China: evidencias de una parada militar

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CHINA: EVIDENCIAS DE UNA PARADA MILITAR
Guillermo Lafferriere
Un desfile militar puede emitir imágenes notables para el ojo acostumbrado a verlos. La precisión mecánica de los movimientos de una gran cantidad de tropas, puede parecer una suerte de ballet y no mucho más. Pero en no pocos casos representa mucho más que eso. Países como el Reino Unido, Francia, China, Brasil, España, Chile, India, Pakistán y Rusia suelen mostrar en sus desfiles militares un nivel de marcialidad muy relevante, al tiempo que buscan evidenciar que sus tradiciones militares tienen raíces muy antiguas, en algunos casos más que centenarias. Esos desfiles militares no son solamente una actividad que tiene por finalidad rememorar alguna fecha significativa para el país que lo lleva adelante, suelen ser también una ocasión para mostrar potencialidades de su aparato militar. Y ello se lo hace sin que deban llevarse a cabo ejercitaciones en el terreno. Estas últimas, pueden ser también una herramienta para mostrar poder, pero es poco común que las mismas tengan la difusión que un importante desfile militar aporta como "plataforma" desde la cual enviar un mensaje.
El pasado 03 de septiembre, la República Popular China conmemoró el septuagésimo aniversario de la victoria sobre el imperio japonés en la 2da Guerra Mundial. Y lo hizo mediante una parada militar donde marcharon alrededor de doce mil efectivos militares y donde se mostró una gran cantidad de equipo militar. ¿Qué mensaje puede extraerse de esa parada militar de China? Veamos a continuación puntos que quizás nos ayuden a entender el mismo.
El componente terrestre del Ejército Popular de Liberación no es en modo alguno una fuerza de "masas". Esto ha dejado de serlo hace ya muchos años atrás. Si bien sus efectivos se cuentan por centenares de miles, ellos están equipados con armamentos modernos, provistos de un equipo individual adecuado y de calidad; al tiempo que su entrenamiento está poniendo creciente énfasis en la calidad individual de cada soldado, como un elemento clave en lograr que pueda desenvolverse solventemente en el marco de organizaciones más complejas, direccionadas a enfrentar a otro ejército regular en caso de un conflicto.
Han hecho desfilar diversos tipos de vehículos blindados. Ellos muestran que siguen los lineamientos que son reconocibles en otros ejércitos modernos: sistemas computarizados para la ejecución de los cálculos de tiro, motores más potentes pero con menores niveles de emisiones capaces de ser detectadas por un enemigo, sistemas electroópticos modernos con capacidad para combatir tanto en horas de luz como de noche. Debe destacarse toda una familia de vehículos de combate anfibios, aptos para transportar infantes de marina y proveerles de apoyo de fuego en ocasión de tocar la playa.
Demuestran poseer sistemas de apoyo de fuego modernos, utilizando plataformas blindadas para sus desplazamientos y una enorme variedad de sistemas de lanzamiento de misiles tácticos y estratégicos con cargas nucleares. Estos últimos con capacidad de alcanzar blancos en otros continentes.
Mostraron poseer misiles balísticos montados sobre plataformas móviles, diseñados para destruir buques a distancias de alrededor de cuatro mil kilómetros.
Se mostraron vehículos para realizar operaciones de guerra electrónica y otros dedicados a proporcionar enlaces a las tropas.
El componente aéreo del Ejército Popular de Liberación mostró en el cielo de Beijing aviones de combate de última generación así como evidenció capacidades para ejercer el comando y control de sus aeronaves en acciones de combate.

Toda esa capacidad militar hecha pública, a la que hay que sumar el creciente poderío del brazo naval del Ejército Popular de Liberación, que se ha constituido en una fuerza moderna y con capacidades oceánicas; debe colocarse en el contexto geopolítico en el que China se desenvuelve. Analicemos un poco el mismo.

Hay en nuestros días una situación extremadamente compleja en los asuntos de seguridad internacional. La principal característica del mismo, según nuestra visión, es un marcado retraimiento de Occidente en general y de EE.UU. en particular frente a situaciones que tengan el potencial de demandar un masivo empleo del recurso militar como herramienta para su solución. Ello hace que estén proliferando situaciones conflictivas en diversos "hot spots" del globo; sin que para los mismos se vislumbren salidas generadas por los actores directamente involucrados; así como se observa, especialmente en Medio Oriente una creciente propensión al empleo del recurso militar de manera directa por actores que en el pasado muy rara vez hacían uso del mismo. El caso de Arabia Saudita y los Estados del Golfo en Yemen es un buen ejemplo de esto.

Los planificadores estratégicos de China no desconocen la inestabilidad global que describimos en términos geopolíticos, en el marco del cual su país es ya un actor global económico indiscutido, con intereses en prácticamente todo el planeta, y es recordémoslo uno de los cinco países con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; por lo tanto en su agenda los temas de seguridad global no le son en modo alguno ajenos.

Beijing no pretende desde su discurso político y también en su praxis aparecer como una potencia militarista. Por el contrario, trata de actuar con mesura en los distintos escenarios internacionales, promoviendo soluciones pacíficas y sin recurrir a retóricas donde veladamente aparezca la amenaza de recurrir a la fuerza.

Entonces ¿para qué China mantiene ese aparato militar con capacidades para desatar acciones devastadoras a inmensas distancias y también a nivel regional? Pues la respuesta a ese interrogante es relativamente sencilla. China desea mantener una elevada capacidad de independencia en sus decisiones y disuadir a cualquier actor que pueda amenazar sus intereses vitales. Es muy probable que un observador de una nación que no preste atención a los temas de defensa piense que esa actitud es equivocada y que podría destinar mayores fondos a otras cuestiones. Posiblemente ese observador no comprenda que un país que puede trazar su continuidad histórica midiendo a esta en milenios, tiene la suficiente experiencia como para haber aprendido que en las relaciones entre las naciones no son pocos los tiempos turbulentos y que cuando ellos llegan hay que contar con herramientas acordes a los mismos. Hay algo de sabiduría y no poco de realismo en esa mirada. Cosas con las que siempre es bueno poder contar.








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