Cien años y más de literatura espiritual femenina, entre Staurófila y La ley del amor

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Descripción

letras femeninas

GRAFEMAS: Noticiero de ALFH http ://MOCL.TAMU.EDU/~grafemas/

Guadalupe Cortina, Texas A & M University

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Cover image is a collage by Lillian Ribeiro, a Brazilian multimedia artist and poet who writes both in Spanish and Portuguese and currently resides in Mexico.

Letras Femeninas (ISSN-0277-4356) copyright©2001 by Asociación de Literatura Femenina Hispánica, Dr. Ksenija Bilbija, Editor, Dept. of Spanish and Portuguese, 1070 Van Hise Hall, 1220 Linden Dr., Madison, WI, 53706. Las opiniones expresadas por los autores son de su exclusiva responsabilidad y no indican necesariamente el pensamiento de la Dirección ni de la Asociación.

LETRAS FEMENINAS VOLUMEN XXVII-NÚMERO 2-0TOÑO 2001

ÍNDICE 6

Ksenija Bilbija Introduction

ESTUDIOS 8

Jill Kuhnheim Postrnodem Feminist Nomadism in Carmen Boullosa's Duerme

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Susan Carvalho Transgressions of Space and Gender in Allende's Hija de la fortuna

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Amy Kaminsky Genealogies and Diasporas: A Personal Reading of a Family History

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Dianna Niebylski Spectacle and Nomadic Bodies in Alicia Borinsky's Mina cruel and Cine continuado

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María Elena Soliño From Perrault Through Disney to Fina Torres: Cinderella learns Spanish and Talks Back in Celestial Clockwork

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Iraida H. López Formas femeninas de la bicultnración: Borderlands!La Frontera y Silent Dancing

Lilia del Carmen Granillo Vázquez 102 Cien años y más de literatura espiritual femenina, entre Staurófila y La ley del amor

NARRATIVA Y POESÍA Susana Chávez Silverman 123 "Killer" Crónicas Esther Andradi 130 La Ilíaca Silvia Guerra 133 Cloto Atropo

Cien años y más de literatura espiritual femenina, entre Staurófila y La ley del amor Lilia del Carmen Granillo Vázquez Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

El éxito femenino hace enojar a los hombres que ahora dicen: "¿Ya lo ves, mano? Para triunfar hay que ser una pinche vieja"

Elena Poniatowska, "Íntimas suculencias" 1

Un año y medio después de que Laura Esquivel publicara La Ley del Amor, Jorge Cisneros Morales publicaba en el periódico El Nacional, un artículo titulado "¿Leemos lo que merecemos?": La literatura chatarra también se da en las obras hechas y derechas que se hacen para alcanzar valores estéticos que en ciertos momentos no alcanzan los terrenos de los valores eternos y se quedan en valores caducos, de una perennidad moderada. Por ejemplo, Laura Esquivel es chatarra, Guadalupe Loaeza es chatarra, Elena Poniatowska es chatarra en cierto sentido, mientras Carlos Fuentes es Gran Literatura, al igual que Femando del Paso, Jaime Sabines, Octavio Paz. 2 En su revisión de la naturaleza de "chatarras"- desperdicio, desguas-en las ofertas literarias y el atentado contra la dignidad de los Lilia Granillo Vázquez is a professor in the Humanities Dept. ofthe Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotalco, México. Her teaching experience includes English and Spanish communicative skills, and History and Literature of the Spanish speaking world. Her research interests are Women's History, XIX C. feminine and national identities in Literature and History, Spanish standards procedures and social and cultural values in lberoamérica. She is the author of Visión de las vencidas o ¿qué pasó con las princesas?, México, DEMAC 1996, and hundreds of articles in newspapers and specialized journals in Europe and America, and she is a member ofthe Center of Studies on Latinamerican Wome:- ·

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lectores, conserva el anonimato de la fuente y se limita a citar la opinión de quien llamó "uno de los más reconocidos críticos literarios". Una lectura atenta de los argumentos de este conocedor (lector del tipo "lector privilegiado", según la teoría de la recepción), pone de manifiesto la tendencia "autorizada" (criterio de autoridad) de enlistar como "chatarra'', obras de escritura femenina mexicana contemporánea; y de perfilar, como paradigmáticas, obras de escritura masculina. Dicho en otras palabras, el mensaje del representante de la opinión pública tiene el efecto comunicativo de toda crítica tendenciosa machista: devaluar a varias escritoras mexicanas asignándoles la "categoría de chatarra" (sinónimo nahuatlaca de Literatura Light) a sus escritos, mientras que se asigna sin más el estatuto de "Gran Literatura" a los escritores. Cuando se habla de masculino y femenino, se trata de una cuestión de género. El feminismo me ha enseñado muchas cosas, entre otras, la posibilidad de trazar la historia de las relaciones entre los hombres y las mujeres como una posibilidad de gestionar socialmente la restitución de los derechos de todos los seres humanos, hombres y mujeres. Cuando se trata de un problema de discriminación entre lo masculino y lo femenino, me ha resultado sumamente útil recurrir a explicármelo mediante la teoría de los géneros. En estos casos, además, recurro a las propuestas de la teoría de la recepción que considera que son los lectores y las lectoras quienes vitalizan, actualizan o finalizan la acción comunicativa que inicia con la publicación de una obra. He aquí parte de la historia, la recepción y la gestión de La ley del amor. Escribo esto con la finalidad de poder insertar esta novela en una riquísima tradición literaria nacional. Mi motivación es muy simple: un país de pobres no puede, no tiene que renunciar a su herencia. Ha de incorporar todo a fin de constituir una riqueza, aunque sea en el imaginario, que pueda ser distribuida equitativamente en beneficio de sus habitantes. Días antes de la publicación de Cisneros Morales, la agencia informativa NOTIMEX había publicado declaraciones de otro reconocido crítico. En una mesa redonda llamada "Escritoras mexicanas en el siglo XX", realizada en el Palacio de Bellas Artes, se hablaba de cierta "perversión femenina", un verdadero atentado a la tradición masculina que iba más allá, una amenaza incluso contra uno de los grandes mitos femeninos nacionales: ... en Occidente ha tenido gran éxito "esa perversión del espíritu democrático" con el que se busca vender o ser famoso (sic) en el mundo literario por el hecho de ser mujer .. ., el "mercadeo de

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identidad" que se da con la literatura actual que busca vender no por la calidad de la escritura sino por pertenecer a un grupo oprimido. Grandes escritoras como Rosario Castellanos nunca antepusieron identidad y condición de mujeres a la literatura, actitud que ahora e realiza como práctica común y de la cual se avergonzaría la autora chiapaneca ... A finales del siglo XX existe una ebullición de muj eres literatas que dirigen periódicos, aparecen en televisión y acuden ~ congresos, ... (como) Laura Esquivel ... (Domínguez) Christopher Domínguez, prestigiado escritor, analista de la culturz mexicana y conocedor de la República de las Letras Mexicanas, com llamaba Ignacio Altamirano a las academias y asociaciones del siglo XIX. denunciaba airadamente la renuncia-por no decir resistencia-de las nuevas escritoras a permanecer en silencio y a sufrir abnegadamente _ condición de mujeres. Lo que la crónica del periódico consigna es desvergüenza de personajas como Laura Esquivel, y muchas o~ mexicanas, que se atreven a ostentar su vida pública. El peligro de es "perversión de la democracia" estriba en el éxito de las mujeres ante opinión pública- no sus representantes- . En el caso de la literatura. opinión pública se muestra evidente en el éxito de mercado de estas escritoras, indicador del horizonte de expectativas de los lectores, armonía con los escritos femeninos . Creo, además, que la escrito chiapaneca (no el mito nacional) pensaba de diferente manera. Entre lo malo y lo peor En México, hemos tenido muy escasas f eminisLEstoy hablando de la feminista clásica: fea, mal vestida y f~ Rosario Castellanos, Declaración de f e, 19.:- -

Estoy de acuerdo con Rosario Castellanos: en México hemos tenimuy escasas feministas feas , mal vestidas y feroces . Ya en el año 2 tengo el agrado de proclamar con extensión rotunda al Universo : "A, no hay feministas feas, mal vestidas ni feroces. No me acuerdo de o mundos". Con todo, desde mi profesión reconozco la posibilidad de hablar "clásicas". En literatura existe la distinción entre el ser clásica y ::romántica. Penélope tejía, mientras que Safo escribía. Coser unas míen: otras bordan, leer aquellas mientras éstas escriben, ejercicios manual :: espirituales que constituyen dos formas de ser mujeres. Habrá que reco •

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una senda muy transitada por el género femenino: el camino de "las lecturas para mujeres", vías de nuestra educación sentimental para tratar . de entender las formas. La vereda arranca en el momento en que añadimos a las labores manuales de aguja, las intelectuales del atril. En México, la tendencia cultural a que las mujeres dejaran de ser analfabetas arranca en el siglo pasado, con los proyectos educativos para masas marginadas : mujeres, niños, obreros, campesinos e indígenas. Los argumentos para alfabetizar mujeres en el México Independiente partían, ni duda cabe, del paradigma masculino. "Una mujer que no sabe coser y bordar, es como un hombre que no sabe leer y escribir", amonestaba Manuel Payno. CuentaAnn Staples que el autor de Los bandidos de Río Frío, novela clásica mexicana, afirmaba a mediados del siglo pasado: Hay mujeres que les causa hastío sólo el ver un libro-esto es maloHay otras que devoran cuanto novela y papelucho cae en sus manosesto es peor-. (citado en Staples) y asegura la estudiosa de la Historia de la lectura en México, que las palabras de Payno pueden ser tomadas "como representativa( s) del punto de vista de un sector importante de la opinión pública masculina" (105). Ya desde los tiempos del dictador Santa Anna, Payno también dictaba contra las perversiones femeninas: ...un hombre culto, sea literato, eclesiástico o abogado, puede leer de todo: Lutero, Bossuet, los cuentos de Boccacio y las fábulas de La Fontaine, las novelas de Voltaire, ... hasta los mártires de Chateaubriand: pero, ¿una mujer? ¡Ah! Una mujer no debe jamás exponerse a pervertir su corazón, a desviar su alma de esas ideas de religión y piedad que santifican aun a las mujeres perdidas. Tampoco deberá buscarse una febril exaltación de sentimientos que la hagan perder el contento y tranquilidad de la vida doméstica ...Una mujer que lee indistintamente toda clase de escritos cae forzosamente en el crimen o en el ridículo. De ambos abismos sólo la mano de Dios puede sacarla. (citado en Staples) Y si este vocero de la "opinión pública" pensaba así de las lectoras, podemos imaginar lo que pensaba de las escritoras, fuente misma de tal perversión. Con todo, ahora creo que Payno tenía razón, y que la mano

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femenina de Dios saca a las mujeres de esas abismales ficciones del imaginario masculino. De comprar musas y vender locas En el arte, las mujeres funcionan como musas, como inspiradoras del género masculino; en la ciencia solamente se les toma en cuenta por sus funciones reproductoras ... y en los demás aspectos de la vida diaria, ya se sabe. Juana Armanda Alegría, Sicología de las mexicanas, 197 54

Debo confesar que yo nací, crecí y me desarrollé con esa conciencia: la de ser musa de los hombres y esencialmente una agente-a veces paciente-reproductora. Y en cuanto a los aspectos de la vida diaria, pues, como dice la retórica femenina del "no decir", 5 "por sabido me lo callaba". Como no pienso morir así, me alegra anunciar que los tiempos han cambiado. Apenas una generación después del desánimo genérico de una de las primeras sicólogas feministas mexicanas, en 1995, en Sanbom's de los azulejos-la librería más exitosa del México actual- , compré lo que prometía ser el Best Seller del año. Tras el éxito de Como agua para chocolate , la profesora de educación preescolar, cuyos guiones cinematográficos no le habían dado ni renombre ni dinero a ella sino a los cineastas masculinos, había dejado transcurrir un sexenio y finalmente publicaba la tan esperada segunda obra narrativa. "¿Qué bueno-dije para mis adentros-, así los críticos de las revistas que por sabidas me callo, no dirán que Laura es, como tantas otras y otros en la literatura mexicana, autora "de un sólo libro". Encantada con la novedad de que La ley del amor era "una novela virtual con CD e imágenes", acudí al Departamento de Humanidades de la Universidad donde laboro, muy contenta. Llevaba el libro oculto en la bolsa, junto con los exámenes calificados y los borradores. Pero se asomaba una esquinita verdiamarilla y el crítico, otrora experto en aguas para chocolates, la descubrió inmediatamente. "Ni la leas", me advirtió, "Es un fiasco. ¡Ay!, estas escritoras de literatura light ya ni la amuelan. ¿Cómo no se cuidan de comportarse como Mad Women para no tener que mandarlas al Attic? ¿A quién se le ocurre mezclar una anécdota fu turista que hermana a la danzonera Eugenia León con un clásico como Puccini, escenas del temblor del 85 y de Tenochtitlán? Además, los dibujos están horrorosos, me recuerdan la época

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negra de Goya, nomás que éstos los pudo hacer un adolescente para no dormirse en las clases de Química. Y por si fuera poco, se le ocurre meterse en el rollo de la reencarnación. Si no estamos en Egipto, Mi Reina. ¡Escribir del alma, el ángel de la guarda y esas cosas mientras resuenan Los nombres del aire, 6 caramba! Te lo digo, la literatura que escriben las mujeres sigue siendo eso, literatura chatarra. A ver quién se lo compra". Como se trataba del único crítico que yo conocía que se decía "Amigo de las escritoras", 7 le otorgué- por aquello de ser sólo musas-"el beneficio de la duda". Aproveché que era el cumpleaños de mi tía para regalarle la novela virtual. No tardó en reclamármelo: "¿Pero hija, qué cosas andas leyendo tú? Esta Laurita, como se anda divorciando de ese señor tan simpático, pues ora sí se le botó la canica. Mira nomás que andar escribiendo de reencarnaciones, si hasta pensar en eso está prohibido por la Iglesia. ¿Y luego? ¡Poner esas palabrotas en boca del ángel de la Guarda! ¡Menos mal que se acabó la Inquisición, si no, la quemaban por hereje! ¡Tan linda que era cocinando mole con codornices, esos pichoncitos sumisos, y amasando dulces de suspiros de monja!". La referida locura y los argumentos de mi tía me hicieron recordar las palabras del romántico español, Juan Nicasio Gallegos, en el prólogo a la edición de 1841, de las Poesías de la Señora Gertrudis Gómez de Avellaneda: Es sobrado común la creencia de que el talento de hacer versos está siempre asociado a un carácter raro y estrambótico, que la vena de poeta y la de loco son confines, y que la mujer dada a tales estudios es incapaz de atender a los cuidados domésticos, a los deberes de la maternidad, a las labores del bastidor y de almohadilla. (citado en Navarro) Poco después, decidí recorrer Sanborn's-armada de la teoría de la recepción-para ver qué tal andaban las ventas y me fijé, con horror, que La ley del amor, ya no estaba exhibida. Me pregunté qué había pasado con aquel "genuino divertimiento New Age para el próximo milenio, un paso más allá en la exitosa carrera de Laura Esquive!", como pregonaba el sitial privilegiado de la contraportada de la primera edición. El empleado del librero me confirmó que había sido un fiasco y que "El Señor había dado órdenes de retirarlo. Eso de la reencarnación, dijo que era pecado". No me atreví a preguntar quién sería "El Señor", me limité a imaginar su figura, y cavilé por horas acerca del paso a otro más allá. Un escalofrío

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me recorrió el cuerpo: ¿sería profeta o vidente aquel experto en aguas para chocolates que me aconsejaba no defender causas inútiles? Mientras tejía por las tardes, resonaba en mi cabeza el argumento de que la reencarnación estaba ausente de la tradición literaria mexicana. Y recordaba a Elena Grajales, la autora de "El destino de los sentimientos", novela inédita por la cual se había entablado un juicio contra la exitosísima telenovela "El extraño retomo de Diana Salazar", culebrón de Televisa donde una dama colonial reencarna en nuestra época. Ni siquiera ciertas noticias de que La ley del amor se vendía como pan caliente para el chocolate en España y Estados Unidos, me había convencido de leerla. "Ni modo, pensé, un día de estos me asomo a eso de la literatura light. Qué bueno que yo me dedico a la historia literaria de las mujeres del XIX". Y regresé a mis antigüedades cómodamente. La comodidad me duró poco. La ley del amor permanecía intacta en mi anaquel, y de vez en cuando alcanzaba a leer otro dato de la contraportada que aseguraba que Como agua para chocolate sí se había vendido: "más de 300 mil ejemplares vendidos en lengua española y más de un millón en lengua inglesa". Las cifras iban entre paréntesis, y los paréntesis siempre me han inquietado, pues estoy convencida de que forman parte de la retórica de sobrevivencia, del "No decir, por no saber ni verse complicada la existencia". Un día levanté los hombros y me vino la sabiduría de Jesucristo: "Nadie es profeta en su tierra". Y creo que María me dijo al oído con esa irritación suya que con frecuencia percibo: "Y las mujeres, menos, ¿qué querías? Y no permitas que te digan 'Mi Reina"'. Luego, en 1997, leí las declaraciones de "el más importante escritor paraguayo'', Augusto Roa Bastos, que en su recuento de la situación literaria en Nuestra América, no incluía ni a Paz, ni a Fuentes, ni a del Paso. Pero sí hablaba de ... otras tendencias que están ganando terreno ... Se está marcando, por ejemplo, la irrupción de la mujer en el sentido creativo en nuestra literatura general latinoamericana. Por ejemplo, están las mexicanas Angeles Mastretta y Laura Esquivel, que aparentemente escriben sobre temas triviales o domésticos, pero dan a sus obras una fuerza muy grande de actualidad. (Agencia informativa ANSA) Me gustaba lo de la "fuerza muy grande de actualidad". O sea, el aquí y el ahora de las terapias sanadoras. De musas a creadoras, cambio

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admitido por un gran extranjero que no percibía perversión ninguna. O sea que La Malinche de Rosario Castellanos tenía razón. "Moctezuma es un amo cruel", dijo (El eterno femenino 87). ¡Claro, por eso corrió a servir a los forasteros!. Luego, ya en 1996, cayó en mis manos el estudio de Margarita Dalton Palomo, Mujeres, diosas y musas, tejedoras de la memoria. Un análisis del espacio femenino elaborado por la imaginería y el pensamiento clásico. Hesíodo y Homero, Platón y Aristóteles, esos sí que tenían que ser "valores eternos", de lo que no se vuelven "caducos, de una perennidad moderada". Tenían que ser los valores para las mujeres y los seres del alma, o sea, las diosas y musas ¿Se diría algo sobre los valores de bordar y escribir? En el capítulo titulado "Los oficios de la mujer", habla Margarita del "Telar y la rueca": La mujer (en la antigüedad clásica) produce hilos, telas, lanas y otros artículos, además de servicios. Sin embargo, no comercializa esos productos. En ningún momento se describe ... (en La Odisea) a la mujer comerciante, dentro del discurso sexuado, eso no existe. (105) ¿Sería eso? ¿Que por los valores eternos las mujeres no obtienen riquezas de sus productos ni hablan del alma ni de sus menesteres? ¿Por eso los críticos pregonaban que no había que vender ni comprar la obra de las mujeres? Como dice la propia Margarita: "Los espacios vacíos en el discurso, puede llenarlos el lector". Decidí entonces leer La ley del amor, para ser lectora y llenar mis vacíos. Igual que me sucedió con su primera novela, me regocijaron las aventuras de esta alma reencarnada más de 14 mil veces. La leí de un tirón y me reí a mandíbula batiente (valor nada femenino, pero ni modo) durante el fin de semana que le dediqué a Azucena y su persecución desenfrenada del alma gemela. La idea, además, me vino muy bien: imaginar que en algún lugar de este mundo está mi espíritu gemelo aguardándome y que se vale perseguirlo, buscarlo, hasta encontrarlo para saturarlo y pasar con él a la cuarta dimensión antes de que se acabe el mundo en el año 2000, me parece una tarea femenina más divertida que ocuparse de tejer abrigos para la próxima glaciación o bordar paisajes ante las premonitorias fumarolas del volcán Popocatépetl. Huelga confesar que me enamoré del buenazo del Ángel de la Guarda que narra desconsolado la rebeldía de Azucena. A mí también me gustaría tener uno.

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Internet no miente, la reencarnación tampoco. La literatura de Laura Esquive! ha sido traducida a más de 30 idiomas, y sus obras han permanecido más de un año en la lista de Bestsellers del New York Times Randornhouse, La ley del amor, 1998

Culminada la lectura, como en mi tierra no podía comentarla con ningún coetáneo universitario (el riesgo de desafiar la autoridad docente es la subsistencia misma), pensé en sondear a la opinión pública de mi chat favorito. Dejé el tejido a un lado, mandé comprar pizzas para cenar y encendí mi computadora. Éxito total, desinhibición absoluta, fuera marginaciones y discriminaciones: Laura Esquivel era una preferida de los cibemautas. Entre los argumentos de esta opinión pública (autorizada, indudablemente: sólo hay que pensar en el estatus intelectual, económico y letrado necesario para desplazarse por foros especializados de La Red), el que más me gustó aseguraba que "Leer a Laura es tan divertido como chatear. Es más, cuando salió Íntimas suculencias en danés, le dedicamos varios días a comparar recetas e intercambiar tips para potenciar la energía nutricional en países de nieves eternas". También me enteré del éxito de mercado de básicos: un restaurante en Madrid ofrece los platillos y la cultura de Laura a la venta. Por eso, por rebasar los cánones nacionales y estar a la altura de las expectativas de los y las lectoras en varios idiomas, por desplazarse con agilidad femenina en un mundo globalizado, por no reducirse a los compromisos de la República de las letras mexicanas, La ley del amor es muy exitosa en España, Estados Unidos, Europa e incluso el Oriente. "Una escritora para países avanzados", "temas universales tratados con humor muy fino", "una imaginación muy rica y soluciones de mano maestra", fueron algunos mensajes que recibí. -Pero, ¿a Ustedes no les importa que esté mal escrito?". "¿Mal escrito-contestaron-qué es eso? No puede estar tan mal escrito si no, no lo hubieran traducido al inglés, al noruego, al francés, etcétera". Así como las lágrimas de Tita provocan tragedias sociales en el chocolate mexicano, La ley del amor es la risa que logra despertar en las lectoras y los lectores tanta aventura que la astroanalista del siglo XXIII está dispuesta a experimentar en busca de satisfacer sus afanes amoroso . Después de todo, Rosario Castellanos había compartido el secreto de la liberación humana: "La risa es la única manera de liberarnos de lo que nos oprime".

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No importa que mi colega aconseje tejer nombres en el aire, ni que el crítico iracundo se queje de la venta de identidades. En los archivos de muchos diarios y revistas especializadas como Op Cit, El Nacional, El Excélsior, Reforma y La Jornada, emprendí una búsqueda internetiana con el motor de . Obtuve 6 o 7 menciones a La ley del amor, todas suspicaces y emparentadas con menciones de chatarra y de ligereza: "viejas y ligeras", cualidades indeseadas para las mujeres desde la "buena conciencia" machista. En contraste, cuando indagué en fuentes universales mediante Alta Vista, el buscador arrojó la suma de 184 páginas web, sitios enteros dedicados a La Ley del Amor, entrevistas a su autora, a los lectores y lectoras, a editoras y editores. ¿Tanta energía, tanto tiempo, tanta dedicación espontánea, tanto amorinternet todavía es un espacio de buena voluntad, un acuerdo generosopara un texto que según lectores profesionales- o sea, los críticos literarios-nada vale ante los monumentos nacionales escritos por Fuentes y Del Paso? Para que la opinión pública se actualice, tengo el gusto de comunicar que esa "chatarra" ocupa su lugar en las listas de lecturas de muchas maestrías extranjeras, para los cursos de literatura latinoamericana en Estados Unidos, Inglaterra, España y Alemania, entre otros. Abundan menciones además en páginas con imágenes, ensayos selectos y monografias de escritura femenina. Incluso circula un ensayo premiado que el sector académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey juzgó merecedor de ocupar el espacio cibernético. El futurista en ciernes, Luis Alberto López León, del Seminario de Tecnología de la Comunicación, con gran entusiasmo y admiración confesada, asegura que los mecanismos y diseñados por Laura y las situaciones comunicativas, desde el sistema electromagnético de protección hasta las transmisiones televirtuadas, las peregrinaciones interplanetarias y los mariachis astronautas, las telecomunicaciones concebidas por esta "chantajista de identidades", todo será posible en el futuro próximo. O sea que el mérito mínimo de La ley del amor sería la expresión visionaria de los actos de habla y las dinámicas relacionales que se establecerán entre los y las terrícolas como alternativa a la cultura de "La Guerra de las Galaxias". López León insiste en el carácter plausible de la novela al afirmar que tanto la cábina aerofónica, como la televirtual, la cámara fotográfica de aura, las plantas parlantes, la cámara fotomental, la microcomputadora mental, los virtualibros, la uoij a cibernética y demás aparatos aparecerán en la vida cotidiana de un momento a otro: "La

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probabilidad de que tales desarrollos sucedan algún día es bastante alta: la televirtual podría generarse en cualquier momento". 8 En la órbita cibernética, un ensayo premiado en la periferia, corrobora la trascendencia de lo que la crítica desde el centro, considera "chatarra" o "mercadeo de identidades". De hecho, la cámara fotográfica de auras es una realidad científica que, además de permitir a las personas conocer lo negativo y lo positivo de sus energías, reditúa buenas ganancias a los fotógrafos de almas. ¿Estará la crítica literaria machista enojada por aquello de las ganancias y el mercadeo?. Volvamos a espacios ocupados y a opiniones públicas. Tras leer la La ley del amor, pude retomar otra obra que me inquietaba en mi anaquel. Se trataba de una novelita decimonónica que había descubierto entre los libros de viejo que empecé a comprar desde la década pasada para mi investigación de la poesía femenina mexicana del siglo XIX. Cuando leí por primera vez, hacia 1988, mi tercera edición de Staurójila, Paraba/a en que se simboliza los amores de Jesucristo con el alma devota, identifiqué el texto de inmediato con un cuento que las religiosas del Verbo Encamado nos leían, a finales de la década de los 50, mientras nosotras aprendíamos a bordar. Por fin supe lo que le había pasado a Staurófila: Sí, había terminado el bordado exigido para que se borrara la "marca de la sierpe" que llevaba en el cuello. Por supuesto que había vencido las tentaciones del Príncipe de las Negras Sombras, había dejado de ser débil y de caer en los engaños y desviaciones de Protaner y Protoginia. Helios Dicahias la había recibido como a su digna hija y, por fin se había casado con su amado Príncipe de las Luces. La narración, no me cabía duda, era un relato de las vicisitudes del alma en su camino espiritual, con claras reverberaciones de Las Moradas de Santa Teresa y otros escritos místicos. Como la novela abundaba, además, en poemas y canciones rimadas, consigné a mi autora en la incipiente nómina de poetisas. Tras leer La ley del amor, este otro peregrinaje del alma femenina concebida a la mexicana, me vino a la mente. Si como lectora Staurójila me había gustado, como estudiosa de la escritura femenina, los dictados oficiales y la canónica literaria del XIX mexicano me impedían entender dónde se ubicaba el relato de las vicisitudes del alma por encontrar a Cristo, como parte de la tradición literaria. ¿Una mística mexicana? ¿Dónde? ¿Cuándo? La página legal ostentaba "tercera edición", pero el libro no aparecía mencionado por los historiadores clásicos como José Luis Martínez en su La expresión nacional, Historia de la literatura

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mexicana de González Peña o Escritoras en la cultura nacional, de Martha Robles. En 1991, había aparecido una reimpresión parcial y un estudio crítico acerca de Staurófila; lo cual me revelaba su transmisión hasta nuestros días, evidencia de pertenecer a aquella tradición literaria que yo buscaba. En Las voces olvidadas, Antología crítica de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX, Gloria María Prado se acercaba con horizonte cultural feminista a esa novela espiritual, la primera en la antología que es ya clásica: "En el año de 1889, se publica una extraña obra, Staurófila, precioso cuento alegórico" (33). En aquel entonces, a mí no me había parecido extraña. Desconocida para ciertos ámbitos no monjiles sí, pero extraña, no. Se trata de una pieza cuya bien cuidada narrativa había sido publicada (hecha pública, expuesta en el espacio público) desde cuando menos 1875, pues fue originalmente una obra de tradición oral. 9 Su autora intelectual, María Néstora Téllez Rendón, nacida en Querétaro en 1829, fue una profesora legendaria, maestra de muchas generaciones de estudiantas, muerta en 1890. Titulada desde 1866, solía contar la parábola a sus alumnas, mientras bordaban o pintaban. Así el hilo de la narración duraba tanto, y se desviaba tanto, como el progreso espiritual que Néstora deseaba promover en sus alumnas. La transmisión de Staurófila comenzó hacia 1870, hecho que la convierte en una de las primeras novelas mexicanas, escrita durante el romanticismo, "primer momento literario en la vida libre de los países hispanoamericanos", por citar un lugar común. El Precioso cuento alegórico es también pionero como literatura espiritual, y como creación de una mujer. Su importancia queda subraya por el hecho de que el peregrinaje de la protagonista se ha propuesto como paradigmático del progreso espiritual de numerosas generaciones de mexicanas de cuando menos dos siglos. Staurófila es, por muchas razones, una obra literaria singular, y ya podemos dejar de calificarla de "extraña". Un siglo de por medio, en México, dos escritoras relatan las aventuras del alma femenina en su búsqueda del amor verdadero, el divino. María Néstora Tellez Rendón era profesora, igual que Laura Esquive!, pero a diferencia de ésta, N éstora era ciega. Ambas son feministas, pero cuidan la preservación de los valores auténticamente femeninos , en oposición a los masculinos de lo femenino (López González 18); esto es, a los valores que el imaginario masculino/patriarcal decide imponer sobre las mujeres.

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El auditorio-las receptoras-de esta maestra queretana consideró que la parábola ostentaba valores literarios dignos de ser publicados. En especial, Néstora se vio presionada por una alumna, que se llama a sí misma "la colaboradora", para que le permitiera "escribir" la parábola, el Cuento alegórico. Tampoco actúo sola; dice Prado que estuvo: ... secundada por buen número de personas· que habían escuchado el relato en forma oral de la propia María Néstora y que estaban convencidas de que era muy importante su publicación por el valor literario que entrañaba. Y enjuicia la estudiosa contemporánea: Entrar en el mundo de María Néstora, tanto en el de ficción creado por ella como en el de su propia vida es entrar en la fascinación, en lo mágico y milagroso. Eso mismo, la entrada de escritoras en lo mágico, lo milagroso y la fascinación que provocan en los y las lectoras constituye parte de la "perversión" que enoja a ciertos críticos. Otra parte, ni duda cabe, reside en el mercado de la literatura femenina mexicana. Un cuarto propio y 500 libras, como decía Virginia Woolf.

De las abuelas ilustres y la necesidad de venderse Ya teniendo voz, pienso, es dificil que nos vuelva a tragar el silencio. Brianda Domecq, Mujer que publica, mujer pública, 1995.

Yo también, junto con miles de mexicanas, desde las escuelas de amigas hasta los colegios de monjas, recibí noticias de las maneras en que el alma femenina debe caminar para encontrar el amor. Por eso, por que forma parte de la educación femenina en México, la ficción de Tellez Rendón era publicada como libro de texto y la Dra. Prado pudo consultar una edición de 1951. Staurófila jamás me pareció una obra extraña. Ahora, tampoco me parece única. Tanto La ley del amor como el Precioso cuento alegórico forman parte de una rica tradición literaria mexicana 10 doblemente vetada por la literatura oficial mexicana, cuya compra y venta no desean estimular críticos y editores nacionales. Ambas creaciones espirituales, femeninas y mexicanas encuentran, sin embargo, a sus lectoras y lectores. Dice una máxima metafísica, que encuentro en el discurso de otra mujer, que aunque no sea literario, sí puedo ubicar en la

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tradición espiritual femenina: "Cuando el estudiante está listo, el maestro aparece" (Hay 88) Mientras que en México casi nadie ha leído La ley del amor, en el extranjero, sea en el tiempo o en el espacio extra-nacional, casi nadie notó que no debía leerse, y por ello compran y venden, reciben y retransmiten esa tradición. No es suficiente tener voz. Lamento decirle a mi amiga Brianda que se equivoca, no alcanza el decir, es requisito indispensable ser escuchada. Me sorprende la ignorancia de los críticos ante el proceso de comunicación de la obra literaria. Decía la historiadora Frarn;:oise Peruse hace poco que "La literatura es un organismo vivo, y como tal, nace, crece, se reproduce y muere, pero su muerte es pasajera. Algunos críticos se deleitan contemplando cementerios literarios". En toda tradición literaria, los temas reaparecen y los personajes reencarnan; sucede igual con los estilos, sucesión de románticos y clásicos. Como el universo entero, la literatura se actualiza constantemente. Sin embargo, existen diversas dinámicas de actualización. Hay una diferencia entre los desechos mortales y la chatarra desperdiciada, entre las muertes naturales y las provocadas. Y me pregunto ¿para qué querrá, la crítica asesina, cementerios tan grandes? Staurófila no es una narración extraña, ni La ley del amor es el producto de una mente calenturienta. Poco me falta para decir que ambas son expresiones místicas derivadas de aquella ruta trazada por la Monja de Á vila, al parecer la única con licencia para escribir literatura espiritual en lengua española. No me atrevo a decir que Staurófila reencarnó en Azucena, como tampoco digo que Laura Esquivel, en otra vida haya sido la anónima "colaboradora". Basta ahora con decir que ni autoras ni protagonistas están solas en la senda de la espiritualidad femenina. Quienes deseen proseguir ese camino de lecturas para mujeres, harían bien en solicitar ayuda sobrenatural para encontrar otra novela, Andreida o el tercer sexo de Refugio Izquierdo Albiñana, que data de la posrevolución, "los años oscuros para las mexicanas"; años de consagración del triunfo de la virilidad en literatura: la narrativa de la Revolución Mexicana. 11 En los últimos veinte años, ricos filones de esa tradición han sido recogidos y pulidos como brillantes por Brianda Dómecq, de quien tampoco digo que sea la reencarnación de la Santa de Cabora, y por Amparo Espinoza Rugarcía, cuyo silencio ante la posibilidad de haber sido una Talladora de Montaña 12 respeto a medias. Toca averiguar eso a las lectoras. Como también les toca averiguar por qué La insólita historia

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de la Santa de Cabora y las Talladoras de Montañas son reeditadas y distribuidas a título personal, por sus autoras, toda vez que ambas, me consta, fueron retiradas de los anaqueles de Sanbom's. Y anuncio sin permiso de la autora, que Beatriz Espejo, después de su Alta costura, ha bordado un tapiz exquisito de lo que llama "realismo milagroso", una novela que tal vez titulará Todo lo hacemos en familia. Tanta actividad en México, en el ámbito del mundo interior, de lo símbólico, religioso y divino apunta la existencia de una tradición literaria espiritual. La historia de la literatura escrita en español, inserta en la ortodoxia católica, considera tradicionalmente a la literatura espiritual como la escrita por los o las místicas y ascetas. No obstante, desde la década de las contraculturas y con la llamada cultura de la New Age, se han descubierto tradiciones y discursos "esotéricos", en literatura escrita por cristianas heterodoxas como Amalia Domingo Soler, en España y en el Siglo XIX, o Conny Méndez, en Latinoamérica y el XX. Seguramente, en los archivos y bibliotecas del XIX, como antes, en los de la Inquisición, habrá más documentos que evidencien esta escritura femenina. ¿No ha habido brujas desde siempre, no han sido perseguidas siempre? Para la historia de las mujeres, las investigaciones en archivos inquisitoriales ha mostrado la dinámica expresividad femenina. La historia literaria de las mujeres en México, que apenas se está escribiendo, arrojará resultados jugosos. Y la proliferación de literatura espiritual en el XX, que responde a las propuestas contraculturales, también constituye parte de lo que el feminismo ha llamado "la tercera ola" de su movimiento: la conquista de la vida interior. Discursos como los de Gloria Steinem en Revolución Interior, o Las diosas de cada mujer, de Jean Shinoda Bolen aparecen sustentando el libro de otra escritora mexicana, Marcela Lagarde quien desde la antropología, escribe de lo espiritual convertido en actitudes y conductas sociales, o sea, la política de la autoestima. Recuperar las tradiciones femeninas, explicar antecedentes, trazar orígenes, identificar signos de pertenencia al grupo o grupos de las mujeres, son tareas según Lagarde que constituyen claves de autoestima-dimensión sicosocialy conciencia-dimensión espiritual-para "la construcción de la persona mujer a la manera feminista ..." (181-2). Además de constituir literatura y cumplir con los horizontes de expectativa según la teoría de la recepción, obras como La ley del amor o Staurófila ofrecen claves para la revolución espiritual. Después de todo, el riesgo femenino de caer en "perversiones" y "aberraciones", según los portavoces de la República de las Letras en el

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siglo XX, habla de la preocupación de los guardianes de la política y de la bolsa del "mercadeo de identidades". El 5 de enero de 1999, en la sección cultural de Excelsior, el periódico de la vida nacional, Miguel Barberena categorizaba rotundo la escritura femenina, bajo el encabezado "Lo peor del año". Tras comentar las muertes de Octavio Paz y Elena Garro, y decir que "No todos fueron réquiems en la República de las letras de México", Barberena conceptualiza: Íntimas suculencias, (Plaza y Janés), la respuesta de Laura Esquive! a otro libro de cocina con pretensiones literarias editado a finales de 1997, Afrodita de Isabel Allende (Plaza y Janés). Las reinas de la literatura light en duelo por la cazuela del mole. La Esquivel ha reunido textos sobre "el hombre nuevo" y su "relación con el universo" y los ha aderezado con las recetas del soufflé de castañas, la sopa de manzana, el manchamanteles y, claro, el mole negro de Oaxaca: ¡guácatelas! 13 ... Otros libros para el canon de lo peor de 1998: ...Ellas y nosotros, de Guadalupe Loaeza (Plaza y Janés), en el que la elegante cronista de sociales saca a relucir su prosa de peladita. Y El mundo iluminado, de Ángeles Mastretta (Cal y Arena), pequeños ensayos que confirman que la atribución del premio Rómulo Gallegos 1997 a esta escritora fue una aberración. Todos los libros mencionados en este apartado-con excepción de Afrodita-figuran en la lista de los libros más vendidos este fin de año. 14

¿Por qué será que los críticos y los editores nacionales no venden ni compran literatura espiritual femenina, mientras que las excelentes obras de Paulo Coelho se proclaman impúdicamente espirituales, y se organizan seminarios y cursos para ser alquimistas y llorar a orillas del río? Poco importa, la vida se abre paso, y la literatura de mujeres encuentra a sus lectoras, en otros siglos, en otras tierras, en otros cuerpos tal vez. Ya lo clamaba Rosario Castellanos: Debe haber otro modo que no se llame Safo, ni Mesalina ni María Egipciaca, ni Magdalena ni Clemencia Isaura, Otro modo de ser humano y libre Otro modo de ser. Pues sí, las Azucenas, las Teresas y las Ameyhales encaman ahora el "otro modo de ser mujer". Y tampoco están solas en el universo de habla

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hispana. ¡Que mujeres-diosas, como la española espiritista, gran romántica, Amalia Domingo Soler y la maestra venezolana, gran metafisica, Conny Méndez, las acompañen por estos nuevos caminos!. Los versos de Aralia López, maestra, diosa, musa y especialmente mujer, me ayudarán a disfrutar los otros modos de ser humanas y libres: Yyo aquí me contemplo en la escritura. (67) Para concluir estas reflexiones sobre caminos espirituales y almas gemelas, sobre cuartos propios y mercados de identidades, me permito declamarles a los cronistas que anuncian muertes imposibles, los versos de otra alma marginada. Vale recordar la dinámica universal hegemónica centro y periferia, o centralidad y alteridad. El dramaturgo mexicano Juan Ruíz de Alarcón, cuyo cuerpo deforme estaba adornado con una capacidad literaria sobresaliente, despertaba la envidia en la República de las Letras Metropolitanas. Ruiz de Alarcón era, como Esquivel, un marginado de la opinión pública autorizada. Acaso fuera identificado como "mercader de identidades" por su pertenencia al "grupo de oprimidos". A pesar de que la Corte Española le haya cerrado las puertas en su día, Ruíz de Alarcón sigue leyéndose actualmente. Pareciera que fuera de toda metrópoli centrada en sí misma, resuena la opinión pública de la periferia: "Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud", decía Ruíz de Alarcón. Esta historia de resonancias y tradiciones, marginaciones y opiniones, me anima a proporcionar un consejo para la salud: mantener la conciencia en forma, disponer de todos los recursos de la percepción tiene que ver con la cuestión de los márgenes.

NOTAS 1

Fuente: . Este ensayo utiliza como fuente la información cibernética mediante bases de datos y sistemas electrónicos de información, como un ejercicio académico: Nuevos sistemas rebasan las maneras tradicionales en que se maneja la información en las universidades. Además, el espacio cibernético escapa a la censura y a los mecanismos de control social. Creo que se trata de un nuevo espacio público, que por lo pronto, ofrece mayor libertad expresiva, situación que favorece la expresión de las mujeres. "InfoLatina" es un sistema electrónico que sirve a las instituciones de educación superior en México; permite citar fechas, pero no páginas. 2 Emmanuel Carballo, cit. por Jorge Cisneros Morales. Fuente: www.InfoLatina.com.mx

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Rosario Castellanos. Declaración de fe. Reflexiones sobre la situación de la mujer en México, (escrito c. 1950), México: Alfaguara, 1997: 103. 4 JuanaArmandaAlegría. Sicología de las mexicanas. México: Edit. Samo, 1975: 22-3. 5 Cf. Categoría retórica desarrollada por Josefina Ludmer, "Las tretas del débil" en La sartén por el mango, de Patricia Elena González y Eliana Ortega (edits.). Puerto Rico: Huracán, 1985: 48. 6 Título de la excelente novela de Alberto Ruy Sánchez, mexicano, solidario. 7 Me refiero a una de las 4 clasificaciones que propongo acerca de la actitud masculina mexicana ante la creación literaria femenina. L.G.V., "El doloroso dilema de las mujeres, ser amadas o ser creadoras", en Géneros. Asociación Colimense de Universitarias//Universidad de Colima, México. junio de 1998: 25. 8 http://www.mty.itesm.mx/dcic/deptos/co/co-083/leyamor l .html 9 María Néstora Tellez Rendón (¿1894?), Staurófila, Parábola en que se simboliza los amores de Jesucristo con el alma devota escrita por la Srita., Con aprobación de la autoridad eclesiástica, México, Librería católica de José l. Gloria y Librería de La propaganda católica. Aclaro la fecha consignada en Las Voces olvidadas ... La edición que consultó Gloria Prado data de 1951. La mía es de 1899 y pero consiga en la portada con claridad que se trata de la tercera edición. Cabe suponer que la primera edición fue de cuando menos unos cinco años antes, pero no me aventuro ahora a proporcionar fecha exacta. Que haya alcanzado tercera edición en el siglo pasado da fe de su trascendencia, de su posición exitosa en el mercado. 10 Ubico la literatura de Concepción Cabrera de Armida, mujer no tradicional, mística mexicana del XIX, en esta tradición. Conchita Cabrera está en proceso de canonización, su obra requiere de lecturas feministas para recuperar sus propuestas como "pionera" o "abuela". 11 Refugio Izquierdo Albiñana. Andreida o el tercer sexo. México: Botas, 1927. Novela que expone la crisis de la identidad femenina tradicional; aunque la conclusión narrativa no se atreva a crear una mujer liberada, Andreida tiene pensamientos y comportamientos feministas. Se habla de una fuerza sobrenatural, una lucha espiritual y sucesos misteriosos que la transforman. 12 Amparo Espinoza Rugarcía, Talladoras de Montaña, mujeres (en)cintas de amor. México: Diana, 1997. 13 Vulgarismo permitido a hablantes masculinos, a "los peladitos" vid.supra, y que expresa asco, repugnancia; onomatopeya del sonido de un plato que mano masculina estrella contra una esposa que no cocina "como lo hacía mi mamá". Mío. 14 Para más datos sobre la categoría de "literatura light", Cf. Brianda Domécq en esa misma dirección, en mayo de 1999.

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OBRAS CITADAS Agencia informativa ANSA. México. El Nacional, 13 de junio de 1997. Alegría, JuanaArmanda. Sicología de las mexicanas. México: Edit. Samo, 1975. Castellanos, Rosario. El eterno f emenino. México: Fondo de Cultura Económica, 1975. - . Declaración de fe, Reflexiones sobre la situación de la mujer en México . México: Alfaguara, 1997. Dalton Palomo, Margarita. Mujeres, diosas y musas, tejedoras de la memoria. México: El Colegio de México, 1996. Domínguez, Chritstopher. cit. por NOTIMEX, en El Nacional. 3 de marzo de 1997. México, D.F. Espinoza Rugarcía, Amparo. Talladoras de Montaña, mujeres (en) cintas de amor. México: Diana, 1997. Granillo Vázquez, Lilia. "El doloroso dilema de las mujeres, ser amadas o ser creadoras". Géneros. Asociación Colimense de Universitarias//Universidad de Colima, México, junio de 1998. Hay, Louise H. El poder está dentro de ti. México: Diana, 1991 . "Íntimas suculencias, el libro más vendido en 1998". México, D.F. El Nacional. 18 de diciembre de 1998. Izquierdo Albiñana, Refugio. Andreida o el tercer sexo. México: Botas, 1927. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Claves feministas para la autoestima de las mujeres. Madrid: Horas y horas, 2000. López González, Aralia (Coord). "Justificación teórica". Sin imágenes falsas, sin falsos espejos, Narradoras mexicanas del siglo XX México: El Colegio de México. 1995.

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- . Un país sin invierno. México: editorial Praxis, 1998.

Ludmer, Josefina. "Las tretas del débil". La sartén por el mango, Eds. Patricia Elena González y Eliana Ortega. Puerto Rico: Huracán, 1985. Morales, Jorge Cisneros. "Leemos lo que merecemos". El Nacional. México. 20 de marzo de 1997 . Fuente: Barberena, Miguel "Narrativ a. Doce Instantáneas", en El Buho, Excelsior. Mexico. 13 de mayo de 1999. Navarro, J. R., (ed.) Poesías de la Señora Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda. México: Imprenta de Navarro, 1952. NOTIMEX, en El Nacional. 3 de marzo de 1997. México, D.F. Peruse, Franc;oise. Conferencia Magistral, Coloquio de la Maestría en Historiografia de México. Departamento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. México, D.F.: Casa del Tiempo. octubre de 1999. Prado, Gloria María. "Staurófila de María Néstora Tellez Rendón". Las voces olvidadas, Antología crítica de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX. México: El Colegio de México, 1991. Staples, Anne. "La lectura y los lectores en los primeros años de vida independiente-Lectura para la mujer". Historia de la lectura en México. México: El Colegio de México, 1998. Tellez Rendón, María Néstora. Staurófila, Parábola en que se simboliza los amores de Jesucristo con el alma devota escrita por la Srita. Con aprobación de la autoridad eclesiástica. México: Librería católica de José I. Gloria y Librería de La propaganda católica, ¿1894?.

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