COMO ORAR Y VIVIR EN LA DIVINA VOLUNTAD \" SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE \" LA NADA Y EL TODO – EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE SI MISMO

June 9, 2017 | Autor: C. Divina Voluntad | Categoría: Religion, Espiritualidad, Catolicismo, Misticismo Cristiano, Catecismo Católico
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Descripción

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Grupo La Reina del CieloCómo orar y vivir en la Divina Voluntad1ra. Parte
COMO ORAR Y VIVIR EN LA DIVINA VOLUNTAD
1ra. PARTE
"SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE"
LA NADA Y EL TODO – EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE SI MISMO
Extractos del "Libro de Cielo"
Luisa Piccarreta

INTRODUCCION.

Para hacer de nuestra Vida una Oración a Dios, y hacer de nuestra Oración a Dios, Vida, los tres pasos básicos son los siguientes:
1.- "Si el grano de trigo no muere…". El grano de trigo debe morir y luego llenarse de Dios para poder dar el fruto de la Vida Divina. El todo y la nada. El conocimiento de Dios y de sí mismo.
2.- "Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto…". Fundirnos en Dios para llenarnos de Su Vida Divina. Ser Su imagen y semejanza.
3.- "Ven y sígueme…". Hacer lo que Dios Hace: Difundirnos con Dios llevando la Vida Divina a todo y a todos. Construir el Reino de Dios.
Los tres pasos básicos se entremezclan y entrelazan con mayor o menor intensidad y con diferentes grados de complejidad a lo largo de los 36 volúmenes del Libro de Cielo de Luisa Piccarreta. En esta 1ra. Parte de "Cómo Orar y Vivir en la Divina Voluntad" se presentan algunos ejercicios prácticos y sencillos para conocer NUESTRA NADA Y EL TODO – EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE SI MISMO.
No hablamos de "humildad" porque Jesús nos dice: "Solamente Yo puedo decir que soy humilde, a la humildad en el hombre, se le debería llamar más bien, conocimiento de sí mismo." (Vol. 3, 12 de enero 1900. Diferencia entre el conocimiento de sí mismo y la humildad.):

"Hija mía, sólo los pequeños se dejan manejar como se quiere, no aquellos que son pequeños de razón humana, sino aquellos que son pequeños, pero llenos de razón divina. Sólo Yo puedo decir que soy humilde, porque en el hombre lo que se dice humildad, más bien se debe decir conocimiento de sí mismo, y quien no se conoce a sí mismo camina ya en la falsedad (…) Mi Humanidad estuvo llena solamente de oprobios y humillaciones, tanto, de derramarse fuera, he aquí por qué ante mis virtudes tiembla el Cielo y la tierra, y las almas que me aman se sirven de mi Humanidad como escalera para subir a probar algunas gotitas de mis virtudes. Dime, ante Mi humildad, ¿dónde está la tuya? Sólo Yo puedo gloriarme de poseer la verdadera humildad; mi Divinidad unida a mi Humanidad podía obrar prodigios en cada paso, palabra y obra, en cambio voluntariamente me restringía en el cerco de mi Humanidad y me mostraba como el más pobre y llegaba a confundirme con los mismos pecadores (…) Mi Divinidad escondida en mi Humanidad, con descender a tanta bajeza, sujetarse al curso de las acciones humanas mientras que con un solo acto de Voluntad habría podido crear infinitos mundos, con sentir las miserias, las debilidades de otros como si fuesen suyas, con verse cubierta de todos los pecados de los hombres ante la divina Justicia, y que debía pagar con el precio de penas inauditas y con el desembolso de toda su sangre, ejercitaba continuos actos de profunda y heroica humildad (…) He aquí, oh hija mía, la diferencia grandísima de Mi humildad con la humildad de las criaturas, que ante la mía apenas es una sombra, aun la de todos mis santos, porque la criatura es siempre criatura y no conoce cuánto pesa la culpa como lo conozco Yo, aunque sean almas heroicas que a mi ejemplo se han ofrecido a sufrir las penas de otros, pero éstas no son diferentes de aquellas, de las otras criaturas, no son cosas nuevas para ellas, porque están formadas del mismo barro. Además, el sólo pensar que esas penas son causa de nuevas adquisiciones y que glorifican a Dios, es un gran honor para ellas. Además de esto, la criatura está restringida en el cerco donde Dios la ha puesto, y no puede salir de esos límites con los que Dios la rodeó. ¡Oh! si estuviese en su poder el hacer y el deshacer, cuántas otras cosas harían, cada uno llegaría a las estrellas. Pero mi Humanidad divinizada no tenía límites, sino que voluntariamente se restringía en Sí misma, y esto era un entretejer todas mis obras de heroica humildad. Había sido esta la causa de todos los males que inundan la tierra, esto es, la falta de humildad, y Yo con el ejercicio de esta virtud debía atraer de la divina Justicia todos los bienes. ¡Ah, sí, que no parten de mi trono rescritos de gracias sino por medio de la humildad! Ningún billete puede ser recibido por Mí, si no contiene la firma de la humildad; ninguna oración escuchan mis oídos y mueve a compasión mi corazón, si no está perfumada con el aroma de la humildad. Si la criatura no llega a destruir el germen de honor, de estima, y esto se destruye con llegar a amar el ser despreciada, humillada, confundida, sentirá un entrelazamiento de espinas alrededor de su corazón, advertirá un vacío en su corazón que le dará siempre fastidio y la volverá muy desemejante de Mi santísima Humanidad, y si no llega a amar las humillaciones, a lo más podrá conocerse un poco a sí misma, pero no resplandecerá ante Mí vestida por la bella y agradable vestidura de la humildad."

El conocimiento de la propia nada es la base de la vida espiritual en la Divina Voluntad. (Vol. 2. 2 de junio 1899). Jesús nos hace conocer nuestra nada y este conocimiento de sí mismo nos lleva a decirle: "Señor, me falta todo, no tengo nada más que mi propia nada." (Vol. 5, 30 de junio 1903). El alma experimenta que no es capaz de nada sin Jesús, y que todo lo debe a Él. No se trata de crecer en la santidad humana de « la humildad » como virtud, sino de Vivir en la Divina Voluntad, donde la humildad NI siquiera entra, sino solamente SU NADA. Escuchemos a Jesús (Vol. 36. 25 de abril 1938):

"…para quien vive en nuestro Querer no hay peligro de que el humo de la propia estima entre, aun en las obras más grandes que pueda hacer, pues esta criatura es la pequeña llamita alimentada por la gran luz que es Dios, y la luz se sabe desembarazar de las tinieblas, de las pasiones, del humo de la propia estima. Y como es luz, la criatura conoce que en todo lo que hace de bien es Dios que obra en su propia nada; y si esta nada no está escombrada de todo lo que no pertenece a Dios, Dios no desciende en lo bajo de su propia nada para hacer obras grandes, dignas de Él. Así que en nuestro Querer ni siquiera la humildad entra, sino solamente la propia nada, reconocer que se es nada y que todo lo que entra de bien en ella no es otra cosa que el obrar Divino; y entonces sucede que Dios es el portador de la nada y la nada es la portadora de Dios. Por eso en mi Querer todas las cosas cambian para la criatura, ella no es otra cosa que la pequeña luz, que debe recibir por cuanto pueda, la gran luz de mi Fiat, de modo que no hace otra cosa que alimentarse de luz, de Amor, de Bondad, de Santidad Divina. ¡Qué honor ser alimentada por Dios! Por lo tanto no es maravilla que siendo la criatura la pequeña llamita, Dios se alimente de ella."

Ahora, si la criatura es nada y no tiene nada ¿cómo la nada puede corresponder a Dios? Amamos a Dios EN sus dones, y también EN Dios mismo. El conocimiento de Dios es proporcional al conocimiento de uno mismo. Oigamos a Jesús (Vol. 36. 18 de diciembre 1938):

Ahora, tú debes saber que todo fue creado para hacer don de ello a las criaturas, cada cosa creada la hacíamos portadora del don y del amor con el cual dotábamos aquel don, pero, ¿sabes por qué? La criatura no tenía nada que darnos, y Nosotros, amándola con sumo amor y queriendo que tuviese qué darnos, -porque si no se tiene qué dar, la correspondencia termina, la amistad viene rota, el amor muere-, por eso proveíamos a la criatura de tantos dones nuestros, para que como si fueran suyos tuviese qué darnos; por eso a la criatura que vive en nuestro Querer la hacemos la depositaria de toda la Creación y, ¡oh! qué alegría, qué contento, cuando sirviéndose de nuestros dones y para amarnos nos dice: 'Miren cuánto os amo, os doy el sol para amaros y os amo con el amor con el cual me amasteis en el sol, os doy los homenajes, las adoraciones de su luz, los múltiples efectos suyos para amaros, su acto continuo de luz para expandirme dondequiera y poner mi 'te amo' en todo lo que toca con su luz. (…) Y así en todas las otras cosas creadas, la criatura se sirve de ellas para darnos sus nuevas sorpresas de amor, para correspondernos los dones, para mantener la correspondencia y para decirnos que continuamente nos ama, y Nosotros que no sabemos recibir si no damos, duplicamos los dones, pero el don más grande es cuando la vemos llevada en los brazos de nuestra Voluntad, entonces nos sentimos de tal manera atraídos, que no podemos hacer menos que hablar de nuestro Ente Supremo; decirle un conocimiento de más de lo que somos es el don más grande que podemos hacer, éste supera a toda la Creación. Conocer nuestras obras es don, hacerle conocer a Nosotros mismos es Vida nuestra que damos, es admitirla a nuestros secretos, es fiarse el Creador de la criatura."




EJERCICIOS Y TEXTOS DEL LIBRO DE CIELO

EJERCICIO: La soberbia. Hurgando en mi interior, en los más íntimos escondites, quiero ver si hay en mí el conocimiento de mí mism@ y el amor a las humillaciones, a las confusiones y a los oprobios. Tal vez encuentre un vacío en mi interior, y yo sé que debe ser llenado con humillaciones y confusiones a ejemplo del bendito Jesús. Pido perdón por mí y por todas las criaturas por todos los pecados de soberbia.

Vol. 1. Luisa nos narra su confesión con el Señor: "…dando una mirada descubrí que la culpa que más había ofendido a Nuestro Señor era la soberbia y por eso dije: "Señor, me acuso ante tu presencia de que he pecado de soberbia." Y Él: "Acércate a mi corazón, pon tu oído y oirás el desgarro cruel que has hecho a mi corazón con este pecado." Toda temblando puse mi oído sobre su corazón adorable, ¿pero quién puede decir lo que oí y comprendí en aquel instante? Pero después de tanto tiempo diré sólo alguna cosa confusamente. Recuerdo que su corazón latía tan fuerte que parecía que quería romperle el pecho, luego me parecía que se despedazaba y por el dolor quedaba casi destruido. ¡Ah, si hubiera podido habría llegado a destruir al Ser Divino con la soberbia! Pongo una semejanza para hacerme entender, de otra manera no tengo palabras para expresarme. Imaginad un rey y a sus pies un gusano que elevándose e inflándose se comienza a creer alguna cosa y que llega a tal atrevimiento que elevándose poco a poco, llega a la cabeza del rey y le quiere quitar la corona para ponérsela sobre su cabeza, luego lo despoja de sus vestiduras reales, lo arroja del trono y finalmente trata de matarlo. Pero lo peor de este gusano es que él mismo no conoce su propio ser, se engaña a sí mismo, pues para deshacerse de él sólo se necesita que el rey lo ponga bajo los pies y lo aplaste, y así terminarían sus días. Esto causa enojo y compasión, y al mismo tiempo ridiculiza el orgullo de este gusano, si esto se pudiera dar. Así me veía yo ante Dios, cosa que me llenó de tal confusión y dolor que me sentí renovar en mi corazón el desgarro que sufría el bendito Jesús."

EJERCICIO: Jesús me libera del mundo exterior. Todo viene de Dios: Me desapego de las criaturas mirando a Jesús en cada prójimo. ¿Soy humilde poniéndome ante Dios y ante las criaturas como la última de todas? Me humillo y me creo indign@ de las gracias recibidas de Dios para reparar por los pecados de soberbia que se cometen en el mundo.

Vol. 1. El divino Maestro da principio, pone su mano para desapegar mi corazón de todas las criaturas, y con voz interior me decía: "Yo soy el único que merece ser amado; mira, si tú no quitas este pequeño mundo que te rodea, esto es, pensamientos de criaturas, imaginaciones, Yo no puedo entrar libremente en tu corazón, este murmullo en tu mente sirve de impedimento para dejarte oír más clara mi voz, para derramar mis gracias y para hacerte enamorar verdaderamente de Mí. Prométeme ser toda mía y Yo mismo pondré manos a la obra; tú tienes razón en que no puedes nada, no temas, Yo haré todo, dame tu voluntad y eso me basta." (…)

Me enseñó el modo de como amar a las personas sin separarme de Él, esto es, con mirar a las criaturas como imagen de Dios, de modo que si recibía el bien de las criaturas, debía pensar que sólo Dios era el primer autor de aquél bien y que se había servido de la criatura para dármelo, entonces mi corazón se unía más a Dios; si recibía mortificaciones debía mirarlas también como instrumentos en las manos de Dios para mi santificación, por esto mi corazón no quedaba resentido con mi prójimo. Entonces, por este modo sucedía que yo miraba a las criaturas todas en Dios, por cualquier falta que viera en ellas jamás les perdía la estima, si se burlaban de mí me sentía obligada con ellas pensando que me hacían hacer nuevas adquisiciones para mi alma; si me alababan, recibía con desprecio estas alabanzas diciendo: "Hoy esto, ma ana pueden odiarme, pensando en su inconstancia." En suma, mi corazón adquirió una libertad que yo misma no sé explicar.

EJERCICIO: Jesús purifica mi interior. ¿Doy gracias y glorifico a Dios por todo lo que soy, hago y tengo? Señor, te pido que absorbas en Ti este mísero gusano porque de Ti mismo ha salido. "Señor, sólo por Ti lo hago, sólo por Ti quiero obrar, no más esclava de las criaturas." Así que si camino, si obro, si hablo, en cualquier cosa que hago, mi único fin debe ser de agradar sólo a Dios.

Vol. 1. Cuando el divino Maestro me liberó del mundo externo, entonces puso mano a purificar el interior, y con voz interna me decía: "Ahora hemos quedado solos, no hay ya quien nos disturbe, ¿no estás ahora más contenta que antes que debías contentar a tantos y tantos? Mira, es más fácil contentar a uno solo, debes hacer de cuenta que Yo y tú estamos solos en el mundo, prométeme ser fiel y Yo verteré en ti tales y tantas gracias, que tú misma quedarás maravillada." (…) la primera cosa necesaria para purificar el interior de mi corazón, era el aniquilamiento de mí misma, esto es, la humildad. Y continuaba diciéndome: "Mira, para hacer que Yo derrame mis gracias en tu corazón, quiero hacerte comprender que por ti nada puedes, Yo me cuido muy bien de aquellas almas que se atribuyen a ellas mismas lo que hacen, queriéndome hacer tantos hurtos de mis gracias; en cambio con aquellas que se conocen a sí mismas Yo soy generoso en verter a torrentes mis gracias, sabiendo muy bien que nada refieren a ellas mismas, me agradecen y tienen la estima que conviene, viven con continuo temor de que si no me corresponden puedo quitarles lo que les he dado, sabiendo que no es cosa de ellas; todo lo contrario en los corazones que apestan de soberbia, ni siquiera puedo entrar en su corazón, porque inflado de ellos mismos no hay lugar donde poderme poner, las miserables no toman en cuenta mis gracias y van de caída en caída hasta la ruina. Por eso quiero que en este día hagas continuos actos de humildad, quiero que tú estés como un niño envuelto en pañales, que no puede mover ni un pie para dar un paso, ni una mano para obrar, sino que todo lo espera de la madre, así tú te estarás junto a Mí como un niño, rogándome siempre que te asista, que te ayude, confesándome siempre tu nada, en suma, esperando todo de Mí." Entonces buscaba hacer cuanto más podía para contentarlo, me empequeñecía, me aniquilaba y a veces llegaba a tanto, de sentir casi deshecho mi ser, de modo que no podía obrar, ni dar un paso, ni siquiera un respiro si Él no me sostenía. Además me veía tan mala que tenía vergüenza de dejarme ver por las personas, sabiendo que soy la más fea, como en realidad lo soy aún, así que por cuanto más podía las rehuía y decía entre mí: "¡Oh, si supieran cómo soy mala, y si pudieran ver las gracias que el Señor me está haciendo, (porque yo no decía nada a nadie) y que yo soy siempre la misma, oh, cómo me tendrían horror!" Recuerdo que una mañana mientras me hablaba sobre la misma virtud, me dijo que por falta de humildad había cometido muchos pecados, y que si yo hubiera sido humilde me habría tenido más cerca de Él y no habría hecho tanto mal. Me hizo entender como era feo el pecado, la afrenta que este miserable gusano había hecho a Jesucristo, la ingratitud horrenda, la impiedad enorme, el daño que le había venido a mi alma. Quedé tan espantada que no sabía qué hacer para reparar, hacía algunas mortificaciones, pedía otras al confesor, pero pocas me eran concedidas, así que todas me parecían sombras y no hacía otra cosa que pensar en mis pecados, pero siempre más estrechada a Él (…) finalmente, un día reprendiéndome me dijo: "No quiero que pienses más en esto, porque cuando un alma se ha humillado, convencida de haber hecho mal y ha lavado su alma en el sacramento de la confesión y está dispuesta a morir antes que ofenderme, el pensar en ello es una afrenta a mi Misericordia, es un impedimento para estrecharla a mi Amor, porque siempre busca con su mente envolverse en el fango pasado y me impide hacerle tomar el vuelo hacia el Cielo, porque siempre con aquellas ideas se encierra en sí misma, si es que busca pensar en ellas. Y además, mira, Yo no recuerdo ya nada, lo he olvidado perfectamente, ¿ves tú alguna sombra de rencor de parte mía?" Y yo le decía: "No, Señor, eres tan bueno." Pero sentía rompérseme el corazón de ternura. Y Él: "Y bien, ¿querrás mantener delante estas cosas?" Y yo: "No, no, no quiero." Y Él: "Pensemos en amarnos y en contentarnos mutuamente." (…) "Yo mismo conozco cuán débil eres, pero es de Mí que debes tomar fuerza." "Quiero que seas siempre recta en tu obrar, con un ojo me debes mirar a Mí y con el otro debes mirar lo que estás haciendo; quiero que las criaturas te desaparezcan del todo. Si te vienen dadas ordenes, no mires a las personas, no, sino debes pensar que Yo mismo quiero que tú hagas lo que te es ordenado, entonces con el ojo fijo en Mí no juzgarás a ninguno, no mirarás si la cosa te es penosa o te gusta, si puedes o no puedes hacerla; cerrando los ojos a todo esto los abrirás para mirarme sólo a Mí, me llevarás junto a ti pensando que te estoy mirando fijamente y me dirás: "Señor, sólo por Ti lo hago, sólo por Ti quiero obrar, no más esclava de las criaturas." Así que si caminas, si obras, si hablas, en cualquier cosa que hagas, tu único fin debe ser de agradarme sólo a Mí. ¡Oh! cuántos defectos evitarás si haces así."

EJERCICIO: "Por mi nada puedo. Todo lo espero de Jesús y todo lo puedo con Jesús". Yo soy nada, Tú eres mi Dios y mi todo. Asísteme, ayúdame. Gracias Jesús por todo.

Vol. 1. "Mira, para hacer que Yo derrame mis gracias en tu corazón, quiero hacerte comprender que por ti nada puedes, Yo me cuido muy bien de aquellas almas que se atribuyen a ellas mismas lo que hacen, queriéndome hacer tantos hurtos de mis gracias; en cambio con aquellas que se conocen a sí mismas Yo soy generoso en verter a torrentes mis gracias, sabiendo muy bien que nada refieren a ellas mismas, me agradecen y tienen la estima que conviene, viven con continuo temor de que si no me corresponden puedo quitarles lo que les he dado, sabiendo que no es cosa de ellas; todo lo contrario en los corazones que apestan de soberbia, ni siquiera puedo entrar en su corazón, porque inflado de ellos mismos no hay lugar donde poderme poner, las miserables no toman en cuenta mis gracias y van de caída en caída hasta la ruina. Por eso quiero que en este día hagas continuos actos de humildad, quiero que tú estés como un niño envuelto en pañales, que no puede mover ni un pie para dar un paso, ni una mano para obrar, sino que todo lo espera de la madre, así tú te estarás junto a Mí como un niño, rogándome siempre que te asista, que te ayude, confesándome siempre tu nada, en suma, esperando todo de Mí." Entonces buscaba hacer cuanto más podía para contentarlo, me empequeñecía, me aniquilaba y a veces llegaba a tanto, de sentir casi deshecho mi ser, de modo que no podía obrar, ni dar un paso, ni siquiera un respiro si Él no me sostenía. Además me veía tan mala que tenía vergüenza de dejarme ver por las personas, sabiendo que soy la más fea, como en realidad lo soy aún, así que por cuanto más podía las rehuía y decía entre mí: "¡Oh, si supieran cómo soy mala, y si pudieran ver las gracias que el Señor me está haciendo, (porque yo no decía nada a nadie) y que yo soy siempre la misma, oh, cómo me tendrían horror!" Después, en la mañana cuando iba de nuevo a comulgar, me parecía que al venir Jesús a mí hacía fiesta por el contento que sentía al verme tan aniquilada; me decía otras cosas sobre el aniquilamiento de mí misma, pero siempre de manera diferente a la anterior. Yo creo que no una, sino cientos de veces me ha hablado, y si me hubiera hablado miles de veces tendría siempre nuevos modos para hablar sobre la misma virtud. ¡Oh! mi divino maestro, cuán sabio eres, si al menos te hubiera correspondido.

EJERCICIO: No me detengo en mi nada, -porque me deprimiría- sino que me elevo a Dios para tomar todo lo que necesito. Confío en Dios para caminar según la verdad. Contigo todo lo puedo, Señor.

Vol. 2. 26 de mayo 1899. Luisa ve su propia nada. Jesús le enseña acerca del desprecio de uno mismo.
Esta mañana me encontraba en un aniquilamiento tal de mí misma, hasta sentirme odiosa y fastidiada, me parecía ser la más abominable que se pudiera encontrar; me veía como un pequeño gusano que se movía y se movía pero siempre quedaba allí, en el fango, sin poder dar un paso. ¡Oh Dios, qué miseria humana! No obstante después de tantas gracias que me has dado, soy tan mala todavía. Y mi buen Jesús, siempre benigno con esta miserable pecadora, ha venido y me ha dicho: "El desprecio de ti misma sólo es loable cuando está bien investido por el espíritu de Fe, pero cuando no está investido por el espíritu de Fe, en vez de hacerte bien te podrá dañar, porque viéndote tal y como tú eres, que no puedes hacer nada de bien, desconfiarás, permanecerás abatida, sin animarte a dar un paso en el camino del bien, pero apoyándote en Mí, esto es, invistiéndote del espíritu de Fe, vendrás a conocer y a despreciarte a ti, y al mismo tiempo a conocerme a Mí, confiando del todo en poder obrar todo con mi ayuda; y he aquí que haciendo de esta manera caminarás según la verdad." Cuánto bien hizo a mi alma este hablar de Jesús, he comprendido que debo entrar en mi nada y conocer quién soy yo, pero no debo detenerme ahí, sino que en seguida, después de haberme conocido a mí misma, debo volar al mar inmenso de Dios y ahí detenerme a tomar todas las gracias que se necesitan para mi alma, de otra manera la naturaleza queda debilitada y el demonio buscará medios para arrojarla en la desconfianza. Sea siempre bendito el Señor y siempre sea todo para gloria suya.

EJERCICIO: Me conozco a mi mism@ para conocer a Dios. ¿Quién soy yo? ¿Quién eres Tú? Cuando me conozco a mí mism@, viendo que por mí mism@ no puedo obrar nada de bien, esta sombra de mi ser la transformo en Dios y de esto sucede que en Dios hago todas mis operaciones. "Señor, estoy en Ti y camino junto a Ti, sin mirar, sin investigar, sin hablar; en una palabra, como muerta, porque conociendo a fondo mi nada no me atrevo a hacer nada por mí misma, sino que ciegamente sigo las operaciones del Verbo".

Vol. 2. 2 de junio 1899. Acerca del conocimiento de nosotros mismos.
Esta mañana mi dulcísimo Jesús quiso hacerme tocar con mis propias manos mi nada. En el momento en que se hizo ver, las primeras palabras que me ha dirigido han sido: "¿Quién soy Yo, y quién eres tú?" En estas dos palabras vi dos luces inmensas: En una comprendía a Dios, en la otra veía mi miseria, mi nada. Me veía ser no otra cosa que una sombra, como aquel reflejo que hace el sol al iluminar la tierra, que depende del sol, y que pasando a otros puntos el reflejo termina de existir. Así mi sombra, esto es, mi ser, depende del místico Sol Dios, y que en un simple instante puede deshacer esta sombra. ¿Qué decir además de cómo he deformado esta sombra que el Señor me ha dado, no siendo ni siquiera mía? Da horror pensarlo, maloliente, putrefacta, toda agusanada, y sin embargo en este estado tan horrendo estaba obligada a estar delante de un Dios tan santo, ¡oh, cómo habría estado contenta si me fuera dado esconderme en los más oscuros abismos! Después de esto Jesús me ha dicho: "El favor más grande que puedo hacer a un alma es el hacerse conocer a sí misma. El conocimiento de sí y el conocimiento de Dios van de la mano, por cuanto te conozcas a ti misma otro tanto conocerás a Dios. El alma que se ha conocido a sí, viendo que por sí misma no puede obrar nada de bien, esta sombra de su ser la transforma en Dios y de esto sucede que en Dios hace todas sus operaciones. Sucede que el alma está en Dios y camina junto a Él, sin mirar, sin investigar, sin hablar; en una palabra, como muerta, porque conociendo a fondo su nada no se atreve a hacer nada por sí misma, sino que ciegamente sigue las operaciones del Verbo." A mí me parece que al alma que se conoce a sí misma le sucede como a esas personas que van en un transporte, que mientras pasan de un lugar a otro sin dar un paso por ellas mismas, hacen largos viajes, pero todo esto en virtud del transporte que las lleva. Así el alma, metiéndose en Dios, como las personas en el transporte, hace sublimes vuelos en el camino de la perfección, pero conociendo plenamente que no ella, sino en virtud de aquel Dios bendito que la lleva en Sí mismo. ¡Oh! cómo el Señor favorece, enriquece, concede las gracias más grandes al alma que sabiendo que no a sí misma, sino todo a Él atribuye. ¡Oh, alma que te conoces a ti misma, como eres afortunada!

Vol. 2. 12 de junio 1899.
Jesús, mandando otro rayo de luz me ha hecho entender mi nada, ¡ah! me parecía que fuera como un grano de arena en medio de un vastísimo mar, cual es Dios, y este pequeño grano iba a perderse en aquel mar inmenso, pero se perdía en Dios.

EJERCICIO: ¿Hago actos de "resignación", actos de "humildad" y me ejercito en la "obediencia" en toda circunstancia de mi vida? ¿Estoy consciente de que la humildad produce el conocimiento de que el mayor bien para sí misma y el modo de glorificar a Dios es haciendo siempre Su Voluntad?

Vol. 3. 16 de abril 1900. Las tres firmas del pasaporte de la bienaventuranza en la tierra.
"Hija mía, el pasaporte para entrar en la felicidad que el alma puede poseer sobre esta tierra, debe ser firmado con tres firmas, y estas son: la resignación, la humildad y la obediencia. (1) La resignación perfecta a mi Querer (voluntad) es cera que funde nuestros quereres y de ellos forma uno solo, es azúcar y miel, pero si hay una pequeña resistencia a mi Querer la cera se desune, la azúcar se vuelve amarga y la miel se convierte en veneno. Ahora, (2) no basta estar resignada, sino que el alma debe estar convencida que el mayor bien para sí misma y el mayor modo de glorificarme es el hacer siempre mi Voluntad; he aquí la necesidad de la firma de la humildad (inteligencia), porque la humildad produce este conocimiento. ¿Pero quién ennoblece estas dos virtudes? ¿Quién las fortifica? ¿Quién las hace perseverantes? ¿Quién las encadena juntas en modo de no poderse separar? ¿Quién las corona? (3) La obediencia (amor). ¡Ah sí! La obediencia destruyendo del todo el propio querer y todo lo que es material, espiritualiza todo, y como corona se pone alrededor, así que la resignación y la humildad sin la obediencia estarán sujetas a inestabilidad, pero con la obediencia serán firmes y estables, y he aquí la estrecha necesidad de la firma de la obediencia para hacer que este pasaporte pueda correr para pasar al reino de la bienaventuranza espiritual que el alma puede gozar desde aquí. Sin estas tres firmas el pasaporte no tendrá valor, y el alma será siempre rechazada del reino de la bienaventuranza y estará obligada a estar en el reino de la inquietud, de los temores y de los peligros, y para su desgracia tendrá por dios a su propio yo, y este yo estará cortejado por la soberbia y por la rebelión."

EJERCICIO: Conocer la soberbia y sus males.

Vol. 3. 19 de noviembre 1899. Males de la soberbia.
Jesús le dice a Luisa: "Hija mía, la soberbia roe la Gracia. En los corazones de los soberbios no hay otra cosa que un vacío todo lleno de humo que produce la ceguera. La soberbia no hace más que hacer de sí mismo un ídolo, así que el alma soberbia no tiene a su Dios consigo; con el pecado ha buscado destruirlo en su corazón, y levantando un altar en él se pone encima y se adora a sí mismo." Luisa dice: "¡Oh! Dios, qué monstruo abominable es este vicio. A mí me parece que si el alma está atenta a no dejarlo entrar en ella, estará libre de todos los otros vicios; pero si por su desventura se deja dominar por él, como es madre monstruosa y mala, le parirá todos sus hijos díscolos, los cuales son los demás pecados. ¡Ah Señor, tenla lejos de mí!".

EJERCICIO: Busco a Jesús dentro de mí, no me detengo en ninguna cosa, ni pensamiento ni sentimiento, ninguna vanidad ni soberbia, hasta llegar a mí nada, mi vacío. ¿Puedo llegar hasta allí, hasta mi nada, o me quedo en el camino enredad@ en mi yo? Y si puedo entrever mi nada, ¿he dado a Dios la libertad para que realice Su obra en mí? Desde ahora, todo lo que haga, dejaré que lo haga Jesús desde mi nada.

Vol. 3. 3 de agosto 1900. Dios obra sólo sobre la nada.
Encontrándome en mi habitual estado, estaba deseando y buscando a mi amante Jesús. Después de haberlo esperado largamente, ha venido y me ha dicho: "Hija mía, ¿por qué me buscas fuera de ti, mientras que podrías encontrarme más fácilmente dentro de ti? Cuando tú me quieras encontrar entra en ti, llega hasta tu nada y ahí, sin ti, en el brevísimo giro de tu nada descubrirás los cimientos que ha puesto en ti y las construcciones que ha levantado en ti el Ser Divino. Esfuérzate y ve." Yo he mirado y he visto los sólidos cimientos y los muros altísimos que llegaban hasta el Cielo, pero lo que más me asombraba era que veía que el Señor había hecho este gran trabajo sobre mi nada, y los muros estaban todos cerrados, sin ninguna abertura. Se veía sólo en el techo una abertura que correspondía al Cielo, y en esta abertura residía nuestro Señor, sobre de una columna estable que sobresalía de los cimientos formados sobre la nada. Ahora, mientras estaba toda asombrada mirando, el bendito Jesús ha agregado: "Los cimientos formados en la nada significan que la mano divina obra ahí, donde está la nada, y jamás mezcla sus obras con las obras materiales. Los muros sin abertura alrededor, significan que el alma no debe tener ninguna correspondencia con las cosas terrenas, tanto, que no haya ningún peligro que pueda entrar ni siquiera un poco de polvo, porque todo está bien cerrado. La única correspondencia que dan estos muros es para el Cielo, esto es, de la nada al Cielo y del Cielo a la nada, este es el significado de la abertura hecha en el techo. La estabilidad de la columna significa que el alma está tan estable en el bien, que no hay viento contrario que la pueda mover. Y Yo que resido sobre ésta, es indicio cierto que la obra hecha es toda divina." ¿Quién puede decir lo que comprendía sobre esto? Pero mi mente se pierde y no sabe decir nada, sea siempre bendito el Señor y sea todo para su gloria y honor.

EJERCICIO: ¿Soy paciente y constante en el camino que he iniciado para vivir en la Divina Voluntad? ¿Cuál es la diferencia entre la humildad humana y la humildad en la Divina Voluntad?

Vol. 4. 11 de noviembre 1900. Saliendo del Divino Querer se pierde el conocimiento de Dios y de sí mismo.
Parece que el Señor bendito quiere ejercitarme en la paciencia, no tiene compasión ni de mis lágrimas ni de mi dolorosísimo estado. Yo sin Él me veo inmersa en las más grandes miserias, creo que no haya alma más perversa que la mía, si bien estando con Jesús me veo más que nunca mala, pero como me encuentro con Él que posee todos los bienes, mi alma encuentra el remedio a todos los males. Así que faltándome Él, todo para mí termina, no hay ningún remedio a mis grandes miserias, mucho más me oprime el pensamiento de que no sea más Voluntad suya mi estado, y no estando en su Querer me parece estar fuera del centro, y muchas veces pienso en el modo cómo poder salir. Ahora, estando con estas disposiciones lo he oído atrás de mi espalda que me decía: "Te has cansado, ¿no es verdad?" Y yo: "Sí Señor, me siento muy cansada." Y Él continuó: "¡Ah! hija mía, no salgas de mi Querer, porque saliendo de dentro de Él vienes a perder mi conocimiento, y no conociéndome vienes a perder el conocimiento de ti misma, porque sólo se distingue con claridad si hay oro o fango con los reflejos de la luz, porque si todo es tinieblas fácilmente se pueden confundir los objetos. Ahora, luz es mi Querer, que dándote mi conocimiento, a los reflejos de esta luz vienes a conocer quién eres tú, y viendo tu debilidad, tu pura nada, te pegas a mis brazos y unida con mi Querer vives conmigo en el Cielo; pero si quieres salir de mi Querer, lo primero que perderás es la verdadera humildad, y después vendrás a vivir sobre la tierra y estarás obligada a sentir el peso terreno, a gemir y suspirar como todos los demás desventurados que viven fuera de mi Voluntad." Dicho esto se ha retirado sin ni siquiera hacerse ver. ¿Quién puede decir el desgarro de mi alma?

EJERCICIO: ¿Soy como un rayo de sol?

Vol. 4. 9 de enero 1901. Jesús la quiere unida a Él como un rayo al sol, del cual recibe la vida, el calor y el esplendor.
Jesús ha dicho: "Lo que quiero es que tú estés siempre unida conmigo, como un rayo de sol que está siempre fijo en el centro del sol y que de él recibe la vida, el calor y el esplendor. Supón tú que un rayo se pudiera separar del centro del sol, ¿en qué se convertiría? En cuanto saliera perdería la vida, la luz y el calor y volvería a las tinieblas reduciéndose a la nada. Tal es el alma, mientras está unida conmigo, en mi centro, se puede decir que es como un rayo de sol que vive y recibe luz del sol, camina donde él quiere, en suma, está en todo a disposición y a la voluntad del sol; si después se distrae de Mí, se desune, queda toda en tinieblas, fría, y no siente en sí aquel impulso supremo de Vida Divina."

EJERCICIO: ¿Exalto la virtud de la humildad o me rio de ella y de los humildes?

Jesús dice a Luisa: "Hija mía, cómo ha arruinado al mundo la soberbia, ha llegado a destruir esa pequeña lucecita de razón que todos llevan consigo desde que nacen. Pero debes saber que la virtud que más exalta Dios es la humildad, y la virtud que más exalta a la criatura ante Dios y ante los hombre es la humildad."

EJERCICIO: Reparar por los pecados de soberbia que se cometen, se han cometido y se cometerán.

Vol. 4. 9 de septiembre 1901. Eficacia de las intenciones. Como reparar por los pecados de soberbia que se cometen en el mundo.
Mientras mi mente estaba ocupada en considerar el misterio de la coronación de espinas, me he acordado que estando ocupada otras veces en este misterio, el Señor se complacía en quitarse de su cabeza la corona de espinas y clavarla en la mía, y he dicho en mi interior: "Ah Señor, ya no soy digna de sufrir tus espinas." Y Él, ha venido de improviso y me ha dicho: "Hija mía, cuando tú sufres mis mismas espinas, tú me consuelas, y sufriéndolas tú Yo me siento completamente libre de esas penas; cuando te humillas y te crees indigna de sufrirlas, entonces me reparas los pecados de soberbia que se cometen en el mundo." Yo he agregado: "¡Ah Señor, por cuantas gotas derramaste, por cuantas espinas sufriste, por cuantas heridas, tanta gloria intento darte por cuanta gloria deberían darte todas las criaturas si no existiera el pecado de soberbia, y tantas gracias intento pedirte para todas las criaturas para hacer que este pecado se destruya." Mientras esto decía he visto que Jesús contenía en Él a todo el mundo, como una máquina contiene en sí los objetos, y todas las criaturas se han movido en Él, y Jesús se movía hacia ellas, y parecía que Él tuviese la gloria de mi intención y las criaturas hubieran regresado a Él para poder recibir el bien prestado por mí para ellas. Yo he quedado estupefacta, y Jesús viendo mi estupor ha dicho: "Parece sorprendente todo esto, ¿no es verdad? No obstante parece cosa de nada lo que tú has hecho, sin embargo no es así. ¿Cuánto bien se podría hacer con repetir esta intención y no se hace?"

EJERCICIO: Qué afrenta se hace a Nuestro Señor, el que yo, pequeño gusano, viviendo en Él ose ofenderle.

Vol. 4. 14 de enero 1902. No se es digno de Jesús si no se vacía de todo. En qué consiste la verdadera exaltación. "Siempre Santa e indivisible Trinidad, os adoro profundamente, os amo intensamente, os agradezco perpetuamente por todos y en los corazones de todos".

Estando en mi habitual estado ha venido mi adorable Jesús y me ha dicho: "Hija mía, no puede ser verdaderamente digno de Mí, sino sólo quien ha vaciado todo de dentro de sí, y se ha llenado todo de Mí, de modo de formar de sí mismo un objeto todo de amor divino, tanto, que mi amor debe llegar a formar su vida y a amarme no con su amor, sino con mi amor". Después ha agregado: "¿Qué significan aquellas palabras: "Ha depuesto del trono a los poderosos y ha exaltado a los pequeños?" Que el alma destruyéndose del todo a sí misma se llena toda de Dios, y amando a Dios con Dios mismo, Dios exalta al alma a un amor eterno, y esta es la verdadera y la más grande exaltación y a la vez la verdadera humildad". Después ha continuado: "La verdadera señal para conocer si se posee este amor, es si el alma no se ocupa de ninguna otra cosa más que de amar a Dios, de hacerlo conocer, y hacer que todos lo amen". Después, retirándose en mi interior he oído que rezaba diciendo: "Siempre Santa e indivisible Trinidad, os adoro profundamente, os amo intensamente, os agradezco perpetuamente por todos y en los corazones de todos". Y así la he pasado, oyendo casi siempre que rezaba dentro de mí y yo junto con Él.

Vol. 4. 23 de marzo 1902. El apoyo de la verdadera santidad es el conocimiento de sí mismo, de modo que su obrar es el mismo obrar Divino. "Jesús, vida y fuerza mía, por mí soy débil y nada puedo, pero contigo todo puedo, por eso fortifica mi debilidad infundiéndome tu misma fuerza."

Después de haber esperado mucho ha venido mi dulcísimo Jesús y me ha dicho: "Hija mía, el apoyo de la verdadera santidad está en el conocimiento de sí mismo." Y yo: "¿De veras? Y Él: "Cierto, porque el conocimiento de sí mismo, deshace a "sí mismo" y se apoya todo en el conocimiento que adquiere de Dios, de modo que su obrar es el mismo obrar divino, no quedando más nada del propio ser." Después ha agregado: "Cuando el interior se embebe, se ocupa todo de Dios y de todo lo que a Él pertenece, Dios se comunica todo Sí mismo al alma; pero cuando el interior se ocupa, ahora de Dios, ahora de otras cosas, Dios se comunica en parte al alma."

Vol. 4. 29 de abril 1902. Quien quiere todo Dios, debe dar todo a Dios. El todo por el todo.
Esta mañana mi adorable Jesús ha venido por poco tiempo diciéndome: "Hija mía, quien todo quiere de Dios, debe darse todo sí mismo a Dios." Y se ha detenido sin decirme más nada por entonces. Entonces yo viéndolo cerca de mí le he dicho: "Señor, ten compasión de mí, ¿no ves cómo todo está árido y seco? Me parece que me he vuelto tan seca como si jamás hubiera tenido ni gota de lluvia." Y Él: "Mejor así. ¿No sabes tú que por cuanto más la leña está seca, tanto más fácil el fuego la devora y la convierte en fuego? Basta una sola chispa para encenderla, pero si está llena de humores y no bien seca, se necesita gran fuego para encenderla y mucho tiempo para convertirla en fuego. Así en el alma, cuando todo está seco basta una sola chispa para convertirla toda en fuego de amor divino." Y yo: "Señor, ¿te burlas de mí? ¿Cómo entonces todo es feo, y además, qué cosa debes quemar si todo está seco?" Y Él: "No me burlo, y tú misma no comprendes que cuando no está seco todo en el alma, humor es la complacencia, humor es la satisfacción, humor el propio gusto, humor es la estima propia; en cambio cuando todo está seco y el alma obra, estos humores no tienen de donde nacer y el fuego divino encontrando sólo al alma desnuda, seca como fue creada por Él, sin otros humores extraños, siendo cosa suya le resulta facilísimo convertirla en su mismo fuego divino. Y después de esto Yo le infundo un hábito de paz, siendo conservada esta paz por la obediencia interior y custodiada por la obediencia exterior. Esta paz pare a todo Dios en el alma, esto es todas las obras, las virtudes, los modos del Verbo humanado, de modo que se descubre en ella su simplicidad, la humildad, la dependencia de su vida infantil, la perfección de sus virtudes adultas, la mortificación y crucifixión de su morir; pero esto comienza siempre, en que quien quiere todo Cristo, debe dar todo a Cristo."

EJERCICIO: Jesús, quiero depender en todo de Tu Divina Voluntad. Dame el Don de Vivir en Tu Divina Voluntad. ¿Reconozco que en todo lo que hago de bien es Dios que obra en mi propia nada?

Vol. 7. 28 de febrero 1906. El honor más grande que la criatura puede dar a Dios es el depender en todo de su Voluntad Divina. Modo como se comunica la Gracia.
Esta mañana, el bendito Jesús en cuanto se ha hecho ver me ha dicho: "Hija mía, el honor más grande que la criatura puede dar a Dios como Creador, es el de depender en todo de su Voluntad Divina, y el Creador viendo que la criatura hace su deber de criatura hacia el Creador, le comunica su Gracia." Y mientras esto decía, salía una luz de Jesús bendito y me hacía comprender el modo como comunica la Gracia, y yo comprendía así: Que el alma, por ejemplo, siente en ella un aniquilamiento de sí misma, ve su nada, su miseria, inhabilitada para hacer ni siquiera una sombra de bien; ahora, mientras se siente en este estado, Dios comunica su Gracia, y la gracia de la Verdad, así que el alma descubre en todo la verdad sin engaño, sin tinieblas, y entonces lo que Dios es por naturaleza, 'Verdad Eterna', que no puede engañar ni ser engañada, el alma lo llega a ser por gracia, o sea, el alma siente un desapego de las cosas de la tierra, ve su fugacidad, su inestabilidad, ve como todo es falso, todo podredumbre, que merecen ser aborrecidas en vez de amadas. Dios, mientras el alma se siente en este estado (ve su nada), comunica su Gracia, y la gracia del verdadero Amor y del Amor eterno; comunica su belleza, de tal modo que hace enloquecer al alma amante, y el alma queda llena del Amor y de la belleza de Dios, y entonces lo que Dios es por naturaleza: Amor y belleza eterna, el alma lo llega a ser por Gracia, y así de todas las otras virtudes divinas, porque si lo quisiera decir todo sería demasiado largo. Sólo agrego que la Gracia previene al alma, la excita, pero sólo se comunica y entra a tomar posesión cuando el alma mastica esas verdades y como alimento las traga, por eso no todos reciben los efectos dichos arriba, porque como relámpagos los dejan pasar por la mente y no les hacen un lugar.

EJERCICIO: Si el grano de trigo no muere…. No puede dar frutos de VIDA DIVINA. "Señor, si Tu lo quieres, yo lo quiero. Si Tú no lo quieres, tampoco lo quiero yo".

Vol. 7. 20 de enero 1907. La mayor santidad es el vivir en el Divino Querer.
Habiendo leído dos vidas de santas, una que ansiaba mucho el sufrir, y la otra que quería ser pequeña, yo pensaba en mi interior cuál de las dos sería mejor para poderla imitar, y no sabiendo resolver esto me sentía como confundida, y para poder estar libre y pensar sólo en amarlo he dicho entre mí: "Yo no quiero aspirar a nada sino solamente a amarlo y cumplir perfectamente su santo Querer." Mientras me encontraba en esto, el Señor en mi interior me ha dicho: "Y Yo aquí te quiero, en mi Querer. Hasta en tanto que el grano de trigo no es sepultado bajo tierra y muere del todo, no puede renacer a vida nueva y multiplicarse y dar vida a otros granos; así el alma, hasta que no se sepulta en mi Voluntad, hasta morir del todo en Ella con deshacer todo su querer en el mío, no puede resurgir a nueva Vida Divina con el resurgimiento de todas las virtudes de Cristo, que contienen la verdadera santidad, por eso mi Voluntad sea el sello que te marque el interior y el exterior, y cuando mi Voluntad haya resurgido toda en ti, en Ella encontrarás el verdadero amor, y esta es la mejor de todas las otras santidades a las cuales puede uno aspirar."

Vol. 8. 18 de noviembre 1907. El alma viviendo su nada se llena de Dios. Regreso continuamente a mi "nada" para llenarme de Dios.
Encontrándome en mi habitual estado ha venido el bendito Jesús, y en cuanto lo he visto he dicho: "Dulce vida mía, cómo me he hecho mala, me siento reducida en la nada, nada siento en mí, todo es vacío, sólo siento en mi interior un embeleso, y en este embeleso te espero a Ti, que me llenes, pero en vano espero este llenarme, más bien me siento regresar siempre en la nada." Y Jesús: "¡Ah! hija mía, ¿y tú te afliges porque te sientes reducida en la nada? Más bien te digo que por cuanto más la criatura se reduce en la nada, tanto más es llenada del Todo, y si fuera aun una sombra de sí que deja, esa sombra impide que Yo me pueda dar todo, todo al alma; y tu regresar siempre en la nada significa que vas perdiendo tu ser humano para readquirir el Divino."

Vol. 9. 26 de febrero 1910. Antes de morir, el alma debe hacer morir todo en el Divino Querer y en el Amor.
"No lo quieres comprender, que antes de morir debes morir a todo: al sufrir, a los deseos, a los fervores, a todo, y todo debe morir en mi Querer y en mi Amor. Lo que es eterno en el Cielo es mi Voluntad y el Amor, todas las otras virtudes terminan, paciencia, obediencia, sufrimiento, deseos, sólo mi Voluntad y el Amor no terminan jamás, por eso en mi Voluntad y en el Amor debes hacer morir todo anticipadamente. A todos mis santos, y Yo mismo, no quise evitarme el ser abandonado por el Padre, para morir en todo en el Querer y en el Amor del Padre. ¡Oh, cómo hubiera querido sufrir más! ¡Oh, cuánto deseaba hacer más por las almas! Pero todo esto murió en la Voluntad y en el Amor del Padre, y así han hecho las almas que verdaderamente me han amado, y tú no lo quieres comprender."

Ejercicio continuado: Toda acción, oración y actividad debe comenzar:
reconociendo la propia nada y
llenándonos de la Divina Voluntad y el Amor de Dios.
FIAT
Preparado para la clase de la primera semana de febrero del 2016.
Raquel


"Vivir en mi Voluntad es Vida que debo formar en la criatura, no es virtud." (Vol. 35, 11 de septiembre 1938).
Dicho filosoficamente : « Dios es un Ser que es por Sí mismo, in-causado. Un ser que Él mismo sea su razón de ser porque su Esencia se identifica con su Ser. Por esta razón la permanencia y perfeccionamiento en el ser de los entes contingentes depende también del Ser de Dios. Y esto sucede porque los entes que tienen contingentemente el ser, nunca son el Ser. De modo que si Dios no les conserva continuamente el ser, pasarían a la nada de inmediato, es decir, dejarían de ser. (…) los entes que antes no eran y ahora son necesitan del concurso de Dios para el acrecentamiento de su ser, aún por su actividad propia. Porque si las cosas no se dan a sí mismas el ser, tampoco pueden acrecentarlo o perfeccionarse sin la intervención del Ser infinito. Los existentes contingentes sólo están en capacidad para actuar y acrecentar su ser, pero para eso es necesario que el Acto puro de Ser los actualice, es decir, les haga pasar de la potencia o capacidad real de acto al acto y con eso puedan perfeccionarse, es decir, acrecentar su ser ». En: El Ser que existe por Sí mismo. Manuel Ocampo Ponce. Enlace web : http://infocatolica.com/blog/concordia.php/1601280831-el-ser-que-existe-por-si-mism#more30225



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