Carta Arqueológica del Norte de Marruecos (campaña 2008). Primeros resultados de las ocupaciones de sociedades prehistóricas

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Descripción

Actas del II Seminario Hispano-Marroquí de especialización en Arqueología

2

En la orilla africana del Círculo del Estrecho.Historiografía y proyectos actuales

2

2 Colección de Monografías del Museo Arqueológico de Tetuán (II)

En la orilla africana del Círculo del Estrecho. Historiografía y proyectos actuales Actas del II Seminario Hispano-Marroquí de especialización en Arqueología Darío Bernal, Baraka Raissouni, José Ramos, Mehdi Zouak y Manuel Parodi (Editores)

Organizan:

Colaboran: Servicio de Publicaciones

mmaT

COLECCIÓN

ÍNDICE

11

Presentación María José Valencia García

15

Crónica del II Seminario Hispano-Marroquí de Especialización en Arqueología José Ramos, Darío Bernal, Manuel Parodi, Mehdi Zouak y Baraka Raissouni

Bloque I. Historiografía 33

Los primeros pasos de la Arqueología en el norte de Marruecos Enrique Gozalbes

63

Notas sobre Historiografía Arqueológica Hispano-Marroquí. 1939-1946, Pelayo Quintero Manuel J. Parodi

93

Las prospecciones de Miguel Tarradell en estaciones de superficie del noroeste de Marruecos Enrique Gozalbes

105

El africanismo en los estudios pre- y protohistóricos. La aportación de Miguel Tarradell José Ramos, Manuela Pérez Rodríguez, Juan Carlos Domínguez Pérez y Eduardo Vijande

143

L’établissement préromain d’Emsa (Tétouan, Maroc) Mohamed Kbiri Alaoui

155

Los Congresos Internacionales sobre el Estrecho de Gibraltar Fernando Villada

185

En la otra orilla. La Arqueología española frontera a la del norte de Marruecos: algunas notas José Beltrán

Bloque II. Proyectos arqueológicos actuales 209

Reflexiones sobre la investigación y su proyección socio-económica: España-Marruecos/Marruecos-España Diego Ruiz Mata

221

El Arqueológico de Tetuán, una plataforma científica para el conocimiento de las civilizaciones humanas del Estrecho de Gibraltar Mehdi Zouak

231

La Carta Arqueológica del Norte de Marruecos (2008-2012). Un ilusionante proyecto hispano-marroquí de valorización patrimonial Darío Bernal, Abdelaziz El Khayari, Baraka Raissouni, José Ramos y Mehdi Zouak

265

Carta Arqueológica del Norte de Marruecos (campaña 2008). Primeros resultados de las ocupaciones de sociedades prehistóricas José Ramos, Mehdi Zouak, Eduardo Vijande, Juan Jesús Cantillo, Manuela Pérez Rodríguez, Salvador Domínguez-Bella y Ali Maate

313

El valle del río Martil en época preislámica e islámica. Primeros resultados de la Carta Arqueológica (campaña 2008) Darío Bernal, Baraka Raissouni, Abdelaziz El Khayari, Layla Es Sadra, José Juan Díaz Rodríguez, Antonio M. Sáez, Macarena Bustamante, Fernando Villada, José Lagóstena, Juan Carlos Domínguez Pérez y Manuel J. Parodi

351

Actuación arqueológica preventiva en el asentamiento púnico, mauritano y medieval de Quitzán (Tetuán). Resultados preliminares Darío Bernal, Abdelaziz El Khayari, Baraka Raissouni, Layla Es Sadra, Antonio M. Sáez, José Juan Díaz Rodríguez, Macarena Bustamante, Macarena Lara, José Vargas y Cristina Carrera

381

Geología y arqueometría en la región Tánger-Tetuán. Recientes proyectos de investigación Salvador Domínguez-Bella y Ali Maate

397

Caractérisation du Néolithique ancien de Kahf Boussaria Abdelaziz El Idrissi

425

Lixus: el sector oeste del conjunto monumental Carmen Aranegui y Ricardo Mar

441

Etude du territoire de Loukos : nouvelles dates pour les centuriations Mohamed El Hasroufi

459

Histoire des fouilles à Tamuda Mustapha Ghottes

473

La torre noroeste del castellum de Tamuda (Tetuán, Marruecos): últimos avances sobre su proceso de construcción y evolución histórica Juan Campos, Victoriano Cortijo, Salvador Delgado, Jessica O’Kelly, Javier Verdugo, Nuria de la O Vidal, Mustapha Ghottes y Baraka Raissouni

537

Reconsiderando la datación del castellum de Tamuda. Actuación Arqueológica de apoyo a la restauración en la puerta occidental (2008) Darío Bernal, Macarena Bustamante, Antonio M. Sáez, José Juan Díaz Rodríguez, José Lagóstena, Baraka Raissouni, Mustapha Ghottes y Javier Verdugo

609

La materia de Tamuda. Su conservación Juan Antonio Fernández Naranjo

627

Anexo. El Plan Estratégico de la Zona Patrimonial de Tamuda (PET)

Carta Arqueológica del Norte de Marruecos (campaña 2008). Primeros resultados de las ocupaciones de sociedades prehistóricas J. Ramos, M. Zouak, E. Vijande, J.J. Cantillo, M. Pérez Rodríguez, S. Domínguez-Bella y A. Maate

Resumen Aportamos los resultados preliminares de la primera campaña de prospección de 2008 en la zona del valle del río Martín en Tetuán. Se exponen algunos datos y se menciona la labor que habían realizado los precursores de estos estudios. Se valora la posición teórica desde la cual trabajamos. Se presenta el contexto geomorfológico, base del registro de ubicación de los sitios arqueológicos correspondientes a ocupaciones de sociedades prehistóricas, así como su potencialidad en recursos susceptibles de ser utilizados por los grupos humanos. Se exponen las zonas prospectadas en relación a este cuadro geoarqueológico. Se realiza un balance preliminar de las etapas de ocupación, exponiendo los registros, áreas de captación de recursos y unas hipótesis iniciales para aproximarnos a una comprensión del poblamiento, vinculado especialmente a las sociedades cazadoras-recolectoras paleolíticas, tribales comunitarias-neolíticas y de las etapas asociadas a la Prehistoria Reciente. ←Raedera con retoque simple procedente del yacimiento

Palabras clave: Carta Arqueológica, Norte de Marruecos, Prehistoria, Geoarqueología, Paleolítico, Prehistoria Reciente.

034-Zbar d’Akhwizan.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Los precursores en los estudios prehistóricos en la región de Tetuán El trabajo más sólido a destacar, en esta exposición sucinta de precursores de los estudios cuaternaristas de la zona de Tetuán, que indicaba el potencial arqueológico de la región de Tetuán y del litoral costero inmediato, fue el de Hugo Obermaier (1928). Se enmarcaba en un estilo geoarqueológico de precisión estratigráfica y sobre todo aportaba numerosos hallazgos y reflexiones de interés histórico. Hay que reconocer que fue base significativa para estudios posteriores. Recordamos que Hugo Obermaier fue maestro de maestros, que ocupó la primera cátedra de Historia Primitiva del Hombre en la Universidad española en Madrid. Indicamos que trabajó con el Abate Henri Breuil, que investigó y fue clave su excavación en la Cueva del Castillo (Santander) para la fijación de la secuencia cuaternaria del norte de la Península Ibérica (Moure, ed., 1996; Estévez y Vila, 1999, 2006a, 2006b). Hugo Obermaier desarrolló trabajos en África y tuvo una orientación africanista, en las dos primeras décadas del siglo XX, en el marco de la construcción del Capsiense (Obermaier, 1925). Hugo Obermaier desarrolló trabajos de campo en la región norte de Marruecos que publicó en El Paleolítico del Marruecos español. Boletín de la Real Soc. Esp. de Hist. Nat. T. 28. Madrid. Realizó prospecciones en estaciones paleolíticas en los valles del Lucus, Río Martín y Sidi Mesaud, que indicaban la presencia de una población paleolítica importante. En relación a los hallazgos en la zona comprendida entre Ceuta y Tetuán localiza los siguientes sitios a los que dio una adscripción paleolítica: } El Medik (El Rincón)-Estación de ferrocarril de Ceuta-Tetuán. Paleolítico

Inferior. } Quitzán. Chelense. } Mogote I-Tamuda. Musteriense. } Mogote II-Tamuda. Musteriense. } Beni Salah. Paleolítico Inferior (cuarcitas) y Superior (sílex). } Samsa. Paleolítico antiguo. Hugo Obermaier enmarcó la documentación de registros vinculados a ocupaciones Chelenses, Achelenses, Musterienses y Capsienses (que entonces se consideraba en el último período glaciar). En la valoración de síntesis, Obermaier destacó la riqueza de yacimientos, el tremendo futuro de estudio que encerraba la región y las perspectivas que ofrecían las zonas calcáreas con muchas cuevas, de potencial arqueológico, faunístico y de manifestaciones de arte rupestre (Obermaier, 1928). Es a destacar el interés que desarrolló Hugo Obermaier por los estudios africanos. Realizó estos trabajos de campo con posterioridad a haber escrito su clásico libro El Hombre Fósil (Obermaier, 1916 y 1925), donde claramente por influencia de Henri Breuil tuvo un cambio en la concepción del origen de las culturas, tal y como se estudiaba en la época (Estévez y Vila, 1999; Ramos, 1999). Obermaier fijará la secuencia clásica del Paleolítico de la Península Ibérica. La

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

documentación de arte paleolítico en el sur de España (Cuevas de Pileta y Ardales) le llevará a un cambio en la orientación de los orígenes –modelo etnocéntrico– (Ramos, 2008), aunque la conformación de la construcción Capsiense, de origen africano tendría gran eco en la obra de Pedro Bosch (1932). Otra obra de compendio que analizó los hallazgos anteriormente mencionados, especialmente de la zona norte del entorno de Tetuán, Mezoura, Tánger y zona oriental del norte de Marruecos fue el estudio de Ghirelli (1932, 67 y 68). Hay que mencionar otro interesante compendio, realizado por César Luis de Montalbán (1933), que recogía la información de Hugo Obermaier y nuevos registros. El trabajo de Obermaier (1928) sólo es superado en la visión geoarqueológica por el posteriormente realizado por Juan Garriga y Miguel Tarradell (1951). Estos trabajos sobre todo lo han centrado en la prospección del valle del río Martín, y en los alrededores de Ceuta (de Punta Leona a Castillejos). Se han basado en un estudio del cuaternario y en análisis de las terrazas fluviales, desarrollado previamente por Garriga (1949). Estos estudios han tenido una preocupación básica en la morfología y composición de las terrazas cuaternarias del río Martín, desde su nacimiento hasta la unión con el Arroyo de Quitzan (Tarradell y Garriga, 1951, 8). Destacaron la existencia de cuatro niveles de terrazas bien individualizados, indicando que contaban con materiales arcillo-arenosos rojizos y en su base localmente con pequeños niveles de cantos conglomerados sueltos (Tarradell y Garriga, 1951, 43). La organización estratigráfica de las terrazas era la siguiente: } Superior a 90-100 metros. } Alta a 50-60 metros. } Media a 30 metros. } Baja a 10-15 metros. La más extensa formando la vega de Tetuán.

La valoración es muy interesante y de gran rigor, pues destacaron la importancia de los depósitos del Plioceno y Mioceno, así como numerosos depósitos tobáceos (Garriga y Tarradell, 1951, 102-103). Esta estructura geológica condiciona el curso del río observando la morfología de las terrazas en el modelado sobre las formaciones precuaternarias. Indicaron la potencia de la terraza baja junto al río y su disminución lateral. Esta base general de composición geomorfológica de la región la aplicaron a diversos tramos del Oued Martín: terrazas de Loma de Arapiles, terrazas de Tetuán, terrazas de Tamuda y Busembal, asociando la formación de las mismas a fenómenos de transgresiones cuaternarias (Garriga y Tarradell, 1951, 110). El estudio arqueológico desarrollado por Tarradell y Garriga (1951) fue muy avanzado para la época, pues además de señalar perfiles estratigráficos de los sitios que presentaban acumulaciones y conexiones estratigráficas de productos líticos; siempre indicaban la situación de hallazgos en superficie o in situ en los perfiles estratigráficos.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Presentaron así los yacimientos por zonas, precisando en ellas la ubicación de los sitios por terrazas: } Zona de Loma Arapiles: entre los arroyos Nakata y Darka. Aquí sitúan el ya-

cimiento de Loma Arapiles. } Zona de Tamuda: entre la zona alta del río Martín y la zona meridional del

mismo. Consideran dos zonas: Mogote y Busembal. Indican la localización del yacimiento de Fábrica de Cemento. } Zona de Tetuán: situada entre el río Samsa y Tetuán. Aquí precisan muy bien en la topografía urbana de la ciudad, la ubicación de las diferentes terrazas, perceptibles hoy día en la subida a la ciudad (Barrios de Samsa y Málaga). Consideran el yacimiento de Transformador Eléctrico, pero describen el potencial de los depósitos tobáceos y travertínicos de Tetuán, así como el flysch de Loma de Arapiles. } Zona de Quitzán: situada en la zona del Arroyo de Quitzán y entorno de Beni Salah. Aquí consideran los yacimientos de Quitzán bajo, Quitzán alto y Tob. En la valoración cultural, consideramos que también fueron avanzados a la época, pues indicaron: 1ª La homogeneidad de los materiales en todas las estaciones descritas. 2ª La falta de piezas pertenecientes a técnicas industriales típicas. 3ª La dificultad de fechar las piezas a base de los datos geológicos obtenidos.

Con todo han planteado una base cultural sobre nociones de la época, de posible origen Abbevillense o Achelense, con un conjunto de predominio levalo-musteriense (Tarradell y Garriga, 1951, 46). Vincularon estos hallazgos a los también documentados en las zonas de Ceuta y de Tánger; así como con el material recogido por el Abate Henri Breuil y depositado en el Instituto de Paleontología Humana de París de sitios arqueológicos de Cádiz, indicando curiosamente: “Tenemos, pues, un conjunto industrial de características análogas centrado en la zona del Estrecho, tanto en la parte europea como en la africana” (Tarradell y Garriga, 1951, 47).

Posición teórica-metodológica Nuestro grupo viene desarrollando desde hace años estrategias de trabajo arqueológico vinculadas a la posición teórica denominada Arqueología Social (Vargas, 1990; Bate, 1998; Ramos, 1999; Arteaga, 2002). Desde esta base conceptual intentamos desarrollar un estudio de sociedades en sucesión o proceso histórico. De ahí la orientación general del proyecto que pretende estudiar las ocupaciones humanas de las sociedades prehistóricas, de las épocas protohistóricas, romanas y de época medieval, del Norte de Marruecos. En concreto en el marco de las sociedades prehistóricas el objetivo es aproximarnos al conocimiento de la continuidad de sociedades cazadoras-recolectoras y tribales comunitarias. Pretendemos incidir en el análisis del modo de producción, modo de vida y modo de trabajo de las formaciones sociales en es-

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

tudio. También es objetivo destacado el estudio y conocimiento de las sociedades postneolíticas, en su definición normativa y social. Pretendemos realizar un análisis de categorías básicas desde esta propuesta, como análisis social. Intentamos a largo plazo profundizar en la relación dialéctica existente entre economía y sociedad (Estévez et alii, 1998), integrando los sistemas de valores y las contribuciones ideológicas, de género y de reproducción social (Bate, 1998). Dado el nivel del conocimiento del registro arqueológico, con pocas evidencias de estratificaciones y siendo realmente preliminares los estudios de muchos aspectos de la investigación arqueológica, en estos momentos sólo podemos generar una aproximación general a la ordenación del registro arqueológico. A medio y largo plazo pretendemos la valoración de las mencionadas explicaciones sociales y la aplicación de categorías de análisis histórico. En esta fase inicial del proyecto intentamos incidir en la definición estratigráfica de los sitios arqueológicos, valorar las captaciones de recursos líticos e incidir en la tecnología de las diferentes sociedades que ocuparon este territorio. Queremos comprender aspectos como la movilidad de los grupos humanos y definir las áreas de recursos. Es objetivo destacado también procurar comprender los patrones de asentamiento con la incidencia que ello tiene en la estructura socioeconómica de los grupos humanos y en la ocupación del territorio. Indicamos también que en el estudio de los productos líticos tallados, pretendemos aplicar una visión integral (Pie y Vila, 1992). Partimos de una base sustancial en el análisis de origen y captación de los productos líticos desde su origen y procedencia geológica. Realizamos esta tarea con los geólogos Salvador Domínguez-Bella y Ali Maate. Se utilizan técnicas habituales en esta línea de investigación con análisis macroscópicos, láminas delgadas de muestras y técnicas de Difracción de Rayos X (DRX) (Domínguez-Bella, 2004; Domínguez-Bella et alii, 2004). En el análisis tecnológico posterior valoramos los productos en el marco de la cadena operativa de la producción de objetos. Aplicamos así los modelos del Sistema Lógico Analítico (Carbonell et alii, 1997, 1999). Los productos retocados los consideramos en la órbita de los modelos estructurales de Georges Laplace (1975, 1985-1987). Pretendemos a medio plazo en este proyecto integrar estudios funcionales, en la línea de valorar los resultados del trabajo humano y la aplicación y uso de los productos líticos tallados (Clemente y Pijoan, 2005). Con la aplicación de estas técnicas aspiramos a obtener una información destacada de los procesos de trabajo desarrollados por las diversas sociedades que ocuparon estos territorios de la región de Tetuán.

Margo geomorfológico En la zona planificada para desarrollar la primera campaña de prospección en el marco de la Carta Arqueológica del Norte de Marruecos destacan varias unidades geomorfológicas (Nold, Uttinger y Wildi, 1981; Maate, 1996; Domínguez-Bella, 2002), que ofrecieron diversos tipos de recursos y potencialmente han sido medios naturales susceptibles de ocupación humana en épocas prehistóricas (figuras 1A y B):

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 1. A. Mapa geológico del Norte de Marruecos. Esquema estructural (modificado de Piqué, 1994). B. Esquema geológico del área de Tetuán.

A

0

4 Km

B

} Gomárides, básicamente con pizarras. Son formaciones paleozoicas y, en

menor medida, mesozoicas y terciarias (figura 1B). } La Dorsal Calcárea, con calizas y dolomías. Son formaciones carbonatadas masivas del Triásico y del Jurásico Inferior (figura 1B). } Depósitos Cuaternarios (terrazas fluviales, depósitos endorreicos, de la cuenca del río Martil y afluentes (figura 1B), Oued Kh’mis, Oued Chekkour, Oued Mhajrate. Y otros ríos importantes: Oued Emsa, Oued Azla (zona montañosa del Rif) y Oued Bennouna (zona de Cabo Negro). } En concreto, las áreas de captación de recursos líticos están bien definidas en relación a los tipos de afloramientos y potencial de las unidades geomorfo-

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

lógicas, así como en depósitos erosivos. Hemos documentado materias primas utilizadas por las sociedades prehistóricas en: } Zonas de la dorsal calcárea del Jurásico, con sílex incrustado en las calizas (figura 2). } Zonas de glacis, como amplias áreas de arenas y limos, con abundantes guijarros, con presencia de sílex, areniscas compactas…, como por ejemplo en 004-Acantilados Azla (figura 3). } Afloramientos de sílex en zona de montaña, en entornos inmediatos a las unidades gomárides, como en 010-Sidi Lahj II, desde donde se abastece de productos líticos a yacimientos inmediatos y próximos (figura 4), como 011-Valle de Talmadi. } Las cuarcitas pueden proceder de algunas facies conocidas en el Predorsaliense de la zona de Tamuda. Estas zonas ofrecen una potencialidad destacada en recursos, especialmente en rocas y minerales silíceos. Hasta el momento se han documentado areniscas compactas de grano grueso, areniscas compactas de grano fino, sílex masivo gris, sílex calcedónicos, radiolaritas verdes y radiolaritas rojas.

A

Hemos desarrollado en dos proyectos AECI, desde 2005, estudios macroscópicos (figura 5) y realizado láminas delgadas de numerosos ejemplares (figura 6). Desarrollamos posteriormente una contrastación de los recursos potenciales con las muestras de productos arqueológicos. Todo ello nos ofrece una gran información para conocer las estrategias de abastecimiento de materias primas y nos da idea de movilidades y prácticas socioeconómicas de las diversas sociedades prehistóricas que poblaron la región.

B

Figura 2. Vista de dos diferentes afloramientos de materiales silíceos in situ. A. bandas de sílex pardos entre calizas de

El análisis geomorfológico nos ha demostrado también el gran potencial de recursos (figura 7) que ofrecía la región (unidades de dorsales calcáreas, gomárides y depósitos cuaternarios), destacando sobre todo los indicados recursos líticos; pero también recursos de agua (con numerosas fuentes, pozos y surgencias), recursos vegetales, cinegéticos y de madera.

la zona sur de Tetuán (Dorsal Calcárea) y B. sílex negro-grisáceo, en la zona sureste, entre

Zonas prospectadas. Adecuación y estrategia geoarqueológica de las prospecciones

Tetuán y Chefchauen.

Un problema preliminar que ofrece la región de Tetuán para la ordenación del poblamiento y conocimiento de las ocupaciones prehistóricas es la falta de estratificaciones modernas. Hay que contar para un contexto estratigráfico con las

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

A

B

C

Figura 3.A. 004-Acantilados Azla. Vista general. B. 004-Acantilados Azla. Terraza marina colgada en el acantilado. Estos depósitos cuentan con abundantes materias primas utilizadas por sociedades portadoras de tecnología de modo III. C. 004-Acantilados Azla. Perfil estratigráfico.

Figura 4. Valle del Oued Talmadi con situación de 009-Sidi Lahj I.

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A

B

C

D

E

F

Figura 5. Vista macroscópica de diferentes tipos de minerales silíceos usados como materias primas en la industria lítica de la Prehistoria de la península tingitana. De arriba abajo e izquierda a derecha: sílex masivo gris, capas de sílex gris entre caliza, sílex negro y amarillo, sílex calcedónico rojo anaranjado y amarillo, radiolarita roja y radiolarita verde.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

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B

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D

E

F

Figura 6. Vista con microscopía óptica de luz transmitida, de láminas delgadas de diferentes tipos litológicos de minerales silíceos usados como materias primas en la industria lítica de la Prehistoria de la península tingitana. De arriba abajo e izquierda a derecha: arenisca compacta de grano grueso, arenisca compacta de grano fino, sílex masivo gris, sílex calcedónico con relleno de calcedonia y carbonatos, radiolarita verde con vena de cuarzo y radiolarita roja con multitud de radiolarios. Todas las imágenes: ancho = 7 milímetros,; excepto la última, ancho = 2,5 milímetros.

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

A

B

Figura 7. A. Vista del Valle de Er Zerka. Zona de la Dorsal Calcárea del Manto de El Babat. B. Vista del Alto Valle de Er Zerka. Zona de la Dorsal Calcárea del Manto de El Babat.

excavaciones desarrolladas por Miguel Tarradell (1955, 1957-1958) en Caf Taht el Ghar (figura 8) y Gar Cahal, sobre todo para el estudio de momentos de Paleolítico Superior Final, Neolítico y Prehistoria Reciente. También es un referente la proximidad del yacimiento de Benzú (Ceuta) (Ramos y Bernal, eds., 2006; Ramos et alii, 2008) y el contexto de los yacimientos de la región de Tánger (Gilman, 1975,1976; El Idrissi, 2001; Otte, Bouzouggar y Kozlowski, dir., 2004; Daugas y El Idrissi, 2008). Visiones generales de conjunto se pueden contrastar en (Pericot y Tarradell, 1962; Camps, 1974; Nehren, 1992).

Entorno de montaña donde se localizan numerosas cuevas y cuenta con abundantes recursos.

Las experiencias de lectura y estudio de los trabajos precursores nos han llevado a fijar una estrategia propia, enmarcada en las orientaciones generales de trabajo de este proyecto de la Carta Arqueológica del Norte de Marruecos. Los trabajos sobre todo de Garriga y Tarradell (1951) nos han sido de gran importancia, así como la continua consulta del Mapa Geológico. En abril de 2008 se pudo tener una experiencia muy significativa en el análisis del curso fluvial del río Martil, realizando también prospecciones de orden selectivo en la zona comprendida en el entorno de Cabo Negro hasta el litoral del núcleo urbano de Martil. Esta experiencia nos llevó en la campaña de julio de 2008, contando con la participación en la misma de los geólogos Salvador Domínguez-Bella y Ali Maate, a plantear una estrategia selectiva de áreas a prospectar, cuidando la relación de depósitos con potencial de hallazgos y valorando las áreas posibles de captación de recursos por grupos humanos del Pleistoceno y Holoceno (figura 1A y B). Así se ha valorado, teniendo en cuenta el potencial de yacimientos con depósitos cuaternarios, en el conjunto de las dos campañas los siguientes entornos naturales: 1. Curso del río Martil y la problemática de la paleoensenada. 2. Piedemontes de la zona este de Cabo Negro y zona de captación de recursos líticos en depósitos de glacis. 3. Promontorio y entorno de El Mellaliyine, como saliente natural de la zona de paleoensenada del Martil en su zona situada más al norte y vinculada además a depósitos cuaternarios del Oued Alila.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 8. Situación de 014-Cueva de Caf Taht el Ghar.

4. Depósitos cuaternarios de los ríos Kh’mis y Chekkour. 5. Zonas de montaña de la sierra del Hauz (zonas de Bounezal y Belaouzene) y Gorgues (zona de Er Zarka), en la búsqueda de cuevas y aproximaciones al conocimiento de la montaña. 6. Zona del litoral, entre el curso bajo occidental del Oued Martil y zonas de Azla y Ras Mazari. 7. Avances al conocimiento de los valles de Azla y Oued Emsa, con importantes depósitos cuaternarios y características geoarqueológicas de gran interés paleogeográfico. Dado el carácter peculiar del río Martil, aparte de la problemática geoarqueológica de la conformación de las terrazas cuaternarias, nos ha interesado precisar una primera aproximación a cual debió ser el desarrollo de la paleoensenada del mismo. La observación de la curva de nivel a 10 metros, ya nos da una idea aproximada de cual debió ser la extensión de la misma, antes de que tuviera lugar la colmatación que se ha debido producir en los últimos milenios y que ha conformado la actual línea de costa, en dicha desembocadura. Al no haber podido desarrollar todavía estrategias adecuadas de sondeos y perforaciones que permitan analizar la línea de costa (Arteaga y Hoffmann, 1999; Arteaga et alii, 2001); hemos centrado esfuerzos en la prospección pedestre de la zona de piedemonte. Esto ha dado resultados de interés en la zona presumible de paleodesembocadura del río y/o próxima a la entrada de la paleoensenada, en la zona de Bennouna y asimismo en todo el entorno de Cabo Negro. Las incursiones en la montaña han sido limitadas en esta primera campaña, por el carácter preliminar del trabajo y han tenido por objetivo establecer una familiarización con sus características (figura 7). De todos modos hemos visto el gran potencial de documentación de yacimientos en los entornos calizos de

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

Tetuán. Así la pista que conduce de El Malaliyine hacia la sierra del Hauz, entre las aldeas de Chouikhene y Belouazene está jalonada de unidades montañosas calizas y con dolomías pertenecientes al Hauz interno, con gran potencial de registro de cuevas. Otra zona donde hemos realizado un sondeo –prospección selectiva de la montaña– ha sido en el entorno de la aldea de Bounezal, en la cuenca alta del río Kh’mis. Y por supuesto, la zona del Gorgues (figura 7), donde se localiza la cueva de Caf Taht el Ghar (figura 8).

Los registros documentados. Los yacimientos con ocupación prehistórica en su contexto geomorfológico El trabajo de campo en las zonas indicadas ha dado como resultado en las dos campañas de prospección arqueológica la localización de 55 yacimientos con testimonios de ocupaciones materiales de sociedades prehistóricas (figuras 9 y 10). La adscripción que presentamos debe entenderse como preliminar. Hemos terminado el trabajo de campo a finales de julio de 2008. Se ha podido realizar un primer estudio preliminar en el Museo de Tetuán en abril y en julio de 2008. Esta valoración conjuga datos procedentes de los tipos de depósitos geomorfológicos, del modelo de carácter deposicional del sitio, valoraciones de los patrones de asentamiento y criterios tecnológicos, morfológicos y tipológicos iniciales de los productos líticos. Por tanto hay que considerar, que a pesar del carácter preliminar y de avance de todo este estudio, se aprecian tendencias muy sugerentes que prueban la ocupación continuada del valle y entornos de Tetuán desde el Pleistoceno Medio y la posibilidad de poder organizar la secuencia histórica y generar unas valoraciones iniciales sobre los poblamientos de las sociedades prehistóricas. Así se han documentado (figuras 9, 10 y 11): } 49 yacimientos con atribuciones claras a etapas históricas. } 6 yacimientos con atribución incierta (que hemos considerado como indeter-

minados). Destacamos que estos yacimientos muestran ocupaciones prehistóricas que no podemos todavía valorar de forma definitiva. Esto debe considerarse en el marco del problema indicado de pocas excavaciones arqueológicas en la región. Junto a este hecho, los numerosos hallazgos aislados registrados, completan la valoración y distribución de los registros, indicando la ocupación del territorio. Hay alguno de cierto interés como 034-Zbar d’Akhwizan , que parece tener evidencias de productos de tecnología de modo III y IV. } 16 hallazgos aislados de atribución prehistórica. Son indicadores claros de evidencias postdeposicionales, pero que sugieren la proximidad de sitios y enclaves, frecuentados por grupos humanos de cazadores-recolectores o pertenecientes a sociedades tribales. Dentro de los yacimientos que tienen una atribución definida podemos considerar (figura 10):

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 9. Mapa de

} 26 yacimientos con ocupación adscrita, en criterio normativo, a Paleolítico-

yacimientos

Modo III (Paleolítico Medio o Musteriense en sentido clásico). Corresponden a los siguientes sitios con testimonios de ocupación de esta etapa histórica: 004Acantilados Azla (figura 3); 014-Caf Taht el Ghar (figura 8); 018-Golf Beach (figura 12); 020-Puente de Oued Malah II (Ver perfil característico de la zona en figura 13); 021-Puente de Oued Malah III (figura 14); 028-Tiendas de cerámica II; 035-Krira d-Jouimec I; 036-Krira d-Jouimec II; 040-Mellaliyine I, 041-Mellaliyine II, 042-Mellaliyine III (figura 15), 045-Nueva Estación de Autobuses, 048-El Maasem (figura 16A), 049-Azla (figura 16B), 055-Loma de Arapiles I, 056-Bounezzal, 057-Terrazas del río Themis, 058-Transformador Eléctrico (figura 17B), 059-Kudiat Anrat, 065-Harcha I, 070-Loma de Arapiles II, 076-Tob, 077-Quitzán Bajo, 078-Quitzán Alto, 079-Dim Samdi I y 080Dim Samdi I. } 3 yacimientos tienen evidencias de productos arqueológicos vinculados a Paleolítico-Modo IV (Paleolítico Superior). Se trata de: 004-Acantilados Azla, 014-Caf Taht el Ghar (figura 8) y 021-Puente de Oued Malah III (figura 14).

arqueológicos prehistóricos de la zona de Tetuán.

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

Yacimiento 002 004 009 010 011 014 016 017 018 020 021 022 026 028 032 033 034 035 036 037 038 040 041 042 044 045 047 048 049 052 055 056 057 058 059 060 061 062 063 064 065 066 067 068 069 070 071 072 073 074 076 077 078 079 080

Denominación Korrat Es-Sbaa Acantilados Azla Sidi Lhaj I Sidi Lhaj II Valle de Talmadi Caf Taht el Ghar I Dar Skire Puente de Oued Malah I Golf Beach Puente de Oued Malah II Puente de Oued Malah III Koudiat Mallah Tiendas de cerámica I Tiendas de cerámica II Nwader d-Benhmed Jamea Khchiba Zbar d’Akhwizan Krira d-Jouimec I Krira d-Jouimec II Menkal Bchiriyine I Mellaliyine I Mellaliyine II Mellaliyine III Beni Salah Nueva Estación de Autobuses Caf Taht el Ghar II El Maasem Azla Terraza del río Azla Loma de Arapiles I Bounezzal Terrazas del río Kh’mis Transformador Eléctrico Kudiat Anrat Marja Achouka Mwasta Amzal Menkal II Harcha I Harcha II Harcha III Nakata I Nakata II Loma de Arapiles II Nakata III Nakata IV Nakata V Fortín del Servicio de Montes Tob Quitan Bajo Quitan Alto Dim Samdi I Dim Samdi II

Cronología/Atribución Histórica Prehistoria-Indeterminado Paleolítico-Cantos trabajados-Modo III/ Paleolítico Superior?/Neolítico Prehistoria Reciente? Neolítico Neolítico Paleolítico-Modo III/Paleolítico Superior/Neolítico/Prehistoria Reciente Prehistoria-Indeterminado Prehistoria Reciente Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III/Prehistoria Reciente Paleolítico-Modo III/Paleolítico Superior/Prehistoria Reciente Prehistoria Reciente Neolítico? Paleolítico-Modo III Neolítico? Neolítico?/Prehistoria Reciente Prehistoria-Indeterminado Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III/Prehistoria Reciente Prehistoria Reciente Prehistoria Reciente Paleolítico-Modo III/Neolítico Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Prehistoria-Indeterminado Paleolítico-Modo III Prehistoria Reciente Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Neolítico Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III/Neolítico Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III/Neolítico Prehistoria-Indeterminado Prehistoria Reciente Neolítico Neolítico Neolítico Paleolítico-Modo III/Neolítico Neolítico Prehistoria-Indeterminado Neolítico Neolítico Paleolítico-Modo III/Neolítico Neolítico Neolítico Neolítico Neolítico Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III Paleolítico-Modo III

Figura 10. Tabla de identificación de yacimientos y atribuciones históricas correspondientes a la ocupación de la región de Tetuán por sociedades prehistóricas. Campaña de prospección de 2008.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 11. Histograma de representación de yacimientos vinculados a sociedades prehistóricas en la región de Tetuán. Campaña de 2008.

} 23 yacimientos presentan ocupaciones adscritas a ocupaciones normativas

de Neolítico. Son los yacimientos de: 004-Acantilados Azla (figura 3), 010Sidi Lhaj II (figura 18B), 011-Valle de Talmadi (figura 18A), 014-Caf Taht el Ghar (figura 8), 026-Tiendas de cerámica I, 032-Nwader d-Benhmed (figura 19), 033-Jamea Khchiba, 040-Mellaliyine I, 052-Terraza del río Azla (figura 20), 056-Bounezzal, 059-Kudiat Anrat, 062-Mwasta, 063-Amzal, 064-Menkal II (figura 21), 065-Harcha I, 066-Harcha II, 068-Nakata I (figura 22), 069-Nakata II (figura 23), 070-Loma de Arapiles II, 071-Nakata III, 072-Nakata IV, 073Nakata V y 074-Fortín del Servicio de Montes. } 12 yacimientos presentan adscripción por tecnología lítica y cerámica a etapas correspondientes a sociedades de la Prehistoria Reciente (post-neolíticas). Corresponden con los yacimientos de: 009-Sidi Lhaj I, 014-Caf Taht el Ghar (figura 8), 017-Puente de Oued Malah I (figura 24), 020-Puente de Oued Malah II, 021-Puente de Oued Malah III, 022-Koudiat Malah, 033-Jamea Chiva, 036-Krira d-Jouimec II, 037-Menkal, 038- Bchiriyine I, 047-Caf Taht el GharII-Cantera y 061-Achouka. El análisis geoarqueológico nos muestra que los yacimientos arqueológicos se ubican en los siguientes tipos de depósitos pleistocénicos de la zona de Tetúan (figuras 1B y 9): } Depósitos de glacis: Se localizan en la zona entre Azla y Sidi Abdeslam del

B’ar, en la zona al sur de Cabo Negro (entre Bennouna y Dar Skire) y en los entornos de El Mellaliyine. } Terrazas fluviales: Se documentan en los Oueds Martil, Azla, Emsa, Alila, Mhajrate, Chekkour y Kh’mis. } Depósitos marinos: Se evidencian en la zona litoral entre las desembocaduras del Oued Martil y Oued Emsa.

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

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Figura12. 018-Golf

} Depósitos en cuevas: Se han documentado en Caf Taht el Ghar (figura 8) y

Beach. Al fondo Cabo

Kaf Boussaria. Toda la región presenta gran potencialidad de localización de nuevas cuevas en las zonas de Djebel Dersa, Gorghes (figura 7) y en general los entornos geográficos vinculados a la Dorsal Calcárea Jurásica y Cretácica.

Negro. Zanja de canalización donde se documentaron productos líticos tallados estratificados de Modo III en arenas rojas-glacis

En estos depósitos hemos encontrado diversos prototipos de ubicación de yacimientos considerando medio natural y tipo de depósito estratigráfico. Explicamos algunos:

Pleistoceno.

Figura 13. Zona del Puente de Oued Malah.

El prototipo de depósitos de glacis junto al litoral, nos lo muestra el yacimiento 004-Acantilados Azla (figura 3A y 3B), que de base a techo presenta la siguiente estratigrafía (figura 3C):

Prototipo de perfil estratigráfico de la zona del sur de Cabo Negro.

} Nivel de margas del Mioceno con mucha malacofauna. } Nivel de glacis, con arenas rojas, que contiene interestratificaciones con gui-

Depósitos de arenas rojas

jarros e industria lítica tallada. Oscila en potencia entre 20 y 200 centímetros.

del glacis.

} Suelo edáfico de unos 20-30 centímetros, con arenas y limos rojos con vegetación.

Figura 14. 021-Puente

Este modelo geomorfológico se repite en yacimientos como 048-El Maasem (figura 16A) y 049-Azla (figura 16B).

de Oued Malah III. Perfil estratigráfico. Depósito de glacis.

Es necesario considerar, que en este tipo de sitios, los productos arqueológicos se documentan en las escorrentías, con procesos erosivos y en cárcavas. El nivel

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 15. 042-Mellaliyine III. Ubicación del yacimiento en la zona de captación de recursos de depósitos cuaternarios.

de glacis-arenas rojas debe ser del Pleistoceno Medio. Lleva asociado productos líticos que evidencian al menos dos momentos de ocupación: (004-Acantilados Azla) un conjunto muy homogéneo con tecnología de tipo modo III-Musteriense (figura 25) y conjunto de Paleolítico Superior Final y/o Neolítico, que ha debido estar situado a techo de las arenas rojas y en contacto con el suelo edáfico. Indicar también series homogéneas de cantos trabajados y/o BN1G en proceso de elaboración en sintonía con los ejemplares de adscripción a modo III. Destacamos el potencial estratigráfico de toda esta zona entre Azla y Sidi Abdeslam del B’ar, donde hay una destacada estratificación de los depósitos cuaternarios, que presentan una secuencia similar. En ellos la tecnología es de modo III, como en los yacimientos de 048-El Maasem (figura 16A) y 049-Azla (figura 16B). En algún caso, en los depósitos de paleosuelos de arenas rojas próximos al litoral, se intercala algún nivel de terraza marina (con guijarros y malacofauna a una altitud de 3-6 metros sobre el nivel actual). Zona al sur de Cabo Negro (entre Bennouna y Dar Skire), corresponde a depósitos de Cuaternario Reciente, que constituye una gran zona de captación de recursos líticos, en arenas rojas –glacis Cuaternario– (figura 13). Estas áreas de captación de recursos líticos han sido utilizadas por diversas sociedades. Se documentan en sitios como: 018-Golf Beach (figura 12); 020-Puente de Oued Malah II, (021-Puente de Oued Malah III (figura 13). Hay así registrados en esta zona varios sitios con explotación de estos recursos líticos, depositados en los suelos rojos. Es destacable el aprovechamiento de estos recursos por grupos humanos portadores de tecnología de modo III-Musteriense, como en 018-Golf Beach (figura 25), 021-Puente de Oued Malah III (figura 27). De todos modos hay constancia de la ocupación de ésta zona, por sociedades de épocas posteriores, como por ejemplo en 026-Tienda de Cerámica 1.

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

A

B

Figura 16. A. 048-El Maasem. Perfil estratigráfico del paleosuelo rojo que

La zona de El Mellaliyine es una prolongación como saliente destacado, entre las desembocaduras de los Oueds Alila y la paleoensenada del Martil. Aquí se ha encontrado en depósitos de cuaternario reciente y arenas rojas –glacis–, zonas de captación de recursos, similar a la situada al sur de Cabo Negro.

contiene industrias líticas talladas de modo III. B. 049-Azla-Perfil estratigráfico del paleosuelo rojo con industrias líticas talladas

Se documentan los yacimientos de 028-Tiendas de cerámica II (figura 28), 040Mellaliyine I, 041-Mellaliyine II y 042-Mellaliyine III (figura 15). Son zonas de captación de materias primas. Se vinculan con ocupaciones de sociedades portadoras de tecnología de modo III, estando presentes evidencias neolíticas como en 040-Mellaliyine I.

de modo III.

Las Terrazas del río Martil eran inicialmente las mejor conocidas de la región. Los estudios geoarqueológicos desarrollados por Tarradell y Garriga (1951) sirven todavía como interesante aproximación general a esta problemática. Hemos visitado la zona, observando el interés y buena información aportada por dichos estudios. Se ha podido comprobar que el proceso de urbanización de la ciudad de Tetuán va destruyendo los sistemas de aterrazamientos naturales del río en dirección a la carretera Tetuán-Tánger. Con todo hay evidencias de perfiles estratigráficos, en ocasiones con productos arqueológicos estratificados. Hemos repasado así los sitios clásicos de 055-Loma de Arapiles I, en una altitud de 55-60 metros. El prototipo de perfil estratigráfico es el siguiente de base a techo (que se documenta entre la zona de Transformador Eléctrico y Loma de Arapiles) –ver figura 17–: } Conglomerados fuertemente cementados (80-100 centímetros de potencia). } Arenas amarillas (60-80 centímetros). } Cantos rodados sueltos de (20-50 centímetros). } Arenas y arcillas rojas de (50-60 centímetros). } Suelo edáfico de (30-40 centímetros).

Toda esta zona de 055-Loma de Arapiles I, presenta potentes niveles de cantos y conglomerados fuertemente cementados, producto de una alta energía del río. Hay varios modelos de perfiles y secuencias estratigráficas, en la zona de proyección urbana de la ciudad de Tetuán. Destacamos así: el propio Barrio de

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

A

B

C

Figura 17 A. Situación del Hospital Español. B. Situación de 058-Transformador Eléctrico. C. Perfil estratigráfico en la zona de Transformador Eléctrico, inmediato a Loma de Arapiles. Quedan pequeños testigos de la estratificación cuaternaria, en concreto de la terraza de 50-60 metros de Tarradell y Garriga (1951).

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

A

B

Figura 18. A. 011-Valle del Talmadi. Emplazamiento

Málaga, la zona del Hospital Español (figura 17A) y Transformador Eléctrico (figura 17B). Algunos de los depósitos presentan todavía material arqueológico in situ con tecnología de modo III.

geográfico del sitio Neolítico. B. 010-Sidi Lhaj II. Localización productos líticos.

Este tipo de registros se documenta en 070-Loma de Arapiles II, en la zona de terraza media citada por Tarradell y Garriga (1951). Nosotros hemos documentado nuevas localizaciones, como las indicadas en 045-Nueva Estación de Autobuses, complementando el modelo avalado por Garriga y Tarradell (1951). Las Cuencas de los ríos Mhajrate y Chekkour-Kh’mis conforman la cuenca alta del valle del Oued Martil. Tienen abundantes depósitos cuaternarios pleistocenos y vega aluvial holocena. Toda esta zona está próxima a los afloramientos del flysch y también de la Unidad de Tánger (zonas externas del Rif). Cuenta con arcillas, pelitas y margas y son terrenos muy aptos para la agricultura. Se localizan enclaves de varias épocas: Depósitos cuaternarios y emplazamientos holocenos. Destacan los yacimientos de: 035-Krira d-Jouimec I, 056-Bounezzal, 057-Terrazas del río Kh’mis, 065-Harcha I. Todos estos sitios están junto a depósitos cuaternarios que tienen evidencias estratificadas de productos líticos tallados de modo III. En esta zona hay también evidencias de yacimientos con ocupaciones más recientes, situadas a techo de los suelos rojos y/o en el nivel edáfico. Mencionamos en estos casos los yacimientos de 034-Zbar D’Akhwizan (Tamazart), 032-Nwader d-Benhmed (figura 19) y 033-Jamea Khchiba. Hemos realizado también incursiones o prospección de tipo muestreo en el territorio de las montañas del Gomáride. Un caso ha sido el valle de Oued Talmadi (figura 4), entre (Setién Mansoura y la zona de Kenitra) que ha evidenciado buenos suelos para el cultivo agrícola y ocupación de la montaña por comunidades prehistóricas. Toda esta zona cuenta con calizas orthoceras del Devónico de la unidad Gomáride de Beni Hozman. Dispone de suelos aptos para la agricultura y con afloramientos de margas amarillentas del Oligoceno-Mioceno, areniscas y arcillas rojas del Triásico y esquistos del Paleozoico. Esta zona de baja montaña ofrece la potencialidad de acceso al agua con numerosas fuentes y pozos, recursos de madera, y agropecuarios, pues hay aterrazamientos en la zona de filitas y esquistos.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 19. 032-Nwader d-Benhmed. Vista del yacimiento situado junto a la mezquita, en la zona del Valle del Oued Mhajrate.

En este medio se han documentado asentamientos neolíticos como 010-Sidi Lahj II (figura 18B) y 011-Valle de Talmadi (figura 18A). Y 009-Sidi Lhaj I valorado en ocupaciones postneolíticas (figura 4). La prospección de la montaña calcárea ha sido compleja, por la misma naturaleza y estructura de la misma (figura 7). Se conocían enclaves como Kaf Bousaria (El Idrissi, 2001; Daugas y El Idrissi, 2008) y como 014-Caf Taht el Ghar (figura 8), que indican su utilización en diversas épocas, probablemente desde grupos humanos portadores de la tecnología de modo III, grupos con tecnología de modo IV, ocupaciones neolíticas (Tarradell, 1957-1958) y de la Prehistoria Reciente (Ramos, Pérez et alii, 2008). Dada la inmediatez de la montaña a la zona del valle hay que indicar que toda la cadena montañosa de Djebel Dersa en dirección norte, ofrece potencialidad de localización de cuevas, cuyos ocupantes además de controlar este medio han podido utilizar las áreas de captación de materiales líticos próximos depositados en los glacis de la zona sur de Cabo Negro y entorno de El Mellaliyine. La zona montañosa situada en el manto de El Babat (figura 7), al sur de Tetuán, que alberga el valle donde se sitúan las conocidas cuevas de Kaf Bousaria (El Idrissi, 2001; Daugas y El Idrissi, 2008) y 014-Caf Taht el Ghar (figura 8) (Tarradell, 1957-1958; Ramos, Pérez et alii, 2008) están situadas en dos valles, próximos a manantiales como Er Zerka. Hay que indicar también que en estas montañas las fuentes se localizan en zonas de contacto de la Dorsal calcárea con los Mantos Gomárides (Domínguez-Bella y Maate, 2008). Esta zona ofrece numerosos recursos de caza (Ouchaou y Hossini, 2008) vegetación, madera, contando con explotación de animales domesticados e indicios de prácticas agropecuarias (Daugas y El Idrissi, 2008).

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

A

B

Figura 20. A. 052Terraza del oued Azla. Situación geográfica. B. 052-Terraza del oued

También ha sido interesante la documentación en la zona de la montaña de asentamientos al aire libre, como 047-Caf Taht el Ghar II. En este caso un pequeño yacimiento vinculado inicialmente a ocupaciones de grupos humanos de la Prehistoria Reciente, sin descartar ocupación neolítica.

Azla. Perfil estratigráfico.

Esquema preliminar de ocupaciones prehistóricas en la región de Tetuán

La problemática de las ocupaciones más antiguas documentadas. Los registros de modo II Son conocidas las recientes investigaciones que avalan ocupaciones muy antiguas dentro del Pleistoceno Inferior en el Norte de África. En Argelia destaca el yacimiento de Aïn Hanech. Se sitúa en una formación datada por paleomagnetismo entre 1,78 y 1,95 Ma. Cuenta con una tecnología de cantos trabajados, como variante norteafricana de los complejos industriales de Olduvai (Sahnouni, 1998). En la región de Tetuán no hemos podido documentar por el momento yacimientos vinculados a depósitos de Pleistoceno Inferior. Queremos indicar que en los yacimientos situados en el litoral, en depósitos de arenas rojas pleistocenas, valorados genéricamente por ahora como de Pleistoceno Medio, se han documentado series de cantos tallados-BN1GE- unifaciales y bifaciales. Se localizan en concreto en los sitios de 004-Acantilados Azla, 048-El Maasem y 049-Azla. Tenemos dudas en la atribución de dichos productos, sobre una ocupación anterior a la mayoritariamente documentada en estos sitios, vinculada a modo III-Musteriense. O si pertenecen a la propia cadena operativa del trabajo y están en el proceso de conformación de BN1G-núcleos. La homogeneidad de los productos nos ha decantado por considerar de momento una sintonía tecnológica con los conjuntos de modo III. De todos modos es un problema que dejamos abierto y será necesario el estudio de nuevos productos y de otros yacimientos para su definitiva resolución.

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 21. 064-Menkal II. Emplazamiento de yacimiento de atribución neolítica, en la terraza del Oued Chekkour.

Registros vinculados a modo II-Achelense se han evidenciado en el Norte de África de forma clásica en el marco de los estadios de la llamada civilisation du biface (Biberson, 1961; Camps, 1974; Chavaillon, 1998). Los trabajos del equipo de Raynal y colaboradores en el Marruecos Atlántico han situado las series de productos asociados a tecnología Achelense entre los estadios isotópicos 17 a 5 (Raynal et alii, 1995). En la región de Tetuán nosotros no hemos documentado evidencias asociadas a tecnología de modo II. Si están las referencias de localización de yacimientos en los estudios de Tarradell y Garriga (1951) de depósitos en las terrazas alta y superior del río Martín, de evidencias de Paleolítico Inferior. Hay que considerar en este sentido el proceso de urbanización progresivo que ha experimentado Tetuán en los últimos años, desde la zona de Barrio de Málaga hasta Loma de Arapiles. De hecho zonas como Transformador Eléctrico y Hospital Español están completamente transformadas y urbanizadas. Registros líticos tallados de modo II están depositados en el Museo de Tetuán, como consecuencia de los trabajos de Tarradell y Garriga (1951) de los yacimientos clásicos mencionados. Una línea de estudios en el marco de este proyecto debe continuar profundizando en el intento de localización de la estratificación de estos productos, en la valoración de clima, medio ambiente, autoría, tecnología y modo de vida de las sociedades que han elaborado productos líticos de modo II-Achelense.

La destacada documentación de sitios con tecnología de modo III Los registros de modo III cada vez están mejor analizados en el Norte de África, desde Túnez central, Argelia litoral, Marruecos oriental y occidental. Estamos asistiendo a la documentación de una tecnología Musteriense anclada estratigráficamente en el Pleistoceno Medio avanzado y en el Pleistoceno Superior

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

(Bouzouggar, 2003). Es de destacar que ya se han documentado yacimientos donde el Ateriense está interestratificado, y aunque predominan sitios con Musteriense más antiguo, las cronologías del Ateriense se han indicado como anteriores a las que se tenían documentadas hace unos años (Cremaschi, Lernia y Garcea, 1998; Barich y Conati, 2003). También hay un problema de base en el conocimiento de la autoría de estos tecnocomplejos (Ferembach, 1986; Zouak, 2001), siendo muy interesantes los registros antropológicos en este sentido de Djebel Iroud (Hublin y Tillier, 1988; Smith et alii, 2007). Otro gran tema es la posibilidad de relaciones y contactos con los grupos humanos que habitaron la zona del Estrecho de Gibraltar, valorando la sintonía tecnológica con la documentada en la orilla norte del Mediterráneo (Vallespí, 1994; Finlayson, Finlayson y Fa, eds., 2000; Giles et alii, 2000; Ramos, coord., 2008). La etapa histórica mejor documentada por ahora tras la prospección en la región de Tetuán es la realizada por sociedades con tecnología de modo IIIMusteriense. Se documenta en 26 yacimientos (figuras 10 y 11). Como hemos indicado están en diversos tipos de depósitos: de glacis, en terrazas fluviales y en depósitos de cuevas (figura 9). Utilizan materias primas variadas, areniscas compactas de grano grueso y de grano fino, sílex masivo gris, sílex negro calcedónico, radiolaritas verdes y radiolaritas rojas (figuras 5 y 6). En general, son producto de un uso local, muy dominante en la región, en las diversas unidades indicadas. Hay grandes áreas de captaciones de recursos, los sílex en las montañas de la dorsal calcárea (figura 2), las areniscas y los sílex en los glacis. Areniscas también se documentan en las unidades locales del Triásico (figura 1B). En principio la movilidad es reducida y se aprecia una utilización de materias primas locales. Pero habrá que generar estratificaciones para poder confirmar este hecho. Otro tema de interés es la incursión en la montaña de estos grupos, como evidencia la presencia de esta tecnología en la Cueva de Caf Taht el Ghar (Ramos et alii, eds. 2008). Respecto a la tecnología, se documentan en casi todos los yacimientos con este registro ejemplares de BN1G-L- levallois y centrípetos, con numerosos planos de golpeo (figuras 25, A y B; 27 A; 28 A). Hay evidenciada una buena presencia de BP-LE-levallois de aspecto centrípeto, con predominio de talones facetados (figuras 25 C y D; 27 B y E; 28 B). Entre los BN2G se comprueba la presencia de raederas (figuras 25 E y F; 26 A y B; 28 C) y D-23-denticulados. Están muy bien documentadas las raederas, muy variadas (laterales, transversales, con retoques de tipo quina y variedad de morfología y tipos R21, R22, R23, R32, R321). Se documentan también ejemplares de D21 y P21-puntas (figura 27, F) (Laplace, 1975). Desconocemos el tipo antropológico de sus autores. Un contexto estratificado inmediato es el de Abrigo de Benzú (Ceuta) que ofrece cronologías muy definidas

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

A

B

Figura 22. A. 068Nakata I. Aldea neolítica

entre 70-250 Ka, con tecnología muy similar a la documentada en estos yacimientos de la región de Tetuán (Ramos y Bernal, eds., 2006; Ramos et alii, 2008).

frente a Tamuda. B. 068Nakata I. Aldea neolítica frente a Tamuda. Detalle

La cuestión Ateriense y Paleolítico Final –Iberomauritánico–

del emplazamiento a techo de arenas rojas.

La cuestión del Paleolítico Superior en el Norte de África requiere todavía esfuerzos para superar esquemas excesivamente normativos y anclados en viejos conceptos. Tras la construcción del armazón del Capsiense (Obermaier, 1925; Bosch, 1932) en relación a la secuencia norteafricana, el Ateriense, ha sido la etapa más estudiada. Son conocidos los debates entre partidarios de influencia hacia el Solutrense de la Península Ibérica (Pericot, 1942; Pericot y Tarradell, 1962) y los detractores (Martínez Santa-Olalla, 1941, 1946; Jordá, 1954, 1955; Almagro, 1958). Consideramos que hoy el tema debe plantearse de forma diferente a la cuestión clásica plasmada en dichos debates sobre origen, difusión, expansión de las “culturas”. Para nosotros el interés radica en la posible relación de la secuencia de los registros del Norte de África, en relación a los del sur de la Península Ibérica (Jordá, 1986; Cortés, 2005). Valoramos que la sucesión estratigráfica del Norte de África: Ateriense, Iberomauritánico y Capsiense, debe analizarse con cierta atención. No sólo en relación a la propia ordenación normativa y en la fijación de una cronoestratigrafía cierta; sino en relación al reflejo que puede indicar de posibles relaciones y contactos de grupos cazadores-recolectores en el ámbito de su movilidad estacional. En todo caso, en el momento actual de la investigación, con desarrollos de nuevos estudios, áreas de trabajo y análisis de nuevos yacimientos en el Norte de África, centrados en la fijación de secuencias y ampliación del registro cronoestratigráfico y paleoecológico nos interesa reseñar la presencia de múltiples similitudes tecnológicas y contextos ecológicos muy parecidos a los del sur de la Península Ibérica (Ramos, 1998; Bouzougar, Kozlowski y Otte, 2002; Hachi, 2003a y 2003b; Bouzougar, 2003; Moser, 2003). La estratificación del Paleolítico Superior en la región de Tetuán se confirma en la cueva conocida de 014-Caf That el Gahr (Tarradell, 1957-1958; Daugas y El

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

A

B

Figura 23. A. 069Nakata II. Cerro aislado en zona de la cuenca alta del Oued Martil. B. 069-Nakata II. Detalle de

Idrissi, 2008; Ramos et alii, eds., 2008) y en los registros realizados en cuevas próximas como Gar Cahal, Kehf el Hammar y Hattab 2 (Barton et alii, 2005; Bouzouggar et alii, 2006; Bouzouggar y Barton, 2006). Evidencias en la región de registros enmarcables en el concepto normativo Ateriense se documentan muy claramente en la zona de Tánger (Bouzouggar, Kozlowski y Otte, 2002).

la parte superior del cerro de Nakata II. Se evidencian restos de sedimentos estratificados junto a la roca.

Después de la revisión que hemos podido realizar de los productos arqueológicos depositados en el Museo de Tetuán conocemos la variedad tipológica de los productos vinculados a una fase definida del Paleolítico Superior Final en el concepto asociado tradicionalmente a Iberomauritánico, en la clásica cueva de 014-Caf That el Gahr (Ramos et alii, eds., 2008). En cuanto a los datos generados por este proyecto, dadas sus características, al estar basado en prospecciones pedestres superficiales, hemos podido documentar evidencias en general asociadas a Paleolítico Superior-modo IV en tres yacimientos: 004-Acantilados Azla, 014-Caf Taht el Ghar y 021-Puente de Oued Malah III (figuras 9 y 10). Esta evidente limitación de resultados debe considerarse en relación a las dificultades de localizar al aire libre este tipo de asentamientos, por los problemas deposicionales y postdeposicionales que debieron generar las transgresiones y regresiones del final del Pleistoceno y del Holoceno. Es posible que muchos de estos enclaves estén bajo el mar o bajo potentes paquetes estratigráficos, como se deduce de las destacadas transformaciones del medio en dichas épocas (Bouzouggar, 2003). Aparte del registro mencionado de las cuevas del entorno, en esta fase preliminar del proyecto hemos comprobado que en un yacimiento con tecnología de base claramente asociado a modo III-Musteriense, 034- Zbar d’Akhwizan (Tamazart), tiene registrados ejemplares del grupo de R21-Raederas laterales con retoque profundo, con retoques simples con alguna tendencia a la transición al retoque plano (figura 29 A). Asociado a raederas con retoques profundos se documentan también ejemplares de BN2G-G11-Raspadores sobre láminas (figura 29 D). Todo el contexto y la asociación tecnológica recuerda al tecnocomplejo normativo de Ateriense (figura 29). De todos modos tenemos ciertas dudas respecto a la definición de este sitio y finalmente hemos considerado todavía como indeterminado dicho enclave, hasta un estudio más profundo (figura 10).

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

Figura 24. 017- Zona inmediata a Puente de Oued Malah I.

Sí parecería evidenciar este yacimiento, que el contexto tecnológico asociado a la idea de Ateriense está plenamente incrustado en la base de los contextos arqueológicos de sitios de modo III (Ramos, 1998). Otra idea que queremos indicar es que la tecnología característica de los grupos cazadores-recolectores del Paleolítico Superior se implica y tiene clara continuidad en los grupos neolíticos. Es muy significativa en este sentido la documentación de evidencias de grupos de BN2G-LBA y PD, láminas y puntas con dorso (Laplace, 1975). La presencia de productos de la tradición Iberomauritánica se documenta en sitios al aire libre, como en 004-Acantilados Azla (figura 3). Aquí la documentación de ejemplares en sílex de LD11 y de LDT11, que deben estar estratificados en un nivel superior al conjunto de modo III de este enclave, sugiere una presencia muy definida de conjuntos con dorsos abatidos. Evidencias de Paleolítico Superior sin definir en el marco de las facies clásicas se documentan en el yacimiento de 021-Puente del Oued Melha III (figura 30), con raspadores (G11), raspadores-buriles y buriles (B12). Este enclave es un ejemplo de yacimientos donde se ha aprovechado el emplazamiento de las áreas de recursos líticos situadas al sur de Cabo Negro. La ubicación de los productos líticos tallados está como en otros yacimientos de esta zona de los glacis, al techo de las arenas rojas. Es interesante de este sitio la ausencia de LD y LDT presentes en otros lugares, que nos indicaría otros modelos diferentes a los de la clásica tradición Iberomauritánica del Paleolítico Final (Bouzouggar y Barton, 2006). Por tanto se plantea la presencia evidente en cuevas y al aire libre de estas fases. Todavía hay mucho trabajo en la región para ordenar la secuencia y superar criterios en extremo normativos. Este tipo de sociedades ofrecen ya numerosas

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posibilidades históricas para poder plantear hipótesis de reconstrucción socioeconómicas, como se han realizado en otros lugares y regiones (Weniger, 1991; Castañeda, 2002; Ramos, coord., 2008). El tema de relaciones y contactos con los registros del sur de la Península Ibérica sigue ofreciendo gran futuro, si se plantea el problema al margen de trasnochados difusionismos y se enfoca desde aspectos antropológicos en la vía de la movilidad y en el marco de las características básicas de las bandas de sociedades cazadoras-recolectoras.

Ocupaciones neolíticas Los estudios sobre el Neolítico están alcanzando una evidente renovación y gran desarrollo en la región del Norte de África. Esto lo valoramos en la idea de proceso de neolitización desde los grupos locales de cazadores-recolectores. Como hemos indicado se ha avanzado en el conocimiento de los registros del Paleolítico Superior Final-Iberomauritánico, que ahora ofrece un cuadro cronológico aceptable entre 20-9,5 Ka., con numerosos registros –Taforatl, Columnata, Afalou Bou Rhoummel, Hassi Ouenzga– (Hachi, 2003a, 2003b; Lindstäedter, 2004, 2008; Bouzouggar y Barton, 2006). Evidentemente no está resuelto todo el proceso de neolitización y siguen faltando sitios de estudio y mucha investigación, pero se está planteando un foco africano de interés, alternativo al de Oriente Medio (Aumassip, 1987, 2000; Daugas, 2002) que es necesario considerar seriamente, como alternativa diferente a los procesos de explicación mediterráneos. Los patrones de asentamiento son a valorar. En el Norte de África han predominado los estudios en cuevas, pero desde hace años se viene comprobando que existen sitios al aire libre, como Oued Tahadart (Daugas y El Idrissi, 2008). Los numerosos registros documentados en el área de Tánger (Otte, Bouzouggar y Kozlowski, dirs., 2004) muestran la importancia de los sitios al aire libre y su variedad de funciones y ocupaciones. Los análisis de la cerámica están evidenciando la personalidad de la secuencia, la antigüedad de los contextos cardiales y la riqueza decorativa de otros estilos (Tarradell, 1958, 1959; Gilman, 1975, 1976; El Idrissi, 2001; Daugas, 2002; Manen, Marchand y Carvalho, 2007). La tecnología lítica ofrece también mucho futuro de estudio. Los contextos datados en 12 y 13 Ka. en Cueva de Pigeons en Taforalt (Bouzouggar et alii, 2006, 145) muestran unos tecnocomplejos de gran interés, para valorar tanto la tradición microlaminar como la geométrica (Ramos, 2000, 2004; Moser, 2003; Manen, Marchand y Carvalho, 2007). El inicio de los estudios funcionales de los productos líticos tallados abre interesantes vías para la comprensión del uso de los artefactos y su incidencia en el conocimiento de las formas del trabajo y de los modos de vida (Clemente y Pijoan, 2005; Clemente, 2006). Los estudios de fauna publicados muestran que la presencia de especies salvajes fue muy abundante, en los contextos arqueológicos de los grupos cazadores-recolectores y en los considerados como neolíticos. Las especies que se

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EN LA ORILLA AFRICANA DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO. HISTORIOGRAFÍA Y PROYECTOS ACTUALES

domesticarán estarán representadas en los niveles previos de grupos cazadores-recolectores (Ouchaou y Amani, 1997; Ouchaou y Hossini, 2008). Los estudios polínicos y antracológicos, son todavía escasos, pero los existentes comienzan a ofrecer datos, donde se aprecia un peso importante de la vegetación climácica y de numerosos recursos vegetales potenciales (Ruiz Zapata y Gil, 2003, 2006; Uzquiano, 2006, en prensa; Zurro, 2006). En el desarrollo de este proyecto hemos documentado 23 yacimientos neolíticos. La mayoría están situados al aire libre. En cuevas destacan 014-Caf Taht el Ghar (Tarradell, 1957-1958) y Kaf Boussaria (Daugas y El Idrissi, 2008). Hemos ordenado las zonas de localización de sitios, planteando el siguiente patrón de asentamientos de sitios neolíticos: } Ocupación de la montaña de tipo Gomáride, en el valle del Talmadi, en los si-

tios 009-Sidi Lahj I (figura 4) y 010-Sidi Lahj 2 (figura 18B). Son emplazamientos en sitios de reducidas dimensiones (no más de 50×50 metros). Esta zona está ocupada por calizas con orthoceras del Devónico de la unidad Gomáride de Beni Hozmar, que está cabalgada sobre la unidad gomáride inferior llamada Akaili. Toda esta zona cuenta con suelos fértiles para la agricultura, en zonas de agua, pozos y/o fuentes, con acceso a recursos líticos. En el entorno hay también afloramientos de margas amarillentas del Oligo-Mioceno, areniscas y arcillas rojas del Triásico y esquistos del Paleozoico. En la montaña hemos encontrado emplazamientos al aire libre como 047-Caf Taht el Ghar II, que evidencia la ubicación de pequeñas aldeas de época asociada a Prehistoria Reciente, sin descartar una ocupación anterior neolítica, mostrando la ocupación de la zona y el complemento en el control del territorio con las cuevas. } Emplazamiento en pequeñas terrazas sobre valles fluviales, como 011-Valle

del Oued Talmadi, 052-Terrazas del Oued Azla, 056-Bounezal y 066-Harcha II, en las terrazas del valle del Kh’mis; 064-Menkal II (figura 21), en las terrazas del Oued Chekkour. Ocupan espacios limitados –inferior a 50×50 metros–, junto a vegas y suelos fértiles y favorables al uso agropecuario, próximos a afloramientos de sílex y a puntos de agua o fuentes. O en la zona del Oued Martil, como 068-Nakata I (figura 22), 071-Nakata III, Nakata IV. Hay que indicar que los situados en la zona de los ríos Chekkour y Kh’mis están inmediatos a las zonas del Flysch, con suelos de gran calidad. } Ocupación de pequeños cerros, junto a un valle fluvial o ensenada. Son de

destacar, los de la zona sur de Cabo Negro y entornos de El Mellaliyine, aprovechando los recursos silíceos de la zona y buenas tierras para prácticas agropecuarias. Estos sitios ocupan pequeñas alturas entre las desembocaduras de los Oueds Alila y la paleoensedanda del Martil. Indicamos en esta zona los sitios de 026-Tienda de cerámica I ó 041-El Mellaliyine I. Hay asentamientos en pequeños cerros, junto al valle del oued Kh’mis, como 062-Mwasta. En la cuenca del Oued Martil, el caso de 069-Nakata II, frente a la zona de Tamuda (figura 23) y en su cuenca alta, sitios como 032-Valle de Mhajrate.

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Figura 25. Productos arqueológicos del yacimiento 004-Acantilados Azla. A. Localización de BN1G-Núcleo levallois in situ, en el depósito arqueológico. B. BN1G-L-Núcleo levallois. C-D. BP-LE-Lascas levallois. E-F. BN2G-R2-Raederas laterales con retoque profundo.

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} Ocupación de valles situados en la montaña cal-

cárea, como la situada al sur de Tetuán, en el manto de El Babat, en cuevas como Kaf Bousaria y 014Caf Taht el Ghar (figura 8), próximas a manantiales, con facilidad en el acceso a la caza y a recursos vegetales. } Aldeas al pie de las montañas de la Dorsal calcá-

rea, inmediatas a Tetuán, del entorno de Djebel Dersa hay yacimientos como 074-Fortín del Servicio de Montes. Evidencia una ocupación de la montaña asociada a pequeñas aldeas que controlan el territorio y aprovechan recursos.

A

B

Figura 26. Productos arqueológicos del

La tecnología lítica documentada de los sitios neolíticos evidencia: BN1G: núcleos poliédricos, núcleos para hojas, unipolares. Entre las BP-Lascas, se documentan internas, de semidescortezado, de técnica levallois, láminas de cresta y hojas de talla a presión. Entre las BN2G-productos retocados, se han registrado variedades de: G-raspadores, BC-perforadores-taladros, D21-muescas, D-23-denticulados, A2-abruptos, Ttruncaduras, BT-microlitos geométricos, algún elemento de hoz. También hay que indicar que en algunos sitios neolíticos hay utillajes de clara tradición del Paleolítico Superior con series de productos con retoque abrupto y LD-láminas con dorso abatido.

Dado el enfoque realizado en los sitios estratificados, es necesario todavía seguir profundizando en los estudios de captación de materiales, tecnología, ordenación analítica tipológica y funcionalidad de los productos. Desconocenos por ello en este momento la sucesión de los productos desde el VII-VIº milenios a.n.e. hasta el IVº milenio a.n.e. Pero intuimos que es otra gran línea de investigación que hará necesaria la contrastación del estudio de los sitios al aire libre con los estratificados.

yacimiento A-018-Golf Beach. A. BN2G-R21Raedera lateral con retoque profundo en sílex. B. BP-LE-Lasca levallois en arenisca.

La valoración de la cerámica neolítica en técnicas, estilos, ordenación de la secuencia puede valorarse en los estudios realizados en la cueva de 014-Caf Taht el Ghar (Daugas y El Idrissi, 2008; El Idrissi, 2001), y en los entornos regionales, tanto de la zona tingitana (Bouzouggar, 2006), como en la del Rif Oriental (Lindstaedter, 2004, 2008). Los sitios al aire libre muestran cerámicas lisas, con asas, mamelones, formas simples, sobre todo de cuencos y formas abiertas. Creemos que en el estado actual de la investigación y con la evidente dinámica que se aprecia, es necesario plantear fenómenos de relaciones de los registros del Norte de África con los del sur de la Península Ibérica. Ahora ya se pueden ir co-

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menzando a valorar los datos de ambas regiones, caso de los documentados en banda atlántica de Cádiz (Ramos, coord., 2008), Bahía de Algeciras (Ramos y Castañeda, eds., 2005), Gibraltar (Finlayson et alii, 1999) o la Bahía de Málaga (Such, 1920; Pellicer y Acosta, 1986; Simón, 2003). Es un tema que se desarrollará en el marco de la Tesis doctoral de uno de los autores de este trabajo, Eduardo Vijande.

Ocupaciones vinculadas a sociedades de la Prehistoria Reciente Los estudios clásicos en la región de Tetuán, sobre todo desarrollados por Miguel Tarradell, tras la estratificación en las cuevas de Caf Taht el Ghar (Tarradell, 1957-1958) y Gar Cahal (Tarradell, 1954) planteaban la existencia de importantes niveles de ocupación vinculados a épocas postneolíticas. De este modo la documentación de cerámica campaniforme e instrumentos de metal en la zona del Norte de África, fueron relacionados por Tarradell con fenómenos de “comercio, entre ambas riberas del Estrecho” (Tarradell, 1959, 137). Registros significativos asociados al IIIº y IIº milenios a.n.e., en la Prehistoria Reciente se documentaron en Gar Cahal –nivel IIIa–. Tarradell documentó la presencia de cazuelas y cuencos con decoración campaniforme, vinculados con el grupo del Guadalquivir, asociando la presencia en el Norte de África más que por emigración humana, por “contacto comercial” (Tarradell, 1954, 356). Un avance al desarrollo de las ideas de contactos y nuevos enfoques en la Prehistoria Reciente de la región han sido planteados por Ramos y Bernal (en prensa). Las cerámicas campaniformes se habían documentado en las Cuevas del Cabo Achakar en Tánger (Koehler, 1931; Gilman, 1975), en Gar Cahal (Tarradell, 1954, 352), Caf Taht el Ghar en Tetuán (Tarradell, 1955; 1957-1958), y en otros lugares de la costa atlántica de Marruecos y del interior (Souville, 1977; 1988; Gozalbes, 1978; Camps, 1984). Posteriormente se han señalado las similitudes que los rasgos morfológicos y tipológicos presentan con las formas documentadas en sitios de Andalucía y Portugal (Souville, 1988, 288). Hay que señalar también que puntas de palmela, brazaletes de arquero, puntas foliáceas con retoques bifaciales, se documentan en el litoral atlántico del Norte de África, asociadas a las cerámicas campaniformes (Souville, 1988, 288; Poyato y Hernando, 1988). La continuidad histórica de registros vinculados en sentido normativo en la llamada Edad del Bronce se documenta en África del Norte, por medio de objetos de metal, cerámicas lisas, prácticas funerarias –enterramientos parecidos a las cistas– y grabados rupestres (Gozalbes, 1975; Camps, 1984; Souville, 1988, 290). Igualmente se indicó la presencia de cerámicas lisas negras estratigráficamente por encima de las cerámicas campaniformes de Gar Cahal (Tarradell, 1954) y en Caf Taht el Ghar (Tarradell, 1955b; 1957-1958).

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También se han mencionado indicadores de productos africanos que llegan a las costas peninsulares, fundamentalmente marfil y cáscaras de huevos de avestruz, que se han valorado en el marco de relaciones comerciales entre la Península Ibérica y las costas del Norte de África en los milenios IIIº y IIº a.n.e. (Harrison y Gilman, 1977). Autores como Georges Souville (1988) o Gabriel Camps (1984) fueron aportando nuevos registros en la línea de desarrollos comerciales que había sugerido Miguel Tarradell. Y la tesis de Antonio Gilman en la zona de Tánger aclaró definitivamente los estudios y estratigrafías en las cuevas de Achakar (Gilman, 1975). La valoración de los registros neolíticos y posteriores daría pie a la conocida idea de “puente más que de frontera” en relación a los registros del sur de la Península Ibérica y los del Norte de África (Tarradell, 1958; 1959). De todos modos, a pesar de los avances mencionados realmente el conocimiento es limitado, respecto a las sociedades de la Prehistoria Reciente del Norte de África. Hay que indicar al respecto que ha estado basado sobre todo en la peculiaridad e interés de los fósiles-guía. Como en otros temas son necesarias nuevas prospecciones y excavaciones que profundicen en el conocimiento de patrones de asentamientos, de formas de enterramientos, de recursos básicos y de los modos de vida (Ramos y Bernal, en prensa). Un caso espectacular y monumental como el yacimiento megalítico de Mezora (Tarradell, 1952; Daugas et alii, 2002), necesita todavía de un estudio histórico de comprensión de su territorio inmediato que explique el sentido ideológico y de control político de dicho enclave. Hay referencias a multitud de sitios en la zona atlántica (Tarradell, 1955) y a algunos registros estratificados (Castillo, 1954), pero especialmente se ha mostrado mayor interés por objetos enmarcados en fósiles-guía. El estudio de la cerámica campaniforme ha llamado mucho la atención, al igual que los objetos metálicos que le acompañaban, pero no se conoce bien un estudio territorial, de organización de los patrones de asentamiento y de relación de poblados con necrópolis. Richard Harrison y Antonio Gilman (1977) plantearon un fenómeno de relación comercial de largo alcance, donde se introduciría el campaniforme del sur de la Península en el Norte de Marruecos a cambio de productos exóticos, como cáscaras de huevo de avestruz o marfil. Un monumento como Mezora (Daugas et alii, 2002) habla de fenómenos claros de concentración de territorio, que sólo se puede entender en sentido histórico desde la conformación de sociedades muy jerarquizadas, en etapas asimilables al concepto, con el que se viene trabajando en el sur peninsular de sociedades “clasistas iniciales” (Arteaga, 2002). Los productos exóticos que se distribuyen en vías comerciales, tienen que estar redistribuidos desde verdaderos centros nucleares. Desde ellos se debió distri-

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Figura 27. Productos arqueológicos del yacimiento 021-Puente de Oued Malah III. A. BN1G-L-Núcleo levallois. B-C-D-E. BP-LE-Lascas levallois. F. BN2G-P21-Punta con retoques simples.

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Figura 28. Productos arqueológicos del yacimiento 028-Tiendas de cerámica. A. BN1GLNúcleo levallois. B. BP-LE-Lasca levallois. C. BN2G-R3-Raedera.

buir ámbar, marfil, sillimanitas, cuentas de rocas exóticas… Pero son necesarios aún multitud de estudios arqueométricos. Y sobre todo un enfoque histórico para valorar acertadamente el problema. Estas redes de distribución prácticamente comercial de productos sólo son posibles con la existencia de auténticas organizaciones y centralizaciones políticas en ambos territorios, desarrollándose fenómenos de redistribución desde centros nucleares. Estos centros están siendo estudiados en el sur peninsular (Arteaga, 2002; Nocete, 1994; Ramos, 2004). Se impone la necesidad de valorarlos en el Norte de África, en la Península Tingitana, desde el área de Larache-Tánger y la costa mediterránea al menos hasta Tetuán (Ramos y Bernal, en prensa). En el marco de los proyectos que desarrollamos en el Norte de Marruecos hemos realizado la revisión de los materiales depositados en el Museo Arqueológico de Tetuán, comprobando evidencias de registros de IV, III y II milenios a.n.e. (Ramos, et alii, eds., 2008). Los resultados de la campaña de prospección de 2008 en la zona de Tetuán han evidenciado 12 sitios con registros de Prehistoria Reciente, se documentan en diversos entornos de la región, tanto del valle, zonas próximas al litoral y la montaña. Se registran en los siguientes entornos: } Zona al sur de Cabo Negro y paleoensenada en la zona del curso actual de Oued

Alila. Los yacimientos están estratificados, bajo el suelo edáfico: 020-Puente de Oued Malah II, 021-Puente de Oued Malah III (figura 14) y 022- Koudiat Malah. Hay registros de aprovechamiento de las materias primas. Están situadas en la zona baja del Oued Alila, en una plataforma o pequeña meseta junto al río, en varias localizaciones bien situadas espacialmente de forma diferenciada. Los productos arqueológicos se han documentado en el desmonte y canalización de una inmediata urbanización de la zona (020-Puente de Oued Malah II). En un cerro aislado (022-Koudiat Malah). } Confluencia de los ríos Chekkour y Kh’mis. Es zona muy rica en recursos, con

buenos suelos en terrenos inmediatos a los flysch y en emplazamientos en terrazas de la cuenca alta del valle. Se localizan aquí sitios como 036-Krira d-Jouimec II, 038-Bchiriyine 1, en pequeño cerro aislado, 037-Menkal se sitúa en la misma zona, entre los ríos Chekkour y Mhajrate. Se evidencia una pequeña aldea, en ate-

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Figura 29. Productos arqueológicos del yacimiento 034-Zbar d’Akhwizan. A. BN2GR21-Raedera con tendencia de retoques simples a planos. B.-C. BN2G-R21-Raederas con retoques simples. D. BN2G-G11- Raspador frontal simple largo. E. BN2G-G11- Raspador frontal simple corto.

rrazamiento inmediato a estos ríos y en colina adyacente. En la cuenca del Oued Kh’mis hay cerros con ocupación de pequeñas aldeas agropecuarias vinculadas a Prehistoria Reciente y asentamientos por ahora de atribución indeterminada que deben estar en esta sintonía histórica, caso de 061-Achouka. } Aldeas en la montaña, como 047-Caf Taht el Ghar II, que evidencia una ocu-

pación de la montaña asociada a una ocupación de grupos humanos definidos por su tecnología en Prehistoria Reciente, como pequeñas aldeas que controlan el territorio y aprovechan recursos de la montaña. Los productos líticos se documentan bien definidos, para estas etapas postneolíticas: BN1G-núcleos unipolares y poliédricos. Entre las BP-Lascas internas y hojas, que no son tan subparalelas como las de registros neolíticos. Entre las BN2GHojas con retoques de uso, D21-muescas, D-23denticulados, E-piezas astilladas y elementos de hoz. Destaca el registro de 021-Puente de Oued Malah III. Los registros cerámicos se documentan con ollas con perfil en S, ollas con labio indicado, formas cerámicas con bordes exvasados, cuencos de calidad alisada y grosera. Están presentes en 021-Puente de Oued Malah III y en 022-Koudiat Malah. Estos datos y las reflexiones anteriores, desarrolladas en estos últimos años (Ramos y Bernal, en prensa) nos han llevado al convencimiento que realmente son necesarias prospecciones modernas que puedan valorar la ordenación territorial, política, económica y social, para el estudio de las formaciones sociales de la Prehistoria Reciente en la región.

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Figura 30. Productos arqueológicos del yacimiento 021-Puente de Oued Malah III. Atribución Paleolítico Superior. A. BN2G-B12-Buril sobre fractura. B. BN2G-G12-Raspador frontal simple con retoque lateral. C-D. BN2G-G11-Raspadores frontales simples.

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Figura 31. Productos arqueológicos del yacimiento 021-Puente de Oued Malah III. Atribución Prehistoria Reciente. A-B-C. BP-H-Hojas. D-E-F. BN2G-EH-Elementos de hoz.

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Balance e ideas de síntesis Destacamos el gran interés de la documentación de 55 yacimientos de época prehistórica, que cubren prácticamente el poblamiento vinculado a sociedades cazadoras-recolectoras, tribales comunitarias y de la Prehistoria Reciente. Hemos intentado analizar el registro de los sitios en relación a su ubicación geomorfológica y geográfica. Hay evidencias de industrias de cantos tallados y se documentan testimonios antiguos de registros asociados a modo II, pero sobre todo es intenso el poblamiento y la ocupación del territorio por grupos humanos portadores de tecnología de modo III. Hay clara continuidad con grupos cazadores-recolectores del Paleolítico Superior, que definen diversas facies tecnológicas, prueban la continuidad del poblamiento y entroncan tecnológicamente con grupos previos y posteriores. Los registros neolíticos asociados a sociedades tribales conectan en la tecnología con los grupos previos de cazadores-recolectores. Hay clara continuidad histórica en dicho proceso. Estas sociedades controlan también numerosos medios naturales y realizan un gran aprovechamiento del territorio en el marco de la implantación de nuevas prácticas y modos de vida campesinos. El problema del origen del Neolítico, de prácticas agrícolas y ganaderas debe analizarse ante las nuevas evidencias que el Norte de África viene ofreciendo en los últimos años. Las etapas postneolíticas de la Prehistoria Reciente también están documentadas en los diversos medios naturales y constituye una etapa histórica donde se aprecian procesos de redistribución de productos. Este movimiento de objetos sólo puede ser posible con formaciones sociales muy consolidadas en ambos territorios. Hay que valorar que toda esta región de Tetuán tiene una gran personalidad natural e histórica. Los cuadros tecnológicos, tipológicos y la valoración del poblamiento y de los registros arqueológicos sugieren evidentes relaciones tecnológicas con los del sur de la Península Ibérica a lo largo de todo el proceso histórico expuesto.

Agradecimientos Queremos agradecer a los compañeros que han participado en las diferentes fases de prospección y estudio que han permitido obtener esta información sobre los sitios prehistóricos de la región de Tetuán: Darío Bernal, Baraka Raissouni, Aziz El Khayari, Macarena Bustamante, Antonio Sáez, José Juan Díaz, José Lagóstena, Lalia Es Saadra, Antonio Cabral, Antonio Barrena, Miguel Ángel Del Valle, Delia Escalón, Begoña García, Macarena Lara, Cristina Carrera, José Vargas, Nadia El Bourkadi, Juan Carlos Domínguez, Fernando Villada, Manuel

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

Parodi, Djamila Ederaz, Mohamed El Meghraouy, Redoran Lkaoutit, Adrián Macías y Andel Yeflah Amrani. Asimismo, señalar que parte de estos trabajos y analíticas sobre materias primas se han realizado con la financiación de los proyectos AECI A/2893/05, A/6317/06. Recordamos también la financiación de los proyectos AECI A/6867/06 y A/010823/07 sobre el estudio de los fondos del Museo de Tetuán y el proyecto A/5790/06 Contribución a la elaboración de la Carta Arqueológica del Norte de Marruecos.

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CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS (CAMPAÑA 2008). PRIMEROS RESULTADOS…

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