¿Clubes de ciencia en la escuela básica?

June 8, 2017 | Autor: Gerardo Mora | Categoría: Educación Secundaria
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Descripción

¿Clubes de ciencia en la escuela básica?
Gerardo Mora (Ciudad de México). IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores por la Cultura Científica.
Los "clubes de ciencia" son actividades educativas que pocas veces se realizan en la escuela básica, aunque en el caso de México el currículo de secundaria establece "proyectos" en Biología, Física y Química. Las clases (sesiones de 50 minutos) informativas son comunes en estas asignaturas, en detrimento de las actividades experimentales (laboratorios) y otras que fomentan la cultura científica.
La escuela secundaria -que atiende a alumnos de 12 a 15 años de edad- enfrenta diversos problemas con su modelo educativo, dividido en asignaturas con propósitos y contenidos que no se integran en la práctica. Asimismo, los métodos didácticos fomentan el conocimiento "mecánico", afectando a la motivación y el aprendizaje ("significativo" o, en términos de David Perkins, "la comprensión").
¿Se puede aprender ciencia en todas las asignaturas?
No, si la reducimos a los contenidos de las asignaturas mencionadas. Pero su importancia cotidiana requiere que en la escuela básica comience la "alfabetización científica", concebida como conocimientos procedimentales y actitudinales. La actual problemática del mundo hace de la ciencia uno de los contenidos más interesantes para el alumno, que pueden incluirse en las lecturas, "problemas" y otros proyectos escolares de Español, Inglés, Matemáticas, Geografía, Historia y Tecnologías.
En los cursos de Historia (divididos en 5 bimestres, 4 clases semanales) desarrollamos dos secuencias didácticas que implican el razonamiento en cada clase (preguntas abiertas y manejo de información con organizadores gráficos), así como el desarrollo de habilidades en talleres cooperativos que implican la indagación, el análisis y la presentación de contenidos históricos en diversos formatos (muestras museológicas, periodismo y dramatizaciones).
Nuestro "modelo de educación histórica" (https://sepdf.academia.edu/GerardoMora) se fundamenta en los "conceptos de segundo orden" (cambio, causalidad, relevancia, evidencia), una metodología para que el alumno obtenga "evidencias" (información válida) y elabore sus propias "inferencias" (explicaciones). Con este aprendizaje el alumno interactuará con su mundo personal y social, profundizando sus conocimientos declarativos.
La relevancia define los contenidos a estudiar, por su importancia social o actualidad. Aunque no sea evidente en el discurso escolar, la ciencia como conocimientos y tecnologías está presente en toda la historia. Asimismo el análisis de los "hechos y procesos" –los cambios y sus causas- requiere del razonamiento del alumno, puesto que son interpretaciones que requieren comprobación tanto lógica (deductiva) como de sus fuentes informativas (inductiva). En los talleres cooperativos el alumno conforma valores que luego expondrá a su comunidad. Así la clase de Historia toma sentido.
¿Clubes de ciencia en todas las asignaturas?
En talleres de actualización con profesores de diversas asignaturas hemos enfatizado que la planificación anual requiere de una progresión de las clases informativas a las prácticas, precedidas de clases inductivas que "sitúen" los contenidos al contexto del alumno, activen sus conocimientos y habilidades, y establezcan diversas trayectorias de aprendizaje de acuerdo a sus particularidades.
Respecto a las clases prácticas, pueden tener la forma de "proyectos", "talleres" o "clubes" (concebida como actividad opcional) en las que se aplique lo aprendido en las informativas. Pueden evaluarse bimestralmente sus producciones, realizadas en clase o como tareas. Se pueden realizar por asignatura o compartiendo actividades entre varias, cuando se presente la oportunidad.
Los "clubes de ciencia" pueden ser una estrategia para el aprendizaje de los contenidos curriculares, incluyendo la lectura, el cálculo y la redacción. Pero al centrarse en las problemáticas actuales logran integrar los conocimientos declarativos con los actitudinales, con lo que el alumnado inicia un proceso de "aprender a aprender".
¿Hacia un nuevo modelo educativo en la escuela básica?
En México se ha transitado por diversos modelos educativos (conductista, constructivista, por competencias y estándares) que no han logrado realizarse en el aula. Los cambios curriculares requieren considerar la experiencia de los profesores para que funcionen realmente. Ésta es una "cognición situada" (según Frida Díaz) que combina en la enseñanza los contenidos relevantes, la progresión a la práctica de los conocimientos declarativos, la interacción cooperativa de los alumnos y los andamios de aprendizaje (la motivación, organizadores gráficos, "inteligencias múltiples", la multimedia) de acuerdo al grupo y a cada alumno. Cabe destacar que cada uno tiene una matriz de aprendizaje escolar diferente (ordenada, activa, pasiva y desordenada), por lo que las trayectorias requieren particularizarse con retos cognitivos, contratos pedagógicos, rutinas de estudio y estímulos afectivos (http://www.oei.es/divulgacioncientifica/?Matrices-de-aprendizaje-escolar).
Como dice el Dr. Joaquín García Andrés, "el papel lo aguanta todo". Pero él es un ejemplo teórico (libro y e-book "La motivación, el punto clave de la motivación. Curso de cocina rápida") y práctico de profesor que motiva a diario (http://joagarand.wix.com/nuevasmetodologias). Asimismo, en Iberoamérica divulga (http://www.oei.es/divulgacioncientifica/) hemos publicado lo aprendido de otros profesores en la Comunidad de Educadores por la Cultura Científica y nuestra experiencia como docente de la Escuela Normal Superior de México. Además, la pertenencia a este "club de ciencia educativa" me permite fundamentar mis aseveraciones con evidencias y aceptar la crítica. En efecto, sólo las comunidades de práctica docente garantizan el funcionamiento de los modelos educativos. ¿Está de acuerdo?

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