Clase 2 de marzo de 2015

July 22, 2017 | Autor: Andres Tafur | Categoría: Teoría Crítica
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Descripción

Notas de clase. Marzo 2 de 2015
Texto:

Alfredo Gómez Muller y Gabriel Rockhill, ¿Qué es la teoría crítica hoy? En, La teoría crítica en Norteamérica. Política, ética y actualidad. Medellín: La carreta filosófica, 2008, p.p 13 - 35. Traducción de Angela Calvo

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¿Qué es la teoría crítica hoy?
Conversación Alfredo Gómez Müller y Gabriel Rockhill

Según Rockhill, se debe distinguir entre filosofía crítica y teoría crítica. La primera "cuestiona la filosofía desde un punto de vista propiamente filosófico", esto es, una crítica "interna" de la filosofía, que sin embargo deja intacto el status quo de ese discurso. La teoría crítica por el contrario asumiría el "desafío de las ciencias sociales y humanas, rompiendo definitivamente con la vocación tradicional de los filósofos (…) evitando, al mismo tiempo, la trampa del positivismo, gracias a la reflexión sobre la metodología científica". Esta perspectiva caracteriza a la Escuela de Frankfurt y a autores franceses como Pierre Bourdieu y Michel Foucault.

Por otra parte, se tiene que distinguir entre teoría crítica parcial y teoría crítica general. La primera otorga "privilegios" a una ciencia social o humana, desde la cual se establecen ciertas "determinaciones de última instancia", capaces (o mejor, con pretensiones) de explicar todas las otras ciencias. La segunda por el contrario abandona la búsqueda de determinaciones disciplinares, a nombre de una "analítica de las prácticas" apoyada en múltiples visiones de la realidad: ya no solo la sociología (Bourdieu) o a la historia (Foucault) sino también la psicología, las ciencias políticas, el análisis económico, etc. De lo que se trata es de dar explicación a los fenómenos desde un punto de vista lo más integral posible. Dicho de otra manera: lo que caracteriza a la teoría crítica general es un vocación multidisciplinar.


¿Cuál es el objeto de la teoría crítica?

Dicha "teoría crítica general", debe entenderse en el contexto del que partimos en la discusión sobre la pregunta de Kant, acerca de las condiciones generales del conocimiento. Los teóricos críticos partirán de la misma pregunta, problematizando tanto los métodos tradicionales de producción del saber (el positivismo), como las concepciones establecidas del saber (el modelo científico). Sin embargo, el hecho de que partan de acá, no significa que su crítica no vaya más allá de lo epistémico (científico).

De acuerdo con Gómez Müller, "el objeto principal de su investigación se relaciona con el dominio del obrar, y concierne a la ética, la moral, la política y el derecho" (pág. 15), en ese sentido, se trataría de una práctica teórica de la práctica, lo cual significa que la crítica del "obrar" prima sobre el interés puramente teórico, del pensar. La crítica será fundamentalmente crítica de la dominación, "y, por lo mismo, [tiene el significado] de práctica teórica de la emancipación". En resumen: "la necesidad de una teoría crítica entendida como crítica de la teoría instituida no está separada de la necesidad de la crítica social y política de la dominación" (pág. 16).

Relación entre teoría, práctica y praxis

Gabriel Rockhill define tres formas de entender la relación de teoría y práctica, que se deben revisar cuidadosamente: 1. entendida como "práctica teórica", es decir, el quehacer filosófico que determina el pensamiento filosófico, predisponiéndolo a ciertas vías de reflexión (las universidades hoy son un ejemplo clave), 2. las "teorías prácticas" acerca de ciertas ideas con valor "efectivo" (realistas, pragmatistas) 3. "la práctica en el sentido tradicional del término, a saber, la actividad que aspira a transformar el mundo, está directamente ligada a una concepción general del campo de los posibles, a una teoría implícita de las prácticas". Este tercer aspecto constituye, de acuerdo con el autor, a uno de los grandes temas de la teoría crítica hoy.

Lo que supone esta relación de teoría y práctica - y el hecho de que sean las prácticas lo que comporte su objeto de investigación - es la articulación entre la producción de ideas y su contexto material inmediato. De esta manera, al rechazar el confinamiento intelectual que a veces infesta la tradición filosófica occidental, se preocupan por el rol de la teoría en el campo de la praxis, esto es, de la transformación de situaciones existentes y la modificación del status quo. Es a lo que los autores se refieren cuando hablan de la "eticidad" (negatividad y trascendencia (pág. 21)) de la teoría crítica, sobre la base de la afirmación de que un mundo distinto es posible: "la forma de interacción humana que se asume como posible es una forma de relación que se comprende como mejor que la forma de relación presente". La ética afirma siempre que lo que no es y debe ser es mejor que lo que es y, es precisamente por ser mejor que ese posible debe ser. La transformación del mundo es constitutiva de la teoría crítica.

Tratando de resumir hasta acá, se puede decir que los propósitos de la teoría crítica hoy se debaten entre: 1. La interdisciplinariedad (o la multidisciplinariedad) como metodología (como forma de estudiar los problemas), 2. La confluencia de diversas tradiciones del pensamiento (dentro de la filosofía y las ciencias sociales y humanas), 3. La relación entre teoría y práctica, y 4. El proyecto de transformación de la realidad (praxis). En síntesis: interdisciplinariedad, internacionalismo, materialismo y transformación social.

Ética, ideología y política

Ética: la discusión se da en torno a la relación mismidad - alteridad, o en términos castizos, del yo y el otro. Qué papel juega el otro: el cercano, el vecino, el amigo, pero también el lejano, el desfavorecido, el enemigo en su relación con la identidad del sujeto. De qué manera se constituyen uno y otro, y qué media esa relación.

Ideología: se trata de una discusión de doble propósito: primero, desmentir las posiciones según las cuales, la teoría crítica no tendría el estatuto de ciencia, de saber, sino que sería en un sentido chato del término. Por otro lado, el interés reside en reivindicar el concepto, entrado en desuso en las ciencias sociales y humanas a partir de la entrada en vigor de teorías conservadoras que negaron su operatividad. Se destacan dos formas distintas de entender la ideología: por una parte, en su dimensión "funcional", y por otra, en su dimensión "material". La primera hace referencia a la definición clásica (de Marx y Engels: La ideología alemana) y la otra a Althusser.

Para la primera definición, lo que cuenta es el uso y la función de las ideas, más que su verdad o falsedad. En esta perspectiva un idea puede ser verdadera y, por ende, no ideológica según la concepción representacional, y jugar un papel ideológico. La segunda considera que son más bien las prácticas materiales las que nos forman como sujetos, "mucho antes que las ideas y las representaciones de nuestra clase o de nuestra cultura, y estas, hablando con propiedad, no son más que actos materiales co-extensivos con prácticas materiales" (pág. 27).

Entonces, ¿Por qué no es ideológica la teoría crítica, o por qué su saber no es ideología? Si entendemos la ideología como la "operación de inversión de lo real que asegura la función de disimular la dominación como tal, o incluso legitimar dicha dominación", pues no podemos considerar ideológicos aquellos discursos que se han planteado "desenmascarar las ilusiones de nuestra sociedad en general", y mucho menos si se proponen "iluminar la relación que une ciertas representaciones de lo real a ciertos modos de representación" (pág. 29)

En otro sentido, lo que hace que la teoría crítica no sea ideológica es su potencia o su fuerza ética.






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