Cerámica romana. El corpus cerámico de la Catedral de Santa María

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Descripción

6.3.  Cerámica romana. El corpus cerámico de la Catedral de Santa María J.M. Martínez

6.3.1. INTRODUCCIÓN Las excavaciones de la plaza de Santa María han proporcionado un escaso número de restos de Terra Sigillata hispánica, un total de 19 fragmentos, que presentan un estado muy fragmentado y rodado, sin registrarse en ningún caso restos correspondientes a la misma vasija. Se trata mayoritariamente de deposiciones secundarías formando parte de los niveles altomedievales más antiguos, principalmente depósitos para nivelar el terreno o amortizar cortes con diversa función. Sólo un contexto, identificado con la UE 26707, proporcionó un conjunto cerámico muy homogéneo del siglo II d.C. que podría encontrase en posición primaria. Además de los materiales recuperados en la plaza de Santa María, el interior del templo también documentó otro elenco de cerámicas romanas recuperadas en contextos similares a los de la plaza, donde destacaba la mayor abundancia de materiales correspondientes a producciones altoimperiales (Martínez, Plata, Solaun, 2001). También en otros puntos del cerro han sido documentados materiales cerámicos de época romana, siempre en contextos similares que responden a deposiciones secundarias. En las excavaciones del Campillo, realizadas durante 1996, se recoge la presencia «de unos pocos fragmentos de cerámica romana totalmente descontextualizados» (Fernández Bordegarai, 1998: 225) que posteriormente E. Gil (2000: 182) consideraba de cronología «claramente altoimperial». Por otro lado, en contextos formados por vertidos de cronología pleno medieval del nº 1 de la Plaza de San María se documenta la presencia de materiales cerámicos romanos, tanto finos como de cocina no torneados, y en nivelaciones de época contemporánea, junto con materiales pleno medievales, la presencia de cerámica romana altoimperial, Terra Sigillata hispánica, cerámica de cocina, vidrio de ventana y algunos elementos tadorromanos, dos elementos de adorno personal y un fragmento de Terra Sigi-

llata hispánica tardía (Ibidem: 175-182). A estos materiales les atribuye una cronología de los siglos I-II y IV-V d.C. respectivamente.

6.3.2. ESTUDIO DE LOS MATERIALES Como señalamos más arriba, resulta plausible que uno de los contextos cerámicos romanos recuperados en la catedral de Santa María sea coetáneo a la fecha de formación del propio contexto. Nos referimos a los 4 fragmentos cerámicos pertenecientes a la UE 26707 (A35), cuya homogeneidad así parecen denunciarlo. Se trata, en concreto, de un fragmento de borde de la forma 36 con decoración de barbotina, de otro borde de la forma 35, de un fragmento de fondo indeterminado y de un cuarto fragmento de pared decorado con un friso de pequeños círculos, quizás correspondiente a la forma 37. La presencia de la forma 35 permite situarnos en los siglos I-II d.C., aunque las formas 36 y 37 presentan mayor perduración. Además, el motivo del fragmento decorado y la baja calidad del punzón nos aproximan más al siglo II d.C. que al siglo I d.C.

Figura 6.11.  Fragmento decorado con friso de pequeños círculos correspondiente quizás a una forma 37.

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El resto de los materiales cerámicos corresponden a material residual en contextos secundarios, todos ellos fechados en la Alta Edad Media. Por lo tanto trataremos únicamente de determinar la cronología de las piezas documentadas en función de las fechas de producción, como indicio de la presencia romana en la parte alta del cerro de Gasteiz. Las piezas encontradas, en un análisis de visu, corresponden a las producciones de los centros alfareros riojanos del valle del Najerilla, el denominado complejo de Tritivm Magallvm, caracterizado por las pastas rosáceas, con vacuolas y partículas amarillentas y fractura recta y barnices rojos claros a rojo anaranjado, brillantes homogéneos y compactos (Fernández, Roca, 2008: 313). Dado lo rodado de las piezas, en algunas resulta casi imposible aventurar a que forma corresponden. Este es el caso de tres fragmentos de fondo con pie anular, con las molduraciones exteriores completamente desgastadas, correspondientes a formas abiertas, pero de los que no podemos ni siquiera precisar si corresponden a formas lisas o decoradas, ya que los fragmentos que se conservan pertenecen a un porcentaje muy pequeño del perfil. También contamos con otro fragmento de pie anular, algo mejor conservado, en el conjunto descrito anteriormente de la UE 26707. Otros dos fragmentos son bordes que pueden pertenecer a varias formas. Se trata de bordes rectos o ligeramente cóncavos, inclinados hacia el exterior, moldurados en el labio. Pueden corresponder a las formas 15/17 o 18, ambas recipientes abiertos, que en el caso de piezas tan fragmentadas solamente se diferencian con facilidad por la moldura interna de la primera de ellas. En todo caso nos ofrecerían unas cronologías similares, la forma 15/17 desde el 30-40 d.C. prolongándose hasta el 300 d C.; la forma 18 que se sitúa entre le 50 d C. hasta el 200 d.C. (Romero, Ruiz, 2005: 183-224), con una periodo de producción muy amplio, sobre todo la 15/17 que no resultan de utilidad para tratar de concretar la duración de la presencia romana en el cerro. De las formas cuya presencia se puede determinar con seguridad, la más abundante es la forma 37. De ella tenemos 3 fragmentos de borde, correspondientes a la variante 37 A, y 2 fragmentos de pared decorados. También tenemos otro fragmento decorado del que albergamos dudas sobre su pertenencia a la forma 37 o a la 29, como veremos más adelante. Además, debemos contar con el fragmento correspondiente a la UE 26707 descrito más arriba.

Actualmente se considera que la producción de la forma 37 A comienza hacia el año 70 d.C. y se prolonga hasta el siglo IV d.C. (Fernández, Roca, 2008: 325). En el caso de los tres bordes de esta forma, poco más podemos precisar, ya que solo uno de ellos conserva un pequeño fragmento del friso decorativo superior, en el que puede verse una pequeña parte de un círculo segmentado, sin llegar a apreciarse si se trata de un círculo simple y vacío o enmarcaba alguna figura, lo que podría habernos aportado mayores precisiones cronológicas. De los fragmentos de pared decorados uno corresponde a la parte baja, en el enlace con el fondo, y tiene un friso de pequeños círculos concéntricos, en realidad un elemento delimitador de los frisos decorativos del cuerpo que tampoco permite establecer una horquilla cronológica menor que la propia de la forma. Sin embargo, el otro fragmento de pared presenta una decoración de pequeños rombos en relieve, que sí puede aportar una mayor precisión, al menos para el inicio de la producción de esta forma. Se trata de un tipo decorativo ampliamente documentado: ya Mezquíriz recoge varios fragmentos con este tipo de decoración en Numancia, Funes, Juliobriga y Arcobriga sobre la forma 37 y en Mérida, sobre la 30 (Mezquíriz, 1961: lámina 52, nº 149, 150, 151 y 152). Posteriormente Garabito documenta un molde de la forma 37 con esta decoración de Tricio (Garabito, Solovera, 1975: 12-14). Ambos autores se inclinan por una cronología del siglo I d.C., que ahora parece excesivamente temprana.

Figura 6.12.  Fragmento de la forma 37 con decoración de rombos.

Romero Carnicero precisa más la cronología de este tipo de decoración, situándola como uno de los tipos que permite aproximarse a las produccio-



6.3.  CERÁMICA ROMANA. EL CORPUS CERÁMICO DE LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA

nes del periodo de la segunda mitad del siglo II d.C. y finales del siglo III d.C. Se trataría de un esquema decorativo adaptado a partir de algunos productos del vidrio que pasaría a la forma 37 a partir de su uso en la forma 48. Considera que como última derivación de la decoración facetada correspondería al siglo II d.C., confirmando esta cronología avanzada el uso de las formas que presentan esta decoración de labios similares a la forma 44, una producción característica de la segunda mitad del siglo II d.C. (Romero, 1985: 168). Un tercer fragmento de interés es el que presenta en su decoración un león dentro de una metopa, de la que se conserva únicamente una pequeña parte de un zigzag vertical. Este fragmento corresponde a una forma 37 que como señalamos anteriormente tiene una amplia perduración. Sin embargo tanto la disposición de la decoración en metopas, como fundamentalmente el punzón del león utilizado, estarían indicando fechas tempranas, correspondientes al siglo I d.C.

Figura 6.13.  Fragmento decorado con una figura de león en una metopa.

Garabito recoge este motivo sobre una forma 29 del taller de Bezares (Garabito, 1978: 152-153, fig. 25, motivo 34 y 37, lám. 27) y sobre esta misma forma de los talleres de Tricio (Ibidem: 343, fig. 81, motivo14). La forma 29 presenta una cronología más temprana y corta, entre el 40 y el 80 d. C., siendo sustituida a partir del 80 por la forma 37 (Fernández, Roca, 2008: 307-332). La coincidencia de los punzones sobre las dos formas correspondería al momento en que ambas conviven. Otro de los fragmentos recuperados puede corresponder a una forma 29 o a una 30. Se trata de un fragmento de una pared vertical en la que se

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observan los motivos de separación verticales y horizontales de esquema decorativo metopado, común en ambas formas. En todo caso, la producción de ambas formas es temprana en su inicio, hacia el 50 d.C. y de corta duración, hasta el 80 en el caso de la 29 y hasta finales del siglo I d.C. para la 30 (Ibidem: 307-332). La forma 36 está representada por un fragmento de borde, además del perteneciente a la UE 26707, con restos de la característica decoración de hojas de agua a la barbotina. La producción de esta forma es temprana, entre el 50 y el 60 d.C. Sin embargo tiene una larga perduración, hasta el siglo III d.C. Parece que aunque las dimensiones del labio no tienen una relevancia cronológica, si se observa una evolución en cuanto a su curvatura y horizontalidad, siendo los más tempranos más curvos, tendiendo después a ser planos e incluso ligeramente inclinados hacia arriba (Romero, 1985: 168). En el caso de los fragmentos que tratamos, su curvatura corresponde a los productos más antiguos. La forma 35, una copa asociada a la forma 36, está representada por un fragmento de escasa anchura, casi una moldura, al que hay que sumar otro borde muy rodado de bastante anchura, que forma parte del conjunto de la UE 26707. El inicio de la producción de esta forma es coetáneo al de la 36, sin embargo su producción parece detenerse a mediados del siglo II d.C. (Mezquíriz, 1961: 63; Fernández, Roca, 2008: 325). Finalmente tenemos un fragmento de un borde correspondiente a una forma 8, una de las formas de mayor perduración, iniciándose su producción antes del año 40 d.C. y continuando hasta el siglo IV d.C., para seguir fabricándose en sigillata tardía. Obviamente en tan largo periodo se produce una gran variabilidad en cuanto a pastas, barnices, inclinación del borde y uso de molduras. El fragmento que tratamos, fundamentalmente por las características del barniz, ha de corresponder a los siglos I-II de nuestra era.

6.3.3. CONCLUSIONES En función de los materiales descritos podemos afirmar que existió una ocupación romana del cerro de Gasteiz en los primeros siglos de nuestra era, continua pero sin duda poco significativa. La presencia romana puede iniciarse a mediados del siglo I d.C., como nos indica la forma 29 o 30 con deco-

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ración metopada, a la que hay que añadir otros dos fragmentos correspondientes a las excavaciones del interior de la Catedral en 1997, un fragmento de la forma 30 y otro de 29/37 (Martínez, Plata, Solaun, 2001). Esta presencia tendría continuidad durante todo el siglo I, como nos indica la abundancia, proporcionalmente, de la forma 37 y perduraría con seguridad hasta finales del siglo II d.C., dada la

presencia del fragmento de forma 37 decorado con rombos en relieve. Respecto al siglo III d.C., pese a que los materiales no son incompatibles con esta centuria, ninguno de ellos se puede asignar de forma indudable a este periodo. También debe señalarse la inexistencia de materiales tardíos de los siglos IV-V, como los localizados por Gil Zubillaga en el solar de la plaza de Santa María nº 1 (Gil, 2000).

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