Colección inédita del Taller Nacional de Tapiz (1973-1995) homenaje a Pedro Preux - hoja de sala de la exposición en el Cenart 2014 (curIHM)

July 4, 2017 | Autor: I. Herranz Margain | Categoría: Tapestry, Diseño, Tapestry Studies, Diseño Textil, Gobelins, Tapiz, Rescate De Colecciones, Tapiz, Rescate De Colecciones
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Descripción

Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado

La Esmeralda

Inventario de la colección inédita del TNT acervo de la ENPEG “La Esmeralda”:

invitados o entre los Gobelinos de Guadalajara y sus clientes), mucho más raros han sido en cambio quienes experimentan personal y recurrentemente con el telar.

La fecha indicada corresponde a la pieza más temprana del tiraje dentro de la colección; algunas se poseen por duplicado o triplicado (la fecha de realización de las copias pudiendo variar o desconocerse). Todas las obras son de lana.

Sólo Pedro Preux y Fritz Riedl han despuntado realmente como autores y artesanos de sus propios diseños, entre otros artistas especializados menos conocidos como Androna Linartas, Leticia Arroyo, Rosa Luz Marroquín, Mahia Biblios, Carmen Padín, Evelyn Anselevicius y Enrique Pérez Díaz. Este último fundaría un concurrido taller en Coyoacán durante los ochenta. Varios otros tendrían sólo incursiones breves u ocasionales, como el caso –por citar uno- de Anni Albers, cuyos diseños fueron en buena medida inspirados por sus visitas como pareja de Joseph Albers a México en los sesenta, de los cuales el Hotel Camino Real llegó a contar con ejemplares realizados hacia 1968. El tapiz artesanal mexicano tiene una original y afamada presencia cultural, por lo que no es de extrañar su incursión en él por artistas plásticos y visuales a lo largo del arte moderno y contemporáneo. Tal vez el primero fue el ruso Saúl Borisov –pionero a la espera de ser debidamente historiado, al igual que Jean Baron-, quien durante su residencia en México en la posguerra experimentó partiendo de la técnica del sarape. También en los cincuenta, Mathias Goeritz, Clara Porset y Sonia Preux manifestaron interés por difundir el potencial moderno del tapiz. A lo largo de la segunda mitad del siglo hubo exposiciones influyentes como la de tapicería contemporánea polaca organizada en el Museo de Arte Moderno en el marco de la Olimpiada Cultural de 1968, muestra repetida en 1988 en el Museo Tamayo, o la de Tapices de Alexander Calder en el MAM en 1982. En 1976 hubo una “Exposición colectiva de tapices contemporáneos” en el Palacio de Bellas Artes organizada por el TNT con la mayoría de sus propias piezas. Para 1978 tendría lugar la primera “Sección Bienal de Tapiz” dentro del Salón Nacional de Artes Plásticas en el Museo Carrillo Gil, que en sus reediciones en los ochenta contaría con amplia participación y más tarde incluiría explícitamente también al “arte textil”. Hacia la misma época, hasta 1986, tendrían lugar cinco ediciones del Salón Internacional Michoacano de Textil en Miniatura, para obras menores a 25cm de lado. ¿En qué momento decayó su práctica artística o es acaso que no es tan visible pero sigue ahí?. Ya para 1988, en la Sección Bienal de Tapiz y Arte Textil, de la que Pedro Preux fue jurado, 60 de las 79 obras concursantes fueron rechazadas, ante lo que las actas del jurado incluían la siguiente conclusión: “Que la ausencia en este certamen de profesionistas del tapiz y arte textil se manifiesta ostensiblemente, así como la presencia de aficionados también, quedando sujeto a reflexión, en cuanto a ¿si este movimiento artístico no habrá llegado prematuramente a un proceso de decadencia?”.

CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Edmundo Aquino, Horas imprecisas, 1976, bajo liso, 200 x 200 cm, ed. 1/6.* Arnold Belkin, El rapto de las sabinas, sin fecha (posterior a 1975), bajo liso, 160 x 280 cm, ed. 1/6. Luis Caballero, Homenaje a Juan Rulfo, 1976, bajo liso, 175 x 275 cm, ed. 1/6, 3 /6, 1985 y 4/6, 1992.* Felipe Ehrenberg, Este tapiz es más mexicano que el nopal, 1978, bajo liso, 160 x 260 cm, ed. 1/6.* Leopoldo Estrada, León, 1975, alto liso, 176 x 200 cm, ed. 1/6.* Leopoldo Flores, Gallo, 1990, bajo liso, 160 x 340 cm, ed. 3/6 y 4/6.* Ricardo Flores, Infrayosi en rojo, 1975, alto liso, 200 x 200 cm, ed. 1/6.* Heliodoro Hernández, Buen amigo, sin fecha, probablemente alto liso, 190 x 230 cm con relieves de hasta 8 cm de grosor, ed. 2/2 *. Myra Landau, Ritmo oriental, 1979, bajo liso, 180 x 225 cm, ed. 3/6 y 4/6* Marcela López, Espejismo de grandeza, 1974 bajo liso, 160 x 270 cm, ed. 1/6, 2/6 (sin fecha), 3/6 (1982).* Valdemar Luna, Paisaje, 1972, bajo liso, aprox. 80 x 110 cm, se desconoce el tiraje. Valdemar Luna, Signos, 1975, bajo liso, 160 x 215 cm, ed. 1/6. Benito Messeguer, título desconocido, fecha desconocida, probablemente alto liso, 90 x 225 cm, ed. 1/3. Benito Messeguer, sin título, 1975, bajo liso, 200 x 175 cm, ed. 1/6 y 3/6.* Francisco Moreno Capdevila, Acercamiento lunar, 1981, alto liso, 155 x 155 cm, ed. 2/6 y ?/6 (1984).* Francisco Moreno Capdevila, Nocturno, 1982, bajo liso, 200 x 200 cm, ed. ?/6 y 3/6.* Rodolfo Nieto, Toro, 1976, se desconoce si es bajo liso o alto liso, 200 x 200 cm, ed. 1/4y ?/4.* Marta Oliveras Abreu, sin título, ca. 1984, bajo liso, 150 x 138 cm, ed. 1/3. Pedro Preux, Muerte y transfiguración, ca. 1978, bajo liso, 143 x 200 cm, ed. 1/4. Pedro Preux, Sin embargo se mueve, 1976, bajo liso, 160 x 260 cm, ed. 1/6 y ?/6 (1982).* Cristobal Torres, sin título, 1988, bajo liso, 188 x 269 cm, ed. 1/3.* Francisco Toledo, sin título, enero 1983, bajo liso, 40 x 70 cm, se desconoce el tiraje. Alfredo Zalce, Perico, 1974, probablemente alto liso, 89 x 116 cm, se desconoce el tiraje. Rafael Zepeda, sin título, 17 de octubre 1989, bajo liso, 144 x 124 cm, se desconoce el tiraje.

Una conjetura de otras dos razones de peso para la pérdida de visibilidad del tapiz fueron el abandono institucional al proyecto del TNT y una confusión conceptual respecto a la disciplina. A menudo los artistas confundieron tapicería con integrar el tapiz o su técnica a instalaciones y esculturas, que bien podían alcanzar la autonomía categórica del llamado arte textil, de posibilidades extensas y mucho más practicado, pero si bien toda tapicería es parte del arte textil, no todo arte textil es tapicería. En México Marta Palau es sin duda la representante más conocida del arte textil, aunque tuvo sus inicios en tapicería y también incursionó en esculturas de macramé (el arte de los nudos). Algo similar suele suceder entre el tapiz y el bordado, dos formas distintas de arte textil: el bordado, como técnica artesanal aplicada a la gráfica artística cuenta con recurrentes casos en México, que van desde Lola Cueto en los años veinte hasta los graffiti bordados de Laura Ortiz en el siglo XXI, destacando en los años 1980 el trabajo de Carlos Arias, por citar algunos ejemplos. En paralelo, algunos han entablado un diálogo multidisciplinario con ramas emparentadas al tapiz, como la integración plástica arquitectónica de Mathias Goeritz con yute y cuerdas vegetales para el Museo Nacional de Antropología e Historia en 1964, misma inspiración de Eduardo Terrazas a partir de la artesanía huichol para diseñar el logotipo olímpico de México 68 y otros “cuadros” abstractos a base de estambre en los setenta. Más raros han sido quienes operan un diálogo inverso, como el tejido conceptual de distancias por Georgina Bringas o la imitación efímera de tapetes tradicionales por Pablo Vargas Lugo con polvo de mármol.

La Esmeralda posee adicionalmente dos diseños anteriores al TNT: Marcela López, Minotauro, 1964, bajo liso, 120 x 75 cm, se desconoce el tiraje. Carlos Mérida, sin título, 1967, bajo liso, 150 x 190 cm, ed. ?/ 6 y 5/6. El Museo de Arte Moderno posee por su parte una obra del TNT: Carlos Mérida, Pájaros en diálogo, 1981, bajo liso, 325 x 500 cm, ed. 2/2 (se desconoce el paradero de la 1/2).

Presidente Rafael Tovar y de Teresa

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Directora General María Cristina García Cepeda

Subdirector General de Educación e Investigación Artísticas Jorge S. Gutiérrez Director de la ENPEG “la Esmeralda” Carla Rippey Wright

Director de Difusión y Relaciones Públicas Plácido Pérez Cué ESCUELA NACIONAL DE PINTURA ESCULTURA Y GRABADO “LA ESMERALDA”

Centro Nacional de las Artes Río Churubusco # 79 Colonia Country Club, Delegación Coyoacán C.P. 04220, México, D.F. tel: 41550000 ext. 1402 y 1412 www.esmeralda.edu.mx

* De las obras marcadas con un asterisco se posee además el boceto original.

CRÉDITOS

Investigación, curaduría y textos: Iñaki Herranz Coordinación curatorial: Luis Gómez e Iñaki Herranz Idea original e iniciativa de rescate de la colección inédita del TNT: Luis Gómez, Iñaki Herranz y Carla Rippey Montaje: César Álvarez, Alberto Correa, Javier Pichardo y Raúl Roque Asistencia administrativa: Adriana Bennetts AGRADECIMIENTOS

Se ha dicho que tal vez la relativamente corta duración de los exitosos proyectos que representaron tanto el Taller Nacional de Tapiz como el experimento de Xonacatlán estuvieron condicionados desde un inicio en parte por una contradicción: la progresiva y errónea asimilación del producto en un restrictivo esquema de valoración meramente artesanal, a costa de su componente artística. Tal vez no sea la única razón, sino que mientras han sido constantes las simples comisiones de trasladar una obra pictórica o gráfica a su versión textil (empezando por los seis diseños mandados a ejecutar con artesanos de Chiconcuac por Leonora Carrington entre 1948 y 1958 para un encargo de Edward James, dinámica similar entre el TNT y sus

Adriana Casas, Beatríz Corona, Haydeé Girón, Ramón López Quiroga, Sylvia Navarrete, Anita Padilla, Cándido Pilotzi, Bertha Preciado y Mónica Preux.

Pedro Preux, Sin embargo se mueve, 1976

Carlos Mérida, sin título, 1967

CENCROPAM, Centro Nacional de las Artes, Coordinación de Exposiciones del CENART, Escuela de Artesanías del INBA, Escuela de Diseño del INBA, Galería López Quiroga y Museo de Arte Moderno.

@bellasartesinba

www.bellasartes.gob.mx

bellasartesmex

INBA 01800 904 4000 - 5282 1964

mayo/junio 2014

La producción del TNT fue similar a la de otros centros tapiceros de vida simultánea, como el taller de Fritz Riedl en Guadalajara de 1969, el proyecto estatal en Xonacatlán, en el Estado de México, a inicios de los setenta o el caso de algunos talleres en otros estados del país. Si bien la calidad fue igualada entre los proyectos homólogos capitalinos, tapatíos y mexiquenses, sólo en el TNT se propuso la docencia con un perfil académico, más allá de resolver encargos comerciales. El TNT es un conjunto de gobelinos notable en el mundo, en la medida que emanaron de un proyecto constante de colaboración entre alumnos y artistas y por el hecho privilegiado de mantenerse su colección completa. Tras una década de impulsar un anteproyecto en la Escuela de Diseño y Artesanías a invitación del maestro José Chávez Morado, el artista Pedro Preux (París, 1932-Ciudad de México, 2011) fundó el Taller Nacional de Tapiz en 1973, con el apoyo del arquitecto Luis Ortiz Macedo. Preux dirigió el taller hasta 1984 y más tarde volvería hasta pensionarse en 1988, cuando el TNT quedó a cargo de su esposa, la profesora Bertha Preciado. Ahí se impartía la licenciatura de tapiz y a partir de 1978 la de diseño textil (a cada una ingresaban una docena de alumnos al año), al mismo tiempo que se producían diseños de artistas en ediciones de hasta seis copias, de las que el taller conservaba la primera pieza del tiraje, el artista la segunda y se negociaban las restantes. La colección de La Esmeralda está conformada por 26 diseños de 21 artistas (equivalentes a un acervo de 38 piezas, pues se poseen algunos por duplicado o triplicado) y 15 bocetos, a los que podrían sumarse muchos de los cartones originales resguardados en la Escuela de Diseño del INBA. Salvo dos casos anteriores, supervisados por Preux, el resto de los tapices fueron tejidos entre 1974 y 1990. Podían transcurrir años entre la ejecución de copias de un mismo diseño, prueba de lo laborioso de su confección (una pieza de Carlos Mérida, del acervo del Museo de Arte Moderno, tardó 20 meses en ser elaborada por tres tejedores).

En Aubusson, junto con otros pintores y “cartoneros” (se conoce como “cartón” al diagrama a escala real que sirve de guía a la confección de un tapiz) como Jean Picart Ledoux y Marcel Gromaire, Lurçat impulsó el renacimiento moderno del tapiz.

Esta exposición pretende dar cuenta de la magnificencia que puede alcanzar la tapicería y brinda una ocasión para revalorar la vigencia del tapiz en las artes visuales. Entre sus posibilidades está el potencial de proveer al Estado de decoración artística contemporánea de calidad, a la vez que enraizada en la tradición artesanal.

Las técnicas y dinámicas de Aubusson y París fueron los referentes que Pedro Preux tenía en su visión para México de un proyecto nacional en torno al tapiz.

Rescatar la historia del Taller Nacional de Tapiz implica considerar su reactivación. Compartir la sorpresa por el redescubrimiento de la colección, sin parangón en ningún otro acervo público de México, obliga a repensar las dinámicas de sobrevivencia y resguardo del patrimonio nacional.

Preux fue invitado en 1962 por José Chávez Morado a crear un taller de tapicería en la Escuela de Diseño y Artesanías, que prefiguraría la creación oficial en 1973 del Taller Nacional de Tapiz por el INBA, más tarde adscrito a la ENPEG La Esmeralda. En él contó con la docencia de tejedores profesionales entre los que perduraron Marta Escobedo, Rafael López Pérez, Juan de la Cruz, Julio Reyes, Cándido Pilotzi, Ana Padilla y Bertha Preciado. Preux incentivó cursos y espacios temporales más modestos dedicados al tapiz y el diseño en casas de cultura. Fue profesor en la Escuela de Diseño y Artesanías, la ENAP y la Universidad Iberoamericana. Fue jurado del Salón Michoacano del Textil en miniatura y de la Bienal de Tapiz del Salón Nacional de Artes Plásticas. A inicio de los ochenta, tuvo el propósito – jamás concretado – de replicar una antena institucional del TNT en Guadalajara, donde ya existía un polo comparable y simultáneo (el Taller Mexicano de Gobelinos, que elaboró encargos de muchos grandes artistas de todo el mundo).

Pedro Preux llegó junto con su familia a México en 1942 huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Su madre, Sonia Preux, formó un taller de tapicería en la Universidad Iberoamericana, activo hasta 1960. Preux estudió tapicería gracias a dos becas del gobierno francés. La primera vez, en 1961, viajó a Aubusson donde tuvo como mentor a Jean Lurçat (1892-1966), el padre del tapiz moderno, a quien Preux le dedicaría incluso un homenaje a su muerte. En 1965 hizo una segunda residencia, esta vez en la fábrica de gobelinos de París, donde profundizó su aprendizaje de la técnica. Los más destacados aprendices extranjeros de Lurçat fueron Pedro Preux y el catalán Josep Grau-Garriga. Una pieza de 6.85 x 3.30 metros de Lurçat se presentó en 1956 en el Palacio de Bellas Artes, entre otros tapices, con motivo de una exposición de arte contemporáneo francés, ante los que, según Raquel Tibol, Diego Rivera dijo: “Encuentro los tapices muchísimo más interesantes y agradables que los cuadros”. Lurçat vindicaba el estatuto artístico del tapiz según un equilibrio entre su diseño por un artista y su confección artesanal en técnica tradicional del gobelino. En 1936 decidió instalarse en Aubusson, poblado dedicado a la manufactura de tapices desde el siglo XV y cuya actividad le ha valido que su tradición en tapicería sea inscrita como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.

En paralelo a su intensa actividad en torno al tapiz, practicó también la pintura y el grabado. Participó en muestras colectivas en México, Sudamérica y Europa. Entre sus exposiciones individuales destacan las de Palacio de Bellas Artes (“Tapices de Pedro Preux, un homenaje a Jean Lurçat”, 1966), Galería Pecanins (1967), Galería Misrachi (1968), San Diego Fine Arts Gallery y Long Beach Museum of Art en California (1969-1970), Museo de Arte Moderno (“Tapices y grabados de Pedro Preux”, 1971, y “Proposiciones pictóricas para el tapiz”, 1979), Galería de Arte Mexicano (1972), Galería Kin (1974), la Canning House de Londres (1986) y su última en vida en la Universidad de Sonora (2009). Preux fue becario del Sistema Nacional de Creadores (periodos 1994-1997 y 1998-2001). Se desconoce qué colecciones públicas foráneas pudieran tener obra del fundador del TNT, pero aparte de la privilegiada colección en resguardo por La Esmeralda, dentro de la que hay dos diseños del propio Preux, en deuda pendiente a su legado ningún museo público mexicano cuenta aún con tapices de él.

La supervivencia y éxito de un tercer hito de la tapicería contemporánea mexicana pone en tela de juicio el argumento sobre la caducidad del soporte y nos obliga a revalorar la vigencia y necesidad de reactivación del tapiz artístico.

Francisco Moreno Capdevila, Nocturno, 1982

Las piezas del Taller Nacional de Tapiz (1973-1995) son en su mayoría auténticas obras maestras de esa disciplina en su enfoque artístico contemporáneo, diseñadas por firmas trascendentes del arte mexicano. Muchos diseños dan cuenta del dinamismo que en los años setenta y principios de los ochenta tuvieron los lenguajes informales en México, desde la abstracción semifigurativa hasta la lírica radical, denotando influencias de la estética del cinetismo y la psicodelia.

En esta muestra se presentan casi todos los diseños del acervo de La Esmeralda, acompañados de algunos préstamos de obra plástica y textil, ya sea para evidenciar contrastes con el lenguaje pictórico o para incluir a talleres simultáneos o autores independientes igualmente destacados.

En la ENAP de la UNAM existió un muy efímero taller de tapicería en 1961. Más tarde, de modo simultáneo al Taller Nacional de Tapiz, hubo otros centros especializados en la disciplina del gobelino, también de alta calidad y prolíficos resultados, que por ende merecen ser mencionados, y de los que la historiografía no siempre ha señalado la contemporaneidad entre unos y otros. La otra gran figura de la tapicería artística en México, e impulsor del medio tanto como Pedro Preux, fue el tapicero austriaco Fritz Riedl (Viena, 1923–Linz, 2013), residente temporal en Jalisco (1968-1976), con su compañía Taller de Gobelinos Mexicanos. Dicha contraparte privada al TNT fue creada en 1969 por Riedl, en asociación con quien lo había invitado ese año a México, el arquitecto austriaco Eric Coufal. La empresa, posteriormente renombrada Gobelinos Riedl, sería dirigida por Fritz hasta su retorno no definitivo a Austria en 1976. En 1979, un alumno suyo, mas no su pariente, Theo Riedl (Strass, 1953–Etzatlán, 1987), le ayudaría a relanzarla al llegar a su turno a Guadalajara, funcionando un tiempo más.

A partir de 1984 en Guadalajara -mientras que en la Ciudad de México, Preux renunciaba a la Dirección del TNT y éste entraba en una fase de crisis y nomadismo-, Carlos Ashida, con el apoyo inicial de Eric Coufal, se dio a la tarea de recuperar a los tejedores que habían trabajado con los Riedl, principalmente a Ángel Morquecho, e incluso de formar junto con ellos a nuevas generaciones en el oficio. Ashida logró relanzar el proyecto ahora renombrado Taller Mexicano de Gobelinos, dirigiéndolo durante una década hasta pasar la estafeta en 1994 a su hermano, Jaime Ashida, quien lo mantiene activo. El TMG es un reconocido espacio donde se traducen al telar diseños de artistas de todo el mundo. Ahí se han mandado a hacer obras de Friedensreich Hundertwasser, Marc Chagall, Fabrice Hybert, Jorge Pardo, John Currin, Pae White y Francesco Clemente. De México se han tejido obras de Juan Soriano, Mathias Goeritz, Rufino Tamayo, Gunther Gerszo, Fernando de Szyszlo, Carlos Orozco Romero, Francisco Moreno Capdevila, Francisco Icaza, Leonardo Nierman, Adolfo Patiño, Magali Lara, Roberto Turnbull, Germán Venegas, Silvia Gruner, Gonzalo Lebrija, Eduardo Sarabia, Damián Ortega, Gabriel Kuri, Artemio, Daniel Guzmán, Fernando Palomar, Jose Dávila, Joaquín Segura y Christian Jankovski. Igualmente interesante resultó el municipio de Xonacatlán, Estado de México, donde la Dirección de Promoción Industrial, Comercial y Artesanal del gobierno estatal inició hacia 1971 un proyecto efímero de impulso a la ejecución de tapicería artística por tejedores locales (de modo simultáneo a lo que sucedía en la vecina Temoaya con los tapetes tradicionales), reiterado en 1974. Ahí se maquilaron obras de Feliciano Béjar, Santos Balmori, Kasuya Sakai, Vicente Gandía, Rodolfo Nieto, Alfredo Zalce, José Hernández Delgadillo, Antonio Peláez, Leopoldo Flores, José Luis Cuevas, Nadine Prado, Vicente Rojo, Benito Messeguer, Ignacio Aguirre, Arnaldo Cohen, Manuel Felguérez, Francisco Capdevilla, Arturo Estrada, Edmundo Aquino, José Luis Cuevas y Rodolfo Zanabria. Existen otros poblados de ancestral tradición textil, a los que desde los setenta acuden hasta la fecha artistas para encomendar el traslado de bocetos al tapiz. El caso más notorio sea tal vez el de las familias tejedoras de Teotitlán del Valle, en Oaxaca, así como hubo talleres destacados en Apizaco, Tlaxcala, y en San Miguel de Allende, Guanajuato. También a principios de los setenta, la Galería Kin, en la Ciudad de México, pretendió dedicarse de modo exclusivo a la difusión y venta del tapiz contemporáneo. Un caso distinto, pero curioso, es el de Obadashian, empresa mexicana de tapetes artesanales de lujo –no tapices- de técnicas de anudado medio-orientales y nepalíes, fundada en la capital en 1927 y que en años recientes ha comisionado bocetos a diseñadores industriales y arquitectos, desde Emiliano Godoy y Ariel Rojo hasta Pedro Ramírez Vázquez.

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