerio. Los resultados de estas entrevistas han permitido tanto completar y ampliar el diagnóstico de la comunicación como esbozar ideas para trabajo futuro. Por último, en la tercera etapa, en base al trabajo previo, se redactó el presente informe. El documento está dividido en tres partes. La Parte I releva la evidencia acerca del grado de valoración y percepción que tienen de la CTI diferentes estamentos. En primer lugar, se determina la relevancia que tiene el área en la agenda de políticas públicas. La evidencia disponible refleja de manera inequívoca que la política científica tecnológica es una política de Estado donde la ciencia y tecnología (CyT) tiene un rol central como estrategia de crecimiento y desarrollo económico. En segundo lugar, a partir de la información secundaria disponible más actualizada, se provee una idea del grado de percepción que tienen de la CTI la sociedad en general por un lado y el sector productivo por el otro. En la Parte II se incluye el estado de situación de la comunicación de la de la CTI en la Argentina. Para ello se expone el grado de cobertura que hay de los temas de CTI en los medios masivos de comunicación (diarios y televisión) y se presenta el resultado de un relevamiento de las principales iniciativas comunicacionales que impulsa el MINCyT. Por último, en la Parte III se extraen las principales conclusiones y se dejan planteadas algunas sugerencias para trabajo futuro.

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PARTE I Percepción y valoración de la ciencia, tecnología e innovación en Argentina (Gobierno, Sociedad y Empresas)

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La Parte I está organizada en tres secciones destinadas a dar un diagnóstico del grado de percepción y valoración que tienen de la CTI los hacedores de política, la sociedad en general, y el sector empresarial. En la primera sección se expone el creciente protagonismo que viene teniendo el área de CTI dentro de la agenda de políticas públicas del país. Para ello se presentan los principales lineamientos de políticas, cambios institucionales relevantes y los logros obtenidos en los años recientes de gestión (fundamentalmente a partir de la creación el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva-MINCyT). La segunda y tercera sección, presenta el resultado del relevamiento y análisis de información secundaria sobre el grado y tipo de percepción que tienen de la CTI la sociedad en su conjunto y el sector productivo. La disponibilidad de información referida a cada una de estas dos „partes interesadas‟ difiere en su naturaleza, grado de adecuación a los objetivos del estudio y actualidad. El análisis de la percepción social de la ciencia se basa en la última, de las dos encuestas sobre percepción que se hicieron en la Argentina. Hasta tanto se publiquen los resultados de una tercera encuesta, que está en proceso de licitación y adjudicación, la información disponible permite dar una idea de la percepción y valoración social de la ciencia al año 2006. En lo que respecta a la percepción de los empresarios, ante la falta de instrumentos estadísticos que indaguen cuestiones de percepción, se optó por aproximarse a ésta a partir del análisis de la conducta tecnológica relevada en las encuestas nacionales de innovación (ENI). En base a un conjunto de indicadores orientados a medir el esfuerzo por innovar y a identificar los vínculos establecidos con instituciones públicas de CyT, ha sido posible sacar conclusiones preliminares sobre niveles de valoración existentes a mediados de la década pasada. El análisis de las fuentes de información secundaria mencionadas da una idea de la valoración que la sociedad y las empresas tenían de la CTI mediados de la década pasada. Esto significa que las mismas no reflejan el potencial impacto que han tenido sobre estas las políticas que el MINCyT viene implementando en pos de popularizar la ciencia, despertar vocaciones científicas entre los jóvenes y sensibilizar al sector productivo acerca de la necesidad de realizar esfuerzos innovadores para incrementar productividad y competitividad. Si bien el impacto preciso de las mencionadas políticas podrá ser evaluado recién a partir de la publicación de las nuevas encuestas de percepción, tanto la envergadura de los esfuerzos comunicacionales realizados en los últimos años (que serán descriptos en la Parte II de este informe) como los testimonios de los informantes claves entrevistados en el marco de este estudio dan evidencia que sugiere que se han producido cambios sustantivos en la valoración y percepción que hay de la CTI en la Argentina.

I.1. La ciencia, tecnología e innovación como política de Estado El papel clave de la generación de conocimiento y de la innovación para el desarrollo ha tenido creciente reconocimiento en los últimos años. Se ha revalorizado el rol de las políticas públicas para su promoción y se han jerarquizado las instituciones con incumbencia en ese campo. El aumento significativo del presupuesto público en investigación y desarrollo (I+D), la expansión y calificación de los recursos humanos y la creación del MINCyT son sólo algunos de los hechos que sirven para ilustrar estas tendencias. Esto ha ocurrido en el marco de un crecimiento económico sostenido y elevado desde 2003 luego que colapsara el llamado “esquema de convertibilidad” en 2001-, apuntalado por el pasaje hacia políticas de tipo de cambio competitivo y de estímulo a la demanda en un contexto mundial expansivo. El crecimiento económico apalancado por el cambio de régimen cambiario contribuyó positivamente al aumento del producto, la inversión, la generación de empleo y el incremento de las ventas externas; también sirvió de base para la adopción de un conjunto crecientemente ambicioso de políticas dirigidas a mejorar la inclusión y la equidad. De esta manera, se identificó la necesidad de apuntalar la sustentabilidad del proceso de 7

crecimiento a partir de la implementación de una estrategia productiva orientada al mejoramiento y agregación de valor de las actividades existentes y a la entrada en nuevas actividades de mayor productividad y complejidad tecnológica, es decir, más intensivas en conocimiento y efectos multiplicadores. En otras palabras, una estrategia que impulse la expansión de las actividades entendidas como de “alta tecnología” y, a la vez, la diversificación hacia actividades que suponen un mayor conocimiento incorporado en los sectores, cadenas productivas y otras formas ya existentes de articulación de la producción (MINCyT, 2012). La política científico tecnológica implementada en la Argentina a lo largo de los últimos años muestra de manera inequívoca que el área ha ganado un lugar central dentro de la agenda política públicas del país. Dada la diversidad y cantidad de iniciativas impulsadas, en lo que resta de esta sección se presentan solo algunas de las evidencias que permiten fundamentar esta afirmación.

I.1.1 El aumento de la inversión en actividades de ciencia y tecnología y ampliación de la base de los RRHH Luego de la profunda crisis política económica y social por la que atravesó la Argentina durante los año 2001-2002 y a partir del proceso de recuperación económica, los presupuestos para CTI aumentaron sostenidamente en paralelo a un proceso de fortalecimiento y jerarquización institucional. Desde 2003, el gobierno nacional viene impulsando a las actividades científico-tecnológicas (ACT) que se incrementaron en más del 500% en siete años. El nivel de gasto en ACT en el año 2010 superó por poco los $ 10.000 millones representando casi el 0,7% del PIB de ese año. Si bien el ambicioso objetivo de alcanzar el 1% del PIB fijado en el Plan Estratégico del Bicentenario no ha sido logrado, la tendencia reciente es auspiciosa. Gráfico 1. Gastos totales (públicos y privados) en actividades de ciencia y tecnología. Años seleccionados

Fuente: MINCYT (2011)

Dentro de esa dinámica de inversión, poco más de dos tercios (70%) corresponden al aporte del sector público, ya sea a través del gobierno nacional y los provinciales o de las universidades nacionales, lo que evidencia la dificultad de revertir la baja participación de los fondos privados que caracteriza al sistema argentino de CyT. Si bien ello da cuenta del compromiso público sostenido en apoyo de las actividades de CyT, marca también un área de intervención primordial, ya que en este rubro el país presenta un desempeño casi inverso al de los países desarrollados e, inclusive, inferior al de otros países de desarrollo intermedio. En lo que se refiere a política de recursos humanos del ámbito científico tecnológico, se observa que a partir del año 2003 se ha incorporado una cantidad creciente de personas a 8

la actividad. En el año 2007 se contabilizó un 41% más de investigadores equivalente jornada completa (EJC) respecto al 2003, y para el año 2010 el incremento acumulado ascendió a un 74%. De estos incrementos la mayor parte se debe al aumento en la cantidad de becarios de investigación.1 Este crecimiento en la incorporación de investigadores y becarios de investigación permitió incrementar en más de un 60% su relación con la Población Económicamente Activa (PEA). Gráfico 2. Evolución del número de investigadores EJC. Años seleccionados

Fuente: MINCYT (2011)

Asimismo, en relación a la política de recursos humanos, cabe destacar la experiencia y esfuerzo que se viene realizando en el marco del Programa RAICES (Red de argentinos investigadores y científicos en el exterior) que fue creado en el año 2000 y relanzado en el año 2003. El propósito de RAÍCES es fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas del país por medio del desarrollo de políticas de vinculación con investigadores argentinos residentes en el exterior, así como de acciones destinadas a promover la permanencia de investigadores en el país y el retorno de aquellos interesados en desarrollar sus actividades en la Argentina. En el año 2008 se sancionó la Ley 26.421 que establece que la repatriación y vinculación con científicos argentinos residentes en el exterior es política de Estado. Los resultados de esta política han dado lugar a que poco menos de 900 investigadores argentinos altamente calificados haya decidido regresar al país.

I.1.2 Fortalecimiento del CONICET y de Organismos de Ciencia y Tecnología (OCTs) descentralizados El proceso de recuperación institucional orientado a establecer un esfuerzo más integral y balanceado de apoyo a la CyT, ha sido puesto en marcha por el Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (CONICET), organismo vertebral del Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (SNCTI) del país por sus políticas de apoyo a la formación de investigadores y al desarrollo de investigaciones en áreas estratégicas. Luego de haber tenido diez presidentes en poco más de una década, el CONICET, comenzó una nueva gestión en 2002 que culminaría en 2008 luego de un proceso de ampliación y fortalecimiento institucional. A partir del 2003 fueron incorporados anualmente más de 1.000 becarios doctorales y posdoctorales. Se reabrió el ingreso a la carrera de investigador científico que había estado congelada desde mediados de la década del noventa, lo que habilitó la incorporación de un promedio de más de 350 investigadores por año. 1

Para el cálculo del número de personas EJC se utilizan coeficientes particulares según el tipo de entidad a la que pertenece cada investigador y becario para convertir la cantidad de cargos ocupados, de diferente dedicación, en un número de personas equivalente.

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Asimismo, en años recientes el CONICET ha puesto un énfasis creciente en el diseño e implementación de una nueva estrategia de organización de institutos y centros de servicios vinculados, los Centros Científicos Tecnológicos (CCT). Estos Centros, a la par de buscar integrar a la mayor cantidad de sus miembros en estas estructuras, han sido concebidos con el criterio de un modelo territorial descentralizador, como ámbitos institucionales de generación de iniciativas regionales y de representación local, de descentralización administrativa y de una instrumentación de políticas más eficiente y equitativa a nivel nacional. En la actualidad hay once CCT que operan con un perfil más orientado a la generación y difusión de tecnologías en sus zonas de inserción, prestando servicios y bienes públicos de apoyo. El fortalecimiento y mejoría presupuestaria alcanzó también a otros organismos descentralizados ejecutores de CyT. En este grupo se incluye al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) a quien se le estableció un presupuesto ligado al cobro del 0,5% del valor CIF de las importaciones lo que permitió un importante crecimiento presupuestario. La estabilidad institucional y financiera permitió que hacia fines del 2004 el organismo lanzara el Plan Estratégico Institucional (PEI) 2005-2015 que buscó entre otras cosas apoyar a la competitividad a la salud ambiental y la equidad social. Por su parte, la investigación nuclear también experimentó una reactivación. A partir del año 2006, en el marco de un aumento del interés por la actividad nuclear a nivel mundial, en el contexto de encarecimiento del precio de la energía, El poder ejecutivo decidió continuar con las actividades de diseño, construcción, puesta en marcha y operación de la Central Nuclear Atucha II cuya construcción había comenzado en 1981 y sufrido innumerables retrasos y cancelaciones.

I.1.3 Creación del MINCyT y fortalecimiento de la arquitectura institucional En el año 2007 en la búsqueda de una mayor integración y coordinación del SNCTI se crea el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva, dando lugar a un proceso de “jerarquización y mayor institucionalización” de la política de CTI. La decisión de ascender a rango ministerial a la por entonces Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) fue celebrada por la propia comunidad científica como un indicador del otorgamiento de mayor prioridad política la actividad científica. En cuanto a la organización institucional, supuso la separación de la política universitaria de la investigación científica. La creación del MINCyT, entre otras cosas trajo una reorientación de criterios y modalidades de intervención pública que implicaron capitalizar las lecciones y enseñanzas de la trayectoria de los años previos y se expresa en tres tendencias principales: a) el mayor énfasis otorgado a una lógica más sistémica de impulso a la innovación, matizando la prioridad asignada previamente al fortalecimiento de la CyT y buscando una mayor complementariedad entre ambas dimensiones; b) la profundización del viraje desde políticas horizontales hacia políticas más focalizadas; y c) el tránsito gradual de modalidades de apoyo dirigidas a actores (firmas o instituciones) individuales a otras con eje en formas asociativas de distinto tipo (consorcios, cadenas de valor, etc.). Este redireccionamiento de la lógica de intervención responde a la necesidad del Ministerio de adecuar sus objetivos estratégicos y esquemas de políticas a los rasgos particulares del contexto en el que opera en particular la relevancia creciente del cambio tecnológico y la innovación para la competitividad internacional y la necesidad de mejorar el perfil de una estructura productiva local y a la conveniencia de un abordaje sistémico con vistas a potenciar la efectividad de las políticas de CTI. Vale la pena puntualizar algunas iniciativas recientes para ilustrar estas tendencias. En lo que hace al fortalecimiento del SNCTI, en particular la mayor articulación y consistencia del conjunto de políticas de CTI y de sus instancias de aplicación, el Ministerio ha puesto el 10

acento en vigorizar los ámbitos y procedimientos ya existentes de conectividad y de coordinación horizontal de políticas y prioridades en CTI dentro del aparato gubernamental a través del GACTEC, de homogeneización de procedimientos, instrumentos y estándares a cargo del CICYT, y de coordinación de las intervenciones a nivel federal a cargo del COFECYT. También ha buscado desarrollar una nueva institucionalidad dentro del propio Ministerio por medio de la creación de dos Secretarías, la de Articulación CientíficoTecnológica (SACT) y la de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (SEPP). La primera tiene a su cargo, entre otras funciones, reforzar los procesos de cooperación y coordinación en el sistema, en particular entre los organismos de ciencia y técnica (OCT) e investigación, contribuyendo así a la alineación de intereses y a la optimización del empleo de los recursos existentes. La segunda está dedicada a la formulación de políticas, la planificación del uso del conocimiento y la tecnología para atender problemas sectoriales y sociales, la generación de espacios de interacción entre la investigación científica y la innovación y el apoyo a la asociatividad (tanto público-privada como entre los agentes privados) para mejorar la competitividad y el desarrollo social, entre otras atribuciones. I.1.4 Compromiso de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo A la evidencia que hasta aquí muestra la voluntad política de otorgarle a la CTI un lugar central dentro de la agenda de políticas públicas se le puede agregar la importancia que la Jefa de Estado otorga al tema en diferentes ámbitos públicos. Un entrevistado del sector privado señaló „la principal comunicadora de la CTI en el mundo empresario es la Presidenta de la Nación. El 90% del tiempo que pasa con los empresarios habla de este tema, los insta a innovar y el tema termina permeando por comunicación y/o por interés. El segundo comunicador ha sido el Ministro Barañao. De este modo, parece que no es posible analizar el estado de situación de la CTI en el país sin tener en cuenta el liderazgo ejercidi por la autoridad máxima del Poder Ejecutivo en el tema. Estas acciones logran instalar el tema y contribuyen a generar condiciones propicias para implementar otras iniciativas comunicacionales más focalizadas. Recuadro 1. Fragmentos de discursos pronunciados por la Sra. Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner en ocasión de diversos actos relacionados con la CTI El conocimiento ocupa en nuestro gobierno y en nuestro proyecto un lugar fundamental. No se trata de un conocimiento aislado, que no interactúa con la sociedad; al contrario, es un conocimiento, una ciencia y una tecnología que interactúan con la comunidad, con la economía, con la salud, para precisamente a través de la innovación tecnológica lograr agregar valor y conocimiento a nuestra economía. (1) Además de ser excelentes productores de materias primas tenemos que ponerle a toda esa materia prima mucha ciencia, mucha innovación, mucha tecnología, mucha articulación entre el sector privado y nuestras universidades, porque eso es lo que hacen todos los países desarrollados del mundo para agregar valor. La unidad del conocimiento con la economía es el rasgo distintivo que le queremos imprimir al crecimiento del Tercer Centenario en la República Argentina, y estoy segura de que lo vamos a hacer. (2) En el imaginario colectivo, la ciencia era vista como algo lejano, algo que no tenía que ver con la vida cotidiana de las personas. Nosotros estamos cambiando ese paradigma, porque hemos comenzado a vincular en los hechos -en la práctica, con recursos, con resultados- a la ciencia con el crecimiento económico y con el desarrollo de la industrialización de nuestro país. (3) Tenemos que generar muchos científicos que creen valor agregado para nuestro país y ayuden a que los procesos productivos se tornen más competitivos. Hoy el CONICET tiene más de seis mil investigadores y lo hemos revalorizado con recursos; no se revaloriza únicamente con palabras y reconocimiento, sino que el Estado tiene que asignar recursos. Esa es la verdadera medida de la importancia que el Estado le asigna a un sector que para nosotros es fundamental para el desarrollo y para el crecimiento del país. (3) Antes, por falta de incentivos, los jóvenes no se acercaban a la ciencia y la tecnología y, entonces, se iba produciendo el envejecimiento de nuestra planta de científicos. Nosotros necesitamos renovar e interesar cada vez más a mayor cantidad de jóvenes para que ingresen a nuestros institutos de ciencia y tecnología y a nuestras escuelas técnicas. Sepan que van a contar siempre con mi apoyo y que nosotros, los argentinos, estamos muy orgullosos de todos ustedes y queremos que sigan trabajando. También queremos seguir

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apoyando a todos aquellos sectores, a todas aquellas ONGs, a todas aquellas personas que en términos individuales contribuyen a generar conocimiento, conocimiento argentino. (3) Argentina ha tomado un camino que no piensa abandonar y que quiere profundizar cada vez más porque no queremos seguir siendo consumidores de ciencia y tecnología, sino productores de ciencia y tecnología”(…) quiero aclarar que ciencia y tecnología se ha convertido en una política de Estado, junto a los derechos humanos y junto al crecimiento con inclusión social, tres banderas que agitamos muy orgullosamente los argentinos como logros (4) Fuentes:(1) Discurso de inauguración del Polo Científico Tecnológico, 6 de octubre de 2011. (2) Discurso en la celebración de los 25 años de la creación del CIN, 3 de agosto de 2011. (3) Discurso en el acto de inauguración del edificio anexo del Instituto Leloir, 22 de junio de 2011. (4) Discurso en el Simposio “Fronteras en Biociencia”, en el Polo Científico Tecnológico.

I.2. La percepción de los argentinos sobre la CTI Una sociedad con una visión positiva y comprometida ante los cambios tecnológicos promueve la capacidad de innovación de un país. Por el contrario, una sociedad poco desarrollada tecnológicamente y con escasa cultura científico técnica puede convertirse en barrera infranqueable en los procesos de innovación. Por lo tanto, para los países que quiere llevar a cabo políticas de fomento de la innovación es fundamental que las políticas públicas y las regulaciones en materia de CTI, no solo cuenten con la aceptación y participación social de sectores y grupos relevantes sino de la sociedad en su conjunto. Ahora bien, el provecho que la sociedad pueda extraer de las potencialidades que le ofrece la investigación científica y el desarrollo tecnológico está mediado en varios sentidos por la percepción y, más ampliamente hablando, la cultura científica que distintos sectores de la población tengan sobre la utilidad de la CyT para el crecimiento económico, social y cultural. En términos generales, el concepto de percepción pública remite al proceso y mecanismos de comunicación social y al impacto de éstos sobre la formación de contenidos y actitudes y expectativitas de los miembros de la sociedad sobre la CyT. Por cultura científica, suele entenderse al conjunto de aspectos simbólicos, valorativos, cognitivos y actitudinales de los miembros de la sociedad –en términos generales miembros no provistos de capacidades profesionales científicas y tecnológicas- sobe la función de la CyT, la importancia y beneficios de su actividad, y el manejo económico y político de sus recursos. En otras palabras, la percepción que tienen los habitantes del país sobre los temores y esperanzas que ofrece la ciencia y los objetivos que deberían orientarla. El conocimiento de estos aspectos de la sociedad contemporánea es estratégico para reforzar la legitimidad y consecuentemente el apoyo a la actividad científico tecnológica. De este modo, asegurar la compresión del conocimiento científico y sus beneficios por parte de la población redunda en el apoyo que indudablemente necesita la ciencia. Esta situación ha ido generando que la opinión ciudadana tenga mayor peso como objeto de atención de las políticas públicas de CTI. En respuesta a esto, en Argentina, a fines del año 2003 el ONCTIP aplicó la primera encuesta nacional de percepción social de la ciencia este tipo en el país. Los resultados de la encuesta revelaron que los argentinos tenían una visión más bien positiva del papel de la CyT para la sociedad, aunque estos temas le eran ajenos y no formaban parte de sus preferencias de consumo informativo. Dos años después del primer relevamiento, la SECyT aplicó la segunda encuesta nacional de percepción social de la ciencia (SECyT, 2006a). Este nuevo operativo buscaba registrar cambios y evoluciones en la cultura científica e indagar sobre dos temas específicos: la percepción que la sociedad tiene de las tecnologías aplicadas para la generación de energía nuclear y sobre la TICs y la industria del software. Hasta tanto no se publiquen los resultados de la tercera encuesta que la SePP está impulsando para el presente año, la encuesta realizada en el año 2006 es la más actualizada disponible. De este modo, en lo que sigue de este apartado se resumen los resultados más relevantes que surgen de la misma para los objetivos del presente estudio. 12

Aspectos metodológicos Los principales aspectos metodológicos de la encuesta se presentan en el cuadro 1 y son similares al de la encuesta anterior. Ambas se han aplicado a muestras representativas de la población adulta urbana en cinco regiones geográficas del país, con la diferencia que el tamaño de muestra de la encuesta del 2006 es mayor, y se realizó en un mayor número de localidades. Se realizaron entrevistas personales en base a un cuestionario semi cerrado con un margen de error en ambos casos de un ±2.5%, para un nivel de confianza del 95%. Cuadro 1. Información básica de la segunda encuesta nacionales de percepción social de la ciencia Características Año de ejecución Técnica de aplicación Cobertura Regional Institución Responsable Tamaño de Muestra Selección de la Muestra

Principales ejes de indagación

2006 Entrevista personal sobre la base de un cuestionario semi cerrado 21 ciudades con más de 10.000 , distribuidas en las cinco regiones geográficas del país (AMBA, Pampa, Norte, Cuyo y Patagonia) ONCTIP 1.936 Muestra nacional aleatoria estratificada por región, sexo y edad, estadísticamente representativa de la población adulta urbana  Hábitos informativos  Consumo de información de CyT  La valoración de la profesión de científico y su credibilidad  La percepción sobre la investigación científica en la Argentina  Percepción sobre la producción de energía nuclear  La percepción sobre la industria del software

Fuente: SECYT (2006a)

Hábitos informativos En base al análisis de los hábitos informativos (TV, diarios e internet) en un día típico es posible afirmar que la amplia mayoría de los argentinos no tiene incorporado el hábito de informarse sobre temas de actualidad científica, los cuales reciben la atención de una parte minoritaria de la audiencia, fundamentalmente de personas con niveles de escolaridad más bien altos. La utilización de la televisión como fuente de información o entretenimientos es un hábito cultural muy extendido. En términos absolutos se puede decir que nueve de cada diez personas tiene el hábito de mirar televisión en un día típico (incluye TV abierta y por suscripción de cable o satelital). Casi el 60% lo hace entre dos y tres horas por día, un 20% cuatro horas o más, y casi el 20% restante una hora o menos. Los programas de actualidad científica son el octavo género televisivo más visto detrás los programas de noticias, entretenimiento, deportes, telenovelas, espectáculos, cultura y actualidad política (Gráfico 3) Gráfico 3. Tipos de programas de televisión preferidos por la audiencia (%)

Fuente: SECyT (2006a), Gráfico 1

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La actualidad científica, acorde a los datos esperados, recibe una atención más bien marginal (los televidentes de esos programas representan tan solo el 7.5% de la muestra). Sin embargo, al momento de realizar la encuesta la programación de ciencia prácticamente no existía en los canales de aire, con lo cual se podría afirmar que el consumo era bajo porque también la oferta lo era. Tal como se describe en la Parte II de este documento, la oferta de programas de televisión relacionados a temas de CTI se ha incrementado en cantidad y calidad en los últimos años. En función de esto, sería interesante indagar sobre este aspecto en las encuestas de percepción a realizarse en el futuro Cuadro 2 Cantidad de televidentes de programas de actualidad científica (AC) por sexo y en porcentajes. Sexo

Nº de televidentes de programas de AC

Total muestra

% del total

Masculino

84

968

8,7%

Femenino

61

968

6,3%

145

1936

7,5%

Total

Fuente: Elaboración propia en base a la Tabla 1 del Anexo estadístico y Tabla 2 del Anexo metodológico

A diferencia del acceso masivo a la televisión, los datos de la encuesta indican que en promedio casi un 40% de los adultos argentinos no tiene el hábito de leer el diario, lo que se da de una forma mucho más acentuada entre las personas con menor nivel de ingresos y es considerablemente menos visible entre quienes tienen una mejor posición económica. La mitad de quienes leen el diario están acostumbrados a hacerlo una o dos veces por semana, un 10% dice leerlo tres veces a la semana o más y, finalmente, un 16% asegura leer el diario todos los días, principalmente los adultos y los adultos-mayores. En términos absolutos, Clarín es el principal diario que leen los argentinos encuestados. Esto era esperable en la medida en que se trata del grupo periodístico que domina el mercado de los diarios, teniendo el mayor volumen de venta y circulación, esto último según los datos proporcionados por el Instituto Verificador de Circulaciones (IVIC, INDEC). La Nación (Buenos Aires), La Capital (Rosario), y La Gaceta (Tucumán), en ese orden, son los otros diarios más leídos, aunque con una frecuencia de lectura muy inferior a la observada para el caso de Clarín En lo que respecta a preferencias, las noticias de información general son las más elegidas por los lectores. Si se suman los deportes, la política nacional y los policiales, en ese orden, se obtiene un panorama que equivale a poco más del 60% de las secciones o tipo de noticias más leídas (Gráfico 4). Al igual que sucede con la televisión, las noticias científicas (en este caso junto a las de arte y cultura) se ubican entre las de menor lectura, elegidas básicamente por las personas de mayor escolarización, siendo en mayor medida, en términos proporcionales, mujeres adultas. Gráfico 4. Secciones del diario o tipo de noticias que se leen (en %)

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Fuente: SECyT (2006) Gráfico 2.

La valoración de la profesión de científico y su credibilidad como fuente de información Partiendo de entender a la educación como un valor esencial para el acceso al conocimiento, la calidad de vida y la movilidad social, surge la necesidad de lograr que los niños y jóvenes valoren las vocaciones y profesiones científicas y tecnológicas de modo que sean capaces de dotar de recursos humanos idóneos y preparados a una sociedad que debería apoyarse en la innovación y el conocimiento. De este modo, la encuesta se propone captar el imaginario sobre la figura del científico, así como examinar la confianza y el prestigio relativo otorgado a esta profesión en relación a otras profesiones, e identificar en qué medida la sociedad percibe que la investigación es una salida profesional posible para los jóvenes. El cuadro 3 sintetiza los resultados sobre estos aspectos y muestra que los argentinos resaltan el prestigio social (y la confianza) de la profesión de científico. También se observa que a grandes rasgos consideran que los científicos tienen un trabajo estimulante. Sin embargo, la mayoría de los encuestados piensa que está "mal remunerada" económicamente (62,5%). En la misma dirección es considerada de poco atractivo para los jóvenes (siendo éstos a su vez quienes más adhieren a esta opinión). Cuadro 3. Valoraciones sobre la profesión de científico La profesión de científico es… Muy o bastante prestigiosa Poco o nada prestigiosa Ns/Nc Total Bien remunerada económicamente Mal remunerada económicamente Ns/Nc Total

% del total 73,3 23,8 2,9 100 17,8 62,5 19,7 100

Muy atractiva para los jóvenes 36,4 Poco atractiva para los jóvenes 56,2 Ns/Nc 7,4 Total 100 Fuente: Elaboración Propia en base SECyT (2006a) Tablas 10 y 14

Si se tiene en cuenta que el logro de una economía basada en el conocimiento requiere inexorablemente de recursos humanos calificados, se hace necesario trabajar para que las 15

carreras se conviertan en atractivas. Al respecto, se vienen implementando políticas orientadas a incentivar el interés de los jóvenes por las ciencias y contar con profesionales que satisfagan la demanda de industrias con crecimientos exponenciales como el software, o campos como la nanotecnología y la biotecnología (Barañao, 2012). Asimismo, tal como se verá en la Parte II de este estudio, hay un componente comunicacional muy importante orientado a despertar vocaciones científicas en las nuevas generaciones.

La percepción sobre la investigación científica en la Argentina Ante la pregunta sobre las áreas donde perciben que el país se destaca, los encuestados señalan a los deportes, la agricultura y la ganadería como las que más se destacan en el país, lo que coincide con el imaginario histórico acerca de ámbitos donde la Argentina ha tenido siempre algún papel protagónico. En tercer lugar, aunque visiblemente alejada, se ubica la salud, que probablemente en otro período hubiera tenido una opinión más favorable, al igual que la educación. La investigación científica en este cuadro de situación queda en una posición intermedia, con percepciones encontradas. De cada diez argentinos hay cinco que señalan que se trata de un área de poca o ninguna relevancia, pero cuatro que opinan lo contrario. Un cruce de las respuestas por nivel educativo alcanzado, agrupando las categorías "mucho" y "bastante", por un lado, y "poco" y "nada", por otro, permite apreciar que ésta es una de esas preguntas donde la capacidad de brindar una respuesta está fuertemente condicionada por la educación. Para las personas menos formadas la investigación científica, es un tema todavía ajeno en términos de información y de categorías del imaginario social. Uno de los objetivos específicos del estudio de 2006 consistía en registrar si en el lapso de tiempo transcurrido había aumentado o no el reconocimiento de las instituciones científicas y tecnológicas locales. Los resultados mostraron que la tendencia general seguía siendo la misma: seis de cada diez argentinos no mencionan ninguna institución de investigación nacional. Sin embargo, el tiempo transcurrido entre las encuestas fue relativamente corto y las iniciativas de comunicación no tuvieron la envergadura que tienen en la actualidad. Por este motivo, sería esperable que es este indicador en particular registre un cambio más significativo en la próxima encuesta. Gráfico 5. Conocimiento de instituciones científicas argentinas

Fuente: SECyT (2006) Gráfico 28.

Valoración del esfuerzo público de investigación En el año 2003, la sociedad percibía que las instituciones que más recursos financieros aportaban para hacer ciencia en la Argentina, eran fundaciones privadas y organizaciones extranjeras. Este hallazgo no se correspondía con las estimaciones que muestran que el sector público explica más de dos terceras partes del total de gasto en ciencia y tecnología 16

del país (RICYT, 2009). En el período transcurrido entre las dos encuestas se llevaron adelante diferentes iniciativas dirigidas a fortalecer a las instituciones de CyT y a mostrar públicamente el resultado de estas acciones. Estas se vieron reflejadas en las respuestas obtenidas en la segunda encuesta. Si bien las fundaciones privadas mantuvieron un lugar importante un lugar importante, la visibilidad del gobierno como promotor de la CyT creció al punto de tomar un papel protagónico y convertirse en el principal referente del fomento de la CyT local Esto supone una modificación importante en la percepción social. Se podría suponer que este cambio de opinión responde en alguna medida a un contexto político y económico diferente de aquel de 2003, donde la figura del Estado ha cobrado mayor protagonismo, y acaso a una mayor presencia de los temas científicos y tecnológicos en el discurso social y mediático Por último, se presentan cifras referidas a la percepción de la utilidad general que tiene la ciencia desarrollada en el país y la utilidad para el sector productivo. Sobre lo primero, la información es inequívocamente positiva. La amplia mayoría de la sociedad percibe que la investigación es útil (84%). Actitud atribuida a la predisposición de los argentinos a sentirse optimistas respecto a los beneficios que la ciencia y la tecnología suponen para la sociedad. En lo que respecta al vínculo ciencia e industria, de la primera encuesta, la segunda no lo pregunta, se desprende que cerca de la mitad de los encuestados considera que las empresas utilizan los resultados de las investigaciones locales. Sin embargo, una cuarta parte no tiene una opinión formada y cerca del 30% sostiene que lo que se investiga no termina derramando en el sector productivo (gráfico 6). Gráfico 6. Las empresas utilizan los resultados obtenidos por tecnólogos e investigadores argentinos (en %)

Ns/Nc; 22%

SI; 48%

NO; 30%

Fuente: SECyT (2004) Gráfico 27.

A modo de resumen, los datos arrojados por la encuesta publicada en 2006, indican que:   

 

La amplia mayoría de los argentinos no tiene incorporado el hábito de informarse sobre temas de actualidad científica La mayor parte de quienes son consumidores de actualidad científica a través de los diarios hacen una valoración positiva de la calidad periodística. Los científicos que trabajan en las universidades detentan la mayor credibilidad como fuentes de información cuando los resultados de la investigación científica y el desarrollo de las tecnologías son polémicos, seguidos de los médicos (la profesión más prestigiosa para la sociedad), y los científicos del ámbito empresarial. Los científicos están entre las tres profesiones consideradas más prestigiosas De cada diez argentinos hay cinco que piensan que se trata de un área de poca o ninguna relevancia, pero cuatro que opinan lo contrario.

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 

 



El conocimiento de instituciones científicas es bajo: seis de cada diez argentinos no conoce ninguna institución de investigación nacional. En la encuesta de 2003 los argentinos creían que el sector privado era el principal soporte financiero de la investigación científica en el país. En la encuesta 2006 las fundaciones privadas seguían teniendo un lugar importante, aunque menos destacado dado que creció la visibilidad del gobierno que se convirtió en el principal referente del fomento de la CyT. La amplia mayoría de la sociedad (ocho de cada diez) sigue apoyando la idea de que los recursos públicos para investigación científica y desarrollo tecnológico tienen que aumentar en lo inmediato. La mayor parte de los argentinos (85% en promedio) piensa que el país no le ofrece a los científicos condiciones adecuadas de inserción institucional, salarios suficientes, ni infraestructura y recursos propicios para asegurar su permanencia en las instituciones locales de ciencia y tecnología. Poco más de siete de cada diez personas considera que el gobierno tendría que dar ayuda económica a los jóvenes que pretenden hacer estudios de posgrado en el exterior..

Dicho esto, en la Parte II de este documento se presenta evidencia que sugiere que los resultados de esta encuesta no representarían el grado de percepción actual que tiene la sociedad argentina de la ciencia. Si bien es cierto que los cambios de percepción no se producen en períodos cortos de tiempo, tanto las políticas de CTI que se vienen implementando como las iniciativas comunicacionales públicas y privadas hacen aún más necesaria la realización de una nueva encuesta nacional orientada a medir la percepción social de la ciencia que de cuenta del impacto de las políticas públicas del área. De acuerdo a informantes calificados que trabajan en los medios, la sociedad en general muestra una mayor apertura e interés a recibir noticias relacionadas a la CTI. Parte del mayor interés surge porque desde los medios se están haciendo esfuerzos por presentar les temas de modo diferente. En este sentido, sería aconsejable que la SePP pueda definir en un futuro inmediato el lanzamiento de la nueva encuesta que actualmente está en proceso de licitación. La evidencia que surja de ese ejercicio permitirá informar y orientar las futuras políticas comunicacionales del área.

I.3. Percepción y valoración que el sector productivo-empresarial tienen de la importancia de la tecnología y la innovación en su competitividad En la denominada “sociedad del conocimiento” la producción de saber científico tecnológico, su incorporación a los procesos productivos y la innovación son factores decisivos para el crecimiento de mediano y largo plazo. El conocimiento incorporado y la innovación en productos y procesos, como asimismo en prácticas organizacionales, institucionales y de gestión, favorecen los incrementos sistemáticos de productividad y, por ende, la competitividad de largo plazo requerida para una inserción internacional viable en un contexto global cada vez más incierto. En este sentido, una amplia evidencia empírica muestra que existe una correlación altamente positiva entre la inversión en I+D y la rápida expansión económica. A nivel microeconómico, las encuestas de innovación y conducta tecnológica realizadas en la Argentina ofrecen una buena base de información para explorar distintos comportamientos de las empresas industriales en materia de cambio tecnológico y organizacional. Si bien en estos operativos no se pregunta de manera explícita a los empresarios sobre cuál es la percepción que estos tiene del rol efectivo y potencial que tiene la CyT en la competitividad de las firmas, es posible realizar inferencias a partir de

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preguntas e indicadores relacionados2. En efecto, es posible inferir que aquellas empresas que realizan actividades o invierten recursos financieros y humanos en innovación tienen una percepción y/o valoración positiva de la CyT. Realizan estos esfuerzos con la expectativa de obtener beneficios en términos de incrementos de las ventas, productividad, participación en el mercado, inserción internacional y/o rentabilidad. Asimismo, si bien resulta difícil afirmar de manera taxativa que las firmas que no han implementado actividades de innovación posean una percepción neutra (o incluso negativa) acerca del impacto potencial que puede tener la CyT en su competitividad, la ausencia de inversiones en el área refleja que otros aspectos han sido priorizados y o que les ha faltado financiamiento para eso. Es por eso que resulta interesante intentar analizar con más profundidad cual es la percepción actual que las empresas tienen de la CTI de modo de sacar alguna conclusión sobre cómo se podrían sensibilizar para que mejoren la percepción que tienen del rol potencial que la CTI tiene sobre su competitividad, y en segundo lugar pensar en cómo fomentarlas a implementar actividades de innovación. En esta sección, a partir del análisis de diferentes encuestas, se presenta evidencia que sugiere el grado de percepción que tiene el sector productivo sobre la importancia de la CTI en la competitividad empresarial. El diagnóstico que surge de las fuentes de información secundaria, ha servido para orientar las preguntas realizadas a representantes del sector privado que permitieron completar el análisis en dos sentidos. Por un lado, verificar en qué medida este diagnóstico está vigente luego del paso de los años desde la última encuesta. Por el otro, indagar acerca de la percepción que tiene sobre la CTI las empresas que no invierten en innovación y cuáles son los móviles que podrían sensibilizarlas. Grado de percepción de la CTI a través de las conductas empresariales Durante los últimos quince años se han hecho esfuerzos considerables por captar, procesar y analizar información confiable que dé cuenta de la evolución y características que asumen en contextos diversos los procesos de innovación tecnológica (Lugones, y otros, 2007). En Argentina, la información disponible surge de „tres rondas‟ de encuestas realizadas en los últimos años (cuadro 4). Las mismas han sido diseñadas siguiendo los lineamientos metodológicos sugeridos por los manuales de Oslo y Bogotá (OECD, 1997 y RICYT, 2001) que aseguran la comparabilidad internacional de sus resultados. Cuadro 4. Información básica de las ENI disponibles en Argentina Año de ejecución Período de referencia Sector Institución Responsable Tamaño de las firmas

Primera Ronda 1997 1992-1996 Industrial INDEC - SECyT

Segunda Ronda 2002 1998-2001 Industrial INDEC - SECyT

Tercera Ronda 2005 2002-2004 Industrial INDEC – SECyT Más de 10 ocupados

Fuente: Peirano (2007)

La encuesta de innovación y conducta tecnológica realizada en el año 2005 ofrece la base de información para aproximarse al estudio de la percepción de la CTI por parte de las empresas. Esta encuesta, además de referirse a un período de referencia desactualizado, presenta otras dos limitaciones que deben ser tenidas en cuenta. En primer lugar solo cubre

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Actualmente, el MINCyT está trabajando sobre una nueva encuesta sobre dinámica de empleo e innovación (ENDEI). Al momento de escribir este informe, la Subsecretaría a cargo de la encuesta estaba recibiendo las propuestas técnicas y ofertas financieras de un grupo reducido de instituciones preseleccionadas que serán evaluadas a lo largo del mes de junio. Si bien esta encuesta contempla la inclusión de un conjunto de preguntas orientado a conocer la valoración que hacen las empresas de la innovación como instrumento de competitividad, los resultados no estarán disponibles para ser utilizados en este estudio.

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el sector industrial y en segundo lugar la muestra está sesgada hacia empresas de mayor tamaño relativo (se tomó una muestra sobre empresas de más diez ocupados La investigación y desarrollo y las actividades de innovación (AI) como proxy de percepción Tal como se mencionó anteriormente, las encuestas disponibles no preguntan de modo directo a los empresarios acerca de su percepción y valoración de la CTI como herramienta de competitividad. Sin embargo, hay un conjunto de preguntas incluidas para dimensionar los esfuerzos que las firmas hacen por innovar que reflejan diferentes grados de valoración de la CTI. Estas preguntas están orientadas a captar las actividades de innovación (AI) entendidas como todas las decisiones y desarrollos científicos, tecnológicos, organizacionales, financieros y comerciales que se llevan a cabo al interior de la empresa, incluyendo las inversiones en nuevos conocimientos. No todas las actividades de innovación resultan en innovaciones efectivas pero todas las innovaciones reales deben ser vistas como resultado del conjunto de las actividades innovadoras de la empresa. Las AI incluyen actividades de diversa índole con grados de percepción de la CTI asociados diferentes. Por un lado, incluye la investigación y desarrollo (I+D) que es el trabajo creativo realizado en forma sistemática, es decir, no ocasional, con el objetivo de generar un nuevo conocimiento (científico o técnico) o de aplicar o aprovechar un conocimiento ya existente o desarrollado por otro. Dentro de la I+D pueden distinguirse tres grandes categorías: la investigación básica, la investigación aplicada y el desarrollo experimental. La única condición para que una actividad que tiene como finalidad generar nuevos conocimiento sea considerada I+D es que se realice de forma sistemática. Con esta definición, sería posible afirmar que todas aquellas empresas que tienen personal y efectúan gastos de I+D tienen una percepción y valoración positiva de la CTI.

En segundo lugar, en coincidencia con los manuales de Oslo y Bogotá, se pregunta sobre un conjunto de gastos que las empresas pueden realizar para innovar que son más genéricos. En este caso, además de la I+D, dentro de las actividades de innovación se encuentran la adquisición de tecnología desincorporada y know how (patentes, marcas, diseños, etc.) y la adquisición de tecnologías incorporadas (maquinarias y equipos, incluido el software incorporado, vinculadas a innovaciones de producto y proceso implementadas por las firmas). Asimismo, incluye actividades de ingeniería y diseño industrial, la contratación de consultorías y las actividades de capacitación. Dado que en América Latina existe una tendencia al predominio de actividades informales de innovación, con un peso relativamente reducido de la I+D, resulta conveniente complementar la medición de los esfuerzos en I+D con los gastos en estos otros conceptos, es decir, pasar del concepto de I+D al más abarcativo de AI. Sin embargo, no resulta sencillo inferir grados de percepción y valoración de la CTI a estos esfuerzos. Por ejemplo, la compra de un bien de capital nuevo puede surgir más de la necesidad de reemplazar un equipamiento obsoleto y/o en malas condiciones, el aprovechamiento de condiciones favorables ofrecidas por un proveedor, etc. que como respuesta a entender la necesidad de innovar como un medio para mejorar la competitividad de la firma. De acuerdo a INDEC – SECYT (2005) el porcentaje de empresas que llevó adelante AI en el período 2002-2004 estuvo cerca del 60%. En términos de percepción, estos resultados muestran que cerca del 40% de las empresas encuestadas no han hecho esfuerzo por invertir en innovación. Si bien, como ya se mencionó, esto no implica necesariamente que la CTI no sea percibida positivamente, cuatro de cada diez empresarios encuestados han optado, por razones que la información disponible no permite definir, por no invertir o hacerlo en otras áreas no relacionadas a la CTI. 20

Gráfico 7. Realización de actividades de innovación período 2002 -04, en porcentajes

39%

61%

No realizaron

Realizaron

Fuente: INDEC SECyT (2005)

La composición de los gastos por tipo de AI del 60% de firmas que conforman la muestra permite avanzar hacia el objetivo de conocer la percepción empresarial de la CTI (cuadro 5). En primer lugar, con pequeñas diferencias por tamaño y origen e capital, se observa que más del 50% de lo invertido en innovación por las empresas corresponde a la compra de maquinaria y equipo. A partir de estas compras no es posible inferir sin ambigüedades la percepción que los empresarios hacen de la CTI. En efecto, estas transacciones pueden no estar movilizadas por la percepción empresaria de la CTI como elemento clave para la competitividad. Por el contrario, los gastos en I+D, que varían según el tamaño de firma y origen de capital entre el 15% y el 25%, permiten inferir que las empresas que han realizado inversiones en esa área entienden a la CTI como un factor clave de su competitividad. A pesar de esto, los resultados deben ser interpretados con cautela. Las empresas con participación extranjera, en su mayoría multinacionales, presentan una baja participación de la I+D en sus gastos de AI. Esto no es porque estas empresas no valoren ni perciban la CTI como elemento de competitividad, sino que la misma la llevan adelante en sus casas matrices donde funcionan sus laboratorios dedicados a eso. Cuadro 5. Gasto en Actividades de Innovación (acumulados 2002-2004, en %) por tipo de actividad, y tamaño de empresa Actividades I+D Adquisición Maquinaria y Equipo Adquisición de Hardware Adquisición de Software Contratación de Tecnología Capacitación Diseño industrial y actividades de ingeniería Consultorías Total

Pequeñas**

Medianas**

Grandes**

25% 57% 4% 3% 2% 2%

18% 64% 4% 2% 3% 1%

15% 51% 6% 6% 9% 1%

6% 2% 101%

6% 1% 99%

9% 3% 100%

* Tamaño por facturación: Grandes> 200 millones de pesos; 200 millones de pesos>medianas>50

millones de pesos; pequeñas
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