¿Cómo se logra un Proceso de Enseñanza eficaz y que condiciones influyen para ello?

¿Cómo se logra un Proceso de Enseñanza eficaz y que condiciones influyen para ello? Por: Lic. Erick Arturo González Garza Es complicado definir un proceso de enseñanza que se considere infalible o un ciento por ciento eficaz. Por el contrario, es relativamente menos complejo analizar las condiciones que influyen en dicho proceso. La eficacia dependerá totalmente del contexto social, económico y cultural dónde se pretenda enseñar. Son estas condiciones las que de forma sintética estaremos analizando en este texto. Pudiésemos dar por hecho, porque la lógica social así lo marca, que la sola presencia de un alumno dentro de un aula tiene como finalidad su aprendizaje, es decir, está ahí para enseñársele una gama de elementos de conocimiento que le permitan insertarse adecuada y exitosamente, a su contexto social. Para Paulo Freire “la escuela democrática no debe tan sólo estar abierta permanentemente a la realidad contextual de sus alumnos para comprenderlos mejor, para ejercer mejor su actividad docente, sino también estar dispuesta a aprender de sus relaciones con el contexto concreto.” (Freire, 2002, pág. 112) La escuela está inmersa en un medio social y contextual dinámico, por ende, lo que se pretenda enseñar, no necesariamente resultará significativo para el desarrollo social del alumno. Hace 48 años, el Dr. Pablo Latapí afirmó a este respecto que “el cumplimiento del deber nos educará en la medida en que el motivo consciente por el cual cumplimos nuestro deber refleje la finalidad que nuestros actos tienen en sí.” (Latapí, 1965, pág. 189) El análisis de la funcionalidad de la educación formal debe darse en el campo de la empatía de los contenidos en los planes y programas escolares hacia las distintas realidades que se viven en nuestro país. Para los alumnos en las aulas, mucha de la información que se le brinda no es importante para su vida o sus acciones cotidianas, incluso hay contenidos que le son totalmente ajenos a su propia realidad.

La eficacia de la enseñanza va a radicar en cómo el docente adapta y aterriza los contenidos a la realidad concreta del medio dónde se labora, sin alterar los objetivos de su programa. Los docentes pueden llegar a ser muy rígidos y obsesivos con su metodología de trabajo. Su conflicto inicia cuando se dan cuenta que muchas de las actividades que ellos han incluido en su planeación no pueden ser aplicadas tal y cual ellos lo programaron. El Plan de Estudios 2011 de Educación Básica enuncia doce principios pedagógicos, que afirma “son condiciones esenciales para la implementación del currículo, la transformación de la práctica docente, el logro de los aprendizajes y la mejora de la calidad educativa.” (SEP, 2011, pág. 30) Estos principios establecen para el docente condiciones propicias para adaptarse al medio social y contextual en el que desarrollará su trabajo. Entre estos principios podemos subrayar dos: Centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje e Incorporar temas de relevancia social. Ambos aspectos enfatizan la importancia de reconocer en la diversidad social del estudiante, oportunidades de aprendizaje, orientando este conocimiento a enriquecer y desarrollar las funciones socializadoras del individuo. “Todo agente humano es producto de su propia historia y experiencia.” (Tenti, 2010, pág. 29) Encausar las estrategias pedagógicas en el mismo sentido que corre la realidad del alumno, facilitaría el aprendizaje de los contenidos curriculares. El mundo es traducido por parte del docente en las aulas y lo remite inmediatamente a los alumnos para que ellos lo reflexionen y lo apliquen a su cotidianeidad. Como hemos revisado, el docente es clave para que los contenidos y conocimientos que se pretenden desarrollar en el aula se lleven a cabo. “La práctica docente se especifica a partir de la enseñanza. No hay práctica docente sin enseñanza, ella constituye el acontecimiento que organiza la escena en la que se vinculan los sujetos a través del conocimiento”. (Guyot, 2000, pág. 41) Llevar a cabo esta labor no es algo imposible o titánico. La comunicación que el docente establezca con sus alumnos y los padres de familia es la clave

para que la enseñanza se desarrolle. Cuando el docente se propone establecer este elemento (la comunicación), como una estrategia pedagógica, logra darse cuenta que es mucho más sencillo de lo que tal vez creía que podía ser. Mostrar un interés real por el medio en que sus grupos están inmersos y las características que la comunidad contenga, aporta información valiosa para sus propios contenidos inscritos en la planeación. Conocer cuáles son las potencialidades y las limitaciones que sus alumnos poseen, mejora la propia calidad educativa.

Trabajos citados Freire, P. (2002). Cartas a quien pretende enseñar. (S. V. Editores, Ed.) Buenos Aires, Argentina. Recuperado el 20013 Guyot, V. (2000). Territorio de Enseñanza. La Escuela. En M. Tellez, Repensando la educación en nuestros tiempos (págs. 33-48). Buenos Aires: Novedades Educativas. Latapí, P. (1965). Educación Nacional y Opinión Pública. Mexico: Centro de Estudios Educativos. SEP. (2011). Planes y Programas de Estudios 2011. Educación Básica. Mexico: SEP. Tenti, E. (2010). Sociología de la Educación. Buenos Aires: Instituto Nacional de Formación Docente.