¿Cómo ha influido la física cuántica en las discusiones contemporáneas entre ciencia y religión?

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36. ¿CÓMO HA INFLUIDO LA FÍSICA CUÁNTICA EN LAS DISCUSIONES CONTEMPORÁNEAS ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN? Claudia E. Vanney

La física cuántica ha abierto interesantes interrogantes a científicos, filósofos y teólogos, no sólo sobre el realismo científico, sino también sobre el significado de la causalidad y la acción de Dios en el mundo natural. Muchos de estos interrogantes continúan abiertos en la actualidad. En los párrafos siguientes mencionaré brevemente algunos de ellos1. EL PAPEL DE DIOS EN UN MUNDO DETERMINISTA Durante los siglos XVIII y XIX, el universo fue asimilado a un gran mecanismo de relojería. Esta comprensión condujo a la concepción deísta de un Dios relojero, que crea el cosmos y lo deja evolucionar por sí mismo, desentendiéndose de él. Esta tesis deísta tiene fuertes implicancias teológicas. Si el transcurso del universo se encuentra rígidamente determinado por leyes mecánicas, no queda margen de acción para un obrar providente de Dios que no viole las leyes naturales. ————— 1

Un mayor desarrollo de estas cuestiones se puede encontrar en: Barbour, I. G., When Science Meets Religion. London: Society for Promoting Christian Knowledge, 2000, pp. 65-89.

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Pero el indeterminismo de la física cuántica supuso, a principios del siglo XX, un serio escollo para el determinismo mecanicista. Algunos autores vieron en el indeterminismo cuántico una brecha de indeterminación del mundo natural, donde Dios podría actuar con su providencia ordinaria sin violar las leyes de la naturaleza. DIOS ACTÚA EN LA NATURALEZA DETERMINANDO LAS INDETERMINACIONES CUÁNTICAS

El estado de un sistema newtoniano se caracteriza por valores definidos de posición, velocidad, energía, tiempo, etc. Un estado cuántico, en cambio, no se encuentra caracterizado por los valores definidos de sus propiedades, sino por la función de onda, que consiste en una distribución de probabilidad de los posibles valores que podrían asumir las propiedades físicas observables. Sin embargo, cuando en un sistema cuántico se realiza una medición, se obtiene un valor definido para una propiedad física. En 1927, Werner Heisenberg propuso el postulado del «colapso de la función de onda» en la medición, para dar cuenta del paso desde la distribución de probabilidades de posibles valores (estado cuántico anterior a la medición) a un único valor medido (estado cuántico posterior a la medición). Algunos autores atribuyen el colapso de la función de onda de algunos sistemas cuánticos a la acción divina. En 1958, Pollard sugirió que las indeterminaciones cuánticas son los dominios a través de los cuales actúa la providencia divina en el gobierno de todos los eventos. En los últimos veinticinco años, el programa de investigación llamado «Perspectivas científicas sobre la acción divina» ha estudiado diversos ámbitos de la ciencia contemporánea que ofrecen espacios diversos de indeterminación que podrían dar cabida a una acción divina en el mundo natural2. Los investigadores de este programa sostienen que Dios, al seleccionar las leyes de la naturaleza, eligió unas leyes muy específicas con propiedades notables, permitiendo una genuina emergencia de la complejidad y del inde————— 2

Cfr. Russell, R. J., Stoeger, W. R. y Murphy, N. eds., Scientific Perspectives in Divine Action. Twenty Years of Challenge and Progress. Vatican City. Vatican Observatory Publications, 2009.

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terminismo en la naturaleza, que iría más allá de un mero despliegue de las consecuencias de las leyes. Sin embargo, tampoco han faltado quienes no consideran que el indeterminismo cuántico sea un requisito indispensable para admitir la acción de Dios en el mundo natural. Cuando se asume que el actuar de Dios en la naturaleza exige «huecos de indeterminación» en las leyes científicas o la existencia de regiones donde la causalidad no se encuentre bien definida, se suele entender la causalidad de un modo unívoco, sin distinguir entre causalidad divina y causalidad creada. Pero esta equiparación del actuar divino con el actuar de las causas de orden natural, también es fuente de nuevas dificultades. Si el estatus causal de Dios se reduce al estatus causal de cualquier otra causa, las acciones divinas también pierden su carácter providente: es difícil comprender cómo una causa, que no es más que una causa entre otras, puede guiar el mundo creado hacia su destino final. AZAR CONTRA DISEÑO Como se ha mencionado en la pregunta anterior, la física cuántica quebró el determinismo newtoniano al introducir la indeterminación en el nivel atómico. En el extremo opuesto a la postura mencionada en los párrafos anteriores, otros autores atribuyeron el colapso de la función de onda a una mera cuestión de azar. Pero sostener que es el azar el que determina los fenómenos cuánticos también tiene implicaciones teológicas, pues desafía fuertemente las ideas de un diseño divino en la naturaleza o de un propósito divino en la creación. Por esta razón, la mayoría de los autores materialistas asumen como premisa básica que nuestro mundo no es el resultado de un propósito divino, sino un mero producto del azar. Desde la teología se han dado diversas respuestas a esta cuestión. Como ya hemos mencionado, algunos autores atribuyen directamente a Dios la determinación de las posibilidades que el indeterminismo cuántico deja abiertas. Otros autores, en cambio, sostienen que tanto las leyes como el azar integran el designio divino, pues Dios ha creado el universo como un proceso auto-organizativo. Dios le da al cosmos una finalidad, pero sin determinar de un modo directo la secuencia exacta de los eventos. 260

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EL HOLISMO DEL MUNDO CUÁNTICO Además de su indeterminismo, los fenómenos cuánticos poseen también otra peculiaridad. Aquellos sistemas cuánticos que alguna vez interactuaron continúan manteniendo una asombrosa correlación aún después de haberse separado grandes distancias. Por esta razón, cuando dos partículas han tenido un origen común, deben describirse mediante una única función de onda, sin importar cuán lejos se encuentren en el futuro. Este «holismo cuántico» estaría mostrando, para algunos autores, que en la naturaleza existen niveles de realidad que son superiores al espacio, al tiempo, a la materia y a la energía; pero que tienen efectos en el nivel material. Teólogos como Arthur Peacocke han propuesto extender hasta Dios la idea de niveles de realidad, sugiriendo que Dios interactúa desde el nivel superior con la naturaleza. EL PRINCIPIO DE COMPLEMENTARIEDAD Y LAS LIMITACIÓN DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Diversos experimentos de la microfísica han puesto de manifiesto que los electrones o los cuantos de luz se comportan como ondas o como partículas, según el contexto experimental, aunque no es posible diseñar un experimento que ponga de manifiesto ambos comportamientos simultáneamente. En 1937 Niels Bohr formuló su famoso principio de complementariedad, según el cual una entidad cuántica se comporta a veces como onda y a veces como partícula. El principio de complementariedad principalmente señala limitaciones en el conocimiento humano. Como el mundo atómico no puede describirse utilizando nociones clásicas, es necesario elegir entre un modelo ondulatorio y uno corpuscular, entre descripciones causales y espacio-temporales, entre el conocimiento preciso de la posición de una partícula y el de su velocidad. Bohr sugirió, además, extender la idea de complementariedad a otros fenómenos, como los modelos mecánicos y orgánicos en la biología o los modelos conductistas e introspectivos en la psicología. En esta misma dirección algunos autores han sugerido extender también el principio de complementariedad a la relación entre ciencia 261

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y religión, pues ambas disciplinas estudian una misma realidad, pero bajo perspectivas complementarias. Sin embargo, esta propuesta ofrece una dificultad. La idea de complementariedad supone considerar alternativas que procedan de un mismo nivel lógico, y esto no es así entre ciencia y religión. Por otra parte, asumir una interpretación demasiado amplia del principio de complementariedad correría también el riesgo de admitir de un modo acrítico dicotomías inconsistentes. INSTRUMENTALISMO CIENTÍFICO Y ESCEPTICISMO Para las interpretaciones instrumentalistas de la ciencia, las teorías científicas sólo poseen una finalidad heurística o predictiva y no pretenden explicar la realidad. Esta forma de entender el conocimiento científico suele acentuar las limitaciones conceptuales del conocimiento humano. Algunos teólogos han extendido la cosmovisión instrumentalista de la ciencia a otros ámbitos del conocimiento insistiendo, por ejemplo, en que las limitaciones del conocimiento científico también se encuentran en el conocimiento de Dios. Si se asumiera esta propuesta, ni la ciencia ni la religión estarían en condiciones de decir mucho sobre el mundo real, y tampoco sería posible un diálogo entre ellas. Como hemos visto en los párrafos anteriores, la física cuántica ha abierto nuevamente el interés por preguntas fundamentales acerca del mundo natural, del conocimiento humano y de Dios. La ciencia cuenta hoy con un prestigio indiscutido, pero ella sola no puede dar respuestas acabadas a estas preguntas. Aunque las miradas disciplinares son inevitables, las preguntas fundamentales requieren una aproximación interdisciplinar y una solución que supere las descripciones parciales. Las ciencias naturales, la filosofía y la teología responden a ejercicios distintos de la inteligencia humana; complementarios, pero no independientes. Por esta razón, sólo un trabajo interdisciplinar puede abrir camino a la reunión, sin confusión, de ciencias y métodos. Pero como en cada disciplina se trabaja bajo el marco de una doctrina teórica, con métodos y procedimientos propios, el trabajo interdisciplinar requiere contar con un marco epistemológico adecuado que permita determinar el alcance cognoscitivo de los diversos aportes. 262

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Si los modelos científicos y las construcciones teóricas fueran meras especulaciones de carácter instrumental, las ciencias naturales no aportarían mucho al conocimiento del cosmos. En cambio, si la ciencia versa sobre lo real, los modelos científicos refieren a una ontología. Desde una perspectiva realista, el propósito de cualquier interpretación de las teorías científicas consiste, principalmente, en decirnos cómo sería el mundo si la teoría fuera verdadera. Pero incluso cuando se asume una perspectiva realista del conocimiento científico, es necesario admitir que la ciencia sólo alcanza un conocimiento limitado o insuficiente del mundo natural. PARA SEGUIR LEYENDO BARBOUR, I. G., When Science Meets Religion. Society for Promoting Christian Knowledge. Londres, 2000. pp. 65-89. RUSSELL, R. J., STOEGER, W. R. Y MURPHY, N., EDS., Scientific Perspectives in Divine Action. Twenty Years of Challenge and Progress. Vatican Observatory Publications. Ciudad del Vaticano, 2009.

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