CHARLAS CON CIEGOS Y VIDENTES

ENTRE CIEGOS, VIDENTES Y VALIENTES
Guillermo F. Parodi
Diciembre de 2014
"Nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen su
plan secreto aunque nosotros no lo entendamos." - Platón

I
Siempre valoré poder charlar con hombres sabios con gran formación intelectual, y tuve la gran satisfacción de apreciar que de un plumazo me revelaban el final de un camino, un camino que ni siquiera me era accesible.
Lo que abandoné es la idea de preguntar a esos sabios sobre temas trascendentes. Pasado el tiempo, percibí que todos los seres humanos comunes, sabios o no, al buscar respuestas sobre esos temas, transitan por un complejo laberinto cuyas trayectorias --todas ellas--, terminaban en un callejón sin salida.
Es por eso que para esas preguntas me dirigí a otros seres, a aquellos que habían tenido acceso a verdades con el ojo de la contemplación, el que permite el acceso al conocimiento directo o insight. San Buenaventura muy didácticamente enseñaba que el ser humano tiene tres ojos para el conocimiento: el ojo de la carne, que son los sentidos; el ojo de la mente, que es la razón; y por último el ojo de la contemplación que permite acceder al conocimiento directo o insight [1].
Los seres humanos corrientes que accedemos solo a los dos primeros ojos podemos hacer profundos estudios y sacar serias conclusiones, pero, si solo accedemos a ellos, hay ciertos conocimientos que no nos serán accesibles, tales como: el sentido de la vida, qué pasa después de la muerte, por qué el hombre sufre,… Es como preguntarse entre ciegos los colores de un paisaje. Hay ciegos más capaces y con más creatividad pero ciegos al fin. Este pensamiento me surgió cuando siguiendo los consejos de la Iglesia, ante una crisis fui a consultar a un anciano (sacerdote). Recuerdo que fue en la iglesia de Santo Domingo en Buenos Aires. El anciano, con muy buena voluntad y compasión, me comenzó a hablar de casos más graves como los niños en Mendoza a los que se les daba vino pues no había comida. Pero, es claro, a mí en nada me ayudó. ¡Cómo podía saber que yo necesitaba tratamiento médico por un stress crónico! Agradecí cortésmente y me retiré.
Esa decisión provocó resultados fecundos. Primero fueron las respuestas de los grandes videntes, que se mueven libremente en el tiempo y en el espacio, y mantienen una extraña y soberbia lucidez. Pasado y futuro pasan por sus mentes. Si son prudentes no comunican sufrimientos o catástrofes inevitables ¿para qué arruinarnos la vida desde ahora con desgracias futuras que no podemos evitar? Pero cómo reaccionar ante las proezas. Para acceder a esa información, ésta debe existir o sea existen planes de vida para cada persona y esos planes están interligados con los de las personas que se relacionan con nosotros. Los detalles, son al menos de la complejidad de lo que el vidente nos comunicó. Tendrán su componente determinista y quizás alguna componente aleatoria que naturalmente hace el modelo mucho más complejo para todas las relaciones de nuestra vida.
Pero las buenas previsiones abonadas con la confianza que despiertan sus relatos del pasado que fueron pintados con detalles hasta olvidados por nosotros, llevan a una alegría muy grande pues nos adelantan las flores que nos esperan en el camino.
El paso siguiente son los valientes que se atrevieron a jugarse su prestigio publicando estudios sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte [2] y hasta experiencias en el momento de la muerte de moribundos que no fueron reanimados después de morir. Los sujetos estudiados (que representan el 30% de los reanimados y que son los que tuvieron ECM) relataban espontáneamente sus experiencias cuando eran reanimados de una muerte clínica. En todos los casos señalaban que les ordenaron volver pues no era su hora. De sus relatos surge que la muerte no existe, que es solo un cambio de estado. Que los seres que se aman se vuelven a encontrar. Que hay seres más avanzados en otro plano que nos ayudan a corregirnos y a mejorar. Que la evolución espiritual es una constante en el Universo. Que la vida tiene sentido, que es una escuela para aprender convivencia y comunión con otras almas. Las experiencias en el momento de la muerte sin reanimación posterior o sea mueren y no vuelven, muestran claramente que las almas que se aman no se separan pues esos seres son recibidos por sus amados para acompañarlos en la transición y los testigos afirman que los moribundos entran en esos momentos de comunión en estados de alegría y paz profunda.
Los estudios luego se ampliaron a regresiones a vidas pasadas. Esta vez mediante el acceso a la superconciencia mediante la hipnosis [3]. No solo se reveló como un método terapéutico para eliminar dolores, miedos y fobias sino que arrojó mucha información sobre los grupos de almas que se relacionan en varias vidas. El sufrimiento aparece muchas veces como la aplicación de la ley del amor, si no apareciese en algunas circunstancias el alma seguiría continuamente un camino errado. Quedan sin embargo, sufrimientos inexplicables frente al comportamiento actual, que algunas creencias atribuyen a la relación causa efecto proveniente de vidas anteriores o el pasado de esta misma vida (karma).
Para cerrar los conocimientos actuales hizo falta la incursión en los intervalos entre vidas. Su acceso también se realizó mediante la hipnosis de los sujetos. El acceso a ese intervalo era necesario porque la vida no puede ser un gran juego de azar. Las sincronicidades percibidas por Jung son metacausas que llevan al cumplimiento de un plan de vida aceptado por el sujeto con su libre albedrío. Todo es muy coherente, tal como a un niño de dos años no podemos dejarlo libre para cruzar una calle muy transitada, a las almas muy jóvenes se le imponen experiencias necesarias.
Hay un punto interesante que es que la lógica nos lleva a que en algún momento el alma se transformó en un alma humana, pues si así no lo fuera –o sea si el alma estuviese evolucionando desde siempre--, ya habría alcanzado la total iluminación. Si fuera cierta la metapsicosis en la evolución el alma pasaría por todos los reinos hasta llegar al humano, y más tarde pasar al planos con formas de vida superiores a la humana, para seguir el camino de la evolución, pero eso ya sale de la pequeña mirada de un alma curiosa, hay temas que escapan a nuestra capacidad de entendimiento actual.
II
Otro tema imposible de resolver con los dos primeros ojos, es el de la existencia del mal y temas relacionados. El mal existe como podemos constatarlo todos los días, y goza de buena salud, y tiene además mucha aceptación. Hay mucha fantasía sobre el mal. Los hombres crearon fantasías alucinantes sobre el ángel caído que es el eterno rival de Dios y Dios le permite tentar a los hombres para que pequen y al morir se vayan al infierno por la eternidad.
Ya se chico con picardía le preguntaba a un cura amigo si podía hacer una misa para convertir al demonio. Resuelto el caso, felicidad para todos. No, me dijo, él no quiere convertirse. ¿Cómo sabés? Te imaginás tener que andar tentando a los hombres para llevárselos al infierno con él y SUFRIR CON ELLOS. ¡¡¡¡¡PORQUE EL DEMONIO ESTÁ EN EL INFIERNO PARA SUFRIR!!! El pobre cura se retiraba ya sin saber qué decir.
Pero los seres humanos han hecho tantas especulaciones, muchas de ellas demasiado fantasiosas e incoherentes, sobre la existencia y origen del demonio mayor y los demonios menores, que una mente ordenada puede fácilmente llegar a hacer notar tremendos disparates. Sea solo como muestra, si el demonio es un ángel caído y debe sufrir en el infierno como cualquier otro condenado, a más de tener que trabajar fuera del infierno tentando a los humanos para acrecentar sus huestes sufridoras, y pese a ello mantiene tercamente su rebeldía, es muestra de no era un ángel era un imbécil y que convirtió en imbéciles a todos los ángeles que lo acompañaban, pues Dios en su infinita misericordia ¿Cómo no va a perdonar a algunos de sus hijos que vuelven arrepentidos? La actitud del demonio no tiene ningún pro, solo contras. ¿Cómo no va a arrepentirse? Y eso del infierno por la eternidad es otro disparate lógico que solo los cristianos mantenemos. Y creo que la idea de Emmanuel Swedenborg [4] (tan ponderado por Jorge Luis Borges) sobre el Infierno es más viable que la de la Teología Católica. Swedenborg decía que al infierno iban los que les gustaba su ambiente: conjuras, traiciones, sadismo, maledicencia, peleas por el poder, intrigas, … , justamente los valores que aman los demonitos que conocemos en la tierra. De allí no se van a querer escapar porque es lo que les gusta. En algún momento, es claro se cansarán y desde allí vendrá su evolución espiritual naciendo en la tierra o en cualquier otro plano.
Pero basta mirar un noticioso para comprobar que los demonios existen. Sin ninguna duda existen seres humanos con las características atribuidas a los demonios, una maldad superlativa, que hasta a una mente muy creativa le costaría imaginar. Sí, los demonios existen. De los que tenemos noticias son de los demonios encarnados, ¡tenemos hasta fotos de ellos! ¡Y en todos los diarios!
Hablando en serio, el mal es necesario, el mal causa sufrimiento y el sufrimiento templa. Una persona criada entre algodones será inútil y débil, además insegura porque no se ha probado. Nadie puede calificarse como bueno si no ha tenido la oportunidad de ser malo. El sufrimiento es inherente al ser humano, las enfermedades están al asecho, los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento, los humanos malhechores pueden atacar a un semejante en cualquier momento. En la iglesia Católica, que es el ámbito en el que me eduqué, hay muchos santos que fueron mártires (Persona que padece muerte por amor de Jesucristo y en defensa de la religión cristiana), muchos que tuvieron muertes horribles. Otros Santos tuvieron muchos sufrimientos durante su vida, por ejemplo San Francisco de Asís tuvo que padecer los estigmas de Cristo sus últimos años y le quemaron las sienes con un hierro al rojo para tratar de curar su ceguera. La culminación del sufrimiento en la iglesia Católica es la crucifixión de Cristo.
III
Resumiendo. Sobre la vida después de la vida hay demasiados estudios que para otras cosas llevarían a certezas pero dada la patología masoquista de negar lo que nos hace felices, no hay más remedio que reconocer que todo indica que hay supervivencia y que las almas que se aman no se separan. La reencarnación parece ser una realidad. Las descripciones de los intervalos entre vida carecen de la cantidad de autores y obras que tienen las regresiones a vidas pasadas (que implican la reencarnación), aunque sus argumentos son muy satisfactorios. Aparece la Preparación del Plan de vida con los Maestros en los que el sujeto acepta con su libre albedrío las experiencias a pasar, eso cuando no son impuestas como le imponemos a un niño darnos la mano al cruzar la calle. Eso abre la puerta a los videntes que navegan en el tiempo y en el espacio, pues mal pueden averiguar lo no definido. En un caso que conocí el vidente daba alternativas pero en el enorme entramado de Planes de Vida el Modelo sería monstruosamente complejo y adaptativo que para la mente humana resulta apabullante (pero seguro que hay seres con mayor desarrollo que nosotros que pueden resolverlo).
El problema más difícil es el del infierno. La causa y el efecto puese ocasionar un sufrimiento temporal como el del Purgatorio acá sería el sufrimiento para enderezar al equivocado que es también una manifestación de la Ley del Amor. La estadía en el Infierno me parece muy sustentada con las ideas de Swedenborg. Los demonios son seres perversos y existen, con total certeza; están cargados de odio y hacen el mal como rutina.

GFP
Navidades de 2014.



Referencias (con fecha de 1ª. Edición):

[1] Ken Wilber, Ken. Los Tres Ojos del Conocimiento. Kairos. Barcelona. 1991.
[2] Moody, Raymond. Vida después de la Vida. Edaf. 1975.
https://www.youtube.com/watch?v=Ji5SC57CGAI (conferencia con traducción simultánea).
[3] Newton, Michael. La vida entre Vidas. Robinbook. Barcelona. 1995.
[4] Swedenborg, Emmanuel. El cielo y sus maravillas, y el infierno. Kier. Buenos Aires. 1963.


No quisiera omitir que la charla muchas veces no hay más remedio que sea un monólogo, aunque seleccionado entre las obras del autor.