Colecciones arqueológicas de la provincia de Limón (Costa Rica) del Laboratorio de Arqueología: Inventario y una aproximación crítica a su potencial. Peytrequín y Arrea. 2013

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Descripción

Colecciones arqueológicas de la provincia de Limón (Costa Rica) del Laboratorio de Arqueología: Inventario y una aproximación crítica a su potencial Jeffrey Peytrequín Gómez*1 Floria Arrea Siermann**

Resumen El presente reporte aborda los pormenores y algunos avances con relación al proyecto de investigación “Puesta en valor de las colecciones arqueológicas del Laboratorio Carlos Aguilar Piedra”. Se discutirá sobre la metodología de trabajo aplicada y los principales resultados alcanzados hasta el momento. A la vez, se considera el potencial investigativo de la información procesada para el futuro. Palabras claves: Colecciones, Limón, Costa Rica, Laboratorio de Arqueología, inventario, investigación.

Abstract This report leads with the details and advances related to an a current research project called “Puesta en valor de las colecciones arqueológicas del Laboratorio Carlos Aguilar Piedra”. The applied methodology and the current principal results are discussed. Besides, collection´s data research potential is regarded. Keywords: Collections, Limón, Costa Rica, Archaeology Laboratory, inventory, research.

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*Docente e investigador de la Escuela de Antropología. ** Docente e investigadora de la Escuela de Antropología.

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Introducción A inicios del año 2011 se presentó ante la Vicerrectoría de Investigación de la UCR la propuesta del proyecto “Puesta en valor de las colecciones arqueológicas del Laboratorio Carlos Aguilar Piedra de la Universidad de Costa Rica”; la cual fue examinada, aceptada y se le brindó el código N° 212-B2-702 para su ejecución a partir de enero del 2012. Dicho proyecto tiene como columna vertebral la evaluación del estado general y del potencial de las distintas colecciones recuperadas a lo largo de más de 40 años de investigaciones por parte del personal del Laboratorio de Arqueología. Para la consecución de tales objetivos fue necesario inventariar, ordenar, catalogar y embalar colecciones varias con la meta de vislumbrar cuáles tienen contexto arqueológico (suficientes datos de referencia) y, por tanto, viabilidad para ser sujetas a investigaciones futuras. Además,

el

proyecto

tiene

como

actividad

afín

conservar

apropiadamente los materiales culturales; esto no solo con propósitos didácticos e investigativos de la unidad académica inmediata (Escuela de Antropología), sino con relación a la formulación y base para exposiciones hacia comunidades mayores o en trabajos conjuntos con el MuseoUCR+. Espacios propicios para socializar y mostrar la importancia de nuestra historia antigua a un público más amplio. Es así como en este trabajo se exponen los resultados y avances -hasta el momento- del proyecto de investigación supra citado. De este modo, se describen las distintas tareas realizadas con todos los sitios arqueológicos de la 2

provincia de Limón, los datos obtenidos, los instrumentos desarrollados para cumplir con esta labor; además del potencial de ciertas colecciones y algunos problemas que se presentaron en el camino hacia la consecución de las metas propuestas.

El Laboratorio de Arqueología Carlos Aguilar Piedra y nuestro proyecto El Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Costa Rica fue fundado en 1968 gracias a los esfuerzos de Carlos Aguilar Piedra, quien fuera profesor de esta Universidad desde 1962 y el primer arqueólogo costarricense. Por tal razón, dicho laboratorio lleva su nombre. El mismo se ubica en la Sede Central de la Universidad de Costa Rica, en San Pedro de Montes de Oca, en la planta baja de la Escuela de Artes Musicales y cuenta con áreas de bodegas, análisis, aula de clases y oficinas de de investigadores(as) y docentes. Este espacio no es solo un lugar de almacenamiento de materiales arqueológicos; sino donde se produjeron (y producen) muchas de las gestiones para el resguardo del patrimonio arqueológico nacional y se dan múltiples actividades que combinan labores de docencia, investigación, manejo de colecciones y la acción social desarrolladas en la Escuela de Antropología y en la Universidad de Costa Rica como tal. Legalmente la Universidad es custodio temporal de las colecciones que alberga el Laboratorio de Arqueología Carlos Aguilar Piedra, por tanto somos

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responsables de emitir inventarios y los controles de las colecciones que cada cierto tiempo se entregan al Museo Nacional de Costa Rica. Para lograr los objetivos de nuestro proyecto se intenta conocer las colecciones de forma general (primeramente) para discernir su potencial para la investigación y exhibición; o la posibilidad de traslado de algunas de ellas al Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional. Vinculado al último punto, específicamente, se considerarán las colecciones que no posean información contextual “fina”, así como aspectos básicos; ya sea su ubicación geográfica exacta, carencia de requisitos mínimos (e.g. diarios) de las actividades realizadas en los trabajos de campo; así como el hecho de que se hubiesen recolectado sin los controles adecuados y/o que limiten la investigación a la simple cronología. Por lo cual mediante este proyecto hemos empezado a seleccionar las muestras adecuadas para la docencia y futuras investigaciones, o para la consulta de las mismas por parte de investigadores -no necesariamente ligados a la universidad- a los(as) que podamos brindarles información sobre las colecciones que posean un contexto arqueológico apropiado. A continuación repasaremos las actividades asociadas al proyecto de investigación y que fueron llevadas a cabo a lo largo del año 2012.

Tareas propias del desarrollo del proyecto Se

comenzó

haciendo

un

balance

(cuantitativo)

de

los

sitios

arqueológicos trabajados por el Laboratorio de Arqueología. En total hay 552 4

sitios reportados a lo largo del país. Ya conociendo cuantos registros había por provincia, decidimos empezar a procesar los sitios pertenecientes a Limón. Esto con base a una estrategia práctica de ordenamiento de los datos, ya que dicha provincia es la que posee menos registros (ver Fig. 1) y nos permitía tener un mayor control de las colecciones.

Figura 1: Gráfico de cantidad de sitios registrados por el Laboratorio de Arqueología (n=552) según provincia

Fuente: Elaboración propia

De manera sintética se le aclara al lector(a) la naturaleza de la distribución de los sitios para las provincias con más registros. En ese sentido, Cartago presenta la mayor cantidad de sitios debido a dos factores particulares. El primero es que en esa provincia se dio una importante cantidad de investigaciones ligadas al proyecto de establecimiento de secuencias culturales

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en el Valle Central2; así como en este sector del país está localizado el sitio Guayabo de Turrialba, lugar donde se ejecutaron varias temporadas de campo durante distintos años. Para Alajuela y Puntarenas fueron significativos otros dos proyectos del Laboratorio y su vínculo con el reporte de varios sitios arqueológicos allí. En el primer caso las labores ejecutadas en la localidad de San Ramón y sus alrededores; para Puntarenas nos referimos al proyecto sobre el potencial arqueológico del Golfo Dulce (Pacífico Sur). Ahora bien y volviendo a Limón, entre las múltiples -y complementariasactividades desarrolladas hasta el momento encontramos:

• La revisión de todos los datos concernientes a cada sitio dentro de dicha provincia Esto consistió en un primer balance para conocer el estado de las colecciones; si contaban con datos más allá de las hojas de registro, dónde se encontraban localizadas las cajas con los materiales de los sitios de Limón dentro de la bodega, además del acarreo y conjuntar las mismas, en un solo espacio, para facilitar su búsqueda y agilizar todas las labores que se detallan a continuación.

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Varios de los sitios reportados en las provincias de Heredia y San José están también vinculados a este proyecto en particular.

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• Procesado: lavado de materiales y re-marcado (rotulación) de los mismos con la signatura correspondiente En la mayoría de sitios (a excepción de Chamorro) se necesitó lavar toda o gran parte de la cultura material asociada a estos, ya que los tiestos, artefactos (en cerámica y piedra); así como los fragmentos líticos se encontraban sin una adecuada limpieza y aún con restos propios de la matriz de tierra de donde fueron extraídos. El tiempo dispuesto para la actividad anterior es directamente proporcional a la antigüedad de las excavaciones; esto debido a que la tierra se compacta más con los años y es necesario un alargue en la acción de limpieza por cada uno de los vestigios tratados. Esto aún más dependiendo de ciertas características inherentes a los especímenes, por ejemplo el tratamiento de un soporte hueco o un fragmento con aplicaciones de pastillaje (en contraste a uno sólido o un tiesto liso respectivamente) se retarda para no alterar la integridad del resto. De tal manera, y así de forma paulatina y consecuente, dichas piezas tampoco contaban con su adecuada rotulación3; la cual incluye -como mínimola clave del sitio arqueológico. Es claro que antes del marcado de los materiales se necesita un rango justo de tiempo para que toda la humedad -por la limpieza con agua- sea liberada. Hasta ese momento es que se puede comenzar la actividad del rotulado. Se trae esto a colación debido a que los

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El (la) lector(a) comprenderá que todo resto arqueológico antes de ser rotulado debe estar limpio y, como aclaramos, en la mayoría de los casos de las colecciones de Limón hubo que lavar los materiales; por ejemplo esto incluyó varios miles de fragmentos de cerámica.

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lapsos que toma el secado son variables por resto y había que esperar esto antes de procesar más materiales. A su vez, se notó que algunos restos estaban marcados con información incorrecta acerca de su procedencia; para lo cual se tuvo que borrar esos datos y realizar un re-marcado de la cultura material. Debido a que una gran parte de la evidencia no había sido observada en el Laboratorio luego de su recuperación inicial (alguna varias décadas antes del presente), se notó que ciertos restos no eran de naturaleza cultural. Con relación a estos últimos, después de su examen respectivo, se decidió descartarlos; en especial cuando se trataba de litos sin ningún indicio de modificación humana.

• El registro y embalaje adecuado Luego del rotulado de los especímenes se realizó un registro fotográfico de los mismos, esto con el fin de alimentar dicho rubro en la base de datos extendida de cada sitio arqueológico (ver anexos). Al mismo tiempo, en los diarios del laboratorio se levantó un registro base de acuerdo al soporte material de la evidencia (cerámica, lítica, artefactos especiales, restos malacológicos); así como algunos aspectos específicos. Solo para mencionar, en el caso de la cerámica se consigna cuantos bordes, bases, cuerpos (decorados/ sin decorar), asas, etc. aparecen por operación, cuadro y/o estrato en cada sitio arqueológico. Por supuesto, mientras estos

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datos no se consignen en los diarios originales (si es que los hay), esto impide el poder realizar ciertos conteos a nivel contextual de los materiales. Lamentablemente este fue el común denominador de los sitios propios de la provincia de Limón, donde lo que se pudo realizar fue un conteo “general por sitio” de la cultura material implicada. Ciertamente el ordenamiento es clave, además del estado de conservación. Se re-agruparon algunos materiales que fueron apareciendo en cajas separadas (aunque correspondieran a un mismo contexto). En otras palabras, se conjuntó la cultura material de acuerdo a cada sitio arqueológico. Asimismo, fue necesaria la sustitución de algunas de las cajas que se encontraban en un estado no adecuado o deterioradas, éstas se cambiaron por nuevas para la apropiada contención de los recursos arqueológicos. Lo mismo aplicó para decenas de bolsas plásticas y para todas las etiquetas a lo interno de las cajas de embalaje.

• Ajuste y configuración de la base de datos digital A partir del 2005 en el Laboratorio de Arqueología se implementó el uso de bases de datos digitales para el control de la información referente a las colecciones. No obstante, al paso de los años y al momento de inicio del presente proyecto nos percatamos de la existencia de varias bases de este tipo, en muchas de las cuales se repetían datos y registros; mientras otras tenían grandes vacíos de información.

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Ante ello, procedimos a unificar todos los datos en una sola base con el grado detalle necesario para conocer el potencial investigativo de los contextos. En dicha base se debe registrar por sitio: nombre, clave del mismo (tanto la asignada por el Museo Nacional como la propia del Laboratorio), su ubicación, coordenadas, descripción general, trabajos realizados, temporalidad, contextos y evidencia cultural relacionada, materiales gráficos y referencias bibliográficas de investigaciones ejecutadas en el sitio (en el anexo se puede observar la especificidad de dicha base de datos).

• Valoración de los expedientes de cada contexto arqueológico Como pináculo de nuestra faena, con la información disponible (e incorporada) en los expedientes de cada sitio se han digitalizado las hojas de registro -antiguas- correspondientes, escaneado gráficos, croquis; así como documentos escritos varios, entre estos: reportes y diarios de campo que se encuentran en buenas condiciones y son legibles aún. En caso de no cumplir con estas características se ha necesitado transcribir informes, así como diarios -“en limpio”- a nivel digital y en hojas de Microsoft Word. Como se mencionó, las fotografías tomadas de todos los materiales ya procesados se han incorporado al expediente digital de la base de datos de cada sitio arqueológico. A la vez, lo anterior se ha complementado con la búsqueda y revisión de textos publicados (o trabajos finales de graduación) que posean datos afines a los mismos sitios y, dicha información, se incorporó también en la base de

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datos digital. Esto fue ineludible para varios sitios con los cuales solo contábamos con una hoja de registro que contenía datos exiguos. Con las tareas mencionadas se buscó y logró realizar un registro íntegro y completo -en la medida de las posibilidades- sobre cada uno de los sitios arqueológicos reportados para la provincia de Limón por el Laboratorio de Arqueología de la UCR. A continuación se presentan los resultados generales del procesado y la clasificación inicial de los materiales por materia prima. Con respecto a la cerámica, en total se trataron para la provincia de Limón 2702 tiestos (ver Fig. 2) más 1 bolsa con restos de bahareque correspondiente al sitio Black Creek.

Figura 2: Gráfico de fragmentos cerámicos según sitio arqueológico (n=2702), provincia de Limón

Fuente: Elaboración propia 11

Como se observa en el gráfico anterior, la presencia de restos cerámicos es altamente contrastante. De hecho hay sitios donde no se reporta (ni halló en la colección) tiestos. Resaltan acá País/Gandoca y Black Creek. No obstante, en el caso del primero la información referencial de base (e.g. diarios de campo y laboratorio) está ausente; limitando por completo una futura investigación. Esto no aplicaría para el segundo sitio4.

Figura 3: Fragmentos cerámicos tempranos (3000-1500 a.C.) del sitio Black Creek, provincia de Limón

Fuente: Fotografía Laboratorio de Arqueología

Con relación a la lítica, también el registro es muy variable. La Figura 4 detalla la cuantificación general por sitio. Esta incluye tanto artefactos completos, fragmentos de ellos; así como desechos, nódulos y lascas.

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De lo cual hablaremos en el apartado de contextos potenciales.

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Figura 4: Gráfico de restos líticos según sitio arqueológico (n=468), provincia de Limón

Fuente: Elaboración propia

Como ejemplos podemos mencionar que dos sitios si poseen una buena muestra artefactual lítica. En Las Lomas hallamos 13 artefactos, entre ellos: 3 pistilos, 9 hachas (una de estas re-trabajada como colgante) y 1 mano de moler. Por su parte dentro del material lítico de Black Creek se procesaron 48 artefactos incluyendo hachas, pesas para red de pesca, raspadores, machacadores, martillos, pistilos, pulidores, núcleos; además de una posible escultura, 1 preforma de punta de proyectil, 1 colgante en proceso de manufactura y lo que parece ser un borde de una vasija en piedra (ver Figs. 5 y

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6). Lo anterior sumado a 15 fragmentos de artefactos, 78 lascas y desechos varios.

Figura 5: Colgante en proceso de

Figura 6: Borde de vasija

manufactura, sitio Black Creek

en piedra, sitio Black Creek

Fuente: Fotografías Laboratorio de Arqueología

Para el caso de País/Gandoca lo procesado fueron varios fragmentos de platos de metate y 1 mano de moler. Evidencia lítica aislada está representada por los sitios Portete, Chamorro, Javillo y Torrente (con solo 1 fragmento de hacha, 7 nódulos, 1 fragmento de mano de moler y 2 lascas respectivamente). Además de la cultura material, ligado a los sitios arqueológicos el Laboratorio Carlos Aguilar Piedra cuenta con una bodega -con temperatura controlada- para restos orgánicos. En el caso de la provincia de Limón sólo en dos sitios se reportan restos de esta naturaleza, a saber: Gandoca y Black Creek (ver Fig. 7). En el primero de los sitios tenemos 1 fragmento de coral, 4 conchas (completas) y 15 fragmentos de conchas; todos sin un claro contexto asociado. 14

Figura 7: Restos malacológicos asociados al sitio Black Creek

Fuente: Fotografía Laboratorio de Arqueología La información correspondiente a Black Creek se sintetiza en el siguiente gráfico (Fig. 8). Para este sí se cuenta con información contextual correspondiente a las distintas unidades de excavación. Figura 8: Gráfico de restos orgánicos presentes en el sitio arqueológico Black Creek (n=913), provincia de Limón

Fuente: Elaboración propia 15

El balance general de la provincia de Limón nos presenta un par de sitios con una considerable cantidad de material y una multitud con exigua evidencia. Estos resultados son apreciables en la Figura 9.

Figura 9: Gráfico del total de cultura material (n=3180) según sitio arqueológico, provincia de Limón

Fuente: Elaboración propia

“Curiosidades” de la colección y de la muestra trabajada hasta el momento Llama la atención como algunos de los “sitios” prácticamente no cuentan con información mínima de diversa índole. Veamos: algunos apenas poseen solo ciertos datos en sus hojas de registro; careciendo de aspectos vitales

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como un croquis (al menos a mano alzada). Otros sitios resulta que ni siquiera tienen una hoja de registro obscureciendo por completo, inclusive, el conocer cuáles son sus coordenadas geográficas para intentar re-visitarlos y poder captar más información sobre ellos. A la vez existen ciertos sitios en la provincia de Limón que cumplen con las anteriores privaciones de información pero, además y para sorpresa nuestra, también a nivel específico de la cultura material; haciendo que de algunos de ellos solo tengamos exiguos restos cerámicos o un solo espécimen lítico. Por ejemplo en “sitios arqueológicos” registrados por el Laboratorio como Norwick y Mille Creek, con nula información contextual, solo se reporta para cada uno 2 nódulos y 1 hacha respectivamente. Esto nos provoca preguntas como ¿cuál es la base para registrar un sitio?, ¿un solo artefacto se puede considerar como sitio?, entre otras. Además, en la base de datos antigua aparecen referenciados sitios particulares según cajas numeradas (específicas); al momento de ubicar y revisar dichas cajas en la bodega de Laboratorio de Arqueología los(as) investigadores(as) se percataron que ciertos sitios no se localizaban en el lugar que les correspondía -según esta base de datos- (e.g. sitios Espavel UCR-477 y la Calzada UCR 478). Lo anterior, con suerte y apelando a la memoria del personal del Laboratorio, retarda la acción de búsqueda de los recursos que se desean procesar. No obstante hemos llegado al punto de poseer “materiales perdidos”, por la inconsistencia entre la información de las bases de datos previas y lo 17

encontrado (o más bien no encontrado) en las cajas de la bodega del Laboratorio. Dichos materiales no se hallarán hasta -literalmente- topar con ellos en el avance del acomodo, registro y embalaje de las colecciones de nuestro Laboratorio. Al mismo tiempo, aparecen en algunas cajas materiales de sitios (e.g. UCR-469) que no se encuentran registrados con ningún nombre en la base de datos. Causando esto desazón y muchos cuestionamiento sobre el tratamiento de estos materiales en el pasado. Otro problema descubierto es la replicación de datos. Para muestra en cuanto a que un solo sitio recibía dos denominaciones distintas, siendo en realidad un mismo contexto (e.g. sitios País y Gandoca 470 UCR). Esto implica, al mismo tiempo, la re-rotulación de los materiales, reacomodo de estos y cuestionarse ahora ¿eliminamos un sitio?, ¿cómo?, ¿”sitios” reportados y ubicados a menos de 200 metros entre uno y otro son el mismo?

Contextos potenciales para la investigación Tomando en consideración los pormenores expuestos en el subapartado anterior, así como todo lo vinculado a la cantidad de información y la naturaleza propia de las colecciones de sitios de la provincia de Limón, consideramos que para futuras investigaciones un contexto ideal para ser trabajado es el correspondiente al sitio Black Creek. Esto por las razones que exponemos a continuación.

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A diferencia de la mayoría de los sitios reportados para la provincia en cuestión, Black Creek posee un muy buen registro. Aclaramos que a pesar de no encontrar diarios de campo ni de laboratorio en el expediente de dicho sitio, al contar éste con la realización de una tesis de grado (con gran detalle en todos los procedimientos realizados) nos permite tomar el documento final de graduación como una especie de “diario de campo y laboratorio extendido”; en donde podemos contrastar y ubicar las operaciones realizadas y, por ende, los contextos asociados. Además de esto, como se pudo notar, Black Creek ostenta entre sus colecciones 2147 fragmentos cerámicos, 1 bolsa de bahareque, 336 restos líticos y 913 elementos orgánicos. Con relación a ello podemos agregar que la tesis ejecutada en Black Creek se concentró en las ocupaciones tempranas en dicho lugar (3000- 1500 a.C.), no obstante, dentro de la muestra se cuenta con materiales cerámicos más tardíos y que podrán ser sujetos a análisis para la comprensión de las otras Fases culturales presentes allí. El apartado relativo a la lítica del lugar también es vasto y variado (gran parte son artefactos completos); lo cual abre la puerta para posibles investigaciones ligadas al entendimiento en cuanto a la producción y uso de las distintas industrias en piedra; así como trabajos de áreas de actividad, etc. Por último otra ventaja que posee la colección del sitio Cat UCR 467 es lo amplio de su muestra orgánica, resaltamos aquí las distintas conchas presentes, las semillas varias y las 11 bolsas con tierra que aún se conservan.

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Con esta evidencia es posible realizar pesquisas sobre la dieta antigua y hacer reconstrucciones del paleo-ambiente para el Sur del Caribe costarricense.

Conclusiones y expectativas futuras En resumen a lo largo del año 2012 empezamos a desarrollar los objetivos planteados en este proyecto, evaluando el potencial de los sitios arqueológicos de toda la provincia de Limón y continuando con un balance general para las otras provincias. Comprobamos que esta tarea es más lenta de lo que pensábamos en un inicio, por lo que los resultados globales de este proyecto se verán en los próximos años. Se encontró, como ya lo planteábamos, sitios arqueológicos que carecen de contexto arqueológico y pocos con un potencial para la docencia, la investigación y la acción social. El impacto interno inmediato del proyecto, primero, fue el entrenamiento de dos de nuestros estudiantes de arqueología en tareas especializadas, vinculadas con la puesta en práctica de habilidades relacionadas a todas las tareas que integran la ejecución del proyecto y, en segundo lugar; el conocer a fondo las colecciones de los sitios arqueológicos, materiales culturales y documentación asociada a los contextos de la provincia de Limón. Lo anterior nos permitió valorar el potencial de los mismos para cursos, investigaciones, trabajos de tesis, entre otros. Un tercer producto del proyecto fue la reelaboración, ajuste y complementación de bases de datos en el programa File Maker 6; incluyendo 20

toda la información que ahora sí es tomada en cuenta y permite tener una idea clara de con qué disponemos en el Laboratorio. También a partir de nuestro proyecto hemos catalogado (en bases de datos) y trabajado con las piezas de cerámica y lítica de las vitrinas del Laboratorio de Arqueología, así como con las tablas de la ceramoteca; para que éstas tengan una función más didáctica. Por otra parte, se hizo la transcripción de algunos diarios de campo del sitio Guayabo de Turrialba, esto a pesar que las colecciones de la provincia de Cartago aún no se han empezado a procesar. No obstante, en ciertos lapsos del año pasado las tareas de gabinete se hacían más ágiles que las propias del laboratorio, por tanto tomamos la decisión de avanzar con la documentación de dicho sitio ya que es la más voluminosa dentro de nuestros archivos; además considerando que esto podría apoyar -a corto plazo- al proyecto también vigente que se desarrolla en Guayabo. Conforme se ha avanzado con el inventario se estudian los documentos asociados, se escanean, completan las bases de datos y con esto podemos ver el potencial de las colecciones. Una tarea aún pendiente es la revisión de las fotografías, diapositivas y negativos asociados a esos sitios. Sin embargo, sabemos que algunos contextos de Limón carecen también de esta clase de datos. Es importante tener en cuenta que el Laboratorio de Arqueología tiene colecciones de casi 600 sitios arqueológicos que fueron inventariados en varias ocasiones, pero que en este momento deben ser catalogados y registrados de acuerdo a lo estipulado por el Departamento de Protección de Patrimonio 21

Cultural del Museo Nacional; el cual nos ha ido asignando las claves correspondientes a cada sitio registrado en el Laboratorio, aunque es una labor (aún en ciernes) que estamos realizando. Por esta razón, sería conveniente ampliar este proyecto y las actividades ligadas al mismo por al menos dos años más (2015). Es más que evidente que las tareas asociadas con el proyecto en cuestión -y el proyecto como taldebe(n) considerarse a largo plazo, mas tomando en cuenta la enorme cantidad de sitios arqueológicos involucrados y que hay que procesar, lo dilatado de estas acciones; así como el marco convenio UCR-Museo Nacional. Como hemos indicado dividimos los sitios arqueológicos por provincias y empezamos por Limón (la que contaba con menos sitios); así se inventariaron, marcaron, embalaron los materiales y los resultados se consignaron en bases de datos. A su vez, informamos que estas tareas ya se empezaron a ejecutar con los contextos de la provincia de San José. De tal manera, para la capital se han procesado un total de 5 sitios arqueológicos que involucran 338 especímenes. En suma, se ha avanzado con 22 sitios y procesado, hasta el momento, 4451 especímenes entre cultura material y restos orgánicos. Queda hacer lo mismo con las restantes provincias; las cuales tienen un mayor número de sitios arqueológicos y, por tanto, volumen de materiales.

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Reconocimientos Extendemos nuestro profundo agradecimiento a la Licda. Julieth Ortega Calderón y al estudiante de antropología Andrés Esquivel Jiménez, ambos asistentes del proyecto 212-B2-702 durante el 2012, por toda su enorme colaboración en las distintas actividades y faenas programadas.

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Anexo BASE DE DATOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS Laboratorio de Arqueología “Carlos Aguilar Piedra”

1. Introducción: En este icono se introducen los siguientes datos:

el nombre del sitio

arqueológico, el código asignado por el Museo Nacional de Costa Rica, el código fijado por el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Costa Rica. Otros datos son: registro y códigos anteriores.

2. Descripción General: Esta unidad incluye campos de la sección anterior (nombre del sitio, código MNCR, Código UCR y registro), a estos se agregan los siguientes: nombre del propietario (a), informantes. Asimismo, cuenta con espacios para incluir información como, topografía del sitio, recursos hídricos cercanos y uso del suelo.

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3. Contexto: Esta incluye los campos generales de la introducción: nombre, código MNCR, código UCR y registro, a estos se agregan campos donde se ingresa datos como •

Función del sitio: (funerario, doméstico, conchero, cueva, colonial, entre otros).



Tamaño aproximado del sitio



Cronología (fase, período, fechamiento absoluto)



Rasgos arquitectónicos



Petrograbados



Cerámica



Lítica



Estado de conservación



Persona que visitó el sitio



Fecha



Restauraciones

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4. Investigaciones: A parte da las categorías generales se incluyen otras donde se ingresa el nombre de la persona que reportó el sitio, investigador responsable, fecha y otros investigadores que han trabajado en el sitio. 26

Por otra parte, se presenta un apartado donde se señala el tipo de estudio efectuado en el sitio (inspección, rescate, evaluación, planificado); así como lo realizado durante el trabajo de campo (recolección de superficie, pozos de cateo, calas estratigráficas, trincheras, mapeo, entre otros).

5. Registro Gráfico: En esta sección se incluyen campos donde se pueden agregar mapas, planos, croquis, fotografías, videos, entrevistas, diapositivas, entre otro tipo de materiales visuales.

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6. Referencias bibliográficas: En este espacio se agrega información referente a publicaciones, informes u otras fuentes de información documental respecto al sitio.

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