Comentario: Irracionalismo, compromiso intelectual y el naturalismo crítico

Comentario: Irracionalismo, compromiso intelectual y el naturalismo crítico. Elvin A. González Pérez Este ensayo propone entablar una reflexión en cuanto al papel del intelectual dentro de la academia puertorriqueña ante las nuevas posturas postmodernistas que se han insertado en el sistema universitario de Puerto Rico. La visión de Jaime Benítez tomó un giro debido a estas nuevas posturas que colonizaron el proyecto intelectual de la entidad educativa. El objetivo de este ensayo pretende entablar algunas reflexiones sobre la filosofía irracionalista en los diversos departamentos académicos de la Universidad de Puerto Rico, especialmente en los campos de las humanidades y las ciencias sociales. A su vez, intenta exponer el daño que ha causado en las corrientes intelectuales actuales. Según el Dr. Raúl Guadalupe de Jesús, la escuela irracionalista a empobrecido la producción teórica científica en Puerto Rico, donde él parte de sus experiencias vividas, el análisis y el estudio reflexivo. El autor define el posmodernismo como una escuela de pensamiento que se caracteriza por “el rechazo mas o menos explícito de la tradición racionalista de la Ilustración por producciones teórica desconectadas de cualquier evidencia empírica, y por un relativismo epistemológico y cultural con el cual se define a la ciencia como una narración, un mito o una construcción social”.1 No obstante, también define lo que deberían ser los objetivos del intelectual en la sociedad, donde afirma que su compromiso único debería ser con su trabajo intelectual.2 Las consecuencias de estas nuevas tendencias en la historia y la literatura, han sido devastadoras en las corrientes intelectuales contemporáneas. Según el autor, ante la realidad social, la escasez alimenticia y la crisis colonial, la producción académica se ha concentrado en 1

Raúl Guadalupe de Jesús. El evangelio de Makandal y los hacedores de lluvia: Ensayos sobre literatura, historia y política del Caribe. Editorial Tiempo Nuevo. San Juan. 2015. P. 263. 2 Ibíd. P. 273

juegos lingüísticos. Por lo que se ha llegado al punto de negar la existencia de la realidad y la existencia antropológica de la cultura puertorriqueña.3 No tan solo eso, uno de los peores ejemplos que se encuentra en esta concepción irracional, es el apoyo a las fuerzas políticas del poder imperialista, que a su vez tilda a los movimientos estudiantiles como turbas y ataca a los movimientos sindicales.4 Por lo tanto, aunque ellos no son los únicos que han aportado a la destrucción del sistema universitario, tienen una gran responsabilidad en este asunto. Los intelectuales de una forma u otra también han contribuido. Profesores del mismo sistema, se han hecho de la vista larga y no han contribuido en la búsqueda de soluciones, siendo ellos esclavos de los altos sueldos a cambio de asesorías para el gobierno. El autor también hace un acercamiento al movimiento marxista puertorriqueño. Se enfatiza que este movimiento se ha dedicado a entablar argumentos intentando abrir caminos de reforma que no incluyen una transformación revolucionaria.

Este discurso no ha evolucionado,

impidiendo el análisis de nuevos postulados en un contexto científico acorde con las realidades sociales del siglo XXI.5 Como habíamos mencionado, este ensayo nos lleva a reexaminar nuevas problemáticas que se han insertado en la teoría del conocimiento donde han afectado una diversidad de ámbitos en la academia puertorriqueña. Esto explica como hoy en día tanto en las escuelas y universidades se incentiva a la memoria y no al análisis crítico en la literatura y en la historia.

Nuestros

intelectuales, han convertido estas instituciones bancos de memoria y no de análisis crítico, utilizando la narrativa como el mayor medio de aprendizaje dejando atrás el análisis y la toma de 3

Ibíd p. 271 Ibíd p. 277 5 Ibíd p. 281-282 4

diferentes posiciones que promuevan una síntesis de nuevas posturas. Sin duda alguna, los problemas que atraviesan el país son el resultado de la falta de discusión de soluciones lógicas que sólo se encuentran en la realidad y no en los juegos lingüísticos posmodernistas. Por tal razón, hay que incentivar a nuestras nuevas generaciones para que sean personas con un juicio crítico, que puedan buscar soluciones desde nuevos puntos de vista alejados de la irracionalidad narrativa que ha infectado nuestros mayores centros educativos.