Comprender la Educación de los Medios de Educación.

Share Embed


Descripción

Comprender la educación de los medios de comunicación
Jorge La Ferla

Publicado en Leer a McLuhan, hoy, Spezialle, Anabella y Trilnick, Carlos
(comp.), FEDUN, Buenos Aires, 2014.



Estas jornadas conmemorativas del centenario del nacimiento de Marshall
McLuhan resultan auspiciosas, considerando que se realizan dentro del
ámbito de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad
de Buenos Aires, sede de varias de las carreras vinculadas a las artes
mediáticas y al diseño audiovisual. El siglo pasado, crucial en la historia
de los medios, se vincula con el tiempo de existencia y del vigente
pensamiento de McLuhan, cuyo nacimiento coincidió con el inicio del
lenguaje del cine bajo el modo de producción industrial. Fue en esa primera
década del S. XX que encontramos los primeros vestigios de estudios
cinematográficos. Estos cumplirán su primer siglo de vida en el año 2015,
cuando los medios analógicos habrán fenecido definitivamente migrando hacia
su simulación digital.

Buenos Aires es una de las ciudades con más concentración de escuelas de
formación audiovisual en el mundo, ofreciendo currículas donde predomina la
entelequia de lo que puede ser hoy hacer cine en su especificidad
tecnológica perdida. En este contexto, pensar la figura de McLuhan resulta
siempre estimulante por la manera elocuente en que su pensamiento sigue
siendo efectivo y operativo para tratar de repensar la educación
audiovisual en relación a todos los cambios que se han producido en la
última década. En este sentido, casi todos hemos desempolvado antiguas
ediciones de sus libros intentando retomar ciertas ideas fundamentales como
son la instancia de enseñanza y la producción audiovisual.

La entrada tardía de MML en ciertos ámbitos académicos y de formación en
medios hacen de estos homenajes un merecido reconocimiento, por más que
estas efemérides a menudo se reduzcan a la rememoración anecdótica,
eludiendo la trascendencia conceptual e ideológica de su obra. Por este
motivo, quisiera repasar en este breve tiempo de que dispongo, una historia
de ciertas vertientes de los estudios audiovisuales que resultaron de una
praxis influenciada por MML desde principios de los años setenta.
Recordemos que La novia mecánica se publica en 1951; La Galaxia Gutemberg,
en 1962, y Comprender los medios, en 1964. Debemos conmemorar también más
de medio siglo de la edición de sus primeros textos, un derrotero central
de ideas que se vinculan significativamente con el estudio e historia de
los medios.

La lectura del fragmento de McLuhan al principio de esta mesa[1] nos remite
a la interpretación de mosaico, como a la ruptura de las líneas,
considerando ciertos parámetros que nos recuerdan la argumentación y la
forma del ensayo de su propia prosa. El legado de McLuhan se articula en el
documento lingüístico y el acto de transcribir ideas sobre los medios de
comunicación. En las diversas maneras de percibir y representar el mundo a
través de las tecnologías se verifica la referida estructura de mosaico que
McLuhan relaciona con el cubismo. De hecho La novia mecánica se presenta en
un índice de 38 secciones; en La galaxia Gutemberg son 107; Comprender los
medios de comunicación, 33; y como bien se mencionaba en esta mesa, a pesar
de la numeración de las páginas y las partes, al no haber citas ni notas al
pie de página, ni demasiadas referencias, estos textos se transforman en un
hipertexto cuya lectura puede ser organizada según la voluntad del lector.
En sí mismo, leer esas casi doscientas secciones es muy conflictivo, si se
quiere establecer un orden según la cronología de las páginas y los
capítulos o un orden de las ideas y los temas. En Comprender los medios de
comunicación, hay tres secciones fundamentales, si se las puede clasificar
de alguna manera. El fragmento que se acaba de leer pertenece a la primera,
"El medio es el mensaje"; la quinta, "Energías hibridas", y la treinta y
uno, "La televisión: El gigante tímido". Son tres segmentos ineludibles que
nos remiten a la materialidad de los soportes como esencia de sentido, la
combinatoria entre los diversos medios creando concepto y las variables
únicas y específicas de la imagen electrónica que antecedió cualquier
experimentación con el video.

Pero recordemos aquellos primeros estudios fílmicos que coinciden con la
infancia de McLuhan y que datan de 1915,[2] año del estreno de Nacimiento
de una Nación[3] y que nos remiten a la incipiente base comercial e
industrial de Hollywood, instaurada por autodidactas de la realización
cinematográfica. Aquellos brillantes pioneros, como Charles Chaplin, David
Griffith, Edwin Porter, Mack Senneth por citar algunos, se formaron en la
propia práctica. Pero ya Griffith iba a ordenar el plan de filmación, la
estructura del guión literario y su traslado a lo que iba a ser el guión
técnico. Esta planificación en detalle de la instancia de rodaje,
sistematizó la instancia de filmación en el tiempo más corto posible, base
del negocio de producir películas a un costo menor, imbricando de manera
precisa decisiones de puesta en escena con la producción, y la inversión
necesaria para producir películas en serie. Esta estructura del relato del
largometraje comercial, iba a mantenerse estable durante el siglo XX. Y fue
en 1935 que Iris Barry crea en el Museo de Arte Moderno de Nueva York[4] el
Departamento de Cine, el mismo año en que Henri Langlois estaba gestando la
creación de la Cinemateca Francesa.[5] Dos instituciones que inauguran la
entrada del cine al museo y que cumplen un rol central en la enseñanza
cinematográfica. Varios directores de la Nouvelle Vague reivindicaron con
insistencia haber aprendido cine en la sala del Palais Chaillot, en ese
momento la sede de la Cinemateca Francesa. Más allá de lo anecdótico, esto
nos remite a un lugar de aprendizaje que no estuvo localizado en los
claustros ni en los centros de estudios cinematográficos. El arte de
Langlois y Barry, además de todo el contexto y el entorno intelectual,
corporativo y político, fue producir un relato continuo sobre la historia
del cine que relevaba de los usos del aparato y la originalidad en la
realización a partir de pensar una programa de exhibición amplio y
fundamentado. Además de adquirir conservar, investigar y exhibir películas
ambas instituciones crean un entorno educativo. El MOMA elabora programas
itinerantes cuyos ciclos iban acompañados de materiales bibliográficos que
se ofrecían a las universidades. Sin embargo, había sido en la Universidad
de Columbia, dos décadas antes de la creación del Departamento de Cine del
MOMA donde se ofrece el primer curso de PhotoPlay identificado como uno de
los primeros indicios históricos de los estudios fílmicos.

Sin embargo, en el siglo de existencia que prácticamente coincide con el
natalicio de McLuhan, la estructura de los estudios cinematográficos ha
presentado pocas variaciones. Escritura de guión, realización, dirección de
actores, iluminación, cámara y dirección de fotografía, montaje, producción
son algunas disciplinas que continúan con esta tradición centenaria, casi
como un estigma que no ha registrado aún la desaparición de la materialidad
del cine y la existencia de otras tecnologías. A excepción de algunos pocos
casos en que todavía se filma y se proyecta en fílmico, prácticamente el
cine opera por su simulación digital, lo que implica un cierto dislate si
consideramos la escena de instrucción clásica. El cine se fue expandiendo
en este último medio siglo hacia otros soportes en un proceso paulatino, lo
que en su momento fue una posibilidad, y una combinatoria, ahora es una
opción perentoria. La materialidad fotoquímica y electromecánica que ha
fundado y definido el cine a lo largo de la historia, ha fenecido.



Nosotros comenzamos cada vez más a pensar en el proceso –la mente creando–
como el objeto del arte. Propiamente entendido, el arte no es
exclusivamente un objeto, si no más bien la interrelación entre sujetos y
sus objetos. Si entendemos los medios como códigos de la expresión y
comunicación humana, esto incluye sus materiales, su equipamiento, sus
sistemas tecnológicos, entonces el estudio de esos códigos –lenguaje,
gestos, la imagen en movimiento, etc.– es una absoluta necesidad.
Gerald O'Grady.[6]


Todo esto viene a colación de la fundamental relación que hay entre las
ideas de McLuhan y su influencia en la praxis y enseñanza del audiovisual,
cuestión que algunos visionarios pensaron desde que se comenzó a difundir
su pensamiento. Destacados teóricos profesores y académicos tomaron rápido
conocimiento de estos primeros escritos que proponían una escala de
reflexión que excedía los límites del cine y que concebía los medios como
una gama más compleja de tecnologías cuya materialidad determinaban su
producción y recepción. Ese capítulo treinta y uno, absolutamente
brillante, trata sobre las energías híbridas, las peligrosas relaciones
entre los medios, las computadoras funcionando con un principio donde rige
el origen de la circulación de energía e información. Esto implicó una
influencia pionera en la carrera y centro de medios que se abre en la
Universidad de Buffalo en 1973, donde el legendario Gerald O'Grady crea
aquel antológico departamento de media study. El concepto se refería a
media study, y no media studies, porque el estudio de medios se localizaba
en el lugar del estudio, el lugar de creación, el lugar del laboratorio, el
espacio del atelier en donde se manipulaba cámaras de cine y fotografía,
revelado, electrónica, robótica, radio, video, siendo además una de las
primeras carreras que sistematiza el estudio de la televisión y la radio
pública superando la aparente contradicción entre medios masivos y
prácticas artísticas tecnológicas.

Reivindicamos la vigencia de McLuhan y lo recordamos como precursor de un
relato que formula una red de vínculos entre el hombre, su mente y el
universo, a través de sus extensiones que son los medios. De ahí, la
reivindicación de este concepto del Media Study, que inspira una carrera
universitaria, y el Centro de Comunicación de la Universidad de Buffalo y
su acción de extensión cultural, por los vínculos con la comunidad, el
aprendizaje de los medios, por las exhibiciones, por la revista, los
festivales. Instancias de una acción política y cultural donde pasaron una
cantidad muy grande de artistas y directores. Una historia importante, que
me parece importante reivindicar, a través de la figura y obra de O'Grady,
experto en medios de comunicación así como un admirador de la obra de
McLuhan.

Por último, recordemos que en Capital Federal se cuentan varias decenas de
escuelas de cine, por no adicionar las carreras de comunicación y diseño
audiovisual que acrecentaría aún más la cifra. En la mayor parte de estos
claustros y centros donde se estudia cine, se opera con otros medios,
aunque se siguen usando claquetas; se anuncia una toma con el habitual:
"cámara, acción", para un dispositivo que está grabando con sonido
sincrónico y convirtiendo la luz en información numérica. Detalles sobre
prácticas que están desfasadas, considerando el presente de confluencia de
medios en el soporte numérico y la simulación de los procesos analógicos.
Pensar hoy la obra de MML implica considerar las diversas escenas de la
educación recuperando una comprensión sobre los medios que continúe esa
relación que inauguró Gerald O'Grady a principios de los años setenta,
entre los conceptos de McLuhan y la educación audiovisual, en que los
estudios audiovisuales cubrían un amplio espectro de dispositivos, y donde
la práctica se establecía a través de los medios disponibles en su
individualidad y combinatorias que podrían servir de referencia frente a la
desorientación actual de la enseñanza del audiovisual.

"La definición propia de Marsall McLuhan de una idea, que leí por primera
vez hace cincuenta años en La novia mecánica cuando yo tenía veinte años, y
que memoricé inmediatamente -expresa O'Grady- fue que 'Los conceptos son
los asuntos preliminares para aprehender la realidad. Su valor radica en la
comprensión que ofrecen'."[7]









Jorge la Ferla: Es licenciado en la Universidad de Paris VIII y magister en
Arte de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, de donde también es
egresado del programa para graduados del Centro de Estudios
Latinoamericanos. Es profesor e investigador en medios audiovisuales. Fue
fundador y director de las Muestras Euro-americanas de Cine, Video y Arte
Digital, de la Universidad de Buenos Aires, entre 1995 y 2002. Es profesor
invitado desde 1994 del Programa de Artes y Especialización de la carrera
Multimedia de la Universidad de Los Andes, en Bogotá. Profesor titular de
cátedra de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad del Cine. Es
editor de publicaciones de cine, documental, video, tv y multimedia. Ha
publicado cuarenta títulos entre 1991 y 2012, en Argentina, Brasil y
Colombia, así como artículos sobre medios audiovisuales en Argentina,
Alemania, Austria, Brasil, Chile, Colombia, España, Francia, Israel,
México, Portugal, Suiza y Estados Unidos.



-----------------------
[1] McLuhan, Marshall. "El medio es el mensaje" en Comprender los medios de
comunicación, Barcelona, Paidós, 1996.

[2] Polan, Dana. Scenes of Instruction. The beginnings of the U.S. Study of
Film, University of California Press, 2007.

[3] Griffith, David. The Birth of a Nation, USA, 1915.

[4] Wasson Haydée. Museum Movies. The Museum of Modern Art and the Birth of
Art Cinema. Los Angeles: University of California Press, 2005.

[5] Mannoni, Laurent, Histoire de la Cinémathèque Française, Paris:
Gallimard, 2006.



[6] Vasulka, Woody and Weibel, Peter, (eds), Buffalo Heads. Media Study,
Media Practice, Media Pioneers, 1973-1990, Cambridge/Karlsruhe: ZKM/MIT,
2008.


[7] Gerald O´Grady, "(W)Rapping Around A Man With No Close", en Vasulka,
Woody and Weibel, Peter, (eds), Op. cit.
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.