CHÁVEZ en tinta de Mujer

October 17, 2017 | Autor: Julio PeñayLillo E | Categoría: Feminismo, Ciencias Políticas, Feminismo E Esquerda
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Descripción

FEMINISMO

CHÁVEZ en tinta de Mujer Jornada Mundial: Por aquí pasó Chávez

Febrero, 2014

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CHÁVEZ en tinta de Mujer Jornada Mundial: Por aquí pasó Chávez

“Al mundo debemos salvarlo, pero al mundo no podemos salvarlo sólo los hombres. ¡Sin participación de las mujeres no hay mundo posible;¡sin ellas no habrá paz, libertad, ni futuro posible!” Hugo Chávez Frías.

Como Presidente del Consejo de CIESPAL y representante del Secretario Nacional de Educación

Superior,

Compañero

René

Ramírez,

es

realmente

gratificante

encontrarnos aquí reunidos, para resaltar la importancia política e histórica del Presidente Hugo Chávez Frías, quien fuera uno de los más grande líderes contemporáneos de nuestro tiempo, sobre todo, en lo que tiene que ver con su ardua y persistente confrontación con el neoliberalismo, y su tenaz lucha por la emancipación de los pueblos latinoamericanos. Cuando hablamos de emancipación, nos adentramos de inmediato en la problemática de la Mujer, y de la lucha feminista, como parte de una disputa necesaria y de larga data, en contra de nuestras sociedades patriarcales. La Revolución Bolivariana de Venezuela, liderada por el Presidente Chávez, impulsó desde esta perspectiva importantes cambios socio-políticos y culturales, como los que se expresa en su Constitución histórica de 1999, en la que queda claramente establecido la voluntad de una mayor y verdadera igualdad de género. Gracias a la Revolución Bolivariana se pudo crear el Ministerio de Asuntos para la Mujer, el Ministerio de Asuntos Indígenas, un sinnúmero de Misiones, entre otras tantas instituciones cuyo fin es hacer de Venezuela una democracia de los iguales. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos y grandes iniciativas, Venezuela como tantos otros países de la región sigue batallando para romper definitivamente las cadenas de opresión y dominación. Por fuera de las reivindicaciones Chavistas y Bolivarianas, lo que debemos tener presente cuando hablamos de la Mujer y del Feminismo, es cuáles son los objetivos centrales de su lucha. Si el movimiento feminista se ha propuesto cambiar a la sociedad, tanto en el plano de su organización material como en el plano de las ideas 2

y de sus valores intelectuales. Ambos fines no pueden concretarse si no es mediante la transformación profunda de todo el sistema social, es aquí donde radica uno de los nudos gordianos de la problemática feminista. El combate estaría situado a dos niveles, como dice Marcuse (2007), el primero, por la plena igualdad económica, social y cultural, en donde cabe la pregunta: ¿la igualdad en estas distintas esferas -económica, social y cultural- puede darse realmente al interior del sistema capitalista? No existe una buena razón económica o lucrativa que nos diga o que demuestre que podemos acceder a esa igualdad que demandamos, así esto suponga modificaciones al sistema capitalista. El segundo, nos dice este autor, que en la actualidad más allá de la igualdad, la liberación para la emancipación implica la construcción de una sociedad regida por un principio de realidad diferente, una sociedad en la cual la dicotomía actual de lo masculino-femenino debería ser sobrepasada por nuevas relaciones sociales entre los seres humanos. Esto quiere decir que una Revolución socialista debe trastocar en lo más hondo a los valores y principios dominantes en el capitalismo como son: la productividad guiada específicamente por el beneficio económico, la búsqueda de éxito a cualquier costo, el espíritu de competencia (unos ganas otros pierden), es decir es todo un principio de rendimiento social el que debe ser cuestionado. Según Freud, esta jerarquía de valores refleja la construcción de una estructura mental en la cual debe primar ante todo la energía de agresividad generándose de esta manera en la sociedad una tendencia destructiva que se intensifica conforme se intensifica la competencia (económica, social, cultural, etc.), estas tendencias son las que forman parte estructural del capitalismo. El socialismo siguiendo a Marcuse, en tanto que proyecto cualitativamente diferente, debe encarnar la antítesis de esta construcción de valores restrictivos y represivos del capitalismo, que viene a ser a la vez una forma cultural dominada por machos. De lo que se trata entonces en una revolución socialista, es comenzar a cultivar y promover otro tipo de valores, valores que han estado asignados más hacia lo femenino como es: la ternura, la receptividad, la no-violencia, etc. Estos valores como vemos se sitúan en sentido contrario de los valores que se requiere para la explotación, dominación y producción intensiva.

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Debemos modificar también la noción clásica de socialismo, porque heredó también mucho de esos principios y valores atados al rendimiento. Por ejemplo, el acento puesto al desarrollo cada vez más eficaz de las fuerzas productivas, o la explotación cada vez más productiva de la naturaleza y fuerza de trabajo. El socialismo como modelo cualitativamente diferente, debe hacer de la vida un fin en sí mismo, debe permitir el desarrollo de lo sensible, de los sentidos, así como el intelecto para reducir o apaciguar la agresividad, con el fin de gozar la vida un poco más, generar una creatividad receptiva opuesta a la productividad represiva. La liberación o emancipación de la mujer debe apuntar entonces a combatir también el principio de rendimiento, comprender que tanto hombres como mujeres debemos dejar de ser percibidos como mercancías, que la lucha por la liberación de la mujer debe ser también una lucha por la construcción de una sociedad cualitativamente diferente, que podríamos llamar Socialismo del Buen Vivir o darle quizás otro nombre… Tenemos que tener claro que igualdad no puede significar que hombres y mujeres compartan por igual el carácter agresivo y competitivo que nos exige el sistema capitalista para poder acceder a un empleo u obtener un crédito, si partimos sobre esta igualdad estamos contribuyendo con el principio de rendimiento que vendría a ser reproducido cada vez por más y más personas.+ Sólo la subversión de estas normas puede contribuir a genera una nueva sociedad regida por otro principio de realidad, más humano y menos mecánico. El feminismo del siglo XXI entonces debe revelarse contra la obsolescencia del capitalismo y no pretender reforzarlo, la lucha debe darse dentro de la izquierda, como una perspectiva crítica al sistema capitalista hegemónico.

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Bibliografía:



Marcuse, Herbert (2007) : « Le problème du changement social dans la société technologique / Marxisme et féminisme » . Edi. Homnisphères. France.



Venegas, Asalia (2012): “ Chávez en tinta de mujer”. Edi. Correo del Orinoco. Venezuela.

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