Comunicación política en El Salvador: El debate televisivo
Descripción
COMUNICACIÓN POLÍTICA ELECTORAL Debate político televisivo, Oportunidad para democratizar las propuestas Por Mario Alfredo Cantarero*
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
De la plaza al debate televisivo Primero la TV; el contacto personal, “al más no haber” Sin embargo…El contacto personal funciona Ante el debate televisivo, retos y evasivas Candidatos a las alcaldías dieron el ejemplo Un plató comunicativo con pimienta democrática Franqueza y consenso en la discusión Para un debate televisivo creíble y confiable Democracia audiovisual para la nación
De la plaza al debate televisivo Antes
del
aparecimiento
de
los
medios
de
comunicación
masivos, los lugares de encuentro de los ciudadanos eran las plazas, los bares y los clubes de barrio. En estos espacios se conversaba y discutía sobre los fenómenos que más les afectaban en su vida diaria. Es
decir,
la
forma
interpersonal.
Con
hegemónica
la
era
consolidación
la
comunicación
de
los
medios
audiovisuales, el espacio público se traslada principalmente a la televisión. El reemplazó por formas de comunicación masiva se da porque estas
permiten
Comunicacional
llegar y
a
más
políticamente,
personas con
este
en
menos
giro
se
tiempo. gana
en
cantidad porque un mensaje llega a muchísima audiencia; pero se pierde en calidad, porque se apagan los fuegos emocionales *
Profesor e investigador, de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Francisco Gavidia
2 que generan vínculos sociales a través de la comunicación grupal o interpersonal. Entiendo que en comunicación política no se pueden añorar aquellas
formas
de
comunicación
hegemónicas
de
épocas
pasadas, y estar en contra de las modernas. Las sociedades cambian y las formas de comunicación política también. Pero sí abogo porque las formas de comunicación se evalúen y se utilicen en su justa dimensión, con base a sus fortalezas y debilidades demostradas. En
ese
sentido,
la
relación
entre
los
ciudadanos
y
la
política obviamente se ha debilitado, conforme se han ido asumiendo
las
tecnologías
de
comunicación
en
el
quehacer
político, al grado de que se han dado reconfiguraciones de los formatos de los discursos y las políticas de promoción propagandística,
como
está
ocurriendo
actualmente
con
la
comunicacionales,
la
comunicación satelital y el medio Internet. A
este
paso
tendencia
de
se
las
orienta
transformaciones a
un
distanciamiento
cada
vez
mayor
entre la ciudadanía y lo público. En un contexto de enorme fragmentación política, las opciones parecen cada vez más difusas. Primero la TV; el contacto personal, “al más no haber” En
El
Salvador,
mantenerse
en
los él,
políticos, en
sus
para
acceder
estrategias
de
al
poder
o
comunicación
política, combinan varias formas de comunicación, entre las que se encuentran la interpersonal, la masiva, la grupal y una diversidad de multimedios.
3 No obstante, los institutos políticos prefieren los spots televisivos sobre cualquier otra forma de comunicación. Se rebuscan para obtener los recursos necesarios para promoverse en la televisión. Parten de que este medio es omnipoderoso, todo lo puede con la conciencia y la acción políticas de los ciudadanos, de tal modo que puede cambiar de un día para otro las opciones de voto del elector “indeciso”. En la mente de los contendores políticos parece que la medida del
éxito
es
tener
más
espacio
en
la
televisión.
Lo
contrario, es sinónimo de derrota o fragilidad política. De igual manera, los analistas políticos también sobrevaloran los medios masivos como la variable que hace la diferencia entre una derrota y un triunfo electoral. La
mayoría
de
los
periodistas
que
dirigen
entrevistas
televisivas también promueven acríticamente estas creencias de la influencia directa de los medios masivos en la conducta de los electores. En la mente de muchos de los políticos y los asesores en comunicación, se consolida la siguiente hipótesis: Mientras mayor
es
el
número
de
spots
televisivos,
mayor
es
la
posibilidad de que se obtenga el triunfo. Consecuentemente,
mientras
menor
es
el
número
de
spots
televisivos, menor es la posibilidad de obtener el triunfo en las urnas. De
todas
orquestando
maneras, el
los
mensaje
estrategas político
en
publicitarios el
menú
de
terminan medios
de
4 comunicación masivos, especialmente con los más baratos, como las hojas volantes y los demás minimedios. Durante los períodos electorales, los medios de comunicación interpersonales, como el contacto cara a cara han sido la opción del “al más no haber”, especialmente en el caso de los partidos
políticos
pequeños,
que
no
cuentan
con
muchas
fuentes de financiamiento. Sin creer en su potencia, muchas veces por la falta o mal uso de los recursos financieros, y por la desesperación de ganar más
votos
que
sus
adversarios,
los
candidatos
de
los
diferentes partidos políticos terminan realizando maratónicas caravanas en los mercados, municipios, comunidades marginales y diversos espacios poblados. Allí sonríen y estrechan las manos de los ciudadanos, aunque después de las laven con lejía. Sin embargo…El contacto personal funciona El
alcalde
electo
por
San
Salvador
ganó
la
contienda
a
Violeta Menjivar en gran parte por el contacto personal que tuvo
con
las
comunidades
ubicadas
en
los
cinturones
de
pobreza de San Salvador. En su contacto personal les mitigó temporalmente sus miserias con bolsadas de frijoles y arroz, les ahorró pintura y les vendió esperanzas de cambio. Se comprometió a colaborar en la superación de sus paupérrimas condiciones de miseria, luego de que asuma la silla edilicia. En
la
balanza
comunicación
de
la
efectividad,
interpersonal
tuvo
esa
mayor
estrategia
impacto
en
de las
comunidades, sin duda, que las entrevistas periodísticas en
5 televisión, en las cuales por cierto se vio muy mal por su actitud de prepotencia y maledicencia frente a la candidata efemelenista. Ante el debate televisivo, retos y evasivas Además
del
contacto
comunicación
con
personal,
mucha
existen
efectividad,
otras
se
trata
formas del
de
debate
televisivo. Aunque el debate está mediado por la televisión, este
permite
una
proximidad
representa
y
simula
adversarios
de
carne
una y
con
escena
hueso,
que
los
electores,
cotidiana se
porque
entre
relacionan,
que
dos se
miran, se contradicen, se molestan y se respetan. Es decir, personas;
no
ficciones
de
los
relatos
audiovisuales
de
publicidad. Se parece muchísimo al debate del centro universitario. La presencia de periodistas connotados o especialistas en las temáticas en discusión, dan prominencia y credibilidad al formato. Por estas bondades en España, Francia, Estados Unidos, en Italia,
el
debate
se
convierte
en
una
obligación
de
los
candidatos contendores ante la opinión pública, donde los candidatos son interpelados sin tapujos sobre los temas de interés de los ciudadanos. A pesar de la fortaleza y la universalidad de este tipo de comunicación, en El Salvador no tiene la misma acogida entre los candidatos a la presidencia. Su posibilidad de realización está sujeta a las actitudes políticas de los candidatos. Mauricio Funes, quien lleva la ventaja
en
las
encuestas
y
el
partido
que
lo
promueve,
6 desafía a Rodrigo Ávila y lo denuncian por la actitud de cobardía de no aceptar. El candidato del actual partido en el poder, no accede al desafío
de
Mauricio
Funes,
por
temor
a
“perder”
algunos
puntos de intención de voto en el camino. Argumenta que no tiene sentido debatir individualmente. Prefiere que discutan las fórmulas. No obstante, no le ve importancia, pues, según él, anda debatiendo con la gente, conociendo sus problemas. Candidatos a las alcaldías dieron el ejemplo Previo
a
las
elecciones
para
Concejos
municipales
de
las
ciudades más importantes del país (San Miguel, San Salvador, Santa Ana, Santa Tecla, Soyapango, etc.), los candidatos a alcalde por los diferentes partidos debatieron en programas televisivos,
en
los
canales
33,21
y
los
de
la
comentado
por
Telecorporación. Estos
fueron
reproducidos
por
noticieros,
radio, evaluado en los diarios y revistas. Es decir, que por más que el debate en sí no haya sido seguido por millones de personas, generó repercusiones que excedieron a quienes lo miraron completo. También algunas radios comunales organizaron debates entre los candidatos a los concejos municipales con la ayuda de instituciones
locales,
como
ocurrió
en
Zaragoza.
Radio
Bálsamo, con la colaboración de la parroquia de la Virgen del Pilar, realizó un debate, en el que participó el vecindario, y lo transmitió en directo.
7 Un plató comunicativo con pimienta democrática Con
el
aparecimiento
del
debate
público
a
través
de
la
televisión en el menú político, se instaura otro elemento en el proceso de instauración democrática. Este tiene una doble significación
para
El
Salvador:
una
política
y
otra
comunicacional. Significación
política
electoral
enriquece,
se
en
el
en
sentido
la
de
medida
que
que
se
el
mercado
introducen
mayores volúmenes de información como insumo para la decisión del elector. No se trata ya solamente de vender al candidato como una hoja de afeitar, sino como una persona que tiene propuestas para solventar
los
salvadoreña,
problemas
con
las
que
que
agobian
pretende
a
la
convencer
población
racionalmente
para que emitan el voto en su favor. Esto
motiva
programáticas
la
actitud
novedosas
de
y
elaboración
atrayentes
para
de
propuestas
la
población.
Asimismo, viables de acuerdo a los recursos con que cuenta el estado. Esta viabilidad pragmática es un punto importante, porque en el transcurso de esta campaña se ha ofrecido más de lo que un alcalde,
un
diputado
o
un
presidente
puede
dar
en
el
ejercicio de su función pública, en un contexto nacional e internacional adverso, quebrantado por la recesión económica mundial. Esta
modalidad
antecedente
de
comunicación
histórico:
en
las
política
establecerá
posteriores
un
contiendas
8 electorales será una obligación debatir sobre los problemas y las posibles soluciones para este país. Tiene significación comunicacional, porque se introduce una forma fresca en la oferta mediática, en donde se media para articular más activamente al sistema político entre sí, entre este
y
las
diferentes
instituciones
sociales,
con
más
dinamismo donde existe más participación de los salvadoreños a través del acceso a los medios de comunicación. Esta modalidad, a mi juicio, se constituye en un contrato político
entre
el
postulante
y
la
sociedad,
que
de
no
cumplirse, por motivos personales o partidistas, cerrará más las posibilidades de acercamiento entre el sistema político actual y la población. Contrato
que
de
no
cumplirse
en
el
ejercicio
del
poder,
seguramente tendrá consecuencias negativas en las próximas elecciones, con votos de castigo. Esta es la constante del comportamiento de los ciudadanos, cuando los funcionarios no cumplen con sus promesas de campaña. En
la
memoria
televisivos
de
dejan
los
ciudadanos,
huella,
porque
los
debates
permiten
políticos
ver
a
los
postulantes confrontando entre sí, escuchar las ideas de cada uno, contrastarlas, evaluar su solidez frente a los embates del adversario. Y fundamentalmente, les posibilita conocer un poco
más
al
candidato
en
cuestión
en
su
habilidad
para
responder a las interrogantes de los especialitas. Franqueza y consenso en la discusión Es tiempo de que, ante unas históricas elecciones, Rodrigo Ávila y Mauricio Funes se sienten y hablen ante nosotros los
9 ciudadanos salvadoreños acerca de los puntos neurálgicos en las diferentes áreas de la vida nacional, como la seguridad, la justicia, la pobreza, la recesión económica, el desempleo, la violencia, etc. Sin las limitaciones del spots televisivo, que hablen con franqueza sobre el diagnóstico que tienen del país y de las acciones que harían para superar los problemas que afectan a 5.7 millones de salvadoreños. Un debate de tal calibre sería oportuno y conveniente para el desarrollo
de
sociedad
el
extremadamente
nuestra
frágil
ciudadano limitadas
democracia,
solamente sobre
las
porque
tiene
en
esta
referencias
propuestas
de
los
candidatos, difundidos a través de discursos atomizados, sin coherencia y plagados de la estética del espectáculo de los spot televisivos y las cuñas radiales. En este sentido, el debate generaría expectativas nacionales, de tal modo que los electores desinteresados (30 ó 37% de la población votante) no tendrían otra excusa para no participar en las elecciones. Este formato tiene un intenso sentido de verosimilitud y credibilidad para los ciudadanos, con lo cual invita a cualquier individuo a la acción política. En este sentido, en lugar de las estrategias fundadas en propaganda negra y de desprestigio que se están manejando en la televisión e Internet, un duelo cara a cara por televisión ofrecería
más
garantías
ambos candidatos.
para
la
credibilidad
política
de
10 Para un debate televisivo creíble y confiable Para garantiza el éxito del evento, evitar los desbalances y las malas interpretaciones sobre su uso, hay que tener en cuenta
algunos
aspectos
comunicacionales,
y
lo
más
importante, para que sea de provecho para que los electores adquieran mejores criterios para el día de las votaciones para presidente. Para certificar la confianza en los candidatos y credibilidad en los ciudadanos, habrá que tener en cuenta el formato de realización, la negociación previa y las reglas del juego. En cuanto al formato, deben estar definidos los tiempos del discurso y los de respuesta en la interlocución. Los temas y las preguntas sobre los mismos deben ser formulados por un equipo
de
especialistas
independientes
de
las
diferentes
áreas de las que se tratará en el debate. Estos mismos son los que harán las preguntas el día del evento. Asimismo, deben
fijarse
los
momentos
de
interacción
entre
ambos
candidatos, sin que haya interrupciones o maledicencia. La negociación previa es de suma importancia. Desde el debate Kennedy-Nixon en 1960, el consenso previo sobre la modalidad y las reglas del juego es una acción política imprescindible, para evitar malos entendidos entre ellos y para que cada uno tenga la suficiente confianza de todo lo que ocurrirá en el evento. En esa perspectiva, las reglas deben ser inteligentemente negociadas por los equipos de campaña. Durante el evento, el moderador del debate debe vigilarlas celosamente y con sólido carácter,
para
evitar
que
sean
violadas,
o
el
evento
se
11 degenere
a
la
hora
de
la
transmisión,
como
ha
ocurrido
algunas veces en la emisión 59” de la TVE. Para servir de modelo de respeto, negociación y cumplimiento de normas consensuadas, el debate debe estar fundamentado en una moralidad que garantice la veracidad y la cortesía entre los candidatos. Estos deben comprometerse públicamente que serán responsables con sus afirmaciones y que los datos que manejen sean comprobables. Ante todo, debe prevalecer el respeto al adversario, con la cortesía
y
tolerancia
como
regla
fundamental
de
comportamiento.
El Salvador no es un país que esté acostumbrado a los debates políticos
televisivos.
Mientras
que
en
otros
lugares
del
mundo es una práctica casi obligatoria, aquí sólo se ha dado entre los candidatos a concejos municipales. Pero debe promoverse, para bien de la cultura política del país y del desarrollo de la democracia. Es necesario que los debates se institucionalicen, de manera que se lleven a cabo no sólo en elecciones para diputados y concejos municipales, sino también para las presidenciales. Democracia audiovisual para la nación Además, reitero que el debate televisivo es un importante escenario político, por ser el medio preferido por excelencia de
toda
la
población
salvadoreña,
estudios de preferencias mediáticas.
como
lo
enfatizan
los
12 Asimismo,
estamos
ante
el
fenómeno
de
la
democracia
audiovisual, como se puede apreciar en los enormes volúmenes de
publicidad
gubernamental
tanto
a
nivel
nacional
e
internacional. Por
ser
la
consentida
de
los
salvadoreños
y
un
elemento
esencial de nuestra cultura de información y entretenimiento, tiene la capacidad de construir el vínculo entre candidatos o funcionarios y votantes o ciudadanos, es necesario que los políticos salvadoreños puedan comunicarse con los ciudadanos, exponer sus ideas y confrontar con sus rivales. Con esto ganaría definitivamente, todo el pueblo salvadoreño.
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