Cataluña en el proceso de la historia

June 13, 2017 | Autor: M. Herranz Montero | Categoría: Catalunya, Cataluña, Historia Moderna de Cataluña. Hispanistas, Historia de Catalunya, Catalunya Medieval
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CATALUÑA EN EL PROCESO DE LA HISTORIA. (HASTA EL XIX)

1. ESTA HISTORIA COMENZÓ HACE MUCHO TIEMPO

‘’El pasado de largo recorrido ha servido, está sirviendo, para fabricar derechos históricos, reivindicadores de identidades primigenias que se contraponen a la memoria del Estado común. El monopolio de la historia larga, de la tradición, investida ahora de ropaje de modernidad, lo tienen los nacionalismos sin Estado. Los viejos mitos no inventados en la España franquista, pero sí difundidos y propalados en el marco del franquismo, desde la unidad nacional de los Reyes Católicos a la épica imperial pasando por la galería de héroes de aquel Gran Relato, han sido tan fustigados que hoy se esconden en la trastienda de las sacristías, mientras que en los altares autonómicos florecen, inasequibles al desaliento, los numerosos mitos que integran el imaginario épico y lírico de los nacionalismos al uso’’ Ricardo García Cárcel ‘La herencia del pasado. Las memorias históricas de España’. Galaxia Gutenberg.

En el almacén de la historia encontramos de todo No se pretende aquí hacer un estudio histórico, solo dar unas pinceladas que contextualicen el problema de la cuestión nacional y relativicen la importancia de la lucha política en torno a elementos históricos, utilizados como arma para legitimar formas de relación actuales. Hemos pasado momentos en ocasiones comunes y en otras divergentes, que nunca deberían tener el mismo rango para legitimar leyes fundamentales que los actuales pactos políticos formulados por los actuales pobladores en nuestro contexto político, social, cultural… pactos actuales que recogen la historia y sentimientos más recientes. Algunas precisiones sobre las historias de España, mejor en plural, porque hay tantas historias como posturas y territorios diferentes y sus relaciones. La Península Ibérica existe en cuanto suelo desde hace millones de años y lleva poblada probablemente cientos de miles de años, -hace 500.000 los pitecantropienses, 200.000 los Neandertal, 40.000 Homo sapiens, según J. Vicens Vives-. Atapuerca tiene datas de 780.000 años. Los asentamientos y organizaciones colectivas que compusieron sus pueblos, inventaron bastante de las tradiciones e historias que conocemos para darse fuerzas y diferenciarse de los vecinos en muchos casos enemigos por el simple hecho de estar ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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al lado. Está demostrado por multitud de historiadores, que mucho de lo estudiado por cada cual sobre historia, en muchas ocasiones se trata de leyendas inventadas para legitimar dinastías, pueblos e identidad, -todos los pueblos tienden a generar historias de bravura y libertad contrastadas- a veces son interpretaciones de hechos regios elegidos para mayor gloria real, en parte se trataría de posturas personales de los autores, cuyas tesis mantienen de inicio y con los estudios tratan de reafirmarlas, lo cual lleva a buscar solo en esa dirección y separar lo que abra otros caminos interpretativos. Tan falso puede ser el mito de Don Pelayo, como el catalán de Otger Cathaló, o el del Cid Campeador, que podría haberse configurado uniendo dos personas distintas; muchos pueblos tenían mitos similares de heroicidad en la lucha por la creación de identidad y resistencia al invasor. Añadamos que bastantes hechos y relatos de los que se toman referencias por los historiadores, están contados cien o doscientos años después de que ocurrieran los acontecimientos, lo cual abre una ventana de incertidumbre muy grande sobre la veracidad de lo contado por un individuo que tendría su propia intencionalidad al resaltar aquellos hechos y perseguiría un objetivo beneficioso para sí y los suyos con la interpretación de los mismos. Basta que unos cuantos historiadores citen a dichos ‘cronistas’ para que tales hechos y su interpretación se den por buenos por corrientes enteras de estudiosos de la historia. Hasta que otras corrientes lo ponen en cuestión y fabrican otros relatos. De ahí la prevención que deberíamos tener para tomar decisiones políticas actuales basadas en gran parte en criterios referenciados en acontecimientos históricos. Este aspecto de incertidumbre sobre el estudio de la historia es extensible a todos los historiadores y cronistas, que destacarán aquello que más se aproxime a lo que busquen. En el uso político del presente, en cada momento, la historia previamente seleccionada, se tomará como argumento para construir el relato adecuado a la finalidad ideológica. Esto es así en el terreno del españolismo y del catalanismo, no se puede pretender la inexistencia de España como nación antes del XIX, en cuanto que el tema de soberanía nacional y reconocimiento de una ciudadanía sean conceptos nacidos en la Ilustración, y al mismo tiempo pretender la existencia de Cataluña desde el año 1.000. Lo cual es un absurdo conceptual por utilizar distintos criterios. Los estudios sobre pobladores en la Península pueden acercarse a tres mil años AC, 5.000 años a.C. Mesopotamia y Egipto- aumentando su importancia política para influir sobre el presente, a partir de los años setecientos, con las diferenciaciones entre aquellos pobladores que para simplificar, llamaríamos árabes y cristianos. Se hacen más relevantes para uso político desde las primeras identificaciones o citas de España y Cataluña y en las experiencias compartidas de los últimos 300 años, que es cuando consolidan la importancia de uso habitual en los relatos nacionalistas, los cuales toman como referencia y fecha significativa de identidad nacional el 11 de septiembre de 1714, caída de Barcelona, de ahí la insistencia en celebrar el referéndum sobre la independencia en este preciso año que viene que conmemora el 300 aniversario. Visto lo anterior, si un congreso a celebrar en 2014 tiene como objetivo encontrar las diferencias entre España y Cataluña, no lo duden, las verán en las conclusiones.

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Antigüedad y Edad Media peninsulares. Aparición de Catalunya Sabemos que en la Península vivieron pobladores de procedencias distintas desde hace 3.000 años, -Si miramos Atapuerca desde mucho más atrás- J. Vicens Vives en Aproximación a la Historia de España, 7ª edición de 1970, reseña la cohabitación de pueblos: indoeuropeos, argáricos, fenicios, -tartesios-, helenos, iberos, celtas, celtíberos, cartagineses; y romanos que durante cientos de años compartieron con pueblos germanos; francos, suevos, alanos, visigodos. Y naturalmente, árabes –con sirios y bereberes- y godos; musulmanes y cristianos, y sus mezclas mozárabes, convivieron cientos de años. Cataluña se configura como núcleo poblacional con cierta entidad, entre la presión carolingia por el norte y la musulmana por el sur, como otros núcleos en el entorno pirenaico, cuya orografía dotaba de frontera y protección natural. En el caso de Cataluña con mayor influencia romanista que el resto dado la potente base romana de Tarragona que le aproxima a la historia colectiva española. En el 752, los primitivos catalanes se designaron como gothi mientras que para los franceses eran hispani, los condes godos rehusaron obediencia al wadi musulmán y se entregaron al rey carolingio de los francos, Pipino el Breve. En el 785 los carolingios conquistaron Gerona y en 801 Barcelona. Tendencia generalizada en toda Hispania es vincularse a los godos, probablemente como elemento diferenciador de la época, cristianismoislam. A partir del S-IX los franceses introducen el término de Marca Hispánica, o Marca Gótica, como frontera geográfica entre la Galia y al-Ándalus. Las unidades administrativas en ese territorio fueron los condados. A finales del S-IX, Wifredo el Velloso, conde de Barcelona une bajo su autoridad los condados catalanes y crea la dinastía condal. En el 985 Almanzor saquea e incendia Barcelona, sin que los francos pudieran garantizar su protección e independencia, recuperada por Borrell II sin apoyo francés, dotará de cierta autonomía a Catalunya, para qué rendir vasallaje a monarcas que no protegen, -será útil en el mito de la autoliberación catalana, contrapuesto a otro mito de vínculos de sangre carolingia, ambos son usados-, en 1010 montan una expedición contra Córdoba en la que se unieron varios condes y obispos catalanes, poder político y religioso conformaban el poder en la Edad Media- dicha acción puede considerarse el primer acto de afirmación colectiva de Cataluña autónoma respecto al poder carolingio. Las crónicas catalanas más tempranas son la Gesta Comitum Barcinonensium et Regum Aragonia, redactadas en el monasterio de Ripoll en diversas fases entre el XII y XIV. Es característico de estos relatos prescindir de la Hispania prerromana y romana e incluso dejar en segundo plano la visigoda…La inicial liberación de las tierras catalanas… había corrido a cargo de Carlomagno. La propia dinastía de los condes de Barcelona, en vez de intentar emparentar con el linaje godo, hacía descender su sangre de la imperial de los carolingios. ‘Historia de la nación y del nacionalismo español’ VVAA. Galaxia Gutenberg. Lo que se conoce del Medievo es su inestabilidad, entorno indefinido donde se mueven colaboración y lucha, entre árabes y godos, o cristianos y entre unos y otros dentro de cada grupo que no puede considerarse colectivo compacto. Alianzas cambiantes y cruzadas, provocan cambios en reglas de convivencia, normas, cultura, religión,… lo cual facilitará en el futuro que cada historiador pueda tomar referencias diversas y hechos supuestamente ciertos que defiendan una u otra postura adecuados para desarrollar su particular teoría. Y si no, se inventan para justificar legitimidades a la carta, glorias, e historias.

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Lenguas y dialectos en la Península Ibérica hacia el año 950

El nombre de Cataluña aparece a finales del S-XI, en 1114 los pisanos denominaron a Ramón Berenguer III Dux Catalanensis, Rector Catalanicus o Catalanicus Heros, y al país Catalonia. La palabra Castilla –inicialmente un terreno entre Burgos y Álavaaparece por primera vez escrita por el monje Vitulo en el 800, aunque la formación de la Corona de Castilla nace del núcleo resistente asturiano leonés. En el S-IX aparece en una crónica literaria, la Crónica Albeldense. Los primeros textos literarios en catalán datan del S-XII y el romance castellano más arcaico, Glosas Emilianenses data del SX, en castellano, latín y euskera, ilustraba los sermones de San Agustín. En 1137 pactarán matrimonio Ramón Berenguer IV de Catalunya, con Petronila, hija de Ramiro II de Aragón, punto de partida de la futura Corona de Aragón. Conquistan Lérida y Tortosa en 1153 y termina la presencia musulmana en Cataluña, apareciendo entonces el mito de la cuatribarrada. El siguiente mito es Jaime I, nacido en Francia en 1208 y artífice de bodas y casamientos varios para urdir alianzas –en todos los reinos y territorios, el pueblo estaba al margen- Conquistan Baleares en 1229 y Sicilia en 1282 por el rey de Aragón. Posteriormente en 1412, en el Compromiso de Caspe, los reinos de Aragón y Valencia y principado de Cataluña, discuten la sucesión de la Corona aragonesa y vincularán la dinastía Trastámara, castellana, con la Corona de Aragón, al entronizar a Fernando I. Aquí Cataluña se integra en el marco global español. Cataluña se incorpora tarde a la Reconquista en contraste con Castilla, pero la europeización no es un fenómeno catalán. Ahí está el Camino de Santiago como fuente de relaciones europeas para Castilla. La vocación marítima de Cataluña, con su extraordinaria proyección mediterránea, no puede hacernos olvidar la proyección marítima de Castilla, que en 1262 llega ya al Atlántico con la reconquista de Cádiz. Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’.

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Siglos XV y XVI. Monarquía española. Rex Hispaniae Durante el siglo XV la Península es un hervidero de guerras civiles, rebeliones, movimientos subversivos, corrimientos de alianzas… nuevos equilibrios de poder tratan de asentarse, campesinos y clase urbanas, señores y burgueses, patricios y nobles, remensas y artesanos, nobles y monarcas, campo y urbes… las clases altas en disputa sumaban a las bajas a sus apoyos. En otro lugar se relata el levantamiento de los catalanes contra Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico en una de esas revoluciones producto de contradicciones citadas. Ahora interesa destacar que estos acontecimientos configuran la llegada de un poder central, de Isabel y Fernando, las necesidades sociales exigen eliminar barreras locales, las burguesías financieras, comerciales y artesanas emergentes empujan para ampliar la masa crítica de pueblos y territorios dotados de normas y criterios comunes. Escribe Jaime Vicens Vives en ‘Aproximación a la Historia de España’: ‘Al socaire de esta subversión social se plantea el problema de la organización de los pueblos peninsulares. Entre unos y otros se anudaron entonces tantas relaciones que era imposible su subsistencia en la forma política consagrada en el siglo XII. Magnates castellanos y aragoneses cruzan la frontera y se instalan en el corazón de los problemas políticos de los vecinos; buques vizcaínos y andaluces constituyen el equipo ligero de la navegación catalana y mallorquina en este período; y ante las arremetidas de Luis XI en el Rosellón en 1473 son los barceloneses los primeros que se ilusionan con las lanzas castellanas que su príncipe heredero podrá traer de Segovia. La monarquía del Renacimiento se está gestando en la Península, gestándose con signo castellano…por el simple empirismo de su demografía en auge, y la libertad de acción que reivindica su realeza, y de los recursos que, a pesar de la contracción, continúan proporcionándole los rebaños de la Mesta’

Lenguas y dialectos en la España medieval, año 1500 Una gran experiencia de la envergadura que adquirió el comercio internacional de mercancías, financiero y artesanal, la facilita el Museo de las Ferias de Medina del Campo, documentada con miles de originales. Las ferias que se conocen en Castilla y León desde el siglo X, en Medina del Campo se instalan como gran mercado en 1404, documentadas en 1421 con las ‘Ordenanzas de aposentamiento de feriantes’ las calles y lugares de instalación de cada grupo de feriantes permite apreciar el número ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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de oficios y comerciantes; mercado de lana, en bruto, -las balas salen para Italia, Francia, Flandes, Inglaterra- en paños mayores, lenceros, sederos, plateros, silleros, carpinteros, freneros, joyeros, especieros, armeros, calceteros y jubeteros, buhoneros, barberos, comerciantes de pez, cera, esparto, sebo, aceite, pellejeros, peleteros, paños menores, herreros, caldereros, zapateros, mercaderes de cueros y cordobanes, albarderos, animales grandes y pequeños… En el museo hay miles de contratos de transacciones de múltiples productos, incluidos esclavos, documentando particularidades, fechas, nombres de comprador y vendedor, cantidades, procedencia,… En 1491 los Reyes Católicos las dan consideración de ferias generales del reino, convocadas en mayo y octubre; lo que en principio eran grandes mercados de productos que se van convirtiendo en mercados financieros con la península, burgaleses, sevillanos, catalanes y con Europa, numerosos agentes de casas de finanzas de Amberes, Lyón, Génova, Florencia, Lisboa… de similar rango a los de Londres, Marsella, Venecia o Milán. Los cambistas y banqueros y los corredores que fijan los cambios de las monedas -y de algunas mercaderías-, pasan a ser los protagonistas y los contratos documentados, visibles en el museo, son letras de cambio, avisos de giro, poderes notariales, libros de cuentas con equivalencia de cambio de monedas, endosos de créditos, órdenes de pago, cartas de aviso, pagos fraccionados, señalamientos… De influencia capital es la unificación y control de los pesos y medidas reduciendo su proliferación, a la que prestan especial atención los Reyes Católicos y los mercados de Medina. De gran significación será el comercio de arte que utilizaba los puertos de Santander, Laredo, Castro Urdiales y San Sebastián, para intercambiar en Medina del Campo, en la que se documenta una nómina de un centenar de artistas afincados. Los libros, y los impresos, fue otro sector de envergadura durante la segunda mitad del S-XVI en Salamanca y Medina, en su comercio e industria –papeleros, ilustradores, encuadernadores, galeristas, - aunque la larga tradición impresora sigue dominando en Valladolid, Burgos, Alcalá o Toledo, los mercaderes e industriales censados 150, se asientan en la población procedentes de Salamanca, Sevilla, Lyón, Venecia, Roma, París, Amberes, Colonia o Génova. Grandes cargamentos de miles de kilos de papel y libros en bruto, sin encuadernar, entran por los puertos del Cantábrico a Medina que confecciona y distribuyen a Salamanca, Valladolid, Alcalá, Toledo y Sevilla hacia América. Los documentos citados anteriormente, incluidos testamentos y cartas de dote, muestran nuevas clases ascendentes, por encima de las actividades agrarias, agentes y emisarios de negocios, funcionarios, notarios, escribanos, letrados, clérigos, medicina y farmacia, banqueros, jerarquías de la iglesia y la milicia, menestrales, artesanos, ganaderos, comerciantes, pequeños industriales de variados ramos, cerámica, metal, madera, papel, textil, joyería, arte, construcción, servicios de transporte y comercio,… que pujan a cambios sociales, necesitan para desarrollarse territorios con mayor masa crítica legal y demográfica, también nos hablan de las interrelaciones peninsulares y europeas, de aquellos pobladores españoles con estímulos de apertura y desarrollos parejos a los europeos en muchos sectores punteros –todo lo contrario de algunos tópicos de Castilla cerrada al mundo-. Las crisis quiebras, dos default de Felipe II, crisis financieras de finales del XVI, la ruptura del eje comercial con Flandes y el traslado de la Corte a Madrid, acabarán con la pujanza de Medina del Campo que llegó a tener una población de 20.000 habitantes, similar a Barcelona.

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Letra de cambio del Museo de las Ferias de Medina del Campo Existe una idea asentada entre amplias capas de población, que para separarse del nacionalismo español, distorsionan la realidad sobre la creación de las naciones en la Edad Moderna, obviando la existencia territorial con formas de estado dotadas con gobierno más o menos unificado, político, económico, militar, cultural, religioso, ampliamente documentada. No comparto la conclusión que se quiere extraer de lo escrito en la polémica sobre el independentismo, que parecería justificar los nacionalismos periféricos en una pretendida invención de un estado español inexistente, fallido, lo cual no deja de sorprender, puesto que los nacionalismos periféricos pretenden justificar su linaje e historia medieval contraponiéndolo a la inexistencia de la correspondiente historia española. Como simplificación de estas posturas se puede tomar lo escrito por M.A.: ‘España es hoy así por un puro avatar político de finales de la Edad Media. El concepto de nación es una estructura mental y territorial de la burguesía, que no cuaja hasta la Revolución Francesa. Hasta entonces, "España" no existe. Hasta el siglo XIX era un batiburrillo de reinos, derechos forales y eclesiales’’ El término español se conoce desde el siglo XI para designar a los habitantes de los varios reinos cristianos del norte peninsular, -primeros testimonios escritos del castellano y euskera siglo X y catalán el XI- lo cual no debe llevar a pensar ya en la existencia del estado español o España. Juan Pablo Fusi (‘Historia mínima de España’ Edit. Turner. 2012) En el XIII nacen las primeras historias sobre España ‘Chronicom Mundi’ de 1236, la ‘De Rebus Hispanie’ 1243, ‘Estoria de Espania’ de Alfonso X, 12711283, ello parece indicar que existe una realidad con identidad propia, sea la que fuere, que se empieza a identificar con la palabra España. Esa realidad toma un gran impulso con la unión del Reino de Castilla –unida anteriormente con León- y la Corona de Aragón; y posteriormente Navarra, siendo a partir de entonces cuando se empieza a identificar en el extranjero el término España como un estado. Con los Reyes Católicos podemos considerar a España un ente común, tipo estado, hasta entonces eran pequeños territorios, denominados reinos, condados, señoríos, villas… con diferentes mandatarios e intereses particulares, en muchas ocasiones contradictorios, núcleos que se agrupaban y deshacían, asentaban en unos u otros lugares peninsulares en función de los matrimonios de nobles, de luchas vecinales, conquistas territoriales a cristianos y/o árabes, de pactos comerciales… Los núcleos humanos tuvieron amplia diversidad de formas de vida, alianzas, costumbres y bases legales, en resumen, no puede hablarse de un ente común hasta el reinado de los Reyes Católicos ‘’Sin duda, los jefes de una España fragmentada no tuvieron ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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constantemente, en el transcurso de acontecimientos inconexos, una conciencia perfectamente clara de los fines perseguidos?’ Pierre Vilar. Historia de España, Librairie Espagnole 1971. Con el reinado de Isabel y Fernando – (1474/1504) y (1479/1516)- termina un ‘período extraordinariamente complejo de tensiones y luchas. Todos los reinos peninsulares – Castilla, Navarra, Aragón, y dentro Cataluña,- se vieron sacudidos a lo largo del siglo XV por procesos de crisis dinásticas, guerras civiles, tensiones entre la monarquía y la nobleza, luchas nobiliarias, revueltas sociales, conflictos territoriales y fronterizos, injerencias e intervenciones políticas y militares en los reinos vecinos, guerras de expansión territorial. El orden peninsular quedó literalmente roto hasta los reyes Católicos. Juan Pablo Fusi, Historia mínima de España. Con los Reyes Católicos se pasa la frontera de la Edad Media a la Moderna, nacen nuevas clases, nuevos equilibrios de poder, y se experimenta un salto en la formación de un estado, el proceso tendrá al menos una centuria de continuidad con los reinados de Carlos V y Felipe II hasta 1598, y se profundizará con el resto de los austrias. a) En el interior, doblegaron a los grandes nobles, y reformaron sus ejércitos que desviaron a las guerras externas y a los individuos los impulsaron a aventura de conquistas, dominaron las maestranzas de las órdenes religioso-militares pusieron en marcha instituciones como una policía de estado y leyes comunes, -a pesar de que se mantienen las de cada reino- reorganización financiera, desarrollo económico con cierta extensión, vías de comunicación, un aparato de gobierno y burocrático introduciendo sus corregidores en grandes municipios, convirtieron los procuradores de las cortes en funcionarios estatales, fundaron Consejos a modo de ministerios, de Castilla, de Aragón, de hacienda, de Indias, en Justicia fundaron una cancillería y las audiencias, y sobre todo crearon y pusieron en marcha proyectos comunes que van configurando la unificación. Y la toma de Granada. ‘Al Ándalus, fue sin disputa el estado más poderoso de Europa, sus destellos deslumbraban a las bárbaras cortes europeas. J. Vicens Vives’. Añado que aquella al Ándalus tuvo muy poco que ver, dada sus mezclas, reglas, cultura, con los árabes de entonces de otras latitudes y menos con los árabes conocidos hoy. b) En el exterior, el Mediterráneo por las guerras,- los intereses de Aragón y realizadas con las tropas castellanas- en el Atlántico por el descubrimiento y conquista de las Américas y en Europa por las constantes disputas y guerras. El peso fundamental en esa unión del nuevo reino de España lo determinan las mejores posiciones demográficas de esa época, Castilla 4.500.000 millones de personas, Aragón 850.000 y Navarra 120.000. Posteriormente a Isabel y Fernando la identidad se reafirma con Carlos V y consolida con Felipe II, y Felipe III, permaneciendo, el reino de España, con una estabilidad, según Fusi, ‘incuestionablemente superior durante los siglos XVI y XVII, a Francia e Inglaterra, las otras dos grandes naciones modernas’. Naturalmente la concepción nacional de los estados es algo más moderno, nace de las ideas de la Ilustración que entroniza la consideración del ser humano, los futuros ciudadanos, en aquellos momentos la burguesía, compartiendo la soberanía, y apartando en mayor o menor medida, a las monarquías hereditarias de los dioses hasta entonces soberanas y propietarias de los países, territorios y pueblos junto con su corte, condes, duques,… la nobleza y el clero. ‘1479-1598. Tres reinados y poco más de un siglo. Este tiempo bastó para proporcionar a España uno de los más brillantes triunfos que la historia conoce.’ Pierre Vilar. Historia de España. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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No, España como nación, no nació en Covadonga, -a pesar de las tesis que defienden ya una monarquía española visigoda- pero aceptar eso, no impide comprender que existiera desde los Reyes Católicos un proyecto con bastantes cuestiones en común, al menos con experiencia similar al resto de naciones tradicionales que son aceptadas habitualmente antes del XIX, es un contrasentido aceptar otras naciones europeas y no hacerlo con España. Y todavía mayor hacerlo porque las europeas fueran más férreamente centralizadas, que significa menos tolerantes con los pueblos y costumbres, en definitiva criticar la inexistencia de España por su mayor respeto y consideración a los pueblos del XVI, a pesar de que el signo de los tiempos empujara la centralización de poderes. Aunque el concepto nación, esté vinculado al de soberanía, no solo de monarquías sino principalmente de ciudadanía, no tiene la misma consideración en unos siglos u otros, nación implica ciudadanos, y este concepto aparecerá durante la Ilustración. Mientras tanto en la transición del feudalismo, S-XIV y XV las monarquías comenzarán a apoyarse en las burguesías nacientes para dominar el poder feudal de aristocracia y nobleza, lo cual conduce a centralizar poderes, eliminar feudos y taifas, concentrar la fuerza militar, política, religiosa, económica.

La España de los Reyes Católicos siglo XV Sirva como ejemplo de la diversidad de la Edad Media, -y del poder concentrado también- la situación que deja ver el testamento de Carlos V, del que se recogen abajo los territorios gobernados bajo su mando, lo cual aunque esté lejos de considerar aquello como un Estado en el sentido moderno, pero, al tiempo permite observar rasgos significativos que tenderían a concentrar el poder de situaciones tan diversas, aunque solo fuera para simplificar sus relaciones. Muchas y diversas son las conclusiones que pueden extraerse de la situación que refleja aquella Monarquía Española, entre otras posibles dentro de este trabajo sobre la identidad de Cataluña, parece relevante destacar que: la existencia de tal cúmulo de propiedades permite esperar que se produjeran múltiples interrelaciones de todo signo en los españoles, señas de ello se pueden ver a nuestro alrededor y en aquellos lugares. El Monasterio del Escorial, sede de Felipe II, contiene una extensa concentración de obras de personajes nativos de esos territorios, escribanos, filósofos, pintores, arquitectos, militares, religiosos, artesanos…así a la gran mezcla de antiguos pobladores peninsulares, se une la mezcla de culturas e influencias del S-XV. Interesa ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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resaltarlo, por cuanto presenta españoles tolerantes, abiertos, a los que no costó demasiado esfuerzo convivir con gentes y culturas diferentes, lo cual no invalida la existencia de ultras opuestos, que expulsaran, o trataran de arrinconar a las minorías. Podemos admitir dentro de las variadas interpretaciones de todo hecho histórico, que hubo mayorías de españoles, incluidos muchos de sus élites, que supieron convivir con gentes culturas, religiones, razas, con intereses distintos. ¿Por qué no va a ser posible hoy entre Cataluña y España? Lo que sigue está basado en gran parte en: Carmen Iglesias ‘No siempre lo peor es cierto’, Galaxia Gutenberg. En algunos lugares como España, Isabel y Fernando comienzan unificar políticas, criterios, estructuras y objetivos en torno a proyectos comunes, y lo que es significativo, desde fuera durante los S XV y XVI se comienza a hablar de España, normalmente mal y con desprecio, por las distintas victorias y barbaridades realizadas en batallas libradas contra italianos y franceses o alemanes. Países Bajos, Nápoles o Sicilia, Venecia o Génova, los romanos o el papado, no verán solo ni principalmente castellanos, catalanes, valencianos o aragoneses, se referirán a ellos como los españoles, añadiendo una sarta de adjetivos insultantes, lo cual se acentúa por las intervenciones en Europa, -los adjetivos italianos por el papado de los valencianos Borgia S-XV son espeluznantes-. Así pues, desde otros países nos ven como españoles que tenemos una historia en gran parte común, por mucho que nos interese destacar únicamente lo diferente, por tanto en dichos insultos caben los de españoles moros y judíos, marranos y circuncisos, anticristianos, para resaltar parte de nuestra historia en la que tenemos relaciones y mezclas africanas, orientales, islámicas, judías,... y muchos de nosotros mientras tanto preocupados por la pureza en un territorio como esta Península, históricamente de paso. La Rex Hispaniae a un lado del emperador y la Rex Francorum al otro, comienzan a ser evidentes para los europeos del S-XVI. Independientemente de la procedencia o localización geográfica de cada reino, los europeos veían gente que ellos interpretaban como representantes de un colectivo, la Monarquía española, cuyas huellas de entonces son visibles hoy por el centro y sur de Europa. Veamos la Monarquía hispánica a través del testamento en 1554 de Carlos V, a favor de su hijo Felipe II, depositado en el Archivo de Simancas, que traducido, recoge la siguiente relación de propiedades con sus denominaciones de la época: ‘’Nos, don Carlos por la divina clemencia, Emperador de los Romanos Rey de: Alemania, Castilla, León, Aragón, Dos Sicilias, Hierusalem, Ungría, Dalmacia, Croacia, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Galizia, Sevilla, Mallorca, Cerdeña, Córdova, Córcega, Murcia, Jaén, los Algarves, Algezira, Gibraltar, Islas Canarias, de las Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano, Archiduque de: Austria Duque de: Borgoña, Brabante, Lothoringia, Carintia, Carniola, Linburg, Lucenburg, Güeldres, Athenas, Neopatria. Conde de: Barcelona, Flandes, Tirol, Ausburg, Arthois, Borgoña, palatino de Henao, Olandia, Zelandia, Ferrete, Friburg, Hanurg, Rosellón, Hutfania, Lamgrave de Alsacia, Marqués de: Burgonia y del Sacro Romano Imperio, Oristán, Gociano Príncipe de: Cataluña, Suevia Señor de: Frisia, la Marcha Esclavonia, Puerto Haon, Vizcaya, Molina, Salinas, trípoli, Malinas Mi hijo y heredero que mire mucho por la conservación del patrimonio real de los dichos reinos, estados y señoríos y que no venda ni enajene, ni empeñe alguna de las ciudades, villas y lugares, vasallos, jurisdicciones, rentas, pechos y derechos ni otra cosa alguna perteneciente a la Corona Real…’’

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En este maremágnum de títulos sobre los territorios que conforman la Monarquía Hispánica, -Felipe II tiende a comportarse como monarca, poder político no jurídico, de todos los territorios y no como rey de cada uno- las Coronas, forman un conjunto de reinos y señoríos unidos políticamente bajo el mando de un solo titular, pero claramente diferenciados, conservan peculiaridades y legislaciones distintas. Se transmite hereditariamente como unidad, formando parte del proceso de concentración de poderes de la Edad Media. Los títulos no los proporcionan las coronas, sino los reinos o territorios que las conforman. Serán los Reyes Católicos los que al unir las Coronas de Castilla y Aragón, citarán testamentariamente los reinos que las componen entremezclándolos, lo cual tenderá a que las Coronas pierdan protagonismo, ganándolo la unión del conjunto así formado por los reinos y territorios heredados que son donde directamente actúan los reyes. Es la tendencia a la concentración de poder político por un lado que coexistirá en una lucha constante con la realidad española. ‘’El trabajo de la tierra, la autodefensa de los lugares reconquistados, exigían numerosas concesiones personales o colectivas del tipo de las behetrías (protección de un hombre o de un grupo por un señor de su elección), o del tipo de las cartas pueblas (cartas concedidas para la repoblación). Sobre estas bases, aunque el sistema feudal se desarrolló, las comunidades campesinas o urbanas fueron fuertes y relativamente libres. Más tarde, cuando la Reconquista se extendió, los diversos grupos reconquistados (mozárabes, judíos, mudéjares) recibieron a su vez su estatuto, sus fueros. En definitiva, la sociedad medieval española fue regida por un complejo de fueros, que han dejado grandes recuerdos… Retengamos algunos aspectos de estos fenómenos medievales en los que la intervención de las clases ajenas a la nobleza tuvo ocasión de desplegarse en España… las costumbres económicas comunales de la vida rural: comunidad de bosques, de ejidos, de montes, a veces repartos periódicos de campos o cosechas, colectividades pastorales de altos valles o de pastores trashumantes, comunidades hidráulicas sobre todo, con costumbres de sorprendente solidez. Un ‘colectivismo agrario’ español se opondrá, hasta bien entrado el siglo XIX a las conquistas del individualismo moderno. ’’ Pierre Vilar. Historia de España. Traduce Tuñón de Lara. Librairie Espagnole.1971

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La Corona de Aragón, siglos XV y XVI. Las glorias del pasado La Corona de Aragón lo será desde 1286 por la unión de Aragón y Cataluña, posteriormente integrando los reinos moros de Mallorca y Valencia, los reinos cristianos de Sicilia y Cerdeña, y durante algún tiempo territorios de Grecia-Morea, Atenas y Neopatría. Puede haber territorios conquistados por el rey que no integra, caso de Alfonso VI rey de la Corona de Aragón que conquista Nápoles y sin integrar dispone herencia distinta. La Corona de Castilla, se forma con la unión de Castilla y León en 1229, y se van agregando los reinos moros de Córdoba, Murcia, Jaén, Sevilla, Niebla y posteriormente Canarias en 1402. Navarra se integrará a la Corona común en 1512. Añadamos un párrafo de los escritos por Miguel-Felipe, que no comparto y que forma parte del debate que recientemente hemos mantenido: ‘Cataluña entre otras cosas fue durante varios siglos cabecera de la Corona de Aragón…’ Una apreciación previa. Quizás la diferente concepción que tenemos de la Corona de Aragón y de Catalunya se deba al factor temporal, no hemos tenido en cuenta suficientemente que la historia está en movimiento, y en horquillas de 400 años puede pasar de todo y sus inversos, por tanto se pueden encontrar referencias para cada postura, depende de a qué momentos mire cada uno, parece que Miguel se centra en los siglos XII y XIII y yo en los S XV y XVI. Es cierto que durante años algunos historiadores han dado prevalencia de modernidad a la región Mediterránea sobre el aparente paupérrimo reino interior, pero la realidad ha mostrado fehacientemente que el interior, Castilla, era uno de los territorios más modernos de Europa en el tránsito de la Edad Media a la Moderna, con un desarrollo burgués no muy alejado de Flandes y los Países Bajos, comercio apabullante, gran desarrollo marítimo, e interrelación política y cultural, etc. Lo esencial de la respuesta que desmiente la concepción de Miguel es que si los catalanes hubieran percibido un poder superior, ser la cabecera de la Corona de Aragón, no tendríamos estos problemas actuales. De haber sido Catalunya la cabecera de la Corona de Aragón, el nombre de la corona sería diferente, ser cabecera significaría tener poder para decidir alianzas, relatos y nombres, amén de elegir sus reyes y por tanto no tendrían motivos para sentirse desplazados del poder decisorio de España durante estos 600 últimos años, ya que el rey de la Corona de Aragón, Fernando, en su unión con Isabel de Castilla, prefigura la España que posteriormente se fue construyendo. Si hubieran sido la dominante de la Corona de Aragón, habrían sido la dominante de España, bien porque dominaran a Fernando, sería políticamente hombre suyo, o porque hubieran decidido otro rey alternativo. Lo cual no supone pensar que Cataluña no fuera importante en la Corona de Aragón, sin ella, probablemente no existiría, sería otra cosa. Tampoco pudieron ser cabecera apoyados en su escasa población, que entonces, daba poder militar y económico, ni tampoco por su capacidad política de alianzas papales o francesas o de otros reinos españoles, que les hubieran permitido comandar aquella unión de Coronas que configura España, si hubieran sido la cabecera de la Corona de Aragón, estarían co-gobernando España. La expansión de la Corona de Aragón por Italia hubiera sido imposible sin los ejércitos aragoneses y sin Castilla, que era quien suministraba personal, para navegar y luchar. Son los Reyes Católicos y posteriormente Carlos V y Felipe II los encargados de mantener el Mediterráneo fuera del área de influencia del poder de los turcos. La demografía siempre fue muy importante para dictaminar grados de influencia, a mayor población representaba mayor poder, este es un aspecto importantísimo, tener ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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mayor población demostraba en un territorio capacidad de alimentarla, y ello conlleva aparejado organización social, capacidad de producir alimentos y excedentes susceptibles de utilizarse en otras tareas, concentrar saberes, organización administrativa, y entonces significaba capacidad de recursos para tareas militares. En la época de Fernando e Isabel, la población era muy favorable al área de influencia castellana, miren las cifras que se citan por los historiadores: Castilla tenía entre 4.500.000 y 6 millones de personas, Aragón entre 850.000 y 1 millón, y Navarra 120.000. Continuamos el debate, en el entorno de la secesión catalana actual, con referencias históricas. Sigue escribiendo Miguel-Felipe: ‘’En palabras de hoy la Corona de Aragón era una Confederación. Y llegó a ocupar territorios de Italia (en Cerdeña todavía hay recuerdos del Catalán) y hasta de Grecia, estuvo volcada al Mediterráneo y no era precisamente por el lado aragonés. La mayoría de sus territorios antiguos conservan más o menos recuerdos del Catalán (Véase conflicto educativo balear). Y ninguna de las partes de la Corona de Aragón fue nunca dominante de "España", o sea que el argumento no le encuentro sentido. Y esto es lo que dice la Gran Enciclopedia de Aragón comentando el momento de la "unificación" del reino de Aragón y los condados catalanes: "Cataluña, por su mayor densidad demográfica y su dinamismo mercantil, estaba destinada a ser casi siempre el núcleo rector de la Corona y el más beneficiado, ya que obtuvo la mayor parte de las veces el apoyo del rey en sus empresas. Un ejemplo es la expansión por el Mediterráneo, que únicamente era positivo para los intereses comerciales catalanes y no para los aragoneses, que no tenían salida al mar. La importancia de Aragón se irá relegando a favor de las zonas costeras y la capitalidad del reino de Zaragoza es más honorífica que otra cosa." La Corona de Aragón, no cada una de sus partes, sino el conjunto, fue dominante en España, cuando se junta con la Corona de Castilla. Las partes nunca serán tan importantes como el conjunto. Insisto en el apoyo a las batallas mediterráneas por parte de los castellanos, solo con ellos pudieron mantener la expansión imperial que no podían cubrir con su población, solo con los ejércitos castellanos se podía frenar a los turcos en el Mediterráneo. Los restos de ese dominio, son evidentes hoy día viajando por Italia, pero resulta curioso que en hablan de esa dominación de los españoles, refiriéndose a catalanes mercantiles y fenicios y aragoneses bravos militares. La identificación europea de esas tropelías y otras, era escrita, documentada e insultada, como españoles. Y ahora vuelta al grueso de mi argumentación, el poder se manifiesta en hechos concretos en el ejercicio de la correlación de fuerzas, por ejemplo en la elección del mando y alianzas estratégicas, y es un hecho que la Corona de Aragón, el conjunto de los tres reinos acuerdan elegir a la dinastía castellana de los Trastámara, marcando el preámbulo de la España posterior, cuando suba al trono Fernando. Interesante el párrafo volcado de Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’, Galaxia Gutenberg. ‘Convendría, desde luego, tener en cuenta que hasta las primeras décadas del siglo XVIII el problema es Corona de Castilla versus Corona de Aragón. La centralidad catalana en la Corona de Aragón es más impostada que real. En el siglo XV esa centralidad la tenía Valencia, que hizo su revuelta de las Germanías en 1520 sin apoyo de Cataluña o Aragón. Y a finales del siglo XVI fue el Reino de Aragón el que protagonizó la confrontación con la monarquía con Juan Lanuza como el gran ‘mártir’ de las libertades aragonesas. El protagonismo hegemónico catalán arranca de la segunda mitad del siglo XVIII cuando ya no existía la Corona de Aragón.’

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El espacio temporal en el que nos situemos determina la validez de la argumentación utilizada, si miramos los siglos XIV, XV y XVI, los factores resaltados anteriormente tanto por Miguel como por mí, pueden variar, ya que asciende el poder de Castilla y desciende el de la Corona de Aragón, y bastante más el catalán, que valenciano o aragonés. Respecto a la población en el XIV se extiende la peste negra por España en varias oleadas, que en el caso de Cataluña reduce la población a la mitad en muchas comarcas. Hacia 1380 y durante varios años se produce la crisis financiera y económica de Cataluña, que propicia revueltas de payeses. Lo que parece claro es que no hay un gran y apacible pasado catalán en estos siglos y mucho menos que afectara al conjunto de su población, de ahí mi tesis, criticada días atrás en este debate, sobre la actualidad superior de Catalunya, al afectar ahora en su calidad de vida al conjunto de la población. Veamos ideas resumidas en relación con el pasado que escribe Julio Valdeón en ‘Historia de España’, Gran Austral, Espasa. Un aspecto interesante merece la consideración del independentismo actual en relación a su interpretación de las glorias catalanas, en las que de entrada la Corona de Aragón desaparece, identificando dentro de los Países Catalanes al reino de Valencia y Mallorca. Con su interpretación desaparecen las disputas respecto al papel de Cataluña y el peso relativo que pudo tener durante cientos de años dentro del tronco común de la Corona de Aragón, directamente entienden que aquello fueron las trazas del imperio catalán que hoy busca la independencia, cuyo desarrollo y gloria cortaron los españoles y al que suman valencianos y mallorquines. La realidad está lejos de la interpretación de aquellos sueños de grandeza y de su final. Los siglos XII y XIII pueden considerarse de expansión y desarrollo caminando junto a los otros reinos de la Corona, el reino de Valencia y de Mallorca y sobre todo su decadencia tiene mucho que ver con sus contradicciones internas, más que con factores españolistas. Sus varias revueltas campesinas, tanto en el XIV como en el XV, son realmente guerras civiles producto del hambre y las desigualdades entre los grandes señores de la tierra y los payeses, al tiempo que nacen nuevas clases emergentes en las ciudades, comerciantes y artesanos, burgueses y trabajadores. La decadencia catalana se fragua dentro y no producida por la intervención ajena, sus problemas demográficos visualizan problemas internos, nada que ver con la participación española, influyen las distintas oleadas de peste, ello itera con la imposibilidad de alimentar la población. Barcelona en el S XV tiene 20.000 habitantes igual que Medina del Campo, gran centro comercial castellano con Europa. ‘’La prosperidad de Levante fue en verdad, breve. Antes de terminarse el siglo XIV Mallorca había perdido la tercera parte de sus navíos y casi todas sus compañías mercantiles. Valencia seguirá siendo rica gracias a su huerta. Pero el hogar de la casa condal, Cataluña, dará bien pronto síntomas de agotamiento. Los más visibles son de orden demográfico. Esto fue el origen de un vasto conflicto agrario. Los campesinos quisieron hacerse pagar por la escasez de su número y explotar las masías desocupadas, los señores blandieron contra ellos sus viejos derechos, derecho de maltratar, remensa, malos usos. Desde 1380 a 1480, la revuelta agraria fue pasando de las formas místicas y espontaneas a las formas políticas y organizadas, luego a la lucha armada, y minó los fundamentos del edificio social catalán. Desde 1350, y desmintiendo las previsiones oficiales, el crecimiento de las ciudades se paralizó. Después de 1380 estallaron crisis financieras y marítimas. En 1391 y 1392 el conflicto entre la ciudad y el campo y los disturbios urbanos, acarreó la desaparición de las ricas comunidades judías, sobre todo en Mallorca, también en Gerona y Barcelona. Mientras que la materia imponible retrocede, la deuda pública aumenta. ’’ Pierre Vilar, Historia de España, Librairie Espagnole, 1971.

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Guerra civil catalana y decadencia Siendo monarca aragonés Juan II, -padre de Fernando el Católico- se producen agitaciones campesinas en Catalunya que se traducirán en guerra civil en 1462, durante diez años; nuevas crisis estallan en 1484, estas resueltas por el rey Fernando con la Sentencia arbitral de Guadalupe en 1486, en la que concede al campesinado el derecho de usufructo, conservando los señores el derecho jurisdiccional. En la guerra civil de 1462 los agudos contrastes entre sectores aristocráticos y populares estallan, se amotinan los payeses de remensa –los payeses representan la cuarta parte de la población catalana-, que se unen a populachos y menesterosos de las ciudades, que comanda el rey aragonés Juan II, con apoyo de tropas francesas a cambio del Rosellón y la Cerdeña. En el otro bando se encuentran las fuerzas pactistas, es decir los sectores sociales dominantes, los grandes señores de la tierra y el patriciado urbano y dirigentes de la Iglesia… la oligarquía tanto rural como urbana representada por la Diputación del General, ‘Historia de España, Julio Valdeón’. – Generalitat creada en 1359, deriva de las juntas que se reunían tras la clausura de las cortes catalanas para controlar el cumplimiento de lo acordado en el terreno fiscal, con el paso del tiempo extenderá atribuciones y acumulará mayor poder, identificada con los sectores más poderosos de Cataluña. En 1412 surge una institución similar en Aragón y en 1419 en Valencia-. Los desastres causados por la crisis del S XIV se corrigen en la Corona de Aragón en la siguiente centuria, a excepción de Cataluña. En el terreno demográfico subió la población en Aragón, Valencia y Mallorca. Cataluña al contrario perdió entre 1378/1479 alrededor de 1/4 de efectivos demográficos. Cobra empuje el mundo agrario valenciano, mientras el agrario catalán y mallorquín retrocede. La Cataluña textil y comercial experimenta un grave retroceso, mientras Valencia es protagonista de un brillante ascenso en: textil, cerámica, curtidos, muebles, comercio. Entre 1455/1470 no arribó al puerto de Barcelona ningún barco genovés vía Flandes. Y que entre 1465/1469 no salió del puerto barcelonés ningún navío en dirección a Levante, mientras se produce un espectacular auge del puerto de Valencia… Al mismo tiempo en Cataluña quiebra la Taula de Canvi y viven un autentico desorden monetario. En el reino de Aragón se hallaba en clara expansión el comercio durante el S XV. La Corona de Aragón, estaba compuesta entonces por los reinos peninsulares de Aragón, Cataluña y Valencia y de los ultra marem, Mallorca, Cerdeña y Sicilia a los que suma posteriormente Nápoles, cada uno de ellos conservaba su identidad, pero al mismo tiempo existía una soberanía única sobre el conjunto, una pluralidad en la base y fuerte unidad en la cúspide. Las facultades de la corona fueron en auge en la etapa final de la Edad Media.

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Siglos XVII y XVIII. Revolución en Cataluña, integración en Francia, Guerra de Sucesión. Y pérdida de libertades Las notas que siguen se deben en gran parte al libro de Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’, Galaxia Gutenberg. Capítulo IV. Hasta los siglos XVI y XVII Cataluña tiene una historia en parte paralela a la de Castilla, un pasado medieval glorioso, que se rompe en el XVII por la decadencia moderna de la que siempre aparecerá como culpable el Estado español. En 1640 se produce una experiencia revolucionaria catalana y otra secesionista, -en el marco de la guerra con Francia, desde 1635-. La Guerra dels Segadors, primer gran enfrentamiento contra la monarquía, sublevación, en el Corpus de Sangre 1640 mataron al virrey y se separan durante 11 años de la monarquía de Felipe IV, convirtiéndose en provincia francesa, con malos resultados evidentes al poco tiempo, el centralismo del poder francés era muy superior al que desplegaba el conde-duque de Olivares, y en 1652 once años después, se reencuentran con la monarquía española, reintegrándose en España. Los conflictos del contencioso castellano-catalán fueron entonces el político fiscal, la valoración del régimen foral y el lingüístico, realmente parecidos a los de hoy, identidad y economía son la base de muchas disputas en el transcurso de la vida. A los pocos años, en 1704 volvió el enfrentamiento en el marco de la guerra de Sucesión por el trono español entre las casas de Austria y Borbón. Los catalanes apoyan al archiduque Carlos, Austria, frente a Felipe V, Borbón, el rey heredero según testamento de Carlos II, austracistas contra borbonistas. En contra de la pretendida unidad del pueblo, no se puede mantener dicha postura en sus apoyos y alianzas, igual que sucederá en múltiples ocasiones las naciones, los pueblos, contienen pluralidad de intereses que aún conviviendo no son iguales, ni entonces, ni durante la guerra franquista, ni en el caso de una secesión actual, puede creerse que el pueblo caminará juntos en la misma dirección, al contrario las rupturas internas se produjeron entonces igual que ocurrirá ahora. Los catalanes inicialmente fueron borbónicos, como indican los elogios dedicados a Felipe V en visita a sus Cortes 1701/1702, se mantiene borbónica hasta 1704 resistiendo un ataque y sitio a Barcelona, cuando toman la ciudad, salen de ella 6.000 borbónicos. En 1705 se pasan al austriacismo, como toda la corona de Aragón. Las Cortes 1705/1706 ratifican su posición austracista. A partir de 1707 tras la victoria borbónica en Almansa, Valencia y Aragón pierden sus fueros. Desde 1707 el austriacismo solo resiste en Cataluña y desde 1712, solo en Barcelona. El archiduque Carlos se va a Viena en 1711 para ejercer como emperador, y abandona la pretensión del trono de España. Así llega el drama de 1714, resistiendo contra franceses y españoles para defender a la casa de Austria que optó por el otro premio de emperador Cataluña se queda sola defendiendo lo que el pretendiente había abandonado. El 11 de septiembre de 1714 las tropas borbónicas entran en la ciudad de Barcelona, sitiada durante ocho meses y crean al héroe de referencia, Rafael Casanova, la figura de la fiesta nacional catalana. Interesante reflexión desmitificadora de Ricardo García Cárcel en ‘La herencia del pasado’ páginas 304 y siguientes. La guerra perdida, comporta costes, transformaciones físicas en Barcelona, destrucción de barrios y construcciones militares, supresión de las constituciones catalanas, gobiernos militares, imposición del catastro, imposiciones culturales, quedará como la perdida de la libertad de Catalunya. La Generalitat no fue suprimida por los borbónicos, previamente lo había sido por el Consell de Cent en pleno mandato austriacista. A partir de entonces los catalanes comerciantes austriascistas colaboran con los borbónicos, y colaboración militar entre unos y otros y política entre unos y otros… el desencanto estaba servido. Felipe V, con los decretos de Nueva Planta, desmantela fueros, cortes de los reinos, diputaciones, fiscalidad local, las reservas e ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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naturalización que obligaban a dotarse de naturales entre los consejeros…cambia la monarquía descentralizadora de los Austrias y Reyes Católicos, e instaura el centralismo francés. La Nueva Planta, las políticas de Felipe V, afectan al conjunto de España, no solo a los catalanes, en absoluto se trató de que los españoles quitaran a los catalanes sus fueros, derechos, etc., en toda España desaparecieron las instituciones propias de cada reino, cortes, diputaciones, administración fiscal… desaparecen las reservas de naturalización, -limitación de nombramientos reales en cada territorio-, un nuevo mundo, la Edad Moderna, emergía, la remodelación de nuevos equilibrios de poder, entre otros dando paso a las burguesías-, cuyo aspecto de mayor calado es la intención de dotar a todos los súbditos de mismas reglas, mismos derechos, lo cual conlleva la idea de una sola monarquía, la centralización de poderes políticos, fiscales, judiciales y militares, culturales, comerciales y administrativos, avanzaba sobre la proliferación de normas y particularidades feudales y se extendía por Europa, en España esa opción de un solo estado la representaron los borbones e irá en aumento a partir de entonces, frente a comportamientos anteriores de los Austrias, tiempo en el que existen profusión de normas y poderes locales. En todo caso, la práctica de políticas centralizadoras nunca fue en España comparable a las aplicadas por los borbones en Francia, el poder político no ha tenido tanto peso aquí como allí, bien por respeto a prácticas locales o a las resistencias encontradas en toda la geografía nacional, producto de nuestras particularidades ‘’El recuerdo de las gloriosas independencias medievales renacerá periódicamente… La mezcla de religiones, costumbres morales y razas… Hecho más amenazador para la futura unidad, cuanto que se trata de una división que corresponde a tres temperamentos en los hombres y a tres direcciones naturales en la geografía: el Océano, las mesetas y el Mediterráneo’’ Piere Vilar.

Administración borbónica. Siglo XVIII Los mapas son de libros de historia de la editorial Istmo, utilizados hace años. Aparecen territorios en épocas pasadas. Pretenden mostrar que situaciones sobre la cuestión nacional provienen de lejos y tienen soportes para apoyarse. España, las Españas, los diferentes reinos, han coexistido en momentos, de todos hay documentación e historia compartida y separada. Representan reinos creados por relaciones familiares entre dinastías europeas, y no por lazos de ciudadanos libres, inexistentes, nada que ver con las naciones tal como las conocemos hoy, concepto y organización política de hace 200 años que necesita de ciudadanos movilizados. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero

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Contextualizar la crisis política, tras una vuelta por la historia 1.- La base de identidad nacional existe, -para todos- no se trata de una fantasía, al margen de la invención de muchas de sus particularidades y tradiciones. Los estudios históricos ofrecen explicaciones para nuestras diferentes identidades peninsulares, lo cual ayuda a entender la complejidad de nuestra historia común con interpretaciones que pueden ser diversas, pero de ningún modo la niegan. Hay quienes se apoyan en ello para defender la tesis de la particularidad española del estado fallido, ya que a partir de ello mantendremos una lucha constante entre movimientos, que para simplificar denominaremos centralismo y autonomismo, pero, esos conflictos no han sido muy diferentes en el resto de Europa, solo muestran un camino concreto de construcción del estado moderno, que con muchos avatares identitarios y de lucha de clases, nos han traído hasta el actual estado de las autonomías, una particular interpretación en el camino del federalismo. 2.- El pueblo catalán, como cualquier otro pueblo peninsular, nunca fue un grupo homogéneo y uniforme en sus intereses durante distintas etapas históricas. Las revueltas y luchas internas en Cataluña, han sido parecidas a las del resto de España, con objetivos similares, por el pan, el trabajo y libertad de los de abajo contra los de arriba. Los momentos gloriosos del pasado no llegaban suficientemente al pueblo llano, quien carente de alimentación, vestido, vivienda, atención sanitaria, cultural, educativa… muy poco le permitían decidir sobre sus vidas y haciendas, no eran demasiado diferentes a las castellanas, como tampoco sus estructuras feudales o el nacimiento de las emergentes burguesías y poblaciones urbanas. 3.- Quien viaje por España y Cataluña, podrá comprobar la similitud de culturas que trascienden de sus edificios, calles, iglesias, fábricas, gastronomía, cultivos, aperos, herramientas, organización social, mitología… incluso si el viaje se ampliara a Europa occidental, seguiríamos viendo, sueños y aspiraciones parecidas, como transmite la pintura, arquitectura, o escultura. El arte pone al descubierto historias, personajes y formas de expresión bastante parecidas, con técnicas que parecen realizadas por las mismas culturas, porque transitamos por lugares cuyos habitantes han compartido cientos de años de experiencias comunes. Lógicamente encontraremos particularidades locales, la cuestión diferencial dependerá mucho de donde se pone el acento. 4.- La rueda de la historia da muchas vueltas, sin parar, y lo que en momentos estaba arriba y era avanzado para su época, pasa a estar abajo años después y quedarse rezagado: el azar, torpezas de los gobernantes, desgaste político, económico y militar del imperio, guerras, quiebras, agotamiento de una sociedad, obtención de riquezas fáciles que minimiza el impulso de producir, problemas demográficos, poco crecimiento y emigración de los jóvenes preparados, expulsión de los judíos y moriscos que representaban grandes enlaces comerciales, intolerancia, ruptura del mestizaje, imposición religiosa, desprecio por la ciencia, la maquinaria y el trabajo, avances de otros imperios, la máquina de vapor en otras naciones… son aspectos que hacen girar la rueda. Manuel Herranz Montero. 2013. Publicado en el libro ‘Catalunya. Camino a la secesión’

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